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Corazón de Amatista.
Dictado por la Arcangelina Santa Amatista al Hermano Miguel Arturo.
Santuario del Corazón de Amatista, Mérida, Yucatán, Méx. a 15 de octubre
de 2023.
Filosofía: Incluye una amplia gama de filosofías que pueden variar según
la tradición y la creencia.
Comprensión del Karma: La idea del karma y la ley del equilibrio también
es relevante para la búsqueda de significado. Se cree que nuestras
acciones y elecciones tienen consecuencias kármicas, y comprender esto
puede ser un factor en la búsqueda de un camino significativo.
Seres de Luz y Energías Espirituales: Los seres de luz que se asocian con
el Rayo Violeta se consideran entidades espirituales de alta vibración y
energía positiva. Se cree que su luz y energía son purificadores y
transformadores. Estos seres son vistos como guías espirituales y
maestros que ayudan a las personas en su camino espiritual.
Saint Germain: Saint Germain es uno de los seres de luz más conocidos y
venerados que se asocian con el Rayo Violeta. Es considerado un maestro
ascendido y guía espiritual. Se le atribuye la responsabilidad de
transmitir la energía del Rayo Violeta y su capacidad para la
transmutación de energías negativas en positivas. Se le ve como un
maestro de la alquimia espiritual y de la transformación personal.
Kuan Yin: Kuan Yin es una deidad budista y una figura compasiva que se
asocia con la misericordia y la compasión. En algunas tradiciones, se le
atribuye la capacidad de invocar y trabajar con el Rayo Violeta para
sanar y transformar situaciones difíciles.
Introducción:
Bienvenidos a la Enseñanza Sagrada de la Llama Violeta, un camino
espiritual que nos guía hacia la purificación, la transmutación y la
transformación personal. En el corazón de esta enseñanza se encuentran el
Arcángel Zadkiel y su compañera divina, la Arcangelina Santa Amatista,
quienes actúan como sacerdotes del Fuego Sagrado en la Orden del Arcángel
Zadkiel de la Llama Violeta.
Se cuenta que cuando la Creación aún era una canción silente en los oídos
de lo divino, la Llama Violeta se destacó como un faro de luz en medio de
la oscuridad cósmica. Su resplandor era la promesa de la transmutación,
la sanación y la transformación. Era la fuerza que convertía las sombras
en luz, las penas en alegría y las cargas en alas.
Sanat Kumara, un ser de luz con un espíritu tan antiguo como el tiempo,
reinaba sobre Venus con amor y compasión. Su sabiduría y su amor
incondicional habían tocado los corazones de los habitantes de Venus
durante eones. Era conocido como el Señor del Mundo y el Regente de
Venus, un líder nacido del amor más puro y la compasión más profunda.
Jesús, cuya vida terrenal había dejado una huella imborrable de amor y
enseñanzas espirituales, había ascendido a dimensiones superiores después
de su vida en la Tierra. Su alma resplandecía con la pureza y la
compasión, y su deseo de seguir sirviendo a la humanidad no conocía
límites.
En los planos celestiales, Jesús había sido testigo de las enseñanzas del
Arcángel Zadkiel y de la Llama Violeta, una fuerza de sanación y
transmutación. Había sentido la llamada de la Llama Violeta en su propio
corazón, reconociendo su poder para sanar y liberar a las almas de las
ataduras del ego y el sufrimiento.
Un día, mientras meditaba en una esfera de luz, Jesús recibió una visión
de Zadkiel, cuya presencia irradiaba compasión y amor. Zadkiel le habló
de la Llama Violeta y de su misión en la Tierra, y le reveló el propósito
de los Sacerdotes de la Orden del Arcángel Zadkiel de la Llama Violeta
del Fuego Sagrado.
Saint Germain, un ser de luz con una profunda afinidad por la Llama
Violeta y el deseo de proteger a las almas en su búsqueda de
transformación y sanación, había ascendido a dimensiones superiores tras
sus experiencias en la Tierra. Su amor y compasión por la humanidad no
conocían fronteras, y deseaba seguir sirviendo como guía y protector de
las almas que buscaban la Llama Violeta.
Santa Amatista, ahora imbuida con la Llama Violeta del Fuego Sagrado, se
convertía en un faro de luz y amor. Desde el núcleo de su ser, irradiaba
la Llama Violeta hacia todo el cosmos. Esta energía divina fluía como un
río de luz, tocando a todas las evoluciones y seres sintientes,
incluyendo la humanidad en la Tierra.
Santa Amatista sabía que el sacerdocio de la Llama Violeta tenía una rica
historia de servicio espiritual y sanación, y que este legado debía ser
reavivado. En su corazón de amatista, llevaba la memoria de las almas que
habían guiado a la humanidad hacia la luz y la redención en tiempos
antiguos.
La orden se formó con aquellos que sentían una llamada en sus corazones a
servir a través de la Llama Violeta. Se convirtieron en guardianes de la
llama, portadores de la antorcha espiritual que iluminaba el camino hacia
la redención y la transformación. Inspirados por el amor y la compasión,
trabajaron incansablemente para traer la luz y la sanación a la
humanidad, como lo habían hecho sus predecesores en las edades doradas
del pasado.
Santa Amatista, junto con el Maestro Saint Germain, guiaba y nutría este
santuario, asegurándose de que fuera un faro de amor y compasión para la
humanidad. Era un recordatorio de que el corazón humano, como el Corazón
de Amatista, podía brillar con la luz de la transmutación y el perdón,
transformando la oscuridad en luz y elevando el alma hacia la redención.