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TEMA 1

EL DOMINIO PÚBLICO MARÍTIMO-TERRESTRE. BIENES QUE LO INTEGRAN. LA


RIBERA DE MAR. AFECTACIÓN Y DESAFECTACIÓN. LAS SERVIDUMBRES DE
TRÁNSITO Y DE PROTECCIÓN EN TERRENOS COLINDANTES CON EL DOMINIO
PÚBLICO MARÍTIMO-TERRESTRE: OBJETO DE ESTAS SERVIDUMBRES Y
CONTENIDO.

1) INTRODUCCIÓN

España cuenta con una gran longitud de costa con más de 10.000 hectáreas de
patrimonio público, muy valiosa en cuanto a sus oportunidades, pues sustenta gran
parte de la población, así como da soporte a instalaciones industriales, agrícolas y
portuarias, entre otras, pero muy sensible y degradada como consecuencia de su uso.
Ante este problema, se hace necesario implantar una legislación que regule la gestión
y conservación de este patrimonio natural, aprobándose así la Ley 22/1988, de
Costas, desarrollada posteriormente por el Real Decreto 876/2014, por el que se
aprueba el Reglamento General de Costas, y modificada por la Ley 2/2013, de
protección y uso sostenible del litoral y de modificación de la Ley de Costas.

2) EL DOMINIO PÚBLICO MARÍTIMO-TERRESTRE. BIENES QUE LO


INTEGRAN. LARIBERA DE MAR

El Dominio Público Marítimo-Terrestre, en adelante DPMT, es la única categoría de


bienes de dominio público estatal definida por la Constitución Española, estableciendo
en su artículo 132.2 que son bienes de dominio público estatal los que determine la
ley, y, en todo caso, la zona marítimo-terrestre, las playas, el mar territorial y los
recursos naturales de la zona económica y la plataforma continental.
Este artículo también establece que el régimen, administración y defensa de dichos
bienes serán regulados por ley.
Así, España cuenta con la Ley 22/1988, de Costas, cuyo principal objetivo es la
determinación, protección, utilización y policía del DPMT, y, en especial, de la ribera
del mar.
La presente Ley ha sido modificada por la Ley 2/2013, de protección y uso sostenible
del litoral y de modificación de la Ley 22/1988, de Costas, con el objetivo de
incrementar la seguridad jurídica y protección del litoral, compatibilizándola con el
desarrollo de la actividad económica y de empleo en el mismo.
Por otro lado, el Real Decreto 876/2014, por el que se aprueba el Reglamento General
de Costas, pretende el desarrollo y ejecución de las dos leyes citadas.
Los bienes de DPMT aparecen recogidos en el primer título de la Ley de Costas y de
su reglamento.
Así, de acuerdo con el artículo 3 de la Ley de Costas y del Reglamento, se considera
que son bienes de DPMT, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 132.2 de la
Constitución:
1) La ribera del mar y de las rías, que incluye:
a. La zona marítimo-terrestre, junto con las marismas, albuferas, marjales,
esteros y aquellos terrenos bajos susceptibles de ser inundados de
forma natural por efecto de las mareas, del oleaje y de la filtración del
agua del mar.
b. Y las playas y zonas de depósito de materiales sueltos, incluidas las
bermas, escarpes y dunas hasta donde sea necesario para garantizar la
estabilidad de la playa y la defensa de la costa.
2) También se incluye en el DPMT el mar territorial y las aguas interiores, con su
lecho y subsuelo.
3) Y los recursos naturales de la zona económica y de la plataforma continental.
Además, de acuerdo al artículo 4 de la Ley de Costas y 5 del Reglamento, también
pertenecen al DPMT por determinación legal:
1) Las accesiones a la ribera del mar por depósito de materiales o por retirada del
mar.
2) Los terrenos ganados al mar por desecación o por realización de obras.
3) Los terrenos invadidos por el agua del mar por causas naturales, aunque sean
impedidas de forma artificial y, en todo caso, los que sean navegables.
4) Los acantilados sensiblemente verticales en contacto con el DPMT o con el
mar.
5) Los terrenos deslindados como DPMT que hayan perdido sus características
naturales de playa, acantilado o zona marítimo-terrestre salvo en caso de
desafectación, como comentaré en el siguiente apartado.
6) Los islotes en el mar territorial y en aguas interiores.
7) Los terrenos incorporados por un concesionario para completar la superficie de
una concesión de DPMT que les ha sido otorgada, si así lo dispone en la
cláusula de concesión.
8) Los terrenos colindantes con la ribera del mar que se incorporen al DPMT.
9) Las obras e instalaciones del Estado en dicho dominio.
10) Las obras e instalaciones de iluminación de costas y señalización marítima
construidas por el Estado y los terrenos que se ven afectados por las mismas.
11) Y los puertos e instalaciones portuarias estatales, quedando fuera de esta
legislación los puertos de competencia de las Comunidades Autónomas,
regulados por su propia legislación y sin perjuicio de la titularidad estatal de los
bienes adscritos y sobre los espacios de DPMT otorgados en concesión de
acuerdo a la presente legislación.
También pertenecen al DPMT, de acuerdo con el artículo 5 de la Ley de Costas, y 6 del
Reglamento General de Costas, las islas formadas por causas naturales en el mar
territorial, en aguas interiores o en ríos hasta donde se hacen sensibles las mareas,
salvo las que sean de propiedad privada, en cuyo caso son de DPMT aquellos bienes
que reúnan las características propias de los mismos.
El Reglamento General de Costas también considera que son bienes de DPMT los
territorios del patrimonio del Estado que se afecten al uso propio del mismo y los
terrenos de propiedad particular que se incorporen a dicho dominio mediante cualquier
tipo de adquisición, tal como una cesión o una expropiación desde el momento en que
dicha entrega es aceptada por el ministerio de transición ecológica y reto demográfico,
en adelante MITERD.
El conjunto de todos estos bienes, de acuerdo al Capítulo II Sección 1ª del Título I de
la Ley de Costas, y conforme al artículo 132.2 de la Constitución Española, son de
carácter inalienable, imprescriptible e inembargable, y todos ellos son de propiedad
demanial del Estado.
Los bienes de DPMT se determinan mediante el procedimiento administrativo de
deslinde, cuya competencia le corresponde a la Administración General del Estado a
través del MITERD, así como también tiene la facultad de investigar y estudiar las
características físicas y la situación jurídica de estos bienes.

3) AFECTACIÓN Y DESAFECTACIÓN

El Capítulo IV del Título I de la Ley de Costas y de su Reglamento desarrollan


brevemente los casos de afectación y desafectación de los bienes de DPMT.
Así, el Artículo 17 de la Ley de Costas y 37 de su Reglamento establecen que los
terrenos del Patrimonio del Estado colindantes con el DPMT o emplazados en su zona
de influencia y que sean necesarios para la protección o utilización de dicho dominio,
son afectados al uso propio del mismo.
Por otro lado, el artículo siguiente regula los casos de enajenación o desafectación de
los terrenos pertenecientes al DPMT.
Únicamente son objeto de desafectación aquellos terrenos que hayan sido
deslindados como DPMT y que hayan perdido sus características naturales de playa,
acantilado o zona marítimo-terrestre.
En estos casos, se necesita una declaración de innecesariedad, competencia del
MITERD y que únicamente se concede en casos excepcionales, cuando es inviable la
recuperación de los terrenos o cuando no es posible el uso de los mismos para la
protección y la utilización del DPMT.
Previa declaración de innecesariedad, y con informes favorables de los Ayuntamientos
y Comunidades Autónomas afectadas, se puede solicitar la desafectación de los
terrenos en cuestión al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en los
términos de la Ley 33/2003, de Patrimonio de las Administraciones Públicas.
Además, la desafectación de los terrenos también requiere un informe favorable del
Ministerio de Defensa en cuanto a los intereses públicos tutelados por el mismo.
Los terrenos desafectados pasan a formar parte del Patrimonio del Estado, pero, si no
se juzga posible su afectación, estos terrenos pueden ser cedidos al Municipio o a la
Comunidad Autónoma para fines de uso o servicio público.

4) LAS SERVIDUMBRES DE TRÁNSITO Y DE PROTECCIÓN EN TERRENOS


COLINDANTES CON EL DOMINIO PÚBLICO MARÍTIMO-TERRESTRE:
OBJETO DE ESTAS SERVIDUMBRES Y CONTENIDO
El Título II de la legislación de costas, titulado “Limitaciones de la propiedad sobre los
terrenos contiguos a la ribera del mar por razones de protección del DPMT” establece
una serie de limitaciones y servidumbres en los terrenos colindantes con el DPMT con
el objetivo de protegerlo, para así:

 Defender su integridad y sus fines.


 Preservar sus características y elementos naturales.
 Y prevenir las consecuencias negativas de la realización de obras e
instalaciones en el mismo.
Con este objetivo, la Ley y el Reglamento de Costas establecen una serie de
servidumbres legales, entre las cuales se encuentra la Servidumbre de Protección,
regulada en el Capítulo II del presente Título.
La servidumbre de protección es una franja de terreno que se extiende 100 metros
medidos tierra adentro desde el límite interior de la ribera del mar.
Esta zona puede ser sometida a modificaciones, así, puede ser ampliada hasta un
máximo de otros 100 metros si resulta necesario para la efectividad de la misma, o
puede reducirse en las márgenes de los ríos hasta donde se hacen sensibles las
mareas hasta un mínimo de 20 metros y siempre y cuando:

 La distancia a una desembocadura a mar abierto sea superior a 500 metros.


 No se trate de zonas sometidas a un régimen de protección ni contengan
playas, depósitos de arena o vegetación halófila o subhalófila.
 Y siempre y cuando la servidumbre de protección reducida sea como mínimo 5
veces la anchura del cauce, hasta un máximo de 100 metros.
Siendo estas modificaciones facultad de la Administración General del Estado, y
necesitando la conformidad de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos
afectados.
La Servidumbre de Protección está sometida a una serie de limitaciones en cuanto a
los usos que son permitidos en las mismas, así, nos encontramos con usos permitidos,
usos prohibidos y con usos que requieren de una autorización.
El artículo 45 del Reglamento General de Costas indica que en esta servidumbre está
permitido realizar cultivos y plantaciones. Además, en los primeros 20 metros se
permite el depósito temporal de objetos arrojados por el mar, así como la realización
de operaciones de salvamento, metros en los cuales no puede haber instalaciones de
tratamiento de aguas residuales ni cerramientos.
No obstante, el artículo 46 indica una serie de instalaciones y actividades que quedan
prohibidas en toda esta zona, y que son:
1) Las edificaciones destinadas a residencia o habitación, salvo campamentos,
campings y acampadas.
2) La construcción de vías de transporte interurbanas de trazo longitudinal a la
servidumbre de protección, salvo las carreteras de intensidad de tráfico de más
de 500 vehículos al día de media anual y sus áreas de servicio, aunque sí que
se permiten aquellas de incidencia transversal, accidental o puntual.
3) Las actividades que destruyan yacimientos áridos naturales o no consolidados,
permitiéndose, no obstante, el aprovechamiento de los mismos para su
aportación a las playas.
4) El tendido aéreo de líneas eléctricas de alta tensión.
5) El vertido de residuos sólidos, escombros y aguas residuales sin depurar.
6) Y la publicidad por medio de carteles, vallas o medios acústicos o
audiovisuales, salvo los rótulos que indicen establecimientos autorizados en la
fachada de los mismos y sin reducir el campo visual, las vallas necesarias para
la funcionalidad de instalaciones o el desarrollo de actividades y los elementos
publicitarios de los patrocinadores de actividades lúdicas y deportivas
autorizadas integrados en los elementos autorizados durante las mismas.
Por otro lado, hay actuaciones que, si bien están permitidas, requieren de una
autorización y que son todas aquellas obras, actividades o instalaciones que por su
naturaleza no pueden tener otra ubicación o que presten servicios necesarios o
convenientes para el uso del DPMT, así como las instalaciones deportivas
descubiertas.
la ejecución de terraplenes y desmontes con una altura inferior a 3 metros, que no
perjudiquen al paisaje y con un tratamiento de su talud mediante plantas y
recubrimientos, la realización de cerramientos relativos a las paredes de edificaciones
autorizadas, a las vallas perimetrales de las parcelas colindantes con el dominio
público marítimo-terrestre y a los vinculados a las concesiones en dicho dominio, y la
tala de árboles compatible con la protección del dominio y que no merme las masas
arboladas.
Excepcionalmente, y por razones de utilidad pública, el Consejo de Ministros puede
autorizar la construcción de vías de transporte interurbano, tendido aéreo de líneas
eléctricas de alta tensión, edificaciones destinadas a residencia e instalaciones
industriales en esta zona de protección, acomodándose dichas actuaciones dentro del
planeamiento urbanístico.
Esta autorización sigue un procedimiento el cual se inicia al presentar el órgano
competente de la comunidad autónoma correspondiente tres ejemplares del proyecto
de obras o instalaciones y la declaración de utilidad pública al Servicio Periférico de
Costas. El expediente, que incluye un informe de la Comunidad Autónoma y del
Ayuntamiento emitido en el plazo de un mes, debe ser elevado al Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para su tramitación, y posteriormente al
Consejo de Ministros para su resolución.
Todos los usos permitidos en esta zona deben ser autorizados por la Comunidad
Autónoma correspondiente, pudiendo ésta establecer una serie de condiciones para la
protección del dominio público marítimo-terrestre y, en el caso de tratarse de
actividades vinculadas a la utilización de dicho dominio, deben de contar con el título
administrativo otorgado por la Ley de Costas.
El órgano competente de la Comunidad Autónoma que tramita estas autorizaciones
debe solicitar un informe previo al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente, el cual debe ser expedido en un plazo de un mes por el Servicio Periférico
de Costas y en el que debe constar la delimitación del límite interior de la ribera del
mar y del deslinde, el mantenimiento de las servidumbres y la incidencia de la
actividad solicitada. Este órgano competente da traslado al ministerio de la resolución
adoptada, la cual debe ejercitarse en un plazo máximo de dos años, tras lo cual,
queda sin efecto la solicitud.
Asimismo, la Ley y el Reglamento de Costas también definen una servidumbre de
tránsito, que se extiende 6 metros medidos tierra adentro desde el límite interior de la
ribera del mar, pudiendo ser ampliada en situaciones de tránsito difícil o peligroso
hasta un máximo de 20 metros.
Esta zona se utiliza exclusivamente para el tránsito público peatonal y para los
vehículos de vigilancia y salvamento, salvo en espacios sujetos a un régimen de
protección, aunque puede ser ocupada de forma excepcional por obras a realizar en el
dominio público marítimo-terrestre o en la ejecución de paseos marítimos, siendo
necesario sustituirla por otra nueva en condiciones análogas y situada fuera del
dominio público marítimo-terrestre y preferentemente dentro de la zona de
servidumbre de protección. Esta expeditación se aplica tanto en suelo, como en vuelo,
no considerándose en este caso las canalizaciones subterráneas de servicios que no
pueden tener otra ubicación.
La competencia para la ampliación, sustitución y ocupación de esta servidumbre recae sobre el
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, previo informe de la Comunidad
Autónoma correspondiente, el cual debe ser emitido en el plazo de 1 mes.

5) CONCLUSIONES

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