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JW Broadcasting: Abril de 2024

Les damos la bienvenida a JW Broadcasting®. Hoy está con nosotros el hermano Izak Marais. Bueno, se llama
Izak, pero todos le decimos Saki. Menos mal que estás aquí, Saki, porque hoy tenemos mucho que contarles a
todos.

Pero antes, ¿por qué no nos cuentas algo sobre ti? Sé que has tenido una vida muy interesante.

-Claro. Me encantaría contarles un poco de mí. Nací en Sudáfrica, en un pueblo muy pequeño llamado
Blyvooruitzicht. Mi papá no era testigo de Jehová. De hecho, cuando mi mamá se bautizó y comenzó a servir a
Jehová, mi papá se opuso. Pero, con el tiempo cambió, y comenzó a apoyarla. Y, bueno, mi mamá sirvió fielmente
a Jehová hasta su muerte, en el año 2017. Mi abuelo y mi bisabuelo por parte de mi mamá conocieron la verdad
a principios de los años veinte gracias a lo que leyeron en un tratado. Cuando tenía unos 10 años, leí el libro ¿Qué
ha hecho la religión para la humanidad?, y eso me convenció de que mi mamá había encontrado la verdad. Mis
dos hermanos y mis tres hermanas también se hicieron Testigos cuando eran jovencitos. Y todos ellos siguen
sirviendo fielmente a Jehová en diferentes lugares hasta el día de hoy.

-¡Qué bien!

-Pocos años después, cuando estaba terminando mis estudios, recibí la invitación para servir en Betel y
comencé a servir en la sucursal de Sudáfrica en enero de 1965. Betel estaba ubicado en la ciudad de
Elandsfontein, no muy lejos de Johannesburgo. La familia Betel de ese tiempo estaba formada solo por 55
personas. Cuando llegué a Betel, no tenía ninguna habilidad especial ni había aprendido ningún oficio.
Entonces, dos hermanos mayores —Andrew Jack, de Escocia, y Gert Nel, de Sudáfrica— se interesaron por mí y
decidieron ayudarme y capacitarme, porque yo tenía muchas cosas que aprender. Ellos me enseñaron a poner
en práctica en mi vida los principios que enseña la Biblia tal como se explica en Proverbios 1:1-7. Andrew Jack
me enseñó a trabajar duro y siempre me estaba recordando que hay que darle toda la gloria a Jehová. Y con Gert
Nel, que fue traductor al afrikáans desde 1947, aprendí a razonar usando los principios bíblicos. Aunque los dos
terminaron su servicio en la Tierra hace tiempo, su ejemplo de lealtad y fidelidad todavía sigue animando
muchísimo a todos los siervos de Jehová de Sudáfrica. He trabajado en diferentes departamentos: en el de
Traducción, en el de la Imprenta y sobre todo haciendo trabajos de limpieza. En 1976 me casé con Jean. Ella era
precursora y servía en Durban.

Jean nació en Malaui, pero creció en Sudáfrica. Ella siempre ha cumplido con todas las tareas que se le han
encargado con mucha diligencia, y por eso ha sido un excelente ejemplo para mí. Siempre tiene una muy buena
actitud y hace todas las cosas como si fueran para Jehová, y no para los hombres.

-¡Qué bonito!

-Después de servir algunos años en la sucursal de Sudáfrica, nos enviaron al Betel de Estados Unidos en 1981.
Hemos servido en Wallkill, Brooklyn, Patterson, y ahora estamos sirviendo en Warwick.

-Una historia muy linda. Escuchar tu experiencia me ha animado muchísimo. Y seguro que a nuestros amigos
también. Ahora, ¿por qué no nos dices lo que vamos a ver durante el programa de hoy?

-Con mucho gusto, David.

A medida que este sistema se acerca a su fin, puede que a veces nos sintamos indefensos y sin salida. ¿Qué nos
ayudará a estar seguros de que Jehová sigue ayudándonos? Hace muchos años, Karen encontró verdadera
felicidad cuando llegó a ser parte de nuestra familia espiritual. Pero su vida no ha sido fácil. Veremos cómo le va
a nuestra hermana en el siguiente episodio de la serie “¿Qué ha sido de ellos?”.

¿Le gustaría tener más conversaciones en la predicación? Nuestro último episodio de “El hierro afila el hierro”
nos dará sugerencias para lograrlo. Este es el programa de abril de 2024 de JW Broadcasting.
Encontramos una verdad muy poderosa en Isaías 55:10, 11: La palabra de Dios es la declaración de su
propósito. Y Jehová puede transmitirla de manera oral o escrita. Decimos que la Biblia es la Palabra escrita de
Dios, y con razón. Pero mucho antes de que se inventara la escritura, Jehová transmitió su propósito hablando.

“Dios dijo: ‘Que haya luz’ ”. Y entonces hubo luz. Las palabras de Isaías que leímos antes nos muestran que
Jehová siempre cumple su propósito. Así que, por muy poderosos que parezcan los que se oponen a este
propósito, la realidad es que siempre van a perder. Recordar esto nos ayudará cuando nos enfrentemos a
enemigos que parezcan invencibles. Por eso hoy analizaremos algunos ejemplos que demuestran que Jehová
siempre gana.

Para empezar, viajemos a los días del rey Saúl. Jehová envió a Samuel para ungir al siguiente rey de Israel. Y le
dijo a Samuel lo que leemos en 1 Samuel 16:1: Así que David ocuparía el lugar de Saúl. Jehová lo había elegido
a él. Y el propio Saúl llegó a enterarse de esto. De hecho, en 1 Samuel 23:17, su hijo Jonatán le dijo a David: “Tú
vas a ser rey de Israel […]. Y mi padre Saúl lo sabe muy bien”. Y, además, el mismo Saúl le dijo a David una vez:
“Sé muy bien que tú vas a ser rey”. Pero, aun sabiéndolo, Saúl intentó matar a David. Contaba con un ejército
muy poderoso. Y parece ser que también era un hombre muy fuerte. Aun así, la voluntad de Dios era que David
fuera el rey, y Saúl lo sabía. Pero, entonces, ¿por qué siguió Saúl persiguiendo a David?.¿Y contra quién estaba
luchando en realidad?

No solo contra David. Estaba luchando contra Dios. Saúl estaba cavando su propia tumba. Dejó que Satanás lo
usara como un títere. ¡Qué feliz se pondría Satanás si lograba que una de las promesas de Jehová fallara! Pero al
final la palabra de Dios se cumplió: David llegó a ser rey.

¿Y quién reemplazaría a David cuando llegara el momento? Esa decisión la tenía que tomar Jehová, y así lo hizo.
En 1 Crónicas 22:9, 10, leemos lo que Jehová le dijo a David: Así que Salomón sería el siguiente rey de Israel.
¿Podría alguien evitar que eso pasara?

Adonías —otro hijo de David— lo intentó, pero fracasó. ¿Por qué? En 1 Reyes 2:15 leemos lo que él mismo
admitió: “El reinado se me escapó de las manos y pasó a ser de mi hermano, porque Jehová quiso que fuera
suyo”. Si Adonías pensaba que podía luchar contra Jehová y ganar, estaba muy equivocado. Jehová les prometió
a los israelitas que les daría la tierra de Canaán como herencia. Pero los cananeos tenían otros planes. Aunque
sabían todo lo que Jehová había hecho en Egipto, de todos modos lucharon contra él. ¿Y qué pasó? Aprendieron
por las malas que los que luchan contra Jehová al final siempre pierden.

Y, si vamos ahora a los días de Jesús, ¿qué personas importantes lucharon contra Dios? Quizá pensemos en el
rey Herodes el Grande, en el sumo sacerdote judío Caifás o tal vez en el gobernador romano Poncio Pilato. Ahora
hablaremos de ellos.

Primero, Herodes el Grande. Vayamos a Mateo 2:1, 2. Unos astrólogos visitan al rey Herodes y le hacen una
pregunta muy extraña. Ahí dice:

Aquí hay algo raro, ¿no creen?.A estos astrólogos no les había hablado ningún ángel. Pero ahora ven una luz
brillando en el cielo, ¿y llegan a la conclusión de que ha nacido el “rey de los judíos”? Claro, ¡qué lógico!. ¿Quién
creen que les metió esta idea en la cabeza? ¿Y quién creen que les dio la brillante idea de preguntarle al rey de
Israel de ese momento sobre su futuro rival? Eso lleva la firma de Satanás por todas partes.

Ahora leamos los versículos 3 y 4:

“dónde tenía que nacer el Cristo”. ¡Qué curioso! Herodes no preguntó dónde iba a nacer el futuro “rey de los
judíos”, sino dónde iba a nacer “el Cristo”. Herodes era un prosélito judío, así que se supone que estaba
esperando la llegada del Cristo, del Mesías. Pero, ahora que ya llegó, quiere matarlo. Herodes estaba luchando
contra Dios. ¿Le ganó? No. Jesús escapó de sus garras. Y, unos meses después, el rey Herodes murió. Muy pocos
lloraron su muerte.
En los días de Jesús, eran los romanos los que nombraban y destituían a los sumos sacerdotes judíos. El sumo
sacerdote Caifás era un político inteligente. Sabía cómo tener contentos a los romanos. Y, por eso, conservó su
cargo muchos más años que otros sumos sacerdotes. Además, tenía el apoyo de alguien muy importante:
Poncio Pilato. Así que, por todo eso, Caifás parecía intocable. Y Pilato también tenía amigos muy poderosos.

Uno de ellos estaba en las altas esferas de Roma: Lucio Sejano. Quizá es la primera vez que oyen hablar de
Sejano, pero probablemente era el hombre más poderoso del Imperio romano. El emperador dejaba en sus
manos muchas decisiones importantes. Sejano hizo muchos enemigos, pero no pudieron hacerle nada hasta…
hasta el otoño del año 31 de nuestra era. Fue entonces cuando Sejano perdió el favor del emperador y fue
ejecutado. Después de eso, el emperador ordenó que cualquiera que hubiera sido amigo de Sejano tenía que
ser ejecutado.

¿Cómo creen que se sintió Pilato? ¡Seguro que estaba muerto de miedo! Como vimos, él y Sejano habían estado
muy unidos. Entonces, un año y medio después de la muerte de Sejano, ¿qué creen que estaba pensando Pilato
cuando los gobernantes judíos le gritaron: “Si dejas libre a Jesús, es que no eres amigo de César”? Algunos
eruditos creen que una de las razones por las que Pilato ordenó la ejecución de Jesús fue para proteger su
puesto.

¿Y lo logró? No. Es verdad que no le pasó nada al principio. Pero, menos de cuatro años después de condenar a
Jesús a muerte, se metió en problemas, y le ordenaron ir a Roma. Como ya no tenía ningún amigo influyente,
Pilato perdió su puesto de gobernador romano. No se sabe muy bien lo que pasó después. Algunos dicen que
Pilato se suicidó. Otros creen que lo desterraron. Pasara lo que pasara, no fue nada bueno. Cuando Pilato perdió
su cargo, Caifás perdió a su protector, y al poco tiempo le quitaron su puesto de sumo sacerdote. Así que dos
personas que lucharon contra Dios —Pilato y Caifás— quedaron fuera de combate poco después de cometer su
mayor crimen.

Está claro que nosotros nunca querríamos luchar contra Jehová. ¿Y cómo nos ponemos de su lado y apoyamos
su propósito?

Imagine esta situación. Un hermano lo ofende, le dice algo sin pensar. Y usted está dolido. ¿Cómo ve Jehová a
esa persona? Jehová lo ama. Él ama a sus amigos. Y quiere que usted también los ame. ¿Y cuál es el propósito
de Dios para este hermano que lo ofendió? Quiere que disfrute de vivir para siempre. Bueno, ¿cómo puede usted
apoyar el propósito de Jehová? Si puede pasar por alto la ofensa, Jehová se sentirá feliz.

Pero, si no puede hacerlo, a Jehová le gustaría que hablara con ese hermano amablemente y con respeto. Podría
decir algo como esto: “Quizá estoy siendo demasiado sensible, pero lo que me dijiste el otro día me dolió. Sé
que no querías hacerme daño, pero me quedo más tranquilo si te cuento cómo me sentí”.

¿Se imaginan lo contento que se pondrá Jehová si el hermano reacciona bien y vuelven a ser amigos? En Mateo
18, Jesús contó la historia de la oveja perdida. Un hombre tenía 100 ovejas, y una de ellas se perdió. El pastor
dejó a las otras 99 en el campo y se esforzó mucho por encontrar a la oveja que se había perdido y traerla de
vuelta al rebaño.

¿Creen que es casualidad que, justo después de contar esta historia, Jesús dijera los tres pasos que debemos
seguir cuando alguien comete un pecado grave contra nosotros? En Mateo 18:15, Jesús nos dice cuál debería
ser nuestro objetivo al dar estos pasos. Vamos a leerlo:

El que pecó contra nosotros podría ser como la oveja perdida. ¿Cuál es nuestro objetivo? Recuperar a nuestro
hermano, no hacerlo quedar mal ni vengarnos de él ni demostrar que está equivocado ni ponerlo en ridículo,
sino traerlo de vuelta. Como ese pastor amoroso, queremos hacer todo lo posible para que ese hermano que se
ha equivocado vuelva al rebaño. Pero, claro, si el hermano no se arrepiente de su pecado, los ancianos tendrán
que dar el tercer paso que mencionó Jesús, y sacar a esa persona de la congregación.
¿Y qué más podemos hacer para apoyar el propósito de Jehová? Participar todo lo que podamos en la
predicación. Él ya ha dicho lo que pasará: “Las buenas noticias del Reino se predicarán en toda la tierra
habitada”.

Muchas personas han intentado impedir que esto ocurra. A principios del siglo veinte, la organización estaba
animando a todos los hermanos a predicar, pero algunos de ellos se opusieron. Eran hermanos influyentes a los
que les gustaba ponerse ropa elegante y dar discursos ante muchas personas. Pero se negaron a ir de casa en
casa porque creían que eso era rebajarse. Estaban luchando contra Dios. Pero los ángeles pronto los separaron
de la congregación, y de la mayoría no se supo nunca nada más.

Incluso en países donde hay cierta libertad religiosa, los que luchan contra Dios han intentado impedir que
llevemos a cabo nuestra obra.

“Necesitan un permiso para ir de casa en casa”.

“No pueden ofrecer revistas en la calle”.

“Ustedes son una secta peligrosa”.

Hasta han hecho leyes para intentar detener nuestra obra. Si siguen luchando contra Dios, estas personas sin
duda lo pagarán muy caro. Jehová ya ha dicho: “Vayan y prediquen”. Esta obra se va a realizar, tanto si les gusta
como si no les gusta. Como dijimos antes, a veces puede parecer que los que luchan contra Dios se salen con
la suya. Pero el que juega con fuego se quema. No podría explicarlo mejor que como lo hizo David en Salmo
37:1, 2:

Así que, si alguna vez oímos de un enemigo de Dios que parece invencible, recordemos lo que hablamos hoy. Tal
vez por el momento parezca que se salen con la suya. Pero, como están luchando contra Dios, en vez de darnos
miedo, tendrían que darnos lástima. Están en el bando equivocado. Es una batalla que ya tienen perdida.

Gracias, hermano Splane, por ese discurso tan animador: “Los que luchan contra Dios siempre pierden”.
Recordar esto nos tranquiliza muchísimo. Aunque confiar en Jehová cuando afrontamos un problema tras otro
no es fácil, puede hacernos mejores cristianos. Escuchemos ahora a la hermana Sigrid Detoffolli y veamos cómo
aprendió esta valiosa lección.

Estábamos en plena Segunda Guerra Mundial. Las cosas iban de mal en peor. Las autoridades nos dijeron que
teníamos que abandonar la zona, así que dejamos nuestro hogar. La gente era muy mala con los demás.
Teníamos miedo.

A lo largo del camino, había objetos personales que la gente arrojaba para quitarse peso, y los demás no los
recogían aunque fueran de mucho valor. Se quedaban solo con lo que les salvara la vida, algo para comer. En
aquel momento, todavía no sabía lo que iba a hacer con mi vida, pero mi objetivo no sería hacerme rica. Trabajar
y trabajar…, ¿para qué?

Aunque no estaba dedicada a Jehová, sabía quién era él, y como familia le orábamos, y estoy segura de que nos
ayudó. En 1946 nos enteramos de que mi padre y mi hermana estaban vivos. Fue un regalo poder estar juntos de
nuevo como una familia. Mi padre estaba cerca de Berlín en aquel tiempo, y ahí comenzamos una nueva vida.
Mi padre encontró el libro El Arpa de Dios y comenzó a darnos clases de la Biblia a mi hermana y a mí.

Poco a poco se fue formando una congregación en nuestra casa. Cuando empecé a conocer mejor a Jehová y a
saber más del Paraíso, se lo quería contar a otros. Ya sabía lo que quería hacer con mi vida. Cuando oí hablar de
Galaad, pensé: “¡Uy! Ahí es donde quiero ir. Quiero ser misionera. Quiero hablarle a todo el mundo sobre el
Paraíso”.

La obra de los Testigos en Alemania Oriental se prohibió oficialmente en el año 1950, pero unos meses antes ya
nos estaban vigilando. Mi padre conseguía publicaciones para la congregación. Muchas veces me enviaba a mí
para que atravesara el bosque en bicicleta con las publicaciones. Y es increíble que, cuando estás en esa
situación, en la que te pueden llevar a la cárcel, dejas de preocuparte, confías en Jehová y sigues adelante. Y
eso es lo que hizo nuestra familia.

Entonces mi padre fue a la sucursal, y le dijeron: “Max, escucha bien. Hay una asamblea en Berlín. Pero si vas,
no traigas la Biblia, no traigas el cancionero, nada”. Cuando nuestro padre regresó de aquella reunión, nos lo
contó todo y dijo: “Pues parece que, si vamos, no podremos volver”.

A eso dije: “Yo voy”. Y mi madre dijo: “Yo voy”. Todos decidimos ir y entonces nos preparamos para dejarlo todo
una vez más. Me puse un vestido encima del otro, agarré la bicicleta y nos fuimos. Poco después, la policía llegó
a casa. ¡Nos estaban buscando!

Fue muy especial, de verdad, fue un privilegio poder estar en la asamblea en Berlín. Así que le dimos gracias a
Jehová por poder asistir y recibir el alimento espiritual que tanto nos fortaleció. Después de la asamblea, nos
reconocieron oficialmente como refugiados. Y fuimos a Alemania Occidental en avión.

Entonces mi padre dijo: “Por segunda vez, todas las cosas materiales que teníamos aquí en Alemania las
perdimos, así que mejor vayámonos a Estados Unidos”. Allí estaba mi hermana y podíamos estar todos juntos.

Yo dije: “¡Bien! Estaré más cerca de Galaad”. Por fin tuve el privilegio de ir a la Escuela de Galaad, a la clase 29.
Mi asignación fue Brasil. Era como estar en el Paraíso. Y allí conocí a mi esposo, que era mi superintendente de
circuito. Cuando nos casamos, me hizo muy feliz poder acompañarlo en sus viajes. Fue una bendición.

¡Ni todo el dinero del mundo podría comprar las bendiciones que he recibido! La vida es lo más importante
porque, da igual cuánto dinero tengas, no puedes alargar tu vida. Cuando aprendes que Jehová entregó a su Hijo
para salvarnos de todas estas cosas tan terribles, ¿por qué no usar tu vida para servirle? Confía en Jehová. Haz
todo lo que puedas para servirle de todo corazón. Él nunca te abandonará.

Lo que ha vivido nuestra hermana Detoffolli es muy parecido a lo que están viviendo muchos de nuestros
hermanos en este momento. La siguiente escenificación está basada en experiencias de la vida real de nuestros
hermanos.

Ya hace tres días que empezaron a caer bombas. Cuando los enfrentamientos se fueron acercando, tuvimos
que escondernos. Pero no sé cuánto tiempo podremos estar aquí. Algunos hermanos están tratando de salir del
país. Mi mamá también quiere que nosotras salgamos cuando sea más seguro. Pero parece que eso no va a
ocurrir nunca. Jehová, ¿es que no ves lo que nos está pasando?

Lidia, puedes acabarte esto. Queda un poco más.

Siempre escribiendo, como tu papá.

Gracias, abuela. Sé que te preocupa cómo están los hermanos. ¿Recuerdas el texto de hoy?

“Ningún arma que fabriquen contra ti dará resultado”.

Muy bien. Durante muchos años, cuando la obra estaba prohibida, Satanás trató de acabar con nuestra fe; pero
jamás logró que dejáramos de predicar. ¿Sabes por qué?

No.

Porque no pueden hacer que Jehová deje de amar a su pueblo. Nos atacan, pero, aunque lo intenten, nada puede
separarnos de él. Jehová nos cuidó en aquella época. Y todavía lo hace. Nos pueden quitar la vida, pero esa arma
no les dará resultado, gracias a la resurrección.

¡Lidia! ¡Despierta! ¡Tenemos que irnos ya!


Tardamos una eternidad en llegar a la estación. Los trenes salían de la ciudad de uno en uno. Había muchísima
gente y muchísimo miedo. Muchos hermanos fueron arrestados por no unirse al ejército, aunque quedaban
algunos con nosotras. Los soldados les pedirán sus documentos.

Hagamos una fila. Parecía que el reloj no avanzaba. Y ni siquiera sabíamos si subiríamos al tren.

La sección 4 está cerrada. Metan a los que entren y manden a los demás al refugio.

Recibido. ¡Ya no cabe nadie más!

Tú. Desde este punto hacia atrás, al refugio.

No se preocupen; lo intentamos mañana de nuevo. Vengan conmigo.

Lidia, Jehová nos va a cuidar.

Esto es solo una demora, no una derrota. Vamos, anda.

Tengo que ir a ver cómo están los demás.

Les envío un mensaje en cuanto sepa algo.

¿En qué estás pensando?

Ojalá papá estuviera aquí.

Sí, ya lo sé.

¡Qué bien te conocía!, ¿eh?

Yo también lo extraño. Cuando estoy muy triste, pienso en la promesa tan especial que Jehová nos ha hecho a
nosotras.¿Te acuerdas?

Sí. Está en el Salmo 68:5, él es “padre de huérfanos”. Quiero confiar en él.

Y puedes. Los trenes ya no salen. Las bombas destruyeron las vías.

¡¿Qué?! ¿No podemos salir?

No te preocupes, cariño. Los hermanos se van a encargar. Jehová no se va a olvidar de nosotras. Hagamos una
oración.

¡Sofía! ¡Lidia! ¡Ana!

Aquí. Estamos aquí.

Perdón por haber tardado tanto. ¿Supieron de los trenes? Pero, tranquilas, traigo buenas noticias.

No pudimos irnos, pero unos hermanos que vivían en una parte más segura de la ciudad nos abrieron las puertas
de su casa.

Aprendí que una guerra no puede detener a Jehová. Él siempre encontrará la forma de cuidar a su pueblo. Nada
puede hacer que Jehová deje de amarnos. No sé adónde nos llevará, pero confío en él.

Lidia estaba desanimada y tenía miedo, pero no dejó que Satanás se aprovechara de eso, sino que siguió
confiando en Jehová.

¿Cómo podría aprovecharse de nosotros Satanás? Escuchemos atentamente la explicación que el hermano
Harold Corkern nos dará en la siguiente adoración matutina.

El texto de hoy dice que Satanás puede aprovecharse de nosotros. ¿En qué pensamos cuando escuchamos que
alguien se aprovecha de otra persona? Aprovecharse de alguien significa sacar provecho de esa persona —
normalmente con malas intenciones— mediante el engaño, la manipulación o el abuso. Por eso tenemos que
tener mucho cuidado y estar alerta, porque el Diablo aprovechará cualquier oportunidad para engañarnos,
manipularnos y abusar de nosotros.

Y puede hacerlo de muchas maneras, ¿verdad? De hecho, la Biblia, en Efesios 6:11 habla de “las astutas
trampas del Diablo”. Bueno, el contexto del texto de hoy nos ayuda a identificar cuáles son dos de sus tácticas.
Por favor, busquen conmigo 2 Corintios, capítulo 2.

En la primera carta que Pablo les escribió a los corintios les había hablado de un hombre del que Satanás se
había aprovechado. Se trataba de un caso muy grave de inmoralidad sexual. No solo Satanás se estaba
aprovechando de él, sino que la congregación lo toleraba, y Pablo les habló de manera muy clara. Les dijo:
“Entreguen a ese hombre a Satanás”. “Saquen a la persona malvada que está entre ustedes”.

La congregación reaccionó, y finalmente este hombre, que llevaba una vida tan inmoral, se arrepintió de verdad.
Y ahora el problema no era que se tolerara una mala conducta. ¿Cuál era el problema? Ahora tenían que
perdonar a ese hombre.

2 Corintios 2:6: “Ese hombre ya tiene suficiente con la reprensión que le dio la mayoría. Ahora deben perdonarlo
bondadosamente y consolarlo para que no se sienta abrumado por estar demasiado triste”.

¿Y quién podía aprovecharse de esa tristeza excesiva? Versículo 11: “Para que Satanás no se aproveche de
nosotros, porque no desconocemos sus tácticas”. Así que el Diablo usará lo que sea: la tentación de la
inmoralidad sexual, que toleremos la maldad o que seamos demasiado duros, que no perdonemos, que no
tengamos compasión. Cualquiera de esas dos reacciones son tácticas del Diablo para alejarnos de Jehová.

Hablemos brevemente de otra táctica que el Diablo usa relacionada con las tentaciones y la inmoralidad sexual.
Él puede convencer a alguien de que no pasará nada si prueba cosas que podrían ser impuras —o que lo son—
, que no habrá consecuencias graves o que no se le hará daño a nadie. Puede que incluso haga algo impuro y,
como aparentemente no pasa nada malo, piense que está bien. Pero esa persona se está olvidando de una
verdad fundamental que Jehová nos recuerda en Gálatas 6:7: “Lo que uno esté sembrando es lo que cosechará”.

Para que entendamos mejor que el Diablo usa cebo o carnada para convencer a alguien de que no está en
peligro, de que no pasa nada, y luego lo atrapa, les contaré algo que ocurrió hace muchos años.

En una ocasión había un grupo de jóvenes que estaba pescando en un lago. Desde donde estaban, podían ver
que en el agua había peces enormes, muy grandes. Y probaron todo tipo de carnada. Intentaron con lombrices,
con señuelos artificiales, pero los peces no mordían el anzuelo. Entonces llegó un hombre más mayor y les dijo:
“Denme una lombriz”.

Agarró la lombriz y la echó al agua sin anzuelo adonde estaban los peces. Y uno de los peces se la comió. Y dijo:
“Echen otra sin anzuelo”. Lo hicieron y el pez se la comió. Y entonces les dijo: “Ahora echen una con el anzuelo”.
Y lo pescaron. ¿Cuál es la lección?

Que el Diablo puede ponernos una carnada que nos parezca algo placentero. “Esto no es nada malo, no me hará
daño”. Pero con el Diablo siempre hay un anzuelo. Siempre lo hay. Y nos hará daño espiritual, emocional, mental
e incluso físico. Engañarnos a nosotros mismos pensando que las prácticas sucias o impuras son inofensivas
puede costarnos la vida.

Pero el Diablo no solo usa el placer y las tentaciones, también puede valerse del dolor y el sufrimiento.
Recuerden lo que le pasó a Job. Él perdió sus posesiones materiales, perdió a sus hijos, se puso muy enfermo.
Y eso le causó mucho dolor físico y emocional, nada de placer.

Y, por si eso fuera poco, sus falsos amigos fueron a consolarlo, pero lo que hicieron fue acusarlo de hacer todo
tipo de cosas malas e intentaron sembrar dudas en la mente de Job para que pensara que él nunca podría
agradar a Dios. Esa fue una de las pruebas más duras que tuvo que soportar, escuchar todo aquello que le
dijeron sus amigos.

Y sobre este tema, La Atalaya del 15 de agosto de 2002 explicó lo difícil que puede ser una prueba cuando viene
de nuestros hermanos. Dice así: “Satanás no ha dejado de valerse de consejos equivocados o comentarios
irreflexivos […] de amigos y de hermanos […]. Es posible que el desánimo generado dentro de la congregación
nos desmoralice con mayor facilidad que la persecución procedente del exterior”.

Más adelante, el mismo artículo cuenta que un hermano que servía como anciano y que había estado en la
guerra —había vivido cosas terribles— recibió críticas y comentarios hirientes de los hermanos de la
congregación. Le hicieron mucho daño.

¿Qué dijo él sobre aquella situación dentro de la congregación? Él dijo: “Es lo peor que me ha sucedido”. ¿De
qué puede valerse el Diablo? A veces los hermanos hacen o dicen cosas, y el Diablo las usa y las exagera para
desanimarnos y que dejemos de servir a Jehová. Bueno, está claro que Satanás usa diferentes trampas, y hoy
solo hemos hablado de algunas.

¿Qué podemos hacer para protegernos? Santiago 4:7 dice: “Por lo tanto, sométanse a Dios, pero opónganse al
Diablo”. Y para hacer eso debemos recordar siempre lo que dijo Jesús en la oración modelo: “Líbranos del
Maligno”. ¿Por qué es importante que se lo pidamos?

Bueno, llevamos el nombre de Jehová. Y él desea proteger su nombre. Además, nos quiere mucho a nosotros. Él
es nuestro Padre.Y, como cualquier buen padre, si ve que uno de sus hijos está sufriendo mucho porque alguien
está intentando matarlo, ¿verdad que haría algo, y rápido? ¿Qué está dispuesto a hacer Jehová?

Bueno, busquemos en la Biblia el libro de Malaquías, donde veremos lo mucho que Jehová se preocupa por
nosotros y por qué responde rápido a nuestras súplicas cuando le pedimos que nos libre del Maligno. Malaquías
3:17 dice: “Y ellos serán míos —dice Jehová de los ejércitos— el día en que los convierta en mi propiedad
especial. Les tendré compasión, igual que un hombre le tiene compasión al hijo que le sirve”.

¿Verdad que es muy bonito lo que acabamos de leer? Jehová nos quiere mucho. Otras Biblias traducen la
expresión “propiedad especial” de las siguientes maneras: “Mi propiedad personal”, “mi tesoro especial” y “mis
joyas”. Jehová nos ama.

Él solo permitirá que el Diablo nos pruebe hasta cierto punto. Satanás no puede ir más allá de donde Jehová le
permita. Por ejemplo, ¿recuerdan el caso de Job, cuando bajó fuego del cielo y devoró sus rebaños de ovejas e
incluso a algunos de sus sirvientes? El Diablo hizo eso y Jehová lo permitió.

Pero más tarde, en 1 Reyes 18, allí en el monte Carmelo, cuando había dos toros y se tenía que demostrar quién
era el Dios verdadero, si Jehová o Baal, y los adoradores de Baal estuvieron todo el día rogándole a su dios, no
bajó ni una sola chispa del cielo. Jehová no le permitió al Diablo quemar un solo toro aunque ya le había
permitido quemar miles de ovejas. Jehová tiene el control.

Y podemos estar seguros de que cualquier cosa que él le permita hacer al Diablo que nos cause dolor emocional
o físico, o si le permite perseguirnos, o incluso matarnos a algunos…, mediante su Hijo Jesucristo, Jehová va a
deshacer por completo todas las obras del Diablo. Así que pase lo que pase, si nos mantenemos leales a Jehová
y evitamos las astutas trampas del Diablo, él no podrá aprovecharse de nosotros. Este enemigo traicionero y
mentiroso no podrá causarle ningún daño permanente al pueblo de Dios.

Sabemos cuáles son las tácticas del Diablo. Mantengámonos alerta, roguémosle a Jehová que nos libre de él.
Podemos estar seguros de que nuestro amoroso Padre celestial nunca nos abandonará. Quizás familiares con
buenas intenciones traten de alejarnos de Jehová, y puede que Satanás también se aproveche de eso.

Si a usted le está pasando esto, no se pierda el siguiente episodio de la serie “¿Qué ha sido de ellos?”. Seguro
que lo fortalecerá mucho.
Me llamo Karen Malone y nací en Iowa, pero me crie en distintos lugares porque mi padre era militar. Cuando
pienso en cómo conoció Karen a Jehová, me emociono mucho, porque ella estaba solita en la verdad..De hecho,
su familia no la apoyaba nada en absoluto. Cuando conocí a Jehová, tomé la decisión de servirle toda la vida y
de que quería ser feliz al hacerlo.

Conocí a Karen en Betel. Ella era precursora especial en Tennessee, yo estaba sirviendo en Betel, y vino a visitar
la sucursal. Más o menos un año después nos casamos. Y nueve meses más tarde, nos invitaron a servir en
Betel. En 1980 salimos de Betel. Y ese mismo año tuvimos a nuestra hija.

La vida nos cambió por completo, pero entendimos que ser padres era ahora nuestra asignación. Así que le
dedicamos todo nuestro amor, tiempo y energías. Le gustaba llevar a los niños a predicar durante la semana, y
trataba de que la pasaran bien. Eso era importante para ella. Quería asegurarse de que, cuando los niños salieran
a predicar, lo disfrutaran mucho.

Lo importante es florecer dondequiera que estés plantado. Al llegar a una congregación nueva no esperábamos
a que los hermanos vinieran a nosotros. Tomábamos la iniciativa de conocerlos, nos esforzábamos por
integrarnos y por hacer de ese lugar nuestro hogar. Amábamos a los hermanos. Si necesitaban sopa, pues les
hacíamos sopa.

Si necesitaban que les limpiaran la casa, les cuidaran los niños…, ahí estábamos nosotros, para lo que hiciera
falta. Hay tantos problemas en la vida que pueden robarte la paz… Si tú lo permites. Pero nosotros nunca lo
permitimos.

Nos volvieron a invitar a Betel en el 2007, y aquí estamos desde entonces. Me asignaron a trabajar en el
Departamento de Atención Médica, con hermanos que están muy bien preparados. Me plantaron delante de dos
pantallas y, para florecer ahí, tuve que orar mucho. Recuerdo encerrarme en el baño a llorar y decirle a Jehová:
“Tú pudiste dividir el mar Rojo. Así que puedes hacer que esta información me entre y la comprenda”, porque mi
mente era una página en blanco.

Menos mal que había dos hermanas muy lindas, Bonnie y Zulma, con las que todavía trabajo y a las que quiero
mucho. Ellas me ayudaron y me enseñaron.

¿Conocen el dicho: “Si no puedes cambiar tus circunstancias, cambia tu actitud”? Pues yo le oré mucho a
Jehová sobre este asunto, y él me dio hermanas maravillosas que me ayudaron y me enseñaron muchas cosas.
Cuando conocí a Jehová me di cuenta de que hay textos de la Biblia que nos enseñan la verdad y textos que nos
ayudan a mantenernos en la verdad. Yo los llamo mis “textos del alma”. Son mis textos de supervivencia. Cuando
las cosas se ponen difíciles, cuando paso por problemas, cuando algo amenaza con quitarme la alegría, recurro
a estos textos una y otra vez, y eso me da fuerzas. Así puedo decirle a Satanás: “No vas a poder conmigo”.

Mi texto bíblico favorito es el de Proverbios 27:11, un texto muy conocido. Ahí dice:

Eso es lo que realmente importa, el nombre de Jehová, y que él pueda responder al Diablo. Lo importante es su
soberanía, no nosotros. Nos encanta ser padres y nos encantaba ser precursores. Nos sentimos agradecidos
por todo lo que Jehová nos ha dado. Les decía a mis hijos que cada día de vida es un regalo de Dios.

Pero cómo lo vivimos es nuestro regalo para él. Es fácil mantenerse en la verdad si somos obedientes. Si
escuchamos a Jehová y hacemos lo que nos pide, él nos bendecirá muchísimo.

Nuestro mejor día en este mundo —y todos hemos tenido días buenos— no es nada en comparación con cómo
será nuestro primer día en el nuevo mundo. Todo lo que tenemos que hacer ahora es tomar buenas decisiones.
Si lo hacemos, ¡podremos estar allí!

Qué felices nos sentimos por Karen, porque encontró el cariño de una familia espiritual. ¡Y qué bonito que ella
también muestre su cariño a esta familia! Nuestros hermanos y hermanas pueden hacernos sentir mucha
alegría y paz.
Esto es lo que veremos en el video musical de este mes.

♪♪ Mirar al mundo es tan abrumador, las cosas van de mal en peor.

Solo hay algo que me aporta paz: estar con Dios, mi Amigo, Jehová.

Me da su paz como un río, paz que refresca mi ser.

La siento en mi interior, me inunda con su amor, y así vuelvo a sonreír.

Su paz es igual que un río que nunca termina.

Orarle a Jehová me hace bien, me da tranquilidad, me acerca a él.

Me ayuda a proteger mi corazón, me quita la preocupación.

Me da su paz como un río, paz que refresca mi ser.

La siento en mi interior, me inunda con su amor, y así vuelvo a sonreír.

Su paz es igual que un río que nunca termina.

Me da su paz como un río, paz que refresca mi ser.

La siento en mi interior, me inunda con su amor y así vuelvo a sonreír.

Su paz es igual que un río que nunca termina.

Mmm Mmm ♪♪

¿Qué hace cuando está en la predicación y nadie lo atiende, nadie está en casa? Como veremos en el siguiente
episodio de “El hierro afila el hierro”, puede que, a pesar de eso, sigamos teniendo muchas oportunidades de
predicarles las buenas noticias a otras personas.

Hola, soy Victor Anibaba, y esto es “El hierro afila el hierro”.

Hasta ahora, en esta serie de videos, hemos visto distintas cosas que nos ayudan a mejorar en nuestro
ministerio. Por ejemplo, ya hemos analizado cómo iniciar buenas conversaciones, cómo usar bien las preguntas
y cómo hacer revisitas que sean eficaces. Pero estas técnicas solo funcionarán si encontramos personas con
las que hablar. Y a veces eso puede ser lo más difícil.

¿Han tenido días de predicación como este, en los que no encuentran a nadie en casa? De ser así, les alegrará
saber que en nuestras publicaciones hay muchos consejos que nos ayudan a saber cómo hablar con más
personas en el territorio. En este episodio vamos a analizar tres consejos que han resultado muy útiles.

➢ Primer consejo: seamos observadores. Podríamos tener más oportunidades de encontrar a personas con
quienes hablar si sabemos dónde buscarlas. Pensemos por ejemplo en los hermanos que acabamos de ver.
Es cierto que no encontraron a nadie en casa, pero ¿realmente no había nadie más con quién hablar? Vamos
a ver.

¡Hola!

Hola.

¡Qué perro más bonito!

¿Cómo se llama?

Lulú.
Iniciar una conversación puede ser así de fácil. ¿Qué hay de los hermanos que estaban regresando a su auto?
Como fueron observadores… ¿Qué tal?

… pudieron predicarle a alguien. Cuanto más observadores seamos, más oportunidades encontraremos.
La clave es que nunca olvidemos cuál es nuestro objetivo: predicar, dar testimonio. Y esto lo podemos hacer
tanto en la puerta como en el camino entre una puerta y otra.

➢ Ahora pasemos al consejo número dos: estemos bien preparados. ¿Cuántas veces se ha encontrado a
alguien en su territorio que no habla su idioma? En Londres, donde me crie, eso me pasaba todo el tiempo.
Y, aunque esto antes solía ocurrir solo en ciudades grandes donde hay una variedad de idiomas y culturas,
ahora en todo el mundo nos encontramos con situaciones como esta. Así que ¿qué podemos hacer para
estar bien preparados? Bueno, no tenemos el don de hablar en lenguas que tenían los cristianos del primer
siglo, pero sí tenemos un regalo muy especial: la aplicación JW Language®. Con esta aplicación, podemos
aprender una presentación sencilla en muchos idiomas diferentes. Se lo enseño. El diseño de esta
aplicación hace que sea muy fácil de usar. Primero, ponga como idioma principal el que habla usted y, como
idioma de destino, el que quiera aprender. Luego, en el apartado “Predicación”, seleccione “Maneras de
saludar y presentarse” para aprender cosas tan sencillas como decir “Hola”… … y “mucho gusto en
conocerlo”. Dobryi den’. Pryyemno poznayomytys’a. Creo que no me salió bien. Lo volveré a intentar. Dobryi
den’. Pryyemno poznayomytys’a. Bueno, tal vez necesite mejorar mi acento, pero creo que se entiende el
punto. Con algo de práctica, podemos hacer preguntas sencillas y hasta introducir un texto y explicarlo. Y de
verdad funciona. Veamos un ejemplo.

Hola, estamos haciendo visitas breves a nuestros vecinos.

Ay, no, no, no, no español.

Ah, ¿árabe?

¡Qué buena manera de dar testimonio a más personas en el territorio! Pero, si le parece que aprenderse una
presentación entera es algo demasiado difícil, puede hacer algo un poco más fácil: apréndase un saludo. Solo
son unas palabras, pero no se imagina el impacto que tiene saludar a una persona en su propio idioma y con
una sonrisa amigable. Eso nos permite abrir el camino, y más adelante tal vez podamos volver a visitar a la
persona con alguien que hable su idioma.

➢ Esto nos lleva al tercer consejo: sigamos buscando a las personas y cultivemos el interés. Por una parte, esto
significa tratar de contactar con las personas que no hemos encontrado de casa en casa, sea en otra hora o
en otro día. Y, si no lo logramos, recordemos que también podemos escribirles una carta o llamarlas por
teléfono. Nos fue muy bien con estos métodos durante la pandemia y todavía hoy nos resultan útiles. Sea
como sea que hayan contactado con una persona, por favor, no se olviden de ella. Regresen lo más pronto
posible para cultivar el interés que demostró. Hablar con todas las personas en nuestro territorio no es nada
fácil.

Pero seguir los tres consejos que hemos repasado, 1) ser observadores, 2) estar bien preparados y 3) seguir
buscando a la gente y cultivando el interés que demostraron, puede ayudarnos a todos a dar un testimonio
completo. Al hacer esto, estaremos imitando a Jesucristo, quien se esforzó por dar a todas las personas la
oportunidad de conocer a Jehová.

¡Qué sugerencias tan buenas para la predicación! Ya tengo ganas de usarlas durante la campaña para invitar a
las personas a la asamblea regional. ¿Qué tal si echamos un vistazo a lo que incluirá el programa de la asamblea
de este año? Necesitamos escuchar buenas noticias, ahora más que nunca. Pero las buenas noticias que
necesitamos no vienen de los seres humanos, sino de quien nos puede dar verdadera esperanza, nuestro Dios,
Jehová. Y se centran en su Hijo, Jesucristo. ¿Qué son estas buenas noticias? ¿Son confiables? ¿Pueden
ayudarnos ahora? La asamblea regional de los testigos de Jehová de este año “¡Prediquemos las buenas
noticias!” nos ayudará a confiar más en Dios y en su Hijo. Las buenas noticias del Reino de Dios pueden ayudarlo
ahora y darle la oportunidad de vivir para siempre en el futuro.

¡Eso sí que son buenas noticias! ¡Cuánto vamos a disfrutar con la asamblea regional de este año! ¡Y cuánto ha
fortalecido nuestra fe el programa de este mes!

¿Qué aprendimos? Que los que luchan contra nuestro Dios, Jehová, no tienen ninguna posibilidad de ganar.
Y nosotros demostramos que apoyamos el propósito de Jehová esforzándonos por mantener la paz en la
congregación y dando el máximo en la predicación. En la escenificación, vimos que Lidia aprendió que Jehová
nunca abandona a sus siervos leales. Y en el hermoso video musical aprendimos que, si confiamos en Jehová,
tendremos fuerzas y paz.

Y tenemos una sorpresa para ustedes.

Nos alegra anunciarles una nueva serie de videos para los más pequeños: “Aprende de los amigos de Jehová”.
Con estos videos cortos de dibujos animados, los niños que están empezando a leer por su cuenta aprenderán
sobre personajes de la Biblia que amaron a Jehová. Muy pronto podrán verla en JW Broadcasting.

La videopostal de este mes viene de un lugar conocido como “La tierra de la gente íntegra”. ¿De qué lugar
estamos hablando? El nombre del país combina dos palabras: “integridad” en el idioma moré y “tierra” o “país”
en el idioma diula. Estamos hablando de Burkina Faso, un país sin salida al mar en el interior de África
Occidental. En 1959 llegó a Burkina Faso el primer testigo de Jehová. Y vino desde Ghana. Más tarde, en 1972,
llegaron los primeros de una larga lista de valientes misioneros. Y, solo dos años más tarde, se formaron
congregaciones en Uagadugú —la capital— y en Bobo-Dioulasso, en el oeste del país. Durante el día, las
temperaturas rondan los 30 ºC (86 ºF). Pero, en los días más cálidos de la temporada seca, las temperaturas
pueden ser mucho más altas. Es muy común que las personas reciban a los visitantes con un vaso de agua.
De hecho, un dicho popular en el idioma moré es “Sãan la koom”, que literalmente significa “El visitante es agua”.

Nuestros hermanos de Burkina Faso están haciendo todo lo posible por llevarles el agua de la vida a los casi
23 millones de personas esparcidas por pueblos de la sabana y el bosque. En marzo de 2023, en el país se
alcanzó un nuevo máximo de precursores auxiliares: en total fueron 684. En la actualidad hay más de 2.000
publicadores en Burkina Faso. Y esto es un gran logro, si tenemos en cuenta que es muy difícil viajar de un pueblo
a otro y que, además, a lo largo de todo el país se hablan 66 idiomas indígenas.

Hay dos oficinas remotas de traducción que traducen publicaciones a los idiomas moré y diula. Y, en el 2023,
nuestros hermanos se alegraron muchísimo porque recibieron la Traducción del Nuevo Mundo completa en el
idioma moré. Los hermanos y hermanas de las congregaciones de habla moré Kamboincé y Tampouy envían un
cariñoso saludo para toda la hermandad mundial. Esperamos que hayan disfrutado del programa de este mes.

Y, Saki, hoy nos has ayudado mucho. Te lo agradecemos de corazón.

De nada.

Desde la central mundial de los testigos de Jehová, esto es JW Broadcasting.

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