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COMPETITIVIDAD ESCOLAR

1.1 INTRODUCCIÓN
A menudo describimos nuestro mundo como un lugar competitivo. Es innegable que el
mundo laboral, así como otros factores de nuestra vida cotidiana, funciona con objetivos y
la escuela, muchas veces, no difiere en ese aspecto. Incluso se cree que lo mejor es que
los estudiantes sean educados y preparados para esta “realidad”. Pero la competitividad,
sanamente entendida, es buena en las aulas para que nuestro alumnado logre el
desarrollo adecuado, aunque siempre alejándonos de posturas extremas como “se gana o
se pierde”, ya que con estas ideas conseguiremos un efecto que fomentará inseguridad y
estrés. De hecho, en un ámbito puramente competitivo como es el deportivo, una de las
razones que comúnmente lleva a los jóvenes deportistas al abandono del deporte
federado es que encuentran un clima demasiado competitivo, provocando una gran
insatisfacción y pérdida de interés.
Prácticamente todos los días el alumnado hace frente a situaciones a superar en la
escuela. Como ejemplo contamos con los exámenes, calificados con notas que hacen
que, indirectamente, se establezca una especie de ranking en las aulas, provocando
competitividad. A pesar de ello, es importante que los docentes planteen qué hacer
independientemente de los resultados objetivos. Es necesario incentivar a los alumnos
para que ejerzan una competitividad sana, es decir, que sepan manejar los retos de cara
a superarlos (¡o no!) o, al menos, a no frustrarse con sus primeros intentos.

1.2 TEMA
La competitividad siempre ha estado presente en nuestro entorno, ya sea en el ámbito
escolar o laboral se tiene que tener una competitividad sana ya que esta mejora las
capacidades de una persona al no rendirse y poder aprender de los errores y seguir
mejorando constantemente. Pero frecuentemente se ve presencia de una competitividad
dañina y todo empieza por la auto comparación y empezando en el pensamiento de
siempre ser el mejor o por el simple hecho de quedar en segundo pensar en ser perdedor
esto causa la frustración y un estrés constante de competencia por poder superar a los
demás y al no poder lograrlo empezar a auto exigirse más de lo apropiado causando daño
así mismo lo que puede escalar a problemas mayores como lo es la depresión al no poder
lograr lo esperado entrar en una tristeza persistente y perdida de interés en sus
actividades.

1.3 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


La competitividad escolar a estado presente desde que somos niños sin darnos
cuenta entramos en el entorno de comparaciones y por lo tanto entramos al
problema de la competitividad. Con el pasar del tiempo esto puede generar que
los estudiantes caigan en problemas de estrés, ansiedad o incluso depresión por
ser presionadas y motivados a la competitividad por parte de los padres o ellos
mismo. A pesar de que ahora el concepto de que la calificación no te define como
persona ha ayudado a muchos estudiantes que dejen esta competitividad nada
sana aún sigue existiendo la competitividad, aunque ya no esté tan presente en
los estudiantes hoy en día.
Se a presionado que si no se resuelve el problema de competitividad este puede
escalar un problema mayor como lo es la depresión, el estudiante es presionado
para ser el mejor, empiezan las comparaciones por ende empieza a competir lo
que llega a generar mucho estrés.
Abordar este problema tendrá beneficios en identificar el problema y así poder
ayudar a aquellos estudiantes que sufren de este problema, contribuirá a mejorar
la autoestima y llevar a cabo una competitividad escolar sana, sin presiones.
1.4 OBJETIVO GENERAL
Lograr que baje los niveles de competitividad en el aula fomentando la autoestima de
cada estudiante, para evitar el estrés o el desinterés de cualquier materia que exija una
competitividad elevada.

1.5 OBJETIVOS ESPECÍFICOS


- Establecer que materias fomentan más competitividad
- Hacer conocer al docente sobre la competitividad que existe, para que este
cambie su enfoque al momento de motivar a los estudiantes para el futuro
- Aumentar charlas de motivación para los estudiantes
- Contactar con los padres para que estos no alienten más a la competitividad que
podrá llevar al estudiante a una exigencia severa
- Evitar una baja autoestima y estrés por no llegar a lo esperado.
- Logar el apoyo entre compañeros para avanzar conjuntamente.

1.6 JUSTIFICACIÓN
Los motivos que me llevaron a investigar la competitividad en el aula, se centran en que
los estudiantes son más vulnerables a caer en una dependencia emocional, pues se
encuentran más expuestos que el resto de la sociedad debido a que esta juzga al
estudiante por sus notas o hablan del mismo dando una información negativa del
estudiante, lo que genera críticas o desprecio por parte de algunos .Pretendo, entonces,
ayudar a los estudiantes dándoles una nueva orientación sobre el tema y motivar su
desarrollo personal para que este no caiga en un estrés y exigencia severa.

1.6 MARCO REFERENCIAL


Educación
La educación es el proceso de facilitar el refinamiento de habilidades o
capacidades propias del individuo, mediante el aprendizaje o la construcción de
conocimientos, así como también de las virtudes, creencias, hábitos, u otras
características del ser. El proceso educativo se puede dar a través de la
investigación, el debate, la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, el
ejemplo y la formación en general. La educación no solo se produce a través de la
palabra, pues además está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y
actitudes
La educación es el proceso por el cual se transmite el conocimiento, los hábitos,
las costumbres y los valores de una sociedad a la siguiente generación. La
educación comprende también la asimilación y práctica de las normas de cortesía,
delicadeza y civismo. De allí que en el lenguaje popular las prácticas de estos
hábitos de socialización sean calificados como signos de una buena educación.
En el sentido técnico, la educación es el proceso sistemático de desarrollo de las
facultades físicas, intelectuales y morales del ser humano, con el fin de integrarse
mejor en la sociedad o en su propio grupo. Es decir, es un aprendizaje para vivir.
Esfuerzo
El esfuerzo es la capacidad personal que nos ayuda a conseguir las metas que
nos proponemos y a vencer los obstáculos de la vida diaria. Sin embargo, hoy en
día vivimos en una sociedad donde la cultura del esfuerzo se está perdiendo. El
esfuerzo va acompañado de la fuerza de voluntad, la motivación, la confianza y la
constancia. Todos estos valores son educables, por tanto, deben de ser
enseñados y entrenados para ser aprendidos por los niños. Por eso, va a ser
fundamental que la actitud pedagógica de los adultos no se base en minimizarles
las dificultades ni en sobreprotegerles, sino en ayudarles, acompañándoles en la
construcción de estrategias para enfrentarse a las adversidades con confianza en
sí mismos.
Comparación
La comparación con otras personas es algo consustancial al ser humano. A la
hora de mirar hacia nosotros mismos, muchas veces y sin darnos cuenta, miramos
a quien tenemos al lado con objeto de compararnos. Una vez pensando que el
otro puede ser más inteligente, más elegante, más trabajador, más organizado, y
así un sinfín de posibles comparaciones.
La comparación en ocasiones se puede convertir en una necesidad por tomar
algún tipo de referencia, y para ello se puede realizar con iguales, es decir, con
amigos, compañeros del trabajo, familiares, etc. También se puede realizar con
modelos sociales como deportistas, famosos, ricos, triunfadores. Normalmente
personas próximas a lo que son estándares sociales de ideales relacionados con
el triunfo, el éxito, la belleza, la salud, el dinero, las creencias, la moral, etc.
Paradigmas sociales que nos atrapan y que resulta difícil alejarse de ellos en
busca de nuestro propio camino, alejado de tanta influencia externa, temporal e
intencionada. La construcción de un auto-concepto propio y genuino en el que nos
reconozcamos sin interferencias.
Autoestima
La autoestima es la evaluación o juicio que hacemos sobre nosotros, sobre
nuestra valía. En otras palabras, más simples, es nuestro amor propio. Un
conjunto de valoraciones, pensamientos y sentimientos en lo que respecta a
nuestro yo interior y exterior. Es un cúmulo de experiencias de nuestras relaciones
con el mundo y con nuestros propios objetivos. Si la examinamos, veremos que la
autoestima surge de la capacidad de apreciarse a uno mismo en su justa medida,
saber identificar sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y poder estar razonable
orgulloso de aquellos y tolerante con éstos. Por lo tanto, esto implica poder querer
lo que uno es verdaderamente, de manera estable. La autoestima surge también
de la posibilidad de alcanzar los objetivos que uno se pone, a condición de que
sean posibles y motivantes, y no imposibles y aplastantes. Para poder sentirse a
gusto consigo mismo la distancia entre lo que uno es y lo que uno quisiera ser
debe de ser estimulante, no infranqueable. De allí vienen las frases tales como
“donde poner el listón” o “estar a la altura”. Si el listón está demasiado alto, es una
fuente de frustración constante, si está demasiado bajo el aburrimiento prevalece.
Cuando la autoestima está dañada el sujeto no puede aceptarse y no consigue
quererse tal como es. Tenderá también a tener un juicio muy severo sobre sí
mismo, lo cual rebajará aún más su autoestima, fomentando de esta manera el
círculo vicioso en el cual se encuentran muchas personas que sufren de este tipo
de dificultades.
La autoestima se va formando poco a poco a lo largo de la vida y cada etapa del
desarrollo aporta en mayor o menor grado experiencias y sentimientos que darán
como resultado una sensación general de valía o de incapacidad. Este concepto
es muy importante en el campo de la psicopedagogía, que considera la autoestima
como la causa de las actitudes constructivas en los individuos, y no su
consecuencia. Esto quiere decir que, si un alumno tiene buena autoestima,
entonces podrá alcanzar buenos resultados académicos.
Competitividad
La competitividad hace referencia a la actitud o manera de actuar que toma una
persona con respecto a aquellas que considera sus rivales. Así, es un concepto
que pone el foco en un elemento individual, dejando de un lado el resto de las
partes que intervienen en un contexto de competición.
lo que se busca es quedar por encima o ser superior al resto, independientemente
de cuál sea el desempeño o nivel de competencia individual. Es decir, es una
voluntad de superación relativa a lo que están haciendo los demás
La competitividad implica poner el foco en lo que hacen los demás y en la
comparación del propio rendimiento con respecto a estos. Se mira la posición que
tenemos respecto a los demás.
Como surge la competitividad, se desarrolla cuando hay presencia de la
comparación y la competencia. Una tendencia del ser humano es mostrar su valía,
es ser competente, y de esta manera sentirse estimado. La competencia es la
aptitud que tenemos para hacer algo idóneo y ser competente es un objetivo
escolar. Para saber si soy competente necesito del grupo para comparar mi
rendimiento respecto de los demás. Al comparar, es fácil competir pues
elaboramos listas de capacidad: es el mejor, es el peor. Generalmente esto se da
desde que son niños hasta la adultez.

1.7 MARCO TEÓRICO


La competitividad en el aula es necesaria para lograr unos objetivos, pero es necesario
revisar cómo la definimos. Si la definimos desde posturas genéricas y extremas como “se
gana” o “se pierde”, estaremos fomentando en los alumnos una baja autoestima,
inseguridad y estrés. Por otra parte, si los alentamos hacia la perfección, rechazarán
aquellas tareas o actividades donde no se sientan seguros y jamás aprenderán a afrontar
y gestionar el fracaso.
Diariamente, los alumnos se encuentran con situaciones en el aula que tienen que
superar. Sin embargo, es necesario ejercer cierta reflexión ante la posibilidad de que no
las estemos planteando bien
los exámenes califican con una nota numérica a los alumnos, pero no se pone en
relación con el ritmo de aprendizaje de cada alumno. Habrá quien necesite de más tiempo
para llegar al objetivo propuesto. Sin embargo, hay alumnos que compiten por obtener
una mayor calificación y se vanaglorian de ello. El resultado es que ni unos ni otros,
aprenden por el placer de aprender, sino por aprobar un examen o por obtener un punto
positivo o una carita feliz.
También ocurre algo parecido con los trabajos que se mandan para casa. En muchas
ocasiones, terminan haciéndolo los padres que se esfuerzan porque el trabajo de su hijo
sea el mejor. Pero no les hemos dicho que el objetivo, en caso de que quieran ayudar a
su hijo, es que se disfrute de ese tiempo compartido con él y de esa tarea, aunque el
resultado no sea excelente.
Otra situación es cuando se agrupan a los alumnos para una determinada actividad y
desconocen que el gran valor del grupo es ir todos a una para conseguir un objetivo
común, ese “si tú te implicas y lo logras, lo logramos todos” se confunde con “hemos
ganado”, “hemos quedado en segundo lugar”, “hemos perdido”.
La competencia sana busca un equilibrio entre el deseo de evolución y auto-superación
de los alumnos sin desembocar en una competitividad feroz que repercuta en un
ambiente negativo para todos y frustrante para muchos.
Por ejemplo, cuando se aplica la Gamificación en el aula, si la se aplica bien, el juego es
una estrategia creativa que:
- Une a los miembros de un equipo.
- Fortalece el sentimiento de pertenencia a una comunidad.
- Incrementa la motivación y el espíritu de competencia sana.
Precisamente, la motivación, es uno de los elementos clave que no solemos relacionar
con la competencia. Sin embargo, es vital que vayan asociados.
La motivación extrínseca. - es la que busca desarrollar actividades con el fin de obtener
recompensas externas. Sin embargo, estas recompensas externas lejos de aumentar la
motivación, la disminuyen. Si hacemos centrar la atención del alumno en una recompensa
externa (calificación, premio vacío de significado), terminará perdiendo la motivación de
hacer las cosas por el mero hecho de disfrutarlas y de aprender. Se estará fomentando
una competitividad insana porque necesitará volver a competir para sentirse bien.
Por el contrario, la motivación intrínseca es la tendencia inherente a buscar la novedad y
el desafío, a extender y ejercitar las propias capacidades, a explorar y aprender. Es decir,
se observa cuando realizamos alguna actividad solo por el deseo de hacerla, sin
necesidad de una recompensa externa ni tampoco por la presencia de un castigo que nos
obligue. Con ella, fomentaremos una competitividad sana.
La competitividad en el aula como oportunidad de aprendizaje
La competitividad sana es beneficiosa porque:
- Facilita que el alumno no tenga miedo a cometer errores, puesto que no suponen
un fracaso. Más bien es una oportunidad para la superación.
- El esfuerzo se valora y se asocia a valores positivos. No es necesario ganar
siempre, pero sí es necesario mejorar siempre e intentar hacer cualquier actividad
lo mejor que se pueda.
- No se establecen comparaciones entre quien gana y quien pierde, sino entre los
logros propios de uno mismo. Es decir, “has logrado hoy lo que ayer te costaba
tanto”.
- Fomenta actitudes de cooperación y de ayuda a los demás. Porque cuando se
disfruta de una actividad, los alumnos son sociables por naturaleza y ayudan
desinteresadamente.
- Al poner el foco en el proceso y no en el resultado, se disfruta y se aprende más.
Habiendo analizado la competitividad en la escuela desde un punto de vista positivo,
destacando todos aquellos aspectos que reforzarán las emociones y la formación del
niño. Pero también hay otros elementos negativos que podrían remar en contra del
desarrollo infantil y juvenil.
Por otro lado, se observa que la elevada competitividad estudiantil puede provocar
cuadros elevados de estrés y ansiedad derivados de la gran presión que sufren los
alumnos, rozando la obsesión la obtención de buenas calificaciones.
Además, también puede provocar que se reduzca la solidaridad entre compañeros,
generando una competencia insana entre estudiantes que perjudica al compañerismo, al
trabajo en equipo y otros valores como la generosidad, la empatía o la resiliencia.
En definitiva, la competitividad en la escuela puede ser buena o mala, pero todo
dependerá de cómo se enfoque. Desde un punto de vista equilibrado, sin duda, hará que
los niños sean más competentes, buscando siempre explorar sus límites para superarse a
sí mismos.
Las personas nos motivamos al compararnos con los demás, deseamos protegernos, no
ser menos que otros, de modo que a la competitividad se acude, a menudo, para ocultar
debilidades, destacando fortalezas.
- Necesidad de poder y control
Otra de nuestras tendencias, además de la estima, es la tendencia al poder y control de
los demás. El poder social es una capacidad que una persona posee para controlar la de
la conducta de otras. Esta ansia de dominio puede fomentar la tendencia a la
competitividad. La cooperación, por su parte renuncia a la posibilidad de prevalecer sobre
el otro.
¿DE DONDE SURGE EL DESEO A LA COMPETITIVIDAD?
Desde el punto de vista psicológico, el ser humano tiende a ser competitivo, por sus
necesidades de estima, poder, control y protección de su vida. Estas tendencias pueden
estimularse a través del ambiente.
- En la familia: Desde que se nace, las comparaciones son inevitables: entre padres,
hermanos, parientes… Si la comparación se centra en términos bueno- malo, capaz-
incapaz, se genera agresividad y competitividad. –
- En la escuela: En general para evaluar hay que comparar. Por tanto, en este escenario
se aviva la competitividad. Es deber del docente controlar la situación.
- En la sociedad: El modelo económico es competitivo. El éxito es un valor estimado. El
hábito gano/pierdes está más extendido que el gano/ganas.

Como podemos regular la competitividad


Consejos
-No abusar de la comparación: La comparación sistemática genera efectos
negativos: Rechazo, agresividad y celos. / Aviva sentimientos egoístas / Las
acciones solo valen por sus resultados.
- Cultivar más la superación personal:
- No abusar de las competiciones: Su deseo es fuente de problemas: Daña la
imagen de los menos capaces / Centra el esfuerzo en el resultado y no en el
aprender / Acrecienta actitudes a la defensiva…para ocultar debilidades.
- Interpretar las notas como indicador: Las notas informan de dónde se está y lo
que falta. No han de ser un elemento de humillación, descrédito o
comparación. El objetivo de la escuela es aprender y disfrutar aprendiendo, no
ser el mejor.
- Enseñar a ganar y a aprender: El deporte no es sólo ganar, sino la amistad, el
disfrute, la superación, el reconocimiento del otro… Interpretar la victoria desde
el respeto al rival y la humildad. Interpretar la derrota evitando el menosprecio,
la agresividad y la búsqueda de excusas.
- Juzgar y valorar la competitividad social: Como padres, poner atención a la
competitividad social (deportiva, política…) para ponerla al descubierto y
frenarla.
- Educar en el respeto: El respeto es la actitud que lleva a reconocer los
derechos, la dignidad y el decoro de una persona o cosa y abstenerse de
ofenderlos. La competitividad exagerada tiende a faltar al respeto. El respeto
se cultiva poniendo a la persona como valor supremo.
- Orgullo y cariño no dependen del éxito: A los hijos se les quiere por lo que son.
Si condicionamos el cariño al éxito, buscarán el reconocimiento compitiendo,
cosificarán el cariño, como si pudiera comprarse con resultados.
- Orientar la vida al servicio de los demás: La competencia puede orientarse
hacia uno mismo o hacia los demás. El discurso no es tanto hacer las cosas
bien para tener una posición social y económica privilegiada, sino para ayudar,
para construir. Cuando la vida se interpreta en términos personales, se
compite. Si se interpreta en términos de servicio, se coopera.

1.8 DISEÑO METODOLÓGICO


Se propone la revisión de datos estadísticos para verificar si estudiantes sufren de
una competitividad escolar negativa. Para esto se tomó como muestra a los
estudiantes de la promoción.
Estos datos se tomarán a partir de unas encuestas anónimas tomadas a los
estudiantes de la promoción.
Una vez levantada esta información, se podrá ver los resultados obtenidos de la
investigación mediante una estadística. De este modo se generará resultados que
permitan ver si la población estudiada sufre de competitividad escolar negativa o
muy mal entendida, para poder entender de qué manera afecta esto a los
estudiantes en su rendimiento académico y su autoestima.
ENCUESTA TOMADA Y RESULTADOS OBTENIDOS
La encuesta tomada costa de 10 preguntas.

1. ¿crees que hay competitividad escolar en el curso?

RESULTADOS
9%

9%

82%

SI NO EN ALGUNAS OCACIONES

2. ¿Tienes una materia donde sientas mucho estrés?

RESULTADOS
SI NO

30%

70%
3. ¿Te sobre exiges mucho en esa materia?

RESULTADOS
SI NO A VECES

20%

60% 20%

4. ¿Una calificación afecta tu estado de animo?

Ventas
10%

30%

60%

SI NO A VECES
5. ¿Sientes que hay alguna preferencia por otros en el curso?

RESULTADOS

17%

48%

36%

SI NO A VECES

6. ¿Sientes que tus padres te sobren exigen generándote estrés?

RESULTADOS

30% 30%

40%

SI NO A VECES
7. ¿Alguna vez pensaste que tu esfuerzo no valió la pena?

RESULTADOS
13%

48%

38%

SI NO A VECES

8. ¿Tienes alguna dificultad para poder sentirte bien con respecto a una calificación?

RESULTADOS
SI NO A VECES

17%
24%

60%
9. ¿Tus familiares o tú mismo te comparas con alguien más?

RESULTADOS
SI NO A VECES

22%

47%

31%

10. En cuál de estas materias crees que hay más competitividad escolar

RESULTADOS
10%

10% 30%

50%

MATEMATICA QUIMICA FISICA BIOLOGIA


1.9 CONCLUSIONES
A raíz de los datos relevados en la encuesta, podemos concluir que hay una presencia de
competitividad escolar presente en los estudiantes de la promoción. La competitividad
ciertamente no es mala pero cuando nosotros tenemos un concepto equivocado del tema
tenemos la tendencia de auto compararnos lo que genera una competitividad para nada
saludable, lo cual afecta mucho en la autoestima de cada uno más adelante esto te traerá
problemas de estrés y ansiedad a lo largo de la vida. Es por eso que es necesario poder
diferenciar una competitividad sana de una competitividad dañina. Así se podrá tener un
crecimiento muy amplio como persona al manejar una competitividad sana a lo largo de la
vida escolar como profesional.

1.10 SUGERENCIAS
En el estudio realizado se puede ver que se está empezando a entrar en una
competitividad escolar dañina. para evitar que esto sigua escalando se necesitara
informar a los estudiantes de una competitividad escolar sana la cual no incluye la
comparación ni la frustración de uno mismo, sino todo lo contrario una competitividad
sana solo te ayuda a crecer como persona
También es sugerirle que los estudiantes fomenten su autoestima y que con charlas se
pueda erradicar toda auto comparación que podría existir. Así se podrá lograr un
ambiente escolar sano.
Por otra parte, también es recomendable que se hable del tema a padres de familia para
que ellos no fomenten la comparación y puedan dar una motivación más adecuada.

1.11 ANEXOS
Estuiante respondiendo encuesta

Encuesta realiza

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