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RENDIMIENTO ACADÉMICO
1. AHORA SÍ ME GUSTO
Dentro de las variables motivacionales, además de los motivos que pueden impulsar la
actividad del sujeto hacia el aprendizaje, un factor relevante para la educación y el
aprendizaje es el autoconcepto del alumno, cuya importancia radica en que la
orientación y las metas que nos proponemos, el modo de comportarnos y la persistencia
de nuestra conducta dependen; más que de lo que somos, de lo que creemos que
somos, esto es, del concepto que tenemos de nosotros mismos.
Están demostradas las relaciones mutuas del autoconcepto con el rendimiento escolar
y con el aprendizaje. Incluso ha llegado a sostenerse que el autoconcepto constituye un
predictor del futuro éxito escolar. En distintos estudios se ve como niños con juicios
positivos de sus capacidades en relación a las tareas, obtienen resultados más positivos.
2‐ ¿Cómo te sientes ante la idea de que no tienes que conocer todas las respuestas?
¿Cómo te sientes ante una situación nueva, ante un nuevo reto, ante algo que
desconoces?
Pues la verdad que me cuesta bastante no tener las cosas bajo control, sé que es algo
que tengo que mejorar, pero a día de hoy aún me cuesta bastante. Sí que desde que
empecé a estudiar hasta el día de hoy me he ido relajando, pero aún me queda.
Por otro lado, sí que me gusta enfrentarme a situaciones nuevas. Me gustar afrontar
nuevos retos y desafíos y así salir de mi zona de confort. De primeras me cuesta un poco
adaptarme a la nueva situación, pero en el momento en el que le cojo el tranquillo, todo
va rodado.
4‐ ¿Has tenido alguna experiencia similar a la de la lectura? Puede ser desde tus
vivencias como profesor/a o como alumno/a.
He tenido muchos profesores en mi vida como todo el mundo. Algunos buenos y otros
malos. Uno de mis mejores recuerdos como alumna es con mi profesor de Filosofía que
además coincidía con que era el Orientador del colegio.
Mi historia empieza cuando a mitad de primero de Bachillerato decidí cambiarme de
ciencias a letras. Esta decisión fue dura para mí ya que no fue de un día para otro, llevó
su tiempo y me generó mucha ansiedad. Lo pasé realmente mal. En este momento sentí
el apoyo de mucha gente, pero sobre todo de este profesor. Él estuvo conmigo en todo
el proceso: desde que decidí cambiarme hasta que por fin conseguí adaptarme a las
nuevas asignaturas.
En ese momento me di cuenta de que un Orientador Educativo te ofrece todo su apoyo
en el proceso de enseñanza aprendizaje, en lo académico profesional y en la acción
tutorial, pero sobre todo se preocupa por ti, por lo personal. Creo que en ese momento
decidí que yo en un futuro quería ser lo que él era: una persona que se preocupa por los
sentimientos de sus alumnos.
1. ¿Crees que la exigencia es una actitud que merece ser alentada en tanto mueve
hacia la excelencia, o, por el contrario, solo tortura a quien la padece?
Creo que como comúnmente se dice: la virtud está en el término medio. Considero que
la exigencia debe seguir existiendo en educación. La cuestión es el grado de ella, que
dependerá de nuestros alumnos y alumnas.
Como decía un profesor del que tengo muy buen recuerdo: “Adaptar no es bajar
exigencia”. Tenemos que adaptar siempre los contenidos, la metodología…pero no
podemos darles a nuestros alumnos todo hecho porque poco a poco se tienen que ir
dando cuenta de lo que es el mundo real. Tienen que ser conscientes de que llegará un
momento en el que volarán solos y que es posible que se encuentren con muchas
dificultades en la vida que si cuando son pequeños no se les ha enseñado a esforzarse,
cuando sean más mayores les va a costar mucho convivir con las exigencias que te va
pidiendo cada día la vida.
En este sentido, es importante saber cómo tus alumnos viven y afrontan las tareas y qué
expectativas tienen respecto de ella. Para estimular la motivación en el aula podemos
organizar la actividad y presentar los contenidos de una forma más dinámica,
consiguiendo así activar la curiosidad y el interés de los alumnos. Así conseguiremos que
el alumno adopte una actitud activa, implicada y participativa.
3. Y a ti ¿Qué te motiva más a seguir adelante? ¿Las críticas, las alabanzas del trabajo
bien hecho, las recompensas obtenidas?
Creo que depende de la actividad. Hay veces que me motiva más el deseo de dominio,
curiosidad, preferencia por el reto, interés por aprender (motivación intrínseca), y otras
veces me muevo más por la motivación extrínseca, como podrían ser los juicios positivos
o la aprobación de mi familia y profesores.
4. Si alguno de tus alumnos no obtiene los resultados que tú esperas ¿lo vives como
un fracaso personal tuyo? ¿opinas que el fracaso es del alumno y se lo haces saber?
¿Cuál es tu reacción?
Creo que todo depende de la situación, pero lo que sí que hay que dejarle claro al
alumno si no ha conseguido los resultados esperados en alguna tarea, es que el fracaso
consiste en un elemento más del proceso de enseñanza-aprendizaje. Tenemos que
evitar que el alumno vea el fracaso como una amenaza. Una técnica que nunca viene
mal para estos casos son los mensajes tipo sándwich, es decir, empezamos con algo
positivo, pasamos al mensaje negativo y volvemos al mensaje positivo.
Es un texto muy conmovedor. Creo que si tengo alguna ocasión lo usaré para que lo lean
los alumnos ya que me ha parecido de lo más interesante.
La dinámica de los papelitos y las cualidades positivas de la que habla el texto nos la
hicieron en un Taller de Inteligencia Emocional hace un par de años. En el taller había
gente a la que conocía y gente a la que no por lo que al principio pensé que no sabía que
iba a poder poner de las personas a las que había visto ese día por primera vez. Pero en
el momento en el que te pones a escribir, las palabras salen solas. Solo con mirarles a la
cara y con lo poco que había escuchado de ellos, ya sabía que poner.
Me pareció una muy buena actividad ya que en mi caso me hizo replantearme muchas
de las cosas que me habían puesto en los papelitos. Me habían escrito cualidades que
yo ni siquiera me había planteado que me pudieran definir y la verdad que salí de ese
taller muy contenta.
Por otro lado, cuando algún alumno no ha respondido como me gustaría y le he tenido
que llamar la atención, me he visto que me falta algo de autoridad. Lo mismo cuando
me ha tocado corregirle. Pero creo que esto es fruto de la inexperiencia y que como
simplemente me he sentido como alumna de prácticas y no como profesora, no me veía
con esa seguridad que hay que tener lo que ha hecho que algún que otro alumno más
rebelde me revolucionara la clase y yo no supiera como actuar en ese momento.
2‐ ¿Cómo reaccionas ante las críticas? ¿Y ante los elogios? ¿Qué opinas sobre la
utilización de unos y otros?
Creo que tanto usar unos como otros es necesario, pero siempre sabiendo cómo y
cuándo utilizarlos. Las críticas que hagas siempre hay que hacerlas de manera
constructiva para que puedan ayudar a mejorar y por otro lado, los elogios hay que
hacerlos cuando realmente sientes que alguien lo merece y no con motivos ocultos.
En cuanto a los elogios, aunque me gusta que me los hagan, he de decir que me suelo
poner bastante roja y me cuesta aceptarlos, es decir, si me dicen que guapa estás, en
vez de decir: gracias, normalmente digo: que va si no me he arreglado casi, o no me
mientas. Por otro lado, también se distinguir muy bien el motivo por el que me los están
haciendo ya que muchas veces la gente te hace elogios por su interés, porque quiere
conseguir algo de ti.
Creo que lo más normal es usar los dos tipos de elogios ya que según la situación que se
esté viviendo, serán más útiles los valorativos o los apreciativos. Sin embargo, en mi
opinión, recomiendo hacer más uso de los apreciativos puesto que apoyan la autoestima
y refuerzan la conducta deseada del alumno.
Ejemplo:
Sandra lleva a clase los deberes de Matemáticas hechos. Es raro porque nunca los hace,
pero ese día los ha llevado.
Elogio valorativo del profesor: ¡Muy Sandra, genial! Eres muy aplicada, me encanta ser
tu profesor. Me has alegrado el curso.
Elogio apreciativo del profesor: Veo que te has esforzado mucho en hacer los deberes y
has invertido tiempo en ellos, sigue por ese camino.
4‐ ¿Cómo valoras tu propio trabajo? Observa si a la hora de juzgar tu trabajo, dentro
o fuera del aula, estás más pendiente de la valoración de los demás o de tus propias
sensaciones.
Depende de la situación. Normalmente cada día que tengo que hacer algo, ya sea de
trabajo o personal, lo percibo como una invitación a conseguir algo, como un desafío,
como una oportunidad para adquirir mayor competencia y así disfrutar de una
agradable sensación de control personal. Todo ello me hace cada día ser exigente
conmigo misma y luchar por lo que quiero por lo que al final del día juzgaré mi trabajo
según mis propios méritos y sensaciones.
1‐Cuando te miras en un espejo ¿te paras a ver tus ojos y a mirar hacia dentro?
La verdad que muy pocas veces me paro a mirarme en el espejo y si me miro lo hago de
manera superficial, para ver si me queda bien ese pantalón o llevo bien el pelo.
Creo que debería pararme más a menudo a mirarme al espejo tranquilamente y mirar
en mi interior. Pensar en lo que soy y en lo que quiero ser. Pensar en hasta donde he
llegado y todos los sueños que me quedan aún por cumplir. Considero que es algo que
deberíamos hacer todos, sobre todo en días de mucho estrés: pararnos delante del
espejo, respirar y decir: ¿qué quiero? ¿qué me preocupa? Y el espejo nos dará la
respuesta.
2‐ ¿Qué importancia crees que tiene lo que opinas de ti cuando te miras al espejo?
¿Cómo afecta esa opinión a la hora de atreverte a iniciar un proyecto, enfrentarte a
un nuevo reto o expresar tus opiniones?
Creo que soy bastante segura de mi misma y que cuando me tengo que enfrentar a un
nuevo reto lo hago con muchas ganas y fuerza. Tengo un buen concepto de mi misma
por lo que creo que eso me ayuda a enfrentarme cada día a lo que me depara el día.
Igualmente, como me conozco, sé cuándo es un buen momento o un mal momento para
empezar algo nuevo. Si algún día por el motivo que sea, me encuentro mal, llevo todo
el día de mala leche, no me veo guapa cuando me miro al espejo… entonces sé que ese
no es un buen momento para dar el paso. Yo me muevo mucho por sensaciones y si las
sensaciones que tengo conmigo misma, en ese momento no son buenas, es mejor dejar
lo que sea que tenga que hacer para otro día.
3‐Sabes que hay espejos que distorsionan la imagen. ¿hay algo que haga que veas tu
propia imagen distorsionada? ¿Puedes darte cuenta de qué es ese algo? Puede ser una
crítica muy dura que te marcase de niño o todo contrario…
Obviamente todos, aunque nos queremos, tenemos cosas que no nos gustan de
nosotros mismos, ya sea física o psicológicamente. En mi caso, intento no pensar en las
cosas malas cuando me miro al espejo ya que eso me genera mucho estrés.
Si alguna vez me miro al espejo, siempre pienso en todo lo que he crecido como persona.
Todo lo que he conseguido gracias a mi esfuerzo y que, aunque me queden muchas
cosas por conseguir, sé que lo haré, cueste lo que cueste. He tenido momentos muy
duros en la vida, pero creo que son los que me han hecho llegar hasta donde estoy y por
eso siempre intento verles el lado positivo a las cosas malas, aunque muchas veces me
cueste.
Tengo un tatuaje en la espalda que pone: Never give up. Significa nunca te rindas y
siempre que tengo algún momento de bajón, me lo miro en el espejo y lo leo. Eso me
recuerda que siempre hay que levantarse y seguir para delante.
6. EL NIÑO Y LA SOMBRA
1 - ¿Qué aspectos tuyos guardas más en la sombra? ¿Los que te ayudan o los que te
hacen daño?
Pues como ya he dicho tanto los aspectos que te ayudan como los que te hacen daño,
forman parte de ti y son los que te hacen ser lo que eres. Creo que tienes que aprender
a vivir con lo malo que has vivido en la vida, aunque a veces cueste, porque es lo que te
ha hecho crecer como persona y te ha hecho aprender de esos errores.
La mayor parte del tiempo me gusta mostrar a la gente mis cosas buenas, todo lo que
me hace feliz, pero hay veces que a las personas que más quieres y que quieres que te
conozcan de verdad, hay que enseñarles todo lo que te ha hecho daño. Solo así sabrán
quien eres de verdad y te podrán querer con todas tus luces y tus sombras.