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Este es uno de ocho salmos que según los títulos surgen de las persecuciones de David por Saúl.

El orden cronológico de
los Salmos si surgieron de estos eventos sería: 7, 59, 56, 34, 52, 57, 142 y 54 (Delitzsch). Los eventos del título están
explicados en 1Sa 21:10-15
La resolución de alabar a Dios, vv. 1-3
El testimonio de fe, vv. 4-7
Una exhortación a la constancia en la fe, vv. 8-10
Exhortaciones para la vida, vv. 11-14
5. Enseñanzas acerca de la vida con Dios 15-22

David describe su petición de ayuda con varias palabras: buscar al Señor (Sal 34:4,10), mirar al Señor (Sal 34:5), clamar al
Señor (Sal 34:6), temer al Señor (Sal 34:7,9). Estos verbos resumen la intensidad de un alma que se ha convencido de
que su única fuente de ayuda en la situación es Dios.
La experiencia del desierto o de la cueva, fue uno de los periodos más difíciles de su vida. Perdió casi todo: su posición
en el ejército y la corte, su esposa Mical, su consejero espiritual Samuel, su gran amigo Jonatán, e incluso el respeto a sí
mismo. Así Dios le enseñó a depender sólo de Él. Fue en este tiempo cuando compuso algunos de sus salmos más
conocidos. (Podemos conocer más a David por lo que él escribió que por lo que escribieron de él). Los salmos son
clamores profundos del corazón, expresando a Dios su desilusión, dudas, depresión, dolor – algo que Dios nunca censura
– buscando en Él consuelo y esperanzas. Hasta Jesús mismo utilizó el Salmo 22 en la cruz. Estas experiencias difíciles que
todos podemos tener (muerte de familiares, pérdida de trabajo, enfermedad, rupturas familiares, etc.) son momentos
para expresar a Dios y esperar en Él.

Salmo 126:5-6
Los que con lágrimas sembraron,
con gritos de alegría cosecharán.
6
El que vaya andando y llorando llevando la bolsa de semillas,
volverá gritando de alegría llevando manojos de trigo.

Salmos 37:25-26
Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.
En todo tiempo tiene misericordia, y presta;
Y su descendencia es para bendición.

Salmo 40
1 Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
2
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
3
Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.

Salmo 103 Bendice, alma mía, a Jehová,


Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3
Él es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
4
El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
5
El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.

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