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norte de España.
La región septentrional es muy fría por ser accidentada en extremo, y por estar al lado del
mar se halla privada de relaciones y comunicaciones con las demás tierras, de manera que es
muy poco hospitalaria. Así es el carácter de esta región. El Ebro, que tiene sus fuentes en el
país de los cántabros, fluye hacia el Mediodía por una gran llanura, corriendo su cauce
paralelamente a los Montes Pirineos.
Entre los pueblos que habitan sobre el río Duero dicen que hay algunos que viven al modo
lacónico, y usan de aceite, calientan sus recipientes con piedras enrojecidas al fuego, se bañan
en agua fría y no hacen más que una comida, mesurada y sencilla.
Todos los habitantes de la montaña son sobrios: no beben sino agua, duermen en el suelo, y
llevan cabellos largos al modo femenino, aunque para combatir se ciñen la frente con una
banda. Comen principalmente carne de cabrón; a Ares sacrifican cabrones, y también cautivos
y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de víctima, al uso griego, y por decirlo al
modo de Píndaro, «inmolan todo un centenar». En las tres cuartas partes del año los
montañeses no se nutren sino de bellotas, que, secas y trituradas, se muelen para hacer pan,
el cual puede guardarse durante mucho tiempo. Beben zitos, y el vino, que escasea, cuando lo
obtienen se consume en seguida en los grandes festines familiares. En lugar de aceite usan
manteca. Usan de vasos labrados en madera, como los celtas. En el interior, en lugar de
moneda practican el intercambio de especies o dan pequeñas láminas de plata recortadas.
Un primer legado romano vigila toda la zona situada al otro lado del Duero, hacia el Norte, a
cuyos habitantes se les llamaba antes lusitanos, mas hoy día se les cita como galaicos; dentro
de esta región se incluye la parte septentrional, con los astures y los cántabros. A través de los
astures fluye el río Nalón; un poco más lejos está la ciudad de Noíga, y después, muy cerca de
ella, una abra del Océano, que señala la separación entre los astures y los cántabros. Toda la
longitud de la cordillera, hasta el Pirineo, está bajo la inspección del segundo legado y de la
otra legión. El tercero tiene a su cargo el interior de esta comarca.
Las raíces tintóreas abundan; el olivo, la vid, la higuera y otras plantas semejantes crecen
cuantiosas en las costas ibéricas que bordean Nuestro Mar, y también en las del Exterior. En
cambio, las costas septentrionales ribereñas del Océano carecen de ellas a causa del frío; en el
resto del litoral faltan, más que por negligencia de los hombres, que viven sin preocupaciones,
porque dejan transcurrir su vida sin más apetencia que lo imprescindible y la satisfacción de
sus instintos brutales. Según ciertos autores, los galaicos son ateos; mas no así los celtíberos y
los otros pueblos que lindan con ellos por el Norte, todos los cuales tienen cierta divinidad
innominada, a la que, en las noches de Luna llena, las familias rinden culto danzando, hasta el
amanecer, ante las puertas de sus casas.
Todos estos rasgos se cuentan también de los pueblos celtas, tracios y escitas; como es cosa
común entre ellos, la valentía, no sólo en los hombres, sino también en las mujeres. Éstas
cultivan la tierra; apenas han dado a luz, ceden el lecho a sus maridos y los cuidan. Con
frecuencia paren en plena labor, y lavan al recién nacido inclinándose sobre la corriente de un
arroyo, envolviéndole luego.
No es costumbre privativa de los iberos la de montar dos en un mismo caballo, de los cuales
uno, llegado el momento del combate, lucha como peón. Ni tampoco es cosa exclusiva de ellos
la plaga de ratas y las enfermedades epidémicas que por lo regular las siguen. Esto fue lo que
advino a los romanos en Cantabria; hasta tal punto, que hubieron de dar una prima a aquellos
que las capturasen a tenor del número de ratas presentadas, y aun así escaparon del peligro
difícilmente. Les ocurrió también escasez de otras cosas, principalmente de trigo, teniendo que
proveerse del de la Aquitania, lo que se hacía penosamente por las dificultades del terreno. Se
cuenta también de los cántabros este rasgo de loco heroísmo: que habiendo sido crucificados
ciertos prisioneros, murieron entonando himnos de victoria. Costumbre ibérica es también la
de llevar un veneno obtenido de cierta planta parecida al apio y que mata sin dolor, con lo que
tienen un remedio siempre pronto contra los acontecimientos imprevistos.
Antes de la expedición de Bruto, no tenían más que barcas de cuero para navegar por los
estuarios y lagunas del país; pero hoy usan ya bajeles hechos de un tronco de árbol, aunque su
uso aún es raro. Su sal es purpúrea, pero se hace blanca al molerla. Así viven estos
montañeses, que, como dije, son los que habitan en el lado septentrional de Iberia; es decir,
los gallegos, astures y cántabros, hasta los vascones y el Pirineo, todos los cuales tienen el
mismo modo de vivir.
Comentario del texto Geografía de Estrabón
En el texto se menciona que por estar al lado del mar y por el relieve accidentado la
región esta privada de relaciones con las demás tierras y que sen de un carácter poco
hospitalario. Si bien la relación con otras tierras podría ser una situación más
extraordinaria que en cualquier otra parte de la península la relación con otras partes
del país no era totalmente nula como afirma Estrabón, aunque como veremos más
adelante los cántabros no empezaran a navegar más allá de su costa hasta la llegada
de los romanos.
Estrabón a continuación menciona a los pueblos que habitan sobre el río Duero, es
decir aquí Estrabón hace referencia a los pueblos que se sitúan en la sierra de los Picos
de Urbión, una sierra que separa las actuales provincias de Burgos, Soria y La Rioja, así
como divide cuencas del Ebro y el Duero. Estrabón describe a las gentes del Duero
como personas lacónicas, es decir como personas concisas en sus quehaceres y
costumbres, las cuales también las menciona en este fragmento, dan mucha
importancia al aceite en su vida cotidiana, se mencionan como solo se alimentan una
sola vez en el día, con una comida sencilla y muy medida. También nos habla sobre su
higiene mencionándonos que se bañan con agua fría a pesar de que tienen métodos
de poder calentar el agua (podrían usar las piedras enrojecidas al fuego que usaban
para calentar sus recipientes). (Cf. J. M. BLÁZQUEZ: La romanización, Madrid, 1974, 211 y
sigs.).
Respecto a los testimonios que aporta Homero con su poesía a nivel geográfico e
históricos, para Estrabón son totalmente fidedignos y trata de subsanar los errores del
poeta griego cuando este muestra desconocimiento de los lugares señalados en su
trabajo. La pasión por Homero nos deja claro la importante figura de la poesía en
Geografía. (Cf. Una aproximación a la “Geografía” de Estrabón de Isabel García Gálvez).
Estrabón nos describe como durante tres cuartas partes del años estos pueblos
norteños de un pan fabricado a partir de unas bellotas secas y trituradas, el cual se
puede guardar durante mucho tiempo sin que se pudra (pan que ha día de hoy su
cocinado, si se hace a mano, tarda una cantidad aproximada de ente dieciocho y veinte
horas). Para el cocinado de las comidas en general usaban manteca de cerdo ya que el
aceite era dificultoso de conseguir y no aportaba las grasas de la manteca. Al igual que
los celtas, los vasos que usaban eran de madera, debemos mencionar que el comercio
en la zona era inexistente como se conoce con la llegada de la moneda romana, es
decir practicaban el trueque de especies o daban unas pequeñas laminas de plata a
cambio del producto que querían conseguir. (Cf. Geografía, Estrabón. Libros III-IV ed.1992)
Algo que destaca Estrabón es la rudeza y el salvajismo, cosa que ya hemos
mencionado antes, es algo dado por su marginación y su carácter guerrero. Los
caminos que llevaban a aquellos pueblos eran largos y dificultosos de completar, no
solo en el norte del país en toda la región ocurrió algo similar. En el año 218 a.C Roma
entra en la península y establecen una paz y una nueva cultura, esta paz fue de gran
ayuda para calmar los caminos. La romanización trajo a Hispania una conexión interna
de pueblos de diferentes regiones y un notable “civismo” que destaco sobre todo en
estos pueblos montañeses por su ausencia, Estrabón plantea ese carácter salvaje y
guerrero por la rudeza de la tierra y el clima, cabe decir que el clima en el Periodo
Romano (200 a.C – 500 de nuestra era) se alternaron en el centro de la Península los
períodos cálidos y fríos, aun así predominan los inviernos cálidos y húmedos así como
los veranos calurosos (Sánchez-López, G., Pla Rabes, S., et al. (2016), Climate reconstruction
for the last two millennia in central Iberia: The role of East Atlantic (EA), North Atlantic
Oscillation (NAO) and their interplay over the Iberian Peninsula).
A pesar de que el pueblo de los cántabros eran los más apegados al carácter del
bandidaje, como bien señala Estrabón las Guerras Cántabras habían terminado por dar
la victoria a los romanos encabezados por Octavio Augusto, primer emperador
romano. Augusto, termino fundando la Colonia Augusta Emérita y dando a la ciudad
de Mérida la capitalidad de la provincia lusitana. La que conquista de los cántabros
tuvo lugar entre los años 27-24 a.C y fue motivo único por el Octavio realizo su
segundo viaje a Hispania, aunque por enfermedad se ve obligado a retirarse en el 26
a.C a Tarraco. (Art. Los tres viajes de Augusto a Hispania, Javier Ramos. 4/12/2014).
Estrabón nos menciona que los cántabros, coniscos y los plentouísos se pusieron al
servicio de Roma, (estos últimos pueblos habitaban cerca del Ebro). Octavio manda a
un Tiberio de apenas dieciséis años como cabeza de un ejercito de tres legiones. Su
función era mantener la paz en la península, el primer ejercito vigilaría la parte
septentrional done habitaban los astures, galaicos (antes conocidos como lusitanos) y
los cántabros. Esta zona tiene una frontera natural que separa a los astures de los
cántabros y es una abra del Océano, Estrabón también nos señala que muy cerca del
lugar está la ciudad de Noíga o Noega, en esta ciudad se levanto un importante
monumento al emperador Octavio conocido por Aras Sextinas el epigráfico del
monumento cita: “Al Emperador César Augusto, Hijo del Divino (César), Cónsul por
decimotercera vez, Emperador con veinte salutaciones, Pontífice Máximo, Padre de la Patria,
investido de Tribunicia Potestad treinta y dos veces..........le consagró este monumento.” Cerca
de la ciudad se encuentra fluyendo el río Nalón. El segundo de los ejércitos estaba
asentado lo largo de la cordillera llegando hasta los Pirineos, así como la tercera legión
estaba a cargo del interior del país. (Cf. Art. Tiberio, el más triste de los emperadores
romanos. Abel G.M., 13 de noviembre de 2020).
Estrabón nos señala en el texto que, por la costa mediterránea, es decir el Mare
Nostrum abundan las raíces tintóreas, es decir todas aquellas plantas que contiene en
uno o diferentes de sus órganos altas concentraciones de colorantes como alcoholes
fenólicos, taninos, flavonoides y antraquinonas, como puede ser el ejemplo de la costa
española en la que abundan la oliva, la vid, la higuera y otras plantas de características
similares. Esto se debe a que el clima es adecuado para el crecimiento de estas plantas,
ya que el clima de las costas habitualmente no varía mucho a lo largo del año. No
obstante Estrabón nos señala que por el norte de Hispania sí que escasean estos
productos a causa del mal clima, el frío y las tormentas características del norte son un
impedimento para el crecimiento de estas plantas. Estrabón nos describe como gente
sin preocupaciones que vive la vida cediendo a sus placeres más básicos y dejando
pasar la vida sin más apetencia que lo imprescindible, en definitiva, nos llama
negligentes. La actitud de los hispánicos en general suele ser distendida ya que
trabajan para vivir y nos abandonamos a los placeres y nuestros instintos más brutos.
Estrabón a continuación nos recoge una tradición religiosa que gusta en señalar y es
que los astures no creían en ninguna divinidad, sin embargo, sus vecinos, los celtiberos
y demás pueblos del norte rinden culto a los dioses celtas, como ya sabemos los celtas
llevaban a cabo un ritual de la luna llena, una ceremonia muy antigua que se lleva a
cabo por las noches danzando frente a ella. Los celtas a pesar de ser politeístas eran
bastante animistas y no concedían forma humanoides a sus dioses, es por eso que
celebraban todo tipo de eventos naturales. Los Celtas creían que la luna aportaba
ciertas energías por lo que el ritual les servía para limpiar el espíritu y renovar las
energías. Se decía que al hacer el ritual se podía conectar con nuestro lado femenino
ya que este es representado por la luna, (Este 14 de junio, se de lugar a la próxima luna
llena, como curiosidad).
La actitud de los cántabros era de héroe loco, nuca decían a la derrota, como dice
Estrabón, incluso después de ser prisioneros y crucificados murieron entonando cantos
de victoria negándose a perder incluso ante la muerte. Estrabón nos señala que era
típico de los iberos llevar un veneno sacado de la cicuta, planta de la familia de los
opiáceos, que confunde con el apio. La usan en casos de emergencia y en los que se
ven sin otra salida que la muerte pues su captura como prisionero podría
desencadenar un mal peor. El veneno de la cicuta es totalmente indoloro.
Como ya hemos señalado antes los cántabros usaban barcos de cuero que consistían
en embarcaciones neumáticas con cámaras de aire "Ex utribus, et coriaceis navibus".
Con la llegada de Décimo Junio Bruto (180-120 a.C) a Hispania empiezan a usar barcos
de tronco de árbol, aunque son raramente avistados. (Barcos de cuero. Andregoto
Galíndez. 5/06/2013).
Ensayo crítico sobre el “Libro III” de la «geografía» de Estrabón por José Ángel Castillo Lozano
y Carmen María López, (marzo, 2019).
Estrabón, el griego que describió Iberia, Javier Gómez Espelosín. 20/10/2020. Nathional
Geographic.
https://es.wikipedia.org/wiki/Zythos.es
Sánchez-López, G., Pla Rabes, S., et al. (2016), Climate reconstruction for the last two millennia
in central Iberia: The role of East Atlantic (EA), North Atlantic Oscillation (NAO) and their
interplay over the Iberian Peninsula.
Art. Tiberio, el más triste de los emperadores romanos. Abel G.M., 13 de noviembre de 2020.