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El adultocentrismo es una perspectiva que surge cuando los adultos ven el mundo adolescente
desde su propia óptica, imponiendo expectativas y considerando "normales" a aquellos
jóvenes que cumplen con ciertos estándares adultos. Esta perspectiva refleja una relación
asimétrica de poder entre adultos y jóvenes, arraigada en valores patriarcales. Con la
instauración de los derechos de niños, niñas y adolescentes, surge la necesidad de cuestionar
los límites de la autoridad adulta y reflexionar sobre sus derechos y responsabilidades en este
nuevo escenario.
Cuando se menciona la juventud, se está haciendo referencia a una condición social con
cualidades específicas que se manifiestan de diversas maneras según la época histórica y la
sociedad analizada. Es más preciso hablar de "juventudes" en plural, ya que son condiciones
históricamente construidas determinadas por variables como el sexo, género, condición social,
etnia, oportunidades socioeconómicas y territorialidades.
La noción de juventud surge como una invención de la sociedad moderna del siglo XVIII, en un
contexto en el que se necesitaba mano de obra más barata y calificada para impulsar las
revoluciones burguesas y la transformación económica. La introducción masiva de artefactos
tecnológicos desafió las formas tradicionales y artesanales de producción, generando la
necesidad de una nueva categoría de sujetos: los jóvenes.
Con el desarrollo técnico e industrial, la formación educativa se volvió esencial para el trabajo,
llevando a la implementación de sistemas de educación obligatoria, primero primaria y luego
secundaria, en las principales ciudades. Antes del siglo XVIII, en sociedades rurales, los niños
comenzaban a trabajar con sus padres a una edad temprana, sin la necesidad de educación
formal. Sin embargo, con la industrialización y la concentración de la población joven en las
fábricas urbanas, se estableció un grupo específico de jóvenes en las ciudades.
Aunque la idea de juventud como un grupo social con pautas de comportamiento propias
comenzó a emerger en la década de 1950, con la expansión del acceso a la educación
universitaria, algunos estudios sugieren que antes de este periodo, la juventud se veía más
como una etapa previa a la entrada al mundo adulto, caracterizada por la incorporación al
mercado laboral y la formación de una familia.
En la historia argentina, las últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX
estuvieron marcadas por oleadas migratorias, principalmente de hombres jóvenes que llegaron
al país buscando escapar de las guerras y crisis económicas en sus lugares de origen. Estos
jóvenes se integraron al mercado laboral y formaron sus propias familias.
En ese periodo, el acceso a la educación universitaria estaba reservado para una pequeña elite
social. Sin embargo, en 1918, estudiantes de la Universidad de Córdoba lideraron la Reforma
Universitaria, abriendo las puertas de la universidad a estudiantes de nuevas clases medias,
para quienes la educación se convirtió en una vía importante de movilidad social.
A principios de la década del 70, la juventud estaba altamente movilizada, pero este periodo
coincidió con la irrupción de grupos reaccionarios civiles y militares, dando lugar a una etapa
de represión, secuestros, torturas y asesinatos, principalmente dirigidos hacia jóvenes.
La juventud es una categoría cultural construida por cada sociedad, influenciada por valores,
normas y pautas consensuadas en cada época. Estas representaciones sobre los jóvenes se
aprenden en la familia, la escuela, se refuerzan en la comunidad y a través de los medios de
comunicación. Comprender la juventud implica reconocer que es una construcción cultural
adaptada a las necesidades y aspiraciones específicas de una época determinada.
Dentro de un mismo país, la juventud se ve afectada por las divisiones sociales, económicas,
políticas, culturales y de género existentes en la sociedad, incluso en un mismo periodo de
tiempo. A lo largo de la historia, la percepción de la juventud ha evolucionado, y aunque la idea
actual pueda estar más globalizada, cada etapa histórica tiene una visión diferente de los
jóvenes.
En la sociedad occidental, especialmente a partir de los siglos XVIII y XIX, la juventud fue
identificada como una capa social privilegiada, gozando de un periodo de permisividad entre la
madurez biológica y social. Sin embargo, este privilegio estaba dirigido principalmente a los
jóvenes de sectores más favorecidos, quienes podían postergar responsabilidades como formar
un hogar, trabajar o tener hijos para dedicarse al estudio.
En los años 70, los jóvenes adquirieron un papel fundamental en distintos movimientos como
el hippie, las luchas anticolonialistas y antiimperialistas, la resistencia a la guerra de Vietnam y
el Mayo Francés. Desde diversas perspectivas y estrategias, estos jóvenes cuestionaron el
orden establecido, algunos buscando un cambio radical en la sociedad y otros proponiendo
construir un mundo basado en el amor y la libertad. A pesar de las diferencias, compartían la
creencia en la acción colectiva como una herramienta para transformar las sociedades y
alcanzar un futuro mejor.
En Argentina, la población rural representa alrededor del 10% del total, y según Unicef, a los 15
años de edad, un cuarto de esta población no asiste a la escuela. A los 19 años, el 57% no
asiste a la escuela ni ha finalizado la secundaria. Desde el año 2012, Unicef ha estado
involucrado en un proyecto innovador llamado "Secundaria Rural mediada por TIC", que busca
proporcionar educación secundaria a adolescentes y jóvenes que residen en áreas rurales. El
objetivo es adaptar la escuela secundaria a las necesidades y características de los contextos
rurales, utilizando entornos virtuales como un nexo entre jóvenes que viven en diferentes
parajes, contribuyendo así a garantizar el derecho a la educación secundaria en localidades
aisladas.
Las comunidades rurales dispersas enfrentan desafíos, como una baja población y los costos
elevados de mantener una escuela y un cuerpo docente. Históricamente, la exclusión y la
vulnerabilidad de estas poblaciones se reflejan en la falta de oportunidades educativas.
Además, en estos lugares, hay una mayor presencia de pueblos originarios en comparación con
el ámbito urbano, lo que agrega particularidades en relación con las propuestas pedagógicas
que deben contemplar otras lenguas y tradiciones.
Investigaciones recientes indican que la experiencia de la juventud varía según la clase social de
origen. Los jóvenes de clases medias y altas tienen un periodo de espera, denominado
"moratoria social", durante el cual su entorno familiar, económico y social les brinda tiempo
para prepararse antes de ingresar al mundo adulto. Estos jóvenes suelen postergar
voluntariamente planes como trabajar, formar una familia y tener hijos, dedicándose a estudiar
y prepararse académicamente. Disponen de más tiempo para enriquecer sus conocimientos a
través de experiencias sociales y acceso a bienes culturales. Esta capa social goza de ciertos
privilegios, con un periodo de permisividad que media entre la madurez biológica y la madurez
social, permitiéndoles postergar exigencias vinculadas al ingreso pleno a la madurez social.
En la adolescencia, se produce una transición significativa en las familias, marcada por los
cambios biológicos que experimentan los adolescentes durante la pubertad. Aunque hay una
diversidad de construcciones familiares, la familia se define como la unión de personas que
comparten un proyecto de vida en común, con compromiso personal e intensas relaciones de
intimidad, reciprocidad y dependencia.
Durante esta etapa, algunos padres pueden resistirse a aceptar la transición de tener hijos
pequeños a tener adolescentes, aferrándose a la etapa de la infancia. Otros pueden percibir a
los jóvenes como capaces de valerse por sí mismos y buscar intimidad, lo que puede hacer que
los adolescentes se sientan abandonados o solos.
La adolescencia implica enfrentar diversos procesos de duelo, que son procesos psicológicos
normales ante la pérdida de un objeto amado. Estos duelos incluyen la pérdida del cuerpo
infantil, la renuncia al rol y la identidad infantiles, y la renuncia a la imagen idealizada de los
padres de la infancia. Estos procesos generan angustia ya que el adolescente debe abandonar
su autoimagen infantil para desarrollar una autoimagen adulta, lo cual incluye el ejercicio de la
sexualidad.
La amistad proporciona un espacio donde los adolescentes pueden disminuir las ansiedades y
tensiones durante momentos difíciles. Al cuestionar las ideas o normas de los adultos, buscan
el consejo de sus amigos. Además, pueden plantear nuevas ideas o valores sin temor al ridículo
por parte de los adultos. Estas relaciones cercanas establecidas durante la adolescencia a
menudo sirven como base para la intimidad en la edad adulta. La amistad también brinda
diversión y emoción a través de la compañía y las actividades recreativas compartidas.padres e
hijos.
En la actualidad, muchos jóvenes han adoptado una actitud de retirada de la esfera pública y
buscan afecto y seguridad principalmente entre sus pares y familiares. En entornos urbanos, se
observa la formación de tribus urbanas, pequeños grupos de jóvenes con códigos de
vestimenta, hábitos y lugares de reunión específicos. Estos grupos se comportan de acuerdo
con la ideología de una subcultura, desarrollándose en oposición a la sociedad establecida y sin
un objetivo más allá de satisfacer la necesidad de estar juntos en el presente.
Las tribus urbanas se caracterizan por ser autosegregadas, generando marcas de identidad y
cuestionando los dogmas establecidos. Algunos grupos se centran en aspectos estéticos y
preferencias musicales, como los góticos, los dark o los emos. Otros basan su identidad en la
vestimenta y la imagen, como los otakus o cosplayers, quienes disfrutan disfrazándose de
personajes de ficción.
El consumo y la apropiación de ciertos bienes culturales permiten a los jóvenes expresarse de
manera específica y dramatizar creencias fundamentales de la identidad a la que pertenecen.
El contexto social puede afectar negativamente la autoestima, ya que los mandatos y la presión
social llevan a los adolescentes a identificarse con modelos idealizados vinculados a una idea
de perfección que a menudo es inalcanzable. Cumplir con estos estereotipos impacta la
autoestima y puede dar lugar a diversas conductas destructivas.
Los tatuajes y los piercings, fenómenos que han crecido en popularidad no solo entre los
jóvenes sino también en adultos, han sido apropiados de rituales de diversas culturas en todo
el mundo. Estas prácticas, que en el pasado fueron distintivos de presidiarios y marineros, han
evolucionado y adquirido nuevos significados en la cultura occidental actual. Algunos
argumentan que representan la traslación de rituales del pasado, mientras que otros creen que
son expresiones de significaciones subjetivas más que manifestaciones de rebeldía individual.
La Guerra de las Malvinas fue un conflicto bélico que enfrentó a Argentina y al Reino Unido,
llevado a cabo al final de la última dictadura militar en Argentina. Los jóvenes combatientes
argentinos involucrados en la guerra tenían edades comprendidas entre los 18 y 20 años. Estos
soldados carecían de entrenamiento, preparación adecuada y suficiente suministro de
alimentos. La guerra, que tuvo lugar en 1982, resultó en la ocupación británica de las islas
Malvinas, un territorio reclamado por Argentina.
Malala Yousafzai es una joven pakistaní de 21 años reconocida a nivel mundial por su activismo
en favor de la educación de las mujeres y los derechos civiles. Ganó el Premio Sájarov de
Libertad de Conciencia otorgado por el Parlamento Europeo y el Premio Nobel de la Paz en
2014, cuando tenía 15 años.
Su camino hacia convertirse en la ganadora más joven del Premio Nobel comenzó cuando el
movimiento talibán local tomó el control de Swat en 2007, cuando ella tenía 9 años.
Prohibieron la televisión, la música y la educación para niñas, e incendiaron cerca de 200
escuelas.
Malala recordó el miedo constante durante esa época, temiendo por su vida cada noche. Su
padre, profesor en una escuela para niñas, logró mantenerla abierta hasta principios de 2009.
Después de que el ejército paquistaní expulsara a los talibanes en 2009, se convirtió en un
símbolo de la educación para las niñas a través de un blog y un documental.
Fue blanco de un ataque talibán en 2012, donde un hombre armado le disparó en un autobús.
Después del ataque, fue llevada a Gran Bretaña para ser operada y ha permanecido en el
extranjero desde entonces. Ha continuado su activismo, escribiendo un bestseller y fundando
una organización que aboga por la educación de las niñas en todo el mundo. En 2014, recibió el
Premio Nobel de la Paz junto con un activista indio.