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La comunidad inglesa de Sevilla, al igual que todos sus compatriotas y fieles de las
iglesias protestantes habían perdido, el derecho a recibir sepultura en territorio español,
en el caso concreto de los anglicanos desde el los “Acts of Supremacy” de 1534 y la
consecuente reprobación papal.
Los súbditos británicos que murieran en España pasarían a no tener un lugar donde
enterrarse. La presión diplomática comenzó con el caso de Mr. Hole, diplomático
británico que había viajado a Madrid como parte de una embajada en 1622. Mr Hole
murió en Santander, pero no le fue permitido enterrársele en ningún lugar por lo que su
cuerpo fue arrojado al mar en una caja que fue rescatada por pescadores y finalmente
abandonado en el campo, este y otros casos como el de un tal Asham enviado de
Cromwell en 1650 servirían de reclamo por parte de la diplomacia británica para procurar
un enterramiento digno a sus compatriotas. (Pérez, 2015)
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, las relaciones anglo-españolas fueron muy
turbulentas en gran medida debido a los intentos británicos de socavar la supremacía
marítima española a través de la piratería y las patentes de corso (Fergusson, 2006) y la
1Estos grupos han mostrado interés por la naturaleza funeraria del lugar y el abandono que sufre,
asociándolo a fenómenos paranormales.
ferviente lucha de la corona española en defensa del Papa y contra el protestantismo
(Bennassar et al., 2005).
Sin embargo, a pesar de las diferencias entre los gobernantes y sus políticas, sus súbditos
no siempre se regían por esta apatía, ya que podemos confirmar la existencia de una
comunidad inglesa en la Sevilla de los siglos XVI3 y XVII4 y que, naturalmente requeriría
un lugar de enterramiento, es por ello que las autoridades británicas venían solicitando la
creación de cementerios para sus compatriotas en España ya desde el siglo XVII
(Rodríguez, 1996) así como para el vecino Portugal, en ambos casos se hizo caso omiso
a estas peticiones.
En 1830 la insistencia del cónsul inglés de Málaga, Mr. William Mark había conseguido
establecer el primer cementerio inglés de España sentando el precedente para el futuro.
(Grice-Hutchinson, 1989)
Habría que esperar hasta 1831 cuando Fernando VII, probablemente motivado por la
ayuda británica durante la guerra de independencia, concedió, mediante una Real Orden,
el 13 de noviembre, el permiso para que las familias británicas pudiesen adquirir terrenos
para enterrar a sus cadáveres, pero sin que existiese iglesia ni capilla ni ninguna seña de
culto pública o privada.
El punto clave para la construcción de cementerios como el de Sevilla, sería sin embargo
la ley aprobada por las Cortes el 29 de abril de 1855 autorizando la construcción de
cementerios para los que murieran fuera de la comunión cristiana sin esconder sus ritos y
con el permiso de construir capillas e iglesias para honrar a sus fallecidos. (Rodríguez,
1996) Esta ley provocó una cadena de peticiones, como la del cementerio de Bilbao 1860,
Linares de 1864, Valencia 1870 o Riotinto 1878.
El nacimiento
2
Su tumba se encuentra hoy en el cementerio de San Jorge.
3
La existencia de esta comunidad puede documentarse gracias a la obra de Martin Murphy sobre el
colegio de San Gregorio, fundado en 1592. (Murphy, 2012)
4
AGI. Secciones: Indiferente General, legajo número: 777 fechada el 30 de marzo de 1662. Donde
encontramos una misiva del cónsul inglés en Sevilla hacía Felipe IV, solicitando derechos comerciales
para la comunidad inglesa en la ciudad, lo que indica la existencia de una comunidad de este origen en la
ciudad en el siglo XVII.
En 1830 se construye el primer cementerio británico de la península, el cementerio inglés
de Málaga (Grice-Hutchinson, 1989) y dos años después se envía una circular del director
de Propios y Arbitrios del Reino autorizando a los ayuntamientos que así lo requirieran a
la construcción de los conocidos como cementerios de disidentes (Rodríguez, 1996) en
casos análogos al de A Coruña5, creado por el cónsul británico de Galicia.
En esta primera concesión no se permitían las manifestaciones públicas de la fe
protestante ni la construcción de centros de culto, aunque curiosamente en Málaga se
construyera una capilla dentro del cementerio (Ramírez, 2016).
En 1833 se planteó el nuevo régimen de cementerios que por Real Orden, serían
construidos con fondos municipales pero custodiados por las autoridades eclesiásticas
(González, 1970).
En Sevilla la primera propuesta tras el permiso legal vino de mano de John Cunningham,
banquero y comerciante dueño de la J. Cunningham y compañía que pasaría a ser la
naviera Mac-Andrews and Co., llegando a ser presidente de la Junta del Puerto de Sevilla
(Zapata, 1992). Cunningham era británico, sin embargo, fue cónsul de Estados Unidos y
Venezuela, destaca también su aportación a la biblioteca colombina, en la que costeó el
estante 108. Consiguió que el comerciante Charles Pickman, fundador de la fabrica de
lozas y cerámicas del monasterio de la cartuja, cediera unos terrenos entre el camino de
San Jerónimo y el del hierro inmediato al río y casi frente del hospital de San Lázaro
(Rodríguez, 1996) donde pretendían construir el cementerio.
Cunningham presentó el proyecto ante el Cabildo Hispalense presentando un plano que
presentaba un recinto de planta trapezoidal y detalles de inspiración goticista 6 pero el
proyecto fue rechazado por la Academia de Arquitectura requiriendo un plano realizado
por un arquitecto titulado.
En ese mismo año, el arquitecto municipal Balbino Marrón realizó un proyecto7 que fue
aceptado por el Cabildo en octubre de 1854. Balbino Marrón había diseñado pocos años
antes el cementerio de San Fernando y contaba con el respaldo de la Academia de
Arquitectura, sin embargo, el proyecto nunca se llegó a concretar y ni los planos de
Balbino Marrón ni los terrenos cedidos por Charles Pickman coinciden con la situación
actual del cementerio. Marrón introduciría más tarde una sección separada del resto del
cementerio de San Fernando donde enterrar a los llamados disidentes de la fe católica.
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El recinto se encuentra ahora adosado al cementerio de San Amaro
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Podemos encontrar este plano en el AAMS. Sección cementerios. Legajo “cementerio de disidentes”
Expediente formado sobre la construcción de cementerio de protestantes en esta ciudad. 21 de Agosto
1854.
7
El plano del proyecto de Balbino Marrón lo podemos encontrar en el AHMS. Sección planos.
8
Este informe se encuentra en el AAMS. Sección Cementerios. Legajo “Inventarios/ 3213”. Expediente
con motivo de la publicación de la Ley, relativa al régimen de cementerios.
octubre de 1855 y lo sitúa en los terrenos del desamortizado monasterio de san Jerónimo,
lugar donde se encuentra nuestro cementerio de San Jorge.
Algunas tumbas muestran fechas anteriores a esta fecha por lo que podemos deducir que
fueron llevadas desde la huerta de Nathan Wetherell.
En esta ubicación se construyó una pérgola central y un camino ajardinado hasta la puerta
de entrada, el terreno se dividió en dos secciones separadas por un muro bajo conectado
dos arcos.
Abandono
“[…] En las huertas más al norte se levantaría más tarde el cementerio protestante, que
aún subsiste semiabandonado. El predio monacal se fue así fragmentando, dedicándose a
diversos usos, mientras que las edificaciones se continuaban degradando y expoliando.”
Tumbas y Epitafios
Las sepulturas han tenido desde la antigüedad epitafios que trataban de honrar al fallecido
o mostrar un testimonio escrito que reflejara algo del difunto, los epitafios pueden
estudiarse como una estrategia de autorrepresentación de una comunidad ya que
constituyen un fiel reflejo de las ideas religiosas y de la actitud ante la muerte en las
diferentes sociedades (Ariés, 1983).
Analizando los diferentes epitafios de las tumbas del cementerio de San Jorge podemos
extraer una gran cantidad de información que se nos presenta de manera explícita e
intencional por parte tanto de los fallecidos como de los amigos y familiares que se
encargaron de producir sus tumbas.
El cementerio de San Jorge responde al modelo de los cementerios jardín victorianos que
se pusieron de moda en el siglo XIX, incluyendo vegetación propia de la región como las
palmeras y la existencia de tumbas de inspiración mozárabe como las del sector 8 10 y
tumbas de estilos plenamente victoriano como las tumbas neogóticas de la Zona A, es
interesante compararlo con los cementerios católicos de Andalucía dónde fácilmente
podemos encontrar algunas diferencias.
La tipología monumental resulta más variada teniendo en cuenta el escaso tamaño del
cementerio, también destaca la iconografía que diverge de la de sus cementerios vecinos,
aunque podemos observar guiños hacia la región en la que se encuentra.
De un modo u otro los aquí enterrados vincularon su vida o su muerte a esta región y en
cada sepultura hay una historia de unión con una ciudad que no les permitió enterrarse
con el resto de los sevillanos.
El grupo autorrepresentado en estas tumbas y epitafios son los protestantes, en muchas
ocasiones comerciantes británicos, especialistas que vinieron a trabajar en las industrias,
militares fallecidos en la guerra de independencia o turistas o visitantes que encontraron
aquí su descanso eterno.
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El Reverendo Palomares fue el primero en casarse en la Iglesia de San Basilio en 1872 con Margarita
del Pino delgado, dicha información se puede consultar en el libro de matrimonios de la Iglesia de San
Basilio.
10
Véase el catálogo de inscripciones funerarias.
En los epitafios que dejaron se muestra más comúnmente el mensaje de sus familiares y
amigos que el de ellos mismos, entre los testimonios más antiguos tenemos el de John
Cunningham, principal impulsor de la construcción del cementerio y en el que sus
parientes amigos dedicaron uno de los monumentos más vistosos en respuesta a su caridad
con los pobres de la ciudad. También es habitual las referencias a los oficios o las
muestras de afecto a la ciudad.
Destacan también las tumbas infantiles como la de Gilbert Farquharson, estas tumbas son
comunes debido a la alta mortalidad infantil de la época y en muchas ocasiones eran
enterrados con algún familiar y no llegaban a contar con ningún epitafio suelen ser
pequeñas y simples existiendo casos en los que no aparece el nombre del niño.
Resulta difícil poner en valor un monumento tan desconocido por sus conciudadanos, en
una encuesta realizada por el autor en enero de 2021 a sevillanos nacidos y criados en la
ciudad, se encontró que 14 de los 21 encuestados (un 66%) no sabían de la existencia de
tal cementerio, 17 de ellos (un 81%) no habían oído hablar de la presencia de la Iglesia
anglicana en Sevilla y 20 de ellos, (un 95%) no conocía a ningún británico con alguna
relevancia histórica en la ciudad de Sevilla.
No se ha realizado trabajo alguno acerca de los ingleses asentados en la ciudad 11 y quizá
sea excesivamente presuntuoso pretender equiparar la temática con el interés que suscitan
comunidades como la judía o la romaní cuya influencia supera con creces la de los anglos,
sin embargo, el conocimiento del legado cultural que todas las comunidades han aportado
a la ciudad resulta de gran utilidad para la comprensión del patrimonio cultural y material
de Sevilla y de cualquier ciudad.
El caso del cementerio de San Jorge resulta de un elevadísimo interés al tratarse de un
espacio de gran relevancia para el conocimiento de dicha comunidad y constituye en sí
mismo un bien de interés cultural; sin embargo, ni los vecinos ni las instituciones lo
consideran así, es por ello, que he querido incluir en el trabajo una propuesta de
patrimonialización del monumento con el fin de restaurar y mantener una parte del pasado
que la ciudad parece haber olvidado.
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Únicamente de forma individual o familias concretas como Nathan Wetherell o los Pickman.
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Por el Decreto 524/2012, de 20 de noviembre, por el que se inscribe en el catálogo General del
Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés cultural, con la tipología de Monumento (Boletín
Oficial de la Junta de Andalucía núm. 246, del 18 de diciembre de 2012).
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Información extraída de su propia pagina web: https://cementerioinglesmalaga.org/la-fundacion/
Existen además otros ejemplos de monumentos funerarios que son mantenidos y
respetados por organismos públicos como el Monumento a los héroes del Dos de Mayo
en Madrid, sustentado con fondos del Ministerio de Defensa o la Iglesia y cementerio de
San Sebastián en el barrio de El Porvenir calificada como Bien de Interés Cultural y
protegida por la Junta de Andalucía.
Cabe considerar la presentación del cementerio como Bien de Interés Cultural (BIC).
No debemos olvidar el caso de otros cementerios que corrieron peor suerte como es el
caso del cementerio inglés del Puerto de Santa María desaparecido en 1990, el de
Valverde del Camino o el de Cádiz, fundado por el obispo anglicano George Tomlinson
en 1842 y que tan sólo treinta años después, el Ayuntamiento de Cádiz trataría de cerrar
argumentando razones sanitarias debido a la construcción posterior de viviendas cercanas
y que terminaría siendo clausurado en 1976 trasladando los restos cuatro años después al
Cementerio Mancomunado de la Bahía de Cádiz. Antes de su destrucción, en este
cementerio no se realizó ningún estudio ni catalogación por lo que su memoria se ha
perdido para siempre y sólo conservamos algunas fotografías. (Ramírez, 2016)
Para la iniciativa privada se propone una serie de instituciones que podrían estar
interesadas en participar en la restauración y mantenimiento del cementerio:
El cementerio de San Jorge de Sevilla contiene un gran número de tumbas con una
cronología que va desde el siglo XVIII hasta el XXI, ya que cuenta con algunas tumbas
trasladadas de la huerta de Nathan Wetherell.
Debido a su estado de abandono y los sucesivos actos de vandalismo y saqueo no
podemos garantizar su conservación en el futuro lo que complicará su estudio si es que
no se lleva a cabo una restauración en profundidad, es por ello, que se hace necesario una
documentación y catalogación de todos los monumentos funerarios que se han podido
recopilar.
Para su catalogación se ha dividido el cementerio en dos zonas, la zona A correspondiente
al sector más occidental dividido por la tapia medianera y zona B correspondiente al
sector oriental, a su vez la zona B está dividida en sector 1, correspondiente a las tumbas
de la pared sur, 2 correspondiente al muro más oriental, 3 correspondiente al muro norte,
4 correspondiente al muro más occidental, 5 del sector central noroccidental alrededor de
la pérgola, 6 al sector suroccidental, 7 del sector suroriental y 8 correspondiente al sector
nororiental.
Zona B Sector 1 (Fig 1). Lápida de cabecera en semicírculo rebajado, de mármol blanco
adosada al muro.
Lectura: MEMORY / OF JOHN LEUIS WHO / DIED THE 23 OF DE.(cem)BER 1895
/ AGED 62 ALSO HIS 3, / CHILDREN MARY AGED / 5 YEARS ELISABETH /
AGED 2 YEARS AND / JOHN AGED 3 / YEARS / THY WILL BE / DONE.
Zona B Sector 6 (Fig 2). Estela de cabecera mixtilínea, bajorrelieve de Jesús crucificado
junto a la Virgen María y María Magdalena en gris macael.
Lectura: IN MEMORY / OF / PHYLLIS / THE BELOVED WIFE OF / CLIVE
M(innoe) BURTON / BORN 30 TH MARCH 1906 / DIED 17 TH DECEMBER 1978.
Zona B Sector 7 (Fig 3). Estela de cabecera en semicírculo rebajado, frontón con cruz
latina soportada por dos columnas dóricas, con lápida de cabecera en semicírculo
rebajado de mármol blanco con fuente adosada.
Lectura: MARCUS FISHER / BARBARA HIS WIFE / HECTOR AND ANDREA /
HIS CHILDREN / IN EVER LOVING MEMORY.
Zona B Sector 2 (Fig 4). Lápida de cabecera en semicírculo rebajado, de mármol blanco
adosada al muro con cruz latina en la parte superior central.
Lectura: SACRED / TO THE MEMORY OF / MARY ANN RELICT OF / JAMES
FORSYTH OF / KINGSTON JAMAICA / WHO DEPARTED THIS LIFE / 11 TH
DECEMBER 18 (…) / IN THE 67TH YEAR OF (…).
Zona B Sector 6 (Fig 5). Losa en granito con cruz Latina en una sepultura delimitada
por un bordillo liso.
Lectura: TO THE PRECIOUS MEMORY OF / ARTHUR TRENCH / BORN MARCH
6 1851 / DIED APRIL 15 1934 / MORS JANUA VITAE.
Zona B Sector 7. Estela cuadrangular rematada por una cruz latina sobre un pedestal de
cuatro escalones, grabada en la piedra una cruz de la trinidad sobre el nombre del
fallecido y una cruz latina sobre el epitafio de la cara este.
Lectura: Cara norte JUAN / CUNNINGHAM. Cara este AL INOLVIDABLE SEÑOR
DON / JUAN CUNNINGHAM / (…) CON LA CRUZ (…) / DE PRIMERA CLASE /
POR SU INAGOTABLE CARIDAD. / MUERTO EN SEVILLA EL DIA / 8 DE
NOVIEMBRE DE 1871 / A LOS 54 AÑOS DE EDAD. / SIENDO QUERIDO Y
RESPETADO / POR TODOS LOS QUE LE CONOCIERON. / ERIGIDO POR SUS
PARIENTES Y AMIGOS / SE DEDICA ESTA MEMORIA.
Zona B Sector 6. Losa de basalto negro sobre pedestal con un escalón cuadrangular y
rematado con cruz latina en granito, está restaurada con lapidas originales en mármol
blanco.
Lectura: WILLIAM MACDUGALL / DIED IN SEVILLE 23 RD FEBRUARY 1905 /
AGED 52 YEARS / WILLIAM MACDOUGALL / DIED IN SEVILLE 23 RD
FEBRUARY 1905 / AGED 52 YEARS / JOHN S. MACDOUGALL / DIED IN
SEVILLE 21 ST MARCH 1919 / AGED 70 YEARS.
Imágenes
Fuentes documentales
AGI. Secciones: Indiferente General, legajo número: 777 fechada el 30 de marzo de 1662.
Bibliografía
Bennassar M. B., Jacquart J., Lebrun F., Denis M., Blayau N. (2005) Historia Moderna
Yuncos, España. Akal Ediciones.
Ferguson, N. (2003). “Empire. How Britain Made the Modern World” Londres: Penguin
Books.
González, A. (1970). “El cementerio español en los siglos XVIII y XIX” Archivo Español
de Arte, 43, pp. 289-320
Zapata, A. (1991). “La reconversión del puerto de Sevilla en la primera mitad del Siglo
XX. De los muelles fluviales a la dársena cerrada.” Sevilla: Secretariado de
publicaciones de la Universidad de Sevilla.