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Thomas Heatherwick

17 de febrero de 1970 (edad 53 años), Londres, Reino Unido. Se graduó en diseño en 3D en


Manchester Polytechnic en 1991.

Estilo: “La idea como origen”


Thomas Heatherwick no estudio arquitectura formalmente, sin embargo, es reconocido como tal
debido a su estudio (Heatherwick Studio), el cual es un cuerpo de arquitectos, diseñadores y
artesanos, destacado internacionalmente por su originalidad, búsqueda de soluciones
innovadoras y el pensamiento estratégico en la arquitectura, escultura publica, urbanismo, entre
otros.

Para el fundador y alma de la firma, se tiene que encontrar esta idea que ronde el concepto, más
que un estilo o una forma. Es común que el inicio de los proyectos sean discusiones verbales,
teóricas y filosóficas, donde se estudian las problemáticas particulares de cada situación y lugar,
lo cual se ve reflejado en sus obras.

The Hive (Learning Hub South) Singapore, Singapore.

Este edificio se llevó a cabo en la Universidad Tecnológica de Nayang en Singapur con el


objetivo de crear un nuevo tipo de entorno de aprendizaje para la era digital. Puesto que El
personal universitario quería que la estructura promoviera novedad y no aquellos típicos salones
cuadrados y sin vida, y sus pasillos largos y sin luz.

Por ello, el estudio se propuso combinar las instalaciones de aprendizaje con espacios sociales,
dividiendo las salas de tutorías individuales y apilándolas una encima de la otra para formar una
serie de doce pequeñas torres. El área social consta de balcones, jardines y pasillos al aire libre,
ubicados entre las aulas.

Eligiendo el hormigón armado como material de construcción óptimo para el proyecto, el


estudio exploró tratarlo como arcilla hecha a mano; permitiendo que sus superficies tengan las
cualidades de detalle y calidez que no se esperaría del concreto.

El equipo trabajó en colaboración con artistas y fabricantes especializados para desarrollar


moldes únicos para moldear la superficie de los paneles de hormigón, creando una variedad de
superficies coloreadas, texturizadas y táctiles.
Centro financiero del Bund
Diseñado por Heatherwick Studio junto con Foster + Partners, el nuevo centro financiero ocupa
la última parcela disponible en el Bund de Shanghái, a orillas del río Huangpu, en un lugar
estratégico situado entre los edificios coloniales junto al malecón, el núcleo histórico y el
distrito empresarial. Con una superficie total de 420.000 metros cuadrados, el programa
combina oficinas, un hotel, un centro cultural y una gran variedad de espacios de ocio; todo ello
organizado en torno a una plaza pública ajardinada. Los dos volúmenes de mayor altura,
concebidos como dos torres gemelas que alcanzan 180 metros, se sitúan al final de uno de los
ejes urbanos principales, en el sur del recinto; mientras que el resto de los edificios se alinean a
lo largo del frente marítimo y acomodan su altura a los bloques tradicionales del siglo XIX.
La materialidad de los revestimientos, formados por piedra tallada y bronce, hace que los
edificios parezcan joyas. En las esquinas, la textura de las placas de granito se alisa conforme
asciende, generando la impresión de solidez en la base y ligereza en lo alto. Esta atención al
detalle, que combina técnicas artesanales y elementos de última tecnología, transmite una
sensación de calidad y durabilidad acorde con la exclusividad de los usos.

Junto a la plaza principal, se sitúa el centro cultural Fosun Foundation diseñado para albergar
actuaciones, exposiciones de arte y espectáculos de moda. Elevado sobre dos grandes pilares, el
proyecto se inspira en los teatros chinos tradicionales, donde los actores se dirigían tanto al
público que estaba dentro de la sala como al que estaba fuera. Pero lo más sorprendente de este
edificio es su fachada cinética que gira para adaptarse a las necesidades de cada actividad.
Distribuidos en tres capas, 675 tubos metálicos cuelgan desde la cubierta y se deslizan a lo largo
de raíles perimetrales a una velocidad de 10 metros el minuto, creando diferentes grados de
opacidad y delimitando determinados encuadres.
Cada pieza está formada por un tubo de aluminio extruido, revestido mediante láminas de acero
inoxidable y recubierto con una capa de nitruro de titanio que aporta el color cobrizo. Para
conseguir una textura que recuerde a los patrones de los tejidos chinos tradicionales, los
arquitectos trabajaron directamente con artesanos locales y desarrollaron una gran variedad de
prototipos hasta dar con el relieve y la intensidad adecuados. Todo ello, convierte el edificio en
un espectáculo en sí mismo, tanto por sus cualidades materiales como por sus posibilidades
dinámicas.

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