LECTURA: Juan 19, 25-37.
"¡Al pie de la cruz...
RESPONSORIO: Viéndote muerto, la espada traspasa mi corazón.
TODAS: Resucita Hijo mío y hazte feliz.
LECTORA: Gloria al Padre y al Hijo al Espíritu Santo.
TODAS: Resucita Hijo mío y hazte feliz.
GUIA 1: Las palabras de su Hijo “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después
dijo al discípulo: “Ahítienes a tu madre”. Y desde aquel momento, el
discípulo la acogió como suya (Cfr. Jn 19,25–27) alarga su maternidad
hasta los confines infinitos de todos los hombres. Madre de los
discípulos, de los hermanos de su Hijo. La maternidad de María tiene
el mismo alcance de la redención de Jesús. María contempla y vive el
misterio con la majestad de una Esposa, aunque con el inmenso dolor
de una Madre. Juan la glorifica con el recuerdo de esa maternidad.
Ultimo testamento de Jesús. Seguridad de una presencia materna en
nuestra vida, en la de todos. Porque María es fiel a la palabra: He ahí
a tu hijo.
CANTO: Escuchaste la llamada del Señor.
GUIA 2: Hoy, Sábado Santo, día del reposo de Cristo, celebramos la
“Hora de la Madre”; en Ella nos encontramos todos los hijos de Dios,
los congregados, los dispersos, los que estamos en camino de
redención y aun los que no hemos comenzado, los fortalecidos en la
fe, como aquellos débiles, frágiles y titubeantes. Es en este día Santo
que celebramos el haber recibido a María por Madre, Ella es el regalo
y la herencia que su Hijo nos dejó.
ANIMADORA: Después de haber contemplado y vivido el dolor y la
esperanza de la Madre de Dios, dirijámonos a Cristo nuestra vida, con
las palabras de los antiguos Padre, y pidámosle que infunda en
nosotras también la fe heroica que, con su Espíritu, infundió en su
Madre.
TODAS: AMEN.
estaba su Madre!
ANIMADORA: Junto a la cruz de Jesús
estaban su madre, la hermana de su
madre, María la mujer de Cleofás, y
María Magdalena. Jesús, al ver a su
madre y, junto a ella, al discípulo que él
tanto quería, dijo a su madre: “Mujer,
ahí tienes a tu hijo”. Después dijo al
discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y
desde aquel momento, el discípulo la
acogió como suya (Cfr. Jn 19, 25–27).
Hermanas, ayer hemos celebrado con
piedad el Misterio de la Pasión y Muerte del Señor. Hoy, Cristo reposa
en el corazón de la tierra y en el de cada ser humano, después de
haber cumplido y consumado el querer del Padre. Pero no todo está
todavía cumplido. Todas las esperanzas encuentran eco en Ella…
GUIA 1: Recibamos el cuadro de María, LA MADRE DOLOROSA, para
meditar con Ella el sentido profundo del silencio lleno de esperanza y
contemplación del Sábado Santo. En silencio contemplemos el cuadro
de María, busquemos de penetrar en su dolor y de compartir con Ella
el recuerdo vivo de la Vida y del Don de Jesús, desde la Encarnación
hasta la Cruz.
GUIA 2: Para poder vivir con María nuestra “hora de Fe, pidamos
humildemente a Dios que lave nuestros pecados en la Sangre de
Cristo y que reavive nuestra esperanza en la redención que
gratuitamente nos ha sido dada:
L1: Padre Santo que no has ahorrado a tu Hijo Unigénito la pasión y la
muerte para alcanzar la Resurrección, ni has suavizado a su Madre del
abismo del dolor y el tormento de la prueba, Ten piedad de nosotras.
T: Señor, ten piedad, piedad Señor.
L2: Cristo, que fuiste sepultado y descendiste al infierno, que has
dejado a tu Madre en poder de la tentación suprema, pero has
sentido su fe y su amor siguiéndote con fuerza más allá de la tumba,
para gritar, primero, tu Resurrección, ten piedad de nosotras.
T: Señor, ten piedad, piedad Señor.
L1: Espíritu del, Padre y del Hijo, Amor eterno del Amor, que has
consumado en una hoguera divina de fuego la Victima sobre el altar
de la Cruz y has fecundado misteriosamente el largo doloroso camino
de la Virgen, para que se convirtiera en Madre de la humanidad
redimida y diste vida imperecedera al Hijo sepultado, Ten piedad de
nosotras.
T: Señor, ten piedad, piedad Señor.
HIMNO: Canto “JUNTO A LA CRUZ” pág. 139 (se colocan las velas
encendidas a la Virgen)
GUÍA 1: El Salmo 118 expresa la obediencia incondicional del Hijo y de
la Madre a la voluntad salvífica del Padre. Unámonos al salmista
cantando.
CANTO: Salmo 118 Tu Palabra me da Vida.
GUÍA 2: Proclamemos el himno Akathistos que en griego significa “no
sentados”, sino en pie, así esperamos con María la resurrección de
Jesús, Buena Nueva, y lo hacemos también como homenaje a la
madre que en silencio Espera, Ama y Cree.
CORO 1: Ave oh flor de vida ofrecida, ave tu develas la vida de los
ángeles, ave, tu suplicas al Señor, juez justo, ave, perdón para
aquellos que andamos perdidos.
CORO 2: Ave, tú sede del Dios infinito, Ave, Oh trono más santo que
el trono de los querubines, ave, por ti se removió la culpa, ave, por ti
el Paraíso se abrió de nuevo, Ave, esperanza de eternos tesoros.
CORO 1: Ave, sagrario de eterna sabiduría, ave, tu que revelas los
dones al ignorante, ave, por ti los que no saben llegar a ser doctores,
ave te alzas más allá de nuestra ignorancia, Salve, para todos eres
faro de conocimiento.
CORO 2: Ave, columna de sagrada pureza, ave, inicio de la generación
nueva, ave, has dado sabiduría a los que no tenían sentido.
CORO 1:Tú que a los castos nos donas a Cristo. Ave, tú seno de bodas
divinas, ave, de vírgenes puro alimento, ave, tu que nos llevas a Cristo
el esposo.
CORO 1: Ave, para nosotras eres fuente de sagrados misterios, ave, tú
eres la fuente de agua abundante. Ave, tú lavas las manchas de
nuestros pecados. Ave, oh fuente que animas el mundo, ave, oh copa
que viertes inmensa alegría. Ave, fragancia del crisma de Cristo, Ave,
tú vida del sagrado banquete.
CORO 2: Ave, tu tienda del Verbo de Dios, ave, tu arca consagrada del
Espíritu, ave, tú eres para la Iglesia torre potente, ave, por ti
aclamemos gloria, ave, por ti vencemos a los enemigos. Ave, tu alivio
de los miembros que sufren, ave, salvación nuestra.
Guía 2: El Evangelio de Juan recuerda a la Madre al pie de la Cruz, el
descendimiento y la sepultura de Cristo: es el preludio de la Pascua. El
Señor saldrá de un sepulcro nuevo, como nació del vientre de la
Madre, conservándolo intacto.