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BIBLIOGRAFÍA: RESEÑAS DE LIBROS

Moisés PÉREZ MARCOS, ¿Qué es la neuroteología?, Sevilla: Senderos, 2023,


189 pp., 14 x 21, ISBN 978-84-124528-6-0.
Hay temas que están de moda como es aborda sintética y críticamente temas
el caso de las neurociencias y que reclaman como la conciencia (Arana), el alma (Ana-
una atención especial para valorar adecua- ya), la antropología (Rodríguez Valls), el
damente su contribución. Hay libros que universo (Soler Gil), el transhumanismo
consiguen ese objetivo y que merecen aten- (Velázquez Hernandez), las emociones
ción. Detrás de esos libros hay autores cuyas (Rodríguez Valls) o la enfermedad (Fer-
publicaciones no son flor de un día, sino que nández Hinojosa), por citar solo algunos.
tienen el gusto de lo bien trabajado. Y por Cada libro merecería un artículo a se y vale
último hay libros que también se enmarcan la pena leerlos, pero nos centraremos en el
dentro de proyectos más amplios. Todo esto de Pérez Marcos.
lo cumple el libro escrito por Moisés Pérez Ya en los primeros párrafos el autor nos
Marcos: “¿Qué es la neuroteología?”. deja una afirmación bastante neta: “Es in-
Este libro se encuadra dentro de la Bi- negable que lo neuro está de moda” (p. 14).
blioteca de Conceptos Fundamentales, ini- Desde que han aparecido las técnicas de
ciativa impulsada por Juan Arana en cola- neuroimagen y con ellas la posibilidad de es-
boración con la editorial Senderos, que tudiar algunos aspectos del funcionamien-

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to del cerebro vivo, se ha creado un nicho entre teología y neurociencias que permita
cognitivo de gran potencial: el del estudio un enriquecimiento y un esclarecimiento
del órgano que consideramos más esencial mutuo (pp. 26-27).
para entender quiénes somos los seres hu- Una vez hecha la clasificación, en el se-
manos. Dando lugar a una ola en la que el gundo capítulo se estudian posturas neuro-
sujeto es concebido desde su cerebro más científicas reduccionistas, es decir aquellas
que desde su personalidad (p. 184). para las que el estudio neurocientífico de la
El desarrollo de esta y otras formas de religión, es suficiente para dar razón del
estudio no invasivo del cerebro ha permiti- fenómeno religioso. Comienza con una
do empezar a observar correlatos asociados conceptualización del fenómeno religioso
a la toma de decisiones, el ejercicio de la li- como algo patológico y localizado en el ló-
bertad, a la formación de creencias, al fun- bulo temporal; y a lo largo de más de 40
cionamiento de la memoria, o al ejercicio páginas recoge las posturas del casco divi-
del razonamiento, con lo que nos hemos no de Persinger, el marcador límbico de
podido adentrar en cotos normalmente re- Saver y Rabin, los fantasmas cerebrales
servados para las humanidades. De entre de Ramachandran, el gen divino de Hamer
los cuales el más provocador, intelectual- y la “peor parte del cerebro” de Alper. De
mente hablando, puede ser precisamente este capítulo se sale con una doble sensa-
el relacionado con la ciencia sobre Dios, la ción. Amarga, por haber perdido el tiempo
teología. De ahí que en los últimos años se al leer las posturas de los distintos autores
ha desarrollado una neuroteología que –bien expuestas, todo sea dicho–; y, por
“busca sobre todo identificar los correlatos otro, de alivio por leer las acertadas valora-
neuronales de las distintas experiencias re- ciones críticas tanto realizadas por Pérez
ligiosas, pero [que] estudia también los co- Marcos como traídas de otros autores. Este
rrelatos de los rituales, las creencias, la ora- capítulo me recordó por su estructura y
ción, la conversión religiosa o cualesquiera claridad al libro de Mariano Artigas
otros elementos que tradicionalmente for- “Oráculos de la Ciencia”.
man parte de la religión” (p. 14). El tercer capítulo sigue teniendo la ca-
El libro de Pérez Marcos ofrece en su lidad de los anteriores, pero se respira otra
primer capítulo una breve panorámica de cosa cuando se lee. Aquí ya no se percibe el
las principales concepciones de la neuroteo- rancio cientificismo del capítulo anterior
logía. Tras recoger las clasificaciones tripar- ni los deseos de descubrir al “culpable” de
titas de Gaitan y Castresana y de Aku Visa- que tengamos la idea religiosa en nuestro
la, hace su propia categorización en cinco cerebro. La amplitud de miras de los enfo-
posturas que son: la neurocientífica reduc- ques es otra. Se empiezan a ver posturas
cionista, la neurocientífica no reduccionista, que valoran tanto lo que dice la neurocien-
la teológica que tiene en cuenta los datos de cia como lo que dice la teología o por lo
la neurociencia, la neuroteología como pro- menos posturas que son respetuosas con la
grama de estudio interdisciplinar que busca posibilidad ontológica de la existencia de
la síntesis entre teología y neurociencias, y Dios y por lo tanto de la religión como re-
la que siendo también una colaboración in- lación con Él.
terdisciplinar busca una integración, en la El capítulo comienza con los plantea-
medida de lo posible y reconociendo la gran mientos de D’Aquili y Newberg y recorre
dificultad que supone. Esta última postura de modo ascendente los de Beauregard,
es a la que se suma el autor ya que entiende McNamara y McGilchrist. Digo de modo
que no es posible la síntesis entre ambas dis- ascendente porque, aunque los puntos de
ciplinas y bastaría con un diálogo fructífero partida y las afirmaciones sean muy diver-

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sas, se tiene la sensación de que las dos úl- Por último, en el quinto capítulo el
timas posturas son programas de investiga- autor repasa algunos desafíos filosóficos de
ción más sugerentes y tienen menos fallos este tipo de investigaciones, desde la difi-
conceptuales. La heterogeneidad de postu- cultad para definir la religión como objeto
ras ayuda a darse cuenta, como el mismo de estudio, o que no sabemos cómo fun-
autor reconoce, de que la neuroteología ciona el cerebro, hasta los problemas con
está en pañales, pero eso no quita que haya las conceptualizaciones semánticas o meta-
autores que han pensado con solvencia. fóricas ya que el cerebro no es una máqui-
Para terminar el libro, Pérez Marcos na de computación. Queda así patente, una
hace un recorrido por los desafíos técnicos vez más, la necesidad de la filosofía para
o metodológicos de las investigaciones valorar adecuadamente la actividad cientí-
neurocientíficas centrándose especialmen- fica, pero también que la filosofía es el in-
te en los límites de las técnicas de neuro- terlocutor necesario para que pueda existir
imagen, por ser el método más utilizado en un diálogo entre ciencia y religión. Y esa es
esta investigación, pero señalando también una de las grandes virtudes de este libro: fi-
las dificultades comunes con otras ciencias losofía de calidad.
como pueden ser la operacionalización, la
dependencia sensible del entorno o la de- Rubén HERCE
pendencia del testimonio subjetivo de las Universidad de Navarra
personas que tienen experiencias religiosas. DOI 10.15581/006.56.1.258

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