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Nicolás de Federman

(Nicolás Federmann o de Federman; Ulm, 1501 - Valladolid, 1542)


Explorador alemán que participó en el descubrimiento y colonización
de Colombia y Venezuela. Nicolás Federmann compitió con Gonzalo
Jiménez de Quesada y Sebastián de Belalcázar en la búsqueda de El
Dorado, una región mítica y a la postre jamás hallada cuya legendaria
riqueza estimuló costosas y dilatadas exploraciones en las décadas
que siguieron al descubrimiento de América.

Nicolás de Federman

Se desconoce su biografía hasta que entró al servicio de los Welzer,


banqueros alemanes de Carlos V, que le enviaron a Sevilla como
factor suyo. En 1529 zarpó de Sanlúcar al frente de 123 soldados
españoles y 24 mineros alemanes con destino a Santo Domingo,
donde los banqueros tenían una factoría. Posteriormente realizó
varios viajes a Coro, capital entonces de la gobernación de Venezuela
concedida a los alemanes, con objeto de llevar refuerzos al
gobernador Ambrosio Alfinger desde varios puertos de Santo
Domingo y Puerto Rico.

En julio de 1530 Alfinger tuvo que ausentarse de Coro y nombró a


Federman teniente de gobernador. Unos meses después, Federman
salió a su primera expedición descubridora en busca de una
comunicación con el Pacífico, océano que suponía próximo a la culata
de Maracaibo. La expedición, formada por 110 soldados, 16 jinetes y
100 indios caquetíos, exploró el territorio comprendido entre Coro y
Barquisimeto. A través del valle del Acarigua alcanzó los Llanos, que
confundió con el mismísimo océano al encontrarlos totalmente
inundados. Regresó a Coro en 1531 con un buen botín de 3.500
pesos de oro declarados; sin embargo, el gobernador Alfinger le
reprendió por haber organizado la expedición sin su autorización y le
desterró de Indias por cuatro años.

Llegó a Santo Domingo en diciembre de 1531 y al año siguiente


embarcó para España; desde allí viajó a Augsburgo, ciudad a la que
llegó el 31 de agosto de 1532. Durante estos meses escribió su
Historia indiana, una relación de sus descubrimientos que se
publicaría años después (1557). En 1532 firmó un nuevo contrato con
los Welzer para servirles como factor durante siete años; el 19 de
julio de 1534, muerto Alfinger, fue nombrado por el Consejo de
Indias capitán general de Venezuela en sustitución suya. Las cosas no
le salieron como esperaba, pues antes de llegar a Sevilla fue
sustituido por Jorge Espira. Espira y Federman partieron hacia
Venezuela y, una vez en Coro, el primero nombró al segundo su
teniente de gobernador (1535), ordenándole realizar una expedición
descubridora hacia el cabo de la Vela, en la Guajira, donde debía
fundar una población. Antes de que Federman partiese, Jorge Espira
emprendió su famosa expedición al sur.

Federman cumplió la orden recibida y en 1536 fundó una población


de denominó Nuestra Señora de las Nieves en la desembocadura del
río de la Hacha (hoy Riohacha). Regresó luego a Coro, donde
esperaba que le fuera concedido el título de gobernador de Venezuela
por los Welzer, que jamás le llegaría. En 1537 inició desde Coro su
tercera expedición, en busca de las riquezas de los indios. Con 300
soldados, 160 caballos y numerosos naturales, siguió el camino de su
primera entrada hacia Carora, Barquisimeto y los llanos del Apure
(1538). Cruzó este río y encontró huellas de la expedición de Espira,
que había vuelto fracasada del Guaviare. Federman evitó el
encuentro con Espira y alcanzó el Pauto, afluente del Meta.
Primeras expediciones a El Dorado

Allí le informaron los indios del mito de El Dorado: una región rica en
oro que se encontraba hacia occidente, habitada por los chibchas o
muiscas. Hacia el occidente se alzaba majestuosa la cordillera andina,
por cuya falda siguió con dirección sur en busca de un paso para
franquearla, una misión en la que ya había fracasado Pedro de
Limpias. Sin embargo, el alemán continuó adelante hasta que, en
1539, encontró el paso interandino en el páramo de Sumapaz.
Avanzó desde allí hacia el altiplano cundiboyacense, pero al llegar a
Fosca encontró españoles. Eran hombres de la hueste de Gonzalo
Jiménez de Quesada que se le había anticipado por meses en el
descubrimiento y ocupación del país de los chibchas. Habían llegado
desde San Marta atraídos por el mismo mito del Dorado. Federman y
Jiménez de Quesada decidieron que sus soldados se quedarían en el
reino descubierto como conquistadores y llegaron a un acuerdo sobre
el reparto del botín. Poco después, ya en 1539, apareció la hueste
española de Sebastián de Belalcázar, que venía de Quito atraída por
el mismo mito. Los tres conquistadores fundaron varias ciudades y
decidieron dejar sus hombres en el Nuevo Reino y marchar a España
para solventar allí sus diferencias territoriales.

Quesada y Belalcázar llegaron a España el mismo 1539, y Federman,


en 1540. Este último supo entonces que tanto el emperador como
Bartolomé Welzer estaban en Flandes, por lo que se dirigió a Gante.
Se le pidieron cuentas de su actuación y las dio cumplidamente, pero
no resultaron satisfactorias para sus jefes, que pidieron su proceso y
encarcelamiento. El cargo más grave fue la acusación de haberse
quedado con mas botín del que declaró. Federman reclamó desde la
cárcel y logró que se le autorizara a trasladarse a Madrid para
exponer sus alegatos ante el Consejo de Indias. Llegó a Madrid el 2
de febrero de 1541 y se le asignó la casa en que vivía por cárcel.
Hubo de trasladarse luego a Valladolid, donde prosiguió con su pleito
hasta el fin de sus días.

En su obra Historia indiana, publicada por su cuñado Hans Kiffhaber


en 1557, Nicolás de Federman narra de manera fantasiosa los
sucesos de su primer viaje descubridor. Fue traducida al francés en
1837-41 por Ternaux-Compans, pero no se conoció en castellano
hasta 1916, cuando Pedro Manuel Arcaya hizo su versión sacada del
texto francés. Juan Friede realizó una traducción directa del original
alemán al castellano en 1958.

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