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El otro Chile en Tarde para morir joven de Dominga Sotomayor

Pía Cereceda Lira

Una película que empieza con el final pero en realidad nunca empieza

A que me refiero con “El otro Chile”. Si bien se nos pidió ser positivos en esta crítica
cinematográfica, pero aún así partiré exponiendo que esta película en su sinopsis habla de
su contexto temporal y dando a conocer que es una supuesta realidad. Es una película que
podría funcionar perfectamente en otro país, ya que la identidad y el contexto histórico no
son relevantes como dice ser en un principio.

Muestran un tipo de chile más bien privilegiado, de una clase media alta y esto no me
causaría tanto ruido si se hubiera abordado de otra manera, pero no me gusta que a veces
traten de hacer ver que es el chile cotidiano cuando en verdad es una parte pequeña.

Un pequeño resumen para quienes no la hayan visto, es una película con una estética y
fotografía perfectamente ambientada en los 90’s, la vuelta a la democracia dice ser
relevante en la trama pero la verdad es que no se profundiza, no hay una realidad rural, ni
de ciudad, solo un montón de gente en una especie de retiro espiritual y adolescentes
adoleciendo.

La trama es protagonizada por a una chica adolescente llamada Sofía, que enfrenta la
adolescencia mudándose a la Comunidad Ecológica de Peñalolén, ubicada en la
precordillera de Santiago en el Chile.

A medida que se va desarrollando la película (que pareciera no hacerlo nunca), se muestran


reuniones sociales, fiestas, juegos, música, conversaciones irrelevantes, personajes que van
y vienen y personajes que siempre están pero nunca entran en escena, hubo una chica en
específico que me llamo la atención ya que estaba todo el rato en el grupo, estaba presente
en varias escenas pero en toda la película dijo una frase, “estaban jalando en el auto, yo los
vi”.
Algo que no se puede dudar de la película es su puesta en escena, cuenta con actores
conocidos como Antonia Zegers la conocida María Jacobé en Romané y muchos otros
papeles en la televisión chilena, Matías Oviedo, Alejandro Goic y Gabriel Cañas, que al
menos a mi como fiel espectadora de telenovelas chilenas sabe que existe esta elite de
actores pero aun así siendo grandes actores son personajes vacíos.

“Y uno se pregunta cuándo empieza la película. Y viene a reparar quizás tarde que
en realidad la historia hay que rescatarla no del flujo, no de lo que estamos viendo,
sino de lo que va quedando.” Héctor Soto vía La Tercera

Me perturbó un poco la relación de la protagonista Sofia con Ignacio (Matías Oviedo)


debido a la diferencia de edad, además de también poder deducir la edad del actor por verlo
en otros papeles de la tv chilena, existe como un poco de lolita o sea la adolescente y el
adulto joven, el evento canónico de “eres madura para tu edad” (aunque no se lo diga el
explícitamente) la joven intenta verse a su altura, la impresión de estar con alguien mas
grande, o que ese alguien se fije en ti en tu pleno desarrollo a la adultez, es una
problemática en la adolescencia de un porcentaje bastante alto en mujeres que se podría
hablar hasta de Grooming (nombre que se le ha dado actualmente a esta situación que lleva
años) y bueno el hombre se aprovecha del desarrollo hormonal femenino para entrar en
acción y confundir a la protagonista que en un principio se encontraba con lucas (un chico
que ronda su rango de edad).

Existe una imagen recurrente en el largometraje es la perdida, la perdida de afectos


familiares, apegos, tal como se logra apreciar con la perdida de la perrita “Frida”, creo que
Frida es el único personaje que me logró tener una historia, una perrita que quizás nunca
salió en la Película porque luego al final te muestra la escena del principio, se puede pensar
que es Frida antes de perderse, pero en realidad es la perrita que confundieron corriendo en
el incendio seguramente devolviéndose a su verdadero hogar.

La fotografía del film muestra los árboles, canales, pedregales, quebradas, el cual es
bastante coherente, así como también el vestuario, la estética, puedo decir que la fotografía
de la película es una maravilla indiscutible, una foto análoga a color de los 90’s en
movimiento.
Los elementos, las cosas, la perra Frida, el territorio natural son los verdaderos
protagonistas de la película, hacen que se mueva, que los silencios no sean incomodos y la
visualidad hizo mas que el habla o que los diálogos.

Los cabros chicos bailando en la fiesta de año nuevo, las cábalas, fueron algo muy real, la
música, el baile, quizás un hizo falta un tema de La Sonora Palacios, pero fueron escenas
muy bien logradas.

Tarde para morir joven tuvo participaciones en diversos festivales nacionales, algunos de
ellos fueron, el 11° Festival del Cine Chileno, 4° Colchagua Cine Festival Internacional y la
SANFIC en su catorceava versión.

Además de tener un premio Leopardo a mejor dirección en el Festival de Cine de Locarno,


Suiza, 2018. Discrepo de esta decisión ya que encuentro que si fuera un premio dirigido a la
dirección de fotografía, tendría mucho más sentido, a mi parecer.

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