Contradicciones que surgen de negar la resurrección 15:29–34
El apóstol presenta tres:
1. Explica que es ilógico ser bautizado por los muertos si no hay resurrección (15:29). El significado específico de este pasaje está en duda y se le han dado muchas interpretaciones. Lo seguro es que no enseña como algunos aseguran, que habrá oportunidad de salvarse después de muerto. Más de 200 textos claramente dicen que la salvación se recibe en esta vida por medio de la obra que Cristo realizó en la cruz sin la intervención de los méritos humanos. Sin embargo, encontramos una verdad en este texto. Es obvio que los que negaban la resurrección participaban en la actividad de bautizarse por los muertos. Este era un rito pagano que no cabe en el sistema cristiano. Hacer algo así por quienes ya han fallecido es una locura si no hay resurrección. ¿Qué bien les podría hacer? Sólo si hubiera vida después de la tumba valdría la pena intentar hacer algo por ellos. 2. La segunda contradicción es que es ilógico que algunos estuvieran dispuestos a dar su vida por causa de Cristo (15:30– 32a). Sería irracional exponerse a sabiendas de que no hay resurrección. Al morir se perdería todo, porque no quedaría nada más que esperar. 3. Si no hay vida después de la muerte, sería mejor dedicarse a gozar de la vida presente (15:32b–34). ¿Para qué tratar de ser santos, negándose toda la diversión que se pueda disfrutar? Sería mejor gozar lo más posible mientras se pueda. El apóstol termina esta sección presentando algunas consecuencias lógicas, que resultan de creer en la resurrección, las cuales deben impactar nuestra vida. Son contrarias a las deducciones que la niegan. La Seguridad en ella debe motivarnos a: 1. Tener Cuidado en la selección de amigos con quienes andamos (15:33). Si estamos ligados con la gente impía, su filosofía llegará también a ser la nuestra. 2. Ser sobrios en nuestra manera de pensar (15:34a) y tratar de evitar el pecado (15:34b). 3. Compartir con otros el conocimiento que tenemos de Dios y respaldar la realidad de esa fe por medio de un estilo de vida distinto (15:34c). En fin, el mensaje de Pablo en este pasaje es que la resurrección de los muertos no es una doctrina sin importancia. Es vital para todo lo que creemos y hacemos. Si esta enseñanza se viniera abajo, lo mismo sucedería a la fe cristiana y el evangelio y sus predicadores no tendrían nada que ofrecer al mundo. Sin embargo, ya que Cristo ha resucitado, nuestra creencia tiene un cimiento sólido.