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Ejercicios Cuaresmales

3 días para adolescentes y jóvenes

Pastoral Juvenil MTY


Encontrando a Jesús y María en los demás.
E
Día 1
Jesús con/para nosotros

OBJETIVO:
Explicar el cómo haremos los Ejercicios Espirituales de estos días. Así como tener un primer
encuentro con el Señor disponiendo el corazón para este Fempo de reflexión, oración y
discernimiento vocacional.

PALABRAS CLAVES:
Ejercicios Espirituales – Planteamiento – Encuentro – Convocación – Proclamación –
Comunión – Envío.

SOMOS CONVOCADOS. (15 minutos aprox.)


Previo al momento de los Ejercicios dispón el salón o el lugar donde serán los Ejercicios, que
esté limpio y ordenado. Si es el mismo templo revisa que este bien iluminado, funcione el
sonido, etc.
Este es el primer día de Ejercicios. Sugerimos proyectar o pegar en las paredes los nombres
de las personas que asisFrán, así como frases extraídas de la reflexión frente al San[simo,
que animen a seguir caminando hacia Jesús. Y la experiencia de acogida de los anfitriones
es sumamente necesaria. Se trata de esperar en la puerta, de recibirlos con alegría y hacer
que cada parFcipante cuente y sea necesario. Estas disposiciones no se limitan al día de hoy,
tenlas presentes durante los cinco días.
Al recibir a los convocados entrégales un post-it que tenga escrita una cualidad de Cristo
(humano, servicial, etc…), un sello y una caracterísFca propia del sacerdocio (perdonar,
consagrar, etc…).

PROCLAMAMOS JUNTOS. (15 minutos aprox.)


Génesis 18, 1-10
El Señor se apareció a Abrahán junto al encinar de Mambré, mientras él estaba sentado a la
puerta de la Fenda porque apretaba el calor. Alzó la vista y vio a tres hombres de pie frente
a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la Fenda y prosternándose en Ferra
dijo: —Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan
agua para que os lavéis los pies y descanséis bajo el árbol. Mientras, ya que pasáis junto a
vuestro siervo, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir.
Contestaron: —Bien, haz lo que dices. Abrahán entró corriendo en la Fenda donde estaba
Sara y le dijo: — Pronto, veinFún litros de flor de harina, amásalos y haz una hogaza. Él corrió
a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase
enseguida. Tomó requesón, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Él les atendía bajo el
árbol mientras ellos comían. Después le dijeron: —¿Dónde está Sara, tu mujer? Contestó:
—Ahí, en la Fenda. Y añadió uno: —Para cuando yo vuelva a verte, en el plazo normal, Sara
habrá tenido un hijo.
Armar equipos donde dialoguen situaciones que realizan los adolescentes (vender duritos,
acomodar sillas, apoyar en la colecta) y dialogar cómo esto les ayuda a tener una experiencia
de Dios y de servicio.
Preguntarse ¿Dónde vemos viva y eficaz en la comunidad la Palabra de Dios?

NOS ALIMENTAMOS. (20 minutos aprox.)


Previo a este momento, si estás en el templo, ten listo todo lo necesario para la exposición
del SanFsimo. Si será en otro lugar, recuerda disponer el momento de la oración ante Jesús
EucarisFa. (De no ser posible la oración con exposición, busca preparar un lugar para la
oración comunitaria).

Se trata de un momento de oración, de encuentro con la persona de Jesús, con el apoyo de


algunos cantos que dispongan el momento, así como de silencios y de alguna oración guiada
si es conveniente.
Los parFcipantes deberán estar atentos a la lectura, ya que cada vez que se mencione la
palabra, caminar, paso, adelante, deberán irse acercando a Jesús Eucaris[a.

Canto sugerido:
JESED: “ÉL ES JESÚS”.
hmps://www.youtube.com/watch?v=prsXCG_a-xk

Reflexión ante el San[simo:


Cada crisFano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, es llamado a renovar su
encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por
Él, de intentar caminar con Él cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense
que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por
el Señor». Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso
hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el
momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé
de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza conFgo. Te necesito. Rescátame
de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien
volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de
perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Aquel que nos
invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da ejemplo: Él perdona setenta veces
siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la
dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la
cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede
devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos
muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!
(EG n. 3).

En la fe crisFana, Dios no permanece dentro de los límites de la vida del más allá o en las
alturas de los cielos sino que vive entre nosotros, aquí, en este mundo. Ésta es la buena
nueva revelada en Jesucristo y comunicada a nosotros a través de lo que Jesús es, esto es,
la Palabra hecha carne (Jn 1,14); pero también por medio de lo que Jesús hace y dice. Dice
así: "El Reino de Dios está cerca" (Mc 1,15). Cuando dice: "Hijo, tus pecados te son
perdonados" (Mc 2,5) y "Levántate, toma tu camilla y anda" (Mc 2,9), su palabra es eficaz.
La divinidad traída al mundo por Jesús se experimenta en la confluencia entre el ser y el
hacer.

A veces nuestros amigos no acuden a Jesús o a las acFvidades que los invitamos no porque
no quieran, sino porque no pueden, es nuestra labor ayudarlos a cargar su camilla y caminar
con ellos.

Canto sugerido:
CRISTOBAL FONES SJ. “TU MODO”.
hmps://www.youtube.com/watch?v=5wXCLdnOQj4

SOMOS ENVIADOS. (10 minutos aprox.)


Recuerda que este momento es el envío de este día, un momento para dejar algún ejercicio
personal para reflexionar durante el día, para buscar hacer una meditación que se prolongue
con la vida.

El día de mañana en tu ruFna, conforme te vayas sinFendo en el día publica en tus redes
una de las frases que están pegadas en las paredes.

Al finalizar cada encuentro no olvides despedirte de cada uno por su nombre y de hacerlos
senFr esperados para el día de mañana.
DÍA 2
Su Palabra es verdad

OBJETIVO:
Jesús dijo que Él era el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 5-6). Conocer, amar y seguir a Jesús
implicará saber que en Jesús no hay dobles, mitades, medias respuestas. Todo Él es Verdad
que se ha revelado, Él es la Palabra de Dios hecha carne, y quien lo conoce, no queda nunca
defraudado.

PALABRAS CLAVES:
Palabra – Verdad – Vivir en la verdad – Vivir en Jesús – Proclamación – Predicación.

SOMOS CONVOCADOS. (15 minutos aprox.)


Previo al momento de los Ejercicios dispón el salón o el lugar donde serán los Ejercicios, que
esté limpio, ordenado, prepara una mesa, hojas de máquina, sobres y lápices, colores o
plumas.
Poner al centro del lugar una mesa o atril, donde se pueda ver de cualquier punto del salón,
una Biblia abierta.

En el SOMOS CONVOCADOS del día de hoy, reparFremos las hojas de máquina y los sobres.
Los parFcipantes escribirán en las hojas las siguientes tres cosas: su lugar favorito para
visitar/estar, la fecha de su cumpleaños y un senFmiento que hayan tenido durante el día.
Posteriormente, lo meten dentro del sobre y le escriben su nombre. Lo ponen sobre la mesa
de manera ordenada, de modo que sea fácil idenFficarlos después.

PROCLAMAMOS JUNTOS. (15 minutos aprox.)


Una cita bíblica para este segundo día de encuentro en los Ejercicios Espirituales

Lucas 4, 16-22
Fue a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre entró un sábado en la sinagoga
y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías. Lo abrió y dio
con el texto que dice: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que
dé la Buena NoFcia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los cauFvos y la vista
a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del
Señor. Lo cerró, se lo entregó al empleado y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en
él. Él empezó diciéndoles: —Hoy, en presencia vuestra, se ha cumplido este pasaje de la
Escritura. Todos lo aprobaban, y estaban admirados por aquellas palabras de gracia que
salían de su boca. Y decían:
—Pero, ¿no es éste el hijo de José?.

El primer camino para el encuentro con el prójimo, con nosotros mismos y con Dios es la
palabra, comunicarnos, dialogar, entrar en reflexión propia o con Dios, sólo se puede hacer
cuando se construyen las palabras. Las palabras dan vida, bendicen, llaman; las palabras
también maldicen, destruyen alejan.
De entre todas las palabras, recordemos que Cristo es la Palabra hecha carne. Siempre será
necesario acercarnos a la Palabra, a Cristo mismo, él nos bendice, nos sana; su palabra nos
alimenta, nos transforma y nos llama.
Reunidos en equipos y guiados por algún encargado de equipo reflexionamos sobre el peso
de las palabras, que pueden ser causa de bendición o maldición. Las palabras pueden matar
pero la palabra de Dios da vida. Monseñor Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey,
nos ha invitado a iniciar siempre el diálogo con “el saludo y la sonrisa”. Guiados por el
encargado y retomando el senFmiento que escribimos en la hoja de máquina,
reflexionamos y comparFmos:
¿Cómo hablo con mis amigos cuando… (me enojo, me entristezco, me alegro)?
¿Cómo hablo con mi familia cuando… (me enojo, me entristezco, me alegro)?
¿Cómo hablo con Dios (rezar-orar) cuando… (me enojo, me entristezco, me alegro)?

NOS ALIMENTAMOS. (20 minutos aprox.)


Previo a este momento ten listo todo lo necesario para la exposición del San[simo. Recuerda
tener acomodada la mesa con los sobres en orden para que sea fácil idenFficarlos con los
nombres. Pon la mesa con los sobres frente a Jesús Eucaris[a.

Se trata de un momento de oración, de encuentro con la persona de Jesús, con el apoyo de


algunos cantos que dispongan el momento, así como de silencios y de alguna oración guiada
si es conveniente.

Canto sugerido:
JESED: “EL ESPÍRITU DEL SEÑOR”
hmps://www.youtube.com/watch?v=LCErpGm1qBM

Reflexión ante el San[simo:


Después de un breve momento frente a Jesús Eucaris[a, pide a los parFcipantes que se
acerquen a buscar su sobre.
La Palabra revela a Dios: Dios es un Padre que sigue nuestros pasos, nos acompaña a donde
vamos (es nuestro lugar favorito). No es un dios neutral e indiferente, sino el Espíritu amante
del hombre, que nos defiende, nos aconseja, toma parFdo a nuestro favor, se involucra y se
compromete con nuestro dolor (Jesús transforma nuestros senFmientos negaFvos en
posiFvos). Siempre está presente allí. Esta es «la buena noFcia» que Jesús proclama ante la
mirada sorprendida de todos: Dios es cercano y quiere cuidar de mí, de F, de todos. Y este
es el modo de tratar de Dios: la cercanía. Dios nos pide que compartamos esa alegría que
solo viene de Él, respondiéndole por medio de la vocación, que significa dar el amor que
Dios nos ha dado primero (Fecha de cumpleaños que es el llamado a la vida/vocación).

Canto sugerido:
AIN KAREM: SEGÚN TU PALABRA
hmps://www.youtube.com/watch?v=5C0kjtvFORU
SOMOS ENVIADOS. (10 minutos aprox.)
Para reflexión del día de hoy se pide a los parFcipantes que busquen y vean el Tik Tok de la
película “La sociedad de la nieve” donde el personaje de Numa Turca‚ comparte una hojita
donde escribió: “No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.

Reflexionar sobre el siguiente Tik Tok en el que uno de los sobrevivientes explica la frase y
en la pregunta ¿Cómo se hizo viva la palabra de Dios en ese suceso?

Al finalizar cada encuentro no olvides despedirte de cada uno por su nombre y de hacerlos
senFr esperados para el día de mañana.
DÍA 3
Su Cuerpo y Amor
NOS DAN VIDA Y MUESTRAN EL CAMINO.

OBJETIVO:
Contemplar la necesidad de alimentarnos del Señor, su Cuerpo y su Sangre nos dan nueva
vida. Así mismo, contemplar el ministerio sacerdotal, el hombre de y para la EucarisFa.

PALABRAS CLAVES:
EucarisFa, pan, necesidad de Dios, hambre de Dios, Vida eterna, alegría, fiesta, banquete.

SOMOS CONVOCADOS. (15 minutos aprox.)


Previo al momento de los Ejercicios dispón el salón o el lugar donde serán los Ejercicios, que
esté limpio y ordenado.
Al recibir a los convocados, entregarles una pieza de pan junto con una bolsa de papas vacía.
Ten listas sillas con la frase Te espero y el nombre de los asistentes.
Se le pedirá a los parFcipantes que compartan de sus papas con sus compañeros, pero ya
que sus bolsas están vacías, se guía la reflexión hacia el No podemos dar lo que no tenemos
no podemos amar y acompañar al otro si no tenemos a Jesús.
Leamos ahora al Papa Francisco sobre la importancia de acompañar al otro, pues es su
amor lo que nos muestra el camino:

La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar
a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin senFdo. Muchas
veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar,
o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. A veces
es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando
regrese, pueda entrar sin dificultad.

PROCLAMAMOS JUNTOS. (15 minutos aprox.)


Escuchemos con atención dos citas bíblicas.
1 Re 19, 3-8

Elías temió y emprendió la marcha para salvar la vida. Llegó a Berseba de Judá y dejó allí a
su criado. ConFnuó por el desierto una jornada de camino y al final se sentó bajo una retama
y se deseó la muerte: —¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis
padres! Se echó bajo una retama y se durmió. De pronto un ángel le tocó y le dijo: —
¡Levántate, come! Miró Elías y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de
agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo: —
¡Levántate, come! Que el camino es superior a tus fuerzas. Elías se levantó, comió y bebió,
y con la fuerza de aquel alimento caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb,
el monte de Dios.
¡Levántate, come! Que el camino es superior a tus fuerzas. Toma este texto clave para
profundizar en cómo es necesario acudir a Jesús para que nos de la fortaleza necesaria para
seguir.
Abre el diálogo reflexionando ¿En qué momentos hemos senFdo que ya no podemos solos?
¿Quién te ha acompañado en estos momentos diƒciles?

NOS ALIMENTAMOS. (20 minutos aprox.)


Previo a este momento, si estás en el templo, ten listo todo lo necesario para la exposición
del San[simo. Si será en otro lugar, recuerda disponer el momento de la oración ante Jesús
Eucaris[a. (De no ser posible la oración con exposición, busca preparar un lugar para la
oración comunitaria).

Para este momento ten un corazón en el suelo con velitas alrededor, a los pies del San[simo.

Se trata de un momento de oración, de encuentro con la persona de Jesús, con el apoyo de


algunos cantos que dispongan el momento, así como de silencios y de alguna oración guiada
si es conveniente.

Canto sugerido:
HAKUNA: “SENCILLAMENTE”
hmps://www.youtube.com/watch?v=dWbjPRB7O1w

Reflexión ante el San[simo:


¡El corazón de Dios se estremece de compasión!
El misterio del Sagrado Corazón de Jesús, es el misterio del corazón de un Dios que se
conmueve y derrama todo su amor sobre la humanidad. Un amor misterioso, que en los
textos del Nuevo Testamento se nos revela como inconmensurable pasión de Dios por el
hombre. No se rinde ante la ingraFtud, ni siquiera ante el rechazo del pueblo que se ha
escogido; más aún, con infinita misericordia envía al mundo a su Hijo unigénito para que
cargue sobre sí el desFno del amor destruido; para que, derrotando el poder del mal y de la
muerte, resFtuya la dignidad de hijos a los seres humanos esclavizados por el pecado. Todo
esto a caro precio: el Hijo unigénito del Padre se inmola en la cruz: "Habiendo amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1). Símbolo de este amor
que va más allá de la muerte es su costado atravesado por una lanza. A este respecto, un
tesFgo ocular, el apóstol san Juan, afirma: "Uno de los soldados le atravesó el costado con
una lanza y al instante salió sangre y agua" (Jn 19, 34).

Reflexionar sobre las veces en que se ha vivido el rechazo o traición de un amigo, Jesús
también los vivió, y perdonó.

Invitar a los parFcipantes a acercarse a tomar una velita del corazón, recordando que para
acompañar necesitamos alimentarnos de Dios. Ya que se han alimentado nos corresponde
comparFr con los demás. Cada que veas esa velita en tu casa recuerda que debes regresar
a la fuente de alimento, para saber amar y acompañar a los demás.

Canto sugerido:
AIN KAREM: SEGÚN TU PALABRA
hmps://www.youtube.com/watch?v=5C0kjtvFORU

SOMOS ENVIADOS. (10 minutos aprox.)


Lean el capítulo de José del libro TesFgos del Señor Jesús de Enrique Ponce de León, y
reflexionen en base al amor.

José
La amo.
Sé que la amo. Ayer la volví a ver. No hay muchacha en todo Nazaret como ella. Su rostro es
como una de esas flores blancas que se recuestan en las colinas, cuando es primavera.
Su nombre es María. Estaba con sus amigas, junto al pozo. Escuché su risa; el fondo del pozo
la llevó a mis oídos. Su eco me llenó de alegría. Entonces me miró. Es como si el sol me
tocara en pleno mediodía.
No supe decirle nada. Soy tan torpe. Mi silencio gritó mi amor y me fui corriendo,
deslumbrado de felicidad.

***
Esta tarde al salir de mi taller, casi chocamos. Abrí la boca lleno de asombro y le hubiera
querido decir mil cosas. Solo me salió un “hola”. Ella me sonrió y pronunció una bendición.
Yo traté de limpiar mis manos con mi manto y arreglarme un poco. El Fempo se detuvo.
Fueron momentos bellísimos. Pero una gritería de niños que la buscaban, nos interrumpió.
Y como otra niña más se fue con ellos, saltando llena de vida.

Yo me fui al monte. Me gusta la soledad y el silencio.


Y allí oré como suelo hacerlo, al Dios de nuestros padres. Le hablé María y un extraño fuego
incendió mi corazón. La puesta del sol reflejó lo que sen[a.
Sé que Dios escuchó mi oración.
Con gran paz, lentamente, regresé a mi casa.

***
Me gustan las noches. Siento que es cuando mejor escucho la voz de Dios, cuando todo el
pueblo está en silencio y el viento me susurra palabras inefables. Esta noche el viento habla
de María.

Mi atracción hacia María es diferente a la que siento por otras muchachas.


Ya tengo edad para casarme. Toda la fuerza de mi juventud anhela el amor de una esposa.
Este sábado, el Rabino leyó:

“Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres…


Eres jardín cerrado, hermana y novia mía,
fuente cercada, mananFal sellado”.

Nada mejor para expresar lo que siento por ella: admiración, temor, pureza profundo
respeto, ansia de estar junto a ella, alegría. Jamás he amado tanto como siento que la amo.

Y, sin embargo, es “huerto cerrado, fuente sellada”. Lo sé, lo sé.


¡Dios mío! Si algún día ha de ser mía: ¡dímelo!
El viento limpió el cielo de nubes. Me quedé dormido y soñé con una estrella.

***
Pocos días después la volví a encontrar junto al pozo. Por fin pudimos hablar bajo la sombra
del alero de su casa.
Le declaré mi amor. Yahveh, me dio fuerzas y lo pude hacer. Hubo un largo silencio. Sólo se
escuchaba el zumbido de los insectos entre las flores. Ella me miró. La contemplé extasiado.
Me sonrió.
Después bajó los ojos y me dijo que también me amaba. Pero que sería Dios el que decidiría
nuestro matrimonio. Que le diera Fempo para orar y reflexionar.
Entre mis manos ásperas y torpes de artesano le tomé su mano.
La sen[ tan frágil que le prome[ protegerla durante toda mi vida.
Que sólo viviría para ella. Que no era mucho lo que le podía ofrecer, pero que todo se lo
entregaba: mi trabajo, mi techo, mi amor.
Voló el Fempo. No sé qué más nos dijimos. Pero sobre todo nos comunicamos en silencio,
que es el lenguaje de los enamorados.

***
Hoy, al salir de la sinagoga, corrió a mi encuentro. La vi feliz.
Caminamos largo rato. Un ligero rubor cubría su cara. Por fin me dijo que creía que Dios veía
complacido nuestro amor. Ella no podría amar a otro hombre sino a mí.
No aFnaba a contestarle. María es como el agua cristalina que cualquier brisa puede alterar.
Le prome[ esperarla, esperarla siempre. Yo tampoco podría amar a nadie más. Le confesé
también que ella me inspiraba cierto temor inexplicable.
Es como un capullo que no aFno a tocar con la mano, por temor a romper el misterio. Me
basta su perfume.
Pero también le dije que nuestros padres y muchos en el pueblo, se habían dado cuenta de
nuestra amistad.
Que para evitar murmuraciones, formalizáramos nuestra relación, desposándonos.
Los dos nos quedamos en silencio. Y la luz de Dios se transformó en sonrisa de mujer y,
como cuando se pronuncia un poema, ella me dijo que sí.
Me dio un abrazo. Estamos locos de alegría.
Me reFré para contemplarla y sen[ que Yahveh nuestro Dios estaba en ella. Como cuando
Moisés se acercó a la zarza ardiendo; estaba en terreno sagrado. Mis ojos se empañaron
con lágrimas.
Entonces ella me dijo: “José, eres un hombre justo…”.

***
Los meses siguientes fueron muy felices. Tenía yo que trabajar duro para poder ahorrar algo
y preparar lo mejor posible la boda y nuestra casa en donde íbamos a vivir. En varias
ocasiones tuve que ir hasta la ribera del lago a buscar quién me contratara. Le hacía de todo:
reparaba casas, cuidaba ganado, construía arados y barcas.
En esos días la extrañaba mucho y sólo pensaba en ella.
Hoy regresé, después de estar más de un mes en Tiberíades.
Corrí hacia su casa. Su sonrisa fue mi mejor recompensa. Pero, ahora, más que nunca, la
percibí extraña. Muy extraña.
Su mirada estaba envuelta en una luz misteriosa, como si contemplara algo, muy ínFmo,
dentro de su corazón. Apenas si pronunció palabra.
Yo me quedé mudo. Ella entonces me dijo: “Gracias, José, gracias por tu silencio…”
No entendí nada.

***
Esta tarde llegó una caravana que se dirige hacia Judea. María, muy agitada fue a verme.
Me dijo que tenía que ir a Judea a visitar a una familia sacerdotal.
Que iba a aprovechar para irse a la mañana siguiente con la caravana.
Que quizá se estaría varios meses. Que confiara en ella.
Contemplé su mirada. Nunca la había visto tan hermosa y tan feliz.
Y volví a quedarme en silencio. Voy aprendiendo a guardar silencio cuando siento el misterio
que me sobrepasa y que no enFendo.
La besé en la frente y ella corrió presurosa. Alguien la conducía.

***
-¡Felicidades, carpintero!- me dijo una mujer al pasar junto al pozo.
Alcancé a percibir un tono entre burlón e irónico. Ayer regresó María. Estuvo tres meses
ausente. Se me hizo una eternidad. Apenas si tuve Fempo de hablar con ella. Se veía cansada
y lo más prudente fue dejarla en la casa de sus padres para que durmiera.
Ya había que formalizar nuestro desposorio con la boda.
Deberíamos hablar largamente. Pero hoy tampoco pude verla.
En el pueblo todos me miraban fijamente.
No enFendo por qué.

***
No hay duda. Es evidente. ¡Está embarazada!
Me fui al monte todo el día. Corrí, corrí hasta caer agotado.
No soporté más y solté el llanto, Lloré como jamás lo había hecho.
Es desgarrador el silencio de Dios. Mil ideas atropellan mi pobre cabeza.
Necesito orar largamente.
¡Dios mío, ten misericordia de mí! Soy sólo un pobre hombre. No me pidas más de lo que
puedo soportar. El frío de la noche me obligó a regresar. Las calles de Nazaret estaban
desiertas. Pasé por su casa. Una lámpara estaba encendida.
Ella también estará sufriendo mucho. Quise llamar a su puerta. Tuve miedo. Y corrí a
refugiarme en la oscuridad…

***
Jamás dudaré de ella. Pero yo tampoco la he tocado. Entonces, ¿qué sucedió?
Llevo varias noches sin dormir. Y no me atrevo a verla.
¿Por qué no me hice nada? Yo comprendería todo.
¿Todo?
Dios tampoco habla. A nadie puedo consultar. Nunca me he senFdo tan solo y tan débil.
Sin embargo, estoy seguro, que lo que nos sucede es de Dios; percibo su aroma cuando él
está cerca.
Por eso sé que es fuego divino lo que abrasa a María.
Y yo soy un pobre pecador, una miserable creatura.
¡No soy digno! Esta noche tomé una decisión: me iré del pueblo, abandonaré a mi familia.
No volveré a ver a María. ¡La amo tanto que, precisamente, por eso la dejo!
¡Permite, Dios mío, que por lo menos llore tu silencio y mi silencio…!

***
Fue una luz clarísima en medio de la noche. La palabra se hizo luz.
Yo que soy tan ignorante, de pronto comprendí todas las Escrituras.

No temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene el Espíritu Santo.
Es que todo iba aclarándose: su pudor y silencio; la paz que inspiraba, el abismo profundo
de sus ojos que habían contemplado lo inefable.
No, no es mi hijo, ni de nadie: es el Espíritu Santo quien la ha tocado.
No es mi hijo y… ¡lo es! Debo imponerle un nombre, debo de velar por él. Es mi hijo y no lo
es.
Y la Palabra me despertó. Frente a ella he aprendido definiFvamente que sólo me queda
una acFtud: el silencio.
Silencio que es aceptación, oración, pureza. Silencio, que es amor.
¡Dios mío, cómo te amo! ¡Cómo amo a María! ¡Gracias, gracias infinitas!
Corrí hacia su casa. Apenas apuntaba el alba. Era el hombre más feliz del mundo. Ella me
abrió sonriente. Lo entendió todo.
Felices nosotros, porque hemos creído que llegará a cumplirse lo que nos han dicho de parte
del Señor. Esta mañana el Sol naciente iluminó a unos novios que se amaban como ninguna
pareja lo haría jamás...

***
A parFr de entonces fui aprendiendo que mi silencio no era ausencia de sonidos, sino
capacidad de escuchar. ¡Hay tanto que escuchar!
Mi vida entera sería eso: escuchar.
Cada día María estaba más hermosa. Su silencio no era solamente pudor por el gran misterio
que guardaba, era oración. Tiemblo con sólo pensar en la vida que palpita en su vientre.

***
Los acontecimientos se precipitaron.
La palabra nos guio a Belén, la ciudad de mis antepasados. Ella fue la primera que propuso
el viaje. Nazaret nos asfixiaba. Más que nunca necesitábamos soledad y silencio.
Fue un viaje bellísimo. Lo hicimos con mucha paz y descanso.
Sin prisas. Llevábamos en el corazón una alegría que estallaba en todo momento.
Reímos y cantamos alegremente, llenos de vida y amor.
Jóvenes enamorados en los que el Señor ha hecho maravillas.
Hoy por la tarde llegamos a Belén. La posada estaba, como siempre, llena de gente. Nos
instalamos en una pequeña cueva. Preparé fuego y comimos un rico caldo que María
preparó. Conseguí paja fresca y ella se fue a dormir. Lo único que buscábamos nosotros era
paz: la paz que sólo la pobreza y sencillez pueden dar. Acepto gozoso su designio. Voy
aprendiendo a escuchar. Algo me está queriendo decir aquella estrella.

***
¡La Vida nació! El Amor se hizo carne.
No aFno a decir con palabras lo que sucedió.
Es tan pequeño, tan desnudo y débil.
María lo envolvió en pañales, y con su calor de mujer virgen, y con su ternura.
Tembloroso, me acerqué. Lo pusimos juntos sobre el pesebre que yo había preparado.
Después María se echó a mis brazos y lloramos de felicidad.
En silencio nos dijimos lo mucho que lo amábamos.

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