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DOS NIÑOS YOTALEÑOS

FRENTE
A LA VIDA

José Osvaldo Mora Flores


Por el año 2000 un 1 de mayo nacen dos mellizos en la población
de Yotala, en el barrio de Villa Victoria, calle Bustillos sin número,
a la entrada a esta población a unos metros del rio que viene
desde Totacoa. Estos niños crecieron e ingresaron a estudiar al
kindergarten Santa Rosa y a la escuela del mismo nombre.

Estos niños llevaban los nombres Juan Carlos y Juan Alberto


Guzmán Parra, sus padres llevaban los nombres de Juan Guzmán y
Celestina Parra, los cuales eran oriundos de la localidad de Yotala.
Los niños eran muy traviesos, muy hiperactivos y como todo niño
eran despreocupados de la vida, por esa hiperactividad se metían
en muchos problemas, andaban en constantes problemas con su
compañeros, y por ende los padres de estos se encontraban en
constantes problemas con los padres de los niños de la escuela.

Sus papas les castigaban, su madre llorando les reflexionaba que


ya no hagan travesuras y no generen peleas con sus compañeros
los profesores se quejaban ante el director de la escuela
constantemente.

Los mellizos ya en últimos cursos de la escuela, pierden a su


padres, los cuales mueren en accidente automovilístico al
trasladase de Yotala a la ciudad de Sucre, los niños quedan en
custodio de sus abuelos maternos, estos ya ancianos hacen todo
lo posible para los niños salgan adelante y sean personas de bien.
Estos niños por su hiperactividad participaban en todos las
actividades de la escuela, pero siempre en se encontraban en
constantes problemas, la abuelita rezaba para que se corrigieran
sus nietos y su conducta se encaminen como los demás niños.

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En transcurso del tiempo los abuelitos de los mellizos fallecen y
estos quedan solos en una total orfandad, por esta razón los
vecinos de estos acuden a al Servicio de Gestión social
(SEDEGES), institución acude de inmediato al llamados de los
vecinos y acoge en sus instalaciones a los dos mellizos.

En el orfelinato la vida para estos niños fue muy diferente, ya


no había padres ni abuelos que los protejan, sus libertades
fueron cortadas, como se los cortan las plumas de las alas de
las aves, sus hiperactividades fueron apagándose poco a copo, y
se volvieron muy reacios a las amistades, sus valores sociales
fueron minándose.

Pero no dejaron de meterse en problemas, peleaban


constantemente, sobre todo se volvieron mentiroso y
empezaron a robar cosas pequeñas y poco a poco robaban más y
más.

Uno de esos días los hermanos Guzmán cuando ya contaban con


12 años deciden huir del orfelinato, los mellizos soñaban con
ser libres y no tener que soportan tanta maldad dentro del
orfelinato, donde sufrieron toda clase de abuso por parte de
niños mayores que ellos.

El más avezado era Juan Alberto y Juan Carlos era un poco


recatado, ya en la calle los niños trabajaban de todo, como
voceadores en los micros, como cargadores en el mercado
campesino, de ayudante de albañil, pero al ver que el robo era
el camino más fácil para conseguir dinero se dedicaron a esta
actividad teniendo la especialidad “carterista”.
Sus fechorías lo realizaban en inmediaciones del mercado
Campesino y del mercado el Morro, ellos dormían donde la noche
les encontraba. Ya de edad de 14 años se mezclaron con personas
del hampa con mucha trayectoria en esta actividad ilícita. Los
mellizos empezaron beber y banquetear, como vulgarmente se
llama a la actividad de beber y dormir en los bancos que se
encuentran al frente del estadio Patria.

La vida delictuosa de los hermanos se extiende por cuatro años,


hasta obtener 18 años, en este lapso de tiempo no solo se
adueñaban de lo ajeno, bebían casi todos los días, pero también en
un tiempo se dedicaron a consumir drogas, sus vidas de estos
mellizos ya jóvenes se destruía por las malas decisiones que
tomaron.

Juan Carlos, una de esas noches tuvo un sueño con sus padres y
sus abuelitos, donde ellos le pedían de rodillas que cambie y que
deje ese camino que dacio tomar junto a su hermano Juan
Alberto, y que tome el camino del bien, sin dañar a nadie, que
trabaje honestamente y que el dinero que gane ahorre, y que
construya una familia para no estar solo.

Juan Carlos le cuenta el sueño que tuvo con sus padres y sus
abuelitos a su hermano Juan Alberto. Este último se rio y se burlo
y le dijo “yo no creo en sueños, yo creo en la realidad, y si tú
decides hacer realidad el sueño que tuviste as lo solo y no cuentes
con migo”.
Ante los pies de la Mamita de Santa Rosa los mellizos
pidieron y se comprometieron cambiar el rumbo de sus vidas,
de ya no estar en el mundo del hampa, no ser mas escoria de
la sociedad, dejar los vicios para poder forjar familias que
sirvan a la sociedad.

A Santa Rosa le pidieron una segunda oportunidad y


enmendar sus vidas, Juan Carlos y Juan Alberto sintieron en
su rostro una brisa fresca y escucharon una vos donde les
decía “ustedes son jóvenes y hagan lo que hacían en vida sus
padres Juan y Celestina”.

Desde esos momentos los dos mellizos se convirtieron en


devotos de la Mamita Santa Rosa, escogieron el oficio de
albañiles, se asentaron de nuevo en la localidad de Yotala,
vivieron en la casa de sus padres, pero eso sí, al tío que vivía
en esa casa no lo desalojaron, vivieron juntos,

Años más tarde Juan Alberto se caso con una hermosa


cholita de la localidad de Ñujcho, y más tarde conforma su
familia Juan Carlos con una joven de noble corazón oriunda
de la localidad de Tintreros.

Desde el encuentro con la Mamita Santa Rosa, Juan Carlos y


Juan Alberto se convirtieron en fieles feligreses de esta
Santa, y sus familias vivieron bajo el manto sagrado de Santa
Rosa.

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Juntos estuvimos toda nuestras vidas, por esta razón lo
que haga lo haré contigo le contesta Juan Carlos a su
hermano, este le dice “nos daremos una oportunidad para
ser personas de bien, conseguiremos un trabajo que
dignifique a nuestras personas.

Para la fiesta de Santa Rosa, Patrona de la Localidad de


Yotala, que se recuerda los últimos días del mes agosto de
cada año, los hermanos decidieron visitar el pueblo que les
vio nacer, ellos eran completamente desconocidos, no
tenían amigos, sus parientes se olvidaron de ellos por el
tiempo que transcurrió, llegaron a la casa donde pasaron
una parte de sus niñez, el cual estaba habitado por unos
de sus tíos de parte de padre.

El cual al principio no les reconoció, los mellizos se


presentaron como hijos de Juan Guzmán y Celestina Parra,
el tío les acogió con mucho cariño pero la esposa de este
les acepto con muchos reparos, ya ella sabía que al llegar
los mellizos, la casa podían reclamar ya que era de los
padres de estos.

Más tarde decidieron de ir a pasear por las calles de


Yotala, y en eso vieron la procesión de Santa Rosa, al ver
la imagen de la Patrono de Yotala se conmovieron hasta
llegar hasta las lagrimas, y en esos momentos los dos
hermanos se santiguaron y se arrodillaron.

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