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APOLODORO

[3] Y llega a la tierra de los Lotófagos y envía a alguno a conocer a los que viven
allí. Pero estos, tras probar el loto, permanecieron allí. En efecto, crecía en esta
tierra un fruto dulce llamado loto, el que produce el olvido a todo el que lo probaba.
Odiseo, dándose cuenta, habiendo retenido a los restantes, se lleva consigo a los
que lo probaron con violencia hacia las naves y se acerca navegando a la tierra de
los cíclopes.

[4] Habiendo abandonado las naves restantes en la isla cercana, teniendo una se
dirige a la tierra de los cíclopes, habiendo bajado de la nave con doce compañeros.
Hay una cueva cerca del mar, hacia la cual este se dirige teniendo un odre de vino
que había sido dado por Marón a este. Era la cueva de Polifemo, el cual era hijo de
Poseidón y de la ninfa Toosa, hombre muy grande, salvaje y antropófago, teniendo
un ojo en la frente.

[5] Habiendo encendido el fuego y habiendo sacrificado a los cabritillos celebraron


el banquete. Habiendo llegado el cíclope y tras hacer entrar al rebaño colocó una
piedra enorme en la puerta y tras haber visto a estos se comió a alguno.

[6]

[7] Odiseo habiendo encontrado una maza tirada en el suelo con cuatro
compañeros, la afilaba y tras haberle prendido fuego cegó a este. Llamando
Polifemo a los cíclopes de alrededor, cuando llegaron preguntaban quien le había
hecho daño. Diciendo este “Nadie”, considerando ellos que este decía “por nadie” se
fueron

[8] Buscando los rebaños su pasto habitual, habiendo abierto y habiéndose


colocado en la puerta extendiendo las manos tocaba el rebaño. Pero Odiseo atando
tres carneros conjuntamente… y el mismo habiéndose ocultado en el más grande,
habiéndose ocultado bajo el estómago, salió con los rebaños, y habiéndo desatado
a sus compañeros de los rebaños, tras conducirlos hacia las naves y al emprender
la navegación gritó al cíclope que era Odiseo y que había escapado de sus manos.

[9] El oráculo era vaticinado al cíclope por un adivino que sería cegado por Odiseo.
También tras conocer su nombre arrancando las rocas las lanzaba al mar, apenas la
nave se salvó de las rocas. Poseidón desde esto se encolerizo con Odiseo.

[10] Tras hacerse a la mar con todas las naves llega a la isla Eolia, cuyo rey era
Eolo. Este que está encargado de los vientos por Zeus, de retenerlos y liberarlos.
Este tras hospedar a Odiseo le da un odre de piel de buey, en el cual guardó los
vientos, habiendo mostrado de los cuales es necesario que se sirva el que navega,
habiendo atado esto a la nave. Odiseo sirviéndose de los vientos favorables navega
contento, y llegando cerca de Ítaca ya viendo el humo que subía de la ciudad se
durmió.

[11] Los compañeros pensando que este llevaba oro en el odre, habiéndolo
desatado liberaron los vientos, y volvieron otra vez hacia atrás tras haber sido
empujados por los aires. Pues Odiseo tras haber llegado ante Eolo le pide obtener
la vuelta a su patria, pero este lo expulsa de la isla diciéndole que al oponerse los
dioses no podía salvarle.

[12] En efecto, navegando llegó hacia el país de los lestrigones, y arribó su nave al
final. Los lestrigones eran antropófagos y Antífanes reinaba sobre ellos. En efecto,
Odiseo queriendo conocer a los que habitan allí envió algunos (de sus hombres)
para informarse. A estos los encuentra la hija del rey y los conduce ante su padre.

[13] Este habiendo capturado a uno de estos se lo come, perseguía al resto que
huía habiendo gritado y habiendo llamado a los otros lestrigones. Estos llegaron al
mar y alcanzándolos con piedras destruyeron las naves y se los comía. Odiseo tras
cortar los agarres de la nave se hizo a la mar, los restantes sucumbieron con los
que navegan.

[14] Teniendo una nave llega a la isla de Ea. Circe la habitaba, hija de Helios y
Persis, hermana de Eetas, siendo conocedora de todos los brebajes. Habiendo
apartado a los compañeros, este mismo por suerte permanece junto a la nave,
Euríloco va con un número de veintidós compañeros hacia Circe.

[15] Llamandoles esta acuden todos menos Euríloco. Ella da a cada uno una copa
habiéndola llenado de queso, miel, harina de cebada y vino, habiéndola mezclado
con droga. Tras haber bebido ellos, tocándoles con una vara cambiaba sus formas y
convertía a unos en lobos, a otros en cerdos, a otros en burros, a otros en leones.

[16] Habiendo visto Euríloco estas cosas, se lo comunica a Odiseo. Este habiendo
cogido el moly procedente de Hermes se dirige hacia Circe, y lanzando el moly
hacia el brebaje tras haber bebido él solo no es embrujado. Habiendo desenvainado
la espada quería matar a Circe. Esta habiendo calmado su ira devuelve su forma a
los compañeros. Y Odiseo habiendo obtenido los juramentos de ella de que no sería
ultrajado se une a ella, y le nació un hijo Telégono.

[17] Habiendo permanecido allí durante un año, después de haber navegado por el
océano, habiendo hecho el sacrificio a las almas consulta a Tiresias, habiéndole
aconsejado Circe, y contempla las almas de los héroes y de las heroínas. También
ve a su madre Anticlea y a Elpenor, el cual murió habiendo caído en la casa de
Circe.
LISIAS
[6] En efecto yo, oh atenienses, cuando a mi me pareció bien casarme y llevé a mi
mujer a mi casa, en otro tiempo me comporté de tal manera que ni me molestaba ni
estaba bastante en sus manos hacer lo que quisiese, la vigilaba como era posible, y
mantenía la atención como era natural. Cuando nació mi hijo, ya confiaba y
entregué todas mis cosas a ella, pensando que esta era la unión más grande. En
efecto, en un primer momento,

[7] oh atenienses, ella era la mujer de todas; pues era una administradora
maravillosa, una buena ahorradora y administrando todas las cosas rigurosamente.
Cuando se murió mi madre, habiendo muerto llegó a ser para mi la causa de todos
los males.

[8] Habiendo acompañado a ella en el entierro, mi mujer, vista por este hombre, con
el tiempo se corrompe. Acechando a la criada que caminaba hacia el Ágora y
dirijiéndole unas palabras la corrompió.

[9] En primer lugar en efecto, oh jueces, pues es necesario que también esto sea
expuesto a vosotros, mi casa tiene dos pisos, teniendo las cosas igual arriba y abajo
para estas cosas, el gineceo y el andrón. Cuando el niño nos nació, la madre
amamantaba a este; para que no, cada vez que hubiera que bañarlo, corriera
peligro bajando las escaleras, yo hacía vida arriba y las mujeres abajo.

[10] Y era ya tan habitual que muchas veces la mujer bajaba abajo para dormir con
el niño, para darle el pecho y que no llorara. Y estas cosas eran así durante mucho
tiempo, y yo nunca sospeché, pero me mostraba tan necio que pensaba que mi
mujer era la más sensata de todas las de la ciudad.

[11] Habiendo pasado un tiempo, hombres, llegué inesperadamente del campo,


después de la cena el niño lloraba y estaba molesto ya que era maltratado por la
criada a propósito para que hiciera esto. En efecto, el hombre estaba dentro.

[12] Después, en efecto, me enteré de todas las cosas. Y yo ordenaba que mi mujer
saliera y diera el pecho al niño, para que dejara de llorar. Ella al principio no quería,
como si estuviera contenta de haberme visto, al llegar después de un tiempo.
Cuando yo me enfadaba y ordenaba que ella saliera, decía “Claro, para que tu
entonces intentes tentar a la criada; también antes estando borracho la arrastrabas.”
Y yo me reía,

[13] y ella habiéndose levantado y saliendo cierra la puerta, fingiendo jugar, y echa
el cerrojo. Y yo no pensando nada de esto y ni sospechando dormía tranquilo,
viniendo del campo.
[16] En efecto el hombre que comete ultraje contra ti y contra tu mujer es por suerte
el enemigo para nosotros. Si ciertamente tomaras a la criada que caminaba hacia el
Ágora y que os servía a vosotros y la pusieras a prueba, averiguarías todas las
cosas. “Es -dijo- Eratóstenes de Oe, el que hace estas cosas, quien no solo tenía
corrompida a su mujer sino también a muchas otras. En efecto tiene este arte.”

[17] Habiendo dicho estas cosas, oh hombres, aquella se alejó, yo seguidamente


me inquietaba, y todo lo mío me venía hacia la mente, y estaba lleno de sospecha.

[18] Habiendo llegado a la casa ordenaba que la criada me acompañara al Ágora,


habiendo llevado a esta a casa de alguno de mis amigos decía que yo estaba
enterado de todo lo que sucedía en mi casa. “Así pues -decía- te es posible elegir
cual de las dos quieras, o caer en el molino habiendo sido torturada y nunca parar
de estar atormentada por estos males, o habiendo confesado toda la vida no sufrir
ningún mal, sino obtener el perdón de mi parte de los errores. No engañes en nada,
sino di la verdad.”

[19] Y ella al principio lo negaba, y me mandaba hacer lo que yo quisiera; pues no


sabía nada; cuando yo le recordé a Eratóstenes ante ella, y dije que este era el que
visitaba a mi mujer, se asustó habiendo pensado que yo conocía todo
perfectamente. Y entonces ya habiendo caído ante mis rodillas,

[20] y habiendo conseguido la promesa de mi parte de que no sufriría ningún mal,


contaba en primer lugar que se acercaba a ella después del entierro, después que
ésta habiendo acabado enviaba recados y que ella con el tiempo era seducida, y en
relación a las puertas de qué manera se acercaba, y que en las Tesmoforias
estando yo en el campo iba al templo con la madre de este. Y describió todas las
otras cosas que sucedieron perfectamente.

[23] Cuando se encontraba bien, este se marchaba saliendo, y yo me dormía.


Eratóstenes, señores, entra, y la criada habiéndome despertado a mí, a
continuación me muestra que está dentro. Yo habiéndole dicho a ella que vigilara la
puerta, habiendo bajado en silencio salgo, y me dirijo a casa de uno y otro, y
encontré a unos dentro, y descubrí que otros no estaban presentes.

[24] Habiendo dispuesto como era posible el mayor número de los que estaban
presentes me marchaba. Y habiendo cogido antorchas de la taberna más cercana
entramos, abierta la puerta y vigilada por la esclava. Habiendo empujado la puerta
de la habitación los primeros que entraron todavía vieron a este acostado al lado de
la mujer, los últimos le vieron de pie desnudo junto a la cama.

[25] Yo, oh hombres, habiéndole pegado derribo a este, y habiéndole atado las dos
manos hacia atrás y habiéndolas atado preguntaba por qué ultraja entrando hacia
mi casa. Y aquel reconocía ser culpable, suplicaba e imploraba que no le mataran,
sino que le reclamasen dinero. Yo le dije que: “yo no te mataré,

[26] sino la ley de la ciudad que tú transgrediéndola la tuviste en menor


consideración que tus placeres, y preferiste más cometer este error contra mi mujer
y contra mis hijos que obedecer las leyes y ser honrado.”

PLATÓN
[320c] En efecto entonces había un tiempo en el que los dioses existían, la raza
humana no existía.

[320d] Y cuando les llegó el tiempo destinado a su creación, los dioses forman
estas cosas dentro de la tierra a partir de la tierra y el fuego habiéndolos mezclado y
de las dos cosas que se mezclan con el fuego y la tierra. Cuando iba a llevarlos
hacia la luz, ordenaron a Prometeo y Epimeteo que lo arreglaran todo y
distribuyeran las capacidades para cada uno cómo fuera conveniente. Epimeteo
pide a Prometeo que él mismo lo distribuya. “Cuando lo haya distribuido -dijo-
revisalo”. Y así habiéndolo convencido hace el reparto. Haciendo la distribución, a
unos les dotaba de fuerza sin velocidad,

[320e] y dotaba a los más débiles con velocidad. Armaba a unos, dando a otros una
naturaleza inerme proveía a estos alguna otra cualidad para su salvación. En efecto,
a los que envolvió con su pequeñez, les daba una huida alada o una casa
subterránea. Por otro lado a aquellos que aumentaba con grandeza, los protegía
con esto mismo; y de la misma manera igualando al resto hacía el reparto.

[321a] Ideaba esto teniendo precaución de que ninguna especie fuese aniquilada;
cuando dió a estos la huida de las destrucciones mutuas, ideaba una protección
contra las estaciones del año de Zeus revistiendo a estos con espeso pelo y pieles
robustas apropiadas para combatir el invierno, capaces de combatir el calor, y
cuando fueran a dormir, de esta manera, estas mismas cosas sirvieran como refugio
protector y natural para cada uno. Y

[321b] revistiendo a unos con garras y a otros con pelo y pieles duras y sin sangre.
Igualmente proporcionaba diferentes alimentos a estos, a unos el pasto de la tierra,
a otros frutos de los árboles y a otros raíces. Hay a quienes concedió que el
alimento fuera devorar a otros animales. Y a unos les ofreció descendencia, a los
que eran consumidos por estos mucha descendencia, proporcionando la salvación a
su especie. Pero como ciertamente Epimeteo no era del todo sabio no se dió cuenta
de que él mismo había gastado las fuerzas en los animales.

[321c] La especie de los hombres todavía le quedaba desordenada, y no sabía qué


hacer. Y a este que estaba perplejo se acerca Prometeo para inspeccionar el
reparto, y ve a los otros animales teniendo de todo armoniosamente, al hombre
estando desnudo, descalzo, expuesto y desarmado. Entonces el día señalado
llegaba, en el cual era necesario que el hombre saliera de la tierra hacia la luz. En
efecto Prometeo, tenido por esta preocupación de qué salvación encontraría para el
ser humano, roba de Hefesto y Atenea la destreza artística junto al fuego - ya que
era imposible que esta fuera, sin el fuego, adquirible o útil para alguien - y entonces
así lo regala al ser humano. Y así de este modo el hombre tuvo por un lado la
sabiduría sobre la vida, pero no tenía la política; En efecto estaba en manos de
Zeus. A Prometeo ya no le era posible entrar a la acrópolis, la casa de Zeus. –
Además los guardias de Zeus eran terribles. – Entra ocultamente en la casa de
Atenea y Hefesto, la común, en la cual ejercían su arte,

[321e] y habiendo robado el arte del fuego de Hefesto y el otro de Atenea se lo da al


ser humano, y de esto nace la posibilidad de vida para el hombre,

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