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Conflicto

de los
Saltos del
Guairá
• El Tratado de Tordesillas, firmado el
7 de junio de 1494 en la localidad de
Tordesillas, España, fue un acuerdo
crucial entre las monarquías de
Castilla y Portugal con el objetivo de
dividir y delimitar las zonas de
influencia en las exploraciones y
colonizaciones en el Nuevo Mundo
• Tratado de Paz y Límites del 18
de enero 1872 con el Imperio
• Carlos Loizaga por Paraguay, y
Arturo Wanderley, Barón de
Cotegipe, por Brasil
• INTERESES BRASILEÑOS EN LA
DÈCADA DE 1960 sobre los Saltos
del Guairà.
Presidente civil João GOULART, Humberto de Alencar Castelo
1961 – 1964, derrocado por un Branco, primer presidente de la
golpe militar en 1964. dictadura militar del Brasil
(1964 – 1967)
• Gral. Alfredo Stroessner,
presidente del Paraguay de 1954 a
1989
-Samuel Pinheiro Guimares :
Brasil ayudó a un orden
económico internacional
favorable en países en
desarrollo.

• El artículo IX del Tratado Secreto de la


Triple Alianza, según su artículo XVII, declara
garantizar la integridad territorial de la
República del Paraguay.

En el caso del Tratado Loizaga-Cotegipe,


firmado el 9 de enero de 1872 bajo ocupación
militar brasileña en Asunción, Paraguay perdió
a favor de Brasil aproximadamente 62.325
km2. de territorio
En julio de 1934 los
representantes del Gobierno
brasileño insisten en colocar un
nuevo hito en la margen derecha
del Paraná, frente a la quinta
caída.
• Brasil tradujo su interés
en la explotación
energética del río Paraná
al iniciar estudios técnicos
unilaterales desde 1953.
• La República del Paraguay tomó conocimiento
de que el Ministerio de Minas y Energía de Brasil
se hallaba abocado a un estudio preliminar por
una publicación del 13 de febrero de 1963 en el
Jornal do Brasil
• En 1965 tropas brasileñas
ocuparon la franja de 20km del
Puerto Coronel Renato y una
comitiva paraguaya en octubre fue
apresada.
• El 24 de noviembre de 1965, del secretario de Estado de los
Estados Unidos de América, Dean Rusk llega y declara «Paraguay y
Estados Unidos están trabajando juntos para labrar la felicidad de
los pueblos, ambas naciones coincidimo en absoluta identidad en
cuanto a los problemas internacionales»
Antes de Itaipú, la disputa entre Brasil y
La última invasión, 2017
Paraguay por los Saltos del Guairá, 2019
2024

Conflicto de los Saltos


del Guaira

HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES


ROSA BEATRIZ CANTERO DOMÌNGUEZ

UNIVERSIDAD DE INTEGRACIÓN DE LAS AMERICAS | Asunción


CONFLICTO POR LOS SALTOS DEL GUAIRÁ

ANTECEDENTES

Las bulas papales y la demarcación de los reinos de Castilla y Portugal.i

Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, se produce el conflicto entre España y Portugal con el
motivo del pleito sobre la legitimidad del dominio español en las Indias, el Papa Alejandro VI
expide el 4 de mayo de 1493 la Bula Inter Cetera, que confirma la potestad pontificia y demarca
una línea de polo a polo en forma de meridiano, que pasa hacia el Occidente a la distancia de
cien leguas de las islas de Cabo Verde, pero esta no satisface los intereses portugueses y los
mismos españoles la cuestionan.

Por consecuencia, la pugna entre los reyes católicos y el rey de Portugal Juan IV, acordaron una
nueva línea de demarcación a 370 leguas desde las islas de Cabo Verde al Occidente. Este pacto
se llamó el Tratado de Tordesillas, firmado el 7 de junio de 1494 en España, confirmado por el
Papa Julio II con efecto de la Bula papal del 24 de enero de 1506.

Sin embargo, la codicia de la expansión territorial de los portugueses invalidó este pacto en la
práctica. La diplomacia lusitana manipuló ese instrumento legal para desvirtuarlo en el terreno
y con su empeño benefició a su heredero, el Brasil.

Coincide esto con lo que dice el escritor Efraim Cardozo, en su obra “Los derechos de Paraguay
sobre los Saltos del Guairá” ii:

«¨ […] Los Saltos del Guairá fueron descubiertos al mismo tiempo que el resto del
Paraguay. Las tierras en que ellos se despeñan y a las cuales dieran su nombre, fueron por
primera vez visitadas por Alejo García en su fabuloso viaje desde el Atlántico hasta el Perú, hacia
1525. Alejo García, español y no portugués según las más modernas investigaciones, y tripulante
que fue de una armada española, dio con su descubrimiento inicial derecho a la Corona de la
cual dependía. Por lo demás, los Saltos como todas las zonas comarcanas, estaban ya dentro
de la soberanía española que alcanzaba hasta la famosa Línea de Tordesillas pactada en 1494
para demarcar ambas jurisdicciones. Esa Línea coincidía con el Meridiano 47°, 32 56, 5,0, de
Greenwich y estaba a más de seis grados al Este de la zona de los Saltos. Cuando en las
Capitulaciones con Don Pedro de Mendoza (1534) se instituyó legalmente la Provincia del
Río de la Plata o Paraguay, la Corona señaló como frontera oriental de esta Gobernación la
misma Línea de Tordesillas. […]»
iii
Fuente: Panorama Cultural. com.co

LA GUERA CONTRA LA TRIPLE ALIANZAiv

La guerra contra la Triple Alianza fue desencadenada ya por el conflicto en las cuestiones de
límites y navegación que se veían en las relaciones de la Cuenca del Plata durante la década de
1850. En ese instante era latente un conflicto armado entre el Brasil y el Paraguay por el
desacuerdo en los límites en la zona del río Apa, en el norte paraguayo. En especial por la
restricción de navegación del río Paraguay impuesta por López, y que para el Brasil era
imprescindible para la región de Matto Grosso.

En diciembre de 1857 hubo el Protocolo secreto entre el Brasil y la Argentina por el cual habían
acordado que, si Brasil recurría a medidas coercitivas e incluso la Guerra, la Argentina permitiría
que las fuerzas brasileñas atravesaran el territorio de Corrientes.

Así también luego de concluida la guerra, en el artículo IX del Tratado Secreto de la Triple Alianza,
según su artículo XVII, declara “garantizar la integridad territorial de la República del Paraguay”.

Pero, el Brasil al tomar Asunción, guardó todos los documentos que certificaban los títulos de
propiedad del Paraguay y negoción el Tratado Loizaga-Cotegipe, firmado el 9 de enero de 1872
bajo ocupación militar brasileña en Asunción, Paraguay perdió a favor de Brasil
aproximadamente 62.325 km2. de territorio.

Mapa: Tratado de Paz y Límites del 18 de enero 1872 con el Imperio, Carlos Loizaga por Paraguay,
y Arturo Wanderley, Barón de Cotegipe, por Brasil.

Tras la pérdida de Mato Grosso y otras áreas bajo las condiciones del Tratado de la Triple Alianza,
Brasil continuó presionando nuestra soberanía con un plan claramente delineado, lleno del
“espíritu pirata” de los portugueses. Es así que ese año de 1872 comenzó el trabajo de
demarcación de límites, que fue suspendido varias décadas, con varios intentos de parte del
Brasil de abrazar unilateralmente la zona de los Saltos del Guairá.

PRETENSIONES DEL BRASIL

En décadas posteriores, mientras Paraguay se encontraba en guerra con Bolivia, Brasil persiste
en llevar a cabo los trabajos de demarcación fronteriza que quedaron pendientes desde 1872.
En su libro, Cuenca Torres recopila las observaciones realizadas por Efraím Cardozo durante la
Comisión Mixta Paraguayo-Brasileña. En julio de 1934, los representantes del Gobierno brasileño
insisten en colocar un nuevo hito en la margen derecha del río Paraná, frente a la quinta cascada.
Esto resultaría en que Paraguay perdería los saltos ubicados por encima, lo cual va en contra de
lo establecido en el Tratado de 1872. Para justificar su posición, los representantes brasileños
presentan una copia fotográfica de un mapa de la zona del Mbaracayú, supuestamente
levantado por los demarcadores en 1874, incluyendo la firma del representante paraguayo,
capitán Domingo Antonio Ortiz. Sin embargo, al comparar este mapa original con el mapa
presentado por los brasileños, se detectan graves alteraciones en el último. A raíz de esto, los
brasileños dejan de insistir en su posición. Brasil estaba utilizando diversas estrategias para
intentar distorsionar lo acordado en 1874.

Más tarde, Brasil expresó su interés en la explotación energética del río Paraná al comenzar
estudios técnicos de manera unilateral desde 1953. Con relación a las intenciones del Gobierno
brasileño de utilizar los Saltos, la República del Paraguay se enteró de que el Ministerio de Minas
y Energía estaba llevando a cabo un estudio preliminar, según una publicación del 13 de febrero
de 1963 en el Jornal do Brasil. Esto provocó la reacción del embajador paraguayo en Brasil, Raúl
Peña, siguiendo instrucciones del canciller Raúl Sapena Pastor, y inició un prolongado conflicto
diplomático entre los dos países. A pesar de todo esto, Brasil no logró comunicar formalmente
al Paraguay sus pretensiones sobre el río compartido, que establece la frontera natural entre
ambos.

En relación con Paraguay, se evidencia que los sucesivos gobiernos brasileños no establecieron
de forma pacífica sus límites fronterizos, no respetaron el principio de igualdad entre Estados
soberanos y buscaron beneficiarse de manera unilateral de los Saltos del Guairá sin fomentar un
entorno económico equitativo.

El libro “La última invasión” menciona que, en su discurso de cierre de 1963, Nikita Kruschev
pronunció palabras de paz recordando la Guerra del Paraguay y la significativa reducción de su
población. Cuenca narra que en Itamaraty, las declaraciones del líder soviético fueron
consideradas desafortunadas, ya que revivían un asunto delicado en un tiempo en que se
estaban haciendo esfuerzos para construir la planta de Sete Quedas, avivando así el
nacionalismo paraguayo y poniendo a Brasil en una posición históricamente delicada.

LA INVASIÓN AL PUERTO CORONEL RENATO

Continuando con la secuencia de eventos, el año 1965 se destaca como el más tumultuoso del
conflicto, marcado por la ocupación de zonas en disputa por fuerzas brasileñas y la detención
de una delegación paraguaya en octubre de ese año. Con el peligro de guerra inminente,
Paraguay tuvo que afinar su diplomacia para continuar defendiendo su soberanía y su integridad
territorial, evitando al mismo tiempo un conflicto bélico.

Por otro lado, el General paraguayo Samaniego cuenta en una entrevista como se dieron esos
hechos coercitivos de parte del Brasil. A pesar de haber instalado más de 900 hitos fronterizos
en la zona de la cordillera (hoy departamentos de Amambay y Canindeyú) entre 1950 y 1960, la
demarcación de los límites entre Paraguay y Brasil seguía sin concluir. Los avances de las
comisiones encargadas de la demarcación se encontraban extrañamente estancados. Desde mi
posición como comandante de fronteras, pude observar lo siguiente: El ingeniero militar
especializado en Brasil, coronel Emilio Meza Guerrero (1926-1985), lideraba la Comisión
Paraguaya demarcadora de Límites, que trabajaba junto a sus homólogos brasileños en la
definición y marcación de los hitos fronterizos. En esa ocasión, estábamos enfocados en
determinar y señalar las cumbres en la cordillera del Amambay y Mbaracayú. De acuerdo con los
tratados de límites de 1872, estas serranías marcaban el tramo de la frontera entre Paraguay y
Brasil que culminaba en los Saltos del Guairá (conocido como el Salto Grande de las Sete
Quedas). En aquel tiempo, muchos creían que la precisión en la definición de estas líneas y,
sobre todo, la ubicación exacta de sus altas cumbres tendría un impacto significativo en los
beneficios para Paraguay y Brasil. Esto era especialmente relevante para una posible obra
hidroeléctrica cuya construcción, al parecer, estaba planeada en la parte superior de los Saltos
del Guairá, según lo mencionado en el proyecto del ingeniero Marcondes de Ferraz, quien
lideraba la posición brasilera de un aprovechamiento energético unilateral sin dar participación
al Paraguay. A contrario de la posición del presidente brasileño Joao Goulart, político empresario
de centro izquierda que inclusive había mantenido una entrevista en su estancia Las Marías con
el Gral. Alfredo Stroessner para dar participación de este proyecto al Paraguay.

Todo esto dentro de la Guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, hizo que al
presidente Goulart lo derrocara un golpe militar provocado por los mismos Estados Unidos.
El que subió, el presidente General Castelo Branco, un militar del grupo de la Sorbona, fue
presionado por el ala dura de Itamaraty y las Fuerzas Militares a tomar medidas de coerción con
Paraguay.

El General Samaniego relata a continuación que, en junio de 1965, mientras ejercía el mando de
la unidad militar en Puerto Presidente Stroessner (hoy conocida como Ciudad del Este), ocurrió
un incidente que resultó en la ocupación militar brasileña en Puerto Coronel Renato. Este sector
no estaba demarcado y se utilizaba exclusivamente para el comercio regional.

El suceso en la zona de los Saltos (Puerto Renato) fue una consecuencia directa de un acto
protagonizado por varios miembros de la Comisión Paraguaya Demarcadora de Límites. Estos
individuos, acompañados por educadores, estudiantes, autoridades y políticos locales, llevaron
a cabo una demostración de soberanía al cantar el Himno Nacional Paraguayo, marchar y hacer
estallar petardos. Esta expresión espontánea de fervor patriótico incomodó tanto a las
autoridades como a los habitantes de Guaira. La respuesta de Brasil no se hizo esperar y fue
desproporcionada: militarmente ocuparon Puerto Renato.

Siguiendo su relato, Samaniego dice: Una vez en el terreno, me percaté de que ningún paraguayo
tenía permiso para cruzar al lado brasileño del río Paraná, incluyendo la zona de Guaira y otros
puntos. Esto me permitió realizar una primera evaluación de la situación. Me dirigí al lugar del
incidente, guiado por algunos vecinos, y pude constatar que dos batallones brasileños ocupaban
completamente Puerto Renato. Además, a través de las averiguaciones realizadas por los
lugareños, descubrí que había un tercer batallón proveniente de Foz de Yguazú y un cuarto
batallón originario de Coronel Sapucai en las cercanías. Enfrentados a estos cuatro batallones
brasileños, nuestras fuerzas eran ciertamente reducidas, aunque podríamos eventualmente
aumentarlas con la incorporación de reservistas y algunos civiles locales. Ante esta situación
real, decidí cruzar el río Paraná e intentar un encuentro con el jefe brasileño al mando de esa
operación militar. Sin embargo, fui interceptado por la avanzada de las tropas brasileñas,
quienes me preguntaron: “¿Es usted el comandante de la tropa que llegó?” A lo que respondí: “Sí,
soy el comandante de esa tropa”. Entonces me expresaron: “Usted no puede pasar”, a lo que
repliqué: “Yo quiero hablar con el general Álvaro Tavares do Carmo”. Su respuesta fue tajante:
“Haga el favor de esperar aquí”.

Después de un tiempo, me proporcionaron un radioteléfono a través del cual pude conversar con
el general Carmo. Él me dijo: “Oh, Samaniego, yo estaba esperándote, sabía que vendrías;
enseguida estoy allí”. Así fue como nos encontramos en ese lugar el general Carmo y yo. Nos
saludamos y nos abrazamos. Luego, él me habló: “¿Qué tal, Samaniego? Qué suerte que hayas
venido a hablar conmigo”. Yo le confesé: “Sí, señor; soy yo quien viene a visitarte para jugar al
fútbol”. El general brasileño celebró mi respuesta con una sonrisa amigable mientras me miraba
en silencio. Aproveché ese momento de evidente expectativa para añadir: “Además, mi señor
general, este problema no es tuyo ni mío; esta cuestión debe ser resuelta por nuestras
cancillerías”. Entonces, mi interlocutor me abrazó nuevamente y me repitió: “Qué suerte que
viniste”. Con esa naturalidad, se relajó la tensión fronteriza y se estableció un statu quo que
permitió avanzar hacia instancias diplomáticas.

El general Samaniego conocí al general Carmo quien estaba a cargo de las fuerzas brasileñas en
esa región, cuya sede central se hallaba en Curitiba. Las fuerzas comandadas por dicho militar
integraban dos divisiones, la de Curitiba y la de Campo Grande, con generales subalternos al
frente de divisiones blindadas. Carmo fue pedagogo del Centro de Instrucción a lo largo de diez
años. Samaniego había realizado estudios militares en Brasil y Álvaro Tavares do Carmo fue su
instructor en varias ocasiones. Además, ese mismo militar ejerció la jefatura de la Misión Militar
Brasileña de Instrucción en Paraguay.

VISITA DEL SECRETARIO DE ESTADO DE LOS ESTADOS UNIDOS

Cuenca Torresv nos relata que durante su corta estancia en Asunción el 24 de noviembre de
1965, el secretario de Estado estadounidense, Dean Rusk, expresó, según lo reportado por los
medios, que Paraguay y Estados Unidos colaboraban estrechamente para el bienestar de sus
ciudadanos y compartían la misma visión respecto a los asuntos globales. Esto demuestra que,
a pesar de las divergencias políticas y en un contexto de militarismo creciente, la comunidad
internacional apoyaba la postura de Paraguay.

Transcurridos más de cincuenta años desde la disputa por los Saltos del Guairá, es momento
de reconocer y celebrar el papel de la diplomacia paraguaya, que logró transformar una
situación de posible usurpación territorial en un proyecto binacional de gran envergadura
técnica, en beneficio mutuo de ambas naciones.

CONCLUSIONES
Estos acontecimientos se llevaron a cabo antes del Acta de Yguazú en el año 1966 y luego en el
Tratado de Itaitpú en 1978.

El conflicto que pudo llegar a ser armado se superó con la firma de un tratado para la
construcción de la represa hidroeléctrica de Itaitpú. Con el beneficio binacional subyacente, al
inundarse los niveles de los Saltos, se enterraron los límites litigiosos entre Paraguay y Brasil y
surgió así la usina tan preciada para el Brasil con el fin de industrializar ese país, en especial a
San Pablo.

Paraguay, aunque convidado de piedra, también logró asegurarse ingresos al país, aunque no se
ha visto beneficiado en ese mismo desarrollo alcanzado por el Brasil, por razones internas que
van más allá de esta monografía.

i
PEÑA VILLAMIL, M. Historia de la Diplomacia y las Relaciones Internacionales, Asunción, Paraguay.
2013. Pág. 178-179.
ii
CARDOZO, E. Los Derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guairá, Asunción, Paraguay. 1965
iii
https://panoramacultural.com.co/historia/9281/el-tratado-de-tordesillas-o-la-reparticion-del-mundo
iv
TESLECA, I. Nueva Historia del Paraguay / Ignacio Telesca (et. Al.): 1° ed. Buenos Aires, Sudamericana
2020. Pág: 211.
v
CUENCA TORRES, J. La última invasión, 3ra. Ed. Editorial Arandura, 2020

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