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estado y política
DILEMAS DEL ESTADO
ARGENTINO
política exterior, económica y de infraestructura
en el siglo XXI
carlos h. acuña
(compilador)
grupo editorial
siglo veintiuno
siglo xxi editores, méxico siglo xxi editores, argentina
CERRO DEL AGUA248, ROMERO DE TERREROS GUATEMALA 4824, C1425 BUP
04310 MÉXICO, D.F. BUENOS AIRES, ARGENTINA
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Acuña, Carlos H.
Dilemas del Estado argentino: Política exterior, económica y de
infraestructura en el siglo XXI.- 1ª ed.- Buenos Aires: Siglo Veintiuno
Editores, 2014.
320 p.; 23x16 cm. - (Estado y política; 3)
ISBN 978-987-629-411-9
1. Ensayo Político.
CDD 320
ISBN 978-987-629-411-9
carlos h. acuña
Introducción
Qué hicimos en estos volúmenes
y por qué lo hicimos
Carlos H. Acuña*
¿Son las instituciones las que forjan los procesos sociales o son
los procesos sociales los que crean su institucionalidad? Esta pregunta
tiene una dimensión teórica, abstracta, y otra concreta, que está en el co-
razón del accionar político cotidiano: para comprender y resolver nues-
tros problemas como sociedad y contar con mejores políticas públicas,
¿nos centramos en las instituciones o en otras cuestiones (lo socioeconó-
mico, lo ideológico-cultural, la organización y el comportamiento de los
actores, alguna otra)?
En la actualidad, la relevancia de las instituciones para explicar los
procesos sociopolíticos se da por sentada, así como también se da por
sentado que, por el solo hecho de importar, producirán buenos resul-
tados. Frente a procesos que muestran comportamientos disfunciona-
les, problemas de eficiencia, eficacia, legitimidad o alta conflictividad,
se tiende a suponer que en algún lugar de las relaciones sociales existen
malas reglas (o buenas reglas que no se cumplen, lo que es lo mismo).
De cualquier forma, si el problema es económico, político, cultural o so-
cial, la causa que le imputa el sentido común dominante en la sociedad y
en la academia es institucional. Sin embargo, no es obvio que las institu-
ciones importen y, cuando lo hacen, tampoco son obvias las razones por
las que lo hacen o aquellas por las que, por el solo hecho de importar,
mostrarán “buenos” resultados (de hecho, tampoco es obvio que los ac-
tores importen ni son obvias las razones por las que lo harían).
Aquí adelanto mi respuesta1 a estos interrogantes, una respuesta cu-
yas implicancias son el sostén del diseño de la investigación plasmada
en estos volúmenes:2 a mi entender, las instituciones primero importan
* UNSAM-IIEP/UBA-Conicet.
1 Respuesta basada en los argumentos que desarrollamos con Mariana
Chudnovsky en nuestro capítulo del primer volumen (Acuña y Chudnovsky,
2013).
2 Este y otros dos: Acuña, comp. (2013 y 2014).
14 dilemas del estado argentino
introducción
* Cedes.
** Universidad de San Andrés.
1 El capítulo se nutre en diversos momentos de argumentos desarrollados en
Fanelli (2012).
20 dilemas del estado argentino
2 Una muestra de los trabajos sobre política económica incluye, por ejemplo,
Brodersohn (1973), Díaz Alejandro (1970a; 1985), Katz y Kosacoff (1989),
Kosacoff (1996), Mallon y Sourrouille (1976), y Sourrouille y Lucangeli
(1980). Para una visión útil para entender los problemas de política econó-
mica de la Argentina desde el punto de vista analítico, véase Heymann (2007:
79-177).
instituciones y economía política de las políticas macroeconómicas 21
3 Para un enfoque de las políticas que tiene en cuenta estas cuestiones, véanse,
por ejemplo, Forteza y Tommasi (2006), y Spiller y Tommasi (2010).
22 dilemas del estado argentino
6 Dos trabajos iluminadores sobre este punto son Aoki (2001) y Greif (2006).
Muy útiles, también, son Wydick (2008) y Greif y Kingston (2011).
26 dilemas del estado argentino
Los debates sobre política económica suelen abordar temas como la per-
tinencia del “modelo” que inspira las medidas, la calidad técnica de esas
instituciones y economía política de las políticas macroeconómicas 27
ticadas. Esas reglas se utilizan tanto para regular las transacciones en los
mercados como para estructurar organizaciones específicas –empresas,
entes oficiales, ONG– y regular el funcionamiento del sistema económi-
co como un todo a través de la intervención del Estado. Ejemplos obvios
son los derechos de propiedad, las regulaciones para las transacciones en
los mercados –como las leyes de entidades financieras y de protección al
consumidor– y la ley de sociedades anónimas.
También forman parte de las instituciones económicas un conjunto
de reglas que son centrales para nuestra discusión: las leyes y normas que
conforman el régimen de políticas económicas. Las reglas contenidas en este
régimen fijan el marco para la toma y aplicación de decisiones colectivas
a través de organismos del gobierno. Estas medidas pueden estar orien-
tadas a influir en el desempeño del sistema económico como un todo o
en un segmento del mismo. Ejemplos salientes son las normas que regu-
lan la política fiscal, la monetaria y el comercio exterior y que establecen
los procedimientos para fijar el presupuesto público, regular las activi-
dades del Banco Central o regimentar las intervenciones del Ministerio
de Economía en lo que hace a aranceles de importación o impuestos a
la exportación. El régimen de política también asigna los recursos tanto
financieros como organizacionales que requieren los organismos para
gestionar las políticas y fija los mecanismos para monitorear y auditar las
acciones de la autoridad de aplicación. Se sigue de estos hechos que la so-
ciedad debe incurrir en costos significativos para hacer funcionar el sis-
tema económico; los llamados “costos de transacción (Williamson, 1985;
Milgrom y Roberts, 1992).
Para que las reglas sean efectivas en la resolución de los problemas
de conflicto y coordinación, los agentes individuales deben respetarlas
y deben asumir, además, que el resto también lo hará. Esto plantea dos
problemas.7 El primero es el oportunismo. Si tuvieran la oportunidad,
los agentes podrían no acatar las normas que no les convienen; podrían
intentar aprovecharse de los frutos de la cooperación sin cooperar o re-
duciendo el esfuerzo aportado al mínimo. Incluso podría ocurrir que un
gobierno bien intencionado tratara de engañar a los ciudadanos por su
propio bien. Para atacar este problema se necesitan normas para hacer
cumplir lo que estipulan las instituciones económicas. Por ejemplo, la
recaudación fiscal para financiar los bienes públicos sería muy baja sin
la amenaza de sanciones penales y sería difícil que se cumplieran los
PFP PIP
Instituciones Régimen Respuesta de Resultados
superiores Escenarios de de política Espacio de agentes
interacción políticas económicos observados
económica
estratégica económicas
PEP
Propuestas Instituciones
de Escenarios de superiores
reformas interacción
estratégica
(3) Evaluación
los resultados. Cuando esto es así, esas normas incidirán sobre las inte-
racciones en el PEP. Sin embargo, usualmente el proceso de evaluación
está muy influido por reglas superiores que son generales para todo el
régimen de políticas públicas, como los mecanismos de auditoría y con-
trol. También son importantes en este proceso algunos valores, como la
legitimidad y la confianza, y convenciones no escritas.
En principio, las normas del régimen de políticas económicas deben
ser consistentes con el resto de las instituciones formales e informales
que existen (consistencia externa) y deben garantizar que no haya con-
tradicciones entre las políticas económicas que forman parte del régimen
(consistencia interna). No obstante, el cumplimiento de estas relaciones
de consistencia no puede darse por descontado, ya que la construcción
del régimen de políticas es un proceso gradual y no lineal: las relaciones
de poder cambiantes dentro del escenario donde tiene lugar el PFP se re-
flejan en las normas que se elaboran. En realidad, la noción de régimen
es un recurso analítico para referirse a arreglos complejos de medidas
que comparten el rasgo común de buscar incidir sobre el desempeño del
sistema económico.
Si una política económica forma parte de un régimen que presenta
fallas de consistencia interna o externa, no se podrá implementar u obli-
gará a que no se implemente otra política; así, la necesidad de cumplir
con las restricciones de consistencia interna y externa genera dilemas
(trade-offs) entre objetivos de política, tanto dentro del régimen de po-
líticas económicas (por ejemplo, entre la política fiscal y la monetaria)
como entre regímenes de políticas públicas de diferente categoría (por
ejemplo, entre las políticas de competitividad y las de protección del me-
dio ambiente). La competencia entre políticas se expresa, típicamente,
como una lucha por el uso de recursos e instrumentos escasos y da lugar
a fenómenos de interacción estratégica entre los actores involucrados.
Estos actores comprenden no sólo la autoridad de aplicación, sino tam-
bién los grupos de interés con suficiente poder para influir en la fase
de gestión de las políticas. Es justamente en función de este hecho que
hemos introducido el concepto de espacio de política económica para
representar el escenario dentro del cual se dan estas interacciones.
Organización del
sector público
ESPACIO DE
POLÍTICA ECONÓMICA
Estructura socioeconómica Restricción de recursos
• Tipo de shocks • Materiales; financieros
• Fallas de mercado Política fiscal Política monetaria
• Organizacionales
• Grupos de presión • Modelo/Información
Coherencia interna
Respuestas de los
agentes económicos
Esta debilidad del Congreso se debe a una serie de factores que se re-
fuerzan en el equilibrio político argentino. El sistema electoral argentino
(que, entre otras cosas, es uno de los pocos en el mundo donde los dis-
tritos electorales coinciden con las provincias) deposita la conformación
de las listas de candidatos al Congreso en las manos de los liderazgos
políticos provinciales. Esto tiende a hacer que los legisladores no sean
figuras con gran peso propio, sino antes bien peones en el juego político
liderado por el Ejecutivo nacional y los gobernadores provinciales. Por
otro lado, esta misma debilidad del Congreso en equilibrio refuerza y es
reforzada por la tendencia del Ejecutivo de imponer casi de manera pre-
potente su presencia en el proceso de formulación de políticas nacional.
Esto también es reforzado en equilibrio por la percepción por parte de
los actores de la sociedad de que el Congreso no es la arena clave donde
se deciden las políticas públicas.
La capacidad del Poder Ejecutivo de “comprar” las políticas que de
sea implementar, ya sea con fondos del federalismo fiscal o con otros
instrumentos, depende también de la configuración política en cada
momento. Actores político-institucionales, como el Congreso o los go-
bernadores, han tendido a utilizar una de dos estrategias extremas: una
ha consistido en cooperar “ciegamente” con el Ejecutivo a cambio de
algunos favores de corto plazo; la otra, la estrategia confrontacional,
en hacer la vida del presidente tan difícil como sea posible. La elec-
ción entre estas dos estrategias se ha guiado por una combinación de
consideraciones partidarias y de disponibilidad de recursos. Cuando el
partido en ejercicio del Poder Ejecutivo no coincide con los colores de
los gobernadores y/o las mayorías parlamentarias, así como cuando los
recursos fiscales en manos del presidente son bajos y/o decrecientes, es
más probable la estrategia confrontacional (un ejemplo notable de esto
se vivió durante la crisis de 2001, en la cual los gobernadores y legisla-
dores peronistas tuvieron comportamientos altamente no cooperativos
con el gobierno de De la Rúa).10 Por el contrario, en épocas más “nor-
males”, el intercambio de votos por cash es la estrategia predominante.
el síndrome de debilidad
institucional y las políticas económicas
El análisis de la tercera sección identificó dos problemas que alimentan
la falta de credibilidad en nuestro país.11 El primero es el problema de
“cumplimiento de reglas” (enforcement): la baja capacidad del Estado para
hacer cumplir las normas existentes, lo que está muy vinculado con difi-
cultades para monitorear y controlar a las autoridades de aplicación del
Ejecutivo e ineficiencia del Poder Judicial. El segundo es el problema de
“inestabilidad de las reglas” debido a cambios frecuentes y no previstos
en el marco institucional (al respecto, véase también el trabajo de Le-
vitsky y Murillo, 2009). Esto se relaciona más con el Poder Legislativo:
el Congreso –pero también otros escenarios–, donde el marco de inte-
11 Problemas relacionados con los dos ejes de variables que definen Acuña y
Chudnovsky (2013) para el análisis de la capacidad institucional.
instituciones y economía política de las políticas macroeconómicas 43
ción, lo que sugiere que la eficiencia de las políticas públicas para favo-
recer a los estratos de menor ingreso es baja (Fanelli y Albrieu, 2011).
En la tercera sección nos hemos ocupado del rol del PFP. En lo que si-
gue nos centramos en otra etapa que es crucial: la de la implementación,
con especial énfasis en el espacio de política. Pero realizar un análisis
exhaustivo de la etapa de implementación supera ampliamente los alcan-
ces de este trabajo. Por lo tanto, hemos seleccionado aquellas cuestiones
que nos parecen más relevantes tanto para los problemas que enfrenta
hoy la Argentina como para mostrar la forma en que puede utilizarse el
marco conceptual de la segunda sección para examinar el proceso de
política económica.
Políticas de crédito
Justificación del objetivo: falla de mercado financiero que se expresa
como alto costo del crédito y racionamiento a empresas –sobre todo las
de tamaño menor y los emprendedores–, familias –crédito hipotecario–
y provincias. Instrumentos utilizados: van desde subsidios de tasas hasta
la utilización de la banca oficial (Banco Nación, en especial para el sector
agropecuario), bancos especializados (Banade, Bice, Hipotecario) o, di-
rectamente, el Banco Central (nacionalización y dirección del crédito).
instituciones y economía política de las políticas macroeconómicas 49
Políticas “industriales”
Justificación del objetivo: industria naciente, fallas de coordinación para
explotar las economías de escala estáticas y dinámicas, incentivos débiles
para innovar. Instrumentos utilizados: gran variedad y número, desde la
alta protección mediante tarifas, cuotas y prohibiciones hasta todo tipo de
beneficios tributarios; desarrollo de un sistema nacional de innovación.
Políticas “regionales”
Justificación del objetivo: integración física y facilitar economías de aglo-
meración. Instrumentos utilizados: coparticipación de impuestos, asig-
nación del gasto federal, “promoción industrial” mediante la exención
tributaria.
Políticas de “infraestructura”
Justificación del objetivo: fallas en la coordinación de inversiones com-
plementarias; racionamiento de crédito privado. Instrumentos utiliza-
dos: inversión pública, planeamiento estratégico, incentivos al sector
privado de varios tipos.
Por supuesto que a esta lista hay que agregar las políticas económicas
“clásicas” asociadas con la producción de bienes públicos tradicionales y
la estabilización de la economía. La persistencia en el tiempo y la varie-
dad de políticas utilizadas históricamente sugieren que en la Argentina
las demandas para dar solución a fallas de mercado son un componente
estructural del sistema económico. Sin duda, no ignoramos que existen
discusiones no cerradas en cuanto al nivel óptimo de intervención. Pero
el punto que deseamos remarcar es otro: desde un enfoque político no
se pueden ignorar esas demandas, que son incentivadas por problemas
reales. La falta de voluntad para llegar a consensos básicos en la etapa de
PFP sobre estrategias para enfrentar el problema se ha traducido en cam-
bios pendulares. Estos fueron desde una intervención asfixiante y poco
profesional a experimentos de liberalización que se lanzaron sin atacar el
problema básico de credibilidad de las reglas e ignorando que no es posi-
ble que los mercados o los Estados funcionen sin instituciones confiables.
El consenso básico que se requiere establecer en el nivel del PFP no
se refiere tanto a la combinación exacta de intervención/liberalización
como a los procedimientos para aprender de los errores de implementa-
ción de políticas sin tener que comenzar de la nada en cada intento. Los
problemas a resolver son cómo desarrollar los mercados que faltan, qué
50 dilemas del estado argentino
13 Para una definición de estos problemas asociados con los recursos naturales,
véanse Sinnot y otros (2010) y Ocampo (2007).
52 dilemas del estado argentino
introducción
* UdeSA/Conicet.
** FLACSO.
60 dilemas del estado argentino
con este diagnóstico cuando señalan que “es difícil […] reconocer algo
como una estrategia de desarrollo en la política comercial de la época.
El manejo de los aranceles fue bastante errático y no parece el resultado
de un planeamiento de largo plazo, ni pro industrial, ni antiindustrial”
(Gerchunoff y Llach, 1998: 40). Sin embargo, e independientemente del
diagnóstico que se haga sobre su perfil durante el período, la política
comercial estuvo lejos de ser el resultado de un consenso extendido. Al
contrario, fue tema de un intenso debate en torno al cual se alinearon
intereses diversos.
Después de la Primera Guerra Mundial, la política comercial fue ad-
quiriendo un abierto y progresivo sesgo antiexportador (véase el gráfico
2.1). En una primera etapa este régimen tuvo como objetivo administrar
el impacto de los shocks externos negativos de fines de la tercera década
del siglo XX para luego abrazar de manera explícita la promoción de la
industrialización. La producción industrial fue estimulada a expensas de
las actividades tradicionales ligadas a la explotación de recursos natura-
les, desalentadas a través de impuestos a la exportación y altos aranceles
y restricciones cuantitativas a la importación de bienes industriales. En
repetidas ocasiones este marco general de política se reforzó con regíme-
nes de tipo de cambio múltiple o controles cambiarios que desalentaron
las exportaciones y promovieron la sustitución de importaciones.
250
200
150
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5
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50,0
0 40,0
1980 1983 1986 1989 1992 1995 1998 2001 2004 2007
Tipo de cambio bilateral 1980=100 (eje izquierdo) Política comercial relativa (eje derecho)
2 El Decreto 319/83 creó tres listas de bienes a las que se aplicaban distintos
tipos de restricciones cuantitativas y que cubrían más de la mitad de las posi-
ciones del nomenclador. Estas medidas se complementaron con impuestos a
las exportaciones tradicionales e incentivos fiscales a las manufactureras. En
1985 la relación interna de intercambio (los precios relativos mayoristas de
productos agropecuarios e industriales) alcanzó el valor más bajo de la serie
histórica con excepción del trienio 1942-1944.
64 dilemas del estado argentino
Cláusula de
66 dilemas del estado argentino
Cláusula de
salvaguardias
Cláusula de salvaguardias
Acuerdos de Cláusula de
salvaguardias Acuerdos de
organización salvaguardias
Acuerdos de organización
Requisitos de de mercados Derechos
organización Cláusula de Derechos de mercados
desempeño Derechos específicos
de mercados salvaguardias antidumping Derechos
Requisitos de específicos LAPI
LAPI LAPI Acuerdos de específicos
Medidas no balance de LAPI LNA
Tarifa variable LNA LNA organización LAPI
arancelarias divisas LNA DJNI
DJNI DJNI de mercados LNA
LAPI Derechos
Derechos Derechos LAPI DJNI
LNA DJNI antidumping
antidumping antidumping DJNI Derechos
DJNI Derechos Requisitos de
Requisitos de antidumping
antidumping balance de
balance de Requisitos de
Requisitos de divisas
divisas balance de
balance de
divisas
divisas
Fuente: Bouzas y Cabello (2007), Leiras y Soltz (2006), Secretaría de Comercio Exterior, CNCE, AFIP.
LAPI: licencias automáticas; LNA: licencias no automáticas; DJNI: Declaración Jurada de Necesidades de Importación.
Gráfico 2.3. Arancel promedio ponderado
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1976 1988 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Arancel promedio ponderado
Nota: Los valores relativos a 1976, 1988 y 1991 corresponden a estimaciones de Berlinski (2003). Los valores restantes son de WITS. El
año 1994 no está disponible.
Fuente: Berlinski (2003) y World Integrated Trade Solutions (WITS) - Banco Mundial.
institucionalidad y actores de la política comercial argentina 67
68 dilemas del estado argentino
18 Algunos enfoques más eclécticos (como los “juegos de doble nivel”) han
intentado endogeneizar esta relación: las políticas aparecen como el resul-
tado de la interacción entre un “nivel doméstico” en el que operan actores
sociales y estatales internos y un “nivel internacional” en el que interactúan
principalmente gobiernos, que serían una suerte de “mediadores” entre las
fuerzas internas y las externas (Cohen, 2008).
80 dilemas del estado argentino
33 Esta legislación, aprobada en 1997, fue vetada por el Poder Ejecutivo, pero el
veto fue anulado por una mayoría legislativa especial.
34 Este episodio de activismo legislativo parece responder más bien a un
grosero error de cálculo del Ejecutivo, que debido a los poderes delegados
con que contaba no necesitaba una ratificación de la medida por parte del
Congreso.
92 dilemas del estado argentino
Los intereses y los recursos son los insumos básicos de los enfoques plura-
listas que intentan explicar los fundamentos detrás de la política comer-
institucionalidad y actores de la política comercial argentina 97
Yendo un paso más allá, los enfoques que asignan a las decisiones es-
tatales cierto grado de autonomía y que conciben las políticas públicas
como algo más que el simple resultado de la interacción de intereses
particulares en un contexto institucional determinado asignan una in-
fluencia más relevante a las ideas, especialmente las de los formuladores
98 dilemas del estado argentino
37 Estos enfoques centrados en el Estado (antes que en los intereses de los indi-
viduos) se emparentan con la tradición realista en el campo de las relaciones
internacionales.
institucionalidad y actores de la política comercial argentina 99
a modo de conclusión
introducción
0.0
5.0
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0.0
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(15.0)
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(10.0)
1961 1961 1961
Total
Total
Total
1985 1985 1985
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1989
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1991
1993
Primario
Primario
1993
Primario
1993
1995 1995
1995
1997 1997
1997
1999 1999
1999
2001 2001
2001
2003 2003
2003
2005 2005
2005
2007
2007 2007
2009
2009 2009
2012
2012 2012
Grafico 3.1. Resultado financiero por nivel de gobierno
40 400
35 350
30 300
En porcentaje del PBI
25 250
20 200
15 150
10 100
5 50
0 0
(5) -50
(10) -100
(15) -150
1961
1963
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1983
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1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
2007
2009
2011
Resultado Resultado neto de Tasa de inflación,
global financiamiento monetario prom. anual
Sobre la
0,3 0,2 0,5 0,5 0,6 0,6 0,4 0,5 0,4
propiedad
Internos
sobre bienes y 3,6 3,5 4,8 4,7 5,4 6,3 6,6 10,3 12,3
servicios
Comercio
2,6 1,1 0,4 1,6 1,9 1,7 1,0 2,7 3,8
trans. intera.
Contribución
al Seguro 1,4 3,9 5,1 4,1 4,5 3,0 4,5 3,9 7,6
Social
Otros
0,0 0,1 0,1 0,1 0,2 0,3 0,3 0,2 0,2
tributarios
Recaudación
9,0 11,6 14,4 13,4 14,2 12,9 16,9 22,0 30,2
nacional
Recursos
s.d. 1,8 1,8 2,3 2,2 2,4 3,5 4,0 5,1
provinciales
Recaudación
s.d. 13,4 16,1 15,7 16,3 16, 3 20,4 26,1 35,4
consolidada
20,0%
18,0%
16,0%
14,0%
12,0%
10,0%
8,0%
128 dilemas del estado argentino
6,0%
4,0%
2,0%
0,0%
A o uz res ba t s s
AB eg r i o a
Fe ioja uis pa bu rca uan íos oza uén gro
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de San en S La
Ca En M N Río Tu de Co
ra Bu go
i er it a
T n
Sa
Promedio provincial Departamento con valor máximo Departamento con valor mínimo
26 A medida que caía la tasa de sostenimiento del sistema (entre 1950 y fines
de los años sesenta pasó de 11,2 a menos de 3), en lugar de modificar los
parámetros del sistema para hacerlo más viable financieramente, se decidió
hacer más flexibles los requisitos para acceder a los beneficios,
27 Para una presentación más exhaustiva de las causas de la crisis se puede
consultar Cetrángolo y Machinea (1992), Feldman, Golbert e Isuani (1986) y
Schulthess y Demarco (1993).
132 dilemas del estado argentino
reflexiones finales
introducción
* CIPPEC.
1 En los años noventa, Daniel Cameron fue miembro del Directorio de YPF
en representación de las provincias productoras y secretario general de la
Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos.
142 dilemas del estado argentino
Gas natural
52%
6 En 1922 la Standard Oil of New Jersey (hoy Exxon) adquirió un área petrole-
ra en la zona de Plaza Huincul de la compañía Challacó, dirigida inicialmen-
te por Leopoldo Sol, quien había estado cargo del yacimiento del Estado en
Comodoro Rivadavia. Los términos económicos del acuerdo (un pago de 2
millones de pesos y una regalía sobre la producción del 10/12,5%) revolu-
cionaron al mercado local. Véase Gadano (2006).
7 Tomas Le Bretón, ministro de Agricultura de Alvear, fue el encargado de
defender el proyecto en el Congreso. En el debate de la Cámara de Diputa-
dos señaló: “Si hay ventajas que sacar, si hay regalías para obtener, que esas
ventajas y regalías sean para el país, y no para determinadas personas que
sirven de intermediarios en esas operaciones”, Diario de Sesiones, Cámara de
Diputados, 1923.
la lógica político-institucional de la política energética 147
8 Horacio Morixe, quien fuera ministro de Agricultura en los años treinta, ca-
lificó al alcance de las reservas sobre tierras privadas como “una monstruosi-
dad jurídica, que evidencia la irritante ilegalidad en que se ha vivido durante
muchos años”. Pero agregó: “Esto no importa desconocer, desde luego, los
altos móviles en que se inspiró el Gobierno de la Nación” (cit. en Gadano,
2006).
148 dilemas del estado argentino
12 Es el caso de los contratos con Total, Bridas, Deminex en el off shore de Tierra
la lógica político-institucional de la política energética 151
14 Véase Gadano (1999) para una descripción general del proceso de apertu-
ra, privatización y desregulación del sector petrolero durante la década del
noventa.
15 Decretos 1055, 1212 y 1589, de 1989.
16 En Gerchunoff (1992) se analiza la dominancia fiscal en el proceso de priva-
tizaciones, en particular en el sector petrolero.
la lógica político-institucional de la política energética 153
la crisis de 2001
A comienzos del nuevo siglo, la inviabilidad del régimen de Convertibi-
lidad en un escenario externo deteriorado provocó en la Argentina una
crisis económica, política y social de alto impacto, con escasos preceden-
tes en el país (véase Levy Yeyati y Valenzuela, 2007). El estallido macro-
económico de fines de 2001 tuvo un efecto significativo en la industria
de los hidrocarburos. La brusca devaluación del peso y la pesificación
la última década
el desempeño productivo
En la industria de los hidrocarburos, durante los años de la gestión de
Néstor y Cristina Kirchner, la actividad exploratoria registró una signi-
ficativa caída. En el período 2003-2011 se terminaron en promedio cin-
cuenta y cuatro pozos exploratorios anuales (con un piso de apenas vein-
ticuatro pozos terminados en 2003 y un máximo de noventa y siete pozos
en 2012), poco más de la mitad de la referencia de cien pozos explora-
torios anuales de las últimas décadas, e incluso por debajo del promedio
histórico registrado desde el inicio de la actividad petrolera, de sesenta y
cinco pozos anuales. En ese marco de baja inversión exploratoria, las re-
servas cayeron fuertemente. En petróleo, se redujeron de 448,4 millones
de metros cúbicos en 2002 a 394 millones en 2011, una caída del 12%. La
contracción de las reservas resulta más pronunciada en el caso del gas:
de 663 mil millones de metros cúbicos en 2002 (equivalentes a 14,5 años
158 dilemas del estado argentino
600
500
400
300
200
100
0
1912 1922 1932 1942 1952 1962 1972 1982 1992 2002 2012
120
100
80
60
40
20
0
1932 1942 1952 1962 1972 1982 1992 2002 2012
Variación
2005 2012
porcentual
27 Los precios del crudo WTI saltaron de un promedio de 25,9 dólares el barril
en 2001 a un máximo de 100 dólares en promedio en 2008 (con picos de 150
dólares), y se estabilizaron en torno a los 80 dólares por barril en los últimos
años.
la lógica político-institucional de la política energética 161
25 500 000
20 500 000
Metros cúbicos
15 500 000
10 500 000
5 500 000
500 000
1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011
Naftas Gasoil
sostenidamente con la excepción del año 2009, cuando registra una leve
contracción anual. Al consolidar ambos combustibles, entre 1999 y 2003
hay una caída acumulada del 19% que llega a un piso de ventas de 13,6
millones de metros cúbicos, y entre 2003 y 2012 se registra un incremen-
to acumulado del 54% (31% en gasoil y 125% en naftas). En el mismo
período, las ventas de GNC vehicular crecen apenas un 4%, lo que refleja
la escasa disponibilidad de ese combustible.
En el sector eléctrico, el consumo creció de 82 mil Gigawatt/hora en
el año 2003 a 116 mil Gigawatt/hora en 2011, empujado principalmen-
te por los usuarios residenciales. La potencia instalada en el sistema se
expandió un 19% entre 2003 y 2011, y llegó a 30 454 Mw. Como puede
observarse en el gráfico 4.5, entre 2003 y 2007 hubo un estancamiento
en la capacidad instalada, que luego comenzó a crecer gracias al aporte
principal de nuevas centrales térmicas (33% de aumento en el período)
y de un incremento menor (4%) en hidroelectricidad. El aumento de
la potencia instalada en centrales térmicas totalizó poco más de 4 mil
Mw; las obras más importantes del período fueron las centrales de ciclo
combinado San Martín (en Timbúes) y Manuel Belgrano (en Campana),
ambas de 820 Mw de potencia y construidas en el marco del “Fondo para
Inversiones Necesarias que Permitan Incrementar la Oferta de Energía
30 000
25 000
20 000
Hidro
Mw
15 000
Nuclear
10 000
Térmica
5 000
0
2001 2003 2005 2007 2009 2011
10 000
9 000
8 000
En MM de metros cúbicos
7 000
6 000
5 000
4 000
3 000
2 000
1 000
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Expos Impos
4 000
3 500
3 000
2 500
2 000
1 500
1 000
500
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
12 000
10 000
8 000
Millones de dólares
6 000
4 000
2 000
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
-2 000
-4 000
la política energética
Desde los primeros meses de su gestión, el presidente Kirchner se pre-
sentó frente a la sociedad argentina como liderando un gobierno que
representaba un punto histórico de ruptura respecto de las gestiones
anteriores, en particular en relación con las “políticas de los noventa”, es
decir, las reformas estructurales implementadas durante los diez años de
la presidencia de Carlos Menem, entre 1989 y 1999.
Los elementos centrales de las políticas de reforma estatal (privatiza-
ción, desregulación, apertura de los mercados), notoriamente presentes
en los cambios registrados en el sector de la energía en esos años, fueron
criticados severamente por el oficialismo y por referentes académicos
vinculados al sector energético y cercanos al gobierno. Sin embargo, ni
esta impronta de ruptura propia de la gestión kirchnerista con las políti-
cas de las presidencias anteriores (en términos generales, y en particular
en lo que hace a la política para el sector de la energía), ni el desempeño
negativo de los principales indicadores productivos gatillaron iniciativas
dirigidas a modificar estructuralmente el marco regulatorio sectorial
energético.
No hubo en la década cambios de fondo en la legislación del sector
energético (hidrocarburos, electricidad, gas natural). Pese a que el en-
la lógica político-institucional de la política energética 167
50 000
40 000
Millones de pesos
30 000
20 000
10 000
0
2007 2008 2009 2010 2011 2012
33 Navajas (2006) analiza los determinantes de la crisis del gas natural y presen-
ta indicadores que revelan un fuerte incremento de la intensidad energética
durante los primeros años de la gestión Kirchner. Kozulj (2005) presenta
una visión alternativa de los determinantes de la crisis de 2004.
170 dilemas del estado argentino
La creación de ENARSA
La creación de ENARSA, aprobada por la Ley 25 943 en octubre de 2004,
seguramente fue pensada como una respuesta de orden más estructu-
ral a la crisis energética que se había manifestado a comienzos del año.
ENARSA nació con objetivos muy amplios en materia energética, inclui-
das actividades en todos los segmentos (upstream, transporte, downstream)
y sectores (gas, petróleo, electricidad) de la industria energética, así
como también la facultad de “intervenir en el mercado a efectos de evitar
situaciones de abuso de posición dominante originadas en la conforma-
ción de monopolios u oligopolios”. También asumió roles propios del
regulador, como la responsabilidad de confeccionar una base de datos
con información suministrada por otros permisionarios-concesionarios
(Ley 25 943, art. 4º).
Asimismo, le fue adjudicado el dominio de la totalidad de las áreas off
shore que al momento de la sanción de la ley no se encontraran adjudi-
cadas a través de permisos o concesiones. ENARSA fue diseñada como
una sociedad anónima bajo el control del Estado nacional, y se preveía
que hasta el 12% de las acciones fueran adquiridas por estados provin-
ciales y hasta el 35% permanecieran en manos de accionistas privados
mediante una oferta pública. Hasta la fecha, sin embargo, no hubo
ningún movimiento en la propiedad de la firma y todas las acciones de
ENARSA se mantienen en manos del Estado nacional.
Pese a los amplios objetivos fijados, ENARSA ha quedado instalada en
un rol deslucido dentro del sistema energético. La profundización del
déficit energético provocó que se convierta en una fuerte importadora
de Gas Natural Licuificado (LNG, por sus siglas en inglés), actividad que
por su carácter antieconómico (precios de compra muy superiores a los
de venta) ha exigido un constante flujo de subsidios del Tesoro hacia
la empresa. Entre 2007 y 2012, las transferencias del Tesoro a ENARSA
totalizaron 41 500 millones de pesos. Con la estatización de YPF de mayo
de 2012, el rol de ENARSA quedó aún más desdibujado, porque la cen-
tenaria petrolera volvió a ser la herramienta de gestión e intervención
directa estatal en la industria.
La “Ley Corta”
A fines del año 2006, el Congreso sancionó la Ley 26 197, conocida como
la “Ley Corta” de Hidrocarburos. Esta ley de sólo siete artículos se limitó
a modificar el art. 1º de la Ley de Hidrocarburos 17 319 para poner en
la lógica político-institucional de la política energética 175
El sector eléctrico
Las medidas tomadas como respuesta a la crisis de 2001, principalmente
la pesificación y el congelamiento de los precios y las tarifas, afectaron
a toda la cadena de valor del sector eléctrico. Las dificultades de abas-
tecimiento surgidas tempranamente en la industria del gas natural se
trasladaron enseguida al sector, lo que agregó presión en la debilitada
rentabilidad de los generadores, que debieron enfrentar la recurrente
escasez de gas natural con combustibles alternativos (fueloil y gasoil) más
caros. A estos problemas se sumó la dificultad de las firmas para pagar
sus deudas en el exterior en moneda extranjera, situación que indujo im-
portantes reestructuraciones y dificultó el acceso a nuevo financiamiento
externo. En ese contexto, las inversiones privadas en nueva capacidad
la expropiación de ypf
Comenzado el año 2012, las principales figuras del oficialismo –incluidos
la presidenta y gobernadores de provincias petroleras– abordaron el de-
bate público sobre los problemas energéticos argentinos, pero colocan-
do el foco en YPF, empresa que –gestionada desde 1999 por la empresa
española Repsol (y en sociedad desde 2008 con el grupo local Eskenazi)–
,41 terminó siendo caracterizada como la principal responsable del pobre
desempeño sectorial.
Durante el primer cuatrimestre del año, el gobierno nacional inició
una ofensiva contra YPF, que incluyó la coordinación con todas las provin-
cias petroleras que, con distinto grado de intensidad, confrontaron con la
empresa y le revocaron concesiones de áreas petroleras y gasíferas.42
40 Véase <www.minplan.gov.ar/subsidios>.
41 En 2008 el grupo Eskenazi adquirió el 15% de YPF (con una opción para
comprar un 10% adicional que ejerció tiempo después) mediante una
operación financiada en gran medida por el vendedor (Repsol). Repsol, que
presentó a su nuevo socio en YPF como un “experto en mercados regulados”,
cedió la presidencia ejecutiva de la empresa y posiciones importantes del
management al nuevo socio minoritario.
42 Mostrando disparidades en las posiciones provinciales de acompañamien-
to de esta estrategia nacional, se observaron actitudes más proactivas y
otras menos: mientras que Chubut fue la provincia más agresiva al revocar
concesiones con niveles importantes de producción, Neuquén y Mendoza
acompañaron la estrategia del gobierno nacional con revocaciones de áreas
de muy bajo impacto productivo.
la lógica político-institucional de la política energética 179
43 Esta composición tripartita de la nueva comisión reflejó las pujas por hacerse
del control de la política petrolera de tres actores dentro del Ejecutivo: el
secretario de Política Económica Axel Kicillof, el ministro de Infraestructura
Julio De Vido y el secretario de Comercio Guillermo Moreno.
44 La Resolución 3/2012 de la comisión, del 17/9/2012, solicitó un gran caudal
de información a las empresas para incorporarlas al registro.
182 dilemas del estado argentino
conclusiones
introducción
Rural
Urbano Periurbano Intraurbano Regional Global
INFRAESTRUCTURA
SERVICIOS
Automóviles, Aviones, ómnibus,
bicicletas, peatones, barcos, automóviles, Aviones, automóviles,
Tipo de demanda
el modelo tradicional
Hacia finales de los años ochenta, los distintos segmentos del sistema
de transporte se caracterizaban por una fuerte presencia del Estado en
la operación (navegación, transporte aéreo, aeropuertos, ferrocarriles,
puertos), una profusa regulación económica, laboral, técnica y de se-
guridad, y una cierta confusión de roles institucionales en lo referente
a la fijación de políticas, la regulación y la prestación de los servicios. Se
trataba del modelo de organización típico de la posguerra, que tenía al
Estado como un actor central, a cargo de la operación de muchos servi-
cios, de la mayor parte de la inversión y de las innovaciones. Las provin-
cias participaban de la política sectorial sólo en el transporte carretero,
a través de organismos como el Consejo Vial Federal y el Comité Federal
de Transporte; en otros modos, su participación era mínima (ferroca-
rriles, puertos, transporte aéreo o marítimo). El soporte jurídico de este
modelo eran leyes nacionales organizadas sobre la base de los distintos
modos de transporte: de vialidad (1932), de autotransporte (1936), de
ferrocarriles (fines del siglo XIX) y de navegación y transporte aeroco-
mercial (años sesenta y setenta).
La demanda de transporte tuvo un crecimiento moderado durante los
años setenta y ochenta; no creaba una presión intensa sobre el sistema
que –como se verá más adelante– fue el caso en los años noventa y en la
primera década del dos mil. Como se muestra en el gráfico 5.2, la ma-
triz modal (las participaciones relativas de los modos de transporte) se
fue volcando paulatinamente hacia el transporte automotor, tanto en el
196 dilemas del estado argentino
10% 10%
0% 0%
1965 1970 1975 1980 1965 1970 1975 1980
Automóvil particular
Tubería (petróleo y derivados)
Aéreo
Cabotaje marítimo y fluvial
Ómnibus - Jurisdicc. Provincial (*)
Transporte carretero
Ómnibus - Jurisdicc. Nacional
Ferrocarril
Ferrocarril
Fuente: Elaboración propia con datos del Plan Nacional de Transporte - Plan
de Corto Plazo. Publicados por la Secretaría de Transporte y Obras Públicas
de la Nación (SETOP, 1978-1982).
400,0
300,0
200,0
100,0
0,0
19
19
19
20
19
19
19
19
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
93
94
95
01
96
97
98
99
03
05
00
02
04
06
07
08
09
10
11
Ferrocarriles Subte
2 500
2 000
1 500
1 000
500
0
93
94
95
96
97
98
99
00
01
02
03
04
05
06
07
08
09
10
11
12
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
Ferrocarril Autobuses Subterráneo Total
350
300
250
200
150
100
50
0
93
94
95
96
97
99
98
00
01
02
03
04
05
06
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09
10
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
la década 2003-2013
A partir del año 2003 se fueron incorporando algunas modificaciones en
el sector, en un contexto de fuerte recuperación de la demanda (gráficos
5.3 a 5.6). Cabe recordar que desde ese año la economía argentina tuvo
un crecimiento sostenido: entre 2003 y 2008 el PBI se expandió a una
tasa promedio anual del 8,5%, impulsado tanto por el comercio exterior
–particularmente las exportaciones de origen agropecuario– como por
el consumo interno, incluido el sector de la construcción. Desde la pers-
pectiva del transporte, ambas actividades son intensivas en la necesidad
de movimiento de cargas. El incremento de la actividad económica y una
mejor distribución del ingreso, por su parte, propiciaron también el cre-
cimiento de la demanda de viajes de pasajeros. Junto con el crecimiento
de la demanda de transporte de personas y cargas se produjo un fuerte
incremento en el parque automotor: la tasa de motorización pasó de
143 vehículos por cada mil habitantes en 2003 a aproximadamente 250
en 2012, tasa impulsada por las mejoras en el ingreso, la expansión del
crédito al consumo, la reducción del precio relativo de los combustibles
y las políticas activas de apoyo a la producción nacional de vehículos. La
mayor motorización se asocia a un incremento en la tasa de generación
de viajes, reduce la utilización del transporte público y produce una fuer-
te presión sobre la infraestructura vial, cuya capacidad crece a un ritmo
menor, y así se incrementa la congestión vehicular (tabla 5.1).
60
50
40
30
20
10
0
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94
09
95
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97
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20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
de los servicios existentes (cuya expresión más cabal son las tragedias
ferroviarias), lo cual tiene costos de recuperación muy altos en términos
económicos y sociales.
La tabla 5.2 resume las principales características de los modelos de
organización que tuvieron los diversos subsectores que conforman la ac-
tividad del transporte en las tres etapas arriba descriptas. Este rápido
recorrido por la evolución del sector transporte en la Argentina nos ha-
bilita ahora a realizar una aproximación mayor a la dinámica de produc-
ción de políticas durante el decenio 2003-2013, considerando de manera
principal la existencia o no de contrapuntos en relación con las reformas
de la década anterior. En los siguientes cuatro apartados, analizaremos
con más detalle este último decenio, abordando sucesivamente las insti-
tuciones o reglas de juego imperantes en los distintos subsectores, las ca-
racterísticas del Estado en este sector, la presencia y el comportamiento
de los actores no estatales, y los rasgos principales de la dinámica político
institucional de las políticas de transporte.
instituciones y transporte
Subsidio
Pasajeros anuales Compensación
anual 2012
Área 2010 equivalente
(millones
(millones) (pesos/pasajero)
de pesos)
Autobús CABA 1172 354 3,31
Autobús resto del AMBA 10 192 2 752 3,70
Autobús resto del país 4543 1 826 2,49
Ferrocarril (AMBA) 4582 344 13,31
Subte 360 310 1,16
Ferrocarril (interior) 47,5
Total 20 896,5
Fuente: Brennan (2013) sobre la base de datos del Ministerio del Interior.
210 dilemas del estado argentino
5 Cabe mencionar que durante los primeros años de la gestión del presidente
Néstor Kirchner, y con el objeto de morigerar los impactos de los costos
crecientes en las tarifas congeladas, la Secretaría de Transporte flexibilizó los
requerimientos de renovación de unidades (Resoluciones 424/03, 867/04 y
1025/05).
6 Se ha cumplido sobradamente el plazo de diez años de los permisos otorga-
dos a partir del Decreto 656/94.
una asignatura pendiente 211
10 Véase el análisis del Poder Ejecutivo y sus organizaciones que Martínez No-
gueira (2013) preparó para el primer volumen de esta serie.
una asignatura pendiente 215
capacidades estatales
La posibilidad de que el Estado ejerza plenamente su rol como actor
estratégico y refuerce su autonomía de los poderes no estatales depende
del desarrollo de capacidades y del acceso a distintos recursos (Acuña y
Chudnosvky, 2013; Bertranou, 2013b). El Estado en el sector transporte
se ha debilitado considerablemente por distintos factores, que se suman
a lo ya mencionado acerca de la pérdida de autonomía: sus cuadros pro-
fesionales han sido raleados o están marginados en el proceso de toma de
decisiones, no se han desarrollado sistemas de información, los estudios
técnicos y el diseño de alternativas de gestión son muy escasos y la prác-
tica de la planificación estratégica y sectorial es inexistente. Si bien los
recursos públicos han sido cuantiosos, no han sido orientados siguiendo
una estrategia integral de desarrollo del sector, sino que han sido aplica-
dos para sostener una gestión operativa crecientemente ineficiente. Es
decir, el recurso financiero no se transformó en capacidad estatal estra-
tégica. Podemos ofrecer algunos ejemplos de este debilitamiento.
• Constructores y
operadores de carreteras
Proveedores de • Constructores-reparadores
infraestructura de infraestructura ferroviaria
• Constructores de puertos y
aeropuertos
• Industria automotriz
y autopartes
Proveedores de • Industria ferroviaria
vehículos y equipos • Astilleros, grúas
• TIC, control de tráfico
CLIENTE
• Pasajero OPERADOR DE Proveedores de • Derivados del petróleo
• Generador TRANSPORTE energía y • Comercializadores de gas
de carga combustibles • Distribuidores eléctricos
• Operarios y personal de
Trabajadores y dirección
servicios • Profesionales, consultores
profesionales • ONG
• Agentes, intermediarios
• Banca multilateral
• Fondos de inversión
Financieros • Banca comercial, sistema
de pago
• Banca pública
las empresas
El mundo empresarial vinculado a la operación de servicios de transpor-
te y a la provisión de bienes y servicios del sector sufrió cambios en los
años recientes. Los cambios tuvieron que ver con modificaciones tanto
en las reglas de juego como en los operadores internacionales y las ten-
dencias de organización empresarial en el nivel local. Estos cambios es-
taban relacionados con procesos de concentración intra e intermodal de
empresas, con la integración de la provisión de bienes y servicios, y con
la introducción de operadores internacionales.
Fue notoria la concentración en la oferta del autotransporte de larga
distancia: los tres mayores operadores ya dan cuenta del 60% de la flota
(en el año 1998 representaban el 27%). El poder de mercado de los prin-
cipales operadores –muy acentuado en algunos corredores– probable-
mente incidió en la calidad de los servicios y los precios, aunque no hay
estudios que lo confirmen. El proceso de concentración en las empresas
de jurisdicción nacional probablemente haya generado una evolución
similar en las jurisdicciones provinciales.
En los servicios urbanos del AMBA el proceso de concentración viene
produciéndose desde 1994 por los nuevos requisitos para los permisos,
por los cambios en el perfil empresarial (antiguos dueños venden) y por
las nuevas escalas requeridas para la gestión de los servicios, más allá de
que no existen problemas estructurales de rentabilidad. La concentra-
ción empresarial se da también en el interior de los paquetes accionarios
de las empresas.
En materia ferroviaria, la caída de las concesiones metropolitanas, pri-
mero de la empresa Metropolitano (2005 y 2007) y luego de Trenes de
una asignatura pendiente 225
14 Los depósitos fiscales, que actúan como virtuales extensiones de las termina-
les portuarias, presentan una propiedad más distribuida.
226 dilemas del estado argentino
los sindicatos
Los sindicatos vinculados al transporte tuvieron una fuerte gravitación
en las políticas públicas, en especial durante el modelo de gestión tradi-
cional. Se constituyeron en espacios de formación de técnicos y profesio-
nales que alimentaron las distintas empresas públicas. Con las reformas
de los años noventa, su rol declinó parcialmente por su relación con-
flictiva (aunque ambivalente) con el gobierno y por cierto deterioro de
las bases mismas de la representación. A partir de 2003, nuevamente se
llama al movimiento sindical a desempeñar un rol más significativo ofre-
ciendo apoyo político a un gobierno asumido con un menguado apoyo
electoral.15 La Secretaría de Transporte y las actividades reguladas por
ella fueron uno de los escenarios donde ese apoyo se vio recompensa-
do con la posibilidad de acceder a decisiones públicas relevantes. Como
ya fue mencionado, las subsecretarías por modo de transporte fueron
asignadas a cuadros de los gremios más representativos de cada sector,
y se abrieron disputas y preferencias allí donde la representación estaba
compartida. No obstante, el apoyo sindical al nuevo gobierno se consoli-
dó en los primeros años en el marco de la Confederación Argentina de
Trabajadores del Transporte (CATT). La unidad del apoyo gremial se
vio luego debilitada por dos factores: la aparición de acciones gremiales
independientes de la mano de delegados y el resquebrajamiento de la
Confederación General del Trabajo (CGT), que afectó a la mayoría de
los gremios del transporte.
Más allá de esta impronta de apoyo político, algunos rasgos caracteri-
zan también la dinámica sindical durante este período:
Los usuarios
Atento a la amplitud del sector transporte, existen muy diversos grupos
de usuarios. En términos generales, los pasajeros son usuarios atomiza-
dos, a quienes en la práctica les resulta muy difícil organizarse para de-
fender sus intereses. Dependen fundamentalmente de la regulación y
el control que haga el sector público. Es el caso típico de los usuarios
del autotransporte, el transporte aerocomercial y los ferrocarriles. En el
caso de las cargas, el escenario es diverso, pero con frecuencia el usuario
(quien produce o comercializa la mercadería) tiene una dimensión em-
presarial mayor que el transportista; por ejemplo, exportadores de gra-
nos, grandes industrias y supermercados. Incluso en la navegación marí-
tima y fluvial, los usuarios son buques propiedad de navieras de grandes
dimensiones, mucho mayores que las firmas responsables del dragado y
balizamiento. Los generadores de carga, en particular los del comercio
exterior, han formado asociaciones para defender sus intereses ante los
transportistas, que han tenido un accionar débil en los últimos años.
la dinámica político-institucional
de las políticas de transporte
tificar los rasgos más significativos que caracterizan este período y que
resultan de un patrón de producción de políticas en el que se destacan
marcos regulatorios heredados y redefinidos, perfiles de accionar públi-
co y comportamientos adaptativos de actores estatales y no estatales. Los
principales rasgos identificados son: el debilitamiento del rol estratégico
e integrador del Estado nacional, el incremento del financiamiento pú-
blico (caracterizado por la ineficiencia, la inequidad y el sesgo modal), la
ambivalencia en la regulación de los prestadores privados y la distorsión
de los contratos, la orientación al operador o sus proveedores, y la falta
de coordinación en todos los niveles. A continuación, desarrollaremos
de manera sucinta estos rasgos.
introducción
3 Sobre el papel de las instituciones y los actores, véase el capítulo que introdu-
ce esta serie de volúmenes (Acuña y Chudnovsky, 2013).
instituciones y actores de la política exterior... 247
8 En 1995, el canciller Guido Di Tella pronosticó lo siguiente: “Yo creo que las
reglas que seguimos en política exterior y las reglas que seguimos en política
económica no van a ser objeto de discusión, no son objeto de discusión en
otros países. Hay matices, nadie va a decir de vuelta que queremos reestatizar
las empresas públicas, nadie va a decir que queremos apartarnos de las leyes
del mercado, nadie va a decir que tenemos que pelearnos con Chile o Brasil,
con Estados Unidos ni con nadie […] va a ser el tipo de discusión que hay en
España, o dentro de Francia o dentro de Italia, en el tipo de países en el cual
hemos terminado, no es nada raro que, después de todas estas vueltas haya-
mos terminado habiendo construido un país del nivel europeo” (Di Tella,
1995). Y sin embargo, casi diez años después, el canciller Rafael Bielsa afir-
maría: “Hemos cambiado la matriz sobre la cual articulamos nuestra política
exterior. No adscribimos a concepciones providencialistas del relacionamien-
to externo y sus consiguientes ilusiones de poder aparente” (Bielsa, 2004).
9 Basta con mencionar, a título ilustrativo, el envío de naves al Golfo, el
cambio de voto en Naciones Unidas, la intervención humanitaria en Haití,
la salida del Movimiento de países No Alineados, la ratificación de Tratado
de Tlatelolco y el Tratado de No Priliferación Nuclear, la condena a Cuba en
Naciones Unidas y la cancelación del proyecto misilístico Cóndor.
instituciones y actores de la política exterior... 253
el poder ejecutivo
12 Se entiende que una grand strategy procura “identificar las amenazas proba-
bles a la seguridad del Estado y planear los antídotos políticos, económicos,
militares y de otra índole para afrontar dichas amenazas” (Posen, 1984: 13).
En ese contexto, la dimensión externa de una gran estrategia se entiende
como “los estímulos internacionales que proporcionan incentivos o requie-
ren que un Estado haga algo y los constreñimientos internacionales que inhi-
ben o previenen que un Estado haga algo” (Rosencrance y Stein, 1993: 17).
13 Por ejemplo, ante una crisis financiera de envergadura, el Banco Central
pasaría a tener un rol mayor.
14 Por ejemplo, el auge del precio de los productos primarios convierte al
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca en un jugador importante.
En otro ámbito, las trabas comerciales entre la Argentina y Brasil hacen del
Ministerio de Industria una voz autorizada en el manejo de los conflictos con
el país vecino.
256 dilemas del estado argentino
15 Christopher Hill (2003) señala al menos tres motivos por los cuales la políti-
ca exterior es un área de acción altamente susceptible de ser manejada por
un Ejecutivo relativamente pequeño. Primero, por lo general los políticos
están más interesados en los asuntos domésticos que en los asuntos externos.
La explicación más sencilla consiste en observar que “la paga” o la “ganancia
política” es mayor en el frente interno que en el externo. Dedicar tiempo,
interés y recursos en estrechar lazos con estados y grupos del exterior puede
ser una actividad intelectual y socialmente reconfortante, pero difícilmente
aumente la cantidad de votos en la siguiente elección. Segundo, es común
observar que la curva de aprendizaje para los políticos que se involucran en
los asuntos externos es alta y costosa. Aprender a manejar los asuntos exter-
nos implica conocer la composición, las reglas, la agenda y los intereses de
un sinnúmero de siglas (ONU, OEA, OMC, OCDE, FMI, OTAN, UE, etc.).
Implica tener que adaptarse y prepararse a una agenda internacional que
rara vez es manejada por países en desarrollo, con tiempos y dinámicas muy
distintas de las que funcionan en el ambiente interno. Y tercero, la política
exterior es una actividad que está siempre abierta a imprevistos, a altercados
con vecinos, a la turbulencia producto de guerras, conflictos o incluso de
huracanes. Esto significa que, aunque la política exterior no se conduce todo
el tiempo en situaciones de crisis, su dinámica requiere tomar decisiones en
tiempos siempre limitados. Esto, sin duda, favorece a aquellos que tienen po-
der de respuesta y que se constituyen en las “unidades últimas de decisión”.
16 Algunos análisis (Charap, 2007) sobre el caso de Rusia, por ejemplo, han
señalado los méritos de la fortaleza del Ejecutivo en política exterior, en
particular después de procesos de desestatización, inestabilidad y retraimien-
instituciones y actores de la política exterior... 257
to. Ese robustecimiento del Ejecutivo posterior a una crisis otorgaría más
estabilidad y consistencia a la política exterior.
17 Precisamente, el texto de Acuña y Chudnovsky (2013) recupera el valor
analítico de estudiar las ideologías y su influencia en las políticas públicas.
258 dilemas del estado argentino
19 Por ejemplo, cuando hizo presión para que Carlos “Chacho” Álvarez, y no
José Luis Machinea (como fue luego el caso), fuera el director ejecutivo de la
Cepal, lo cual lo llevó a quitarle por un tiempo el saludo al secretario general
de la ONU, Kofi Annan. Algo similar ocurrió cuando decidió no asistir a la
gestación de la Comunidad Sudamericana de Naciones (previa a su transfor-
mación en la Unión de Naciones Suramericanas) en 2004 por considerar que
se trataba de un instrumento creado por Brasil para proyectar y garantizar su
propio poder. Años después, el entonces ex presidente Kirchner alcanzó la
secretaría general de Unasur y desde allí jugó un rol central en la distensión
entre Colombia y Venezuela y la pronta reacción del área ante la intentona
golpista en Ecuador.
20 Este último ejemplo es congruente con la llamada “tesis de los dos presiden-
tes” (Lindsey y Ripley, 1992) que supone contar, al mismo tiempo, con un
presidente muy fuerte a la hora de decidir sobre asuntos clave de política
exterior y con un presidente más restringido por las provincias y el Congreso
a la hora de decidir sobre asuntos trascendentes de política interna.
260 dilemas del estado argentino
gabinetes y burocracias
24 En palabras del embajador Julio Miller: “Antes las cancillerías tenían, por
decirlo de un modo extremo, el monopolio en el relacionamiento exterior;
eso se acabó” (Miller, 2010: 38).
instituciones y actores de la política exterior... 265
las provincias
político y los arreglos constitucionales que fijan las reglas de juego entre
la Nación y las provincias. Según cómo se articulen estas dimensiones, es
posible encontrar federaciones con ejecutivos más restringidos en su po-
lítica exterior a raíz del poder de las unidades y de sus representantes en
el Congreso (como es el caso de los Estados Unidos) o federaciones con
un patrón más convencional donde el Ejecutivo domina ampliamente la
política exterior (como son los casos de Brasil y Nigeria).
La literatura especializada (Leiras, 2013; Ardanaz y otros, 2010) señala
que la Argentina presenta un caso de federalismo robusto. Los gober-
nadores son actores centrales en la política nacional y no es posible en-
tender lo que sucede a nivel nacional sin comprender la dinámica entre
las provincias y la Nación. Luego de la presidencia nacional, el segundo
locus de poder son las provincias. Ardanaz y otros (2010) afirman que
gran parte del proceso de formulación de políticas públicas tiene que ver
con la relación entre la Nación y las provincias. De manera resumida, tres
características definen este proceso (Ardanaz y otros, 2010: 6). Prime-
ro, consiste en intercambios entre el presidente y los gobernadores. Se-
gundo, estos intercambios se expresan típicamente en apoyo a políticas
nacionales a cambio de transferencias fiscales. Tercero, el lugar de esta
transacción no es el Congreso sino un conjunto de espacios informales.
¿De qué modo estas características generales del proceso de formula-
ción de políticas públicas explican también la política exterior? La res-
puesta más general apunta a señalar que la política exterior, a diferencia
de otras políticas nacionales, no es un asunto negociado entre el Ejecu-
tivo y los gobernadores. Esta respuesta, sin embargo, debe ser matizada
por dos observaciones de carácter más particular. Primero, aunque la
política exterior no es materia de regateo entre la Nación y las provin-
cias, ello no debe entenderse como el hecho de que el federalismo no
presente problemas de coordinación que afecten la inserción internacio-
nal argentina. Segundo, algunas provincias han mostrado un creciente
interés en los asuntos internacionales, en especial, los referidos a comer-
cio e integración regional.29 De este modo, el impacto del federalismo en
29 Para el caso argentino, Talin Terzakyan (2006) concluye que para compren-
der el activismo internacional de las provincias en materia económica es im-
portante conocer el empuje del empresariado local, la disponibilidad fiscal
de la provincia y su competitividad. Entre los elementos políticos, Tersakyan
observa que es importante conocer el alineamiento (o no) del gobernador
respecto del Ejecutivo nacional y las aspiraciones del gobernador a ocupar
cargos nacionales. Ambos datos explican también en parte el activismo inter-
nacional de las provincias.
instituciones y actores de la política exterior... 271
ría y los gobiernos provinciales.31 Sin embargo, más allá de estos avances,
el lugar de los gobiernos provinciales en las negociaciones comerciales
que la Argentina realizó y realiza ha sido bastante reducido. Por ejemplo,
ningún representante provincial ha participado en las negociaciones de
la Ronda Doha de comercio. En todo caso, el rol de las principales pro-
vincias consistió en acercar al gobierno federal listas de productos sus-
ceptibles de ser liberalizados. Con la excepción de Córdoba, Santa Fe y
Mendoza –provincias que han demostrado mayor interés en las políticas
comerciales–, las provincias se han limitado a acompañar las gestiones
de la Cancillería. Puesto de otro modo, las demandas de participación
de los gobernadores han tenido una lógica más defensiva y reactiva que
ofensiva y propositiva.
Si las provincias más desarrolladas han intentado acercar su visión al
gobierno central en materia comercial, las provincias limítrofes con los
países vecinos han buscado acercarse a la Cancillería para discutir te-
mas vinculados con integración física, recursos naturales compartidos,
migraciones y seguridad en las fronteras; cuatro temas de política exte-
rior donde se han visto afectadas.32 El caso de los recursos naturales es
ascender a 250 mil. Más allá del art. 124, cabe destacar los arts. 125 (que
afirma que las provincias pueden promover la inmigración y la importación
de capitales extranjeros) y 126 (que establece que las provincias no ejercen
el poder delegado de la Nación; tampoco pueden celebrar tratados parciales
de carácter político; ni expedir leyes sobre comercio o navegación interior o
exterior, ni dictar leyes sobre ciudadanía y naturalización; ni armar buques
de guerra o levantar ejércitos, salvo en caso de invasión exterior; ni nombrar
o recibir agentes extranjeros).
33 Un ejemplo significativo es el proyecto minero argentino-chileno de Pascua
Lama, en cuya iniciativa y negociaciones bilaterales con Chile estuvo invo-
lucrada la provincia de San Juan directamente. Otro ejemplo es el proyecto
de la hidroeléctrica Garabí, ubicada entre la Argentina y Brasil, en el que
las provincias de Misiones y Corrientes, por el lado argentino, y el Estado de
Rio Grande do Sul, por el lado brasileño, están teniendo un rol central en la
evaluación y negociación de cuestiones relativas al impacto ambiental. Por úl-
timo, uno de los casos más notables de involucramiento internacional de una
provincia ha sido el conflicto entre la Argentina y Uruguay por la instalación
de una planta de celulosa en Fray Bentos, sobre el margen del río Uruguay.
En esta ocasión, el rol de la provincia de Entre Ríos no fue gestionar el diálo-
go y la negociación, sino presionar a la Cancillería para endurecer la relación
con Uruguay. El punto a destacar es cómo en ese caso un interés provincial
fue luego transformado en interés nacional, al hacer del “no a las papeleras”
la postura oficial argentina.
274 dilemas del estado argentino
res tienen poco que decir. El cuadro se altera, sin embargo, cuando la
acción internacional pasa de las preferencias a los intereses materiales.
Cuando las provincias perciben que sus intereses materiales pueden ver-
se afectados por asuntos externos es cuando deciden tener más voz en
la política exterior.
Entonces, tres asuntos comprometen a las provincias en materia in-
ternacional. El primero tiene que ver con el manejo de los recursos na-
turales, en particular cuando estos se comparten con países vecinos e
involucran obras de infraestructura binacional. El segundo se relaciona
con los costos distributivos de las decisiones adoptadas por la Nación en
materia comercial y de inversiones. Por último, está el flujo de personas
entre la Argentina y los países vecinos que afecta a las provincias fronte-
rizas en materia de narcotráfico, crimen organizado y acceso al empleo
y al sistema de salud.34
En síntesis, las provincias no participan del diseño estratégico de la
política exterior, pero pueden ser actores gravitantes cuando se trata de
la relación con los países vecinos que involucran intereses materiales.
El peso específico de los gobernadores, por un lado, y la concentración
de la política exterior en pocos jugadores, por el otro, convierten a la
relación Nación-provincias en un ejemplo de tensión entre centralismo
y descentralización. Si dicha tensión se maneja con recelo y obstrucción
recíproca, la política exterior se puede tornar ineficaz. Si, por el contra-
rio, se manifiesta una complementariedad, la política exterior tiende a
ser más eficaz. En los últimos años se puede observar –y esto requiere
más trabajos empíricos– una relación Nación-provincia en materia inter-
nacional (en especial, en cuanto a los países vecinos) algo más fluida y
con menos entorpecimiento recíproco.
Naciones Unidas. En una nueva coyuntura ríspida con Gran Bretaña, el can-
ciller Héctor Timerman hizo su alocución acompañado de un cuadro plural
de legisladores: Ruperto Godoy (Frente para la Victoria), Federico Pinedo
(PRO), Julio Martínez (UCR) y Rubén Giustiniani (Partido Socialista).
280 dilemas del estado argentino
conclusión
42 El Ejecutivo argentino tiende a ser analizado por los especialistas en dos cla-
ves distintas: como muy poderoso o como bastante impotente, como excesivo
o atenuado, como inepto o eficaz. Cada crisis y cada poscrisis renueva ese
debate. Este ensayo no penetra en ese tema pero asume que el presidencialis-
mo debe ser abordado de manera integral con otras dimensiones del sistema
político-institucional.
43 Varios observadores han indicando, de manera reiterada, que la Argentina se
aisló a partir de la crisis de 2001-2002. Esto habría sucedido como producto
del aislacionismo (estrategia) o el aislamiento (política) del país. Ahora
bien, es importante distinguir entre aislacionismo, aislamiento y aislado. El
aislacionismo es una de las grandes estrategias a disposición de un Estado. Se
basa en el rechazo a compromisos político-militares férreos, por ejemplo, me-
diante un sistema específico de alianzas, pero no rehúsa desplegar una activa
inserción económica internacional. El aislamiento es una política que devie-
ne de decisiones propias y/o ajenas y que puede ser parcial o integral. Así,
por ejemplo, un país que sufre una crisis de envergadura (pierde una guerra,
vive un colapso interno masivo, opta por una ideología refractaria a los lazos
con el exterior) y/o que resulta sancionado por la comunidad internacional
(a raíz del estado deplorable de los derechos humanos, sus prácticas externas
provocadoras o su desacato a las mínimas normas del derecho internacional)
es un caso típico de aislamiento autoinfligido y/o impuesto. El aislamiento
puede ser sólo diplomático o puede abarcar completamente la economía, la
política, lo militar, lo cultural, la ciencia y el turismo. El encontrarse aislado
es una condición que puede tener un origen interno o externo. La Argen-
tina después de 2001-2002, bajo tres mandatos justicialistas con dos matices
diferentes (el duhaldismo y el kirchnerismo), nunca recurrió a una estrategia
aislacionista. A pesar del tamaño de la crisis, y con formatos distintos, Duhal-
instituciones y actores de la política exterior... 287
48 Cabe subrayar que aunque exista, por ejemplo, una extendida “insatisfacción
290 dilemas del estado argentino
En tercer lugar, una gran estrategia debe asimilar el hecho de que hay
que combinar la política exterior y la política de defensa, y que se nece-
sita más complementariedad entre el ámbito estatal y el no estatal. Así,
lo interno y lo externo, lo político y lo militar, lo estatal y lo no estatal
deben verse, analizarse e instrumentarse de manera mancomunada. Eso,
a su vez, demanda una notable capacidad de coordinación burocrática y
un esquema de funcionarios altamente competentes.
En cuarto lugar, la ausencia de una gran estrategia es funesta para los
intereses nacionales. El retraimiento político, la desconexión económica
con el exterior y el ensimismamiento cultural; la fragmentación entre
diplomacia y defensa; y la ausencia de concertación entre los sectores
estatal y no estatal (por ejemplo, sectores productivos, ONG, científicos
y trabajadores, entre otros) son nocivos para un país que aspira a lograr
un bienestar material extendido y una influencia externa reconocida.
Después de 2005-2006, el gobierno tuvo un espacio algo más holgado
para desplegar una política exterior un tanto más activa (es el caso de
Brasil) y propositiva (es el caso de Chile).49 La continuidad en el coman-
do del gobierno en el plano matrimonial, en cuanto al Frente para la
Victoria como fuerza predominante y en relación al doble control po-
lítico del Ejecutivo y el Legislativo en 2007 pudieron haber creado un
conjunto de incentivos para catalizar un debate y procurar modificacio-
nes institucionales. Sin embargo, ello no ocurrió en lo que respecta a la
política exterior de la Argentina. La presidencia no se autolimitó –como
lo hizo con el caso de la designación de la Corte Suprema– en materia in-
ternacional.50 No se produjo una reforma a fondo o significativa del ser-
Año Argentina
1990 12,5
1991 41,0
1992 44,4
1993 53,8
1994 67,9
1995 68,8
1996 60,7
1997 56,1
1998 50,0
1999 44,4
2000 44,2
2001 32,8
2002 34,2
2003 24,3
2004 25,0
2005 26,9
2006 24,1
2007 15,8
2008 25,6
2009 36,4
2010 39,7