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DOI: https://doi.org/10.47623/ivap-rvap.113.2019.01
(4) El art. 43 dispone: «Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siem-
pre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades pú-
blicas o de particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un
tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que
se funde el acto u omisión lesiva. Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de dis-
criminación y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usua-
rio y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el de-
fensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley,
la que determinará los requisitos y formas de su organización…». Sobre dicho artículo, en espe-
cial, véase: BIDART CAMPOS, Germán J., Tratado elemental de Derecho Constitucional argentino,
tomo II. A. Ediar. Buenos Aires, 2003, págs. 285 y ss. o BASTERRA, Marcela I., El proceso constitu-
cional de amparo. Abeledo Perrot. Buenos Aires, 2013.
(5) Estos se reconocen en la Constitución Nacional «en los términos de su vigencia», expresión
sobre cuyo alcance exacto no hay consenso doctrinal (al respecto puede verse el repaso, con pro-
puesta de una construcción propia que diferencia entre «vigencia» y «eficacia», de DOLABJIAN,
Diego A., Derecho constitucional profundizado. Ediar. Buenos Aires, 2017, en particular págs. 353
y ss.). Sea como fuere, no puede dejar de comentarse, desde nuestra perspectiva comparada, que
el primer dictamen del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones
Unidas en un caso individual, presentado bajo el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en vigor desde el 5 de mayo de 2013, afectaba pre-
cisamente a España en un caso de desahucio por ejecución hipotecaria (el dictamen, de 18 de sep-
tiembre de 2015, puede verse en http://tbinternet.ohchr.org/_layouts/treatybodyexternal/Download.
aspx?symbolno=E/C.12/55/D/2/2014&Lang=en).
(6) El art. 75, inc. 22, establece: «…Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de De-
rechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de De-
rechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y
su Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio;
la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; la Con-
vención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención
sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no
derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben entenderse complemen-
tarios de los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su caso,
por el Poder Ejecutivo Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los
miembros de cada Cámara. Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de
ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los
miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional…». Sobre dicho artículo, por to-
dos: GIALDINO, Rolando E., Derecho internacional de los derechos humanos: principios, fuentes, in-
terpretación y obligaciones. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2014, págs. 383 y ss.
(7) Sobre el tema en Argentina, por todos, GROSMAN, Lucas Sebastián, «La justiciabilidad de los de-
rechos sociales» en VV.AA. (RIVERA, J.A., ELIAS, J.S., GROSMAN, L.S. y LEGARRE, S., dir.), Tratado
de los derechos constitucionales, tomo II. Abeledo Perrot. Buenos Aires, 2014, págs. 1053-1072.
en España, donde como es bien sabido, se ubica entre los principios rec-
tores de la política social y económica (art. 47), con toda la polémica doc-
trinal que los rodea (8). Sin embargo, en Argentina el reconocimiento
efectivo del derecho ha sido muy lento (9) y la vivienda continúa siendo
un bien sujeto fundamentalmente a un mercado inaccesible para mu-
chas capas de la sociedad, con políticas de subsidio sólo para atender ca-
sos extremos (10). Existe un histórico déficit habitacional (11), a pesar de
la gran extensión de su territorio, lo que ha conducido a una realidad in-
negable de personas en situación de calle y de infravivienda (las conoci-
das como «villas miseria») que se evidencia tanto en ciertas áreas de la
misma Capital Federal como en núcleos de su conurbano y en muchos
otros lugares del territorio. Se trata de una vivienda autoconstruida, infor-
mal y precaria, foco de inseguridades de todo tipo y de desconfianza (12).
La cuestión ha sido objeto de denuncia y estudio habitual desde las
Ciencias Sociales, con mayor intensidad en los últimos tiempos por el re-
vivir de las demandas ligadas al llamado «derecho a la ciudad» (13). Lo
que las siguientes páginas proponen es una lectura en clave jurídica y
desde la óptica iusadministrativista de su autora (14). El interés compa-
(8) Para un análisis de cómo el principio constitucional sobre la vivienda apenas proporciona ele-
mentos aptos para vertebrar las políticas públicas en la materia y sosteniendo que el derecho sub-
jetivo tiene sustrato constitucional y estatutario, además de estar configurado como básico en la
legislación estatal del suelo, puede verse LÓPEZ RAMÓN, Fernando, «El derecho subjetivo a la vi-
vienda», en Revista española de Derecho constitucional, núm. 102, 2014, págs. 49-91. Un análisis
concreto del caso español a la luz del ordenamiento internacional y europeo, teniendo en cuenta
la doctrina del TJUE y el TEDH, en GÓMEZ JIMÉNEZ, María Luisa, «Repensando el derecho a la vi-
vienda: ¿derecho humano o principio rector?», en Revista europea de derechos fundamentales,
núm. 25, 2015, págs. 359-382. De cita imprescindible son también los trabajos de PISARELLO, Ge-
rardo, «El derecho a la vivienda como derecho social: implicaciones constitucionales» y GARCÍA
MACHO, Ricardo, «Los derechos fundamentales sociales y el derecho a la vivienda como derechos
funcionales de libertad», ambos en Revista catalana de dret públic, núm. 38, 2009.
(9) Un profuso repaso histórico puede verse en AZRAK, Isaac Damián y VALENTINI, Mariano
G., «El derecho constitucional a la vivienda digna y adecuada, una propuesta interpretativa» en
VV.AA. (RIVERA, J.A., ELIAS, J.S., GROSMAN, L.S. y LEGARRE, S., dir.), Tratado de los derechos
constitucionales… págs. 1128 y ss.
(10) Tal como expone PÍREZ, Pedro, «Distribución, insolvencia y urbanización popular en América
Latina», en Revista de geografía Espacios, vol. 15, núm. 8, 2018, págs. 67-93.
(11) Que se ha vinculado por algunos autores a la especulación y a una concepción decimonónica
de la propiedad: ETCHICHURY, Horacio Javier, «Derecho a la vivienda: exigibilidad, dificultades y
desacuerdos» en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F., comp.), Derecho a la vivienda y litigio estructu-
ral. EDUNPAZ. Buenos Aires, 2017, pág. 25.
(12) BORJA, Jordi, «La vivienda popular, de la marginación a la ciudadanía», en Geograficando,
vol. 12, núm. 2, 2016.
(13) En general sobre el fenómeno puede verse COSTES, Laurence, «Del «derecho a la ciudad» de
Henri Lefebvre a la universalidad de la urbanización moderna», en Urban, 2011, págs. 89-100.
(14) El estudio de estos aspectos es irrenunciable para el Derecho Administrativo, como evidencia
por ejemplo la edición a cargo del Instituto Nacional de Administración Pública español, en 2016, de
la obra colectiva El derecho de la ciudad y el territorio (estudios en homenaje a Manuel Balbé Prunés).
(15) Para un análisis de los referentes estadounidenses: PONCE SOLÉ, Juli, Poder local y guetos ur-
banos. Las relaciones entre el Derecho urbanístico, la segregación espacial y la sostenibilidad so-
cial. INAP. Madrid, 2002, en particular págs. 59-66. Sobre la situación en algunos países europeos
pueden verse los capítulos específicos dedicados a Francia, Inglaterra, Italia y Portugal en VV.AA.
(LÓPEZ RAMÓN, F. coord.), Construyendo el derecho a la vivienda. Marcial Pons. Madrid, 2010. Con
una perspectiva analítica global: ALÁEZ CORRAL, Benito, «El derecho a una vivienda digna en el
derecho internacional y constitucional comparado (Notas para un proyecto de Ley asturiana de ga-
rantía del derecho a la vivienda digna), en Direitos Fundamentais e Justiça, núm. 14, 2011. Incor-
porando elementos de comparación latinoamericanos, aunque no el argentino: RUÍZ-RICO RUIZ,
Gerardo, «Derecho constitucional a la vivienda versus especulación urbanística», en Cuadernos de
derecho público, núm. 31, 2007, págs. 31-50.
(16) Que la Administración como sujeto activo es capaz de incidir en materia de derechos sociales tanto
en el rol de Estado prestacional como de distribuidor y controlador ha sido particularmente puesto de
manifiesto en la doctrina española por MENÉNDEZ SEBASTIÁN, Eva María, La Administración al ser-
vicio de la justicia social. Iustel. Madrid, 2016. Estamos con la autora cuando señala (en particular a las
págs. 130 y ss.) que en la realidad las tres formas no aparecen siempre diferenciadas, y es frecuente que
se entrecrucen. De manera muy reciente se está también haciendo hincapié en el desarrollo urbano no
sólo como derecho social, sino también como fuente de deberes, y por tanto determinante de la función
pública; al respecto puede verse RAMALLO LÓPEZ, Fátima, «El derecho a la ciudad ¿un nuevo derecho
de la ciudadanía?» en VV.AA. (ALONSO IBÁÑEZ, M.R., dir.), La sostenibilidad socioeconómica de las
ciudades. Estudios jurídicos. Tirant lo Blanch. Valencia, 2018, págs. 33-70.
(17) Así: VV.AA. (PONCE SOLÉ, J. y SIBINA TOMÁS, D. coord.), El derecho de la vivienda en el si-
glo xx: sus relaciones con la ordenación del territorio y el urbanismo. Marcial Pons. Madrid, 2008. En
toda América Latina y Caribe se está viviendo a un marcado éxodo rural, por lo que se asiste tam-
bién a un incesante proceso de urbanización. Este, sin embargo, no suele ir acompañado de adecua-
dos planes de vivienda, lo que entre nosotros tampoco es desconocido tal y como recientemente ha
puesto de manifiesto VAQUER CABALLERÍA, Marcos, «Planes urbanísticos y planes de vivienda: la ex-
traña pareja», en Revista de estudios de la Administración local y autonómica, núm. 7, 2017.
(18) El art. 75, inc. 19, prescribe: «Corresponde al Congreso… Reconocer la preexistencia étnica y cultural
de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación
bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad
comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes
para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes
o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás inte-
reses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones».
(19) Al respecto puede verse el repaso sobre el reconocimiento del «derecho a la conservación de
la vivienda» que efectúa LÓPEZ RAMÓN en el artículo ya citado (en particular págs. 77-83).
(20) Tales medidas se conocen genéricamente con el rótulo de «doctrina de la emergencia eco-
nómica»; al respecto, véase: HERNÁNDEZ, Antonio M., Las emergencias y el orden constitucional.
Rubinzal Culzoni. Santa Fe, 2002.
(21) Todas estas medidas dieron lugar a pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia de la Na-
ción (en adelante, CSJN). Cfr.: CSJN, «Ercolano, Agustín c/ Lanteri Renshaw, Julieta», 28/04/1922, Fallos:
136:161; «Horta, José c/ Harguindeguy, Ernesto», 21/08/1922, Fallos: 137:47; «Mango, Leonardo c/ Traba,
Ernesto», 26/08/1925, Fallos: 144:219; «Avico, Oscar A. c/ De la Pesa, Saúl», 07/12/1934, Fallos: 172:21;
«Nadur, Amar c/ Borelli, Francisco», 15/05/1959, Fallos: 243:449; «Russo, Ángel y otra c/ E. C. de Delle
Donne», 15/05/1959, Fallos: 243:467; «Rinaldi, Francisco A. y otro c/ Guzmán Toledo, Ronal C. y otra»,
15/03/2007, Fallos: 330:855; entre otros (www.csjn.gov.ar). En este punto resulta bien explícita la Ley
26167 (2006), referida al sistema de refinanciación de deudas hipotecarias, en cuanto contempla que los
conflictos suscitados en el marco de la emergencia económica que estalló en 2001/2002, deben ser re-
sueltos teniendo en cuenta el derecho de acceso a la vivienda digna y la protección integral de la familia
e, incluso, con una presunción en su favor en caso de duda (al respecto, véase: CSJN, «Dalamaca SA c/
Nahra, Raúl Héctor y otro», 12/07/2016, Fallos: 339:919).
(22) Por razones vinculadas a la especulación inmobiliaria derivada del proceso de transforma-
ción urbanística de esa zona de la Capital Federal. En efecto, el proceso de renovación urbana de
La Boca estaba desatando grandes niveles de violencia, como los incendios provocados para oca-
sionar la «expulsión exprés» de los pobladores de bajos recursos, y la consecuente segregación so-
cioespacial de esas personas vulnerables. Al respecto puede verse TEDESCHI, Sebastián, «Tres de-
cisiones estratégicas para el litigio de derecho a la vivienda» en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F.,
comp.), Derecho a la vivienda y litigio estructural…, págs. 81 y ss.
(23) Los conflictos causados por los desalojos de población en situación de vulnerabilidad suelen
desdoblarse y discutirse en dos escenarios judiciales diferentes. Así, mientras la justicia civil or-
dena el desalojo y se desentiende del problema, las personas quedan en situación de calle. En mu-
chos casos, los jueces suelen oficiar a los órganos públicos por la situación de los niños, pero no
verifican si estos van a ser realojados, y ordenan la medida para cerrar el expediente. Una vez en
situación de calle, algunas de estas personas recurren a la vía del amparo contra el Gobierno de
la Ciudad para ser incluidos en un plan de vivienda, no siempre con resultados positivos. Lo cierto
es que, en medio de ello, estas personas se quedan en situación de calle. Pero en este caso, el juez
hizo una construcción argumentativa más integral. Al respecto puede verse el análisis de TEDES-
CHI, Sebastián, «Desalojos y derechos humanos», en Revista de Derecho de Familia, núm. 6, 2014.
(24) La cuestión también ha suscitado interés en la doctrina española: HUERGO LORA, Alejandro,
«El Derecho Administrativo y la sentencia del Tribunal de Justicia sobre los desahucios», en Revista
española de Derecho Administrativo, núm. 158, 2013, págs. 17-24.
(25) Con cierta extensión sobre el mismo, y los conflictos que ha generado, puede verse BIELSA,
Rafael, Derecho Administrativo, tomo I, 7° ed. (actualizada por R.E. LUQUI), 2017. Thomson-Reuters
La Ley. Buenos Aires, págs. 346-357.
(26) BIDART CAMPOS, Germán J., Tratado elemental de Derecho Constitucional argentino, tomo
I-A. Ediar. Buenos Aires, 2000, págs. 652 y ss. Para profundizar: ZUCCHERINO, Ricardo M. y RITHER,
María J., Tratado de Derecho federal, estadual, estatuyente y municipal. Argentino y comparado.
Lexis Nexis, 2007, 2 tomos. A efectos de evitar ambigüedades y siguiendo la práctica argentina, en
este trabajo se denomina «Estado Nacional» al «Estado Federal», aunque tal denominación no sea
estrictamente correcta. También debe tenerse en cuenta la particular tendencia de la doctrina ar-
gentina a denominar «estatal» a todo lo referido a la Administración.
(27) Una reconstrucción histórica de las políticas públicas a nivel nacional en materia de vivienda, con
toda una serie de avatares organizativos que llevaron a trasladar la responsabilidad de la garantía de ac-
ceso a la vivienda digna a las provincias puede verse en PAUTASSI, Laura y ROYO, Laura, «Garantías al
acceso a la vivienda en la ciudad de Buenos Aires. Límites y Agenda pendiente» en VV.AA., (BLANCK, E.
y ANZORENA, M. L., coord.), El derecho a la vivienda en la ciudad de Buenos Aires. Reflexiones sobre
el rol del poder judicial y las políticas públicas. Edueba-Ministerio Público Tutelar. Buenos Aires, 2010,
pág. 47 y ss. Allí no se escatiman referencias a la especulación financiera y la corrupción, al desmante-
lamiento del organismo público que desde los años setenta financiaba obras y equipamientos para los
sectores de población más necesitados o a la privatización del Banco Hipotecario Nacional, síntomas to-
dos ellos para las autoras de que lejos de intentarse un patrón de acceso a la vivienda digna que funcio-
nara al menos como paradigma, se confía en medidas focalizadas y parciales.
(28) La información institucional detallada puede verse en http://www.vivienda.gob.ar/Resolucio-
nes/documentos/presentacion_vivienda.pdf.
(29) El programa plantea la concesión de créditos hipotecarios oficiales para la rehabilitación y adqui-
sición de viviendas y ha sido analizado, desde la óptica de su ajuste al derecho constitucional a una vi-
vienda digna, en FERNIOT, Cecilia A., «Políticas públicas y derecho a la vivienda: el programa de cré-
dito argentino» en VV.AA., ETCHICHURY H. J y ÁLVAREZ, M. I., coord.), Encuentros y (des)encuentros
entre las políticas públicas y los derechos sociales. GIDES-CIJS. Córdoba, 2015, págs. 139 y ss.
(30) Si bien se ha denunciado masivamente que en realidad no hay un verdadero reflejo efectivo
de la vivienda en las normas infraconstitucionales federales. Por todos se pone de manifiesto res-
pecto al Código Civil y Comercial de la Nación, aprobado en 2015, en ETCHICHURY, Horacio Javier,
«Derecho a la vivienda: exigibilidad, dificultades y desacuerdos» en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA,
F., comp.), Derecho a la vivienda y litigio estructural…, pág. 25.
(31) El art. 75 dispone: «Corresponde al Congreso… 18. Proveer lo conducente a la prosperidad del
país, al adelanto y bienestar de todas las provincias, y al progreso de la ilustración, dictando planes
de instrucción general y universitaria, y promoviendo la industria, la inmigración, la construcción de
ferrocarriles y canales navegables, la colonización de tierras de propiedad nacional, la introducción y
establecimiento de nuevas industrias, la importación de capitales extranjeros y la exploración de los
ríos interiores, por leyes protectoras de estos fines y por concesiones temporales de privilegios y re-
compensas de estímulo. 19. Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con
justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la formación
profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la investigación y al desarrollo
científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento. Proveer al crecimiento armónico de la Nación
y al poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual
desarrollo relativo de provincias y regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen.
Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respe-
tando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del Es-
tado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igual-
dad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los principios de
gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades
nacionales. Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación
de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales».
(32) El fenómeno de estos asentamientos se ha desarrollado durante décadas, y no es este el pri-
mer intento jurídico para abordar las difíciles y controvertidas situaciones que genera. Al respecto
puede verse el comentario de la norma realizado por Orlando D. PULVIRENTI para Anales de Legis-
lación Argentina, núm. 7, 2017.
(33) Según se ha explicado: «El 32% de los latinoamericanos viven en tugurios. Habitan en vivien-
das precarias, con infraestructura y servicios inadecuados, tenencia de la tierra irregular, y en ha-
cinamiento. En favelas en Brasil, cantegriles en el Uruguay, pueblos jóvenes en el Perú, Villas Mi-
serias en Argentina, y muchas otras formas similares en todo el continente. En América Latina la
población urbana significa ya el 75% de la población total. El 50% de esa población urbana vive en
tugurios en Belice, Bolivia, Guatemala, Haití, Nicaragua y Perú» (KLIKSBERG, Bernardo, Escándalos
éticos. Temas. Buenos Aires, 2011, pág. 65). Para un análisis de la producción de la llamada urbani-
zación popular puede verse PÍREZ, Pedro, «Distribución, insolvencia…».
(34) QUINTANA LÓPEZ, Tomás, Cambio de paradigma: del urbanismo expansivo a la sostenibili-
dad (Lección inaugural del curso académico 2018-2019), Universidad de León, 2018, pág. 79 y ss.
(35) El art. 5 estipula: «Cada Provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y
que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de es-
tas condiciones el Gobierno federal, garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones».
Para más detalle acerca de la naturaleza de las provincias, puede verse BALBÍN, Carlos F., Manual de
Derecho Administrativo. Thomson-Reuters La Ley. Buenos Aires, 4° ed., 2015, págs. 168 y ss.
(36) Así, por ejemplo, cabe mencionar el art 58 de la Constitución de la Provincia de Córdoba que,
aumentando la protección de la vivienda que surge del art. 14bis de la CN, estipuló que «la vivienda
única es inembargable»: la CSJN declaró su invalidez considerando que «determinar qué bienes del
deudor están sujetos al poder de agresión patrimonial del acreedor —y cuáles, en cambio, no lo es-
tán— es materia de la legislación común, y, como tal, prerrogativa única del Congreso Nacional, lo
cual impone concluir que no corresponde que las provincias incursionen en ese ámbito. Ese poder
ha sido delegado por ellas a la Nación al sancionarse la Constitución y esta distribución de compe-
tencias no podría alterarse sin reformar la Ley Fundamental» (CSJN, «Banco del Suquía S.A. c/ Juan
Carlos Tomassini», 19/03/2002, Fallos: 325:428).
(37) De hecho, algunas provincias mantienen textos constitucionales dictados con anterioridad a la
reforma de la CN de 1994.
(38) El listado completo puede consultarse en http://www.vivienda.gob.ar/consultas_frecuentes_inst.php.
(39) Sobre la Ley y su contexto puede verse el trabajo de TARBUCH, Laura, «Del derecho a la vivienda al
derecho al hábitat. Estándares y estrategias de reclamo y participación en la provincia de Buenos Aires»
en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F., comp.), Derecho a la vivienda y litigio estructural… págs. 223-247.
3. La acción municipal
(40) Entre nosotros y apuntando en una lógica semejante las diferencias entre el derecho en la ciu-
dad y el derecho a la ciudad: VALVIDARES SUÁREZ, María L., «Colectivos vulnerables: derechos y
garantías en entornos urbanos» en VV.AA. (ALONSO IBÁÑEZ, M.R., dir.), La sostenibilidad socioe-
conómica de las ciudades… págs. 71-106.
(41) Al respecto ASSANDRI, Mónica y ROSSI, Julia, «La vivienda y los adultos mayores», Derecho
de Familia, núm. 80, 2017.
(42) El art. 123 prevé: «Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el
Artículo 5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden insti-
tucional, político, administrativo, económico y financiero». Para más detalle acerca de la naturaleza
de los Municipios, puede verse BALBÍN, Carlos F., Manual… 272-277.
(43) CRAVACUORE, Daniel, «La Autonomía Municipal en Argentina. Una mirada desde los acadé-
micos». Conferencia pronunciada en la Fundación Internacional para el Desarrollo Local (FINDEL)
en Buenos Aires, 20 de marzo de 2018.
(44) En tal discusión se ha afirmado que la CABA constituye una entidad autárquica, un munici-
pio federal, una entidad sui generis, una cuasi provincia, una nueva provincia, entre otras posicio-
nes. Al respecto, por todos: ÁBALOS, María G., «La Ciudad de Buenos Aires luego de la reforma
de 1994: ¿Nuevo sujeto del federalismo argentino?», en VV.AA. (BIDART CAMPOS, G. J. y GIL DO-
MÍNGUEZ, A. F., dir.), Instituciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Ley. Buenos Aires,
2001, págs. 8 y ss. Para más detalle acerca de la naturaleza de la CABA, puede verse también BAL-
BÍN, C.F., Manual… págs. 277 y ss.
(45) En MARTÍNEZ, Leandro A., «El derecho a una vivienda digna» en VV.AA. (BASTERRA, M. I.,
dir.), Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Edición comentada. Jusbaires. Bue-
nos Aires, 2016, págs. 356 y ss., se explica como el grave déficit habitacional de la ciudad tuvo gran
peso en el debate para la elaboración de la norma (véanse en particular las págs. 360 y 361).
(46) Con la intervención de tribunales de creación o integración reciente (posteriores a 1994) que ini-
cialmente contaban con magistrados jóvenes, con un rol diferenciado y de conducta «en algún sen-
tido heterodoxa» según señalan MAURINO, Gustavo y NINO, Ezequiel, «Judicialización de políticas
pública de contenido social. Un examen a partir de casos tramitados en la Ciudad de Buenos Aires»
en VV.AA. (ABRAMOVICH, V. y PAUTASSI, L., comp.), La revisión judicial de las políticas sociales. Es-
tudio de casos, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2009, págs. 173 y ss., en concreto pág. 199.
(47) LÓPEZ OLIVA, Mabel, «El litigio individual en derechos sociales. Una aproximación al es-
tado actual en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires» en VV.AA. (ABRAMOVICH, V. y Pautassi, L.,
comp.), La revisión judicial…, págs. 143 y ss., en particular pág. 145.
(48) Que vino a superar la línea de los programas anteriores, que había culminado el Decreto
895/2002. El programa de 2006 fue en su momento pionero, aunque resulta criticable sobre todo
por fundarse en ayudas económicas de carácter temporal. Al respecto véase ROTELLE, Juan Cruz,
«Vivienda digna y subsidios habitacionales», La Ley CABA, 2013.
(49) El objeto del programa era en realidad doble, no sólo se limitaba al otorgamiento de subsidios,
sino que también ponía en manos del Gobierno de la CABA la orientación en la búsqueda de distin-
tas estrategias de solución a su problemática habitacional.
(50) Las reformas eliminaron también el objetivo de la orientación a las familias, dejando la ayuda esta-
tal del programa sólo en una suma de dinero. El Decreto de 2008 fue cuestionado por la misma Asesoría
General Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, que presentó una acción declarativa de inconstitucionali-
dad por el carácter regresivo de la reforma ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos
Aires. La acción tuvo tan sólo un éxito parcial y el fallo es particularmente llamativo por el hecho de ha-
ber sido resuelto el mismo día que el del caso «Alba Quintana» que se comentará más adelante, y ade-
más remitir a él a pesar de que, como se verá, aquel caso afectaba tan sólo a un individuo mientras que
la acción declarativa de inconstitucionalidad se había presentado con un carácter abstracto. Al respecto
puede verse FAERMAN, Romina, «El derecho a la vivienda digna y adecuada en la ciudad de Buenos Ai-
res. Breve análisis de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia en la Acción Declarativa de Inconsti-
tucionalidad interpuesta por la Asesoría General Tutelar», en VV.AA. (BLANCK, E. y ANZORENA, M. L.,
coord.), El derecho a la vivienda en la ciudad de Buenos Aires. Reflexiones…, págs. 21-46.
(51) Pasó a considerar como «personas en situación de calle» a quienes habitaban en la calle o espa-
cios públicos de la CABA, pero también a quienes pernoctaban en la red de paradores (alojamiento
nocturno público) de la ciudad (art. 2). Ello es relevante porque supone entender definitivamente que
la existencia de ese servicio público de alojamiento no es un estándar suficiente para la garantía del
derecho a una vivienda adecuada. Las malas condiciones de esa red de paradores habían sido por de-
más objeto de varias denuncias judiciales, tal y como expone ROTELLE, Juan C, «Vivienda digna…
(52) Al respecto véase la reconstrucción normativa de PAZOS, Josefina, «El regresivo activismo ju-
dicial porteño en torno al acceso a la vivienda digna», Temas de Derecho Administrativo, febrero
2018, págs. 81 y ss., en particular págs. 91-94.
(53) ABRAMOVICH, Víctor, «El rol de la justicia en la articulación de políticas y derechos sociales»
en VV.AA. (ABRAMOVICH, V. y PAUTASSI, L., comp.), La revisión judicial…, págs. 1 y ss., en par-
ticular págs. 7-8.
(54) UCÍN, María Carlota, «La judicialización del derecho a la vivienda», La Ley¸ núm. 1, 2015.
(55) Así puede verse en D’ARGENIO, Inés A., «La función de juzgar a la administración pública», La
Ley, núm. 16 (Sup. Adm.), 2013. Con gran espíritu crítico la profesora señalaba en este trabajo (per-
mítase la cita literal por su rotundidad): «Nada más vergonzoso para el Estado de Derecho, que el
incumplimiento de normas supranacionales y constitucionales que consagran derechos sociales
esenciales. Y nada más vergonzoso para el Derecho Administrativo, que avalar ese incumplimiento
al otorgar a la administración pública calidad de un poder que puede, en su ámbito de prerrogati-
vas, decidir por razones de discrecionalidad, mérito, oportunidad o conveniencia si lo satisface o no
lo satisface, según cuándo y cómo quiera satisfacerlo».
(56) Sobre la cuestión, y diferenciando entre la discrecionalidad reglamentaria, la de planificación, la de
iniciativa, la política y la de gestión, en un planteamiento que sigue muy de cerca la doctrina sentada en-
tre nosotros por el profesor SÁNCHEZ MORÓN (Discrecionalidad administrativa y control judicial, Tec-
nos, Madrid, 1994), debe verse SILVA TAMAYO, Gustavo E., «El acceso a la vivienda digna en un pro-
nunciamiento autolimitado», Revista de Derecho Administrativo, núm. 86, 2013, págs. 379-392.
(57) TSJCABA, «Alba Quintana, Pablo c/ GCBA y otros s/ amparo», 12/05/2010, disponible en: www.
tsjbaires.gov.ar.
(58) CSJN, «Q. C., S. Y. c/ GCBA y otros/ amparo», 24/04/2012, Fallos: 335:452, disponible en: www.
csjn.gov.ar.
(59) La jurisprudencia más relevante sobre personas sin techo y justicia contenciosa puede verse com-
pendiada en CORTI, Horacio (coord.), Derecho a la vivienda. Síntesis de jurisprudencia. Jusbaires. Bue-
nos Aires, 2017; descargable de manera gratuita en http://editorial.jusbaires.gob.ar/libro/cargar/180. Al
margen de ello, existe una multitud de otros pronunciamientos por ejemplo sobre los procesos de urba-
nización (resueltos también en el fuero contencioso) o sobre la usurpación (en el fuero penal).
(60) Parece por tanto que el TSJ entendía el servicio público de los paradores como un mínimo su-
ficiente, y los subsidios como un plus asistencial, en una interpretación que podría derivar de la tra-
ducción de los términos ingleses (shelter, housing) y franceses (logement) empleados por los pac-
tos internacionales sobre derechos humanos. El impacto en este constructo de la Ley 3706, que
como ya se ha comentado ut supra, considera equiparado el parador nocturno a la situación de ca-
lle, ha sido analizado por ROTELLE, Juan Cruz, «Vivienda digna...».
deres públicos y que la razonabilidad exige que sea atendido por estos
para que una persona pueda seguir considerándose como tal en situa-
ciones de extrema vulnerabilidad. A partir de ese juicio de razonabili-
dad, la Corte concluye que la respuesta del Gobierno de la Ciudad era
insuficiente para atender la particular situación de la actora, pues el
sistema público de alojamientos era inadecuado para la patología del
niño y el montante del subsidio no cubría sus necesidades. La Corte re-
conoce que no hay una única manera de responder al derecho de la vi-
vienda, pero que la Ciudad en este caso no había dado una respuesta
adecuada ni acorde a las extremas circunstancias de la recurrente. El
tribunal tuvo en cuenta las limitaciones presupuestarias, afirmando
que la disponibilidad de recursos no modifica el carácter inmediato de
las obligaciones, ni constituye una justificación para no adoptar medi-
das, máxime en un caso como el de los autos, que no era un simple su-
puesto de violación del derecho a una vivienda digna, sino que involu-
craba también a un menor discapacitado. Así, se condenó al Gobierno
de la Ciudad a intervenir con sus equipos de asistencia social y salud de
manera integral respecto al niño, y a proveer a la madre de orientación
para la solución de las causas de su problemática habitacional y la ob-
tención de un trabajo.
Puede apreciarse, en efecto, que el fallo «Quisberth Castro» va mu-
cho más allá del fallo «Alba Quintana», pero lo hace invocando un con-
cepto (el de la razonabilidad) que se diluye al pasar de la teoría al caso
concreto, pues justamente eso es lo que hace: particularizar. Así, la
Corte renuncia a enjuiciar en abstracto las políticas públicas existen-
tes en la CABA, a pesar de que ello podría considerarse correcto en el
marco de un sistema de control de constitucionalidad difuso. Tampoco
analiza en realidad el respeto al contenido mínimo del derecho, su pro-
gresividad, la maximización de recursos o la igualdad. La Corte sólo
juzga si aquellas políticas eran idóneas o no para dar respuesta al caso
concreto de quien había solicitado el auxilio judicial, que además era de
extrema gravedad y con ramificaciones en varios derechos fundamenta-
les.
Por ello no es de extrañar que la situación haya quedado en cierta me-
dida encallada. En los fallos posteriores a «Quisberth Castro», lo que la
Corte Suprema analiza es si existe o no un caso de extrema vulnerabili-
dad social, como condición para estimar las pretensiones de amparo ha-
bitacional (62). Y tal situación extrema, buscando la «sustancial analogía»
con el caso referente, se ha entendido que sólo concurre cuando existen
graves problemas de salud o la persona es mayor de 60 años, y cuando
(62) En una línea ya consolidada, como recogen AZRAK, Isaac Damián y VALENTINI, Mariano G.,
«El derecho constitucional…
(63) Podría decirse, como han señalado BENENTE, Mauro y AGUIRRE, Matías Guillermo, «La exi-
gibilidad de los derechos económicos, sociales y culturales. Un estudio desde la perspectiva de la
gubernamentalidad» en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F., comp.), Derecho a la vivienda y litigio es-
tructural… en concreto en la pág. 143 que «los jueces de la Corte escogieron los casos más fáciles
de derecho a la vivienda, puesto que la situación de discapacidad de los/as demandantes o la exis-
tencia de menores a cargo los transformaban en conflictos más angustiantes».
(64) Lo que en cierto modo supone reconducir el derecho a la vivienda a una suerte de «versión
especial del derecho a la vida» tal y como apunta ETCHICHURY, Horacio Javier, «Derecho a la vi-
vienda: exigibilidad, dificultades y desacuerdos» en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F., comp.), Dere-
cho a la vivienda y litigio estructural… pág. 34.
(65) PAZOS, Josefina, «El regresivo…».
(66) A partir sobre todo de los casos «K.M.P.», «Veiga da Costa», «Valdez», «Abdala» y
«Blanco», todos de 2014.
(67) Por todos, y analizando el caso de la provincia de Buenos Aires, ARENAZA, Soledad y FAVA,
Ricardo, «Entre lo político y lo jurídico: arreglos institucionales en la justiciabilidad del derecho a la
vivienda en la Provincia de Buenos Aires» en VV.AA., La protección judicial de los derechos socia-
les en la Provincia de Buenos Aires, Ediciones de la Universidad Nacional de Lanús, 2016, págs. 19 y
ss., en particular pág. 21 (nota 10).
(68) RONCONI, Liliana, «La formación de operadores jurídicos y el acceso judicial a la vivienda» en
VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F., comp.), Derecho a la vivienda y litigio estructural… págs. 159 y ss.
(69) https://www.mpdefensa.gob.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=10635:la-ci-
tacion-del-estado-nacional-en-el-marco-de-amparos-habitacionales-que-tramitan-ante-la-justicia-de-
la-ciudad&catid=408&Itemid=858.
(70) El expediente y las decisiones judiciales en la causa «Mendoza» pueden consultarse en el Cen-
tro de Información Judicial de la CSJN: www.cij.gov.ar/riachuelo.html.
(71) CHELLILLO, Mauro, LÓPEZ, María Julia, ROYO, Laura, SAGASTI, Ignacio y TERRITORIALE, Agus-
tín, «Estado de situación de la causa “Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/ Da-
ños y Perjuicios —Daños Derivados de la Contaminación Ambiental del Río Matanza— Riachuelo”,
Revista institucional de la Defensa Pública de la CABA, 2014, núm. 6, págs. 17-21.
(72) CHELLILLO, Mauro, LÓPEZ, María Julia, ROYO, Laura, SAGASTI, Ignacio y TERRITORIALE,
Agustín, «El “QUÉ”. Las relocalizaciones en el marco de la causa Riachuelo y el derecho a la ciu-
dad», Revista institucional de la Defensa Pública de la CABA, 2014, núm. 6, págs. 23-40.
(73) TARBUCH, Laura, «Del derecho a la vivienda al derecho al hábitat. Estándares y estrategias de
reclamo y participación en la provincia de Buenos Aires» en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F., comp.),
Derecho a la vivienda y litigio estructural… págs. 223 y ss.
(74) Analizado en SALGADO, José María, DEGANO, Germán A., GARCÍA, Fernando y FRANCO, Da-
niela, «Proceso estructural y vivienda social. Estándares para el proceso colectivo de política pública»
en VV.AA. (BENENTE, M. y THEA, F., comp.), Derecho a la vivienda y litigio estructural… págs. 249 y ss.
(75) El caso es objeto de un número monográfico de la Revista institucional de la Defensa Pública
de la CABA, en concreto 2016, núm. 8.
(76) Analizado por CARMAN, María, LEKERMAN, Vanina, YACOVINO, María Paula y CAMPOS,
Nadia, «Producciones jurídicas desde arriba y desde abajo: el caso de la villa Rodrigo Bueno» en
VV.AA. (SCHEIBLER, G., coord.), Cuestiones de Derecho urbano. Asociación de Derecho Administra-
tivo de la CABA. Buenos Aires, 2017, págs. 155 y ss.
(77) Sobre las inconsistencias que genera en Argentina la fuerte influencia constitucionalista de
los Estados Unidos, en un país con un sistema de derecho civil europeo continental puede verse
OYHANARTE, Martín, «Litigios estructurales en perspectiva comparada», La Ley online, 2016
(AR/DOC/492/2016). Ciertamente, los remedios estructurales son un desarrollo lógico y previsi-
ble de la función creadora de normativa social de los jueces del common law, y si ya en los Es-
tados Unidos de Norteamérica estos han dado lugar a dificultades y limitaciones, las mismas se
agravan cuando pretende aplicarse la institución a un ordenamiento procesal civilista y de ope-
radores jurídicos formados en torno a nociones de tendencia europea continental, como ocurre
en Argentina.
(84) Sobre la necesidad de prestar atención a las actividades convergentes de órganos administra-
tivos y poder judicial ya se llamó la atención tempranamente en TOLIVAR ALAS, Leopoldo, Derecho
Administrativo y poder judicial. Tecnos. Madrid, 1996.
(85) RODRÍGUEZ DE SANTIAGO, José María, La ponderación de bienes e intereses en el Derecho
Administrativo. Marcial Pons. Madrid, 2000.
(86) A partir de ejemplos en el TJUE y el TEDH: FELIZIANI, Chiara, Giustizia Amministrativa, Ammi-
nistrazione e ordinamenti giuridici. Scientifica. Napoli, 2018.