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Capítulo 11

GEORGES VIERS
Director del Instituto de
Geografía de Toulouse
Los modelados en las calizas
compactas o modelados cársicos

Cuando las calizas compactas ocupan un puesto destacado en el relieve,


con espesores suficientes (de varios decámetros a algunos hectómetros),
el modelado llama la atención por unos caracteres que no se
encuentran en ninguna otra parte. Se multiplican los escarpes rocosos;
los valles, más escasos, muchas veces están secos; las mesetas están
sembradas de depresiones cerradas. De este tipo, los paisajes más extraños

Geomorfología y que antes llamaron la atención se encuentran en el norte de Yugoslavia: la


región del Karst. Se la ha tomado como prototipo de los modelados en
rocas calizas, y bajo el nombre de karst o de su forma italiana carso se
designan las regiones que tienen los mismos caracteres; por la misma
razón han pasado al vocabulario geográfico internacional algunos
nombres locales: dolina, uvala, poljé, hum, etc.

I. LAS FORMAS ELEMENTALES

i. Las grandes vertientes


478 91 Se pueden distinguir tres tipos de ellas, que corresponden a
medios climáticos distintos.
Los escarpes con mantos de derrubios predominan en los países tem-r
piados de Europa media, al norte del Mediterráneo: las gargantas
del Verdón, los valles de las Causses, el Jura o los Prealpes ofrecen
oikos-tau, s. a. - ediciones variados ejemplos. La roca está cortada a grandes panes geométricos
APARTADO 5347 - BARCELONA VILASSAR DE con espolones, grietas estrechas» desplomes; el pie de estos escarpes
MAR - BARCELONA - ESPAÑA está recubierto algunas veces por una vertiente de derrubios, a
veces cementados en brecha de pendiente.
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Las vertientes rocosas escalonadas son las más frecuentes


desde el Levante mediterráneo a Andalucía por las riberas
meridionales y en Grecia. Las formas en este caso ya no destacan la
estructura, como en el Jura o la Chartreuse. Las montañas son
pesadas, con vertientes rocallosas en las que la roca aflora y está
desmenuzada por la erosión. Muchas veces unas costras o
fragmentos de roca aglomerados en un cemento calizo de color rosa
salmón recubren las vertientes, reduciendo sus desigualdades.
Las torres con pináculos de los carsos tropicales constituyen un
último tipo, con paredes verticales esculpidas con largas acanaladu-
ras erizadas de pináculos de formas curvilíneas, sin el menor talud
de derrubios al pie, donde por el contrario a menudo existe un vo- 57. Lapiaz cubierto. Se ha omitido la vegetación
ladizo saliente.
Prealpes austríacos, en el Chablais (Désert de Platé), en los Pirineos
2. E1 esculpido de detalle (Arres d'Anie). Se distinguen dos modelados especiales que frecuen-
Cuando las rocas calizas afloran, generalmente muestran temente se interfieren. En el lapiaz de fractura la roca está rota por
unos esculpidos especiales debidos a la disolución: los lapiaz o las diaclasas en bloques geométricos; la disolución ha
lapiez1. Los lapiaz adquieren formas muy diversas, en relación ensanchado las grietas suavizando los ángulos. Estas grietas, a
con la naturaleza y el estado de las calizas, pero también con el menudo muy anchas (de 1 a 5 m) y muy profundas (de 3 a 15 m),
clima. Simplificando un poco se pueden distinguir algunos forman como un lapiaz gigante, los karren, típicos de este piso
tipos: montañoso. F,n lo\ lapiaz de arroyada la roca compacta está surcada
de estrechos y simio sos regueros adaptados únicamente a la
Los lapiaz cubiertos en los que las rocas denudadas emergen de pendiente y a las irregularidades de los bloques: es donde más clara
un suelo y de una vegetación discontinuos. En medios se ve la solubilidad de la roca (fig. 58).
subalpinos, en las mesetas del Jura, en los Prealpes, en el piso
de los abetales, se alinean las cabezas de rocas de contornos Los carsos de pináculos todavía son más extraños: la masa
achatados, separados por trincheras, de algunos decímetros de caliza se dispone en columnas puntiagudas y macizas, de varios
anchura, llenas de tierra rojiza y en donde crece la hierba y los metros de altura. Se encuentran en los países tropicales, pero
árboles (fig. 57). En los países mediterráneos, principalmente en también, fosilizados por depósitos antiguos, en la zona templada,
las vertientes escalonadas, hay mucho más desorden; las en la costa cantábrica principalmente, en donde una arroyada
muestras de vida se reducen a algunas grietas o bolsones en los reciente los ha podido exhumar; son herencias bien visibles.
que arraigan los pequeños arbustos de la garriga; las rocas
están cinceladas, muchas veces con agujeros redondos como
los del queso de gruyere. 3. Las depresiones cerradas
Los lapiaz denudados son característicos de los medios fríos
y muy nevosos; se encuentran en los carsos altoalpinos: en En este caso se trata de formas de grandes dimensiones que
los pueden ser cartografiadas a 1: 20.000 o a 1: 50.000. 2
1
Debe pronunciarse lapiá o lapié; son palabras del Jura intercambiables. Los 2 Los karren también aparecen en los mapas topográficos al 1 : 50-000. Hojas de

geo-morfólogos algunas veces dan el nombre de lapiez al cincelado de detalle y Larrau, de Cluses, del mapa topográfico francés.
lapiaz a un campo de lapiez. La voz castellana equivalente es leñar.
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de terra rossa, tierra rojiza que los campesinos cultivan como en los sotchs
de las Causses francesas; algunas miden 5 m 2, con 3 plantas de maíz, y
otras 50 áreas, divididas en varios campos. Se conocen vastas dolinas
circulares de pozo, con bordes abruptos, profundas hasta los 100 m y más
en Eslovenia y en Castilla («Las Torcas» de Cuenca). En el piso
subalpino, las dolinas están forradas de suelo y hierba. Más arriba sus
paredes son rocosas; a 1.500 m de altitud, en el monte Lovcen de
Montenegro, se juntan, estando sólo separadas por agudas aristas. Se
llaman uvalas las depresiones de ..trazado complicado, producidas a veces
por la coalescencia de dolinas vecinas. Cuando en los países muy
lluviosos las dolinas se ahondan rápidamente, el arrancamiento del suelo
y la ruptura de la cobertura vegetal indican la presencia de asentamientos
rápidos en profundidad: son formas de transición hacia la sima.
Las simas (fr. aven; cat. avene] ponen en comunicación la superficie y
las galerías subterráneas del carso. Generalmente se trata de aberturas
estrechas pero que se ensanchan hacia abajo, como las chimeneas de las
casas de campo: la entrada de la sima de Lépineux (Basses Pyrénées), en la
que sólo podían entrar las chovas3, es un pozo vertical de 350 m de
profundidad que da acceso a un red inmensa de salas y galerías. Se trata
de pozos de disolución, que no se deben confundir con las simas de
58. Lapiaz de arroyada. Espaciado de los surcos: de 0'30 a 1 m
hundimiento, como la de Padirac, debidos al hundimiento de los techos de
salas hipogeas. Los grandes desniveles recorridos por los espeleólogos
Las dolinas tienen tamaños tan variados como sus formas (fig. 59). (más de 1.000 m en los Prealpes), se dividen en pozos verticales
Hay dolinas de embudo que no tienen más de un metro de diámetro y separados por galerías inclinadas o en rellanos. La excavación de las
otro tanto de profundidad; otras pueden tener hasta 100 m por una simas aptas para ser exploradas es un asunto muy antiguo, ya que sólo
profundidad de 10 m. Las dolinas de cubeta tienen vertientes muy absorben las aguas nivales o pluviales, no demasiado abundantes.
cortas, no siempre pronunciadas, y un fondo llano tapizado Muchas de ellas, situadas a grandes altitudes, parece que fueron
formadas por hundimientos proglaciares estacionales durante el período
frío del Cuaternario.
Los poljés* son grandes depresiones tectónicas, depresiones sin-clinales.
o «vaux», o fosas de hundimiento, valles de ángulo de falla, etc.,
modelados por los procesos cársicos (fig. 60 ). En ellas se pasa a la
escala del kilómetro, o quizá del miriámetro; si el poljé de Caille
(Alpes Maritirnes) no tiene más que 300 hectáreas, el de
8
Chova: pequeño cuervo de montaña.
* Poljé: palabra yugoslava (se pronuncia polié).

Tipos de dolinas. A, de cubeta; B, de embudo; C, de pozo; D, uvala


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60. Modelo de un poljé. Superficie de erosión rocosa con lapiaz y dolinas. Llanura de
acumulación con avenamiento y hums

Livno, en Bosnia, mide 50 km de longitud por 5 a 10 de anchura.


Además, mientras las dolinas, por grandes que sean, no conocen más
que la arroyada difusa en el momento de las lluvias o al fundirse la nieve,
los pojjés tienen una o varias corrientes tributarias que los recorren
totalmente o en parte, pero que sólo salen de ellos mediante conductos
subterráneos (íig. 61). Cuando los caudales superficiales rebasan la
capacidad de desagüe de las grietas o de los pozos absorbentes, el fondo
de un poljé puede inundarse; cada invierno, o incluso en verano después
de precipitaciones importantes, muchos poljés se transforman en lagos:
en Yugoslavia (Glamoc, Popovo, Planina), en la región de Sault (Aude).
Los poljés mayores tienen un fondo de topografía compleja: un piso
rocoso muchas veces inclinado, agujereado por dolinas y con lapiaz,
está de 10 a 25 m más alto que un piso aluvial encajado. En este último
pueden encontrarse otras dolinas. Los relieves residuales con que están
salpicados algunos poljés (Skadar, Montenegro) son hums de formas
suaves o atrevidas, como «montones de heno», o cónicos. No debe
confundirse un vasto uvala con un poljé, aunque este sea pequeño: el
primero no está ni ha estado nunca recorrido por un río; su modelado, su
génesis y su evolución no tienen nada en común.

II. LA CIRCULACIÓN DEL AGUA


El carso es silencioso; el agua corriente es escasa, y muy pronto es 61. Red hidrográfica del Karst
engullida en las grietas de la masa caliza. En la superficie sólo se 1, exsurgencia o resurgencia; 2, ponor; 3, poljé inundable;
la dirección de las corrientes subterráneas está dibujada a trazos
mantienen grandes corrientes fluviales...
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I. La red subaérea
chadas por la disolución. En la época en que la espeleología estaba en sus
Los cañones. La arroyada superficial se concentra fuera de la región balbuceos, se imaginó que los ríos ausentes del carso habían existido
caliza; la mayoría de los ríos del carso son alóctonos: el Tarn y el Lot, en anteriormente y que se habían enterrado en el mismo lugar, en la
las Causses, el Pivka en Eslovenia. Cuando los valles alcanzan en vertical de los valles o de las depresiones secas. Ahora se sabe que no ha
profundidad las capas arcillosas o margosas, la corriente se mantiene en la sido así: las aguas del Carona de Joeu pasan debajo de un valle antes de
superficie. Pero el valle, sin afluentes subaéreos, corta los relieves en una resurgir en el flanco de la ladera del otro lado; las que alimentan el Saison
garganta de bordes abruptos llamada cañón. Los cañones de los Pirineos (Basses Pyrénées) siguen un gran sifón bajo dos profundos cañones
vascos: Holzarté, Kakoueta, de una profundidad de 150 a 300 m y una recorridos por arroyos subaéreos.
anchura de 15 a 50 m en la parte superior, son formas excepcionalmente
estrechas. La reaparición del agua se hace mediante exsurgencias (caso de la desaparición
difusa) o por resurgencias (caso de las pérdidas de ríos). El Pivka se pierde y
El desvanecimiento del agua. Algunos ríos que entran en el carso reaparece de este modo por lo menos dos veces en Eslovenia (fig. 61). A estas
desaparecen en él por pérdidas: el Pivka se precipita totalmente mediante reapariciones se las llama fuentes vauclusianas; algunas de ellas son
una cascada en un agujero abierto cerca de la entrada de las grutas de intermitentes, y se explican por el cebado y desencebado de los sifones
Postojna (Eslovenia); pero el Doubs y el Loira sólo pierden parte de sus (fuentes de Vaucluse; Fontestorbes, en Belesta, Ariége). En una estructura
aguas en las grietas camufladas por los aluviones. Al final de los valles ciegos horizontal, cuando la fuente está instalada en banco margoso, el excavado y
se realizan pérdidas totales; son valles sin continuación topográfica aguas el hundimiento de los escarpes calizos han sido más rápidos que en los
abajo. La mayoría se efectúan en el borde rocoso de algún poljé por las alrededores. De este modo se han formado los retrocesos, que es el caso
aberturas llamadas embudos, emposieux en el Jura, ponors en el Karst De inverso de los valles ciegos: Arbois y Baume-les-Messieurs, Jura; Autoire,
todos modos, la masa del agua subterránea proviene de la infiltración Lot. Algunos pseudocircos «glaciares» (Gavarnie, Cotatuero en los Pirineos;
inmediata del agua de ías precipitaciones por miles de grietas de los lapiaz o Fer-á-Cheval de Sixt en Chablais) no son otra cosa que gigantescos
del fondo de las dolinas. retrocesos mal remodelados por el hielo que antaño los llenó. En el fondo
de muchos retrocesos el agua surge bajo anchos pórticos: el Lison, el Loue en
2. La red subterránea el Jura, el Bidouze en los Basses Pyrénées, el Ombla en Dubrovnik
(Croacia). No es extraño que, bajo la acción de algas acuáticas, se precipite
La circulación profunda. Las redes cársicas no siguen ías leyes de las el calcio disuelto: son las fuentes petrificantes en cuyos bordes se pueden
corrientes al aire libre. Son mucho más anárquicas que jerarquizadas, aunque acumular travertinos en cantidades bastante considerables para llegar a cerrar
también pueden notarse en ellas grandes concentraciones: el Sella, en los los valles. Los lagos y las cascadas de Plitvice y de Krka (Croacia) deben su
Alpes del Friul, tiene un caudal medio de 37 ms/s. Pero algunas origen a estas barreras.
experiencias de coloración han revelado que las aguas desaparecidas en
determinado punto pueden reaparecer rn distintos lugares alejados varios
kilómetros. Si bien existen ríos subterráneos que pueden seguirse durante III. LOS TIPOS DE CARSO
mucho trecho por vastas galerías navegables (Labouiche, Ariége; Padirac,
Lot), la mayoría no poseen más que tramos separados por túneles Si no se olvida que un paisaje lleva el sello de la estructura y de los
completamente inundados o incluso por conductos en sifón. Toda la red sistemas de erosión que lo han modelado, se comprenderá fácilmente que
subterránea, seca o no no s e ajusta al cañamazo geométrico de las fracturas exista una gran variedad de paisajes cársicos. Nos vamos a limitar a cuatro
ensan- ejemplos típicos.
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1. Los carsos prealpinos


Los carsos prealpinos, en el piso de los prados y de los bosques, son
carsos cubiertos, de montaña media húmeda; el Jura, los Prealpes del norte,
por debajo de los 1.500 m, buena parte de los carsos esloveno y bosnio
forman parte de este caso. Los lapiaz están medio enterrados, las dolinas son
herbáceas y con pendientes suavizadas; los poljés son abundantes,
inundables, pantanosos o turbosos, hecho que indica que los cursos de agua al
aire libre tienen un gran papel, algunas veces fragmentados por pérdidas. Los
límites están forrados por grézes producidas por la gelifracción cuaternaria y
se han difuminado los contornos y colmatado muchas grietas y contribuido
al terraplenado de los poljés.
62. Carso de torrecillas en el sur de China. Altura; de 130 á 300
2. Los carsos altoalpinos m
Los carsos altoalpinos, poco accesibles a los turistas, son menos conocidos.
En este caso la roca desnuda aflora por doquier, muchas veces surcada por el 4. Los carsos tropicales
paso de los glaciares, ya que nos encontramos a más de 2.000 m; asimismo
los karrens reemplazan a las dolinas. En los pozos de nieve, las coladas de Los carsos tropicales ofrecen paisajes extraordinarios y muy variados.
grava son progresivamente «digeridas» por la disolución. Las altas cumbres Ora ofrecen una maraña de colinas puntiagudas, las Mil Montañas de China
de los Prealpes, tanto en Francia como en Austria (Dachstein, Steinesmeer), meridional, ora unos altos relieves residuales en forma de quilla o de
los macizos de Anie y del Monte Perdido en los Pirineos, las regiones ele- torrecilla5 dominan desde un centenar de metros los fondos llanos donde el
vadas de los Alpes dináricos (Velebit, Durmitor), ofrecen este modelado de avenamiento es subaéreo (fig. (»2). Pero varias torrecillas próximas pueden
carso nival denudado, totalmente desprovisto de aguas corrientes. rodear depresiones cerradas, en forma de pozos de planta irregular, y los
ríos atraviesan paredes e incluso torrecillas por túneles. Los peñascos de la
3. Los carsos mediterráneos bahía de Along, en Vietnam, son torrecillas cársicas anegadas parcialmente
por el mar. Existen aún otros tipos, algunos muy clásicos, con dolinas
Los carsos mediterráneos, en la montaña media seca, presentan por ejemplo.
combinaciones originales debidas a herencias. Es muy posible que la
denudación de las vertientes sea resultado de un roce reciente de lapiaz
IV. LOS PROCESOS DE ELABORACIÓN
enterrados, por efecto del despoblamiento forestal y de la consiguiente
erosión de los suelos. En este caso coexisten los lapiaz medio o completamente Antes lo hemos mencionado ocasionalmente: lo esencial es la disolución
denudados y las dolinas; los poljés, rellenados con abundancia de gravas, de la caliza; pero esta actúa en condiciones variadas y variables, y otros
muchas veces constituyen extensiones desecadas en verano y desoladas: los de factores b procesos interfieren con la disolución.
los Prealpes de Grasse (Plan du Cheiron) y los «piani» de los Abruzos son un
buen ejemplo de ello. El agua es escasa por doquier. I. Las condiciones fisicoquímicas inherentes a la caliza
La disolución. En agua pura la disolución de la caliza es insignificante.
Sólo las aguas acidas son agresivas, tanto si están cargadas
5
En alemán turm-karst.
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La geomorfología estructural Los modelados en las calizas compactas

de ácidos orgánicos procedentes del humus como de ácido carbónico (CO3H2)


procedente de la disolución del gas carbónico; este procede del aire y a veces
también de la descomposición de plantas. ("OÍDO sea que el gas carbónico es
más soluble en frío que en caliente, el agua fría, especialmente la que procede
de la fusión nival, es muy agresiva. La caliza, que es un carbonato de calcio, y
el ácido carbónico se combinan formando un bicarbonato calcico soluble,
aunque inestable:

CO 3 Ca + CO 3 H 2 ;=± (CO 3 H 2 ) Ca.

En el interior de las grutas, los cambios de presión y de temperatura a la


salida de las grietas descendentes provocan que el gas carbónico se
desprenda, lo que postula la reacción contraria y la precipitación del
carbonato calcico que cristaliza en concreciones: estalactitas y estalagmitas,
colgaduras y revestimientos estalagmíticos.
Las calizas, rocas compactas y con diaclasas. El azúcar, desmenuzado en la taza,
«se funde» más pronto. En los bloques calcáreos sin grietas, los lapiaz de 63.
arroyada no se profundizan deprisa. En cambio, la multiplicidad de las Plano de la gruta de Bramabiau, según E. A. Martel: adaptación a las fracturas
diaclasas y de las juntas de estratificación aumenta enormemente los contactos
entre la roca y el agua. La carsificación pone de relieve el sistema de
fracturación geométrica que los escarpes sencillos, en las crestas y en las Carsos nivales y carsos tropicales. La agresividad del agua fría no puede
paredes de los cañones, ya han mostrado con evidencia. Son las alineaciones de negarse, y explica el vigor de los carsos altoalpinos. Pero el volumen
los lapiaz y de los karrens (estos últimos recuerdan desde lejos unos juegos erosionado en los carsos tropicales no es pequeña: los turm-karsts dan
de cubos derribados), las hileras de doíinas sabiamente alineadas en largas prueba de ello. Para minimizar este hecho se ha replicado que se trataba de
formaciones en determinadas praderas pirenaicas o bosnias, los pretendidos carsos muy antiguos en los cuales la disolución había podido trabajar con
«valles» desorganizados por el carso y que en general no son más que calma. Pero en Europa, que no es cálida desde el principio o desde mediados
largos surcos de disolución muy antigua siguiendo grandes fracturas que del Cuaternario, puede observarse que los carsos desarrollados en las
han triturado la caliza. También son las redes subterráneas muy angulosas, y topografías elaboradas a principios del Cuaternario no tienen la amplitud
bien adaptadas a la red de las grietas visibles en la superficie (fig. 63). Una vez de los carsos cuya evolución se remonta al Terciario, período cálido. Así
más, la erosión y sus procesos tampoco han podido sustraerse del contexto pues, el período frío no ha sido más eficaz que los períodos de clima cálido
estructural. que lo precedieron. En realidad, el punto de vista del geógrafo no es el
mismo que el de un químico ni el de un climatólogo; no considera
aisladamente los fenómenos meteorológicos, sino el medio bioclimático. Las
2.. Los factores climáticos aguas acidas de los bosques tropicales o subtropicales son seguramente tan
Cuando un carso es bien visible presupone ya unas herencias, incluso eficaces como la «soda» subnival.
aunque las formas permanezcan vivas. Han tenido lugar largas discusiones La multiplicidad de las herencias. Las formas típicas del carso —dolinas y
referentes a los tipos de clima más favorables a la clasificación. poljés— manifiestan las diversas acciones que enseñan la
La geomorfólogía estructural

complejidad de su evolución. Las grandes dolinas de tipo prealpino, de varios


decámetros de extensión, tapizadas de derrubios, de suelo y de hierba, tienen
su fondo perforado por una segunda generación de pequeñas dolinas de 1 ó
2 m de diámetro, lo mismo que los terraplenados de los poljés, por lo
menos en su parte no inundable. Todo indica que dos fases de carsificación
«normal» han estado separadas por un período de aforamiento de Jas grietas
cársicas bajo el doble efecto de fríos intensos que helaban el agua y
producían gran cantidad de derrubios por crioclastia. En otras partes muchas
formas del modelado de los países calizos —las vertientes escalonadas
mediterráneas, las superficies llanas con aspecto de pedimento, la parte
superior ensanchada de los cañones— evocan una erosión mecánica activa en
la que los transportes sólidos (y no únicamente en disolución) tenían un
importante papel. De este modo se llegan .\ ver, en los modelados cársicos,
los efectos alternantes de la biostasia que permite una corrosión profunda de
las calizas y de la rexistasia que atañe a las rocas perforadas y minadas por
todas partes, sin hablar de las fases frías pero húmedas, tan eficaces como
lo demuestran los karrens alpinos. Todo ello explica suficientemente que no
existo una evolución cársica o un carso ideales, sino, según las regiones
estructurales y los dominios o los pisos bioclimáticos, varios cansos y varias
evoluciones particulares.

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