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Anexo
Anexo
Las técnicas de estudio, son herramientas o recursos que tienen dos finalidades:
A) Asegurar la comprensión de un tema o un texto.
B) Poder estudiar, memorizar y poner en práctica lo aprendido.
Comprender un texto, una exposición oral o un video, por ejemplo, significa que somos capaces de
responder preguntas acerca de lo que hemos escuchado u observado, así como también, comunicarlo a
otras personas.
En este apartado presentaremos algunas de las técnicas de estudio que hemos venido trabajando a lo
largo del año, incluyendo sus pasos, para que logres utilizarlas y se conviertan en una especie de “caja
de herramientas” a la que puedas recurrir, cada vez que debas estudiar.
Para reconocer la idea principal de un párrafo, por ejemplo, debemos preguntarnos: ¿De qué trata
principalmente? ¿Sobre qué está hablando?
“Los seres humanos, por nuestra nutrición, somos heterótrofos. Esto quiere decir que necesitamos
sustancias orgánicas provenientes de otros seres, porque nosotros mismos no somos capaces de
fabricarlas.
En cambio, las plantas, son autótrofas, pues tienen la capacidad de producir su propio alimento.”
“Los mosquitos son insectos que se alimentan de sangre. Cuando pican a una persona o a un animal,
extraen con su aguijón una gota de sangre, pero también introducen una gota de su saliva que contiene
alérgenos, es decir, sustancias que producen alergia, la cual se manifiesta a través de la roncha y la
picazón.”
Luego de resaltar ideas principales, podrás resumir el texto, utilizando variadas técnicas:
Resumir consiste en explicar con las propias palabras las ideas principales del texto que queremos
acortar o reducir.
Pasos:
1. Leer el texto tantas veces como sea necesario, hasta que logres comprenderlo. (Utilizar un
diccionario si hace falta).
2. Subrayar o resaltar las ideas principales.
3. Descubrir “palabras claves”.
4. Redactar con nuestras propias palabras, de forma clara y precisa, las ideas principales enlazándolas
con nexos que permitan darle coherencia y sentido.
Estas dos técnicas de estudio son muy similares. Ambas son útiles al momento de estudiar y resumir
ideas.
El mapa conceptual:
Veamos un ejemplo:
El mapa mental, en cambio, es una herramienta más creativa y menos estructurada. Por lo general
emplea palabras y no conceptos o definiciones.
Veamos un ejemplo: