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“Transformar la educación”

Proyecto: Autonomía en Primer Grado.

Resulta para mi necesario, hacer un balance y un proceso de evaluación, como


respuesta a la propuesta de “transformar la educación” en nuestro establecimiento educativo.

Hace ya unos meses, venimos reuniéndonos en varias oportunidades, repensando


juntos estrategias y recursos que nos permitan mejorar nuestras prácticas. Hemos acordado
que la AUTONOMÍA es un aspecto que podemos y debemos fortalecer en primer grado. A mi
parecer, debe poder desarrollarse y trabajarse a lo largo de toda la primaria, en diferentes
ámbitos y escalas.

Haciendo un proceso de auto-evaluación y teniendo en cuenta las características


evolutivas y psicológicas de los niños de primer grado, puedo pensar varias propuestas para
fomentar la autonomía. Algunas de ellas, están condicionadas por aspectos que deben ser
evaluados y aceptados por la institución. En el siguiente cuadro establezco oportunidades de
trabajo y sus condicionamientos:

Se podría Si…
Incorporar una serie de “desafíos” (Ejercicios Esto sería posible, en la medida en que
que puedan resolver con total autonomía, al dispongamos de una cantidad de fotocopias
finalizar las actividades básicas, aquellos por grado, más amplia.
niños que las hayan completado con mayor
rapidez).
Estos desafíos incluirían una profundización o
revisión de temas o habilidades abordadas en
las diferentes áreas. Además, se dispondrán
en una mesa especial. Cada niño elegirá qué
desafío quiere realizar.
Tal vez, para el año que viene, se podría
diseñar un “boocklet” de desafíos.
Diseñar “pases para ir al baño”. Dos por aula. Ya lo estamos implementado
La idea es que los niños elijan qué momento
es mejor para salir del grado, organizando
sus propios tiempos y ritmos.
Diseñar “Exit Tickets” o “Tickets de salida”, Esto sería posible, en la medida en que
tal vez uno por semana, para facilitar el dispongamos de una cantidad de fotocopias
proceso de metacognición y que los niños por grado, más amplia.
puedan evaluar qué han aprendido y cómo
lograron hacerlo.
Organizar los materiales, para que cada niño Sería posible si contáramos con el mobiliario
pueda responder por ellos y cuidarlos, y el espacio necesario. Se pueden organizar
buscarlos cuando sea necesario o guardarlos cubos individuales o repisas con las etiquetas
si no los requieren. correspondientes para ello, percheros,
espacios donde dejar las mochilas. (Tal vez
para el año próximo)
Planificar y trabajar “habilidades básicas por Creo que es de importancia trabajarlos,
grado”. Aunque parezca estar claro, hay porque son habilidades que traspasan los
habilidades que los niños, al ingresar a primer límites escolares. Son necesarias para la vida
grado, por ejemplo, aún no han desarrollado: y la organización individual y en sociedad.
el manejo de la tijera y del espacio (en los Pasamos mucho tiempo atando cordones o
bancos, en el cuaderno), el atado de sacando punta, limpiando narices o ayudando
cordones, sacar punta a los lápices, limpiarse a ubicarse espacialmente a los niños.
o lavarse correctamente (nariz, manos, cara, Esto sería posible, si todas estas habilidades
dientes…), aspectos de motricidad (gruesa y pudieran ser comprendidas dentro de la
fina)… planificación y de los tiempos de clase.
Al inicio de cada bloque (o proyecto, el año Se podría implementar, siempre y cuando se
próximo), se podría incluir una especie de respetaran las individualidades de cada grupo
“hoja de ruta” consensuada con los niños. y no existiera una única planificación por
Un análisis previo de lo que queremos y lo grado.
que vamos a aprender y para qué. Actualmente todos los grupos que
En los momentos de inicio del proyecto, pertenecen al mismo grado, trabajan en base
podremos recabar información sobre saberes a una planificación que debe ser acordada y
previos, intereses y gustos de los niños y seguida por todas las docentes.
trabajar en base a ellos. Si existiera la flexibilidad suficiente, podría
Que sea visto como un “consenso” permitirá implementarse a partir del año próximo.
una mayor motivación y compromiso con el
trabajo diario.
Realizar al final de cada bloque (o proyecto
en el año próximo) una actividad de auto-
evaluación por parte de los niños.
Respetar los tiempos individuales de cada Deberíamos contar con actividades
niño, sus capacidades, fortalezas y adaptadas y más flexibles. Además con la
obstáculos. Aprender a planificar en base a la ayuda de alguna HELPER de forma constante.
heterogeneidad y las inteligencias múltiples, Ocurre que las helpers están abocadas a una
para que todos puedan progresar realizando multiplicidad de tareas que desbordan su
su propio camino. ayuda en el aula y muy pocas veces pueden
acompañarnos en este sentido.

Para tener en cuenta:

Este año, comenzamos a trabajar con “aprendizaje cooperativo”, cuyo lema es


“Aprendemos juntos a hacerlo solos”.

Luego de las observaciones que han realizado de algunas clases de primer grado, ciertas
devoluciones no coinciden con la meta del “aprendizaje cooperativo” con la que estamos
trabajando:

 Debemos sentarlos en grupos, para que trabajen y discutan unos con otros, para que
se ayuden y compartan estrategias.
 Los grupos deben ser heterogéneos para que los alumnos que tienen más facilidad,
puedan ayudar a quienes necesitan más guía.
 Las opiniones o los trabajos propuestos deben realizarse de manera conjunta (todos
trabajan sobre lo mismo, al mismo tiempo, sin tener en cuenta las dificultades propias
de cada uno, pues lo hacen con el otro).

Por lo tanto, si bien pueden ser metas u objetivos complementarios, no debemos dejar
pasar que venimos trabajando en base a otro proyecto. Es por ello que tal vez, las clases
planificadas y observadas estén pensadas más en base al “aprendizaje con otro” que a la
autonomía.
Lo que podemos hacer, desde mi punto de vista, es planificar espacios en los que se
promuevan “aprendizaje cooperativo” y la interdependencia positiva e instancias en las cuales
deban trabajar con “autonomía” e independencia.

Creo que no debemos minimizar, el hecho de que cada docente sabe qué necesita su
grupo y cada uno de sus alumnos. Algunos niños necesitan guía o ayuda, poder compartir sus
estrategias y opiniones, ganar seguridad con la aceptación del otro… Otros, en cambio,
necesitan comenzar a trabajar con mayor seguridad en sí mismos y en sus capacidades.

Las estrategias, teorías y prácticas en las que sustentamos nuestro trabajo diario, incluyen
por supuesto, visiones diferentes de los niños en sus múltiples aspectos: social, individual,
psicológico, madurativo, cultural…

Comprendemos que cada alumno es un ser irrepetible y único y por lo tanto las estrategias
que pueden servir para favorecer el proceso de aprendizaje de uno, pueden ser insuficientes
para el proceso de otro.

Por lo tanto, como profesionales de la educación, creemos que es de suma importancia


que nuestras fundamentaciones y nuestras visiones sean tenidas en cuenta.

“Para poder transformar una realidad, primero hay que conocerla, palparla, comprenderla y
vivirla. Se necesita realizar un verdadero diagnóstico, que arroje datos auténticos sobre la
realidad en las aulas.”

Con esto me refiero a que debemos ser capaces de reconocer, que ninguna práctica o
teoría puede ser definida como obsoleta, antes de analizar y escuchar la mirada y la meta que
está en principio, planteada por la docente que conoce la realidad institucional y áulica.

Por otro lado, la “autonomía” es una capacidad que necesariamente hay que APRENDER y
por lo tanto, es nuestro deber enseñar y fomentar.

“La autonomía como capacidad se refiere al conjunto de habilidades que cada persona tiene
para hacer sus propias elecciones, tomar sus decisiones y responsabilizarse de las
consecuencias de las mismas. La autonomía se aprende, se adquiere mediante su ejercicio,
mediante el aprendizaje que proviene de uno mismo y de la interacción social. Se trata, así
pues, de un ejercicio directo de las propias personas y desde su propio control que se aprende.”
(López Fraguas y Cols 2004)

Paulo Freire, en sus libros: “Pedagogía del oprimido” y “Pedagogía de la autonomía”


expresa que es el docente quien debe guiar el pensamiento crítico y propiciar situaciones,
siendo ejemplo, que fomenten la autonomía de sus alumnos.

Algunas de sus ideas, refuerzan mi concepción respecto del “desarrollo de la autonomía”:

En verdad, mi papel como profesor, al enseñar el contenido a o b, no es solamente esforzarme


por describir con máxima claridad la sustantividad del contenido para que el alumno lo grabe.
Mi papel fundamental, al hablar con claridad sobre el objeto, es incitar al alumno para que él,
con los materiales que ofrezco, produzca la comprensión del objeto en lugar de recibirla,
integralmente, de mí.”(El docente como guía para motivar el pensamiento crítico y la
reconstrucción. Lo ponemos en práctica cada vez que les pedimos a los niños que compartan
estrategias y comparen la mejor o la más óptima de acuerdo al contexto.)
“Tal es la concepción “bancaria” de la educación que el único margen de acción que se ofrece a
los educandos es el de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos.” (En este sentido, nuestra
práctica como docentes transformadores, es justamente la contraria. No se apoya la
concepción “bancaria” sino reconstructiva. Aprendemos para analizar, juzgar y recrear a partir
de nuestras experiencias con el medio y con los otros, como parte fundamental de nuestro
proceso de aprendizaje)

“Cuanto más se les imponga pasividad, tanto más ingenuamente tenderán a adaptarse al
mundo en lugar de transformar.” (Me animo a afirmar que ninguna de nosotras impone
pasividad, por el contrario, ofrece desafíos que abren puerta a discusiones o cambios de
opiniones. Brindamos tiempos y espacios para que cada niño exponga, si así lo quiere, sus
opiniones, preferencias y recursos .Por ejemplo al momento de crear historias, utilizando
estrategias de Gianni Rodari o al resolver situaciones problemáticas.)

“Los niños precisan tener asegurado el derecho de aprender a decidir, cosa que sólo se hace
decidiendo.” (En primer grado pueden decidir mucho, pero también es necesario que como
parte constitutiva de una organización social, acepten ciertas normas de trabajo y las
incorporen. Es el caso por ejemplo de rutinas, hábitos que favorecen el orden, la comunicación
y el respeto.)

“Es necesario que el niño aprenda que su autonomía sólo es genuina cuando presta atención a
la autonomía de los otros.” “Puedo saber tanto pedagogía, biología como astronomía, puedo
cuidar de la tierra como puedo navegar. Soy persona. Sé qué ignoro y sé qué sé. Por eso, tanto
puedo saber lo que todavía no sé cómo puedo saber mejor lo que ya sé. Y sabré tanto mejor y
más auténticamente cuanto más eficazmente construya mi autonomía respecto a los otros”.
(Esta es una idea primordial. Sé de lo que soy capaz, de lo que conozco y sé, cuando reconozco
y observo la autonomía de los demás. El concepto de autonomía se reconstruye con los
demás).

“Nadie es sujeto de la autonomía de nadie. Por otro lado, nadie madura de repente, a los 25
años. Las personas van madurando todos los días, o no. La autonomía, en cuanto maduración
del ser para sí, es proceso, es llegar a ser. No sucede en una fecha prevista.” (Tengamos esto en
cuenta al momento de juzgar o evaluar esta capacidad. Requiere necesariamente de un
proceso madurativo, que no ocurre en todos los niños al mismo tiempo. Hay niños que están
emocional y madurativamente preparados para ser autónomos y otros que por diferentes
motivos no pueden desarrollar el mismo nivel de autonomía que sus pares, aun teniendo la
misma edad o enfrentándose a situaciones similares.)

La práctica de navegar implica la necesidad de saberes fundamentales como el del dominio


del barco, de las partes que lo componen y de la función de cada una de ellas, como el
conocimiento de los vientos, de su fuerza, de su dirección, los vientos y las velas, la posición
de las velas, el papel del motor y de la combinación entre motor y velas. En la práctica de
navegar se confirman, se modifican o se amplían esos saberes. (Frase central, en la que baso
mi fundamentación sobre el trabajo en primer grado con la autonomía. Para trabajar con
autonomía, se necesitan bases, saberes, estructuras, análisis. No podemos esperar que un
niño trabaje y elija con libertad, si no cuenta con las herramientas y estrategias necesarias
para hacerlo. La autonomía debe enseñarse, debe ser gradual, progresiva. Debemos ser
conscientes de que aprender a trabajar solos, tomando decisiones y regulando nuestras
acciones, requiere aprender a hacerlo. Estas habilidades se aprenden y se refuerzan con
ejemplos, con charlas, con puestas en común, con apoyo de la docente y de los pares.)
Por todo ello y a modo de cierre, me parece necesario en primer lugar, aprender a
escuchar y a observar. Tomar sólo una parte de la realidad áulica (observando una hora de
clase) no permite realizar una valoración justa del verdadero trabajo que los niños y docentes
realizamos a diario.
Estamos centradas en el aprendizaje y el desarrollo individual de cada uno de nuestros
alumnos. Nosotras sabemos que ello, necesita tiempo, paciencia, dedicación, innovación.
Necesita de nuestra auto-evaluación constante y de mostrarnos flexibles a todo aquello que
permita que nuestros niños crezcan como personas críticas y autónomas.
Estamos abiertas a los cambios y a las propuestas de mejora. Pero pedimos que no
dejen de lado nuestras observaciones y los fundamentos de cada actividad (planificada o
espontánea) que realizamos con nuestros alumnos.
Somos conscientes del gran desafío que tenemos en nuestras manos, es por esta razón
que abrimos las puertas de nuestras aulas, escuchamos devoluciones e incluimos nuevas
estrategias, pero también somos conscientes que la heterogeneidad que siempre existe en
cada aula, nos enfrenta a repreguntarnos y revisar qué prácticas son las mejores en el proceso
individual de cada uno de nuestros niños.
Que una actividad resulte o parezca más guiada que otra, no quiere decir que no
busquemos la autonomía de los niños. Todos trabajan como pueden y brindamos espacios
para que se expresen a partir de lo que saben. Pero también sabemos que para incorporar
nuevas herramientas, debemos primero presentárselas.
Es a partir de la diversidad de opciones, de ideas, de pensamientos, de ejemplos, de
acciones… que se vuelve posible poder elegir.

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