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EL PRINCIPIO

El surgimiento del vídeo responde a dos circunstancias: una de carácter técnico, ya que se
hizo posible gracias al desarrollo de la tecnología de captación de imágenes a través de
sistemas de transmisión electrónica; otra vinculada a la necesidad que al filo de la década
de los sesenta sintieron muchos artistas de explorar nuevos medios de expresión distintos a
los usados tradicionalmente. Para entender sus historias tendremos que conocer por un
lado los fundamentos técnicos que lo diferencian de otros medios de captación de
imágenes en movimiento, y por otro qué circunstancias socio-políticas y culturales, como la
exposición de la cultura de masas. Lo que lo diferencia con el cine es la inmediatez en
cuanto a registro y almacenamiento de la información.
El video no requiere procesarse y editarse, aspecto que lo hace considerable económico y
lo dota de una espontaneidad e inmediatez que fue fundamentalmente para los primeros
artistas en usarlo.

En este contexto de creación, artistas como Nam June Paik o Wolf Vosteil, comenzaron a
utilizar monitores de televisión para la realización de sus trabajos artísticos. Ambos fueron
los primeros en sacar los aparatos de televisión de su contexto habitual y presentarlos en
exposiciones de arte como si de esculturas se tratase. Defendieron el acercamiento del arte
y la vida. Mediante el uso de la televisión, intentaron desmitificar la idea de arte como algo
exclusivo de museos y galerías, al tiempo que otorgaban a televisión de nuevos significados
artísticos diferenciados de los comerciales.
El trabajo de Paik Estuvo más vinculado a la imagen electrónica y dirigido a la búsqueda de
un lenguaje específico para el medio televisivo, Vostell se interesó más por la televisión
como fenómeno social y su trabajo se encaminó a realizar una crítica del medio y sus usos.
Su trabajo siempre estuvo repleto de aspectos lúcidos. Sus obras fueron creadas con el
deseo de provocar desconcierto y asombro en el espectador que las contemplase, al tiempo
que se encaminaron hacia la creación de un lenguaje propio de la imagen electrónica. Nos
enseñó que la imagen televisiva televisiva tenía muchas y muchas diversas posibilidades,
diferentes a las convencionales usadas por las emisoras comerciales: no toda imagen
televisada tiene por qué ser realista, costumbrista o verosímil.
Tanto Paik como Vostell trabajaron en la investigación de las posibilidades de la imagen
electrónica, bien fuese a través de la manipulación de los mecanismos de los monitores.
Pero estas creaciones no pueden ser consideradas como obras de videoarte en sí, ya que
en nigún caso requirieron de sistemas de filmación para realización. Constituyen más bien
ejemplos de arte televisivo, ya que el objeto de su trabajo era el televisor y sus significados.

Se interesaron por el video porque les ofrecía la posibilidad de explorar de forma creativa un
nuevo medio que aún no había sido sometido por la instituciones museísticas, además de
no haber sido utilizado previamente en beneficio de ningún grupo social concreto, por lo que
los creadores se vieron libres de hacer con él lo que quisieran. Esta libertad de
experimentación hizo que el vídeo en su primera etapa viviese un periodo lleno de
entusiasmo.

VIDEO TELEVISADO
Desde finales de los años sesenta muchos artistas, tuvieron la ocasión de realizar trabajos
para diferentes cadenas de televisión. Hasta entonces la televisión había sido utilizada
solamente para la emisión de programas de contexto comercial o de entretenimiento y
muchos artistas se resistían a la idea de que en ella no tuviese cabida propuestas e
intervenciones artísticas. veían en la televisión un medio dominante de alineación capaz de
influir en la sociedad y recurrieron a su misma tecnología para realizar una crítica de sus
contenidos empezando distintas estrategias. Son intervenciones televisivas encaminadas a
llamar la atención del público acerca de la monotonía, la falta de imaginación y la
intrascendencia imperantes en la televisión. Pero son algo más que eso, ya que además de
desvelar la artificiosidad del lenguaje usado por la televisión y sus propuestas comerciales,
comenzaron a investigar en un uso del tiempo y la imagen que sería desarrollado en años
sucesivos por artistas como Bill Viola o Gary HIll. Ofrecían un horizonte nuevo, el de otra
televisión posible, más imaginativa y sobre todo más sorprendente y viva.

VIDEO PERFORMANCE
Otro grupo importante de creadores que comenzó a utilizar el vídeo fue el formato por
artistas provenientes del campo de la performance. En la performance se combinan
elementos del teatro, la danza, la música y las artes plásticas. Son acciones que “ocurren”
en un lugar y un espacio concretos y en las que son fundamentales los elementos
improvisados. Huyen de cualquier tipo de narración tradicional, ya que carecen de un
argumento o desarrollo activo claros; una performance no nos cuenta una historia, sino
más bien nos ofrece imágenes y acciones descompuestas que el público percibe y
constituye a través de sus propias imágenes y relaciones mentales con la obra. El video
supuso para ellas una ocasión única de participar activamente en la configuración de un
nuevo lenguaje creativo.

VIDEOINSTALACIÓN
Muchos de los artistas que comenzaron a trabajar en un vídeo encaminaron su trabajo
hacia la investigación y exploración de las posibilidades espaciales del medio. Estos
trabajos reciben el nombre de videoinstalaciones y en ellas los artistas toman conciencia de
la importancia del espectador como receptor de la orbea de arte y desplazan su
investigación artística a aspectos relacionados con la percepción espacio/temporal, con el
desarrollo procesual de la obra y con la intervención y participación directa del espectador
en todos esos procesos.
El concepto de circuito cerrado hace referencia a imágenes tomadas por la cámara que se
reproducen simultáneamente en la pantalla. Son obras que en muchos casos integran al
espectador aprovechando la posibilidad que tiene el video de emitir la imagen a tiempo rela,
simultáneamente a la grabación.

POÉTICAS DEL VÍDEO


Pero el paso del tiempo trae consigo el consecuente avance de este relato en torno a la
historia del video. Mediada la década de los setenta eran numerosos los artistas que se
habían aventurado en la experiencia del vídeo y muchos de ellos realizaban trabajos en los
que la composición de imágenes en el tiempo adquirían poéticas muy personales. Poco a
poco estas aportaciones fueron construyendo un lenguaje propio del video, autónomo del
resto de las artes incluso del cine

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