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10 casas pasivas: más rendimiento


ambiental, menos energía
by Nicolás Boullosa on December 31, 2013

En arquitectura, el término “pasivo” no tiene


connotaciones negativas. Al contrario: “Passivhaus“, o
“casa pasiva” en alemán, es un estándar de eficiencia
energética y menor impacto ambiental para casas
residenciales y edificios comerciales.

La eficiencia energética es la diferencia entre la energía


útil (la que en realidad usamos) y la energía total
consumida: cuanto más se aproximen los valores de
energía usada y energía consumida, más eficiente es
una casa (diagrama de The New York Times).

Desfase histórico entre la energía que usamos y la


que gastamos

Ocurre lo mismo con los aparatos electrónicos: la


informática personal, por ejemplo, priorizó la
multiplicación periódica (y previsible) de la velocidad de
los procesadores –Ley de Moore– por encima del
rendimiento eléctrico de los equipos.

Este desfase derivó en equipos más rápidos que


requerían más ventiladores y mejores disipadores para
evitar que se recalentaran los componentes por la
pérdida energética -en forma de calor- de una
alimentación menos avanzada que la circuitería.

(Imagen)

La biografía de Steve Jobs por Walter Isaacson (y su


adaptación al cine, Jobs) reconocen al cofundador de
Apple como una de las pocas personalidades de esa
industria en dedicar tiempo y recursos a una mejor
alimentación eléctrica para equipos electrónicos e
informáticos.

Arquitectura y estrategias evolutivas

Volviendo a la arquitectura, las casas pasivas toman las


enseñanzas de la naturaleza observadas por biólogos y
naturalistas desde Charles Darwin: los mejores diseños
logran extraer el máximo rendimiento a la mínima
energía posible.

Esta idea, puesta en práctica por todos los organismos


usando distintas estrategias evolutivas, determinaría -
en un símil entre la vida y los distintos refugios y
edificios humanos a lo largo de la historia- que buena
parte de la arquitectura residencial actual se extinguiría
sin asistencia artificial.

Si fuera un organismo vivo, una casa suburbial actual


sería incapaz de “sobrevivir” (aportar confort a sus
habitantes) sin asistencia artificial (sobre todo, en forma
de uso excesivo de energía para calentar, refrigerar,
ventilar).

Cómo debería ser nuestra casa: el ejemplo “casa


pasiva”

Las estrategias humanas para mejorar la eficiencia


energética de su segunda epidermis (al fin y al cabo, la
palabra “ecología” deriva de “oikos“, casa en griego
clásico, y “logos”, estudio o disciplina) se asemejan a
las que pone en práctica la vida en sus distintas formas:

mejor aislamiento térmico (con mejores materiales -


en ocasiones ancestrales, como el corcho y las
distintas maderas- y cerramientos -a mayor
hermetismo, menor pérdida energética-);
reducir las pérdidas de calor por infiltración en las
largas noches invernales;
permitir el sol invernal con la orientación y el diseño
de las aperturas y cornisas, que bloquean el sol
vertical y dejan pasar el sol invernal, más horizontal;
bloquear el sol de verano o mediodía -vertical-
usando protecciones solares fijas, móviles y/o
naturales (por ejemplo, una arboleda caducifolia, que
pierde las hojas en invierno -dejando pasar el sol- y
las recupera en primavera);
evitar la sombra de otros edificios, accidentes
geográficos, una mala orientación, etc.;
evitar sistemas eficientes de calefacción y aire
acondicionado, cada vez más parecidos a los de los
automóviles (con ahorro energético renovando sólo
una parte del aire);
instalar renovables (paneles solares térmicos y
fotovoltaicos para agua sanitaria y consumo eléctrico;
así como alternativas -pequeños molinos eólicos o
incluso pequeñas estaciones hidroeléctricas cuando
se disponga de un pequeño curso de agua);
aumentar el espesor térmico en fachadas y azoteas,
optando cuando sea posible (y económicamente
viable) por jardines verticales y horizontales con
especies -preferiblemente locales- que requieran
poco mantenimiento;
iluminación artificial de bajo consumo y maximización
del uso de luz natural (instalando si es necesario
claraboyas);
experimentar: autogestión de aguas grises, muros de
agua, captadores de viento, superaislamientos,
multiplicadores de la ventilación -como patios
interiores y torres de viento-;
integrar la inmediatez natural (o crearla) para que la
casa se comporte como parte de un complejo
ecosistema (las casas pueden rendir como un árbol,
convirtiendo los residuos en alimento).

Optar por las mejores soluciones, ancestrales o


contemporáneas

El estándar Passivhaus conjuga las últimas técnicas


arquitectónicas con las ancestrales cuya validez
permanece imbatible (o cuyo rendimiento supera a
alternativas modernas o sintéticas), para que los
edificios actuales retornen al ideal ambiental y de
acondicionamiento: lograr lo máximo con los mínimos
recursos.

Pero la mentalidad de la “casa pasiva” deberá hacer


frente a décadas donde, como ha ocurrido en otras
industria, se han impuesto las economías de escala
para primar lo económico sobre lo adecuado
(económico o no: en ocasiones, los diseños Passivhaus
pueden ser más baratos que los diseños residenciales
más impersonales y estandarizados).

Eficiencia desde los cimientos

En la arquitectura contemporánea, las casas


bioclimáticas y calificadas como sostenibles han
basado su supuesto rendimiento ecológico en el uso de
determinados materiales y aplicaciones.

Las casas pasivas, o Passivhaus, reducen el impacto y


se centran en el confort de los usuarios al conformar el
propio ADN del edificio, al integrarse en el diseño
arquitectónico desde la base de la nueva construcción o
remodelación.

Orientación, aislamiento, ventilación, adaptación

Las casas pasivas aprenden de las técnicas vigentes


de la arquitectura tradicional y las integran en una
metodología integrada para lograr confortabilidad con el
menor impacto y acondicionamiento artificial posible:

priorizan la buena orientación a la adecuación


artificial: la luz natural ilumina y calienta y su
incidencia puede modularse a lo largo del año,
disminuyendo la factura de iluminación artificial,
calefacción y refrigeración;
el aislamiento se convierte en una ciencia y es
cuidado hasta el último detalle para que cerramientos
y materiales aislantes protejan de la intemperie -
calor, frío, ruido.
se inspiran en técnicas usadas desde la antigüedad:
patios interiores, parasoles retractables, aislantes
naturales, uso de fuentes y plantas para refrigerar,
planificación de la incidencia solar y las corrientes de
viento en cada estancia y durante cada período del
día y el año;
se adapta a las circunstancias locales: los diseños
varían en función del tipo de emplazamiento
(entornos rurales o urbanos; patrones climáticos y
microclimáticos; especificidades -casas de montaña,
litoral, desierto-, etc.; latitud -más o menos próximas
al ártico o el ecuador-; etc.).

Objetivo: reducir la demanda de


calefacción/refrigeración artificiales

Las especificaciones del estándar varían, por tanto,


según las circunstancias del emplazamiento.

En Europa Central, donde en 1990 nació la


especificación, el estándar Passivhaus suele requerir:

un diseño para reducir la demanda de calefacción


hasta los 15 kWh/m2 (kilowatios hora por metro
cuadrado) y la misma potencia por metro cuadrado
para el sistema de refrigeración;
el total de energía primaria (fuente energética
eléctrica o por combustión, etc.) usado para
calefacción, agua caliente y electricidad no debe
superar los 120 kWh/m2 anuales;
el edificio no debe perder más aire que 0,6 veces por
hora el equivalente al volumen de la casa según el
registro de un medidor de corrientes;
se recomienda (aunque no es una exigencia) que el
flujo de calor emitido por la fuente de calefacción
tenga uniformidad, pueda ajustarse a 10 vatios por
hora y metro cuadrado.

Más allá de la ventilación natural: intercambiadores


de calor

Los requerimientos del estándar Passivhaus son mucho


más exigentes que los recomendados por códigos de
edificación locales (el código de eficiencia energética de
Estados Unidos requiere entre un 75% y un 95% menos
de eficiencia energética; en el Reino Unido, el estándar
de casa pasiva requeriría un 77% menos de energía
por unidad de medida, por un 85% en Irlanda).

Si bien el objetivo de la especificación “casa pasiva” es


reducir al máximo la calefacción y refrigeración
artificiales (y, por tanto, el consumo energético e
impacto del edificio), ésta recomienda instalar sistemas
eficientes de calor y frío.

Según Passivhaus, los sistemas de ventilación más


eficientes son los que incluyen recuperación del calor
(intercambiadores de calor, HRV en sus siglas en
inglés), que renueva el aire interior lo suficiente para
mantener su calidad.

Amortizando el sobrecoste

En función del hermetismo de materiales aislantes,


puertas y ventanas, los intercambiadores de calor y frío
reducen el consumo entre un 15 y un 30% por kWh/m2,
a diferencia del resto de tecnologías: calderas de gas,
calderas eléctricas, bombas de calor, emisores térmicos
con líquido interno y los -menos eficientes- calefactores
con resistencia eléctrica que carecen de líquido.

(Imagen)

Desde sus inicios en 1990 en Darmstad, Alemania, el


estándar Passivhaus del Passivhaus Institut ha
atendido a quienes critican su mayor coste de
construcción con la amortización del sobrecoste
causado por un buen emplazamiento/orientación,
mejores aislamientos -paredes, puertas, ventanas- y
sistemas de ventilación que a menudo combinan
tecnología ancestral (diseño pasivo, ventilación,
parasoles, ventiladores eléctricos en el techo) con los
últimos intercambiadores de calor.

Kranichstein Passive House, el primer proyecto piloto


con la especificación, realizado en Darmstadt en el
mismo año, se convirtió en el primer edificio residencial
en lograr un consumo documentado de calefacción
inferior a 12 kWh/m2, nivel confirmado durante años de
monitorización.

Como ocurre con los automóviles, el mayor coste por


metro cuadrado de los edificios más eficientes es
amortizado -o relativizado- con menores necesidades
energéticas.

Dos palabros: “superaislamiento” y “hermiticidad”

Si, además de seguir las recomendaciones de este


riguroso estándar voluntario, se quiere obtener la
certificación Passivhaus, cada proyecto debe cumplir
con varios requisitos cuantificables:

coste: de media, las casas pasivas cuestan un 14%


más que los edificios convencionales, según un
cálculo realizado en Alemania en 2009;
diseño: arquitecto, constructor y clientes mantienen
su autonomía en el diseño, aunque deben emplear
simulaciones por ordenador (herramientas de
planificación, PHPP en sus siglas en inglés) para
cerciorarse de que orientación, materiales,
aislamiento, cerramientos, etc. cumplen con el
objetivo de la certificación, consumir hasta un 90%
menos que una casa convencional;
contexto: además de una orientación óptima
(ventanas principales orientadas al ecuador -sur en
hemisferio norte y norte en hemisferio sur-), las
casas pasivas obtienen mayor eficiencia cuando son
compactas para reducir el área que calentar o
refrigerar; en lugares templados y cálidos, se
recomienda reducir el calor de la excesiva radiación
solar usando parasoles, árboles y emparrados,
jardines verticales, tejados verdes, etc;
superaislamiento: el objetivo es minimizar la pérdida
de calor a través de paredes y ventanas, por lo que
se usan materiales con una transmitancia térmica
elevada (la arquitectura tradicional lo lograba con
muros mucho más gruesos, ahora sustituidos por
cámaras con material aislante de alto rendimiento,
tanto natural como sintético);
hermeticidad: uno de los requisitos más exigentes del
estándar de casa pasiva es la capacidad aislante de
las paredes y todos los cerramientos de un edificio
que aspire a obtenerlo; para evitar la pérdida
energética, el intercambio de aire con el exterior se
realiza usando ventilación controlada usando un
intercambiador de calor para evitar pérdidas
energéticas innecesarias, lo que obliga a controlar
los niveles de humedad y punto de rocío;
ventilación: como ocurre en técnicas constructivas
integrales ancestrales, las casas pasivas priorizan la
ventilación natural cuando cruzada y el uso de
corrientes cuando el clima y la estación lo permiten;
en ambientes no conductivos, el estándar
recomienda intercambiadores de calor y tubos
refrigerantes subterráneos (intercambiadores
geotérmicos), mientras los climas más fríos requieren
intercambiadores de calor;
iluminación artificial y electrodomésticos: el estándar
sigue las directrices de otras especificaciones sobre
viviendas eficientes, con priorizando tecnologías de
bajo consumo (LED, PLED) en iluminación, así como
aparatos de bajo consumo.

Mayor comodidad con menor impacto

La dureza de los requisitos de este estándar


proporciona edificios más eficientes y -al menos eso
pretende- habitables, con aire fresco y limpio (carente
de sustancias tóxicas como VOC o formaldehído),
temperatura estable y uniforme, cambios térmicos
lentos y un rápido retorno a la temperatura idónea.

Según el Passivhaus Institut, se pueden obtener


resultados óptimos en climas fríos, templados,
calurosos, desérticos, de alta montaña, etc (consultar
gráfico de The New York Times).

Más allá del emplazamiento, sus habitantes deberían


disfrutar de una vivienda que mantiene niveles
confortables usando un 90% menos de energía que su
equivalente sin aplicar el estándar.

10 casas pasivas donde convergen energía útil (la


usada) y energía total (la que pagamos)

1. Casa de madera pasiva por Juri Troy Architects


(afueras de Viena, Austria)

2. Casa Pasiva por Karawitz Architecture (Bessancourt,


Francia)

3. Casa pasiva con estructura de madera por Masato


Sekiya (Kasiwara, Japón)

4. Casa pasiva Just K con revestimiento de caucho por


Architekten Martenson und Nagel Theissen (Tübingen,
Alemania)

5. Casa pasiva con revestimientos textiles por BLAF


Architecten (Asse, Bélgica)

6. Oficina pasiva Proyecto Roble por Équipe (Tilburgo,


Holanda)

7. Proyectos de casas pasivas prefabricadas por


Kjellgren Kaminsky

8. Casa pasiva de montaña Holzkristal por Hurst Song


Architekten (Alpes suizos)

9. Casa pasiva de madera y cemento por Martin Cenek


(afueras de Praga, Chequia)

10. Proyecto de casas pasivas de madera


interconectadas por Fantastic Norway (Nuuk,
Groenlandia)

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tags: aislamiento, aislamiento térmico, arquitectura bioclimática,


bioclimatismo, casa pasiva, certificación energética,
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