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Para un mejor diseño de los sistemas de ventilación natural, es deseable seguir una serie
de recomendaciones. Finalmente es también deseable validar los diseños mediante
técnicas de simulación numérica (CFD u otras que se verán a continuación).
En cuanto a los criterios generales para un aceptable diseño del edificio para incorporar
sistemas de ventilación natural están los siguientes:
De la misma forma que un edificio bioclimático busca adaptarse al clima del lugar, los
usuarios deben tener también un comportamiento adaptativo. Implica que hay una doble
adaptación, clima y cultura, que lleva a una modificación en la conducta de los individuos y
en el tiempo en hábitos culturales. Dado que la sociedad contemporánea se ha adaptado a
una tecnología que simplifica la operación de los edificios no siempre un edificio bioclimático
es apropiable por parte de sus habitantes.[5]
Aparece una triple resistencia: los promotores que no desean gastar más, los usuarios que
no comprenden el concepto bioclimático para operar su edificio y los profesionales y
escuelas de arquitectura que privilegian el formalismo por encima de la adaptación al clima.
Generalidades Editar
La arquitectura bioclimática es un tipo de arquitectura donde el equilibrio y la armonía con el
medio ambiente son una constante. Se busca lograr un cierto nivel de confort térmico,
teniendo en cuenta el clima y las condiciones del entorno para ayudar a conseguir el confort
térmico interior mediante la adecuación del diseño, la geometría, la orientación y la
construcción del edificio adaptado a las condiciones climáticas de su entorno. Juega
exclusivamente con las características locales del medio (relieve, clima, vegetación natural,
dirección de los vientos dominantes, insolación, etc.), así como, el diseño y los elementos
arquitectónicos, sin utilizar sistemas mecánicos, que más bien se consideran como sistemas
de apoyo. No debemos olvidar, que una gran parte de la arquitectura tradicional ya
funcionaba según los principios bioclimáticos: ventanales orientados al sur en las regiones
de clima frío del hemisferio norte, el uso de ciertos materiales con determinadas
propiedades térmicas, como la madera, la piedra o el adobe, el abrigo del suelo, el encalado
en las casas mediterráneas para mantener el interior fresco en verano, la ubicación de los
pueblos, etc. La arquitectura bioclimática es, en definitiva, una arquitectura adaptada al
medio ambiente, sensible al impacto que provoca en la naturaleza, y que intenta minimizar
el consumo energético y con él, la contaminación ambiental.[6]
Una casa bioclimática no tiene por qué ser más cara que una convencional, pero las
construidas en climas templados han mostrado un sobrecosto del 5 al 15 %. No necesita de
la compra o instalación de sistemas mecánicos de climatización, sino que juega con los
elementos arquitectónicos de siempre para incrementar el rendimiento energético y
conseguir el confort de forma natural. Para ello, el diseño bioclimático supone un conjunto
de restricciones, pero siguen existiendo grados de libertad para el diseño según el gusto de
cada cual. La arquitectura bioclimática tiene en cuenta las condiciones del terreno, el
recorrido del Sol, las corrientes de aire, etc., aplicando estos aspectos a la distribución de
los espacios, la apertura y orientación de las ventanas, etc., con el fin de conseguir una
eficiencia energética. No consiste en inventar cosas extrañas sino diseñar con las ya
existentes y saber sacar el máximo provecho a los recursos naturales que nos brinda el
entorno. Sin embargo, esto no tiene porqué condicionar el aspecto de la construcción, que
es completamente variable y perfectamente acorde con las tendencias y el diseño de una
buena arquitectura.[7]
El diseño bioclimático está fundamentado en el análisis climático del sitio de estudio, para
esto es necesario procesar los principales datos climatológicos (temperatura, humedad,
precipitación pluvial, viento, radiación, entre otros) utilizando gráficas, mapas, o
proyecciones típicas de la geometría solar. También es importante aprovechar las distintas
herramientas desarrolladas por los principales investigadores del tema (Baruch Givoni,
Victor Olgyay, Mahoney, etc.). Estas herramientas como la carta bioclimática o la
psicrométrica, permiten evaluar los datos climáticos con la temperatura considerada como
de "confort" y obtener recomendaciones de diseño, tales como ventilar, uso de la masa
térmica, uso del enfriamiento evaporativo, etc.
Adaptación a la temperatura Editar
Las galerías (balcones y ventanas acristaladas) de La Coruña, un típico ejemplo del uso de
la insolación para la calefacción natural de las viviendas en invierno
Es quizá en este punto donde es más común incidir cuando se habla de arquitectura
bioclimática. Lo más habitual, es aprovechar al máximo la energía térmica del sol cuando el
clima es frío, por ejemplo para calefacción y agua caliente sanitaria. Aprovechar el efecto
invernadero de los cristales. Tener las mínimas pérdidas de calor (buen aislamiento térmico)
si hay algún elemento calefactor.
Cuando el clima es cálido lo tradicional es hacer muros más anchos, y tener el tejado y la
fachada de la casa con colores claros. Poner toldos y cristales especiales como doble cristal
y tener buena ventilación son otras soluciones. En el caso de usar algún sistema de
refrigeración, aislar la vivienda. Contar delante de una vivienda con un gran árbol de hoja
caduca que tape el sol en verano y en invierno lo permita también sería una solución.
Orientación Editar
Con una orientación de las ventanas acristaladas al sur en el Hemisferio Norte, o al norte en
el Hemisferio Sur, se capta más radiación solar en invierno y menos en verano, aunque
para las zonas más cálidas (con temperaturas promedio superiores a los 25 °C) es
sustancialmente más conveniente colocar los acristalamientos en el sentido opuesto, esto
es, dándole la espalda al ecuador; de esta forma en el verano, la cara acristalada sólo será
irradiada por el Sol en los primeros instantes del alba y en los últimos momentos del ocaso,
y en el invierno el Sol nunca bañará esta fachada, reduciendo el flujo calorífico al mínimo y
permitiendo utilizar conceptos de diseño arquitectónico propios del uso del cristal.
Soleamiento y protección solar Editar
Las ventanas con una adecuada protección solar, alargadas en sentido vertical y situadas
en la cara interior del muro, dejan entrar menos radiación solar en verano, evitando el
sobrecalentamiento de locales soleados.
Por el contrario, este efecto no es beneficioso en lugares fríos o durante el invierno, por eso,
tradicionalmente, en lugares fríos las ventanas son más grandes que en los cálidos, están
situadas en la cara exterior del muro y suelen tener miradores acristalados, para potenciar
la beneficiosa captación de la radiación solar.
Dispositivos de protección solar:
el alero: es el plano horizontal de protección solar, en la fachada norte (hemisferios Sur) o
fachada sur (hemisferio norte) permite co
parasoles verticales oblicuos a la fachada: en fachada oeste (hemisferio Sur) o fachada este
(hemisferio Norte). En dichas orientaciones la incidencia solar es a baja altura por lo que los
aleros no son eficaces. La colocación de estas pantallas a 45º permite la penetración solar
en invierno y se puede controlar la incidencia del sol en verano.
persianas exteriores a la ventana; el sombreamiento más efectivo se consigue con estos
dispositivos, en clima cálido es muy importante que el sol no traspase el cristal, por lo que
debe protegerse siempre por el exterior, porque en caso contrario la ventana funcionará
como un colector solar plano, dejando el calor en el interior del local. Sobre los anteriores
tienen el inconveniente de que no son pasivos, hay que cerrar en el momento que da el sol
en la ventana y abrir cuando no da, especialmente por las noches para permitir enfriar por
ventilación con aire nocturno más fresco.
Las fuentes más empleadas de energías renovables son la energía eólica, la energía solar
fotovoltaica, la energía solar térmica e incluso la energía geotérmica.
Edificaciones construidas con financiamiento gubernamental para ser habitadas por civiles
como programa de subsidio en Playa Grande, estado Vargas, Venezuela.
A lo largo de la sociedad actual, existen numerosos ejemplos del empleo incorrecto u
opuesto a estos principios arquitectónicos, tanto en su diseño como en la construcción. En
Venezuela, un programa de subsidio social financiado por el gobierno, en el cual se
construyen estructuras para ser habitadas por familias de escasos recursos (en la imagen
se muestra un conjunto de estructuras construidas en el 2011 en el Estado Vargas) nos da
un ejemplo. Tomando en cuenta que se encuentra en una zona de alta densidad
demográfica, una superficie urbana muy limitada, clima de altas temperaturas, proximidad
inmediata al mar y poca vegetación arbórea, además de un suelo propio de zonas costeras
con características de aridez y con materiales de alta conductividad térmica (Ver bajantes
metálicos para la basura y cuartos pequeños para la misma), pueden ocasionar graves
problemas de confort térmico en el interior de dichas viviendas.
Podemos observar que los edificios poseen una cantidad ínfima de ventanas de escasa
superficie, sin balcones u otro tipo de puertas de ventilación; Además de esto, son
relativamente pequeñas, y se encuentran en la parte más superficial de los muros, de modo
que reciben una gran cantidad de radiación solar durante horas diurnas y a la vez no
permiten el acceso de aire suficiente para ventilar y disipar la sensación de altas
temperaturas; si bien el color de la estructura es apto para limitar algo la absorción de la
radiación solar, sigue siendo demasiado oscuro y debe utilizarse además un adecuado
material de construcción. La falta de vegetación, sobre todo la carencia de vegetación
arbórea en la zona de desplazamiento peatonal, produce incomodidad y fatiga por la
exposición al sol; el hecho de que no exista vegetación alguna, produce una sensación de
entorno hostil y el viento en cualquier dirección puede generar nubes de polvo y tierra que
penetren en los apartamentos más próximos al suelo.
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¿QUÉ ES LA ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA Y POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE PARA
SAINT-GOBAIN?
La arquitectura bioclimática es la que se centra en el diseño y construcción de edificios
tomando en cuenta las condiciones climáticas de la región o país en que se está
construyendo, y se enfoca además, en el aprovechamiento de los recursos naturales
disponibles (sol, vegetación, lluvia, viento) para disminuir en lo posible el impacto ambiental
generado por la construcción y el consumo de energía.
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La orientación: se diseña tomando en cuenta la posición del sol para aprovechar al máximo
la luz solar.
Soleamiento y protección solar: en este punto y dependiendo de la región en que se esté
construyendo, los vidrios deberán contar con protección solar para disminuir la entrada de la
radiación solar.
Aislamiento térmico: muros gruesos, edificios enterrados o semi enterrados; son algunas de
las técnicas de construcción utilizadas para conseguir un correcto aislamiento térmico, que
deberá retener el calor o impedir su entrada dependiendo de la estación del año.
Ventilación cruzada: con el objetivo de crear una buena ventilación en todas las áreas de la
construcción.
El objetivo de la arquitectura bioclimática, es diseñar construcciones que sean capaces de
cambiar su comportamiento ambiental de acuerdo a las condiciones de cada estación el
año.
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¿QUIÉNES SOMOS?
Saint-Gobain diseña, produce y distribuye materiales y soluciones que son ingredientes
clave en el bienestar de cada uno de nosotros y en el futuro de todos. Pueden ser
encontrados en cualquier lugar para vivir y en nuestra vida diaria: edificios, transporte,
infraestructura y en muchas aplicaciones industriales. Proveen confort, desempeño y
seguridad al mismo tiempo que abordan los desafíos en construcción sostenible, eficiencia
energética y cambio climático. http://multicomfort.saint-gobain.com/
suelo
Espacios tapón
Protección contra la radiación de verano
Sistemas evaporativos de refrigeración
Trayectoria solar
Siendo el sol la principal fuente energética que afecta al diseño bioclimático, es importante
tener una idea de su trayectoria en las distintas estaciones del año.
Como se sabe, la existencia de las estaciones está motivada porque el eje de rotación de la
tierra no es siempre perpendicular al plano de su trayectoria de traslación con respecto al
sol, sino que forma un ángulo variable dependiendo del momento del año en que nos
encontremos.
Sin entrar en detalles técnicos, y particularizando para el hemisferio norte, por encima del
trópico de Cáncer (es decir, una situación geográfica en la que está España):
Hay sólo dos días del año en los que el eje de rotación es perpendicular al plano de
traslación: el equinoccio de primavera (22 de marzo) y el equinoccio de otoño (21 de
septiembre). En estos días, el día dura exactamente lo mismo que la noche, y el sol sale
exactamente por el este y se pone por el oeste.
Después del equinoccio de primavera, los días son cada vez más largos, y el sol alcanza
cada vez mayor altura a mediodía. La salida y la puesta de sol se desplazan hacia el norte
(es decir, tiende a salir cada vez más por el nordeste y a ponerse por el noroeste). Esta
tendencia sigue hasta el solsticio de verano (21 de junio), el día más largo del año, para
seguir después la tendencia contraria hasta llegar al equinoccio de otoño.
Después del equinoccio de otoño, los días son cada vez más cortos, y el sol cada vez está
más bajo a mediodía. La salida y la puesta de sol se desplazan hacia el sur (es decir, tiende
a salir cada vez más por el sudeste y a ponerse por el sudoeste. Esta tendencia sigue hasta
el solsticio de invierno (21 de diciembre), el día más corto del año, para seguir después la
tendencia contraria hasta llegar al equinoccio de primavera.
Para hacerse una idea, en una ciudad tal como Cáceres, en los equinoccios, la elevación
alcanzada por el sol a mediodía son unos 50º sobre la horizontal. Avanzando hacia el
solsticio de verano, el sol cada vez se eleva más, hasta los 74º (nunca llega a estar
vertical), y avanzando hacia el solsticio de invierno, el sol cada vez está más bajo, hasta los
27º. En cuanto a la salida y puesta, en el solsticio de invierno, se llegan a desplazar 31º
hacia el sur, y en el solsticio de verano 21º hacia el norte.
También hay que tener en cuenta que el horario solar no es el horario oficial. Por ejemplo,
en Cáceres, para calcular la hora solar hay que restar a la oficial 2h 25´ en verano y 1h 25´
en invierno.
Estas trayectorias solares que acabamos de describir tienen una consecuencia clara sobre
la radiación recibida por fachadas verticales: en invierno, la fachada sur recibe la mayoría
de radiación, gracias a que el sol está bajo, mientras que las otras orientaciones apenas
reciben radiación. En verano, en cambio, cuando el sol está más vertical a mediodía, la
fachada sur recibe menos radiación directa, mientras que las mañanas y las tardes castigan
especialmente a las fachadas este y oeste, respectivamente.
La radiación directa es, como su propio nombre indica, la que proviene directamente del sol.
La radiación difusa es aquella recibida de la atmósfera como consecuencia de la dispersión
de parte de la radiación del sol en la misma. Esta energía puede suponer aproximadamente
un 15% de la radiación global en los días soleados, pero en los días nublados, en los cuales
la radiación directa es muy baja, la radiación difusa supone un porcentaje mucho mayor. Por
otra parte, las superficies horizontales son las que más radiación difusa reciben, ya que
"ven" toda la semiesfera celeste, mientras que las superficies verticales reciben menos
porque solo "ven" la mitad de la semiesfera celeste.
La radiación reflejada es, como su propio nombre indica, aquella reflejada por la superficie
terrestre. La cantidad de radiación depende del coeficiente de reflexión de la superficie,
también llamado albedo. Por otra parte, las superficies horizontales no reciben ninguna
radiación reflejada, porque no "ven" superficie terrestre, mientras que las superficies
verticales son las que más reciben.
Para hacerse una idea, en Cáceres, en un día medio de marzo, la energía directa supone
2,09 Kwh/m2, mientras que la energía difusa es 1,91 Kwh/m2, es decir, la difusa es un 48%
del total, mientras que en un día medio de agosto, la directa supone 6,00 Kwh/m2, mientras
que la difusa es 2,08 Kwh/m2, en este caso, un porcentaje del 25%. Esto se debe a que en
agosto está menos nublado que en marzo.
Conducción. El calor se transmite a través de la masa del propio cuerpo. La facilidad con
que el calor "viaja" a través de un material lo define como conductor o como aislante
térmico. Ejemplos de buenos conductores son los metales, y de buenos aislantes, los
plásticos, maderas, aire. Este es el fenómeno por el cual las viviendas pierden calor en
invierno a través de las paredes, lo que se puede reducir colocando un material que sea
aislante. El coeficiente de conducción térmica de un material es una medida de su
capacidad para conducir el calor.
Convección. Si consideramos un material fluido (en estado líquido o gaseoso), el calor,
además de transmitirse a través del material (conducción), puede ser "transportado" por el
propio movimiento del fluido. Si el movimiento del fluido se produce de forma natural, por la
diferencia de temperaturas (aire caliente sube, aire frío baja), la convección es natural, y si
el movimiento lo produce algún otro fenómeno (ventilador, viento), la convección es forzada.
Radiación. Todo material emite radiación electromagnética, cuya intensidad depende de la
temperatura a la que se encuentre. La radiación infrarroja provoca una sensación de calor
inmediata (piénsese en una estufa de butano, por ejemplo). El sol nos aporta energía
exclusivamente por radiación.
Capacidad calorífica e inercia térmica
Si a un cuerpo le aportamos calor, este eleva su temperatura. Si lo hace lentamente
decimos que tiene mucha capacidad calorífica, puesto que es capaz de almacenar mucho
calor por cada grado centígrado de temperatura. Las diferencias de capacidad calorífica
entre el agua y el aceite, por ejemplo, (mayor la primera que el segundo) es lo que hace
que, al fuego, el agua tarde más en calentarse que el aceite, pero también que el agua
"guarde" más el calor.
Se llama calor específico de un material (en Kcal/KgºC) a la cantidad de calor que hay que
suministrarle a 1 Kg para que eleve su temperatura 1ºC.
Entonces, la inercia térmica en una vivienda lleva aparejado dos fenómenos: el de retardo
(de la temperatura interior respecto a la temperatura exterior), y el de amortiguación (la
variación interior de temperatura no es tan grande como la variación exterior).
Confort térmico
Muchos tenemos la idea intuitiva de que nuestro confort térmico depende
fundamentalmente de la temperatura del aire que nos rodea, y nada más lejos de la
realidad.
Podemos decir que nuestro cuerpo se encuentra en una situación de confort térmico cuando
el ritmo al que generamos calor es el mismo que el ritmo al que lo perdemos para nuestra
temperatura corporal normal. Esto implica que, en balance global, tenemos que perder calor
permanentemente para encontrarnos bien, pero al "ritmo" adecuado. Influyen varios
factores:
Metabolismo. Cada persona tiene su propio metabolismo y necesita sus propios ritmos para
evacuar calor.
Ropa de abrigo. La ropa de abrigo mantiene una capa de aire entre la superficie de nuestro
cuerpo y el tejido que nos aisla térmicamente. Aunque la ropa de abrigo provoca una
sensación de calentamiento del organismo, en realidad lo único que hacen es reducir las
pérdidas de calor pues, evidentemente, no consumen energía ninguna y, por tanto, no
producen calor. Como no consumen, es el mecanismo más barato energéticamente
hablando para regular la temperatura del cuerpo. En nuestras pretensiones de climatización
de la vivienda, debemos considerar esta solución de una manera razonable, es decir, por
ejemplo, en invierno, tan exagerado sería climatizar para estar siempre en camiseta (los
costes energéticos se disparan), como para estar siempre con abrigo (demasiado
incómodo). Es absurdo, más que ser un símbolo de estatus, el pretender tener una casa
climatizada donde podamos estar en invierno en manga corta y en verano con jersey.
Temperatura del aire. Es el dato que siempre se maneja pero, como decíamos, no es el
fundamental a la hora de alcanzar el confort térmico.
Temperatura de radiación. Es un factor desconocido, pero tan importante como el anterior.
Está relacionado con el calor que recibimos por radiación. Podemos estar confortables con
una temperatura del aire muy baja si la temperatura de radiación es alta; por ejemplo, un día
moderadamente frío de invierno, en el campo, puede ser agradable si estamos recibiendo el
calor del sol de mediodía; o puede ser agradable una casa en la cual la temperatura del aire
no es muy alta (15ºC), pero las paredes están calientes (22ºC). Esto es importante, porque
suele ocurrir en las casas bioclimáticas, en donde la temperatura del aire suele ser menor
que la temperatura de las paredes, suelos y techos, que pueden haber sido calentadas por
el sol.
Movimiento del aire. El viento aumenta las pérdidas de calor del organismo, por dos causas:
por infiltración, al internarse el aire en las ropas de abrigo y "llevarse" la capa de aire que
nos aisla; y por aumentar la evaporación del sudor, que es un mecanismo para eliminar
calor (ver más adelante "calor de vaporización").
Efecto invernadero
Es el fenómeno por el cual la radiación entra en un espacio y queda atrapada, calentando,
por tanto, ese espacio. Se llama así porque es el efecto que ocurre en un invernadero, que
es un espacio cerrado por un acristalado. El vidrio se comporta de una manera curiosa ante
la radiación: es transparente a la radiación visible (por eso vemos a través de él), pero
opaco ante radiación de mayor longitud de onda (radiación infrarroja). Cuando los rayos del
sol entran en un invernadero, la radiación es absorbida por los objetos de su interior, que se
calientan, emitiendo radiación infrarroja, que no puede escapar pues el vidrio es opaco a la
misma.
Calor de vaporización
Cuando un cuerpo pasa de estado líquido a gaseoso, necesita absorber una cantidad de
calor que se denomina calor de vaporización. Entonces el agua, al evaporarse, necesita
calor, que adquiere de su entorno inmediato, enfriándolo. Por eso los lugares donde hay
agua están más frescos.
Las plantas están transpirando continuamente, eliminando agua en forma de vapor. Por eso
los lugares donde hay plantas están también más frescos.
El agua de un botijo permanece fresca a pesar de que haga calor, gracias a que el barro de
que está hecho es permeable al vapor de agua, permitiendo entonces la evaporación de
parte del agua interior, que refresca la masa de agua restante.
Sin embargo existe otra causa de pérdida de calor: la ventilación. Para que una casa sea
salubre necesita un ritmo adecuado de renovación de aire. Si esta renovación se realiza con
el aire exterior, estamos perdiendo aire caliente e introduciendo aire frío. Hay que llegar a
un compromiso entre la ventilación que necesitamos y las pérdidas de calor que podemos
admitir, a no ser que se "precaliente" el aire exterior de alguna manera.
Pero aunque reduzcamos la ventilación al mínimo, una baja estanqueidad de la casa puede
forzar la ventilación aunque no queramos, especialmente en días ventosos: son las
infiltraciones. Por ello, es importante reducir al máximo este fenómeno, cuidando
especialmente las juntas de cierre de puertas y ventanas.
Microclima y ubicación
El comportamiento climático de una casa no solo depende de su diseño, sino que también
está influenciado por su ubicación: la existencia de accidentes naturales como montes, ríos,
pantanos, vegetación, o artificiales como edificios próximos, etc., crean un microclima que
afecta al viento, la humedad, y la radiación solar que recibe la casa.
Si se ha de construir una casa bioclimática, el primer estudio tiene que dedicarse a las
condiciones climáticas de la región y, después, a las condiciones microclimáticas de la
ubicación concreta
Ubicación
La ubicación determina las condiciones climáticas con las que la vivienda tiene que
"relacionarse". Podemos hablar de condiciones macroclimáticas y microclimáticas.
La pendiente del terreno, por cuanto determina una orientación predominante de la vivienda
La existencia cercana de elevaciones, por cuanto pueden influir como barrera frente al
viento o frente a la radiación solar
La existencia de masas de agua cercanas, que reducen las variaciones bruscas de
temperatura e incrementan la humedad ambiente
La existencia de masas boscosas cercanas
La existencia de edificios
La elección de la ubicación de la vivienda, si ello es posible, es una decisión muy importante
en el proceso de diseño bioclimático, si acaso tan importante como el diseño de la vivienda
en sí misma. Además de seleccionar la ubicación más adecuada, debemos tener en cuenta
que siempre es posible actuar sobre el entorno (añadiendo o quitando vegetación o agua,
por ejemplo), para modificar las condiciones microclimáticas. Es lo que llamamos corrección
del entorno.
Forma y orientación
La forma de la casa influye sobre:
La captación solar. Normalmente interesa captar cuanta más energía mejor porque es
nuestra fuente de climatización en invierno (en verano utilizaremos sombreamientos y otras
técnicas para evitar la radiación). En las latitudes en que nos encontramos, conviene
orientar siempre nuestra superficie de captación (acristalado) hacia el sur. La forma ideal es
una casa compacta y alargada, es decir, de planta rectangular, cuyo lado mayor va de este
a oeste, y en el cual se encontrarán la mayor parte de los dispositivos de captación (fachada
sur), y cuyo lado menor va de norte a sur. Hay que reducir la existencia de ventanas en las
fachadas norte, este y oeste, puesto que no son muy útiles para la captación solar en
invierno (aunque pueden serlo para ventilación e iluminación) y, sin embargo, se producen
muchas pérdidas de calor a su través.
La influencia de los vientos dominantes sobre la ventilación y las infiltraciones.
Captación solar pasiva
La energía solar es la fuente principal de energía de climatización en una vivienda
bioclimática. Su captación se realiza aprovechando el propio diseño de la vivienda, y sin
necesidad de utilizar sistemas mecánicos. La captación hace uso del llamado efecto
invernadero, según el cual la radiación penetra a través de vidrio, calentando los materiales
dispuestos detrás suyo; el vidrio no deja escapar la radiación infrarroja emitida por estos
materiales, por lo que queda confinada entonces en el recinto interior. Los materiales,
calentados por la energía solar, guardan este calor y lo liberan, posteriormente, atendiendo
a un retardo que depende de su inercia térmica. Para un mayor rendimiento, es aconsejable
disponer de sistemas de aislamiento móviles (persianas, contraventanas, etc.) que se
puedan cerrar por la noche para evitar pérdidas de calor por conducción y convección a
través del vidrio.
Los sistemas de captación pueden ser definidos por dos parámetros: rendimiento, o fracción
de energía realmente aprovechada respecto a la que incide, y retardo, o tiempo que
transcurre entre que la energía es almacenada y liberada. Hay varios tipos de sistemas:
Sistemas directos. El sol penetra directamente a través del acristalamiento al interior del
recinto. Es importante prever la existencia de masas térmicas de acumulación de calor en
los lugares (suelo, paredes) donde incide la radiación. Son los sistemas de mayor
rendimiento y de menor retardo.
Sistemas semidirectos. Utilizan un adosado o invernadero como espacio intermedio entre el
exterior y el interior. La energía acumulada en este espacio intermedio se hace pasar a
voluntad al interior a través de un cerramiento móvil. El espacio intermedio puede utilizarse
también, a ciertas horas del día, como espacio habitable. El rendimiento de este sistema es
menor que el anterior, mientras que su retardo es mayor.
Sistemas indirectos. La captación la realiza directamente un elemento de almacenamiento
dispuesto inmediatamente detrás del cristal (a unos pocos centímetros). El interior de la
vivienda se encuentra anexo al mismo. El calor almacenado pasa al interior por conducción,
convección y radiación. El elemento de almacenamiento puede ser un paramento de
material de alta capacidad calorífica, bidones de agua, lecho de piedras, etc., y puede ser
una de las paredes de la habitación, el techo, o el suelo. Un caso particular es el llamado
muro trombe, en el cual, además, se abren unos registros ajustables en la parte superior y
en la inferior para que se cree una transferencia de calor por conducción a voluntad. El
rendimiento de estos sistemas es también menor que el del sistema directo, y presentan
unos retardos muy grandes.
En el diseño de estos sistemas es importante considerar:
La existencia de suficiente masa térmica para la acumulación del calor dispuesta en las
zonas de incidencia de radiación
La existencia de cerramientos móviles para aislamiento
La orientación, obstáculos y sombreamientos de los espacios de captación, de tal manera
que se maximice la captación de energía en invierno y se minimice la de verano. Repetimos
de nuevo que lo óptimo es la orientación al sur de los sistemas de captación, o con una
desviación de hasta 30º.
La vivienda con elevada masa térmica se comporta manteniendo una temperatura sin
variaciones bruscas, relativamente estable frente a las condiciones externas. El objetivo es
conseguir que, mediante un buen diseño bioclimático, esta temperatura sea agradable. La
masa térmica elevada no es aconsejable en viviendas ocasionales (viviendas de fin de
semana, por ejemplo), cuyas condiciones de temperatura son irrelevantes excepto en los
momentos en que se ocupan, momentos en los que se requiere calentarlas o enfriarlas
rápidamente. Y rapidez y masa térmica están reñidas, por el desfase del que hablábamos
anteriormente.
En general, materiales de construcción pesados pueden actuar como una eficaz masa
térmica: los muros, suelos o techos gruesos, de piedra, hormigón o ladrillo, son buenos en
este sentido. Colocados estratégicamente para recibir la radiación solar tras un cristal,
funcionan fundamentalmente en ciclo diario, pero repartidos adecuadamente por toda la
casa, funcionan en ciclo interdiario. Si la casa está enterrada o semienterrada, la masa
térmica del suelo ayudará también a la amortiguación de oscilaciones térmicas, en un ciclo
largo.
El aislamiento térmico dificulta el paso de calor por conducción del interior al exterior de la
vivienda y viceversa. Por ello es eficaz tanto en invierno como en verano. Una forma de
conseguirlo es utilizar recubrimientos de materiales muy aislantes, como espumas y
plásticos. No conviene exagerar con este tipo de aislamiento, puesto que existe otra
importante causa de pérdida de calor: las infiltraciones. De nada serviría tener una casa
"superaislada" si no se ha cuidado este otro factor. De todas maneras, aunque se quieran
reducir al máximo las infiltraciones, siempre es necesario un mínimo de ventilación por
cuestiones higiénicas, lo que supone un mínimo de pérdidas caloríficas a tener en cuenta.
Para hacer eficaz el aislamiento, también es necesario reducir al máximo los puentes
térmicos.
En cuanto a la colocación del aislamiento, lo ideal es hacerlo por fuera de la masa térmica,
es decir, como recubrimiento exterior de los muros, techos y suelos, de tal manera que la
masa térmica actúe como acumulador eficaz en el interior, y bien aislado del exterior.
Ventilación
En una vivienda bioclimática, la ventilación es importante, y tiene varios usos:
Renovación del aire, para mantener las condiciones higiénicas. Un mínimo de ventilación es
siempre necesario.
Incrementar el confort térmico en verano, puesto que el movimiento del aire acelera la
disipación de calor del cuerpo humano
Climatización. El aire en movimiento puede llevarse el calor acumulado en muros, techos y
suelos por el fenómeno de convección. Para ello, la temperatura del aire debe ser lo más
baja posible. Esto es útil especialmente en las noches de verano, cuando el aire es más
fresco.
Infiltraciones. Es el nombre que se le da a la ventilación no deseada. En invierno, pueden
suponer una importante pérdida de calor. Es necesario reducirlas al mínimo.
Consideramos diferentes formas de ventilar
Ventilación natural. Es la que tiene lugar cuando el viento crea corrientes de aire en la casa,
al abrir las ventanas. Para que la ventilación sea lo más eficaz posible, las ventanas deben
colocarse en fachadas opuestas, sin obstáculos entre ellas, y en fachadas que sean
transversales a la dirección de los vientos dominantes. En días calurosos de verano, es
eficaz ventilar durante la noche y cerrar durante el día.
Ventilación convectiva. Es la que tiene lugar cuando el aire caliente asciende, siendo
reemplazado por aire más frío. Durante el día, en una vivienda bioclimática, se pueden crear
corrientes de aire aunque no haya viento provocando aperturas en las partes altas de la
casa, por donde pueda salir el aire caliente. Si en estas partes altas se coloca algún
dispositivo que caliente el aire de forma adicional mediante radiación solar (chimenea solar),
el aire saldrá aún con más fuerza. Es importante prever de donde provendrá el aire de
sustitución y a qué ritmo debe ventilarse. Una ventilación convectiva que introduzca como
aire renovado aire caliente del exterior será poco eficaz. Por eso, el aire de renovación
puede provenir, por ejemplo, de un patio fresco, de un sótano, o de tubos enterrados en el
suelo. Nunca se debe ventilar a un ritmo demasiado rápido, que consuma el aire fresco de
renovación y anule la capacidad que tienen los dispositivos anteriores de refrescar el aire.
En este caso es necesario frenar el ritmo de renovación o incluso detenerlo, esperando a la
noche para ventilar de forma natural.
Ventilación convectiva en desván. Un porcentaje importante de pérdidas de calor en
invierno y ganancias de calor en verano ocurre a través del tejado de la vivienda. Disponer
de un espacio tapón entre el último piso de la vivienda y el tejado (un desván) reducirá de
forma importante esta transferencia de calor. En verano, se puede hacer que el desván esté
autoventilado por convección. Es normal que este lugar se convierta en un horno donde el
aire alcance una temperatura mayor que el aire exterior; si se abren registros en su parte
alta y en su parte baja, es posible dejar escapar este aire caliente, que será renovado por
aire exterior. En invierno, estos registros deben estar cerrados. Es importante diseñar el
desván para que esta corriente de aire no sea obstruida.
Pérdidas por ventilación en invierno. Ya dijimos que, siempre, debemos reducir al mínimo
las pérdidas de calor por infiltraciones. Estas serán importantes especialmente en los días
ventosos. Sin embargo, un mínimo de ventilación es necesaria para la higiene de la
vivienda, especialmente en ciertos espacios. En la cocina, por ejemplo, es necesaria una
salida de humos para la cocina, o para el calentador de gas, o registros de seguridad para
la instalación de gas, o ventilar para eliminar los olores de la cocina. En el baño también es
necesario ventilar por los malos olores. La pérdida de calor se verifica porque el aire viciado
que sale es caliente, y el puro que entra es frío. Ciertas estrategias pueden servir para
disminuir estas pérdidas, como colocar los espacios necesitados de ventilación en la
periferia de la casa, o tener la mayor parte de la instalación de gas en el exterior, o disponer
de un electroventilador para forzar la ventilación sólo cuando sea necesario, etc.
Fachada ventilada. En ella existe una delgada cámara de aire abierta en ambos extremos,
separada del exterior por una lámina de material. Cuando el sol calienta la lámina exterior,
esta calienta a su vez el aire del interior, provocando un movimiento convectivo ascendente
que ventila la fachada previniendo un calentamiento excesivo. En invierno, esta cámara de
aire, aunque abierta, también ayuda en el aislamiento térmico del edificio.
Las cuevas siempre fueron utilizadas como protección frente a las inclemencias del tiempo;
los sótanos han sido conocidos siempre por su frescor del verano, pero las dos grandes
desventajas del enterramiento, la ausencia de luz y la alta humedad relativa, han hecho que
cualquier idea de habitar bajo suelo sea infravalorada. Sin embargo, nuevos diseños
pretenden aprovechar los efectos climáticos del suelo sin suponer una merma de
iluminación y controlando la humedad.
Una idea interesante puede ser que ciertas fachadas de la casa estén enterradas o
semienterradas. Por ejemplo, si se construye la casa en una pendiente orientada al sur, se
puede construir de tal manera que la fachada norte esté parcialmente enterrada, o
enterrarla totalmente e incluso echar una capa de tierra sobre el techo (que será plano). La
luz entrará por la fachada sur y, si fuera necesario, se pueden abrir claraboyas para la
iluminación de las habitaciones más interiores.
Para aprovechar la temperatura del suelo, se pueden enterrar tubos de aire (cuanto más
profundos mejor), de tal manera que este aire acaba teniendo la temperatura del suelo. Se
puede introducir en la casa bombeándolo con ventiladores o por convección (pozos
canadienses).
Espacios tapón
Son espacios adosados a la vivienda, de baja utilización, que térmicamente actúan de
aislantes o "tapones" entre la vivienda y el exterior. El confort térmico en estos espacios no
está asegurado, puesto que, al no formar parte de la vivienda propiamente dicha (el
recubrimiento aislante no los incluirá), no disfrutarán de las técnicas adecuadas de
climatización, pero como son de baja utilización, tampoco importa mucho. Pueden ser
espacios tapón el garaje, el invernadero, el desván... Este último es importante que exista.
La colocación adecuada de estos espacios puede acarrear beneficios climáticos para la
vivienda.
El garaje. No importa mucho que en el garaje haga frío o haga calor, a menos que se
disponga de un pequeño taller muy frecuentado en el mismo. En este caso, debido a la
mayor actividad física por los trabajos propios del taller, no importará que haga algo más frío
que en el resto de la casa en invierno, pero sí importará el calor. Cada uno debe evaluar
para qué va a utilizar este espacio. Para aprovechar su aislamiento, se puede colocar en la
fachada norte (más fría en invierno), o en la fachada oeste (donde el sol del atardecer de
verano castiga de forma especial).
El desván. La tentación de tener un espacio abuhardillado donde estudiar, dormir, etc. es
muy fuerte. Yo conozco un caso en el que, al aprovechar el desván de una casa típica de
pueblo como segundo piso, el dueño se vio obligado a instalar aire acondicionado cuando
hasta entonces no lo había necesitado. Por eso, yo aconsejo que la buhardilla sea un
espacio de baja ocupación (trastero, observatorio, etc.) sin aislamiento (el aislamiento
deberá colocarse bajo el suelo de la misma), que funcione como espacio tapón. Habrá unos
registros de ventilación en la parte alta y en la parte baja. En invierno los registros estarán
cerrados, y la buhardilla disminuirá de forma importante las pérdidas de calor a través del
techo. En verano, los registros se abrirán para que la convección forzada (ver Ventilación)
refresque este espacio, evitando que se convierta en un horno y protegiendo al resto de la
casa del calor del tejado.
Protección contra la radiación de verano
Es evidente que en verano hay que reducir las ganancias caloríficas al mínimo. Ciertas
técnicas utilizadas para el invierno (aislamiento, espacios tapón) contribuyen con igual
eficacia para el verano. Otras técnicas, como la ventilación, ayudan casi exclusivamente en
verano. Sin embargo, los sistemas de captación solar pasiva, tan útiles en invierno, son
ahora perjudiciales, por cuanto es necesario impedir la penetración de la radiación solar, en
vez de captarla.
Afortunadamente, en verano el sol está mas alto que en invierno (ver Trayectoria solar), lo
cual dificulta su penetración en las cristaleras orientadas al sur. La utilización de un alero o
tejadillo sobre la cristalera dificulta aún más la penetración de la radiación directa, afectando
poco a la penetración invernal. También el propio comportamiento del vidrio nos beneficia,
porque con ángulos de incidencia de la radiación más oblicuos, el coeficiente de transmisión
es menor. A pesar de estos beneficios, contamos con tres inconvenientes:
Alero fijo, con unas dimensiones adecuadas que impidan algo la penetración solar en
verano y no estorben mucho en invierno. Para hacerse una idea, un tejadillo situado a 0,5 m
por encima de la cristalera, y con 1,3 m de anchura, en Cáceres, si la cristalera tiene 2 m de
alto, hace que la radiación solar incidente sea de 2,24 Kwh/m2 en enero (8% menor que sin
alero) y de 2,71 Kwh/m2 en agosto (41% menor), en promedio.
Toldos y otros dispositivos externos, cuya ventaja es que son ajustables a las condiciones
requeridas.
Alero con vegetación de hoja caduca. Debe ser más largo que el alero fijo y con un enrejado
que deje penetrar la luz. Tiene la ventaja de que las hojas se caen en invierno, dejando
pasar la luz a través del enrejado, mientras que en verano las hojas lo hace opaco. El ciclo
vital de las plantas de hoja caduca coincide mejor con el verano real que con el solsticio de
verano, con lo que no tenemos el inconveniente que comentábamos con el alero fijo.
Persianas exteriores. Las persianas enrollables sirven perfectamente para interceptar la
radiación.
Contraventanas. Son más efectivas, pero quizá bloquean demasiado la luz
Árboles. Podemos utilizar varias estrategias. Por una parte, cualquier tipo de árbol, colocado
cerca de la zona sur de la fachada, refrescará el ambiente por evapotranspiración. Por otra
parte, podemos buscar que el árbol sombree la fachada sur e incluso parte del tejado, si es
suficientemente alto, pero debemos evitar que su sombra nos afecte en invierno. Para
conseguirlo, si el árbol es suficientemente alto y está suficientemente cerca, en invierno, al
estar el sol más bajo, la única sombra que se proyectará sobre la fachada sur será la del
tronco, mientras que en verano, será la sombra de la copa del árbol la que se proyecte
sobre la fachada sur y parte del tejado. Por otra parte, un árbol de hoja caduca nos da
mayor flexibilidad en cuanto a su posición relativa respecto de la casa, porque en invierno
nunca podrá proyectar la sombra de una copa maciza.
Algunas de las técnicas anteriores son válidas en general para proteger también muros, y
no sólo cristaleras, aunque quizá las mejores técnicas en este caso sean el disponer plantas
trepadoras sobre los muros y el utilizar colores poco absorbentes de la luz solar (colores
claros, especialmente el blanco). Los espacios tapón también protegen eficazmente
(desván, garage).
Las fachadas este (al amanecer) y oeste (al atardecer), así como la cubierta (durante todo
el día), también están expuestas a una radiación intensa en verano. Se procurará que en
estas zonas haya pocas aberturas (ventanas y claraboyas), o que sean pequeñas, puesto
que no tienen utilidad para ganancia solar invernal, aunque se las puede necesitar para
ventilación o iluminación. Si hay que proteger el muro, se pueden utilizar las técnicas
comentadas anteriormente.
http://ecohabitar.org/sistema-de-ventilacion-natural-de-las-cubiertas-que-evita-la-
acumulacion-de-calor/
¿Qué es la arquitectura bioclimática? Casas eficientes y ecológicas
PUBLICADO POR S&P EL AUG 09, 2018
2 COMENTARIOS
El término bioclimático hace referencia a la bioclimatología o disciplina que estudia la
relación entre el clima y los seres vivos. En este contexto, podríamos decir que la
arquitectura bioclimática se refiere al aprovechamiento de las condiciones
medioambientales en beneficio de las necesidades de los usuarios de una vivienda. Para
ello, será necesario diseñar los edificios de forma estratégica con el objetivo de conseguir el
máximo confort térmico con el mínimo consumo energético.
La orientación
En una vivienda construida según el concepto bioclimático, la captación de energía como
fuente de climatización será uno de los elementos de mayor importancia, aunque no el
único, por su impacto directo en el consumo energético de la vivienda. De esta forma, la
orientación de las envolventes transparentes hacia el sur, dejando que la radiación solar
pueda penetrar a través del vidrio calentando los elementos del interior, permitirá
aprovechar esa energía en los meses de invierno. En cambio, la orientación de las fachadas
opacas hacia el norte contribuirá a evitar pérdidas de calor. Esto siempre teniendo en
cuenta las coordenadas de nuestro país.
En cuanto a los materiales idóneos, debemos tener en cuenta que las viviendas con
elevada masa térmica se comportan manteniendo una temperatura sin variaciones bruscas,
relativamente estable frente a las condiciones externas. Así, materiales de construcción
pesados como el hormigón, la piedra natural o el ladrillo pueden actuar como una eficaz
masa térmica. Además, son apropiados para este tipo de construcciones.
Sistema de ventilación
El sistema tradicional de tiro térmico con control de caudal y temperatura cobra sentido en
este tipo de viviendas, pero es de difícil diseño y limitante a la hora de la construcción. En
cambio, la ventilación mecánica controlada puede aportar a la vivienda bioclimática las
condiciones óptimas para los usuarios en términos de renovación y calidad del aire con el
objetivo conseguir elevados niveles de salubridad.
Además, también puede aportar la climatización necesaria para un óptimo confort térmico si
la construcción ha seguido fielmente el resto de los parámetros anteriores, en cuanto a
orientación, aislamiento, etc. El uso de estos sistemas de ventilación previene además de
los problemas de humedad, moho y proliferación de ácaros y otros elementos
contaminantes del ambiente interior.
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Narutouzumakiii
dice:
30 marzo, 2020 a las 3:28 pm
Esta información me ha servida de gran ayuda para entenderte la arquitectura climatérica, y
es realmente interesante, gracias por la información
Responder
Marketing SP
dice:
8 abril, 2020 a las 5:23 pm
Buenas tardes,
Un saludo,
Equipo S&P
Responder
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Utilidad y uso de la ventilación bioclimática
Por Antonio Nieto 1 comentario
La búsqueda de nuevas técnicas de construcción y de implementación de sistemas es una
necesidad latente a nivel mundial. La ventilación bioclimática puede adecuarse a esta nueva
corriente arquitectónica que busca ser más amigable con el medioambiente sin sacrificar
confort ni diseño.
Verónica Henriques.
Bajo esta perspectiva se percibe el acto de construir, el cual genera un gran impacto en el
medioambiente, por lo que la bioconstrucción persigue minimizarlo en la mayor medida
posible, ayudando a crear un desarrollo sostenible que no agote al planeta, sino que sea
generador y regulador de los recursos empleados en conseguir un hábitat sano y saludable
y en armonía con el resto.
Energía
Los objetivos de actuación dentro del área de la energía son minimizar las emisiones de
gases a la atmósfera (CO2, SO2 y NOx) mediante el máximo abastecimiento energético con
ayuda de sistemas de energía renovable, los cuales permiten reducir al mínimo la demanda
energética de los edificios al establecer estrategias referentes a captación solar,
acumulación energética, bajo consumo y gestión eficaz de los mecanismos.
Aprovechamiento de los recursos del entorno. El objetivo principal es alcanzar los niveles de
confort adecuados (temperatura, iluminación, ventilación, etcétera) mediante el máximo
aprovechamiento de las características naturales del lugar (orientación, asoleamiento,
viento, humedad, entre otros) y la adecuación de los criterios del diseño a las condiciones
del entorno, las características de los espacios, materiales y fachadas adaptándolos en
función de la orientación
Cálculo de los niveles de ventilación
Actualmente, el Código Técnico de la Edificación señala los niveles de ventilación mínimos
exigidos a cada edificio y, más específicamente, hace énfasis en lo siguiente:
Los edificios dispondrán de medios para que sus recintos cuenten con una ventilación
adecuada que elimine los contaminantes producidos habitualmente durante el uso normal
de los edificios, a fin de que aporte un caudal suficiente de aire exterior y garantice la
extracción y expulsión del aire viciado por los contaminantes
Para limitar el riesgo de contaminación del aire interior de los edificios y del entorno exterior
en fachadas y patios, la evacuación de productos de combustión de las instalaciones
térmicas se producirá, con carácter general, por la cubierta del edificio, con independencia
del tipo de combustible y del aparato que se utilice, de acuerdo con la reglamentación
específica sobre instalaciones térmicas
Por estas razones, se establecen caudales mínimos de ventilación en función de los usos
de los locales y de su ocupación estimada, y se señalan las condiciones para los sistemas
de ventilación natural, mecánica e híbrida.
1) El aire debe circular desde los locales secos hacia los húmedos. Para ello, comedores,
dormitorios y las salas de estar deben disponer de aberturas de admisión; los aseos, las
cocinas y los cuartos de baño deben disponer de aberturas de extracción, y las particiones
situadas entre los locales con admisión y los locales con extracción deben disponer de
aberturas de paso
2) Los locales con varios de los usos del punto anterior deben disponer en cada zona
destinada a un uso diferente de las aberturas correspondientes
3) Cuando las carpinterías exteriores sean de clase 2, 3 o 4 deben utilizarse como aberturas
de admisión, aberturas dotadas de aireadores o aperturas fijas de la carpintería. Cuando las
carpinterías exteriores sean de clase 0 o 1 pueden utilizarse las juntas de apertura como
aberturas de admisión
6) Cuando algún local con extracción cuente con compartimentos, deben disponerse
aberturas de paso entre ellos; la abertura de extracción debe colocarse en el compartimento
más contaminado que, en el caso de aseos y cuartos de baños, es aquel en el que está
situado el inodoro; en el caso de las cocinas es el que está situada en la zona de cocción; y
la abertura de paso que conecta con el resto de la vivienda debe situarse en el local menos
contaminado
8) Los conductos de extracción no pueden compartirse con locales de otros usos, salvo con
los trasteros
En su forma más simple, una chimenea solar consiste en una chimenea pintada de negro
que durante el día conserva la energía solar y crea una corriente de aire ascendente. La
succión creada en la base de la chimenea se puede utilizar para ventilar y para refrescar el
edificio.
Área del colector solar. Esta superficie se puede situar en la parte superior de la chimenea o
puede incluir el eje del tiro entero
La orientación, el tipo de pintura, el aislamiento y las características térmicas de este
elemento son cruciales para captar, conservar y utilizar la energía solar
Eje principal de la ventilación. La localización, la altura, la sección representativa y las
características térmicas de esta estructura también son muy importantes
Orificios de entrada y salida. Las dimensiones, la localización, así como los aspectos
aerodinámicos de estos elementos inciden significativamente en el rendimiento
Intentar conseguir una vivienda experimental con autosuficiencia energética puede ser un
proyecto fascinante, aunque desde el punto de vista medioambiental sería muchísimo más
benéfico si se trabajara en una cultura que optara por la utilización de viviendas en las que
se consideran este tipo de ahorros. La suma de pequeñas actuaciones puntuales
beneficiaría tanto a escala individual como a escala global, lo que significaría un ahorro
global para la economía del país y, sobre todo, una reducción de las emisiones de CO2 a la
atmósfera, con lo que se contribuiría a la mitigación de la contaminación atmosférica.
—————————————————————————————————————————
——————-
Verónica Henriques
Es maestra en Ciencias por la Universidad Politécnica de Madrid, con especialidad en
Tecnologías Avanzadas en Construcción Arquitectónica. Ha tomado múltiples diplomados y
cursos enfocados en sustentabilidad. También ha sido catedrática de diversas
universidades en América Latina. Actualmente es profesora investigadora en la facultad de
Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana en Colombia
Publicado en Toolbox #PorElClima
El diseño de las infraestructuras puede generar una reducción considerable del consumo
energético de la instalación y, por tanto, reducir las emisiones de CO2. Para ello es
necesario implementar determinados elementos arquitectónicos para aprovechar el calor del
sol y la ventilación natural, definir la mejor orientación o utilizar materiales de construcción
adecuados.
Orientación
En el hemisferio norte la orientación ideal de un edificio es la del sur porque es esa que
ofrece al edificio el máximo potencial de iluminación natural y de insolación directa durante
el invierno y de iluminación natural a través de la irradiación indirecta durante el verano. Hay
maneras de capturar el máximo potencial de irradiación solar directa e indirecta a través de
la instalación de superficies de cristal que pueden crear un efecto invernadero dentro de la
casa, capturando así la energía térmica a través del uso de materiales que tienen una
capacidad elevada de capturar y acumular la energía térmica del sol en su interior y liberarla
lentamente cuando los alrededores alcanzan temperatura más baja.
Aislamiento térmico
El aislamiento térmico reduce el flujo de calor de una zona de temperatura más alta a una
zona de temperatura más baja. Para ello la envolvente del edificio debe estar aislada hasta
un cierto valor de resistencia térmica (valor-R) relacionado con la zona climática en la que
está el edificio y que la estructura del edificio sea diseñada en una manera adecuada. En un
edificio se pueden aislar las paredes, los techos, los tejados, los suelos, los cimientos y los
cerramientos utilizando materiales apropiados minimizar los puentes térmicos (puntos y
articulaciones en la estructura donde el calor puede escapar del edificio o entrar en ello).
Con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 procedentes del uso de sistemas de
calefacción y refrigeración convencionales, la construcción eficiente y bioclimática incide en
el uso de diferentes herramientas y procesos:
La orientación adecuada del edificio. La utilización de materiales de construcción
específicos. El aislamiento de la envolvente El tipo y el tamaño de las superficies de cristal
para el aprovechamiento de la energía solar. El tipo de cerramientos, el color del edificio y la
instalación de elementos exteriores como toldos, persianas, vegetación vertical, etc.
Elementos climáticos y paisajísticos (p.e. vegetación natural, tipo del terreno etc). Métodos
de ventilación natural: Ventilación unilateral, que es la forma más simple de ventilación y
consiste en la utilización de una solo abertura, como por ejemplo una ventana colocada en
una pared. Este tipo de ventilación tiene el potencial más bajo. Ventilación cruzada, donde
el aire entra en el edificio desde un lado (una ventana) y sale de una o más aberturas del
lado opuesto. Requiere la realización de un estudio de las direcciones dominantes de los
vientos de la zona para orientar, ubicar y dimensionar adecuadamente las aberturas en las
fachadas; Ventilación por efecto chimenea, que utiliza la fuerza motriz que se genera por la
diferencia de la temperatura entre el interior y el exterior de un edificio. Para facilitar el
fenómeno, especialmente durante el verano y en climas cálidos (donde la temperatura del
exterior no es más baja que la del interior) se deben utilizar los corrientes del aire, tanto
para facilitar la entrada del aire fresco, como la salida del aire caliente.
Una vez considerados estos parámetros también se pueden instalar sistemas que utilicen
algún tipo de energía renovable o de combinaciones de estas.
Iluminación natural
La orientación y las dimensiones del edificio y de las aberturas. La zona climática y las
necesidades de aprovechamiento del haz directo. La existencia de otros edificios u otros
factores exteriores que afectan a los niveles de iluminación del edificio objeto. La
contaminación atmosférica. El uso del edificio y la comunicación entre los usuarios. El uso
de componentes arquitectónicos que contribuyen a la iluminación natural de los edificios
como galerías, patios, porches, atrios, conductos de luz, conductos solares, muros cortin,
paredes translúcidas, claraboyas, cúpula y techos translucidos.
Uso de materiales específicos
Madera para la estructura, el aislamiento y los cerramientos del edificio. Tapial y adobe.
Piedra, procurando la reutilización de la piedra de construcciones antiguas. Corcho como
material aislante, normalmente, en forma de aglomerados formando paneles. Algodón como
material aislante.Celulosa como aislante térmico.Coco como aislamiento térmico y acústico.
Cáñamo, lino, lanas y virutas de madera, algas, paja y perlita.
Reutilización del agua para reducir su consumo
Para reducir el uso de agua potable para cubrir las necesidades primarias de los usuarios
de los edificios se propone la reutilización del agua a través de diversos sistemas:
Casas bioclimáticas: Edificaciones muy ZEO que ayudan a frenar el cambio climático
El sector de la construcción y la vivienda es uno de los mecanismos a través de los cuales
es posible reducir la huella de carbono humana y combatir el cambio climático. El concepto
“casa Bioclimática” nace con el objetivo de:
– Construir las casas y edificios siendo lo más respetuosos posibles con la vida que les
rodea, la fauna y flora autóctona donde se edifiquen.
– Construir las casas y edificios siendo lo más respetuosos con el medio ambiente.
Construyendo edificaciones que generen el menor número de emisiones posibles gracias al
uso de energías renovables y diseños que primen la eficiencia energética.
– Construir las casas y edificios aprovechando al máximo las características del territorio y
los recursos del entorno que les rodea. Siempre pensando en los recursos naturales que
puede brindarles el clima: El sol, la lluvia o el viento, por ejemplo.
Una de las organizaciones pioneras en traer este concepto a España, fue la Asociación para
el Desarrollo de la Casa Bioclimática (ADCB). En el año 2005 hizo una Declaración de lo
que para la ADCB era una edificación de carácter bioclimático. Esta Declaración se revisó
en 2009, como consecuencia de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación
(CTE).
Se trata de una Declaración que en esencia sigue siendo válida en la actualidad y que
establece una serie de requisitos para que una casa sea considerada medioambiental o
Bioclimática.
1. Proyecto Bioclimático
El proyecto debe garantizar los principios básicos de la arquitectura bioclimática: captación,
almacenamiento, aislamiento y protección. Todo esto utilizando los recursos naturales
propios, sobre todo las fuentes de energía renovable: el sol y el viento. Será necesario
justificar la orientación de la casa en base a la ventilación y el sol.
2. Insolación
Resulta un criterio indispensable para una casa bioclimática tener en cuenta la insolación.
En las fachadas norte y sur las oberturas de la vivienda deberán disponer como mínimo de
un doble cristal. Esto permitirá favorecer las protecciones solares en verano y minimizar las
pérdidas energéticas en invierno.
En las fachadas este y oeste las oberturas también deberán tener un mínimo de doble
cristal, en la fachada este estarán dimensionadas para favorecer las aportaciones solares
en invierno, y en la fachada oeste, estarán dimensionadas para minimizar los beneficios
solares de verano.
En cualquier caso, durante el solsticio de invierno, el comedor o la sala de estar debe recibir
a través de las ventanas, una hora de insolación directa entre las 10 y las 14h.
3. Ventilación cruzada
Una casa bioclimática deberá disponer de ventilación natural cruzada en dos fachadas. La
ventilación cruzada resulta un recurso muy óptimo para mantener la vivienda refrigerada de
una forma natural. Se basa en frenar el avance de aire cálido mediante una ventana en la
parte de la fachada donde más sople el viento, y otra ventana en el lado opuesto.
Cuando esto no sea posible, se dispondrá de ventilación natural en la fachada solana y de
un sistema de ventilación forzada.
4. Aislamiento térmico
Se superará en un mínimo de un 20% el valor U de transmitancia térmica definido en el
Código Técnico de la Edificación (CTE). La transmitancia térmica es la medida del calor que
fluye por unidad de tiempo y superficie, a través de un sistema constructivo, es decir,
atravesando las capas del material de la edificación.
5. Protección Solar
En la fachada sur se colocarán voladizos de protección solar estival. Será necesario
justificar que los aleros no producirán sombras en las ventanas y balconadas, impidiendo la
captación solar en invierno y que no permitirán la entrada del sol en verano.
6. Ahorro de agua
Se instalarán dispositivos de ahorro de agua en la vivienda consistentes en, al menos, tres
de los siguientes mecanismos:
9. Iluminación ornamental
En el caso de que la vivienda tenga iluminación ornamental, el 80% debe ser de origen
fotovoltaico.
El agua de la lluvia puede usarse exclusivamente para el riego de las parcelas, puede
conducirse hasta la red de pluviales – si el municipio cuenta con una-, o puede redirigirse a
un depósito de gestión municipal para uso de riego público. En el caso de las aguas
residuales de uso doméstico se conectarán a la red separativa municipal, el alcantarillado.
Evidentemente el reciclaje es ya casi una acción obligatoria para todos los hogares,
independientemente de que sean de construcción bioclimática o no. Es importante tener en
cuenta en el diseño de los espacios la existencia de un mueble o conjunto de cubos que
facilite la selección de residuos de la vivienda. Un proyecto bioclimático debe incluir el
sistema de reciclaje para una selección mínima: Materia orgánica, cristal, papel y cartón,
plástico y metal y desechos.
13. Vegetación
Las plantas capturan CO2 y nos ayudan a combatir el cambio climático. Las casas
bioclimáticas no están obligadas a contar con vegetación en sus inmediaciones. Aun así, si
la tienen, siempre deberá de ser autóctona y se deberá justificar su utilización como control
climático.
Para que una casa sea bioclimática debe tener también, un tubo de 20mm de diámetro
debe llegar hasta los puntos de ubicación de los aparatos de ACS, la calefacción y lugares
de entrada de las fuentes de energía, la sala y los dormitorios, desde el registro de acceso
de usuario(RAU) y telecomunicaciones.
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