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Ingeniería para Arquitectura Bioclimática y Sostenible

RECOMENDACIONES GENERALES DE DISEÑO DE SISTEMAS DE VENTILACIÓN


NATURAL
Generalidades
Los sistemas de ventilación natural en edificios son complejos de diseñar debido a la gran
variabilidad de los factores que provocan el movimiento de aire dentro del edificio: Viento
(velocidad, dirección, turbulencias, orografía, edificios circundantes, etc), Temperaturas
exteriores / interiores y su efecto en el interior del edificio (estratificación de aire,
sobrecalentamiento de cubierta, etc.).

Para un mejor diseño de los sistemas de ventilación natural, es deseable seguir una serie
de recomendaciones. Finalmente es también deseable validar los diseños mediante
técnicas de simulación numérica (CFD u otras que se verán a continuación).

En cuanto a los criterios generales para un aceptable diseño del edificio para incorporar
sistemas de ventilación natural están los siguientes:

Realizar un análisis del clima para conocer si la estrategia de ventilación natural es


adecuada y en qué periodos:
Los datos de viento se pueden obtener en el National Oceanographic and Atmospheric
Administration (NOAA). Estas rosas de vientos han de ser corregidos para la localización
real del edificio.
Los datos de temperaturas pueden obtenerse de las bases de datos de EnergyPlus por
ejemplo o bien de ASHRAE.
Decidir la estrategia de ventilación natural, por ejemplo:
Para climas muy cálidos con gran variación de temperaturas día/noche, es adecuada una
ventilación nocturna y un edificio cerrado durante el día para evitar el ingreso de calor.
Para climas húmedos y calurosos, podría ser adecuado una ventilación natural durante todo
el día y un esquema de edificio abierto. El movimiento de aire en el interior del mismo
favorece los índices de confort de los ocupantes.
Considerar en último término la posibilidad de ventilación mecánica en aquellos casos en
los que la ventilación natural no sea suficiente. Ver Free-Cooling
Estudiar la orientación del edificio y su integración en el clima.
Maximizar la ventilación inducida por el viento mediante la orientación del edificio
perpendicular a los vientos estivales.
Para favorecer los vientos en verano, los edificios deben tener pocas obstrucciones en esa
dirección.
Para evitar los vientos de invierno pueden ubicarse obstrucciones vegetales mediante
árboles.

Criterios generales de diseño


Diseñar los sistemas de ventilación natural en conjunción con los sistemas de evacuación
de humos de incendio.
Los edificios ventilados de forma natural deben ser estrechos.
Los edificios con una zona interior alejada de la fachada muy profunda son difíciles de
ventilar.
La máxima profundidad recomendable es de 13 mt. Por encima de esa longitud habría que
plantearse sistemas de ventilación mecánica Free-Cooling
Cada habitación debe disponer de aperturas de entrada y salida de aire.
Las salidas de aire se localizan en la parte alta y en la pared opuesta a las entradas y
separadas horizontalmente para favorecer el barrido del aire.
Las ventanas deben ser operables por los ocupantes.
Para locales con elevada altura libre (naves industriales, atrios, etc,) considerar el uso de
lucernarios con rejilla para salida del aire. Este sistema además, favorecerá el tiro de aire
por temperatura,
Diseño correcto del interior para favorecer la circulación de aire.
Se debe favorecer el paso del aire en el interior del edificio a través de la ubicación de
rejillas de paso de aire o aperturas.
Si se requiere privacidad se podrá usar el falso techo para conducir el aire hacia las rejillas
de salida mientras que el ingreso de aire fresco se realizará mediante rejillas en la parte
inferior de las puertas.
Estas no dejan de ser recomendaciones generales para el diseño de sistemas de
Ventilación Natural. No obstante, hay que realizar un estudio de cada caso concreto para
contemplar las particularidades de cada climatología y cada edificio. Siempre es interesante
apoyarse en ingenierías especializadas en el diseño y estudio de sistemas de ventilación
natural, como Simulaciones y Proyectos, SL que cuentan con herramientas de simulación
que permitirán optimizar este tipo de sistemasLa arquitectura bioclimática consiste en el
diseño de edificios teniendo en cuenta las condiciones climáticas, aprovechando los
recursos disponibles (sol, vegetación, lluvia, vientos) para disminuir los impactos
ambientales, intentando reducir los consumos de energía. La arquitectura bioclimática está
íntimamente ligada a la construcción ecológica, que se refiere a las estructuras o procesos
de construcción que sean responsables con el medio ambiente y ocupan recursos de
manera eficiente durante todo el tiempo de vida de una construcción. [1] También tiene
impacto en la salubridad de los edificios a través de un mejor confort térmico, el control de
los niveles de CO2 en los interiores, una mayor iluminación y la utilización de materiales de
construcción no tóxicos avalados por declaraciones ambientales.[2]
Una vivienda bioclimática puede conseguir un gran ahorro e incluso llegar a ser sostenible
en su totalidad. Aunque el costo de construcción de un edificio de este tipo puede ser más
alto, puede ser rentable, ya que el incremento en el costo inicial puede llegar a amortizarse
en el tiempo al disminuir los costos de operación.[3]
Antecedentes Editar
A pesar de que parece un concepto nuevo, no lo es; desde siempre, la llamada arquitectura
popular ha tenido que enfrentarse al clima necesitando los menores apoyos posible de
energía y, con el ensayo de cambiar pequeños detalles han ido encontrando soluciones
apropiadas al problema general del clima; ejemplos de ello son las casas encaladas en
Andalucía contra las casas con el color natural del material de la neseta norte de la
península, o las fachadas orientadas al sur en el hemisferio Norte, con objeto de aprovechar
el soleamiento. También el ejemplo de los chalets en los Alpes o las casas rurales en
muchas partes del mundo, como puede verse en la imagen pueden considerarse como
excelentes adaptaciones de la vida rural al clima con estaciones térmicas en todo el mundo.
En estos dos tipos de vivienda señalados, el establo del piso inferior servía de calefactor en
invierno (por el calor despedido con la fermentación de la paja y estiércol o compost) y se
sacaban los animales en verano para pastar, sirviendo entonces de aislamiento térmico
moderado. Además, el segundo piso o ático sirve, originalmente, de pajar o henar durante el
invierno, lo cual aísla del frío exterior a la zona de vivienda del primer piso. Y en las
viviendas rurales gallegas, el acceso exterior al primer piso donde se encuentran las
habitaciones se diseña tradicionalmente para evitar el paso frecuente por el establo.[4]

De la misma forma que un edificio bioclimático busca adaptarse al clima del lugar, los
usuarios deben tener también un comportamiento adaptativo. Implica que hay una doble
adaptación, clima y cultura, que lleva a una modificación en la conducta de los individuos y
en el tiempo en hábitos culturales. Dado que la sociedad contemporánea se ha adaptado a
una tecnología que simplifica la operación de los edificios no siempre un edificio bioclimático
es apropiable por parte de sus habitantes.[5]

Aparece una triple resistencia: los promotores que no desean gastar más, los usuarios que
no comprenden el concepto bioclimático para operar su edificio y los profesionales y
escuelas de arquitectura que privilegian el formalismo por encima de la adaptación al clima.

Generalidades Editar
La arquitectura bioclimática es un tipo de arquitectura donde el equilibrio y la armonía con el
medio ambiente son una constante. Se busca lograr un cierto nivel de confort térmico,
teniendo en cuenta el clima y las condiciones del entorno para ayudar a conseguir el confort
térmico interior mediante la adecuación del diseño, la geometría, la orientación y la
construcción del edificio adaptado a las condiciones climáticas de su entorno. Juega
exclusivamente con las características locales del medio (relieve, clima, vegetación natural,
dirección de los vientos dominantes, insolación, etc.), así como, el diseño y los elementos
arquitectónicos, sin utilizar sistemas mecánicos, que más bien se consideran como sistemas
de apoyo. No debemos olvidar, que una gran parte de la arquitectura tradicional ya
funcionaba según los principios bioclimáticos: ventanales orientados al sur en las regiones
de clima frío del hemisferio norte, el uso de ciertos materiales con determinadas
propiedades térmicas, como la madera, la piedra o el adobe, el abrigo del suelo, el encalado
en las casas mediterráneas para mantener el interior fresco en verano, la ubicación de los
pueblos, etc. La arquitectura bioclimática es, en definitiva, una arquitectura adaptada al
medio ambiente, sensible al impacto que provoca en la naturaleza, y que intenta minimizar
el consumo energético y con él, la contaminación ambiental.[6]
Una casa bioclimática no tiene por qué ser más cara que una convencional, pero las
construidas en climas templados han mostrado un sobrecosto del 5 al 15 %. No necesita de
la compra o instalación de sistemas mecánicos de climatización, sino que juega con los
elementos arquitectónicos de siempre para incrementar el rendimiento energético y
conseguir el confort de forma natural. Para ello, el diseño bioclimático supone un conjunto
de restricciones, pero siguen existiendo grados de libertad para el diseño según el gusto de
cada cual. La arquitectura bioclimática tiene en cuenta las condiciones del terreno, el
recorrido del Sol, las corrientes de aire, etc., aplicando estos aspectos a la distribución de
los espacios, la apertura y orientación de las ventanas, etc., con el fin de conseguir una
eficiencia energética. No consiste en inventar cosas extrañas sino diseñar con las ya
existentes y saber sacar el máximo provecho a los recursos naturales que nos brinda el
entorno. Sin embargo, esto no tiene porqué condicionar el aspecto de la construcción, que
es completamente variable y perfectamente acorde con las tendencias y el diseño de una
buena arquitectura.[7]
El diseño bioclimático está fundamentado en el análisis climático del sitio de estudio, para
esto es necesario procesar los principales datos climatológicos (temperatura, humedad,
precipitación pluvial, viento, radiación, entre otros) utilizando gráficas, mapas, o
proyecciones típicas de la geometría solar. También es importante aprovechar las distintas
herramientas desarrolladas por los principales investigadores del tema (Baruch Givoni,
Victor Olgyay, Mahoney, etc.). Estas herramientas como la carta bioclimática o la
psicrométrica, permiten evaluar los datos climáticos con la temperatura considerada como
de "confort" y obtener recomendaciones de diseño, tales como ventilar, uso de la masa
térmica, uso del enfriamiento evaporativo, etc.
Adaptación a la temperatura Editar

Las galerías (balcones y ventanas acristaladas) de La Coruña, un típico ejemplo del uso de
la insolación para la calefacción natural de las viviendas en invierno
Es quizá en este punto donde es más común incidir cuando se habla de arquitectura
bioclimática. Lo más habitual, es aprovechar al máximo la energía térmica del sol cuando el
clima es frío, por ejemplo para calefacción y agua caliente sanitaria. Aprovechar el efecto
invernadero de los cristales. Tener las mínimas pérdidas de calor (buen aislamiento térmico)
si hay algún elemento calefactor.

Cuando el clima es cálido lo tradicional es hacer muros más anchos, y tener el tejado y la
fachada de la casa con colores claros. Poner toldos y cristales especiales como doble cristal
y tener buena ventilación son otras soluciones. En el caso de usar algún sistema de
refrigeración, aislar la vivienda. Contar delante de una vivienda con un gran árbol de hoja
caduca que tape el sol en verano y en invierno lo permita también sería una solución.
Orientación Editar
Con una orientación de las ventanas acristaladas al sur en el Hemisferio Norte, o al norte en
el Hemisferio Sur, se capta más radiación solar en invierno y menos en verano, aunque
para las zonas más cálidas (con temperaturas promedio superiores a los 25 °C) es
sustancialmente más conveniente colocar los acristalamientos en el sentido opuesto, esto
es, dándole la espalda al ecuador; de esta forma en el verano, la cara acristalada sólo será
irradiada por el Sol en los primeros instantes del alba y en los últimos momentos del ocaso,
y en el invierno el Sol nunca bañará esta fachada, reduciendo el flujo calorífico al mínimo y
permitiendo utilizar conceptos de diseño arquitectónico propios del uso del cristal.
Soleamiento y protección solar Editar
Las ventanas con una adecuada protección solar, alargadas en sentido vertical y situadas
en la cara interior del muro, dejan entrar menos radiación solar en verano, evitando el
sobrecalentamiento de locales soleados.
Por el contrario, este efecto no es beneficioso en lugares fríos o durante el invierno, por eso,
tradicionalmente, en lugares fríos las ventanas son más grandes que en los cálidos, están
situadas en la cara exterior del muro y suelen tener miradores acristalados, para potenciar
la beneficiosa captación de la radiación solar.
Dispositivos de protección solar:
el alero: es el plano horizontal de protección solar, en la fachada norte (hemisferios Sur) o
fachada sur (hemisferio norte) permite co
parasoles verticales oblicuos a la fachada: en fachada oeste (hemisferio Sur) o fachada este
(hemisferio Norte). En dichas orientaciones la incidencia solar es a baja altura por lo que los
aleros no son eficaces. La colocación de estas pantallas a 45º permite la penetración solar
en invierno y se puede controlar la incidencia del sol en verano.
persianas exteriores a la ventana; el sombreamiento más efectivo se consigue con estos
dispositivos, en clima cálido es muy importante que el sol no traspase el cristal, por lo que
debe protegerse siempre por el exterior, porque en caso contrario la ventana funcionará
como un colector solar plano, dejando el calor en el interior del local. Sobre los anteriores
tienen el inconveniente de que no son pasivos, hay que cerrar en el momento que da el sol
en la ventana y abrir cuando no da, especialmente por las noches para permitir enfriar por
ventilación con aire nocturno más fresco.

Puerto de Willemstadt, en la isla de Curazao


El puerto de Willemstadt mostrado en la imagen, en la isla de Curazao, es un ejemplo que
se opone a la arquitectura bioclimática. Los techos inclinados para evitar la acumulación de
nieve típicos de Holanda y las ventanas relativamente pequeñas y cerradas contrastan con
el clima cálido de la zona intertropical, donde resulta fundamental estudiar la ventilación a
través de ventanas dirigidas fundamentalmente hacia el este y noreste, para aprovechar los
vientos alisios que soplan durante todo el año (esta idea refiere al hemisferio Norte; sería
diferente en el hemisferio sur). Sin embargo, este problema aparente se justifica por motivos
turísticos y se controla con el uso del aire acondicionado, muy importante y hasta necesario
por la enorme cantidad de turistas y el uso fundamental de los edificios para fines
comerciales.
Uno de los principales objetivos de la arquitectura bioclimática es ofrecer una climatización y
ventilación óptimas a partir de una gestión y regulación adecuada de la radiación solar así
como de la circulación natural del aire. Este tipo de arquitectura es una tendencia al alza
respaldada por una mayor concienciación medioambiental, también en los espacios
exteriores de las viviendas. Se conoce como pérgola bioclimática aquel sistema de
protección solar capaz de regular de forma natural la temperatura de la zona que cubre y la
radiación solar que recibe, al tiempo que ofrece protección frente a la lluvia, el viento y
cualquier otra inclemencia meteorológica.
Aislamiento térmico Editar
Los muros gruesos retardan las variaciones de temperatura, debido a su inercia térmica.
Los edificios enterrados o semi enterrados, aprovechan la inercia térmica de la tierra que los
rodea, estabilizando la oscilación térmica, por ejemplo, la variación térmica que se presenta
entre las mañanas frías y las tardes calurosas.
Un buen aislamiento térmico evita, en el invierno, la pérdida de calor por su protección con
el exterior, y en verano la entrada de calor.
Uno de los materiales con mejores propiedades aislantes, es el aire. Debido a sus bajos
valores de conductividad térmica, el uso de cámaras de aire se aprovecha para interrumpir
el flujo térmico entre el interior o el exterior. Sin embargo, estas cámaras de aire son más
eficaces cuando tienen dimensiones pequeñas, debido a que en éstas se limita el
movimiento convectivo del aire que puede transferir calor de una cara a otra. Un buen
ejemplo de estas reducidas cámaras es el EPS (poliestireno) que contiene pequeñas
burbujas de aire atrapado.
En las casas con techo inclinado o a dos aguas de las zonas templadas, puede construirse
un techo raso que encierre una cámara superior con el fin de aislar a la vivienda del
excesivo calor de la radiación solar en verano y del frío del invierno. Es el caso de los
chalets suizos cuya fachada se dirige hacia el sur para aprovechar la radiación solar durante
el invierno y tiene un piso superior que sirve de granero o almacén de heno que tiene
buenas propiedades aislantes durante el invierno. Al tener las habitaciones de la vivienda en
el primer piso y el establo en la planta baja, el chalet funciona como un ejemplo admirable
de vivienda bioclimática ya que el establo produce una especie de calefacción natural que
sirve para calentar la vivienda en el primer piso. En la época de calor, el ganado se saca a
pastar en los prados y al dejar libre el establo, permite una ventilación del mismo que sirve
para refrescar la vivienda. Tampoco el ático o granero tiene paja o heno durante el verano,
por lo que protege a la vivienda del calor solar excesivo. La escalera exterior de acceso a la
vivienda (típica en los chalets y casas agropecuarias gallegas y de muchas otras partes)
tiene como finalidad acceder a la vivienda sin molestar al ganado y otros animales
domésticos.
Infiltración es la entrada de aire desde exterior por fenómenos o usos en principio no
controlados, pero que afectan o son asumidos para la ventilación, por ejemplo, rendijas en
puertas o difusión a través de determinadas superficies.
Ventilación cruzada Editar
La diferencia de temperatura y presión entre dos estancias con orientaciones opuestas,
genera una corriente de aire que facilita la ventilación.
Una buena ventilación o calidad del aire interior[8] es muy útil en climas cálidos húmedos,
sin refrigeración mecánica, para mantener un adecuado confort higrotérmico.
Para diseñar adecuadamente la ventilación en espacios habitables, es necesario conocer la
dirección, la velocidad y la temperatura de este. Para esto se utilizan los datos climáticos de
cada sitio de estudio, estos pueden ser anuales, mensuales e incluso horarios. Es
importante que estos datos sean normalizados, es decir sean el promedio de los datos
recabados por varios años (al menos 10).
La ventilación también puede ser utilizada no solo para enfriar un espacio ya que si se
utiliza en combinación con cuerpos de agua (fuentes, estanques) es posible aumentar la
humedad del aire, siendo esta una técnica muy apreciada en climas cálido secos.
Integración de energías renovables Editar
Mediante la integración de fuentes de energía renovable, es posible que todo el consumo
sea de generación propia y no contaminante. En este caso, hablamos de edificios 0
emisiones. Puede llegarse incluso a generar más energía de la consumida —que podría ser
vendida a la red—, en cuyo caso hablamos de edificios energía plus.

Las fuentes más empleadas de energías renovables son la energía eólica, la energía solar
fotovoltaica, la energía solar térmica e incluso la energía geotérmica.

Arquitectura inadecuada desde los puntos de vista ecológico o bioclimático Editar


Artículo principal: Diseños arquitectónicos improvisados

Edificaciones construidas con financiamiento gubernamental para ser habitadas por civiles
como programa de subsidio en Playa Grande, estado Vargas, Venezuela.
A lo largo de la sociedad actual, existen numerosos ejemplos del empleo incorrecto u
opuesto a estos principios arquitectónicos, tanto en su diseño como en la construcción. En
Venezuela, un programa de subsidio social financiado por el gobierno, en el cual se
construyen estructuras para ser habitadas por familias de escasos recursos (en la imagen
se muestra un conjunto de estructuras construidas en el 2011 en el Estado Vargas) nos da
un ejemplo. Tomando en cuenta que se encuentra en una zona de alta densidad
demográfica, una superficie urbana muy limitada, clima de altas temperaturas, proximidad
inmediata al mar y poca vegetación arbórea, además de un suelo propio de zonas costeras
con características de aridez y con materiales de alta conductividad térmica (Ver bajantes
metálicos para la basura y cuartos pequeños para la misma), pueden ocasionar graves
problemas de confort térmico en el interior de dichas viviendas.

Podemos observar que los edificios poseen una cantidad ínfima de ventanas de escasa
superficie, sin balcones u otro tipo de puertas de ventilación; Además de esto, son
relativamente pequeñas, y se encuentran en la parte más superficial de los muros, de modo
que reciben una gran cantidad de radiación solar durante horas diurnas y a la vez no
permiten el acceso de aire suficiente para ventilar y disipar la sensación de altas
temperaturas; si bien el color de la estructura es apto para limitar algo la absorción de la
radiación solar, sigue siendo demasiado oscuro y debe utilizarse además un adecuado
material de construcción. La falta de vegetación, sobre todo la carencia de vegetación
arbórea en la zona de desplazamiento peatonal, produce incomodidad y fatiga por la
exposición al sol; el hecho de que no exista vegetación alguna, produce una sensación de
entorno hostil y el viento en cualquier dirección puede generar nubes de polvo y tierra que
penetren en los apartamentos más próximos al suelo.

Además, la proximidad de los edificios aumenta la sensación de calor y genera un foco de


altas temperaturas; el uso de asfalto para las zonas de tránsito de vehículos absorbe la
radiación solar y emite inmediatamente una radiación infrarroja que calienta enormemente
el aire a nivel del suelo.

Entre las imprudencias con relación a la arquitectura bioclimática pueden destacarse:

Incompatibilidad con el clima. Ello puede deberse a la negligencia en cuanto a la previsión


de factores climáticos obtenidos a través del previo estudio del clima. Esto incide
directamente en el tipo de materiales empleados y el diseño de la estructura.
Falta de diseño ecológico y aprovechamiento del espacio: El hecho de que no exista ningún
tipo de vegetación como elemento de construcción es incompatible con un ambiente
sustentable, además de un uso inadecuado del espacio, que pudo ser distribuido de forma
óptima e igual aprovechamiento.
Falta de urbanismo apto para ser habitado por seres humanos: La construcción de una
concentración de estructuras de este tipo, a través de un diseño semejante y obviando
tantos aspectos en relación al entorno, le hacen una zona prácticamente hostil para ser
habitada a largo plazo por cualquier familia.
Véase también
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¿QUÉ ES LA ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA Y POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE PARA
SAINT-GOBAIN?
La arquitectura bioclimática es la que se centra en el diseño y construcción de edificios
tomando en cuenta las condiciones climáticas de la región o país en que se está
construyendo, y se enfoca además, en el aprovechamiento de los recursos naturales
disponibles (sol, vegetación, lluvia, viento) para disminuir en lo posible el impacto ambiental
generado por la construcción y el consumo de energía.

arquitectura-bioclimatica-1024x682.jpg

Este tipo de arquitectura, se basa en la importancia de proporcionar a la construcción


confort térmico y acústico, así como de controlar los niveles de CO2 en los interiores del
espacio.

Sus principales características son:

La orientación: se diseña tomando en cuenta la posición del sol para aprovechar al máximo
la luz solar.
Soleamiento y protección solar: en este punto y dependiendo de la región en que se esté
construyendo, los vidrios deberán contar con protección solar para disminuir la entrada de la
radiación solar.
Aislamiento térmico: muros gruesos, edificios enterrados o semi enterrados; son algunas de
las técnicas de construcción utilizadas para conseguir un correcto aislamiento térmico, que
deberá retener el calor o impedir su entrada dependiendo de la estación del año.
Ventilación cruzada: con el objetivo de crear una buena ventilación en todas las áreas de la
construcción.
El objetivo de la arquitectura bioclimática, es diseñar construcciones que sean capaces de
cambiar su comportamiento ambiental de acuerdo a las condiciones de cada estación el
año.

casa_bioclimatica_01.jpg

Saint-Gobain y este tipo de arquitectura se unen en el trabajo por crear ambientes


sustentables y confortables en los que se disminuya el consumo de energía al usar la mayor
cantidad de luz natural como sea posible, además de mejorar la acústica de los espacios y
la calidad del aire.

El enfoque de Saint-Gobain al crear estas soluciones se basa en los siguientes puntos:


Brindar soluciones locales adaptadas a las necesidades de cada mercado.
Poseer un amplio portafolio de productos y soluciones de eficiencia energética.
La arquitectura sustentable diseña los espacios y Saint-Gobain se encarga de proporcionar
las soluciones y herramientas necesarias para lograr construir sin generar daño al medio
ambiente.

Fuente: Ovacen.com, Construmatica.com

¿QUIÉNES SOMOS?
Saint-Gobain diseña, produce y distribuye materiales y soluciones que son ingredientes
clave en el bienestar de cada uno de nosotros y en el futuro de todos. Pueden ser
encontrados en cualquier lugar para vivir y en nuestra vida diaria: edificios, transporte,
infraestructura y en muchas aplicaciones industriales. Proveen confort, desempeño y
seguridad al mismo tiempo que abordan los desafíos en construcción sostenible, eficiencia
energética y cambio climático. http://multicomfort.saint-gobain.com/

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Arquitectura Bioclimática: Conceptos y técnicas
La arquitectura bioclimática consiste en el diseño de edificios teniendo en cuenta las
condiciones climáticas, aprovechando los recursos disponibles (sol, vegetación, lluvia,
vientos) para disminuir los impactos ambientales, intentando reducir los consumos de
energía.

suelo
Espacios tapón
Protección contra la radiación de verano
Sistemas evaporativos de refrigeración
Trayectoria solar
Siendo el sol la principal fuente energética que afecta al diseño bioclimático, es importante
tener una idea de su trayectoria en las distintas estaciones del año.
Como se sabe, la existencia de las estaciones está motivada porque el eje de rotación de la
tierra no es siempre perpendicular al plano de su trayectoria de traslación con respecto al
sol, sino que forma un ángulo variable dependiendo del momento del año en que nos
encontremos.

Sin entrar en detalles técnicos, y particularizando para el hemisferio norte, por encima del
trópico de Cáncer (es decir, una situación geográfica en la que está España):

Hay sólo dos días del año en los que el eje de rotación es perpendicular al plano de
traslación: el equinoccio de primavera (22 de marzo) y el equinoccio de otoño (21 de
septiembre). En estos días, el día dura exactamente lo mismo que la noche, y el sol sale
exactamente por el este y se pone por el oeste.
Después del equinoccio de primavera, los días son cada vez más largos, y el sol alcanza
cada vez mayor altura a mediodía. La salida y la puesta de sol se desplazan hacia el norte
(es decir, tiende a salir cada vez más por el nordeste y a ponerse por el noroeste). Esta
tendencia sigue hasta el solsticio de verano (21 de junio), el día más largo del año, para
seguir después la tendencia contraria hasta llegar al equinoccio de otoño.
Después del equinoccio de otoño, los días son cada vez más cortos, y el sol cada vez está
más bajo a mediodía. La salida y la puesta de sol se desplazan hacia el sur (es decir, tiende
a salir cada vez más por el sudeste y a ponerse por el sudoeste. Esta tendencia sigue hasta
el solsticio de invierno (21 de diciembre), el día más corto del año, para seguir después la
tendencia contraria hasta llegar al equinoccio de primavera.

Para hacerse una idea, en una ciudad tal como Cáceres, en los equinoccios, la elevación
alcanzada por el sol a mediodía son unos 50º sobre la horizontal. Avanzando hacia el
solsticio de verano, el sol cada vez se eleva más, hasta los 74º (nunca llega a estar
vertical), y avanzando hacia el solsticio de invierno, el sol cada vez está más bajo, hasta los
27º. En cuanto a la salida y puesta, en el solsticio de invierno, se llegan a desplazar 31º
hacia el sur, y en el solsticio de verano 21º hacia el norte.

También hay que tener en cuenta que el horario solar no es el horario oficial. Por ejemplo,
en Cáceres, para calcular la hora solar hay que restar a la oficial 2h 25´ en verano y 1h 25´
en invierno.

Estas trayectorias solares que acabamos de describir tienen una consecuencia clara sobre
la radiación recibida por fachadas verticales: en invierno, la fachada sur recibe la mayoría
de radiación, gracias a que el sol está bajo, mientras que las otras orientaciones apenas
reciben radiación. En verano, en cambio, cuando el sol está más vertical a mediodía, la
fachada sur recibe menos radiación directa, mientras que las mañanas y las tardes castigan
especialmente a las fachadas este y oeste, respectivamente.

Arquitectura Bioclimática. Ilustración Iñaki Urkia


Ilustración Iñaki Urkia
Radiación directa, difusa y reflejada
La energía solar incidente en una superficie terrestre se manifiesta de tres maneras
diferentes:

La radiación directa es, como su propio nombre indica, la que proviene directamente del sol.
La radiación difusa es aquella recibida de la atmósfera como consecuencia de la dispersión
de parte de la radiación del sol en la misma. Esta energía puede suponer aproximadamente
un 15% de la radiación global en los días soleados, pero en los días nublados, en los cuales
la radiación directa es muy baja, la radiación difusa supone un porcentaje mucho mayor. Por
otra parte, las superficies horizontales son las que más radiación difusa reciben, ya que
"ven" toda la semiesfera celeste, mientras que las superficies verticales reciben menos
porque solo "ven" la mitad de la semiesfera celeste.
La radiación reflejada es, como su propio nombre indica, aquella reflejada por la superficie
terrestre. La cantidad de radiación depende del coeficiente de reflexión de la superficie,
también llamado albedo. Por otra parte, las superficies horizontales no reciben ninguna
radiación reflejada, porque no "ven" superficie terrestre, mientras que las superficies
verticales son las que más reciben.
Para hacerse una idea, en Cáceres, en un día medio de marzo, la energía directa supone
2,09 Kwh/m2, mientras que la energía difusa es 1,91 Kwh/m2, es decir, la difusa es un 48%
del total, mientras que en un día medio de agosto, la directa supone 6,00 Kwh/m2, mientras
que la difusa es 2,08 Kwh/m2, en este caso, un porcentaje del 25%. Esto se debe a que en
agosto está menos nublado que en marzo.

Formas de transmisión del calor


Es importante tener presentes los mecanismos de transmisión del calor para comprender el
comportamiento térmico de una casa. Microscópicamente, el calor es un estado de
agitación molecular que se transmite de unos cuerpos a otros de tres formas diferentes:

Conducción. El calor se transmite a través de la masa del propio cuerpo. La facilidad con
que el calor "viaja" a través de un material lo define como conductor o como aislante
térmico. Ejemplos de buenos conductores son los metales, y de buenos aislantes, los
plásticos, maderas, aire. Este es el fenómeno por el cual las viviendas pierden calor en
invierno a través de las paredes, lo que se puede reducir colocando un material que sea
aislante. El coeficiente de conducción térmica de un material es una medida de su
capacidad para conducir el calor.
Convección. Si consideramos un material fluido (en estado líquido o gaseoso), el calor,
además de transmitirse a través del material (conducción), puede ser "transportado" por el
propio movimiento del fluido. Si el movimiento del fluido se produce de forma natural, por la
diferencia de temperaturas (aire caliente sube, aire frío baja), la convección es natural, y si
el movimiento lo produce algún otro fenómeno (ventilador, viento), la convección es forzada.
Radiación. Todo material emite radiación electromagnética, cuya intensidad depende de la
temperatura a la que se encuentre. La radiación infrarroja provoca una sensación de calor
inmediata (piénsese en una estufa de butano, por ejemplo). El sol nos aporta energía
exclusivamente por radiación.
Capacidad calorífica e inercia térmica
Si a un cuerpo le aportamos calor, este eleva su temperatura. Si lo hace lentamente
decimos que tiene mucha capacidad calorífica, puesto que es capaz de almacenar mucho
calor por cada grado centígrado de temperatura. Las diferencias de capacidad calorífica
entre el agua y el aceite, por ejemplo, (mayor la primera que el segundo) es lo que hace
que, al fuego, el agua tarde más en calentarse que el aceite, pero también que el agua
"guarde" más el calor.

Se llama calor específico de un material (en Kcal/KgºC) a la cantidad de calor que hay que
suministrarle a 1 Kg para que eleve su temperatura 1ºC.

La capacidad calorífica y el almacenamiento de calor traen aparejados ciertos fenómenos.


Por ejemplo: en casa, en invierno, cuando encendemos la estufa al llegar por la tarde, la
habitación tarda en alcanzar una temperatura agradable, y cuando la apagamos, por la
noche, la temperatura de la habitación todavía es buena y no se enfría inmediatamente.
Esto ocurre también en las estaciones: en el hemisferio norte, el 21 de abril (equinoccio de
primavera) el sol está en la misma posición que el 21 de septiembre (equinoccio de otoño),
y sin embargo, las temperaturas son mayores en esta última fecha, por la sencilla razón de
que la tierra todavía "guarda" el calor del verano, que irá perdiendo poco a poco. Esta
"resistencia" de la temperatura a reaccionar inmediatamente a los aportes de calor es lo que
llamamos inercia térmica.

Este es un concepto importante en las viviendas bioclimáticas: si tienen poca inercia


térmica, reaccionarán rápidamente a la radiación solar, calentándose pronto durante el día
(hablamos del invierno), pero también por la noche se enfrían más rápido: el retardo entre
los aportes de calor y la temperatura alcanzada es pequeño. En cambio, en viviendas con
gran inercia térmica, la radiación solar no provocará una subida rápida de la temperatura de
la casa, porque el calor se está almacenando, y posteriormente se libera lentamente por la
noche, por lo que no se producirá una disminución brusca de temperatura; además, las
variaciones de temperatura se amortiguan, no alcanzando valores tan extremos.

Entonces, la inercia térmica en una vivienda lleva aparejado dos fenómenos: el de retardo
(de la temperatura interior respecto a la temperatura exterior), y el de amortiguación (la
variación interior de temperatura no es tan grande como la variación exterior).

Confort térmico
Muchos tenemos la idea intuitiva de que nuestro confort térmico depende
fundamentalmente de la temperatura del aire que nos rodea, y nada más lejos de la
realidad.

Podemos decir que nuestro cuerpo se encuentra en una situación de confort térmico cuando
el ritmo al que generamos calor es el mismo que el ritmo al que lo perdemos para nuestra
temperatura corporal normal. Esto implica que, en balance global, tenemos que perder calor
permanentemente para encontrarnos bien, pero al "ritmo" adecuado. Influyen varios
factores:

Factores que influyen en el ritmo de generación de calor


Actividad física y mental. Nuestro cuerpo debe generar calor para mantener nuestra
temperatura corporal, pero también es un "subproducto" de nuestra actividad física y
mental. Para una situación de reposo, el cuerpo consume unas 70 Kcal / hora, frente a una
situación de trabajo, donde se pueden consumir hasta 700 Kcal / h para un ejercicio físico
intenso.

Metabolismo. Cada persona tiene su propio metabolismo y necesita sus propios ritmos para
evacuar calor.

Factores que influyen en el ritmo de pérdida de calor


Aislamiento natural del individuo. El tejido adiposo (grasa) y el vello, son "materiales"
naturales que aislan y reducen las pérdidas de calor. La cantidad de cada uno de ellos
depende del individuo.

Ropa de abrigo. La ropa de abrigo mantiene una capa de aire entre la superficie de nuestro
cuerpo y el tejido que nos aisla térmicamente. Aunque la ropa de abrigo provoca una
sensación de calentamiento del organismo, en realidad lo único que hacen es reducir las
pérdidas de calor pues, evidentemente, no consumen energía ninguna y, por tanto, no
producen calor. Como no consumen, es el mecanismo más barato energéticamente
hablando para regular la temperatura del cuerpo. En nuestras pretensiones de climatización
de la vivienda, debemos considerar esta solución de una manera razonable, es decir, por
ejemplo, en invierno, tan exagerado sería climatizar para estar siempre en camiseta (los
costes energéticos se disparan), como para estar siempre con abrigo (demasiado
incómodo). Es absurdo, más que ser un símbolo de estatus, el pretender tener una casa
climatizada donde podamos estar en invierno en manga corta y en verano con jersey.

Temperatura del aire. Es el dato que siempre se maneja pero, como decíamos, no es el
fundamental a la hora de alcanzar el confort térmico.
Temperatura de radiación. Es un factor desconocido, pero tan importante como el anterior.
Está relacionado con el calor que recibimos por radiación. Podemos estar confortables con
una temperatura del aire muy baja si la temperatura de radiación es alta; por ejemplo, un día
moderadamente frío de invierno, en el campo, puede ser agradable si estamos recibiendo el
calor del sol de mediodía; o puede ser agradable una casa en la cual la temperatura del aire
no es muy alta (15ºC), pero las paredes están calientes (22ºC). Esto es importante, porque
suele ocurrir en las casas bioclimáticas, en donde la temperatura del aire suele ser menor
que la temperatura de las paredes, suelos y techos, que pueden haber sido calentadas por
el sol.

Movimiento del aire. El viento aumenta las pérdidas de calor del organismo, por dos causas:
por infiltración, al internarse el aire en las ropas de abrigo y "llevarse" la capa de aire que
nos aisla; y por aumentar la evaporación del sudor, que es un mecanismo para eliminar
calor (ver más adelante "calor de vaporización").

Humedad del aire. La humedad incide en la capacidad de transpiración que tiene el


organismo, mecanismo por el cual se elimina el calor. A mayor humedad, menor
transpiración. Por eso es más llevadero un calor seco que un calor húmedo. Un valor
cuantitativo importante es la humedad relativa, que es el porcentaje de humedad que tiene
el aire respecto al máximo que admitiría. La humedad relativa cambia con la temperatura
por la sencilla razón de que la máxima humedad que admite el aire cambia con ella.

Efecto invernadero
Es el fenómeno por el cual la radiación entra en un espacio y queda atrapada, calentando,
por tanto, ese espacio. Se llama así porque es el efecto que ocurre en un invernadero, que
es un espacio cerrado por un acristalado. El vidrio se comporta de una manera curiosa ante
la radiación: es transparente a la radiación visible (por eso vemos a través de él), pero
opaco ante radiación de mayor longitud de onda (radiación infrarroja). Cuando los rayos del
sol entran en un invernadero, la radiación es absorbida por los objetos de su interior, que se
calientan, emitiendo radiación infrarroja, que no puede escapar pues el vidrio es opaco a la
misma.

El efecto invernadero es el fenómeno utilizado en las casas bioclimáticas para captar y


mantener el calor del sol.

Fenómenos convectivos naturales


Como ya dijimos, la convección es un fenómeno por el cual el aire caliente tiende a
ascender u el frío a descender. Es posible utilizar la radiación solar para calentar aire de tal
manera que, al subir, escape al exterior, teniendo que ser sustituido por aire más frío, lo
cual provoca una renovación de aire que se denomina ventilación convectiva. El dispositivo
que provoca este fenómeno se denomina chimenea solar.
En un espacio cerrado, el aire caliente tiende a situarse en la parte de arriba, y el frío en la
de abajo. Si este espacio es amplio en altura, la diferencia de temperaturas entre la parte
alta y la parte baja puede ser apreciable. Este fenómeno se denomina estratificación
térmica. Dos habitaciones colocadas a diferentes alturas, pero comunicadas entre sí,
participan de este fenómeno, y resultará en que la habitación alta esté siempre más cálida
que la baja.

Calor de vaporización
Cuando un cuerpo pasa de estado líquido a gaseoso, necesita absorber una cantidad de
calor que se denomina calor de vaporización. Entonces el agua, al evaporarse, necesita
calor, que adquiere de su entorno inmediato, enfriándolo. Por eso los lugares donde hay
agua están más frescos.

Las plantas están transpirando continuamente, eliminando agua en forma de vapor. Por eso
los lugares donde hay plantas están también más frescos.

El agua de un botijo permanece fresca a pesar de que haga calor, gracias a que el barro de
que está hecho es permeable al vapor de agua, permitiendo entonces la evaporación de
parte del agua interior, que refresca la masa de agua restante.

Efecto climático del suelo


El suelo tiene mucha inercia térmica (ya explicamos lo que es esto), lo que amortigua y
retarda las variaciones de temperatura, entre el día y la noche, e incluso entre estaciones.
La amortiguación de temperatura que se produce depende de la profundidad y del tipo de
suelo. Para amortiguar las variaciones día - noche el espesor debe ser de 20 - 30 cm, para
amortiguar las variaciones entre días de distintas temperaturas, espesor de 80 a 200 cm, y
para amortiguar variaciones invierno - verano, espesores de 6 - 12 m.

Aunque en la práctica no sea factible grandes profundidades en enterramientos de


viviendas, si que han surgido proyectos de viviendas semienterradas para tratar de
aprovechar esta capacidad de amortiguamiento del suelo.

Pérdida de calor en viviendas (invierno)


Ya hemos hablado de los tres mecanismos de transmisión del calor. En una vivienda, los
tres funcionan para producir pérdidas de calor. En el interior de la casa, el calor se transmite
entre los paramentos (muros, techos, suelos) principalmente por radiación, y entre los
paramentos y el aire interior principalmente por convección. El calor "viaja" a través de los
paramentos por conducción, hasta alcanzar el exterior de la casa, donde se disipa por
convección y radiación. Para reducir las pérdidas de calor, se actúa principalmente sobre el
fenómeno de conducción a través de los paramentos, intercalando una capa de material
térmicamente aislante.
Hay que cuidar los llamados puentes térmicos, que son lugares de refuerzo o juntas de los
paramentos que pueden estar construidos con materiales diferentes al resto, existiendo por
tanto una discontinuidad de la capa aislante. Estos lugares pueden convertirse en vías
rápidas de escape del calor.

Sin embargo existe otra causa de pérdida de calor: la ventilación. Para que una casa sea
salubre necesita un ritmo adecuado de renovación de aire. Si esta renovación se realiza con
el aire exterior, estamos perdiendo aire caliente e introduciendo aire frío. Hay que llegar a
un compromiso entre la ventilación que necesitamos y las pérdidas de calor que podemos
admitir, a no ser que se "precaliente" el aire exterior de alguna manera.

Pero aunque reduzcamos la ventilación al mínimo, una baja estanqueidad de la casa puede
forzar la ventilación aunque no queramos, especialmente en días ventosos: son las
infiltraciones. Por ello, es importante reducir al máximo este fenómeno, cuidando
especialmente las juntas de cierre de puertas y ventanas.

Aunque se reduzca la ventilación y las infiltraciones al mínimo, cuando hay viento, la


convección forzada, fenómeno del cual ya hablamos, hace que el calor que se transmite del
interior al exterior de la casa se disipe mucho más rápidamente en el paramento exterior. La
única manera de disminuir este fenómeno es evitando que el viento golpee la casa, bien
eligiendo una ubicación donde la casa esté protegida de los vientos dominantes de invierno,
bien estableciendo barreras naturales mediante la vegetación.

Microclima y ubicación
El comportamiento climático de una casa no solo depende de su diseño, sino que también
está influenciado por su ubicación: la existencia de accidentes naturales como montes, ríos,
pantanos, vegetación, o artificiales como edificios próximos, etc., crean un microclima que
afecta al viento, la humedad, y la radiación solar que recibe la casa.

Si se ha de construir una casa bioclimática, el primer estudio tiene que dedicarse a las
condiciones climáticas de la región y, después, a las condiciones microclimáticas de la
ubicación concreta

Ubicación
La ubicación determina las condiciones climáticas con las que la vivienda tiene que
"relacionarse". Podemos hablar de condiciones macroclimáticas y microclimáticas.

Las condiciones macroclimáticas son consecuencia de la pertenencia a una latitud y región


determinada. Los datos más importantes que las definen son:
Las temperaturas medias, máximas y mínimas
La pluviometría
La radiación solar incidente
La dirección del viento dominante y su velocidad media
Las condiciones microclimáticas son consecuencia de la existencia de accidentes
geográficos locales que pueden modificar las anteriores condiciones de forma significativa.
Podemos tener en cuenta:

La pendiente del terreno, por cuanto determina una orientación predominante de la vivienda
La existencia cercana de elevaciones, por cuanto pueden influir como barrera frente al
viento o frente a la radiación solar
La existencia de masas de agua cercanas, que reducen las variaciones bruscas de
temperatura e incrementan la humedad ambiente
La existencia de masas boscosas cercanas
La existencia de edificios
La elección de la ubicación de la vivienda, si ello es posible, es una decisión muy importante
en el proceso de diseño bioclimático, si acaso tan importante como el diseño de la vivienda
en sí misma. Además de seleccionar la ubicación más adecuada, debemos tener en cuenta
que siempre es posible actuar sobre el entorno (añadiendo o quitando vegetación o agua,
por ejemplo), para modificar las condiciones microclimáticas. Es lo que llamamos corrección
del entorno.

Forma y orientación
La forma de la casa influye sobre:

La superficie de contacto entre la vivienda y el exterior, lo cual influye en las pérdidas o


ganancias caloríficas. Normalmente se desea un buen aislamiento, para lo cual, además de
utilizar los materiales adecuados, la superficie de contacto tiene que ser lo más pequeña
posible. Para un determinado volumen interior, una forma compacta (como el cubo), sin
entrantes ni salientes, es la que determina la superficie de contacto más pequeña. La
existencia de patios, alas, etc. incrementan esta superficie.
La resistencia frente al viento. La altura, por ejemplo, es determinante: una casa alta
siempre ofrece mayor resistencia que una casa baja. Esto es bueno en verano, puesto que
incrementa la ventilación, pero malo en invierno, puesto que incrementa las infiltraciones. La
forma del tejado y la existencia de salientes diversos, por ejemplo, también influye en
conseguir una casa más o menos "aerodinámica". Teniendo en cuenta las direcciones de
los vientos predominantes, tanto en invierno como en verano es posible llegar a una
situación de compromiso que disminuya las infiltraciones en invierno e incremente la
ventilación en verano.
La captación solar (explicaremos esto un poco más en la orientación)
La orientación de la casa influye sobre:

La captación solar. Normalmente interesa captar cuanta más energía mejor porque es
nuestra fuente de climatización en invierno (en verano utilizaremos sombreamientos y otras
técnicas para evitar la radiación). En las latitudes en que nos encontramos, conviene
orientar siempre nuestra superficie de captación (acristalado) hacia el sur. La forma ideal es
una casa compacta y alargada, es decir, de planta rectangular, cuyo lado mayor va de este
a oeste, y en el cual se encontrarán la mayor parte de los dispositivos de captación (fachada
sur), y cuyo lado menor va de norte a sur. Hay que reducir la existencia de ventanas en las
fachadas norte, este y oeste, puesto que no son muy útiles para la captación solar en
invierno (aunque pueden serlo para ventilación e iluminación) y, sin embargo, se producen
muchas pérdidas de calor a su través.
La influencia de los vientos dominantes sobre la ventilación y las infiltraciones.
Captación solar pasiva
La energía solar es la fuente principal de energía de climatización en una vivienda
bioclimática. Su captación se realiza aprovechando el propio diseño de la vivienda, y sin
necesidad de utilizar sistemas mecánicos. La captación hace uso del llamado efecto
invernadero, según el cual la radiación penetra a través de vidrio, calentando los materiales
dispuestos detrás suyo; el vidrio no deja escapar la radiación infrarroja emitida por estos
materiales, por lo que queda confinada entonces en el recinto interior. Los materiales,
calentados por la energía solar, guardan este calor y lo liberan, posteriormente, atendiendo
a un retardo que depende de su inercia térmica. Para un mayor rendimiento, es aconsejable
disponer de sistemas de aislamiento móviles (persianas, contraventanas, etc.) que se
puedan cerrar por la noche para evitar pérdidas de calor por conducción y convección a
través del vidrio.

Los sistemas de captación pueden ser definidos por dos parámetros: rendimiento, o fracción
de energía realmente aprovechada respecto a la que incide, y retardo, o tiempo que
transcurre entre que la energía es almacenada y liberada. Hay varios tipos de sistemas:

Sistemas directos. El sol penetra directamente a través del acristalamiento al interior del
recinto. Es importante prever la existencia de masas térmicas de acumulación de calor en
los lugares (suelo, paredes) donde incide la radiación. Son los sistemas de mayor
rendimiento y de menor retardo.
Sistemas semidirectos. Utilizan un adosado o invernadero como espacio intermedio entre el
exterior y el interior. La energía acumulada en este espacio intermedio se hace pasar a
voluntad al interior a través de un cerramiento móvil. El espacio intermedio puede utilizarse
también, a ciertas horas del día, como espacio habitable. El rendimiento de este sistema es
menor que el anterior, mientras que su retardo es mayor.
Sistemas indirectos. La captación la realiza directamente un elemento de almacenamiento
dispuesto inmediatamente detrás del cristal (a unos pocos centímetros). El interior de la
vivienda se encuentra anexo al mismo. El calor almacenado pasa al interior por conducción,
convección y radiación. El elemento de almacenamiento puede ser un paramento de
material de alta capacidad calorífica, bidones de agua, lecho de piedras, etc., y puede ser
una de las paredes de la habitación, el techo, o el suelo. Un caso particular es el llamado
muro trombe, en el cual, además, se abren unos registros ajustables en la parte superior y
en la inferior para que se cree una transferencia de calor por conducción a voluntad. El
rendimiento de estos sistemas es también menor que el del sistema directo, y presentan
unos retardos muy grandes.
En el diseño de estos sistemas es importante considerar:

La existencia de suficiente masa térmica para la acumulación del calor dispuesta en las
zonas de incidencia de radiación
La existencia de cerramientos móviles para aislamiento
La orientación, obstáculos y sombreamientos de los espacios de captación, de tal manera
que se maximice la captación de energía en invierno y se minimice la de verano. Repetimos
de nuevo que lo óptimo es la orientación al sur de los sistemas de captación, o con una
desviación de hasta 30º.

Aislamiento y masa térmica en la arquitectura bioclimática


La masa térmica provoca un desfase entre los aportes de calor y el incremento de la
temperatura. Funciona a distintos niveles. En ciclo diario, durante el invierno, la masa
térmica estratégicamente colocada almacena el calor solar durante el día para liberarlo por
la noche, y durante el verano, realiza la misma función, sólo que el calor que almacena
durante el día es el de la casa (manteniéndola, por tanto, fresca), y lo libera por la noche,
evacuándose mediante la ventilación. En cambio en el ciclo interdiario, la masa térmica es
capaz de mantener determinadas condiciones térmicas durante algunos días una vez que
estas han cesado: por ejemplo, es capaz de guardar el calor de días soleados de invierno
durante algunos días nublados venideros. En ciclo anual, se guarda el calor del verano para
el invierno y el fresco del invierno para el verano (sólo una ingente masa térmica como el
suelo es capaz de realizar algo así).

La vivienda con elevada masa térmica se comporta manteniendo una temperatura sin
variaciones bruscas, relativamente estable frente a las condiciones externas. El objetivo es
conseguir que, mediante un buen diseño bioclimático, esta temperatura sea agradable. La
masa térmica elevada no es aconsejable en viviendas ocasionales (viviendas de fin de
semana, por ejemplo), cuyas condiciones de temperatura son irrelevantes excepto en los
momentos en que se ocupan, momentos en los que se requiere calentarlas o enfriarlas
rápidamente. Y rapidez y masa térmica están reñidas, por el desfase del que hablábamos
anteriormente.
En general, materiales de construcción pesados pueden actuar como una eficaz masa
térmica: los muros, suelos o techos gruesos, de piedra, hormigón o ladrillo, son buenos en
este sentido. Colocados estratégicamente para recibir la radiación solar tras un cristal,
funcionan fundamentalmente en ciclo diario, pero repartidos adecuadamente por toda la
casa, funcionan en ciclo interdiario. Si la casa está enterrada o semienterrada, la masa
térmica del suelo ayudará también a la amortiguación de oscilaciones térmicas, en un ciclo
largo.

El aislamiento térmico dificulta el paso de calor por conducción del interior al exterior de la
vivienda y viceversa. Por ello es eficaz tanto en invierno como en verano. Una forma de
conseguirlo es utilizar recubrimientos de materiales muy aislantes, como espumas y
plásticos. No conviene exagerar con este tipo de aislamiento, puesto que existe otra
importante causa de pérdida de calor: las infiltraciones. De nada serviría tener una casa
"superaislada" si no se ha cuidado este otro factor. De todas maneras, aunque se quieran
reducir al máximo las infiltraciones, siempre es necesario un mínimo de ventilación por
cuestiones higiénicas, lo que supone un mínimo de pérdidas caloríficas a tener en cuenta.
Para hacer eficaz el aislamiento, también es necesario reducir al máximo los puentes
térmicos.

En cuanto a la colocación del aislamiento, lo ideal es hacerlo por fuera de la masa térmica,
es decir, como recubrimiento exterior de los muros, techos y suelos, de tal manera que la
masa térmica actúe como acumulador eficaz en el interior, y bien aislado del exterior.

También es importante aislar los acristalamientos. Durante el día actúan eficazmente en la


captación de la radiación solar para obtener luz y calor, pero por las noches se convierten
en sumideros de calor hacia el exterior por conducción y convección (no por radiación, pues
el cristal es opaco al infrarrojo). Un doble acristalado reduce las pérdidas de calor, aunque
también reduce algo la transparencia frente a la radiación solar durante el día. De cualquier
manera, nada tan eficaz como aislamientos móviles (contraventanas, persianas, paneles,
cortinas) que se echen durante la noche y se quiten durante el día. En verano, estos
elementos pueden impedir durante el día la penetración de la radiación solar.

Ventilación
En una vivienda bioclimática, la ventilación es importante, y tiene varios usos:

Renovación del aire, para mantener las condiciones higiénicas. Un mínimo de ventilación es
siempre necesario.
Incrementar el confort térmico en verano, puesto que el movimiento del aire acelera la
disipación de calor del cuerpo humano
Climatización. El aire en movimiento puede llevarse el calor acumulado en muros, techos y
suelos por el fenómeno de convección. Para ello, la temperatura del aire debe ser lo más
baja posible. Esto es útil especialmente en las noches de verano, cuando el aire es más
fresco.
Infiltraciones. Es el nombre que se le da a la ventilación no deseada. En invierno, pueden
suponer una importante pérdida de calor. Es necesario reducirlas al mínimo.
Consideramos diferentes formas de ventilar
Ventilación natural. Es la que tiene lugar cuando el viento crea corrientes de aire en la casa,
al abrir las ventanas. Para que la ventilación sea lo más eficaz posible, las ventanas deben
colocarse en fachadas opuestas, sin obstáculos entre ellas, y en fachadas que sean
transversales a la dirección de los vientos dominantes. En días calurosos de verano, es
eficaz ventilar durante la noche y cerrar durante el día.
Ventilación convectiva. Es la que tiene lugar cuando el aire caliente asciende, siendo
reemplazado por aire más frío. Durante el día, en una vivienda bioclimática, se pueden crear
corrientes de aire aunque no haya viento provocando aperturas en las partes altas de la
casa, por donde pueda salir el aire caliente. Si en estas partes altas se coloca algún
dispositivo que caliente el aire de forma adicional mediante radiación solar (chimenea solar),
el aire saldrá aún con más fuerza. Es importante prever de donde provendrá el aire de
sustitución y a qué ritmo debe ventilarse. Una ventilación convectiva que introduzca como
aire renovado aire caliente del exterior será poco eficaz. Por eso, el aire de renovación
puede provenir, por ejemplo, de un patio fresco, de un sótano, o de tubos enterrados en el
suelo. Nunca se debe ventilar a un ritmo demasiado rápido, que consuma el aire fresco de
renovación y anule la capacidad que tienen los dispositivos anteriores de refrescar el aire.
En este caso es necesario frenar el ritmo de renovación o incluso detenerlo, esperando a la
noche para ventilar de forma natural.
Ventilación convectiva en desván. Un porcentaje importante de pérdidas de calor en
invierno y ganancias de calor en verano ocurre a través del tejado de la vivienda. Disponer
de un espacio tapón entre el último piso de la vivienda y el tejado (un desván) reducirá de
forma importante esta transferencia de calor. En verano, se puede hacer que el desván esté
autoventilado por convección. Es normal que este lugar se convierta en un horno donde el
aire alcance una temperatura mayor que el aire exterior; si se abren registros en su parte
alta y en su parte baja, es posible dejar escapar este aire caliente, que será renovado por
aire exterior. En invierno, estos registros deben estar cerrados. Es importante diseñar el
desván para que esta corriente de aire no sea obstruida.
Pérdidas por ventilación en invierno. Ya dijimos que, siempre, debemos reducir al mínimo
las pérdidas de calor por infiltraciones. Estas serán importantes especialmente en los días
ventosos. Sin embargo, un mínimo de ventilación es necesaria para la higiene de la
vivienda, especialmente en ciertos espacios. En la cocina, por ejemplo, es necesaria una
salida de humos para la cocina, o para el calentador de gas, o registros de seguridad para
la instalación de gas, o ventilar para eliminar los olores de la cocina. En el baño también es
necesario ventilar por los malos olores. La pérdida de calor se verifica porque el aire viciado
que sale es caliente, y el puro que entra es frío. Ciertas estrategias pueden servir para
disminuir estas pérdidas, como colocar los espacios necesitados de ventilación en la
periferia de la casa, o tener la mayor parte de la instalación de gas en el exterior, o disponer
de un electroventilador para forzar la ventilación sólo cuando sea necesario, etc.
Fachada ventilada. En ella existe una delgada cámara de aire abierta en ambos extremos,
separada del exterior por una lámina de material. Cuando el sol calienta la lámina exterior,
esta calienta a su vez el aire del interior, provocando un movimiento convectivo ascendente
que ventila la fachada previniendo un calentamiento excesivo. En invierno, esta cámara de
aire, aunque abierta, también ayuda en el aislamiento térmico del edificio.

Aprovechamiento climático del suelo


La elevada inercia térmica del suelo provoca que las oscilaciones térmicas del exterior se
amortigüen cada vez más según la profundidad. A una determinada profundidad, la
temperatura permanece constante (es por eso que el aire del interior de las cuevas
permanece a una temperatura casi constante e independiente de la temperatura exterior).
La temperatura del suelo suele ser tal que es menor que la temperatura exterior en verano,
y mayor que la exterior en invierno, con lo que siempre se agradece su influencia. Además
de la inercia térmica, una capa de tierra puede actuar como aislante adicional.

Las cuevas siempre fueron utilizadas como protección frente a las inclemencias del tiempo;
los sótanos han sido conocidos siempre por su frescor del verano, pero las dos grandes
desventajas del enterramiento, la ausencia de luz y la alta humedad relativa, han hecho que
cualquier idea de habitar bajo suelo sea infravalorada. Sin embargo, nuevos diseños
pretenden aprovechar los efectos climáticos del suelo sin suponer una merma de
iluminación y controlando la humedad.

Una idea interesante puede ser que ciertas fachadas de la casa estén enterradas o
semienterradas. Por ejemplo, si se construye la casa en una pendiente orientada al sur, se
puede construir de tal manera que la fachada norte esté parcialmente enterrada, o
enterrarla totalmente e incluso echar una capa de tierra sobre el techo (que será plano). La
luz entrará por la fachada sur y, si fuera necesario, se pueden abrir claraboyas para la
iluminación de las habitaciones más interiores.

A mí personalmente me gusta la idea de enterrar parte de la fachada norte, pero no en su


totalidad, de tal manera que se puedan abrir algunas ventanas para permitir la ventilación
cruzada norte - sur en verano. Tampoco me gusta la idea de echar una capa de tierra sobre
el tejado, lo que supone reforzar la estructura de la casa para aguantar este peso, además
de que prefiero que el techo no sea plano.

Para aprovechar la temperatura del suelo, se pueden enterrar tubos de aire (cuanto más
profundos mejor), de tal manera que este aire acaba teniendo la temperatura del suelo. Se
puede introducir en la casa bombeándolo con ventiladores o por convección (pozos
canadienses).

Espacios tapón
Son espacios adosados a la vivienda, de baja utilización, que térmicamente actúan de
aislantes o "tapones" entre la vivienda y el exterior. El confort térmico en estos espacios no
está asegurado, puesto que, al no formar parte de la vivienda propiamente dicha (el
recubrimiento aislante no los incluirá), no disfrutarán de las técnicas adecuadas de
climatización, pero como son de baja utilización, tampoco importa mucho. Pueden ser
espacios tapón el garaje, el invernadero, el desván... Este último es importante que exista.
La colocación adecuada de estos espacios puede acarrear beneficios climáticos para la
vivienda.

El garaje. No importa mucho que en el garaje haga frío o haga calor, a menos que se
disponga de un pequeño taller muy frecuentado en el mismo. En este caso, debido a la
mayor actividad física por los trabajos propios del taller, no importará que haga algo más frío
que en el resto de la casa en invierno, pero sí importará el calor. Cada uno debe evaluar
para qué va a utilizar este espacio. Para aprovechar su aislamiento, se puede colocar en la
fachada norte (más fría en invierno), o en la fachada oeste (donde el sol del atardecer de
verano castiga de forma especial).
El desván. La tentación de tener un espacio abuhardillado donde estudiar, dormir, etc. es
muy fuerte. Yo conozco un caso en el que, al aprovechar el desván de una casa típica de
pueblo como segundo piso, el dueño se vio obligado a instalar aire acondicionado cuando
hasta entonces no lo había necesitado. Por eso, yo aconsejo que la buhardilla sea un
espacio de baja ocupación (trastero, observatorio, etc.) sin aislamiento (el aislamiento
deberá colocarse bajo el suelo de la misma), que funcione como espacio tapón. Habrá unos
registros de ventilación en la parte alta y en la parte baja. En invierno los registros estarán
cerrados, y la buhardilla disminuirá de forma importante las pérdidas de calor a través del
techo. En verano, los registros se abrirán para que la convección forzada (ver Ventilación)
refresque este espacio, evitando que se convierta en un horno y protegiendo al resto de la
casa del calor del tejado.
Protección contra la radiación de verano
Es evidente que en verano hay que reducir las ganancias caloríficas al mínimo. Ciertas
técnicas utilizadas para el invierno (aislamiento, espacios tapón) contribuyen con igual
eficacia para el verano. Otras técnicas, como la ventilación, ayudan casi exclusivamente en
verano. Sin embargo, los sistemas de captación solar pasiva, tan útiles en invierno, son
ahora perjudiciales, por cuanto es necesario impedir la penetración de la radiación solar, en
vez de captarla.

Afortunadamente, en verano el sol está mas alto que en invierno (ver Trayectoria solar), lo
cual dificulta su penetración en las cristaleras orientadas al sur. La utilización de un alero o
tejadillo sobre la cristalera dificulta aún más la penetración de la radiación directa, afectando
poco a la penetración invernal. También el propio comportamiento del vidrio nos beneficia,
porque con ángulos de incidencia de la radiación más oblicuos, el coeficiente de transmisión
es menor. A pesar de estos beneficios, contamos con tres inconvenientes:

Visto desde la Tierra, el Sol parece moverse a lo largo de la eclíptica. Wikipedia


El solsticio de verano (21 de junio) no coincide exactamente con los días más calurosos del
verano (segunda quincena de julio y primera de agosto). Esto significa que, cuando llega el
calor fuerte, el sol ya está algo más bajo en el cielo y puede penetrar mejor por la cristalera
sur.
El día tiene mayor duración (hay más horas de sol) y los días son más despejados que en el
invierno
Aunque evitemos la llegada de la radiación directa, hay que considerar también la radiación
difusa y reflejada, lo que puede suponer ganancias caloríficas apreciables (ver Radiación
directa, difusa y reflejada).
Para hacerse una idea, hemos estimado que la radiación recibida por una fachada sur en
Cáceres es de 2,43 Kwh/m2 en enero y de 4,56 Kwh/m2 en agosto, por término medio. Esto
significa que necesitamos dispositivos de sombreamiento que impidan a esta radiación
llegar hasta nuestra cristalera. Algunos de estos dispositivos son:

Alero fijo, con unas dimensiones adecuadas que impidan algo la penetración solar en
verano y no estorben mucho en invierno. Para hacerse una idea, un tejadillo situado a 0,5 m
por encima de la cristalera, y con 1,3 m de anchura, en Cáceres, si la cristalera tiene 2 m de
alto, hace que la radiación solar incidente sea de 2,24 Kwh/m2 en enero (8% menor que sin
alero) y de 2,71 Kwh/m2 en agosto (41% menor), en promedio.
Toldos y otros dispositivos externos, cuya ventaja es que son ajustables a las condiciones
requeridas.
Alero con vegetación de hoja caduca. Debe ser más largo que el alero fijo y con un enrejado
que deje penetrar la luz. Tiene la ventaja de que las hojas se caen en invierno, dejando
pasar la luz a través del enrejado, mientras que en verano las hojas lo hace opaco. El ciclo
vital de las plantas de hoja caduca coincide mejor con el verano real que con el solsticio de
verano, con lo que no tenemos el inconveniente que comentábamos con el alero fijo.
Persianas exteriores. Las persianas enrollables sirven perfectamente para interceptar la
radiación.
Contraventanas. Son más efectivas, pero quizá bloquean demasiado la luz
Árboles. Podemos utilizar varias estrategias. Por una parte, cualquier tipo de árbol, colocado
cerca de la zona sur de la fachada, refrescará el ambiente por evapotranspiración. Por otra
parte, podemos buscar que el árbol sombree la fachada sur e incluso parte del tejado, si es
suficientemente alto, pero debemos evitar que su sombra nos afecte en invierno. Para
conseguirlo, si el árbol es suficientemente alto y está suficientemente cerca, en invierno, al
estar el sol más bajo, la única sombra que se proyectará sobre la fachada sur será la del
tronco, mientras que en verano, será la sombra de la copa del árbol la que se proyecte
sobre la fachada sur y parte del tejado. Por otra parte, un árbol de hoja caduca nos da
mayor flexibilidad en cuanto a su posición relativa respecto de la casa, porque en invierno
nunca podrá proyectar la sombra de una copa maciza.
Algunas de las técnicas anteriores son válidas en general para proteger también muros, y
no sólo cristaleras, aunque quizá las mejores técnicas en este caso sean el disponer plantas
trepadoras sobre los muros y el utilizar colores poco absorbentes de la luz solar (colores
claros, especialmente el blanco). Los espacios tapón también protegen eficazmente
(desván, garage).
Las fachadas este (al amanecer) y oeste (al atardecer), así como la cubierta (durante todo
el día), también están expuestas a una radiación intensa en verano. Se procurará que en
estas zonas haya pocas aberturas (ventanas y claraboyas), o que sean pequeñas, puesto
que no tienen utilidad para ganancia solar invernal, aunque se las puede necesitar para
ventilación o iluminación. Si hay que proteger el muro, se pueden utilizar las técnicas
comentadas anteriormente.

Sistemas evaporativos de refrigeración


La evaporación de agua refresca el ambiente (ver Calor de vaporización). Si utilizamos la
energía solar para evaporar agua, paradójicamente estaremos utilizando el calor para
refrigerar. Hay que tener en cuenta que la vegetación, durante el día, transpira agua,
refrescando también el ambiente. Varias ideas son practicables. En un patio, una fuente
refrescará esta zona que, a su vez, puede refrescar las estancias colindantes. El efecto será
mejor si hay vegetación. La existencia de vegetación y/o pequeños estanques alrededor de
la casa, especialmente en la fachada sur, mejorará también el ambiente en verano. Sin
embargo hay que considerar dos cosas: por una parte, un exceso de vegetación puede
crear un exceso de humedad que, combinado con el calor, disminuirá la sensación de
confort, por otra, en invierno habrá también algo más de humedad. De cualquier manera, en
climas calurosos, suele ser conveniente casi siempre el uso de esta técnica.

El riego esporádico alrededor de la casa, o la pulverización de agua sobre fachadas y


tejado, también refrescará la casa y el ambiente.

http://ecohabitar.org/sistema-de-ventilacion-natural-de-las-cubiertas-que-evita-la-
acumulacion-de-calor/
¿Qué es la arquitectura bioclimática? Casas eficientes y ecológicas
PUBLICADO POR S&P EL AUG 09, 2018
2 COMENTARIOS
El término bioclimático hace referencia a la bioclimatología o disciplina que estudia la
relación entre el clima y los seres vivos. En este contexto, podríamos decir que la
arquitectura bioclimática se refiere al aprovechamiento de las condiciones
medioambientales en beneficio de las necesidades de los usuarios de una vivienda. Para
ello, será necesario diseñar los edificios de forma estratégica con el objetivo de conseguir el
máximo confort térmico con el mínimo consumo energético.

Elementos a tener en cuenta en la arquitectura bioclimática


A la hora de diseñar un edificio, este tipo de arquitectura se basa en las condiciones
climáticas del entorno con el fin de aprovechar los recursos disponibles con el menor
impacto ambiental y con el objetivo de obtener el menor consumo energético posible para la
vivienda.

Para ello, la arquitectura bioclimática tiene en cuenta una serie de elementos:

Las condiciones del suelo


La elevada inercia térmica del suelo produce un efecto climático que puede ser
aprovechado en este tipo de arquitectura ya que amortigua y retarda la variación de
temperatura que se produce entre el día y la noche. El semienterramiento de edificios o de
alguna de sus fachadas puede contribuir a aprovechar la capacidad de acumulación
calorífica del suelo y además, hay que tener en cuenta que una capa de tierra puede actuar
como aislante adicional.

La instalación de pozos canadienses formaría parte también del aprovechamiento de las


condiciones del suelo en este tipo de construcciones ya que son sistemas de geotermia, y
por tanto renovables, que permiten un aprovechamiento de la energía del subsuelo.

La orientación
En una vivienda construida según el concepto bioclimático, la captación de energía como
fuente de climatización será uno de los elementos de mayor importancia, aunque no el
único, por su impacto directo en el consumo energético de la vivienda. De esta forma, la
orientación de las envolventes transparentes hacia el sur, dejando que la radiación solar
pueda penetrar a través del vidrio calentando los elementos del interior, permitirá
aprovechar esa energía en los meses de invierno. En cambio, la orientación de las fachadas
opacas hacia el norte contribuirá a evitar pérdidas de calor. Esto siempre teniendo en
cuenta las coordenadas de nuestro país.

La utilización de sistemas de captación orientados adecuadamente y otros sistemas de


aislamiento como persianas, toldos, contraventanas e incluso la ubicación de cierta
vegetación y árboles en el entorno, también permitirán controlar de forma más precisa la
climatización de la vivienda optimizando la eficiencia de los sistemas y reduciendo, por
tanto, el consumo energético de la misma.

Descarga ahora nuestra guía «Los efectos de la contaminación atmosférica en la salud»


El aislamiento y los materiales empleados en la construcción
La utilización de un adecuado aislamiento tanto térmico como acústico es uno de los
factores más importantes en cualquier construcción pero además, en la arquitectura
bioclimática, tanto el aislamiento como los materiales contemplados en el diseño deben ser
sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Con respecto al aislamiento térmico, en viviendas de uso habitual será conveniente
colocarlo hacia el exterior. Esto contribuirá a mantener la temperatura interior. Disponer de
una envolvente con gran masa térmica situada dentro del aislamiento sirve, a su vez, para
conseguir almacenar la energía.

En cuanto a los materiales idóneos, debemos tener en cuenta que las viviendas con
elevada masa térmica se comportan manteniendo una temperatura sin variaciones bruscas,
relativamente estable frente a las condiciones externas. Así, materiales de construcción
pesados como el hormigón, la piedra natural o el ladrillo pueden actuar como una eficaz
masa térmica. Además, son apropiados para este tipo de construcciones.

Sistema de ventilación
El sistema tradicional de tiro térmico con control de caudal y temperatura cobra sentido en
este tipo de viviendas, pero es de difícil diseño y limitante a la hora de la construcción. En
cambio, la ventilación mecánica controlada puede aportar a la vivienda bioclimática las
condiciones óptimas para los usuarios en términos de renovación y calidad del aire con el
objetivo conseguir elevados niveles de salubridad.

Además, también puede aportar la climatización necesaria para un óptimo confort térmico si
la construcción ha seguido fielmente el resto de los parámetros anteriores, en cuanto a
orientación, aislamiento, etc. El uso de estos sistemas de ventilación previene además de
los problemas de humedad, moho y proliferación de ácaros y otros elementos
contaminantes del ambiente interior.

Sistemas de enfriamiento evaporativo


En aquellos casos en los que la vivienda esté ubicada en un lugar con un clima cálido y
seco podría ser necesaria la utilización de algún sistema para refrescar el ambiente. Los
sistemas de enfriamiento evaporativo son idóneos para enfriar el aire en las viviendas
bioclimáticas ya que utilizan el agua como refrigerante, y son sistemas que proporcionan un
mayor ahorro energético que los sistemas de enfriamiento tradicionales con un menor
impacto medioambiental.

En esencia, la arquitectura bioclimática intenta armonizar la construcción con el medio


ambiente optimizando los recursos naturales con el fin de cubrir nuestras necesidades de
confort con el mínimo consumo energético. Algo tan sencillo como realizar un consumo
racional de los recursos naturales y de la energía reduciendo nuestro impacto en el medio
ambiente.

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Comentarios

Narutouzumakiii
dice:
30 marzo, 2020 a las 3:28 pm
Esta información me ha servida de gran ayuda para entenderte la arquitectura climatérica, y
es realmente interesante, gracias por la información

Responder

Marketing SP
dice:
8 abril, 2020 a las 5:23 pm
Buenas tardes,

¡Gracias por tu mensaje!


Nos alegra que te guste el contenido

Un saludo,
Equipo S&P

Responder
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agrícolas, sector terciario, procesos industriales y OEMs. El reto de futuro es desarrollar
productos, sistemas de ventilación y recuperación de energía con un elevado nivel de
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Utilidad y uso de la ventilación bioclimática
Por Antonio Nieto 1 comentario
La búsqueda de nuevas técnicas de construcción y de implementación de sistemas es una
necesidad latente a nivel mundial. La ventilación bioclimática puede adecuarse a esta nueva
corriente arquitectónica que busca ser más amigable con el medioambiente sin sacrificar
confort ni diseño.

Verónica Henriques.

La arquitectura bioclimática o bioconstrucción, de elevada eficiencia energética, es aquella


que tiene por objeto la consecución de un gran nivel de confort térmico mediante la
adecuación del diseño, la geometría, la orientación y la construcción del edificio a las
condiciones climáticas de su entorno.

Se trata de una arquitectura adaptada al medioambiente, sensible al impacto que provoca


en la naturaleza y que intenta minimizar el consumo energético; por ende, la contaminación
ambiental. La utilización de la bioclimática se lleva a cabo a través de sistemas de captación
solar pasiva, galerías de ventilación controlada y sistemas vegetales hídricos reguladores
de temperatura y humedad.

En ocasiones, el ser humano no vislumbra la magnitud de sus actos y no alcanza a


entender que todo lo que realiza repercute sobre aquello que le rodea; de tal manera que
una acción nunca permanece aislada, sino que provoca reacciones que pueden extender su
efecto, como las ondas que se forman en el agua cuando se lanza una piedra. Así, todas las
acciones son importantes e inciden en el resto de los seres.

Bajo esta perspectiva se percibe el acto de construir, el cual genera un gran impacto en el
medioambiente, por lo que la bioconstrucción persigue minimizarlo en la mayor medida
posible, ayudando a crear un desarrollo sostenible que no agote al planeta, sino que sea
generador y regulador de los recursos empleados en conseguir un hábitat sano y saludable
y en armonía con el resto.

El concepto de bienestar ha evolucionado de una manera singular. Al igual que la ropa de


abrigo representa mucho más que la simple necesidad de abrigarse, la vivienda representa
más que la necesidad de tener un lugar confortable dónde desarrollar parte de nuestra vida
y puede representar, por ejemplo, un símbolo de estatus. Tanto el ahorro energético como
el aprovechamiento del sol como recurso puede responder inapropiadamente al modelo de
estatus; en cambio, disponer de un costoso sistema de climatización que mantenga todas
las habitaciones de la casa a una temperatura fresca sí responde a este modelo.

Energía
Los objetivos de actuación dentro del área de la energía son minimizar las emisiones de
gases a la atmósfera (CO2, SO2 y NOx) mediante el máximo abastecimiento energético con
ayuda de sistemas de energía renovable, los cuales permiten reducir al mínimo la demanda
energética de los edificios al establecer estrategias referentes a captación solar,
acumulación energética, bajo consumo y gestión eficaz de los mecanismos.

La minimización de la demanda energética contribuye a la reducción de sus impactos


medioambientales asociados, los cuales son el agotamiento de los recursos naturales, fruto
de una sobreexplotación de las materias primas derivada de hábitos de consumo no
sostenibles, y el agotamiento de las materias primas no renovables que supone un impacto
irreversible; por ello, la sobreexplotación tiene efectos difícilmente recuperables desde el
punto de vista del desarrollo sostenible.

A00075646Estrategias. Captación solar, acumulación energética, bajo consumo y gestión


de los mecanismos permiten reducir la demanda energética
Estrategias de diseño en la ventilación bioclimática

La incorporación de esta tecnología a los edificios responde a la aplicación de la siguiente


estrategia de diseño dentro del área de actuación de la energía:

Aprovechamiento de los recursos del entorno. El objetivo principal es alcanzar los niveles de
confort adecuados (temperatura, iluminación, ventilación, etcétera) mediante el máximo
aprovechamiento de las características naturales del lugar (orientación, asoleamiento,
viento, humedad, entre otros) y la adecuación de los criterios del diseño a las condiciones
del entorno, las características de los espacios, materiales y fachadas adaptándolos en
función de la orientación
Cálculo de los niveles de ventilación
Actualmente, el Código Técnico de la Edificación señala los niveles de ventilación mínimos
exigidos a cada edificio y, más específicamente, hace énfasis en lo siguiente:

Los edificios dispondrán de medios para que sus recintos cuenten con una ventilación
adecuada que elimine los contaminantes producidos habitualmente durante el uso normal
de los edificios, a fin de que aporte un caudal suficiente de aire exterior y garantice la
extracción y expulsión del aire viciado por los contaminantes
Para limitar el riesgo de contaminación del aire interior de los edificios y del entorno exterior
en fachadas y patios, la evacuación de productos de combustión de las instalaciones
térmicas se producirá, con carácter general, por la cubierta del edificio, con independencia
del tipo de combustible y del aparato que se utilice, de acuerdo con la reglamentación
específica sobre instalaciones térmicas
Por estas razones, se establecen caudales mínimos de ventilación en función de los usos
de los locales y de su ocupación estimada, y se señalan las condiciones para los sistemas
de ventilación natural, mecánica e híbrida.

A00075647Beneficios. La ventilación bioclimática permite aprovechar las características


naturales del entorno
Ventilación en viviendas
Las viviendas deben disponer de un sistema general de ventilación, ya sea híbrido o
mecánico, que cumpla con las siguientes características:

1) El aire debe circular desde los locales secos hacia los húmedos. Para ello, comedores,
dormitorios y las salas de estar deben disponer de aberturas de admisión; los aseos, las
cocinas y los cuartos de baño deben disponer de aberturas de extracción, y las particiones
situadas entre los locales con admisión y los locales con extracción deben disponer de
aberturas de paso

2) Los locales con varios de los usos del punto anterior deben disponer en cada zona
destinada a un uso diferente de las aberturas correspondientes

3) Cuando las carpinterías exteriores sean de clase 2, 3 o 4 deben utilizarse como aberturas
de admisión, aberturas dotadas de aireadores o aperturas fijas de la carpintería. Cuando las
carpinterías exteriores sean de clase 0 o 1 pueden utilizarse las juntas de apertura como
aberturas de admisión

4) Cuando la ventilación sea híbrida, las aberturas de admisión deben comunicarse


directamente con el exterior
5) Es necesario que los aireadores se dispongan a una distancia del suelo mayor a 1.80 m

6) Cuando algún local con extracción cuente con compartimentos, deben disponerse
aberturas de paso entre ellos; la abertura de extracción debe colocarse en el compartimento
más contaminado que, en el caso de aseos y cuartos de baños, es aquel en el que está
situado el inodoro; en el caso de las cocinas es el que está situada en la zona de cocción; y
la abertura de paso que conecta con el resto de la vivienda debe situarse en el local menos
contaminado

7) Las aberturas de extracción se conectarán a conductos de extracción y se ubicarán a una


distancia menor de 100 mm del techo y a una distancia mayor de 100 mm de cualquier
rincón o esquina vertical

8) Los conductos de extracción no pueden compartirse con locales de otros usos, salvo con
los trasteros

Las cocinas, comedores, dormitorios y salas de estar deben disponer de un sistema


complementario de ventilación natural. Para ello, se debe contar con una ventana exterior
practicable o una puerta exterior.

Las cocinas deben disponer de un sistema adicional específico de ventilación con


extracción mecánica para los vapores y los contaminantes de la cocción, para lo que será
necesario instalar un extractor conectado a un conducto de extracción independiente de los
de la ventilación general de la vivienda, que no podrá utilizarse para la extracción de aire de
locales de otro uso. Cuando este conducto sea compartido por varios extractores, cada uno
deberá estar dotado de una válvula automática que mantenga abierta su conexión con el
conducto sólo cuando esté funcionando, o de cualquier otro sistema antirrevoco.

Ventilación en almacenes de residuos, trasteros y garajes


En estos sitios debe disponerse de sistemas de ventilación, ya sean naturales, híbridos o
mecánicos. Se dará preferencia, siempre que sea posible, a la utilización de sistemas de
ventilación natural y, de forma especial, a los sistemas de ventilación natural cruzada, lo que
supone tener en cuenta los siguientes aspectos:

El edificio debe incorporar una proporción suficiente de ventanas practicables distribuidas


en fachadas opuestas
En el caso de que el punto anterior no sea posible, será necesario recurrir en el proceso de
diseño a la creación de patios interiores ventilados de dimensión suficiente
Deben considerarse en el diseño de los sistemas de ventilación los vientos dominantes que
existen en la zona en la que se ubica el edificio y los flujos de aire entre las diversas
dependencias
???????????????????????????????Soluciones. Las chimeneas solares mejoran la
ventilación natural de un edificio por medio de la convección del aire calentado por el Sol
Chimeneas solares como elementos de ventilación
Una chimenea solar, también llamada chimenea térmica, es un elemento que permite
mejorar la ventilación natural de edificios mediante el uso de la convección del aire
calentado por energía solar pasiva.

En su forma más simple, una chimenea solar consiste en una chimenea pintada de negro
que durante el día conserva la energía solar y crea una corriente de aire ascendente. La
succión creada en la base de la chimenea se puede utilizar para ventilar y para refrescar el
edificio.

Hay, sin embargo, un número de variaciones solares de la chimenea. No obstante, cuenta


con una serie de elementos básicos de diseño:

Área del colector solar. Esta superficie se puede situar en la parte superior de la chimenea o
puede incluir el eje del tiro entero
La orientación, el tipo de pintura, el aislamiento y las características térmicas de este
elemento son cruciales para captar, conservar y utilizar la energía solar
Eje principal de la ventilación. La localización, la altura, la sección representativa y las
características térmicas de esta estructura también son muy importantes
Orificios de entrada y salida. Las dimensiones, la localización, así como los aspectos
aerodinámicos de estos elementos inciden significativamente en el rendimiento
Intentar conseguir una vivienda experimental con autosuficiencia energética puede ser un
proyecto fascinante, aunque desde el punto de vista medioambiental sería muchísimo más
benéfico si se trabajara en una cultura que optara por la utilización de viviendas en las que
se consideran este tipo de ahorros. La suma de pequeñas actuaciones puntuales
beneficiaría tanto a escala individual como a escala global, lo que significaría un ahorro
global para la economía del país y, sobre todo, una reducción de las emisiones de CO2 a la
atmósfera, con lo que se contribuiría a la mitigación de la contaminación atmosférica.
—————————————————————————————————————————
——————-

Verónica Henriques
Es maestra en Ciencias por la Universidad Politécnica de Madrid, con especialidad en
Tecnologías Avanzadas en Construcción Arquitectónica. Ha tomado múltiples diplomados y
cursos enfocados en sustentabilidad. También ha sido catedrática de diversas
universidades en América Latina. Actualmente es profesora investigadora en la facultad de
Arquitectura de la Universidad Pontificia Bolivariana en Colombia
Publicado en Toolbox #PorElClima
El diseño de las infraestructuras puede generar una reducción considerable del consumo
energético de la instalación y, por tanto, reducir las emisiones de CO2. Para ello es
necesario implementar determinados elementos arquitectónicos para aprovechar el calor del
sol y la ventilación natural, definir la mejor orientación o utilizar materiales de construcción
adecuados.

Algunos elementos a tener en cuenta e la arquitectura bioclimática:

Orientación

En el hemisferio norte la orientación ideal de un edificio es la del sur porque es esa que
ofrece al edificio el máximo potencial de iluminación natural y de insolación directa durante
el invierno y de iluminación natural a través de la irradiación indirecta durante el verano. Hay
maneras de capturar el máximo potencial de irradiación solar directa e indirecta a través de
la instalación de superficies de cristal que pueden crear un efecto invernadero dentro de la
casa, capturando así la energía térmica a través del uso de materiales que tienen una
capacidad elevada de capturar y acumular la energía térmica del sol en su interior y liberarla
lentamente cuando los alrededores alcanzan temperatura más baja.

Aislamiento térmico

El aislamiento térmico reduce el flujo de calor de una zona de temperatura más alta a una
zona de temperatura más baja. Para ello la envolvente del edificio debe estar aislada hasta
un cierto valor de resistencia térmica (valor-R) relacionado con la zona climática en la que
está el edificio y que la estructura del edificio sea diseñada en una manera adecuada. En un
edificio se pueden aislar las paredes, los techos, los tejados, los suelos, los cimientos y los
cerramientos utilizando materiales apropiados minimizar los puentes térmicos (puntos y
articulaciones en la estructura donde el calor puede escapar del edificio o entrar en ello).

Reducir el uso de medios mecánicos para la calefacción y refrigeración

Con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 procedentes del uso de sistemas de
calefacción y refrigeración convencionales, la construcción eficiente y bioclimática incide en
el uso de diferentes herramientas y procesos:
La orientación adecuada del edificio. La utilización de materiales de construcción
específicos. El aislamiento de la envolvente El tipo y el tamaño de las superficies de cristal
para el aprovechamiento de la energía solar. El tipo de cerramientos, el color del edificio y la
instalación de elementos exteriores como toldos, persianas, vegetación vertical, etc.
Elementos climáticos y paisajísticos (p.e. vegetación natural, tipo del terreno etc). Métodos
de ventilación natural: Ventilación unilateral, que es la forma más simple de ventilación y
consiste en la utilización de una solo abertura, como por ejemplo una ventana colocada en
una pared. Este tipo de ventilación tiene el potencial más bajo. Ventilación cruzada, donde
el aire entra en el edificio desde un lado (una ventana) y sale de una o más aberturas del
lado opuesto. Requiere la realización de un estudio de las direcciones dominantes de los
vientos de la zona para orientar, ubicar y dimensionar adecuadamente las aberturas en las
fachadas; Ventilación por efecto chimenea, que utiliza la fuerza motriz que se genera por la
diferencia de la temperatura entre el interior y el exterior de un edificio. Para facilitar el
fenómeno, especialmente durante el verano y en climas cálidos (donde la temperatura del
exterior no es más baja que la del interior) se deben utilizar los corrientes del aire, tanto
para facilitar la entrada del aire fresco, como la salida del aire caliente.
Una vez considerados estos parámetros también se pueden instalar sistemas que utilicen
algún tipo de energía renovable o de combinaciones de estas.

Iluminación natural

Para optimizar la iluminación natural se tienen que considerar diferentes factores en el


diseño del edificio:

La orientación y las dimensiones del edificio y de las aberturas. La zona climática y las
necesidades de aprovechamiento del haz directo. La existencia de otros edificios u otros
factores exteriores que afectan a los niveles de iluminación del edificio objeto. La
contaminación atmosférica. El uso del edificio y la comunicación entre los usuarios. El uso
de componentes arquitectónicos que contribuyen a la iluminación natural de los edificios
como galerías, patios, porches, atrios, conductos de luz, conductos solares, muros cortin,
paredes translúcidas, claraboyas, cúpula y techos translucidos.
Uso de materiales específicos

Se busca que los materiales a utilizar en la construcción bioclimática consuman poca


energía y no contaminen durante la fase de producción del mismo, sean fácilmente
reciclables y no contengan sustancias tóxicas:

Madera para la estructura, el aislamiento y los cerramientos del edificio. Tapial y adobe.
Piedra, procurando la reutilización de la piedra de construcciones antiguas. Corcho como
material aislante, normalmente, en forma de aglomerados formando paneles. Algodón como
material aislante.Celulosa como aislante térmico.Coco como aislamiento térmico y acústico.
Cáñamo, lino, lanas y virutas de madera, algas, paja y perlita.
Reutilización del agua para reducir su consumo

Para reducir el uso de agua potable para cubrir las necesidades primarias de los usuarios
de los edificios se propone la reutilización del agua a través de diversos sistemas:

Captación de aguas pluviales en techos de casas y edificios, techumbres de almacenes y


de tiendas, explanadas, etc. Reutilización de las aguas grises de los desagües de bañeras,
lavabos, pilas de la cocina, lavavajillas o lavadoras.
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CASAS BIOCLIMÁTICAS: EDIFICACIONES MUY ZEO QUE AYUDAN A FRENAR EL
CAMBIO CLIMÁTICO
por Josep Maria Riba | Mar 14, 2019 | Climatización, Energía, Hábitat, Todos | 0
comentarios

Casas bioclimáticas: Edificaciones muy ZEO que ayudan a frenar el cambio climático
El sector de la construcción y la vivienda es uno de los mecanismos a través de los cuales
es posible reducir la huella de carbono humana y combatir el cambio climático. El concepto
“casa Bioclimática” nace con el objetivo de:

– Construir las casas y edificios siendo lo más respetuosos posibles con la vida que les
rodea, la fauna y flora autóctona donde se edifiquen.

– Construir las casas y edificios siendo lo más respetuosos con el medio ambiente.
Construyendo edificaciones que generen el menor número de emisiones posibles gracias al
uso de energías renovables y diseños que primen la eficiencia energética.

– Construir las casas y edificios aprovechando al máximo las características del territorio y
los recursos del entorno que les rodea. Siempre pensando en los recursos naturales que
puede brindarles el clima: El sol, la lluvia o el viento, por ejemplo.
Una de las organizaciones pioneras en traer este concepto a España, fue la Asociación para
el Desarrollo de la Casa Bioclimática (ADCB). En el año 2005 hizo una Declaración de lo
que para la ADCB era una edificación de carácter bioclimático. Esta Declaración se revisó
en 2009, como consecuencia de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación
(CTE).

Se trata de una Declaración que en esencia sigue siendo válida en la actualidad y que
establece una serie de requisitos para que una casa sea considerada medioambiental o
Bioclimática.

1. Proyecto Bioclimático
El proyecto debe garantizar los principios básicos de la arquitectura bioclimática: captación,
almacenamiento, aislamiento y protección. Todo esto utilizando los recursos naturales
propios, sobre todo las fuentes de energía renovable: el sol y el viento. Será necesario
justificar la orientación de la casa en base a la ventilación y el sol.

2. Insolación
Resulta un criterio indispensable para una casa bioclimática tener en cuenta la insolación.
En las fachadas norte y sur las oberturas de la vivienda deberán disponer como mínimo de
un doble cristal. Esto permitirá favorecer las protecciones solares en verano y minimizar las
pérdidas energéticas en invierno.

En las fachadas este y oeste las oberturas también deberán tener un mínimo de doble
cristal, en la fachada este estarán dimensionadas para favorecer las aportaciones solares
en invierno, y en la fachada oeste, estarán dimensionadas para minimizar los beneficios
solares de verano.

En cualquier caso, durante el solsticio de invierno, el comedor o la sala de estar debe recibir
a través de las ventanas, una hora de insolación directa entre las 10 y las 14h.

3. Ventilación cruzada
Una casa bioclimática deberá disponer de ventilación natural cruzada en dos fachadas. La
ventilación cruzada resulta un recurso muy óptimo para mantener la vivienda refrigerada de
una forma natural. Se basa en frenar el avance de aire cálido mediante una ventana en la
parte de la fachada donde más sople el viento, y otra ventana en el lado opuesto.
Cuando esto no sea posible, se dispondrá de ventilación natural en la fachada solana y de
un sistema de ventilación forzada.

4. Aislamiento térmico
Se superará en un mínimo de un 20% el valor U de transmitancia térmica definido en el
Código Técnico de la Edificación (CTE). La transmitancia térmica es la medida del calor que
fluye por unidad de tiempo y superficie, a través de un sistema constructivo, es decir,
atravesando las capas del material de la edificación.

5. Protección Solar
En la fachada sur se colocarán voladizos de protección solar estival. Será necesario
justificar que los aleros no producirán sombras en las ventanas y balconadas, impidiendo la
captación solar en invierno y que no permitirán la entrada del sol en verano.

En la fachada Oeste se asegurará la sombra con elementos móviles independientes de la


persiana convencional. Contraventanas, toldos, fijos con aleros verticales… Es necesario
asegurar una sombra mínima del 90% del cristal en el período del 1 de julio al 31 de agosto

6. Ahorro de agua
Se instalarán dispositivos de ahorro de agua en la vivienda consistentes en, al menos, tres
de los siguientes mecanismos:

Inodoros con cisternas de no más de 6 litros y descarga ponderada.


Utilización del agua de lluvia para el riego de los jardines del edificio.
Mecanismos de aireación del agua en lavabos, bidé y ducha, mediante efecto Venturi.
Reutilización del agua de la lavadora o del lavavajillas para la descarga del inodoro.
Grifos electrónicos.
7. Agua caliente sanitaria con energía solar térmica
Es necesario que una casa bioclimática tenga un sistema de producción de Agua Caliente
Sanitaria (ACS), que utilice para su funcionamiento ordinario un 60% de la energía que
provenga del sol. Esto se consigue mediante la instalación de placas solares fotovoltaicas
capaces de utilizar el calor del sol, para calentar el agua de la vivienda.
8. lluminación natural
Este tipo de edificaciones deben tener una distribución y una propuesta de espacios que
permitan recibir luz natural. Cuando se construye una vivienda bioclimática siempre se hace
optimizando al máximo la luz solar según el espacio. Esto quiere decir que los espacios que
estén destinados a ser zonas comunes, como el comedor, el salón o la cocina, tendrán que
ser espacios exteriores.

9. Iluminación ornamental
En el caso de que la vivienda tenga iluminación ornamental, el 80% debe ser de origen
fotovoltaico.

10. Red de desagüe separativa


El sistema de desagüe tiene un papel importante a la hora de decidir si una vivienda se
considera bioclimática. Debe existir una doble red de desagüe, una de aguas limpias
exclusiva para el agua de la lluvia, y otra para las aguas residuales de uso doméstico.

El agua de la lluvia puede usarse exclusivamente para el riego de las parcelas, puede
conducirse hasta la red de pluviales – si el municipio cuenta con una-, o puede redirigirse a
un depósito de gestión municipal para uso de riego público. En el caso de las aguas
residuales de uso doméstico se conectarán a la red separativa municipal, el alcantarillado.

11. Selección de residuos

Evidentemente el reciclaje es ya casi una acción obligatoria para todos los hogares,
independientemente de que sean de construcción bioclimática o no. Es importante tener en
cuenta en el diseño de los espacios la existencia de un mueble o conjunto de cubos que
facilite la selección de residuos de la vivienda. Un proyecto bioclimático debe incluir el
sistema de reciclaje para una selección mínima: Materia orgánica, cristal, papel y cartón,
plástico y metal y desechos.

12. Materiales, electrodomésticos e instalaciones


Es obligatorio que la mayoría de los materiales utilizados para la construcción de la casa o
su uso sean de bajo impacto ambiental. Los materiales deben ser naturales, de fácil
mantenimiento, lo más estandarizados posibles y con un ciclo de vida largo.
Los electrodomésticos y aparatos electrónicos tienen que ser de bajo consumo energético,
la instalación lumínica debe tener criterios de eficiencia energética y se debe optimizar el
sistema de encendido y apagado del alumbrado en las zonas comunes.

13. Vegetación
Las plantas capturan CO2 y nos ayudan a combatir el cambio climático. Las casas
bioclimáticas no están obligadas a contar con vegetación en sus inmediaciones. Aun así, si
la tienen, siempre deberá de ser autóctona y se deberá justificar su utilización como control
climático.

14. Preinstalación domótica


Todas las viviendas bioclimáticas deben incorporar una instalación domótica. La domótica
es el conjunto de tecnologías que se aplican a la vivienda para hacerla más segura,
cómoda, pero sobretodo, más eficiente energéticamente. Grifos inteligentes que se cierran
si no detectan movimiento, reguladores para adecuar la intensidad de la luz según el nivel
de oscuridad, sistemas electrónicos para encender la calefacción minutos antes de llegar a
casa…

Para que una casa sea bioclimática debe tener también, un tubo de 20mm de diámetro
debe llegar hasta los puntos de ubicación de los aparatos de ACS, la calefacción y lugares
de entrada de las fuentes de energía, la sala y los dormitorios, desde el registro de acceso
de usuario(RAU) y telecomunicaciones.

Josep Maria Riba


Josep Maria Riba
Licenciado en Ingeniería Industrial, especialidad en Organización, por la UPC. Presidente
de la Asociación para el Desarrollo de la Casa Bioclimática desde su creación en 2003.
Presidente del Comité de Representación de la plataforma ZEO (Zero Emissions Objective),
para frenar el Cambio Climático.

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