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Fig.1: Datos de las semillas que germinaron y las que no con cada tratamiento.
Pero la pregunta es: ¿hay diferencias significativas que nos indiquen que la
diferencia entre el número de semillas germinadas entre tratamientos no se
debe al azar?
Para decidir si existen diferencias significativas desde el punto de vista
estadístico en el porcentaje de germinación de las semillas de los distintos
tratamientos, se usa la prueba de χ2 de frecuencias.
Para poder aplicarla necesitamos saber las frecuencias esperadas en la
germinación de las semillas, las cuales se calculan con la siguiente fórmula:
Como podemos ver, el p-valor es mucho menor que 0.05, por lo que
rechazamos la hipótesis nula, la cual era que no había diferencias significativas
entre los efectos que causaban los tratamientos.
Aparte, también calculamos los chi-residuals para observar a que nivel afectan
los tratamientos a la germinación de las semillas.
Fig. 5 representa cómo de grande es la diferencia entre los conteos esperados y los observados. Es
decir, como ejemplo, que en el tratamiento dos, en el número de no germinados hay bastantes
menos de los esperados a comparación con el control.
En ambas pruebas el p-valor es menor que 0.05, por lo que asumimos que se
trata de una distribución normal y que las varianzas son homogéneas (es decir,
aceptamos ambas hipótesis nulas).
De todas formas, al tener tan pocos datos, en el caso de que nos hubiera dado
un p-valor mayor que 0.05, aplicaríamos igualmente el test ANOVA ya que
trabajamos con un tamaño de muestra demasiado pequeño.
Ahora sí, aplicamos la prueba ANOVA, el cual permite comparar múltiples
medias, pero lo hace mediante el estudio de las varianzas:
Fig. 7
Fig. 8
Fig. 9