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Chile dice no a los extremos

y llama al renacer del centro político

Los últimos cuatro años de debate constitucional plantean un desafío irrenunciable: la urgencia de
reconstruir en Chile la capacidad para llegar a grandes acuerdos. Se trata de un objetivo imposible
de alcanzar si es que no resurge un centro capaz de arbitrar y articular el debate en torno a las
políticas públicas en función de un proyecto País.
Tanto la Convención Constitucional como el Consejo que le sucedió dejaron en evidencia los costos
políticos y sociales a causa de propuestas inspiradas por mayorías transitorias de ideas extremas. El
fracaso electoral de ambos proyectos de carta magna se extenderá en el tiempo, si es que no se
levanta una opción de centro capaz de aportar con ideas y propuestas que conecten con el
electorado.
Se trata de pensar en Chile, una tarea urgente en un país en que los incentivos del sistema político
están a favor de discursos polarizantes, con afanes electorales más que de construcción de futuro.
De mantenerse esta situación, seguiremos perdiendo oportunidades como la que tuvo en sus manos
el Consejo Constitucional. Esta entidad tuvo la inmejorable posibilidad de sacar adelante una nueva
Constitución, poniendo término al período de intensa incertidumbre que ha primado desde 2019.
Pero sus protagonistas fueron obnubilados por un maximalismo dogmático: impusieron su mayoría
transitoria, sin considerar la aspiración por el pluralismo y el reformismo gradual.
El costo de este fracaso es demasiado elevado para un país que necesita regresar a las vías del
progreso y encaminarse hacia el desarrollo. Chile tiene urgencias que no permiten esperas. Es
responsabilidad del centro político relevar una mirada progresista, tolerante y humanista; que
respete la diversidad y propicie el buen vivir a través de una sociedad más justa y pacífica. Es del
centro la tarea de propiciar un estado social de derecho, con un rol activo del Estado y que, a su vez,
promueva la iniciativa privada y la libertad económica.
Es por esta urgencia que CISO Chile levanta la voz nuevamente. Como centro de estudios
fundado hace 32 años, CISO Chile se identifica con los valores de la socialdemocracia y con el
compromiso por la construcción de un espacio que, con investigaciones, ideas y debates, fomente la
conversación para alcanzar políticas públicas más efectivas y una mejor gestión de los bienes
públicos. Salud, pensiones, educación, seguridad y desarrollo económico son sólo algunos de los
ámbitos en que esta discusión se hace urgente.
Es un desafío mayor en un contexto global en que populismos de posturas extremas y la
polarización política han llevado a que las organizaciones que apuntan a los equilibrios pierdan
relevancia. No obstante, el centro político y la socialdemocracia deben seguir impulsando un
proyecto país que avance, tanto en eficiencia económica y estabilidad política, como en mayores
grados de desarrollo humano, sustentabilidad, justicia y dignidad para todos sus habitantes.
Es en este escenario donde CISO Chile busca actuar, generando un espacio de conversación y
diálogo que se concrete en políticas públicas y proyectos que resulten en progreso para todos. Te
invitamos a sumarte en esta tarea y a compartir la esperanza por pensar en un nuevo Chile.

www.cisochile.cl

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