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Camila Chandía (27), junto a


sus hijas María Jesús y María
Ignacia, ambas de cinco meses.
De pie, su madre Andrea
Astete (49), abuela y madre
subrogante de sus nietas. “Que
yo fuera la madre subrogante
tenía muchos beneƃcios.
Camila podría vivir el proceso
completo, tocar la guatita y
estar en las ecografías.
También bajaba los costos,
porque esto es carísimo”, dice.

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DI A LUZ A
MIS NIETAS
Después de dos embarazos fallidos, la muerte de un hijo recién nacido y la pérdida de
su útero, Camila Chandía supo, a los 27 años, que nunca más podría embarazarse. Pero
no se rindió. Investigó sobre “vientres de alquiler” en Estados Unidos, pero la solución la
encontró en Chile. Porque a sus 49 años, Andrea, su madre, aceptó llevar en su vientre a
sus nietas mellizas y convertirse en madre subrogante mediante reproducción asistida.
Y aunque es imposible saber cuántas mujeres lo han hecho en el país, hay algo seguro:
nunca, ninguna de ellas se atrevió a dar su testimonio y a explicar sus razones. ¿Cuál es
el debate bioético que esto plantea, cuando en Chile no existe legislación al respecto?
¿Hasta dónde pueden llegar los deseos de convertirse en madre, y cómo la ciencia
puede concretarlo? ¿De quién son hijas, entonces, María Ignacia y María Jesús?

Por María José Pavlovic y Natalia Ramos Rojas


Fotos: Sabino Aguad
Ilustración de portada: Edith Isabel

L
a acidez fue uno de los primeros síntomas de que todo estaba con el doctor y preguntándole: ¿pero tiene sus ovarios? Yo no entendía
bien. Esa fue, también, una de las únicas molestias que Andrea nada. Lo único que preguntaba era dónde estaba el Tomy”, dice Camila,
recuerda de cuando estuvo embarazada de sus tres hijos, Camila todavía impactada.
(27), Paula (22) y Felipe (15). En ese tiempo era más joven y Su inconsciencia duró nueve horas, y en ellas le hicieron una cesárea
enfrentaba la maternidad, primero a los 23 y finalmente a los 34, como de urgencia, en donde descubrieron que Tomás estaba asfixiado, flotando
la mayoría de las mujeres. Pero ahora todo era distinto: al borde de los en el torrente sanguíneo y sin el útero conteniéndolo. Miguel Vera,
cincuenta aceptó albergar, mediante un proceso de reproducción asistida, su pareja y padre de Tomás, veía cómo su mujer se desangraba en el
cinco óvulos de su hija, fecundados por el esperma de su pareja. Por pabellón. “Salió un anestesista, ensangrentado y shockeado, y me dijo
cuarta vez, estaba embarazada. que la Camila se estaba muriendo”, recuerda él.
Así, Andrea se convirtió en la madre sustituta de sus nietas mellizas En la sala de espera, Andrea Astete esperaba a que alguien le
y, de paso, en uno de los casos más particulares del país. Porque si bien informara qué estaba pasando con su hija y su nieto. De a poco comenzó
es imposible saber cuántas mujeres más lo han hecho, sí hay algo seguro: a recibir las noticias de Miguel, a través de mensajes a su celular, hasta
nunca, ninguna de ellas, se atrevió a dar su testimonio y a explicar cuáles que un doctor le explicó lo que estaba pasando. “Nos contó que la Camila
fueron las razones que motivaron esta decisión. había perdido el 80 por ciento de su sangre, que tuvieron que reanimarla
Porque una experiencia como esta abre las puertas de un debate en y sacarle el útero porque había reventado. Ahí sentí que el mundo se
construcción, en donde los adelantos de la ciencia y de la biotecnología se rompía. ¡Nunca más iban a poder tener un hijo! Ella, que había luchado
enfrentan a los principios y convicciones individuales de las nuevas familias. tanto por lograrlo, y que además su hijo iba a morir porque Tomás tenía
“Esta es una historia de amor”, dice Camila, madre biológica de las dos muerte cerebral”, cuenta Andrea. Sus ojos se llenan de lágrimas. Porque
mellizas que Andrea dio a luz en noviembre del año pasado. “Ellas son la después de dos embarazos que terminaron en pérdidas, uno de ellos
expresión de amor más grande que existe. Es mi amor por ser mamá y el con un feto de cinco meses con espina bífida, ahora ya ni siquiera había
de mi pareja, que me acompañó pese a mi imposibilidad de lograrlo; es el posibilidades de un cuarto intento.
amor de una madre que decide ayudarme para poder tener a mis bebés, Recién a las nueve de la noche, el doctor habló con Camila. “Lo vi
es el amor de una familia entera que sobrepasó cualquier cosa y todos los complicado. Me tomó la mano y no sabía cómo empezar. ‘Tuve que
prejuicios, para que ellas estuvieran con nosotros”, dice. hacerlo’, me dijo. Me lo explicó y me puse a llorar. Le pregunté si el Tomy
estaba bien, porque pensaba que, al menos, ya había tenido un hijo.
LA MUERTE DE TOMÁS Cuando dijo que estaba ‘estable dentro de su gravedad’, me di cuenta de
Nadie estaba preparado para lo que enfrentarían ese día. La madrugada que estaba todo mal”, recuerda.
del 13 de septiembre de 2015, Camila sintió un pequeño dolor uterino. Gracias a la insistencia de Miguel, Camila pudo conocer a Tomás la
Pensó que podía tratarse de una molestia de su embarazo, que alcanzaba mañana siguiente. Ese día, ella estaba de cumpleaños. “Estaba entubado,
las 32 semanas, así que no se alarmó, pero de todas maneras decidió con los ojos cerrados. No tenía ninguna reacción. Hacía movimientos
despertar a su mamá. Aunque nunca había sentido una contracción, sabía reflejos, pero era un muerto en vida”, dice Camila.
que no se trataba de eso y que más bien parecía un dolor menstrual. A El séptimo día estuvieron más tiempo con su hijo. “Tenía carita de
las siete de la mañana, cuando decidieron ir a la urgencia, el dolor era cansado, se veía que estaba agotado. Le dimos las gracias por resistir
insoportable. Tanto, que Camila perdió el conocimiento. una semana y le dijimos que descansara y se fuera”, recuerda Miguel.
Despertó a las cinco de la tarde. Estaba en la UCI, conectada a un Esa noche, de vuelta en la casa que habitan junto a la familia de Camila
ventilador mecánico. No había rastros de Tomás, su hijo. Nadie le explicaba en Macul, ambos dicen haber vivido un momento especial. “Una de
qué estaba pasando. La verdad llegó por goteo. “Vi a mi papá conversando mis trancas más grandes era que Tomás no sintiera que estuvimos con

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“En el papel las niñas son mis hermanas y tienen


el apellido de Miguel y de mi mamá, porque la ley
dice que madre es quien da a luz. Lo que ahora
viene es iniciar el trámite de adopción, para que
sean legalmente mis hijas”, dice Camila Chandía,
madre biológica de María Jesús y María Ignacia.

él. Tienes tanto cariño para dar, que te entristece saber que él no llegó “Mi primera reacción fue decirle que no, porque creía que
a sentirlo. Estaba pensando eso, cuando escuché que un colgante de había muchos riesgos. Pero ella insistió, me dijo que lo intentáramos”,
campanitas comenzó a sonar muy fuerte. Pensé que se habían entrado a cuenta Camila.
robar, pero cuando me di cuenta de que no, sentí internamente una paz - “Que fuera yo tenía muchos beneficios. Ella iba a vivir el proceso, me
muy grande. Sentí como que el Tomy me decía ‘gracias, los conocí’. Fui a podía tocar la guatita, podría estar en las ecografías. Y bajaba los costos,
la pieza y encontré a Camila con la misma sensación. Sonó el celular. Era porque esto es carísimo”, dice Andrea, quien además lo habló con su marido,
para decirnos que Tomás había muerto”, dice Miguel, emocionado. para saber si contaba con su apoyo.
La muerte de Tomás hizo decantar otros temas en la pareja. Consciente Patricio Chandía (53) recuerda. “Todo lo que pasamos fue muy duro.
de su situación, Camila decidió hablar con Miguel y dejarlo libre, para que Entonces ves al norte la vida, al lado sur la muerte, y a esta pareja tan joven,
pudiera cumplir su sueño de formar una familia, esta vez sin ella. “No que va a buscar a su hijo en un ánfora. Es complicado, sobre todo después
quería que se sintiera comprometido, ni tampoco retenerlo. Se lo dije, pero de haber visto a tu hija luchando tanto por ser madre”, dice, y se emociona.
él siempre se quedó a mi lado”, dice ella, sin saber que la sensación de paz Guarda silencio un momento, y continúa: “Yo creo que las mujeres son
que sintió Miguel fue un punto de inflexión en su vida. “Cambió todo mi muy valientes, ustedes hacen eso de tirarse a algo desconocido”, dice,
espectro. En ese instante dije ‘hay algo más allá’. Honrando a Tomás, sentí cuando reflexiona sobre por qué aceptó la propuesta de Andrea. Ella lo
que no teníamos que estar tristes y que íbamos a hacer todo lo posible por mira con orgullo. “Somos una familia bien constituida, llevamos 30 años de
salir adelante, aunque no supiéramos cómo”, dice, tajante. matrimonio y nunca lo había visto llorar como cuando pasó lo de Tomás. Por
Con la pareja rearmándose desde el dolor más profundo, Camila se eso aceptó, mientras no me pasara nada. Él es un siete, no cualquier hombre
puso un deadline ambicioso: dedicar un año para concretar su deseo de accede a una cosa así”, dice.
convertirse en madre. “Se lo prometí al Tomy un día antes de que muriera, Luego había que planteárselo a Miguel. No había pasado más de un mes
que no me iba a quedar de brazos cruzados. Lo hablé con Miguel; que me desde la muerte de Tomás.
prometiera que en máximo un año tratáramos de ver cómo lo hacíamos, “Un día Andrea llega a la pieza y me comenta esta idea. Pensé que todo
adoptando o lo que sea, pero que fuéramos papás de cualquier forma”. era muy acelerado, estaban muy revolucionadas con el tema, actuando de
manera muy impulsiva y era obvio, porque estaban muy afectadas, igual
ABUELA Y MADRE SUSTITUTA que yo. Quedé como ‘ya, pero esto pasó hace muy poco, limpiémonos un
Entre todos sus compañeros de curso, Felipe llamó la atención de una poquito, descansemos de toda esta situación’. Luego llegó la Camila y también
de sus profesoras. El hermano chico de Camila, de 14 años, estaba triste me habló del tema. Pero nunca me mostré negativo; siempre traté de hacer
y decaído por la muerte de Tomás y por todo lo que estaba viviendo su como que es común para todos, sobre todo pensando en ella porque, de
familia. La profesora lo escuchó y le dijo que se quedara tranquilo. Le pidió, cierta forma, es la más damnificada. Si lo miras fríamente, yo me puedo ir,
también, el número de teléfono de su mamá. tener hijos con otra mujer y armar mi vida, pero ahí se vienen hartas cosas
En la casa de los Chandía Astete, madre e hija se sentaban en el living a la cabeza en relación al compromiso que tienes con tu pareja. No podía
comedor de la casa a buscar información. Rutinariamente. “Mi mamá dejarla sola, menos en ese momento. Entonces me abrí a esa posibilidad. Les
empezó antes y me metió en la cabeza la idea del vientre de alquiler. Yo, pregunté en qué consistía, cuánto costaba, en dónde se podía hacer. Nuestra
que sólo había escuchado que Ricky Martin lo había hecho, intuía que situación económica lo permitía, con mucho esfuerzo, pero podíamos.
debía ser carísimo. Era algo súper desconocido para nosotros”, dice Camila. Entonces dije bueno, veámoslo”.
La madre explica cómo llegó a esa idea: “Una niña del barrio supo lo que En la siguiente entrevista con la clínica de California, Camila preguntó
había pasado y me dijo que en Estados Unidos se hacía así. Así que empecé qué tan factible era esta posibilidad. Le respondieron que sí, pero que primero
a buscar en internet”. Andrea debía hacerse unos exámenes. Recibieron un mail con una lista larga.
Llamaron a las clínicas de fertilidad en Chile y preguntaron si hacían el Los resultados debían enviarlos antes de viajar hasta allá. Sin embargo, el
procedimiento. En todas recibieron la misma respuesta: como en el país no problema fue otro: necesitaban hacer todo con un ginecólogo de un centro de
hay legislación al respecto, se abstenían de hacerlo. Decidieron, entonces, fertilidad, contacto que no tenían.
averiguar más, hasta que dieron con una clínica en California. Consiguieron Hasta que sonó el teléfono de Andrea. Era la profesora del colegio de
los contactos y sostuvieron conversaciones por Skype para averiguar las Felipe. “Tengo un doctor que sé que los puede ayudar”, dijo la mujer.
condiciones y costos. Así, un día de enero de 2016, llegaron a la consulta del doctor César
Hasta que un día de esas jornadas de búsqueda, Andrea dio con una Cafatti, de la Clínica Fundación Médica San Cristóbal.
noticia, de un medio argentino, que le abrió la cabeza. El titular: Abuela de “Fui con cero expectativa, sólo quería lograr que le hicieran los exámenes
60 años da a luz a su nieto. En la nota, por primera vez se encontró con el a mi mamá. El me preguntó qué me había pasado y yo sólo lloraba. Le conté
término de madre subrogante, muy distinto al de “vientre de alquiler”, ya y él quedó muy afectado. Me dijo: ‘te ha tocado vivir cosas muy duras y eres
que en este caso no hay un pago de por medio. muy joven. Yo te voy a ayudar, ¿para qué vas a ir a Estados Unidos, si eso es
-“¡Lo encontré grandioso, nunca había sabido de algo así! Le dije: tan caro?’”, recuerda Camila, emocionada, sobre esa primera conversación.
‘¡Yo puedo hacerlo!’, Si pudo esa mujer de 60, ¿por qué no yo, que tengo Cafatti recuerda ese primer encuentro. “No había ninguna patología que
49?”-, recuerda. lo contraindicara, y como la señora estaba psicológicamente envuelta en el

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De pie, Miguel Vera (34), padre de María Jesús y María Ignacia, que están en los brazos de Camila y Andrea.

caso de su hija, conmovida con su proceso, como médico quise ayudar. ǖ6(5ƒ 3(CAD2"
Camila estaba desesperada por tener sus hijos. A mí no me importa si Así como la decisión se tomó en familia, la espera se vivió en
se es padre genético o de adopción, a mí me interesa el resultado final; reserva. Las únicas personas externas que fueron informadas fueron los
que todo el mundo pueda experimentar lo que es ser padres. Aquí lo que jefes de Andrea en el Colegio de Arquitectos, en donde ella es secretaria.
está en juego es la capacidad del amor, no de clonarse genéticamente”, “Si me daban licencias tendría que ausentarme, por lo mismo consideré
dice, respecto de su decisión. Y agrega: “Esto no es una fábrica de prudente contarles lo que iba a hacer. Lo tomaron muy bien e incluso
hacer guaguas. Aquí hay personas con sufrimiento, atormentadas, con me felicitaron”, dice.
depresión, que lo están pasando muy mal y yo tengo la llave para poder Pero más allá de las intenciones de mantener el embarazo entre
ayudarlos y abrir un poco sus mentes”. ellos, la panza se hizo evidente. Y con ella, comenzaron los rumores.
De la consulta salieron con la orden para los exámenes. “Me hice “Hablaban a mis espaldas, decían que ya estaba vieja para estar
ecografías de abdomen, mamografías, densitometría o sea, todo. Sumado embarazada, y cuando sabían lo que había hecho, decían que existían
a que no tenía menopausia, todo salió bien. Lo único que tuve que hacer otras opciones, como la adopción. Hubo familiares también que se lo
fue inyectarme un medicamento para reforzar las paredes del útero; como tomaron mal, que se sintieron excluidos del proceso”, dice Andrea.
hace catorce años no me embarazaba, estaba muy delgado. Así, cuando se También tuvo que responder otro tipo de preguntas: “Mi suegra, que
hiciera el implante, era menos factible que se cayera”, explica Andrea. vive con nosotros, es muy católica. Se mantuvo al margen, sin opinar,
Ese día llegó en abril de 2016. Si bien Camila no tenía su útero, sí tenía hasta que un día me dijo, muy respetuosa: ´Andrea, ¿esto no será
sus ovarios. Tampoco menstruaba; por lo mismo, tuvo que estimularse pecado?´ Encontré muy genuina su preocupación, pero le dije que en
con pastillas para programar una regla ficticia, que debía coincidir con este caso ni siquiera había pecado original, y además, ¿cómo estos dos
la de Andrea. Cinco óvulos fueron fecundados, de manera asistida, por angelitos iban a ser un pecado?”, dice, y sonríe.
los espermatozoides de Miguel, y luego fueron introducidos en el útero Miguel vivió el embarazo de sus hijas un poco distante. “Era algo muy
de Andrea. A las dos semanas, se hizo un examen de sangre y estaba raro para mí, pero sabía que las disfrutaría después del parto. Durante ese
embarazada. Los índices eran tan altos, que indicaban que había más de proceso, yo seguía viendo a Andrea como mi suegra y a Camila como
una guagua. La primera ecografía mostró tres sacos en formación, pero al a la mamá de las niñas”, dice Miguel. Andrea sentía esa distancia, pero
final sólo se afirmaron dos. Eran María Jesús y María Ignacia. la comprendía. “Siempre me preguntaba cómo estaba, cómo me había
A sus 49 años, Andrea pasó de ser abuela, a madre subrogante de sentido en el día. A veces tocaba la guata. Pero lo entiendo, debe haber
sus nietas. sido difícil ver a su suegra embarazada de sus hijas”, dice.

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“Nunca me mostré
negativo, sobre todo
pensando en ella, que
es la más damnificada.
Yo podría tener hijos
con otra mujer y armar
mi vida, pero ahí está
el compromiso que
tienes con tu pareja.
Entonces me abrí
a esa posibilidad.
Les pregunté en qué
consistía, cuánto
costaba, en dónde se
podía hacer. Con mucho
esfuerzo, nuestra
situación económica lo
permitía”, dice Miguel
Vera, pareja de Camila
y padre de las guaguas.

Camila, por su parte, vivió el embarazo más de cerca, pero sin que estaba muy emocionada. Hubo momentos en que quise decirle algo a
ilusionarse en exceso. “Mientras las niñas no estuvieran en mis brazos, Andrea, pero como soy reservado, no lo hice. Pero ella sabe que la estimo
y bien, no iba a estar tranquila. Incluso no les compré nada hasta que harto y que ese fue uno de los momentos más bonitos de mi vida”, dice.
nacieron. Con el Tomy fue muy fuerte el trauma, ver su cuna, todas sus Mediante una terapia, Camila generó leche para amamantar a sus hijas.
cosas, fue terrible”, dice. Las ecografías fueron los espacios de disfrute, “Fue increíble, sabía lo que era estar embarazada, tuve leche por el parto
cuando podía ver a sus hijas a través del monitor. Lloró al escuchar, por del Tomy, pero nunca supe lo que era amamantar”, dice. Y aunque Andrea
primera vez, los latidos de sus corazones. Andrea siempre estuvo más también produjo leche, en su caso se la extrajo para cubrir la demanda de
atenta a las reacciones de su hija que a la imagen de sus nietas. El doctor las dos guaguas.
les hablaba a ambas y las decisiones se tomaban en conjunto. Después de unas semanas en incubadora, la primera guagua que llegó
Pese a que era un embarazo de mellizas, Andrea sólo subió 10 kilos. a la casa fue María Ignacia y, desde esa primera noche, quedó a cargo
Sentía su caja torácica invadida por las dos guaguas. Su genio cambió; de sus padres y ocupó una de las dos cunas ubicadas al lado de la cama
reconoce que estuvo de mal humor. Muchas veces le preguntaron si matrimonial. Después se sumó María Jesús.
necesitaba a un sicólogo, para no encariñarse con las guaguas: “¿Cómo “Nunca más dormimos bien, pero estamos felices”, dice Camila. Su voz
se les ocurre que iba a necesitar un sicólogo? Si yo tengo muy claro que se interrumpe con las alarmas de los celulares, avisando cuándo les toca
ellas son las hijas de mi hija. Yo aquí soy la abuela, y ellas mis nietas”, la leche. Mientras una duerme, la otra está despierta y viceversa. “Nuestra
dice, con firmeza. rutina es esta, no paramos en todo el día”, agrega. En la pequeña casa de
Macul, ahora también viven las dos guaguas que, legalmente, son hermanas
EL NACIMIENTO de Camila. Porque si bien tienen el apellido Vera, correspondiente a Miguel,
El 27 de noviembre, a las 13:30, Andrea ingresó al pabellón con siete el segundo es Astete, que es el de Andrea. Esto, porque la ley de filiación
meses de gestación, acompañada de Miguel y Camila. La cesárea fue chilena es clara: la madre es quien da a luz.
programada para evitar riesgos. Cada uno tomó sus manos y, ansiosos, se “En el papel las niñas son mis hermanas. Lo que ahora viene es iniciar
prepararon para vivir lo que tanto esperaron. El momento fue registrado todo el trámite de adopción, que es muy largo, para que sean legalmente
por Miguel en un video: El llanto de María Jesús lo invade todo. También se mis hijas. Con Miguel ni siquiera estamos casados, tenemos que partir
escucha la voz emocionada de Camila y Miguel. Luego sale María Ignacia. desde ahí, y nuestras deudas superan con creces los 20 millones de pesos,
“Fue súper fuerte verlas nacer, porque al fin tuve a mis bebés bien. por lo mismo se nos hace muy difícil comenzar a financiar además esa
Estuve en un parto en normalidad, y escucharlas llorar, ver que se movían parte”, dice. “Por lo mismo, me gustaría que, en función de un caso tan
y que estaban bien, fue increíble”, recuerda Camila. especial como este, pudieran hacer una excepción o que, al menos, el tema
Miguel también recuerda ese día: “Estaba muy nervioso, emocionado comience a discutirse”, dice Camila. Andrea la apoya: “Cuánta gente podría
y contento. Fue un momento muy especial, porque fue el cúlmine después ver una solución si hubiese una ley. Queremos que a través de nuestra
de todo el apoyo que Andrea nos brindó al facilitarnos su vientre. También historia puedan entender por todo lo que pasamos y que las niñas puedan
me preocupé harto por ella, porque estaba asustada, y también de la Cami, ser, en el papel, las hijas de Camila”.

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