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En el año 1998, la familia Bells, conocida por tener varios objetos de lujo, vivián en un

pueblo tranquilo y respetuoso, no había policías, pero, aun así, los ciudadanos vivián
confiados ya que el último acto de terrorismo había ocurrido hace 7 años. Y eso, lo
tuvieron en cuenta los terroristas que planificaron un nuevo ataque en busca de las
pertenencias de los Bells. Mientras todo estaba “bien”, esa misma tarde los Bells
fueron de compras, y está vez llevaron a su hija “Liz” que tenía 4 años, le gustaba jugar
y salir al parque, pero sus padres “Mariel” (una mujer muy trabajadora) y “Eduardo”
(un padre muy cariñoso) no la dejaban salir mucho. Cuando estaban en medio camino,
se escucha un sonido muy fuerte, Liz temblaba de miedo, sus padres reconocieron de
inmediato el problema, ¡eran los terroristas! Eduardo recogió a su hija, agarró la mano
de Mariel y empezó a correr hacia su casa.

Al llegar, Mariel recogió 3 mochilas llenas de valiosas pertenencias y Eduardo buscaba


unas llaves desesperadamente, Liz estaba muy confundida, vería a sus padres
agobiados, mientras por fuera se escuchaban balazos, definitivamente no era el
ambiente del que un niño tenga que vivir. No podía hacer más que llorar, su padre
acarició su cabeza y con un fuerte abrazo las dirigió hacia el sótano, escondidos debajo
de un escritorio algo roto, escuchaban nada más que balazos, gritos y llantos. Pero de
pronto se escucharon pasos, acercándose cada vez más, Eduardo, asustado, le indicó a
su familia que mantuviera silencio. Con cuidado, él fue a revisar, grave error, el
terrorista lo vio y no dudo en dispararle. Mariel escuchó el balazo, comprendió lo que
pasó y empezó a llorar silenciosamente abrazando a su hija.

No podían hacer nada, solo eran una familia alegre, generosa, no habían hecho nada
malo para que les pasará una tragedia como esa, aun así, les pasó, parecía que Mariel
y a Liz no les quedaba nada. En eso, una silueta entra al sótano, ¡era un policía! Mariel,
aliviada recoge a su hija dormida y sigue al policía a un lugar más seguro. Claro,
después de tal incidente, nada volvería a ser igual, aun que eso no significaba que
dejaran de sonreír, después de todo eran la familia Bells. Mariel entendió que muchos
pueblos como en el suyo no eran muy seguros y circulaba la inseguridad, por eso le
comento eso a los se la estación de policía y así al menos le sirvió de ayuda a otros
pueblos.

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