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UNIDAD 2 (MATERNO INFANTIL II)

1.1 PROBLEMAS EMOCIONALES DEL NIÑO:


La hospitalización infantil es un proceso que puede generar tensiones y conflictos tanto
para el niño como para sus padres o cuidadores. Veamos algunos de los aspectos
relacionados con la adaptación del niño al entorno hospitalario y los problemas
emocionales que pueden surgir:
Impacto psicológico en los niños hospitalizados:
El 58,3% de los niños hospitalizados y sus familias presentan factores de riesgo
psicosocial a nivel clínico. Esto significa que pueden ser más propensos a
experimentar angustia, ansiedad, respuestas de afrontamiento inadaptadas y
desequilibrios en los factores de resiliencia que poseen.
La hospitalización está directamente vinculada con la deprivación familiar, afectiva,
cultural, social y escolar, lo que la convierte en una experiencia altamente estresante
para el niño.
Impacto en la vida cotidiana de los padres durante la hospitalización:
Los padres experimentan una serie de fases emocionales desde el diagnóstico hasta la
recuperación o, en algunos casos, el fallecimiento del niño. Estas fases incluyen el
comienzo del tratamiento, remisión, fin del tratamiento médico, supervivencia,
curación, recaída, fase terminal y ajuste de la familia después del fallecimiento.
Después de un diagnóstico de enfermedades graves en los niños, los padres pueden
sufrir mayores niveles de angustia, depresión, estrés postraumático y ansiedad. Además,
pueden sentir incertidumbre sobre el futuro y preocupación por su capacidad para
enfrentar la enfermedad.
Impacto en la vida cotidiana tras la hospitalización pediátrica:
Los padres de niños hospitalizados sienten que su función de cuidador afecta en la
esfera familiar, económica y personal.
La presencia de enfermedades crónicas en la infancia también se asocia con un aumento
de la angustia marital y vulnerabilidad económica.
En resumen, la hospitalización infantil no solo afecta al niño, sino también a sus padres
y cuidadores. Es fundamental brindar apoyo emocional y comprender los desafíos que
enfrentan durante este proceso delicado.

1.2 AMBIENTE TERAPÉUTICO:


El ambiente terapéutico se define como una serie de actividades organizadas con fines
terapéuticos en un espacio institucional, residencial u otro. Este entorno cuenta
con personal especializado, tanto profesional como paraprofesional. Algunas de
las características del ambiente terapéutico incluyen:
Individualización: Se adapta a las necesidades específicas de cada persona.
Programa y horario: Se establece un plan de actividades y un cronograma que puede ser
personalizado.
Filosofía de base: Implica una organización del entorno con fines terapéuticos.
Interacción individuo-ambiente: La relación entre el individuo y el entorno clínico es
relevante y puede explicar respuestas tanto del personal como de los pacientes.
Contribución de la enfermería: Los cuidados enfermeros desempeñan un papel clave en
el trabajo colaborativo del equipo de salud mental en los tres niveles de atención
sanitaria.
La percepción enfermera del ambiente terapéutico implica adoptar actitudes específicas
para favorecer el establecimiento de una relación terapéutica con el paciente y la
familia. En el caso de los padres y el niño, es fundamental crear un entorno que
promueva la confianza, la seguridad y el bienestar emocional, facilitando así el proceso
de atención y recuperación.

2.3 HOSPITALISMO:
El hospitalismo es una condición que afecta a los niños y se manifiesta por
una alteración del estado general debido a una carencia afectiva importante. Esta falta
de afecto puede ser tan significativa que, en algunos casos, puede llevar a la muerte del
niño1.
Los padres y cuidadores también experimentan una serie de sentimientos y
preocupaciones durante la hospitalización de su hijo. Algunos de estos factores
influyentes incluyen:
Sentimientos de culpa: Los padres pueden sentirse culpables por la enfermedad de su
hijo y cuestionar si podrían haber hecho algo diferente.
Temor a lo desconocido: El entorno hospitalario es nuevo y puede generar ansiedad en
los padres debido a la incertidumbre sobre lo que sucederá.
Temor a la atención inadecuada: Los padres pueden preocuparse de que la atención
médica no sea suficiente o adecuada para su hijo.
Temor a los problemas económicos: La hospitalización puede generar gastos médicos y
preocupaciones financieras para la familia.
Temor al sufrimiento del niño: Ver al niño enfermo o en dolor puede ser angustiante
para los padres.
Como enfermeros, nuestras intervenciones en casos de hospitalismo deben centrarse
en crear un ambiente terapéutico que promueva el bienestar emocional y físico del niño
y su familia. Algunas estrategias de intervención incluyen:
Apoyo emocional: Brindar apoyo y escuchar las preocupaciones de los padres.
Educación: Explicar el proceso de hospitalización, tratamientos y cuidados para reducir
el temor a lo desconocido.
Comunicación efectiva: Mantener una comunicación abierta con los padres y
proporcionar información clara sobre el estado del niño.
Apoyo financiero: Ofrecer recursos y asistencia para abordar las preocupaciones
económicas.
Cuidado integral: Proporcionar cuidados adecuados al niño para minimizar su
sufrimiento y promover su recuperación.
Referencias:
Rocque, M. A., et al. (2019). Psychosocial Risk Factors for Hospitalization and
Prolonged Length of Stay in Children with Inflammatory Bowel Disease. Journal of
Pediatric Gastroenterology and Nutrition, 68(1), 29-342
Caprini, F., & Motta, T. (2017). The Impact of Pediatric Hospitalization on Parents: A
Systematic Review. Frontiers in Psychology, 8, 11362
Brown, R. T., et al. (2010). A Pilot Randomized Controlled Trial of a Brief Early
Intervention for Reducing Posttraumatic Stress Disorder, Anxiety, and Depressive
Symptoms in Newly Diagnosed Pediatric Cancer Patients. Journal of Pediatric
Psychology, 35(9), 942-9532

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