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OPINIÓN DEL GOLPE DE ESTADO, MANUEL ZELAYA ROSALES 2009

El golpe de estado de Manuel Zelaya en 2009 se enmarca en un complejo entramado moral y


ético, entrelazado con los intereses de una selecta cúpula empresarial y partidaria. La fractura
del principio de supremacía constitucional revela una red partidaria decisiva que desatendió la
responsabilidad de salvaguardar y aplicar la Constitución. En este contexto, la extradición de un
presidente legítimo constitucional y legal se materializó mediante una serie de ilegalidades que
socavaron los pilares tanto de los principios constitucionales como de los penales.

Desde una perspectiva jurídica y crítica, el golpe no solo fue un episodio singular, sino un
quiebre histórico que dejó secuelas profundas. Antes del golpe, el escenario político estaba
dominado por un bipartidismo autoritario, donde las decisiones se veían limitadas por los
intereses de las empresas privadas. El ejército, custodio de la Constitución, se desvió al
alinearse con decisiones sectoriales que influyeron de manera determinante en el
cumplimiento de las normas establecidas.

La sociedad hondureña experimentó un periodo de silencio y tabú, donde hablar del tema era
arriesgado y declarar la ilegalidad de las acciones tomadas resultaba impensable. La falta de
información, agravada por la desinformación mediática, dejó a la población común sin una
perspectiva clara de la realidad. Los medios oficiales, en contradicción con las explicaciones de
Manuel Zelaya, generaron un ambiente de desconcierto y temor, sumiendo a la población en
un estado de incertidumbre.

Posterior al golpe, la situación política y jurídica experimentó un cambio significativo. Más allá
de las consecuencias inmediatas, la crisis dejó cicatrices profundas en la percepción pública y la
confianza en las instituciones. La narrativa legal se entrelaza con una trama crítica que resalta
no solo la ruptura de la legalidad, sino también la vulnerabilidad de la democracia y el estado
de derecho en Honduras. El análisis de este episodio histórico exige una reflexión profunda
sobre la intersección entre los intereses políticos, la ética gubernamental y la participación
ciudadana en la construcción y protección de las instituciones democráticas.

Vivir un hecho que quebranta el principio de supremacía constitucional, como el golpe de


estado de Manuel Zelaya en 2009, tuvo repercusiones internacionales profundas que marcaron
a Honduras de manera significativa. La comunidad internacional observó con preocupación la
vulneración de los principios democráticos y constitucionales, lo que resultó en la expulsión de
Honduras de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Sistema de Integración
Centroamericana (SICA) y otras organizaciones internacionales.

Desde una perspectiva nacional, la exclusión de Honduras de estas entidades representó un


aislamiento que afectó no solo la imagen del país en el ámbito internacional, sino también sus
relaciones diplomáticas y comerciales. Este episodio oscuro no solo desencadenó
consecuencias políticas, sino que también afectó negativamente la economía y el bienestar de
la población.

La pérdida de membresía en la OEA y el SICA privó a Honduras de importantes canales de


cooperación y apoyo, limitando las oportunidades para el desarrollo y la estabilidad económica.
La exclusión internacional no solo representó un revés diplomático, sino que también afectó la
capacidad del país para atraer inversiones y colaborar en proyectos regionales.

Internamente, la crisis derivada del golpe de estado generó divisiones y tensiones sociales. La
población se vio enfrentada a una realidad política tumultuosa, marcada por la incertidumbre y
la desconfianza en las instituciones. La falta de participación ciudadana en decisiones cruciales y
la percepción de un debilitamiento del estado de derecho dejaron cicatrices en la cohesión
social.

La lección aprendida de este suceso que fue un gran contexto histórico, aprendizaje, y relevo
político a la diversidad de partidos, es que la estabilidad y el respeto a los principios
democráticos son fundamentales para el desarrollo sostenible y la inserción exitosa en la
comunidad internacional. Reconstruir la confianza y restaurar la reputación de Honduras en el
ámbito global requerirá esfuerzos significativos en fortalecer las instituciones, promover la
transparencia y fomentar un diálogo inclusivo que refleje los valores democráticos que la
nación busca preservar y consolidar.

BIBLIOGRAFIA:

La cuestión militar. El golpe de Estado en Honduras como desafío a la democracia y al sistema


interamericano | Nueva Sociedad. (2010, 1 marzo). Nueva Sociedad | Democracia y Política En
América Latina. https://nuso.org/articulo/la-cuestion-militar-el-golpe-de-estado-en-honduras-
como-desafio-a-la-democracia-y-al-sistema-interamericano/

BBC News Mundo. (2019, 28 junio). 10 años del golpe de Estado en Honduras: qué ha cambiado
en el país (y qué no) a una década de la salida forzada del presidente Manuel Zelaya. BBC News
Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48798825

Articulos Golpe de Estado. (s. f.). Centro de Documentación de Honduras.


http://www.cedoh.org/Documentacion/Articulos%20Golpe%20de%20Estado/articulos.html

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