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CONVIVENCIA 2023- 2do A y B – 28/06/2023

Valor de la Fraternidad

1ra Parte
“En esto hemos conocido el amor: en él que entregó su vida por nosotros. Por eso
también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos” (1Jn. 3,16)

Fundamentación: Este cuento permite conocer algunas de las herramientas que podemos utilizar en la huerta. Lleva
como mensaje implícito el trabajo colaborativo y cooperativo, donde todo es igual de importante. Es necesario apoyarse
en otros para obtener buenos resultados.

Objetivos:
- Fomentar la escucha activa
- Hablar sobre valores de cooperación y ayuda
- Concebir la idea de colaboración
- Establecer relaciones entre la pregunta y la respuesta

Historia disparadora: “El cuento de las herramientas”


Según cuenta una curiosa fábula, un martillo, un tornillo y un trozo de papel de lija decidieron organizar una reunión
para discutir algunos problemas que habían surgido entre ellos.
Las tres herramientas, que eran amigas, solían tener peleas a menudo, pero esta vez la cosa pasaba de castaño
oscuro y era urgente acabar con las disputas.
A pesar de su buena disposición inicial pronto surgió un problema: chocaban tanto que ni siquiera eran capaces de
acordar quién tendría el honor de dirigir el debate.
En un principio el tornillo y la lija pensaron que el mejor candidato era el martillo, pero en un pispás cambiaron de
opinión. El tornillo no se cortó un pelo y explicó sus motivos.
– Mira, pensándolo bien, martillo, no debes ser tú el que dirija la asamblea ¡Eres demasiado ruidoso, siempre
golpeándolo todo! Lo siento, pero no serás el elegido.
¡El martillo se enfadó muchísimo porque se sentía perfectamente capacitado para el puesto de moderador!
Rabioso, contestó:
– Con que esas tenemos ¿eh? Pues si yo no puedo, tornillo miserable, tú tampoco ¡Eres un inepto y sólo sirves para
girar y girar sobre ti mismo como un tonto!
¡Al tornillo le pareció fatal lo que dijo el martillo! Se sintió tan airado que, por unos segundos, el metal de su cuerpo se
calentó y se volvió de color rojo.
A la lija le pareció una situación muy cómica y le dio un ataque de risa que, desde luego, no sentó nada bien a los
otros dos.
El tornillo, muy irritado, le increpó:
– ¿Y tú de qué te ríes, estúpida lija? ¡Ni en sueños pienses que tú serás la presidenta de la asamblea! Eres muy
áspera y acercarse a ti es muy desagradable porque rascas ¡No te mereces un cargo tan importante y me niego a
darte el voto!
El martillo estuvo de acuerdo y sin que sirviera de precedente, le dio la razón.
– ¡Pues hala, yo también me niego!
¡La cosa se estaba poniendo muy pero que muy fea y estaban a punto de llegar a las manos!
Por suerte, algo inesperado sucedió: en ese momento crucial… ¡entró el carpintero!
Al notar su presencia, las tres herramientas enmudecieron y se quedaron quietas como estacas. Desde sus puestos
observaron cómo, ajeno a la bronca, colocaba sobre el suelo varios trozos de madera de haya y se ponía a fabricar
una hermosa mesa.
Como es natural, el hombre necesitó utilizar diferentes utensilios para realizar el trabajo: el martillo para golpear los
clavos que unen las diferentes partes, el tornillo hacer agujeros, y el trozo de lija para quitar las rugosidades de la
madera y dejarla lustrosa.
La mesa quedó fantástica, y al caer la noche, el carpintero se fue a dormir. En cuanto reinó el silencio en la
carpintería, las tres herramientas se juntaron para charlar, pero esta vez con tranquilidad y una actitud mucho más
positiva.
El martillo fue el primero en alzar la voz.
– Amigos, estoy avergonzado por lo que sucedió esta mañana. Nos hemos dicho cosas horribles que no son ciertas.
El tornillo también se sentía mal y le dio la razón.
– Es cierto… Hemos discutido echándonos en cara nuestros defectos cuando en realidad todos tenemos virtudes que
merecen la pena.
La lija también estuvo de acuerdo.
– Si, chicos, los tres valemos mucho y los tres somos imprescindibles en esta carpintería ¡Mirad qué mesa tan chula
hemos construido entre todos!
Tras esta reflexión, se dieron un fuerte abrazo de amistad. Formaban un gran equipo y jamás volvieron a tener
problemas entre ellos.
Moraleja: Valora siempre tu propio trabajo pero no olvides que el que hacen otros es igual de importante que el tuyo.
Todas las personas tenemos muchas cosas buenas que aportar a nuestro entorno y a los demás.

Consignas:

1. ¿Qué título le pondríamos al cuento?


2. ¿Cuál es el mensaje fundamental que nos deja?
3. A la luz del cuento, ¿Qué significa concretamente para nosotros la afirmación de Hch.4, 32: Tenían un solo
corazón y una sola alma?
4. Si nuestro curso un negocio, ¿De qué sería? ¿Qué función tendría cada uno? Dramatícenlo

2da Parte: Iglesia cuerpo de Cristo


“Miren cuantas partes tiene nuestro cuerpo y es uno” Rom. 12, 4

Iluminación bíblica: 1 Cor. 12, 12-27

12
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos,
constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. 13 Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo
[a]

cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. 14 Porque el cuerpo no
[b]

es un solo miembro, sino muchos. 15 Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de
ser parte del cuerpo. 16 Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no por eso deja de ser parte del
cuerpo. 17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato? 18 Ahora bien, Dios
[c] [d]

ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó. 19 Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería
[e]

del cuerpo? 20 Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. 21 Y el ojo no puede decir a la mano: No te
[f]

necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito. 22 Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo
[g]

que parecen ser los más débiles, son los más necesarios; 23 y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a
[h]

estas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas , reciben un trato más
[i] [j]

honroso, 24 ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a
[k]

la parte que carecía de ella, 25 a fin de que en el cuerpo no haya división , sino que los miembros tengan el mismo cuidado
[l]
unos por otros. 26 Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado , todos los
[m]

miembros se regocijan con él. 27 Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de
él.

Reflexión:

1. Si yo fuera una parte del cuerpo… ¿Cuál sería y por qué?


2. ¿Quién es la cabeza?
3. Dibujamos la silueta de un compañero
4. Escribimos por fuera de la silueta en la cabeza: qué pensamos, en las manos: qué hacemos, en los oídos: qué
escuchamos, en los pies: a dónde queremos ir
5. Dentro de la silueta escribimos los nombres de las personas que integran el curso/cuerpo de Cristo

Música: A edificar la Iglesia


A edificar la iglesia (3) del señor Los pobres... los ricos.
Hermano ven ayúdame Los vivos... los muertos.
Hermana ven ayúdame, Los buenos... los malos.
A edificar la Iglesia del Señor. San Pedro... San Pablo.
María... los Santos.
Yo soy la Iglesia, tú eres la Iglesia, Los negros... los blancos.
Somos la Iglesia del señor...

3er Parte: el hermano perfecto


6
De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la
medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que
reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
9
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Rom. 12, 6-9

Reflexión: ¿Qué dones tengo yo?

Música: Señor que nuestra vida sea…

Cómo describió san Francisco al hermano perfecto

El bienaventurado Padre, en cierto modo identificado con los santos hermanos por el amor ardiente y el celo
fervoroso con que buscaba la perfección de los mismos, pensaba muchas veces para sus adentros en las condiciones y
virtudes que debería reunir un buen hermano menor. Y decía que sería buen hermano menor aquel que conjuntara la
vida y cualidades de estos santos hermanos, a saber, la fe del hermano Bernardo, que con el amor a la pobreza la poseyó
en grado perfecto; la sencillez y pureza del hermano León, que fue varón de altísima pureza; la cortesía del hermano
Ángel, que fue el primer caballero que vino a la Orden y estuvo adornado de toda cortesía y benignidad; la presencia
agradable y el porte natural, junto con la conversación elegante y devota, del hermano Maseo; la elevación de alma por
la contemplación, que el hermano Gil tuvo en sumo grado; la virtuosa y continua oración del hermano Rufino, que oraba
siempre sin interrupción, pues, aun durmiendo o haciendo algo, estaba siempre con su mente fija en el Señor; la
paciencia del hermano Junípero, que llegó al grado perfecto de paciencia por el perfecto conocimiento de su propia
vileza, que tenía siempre ante sus ojos, y por el supremo deseo de imitar a Cristo en el camino de cruz; la fortaleza
corporal y espiritual del hermano Juan de Lodi, que en su tiempo fue el más fuerte de todos los hombres; la caridad del
hermano Rogerio, cuya vida toda y comportamiento estaban saturados en fervor de caridad... (EP 85).

Reflexión:

- ¿Cómo sería mi curso perfecto? ¿Qué valores tendría? Lo escribimos juntos en una cartulina

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