Está en la página 1de 1

El amor quiere quitarme la paz. Me acecha, me persigue constantemente.

No lo quiero en mi vida.
Aunque lo entierre, bajo capaz de control e indiferencia.
¿A quién pretendo engañar?
Por culpa del silencio y la soledad que hay en esta sala escritorio. Siento que aún
mas me acecha, que aún mas me persigue.
Es un maldito fuego ardiente que consume mi corazón. Una pasión incontrolable
que lucha por liberarse, envolviendo en llamas todo a su paso.
No puedo negar mi humanidad. Mi necesidad de sentirme amada, y de poder
amar.
¿A caso no corre sangre ardiente por mis venas?
¡Este corazón late a cada instante!
Pero el amor en mi vida está condenado, sentenciado a muerte.
Esta casa es mi prisión, soy un pájaro enjaulado. Privado totalmente de la libertad.
Y mis hijas, mis hermosas y adorables hijas. Arrastran con la misma suerte.
¿Qué puedo hacer para negarles tal amargura?
No quiero que sufran. Esto es muy injusto para ellas. No lo merecen.
Muchas veces veo al amor como un monstruo. Que quiere verme destruida. Y
destruir a quienes tengo cerca. Pero, aunque me cueste admitirlo, es también mi
salvación. Deseo profundamente amar y ser amada.
Pero las murallas de esta casa son mi cárcel, son mi yugo. Como una cadena
atada en mi cuello que me tira hacia abajo.
¿Es posible encontrar el amor en medio de tanta opresión? ¿Puedo encontrar la
felicidad en una vida de restricciones y renuncias?
Mi corazón pide a gritos libertad. Aunque la realidad me mire a los ojos de un
modo desafiante. Muchas veces debo callar.
¡No olvides quien eres! Sos Bernarda Alba
Tu misión es controlar y proteger la honra de esta familia. Debo ser fría. Dura
como el diamante.
Mi sufrimiento será mi secreto más oscuro y cruel, oculto bajo una máscara de
fortaleza.

También podría gustarte