Está en la página 1de 12

3

Su majestad la bruja
Su majestad la bruja
Pedro Mañas

Las Princesas Dragón viajan hasta Nánabu,


el Reino del Este. Y es allí donde Gumi
¡se convierte en ladrón! Pero no puede ser,
si Gumi es bueno… ¿o no? Y luego aparece
Lilia, la encantadora prima de Nuna,
con sus bucles rojos y su magia terrible...
Hay princesas y princesas.
Algunas, cuando se juntan,
se convierten en dragón
¡y ponen el reino patas arriba!
173992

Ilustraciones de Luján Fernández


Primera edición: febrero de 2017
Segunda edición: marzo de 2017

Gerencia editorial: Gabriel Brandariz


Coordinación editorial: Paloma Muiña
Coordinación gráfica: Lara Peces

© del texto: Pedro Mañas, 2017


© de las ilustraciones: Luján Fernández, 2017
© Ediciones SM, 2017
Impresores, 2
Parque Empresarial Prado del Espino
28660 Boadilla del Monte (Madrid)
www.grupo-sm.com

ATENCIÓN AL CLIENTE
Tel.: 902 121 323 / 912 080 403
e-mail: clientes@grupo-sm.com

Cualquier forma de reproducción, distribución,


comunicación pública o transformación de esta obra
solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares,
salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org)
si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

173992 Princesas 3 CRED.indd 2 14/02/17 17:38


Para Paloma, nuestra hada madrina,
por tantas cosas que necesitaríamos otro libro
para contarlas.
Bamba, Nuna y Koko

173992_Princesas_3_INT.indd 3 19/12/16 11:52


173992_Princesas_3_INT.indd 4 19/12/16 11:52
1

Me llamo Koko.
Koko y punto.
Por si no lo sabes, en nuestra anterior aventura,
Nuna se chivó de mi nombre completo: todo eso de
Koralina Konstanza Nosequé de Nosecuantos.
Pero como se te ocurra llamarme así, te muerdo.
Aunque lo prohíba el Reglamento de Princesas.
A Nuna no la mordí, pero solo porque, sin ella, este
tercer libro no existiría.
Fue ella la que convenció a Bamba de enseñarme a
leer y escribir.
Nuna, Bamba y yo vivimos en medio del bosque, en
un árbol que es como una fortaleza. Y juntas protege-
mos a una cría de dragón que nació de un huevo de oro
y que nos dio a cada una un poder mágico.

173992_Princesas_3_INT.indd 5 19/12/16 11:52


Nuna puede volar, Bamba tiene aliento de fuego y yo
soy fuerte como un oso.
El príncipe Rosko, que ahora vive con nosotras, pinta
muy bien. Bah, algo es algo.
Además, todos saben leer y escribir. Yo ese superpo-
der no lo tenía.
De hecho, hasta hace poco no conocía ni las letras
de «Koko».
–¿Ves? –me decía Nuna, señalando la «K»–. Parece un
hada con su varita.
–¡No! –se metía Bamba–. Es un mago con su bastón.
–O un pintor con su pincel –opinaba Rosko.
–Narices –gruñía yo–. Es una guerrera a punto de
partiros en dos con su espada.

173992_Princesas_3_INT.indd 6 19/12/16 11:52


Al acabar la lección, Nuna me ponía deberes.
Al principio eran cosas fáciles, como escribir el abe-
cedario. Yo cogía un palo y garrapateaba una A sobre
el barro. Luego, una B. Y me quedaba atascada. Enton-
ces, nuestro bebé dragón se hacía caca en mi bota.
–¡Eso es, C de caca! Gracias, Gumi.
Las cosas se complicaron. Nuna empezó a mandar-
me dictados, redacciones y hasta poesías. Todo lo sufrí
como la gran guerrera que soy.
Hasta que un día me encargó escribir la tercera parte
de nuestras aventuras.
–¡No jorobes, Nuna! ¡No sé ni cómo empezar!
–¡Huy! ¿Por qué no empiezas diciendo: «Érase una
vez»?

173992_Princesas_3_INT.indd 7 19/12/16 11:52


Pero no me da la gana. Sobre todo porque no sé si
«érase» va con hache o sin hache. Prefiero contar las
cosas a mi manera.
Desde que nos conocimos, nos hemos enfrentado a
muchos peligros. Hay alguien misterioso que nos ace-
cha. Él y sus cómplices quieren apoderarse de nuestra
cría de dragón. La última vez, hasta nos atacó desde el
interior de un espejo.
No sabemos quién es, pero sabemos que volverá.
Y todo por culpa de una asquerosa profecía que en-
contramos en un viejo cuaderno. Una profecía sobre
un dragón nacido de un huevo dorado y que dice:
AQUEL QUE AL DRAGÓN CORTE LA CABEZA
REINARÁ EN LOS CUATRO REINOS CON CERTEZA.
Me sé los malditos versos de memoria. ¡Pero, cuernos,
aquí no tenía otra cosa para aprender a leer! En el bos-
que no hay bibliotecas. Bueno, Nuna tiene la suya sobre
una rama, pero sus librotes están llenos de palabras ra-
rísimas, como «castilloscopio» o «dragonometría».
Te juro que a veces hubiese dado mis trenzas por un
buen libro. Pero no te chives o, en serio, te morderé.

173992_Princesas_3_INT.indd 8 19/12/16 11:52


2

Cada día entrenaba a los demás en un claro del


bosque.
Si ellos me habían enseñado a leer, yo debía ense-
ñarles a luchar.
Nuestro misterioso enemigo podía volver a atacar
en cualquier momento.
Al fin una tarde, durante el entrenamiento, una pa-
loma mensajera dejó caer una carta sobre el prado.
Una carta: ¡letras y palabras!
–¡La leo yo! –grité, abalanzándome–. ¡La leo yo!
–¡Koko! –chilló Nuna–. ¡Que es para mí!
A mí eso me daba igual. Que no me hubieran ense-
ñado a leer.
Cuernos, ojalá no la hubiera leído.

173992_Princesas_3_INT.indd 9 19/12/16 11:52


d a h i j a: u r g e n te
Quer i p a l o ma
m o s p o r t e r a d o s
ib i en
Te escr e que estamos o sas
d e c i r t s p a n t
para a n t e s ye
s e m o c ion , s i r e n as,
de tu r a g o nes
n t u r a s .D r r or!
ave ¡ Qu é h o
d i d o s . . . e n a rte
ba n t e yo r d l a c io.
g a r p a
e b e m os ro ia t a m e n te a
D i n m e d a na
r e s e s m a ñ
que reg j e te r e c o g erá
r r u a
Un ca a n a.
a ñ
por la m
e s , e l E s t e.
Besot p á, R e y e sd
y p a
Mamá

173992_Princesas_3_INT.indd 10 19/12/16 11:52


–¡Yuju! –aplaudió Bamba–. ¡Vacaciones en casa de
Nuna!
Yo no dije nada porque soy princesa de pocas pala-
bras. Pero arrugué la carta y la lancé con mi super-
fuerza al otro lado del bosque. No pensaba moverme
de allí.
Anochecía y era hora de regresar. El bosque se lle-
naba de sombras y de búhos que pasaban haciendo
«uhhh».
–En mi palacio, Gumi estaría más seguro –trató de
explicarme Nuna.
Miré al dragón, que estaba olisqueando una madri-
guera de escorpiones. Lo de sentirse seguro le impor-
taba un pito.
–Nos quedamos –decidí.

173992_Princesas_3_INT.indd 11 19/12/16 11:52


Seguimos discutiendo de camino al árbol. Para
cuando llegamos, Nuna ya estaba berreando por los
aires, Bamba echando humo y yo a punto de morderlas
a las dos. La vocecilla de Rosko trataba de hacerse oír
entre el barullo. Al fin, muy nervioso, soltó un aullido
que espantó a los búhos:
–¡¿ME ESCUCHÁIS UN MOMENTO?!
–¡¿QUÉ PASA?! –chillamos.
–¡Mirad! –dijo, y señaló nuestro árbol.
Bueno, los restos de nuestro árbol, maldita sea.

173992_Princesas_3_INT.indd 12 19/12/16 11:52

También podría gustarte