Resumen: La Virgen de Quito, elaborada por Bernardo de Legarda, escultor y pintor de la
Escuela Quiteña, es un referente artístico y religioso para dicha ciudad. Se ha discutido si su
imagen corresponde a la Virgen del Apocalipsis, a la Inmaculada Concepción o a la Virgen de la Asunción. Según el autor, la identificación plena entre la Virgen del Apocalipsis y la Inmaculada Concepción en una síntesis iconográfica que se da en España a finales del siglo XVI. Lo mismo sucede, después, con la advocación de la Asunción, que recoge la afirmación de que la Virgen fue asunta al cielo. Este dogma se encuentra muy cercano al de la Inmaculada. En conclusión, podemos afirmar que cualquiera de las tres denominaciones que se aplique a nuestra Virgen de Quito puede considerarse correcta. El artículo, además, elabora una síntesis de las imágenes precursoras de esta obra emblemática cuya hibridación entre lo europeo y lo indígena es característica de nuestro barroco.