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GENERALIDADES DE AGENTES FÍSICOS

Definición de agente físico terapéutico


Se puede definir como agente físico terapéutico, un elemento físico natural como el agua, la luz, o un elemento
físico artificial como la electricidad, cuando es utilizado en el tratamiento de un determinado proceso patológico
o enfermedad.

Un agente físico actúa mediante uno o más tipos de energía que aporta al organismo y de esta manera influye
sobre los procesos biológicos. Puede contribuir a disminuir el tiempo de evolución, desinflamar, estimular la
regeneración del tejido o disminuir el dolor. En esta obra solo se profundiza en los agentes físicos y en los acápites
de estos, que tienen interés terapéutico para la especialidad, aun- que también los agentes físicos pueden emplearse
con intención diagnóstica, como ocurre en el caso del ultrasonido, la electromiografía, los rayos X, la
electrocardiografía y la electroencefalografía, por solo mencionar algunos ejemplos.

En la literatura aparecen varias definiciones de Medicina Física como la de Holser, que la define como la “ciencia” o
parte de la medicina que utiliza agentes y técnicas de naturaleza física para el diagnóstico, tratamiento y
prevención de enfermedades. Krussen, la define como una rama de la medicina que utiliza agentes físicos, como
la luz, el calor, el agua y la electricidad, así como agentes mecánicos, en el tratamiento de las enfermedades;
mientras Molina Ariño planteó que la medicina física estudia ampliamente los recursos que aportan los agentes
físicos no ionizantes (mecánicos, térmicos y electromagnéticos).1,2 En teoría, se puede referir a cualquier fenómeno
físico como es la presión, el calor, el frío, la electricidad, el sonido o la luz.

Reseña histórica de la utilización terapéutica de los agentes físicos


En el Manual de Medicina Física de Martínez Morillo, se observa un recuento exhaustivo de la evolución
histórica de los agentes físicos, y es que en realidad se encuentran entre los primeros elementos terapéuticos que
conoció el hombre. Se registran evidencias procedentes de China, de más de 2 mil años a.n.e. En la India se
originó la doctrina del Yoga o Ayurveda, en el año 1800 a.C., que incluyó ejercicios; mientras, los griegos
poseían templos a los que enviaban pacientes de difícil tratamiento y acumularon una significativa experiencia
en el empleo terapéutico de agentes físicos (Fig. 1.1).

Por otra parte, ya los romanos conocían y aplicaban el hidromasaje, los estiramientos y los movimientos
asistidos con pesos y poleas. Los baños comunitarios existen desde los tiempos de Catón, hacia el 200 a.C., en
la actualidad se conservan algunos de estos.

Síntesis de aportes de las ciencias a la Fisioterapia. Extraído del Libro Agentes Físicos Terapéuticos de Jorge M. Cordero
El primer tratado de balneoterapia, De balneis et thermis, fue escrito por Giovanni Michelle Sayonarola
(1452-1498), y fue publicado en Ferrara en1485, pero no es hasta el siglo XVII que se establecieron las
bases de la moderna hidrología médica.

Figura 1.1. Hipócrates (460-380 a.C.), considerado el padre de la medicina, puso en duda la idea de que la
enfermedad era un castigo enviado por Dios y descubrió la relación entre la enfermedad y las condiciones del medio.
Ya desde su época empleaba los medios físicos, higiénicos y dietéticos, dando importancia al ambiente físico, el
clima, el sol y el agua, tanto en la salud como en la enfermedad.

Existen referencias al empleo de las descargas eléctricas del pez torpedo en el tratamiento de algunos tipos
de dolores y especialmente de la gota. La primera aportación conocida sobre los fenómenos eléctricos
se debe a Tales de Mileto (600 a.C.), pero no es hasta el siglo XVI cuando William Gilbert, ilustre médico
de la reina Isabel de Inglaterra, logró publicar la obra De magnete megnetisque corporibus, donde
estableció algunas diferencias entre la electricidad y el magnetismo.
Dos siglos después, en el XVIII, Luigi Galvani (1737-1798) y a Alessandro Volta (1745-1827),
llegaron a la construcción de la pila, y lograron por vez primera, acumular electricidad que luego
puede ser utilizada. Además, descubrieron por diversas pruebas, que la electricidad era capaz de excitar
la contracción muscular, y fueron entonces pioneros, de bases elementales de todo lo que se conoce en
la actualidad en materia de Electroestimulación muscular y neuromuscular (Fig.1.2).

Figura 1.2. Alessandro Volta fue el creador de la primera pila eléctrica, la llamada pila de Volta o pila voltaica. Fue
profesor universitario de física, realizó numerosas contribuciones a la ciencia. La unidad de potencial eléctrico,
el voltio, se llama así en su honor.

En 1840, Georgii publica su tratado Fundamentos generales de la gimnasia, en el que aparece el


término kinesiterapia, referido a ejercicios que realiza el enfermo por sí solo, por prescripción
médica, o el ejercicio que realiza el terapeuta en un paciente pasivo o, terapeuta y paciente juntos. Es
por esta misma época que Antón Sebastián Kneipp (1821-1897) impulsó de forma significativa los
aspectos vinculados con la hidroterapia. Rickli, diseñó un sanatorio en Austria, donde empleó la luz
solar como agente terapéutico, impresionando al ámbito médico de la época; posteriormente

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Rollier sustentó la helioterapia y su naturaleza científica, pese a que la utilización de la luz solar data de
épocas muy remotas.

Al avanzar el siglo XIX los descubrimientos científicos aportaron un valioso conocimiento: la inducción
electromagnética descubierta por Faraday (Fig.1.3), que fue llevada a términos matemáticos por J. C.
Maxwell (1831-1879) (Fig.1.4), quién enunció las ecuaciones que rigen los fenómenos
electromagnéticos y luminosos. La mecánica tradicional, edificada en los supuestos de Galileo y
Newton, llegó a ponerse en duda por las demostraciones de Hertz (1857-1894) sobre la propa-
gación de las ondas electromagnéticas. Se estableció la termodinámica y fueron incor-
porándose a los tratamientos, las radiaciones electromagnéticas, como la radiación ultravioleta y la
infrarroja, producidas de forma artificial.

Figura 1.3. Michael Faraday fue un científico eminente del siglo XIX, realizó contribuciones a la física y la química.
Descubrió el fenómeno conocido como inducción electromagnética, y dio base al surgimiento del generador
eléctrico.

Figura 1.4. James Clerk Maxwell fue un eminente científico del siglo XIX, desarrolló la teoría matemática que relaciona las
propiedades de los campos eléctricos y magnéticos. Predijo la existencia de las ondas electromagnéticas, y que la luz
era un fenómeno electromagnético. Contribuyó al descubrimiento de la teoría de la relatividad y la teoría cuántica.

El siglo XX marcó pautas trascendentales en el desarrollo de los agentes fisioterapéuticos. Tras el


estallido de la Primera Guerra Mundial, se desarrollaron muchas técnicas para dar respuesta a la
demanda generada por el gran volumen de discapacitados que dejó la contienda. Se
desarrollaron nuevas técnicas de atención al amputa- do, así como métodos para la atención a los
pacientes con lesión medular.

Whitney introdujo la diatermia por onda corta en 1910 y la hipertermia en 1928, también en ese
mismo año se inició, por Esau y Schliephake, la radioterapia. En 1929, el electrodiagnóstico fue
perfeccionado por Adrian y Brock con la aguja coaxial, base de la electromiografía actual.
En ese mismo año, 1929, los autores alemanes Krause & Garré, publicaron un libro titulado
Terapéutica general y aplicada de las enfermedades internas, que cualquier rehabilitador
contemporáneo pudiera considerar como una ver- dadera joya. En su tomo I, dedicado a “Métodos
terapéuticos de las enfermedades internas”, aparecen tres capítulos donde se trataron los aspectos
referidos a los tratamientos con agentes físicos como la hidroterapia, termoterapia, climatoterapia,
talasoterapia, balneoterapia y la electroterapia. Es muy interesante el hecho de que, siendo un texto
dirigido a la clínica en general, aparecen los agentes físicos en primera línea, dentro del arsenal
terapéutico de los médicos de entonces. Este libro, traducido al español del original en alemán, es

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posible que resuma todo el conocimiento que existía en la época. Describe, de manera magistral,
procedimientos terapéuticos, cuya vigencia ha perdurado a lo largo de un siglo.
Langevín creó el primer equipo de ultrasonidos basado en la piezoelectricidad, en 1936, pero es
Dolhmann quien construyó el primer equipo de ultrasonidos aplicable en medicina, comenzó a tratar con
ultrasonidos a enfermos con otosclerosis, cicatrices cutáneas y neuralgias. Ya en 1939, se realizó en
Alemania el Primer Congreso Internacional de Ultrasonidos.
Varios científicos, como Niels Bohr, con sus aportes sobre el comportamiento de los átomos, y los
mecanismos de emisión y absorción espontánea de energía, luego Max Planck con sus aportes a la
física cuántica, y finalmente Albert Einstein con sus planteamientos acerca de la posibilidad de poder
inducir una emisión estimulada de energía por parte de determinados átomos (Figs.1.5, 1.6, 1.7), con-
tribuyeron, a inicios del siglo XX, a sentar las bases teóricas del surgimiento del láser. Sin embargo, a
pesar de contar con las bases teóricas, no es hasta 1960 que se dan las condiciones para el surgimiento
de ese novedoso agente físico, que ha revolucionado el campo tecnológico desde la segunda mitad del
pasado siglo, la radiación o el rayo láser.

Figura 1.5. Niels Bohr, ganador del Premio Nobel, director del Instituto de Física Teórica de la Universidad de
Copenhague, reunió a algunos de los mejores físicos de la época e hizo relevantes contribuciones a la física.

Figura1. 6. Max Planck propuso la teoría cuántica y pudo explicar el comportamiento de la luz. Sus
revolucionarios trabajos sentaron las bases de gran parte de la física moderna.

Figura 1.7. Albert Einstein es considerado uno de los mayores científicos de todos los tiempos. Abordó la
naturaleza de la luz, describió el movimiento molecular e introdujo la teoría de la relatividad restringida.

No caben dudas de que el notable desarrollo científico y tecnológico del siglo pasado hizo posible la
aparición de nuevas formas de tratamiento por medios físicos (laserterapia, magnetoterapia, corrientes
interferenciales, corrientes pulsantes de alta frecuencia, etc.). Este desarrollo permitió, además, el
perfeccionamiento de aplicaciones ya existentes. Al profundizarse en los mecanismos intrínsecos
(físicos y biológicos) de su acción terapéutica, se pudo lograr la construcción de equipos y aplicaciones
de efecto mucho más específico.
Cuando se analizan las revisiones de los grupos Cochrane de interés en fisioterapia, se encuentran solo
8 acápites en los que se acumula alguna evidencia:

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1. Relacionadas con las vías respiratorias.
2. Relacionadas con el tratamiento de las afecciones de la espalda.
3. Relacionadas con la fibrosis quística.
4. Relacionadas con el tratamiento de la incontinencia urinaria.
5. Relacionadas con la esclerosis múltiple.
6. Relacionadas con el aparato locomotor.
7. Relacionadas con las lesiones músculo esqueléticas.
8. Relacionadas con las enfermedades neuromusculares.

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