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LA CUESTIÓN CRIMINAL

Eugenio Raúl Zaffaroni


Matías Bailone
Ilustrado por Miguel Rep

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

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A los profesores doctores
Bernardo Beiderman y Elías Neuman.
In memoriam

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

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Prólogo de Gianni Vattimo

Prólogo

E l propósito inicial de este libro se enuncia como una simple intención


de divulgación de la problemática de la criminología, con el objeto
de llevar a conocimiento del público no especializado (pero que es usuario
de las instituciones judiciales y, con frecuencia, víctima de éstas) lo que la
criminología y los expertos del derecho dicen acerca de los delitos y de las
penas. Se trata de un propósito absolutamente sacrosanto, pues todos nosotros
en Italia somos conscientes del peso que han tenido para la civilización europea
libros como Dei delitti e delle pene de Cesare Beccaria. Pero además –como
en el caso de Beccaria– es difícil que el libro respete los límites impuestos al
comienzo. Lo que ahora tenemos delante es una especie de teoría general del
mal, en lenguaje teológico se diría que una demonología. En efecto: hablando
de la cuestión criminal, no se limita a discutir el derecho penal, sino que
pone en juego nuestras ideas sobre el bien y el mal en general, sin dejar en
paz ningún concepto presupuesto. Muy banalmente dicho, es como si el lector
fuese llevado a visitar una cárcel (lo que en general es una experiencia muy
poco agradable, porque la cárcel no es un lugar de veraneo) y se preguntase
con qué derecho, en nombre de qué, nosotros (la sociedad de la que somos
parte) colocamos a algunos seres humanos en esas condiciones.

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Sabemos la respuesta: como estas personas han hecho el mal, merecen la


pena. O bien: como aún nos amenazan con hacerlo, deben ser reducidas. Pero
ante la realidad de la pena, nuestras respuestas habituales se sacuden y caen en
la duda. Es más o menos lo que le sucedió a Michel Foucault con sus estudios
sobre la sociedad del vigilar y castigar. No se puede mirar una institución
penal sin poner en juego todas nuestras ideas sobre el bien y el mal. Si al final
de la lectura se nos pregunta qué es el bien y qué el mal en la perspectiva de
Zaffaroni, por cierto que no nos viene a la mente un esquema simple, que nos
provea la definición del mal moral, su distinción y semejanza con el crimen
sancionado por la ley y la pena como consecuencia de la sociedad que se
defiende. La tesis más o menos explícita del autor nos parece –dicho en forma
un poco burda y paradójica– que podría formularse del siguiente modo: el
mal es ante todo la pena misma y el conjunto de instituciones que la imponen.
Cuando se lee el capítulo sobre el fin de la criminología negacionista, con
las estadísticas de Rummel y Morrison –aun aproximadas, por defecto o
por exceso–, los muertos a cuya palabra alude el título del capítulo primero
(o de todo el libro) no son sólo los pensadores del pasado, cuyas teorías se
ilustran junto a las de la academia de hoy y a la palabra de los medios, sino
que son muertos verdaderos, las montañas de cadáveres producidas por
el uso del poder público de vida y muerte, ejercitado como justicia penal o
como autoridad que desencadena y conduce las guerras. No sé decir hasta
qué punto, en las estadísticas que Zaffaroni cita, se comprenden –y en qué
medida– los homicidios de la calle, o sea, los cometidos por los malos que
la justicia criminal persigue legítimamente. Es verdad que, tratándose de
criminología, la cuestión del bien y del mal no parece ser el punto esencial:
crimen es aquel mal que una sociedad, con sus instituciones, considera tal
y sanciona con las penas. En nuestras sociedades, que se proclaman laicas,
con mucha frecuencia nos encontramos con el problema de distinguir el
pecado del delito. No todo lo que la moral –cierta moral: la de las iglesias, la
de la razón kantiana, la de la cultura común– considera pecado es sancionado
como delito. Pero muchas veces el límite es demasiado frágil: en los países
donde la moral católica tiene aún un peso predominante, es frecuente que los
legisladores estén moralmente obligados a sancionar como delito un pecado
(como ejemplo típico tenemos aún hoy la sodomía, como tantos otros pecados
contra natura, incluso el divorcio, si se acepta la idea de que el matrimonio es
por naturaleza indisoluble en virtud del derecho natural). Que una historia de
las ideas penales se identifique con una teoría general del mal implica en cierto
sentido una adhesión al positivismo jurídico. Se trata de una conclusión a la
que parece dirigirse el desarrollo de la modernidad laica. Si en cambio, como

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Prólogo de Gianni Vattimo

parece surgir de la lectura de Zaffaroni, no existe un bien y un mal eterno


del cual se debieran derivar las leyes sociales, lo que queda es la decisión del
legislador, que sanciona como crímenes determinados comportamientos. ¿Lo
hace en nombre de un poder democráticamente conferido por el pueblo? En
principio debiera ser así. Y de ese modo, como es obvio, también vuelven a
entrar en juego las ideas morales inspiradas por la religión, las mismas ideas
del derecho natural, porque los electores que votan al legislador también
se inspiran –muchas veces sobre todo- en esas ideas, en expectativas ético-
religiosas, etc. Las páginas del libro acerca de la política-espectáculo invitan
a ser muy prudente frente a la idea de que la principal fuente de la legislación
pueda ser la voluntad del pueblo. De las tres fuentes de la criminología a las
que Zaffaroni se refiere, la voz de los medios, o sea, de la opinión pública,
es sólo un componente, por cierto que indispensable, pero no único ni
absoluto. Cómo combinar entre sí las fuentes es una tarea de la política, o sea
que, en definitiva, depende de un juego de fuerzas y de sus relaciones en las
formas que caracterizan los diversos regímenes políticos. Una sociedad ideal
platónica sin duda hará prevalecer la voz de la academia (es decir, el saber más
o menos oficial y reconocido como ciencia); las sociedades populistas, como
las que se afirman crecientemente en el Occidente democrático, tenderán a
hacer prevalecer la voz del pueblo, pero expresada por los medios que la hacen
resonar, aunque también la influyen y determinan. Pero al fin, la fuente que
parece más autorizada –y última para Zaffaroni– una suerte de principio de
realidad sin escapatoria, es la palabra de los muertos en el sentido más literal y
físico del término, pues no se trata de las ideas de los sabios del pasado, sino de
las montañas de cadáveres de los que hablan las estadísticas. Son las montañas
de muertos reales producidos por el sistema penal y el poder estatal.
No sé hasta qué punto el autor, que no es sólo un académico sino también
un juez que ejerce funciones prácticas en el sistema penal, pueda concordar
con las conclusiones positivistas y también algo anárquicas que me parece que
pueden extraerse del libro. Lo que limita la apariencia escandalosa de estas
conclusiones –si valen como tales– es la constante atención a la voz de los
muertos, que en la perspectiva del autor parece hacer las veces de derecho
natural como límite al arbitrio de la legislación y también a la degeneración
populachera de la democracia.
En síntesis, pareciera que el bien y el mal son meros efectos de decisiones
que, además, no son verdaderamente democráticas (como se observa por la
política-espectáculo), sino siempre fruto de una imposición de fuerza. Estas
ideas fueron expresadas con crudeza en algunas páginas de Nietzsche, hechas
propias luego por la cultura nazista al aislarlas del resto de su obra (no se debe

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

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Prólogo de Gianni Vattimo

olvidar que en los apuntes póstumos se habla también del primado del hombre
más moderado, que sabe mirar con cierta distancia irónica incluso hacia él
mismo y más allá de la propia voluntad de potencia). Pero desde la perspectiva
de este libro, contra este realismo de la fuerza se alza la voz de los muertos.
¿Estaremos acaso frente a una filosofía que exalta la vida como valor supremo,
que debiera servir como criterio último para valorar los sistemas morales e
incluso el derecho penal? Semejante identificación del derecho natural con
el derecho a la supervivencia es muy insatisfactoria desde el punto de vista
filosófico. En último análisis podría reducirse a propter vitam vivendi perdere
causas, según el aforismo latino: hacer de la supervivencia el valor último
significa dar vía libre a la violencia misma (bellum omnium contra omnes, que
sobrevivan los más fuertes, etc.), que sería el enemigo más evidente de los
propósitos de Zaffaroni (y también de nosotros, lectores). Entre otras cosas,
precisamente hoy, que la ciencia y la tecnología nos colocan con creciente
frecuencia frente al problema del valor o disvalor de la mera supervivencia, con
las relativas cuestiones de la eutanasia, atribuir a la vida como tal la función
de criterio supremo de valor conduce de inmediato a consecuencias de las que
–creemos– Zaffaroni no quisiera hacerse cargo. Más que en el valor definitivo
e indiscutible de la supervivencia, lo que hace de derecho natural en Zaffaroni
y limita los excesos positivistas es más bien la pietas, la mirada solidaria, diría
incluso la ternura, que el jurista-juez dirige al prójimo encarcelado y –hasta
alguna vez justamente– sometido a la pena. Desde el primer capítulo se
delinea la conclusión que me parece la única posible, en que se combinan la
conciencia de la inevitabilidad de la justicia penal –a condición de que sea
justa, es decir, igualitaria y no contaminada por los privilegios reservados a
los ricos y poderosos– y el reconocimiento de la insuperable violencia que
siempre caracteriza a toda imposición de cualquier pena. Ésta es la razón
por la que siempre se requerirá prudencia y cautela en todo uso del poder
represivo. Ningún juez puede condenar aplicando rigurosamente la ley sin
un poco de remordimiento y de mala conciencia, es decir, sin ese fondo de
humanidad (nunca agotable en la definición del derecho positivo) y sin el cual
toda justicia pasa a ser pura y simple barbarie.

Gianni Vattimo
Turín, enero de 2012

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

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Advertencia preliminar a la segunda edición

E n este volumen se compilan las entregas publicadas en el diario Página/12


en el curso del año pasado. Su contenido remite en sustancia a las líneas
desarrolladas en La palabra de los muertos (EDIAR, 2011), aunque expuestas en
forma más ágil y enriquecidas con las increíbles ilustraciones de Miguel Rep.
Como no encontramos otro título más significativo, en Página/12 y ahora en este
volumen, hemos plagiado –con el mayor descaro- el que llevó una desaparecida
revista crítica italiana en la que convergieron aportes inolvidables.
El propósito común de estas publicaciones es acercar la criminología al
público no especializado, convencidos de que la violencia es cuestión que excede
en mucho el mero marco académico y cuyo control es materia central de la política
en nuestros días, además de un imperativo de supervivencia humana.
Un elemental deber de justicia me impone expresar mi reconocimiento a
quienes han contribuido a esta difusión, en particular a EDIAR, a la editorial
Planeta, a Página/12, a los doctores Alejandro Slokar, Romina Zárate y Matías
Bailone y, en modo especial a nuestro gran poeta Juan Gelman, que se animó
a prologar La palabra de los muertos. Capítulo aparte merece Miguel Rep, cuya
genialidad ha sabido captar con enorme fidelidad la información y las ideas que, a
veces en forma de catarata, se escurren por estas páginas.
Mis limitaciones me impiden hallar las palabras adecuadas para expresar mi
gratitud por el honor que me dispensa un filósofo de la talla de Gianni Vattimo,
con su generoso y profundo prólogo.

E. R. Z.
Buenos Aires, febrero de 2012

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

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La academia, los medios
y los muertos

E n cualquier lugar de la superfi-


cie de este planeta se habla de
la cuestión criminal. Es casi de lo
arte complejo–, mientras pocos pa-
recen darse cuenta de que molesta-
mos demasiado al planeta y de que
único de lo que se habla –en com- le podemos provocar un estornudo
petencia con el fútbol, que es un que nos proyecte violentamente a
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

quién sabe dónde (por no usar al- fundo de la cuestión, porque mira-
guna expresión poco académica). mos las piezas sin comprender las
Se habla, se dice, con ese se imper- jugadas del tablero de un ajedrez
sonal del palabrerío. Y lo más cu- macabro, en el que en definitiva se
rioso es que casi todos creen tener juega el destino de todos.
la solución o, por lo menos, emiten Cuando nos limitamos a esos
opiniones. juicios quedamos entrampados en
Claro que se habla al compás de doña Rosa. Es claro que debe re-
juicios asertivos en tono sentencia- solverse el problema de doña Rosa,
dor emitidos por los medios masi- pero la trampa del viejo manipula-
vos de comunicación, que a veces dor de los festivos años 90 consistía
están en manos de grandes corpo- en encerrarnos en el problema de
raciones trasnacionales enredadas doña Rosa. Debo aclarar que siem-
con otras que le disputan el poder a pre me ofendió lo de doña Rosa, en
los estados bastante impotentes del justo homenaje a mi abuela mater-
mundo globalizado. na, que se llamaba Rosa y vivía en
Es indispensable escuchar lo un barrio –como yo lo hice siem-
que se habla para no quedar soli- pre– y pensaba mucho más y mejor
loqueando, como suele pasar en el que el personaje de ficción con que
mundo académico. Y en nuestro el artífice de la comunicación de los
país y en otros por los que a veces años irresponsables sintetizaba su
me desplazo se habla de la cues- planteo tramposo.
tión criminal como de un proble- Cuando se abrió la posibilidad
ma local. Las soluciones pasan por de escribir estas entregas, confieso
condenar a uno u otro personaje o que me sentí seriamente desafia-
institución, pero siempre hablan- do. En todo el mundo académico,
do de un problema local, nacional, los dedicados al tema observan y
provincial, a veces casi municipal. critican el fenómeno de centraliza-
Pocos se dan cuenta de que se ción de la cuestión criminal, incluso
trata de una cuestión mundial, en con muy buen diagnóstico. Nin-
la que se está jugando el meollo gún concepto de los que exponga
más profundo de la forma futura en estas entregas ha sido creado en
de convivencia e incluso quizá del el plano científico por mi exclusiva
destino mismo de la humanidad creatividad ni mucho menos.
en los próximos años, que puede Pero todo se queda en el mundo
no estar exento de errores fatales e académico, porque pareciera que
irreversibles. no tenemos la capacidad de comu-
Si nos quedamos en el plano del nicarlo o –más bien– que la comu-
análisis local perdemos lo más pro- nicación es contaminante, que la
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La academia, los medios y los muertos

pureza científica debe mantenerse cia, de coexistencia humana.


al margen de la comunicación, que Vivimos un momento de poder
perdemos nivel académico cuando planetario que es la globalización,
pretendemos explicar algo a eso que que sucede al colonialismo y al
hoy llaman la gente, sin percatar- neocolonialismo. Cada momen-
nos de que la gente somos nosotros to en este continuo del curso del
cuando nos duele el hígado o cuan- poder planetario fue marcado por
do vamos a comprar empanadas. una revolución: la mercantil del si-
Por supuesto que el pensa- glo XIV, la industrial del XVIII y
miento académico, universitario, ahora la tecnológica del siglo XX,
es importante, pero creo que llegó que se proyecta hacia el actual. Esta
la hora de comunicarlo. Las borlas última revolución –la tecnológica–
doctorales, las togas y las puñetas es fundamentalmente comunica-
(aclaro que se llama de ese modo a cional. Si no lo comprendemos y
las puntillas de las mangas togadas nos quedamos en nuestros ghetos
de los catedráticos), sirven de poco académicos, muy pobre será el ser-
cuando se habla de lo que todos sa- vicio que podremos brindar.
ben según lo que les dicen las gran- Hay un mundo que el común de
des corporaciones mediáticas del las personas no conoce, que se de-
mundo, incluyendo a muchos po- sarrolla en las universidades, en los
líticos, oportunistas algunos, cons- institutos de investigación, en las
cientes propulsores de un nuevo asociaciones internacionales regio-
totalitarismo otros, amedrentados nales y mundiales, en los foros y en
y temblando ante las corporaciones los posgrados, con una literatura in-
mediáticas los más. mensa, que alcanza proporciones si-
No estamos ante fenómenos derales, de tal dimensión que nadie
únicamente locales, nacionales, puede manejar individualmente. Es
provinciales ni municipales, sino el mundo de los criminólogos y los
ante problemas que podemos re- penalistas. Las corporaciones los
solver sólo en parte en esos niveles, ignoran, y cuando les ceden algún
pero que integran un entramado espacio, los técnicos se expresan en
mundial. Insisto: si no comprende- su propio dialecto, incomprensible
mos ese entramado siempre move- para el resto de los humanos.
remos mal las piezas, perderemos El desafío consiste en abrir esos
partida tras partida y debemos ha- conocimientos, no para pontificar
cer el mayor esfuerzo por impedir- desde la ciencia con la solución ni
lo, porque en el fondo se juega una para ser los iluminados que enmen-
encrucijada civilizatoria, una op- dándole la plana al viejo Platón pre-
ción de supervivencia, de toleran- tendemos un criminólogo rey, sino
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

para mostrar lo que se piensa y lo Pues bien, lo mismo sucede con


que hasta ahora se sabe. También la cuestión criminal: aumentan los
para hacer autocrítica sobre lo que muertos en el mundo. Se sostienen
decimos los propios técnicos que, peregrinas opiniones más o menos
por cierto, tampoco tenemos una parecidas a la teoría de los humo-
historia ni una genealogía del todo res; los políticos y las propias au-
prestigiosas, porque muchas veces toridades difunden o aceptan esas
nuestros colegas han legitimado lo incoherencias y, lamentablemente,
ilegitimable hasta límites increíbles. también aumentan los índices de
Imaginemos lo que sucedería mortalidad.
si con el mismo criterio se proce- Yo no estaba en 1811 cuando
diese en otros ámbitos, como por se suprimieron las togas en lo ju-
ejemplo, el de la medicina. Si en una dicial –ni siquiera en la Reforma
mesa de café alguien sostuviera la Universitaria de 1918–, porque no
teoría de los humores, es probable soy ningún fenómeno de la biolo-
que los contertulios lo mirarían con gía, pero sé que no usamos togas
sorna. Pero como la libertad es libre, en los tribunales ni en los claustros
por supuesto que cualquiera puede universitarios nacionales desde
seguir sosteniendo la teoría de los mucho antes de que me pusieran
humores en una mesa de café; nadie el primer pañal. Sin embargo, nos
discute ese derecho a expresarse. siguen pesando las togas y eso no es
Pero lo grave sería que la teo- admisible a la hora de comunicar.
ría de los humores fuese divulgada Si el campo de batalla es comuni-
como discurso único por los me- cacional, la lucha también debemos
dios de comunicación, que se des- darla en ese terreno. Este es el gran
prestigie o se ningunee a quien diga desafío. Por eso debemos arreman-
algo diferente, que los investigado- garnos las togas y salir al campo en
res médicos y biólogos se queden que nos desafían.
aislados con sus discursos en sus El común de la ciudadanía debe
institutos, que la autoridad sanita- saber que hay un mundo académico
ria y los políticos que hacen las leyes que habla de esto, de la cuestión cri-
crean en la opinión del café y no en minal, que si bien no tiene ningún
lo que podrían decir los médicos, monopolio de la verdad, ha pensa-
o peor aún, que los propios médi- do y discutido unas cuantas cosas,
cos hagan callar a quienes nieguen que se ha equivocado muchísimas
la teoría de los humores porque les veces y muy feo, pero que también
genera un peligro político. Es obvio ha aprendido de esos errores.
que el índice de mortalidad subiría Los médicos también se equi-
en forma alarmante. vocaron muchísimas veces, desde
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La academia, los medios y los muertos

los tiempos en que para curar las Pero Baudrillard escribía en


heridas pasaban ungüentos sobre Francia, no sé si tomaba algún ape-
el arma ofensiva hasta los más cer- ritivo dulzón en una acera de París,
canos, en que para curar a los en- y lo hacía antes de Sarkozy y cuando
fermos mentales les agujereaban la nadie pensaba en la hija de Le Pen a
cabeza, pero no por eso nos pone- la cabeza de las encuestas. Nosotros
mos en manos de los curanderos estamos aquí, en el fondo del mapa
cuando se nos inflama el apéndice. o a la cabeza, depende desde dón-
Es verdad que hay diferencias de se lo mire (el norte arriba es una
entre la medicina y la ciencia penal mera convención; los neozelande-
y criminológica, y consiste en que ses alguna vez hicieron un mapa
en esta última se trata siempre del con el sur arriba), pero por suerte
poder, lo que no es ajeno a la medi- lejos de latitudes hoy más peligro-
cina, pero por lo menos en esta la sas, aunque con todos los inconve-
relación no es tan lineal. También nientes del subdesarrollo.
es cierto que incluso el concepto de Nos hallamos, por un lado, con
ciencia depende del poder que de- la publicidad mediática de las cor-
cide qué tiene ese estatus. Por eso, poraciones mundiales y su discurso
cuando se habla de ciencia penal único de represión indiscriminada
o de ciencia criminológica, puede hacia los sectores más pobres o ex-
ponerse en duda lo de ciencia, pero cluidos; por otro, con el discurso de
también se dice que la medicina no los académicos, aislados en sus ghe-
es una ciencia, sino un arte. tos y hablando en dialecto.
Como el mundo académico tam- Si junto con el aperitivo nos en-
bién se equivoca, tampoco es segu- gullimos las papitas fritas y los ma-
ro que lo que en él se habla sea la níes y pensamos que nada hay que
realidad. La cuestión de la realidad, pueda darnos un asidero de realidad,
en este como en tantos otros ámbi- estamos perdidos. Y no pretendo ser
tos, es algo muy problemático, en localista y afirmar que cuando digo
particular cuando vivimos una era nosotros me refiero sólo a los latinoa-
mediática, en que todo se construye. mericanos, sino que en pocos años
No me voy a meter en una cues- se ha hecho más que evidente que
tión que se discute desde los albores si no hay un mínimo asidero real en
de la filosofía, pero lo cierto es que estas cuestiones, también los fran-
en esta época el problema de la rea- ceses estarían perdidos con Sarkozy
lidad se ha disparado hasta un lími- y la niña Le Pen, para no hablar de
te tal que no faltó quien sostuviese los norteamericanos y su Tea Party
que todo es construido, que no hay (cuando era chico recuerdo que el
de dónde aferrarse. party era algo mucho más divertido).
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Perón decía que la única verdad ga lo suficiente, porque los matan.


es la realidad, pero las papitas fritas Estos quedan mudos, porque suele
y los maníes de Baudrillard nos di- afirmarse rotundamente que los
cen poco menos que la realidad no muertos no hablan, lo que es verdad
existe. ¿Será cierto esto en relación en sentido físico, pero sin embargo
con la cuestión criminal? No, por lo los cadáveres dicen muchas cosas
menos aquí –y no me meto con otras que esta afirmación rotunda oculta.
cosas que son de los filósofos– esto Veamos: un cadáver a veces llega
no es cierto. Si le hubiese pregunta- a decirnos hasta quién lo mató (por
do cuál es la realidad de la cuestión los signos que el autor deja en él), y
criminal a mi abuela Rosa –que in- siempre nos dice que está muerto.
sisto en que razonaba mucho mejor Esta es la más obvia palabra de los
que el comunicador que inventó al muertos: decirnos que están muer-
personaje– me había respondido tos. Por eso, cuando se afirma que
con toda sabiduría que la única rea- no hay asidero ninguno para la rea-
lidad en esto son los muertos. lidad en la cuestión criminal, lo que
Y es así, sin duda: la única verdad en verdad hacemos es enmudecer a
es la realidad, y la única realidad en los muertos, ignorar que nos dicen
la cuestión criminal son los muertos. que están muertos.
No cualquier muerto, claro, En mi complicada vida, cuando
porque la estadística demuestra era muy joven, inspeccionaba hos-
que hay casi un muerto por perso- pitales municipales y conocí a al-
na. Como algunos todavía no esta- gunas personas que hablaban con
mos muertos, existe una pequeña los muertos en las morgues; por
diferencia, lo que llevó al inmortal cierto que tenían algunos patitos
poeta portugués Fernando Pessoa desordenados. Aunque no presu-
a afirmar que el hombre es un ca- mo de mi salud mental, no me de-
dáver postergado. Por cierto, no dico a eso ahora, sino a algo bien
recomiendo su lectura en casos de diferente: preguntarme qué cadá-
bipolaridad (me parece que antes veres adelantados hay en las mor-
se llamaban alteraciones del cír- gues, en fosas comunes, en el mar
culo tímico, maníaco–depresivos o o quién sabe dónde.
melancólicos, ahora es más com- Por eso, lo que les voy a ir ex-
plicado, pero tampoco me meto en plicando tiene tres etapas funda-
cuestiones diagnósticas). mentales: lo que nos fue diciendo
En efecto: es cierto que todos a lo largo de la historia y lo que nos
los vivos –los que vivimos, quiero dice ahora la academia (la palabra
decir– somos postergados, pero hay de los académicos), lo que nos di-
algunos a los que no se los poster- cen los medios masivos de comu-
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La academia, los medios y los muertos

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

nicación (la palabra de los medios) A veces la agresividad alcanza


y lo que nos dicen los muertos (la niveles cómicos, pero que pueden
palabra de los muertos). Después volverse dramáticos, como cuan-
veremos si podemos llegar a algu- do en los años 70 del –por suer-
na conclusión que, por mi parte, te– pasado siglo, según la posición
adelanto: el conjunto nos indica del dolo en la teoría del delito se
ante todo prudencia, cautela en pretendía descubrir subversivos.
el uso del poder represivo, mucha ¿Ustedes saben qué es la posición
cautela. del dolo en el delito? Pueden que-
Este es el programa de esta ex- darse tranquilos y vivir tantos años
posición en su mayor síntesis: saber como Matusalén sin saberlo y sin
lo que nos dicen los académicos, los que su existencia se altere en lo más
medios y los muertos. Como me mínimo, pero lo cierto es que hace
puedo arremangar la toga pero no cuatro décadas la cosa podía ter-
quitármela, porque cada uno tiene minar muy mal.
su deformación profesional difícil- Lejos de constituir esto una crí-
mente controlable pero nunca del tica negativa, es la pura descripción
todo cancelable, comenzaré por la de la realidad del mundo académi-
palabra de la academia. co por dentro y, por mi parte, creo
Pero para entrar al tema, antes que es un dato positivo –pese a sus
debo explicar algunas cuestiones inconvenientes– porque demuestra
sin las cuales no se comprende casi lo vivo que está el debate, la pasión
nada de los dialectos académicos, que se pone en llevarlo adelante, la
porque tampoco hay un único dia- intensidad de las discusiones.
lecto en la cuestión criminal. No Tampoco se trata de una carac-
sólo hay varios dialectos académi- terística contemporánea ni mucho
cos, sino que no suelen entenderse menos, sino que siempre ha sido de
entre ellos y, además, no es raro que este modo. Nos lo confirma la histo-
se detesten recíprocamente, aun- ria, la tradición oral en los cuentos
que a veces no lo hagan en voz alta. divertidos de los más viejos y de los
De todas formas, las imputaciones que lo hemos vivido directamente.
recíprocas son la comidilla de los Quien participa de ese mundo no
congresos y seminarios, los mati- se aburre y puedo asegurarles que
zan y les dan sabor. permite conocer a personalidades
Más aún: cuando uno pasa de notables, gente con una capacidad
un grupo al otro y logra dominar de trabajo y una sensibilidad e inte-
el nuevo dialecto, lo consideran un ligencia que, si se dedicasen a algo
traidor o un perdido, que ha dejado con mayor rating, habrían sobresa-
de ser científico. lido en cualquier ámbito.
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La academia, los medios y los muertos

Pero no se alarmen, mi propó- El primer movimiento será mirar


sito es traducir estos dialectos a hacia la Facultad de Derecho. Allí
un lenguaje comprensible para los están y de allí salen los penalistas.
mortales. Espero tener éxito y que Saben derecho penal. Sin duda es
no me suceda lo que a algunos tra- algo que tiene que ver con la cues-
ductores, que terminan escribiendo tión criminal. ¿Pero hasta dónde?
castellano con la estructura de la La idea de que el penalista es el
lengua original. más autorizado para proporcionar
Debo confesar que me sien- los conocimientos científicos acer-
to mucho más seguro por tener a ca de la cuestión criminal es una
Rep a mi lado. Dentro de poco les opinión popular, pero no científica.
explicaré la función del arte en la Ni de lejos basta con saber derecho
creación de estereotipos, y creo que penal para opinar con fundamento
es necesario combatir en el mismo científico acerca de la cuestión cri-
campo para destejer esa construc- minal, aunque sabiéndolo bien pue-
ción. Por otra parte, estoy seguro de hacerse mucho para resolver nu-
de que los dibujos de Rep perdura- merosos aspectos fundamentales
rán mucho más que lo que yo diga. en la práctica, pero eso es otra cosa.
Cuando hace poco leí que había Es necesario distinguir dos
fallecido Ferro, volvieron a mi me- ámbitos del conocimiento que son
moria Langostino, Bólido, el fan- muy diferentes, aunque suelen con-
tasma Benito, Tara Service, el Libro fundirse: el del penalista y el del
de Oro de Patoruzú, están vivos en criminólogo, o sea, el del derecho
mí desde la infancia, en tanto que penal por un lado y el de la crimi-
hace tiempo que son sólo historia nología por el otro.
quienes en esos años escribían so- Aclaro desde ahora que no se
bre la cuestión criminal. llevan nada bien, pero no pueden
separarse, y aunque declaren estar
divorciados son como esas parejas
¿Quién sabe de esto? que se excitan peleando y terminan
como todos sabemos. En las parejas

P ero volviendo al programa de


las tres palabras (la de la aca-
demia, la de los medios y la de los
es patológico, claro, pero en lo que
hace al derecho penal y la crimino-
logía tal vez lo sea un poco menos.
muertos), si queremos empezar ¿Qué hacen los penalistas? Ante
por la de la academia, lo primero todo son juristas, abogados. El de-
que debemos saber es a quién pre- recho se divide en ramas: civil, co-
guntar. ¿Quién se ocupa académi- mercial, laboral, administrativo,
camente de la cuestión criminal? constitucional, etc., y cada día se
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

especializa más y más. Hoy no hay La fuente principal de la cien-


nadie que maneje todo el derecho cia jurídico-penal de hoy, es decir,
en profundidad, como no hay nin- de la dogmática jurídica aplicada
gún médico que domine todas las a la ley penal, es la doctrina de los
especialidades. El derecho penal penalistas alemanes. Los ingleses
es una de esas ramas que se ocupa tienen su propia construcción, que
de trabajar la legislación penal para influye poco en la nuestra. Los fran-
proyectar lo que llamamos doctrina ceses han hecho muy poca dogmá-
jurídico-penal, es decir, para pro- tica jurídica, están muy cerca de la
yectar la forma en que los tribuna- vieja interpretación literal de la ley
les deben resolver los casos de ma- (lo que se llamaba exégesis). Los
nera ordenada, no contradictoria. italianos están bastante próximos a
De manera más sintética diría los alemanes, aunque con una tra-
que la ciencia del derecho penal que dición penal muy sólida y antigua.
se enseña en las cátedras universi- Los suizos y austríacos siguen di-
tarias de todo el mundo se ocupa rectamente las escuelas alemanas.
de interpretar las leyes penales de Los españoles lo hacen a pie jun-
modo armónico para facilitar la tillas, casi más que nosotros. En
tarea de los jueces, fiscales y de- toda América Latina se siguen cer-
fensores. Su trabajo es básicamente canamente las escuelas alemanas
de interpretación de textos con un desde hace muchos años. El pe-
método bastante complejo, que se nalismo norteamericano es más o
llama dogmática jurídica, porque menos comprensible en la medida
cada elemento en que descompo- en que sigue el modelo inglés, pero
nen la ley debe ser respetado como cuando se aparta de él es bastante
un dogma, dado que de lo contrario antojadizo.
no interpretarían sino que crearían Conforme a los principios de la
o modificarían la ley. ciencia jurídica alemana, los pena-
La tarea del penalista es funda- listas construyen un concepto jurí-
mental para que los tribunales no dico del delito que se llama teoría
resuelvan arbitrariamente lo que les general del delito. Las discusiones
pluguiese, sino conforme a un or- sobre esta teoría son poco menos
den más o menos racional, o sea, re- que interminables, pero en gene-
publicano y algo previsible. No voy ral se trata de un orden prioritario
a discutir ahora si la dogmática jurí- conceptual para establecer, frente a
dica del penalista consigue o no es- una conducta, si es o no delictiva en
tos objetivos. Tampoco viene al caso miras a una sentencia.
ni les interesan mucho a ustedes los Para eso se dice que el delito es
detalles de estas construcciones. una conducta típica, antijurídica y
24
La academia, los medios y los muertos

culpable. O sea, ante todo debe ser razón se consideraba que eran un
una acción humana, es decir, dota- apéndice de la Constitución, dado
da de voluntad. En segundo lugar, que marcaban límites a la libertad.
debe estar prohibida por la ley, o En nuestro país, sin ir más lejos,
sea, que cada tipo es la descripción los códigos penales fueron proyec-
que la ley hace de un delito: ma- tados por Carlos Tejedor en 1866,
tar a otro, apoderarse de una cosa que fue gobernador de la provin-
mueble ajena, etc. En tercer lugar, cia de Buenos Aires y no llegó a ser
no debe estar permitida, con las presidente de la República en lugar
excepciones de la legítima defensa de Roca porque protagonizó la últi-
o del estado de necesidad. Por úl- ma guerra civil en 1880, y por Ro-
timo, debe ser culpable, o sea, re- dolfo Moreno (h) en 1917, que tam-
prochable al autor: no lo es cuando bién fue gobernador de la provincia
éste no sabía lo que hacía, estaba y precandidato a presidente para las
loco (inimputable), etc. elecciones de 1944, y fue derrotado
Esta es la estructura básica sobre en el interior del partido conserva-
la que se discute, respetando ciertos dor por Patrón Costas, lo que preci-
principios constitucionales como la pitó el golpe de 1943.
legalidad, por ejemplo, que impide Entre medio hubo varios pro-
que se imponga pena por algo que yectos, y el más importante fue el
no está estrictamente descripto en de 1891, obra de los fundadores de
una ley anterior al hecho, o como la nuestra Facultad de Filosofía y Le-
lesividad, que requiere que en todo tras, que eran los jóvenes brillantes
delito haya un bien jurídico lesio- de la época: Rivarola, Piñero y Ma-
nado o puesto en peligro. tienzo. Los tres fueron destacados
Como puede verse, el delito de personajes públicos y uno de ellos,
los penalistas es una abstracción Matienzo, fue candidato a la vice-
que se construye con un objetivo presidencia de la República.
bien determinado, que es llegar a La trayectoria jurídica, intelec-
una sentencia racional o por lo me- tual y política de estos proyectis-
nos razonable. Pero en la realidad tas prueba que se tomaban muy en
social este delito no existe, porque serio las leyes penales, lo que hoy
en el plano de lo real existen viola- cambió rotundamente, pues ahora
ciones, homicidios, estafas, robos, las hacen los asesores de los políti-
etc., pero nunca el delito. cos, conforme a la agenda que les
En otros tiempos los penalistas marcan los medios masivos de co-
también proyectaban los códigos municación.
y las leyes penales, porque se les Por eso, los penalistas tampoco
daba muchísima importancia y con hacen hoy las leyes penales y se ocu-
25
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

pan casi exclusivamente de lo que Imperio Alemán hasta la posguerra


les cuento, es decir, de su interpre- por sobre Weimar, los crímenes del
tación, en la forma en que lo señalé. ascenso del nazismo, las masacres,
Lógicamente, se preguntarán el genocidio, la guerra, sin enterarse
qué es lo que saben estos señores de los millones de cadáveres. Todo
acerca de la realidad del delito, de lo eso pertenecía a las ciencias de la
que pasa en el mundo en que todos naturaleza y por lo tanto a ellos no
vivimos, de lo que hacen los delin- les incumbía.
cuentes, los policías, los jueces, las Para que se tranquilicen les diré
víctimas, los empresarios mediá- que hoy no todo el derecho penal si-
ticos, los periodistas, etc. Sencilla- gue este camino, aunque no faltan
mente, lo mismo que cualquier ve- nostálgicos que intentan atrinche-
cino que lee los diarios y mira tele- rarse en las normas. De cualquier
visión, porque el penalista se ocupa manera, eso es cuestión del derecho
de la ley, no de la realidad. penal, o sea, de lo que no nos ocu-
Esto, que puede llamar la aten- paremos aquí en cuanto tal, sino
ción de quien no se haya asomado precisamente de lo que pertenece
antes a este mundo, es sabido e in- al mundo del ser, en el que vivimos
cluso teorizado. Desde chiquito, todos los días.
cuando uno entra a la Facultad de De esto se ocupa la criminolo-
Derecho, le explican que allí se es- gía precisamente, donde conver-
tudian relaciones de normas, de de- gen muchos datos que provienen
ber ser y no de ser. de diferentes fuentes: sociología,
Incluso hay toda una corriente economía, antropología, discipli-
que pretende un corte radical entre nas psi, historia, etc., que tratan de
los estudios del deber ser y del ser. respondernos qué es y qué pasa con
Son los neokantianos, que dividen el poder punitivo, con la violencia
los conocimientos entre ciencias de productora de cadáveres, etc.
la naturaleza y ciencias de la cultu- Por supuesto que esta palabra
ra. El derecho sería una ciencia de de la academia también estuvo pla-
la cultura y lo que pasa en el mundo gada de palabrotas (o por lo menos
en que vivimos todos los días sería estas son las que tenemos ganas de
materia de las ciencias de la natura- decirle a veces), y pasó por diferen-
leza. ¿Les parece un poco esquizo- tes etapas. Primero se preguntó por
frénico? Algo de eso hay, es cierto. las causas del delito, lo que se llamó
La división fue tan tajante que criminología etiológica, y trataron
permitió que la gran mayoría de los de responderle los demonólogos,
penalistas de tiempos del nazismo los juristas y los filósofos, hasta los
pasasen tranquilamente desde el médicos, los psicólogos y los soció-
26
La academia, los medios y los muertos

logos. Mucho más recientemente Estas son las etapas que recorre-
advirtió que el poder punitivo tam- remos después de dar un pantalla-
bién era causa del delito, y pasó a zo general sobre el poder punitivo
analizarlo y a cuestionarlo, con di- y su función real en el marco del
ferente intensidad crítica. poder planetario.

27
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

28
El poder punitivo
y la verticalización social

E l poder punitivo es como la


milanesa con papas fritas, es
decir, nadie se pregunta por qué
en el último minuto antes de la
medianoche del domingo. No sé
cuándo apareció la milanesa, pero
existe. Parece que siempre ha esta- en esos segundos geológicos que
do allí. Pero no es así. llevamos arañando la superficie de
Alguien comparó el tiempo de la tierra, sólo cargamos con el po-
nuestro pequeño planeta con una der punitivo por algunas décimas
semana y advirtió que aparecimos de segundo.
29
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

El humano es social, no sobre- reemplaza a la víctima, la confisca.


vive aislado, y en toda sociedad hay Lo comprobamos en cualquier
poder y coerción. Todo grupo hu- caso: si una persona agrede a otra
mano conoció siempre dos formas y le quiebra un hueso, el estado se
de coerción cuya legitimidad casi lleva al agresor, lo pena alegando
no se discute, aunque pueda discu- que lo hace para disuadir a otros
tirse cómo se ejerce. de romper huesos o para enseñar-
Una es la coerción que detiene le a no hacerlo de nuevo o para lo
un proceso lesivo en curso o inmi- que sea, y el que sufre con el hueso
nente: cuando se está por caer una roto debe acudir a la justicia civil,
pared o alguien me corre por la ca- en la que no puede obtener nada si
lle con un cuchillo, hay un poder el agresor no tiene bienes.
social que demuele la pared aunque El poder punitivo redujo a la
el dueño se oponga, o que desarma persona con el hueso roto a un
al que quiere clavarme el cuchillo. mero dato, porque no toma parte
Eso que hoy se llama coerción direc- en la decisión punitiva del conflic-
ta, en otra época se llamaba poder to. Más aún: debe mostrar su hueso
de policía, y en el estado está regu- roto y si no lo hace el poder puniti-
lada por el derecho administrativo. vo la amenaza como testigo remi-
Otra es la coerción que se prac- so y puede llevarla por la fuerza a
tica para reparar o restituir cuando mostrar lo que el agresor le hizo.
alguien causó un daño. Esta es hoy La característica del poder pu-
propia del derecho civil y de otras nitivo es, pues, la confiscación de la
ramas del derecho. víctima, o sea, que es un modelo que
Pero el poder punitivo es dife- no resuelve el conflicto, porque una
rente, no existió en todos los grupos de las partes (el lesionado) está por
humanos, sino que surgió mucho definición excluida de la decisión.
más tarde. ¿Por qué? ¿Qué lo dife- Lo punitivo no resuelve el conflicto
rencia de estas otras coerciones? sino que lo cuelga, como una prenda
Las dos formas de coerción an- que se saca del lavarropas y se tien-
tes referidas resuelven los conflic- de en la soga hasta que se seque.
tos: una porque evita el daño, otra Encerramos al agresor un tiem-
porque lo repara. Pero cuando en po y lo soltamos cuando el conflic-
la coerción reparadora alguien que to se secó. Es cierto que podemos
manda dice el lesionado soy yo y matarlo, pero en ese caso no haría-
aparta al que realmente sufrió la le- mos otra cosa que dejar el conflicto
sión, allí es cuando surge el poder colgado para siempre. A la víctima
punitivo, o sea, cuando el cacique, no le reponemos nada, no le paga-
rey, señor, autoridad o quien sea, mos el tratamiento, el tiempo la-
30
El poder punitivo y la verticalización social

boral perdido, nada. Ni siquiera le Es claro que el director, al ex-


damos un diploma de víctima para pulsar al niño, refuerza su autori-
que lo cuelgue en un rincón de la dad vertical sobre la comunidad
casa. A nadie se le ocurría obligar escolar. Es decir, que el modelo pu-
a trabajar al agresor para reparar nitivo no es un modelo de solución
al lesionado, amenazándole con de conflictos, sino de decisión ver-
unos azotes en público, como ha- tical de poder. Por eso, justamente,
cen nuestros pueblos originarios, es que aparece en las sociedades
porque eso sería práctico pero lo cuando estas se verticalizan jerár-
consideramos incivilizado. quicamente.
Además, frente a otros modelos El modelo reparador es de so-
de efectiva solución del conflicto, lución horizontal y el punitivo de
lo punitivo se comporta de modo decisión vertical. Aparece cuando
excluyente, porque no sólo no lo las sociedades van tomando la for-
resuelve sino que también impide o ma de ejércitos con clases, castas,
dificulta su combinación con otros jerarquías, etc. Por eso surgió en
modelos que lo resuelven. Es obvio muchos lugares del planeta, siem-
que cuando encerramos al marido pre que una sociedad empezó a
golpeador, la mujer y los hijos deben verticalizarse jerárquicamente. La
arreglarse como puedan para vivir, arqueología penal estudia esto en
porque la bestia bruta ya no trabaja sociedades lejanas.
y por ende no cobra un salario. Hubo una sociedad que se ver-
Imaginemos que un niño rompe ticalizó con muchas fuerza en Eu-
a patadas un vidrio en la escuela. La ropa: la romana. Cuando Roma
dirección puede llamar al padre del pasó de la República al imperio
pequeño energúmeno para que pa- su poder punitivo se hizo mucho
gue el vidrio, puede enviarlo al psico- más fuerte y cruel. ¿Y qué pue-
pedagogo para ver qué le pasa al chi- de hacer una sociedad cuando se
co, también puede sentarse a conver- verticaliza hasta asumir forma
sar con el pibe para averiguar si algo de ejército? La respuesta es obvia:
le hace mal y lo irrita. Son tres formas conquistar a otras. Roma con-
de modelos no punitivos: reparador, quistó casi toda Europa. ¿Cómo
terapéutico y conciliatorio. Pueden lo pudo hacer? Porque tenía una
aplicarse los tres modelos, porque no estructura colonizante, o sea, je-
se excluyen. En cambio, si el director rarquizada, en forma de ejército.
decide que la rotura del vidrio afecta Esa estructura, montada median-
su autoridad y aplica el modelo puni- te el poder punitivo, es la necesa-
tivo expulsando al niño, ninguno de ria para la empresa de conquista y
los otros puede aplicarse. colonización.
31
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Pero Roma decayó casi sin que la venganza de la sangre (Blutrache,


nadie la empujara, sus emperado- le decían), lo que no convenía a nin-
res eran generales que jugaban al guno de los dos. Y la cosa se arre-
golpe de estado, se la pasaban in- glaba con una reparación, se entre-
trigando o neutralizando intrigas, gaban animales, metales, cosas, etc.
y en sus ratos de ocio se divertían (lo que se llamaba Wertgeld).
con queridas y esclavos nubios. Se Había un único crimen al que
relajaron las costumbres, dicen los aplicaban el modelo punitivo: la
moralistas. traición. Al traidor lo colgaban de
Pero no cayó por las queridas y un árbol: proditores et transfugas
los esclavos, sino porque la estruc- arboribus suspendunt, recuerda el
tura vertical proporciona el poder viejo Tácito al relatar las costum-
colonizador, imperial, pero luego bres de los germanos. Las otras
se solidifica hasta inmovilizar a la ofensas se arreglaban entre partes.
sociedad, las clases devienen castas, En el barrio pasa lo mismo con el
le quita flexibilidad para adaptar- buchón, aunque se resuelve con me-
se a nuevas circunstancias, la hace nos violencia.
vulnerable a los nuevos enemigos. ¿Pero por qué hay que darle tan-
En ese momento decae y pierde el ta importancia a Roma, si estamos
poder. Llegaron los bárbaros con tan lejos y nunca un romano ha
sus sociedades horizontales, que puesto un pie en América? Preci-
ocuparon territorios prácticamen- samente porque la historia sigue, el
te caminando, y el poder punitivo poder punitivo desapareció casi por
desapareció casi por completo. completo (salvo unos cuantos trai-
Los germanos resolvían sus dores colgados de los árboles), hasta
conflictos de otra manera: cuando que un día a los señores se les ocu-
un germano le daba un garrotazo rrió que era buen negocio confiscar
en la cabeza a otro, corría y se re- a la víctima y que también servía
fugiaba en la iglesia, donde no se para reforzarles el poder, y volvie-
lo podía tocar (asilo eclesiástico). ron a las andadas haciendo renacer
Con eso evitaba el primer impulso al poder punitivo en los siglos XII
vindicativo, pero de inmediato se y XIII europeos. Y aquí empieza
reunían los dos germanos viejos, a interesarnos a nosotros, porque
jefes de clanes, y uno le hacía notar ya no desapareció, y lleva casi mil
al otro que tenía un germano ave- años funcionando, verticalizó a las
riado y eso había que resolverlo de sociedades europeas, les dio estruc-
algún modo, porque de lo contrario tura corporativa, en forma de ejér-
se iban a dar entre los clanes como cito, y les permitió salir a colonizar
en la guerra, porque así lo mandaba todo el planeta.
32
El poder punitivo y la verticalización social

El poder punitivo fue el instru- vilización que era brillante. Cuan-


mento de verticalización social que do terminaron de convertirlos al
permitió a Europa colonizarnos. La cristianismo a los golpes, los muy
Península Ibérica asumió el lide- Católicos Reyes hicieron lo que
razgo porque adquirió carácter ver- hace todo ejército: homogeneiza-
tical para conquistar a los islámicos ron el discurso religioso y para eso
del sur, aunque dicen hasta hoy que obligaron a los judíos a convertir-
los reconquistaron, lo que es dudoso se como marranos o a irse, y así el
después de setecientos años de per- frente interno quedó rezando a un
manencia de estos allí y de una ci- mismo Dios en versión de los reyes.
33
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

A decir verdad, la verticaliza- señores, pero todos reafirmaron el


ción europea había comenzado un orden sobre los inferiores.
poco antes de los siglos XII y XIII, El poder punitivo se fue exten-
o sea, alrededor del año 1.000, diendo, pero no había suficientes
cuando todas las leyes locales que leyes y las que había eran caóticas.
iban surgiendo tímidamente re- Menos aún se disponía de un dis-
gularon las relaciones familiares y curso legitimante de ese poder re-
sexuales de manera detalladísima, naciente. En ese momento apare-
más que la propiedad. Esto se ex- cieron las universidades en el nor-
plica porque todo ejército necesita te de Italia y con ellas los juristas,
cabos y sargentos a cuyo mando que como debían hacer el discurso
queden las pequeñas unidades de pero no tenían leyes razonables, no
tropa. La verticalización comen- tuvieron mejor idea de traer el Di-
zó por abajo, como debía ser, por- gesto de Justiniano y comenzar a
que es sabido que una revolución comentarlo.
triunfa cuando se insubordinan las Así nació la ciencia jurídico-pe-
tropas; por ende, lo primero que nal, con supuestos comentarios al
debe hacer quien quiere reforzar el Digesto. ¿Y qué era el famoso Diges-
poder vertical es asegurarse de que to? Nada menos que una colección
los mandos bajos las controlan. de antiguas leyes romanas, recolec-
El cabo de este ejército social fue tadas por encargo del emperador
el pater, bajo cuyo mando quedaron Justiniano, que nunca fue empera-
todos los seres inferiores: mujeres, dor en Roma sino en Constantino-
niños, siervos, esclavos, animales pla, cuando ya el imperio de occi-
domésticos, etc. (viejos había po- dente –o sea, Roma– había caído en
cos, la gente se moría muy joven). El poder de los germanos.
patriarcado no es más que el poder Las leyes penales recopiladas en
de los cabos y sargentos de la socie- el Digesto eran las peores y, además,
dad corporativa, fruto del primer con algunos retoques deformantes
paso de la disciplina vertical. del propio Justiniano, que desde la
El propio pater imponía los cas- romanización del cristianismo (que
tigos a los seres inferiores, salvo ca- suele llamarse cristianización de
sos de insubordinación, como las Roma) se consideraba jefe religioso
mujeres díscolas y los gays o traido- y perseguía con singular saña y ale-
res, que no asumían debidamente gría a los no cristianos, entre ellos a
su rol de pater. Como nadie podía quienes seguían adorando a los dio-
permitir la insubordinación de la sas romanos. A esta inyección legal
tropa porque hundía el barco, las de los primeros juristas se la llamó
luchas que siguieron fueron entre recepción del derecho romano.
34
El poder punitivo y la verticalización social

La ciencia jurídico-penal nació, sías no verificables, lo cierto es que


pues, importando de Constantino- los nórdicos llegaron a América
pla los llamados libris terribilis del antes que Colón, pero como no te-
Digesto. Los primeros penalistas se nían una estructura colonizadora
llamaron glosadores porque apa- se murieron de frío en el norte sin
rentaban comentar esas leyes, aun- animarse a seguir hacia el sur.
que con el pretexto de comentarlas Y la historia reiteró el proceso
decían lo que querían, pero comen- romano: España no pudo modifi-
zaron a ensayar alguna lógica inter- car su estructura vertical cuando
na en su discurso. amaneció el industrialismo en el
Por supuesto que quienes de- siglo XVIII y terminó perdiendo
bían legitimar esas leyes atroces no su imperio y hegemonía, que pasó
podían confesar que el poder pu- a las potencias del centro y norte
nitivo sirve para verticalizar y co- europeo. El poder punitivo ya no
lonizar, por lo que siempre se trató desapareció, pero quedó limitado
de encontrar alguna justificación a su función interior, apuntalando
para cada ley penal, basada en una una sociedad inmóvil.
necesidad fundada en hechos del Como lo punitivo es clave de
mundo real. Como se trataba de poder planetario, lo que a su res-
legitimaciones sobre argumentos pecto se diga no resulta de una in-
fácticos, los supuestos comentarios genua búsqueda de conocimientos,
de los glosadores y posglosadores de curiosidad científica desintere-
mezclaban el derecho penal con la sada en ámbitos académicos, sino
criminología. que se enfrenta con el meollo de la
Así comenzaron las palabras expansión colonial. Por eso, todo lo
de la academia en las universi- que se diga en criminología es polí-
dades del norte italiano hace mil tico, porque siempre será funcional
años, pero el poder que en todos o disfuncional al poder, lo que no
los tiempos estas legitimaron no cambia aunque quien lo diga lo ig-
fue otro que el instrumento de ver- nore o lo niegue.
ticalización social que posibilitó Por eso no podemos eludir el
la colonización. Ese poder no se pasado, porque si lo ignoramos no
extendió porque Enrique el Nave- sabremos dónde estamos parados.
gante se largase al África o porque Lo que interesa del pasado no es
Cristóbal Colón con el cuento de si María Antonieta se dejó seducir
las joyas de la reina armase las ca- por el collar, si Catalina se llevó a
rabelas, sino porque el poder puni- la cama a Miranda, si la reina Isa-
tivo había dado forma de ejército a bel se bañaba o si Ludwig II hacía
esas sociedades. Sin caer en fanta- orgías con sus guardias mientras
35
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

soñaba palacios de Disneylandia, genere un mar de opiniones dis-


sino saber dónde estamos parados pares y en distintos tonos: hay que
en una continuidad de poder, que matar a todos; hay que dejar actuar
en su flujo nos trajo a este lugar. Y la a la policía para que dé palos; hay
cuestión criminal es central en esta que aplicar el talión; hay que tener
corriente que no para, como algo buenas cárceles para resocializar;
del presente, que es pura proyec- hay que atender a los factores so-
ción del pasado. Si no comprende- ciales; no hay que atenderlos por-
mos que la edad media no ha termi- que no todos los pobres delinquen;
nado no podemos entrever adónde no sólo los pobres delinquen; y un
vamos, o peor, adónde podemos ir larguísimo etcétera.
(lo que excuso decir, incluso por Creo que muchos se sorprende-
razones de buena educación). rían si se les dijese que los estados
Como la edad media no ha absolutos mataban a todos hace
terminado, nada del pasado está varios cientos de años, que desde
muerto ni enterrado, sino sólo la inquisición se dieron palos, que
oculto, y no por azar. No es un pa- el talión lo sostuvo Kant en el siglo
sado que vuelve, sino que nunca XVIII, que la resocialización viene
se ha ido, porque allí está el poder del positivismo del siglo XIX, de los
punitivo, su función verticalizante, factores sociales es cosa de muchos
sus tendencias expansivas, sus re- y en especial de Bonger hace un
sultados letales. siglo, que la negación de los facto-
Desde esta perspectiva, el pasa- res sociales era de Garofalo a fines
do no evoca aburridas lecciones con del ochocientos, que los delitos de
fechas y próceres movidos por azar cuello blanco fueron teorizados por
o genialidad, sino que nos muestra Sutherland hace sesenta años, etc.
un zoológico de fósiles vivientes y Nada de esto ha muerto y si en la
no en un museo paleontológico. criminología académica no se sos-
Por eso, si quieren seguirme, debo tienen algunas tesis porque ya no
empezar por el pasado, para que no son políticamente correctas, se si-
nos coma un tiranosaurio. guen sosteniendo con escaso disi-
Estamos habituados a que el lo- mulo en la criminología mediática.
cutor atildado comunique la noti- ¿Pero qué quiero decir con que
cia sangrienta con voz cavernosa, la edad media no ha terminado?
preludiando la exhortación a re- Por un lado que somos hoy un pro-
formar el código penal y de inme- ducto de aquel poder punitivo que
diato vaya al corte para anunciar renació en ese tiempo y permitió a
productos íntimos. Pero también los colonizadores europeos ocupar
estamos acostumbrados a que eso América, África y Oceanía, escla-
36
El poder punitivo y la verticalización social

vizar, diezmar y hasta extinguir a a los inquisidores, eran en realidad


los pueblos originarios, transpor- árbitros deportivos, pues la ordalía
tar a millones de africanos, avan- más frecuente era el duelo. El que
zar sobre el mundo con masacres y vencía era quien tenía razón, por-
depredación colonialista y neoco- que se invocaba a Dios y éste baja-
lonialista. ba mágicamente y se expresaba en
Pero, por otro lado, quiero de- el duelo, permitiendo ganar sólo al
cir que los discursos legitiman- que tenía razón. Los jueces no juz-
tes del poder punitivo de la edad gaban sino que cuidaban que no
media están plenamente vigentes, hubiese fraude. El que decidía era
hasta el punto de que la crimino- Dios. Pueden imaginarse que esos
logía nació como saber autónomo jueces tenían una absoluta tranqui-
en las postrimerías del medioevo y lidad de conciencia.
fijó una estructura que permanece Con las leyes romanas impe-
casi inalterada y reaparece cada riales inyectadas por los juristas,
vez que el poder punitivo quiere la verdad pasó a establecerse por
liberarse de todo límite y desem- interrogación, por inquisitio. El im-
bocar en una masacre. putado debía ser interrogado, y si
Cuando renació el poder puni- no quería responder se le extraía la
tivo, el obispo de Roma –el Papa– verdad por la violencia, la tortura.
estaba deseoso de contener a todos Para eso habían secuestrado a Dios
los que pretendían comunicarse di- y la ordalía se había vuelto innece-
rectamente con Dios al margen de saria, pues ya Dios estaba siempre
su mediación o de la de sus depen- del lado del que ejercía la violencia.
dientes. Para reforzar ese monopo- El poder tenía atado a Dios, porque
lio telefónico –y también para con- siempre hacía el bien.
centrar poder económico– estable- Según Foucault todo el saber
ció una jurisdicción, o sea, un cuer- adoptó el método del interrogatorio
po de jueces propios encargados de violento. Algo de eso parece haber
perseguir a los revoltosos, llamados si comparamos la inquisición con
herejes. Ese fue el tribunal del Santo la vivisección, pero volvamos a lo
Oficio o inquisición romana. nuestro. La inquisición romana
La reaparición del poder puni- ejercía el poder de juzgar en toda
tivo y el surgimiento de la inqui- Europa porque no había estados
sición cambiaron todo. Hasta ese nacionales y los señores feudales
momento, en los procesos de partes no podían impedirlo, pese a que les
la verdad se establecía por las orda- molestaba. En España, donde la so-
lías o pruebas de Dios. Los jueces ciedad ya tenía forma de ejército, el
anteriores a la vuelta del Digesto y poder de la inquisición no fue papal
37
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

sino que estaba al servicio del rey, a África en el siglo IV y después de


diferencia del resto de Europa. Por participar en cuanta fiesta pudo,
eso la inquisición española tiene cuando le bajaron las hormonas
una historia separada de la romana. –y como antes había combinado
Con este instrumento, el Papa sus andanzas con el maniqueís-
masacró rápidamente a unos cuan- mo– imaginó que había dos mun-
tos herejes (los albigenses, los cáta- dos enfrentados en forma de espe-
ros, etc.). También se juntó con los jo: uno de Dios y otro de Satán, la
franceses para fritar a los templa- ciudad de Dios y la del diablo.
rios y repartirse sus riquezas, im- Ambas ciudades tenían equi-
putándoles que eran gays y tenían pos rivales: los del diablo se dedi-
un ritual de iniciación de someti- caban al deporte de tentar a los de
miento sexual, medio leather style. Dios porque estos podían salvarse,
Pero pronto la inquisición se quedó en tanto que ellos, como ángeles
sin trabajo y sin enemigo, porque los caídos, estaban irremisiblemente
había matado a todos. Para justifi- condenados a ser destruidos en el
car su brutal poder punitivo nece- juicio final y, por lo tanto, trataban
sitaba un enemigo que tuviese más de postergarlo y de bajar el núme-
aguante, que fuese de mejor calidad. ro de salvables. No quedaba claro
Así fue como apeló a un enemigo de por qué no los destruyeron antes
muy buen material, que duró varios y era necesario esperar el juicio,
siglos: Satán, que en hebreo signifi- pero no importa.
ca, justamente, enemigo. Lo cierto es que en ese mundo
Como era difícil explicar seme- macizo pero perfectamente dividi-
jante poder sanguinario en el mar- do no había posibilidad de neutra-
co de una religión cuyo Dios no lidad: o se estaba con Dios o con Sa-
era guerrero, sino una víctima eje- tán. Todo lo que quedaba fuera de
cutada en un instrumento de tor- la ciudad de Dios era dominio satá-
tura propio del poder punitivo del nico, incluyendo los dioses paganos
imperio romano (equivalente a la (y después lo serían las religiones de
silla eléctrica del siglo XX), era ne- nuestros pueblos originarios).
cesario inventarle un enemigo gue- Cabe aclarar que el pobre San
rrero, y así Satán terminó siendo el Agustín no mató a nadie, sino que
comandante en jefe de un ejército sólo armó ese discurso y, como ha-
compuesto por legiones de diablos. bía muerto casi mil años antes de la
Para eso le vino muy bien la inquisición, se ahorró la pena de ver
cosmovisión que casi diez siglos lo que se hacía con éste. Hubo otros
antes había imaginado San Agus- ideólogos que tuvieron menos suer-
tín, que había vivido en el norte de te y la vida les dio la oportunidad de
38
El poder punitivo y la verticalización social

quejarse y arrepentirse, viendo cómo del verbo que significa amamantar).


usaban sus ideas. Agustín tuvo in- Así fue como la inquisición se
cluso destellos muy inteligentes, dedicó a controlar a las mujeres
como el de enunciar la primera polí- díscolas y libró a la combustión a
tica de reducción de daños en mate- unos cuantos miles de ellas por
ria de aborto. brujas en casi toda Europa.
Pero cuando el Papa se valió Pero el poder de Satán y sus mu-
del invento agustiniano para per- chachos fue muy estudiado y teori-
seguir todo lo que no se sometía a zado por los encargados de la inqui-
su poder y consagró la inquisición sición, que fueron los dominicos,
a luchar contra Satán, como éste no orden fundada por Santo Domingo
aparecía por ningún lado, tuvo que de Guzmán, y que también fueron
agarrársela con algunos humanos conocidos como perros del Señor
y ya no le quedaban herejes. Por (canes del Dominus). Estos fueron
ende, la emprendió contra la mitad los primeros criminólogos, como
de la especie humana, contra las estudiosos de la etiología u origen
mujeres. Para eso se inventó la teo- del mal. Es claro que entonces no se
ría del pacto satánico. llamaron criminólogos sino demo-
Satán no podía actuar solo, nólogos. Casi ningún criminólogo
necesitaba la complicidad de hu- acepta ese origen, porque no es una
manos (no me pregunten por qué, buena partida de nacimiento; pre-
porque no lo sé). Para eso había fieren considerarse herederos del
humanos que celebraban un pacto Iluminismo o incluso del siglo XIX
con el enemigo, con Satán. Era un y olvidar el nombre de los viejos de-
contrato de compra-venta prohibi- monólogos, a los que nadie mencio-
do, y que por su naturaleza sólo po- na. Pero lo cierto es que nadie tiene
dían celebrarlo humanos inferio- la culpa por sus ascendientes.
res, o sea, las mujeres. ¿Por qué? Por Pero la demonología no dejó de
razones genéticas, biológicas: tenían crear contradicciones, porque los
un defecto de fábrica por provenir juristas –glosadores y posglosado-
de una costilla curva del pecho del res– habían tratado de sistematizar
hombre, lo que contrasta con la rec- sus especulaciones conforme a cier-
titud de éste (no sé tampoco dónde ta lógica, que tomaban de la ética
el hombre es recto, pero sigamos). tradicional. Esto se debe a que en
Por eso tienen menos inteligencia, y, la medida en que se quiera dotar
por ende, menos fe. Lo ratificaban de alguna lógica interna el discurso
inventando que fémina proviene de legitimante del poder punitivo, sur-
fe y minus, o sea, menos fe (es menti- ge un mínimo de límites, porque la
ra, pues femina viene del sánscrito, necesidad no es infinita. Justamente,
39
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

para eliminar esos límites, creando había una emergencia gravísima y


una necesidad casi infinita y absolu- nada debía obstaculizar la repre-
ta, fue que se autonomizó la crimi- sión preventiva. Aquí surgió una
nología con el nombre demonología. cuestión que hasta hoy no se solu-
Los juristas pretendían que la cionó: ¿La pena se fija por la culpa o
pena hacía pagar la deuda del de- por la peligrosidad? Los penalistas
lito. Si el crimen resultaba de una siguen discutiendo la incoherencia
elección libre, había que retribuir con parches, mientras los jueces de-
el mal con el mal. La idea de cul- ciden lo que les parece.
pa dominaba sus elucubraciones. Como vemos, la edad media
Les recuerdo que culpa y deuda son está presente. En su tiempo esto
sinónimos. El viejo padre nuestro se resolvió argumentando que el
decía perdónanos nuestras deudas y pacto satánico era un crimen más
no hablaba de los pagarés que fir- grave que el pecado original, por-
mábamos, sino de nuestras culpas. que en éste Adán y Eva habían sido
En alemán, Schuld tiene también engañados, pero el pacto con Satán
ese doble significado. Esto ponía se celebraba con voluntad plena,
un pequeño límite a la pena, exigía con conciencia del mal y, además,
cierta proporción con el reproche era una traición, nada menos que
de la culpa. para la ciudad de Dios, con lo cual
Y como la mujer era inferior, había que seguir la tradición ger-
era menos inteligente que el hom- mana. Cabe hacer notar que los
bre, debía ser menos culpable y por germanos eran más ecológicos,
ende merecer menos pena. Los ju- porque no dañaban los árboles, en
ristas las consideraban niñas, en cambio los inquisidores quemaban
permanente estado de inmadurez. su madera. Pero lo cierto es que
Pero los inquisidores no se ate- este modelo marcó la estructura
nían a la culpa, sino al grado de de todos los discursos posteriores
peligro que presentaban las brujas legitimantes de masacres. Por eso
y Satán, que ponía en riesgo a la será necesario detenerse en el aná-
humanidad. Para los demonólogos lisis de esa estructura.

40
La estructura inquisitorial

L os demonólogos elaboraron un
discurso muy bien armado para
liberar su poder punitivo de todo lí-
en combinación con las chicas terre-
nas. Por cierto que si alguien sos-
tuviese hoy esta tesis sería irremi-
mite, en función de una emergencia siblemente psiquiatrizado. Pero no
desatada por Satán y sus muchachos podemos quedarnos en la anécdota,
41
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

porque aunque parezca mentira la go a la humanidad, a casi toda la


estructura demonológica se mantie- humanidad, a la nación, al mun-
ne hasta el presente. do occidental, etc., y el miedo a la
Los discursos tienen una estruc- emergencia se usa para eliminar
tura y un contenido. Se trata de algo cualquier obstáculo al poder puni-
parecido a un programa de compu- tivo que se presenta como la única
tación, supongamos que alimenta- solución para neutralizarlo. Todo el
do con los libros de una biblioteca. que quiera oponerse u objetar ese
Podemos cargar el programa con poder es también un enemigo, un
libros esotéricos y tendremos una cómplice o un idiota útil. Por ende,
biblioteca de esa naturaleza, pero se vende como necesaria no sólo
también podemos vaciar su conte- la eliminación de la amenaza sino
nido y recargarlo con otros libros también la de todos los que objetan
y tendremos bibliotecas de medi- u obstaculizan al poder punitivo en
cina, física, química, historia o lo su pretendida tarea salvadora.
que sea. Pues bien: lo que perma- Por supuesto que el poder puni-
nece del discurso inquisitorial o tivo no se dedica a eliminar el peli-
demonológico no es el contenido, gro de la emergencia, sino a vertica-
sino justamente el programa, la lizar más el poder social; la emer-
estructura. gencia es sólo el elemento discursi-
A lo largo de los siglos se vació vo legitimante de su desenfreno.
y se volvió a alimentar el mismo Esto se verifica a lo largo de
programa con otras informacio- unos ochocientos años de suce-
nes, con datos de nuevas emer- sivas emergencias, algunas de las
gencias, creíbles según las pautas cuales implicaban cierto peligro
culturales de cada momento: se real, pero nunca el poder punitivo
dejó de creer en Satán y sus chicas, eliminó ninguno de esos peligros.
pero se creyeron otras cosas que Satán está un poco cabizbajo, con
hoy tampoco son creíbles, aunque su tridente despuntado y su cola
se sigue alimentando el programa quebrada; el alcoholismo sigue
con datos que hoy son creíbles y haciendo estragos; las drogas se
mañana serán tan increíbles como expanden cada día más; la sífilis
Satán, sus legiones de diablos y sus se resolvió con la penicilina; la tu-
muchachas. berculosis con la estreptomicina;
Desde la inquisición hasta hoy el bloque soviético implosionó; los
se sucedieron los discursos con herejes hicieron sus iglesias nacio-
idéntica estructura: se alega una nales; la degeneración de la especie
emergencia, como una amenaza y el peligro de las razas inferiores
extraordinaria que pone en ries- pasó a ser una gran mentira; las
42
La estructura inquisitorial

brujas siguen cocinando sus pu- asesinados por la eugenesia ; con la


cheros raros y como máximo crean eliminación en los campos de con-
algún problema bromatológico. centración nazistas; y con muchos
Los peligros o bien se inventaron o millones de personas, pero ya me
cuando eran reales desaparecieron estoy metiendo con la palabra de
por otros medios o permanecen y los muertos, que es una cuestión que
hasta se amplían, pero a lo largo de dejaré para más adelante.
ochocientos años, jamás el poder Veamos ahora cómo los demo-
punitivo eliminó un riesgo real. nólogos instalaron esta estructura
En mi barrio dirían que el dis- discursiva originaria que perma-
curso inquisitorial siempre fue y si- nece inconmovible hasta el pre-
gue siendo un modo de enroscarle la sente. Por cierto que estos pioneros
víbora a la gilada. Más académica- fueron muchos y escribieron una
mente diríamos que es un inmenso cantidad de libros muy sofistica-
engaño, una tremenda estafa y que dos. La criminología no registra los
el poder punitivo, al proyectarse en nombres de sus fundadores, porque
la opinión de las personas como el los niega, como a esos antepasados
remedio para todo, no es más que bucaneros, contrabandistas o es-
el máximo delito de propaganda clavistas a quienes todos ocultan y
desleal de nuestra civilización. nadie reconoce.
Se trata del instrumento discur- No vale la pena rescatar a todos
sivo que proporciona la base para ellos, porque de cualquier modo no
crear un estado de paranoia colecti- creo que ningún instituto de cri-
va que sirve para que quien opera el minología de nuestros días quiera
poder punitivo lo ejerza sin ningún ostentar alguno de esos nombres.
límite y contra quienes le molestan. Para quien se interese en el tema,
Pero por desgracia, cuando apa- sí vale la pena decirle que hay al-
rece un discurso con estructura guna antología bien hecha. Para
inquisitorial y nadie detiene su ins- nuestros efectos es mejor centrar-
talación, la consecuencia última es nos en la obra tardía pero sintética
una masacre. Así sucedió con las que consagra la autonomía de la
mujeres quemadas, con las vícti- criminología respecto del derecho
mas de las mafias y de la corrupción penal, exponiendo por vez prime-
producidas por la prohibición del ra en forma orgánica una completa
alcohol y de las drogas; con los ene- teoría sobre el origen del crimen, o
migos del occidente cristiano, ma- sea, una exposición de la llamada
sacrados por la seguridad nacional etiología criminal. Se trata del Ma-
o por el franquismo; con los enfer- lleus maleficarum o Martillo de las
mos y discapacitados esterilizados o brujas de 1484.
43
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

A este respecto –y entre parén- tenía apariciones y fama de beato,


tesis– es bueno recordar que la in- pero Krämer –también conocido
quisición romana tuvo su esplen- como Institoris (que en latín signi-
dor en los tiempos feudales, pero fica tendero, lo mismo que Krämer
cuando los estados nacionales se en alemán)– era algo más proble-
organizaron como fuertes monar- mático, pues el obispo lo suspen-
quías, éstas reclamaron para sí sus dió en sus funciones porque en su
poderes punitivos y se los fueron afán incendiario le estaba dejando
quitando al Papa, de modo que la la diócesis sin mujeres y, además,
tarea de quemar mujeres pasó a ser según las malas lenguas, se había
desempeñada por jueces estata- quedado con algún vuelto de indul-
les dependientes de los monarcas gencias. Se discute, pero también
y príncipes, algunos de los cuales parece que falsificó la recomenda-
no menguaron en su entusiasmo ción del manualito por parte de la
por la combustión. Se siguieron Universidad de Colonia, para darle
quemando mujeres hasta el siglo mayor sustento académico.
XVIII, pero lo hicieron los estados, Lo cierto es que estos dos perso-
en tanto el Papa ya no se ocupaba najes produjeron esta obra singu-
de ellas sino de los luteranos y re- lar, que fue un best seller durante
formados. Desde el siglo XV, o sea, doscientos años, tiempo en el cual
con la llamada contrarreforma, la fue el libro más impreso después de
inquisición romana se dedicaba a la Biblia. Como dato curioso debo
estos últimos y no ponía ningún advertir, que si alguien quiere leerlo
énfasis en las mujeres. en castellano o portugués, hoy debe
De cualquier manera, los jueces buscarlo en las secciones de libros
estatales de Europa central siguie- esotéricos de las librerías.
ron usando como manual el Mar- Su lectura es a veces aburrida,
tillo de las brujas, que se hallaba en pero no tiene desperdicio, al mar-
la guía oficial de los quemadores gen de que no podemos dejar de
de mujeres desde que el 5 de se- pensar que sus autores son dos de-
tiembre de 1494 el tenebroso Ino- lirantes con fijaciones sexuales in-
cencio VIII lo había consagrado sólitas. La verdad es que para tener
como tal mediante la bula Summis una idea completa del universo cul-
desiderantes affectibus. tural de la edad media no se puede
El Martillo fue escrito por dos prescindir de Dante, por supuesto,
inquisidores muy particulares: el al- pero tampoco del Malleus malefi-
saciano Heinrich Krämer y el suizo carum. Una misma época produjo
alemán Jakob Sprenger. Este último un poeta sublime como Alighieri
era un sujeto de vida monacal que y dos delirantes alucinados como
44
La estructura inquisitorial

Sprenger y Krämer. Tal vez hoy de la emergencia y del correspon-


pase lo mismo. diente poder del represor.
El delirio está muy bien sistema- 2. La emergencia sólo puede com-
tizado y es la primera vez en la his- batirse mediante una guerra, o sea
toria que se construyó una obra que que el lenguaje no puede menos que
integró en un sistema armónico la ser bélico. Los autores pretenden sa-
criminología (origen del mal) con el ber cómo estaban organizadas las
derecho penal (manifestaciones del huestes de Satán, suponemos que
mal), con el procesal penal (cómo porque habían logrado infiltrar al-
se investiga el mal) y con la crimi- gún agente encubierto en el infierno.
nalística (datos para descubrirlo en Bush y Obama siempre dijeron lo
la práctica). La elaboración es, por mismo, y sin lugar a dudas el prime-
ende, bastante sofisticada. ro usó el mismo procedimiento para
Como el contenido con que descubrir las armas químicas en Irak,
rellenaron la estructura que fun- que luego Satán hizo desaparecer.
daban es para nosotros tan dispa- 3. Su frecuencia es alarmante,
ratado, tiene la ventaja de que en decían que Alemania estaba llena
razón de esa tremenda distancia de brujas, más que cualquier otro
temporal y cultural, nos permite país. Es lo mismo que nos dicen
ver con mayor claridad los prin- por televisión todos los días y a toda
cipales núcleos estructurales que hora: en nuestro país hay más crí-
permanecen hasta la actualidad menes que en cualquier otro (nues-
desde el origen mismo de la cri- tro país puede ser cualquiera en el
minología. Por eso, repasarlos no que haya un televisor).
es un mero divertimento, sino una 4. El peor criminal es quien
constatación de su permanencia a duda de la emergencia. Cuando
través de los siglos. Paso a señalar alguien pide números y duda de la
veinte de estos núcleos, aunque ad- gravedad y frecuencia corre serios
vierto que hay más, con los que no riesgos, porque se erige en enemigo,
quiero aburrirlos. no de la sociedad ni de la huma-
1. El crimen que provoca la nidad, sino del que ejerce el poder
emergencia es el más grave de todos. punitivo. Aunque hoy queda mal
Como vimos, los inquisidores soste- que lo quemen como postulaban
nían que era aún más grave que el Sprenger y Krämer, no dudo que
pecado original. Siguieron otros en muchos lamentan que los tiempos
el tiempo: subversión, terrorismo, hayan cambiado.
uso de tóxicos, etc. La gravedad del 5. Debe neutralizarse cualquier
crimen se exalta al máximo porque fuente de autoridad que diga lo
de ella depende el grado de peligro contrario. En tiempos de los in-
45
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

quisidores había un canon, es de- zas; si desesperada se ahorcaba era


cir, una ley muy antigua, el Canon porque Satán se la había llevado
episcopi, que se refería a una secta para que no confiese y se salve en el
de mujeres (las hijas de Diana) que más allá (porque aunque confesase
había existido muchos años antes y la iban a matar igual). Si enloque-
a las que no se les atribuía ningún cía con la tortura y reía era porque
poder maléfico y se negaba que pu- Satán se burlaba de los inquisidores.
dieran volar. Es claro que un vene- Nada cambia: si los presos estudian
rable texto de esta naturaleza es un es para delinquir mejor, si se arre-
obstáculo para el discurso, como lo pienten son simuladores, si se matan
puede ser una verificación científi- es porque son criminales, si alguien
ca o fundada con seriedad. pide una tregua está simulando para
Cuando se produce este fenó- contraatacar.
meno hay tres soluciones discursi- 7. El delirio sirve de coartada
vas: la fuente es falsa (por ejemplo: para encubrir muchos delitos. Si un
no se recalienta el planeta, los cien- cura estaba observando el pene de
tíficos que dicen lo contrario no sa- un confesante, era porque trataba
ben nada o falsean la realidad), es de convencerlo de que no lo había
verdadera pero se refiere a otra cosa perdido por obra de un encanta-
(las hijas de Diana no eran como miento; si otro aparece desnudo
las brujas alemanas; los ladrones de dentro de un silo, contará que Satán
antes eran buenos y caballerescos, lo llevó a un banquete y como no
no como los de ahora; los anarquis- quiso jurarle fidelidad lo arrojó allí;
tas no eran como los subversivos, si un santón es encontrado debajo
etc.), o se la interpreta mal (el Ca- de la cama de una mujer, será por-
non no dice exactamente eso, lo que que Satán se apoderó de su cuerpo
los técnicos dicen es otra cosa, hay para esconderse. Cuando un inves-
que hacer distinciones, etc.). tigador es sorprendido en curva,
Para Sprenger y Krämer las bru- hasta hoy se suele decir que se estaba
jas volaban en serio, y si no hubie- infiltrando; el terrorismo también es
sen volado y sólo se ilusionaban, útil para eliminar a los maridos mo-
igual había que fritarlas porque lestos de las amantes; etc.
pactaban con Satán y listo. 8. Las imágenes rectoras son in-
6. La valoración de los hechos maculadas: esto lo llevaban al ex-
se invierte por completo. Es lo que tremo de sostener que los ángeles
muchos años después Merton lla- y Jesús no completaban el proceso
marán alquimia moral. Si la bruja alimenticio, o sea, que no defeca-
no confesaba pese a la brutal tor- ban, sino que disolvían el alimen-
tura, era porque Satán le daba fuer- to en el estómago. La pureza de los
46
La estructura inquisitorial

líderes en toda emergencia es algo Los hijos del aquelarre no eran


que se cuida con singular esmero, hijos de diablos, porque estos son
en especial su corrección sexual. ángeles y no tienen semen, sólo
Para los inquisidores los diablos ni adoptan forma humana, pero en
siquiera tenían orgasmos (porque al realidad son de aire concentrado,
final también eran ángeles), o sea, como una suerte de muñecos infla-
que copulaban con las brujas sólo bles de sex-shop, aunque saben de
para hacer el mal; eran una suerte ingeniería genética.
de sadomasoquistas anorgásmicos. Aquí los inquisidores, con si-
9. Los enemigos son inferiores. glos de anticipación, combinan a
La misoginia del Malleus es extre- Darwin con Lamarck, igual que en
ma: la mujer es inferior biológica y emergencias posteriores: hay que
genéticamente, lo que verificaban matarlo si es inferior genéticamen-
con nutridas citas en que mezcla- te, como hacían los nazis; hay que
ban indistintamente a paganos y criarlo con una familia sana si la
padres de la Iglesia. Casi todas las inferioridad proviene de la educa-
emergencias son promovidas por ción, como hicieron Franco o nues-
inferiores en la historia posterior: tros dictadores.
mestizos, mulatos, razas coloni- 11. Las víctimas no deben co-
zadas o degeneradas, defectuosos, locarse en situación de vulnerabi-
discapacitados, enfermos, degene- lidad, porque los vicios favorecen
rados, etc. Como no podían elimi- la acción de Satán. Quienes tienen
nar a todas las mujeres, se conten- amantes antes de casarse provocan
tan con quemar sólo a las díscolas. que éstas, cuando se sienten des-
10. La inferioridad puede exten- pechadas, hagan sortilegios para
derse: las hijas de las brujas tenían matar a sus mujeres. Es necesario
predisposición a la brujería. Esto vivir en orden para cuidarse del
puede pasar por razones genéti- enemigo; todo desorden puede ser
cas, pues los diablos sabían a quién aprovechado por éste. El que ejerce
sacarle el semen y dónde ponerlo el poder punitivo quiere moralizar,
para producir este efecto; sería lo en verdad para facilitarse la tarea.
contrario a la eugenesia y se llama- 12. Es una regla inveterada que
ría disgenesia, aunque como para el poder punitivo descontrolado
los diablos era bueno se trataría de quiere un mundo regular y gris,
una eugenesia diabólica. Pero no aburrido, al que pueda controlar
nos embrollemos más. También sin problemas: todo lo que salga de
podía haber transmisión por ca- lo usual es sospechoso. La alegría
racteres adquiridos a partir de la conspira contra el control y baja el
brujería de la madre. nivel de paranoia, porque la fiesta
47
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

hace pensar en otra cosa, la gente decir lo mismo, porque Dios ya se


se distrae. Los inquisidores advier- les había escapado. Por eso apela-
ten contra el peligro de las fiestas ron a la tesis de que es inevitable
populares: siempre son los dark de que en toda guerra caigan algunos
la época. inocentes.
13. Los inquisidores niegan los 16. Se eximen de toda ética fren-
daños colaterales, afirmando que te al infractor: pueden prometer de
no hay terceros inocentes, sino todo y después no cumplirlo. La
que siempre el castigo es merecido, inferioridad de la bruja los autoriza
aunque se fundan en un dogma: a eso. Lo mismo pasa en cualquier
por algo será. En muchas masacres emergencia, los empresarios masa-
se sostiene que no hay inocentes, cradores no tienen códigos, porque
que todos son culpables, aunque no no vale la pena frente a los terro-
hayan hecho nada. ristas, subversivos, criminales, de-
14. Los inquisidores son infali- generados, extranjeros enemigos,
bles y más si son puros: san Maca- enfermos, etc.
rio, porque era puro, era el único 17. Los inquisidores son inmu-
que veía a una mujer cuando los de- nes al mal que combaten: Satán no
más, por efecto de la brujería, veían puede engañarlos a ellos, porque
una yegua, hasta que Macario la Dios no lo permitiría. En lo suce-
desencantó y los demás pudieron sivo será su ciencia o conocimiento
ver a la mujer. La pureza garantiza especial lo que los hará inmunes. El
la perfecta percepción de los he- inspector de impositiva no ayudará
chos. Es lo que pasa con los grandes a evadir, el funcionario que comba-
empresarios de masacres: son los te el tráfico no ayudará a traficar,
únicos puros que ven claro; por eso etc. Todo poder punitivo garantiza
hay que seguirlos y no discutirles. que sus agentes son inmunes al mal
15. Los inquisidores no admiten y cuanto más desenfrenado es, ma-
errores, quien es condenado es cul- yor es la garantía de inmunidad y
pable y la condena es prueba sufi- menor la posibilidad de ser desen-
ciente; nunca hubo un error y todas mascarados.
las mujeres quemadas eran brujas. 18. El mal tiende a prolongarse.
Es obvio que las cenizas no ape- Las parteras eliminaban a niños no
lan. La única razón que daban para bautizados para que no se complete
negar algún error era que Dios no el número de elegidos y se poster-
podía permitirlo, porque como sa- gue el juicio final, así ellos sobrevi-
bemos estaba secuestrado por ellos. vían más tiempo. Siempre el mal se
Los sucesivos empresarios de emer- prolonga y el razonamiento lleva a
gencias masacradoras no pudieron exigir por eso su erradicación total
48
La estructura inquisitorial

y absoluta: la masacre debe ser radi- los nombres de sus cómplices, y la


cal y definitiva. mera mención de un nombre dado
19. La creencia en el poder de bajo tortura autorizaba a torturar
las brujas era un prejuicio de la también a la persona mencionada.
época. El Malleus lo refuerza al ex- Toda emergencia cuida que la clien-
tremo con la garantía del saber aca- tela no se termine, porque si se ago-
démico de su tiempo. No en vano ta pierde sentido su poder punitivo,
Krämer hizo algo no del todo claro como le había sucedido al Papa des-
para obtener el apoyo de la Uni- pués de las masacres de los cátaros
versidad de Köln. Todas las emer- y otros herejes.
gencias posteriores explotaron y Esta es, en su mayor síntesis, la
profundizaron prejuicios; es lo que estructura fundacional del poder
se llama una política völkisch o po- punitivo ilimitado, trabajada du-
pularista (no populista, que es otra rante doscientos años y sintetizada
cosa muy diferente). tardíamente por el Malleus en 1494,
20. El Malleus garantiza la re- pero que hasta hoy se ha mantenido
producción de la clientela: a la en todas las fabricaciones de emer-
mujer no se la torturaba para que gencias que se hicieron en los seis
confesase, sino para que revelase siglos posteriores.

49
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

El Malleus es una obra tardía mando considerable revuelo.


porque en el siglo siguiente a su Wier no negaba la inferioridad de
aparición se consolidaron las mo- la mujer ni la existencia de las brujas
narquías y con algunas de ellas las y menos su peligrosidad, pues seguía
iglesias nacionales. La inquisición manejándose dentro de la misma
papal tuvo que ponerse las pilas visión agustiniana del mundo con-
para cuidar que los adeptos a estas figurado por las ciudades espejadas
iglesias nacionales no sublevasen la de Dios y Satán. Pero Wier introdu-
parte que quedaba bajo su control, jo la novedad de que las brujas eran
por lo cual dejó un poco de lado a melancólicas y que por eso Satán se
las mujeres y se ocupó de quemar aprovechaba de ellas, explotando su
reformados. Los reformados, por enfermedad. No está de más recor-
su parte, también practicaban la dar desde ahora que la melancolía
combustión con gran entusiasmo, era lo que luego con Charcot se lla-
como Calvino que se cargó a Ser- maría histeria.
vet porque parece que no le hizo Al mismo tiempo, como buen
gracia que la sangre circulara. Es protestante, aprovechaba para de-
obvio que la sangre siguió circu- cir que los verdaderos brujos eran
lando, pero no la de Servet. los curas exorcistas, que practi-
Por cierto que el poder de los in- caban su magia ante fetiches, que
quisidores y de sus muchachos era eran los santos católicos. Cabe
codiciado por otros y, entre estos, aclarar que había un gremio de
por los médicos, que aspiraban a exorcistas que protestaban cada
pinchar por lo menos un poco de vez que un cura no agremiado se
ese poder. lanzaba a exorcizar a alguien.
Tendremos más adelante opor- Pero volviendo a Wier, debemos
tunidad de verificar que los médi- advertir que había hecho viajes a
cos siempre le tuvieron ganas al po- lugares lejanos y estudiado varias
der punitivo y llegaron a dominar plantas alucinógenas, por lo que
su discurso legitimante con horri- también afirmaba que muchas de
bles consecuencias masacradoras. estas mujeres sufrían los efectos de
Pero el primer avance del poder intoxicaciones por atropina, opio y
médico sobre el campo punitivo lo hashish (la marihuana y la cocaína
intentó en 1563 un médico protes- no habían llegado).
tante de los Países Bajos, Johann La novedad introducida por
Weyer (o Weier o Wier), quien Wier es muy interesante, porque
publicó en Basilea un libro que se da lugar a lo que hoy subsiste y que
llama Las tretas del demonio y que se llama medidas de seguridad. El
rápidamente corrió por Europa ar- poder punitivo puede liberarse de
50
La estructura inquisitorial

límites argumentando de varias manicomios, que eran en su tiem-


maneras, y en esto nunca se que- po asilos infectos peores que las
da corto, pues el ingenio perverso cárceles, donde no sobrevivirían
que caracteriza sus discursos legi- mucho tiempo. De este modo no se
timantes es inusitadamente fértil. penaba formalmente a las mujeres,
Uno de ellos consiste en ocultar o pero materialmente se las privaba
disimular su propio carácter puni- de libertad hasta su muerte o poco
tivo, lo que se sigue haciendo me- menos, aunque suponemos que las
diante el expeditivo recurso de de- de clase alta podrían ser atendidas
jar de llamar penas a las penas. Esto a domicilio.
fue lo que Wier introdujo. Es interesante observar que
En efecto: vimos que había una hasta hoy en el derecho penal se
contradicción entre la pena limita- discute si la pena se fija por la cul-
da por el reproche de culpabilidad pabilidad o por la peligrosidad,
fundado en la elección del infrac- aunque se disimule la terminolo-
tor, donde se le cobra su culpa, gía tratando de combinar parches
propio de los juristas (glosadores contradictorios. En estas combi-
y posglosadores), y la peligrosidad naciones de lo no compaginable,
sostenida por los demonólogos, lo más frecuente en la legislación
pues los primeros no podían justi- comparada es que se prevea fijar la
ficar las penas máximas a las muje- pena según la culpabilidad, pero
res, porque eran menos inteligen- que a los peligrosos o enemigos se
tes y, por ende, debían ser menos los deje a merced de medidas ad-
culpables. ministrativas de seguridad. Así ve-
La solución transaccional se en- rificamos que no estamos hablan-
contró en aumentar hasta el máximo do de historia en el sentido más
la gravedad del delito de las brujas y usual del término, sino en el del
hacerla superior al mismo pecado presente, o sea, que una vez más
original, con lo cual por cualquiera confirmamos que la edad media
de las dos vías se habilitaba la com- no terminó.
bustión, recurso que cuatrocientos De cualquier manera, esta pri-
años después volverían a usar los mera tentativa de manotear el po-
penalistas del nazismo. der punitivo por parte de los mé-
Wier propuso una variante dicos no le hizo gracia a la Iglesia,
consistente en que a las brujas se pero tampoco a los reyes y prínci-
las sacara del campo de los juristas pes. Un jesuita belga como Wier,
y de los inquisidores y se las dejase pero hijo de padre español, Martín
en manos de los médicos, de modo del Río, sostuvo que éste era un he-
que estos las pudiesen meter en los reje porque negaba que las brujas
51
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

volasen y que además era un mago. De l’inquisition des sorciers.


Por ende, si Wier hubiera caído en Bodin se daba cuenta de que el
manos católicas les hubiese permi- manotazo médico no se limitaba
tido celebrar un asado más. a las brujas, sino que amenazaba
Pero como la quema de muje- ir mucho más lejos y, por lo tanto,
res ya no se practicaba tanto por discurría que con el mismo criterio
la Iglesia sino por los jueces de los todos los criminales deberían ser
reyes, la propuesta de Wier alarmó psiquiatrizados.
a los teóricos que estaban echando Pero no fue sólo Bodin quien
las bases del concepto de soberanía, percibió la gravedad de la amenaza
porque Wier quería arrebatarles un médica al poder de los soberanos,
poder que estaba pasando rápida- porque el propio hijo de María Es-
mente a sus soberanos. Wier no tuardo, el rey Jacobo I de Inglate-
sólo se había metido con el poder rra y VI de Escocia, perseguidor
del Papa sino también con el de los un tanto desganado de católicos y
soberanos: estaba bien que lo dis- puritanos, en los ratos de ocio que
putasen entre ellos, pero no que al- le permitía la atención de sus favo-
guien pretendiera sacárselo a am- ritos –dado que a la reina le dis-
bos y dejar de quemar a las mujeres pensaba muy poca– escribió una
para meterlas en sus asilos. Demonología en respuesta a Wier.
Los dos teóricos más fuertes Esto da cuenta de que desde el
del emergente concepto de sobera- primer intento serio de la corpora-
nía –hoy tan destartalado– fueron ción médica, todos los dueños del
en el siglo XVI el inglés Thomas discurso del poder punitivo hicie-
Hobbes y el francés Jean Bodin (o ron sonar la alarma, lo que apare-
Bodino). Este último publicó un ce más que justificado a la luz de
libro en respuesta a Wier en 1580: los hechos ocurridos tres siglos
De la démonomanie des sorciers. más tarde.

52
Siempre hubo rebeldes
y transgresores

H emos visto que los inquisi-


dores eclesiásticos en el siglo
XVI ya no se ocupaban mucho de
verticalización al servicio del rey,
dedicado a convertir en cenizas
a todos los disidentes peligrosos
las brujas. Esto se debió a que el para la corona (llamados herejes),
Papa nombró a un cardenal em- en particular a los que trataban de
bajador en España y éste vio cómo introducir el desorden con ideas
funcionaba allí la inquisición, que de las iglesias reformadas naciona-
era un instrumento muy eficaz de les de otros países.
53
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Pues bien, este cardenal volvió a En todas las épocas el transgre-


Roma y cuando murió el Papa fue sor es un enigma. ¿Cómo surge?
electo para reemplazarlo. Ni lerdo ¿Por qué alguien desafía el poder o
ni perezoso, copió la organización los valores dominantes aun a costa
de la inquisición española para de graves riesgos? Hay quienes afir-
combatir a los reformados y sus he- man que se trata de casos en que lo
rejías, o sea, a todos los que no le enseñado de chico contrasta muy
respondían, revitalizando la deca- fuertemente con lo que se verifica
dente inquisición romana y transfi- luego en la vida adulta, pero lo cier-
riendo su conducción a los jesuitas. to es que eso nos pasa más o menos
Aquí vemos un cambio de cor- a todos y para resolverlo suelen es-
poración hegemónica, en el que el tar los psicoanalistas.
primado del discurso sobre la cues- De todas formas, y sin descartar
tión criminal pasó de los domini- esa posibilidad, lo cierto es que por
cos a los jesuitas, al tiempo que el suerte siempre hay transgresores y,
discurso se centraba en los lute- en el caso de Spee, no podemos ve-
ranos y otros herejes y dejaba de rificar si de niño en lugar de cuen-
lado a las brujas, cuya combustión tos de hadas le leían relatos de bru-
pasó a ser decidida por los jueces jas y tampoco podemos hacerle un
de los reyes y príncipes, quienes si- reportaje y preguntarle al respecto.
guieron practicándola con singular A juzgar por lo que relatan los
pasión incendiaria, en especial en biógrafos de Spee, parece que le
Europa central, validos siempre de encargaron la confesión de todas
las enseñanzas del famoso Malleus. las brujas de su comarca antes de
Sin embargo, no todos estaban quemarlas, y el pobre se traumó
tan locos en ese tiempo, pues hubo tanto que su cabello se fue llenando
autores que escribieron contra esta de canas, no justamente porque las
práctica, en particular algunos je- nieves del tiempo blanquearan su
suitas. Pero el gran rebelde fue Frie- sien, puesto que era muy joven.
drich Spee, quien en 1631 publicó El libro de este rebelde canoso
un libro exclusivamente destinado se llamó Cautio criminalis, o sea,
a destruir el Malleus y a los doctri- cautela o prudencia criminal. El
narios que legitimaban la combus- mismo título de la obra era mo-
tión de mujeres por brujería. Como lesto porque encerraba una ironía:
era natural, por elemental pruden- la Constitutio criminalis era la vi-
cia publicó el libro anónimamente gente y brutal ordenanza criminal
y sin la licencia de los superiores de Carlos V, o sea, el texto legal de
de su orden, todo lo cual constituía inusitada crueldad que rigió en el
una falta gravísima. derecho penal común alemán desde
54
Siempre hubo rebeldes y transgresores

1532 hasta fines del siglo XVIII y en hacia la gravedad del mal que éste
función del cual quemaban mujeres pretende combatir y contra el que
los jueces del emperador del Sacro libra su guerra. Si el poder punitivo
Imperio Romano-Germánico y, una no sirve para lo que pretende, no es
vez disuelto éste, los de los príncipes cuestión de entrar en la discusión
que se consideraban herederos del acerca de la maldad de lo que dice
imperio desmembrado. combatir, sino –simplemente– de
Es curioso, pero Spee no era un mostrar que no lo hace.
jurista ni un criminólogo, sino un En las discusiones sobre las ac-
poeta y, según los especialistas, el tuales andanzas de Satán (o el ene-
mejor poeta alemán de su tiempo, migo) no tiene sentido debatir sobre
además de un destacado teólogo. si la cocaína es dañina, porque no
Pues bien: este rebelde canoso –o cabe duda de que lo es; lo importante
encanecido–, cansado de las bruta- es mostrar que la pretendida guerra
lidades e iniquidades de las que era a la cocaína provocó cuarenta mil
testigo (a lo que tal vez conviniese muertos en México en los últimos
agregar que las tinturas de su tiem- cuatro años, buena parte de ellos
po no eran buenas), decidió jugarse decapitados y castrados, cuando la
con todo en su libro y se despachó a cocaína hubiese demorado casi un
gusto, sin ahorrarse ningún detalle siglo en cargarse a la misma cantidad
ni adjetivo. de personas por efecto de sobredosis.
Spee no anduvo con vueltas y Tampoco tiene sentido discutir la
no se enredó en discusiones sobre perversidad del terrorismo, sino ha-
el poder de Satán ni de las brujas: cer notar que la supuesta guerra cau-
comienza diciendo que no discute só ya muchos más muertos inocentes
su existencia, pero afirmando que que el propio terrorismo. Spee supo
nunca conoció a ninguna y que no esto en 1631, aunque muchos comu-
había bruja alguna entre las muje- nicadores sociales no hayan caído en
res que había confesado antes de ser la cuenta hasta el presente. Tal vez a
quemadas. Por el contrario: afirma Spee le fue más fácil entenderlo por-
que con el procedimiento inquisito- que no veía televisión.
rial cualquiera podía ser condena- Nuestro encanecido jesuita se
do por brujería. preguntaba cómo era posible que
El canoso no era ningún tonto sucediesen esas aberraciones, qué
–nunca un buen poeta puede ser- era lo que permitía que continua-
lo– y, por ende, tomó el camino co- se semejante barbarie. En primer
rrecto en cualquier crítica al poder lugar lo atribuye a la ignorancia de
punitivo, evitando caer en la tram- la población, es decir, a la desin-
pa usual que desvía la cuestión formación, o sea, a la criminología
55
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

mediática de su tiempo, cargada de porque no les servían como espec-


prejuicios que se reforzaban desde táculo popular.
las plazas y los púlpitos, o sea, a lo Pero como si esto fuese poco,
que hoy llamamos técnica völkisch también cuenta Spee que se dedica-
(populacherista, que algunos tra- ban a recorrer los domicilios solici-
ducen mal por populista, que ob- tando contribuciones para su santa
viamente no es lo mismo). labor de purificación, o sea, que se
Además, destacaba la respon- trataba de una venta de protección
sabilidad de la iglesia, entendiendo mafiosa. Como vemos, hay pocas
por tal a los teóricos, es decir, a los cosas nuevas bajo el sol.
dominicos y sus seguidores, que Por último, nuestro canoso poe-
repetían las consignas discursivas ta destacaba algo que es hasta hoy
de la criminología académica de su moneda corriente en el lenguaje
tiempo, legitimante de esos asesi- jurídico: los eufemismos. Cuando
natos. en las actas se hacía constar que
Seguía atribuyendo culpas a los las mujeres confesaban voluntaria-
príncipes, que de ese modo podían mente, era porque lo habían hecho
cargarle todos los males a Satán y una vez suspendidas y descoyunta-
a sus muchachas, pero sobre todo, das, dado que sólo se consideraba
porque no controlaban a sus subor- confesión bajo tormento cuando se
dinados, a quienes dejaban hacer a aplicaban los hierros.
gusto. Esto hoy lo llamamos auto- El libro de Spee es un poco abu-
nomización policial, o sea, permitir rrido y bastante desordenado, pues
que la corporación policial actúe está escrito con el método de las
fuera de todo control político, para cuestiones, o sea, preguntas y res-
lo cual se le asignan ámbitos de re- puestas. Son cincuenta y dos cues-
caudación autónoma, también se- tiones y en las últimas no ahorra
ñalados por Spee. calificativos: considera que la que-
En efecto: los inquisidores ofi- ma de mujeres puede compararse
ciales de los príncipes cobraban por con lo que hacía Nerón a los cris-
bruja ejecutada, o sea, que trabaja- tianos, lo que implica que los jueces
ban a destajo. Por eso se esforzaban de los príncipes eran criminales.
por obtener el nombre de otra can- Nadie se había animado a seme-
didata, a efectos de que nunca se les jante adjetivación y habría de pasar
agotase la clientela y, además, atri- más de un siglo y medio hasta que
buían a Satán el suicidio de algu- dijese lo mismo Jean Paul Marat,
nas de esas infelices, porque en ese el revolucionario francés execrado
caso no cobraban. Los príncipes por toda la historiografía fascista
no pagaban por brujas suicidadas, posterior.
56
Siempre hubo rebeldes y transgresores

57
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Lo que cabe destacar como más que si bien no quemaban mujeres,


significativo de este texto es que, así aplicaban el mismo procedimiento
como el Malleus fijó la estructura contra los luteranos, por lo que te-
del discurso inquisitorial, la Cautio ner a semejante infractor entre sus
lo hizo con el discurso crítico. En filas les creaba un problema con los
efecto: cualquier discurso crítico príncipes.
del poder inquisitorial y del poder Si bien el libro se publicó sin
punitivo en general, desde 1631 nombre de autor, al poco tiempo se
hasta la fecha, destaca 1) el incum- supo que Spee era su responsable y
plimiento de sus fines manifiestos no faltó quien de inmediato propu-
por el poder punitivo, 2) la función siera que se lo asara a fuego lento,
de los medios de comunicación, 3) idea que no prosperó, quizá porque
la de los teóricos convencionales le- eso le habría dado mayor fama. De
gitimantes, 4) su conveniencia para cualquier manera era contaminan-
el poder político o económico, 5) la te para la orden, por lo cual quisie-
autonomización policial, y 6) la co- ron forzarlo a renunciar a ella, a lo
rrupción o recaudación autónoma. que el poeta se negó rotundamente.
Desde la crítica liberal al poder Al fin resolvieron soportarlo y cal-
punitivo del antiguo régimen hasta marlo, en la medida de lo posible,
las teorías de la criminología críti- dándole una cátedra de teología.
ca de las últimas décadas del siglo Algunos citan su nombre como
pasado, estos elementos estructu- Friedrich von Spee, lo que no es
rales están presentes en el discur- cierto, porque no era noble, siendo
so deslegitimante o crítico de todo sólo Friedrich Spee, mientras que el
poder punitivo. von Langenfeld no hace más que in-
En este sentido, Spee fijó otro dicar su lugar de origen.
programa de computación que en Cuatro años después de la pu-
cada época en que florece la críti- blicación de la Cautio criminalis
ca se vuelve a llenar con los datos –en 1635– habría de morir conta-
correspondientes al tiempo de cada giado mientras prestaba asistencia
autor. Puede decirse que hasta hoy a soldados víctimas de la peste.
construimos discursos siguiendo Imaginamos que su muerte debe
alternativamente las estructuras haber sido un alivio para sus supe-
fundacionales del Malleus o de la riores, pues no se ocuparon mucho
Cautio. de sus restos, que se perdieron has-
El librito de Spee molestaba ta que en 1980 se logró identificar
mucho a los príncipes, a los domi- su cuerpo.
nicos, a las policías y a los jueces, Pese a todo el empeño puesto
pero también a los propios jesuitas, por Spee y a los riesgos que corrió,
58
Siempre hubo rebeldes y transgresores

su libro pasó sin pena ni gloria y En verdad, debo decir que todo
los jueces siguieron llevando ade- lo que estoy contando es muy
lante su alegre quema de mujeres poco conocido por los penalistas
conforme a las instrucciones del y criminólogos posteriores, has-
Malleus, que continuaba siendo el ta el punto de que el Malleus fue
libro de cabecera de los corruptos publicado en versión castellana
de la época. hace menos de cuarenta años por
Setenta años después de la apari- historiadores, en una edición que
ción de la Cautio, el filósofo Chris- está completamente agotada; hace
tian Thomasius releyó su obra. Tho- menos de una década vio nueva-
masius era un simpático señor que mente la luz otra edición. La Cau-
aparece en sus retratos con redon- tio criminalis nunca fue traducida
deado rostro rosado, sin que sepa- al castellano y hasta donde sé tam-
mos si era canoso, pues cubría su ca- poco la tesis de Thomasius. Todo
beza con una rubia peluca de largos esto se cubrió con un manto de
bucles. Al parecer, ese adminículo silencio, como si no formase parte
protegía un respetable contenido de la historia del derecho penal y
craneano, porque no dudó en reto- de la criminología. Insisto en que
mar los argumentos de Spee. se trata de ascendientes que estos
En 1701 Thomasius defendió pú- saberes han tratado de ocultar,
blicamente su tesis Dissertatio de cri- como el árbol genealógico de al-
mine magiae, en la que desbarataba gunas familias ilustres que se em-
los disparates del Malleus. Esta tesis peñan en disimular el origen de
fue traducida al alemán tres años sus fortunas.
más tarde y alcanzó gran difusión,
lo que era explicable, pues con Tho-
masius se anunció el Iluminismo y, Las corporaciones
como si esto fuese poco, echó las ba- y sus luchas
ses para una adecuada distinción en-
tre moral y derecho (pecado y delito),
aunque hasta hoy pululan muchos
que se niegan a comprenderla y que,
P ero en los años transcurridos
entre la Cautio y la Disserta-
tio –entre 1631 y 1701– se estaba
sin duda, si bien nuestra civilización profundizando otro fenómeno que
muestra cada día más defectos, es se acentuaría en el curso del siglo
una de sus mejores conquistas. XVIII, que fue el surgimiento del
Con este empelucado filósofo se sujeto público.
opacó el Malleus hasta desaparecer En el estado absoluto, el señor
y quedar reducido a una curiosidad ejercía el poder de vida y muerte,
histórica. que en realidad era sólo poder de
59
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

muerte, pues la vida no la podía hablaban mal la lengua local).


dar. Para matar o dejar vivir –como Se trata de corporaciones que
dice Foucault– no se necesitaba monopolizan el discurso y se cie-
mucha especialización, porque por rran a los extraños mediante su
lo general matar es una operación particular dialecto. No debe llamar
bastante sencilla para el poder es- la atención que los criminalizados
tatal, que para ello no necesita más hagan lo mismo en forma de argot
que una agencia o cuerpo de asesi- delincuencial, que fue materia de
nos más o menos disimulados y ele- estudio de sesudos criminólogos
vados a funcionarios. del siglo pasado, quienes no se per-
El problema se complicó cuando cataron de que ellos se expresaban
el poder estatal comenzó a preocu- en su propio argot y que también
parse por regular la vida pública, eran bárbaros respecto del dialecto
es decir, no de cada individuo en de los presos.
particular sino del sujeto público. Desde los siglos XVII y XVIII y
La función del estado se complicó hasta el presente, las corporaciones
y el príncipe necesitó rodearse de monopolizan su discurso y dispu-
secretarios o ministros especiali- tan entre ellas para ampliar su com-
zados que pasaron a encargarse de petencia, sin contar con que tam-
la economía, de las finanzas, de la bién hay lucha interna de escuelas
educación, de la salubridad públi- en procura de lograr imponer la he-
cas, es decir, de este sujeto público. gemonía del propio subdiscurso. En
Como es natural, alrededor de síntesis, hay luchas inter-corporati-
cada ministro se fue formando una vas y también intra-corporativas.
burocracia especializada que cons- No extrañará, pues, que el dis-
truyó un saber o ciencia que se ali- curso penal y criminológico haya
mentó desde las universidades. sido materia de disputas entre las
De este modo se formaron las corporaciones, como no podía ser
corporaciones de sabios especialis- menos, dado que es siempre un dis-
tas, cada una con un saber propio curso acerca del poder mismo. Esto
expresado en un dialecto sólo com- no es ninguna novedad, puesto que
prensible para los iniciados, esto es, desde mucho antes de que tomara
para los que pertenecen a la respec- cuerpo esta lucha entre corporacio-
tiva corporación y, por ende, inac- nes vimos cómo el primado pasó de
cesible al vulgo de extraños a ésta, los dominicos a los jesuitas, y que
generalmente llamados legos (tam- los médicos –con Wier– también
bién se los podría llamar bárbaros, quisieron meter su cuchara, que
porque en definitiva se denomina- en siglos posteriores devendrá un
ba así a los que no comprendían o enorme cucharón.
60
Siempre hubo rebeldes y transgresores

Vimos que el poder punitivo estado absoluto y que eran conside-


genera las estructuras coloniza- rados disidentes peligrosos. Veremos
doras, pero también fosiliza a las que no fue sólo el librito de Spee el
sociedades que adquieren esa es- que se publicó anónimamente por
tructura, por lo cual éstas no son razones de elemental prudencia y
muy aptas como escenario para la sentido de conservación.
lucha de corporaciones y menos si Como no existe poder sin dis-
se trata del discurso del propio po- curso –o por lo menos éste no dura
der punitivo. mucho sin el texto–, resultaba fun-
Siempre hay discursos sobre este cional a las nuevas clases en ascen-
poder, pero sólo alguno se vuelve so asumir otro discurso acerca del
hegemónico o dominante porque poder punitivo y, por ende, debían
cierto sector social al que le resul- procurarlo en otras corporaciones
ta funcional lo adopta y lo impulsa. diferentes de las que lo habían mo-
Esto tiene lugar cuando hay una di- nopolizado hasta ese momento.
námica social más o menos acelera- Por esta razón, en la segunda
da, o sea, cuando surge un conflicto parte del siglo XVIII fue tomando
interno en la sociedad y un sector cuerpo el saber de las corporacio-
de cierta importancia quiere desle- nes de los filósofos y pensadores
gitimar el discurso del sector al que en el campo político general y, por
tiende a desplazar o frente al cual ende, el de los juristas que seguían
quiere abrirse un espacio. sus lineamientos limitadores del
Por eso no eran las sociedades poder punitivo. Así nació el Ilu-
colonialistas española y portugue- minismo, el siglo de las luces o de
sa el mejor campo para la lucha la razón y a su amparo el llamado
de las corporaciones y, por ende, derecho penal liberal.
el escenario de ésta se transfirió a El nuevo discurso pasó a ser
Gran Bretaña primero y a Francia obra de las corporaciones de los
y Alemania después, donde estaba filósofos y juristas que se enfrenta-
surgiendo una clase de industria- ban con los legitimantes del anti-
les, comerciantes y banqueros. guo régimen y frente al cual hubo
Esta clase en ascenso necesitaba varias reacciones diferentes.
controlar y poner límites al poder de En principio, hubo príncipes que
la nobleza y del clero, que hasta en- se daban cuenta de que algo estaba
tonces eran las clases dominantes. cambiando y de que antes de que la
Por supuesto, el poder más temible estantería se cayese prefirieron aco-
de las capas hegemónicas era el pu- ger el nuevo discurso, por lo menos
nitivo, que amenazaba a los nuevos en buena parte (en la que molestaba
empresarios que ponían sitio a su menos y le permitía seguir gozan-
61
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

do a la mayoría de sus privilegios). la observación, medición y expe-


Esta actitud fue la que dio lugar al rimentación, y quienes partían de
llamado despotismo ilustrado, que una idea primera iluminadora que
pretendía hacer todos los cambios les servía de ropero en el que aco-
desde el poder, desde arriba, con la modar los ropajes del mundo, a ve-
consigna todo para el pueblo, todo ces a presión.
por el pueblo, pero sin el pueblo. En el campo criminológico, esta
Hubo otros príncipes menos sa- doble corriente dio lugar a dos ór-
gaces, que prefirieron seguir en las denes teóricos: el utilitarismo dis-
suyas y frente a los cuales se alzaron ciplinante y el contractualismo (o
los revolucionarios, radicalizando quizá, los contractualismos en to-
el discurso crítico del sistema penal das sus variantes).
en mayor o menor medida, desde Los utilitaristas se basaban en
liberales hasta socialistas. que era necesario gobernar depa-
rando la mayor felicidad al mayor
número de personas. La cabeza más
El utilitarismo visible de esta corriente fue el inglés
disciplinante Jeremy Bentham, personaje de larga
vida, cuyo esqueleto vestido se en-

E n general, el iluminismo pe-


nal se nutrió de dos varian-
tes opuestas aunque muchas ve-
cuentra en una vitrina en el colegio
que contribuyó a fundar, aunque se
dice que la cabeza fue momificada y
ces coincidentes en sus resultados en su lugar se puso una de cera. Pa-
prácticos: el empirismo y el idea- rece que algo pasa con las cabezas
lismo. Con el permiso de los más de quienes elaboran teorías crimi-
finos historiadores de la filosofía nológicas, pues la de Lombroso se
–que nos tomamos sin consultar- comenta que se conserva en formol
los– se puede decir que hubo en el en un museo en Torino. Por suerte
iluminismo una convergencia de desde hace tiempo se ha perdido la
vías de conocimiento o acceso a la costumbre de que los criminólo-
verdad: unos la buscaban mediante gos dispongan de sus cabezas post-
la verificación en la realidad mate- mortem, pese a que eso siempre es
rial y otros a través de la deducción preferible a que otros lo hagan por
de una idea dominante. ellos ante-mortem. Pero volvamos a
Sin meternos en grandes hondu- lo nuestro.
ras, podría decirse que se hallaban Bentham concebía la sociedad
en germen los elementos que luego como una gran escuela, en la que
habrían de separarse entre quienes debía imponerse el orden, o sea,
sólo aceptaban lo que resultaba de que la clave era la disciplina, para
62
Siempre hubo rebeldes y transgresores

lo cual el gobierno debía repartir porque nadie tiene la culpa de la


premios y castigos: como es obvio, torpeza o preferencia del estado
los premios deparaban felicidad y al repartir el poder punitivo. Para
los castigos dolor y, como también disciplinar a los díscolos desorde-
parece obvio, el ser humano sano nados, Bentham se ensañaba con
y equilibrado debía preferir los los más tontos, que eran los atra-
primeros con su felicidad y no los pados por el poder.
segundos con su dolor. Por eso, se Pero sigamos: para Bentham el
abstendría de cometer delitos. delito pone de manifiesto un des-
Sin embargo, se cometían de- equilibrio producto del desorden
litos, lo que indicaba que el in- personal del infractor, que debe
fractor no estaba bien, o sea, que ser corregido. Para eso proyectó
no era suficientemente ordenado, la referida prisión llamada panóp-
dado que elegía el dolor. Era como tico, con estructura radial, para
el niño díscolo, que motiva que la que el preso sepa que será obser-
maestra llame a los padres y les vado desde el centro y por mirillas
señale que algo le pasa. Hoy inter- en cualquier momento. De este
viene el psicólogo, que si es bueno modo, se le introduciría el orden
puede llegar a descubrir que el niño y al final resultaría su propio vi-
es más inteligente que los padres y gilante, es decir, que se comería al
la maestra; hace cincuenta años guardián (es más delicado decir
corría el riesgo de que lo hiciesen que lo introyectaría).
tonto con unos electrochoques, y Esta idea la tomaba de algunos
hace doscientos, al adulto al que le médicos que sostenían que la enfer-
pasaba algo Bentham quería me- medad mental también era produc-
terlo en un invento arquitectónico to del desorden y por eso los ma-
que llamó panóptico y que era un nicomios debían ocuparse de disci-
aparato para disciplinarlo. Pero plinar a los enfermos, poniéndolos
vamos por partes. a trabajar, en la convicción de que
Por supuesto que Bentham se el orden físico redundaría en orden
topaba con el problema de la im- mental. Desde esta perspectiva, no
punidad de la gran mayoría de los importa que el trabajo de los pre-
delitos y se hacía el distraído res- sos o de los locos sea o no rentable
pecto de la selectividad del poder o útil, porque es un valor discipli-
punitivo, por lo cual trataba de re- nante en sí mismo, como podía ser
solver la cuestión postulando que el famoso picar piedras.
las penas debían ser más graves El disciplinamiento debía llevar-
cuanto mayor fuese la impunidad, se a cabo en la medida del talión, o
lo que no parece muy razonable, sea, un dolor equivalente al provo-
63
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

cado con el delito. La obsesión por sigue funcionando como prisión


la retribución exacta llevó a don el de Quito, construido en el siglo
Jeremías a proyectar una máquina XIX por el dictador Gabriel García
de azotar, para que la intensidad Moreno y por cuyas celdas pasaron
del dolor fuese pareja y no queda- casi todos los políticos ecuatoria-
se librada al arbitrio del verdugo. nos del siglo siguiente, sin contar
Aunque no inventó la guillotina con que las turbas instigadas por
(que se creó en Francia), lo cierto es los conservadores arrancaron de
que ésta se imaginó respondiendo ese penal y lincharon al líder liberal
al mismo criterio. Eloy Alfaro el 28 de enero de 1912.
Las leyes penales las hacen hoy Cabe aclarar que los panópticos
los asesores de los legisladores se- nunca funcionaron como Bentham
gún la agenda que les marcan los lo había imaginado, pues pronto
medios masivos, pero a comienzos los presos se las ingeniaron y la su-
del siglo XIX las proyectaban los perpoblación permitió que la vis-
penalistas y, cuando estos tomaron ta se interrumpiese con múltiples
la idea de Bentham, acabaron ha- obstáculos.
ciendo códigos penales con penas El disciplinarismo de los utilita-
fijas y largas tablas de agravantes y ristas dio mucho que hablar en los
atenuantes previendo porcentajes años 70 del siglo pasado, cuando
de cada uno. Así estaba redactado Foucault lo consideró directamente
el primer código penal de Brasil de un modelo social y, en Italia, Dario
1831, por ejemplo, y sus comentado- Melossi y Massimo Pavarini pu-
res anotaban los difíciles cálculos blicaron un libro titulado Cárcel
matemáticos para cada caso, porque y fábrica, en el que señalan una
no se conocían las calculadoras y no matriz común con el disciplina-
todos los jueces habían obtenido miento para la producción fabril
buenas notas en el secundario. en los orígenes del industrialismo.
Bentham regalaba su mode- Un profesor argentino –Enrique
lo a todo el mundo e incluso tuvo Marí– contribuyó a enriquecer es-
correspondencia con Bernardino tos planteos entre nosotros.
Rivadavia. Hubo panópticos en Los utilitaristas no admitían
muchas ciudades de América Lati- que existiese ningún derecho na-
na, a veces completos y otras semi- tural anterior a la sociedad y so-
radiales, en general porque el pre- bre el que ésta no pudiese avanzar.
supuesto no alcanzaba para hacer- Los derechos debían ser respetados
los completos. Algunos subsisten únicamente porque su lesión habría
convertidos en museos o mercados provocado más dolor que felicidad.
(como en Recife o en Ushuaia) y Era claro que el utilitarismo
64
Siempre hubo rebeldes y transgresores

de Bentham encerraba una con- Si bien se desarrolló en Gran


cepción criminológica, pues ha- Bretaña y rechazaba la idea del
cía fincar la etiología del delito en contrato social y del derecho natu-
el desorden de la persona y, por ral anterior a la sociedad, Bentham
consiguiente, surgía de ella una fue condecorado por los revolu-
política destinada a combatirlo cionarios franceses, pues sus ideas
mediante el disciplinamiento que representaban un avance frente al
importaba la pena talional en el brutal ejercicio del poder punitivo
curioso aparato inventado. de su tiempo.

65
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

66
Los contractualismos

H emos visto que en las obras


tradicionales suele afirmarse
que la criminología nació en la se-
cuando obtuvo reconocimiento
académico como saber indepen-
diente, pero lo más curioso es que
gunda mitad del siglo XIX, o sea, no sólo se calla todo lo que hemos
67
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

relatado hasta ahora respecto de los nitivo de su tiempo. Todo esto, sin
siglos anteriores, sino que como no duda es criminología, pues la críti-
pudo ignorar el pensamiento del si- ca al poder punitivo, a la forma en
glo XVIII y el de la primera parte que se lo ejerce, a sus modalidades,
del XIX, prefiere afirmar que éste etc., difícilmente puede negarse
no era criminológico. que lo sea.
Es muy curiosa esta posición, Esta negación de la dimensión
porque pareciera que la crimino- criminológica de los filósofos y ju-
logía así entendida no sólo se com- ristas del iluminismo y del pena-
porta como una familia que oculta lismo liberal obedece a una fábula
a sus antepasados poco presenta- inventada a fines del siglo XIX por
bles, sino que incluso niega todo Enrico Ferri, que fue el mentor del
parentesco con los que no puede positivismo italiano, de gran fama
ocultar porque el vecindario los en su tiempo y del que luego habla-
conoció bien y los recuerdan las remos con más detalle.
comadres del pueblo. Realmente, se Como buen positivista, Ferri se
trata de una ciencia a la que es nece- consideraba el abanderado de los
sario recordarle que su cuna fue un dueños de la ciencia, afirmando
conventillo alumbrado a querosén. que antes de él y sus muchachos
Si bien los autores de los discur- no había habido más que oscuri-
sos acerca de la cuestión criminal que dad, metafísica y charlatanismo.
provenían de las corporaciones de fi- Llegó a decir que todo lo que antes
lósofos de primerísima línea o de ju- se había dicho acerca de la cues-
ristas que siguieron sus pensamien- tión criminal era espiritismo, pero
tos, se dedicaron a criticar el poder con muchísima habilidad y pre-
punitivo de su tiempo y a proponer tendiendo tributarle un homenaje
reformas legislativas, no puede igno- llamó a todo el saber precedente
rarse que se apoyaban en una crimi- escuela clásica, para erigirse él
nología, pues partían de cierta con- mismo en el líder de la nueva es-
cepción del delito y del delincuente cuela : la scuola positiva.
y, por lo tanto, atribuían el origen del La invención de una escuela clá-
delito a algunas razones y propugna- sica que abarcaba todo lo pensado
ban penas dirigidas a eliminarlo o desde el siglo XVIII hasta las tor-
reducirlo. Para eso necesitaban par- pezas del positivismo racista de las
tir de cierta idea del ser humano y de últimas décadas del siglo XIX fue
la sociedad. la mejor fábula de Ferri, tan exitosa
Por otra parte, como proponían que aún se repite en los manuales de
reformas al sistema penal, eran nuestros días. No puedo menos que
fuertemente críticos del poder pu- recordar que así me lo explicaba en
68
Los contractualismos

la Facultad de Derecho de la UBA ciantes y banqueros para su enfren-


un profesor que usaba polainas y tamiento con el poder hegemónico
rancho a lo Maurice Chevalier, se de las noblezas en los países de Eu-
declaraba positivista y se refería al ropa central y del norte.
presidente de la República como No podemos pasar revista aquí
este gringuito. Otro no tan pinto- a todos esos discursos, que por
resco siguió hablando de lo mismo cierto son interesantísimos, tanto
hasta el final de la dictadura. Por para el derecho penal como para la
las dudas, aclaro que fue en el siglo criminología. Limitándonos a ésta,
pasado, pero no en el XIX, porque podemos afirmar que en conjunto
todo pasa muy rápido y repito que implicaron una fuerte corriente
no soy ningún fenómeno biológico. crítica al ejercicio arbitrario del
Lo cierto es que resulta inadmi- poder punitivo, fundada en la ex-
sible que los utilitaristas y todas las periencia de las arbitrariedades y
variantes del contractualismo, los crueldades de su tiempo, domina-
kantianos, los hegelianos, los krau- do por las noblezas.
sistas, los déspotas ilustrados de cal- Todos ellos, valiéndose de los
zas blancas y peluca y los descami- elementos filosóficos de su época,
sados revolucionarios, todos juntos, repensaron profundamente lo con-
formasen una escuela, además fun- cerniente a la cuestión criminal.
dada por un marqués milanés gor- El utilitarismo más puro quedó en
dito de fines del siglo XVIII y que Gran Bretaña, en tanto que en el
duró más de cien años, extendida continente los pensadores deduje-
por países que se mataban alegre- ron sus visiones y propusieron sus
mente entre sí. reformas con preferencia a partir de
Fue sin duda la mejor broma de la otra vertiente del iluminismo, es
Ferri, en la que cayeron incluso sus decir, del contractualismo.
contradictores. Si en algún lugar Por supuesto que ninguno de
está Ferri con su oratoria envolven- estos pensadores creía seriamente
te y sus cabellos alborotados, con que unos cuantos seres humanos,
seguridad seguirá gozando el éxito ataviados con hojitas de parra en
de su ocurrencia. las partes pudendas, se hubiesen
Si nos apartamos de esta tram- reunido en una escribanía para
pa urdida por el viejo positivista y firmar un contrato y fundar la so-
prescindimos de la imaginaria es- ciedad, como lo podrían hacer hoy
cuela clásica, lo que encontramos unos buenos comerciantes más
es un conjunto de discursos más abrigados. Eran demasiado inteli-
o menos funcionales a la clase en gentes para creer en algo semejante.
ascenso de los industriales, comer- El contrato era para ellos una metá-
69
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

fora, una figura de la imaginación El marqués gordito que según


para representar gráficamente la la fábula del viejo Ferri encabeza-
esencia o naturaleza de la sociedad ba esta escuela era Cesare Beccaria,
y del estado. que fue un funcionario milanés que
Esta corriente fue la que predo- en 1764 publicó un famoso librito
minó en Europa continental para (De los delitos y de las penas) que
enfrentar a los ideólogos del anti- desencadenó una serie de traba-
guo régimen, que se valían a su vez jos análogos en toda Europa, pro-
de otra metáfora, pues para ellos poniendo profundas reformas en
la sociedad era un organismo na- cuanto a garantías y límites al po-
tural, con un reparto de funciones der punitivo.
que no podía alterarse ni decidir su Además de ser el abuelo del in-
destino por elección de la mayoría olvidable autor de I promessi sposi
de sus células. Todo organicismo –Alessandro Manzoni–, Beccaria
social, incluso el que renace en el era un hombre tranquilo y cómo-
presente, es por esencia antidemo- do, que nunca más volvió a escri-
crático: las células que mandan son bir nada sobre la cuestión criminal
las del cerebro, y las de las uñas de- y que dedicó el resto de su vida a
ben conformarse con su función y cuestiones como la unificación de
no molestar; cualquier pretensión las pesas y medidas.
en contrario no es para cualquier Sus presupuestos antropológi-
organicismo social más que caos cos no son del todo claros, porque
contra la ley natural. también era tributario de Hume,
Para el racionalismo contrac- lo que en alguna medida lo em-
tualista la sociedad no era nada na- parentaba con las raíces del utili-
tural, sino producto de un artificio, tarismo, pero lo cierto es que fue
de una creación humana, o sea, de oportunísimo, algo así como el pu-
un contrato que, como tal, podía ñetazo intelectual más contunden-
modificarse e incluso rescindirse, te al poder punitivo de la nobleza.
como sucede con cualquier contra- A través de la traducción francesa
to cuando la voluntad soberana de del abate Morellet fue publicitado
las partes lo decide. en toda Europa por el viejo Vol-
En este marco podemos afir- taire, que había declarado una
mar que el pensamiento crítico guerra al poder punitivo francés,
acerca de la cuestión criminal al- asumiendo la defensa post-mortem
canzó uno de sus momentos de de Calas, un protestante ejecutado,
más alto contenido pensante con falsamente imputado de la muerte
los discursos de los contractualis- de su hijo, supuestamente para que
tas del iluminismo. no se convirtiera al catolicismo.
70
Los contractualismos

Algo muy parecido había pasado base a la ley previa qué era lo prohi-
un siglo antes en Praga con un ju- bido y lo no prohibido, sustrayén-
dío, pero éste no tuvo la suerte de dolo a la arbitrariedad de los jueces.
encontrar a su Voltaire. Los revolucionarios franceses qui-
En función de las ideas ilumi- sieron llevar esto hasta el extremo
nistas comenzaron a sancionarse de reemplazar las oraciones en las
códigos, es decir, que se derogaron escuelas por el código penal, para
las recopilaciones caóticas de leyes que todos lo supiesen de memoria.
y se trató de concentrar toda la ma- Menos mal que a nadie se le ocurrió
teria en una única ley, redactada en hacer lo mismo con los cuatro mil
forma sistemática y clara, conforme artículos de nuestro Código Civil.
a un plan o programa racional. Esta En cuanto al proceso, los juicios
tendencia legislativa era una deriva- se volvieron públicos. Foucault re-
ción del enciclopedismo, que había salta el cambio: en el antiguo régi-
llevado a la redacción de la Enciclo- men los juicios eran secretos y las
pedia en la Francia pre-revolucio- ejecuciones públicas; desde fines
naria, o sea, a intentar concentrar del siglo XVIII los juicios pasaron
sistemáticamente en un único libro a ser públicos y las ejecuciones se-
todo el saber de la época. cretas. El espectáculo era el juicio y
De este modo se procuraba po- no la ejecución, llevada a cabo pri-
ner claridad y que todos supiesen en vadamente y a la que podían asistir

71
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

sólo algunos invitados especiales. cesario resolver las diferencias que


Por supuesto que con el juicio pú- provocaba el caos de pesas y me-
blico se abolió la tortura. didas diferentes en cada país. La
Pero no deja de ser importante unificación facilitaba el comercio.
la reducción de la pena de muerte También la unificación de las pe-
y supresión de las penas corpora- nas facilitaba su medida, superaba
les. Hasta ese momento se hablaba el caos previo de las penas natura-
de las penas naturales, o sea que, les y permitía medirlas a todas en
además de los azotes, había una su- tiempo.
pervivencia de la pena en el órgano ¿Cómo se entiende que un ho-
que se había usado en el hecho: la micidio valga de ocho a veinticinco
lengua del perjuro y del blasfemo, años y un hurto de un mes a tres
la mano del ladrón y, en la violación años? ¿Qué es esto de los jueces
y la sodomía, lo deducirán ustedes. procediendo como tenderos que
A partir del Siglo de la Razón la co- venden pena por metro (o por años)
lumna vertebral de las penas pasó a en el mostrador de la justicia? Por
ser la privación de libertad. extraño que parezca, no es más que
Contra lo que usualmente se un efecto del contractualismo que
cree, la prisión es un invento eu- perdura hasta el presente.
ropeo bastante reciente y difun- Quien viola un contrato (no
dido por el neocolonialismo, pues cumple lo acordado en él) debe
con anterioridad al siglo XVIII se indemnizar. Si me comprometo a
la usaba para deudores morosos y vender algo y no entrego la cosa en
como prisión preventiva, es decir, su momento, debo indemnizar al
en espera del juicio. La privación comprador por el daño que le oca-
de libertad como pena central es un siono. Si no pago voluntariamente
producto del iluminismo, sea por la reparando ese daño, me embargan
vía del utilitarismo (para imponer y secuestran bienes y los ejecutan,
orden interno mediante la intro- cobrándose de ese modo. Pues bien,
yección del vigilante) o del contrac- si no cumplo con el contrato social
tualismo (como indemnización o y cometo un delito, debo indemni-
reparación por la violación del con- zar. ¿Cómo? ¿Con qué? Pues con lo
trato social). que puedo ofrecer en el mercado, o
Esto último es interesante y no sea, con mi capacidad de trabajo.
en vano el gordito Beccaria dedicó De allí que la pena me prive de
parte de su vida a la unificación de ofrecer mi trabajo en el mercado
pesas y medidas. En la Revolución durante más o menos tiempo, se-
Industrial era fundamental la acti- gún la magnitud de mi infracción
vidad mercantil y para ella era ne- al contrato (delito) y el daño consi-
72
Los contractualismos

guiente. Incluso la pena de muerte no, porque al parecer sobrevivieron


entra en esta lógica tan particular, muchos y sus descendientes pobla-
pues opera como una confiscación ron el continente.
general de bienes; de allí que tam-
bién haya desaparecido la pena de
muerte agravada con tortura. Los contractualismos se
Puede parecer insólito, pero este vuelven problemáticos
es el origen de la idea de la unifi-
cación de las penas en tiempo de
privación de libertad, que luego se
cubrirá con otras racionalizaciones
E n realidad, los contractualis-
tas se ocupaban de imaginar
y programar el estado y la cuestión
hasta parecernos, a poco más de criminal les resultaba central, por-
dos siglos de distancia, como nor- que lo que planificaban conforme
mal y casi obvia. Rápidamente nos a sus concepciones era el poder
acostumbramos a las cosas más re- mismo. Esta íntima relación –
buscadas y cuando nos preguntan inescindible– del poder con la cri-
por qué, la respuesta es siempre ha minología fue lo que se perdió de
sido así, aunque no haya sido siem- vista en la última mitad del siglo
pre de esa forma ni mucho menos. XIX, cuando se quiso hacer de ésta
En la práctica tampoco funcio- una cuestión científica y aséptica,
nó de este modo, sino que los eu- extraña al poder y separada de la
ropeos desde muy temprano vieron idea misma del estado, tendencia
que su problema no eran los patibu- que no se abandona hasta la actua-
larios y que la prisión no alcanzaba lidad y que hoy retoma gran fuerza
para todos, por miserables que fue- en toda la construcción de la reali-
sen y por alta que haya sido la tasa dad mediática.
de mortalidad en ellas. Como eran Como era de esperar, hubo va-
países neocolonialistas, lo primero rios contractualismos, porque la
que hicieron fue sacarse de enci- metáfora del contrato permitió
ma a los molestos y enviarlos a sus construir diferentes imágenes del
colonias. Estas penas de relegación estado fundadas también en dispa-
o transporte fueron aplicadas por res ideas del ser humano (antropo-
Gran Bretaña y Francia en parti- logías filosóficas, diríamos hoy).
cular. Los ingleses mandaban a sus Desde lo albores modernos de
indeseables a Australia, donde los esta metáfora se notó esta dispari-
prisioneros eran asignados a colo- dad, que comenzó en Gran Bretaña
nos, en un régimen muy parecido a fines del siglo XVII, preanuncian-
a las encomiendas de nuestra colo- do el proceso de industrialización y
nización, aunque con mejor desti- acumulación originaria de capital.
73
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Allí se enfrentaron el contrac- formaba parte de éste, por lo cual


tualismo de Hobbes con el de Loc- los que le habían dado el poder no
ke. Para Hobbes –con su famoso podrían reclamarle nada, porque
Leviatán–, el origen de la sociedad de lo contrario reintroducirían el
se hallaba en un contrato, pero ce- caos, o sea, la guerra de todos con-
lebrado entre unos sujetos a los que tra todos. Por otra parte, como an-
se les habían caído las hojas de pa- tes del contrato lo que existía era el
rra porque tenían las manos ocupa- caos, no había derechos anteriores
das con garrotes para matarse entre al contrato y todos surgían de éste,
ellos con singular placer. En cierto de modo que si se negaba la auto-
momento, se habrían dado cuenta ridad del depositario desaparecían
de que no era buen negocio lo que todos los derechos.
estaban haciendo, bajaron los ga- De este modo, Hobbes no acep-
rrotes y se pusieron de acuerdo en taba ningún derecho de resistencia
darle todo el poder a uno de ellos, a la opresión, aunque no explicaba
para que terminara la guerra de to- qué pasaría cuando el deposita-
dos contra todos. rio del poder –que seguía siendo
Como en la realidad esto era humano– se moviese ejerciéndolo
poco verificable, este filósofo (cuyos conforme a la natural tendencia a la
retratos lo muestran un poco me- ambición de poder y gloria y des-
fistofélico, aunque a medida que se conociera cualquier límite legal im-
hacía más viejo iba cobrando cara puesto por el contrato. Su respuesta
de viejito bueno) no encontraba era que cualquier opresión es prefe-
dónde hallar un ejemplo de grupo rible al caos, lo que hemos escucha-
humano en semejante condición y, do cada vez que se quiere convertir
por supuesto, afirmó que aún exis- la política en cine de terror.
tían en América. Los hobbesianos Para mantener esta curiosa
actuales posiblemente lo sitúen en paz, Hobbes exigía que las penas
algún planeta de una extraña ga- fueran estrictamente legales y que
laxia, a muchos años luz de noso- se aplicasen mecánicamente, salvo
tros, cuyos hipotéticos habitantes a los enemigos, que eran los disi-
pueden ofenderse en el futuro tanto dentes que se quejaban y los co-
como hoy nosotros. lonizados que estaban en estado
Es obvio que el concepto del ser salvaje.
humano que tenía Hobbes no era Para Locke (a juzgar por sus re-
muy edificante, pues lo concebía tratos en el barrio le dirían el fla-
como un ente movido por la am- co John), el contrato era diferente,
bición de poder y placer. El depo- pues antes de su celebración había
sitario del poder en su contrato no un estado de naturaleza en que los
74
Los contractualismos

humanos tenían derechos, pero no que las comadres de su Monterrey


estaban asegurados, por lo que de- (no era mexicano, sino que Königs-
cidieron celebrar el contrato como berg significa eso, aunque nadie lo
garantía. Para eso entregaron el traduce) sabían que debían dejar de
poder a alguien, pero lo dejaron so- chismosear y comenzar a preparar
metido al contrato. A éste lo deben la comida porque había pasado Herr
obedecer aunque no les guste lo que Professor. Lo cierto es que el pobre
haga, pero cuando viola el contra- era una máquina de pensar y es-
to y niega esos derechos anteriores cribir. Estaba más cerca de Hobbes
reintroduciendo el estado de incer- que de Locke, aunque mis colegas
teza previo, allí tienen el derecho de penalistas lo señalan como el padre
resistencia al opresor. del liberalismo penal. No obstante,
En definitiva, el concepto de ser admitía que si la resistencia se cam-
humano del flaco John no era tan biaba en revolución y establecía otro
negativo como el de Hobbes y, ade- gobierno, se terminaba la discusión
más, la idea que manejaba del esta- y había que soportar al nuevo.
do de naturaleza era más creíble. Para conservar el contrato y no
Como puede verse, Locke es volver al estado de guerra de todos
algo así como una de las expresio- contra todos (estado de naturaleza),
nes más destacadas del liberalismo Kant sostenía la necesidad de la
político y, en el fondo, el inspirador pena talional, con lo cual venía por
de las declaraciones de derechos de curiosa vía a coincidir con la medi-
las últimas décadas del siglo XVIII. da de la pena de los utilitaristas.
En esos años finales del siglo Hubo en ese tiempo un joven
XVIII el debate inglés de casi cien brillante que, partiendo de la filo-
años antes se reprodujo con fineza sofía kantiana, se apartó de su autor
en Alemania, al profundizarse la y con sus propios fundamentos se
investigación acerca de la razón y aproximó más a Locke. Era Anselm
sus límites. Era natural que un siglo von Feuerbach, el padre del mucho
que había sido caracterizado como más conocido Ludwig Feuerbach.
de la razón se preguntase finalmen- No obstante, el viejo fue un fuera de
te cuál era su naturaleza y cuáles serie: a los veintitrés años escribió
sus límites. Los más elaborados in- unas obras maravillosas enmen-
tentos de responder a esto los llevó dándole la plana a Kant en lo jurídi-
a cabo Immanuel Kant con sus dos co, porque por suerte tuvo que dedi-
investigaciones o críticas, sobre la carse a la cuestión criminal cuando
razón pura y la razón práctica. el padre le cortó los víveres porque
Dicen que Kant llevaba una vida tuvo un hijo extramatrimonial. De-
sumamente metódica, al punto de bido a este feliz accidente biológico
75
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

tuvimos un penalista genial que de- había crecido encerrado en una


fendió el derecho de resistencia a la torre y cuyo origen nunca se supo.
opresión y la idea de derechos ante- Lo bautizaron Kaspar Hauser y su
riores al contrato, profundizando la historia dio lugar a una novela y a
separación de la moral y el derecho varios filmes.
iniciada por Thomasius y seguida Era inevitable que alguien que
por Kant, según algunos con mayor creía en un estado de naturaleza
éxito que este último. anterior al contrato se interesara
Entre las cosas que hizo Feuer- por este personaje. Llamó crimen
bach en su vida –que fueron mu- contra la humanidad lo que se ha-
chas y no todas santas– se destaca bía hecho con él, y aunque nunca
su código para Baviera de 1813. Tie- se probó que fuese el heredero de la
ne importancia para nosotros por- corona, lo cierto es que poco des-
que cuando a Carlos Tejedor se le pués de la muerte de Feuerbach el
encargó redactar el primer proyec- pobre Kaspar fue atravesado por
to de código penal argentino, tomó una espada en una esquina.
como modelo este código y no el de Las malas lenguas dicen que el
Napoleón –que era lo más usual– y, mismo Feuerbach murió envene-
de este modo, Feuerbach es el abue- nado a causa de su protegido, pero
lo del pobre código que hoy ha sido todo indica que eso no es más que
completamente demolido al com- una leyenda, siendo lo más proba-
pás de los cañonazos obedientes ble que su muerte se haya debido
a los medios masivos. En tiempos a hipertensión, pues era gordito,
de Feuerbach no había televisión, parece que no se privaba de nada y
pero igualmente no pudo suprimir además tenía un carácter bastante
el delito de sodomía (como lo ha- podrido.
bía hecho Napoleón). Lo degradó a
contravención menor y lo justificó
de modo muy curioso: dijo que si ¿Contractualismo
todos la practicáramos se acabaría socialista?
la humanidad. Por supuesto que no
lo creía, pero también en esa época
había medios de comunicación y
agenda mediática.
S i bien es verdad que la línea que
deriva de Hobbes fue más fun-
cional para la actitud política del
Es algo más que pintoresco re- despotismo ilustrado y la de Locke
cordar que en los últimos años de para la del liberalismo político de
su vida, Feuerbach se interesó y las nacientes clases industriales ur-
protegió a un adolescente que apa- banas, allí no terminaron las cosas.
reció deambulando perdido, que El contractualismo daba para todo,
76
Los contractualismos

de modo que no faltó una versión En estas condiciones, para Ma-


socialista. rat el talión dejaba de ser una pena
En efecto: todos conocemos al justa, pues sólo lo era en una socie-
revolucionario francés Jean Paul dad justa, que había desaparecido.
Marat, que editaba el periódico El Por ende, al igual que Spee un siglo
amigo del pueblo, como figura de- y medio antes, afirmaba que el juez
nostada por todas las corrientes de que en esta sociedad imponía una
la historiografía fascista de ese país, pena de muerte era un asesino.
que prefieren santificar a Charlotte Es obvio que no le dieron el
Corday, la mujer que lo apuñaló al premio a Marat, sino a dos desco-
sorprenderlo en la bañera; puede nocidos alemanes a quienes la his-
decirse que Jean Paul murió por no toria ha olvidado (o, mejor, nunca
preferir la ducha. Muchos años des- ha registrado), pero que se queda-
pués, Lombroso estudió el cráneo ron con el dinero y a Marat sólo le
de la Corday y dijo que tenía la fosa restó la fama posterior de su Plan,
occipital media, o sea, que era una reeditado en francés varias veces y
criminal nata. Pero dejando de lado en castellano en 1890 (con traduc-
bañeras y cráneos, lo cierto es que tor anónimo) y en Buenos Aires
Marat escribió también un Plan de hace unos diez años. Los derechos
legislación criminal. de autor de estas reediciones ya no
Lo hizo antes de la Revolución, los pudo cobrar Marat, que había
cuando andaba necesitado de dine- muerto en la bañera muchos años
ro en su exilio suizo, por lo cual se antes. No siempre la fama coincide
presentó a un concurso cuyo pre- con el éxito económico, por cierto.
mio se dice que financiaba Federico Hacia 1890 hubo un juez fran-
de Prusia (der Grosse, como le de- cés de convicciones republicanas,
cían, pero no porque fuera gordo). en una pequeña comarca (Chateau-
Marat era médico y veterinario, Terry), que sin citar a Marat apli-
hacía experimentos con la electrici- caba su lógica, con gran escándalo
dad y muchas otras cosas, pero no de sus colegas provenientes del im-
era jurista. Su plan parte de la base perio de Napoleón III (Napoleón el
de que el talión es la pena más justa, pequeño o el gotoso), que cargados
pero afirma que fue establecida en de birretes y togas leían sólo el có-
el contrato social cuando se repar- digo pero ignoraban la Constitu-
tió equitativamente el poder entre ción. Era el buen juez Magnaud o el
todos, aunque luego unos se fueron presidente Magnaud, cuyas senten-
apropiando de las partes de otros cias fueron famosas en toda Euro-
y, al final, unos pocos se quedaron pa y merecieron comentarios entre
con las de la mayoría. otros de Tolstoi.
77
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Cuando se discutió en el Sena- en un espacio geográfico reducido


do nuestro Código Penal de 1921, se acumulase la incipiente riqueza y
había un senador socialista –Del la mayor miseria, con los conflictos
Valle Iberlucea– que intervino en que son de imaginar.
la discusión y consiguió que en la El contractualismo se volvía un
fórmula sintética (hoy desbarata- poco disfuncional a la categoría que
da por las enmiendas Blumberg y lo había impulsado como discurso
otros adefesios) se incluyera como hegemónico y la misma posibilidad
criterio la mayor o menor dificultad de que fuera usado para legitimar
para ganarse el sustento propio ne- programas socialistas mostraba sus
cesario o el de los suyos. En la nota riesgos. El disciplinamiento de los
correspondiente del Senado se cita utilitaristas no parecía suficiente y
expresamente al juez Magnaud. el contractualismo mostraba sus ri-
Antes las leyes penales se hacían betes riesgosos.
con más cuidado y más neuronas y Nos vamos aproximando a un
hasta los conservadores aceptaban cambio más profundo del discurso
conceptos socialistas. criminológico, en que el contrac-
Volviendo al contractualismo tualismo, después de un máximo
y a Marat, lo cierto es que éste era esfuerzo de legitimación hegemó-
muy funcional a la clase de los in- nica de la clase industrial –o de
dustriales en ascenso, pero sus deslegitimación de la participación
posibilidades eran demasiado am- del subproletariado urbano– ha-
plias. Por debajo de esa clase que- brá de dar lugar a una brusca caí-
daba la mano de obra industrial da del contenido pensante de la
que se iba concentrando en las ciu- criminología y del derecho penal,
dades, donde aún no había capaci- que coincidirá –justamente– con
dad para incorporarla al sistema de su consagración como saber acadé-
producción, tanto en razón de su micamente autónomo. Pero eso ya
falta de entrenamiento como por la es otra historia, una mucho menos
insuficiencia de la acumulación de luminosa y más trágica.
capital productivo. Esto hacía que

78
No todos son
gente como la gente

E l contractualismo era un mar-


co (hoy se llamaría un paradig-
ma), dentro del que se daban todas
loso Kant con su puntualidad has-
ta el revoltoso Marat calmando sus
urticarias en la bañera.
las posibles variables políticas, des- Por ende, también podía con-
de el despotismo ilustrado hasta el vertirse en algo peligroso para
socialismo, o sea, desde el meticu- la propia clase que lo impulsaba,
79
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

que defendía la igualdad, pero que No me cabe duda alguna al


también empezaba a distinguir en- respecto, pero no se trata de una
tre los más y los menos iguales, a analogía en cuanto al nivel de ela-
medida que no sólo se iba conside- boración pensante de los discur-
rando a sí misma la mejor y más sos –que no admite comparación–,
brillante de Europa, sino de todo sino en lo que hace a la similar uti-
el planeta. lización política de ambos pensa-
Los pensadores de la cuestión mientos por parte de los penalistas
criminal no podían ser insensibles y criminólogos.
a los temores del sector social al Aclaro que ni siquiera pretendo
que debían su posición discursiva comprender a Hegel. Además, estoy
dominante y, en consecuencia, co- seguro de que no soy el único que
menzaron a adecuar su discurso a no lo entiende acabadamente, a juz-
la exigencia de no correr el riesgo gar por los kilómetros de estantes
de deslegitimar el poder punitivo de libros escritos acerca de su pen-
necesario para mantener subordi- samiento. Todos sabemos que es un
nados en el interior a los indisci- filósofo bastante difícil, que termi-
plinados y fuera a los colonizados y nó de escribir uno de sus libros más
neocolonizados. complicados (la Fenomenología del
En esta tarea académica pueden Espíritu) mientras bombardeaban
distinguirse dos momentos, que la ciudad, porque lo presionaba su
fueron 1) el hegelianismo penal y editor. Como no era sordo –a di-
criminológico y 2) el positivismo ferencia de Beethoven–, es posible
racista. que su prosa haya sufrido algunos
El primero fue un máximo es- sobresaltos.
fuerzo –altamente sofisticado– del Lo que sí entiendo son algunas
pensamiento idealista, en tanto que cosas que escribió Hegel con clari-
el segundo rompió con todo y se dad y, en especial, lo que los juris-
desprendió de toda racionalidad. tas y criminólogos le hicieron decir.
Cualquier filósofo diría que Respecto de esto último, tampoco
acercar el hegelianismo al positi- afirmo que hayan interpretado bien
vismo racista es una aberración a su mentor, lo que interesa poco
y no dudo de que desde su pers- aquí, dado que lo que nos atañe es
pectiva estará en lo cierto, porque la forma en que lo proyectaron so-
aproxima un discurso finísimo, bre (o lo estrellaron contra) la cues-
que suena como una sinfonía, a tión criminal.
otro que más bien evoca el griterío Los ideólogos de la cuestión cri-
de una serenata de borrachos des- minal que lo invocaron partían de
templados en la madrugada. la afirmación hegeliana de que el
80
No todos son gente como la gente

espíritu avanza dialécticamente. no era conducta para el derecho.


Aunque es obvio, cabe aclarar que el Por ende, los criminólogos y
espíritu o Geist no era ningún fan- penalistas concluían fácilmente
tasma, sino el espíritu de la huma- que los seres humanos se dividen
nidad como potencia intelectual. En en no libres y libres y el derecho era
casi todas las historias de la filosofía patrimonio de estos últimos. Pues
se califica a Hegel como un racio- bien: cuando un no libre lesionaba
nalista, pero debemos advertir que a otro no cometía un delito, sino
para él la razón era algo dinámico, que operaba sin ninguna relevan-
una suerte de motor, y no un simple cia jurídica, porque no realizaba
modo o vía de conocimiento. propiamente una conducta. Por
El avance se daba en la historia el contrario, sólo podían cometer
dialécticamente, o sea, triádicamen- delitos los libres, que eran quienes
te, por tesis, antítesis y síntesis. En realizaban conductas.
esta última las dos anteriores des- El efecto práctico era que a los
aparecían y se conservaban, pues es- libres se les retribuía con penas
taban aufgehoben, participio pasado proporcionadas respecto de la li-
de un verbo un tanto misterioso. bertad con que habían decidido el
Había, pues, un momento de es- hecho, o sea, con límites; en tanto,
píritu subjetivo (tesis) en que el ser a los no libres que causaban daños
humano alcanzaba la autoconcien- sólo se le podía someter a medidas
cia y con ella la libertad, contrapues- de seguridad, que no eran penas
to a otro del espíritu objetivo (antí- y, por lo tanto, no admitían la me-
tesis) en que dos libertades se rela- dida máxima de su culpabilidad
cionaban y, finalmente, ambos se o libertad, sino únicamente la del
sintetizaban en el espíritu absoluto. peligro que implicaban para los
A nosotros nos basta con los dos libres.
primeros, porque el derecho perte- Extremando las consecuencias,
necía en este esquema al momento nuestros colegas hegelianos preten-
objetivo, pues era en ese plano en el dían tratar a los no libres de forma
que se relacionaban los seres libres. más o menos análoga a un animal
Dejando de lado lo complicado fugado del zoológico, al que es ne-
que esto parece, lo cierto es que su cesario contener. Si bien no lo ex-
consecuencia práctica es que quien presaban de este modo, para enten-
no tiene autoconciencia no es libre dernos es mejor decir lo que creo
y no puede pasar al momento ob- que pensaban.
jetivo, o sea, que su conducta no es ¿Quiénes eran los no libres para
jurídica. Más aún: los hegelianos los penalistas hegelianos? Ante
sostenían que la conducta no libre todo los locos, pero también los
81
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

delincuentes reincidentes, multi- Era natural que Hegel conside-


rreincidentes, profesionales y ha- rase que los latinoamericanos no
bituales, porque con su comporta- teníamos historia sino futuro, pues
miento demostraban que no perte- para él nuestra historia comenzaba
necían a la comunidad jurídica, o con la colonización, que nos había
sea, que no compartían los valores puesto en el mundo; el pasado de
de los sectores hegemónicos. Los los pueblos colonizados no era nada,
no libres, en definitiva, eran los que por estar ajeno al avance del espíritu.
no podían considerarse gente como Cuando uno es muy joven sue-
uno o gente como la gente, sino sólo le idealizar más de la cuenta a los
tipos peligrosos. grandes maestros y, por cierto, re-
Por supuesto que tampoco eran cuerdo una anécdota que viene a
libres los salvajes colonizados. He- cuento de lo que estamos hablando.
gel era absolutamente etnocentris- Una mañana en la Plaza de las Tres
ta, lo que queda demostrado por lo Culturas de México, en Tlatelolco,
que escribió en sus Lecciones sobre algunos años antes de los dramá-
la filosofía de la historia universal. ticos asesinatos de 1968, escuché
Por un momento –pido per- afirmar a un afamado jurista que
dón– rompo mi costumbre de no era europeo y europeizante y que no
transcribir ni aburrir con citas. comprendía las culturas prehispá-
Tomo el libro (traducción de José nicas porque no entraban en Hegel.
Gaos, edición de 1980) y leo que Por supuesto que disminuyó nota-
nosotros seríamos el producto de blemente mi admiración por el re-
indios inferiores en todo y sin his- nombrado hombre de leyes, puesto
toria (p. 169), de negros en estado que aunque mi ignorancia juvenil
de naturaleza y sin moral (p. 177), era muy considerable –y no porque
de árabes, mestizos y aculturados ahora la haya reducido mucho–,
islámicos fanáticos, decadentes y mis lecturas me alcanzaban para
sensuales sin límites (p. 596), de ju- preguntarme si estaría equivocado
díos cuya religión les impide alcan- Hegel o las culturas prehispánicas
zar la auténtica libertad (p. 354), de por haber existido. Pero volvamos
algunos asiáticos que apenas están a lo nuestro.
un poco más avanzados que los ne- Por cierto, Hegel no había ob-
gros (p. 215) y de latinos que nunca tenido buenas notas en geografía,
alcanzaron el período del mundo porque hacía nacer el Río de la Plata
germánico, ese estadio del espíritu en la Cordillera. También afirmaba
que se sabe libre, queriendo lo ver- que nuestra independencia obede-
dadero, eterno y universal en sí y cía a un error de los ibéricos, que se
por sí (p. 657). habían mezclado con los indios, a
82
No todos son gente como la gente

diferencia de los ingleses, que eran lo que decían los criminólogos que
mucho más astutos porque en la lo invocaban para el control de los
India evitaron mezclarse y de ese sumergidos europeos, resultaba
modo no habían generado una raza un esquema muy adecuado para
mestiza con amor a la tierra. Cabe los intereses de la clase que se iba
deducir que para Hegel nuestra in- acercando a la hegemonía: la pena
dependencia era obra de la incon- con límites quedaba reservaba a los
tinencia sexual de los españoles y de esa clase o a quienes se les pa-
portugueses. Gandhi lo habría des- recían; a los diferentes (locos, pa-
concertado, pues al no tener la India tibularios y molestos) que no eran
ninguna raza mestiza con los ingle- libres, como no realizaban conduc-
ses, no hubiese debido conocer el tas humanas, se los sometía a penas
amor a la tierra ni independizarse. sin límites a las que se rebautizaba
Tampoco aquí sé si estaba equivoca- como medidas. En cuanto a los te-
do Hegel o Gandhi. Sigamos. rritorios extraeuropeos poblados
La idea que Hegel tenía de Amé- por salvajes, podían ser ocupados
rica Latina provenía claramente de porque eran peligrosos para el es-
Buffon, que escribió muchos tomos píritu y, además, colonizarlos era el
de historia natural mientras cuida- modo de introducirlos en la histo-
ba los jardines reales. Para este con- ria, de llevarles ese espíritu.
de jardinero éramos un continente Es claro que el espíritu hegelia-
en formación, como lo probaban no avanzaba en la historia como
los volcanes y los sismos (supone- dominación colonial en lo planeta-
mos que ahora diría que Islandia rio y al mismo tiempo como domi-
está en formación). Como las mon- nación de clase en lo interno. Más
tañas corrían al revés (es decir, de que un espíritu parecía un mons-
norte a sur en vez de hacerlo co- truo que arrasaba con todo en su
rrectamente, de este a oeste, como avance masacrador y que, además,
en Europa), cortaban los vientos y a los sobrevivientes los arrojaba a
todo se humedecía y se pudría; por la vera de su camino de expolia-
eso había muchos animales chicos ción mundial: indios, negros, ára-
y ninguno grande y lo que se traía bes, judíos, latinos, asiáticos, etc.,
se debilitaba, incluso los humanos. o sea, a todas culturas que no al-
Para Buffon, en América toda la canzaban la claridad de Hegel, que
evolución estaba retardada. se sentaba complacido en la punta
El etnocentrismo de Hegel le- de la flecha de la historia, posición
gitimaba el colonialismo y abría el por cierto harto incómoda.
camino de los grandes relatos con Pero todo esto seguía siendo
centro en Europa. Combinado con idealismo, o sea que para Hegel el
83
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

poder punitivo se explicaba por comerciantes y banqueros y estos se


una vía deductiva, que no admitía habían refinado y los nietos se ador-
ninguna verificación en el plano naban con los títulos de los abuelos
de la realidad. Al igual que el me- nobles, mientras los castillos y pa-
ticuloso Kant, su legitimación no se lacios se restauraban y volvían las
contaminaba con ningún dato del recepciones suntuosas con mujeres
mundo real. y hombres encorsetados.
Eso lo había visto con claridad el Al mismo tiempo los indiscipli-
viejo Kant, que sabía sobradamente nados aumentaban sus molestias.
que en cuanto introdujese alguna Los acontecimientos europeos de
información del mundo en que to- 1848 y sobre todo de 1871 –la Co-
dos vivimos, se le caería la estante- muna de París– eran alarmantes
ría. Hegel varió muchas cosas res- para la nueva clase hegemónica. No
pecto de Kant, entre otras nada me- eran construcciones idealistas lo
nos que su concepto de razón, pero que esta clase empezaba a necesitar,
en esto siguió el mismo camino, sólo sino algo mucho más concreto y de
que por la vía de la pura lógica: para menor nivel de elaboración, pero
Hegel el delito era la negación del también más acorde con la cultura
derecho; la pena era la negación del del momento.
delito; como la negación de la nega- En el orden planetario las rela-
ción es la afirmación, la pena era la ciones del centro con la periferia
afirmación del derecho. Y punto. exigían la eliminación del sistema
Todo esto era muy elaborado, esclavócrata, porque la integración
permanecía en el plano del idealis- demandaba mayor nivel tecnológi-
mo filosófico y, al promediar el siglo co en la periferia y, además, Gran
XIX, resultaba demasiado abstracto Bretaña –que disponía de mano de
frente a lo que estaba sucediendo obra gratuita en la India– se erigió
en un mundo, que cambiaba con en campeona del antiesclavismo y
celeridad. ejercía como policía de los mares.
La ciencia era la nueva ideología
dominante. Las maravillas de la
El salto del contrato técnica asombraban: el ferrocarril,
a la biología las naves a vapor, el telégrafo, algu-
nos avances médicos, las vacunas,

E n la segunda mitad del siglo


XIX la clase en ascenso había
llegado al poder. Los nobles empo-
el canal de Suez, etc. El ser huma-
no se volvía todopoderoso, podía
controlar por completo a la natu-
brecidos habían casado a sus vás- raleza y vencer a la muerte misma.
tagos con los de los industriales, Darwin había provocado alguna
84
No todos son gente como la gente

decepción, pero también había de- ganismo, el nuevo organicismo no


mostrado que el ser humano podía pasaba de ser un dogma arrebatado
seguir evolucionando y que cuando al idealismo.
se dominasen las leyes de la evolu- El instrumento con que se con-
ción el progreso no tendría fin. Se trolaba a los molestos en las ciuda-
pretendía que con la biología se ve- des era la policía, institución rela-
rificaba que los más poderosos eran tivamente nueva en el continente
los más lindos y que los colonizados europeo, aunque no tan nueva fue-
eran inferiores, feos, todos iguales y ra, porque era la misma fuerza de
parecidos a los monos: era obvia su ocupación territorial usada para
evolución inferior. colonizar.
La clase otrora en ascenso había Esto suena raro, porque no se
pasado a detentar en Europa la po- tiene en cuenta que, en definitiva,
sición dominante y la consideraba nunca hubo verdaderas guerras
natural, de modo que el artificio del coloniales, sino operaciones de
contrato no sólo le resultaba inútil ocupación policial de territorio.
sino peligroso. Su hegemonía na- Ni siquiera en el colonialismo
tural sólo se la habían negado an- del siglo XV hubo tales guerras:
tes los oscurantistas y metafísicos. no fue una guerra la ocupación
Pasaron a ser supercherías tanto de Tenochtitlán ni la del Incana-
los discursos legitimantes del po- to; tanto Cortés como Pizarro se
der nobiliario como el famoso con- limitaron a llevar a cabo algunas
trato, pues necesitaban un nuevo escaramuzas policiales de ocu-
discurso que les permitiese ejercer pación. Tampoco las hubo con el
el poder punitivo sin trabas para neocolonialismo del siglo XIX,
mantener a raya a los sumergidos pues la enorme superioridad téc-
que no podían ser incorporados nica de los colonizadores impide
al sistema productivo por relativa hablar propiamente de guerras.
escasez de capital y que, además, Como mucho había resistencias
tenían la osadía de exigir derechos. de la población que apelaba a ata-
Como era de suponer, el nuevo ques aislados y casi individuales,
paradigma que convenía a esas cla- pero tanto la ocupación del norte
ses era el del organismo, aunque no de África por los ingleses como
el anticuado –basado en la mano por los franceses no consistieron
de Dios– sino uno nuevo fundado en general en guerras, ni siquiera
en la naturaleza y revelado por la cuando se enfrentaron con hordas
ciencia. Pero por muy científico que precariamente armadas. La apari-
fuese el ropaje, como no es demos- ción de las armas a repetición no
trable que la sociedad sea un or- dejó ninguna duda al respecto.
85
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Cuando fue menester contener –con la publicidad del juicio– de-


a los explotados que reclamaban terminó que despertasen interés,
derechos en las ciudades europeas, pues comenzaron a ser llamados a
se trasladó la experiencia política los grandes procesos públicos como
de técnica policial de ocupación te- peritos, lo que los proyectó a la
rritorial a las metrópolis. En Gran fama mediática y la gente bien dejó
Bretaña se resistieron bastante, de pasarse de acera al verlos venir.
pues sabían bien qué significaba y Despacio fueron apropiándose del
lo que consideraban bueno para los discurso y explicando todos los
africanos no lo querían para ellos, crímenes sonados. Por cierto que
pero al fin tuvieron que admitirlo y tenían discurso de sobra, aunque
crear Scotland Yard en 1829. con justificada desconfianza de los
Los poderes de las policías eu- jueces, que les disputaban las cabe-
ropeas aumentaban en paralelo zas de los guillotinados.
con los reclamos de los sumergi- Como la policía tenía poder sin
dos urbanos, pero carecían de un discurso y los médicos discurso sin
discurso legitimante. En 1838 el poder, era inevitable una alianza,
Colegio de Francia –que reunía que es lo que se conoce como positi-
todas las academias– convocó a vismo criminológico, o sea, el poder
un concurso sobre las clases peli- policial urbano legitimado con dis-
grosas en las grandes ciudades, que curso médico.
ganó Fregier –un comisario– con Pero el discurso médico no se
un libro voluminoso pero incohe- agotaba en los patibularios y moles-
rente, que sólo contenía moralina tos, sino que era un mero capítulo
y algunas experiencias personales, dentro del gran paradigma que em-
pero que en modo alguno servía pezaba a instalarse: el del reduccio-
para legitimar el creciente poder nismo biologista racista.
policial. El pobre Fregier se limi- Si los criminales eran controla-
tó a escribir lo que los académicos dos por una fuerza de ocupación
querían escuchar. traída de las colonias, no podía de-
Desde los tiempos de Wier los morar mucho la afirmación de que
médicos estaban ansiosos por ma- eran parecidos y su criminalidad se
notear la hegemonía del discurso explicaba por las mismas razones
de la cuestión criminal, en particu- que legitimaban el neocolonialis-
lar los psiquiatras, pero carecían de mo. Tanto unos como otros eran
prestigio social, pues trabajaban en seres inferiores y la razón por la que
lugares infectos y en contacto con se justificaba el neocolonialismo
seres indeseables y sucios. era la misma que legitimaba el po-
El cambio señalado por Foucault der punitivo.
86
87
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

La categorización racista de los horrorizado que toda su población


seres humanos tiene una larguísi- era mestiza africana y vaticinó que
ma historia, pero la de la segunda eso determinaría su esterilidad por
parte del siglo XIX es muy intere- hibridación. Parece que no acertó al
sante y presenta aspectos increíbles. respecto.
Hubo dos principales versio- Gobineau terminó sus días
nes del racismo, que podemos de- fugado con la mujer de un cole-
nominar pesimista y optimista. ga, pero su novela fue continuada
La pesimista es la que afirma que por un inglés tan germanófilo que
hubo una raza superior que luego adoptó la ciudadanía alemana y se
se fue degradando por mezclarse casó con la hija de Wagner: Hous-
con una suerte de monas que en- ton Chamberlain. La novela de este
contraron en el camino, y dieron personaje fue libro de cabecera del
por resultado una decadencia de la káiser Guillermo II. Por desgracia,
especie. Esta es la fábula de la raza tampoco allí terminó la saga de
aria superior, que entró en la India esta novelística, pues el nazi Al-
por el norte, que hablaba una nun- fred Rosenberg la continuó con El
ca conocida lengua única de la que mito del siglo XX, del que hay una
derivan las lenguas europeas y que única traducción castellana publi-
alimenta todos los mitos nacionales cada por una editorial nazista en la
arios (los francos en Francia, los Argentina en tiempos de la última
germanos en Alemania, los sajones dictadura. A Rosenberg lo ahorca-
en Inglaterra, los godos en España, ron en Nuremberg, pero no por ha-
etc.), salvo Italia, que siempre prefi- ber escrito ese libro, sino por haber
rió el mito romano imperial. sido el ministro responsable de or-
En verdad, lo único cierto es que ganizar las masacres de millones de
las lenguas europeas suelen provenir seres inferiores en Europa oriental.
de la India, en la que entraron unos Pero este racismo pesimista no
rubios por el norte y se combinaron servía para el nuevo momento de
con el elemento druida moreno del poder mundial, que necesitaba des-
sur. Todo lo demás es producto de legitimar la esclavitud pero justifi-
una obra escrita por un diplomático car el neocolonialismo, predicar el
francés de dudosa nobleza: el conde liberalismo económico pero con-
Arthur de Gobineau. Fue un mal trolar policialmente a los excluidos
novelista que, no obstante, escribió en el centro.
un grueso novelón sobre las razas El discurso que legitimase se-
que tuvo singular éxito. Castigado mejante embrollo no podía tener
por algunas irregularidades, fue un grado muy alto de elaboración
embajador en Brasil, donde verificó y por eso estuvo a cargo de al-
88
No todos son gente como la gente

guien también bastante raro, que pal función del estado para nuestro
fue Herbert Spencer, quien no era amigo ferroviario.
médico, biólogo, filósofo ni juris- Esto mismo es lo que hoy afir-
ta, sino ingeniero de ferrocarriles man los Think Tanks de la ultrade-
y que, además, decía que no leía recha norteamericana, que en ver-
a otros autores porque lo confun- dad son más Tanks que Think (por
dían. De ese modo logró concebir educación obvio abundar sobre el
los disparates más increíbles de real contenido de los Tanks), aun-
toda la historia del pensamiento, que como corresponde a su desho-
afirmando que llevaba a Darwin nestidad omiten el nombre del viejo
de lo biológico a lo social. Heriberto.
El pobre Darwin carga hasta hoy En cuanto al neocolonialismo,
el peso del llamado darwinismo so- afirmaba Spencer que los ocupados
cial, cuando en realidad fue el buen son seres humanos inferiores pero,
don Heriberto quien lo concibió. a diferencia de los pesimistas, no
Partiendo de que en la geología y en se debe a que hayan decaído, sino
la biología todo avanza a propulsión a que aún no evolucionaron. Por
por catástrofes, afirma que lo mis- eso no tienen moral, no conocen la
mo sucede en la sociedad, y que los propiedad, andan medio desnudos
seres humanos que sobreviven son y son sexualmente muy frecuentes.
los más fuertes y de ese modo todo De allí que, como la función hace al
va evolucionando, incluso el ser órgano, tengan la cabeza más chica
humano en la historia. Este catas- y los genitales más grandes, pero
trofismo se carga a los más débiles, con la piadosa obra de los coloniza-
pero para Spencer esto es un detalle dores, se volverían menos frecuen-
inevitable y sin mayor importancia. tes (posiblemente mostrándoles un
Por eso, sostenía que no se debía retrato de la reina Victoria) y de ese
ayudar a los pobres, para no pri- modo, bajo tan tierna protección,
varlos de su derecho a evolucionar, llegarían en unos siglos a tener más
que la filantropía era un error al grande la cabeza (y se supone que
igual que la enseñanza obligatoria más chicos los genitales). Aclaro
o gratuita, porque si no les costaba que nada de esto es fábula, sino que
nada no la valorarían y termina- está escrito en los libros del bueno
rían leyendo libros socialistas. De de don Heriberto, cuya transcrip-
este modo justificaba la renuncia a ción textual les ahorro.
cualquier plan social por parte de La conclusión práctica era que se
los gobiernos europeos. El control podía dominar pero no esclavizar a
de los insubordinados por medio los colonizados. Cabe precisar que
de la policía parecía ser la princi- los europeos no fueron muy sutiles
89
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

con la diferencia y que en 1885 se 1960, tuvo la desfachatez de reivin-


reunieron en el congreso de Berlín, dicar la obra belga, lo que provocó
convocado por Bismarck, y se re- la respuesta de Patrice Lumumba,
partieron África como si fuera una quien en los primeros días del año
gran pizza. Las consecuencias de siguiente sería asesinado por un pe-
ese congreso se sufren hasta el pre- lotón al mando de un oficial belga.
sente, pues la arbitraria división po- Es bueno recordar que Leopol-
lítica de África es aun hoy la fuente do II erigió un lujoso museo cerca
de sangrientas guerras alimentadas de Bruselas con todos los trofeos
por negociados armamentistas que y muestras de su obra (además de
mantienen sumida en catástrofe a muchas estatuas y retratos de él
la región subsahariana. mismo), rodeado de un hermoso
Pero con el neocolonialismo parque, y que en una de sus vitri-
también se lanzaron a la empresa nas se halla una carta enviada por
incluso quienes nunca lo habían el administrador del Congo Belga
hecho, con las más funestas conse- al presidente Truman, felicitándolo
cuencias. La memoria de los italia- por el éxito de Hiroshima y Naga-
nos en Trípoli no es para nada bue- saki, pues el uranio de las bombas
na, pero los alemanes se llevaron procedía de las minas del Congo.
el premio con el aniquilamiento En cuanto a América Latina, es
masivo de los hereros en Namibia, sabido que el curioso ferroviario
aunque sin duda el galardón ma- inglés alimentó la ideología asumi-
yor se lo lleva la empresa privada da por las elites intelectuales de to-
de Leopoldo II, que mató unos dos das nuestras repúblicas oligárqui-
millones de congoleños forzados a cas, desde el porfirismo mexicano
extraer caucho bajo amenazas de hasta la oligarquía vacuna argen-
muerte y amputaciones y redujo la tina y desde el patriciado peruano
población en ocho millones. hasta la república velha brasileña.
Este crimen fue denunciado en Nuestras minorías dominantes se
su tiempo en una famosa novela de consideraron avanzadas ilumina-
Conrad y también difundido por das de la civilización, que ejercían
Mark Twain en Estados Unidos, un paternalismo piadoso sobre las
lo que obligó a Leopoldo II a en- grandes mayorías excluidas del
tregar su empresa al estado belga, poder, necesario hasta que los pue-
que no alteró en nada la actividad blos perdiesen su condición bárba-
masacradora y explotadora de su ra y estuviesen en condiciones de
monarca. decidir su destino, o sea, supone-
El rey Balduino, en el discur- mos que hasta que se les agrandase
so de independencia del Congo en la cabeza.
90
No todos son gente como la gente

El spencerianismo fue el reduc- ¿Cómo los médicos vincularon


cionismo biologista llevado a lo so- la inferioridad de los neocoloni-
cial que sirvió de marco ideológico zados con la de los patibularios
común al neocolonialismo y al sa- y molestos? Esa es la historia del
ber médico que legitimó el poder apartheid criminológico en sentido
policial con el nombre de positivis- estricto, con todas sus deplorables
mo criminológico, que bien podría consecuencias.
llamarse apartheid criminológico.

91
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

92
Comienza el
apartheid criminológico

E n realidad los positivistas lla-


maron criminalidad al con-
junto de presos, que era lo único
conocidos, o sea, que su laborato-
rio –por así llamarlo– se limitaba al
estudio de quienes se encontraban
a lo que tenían acceso, porque los enjaulados. Como se sabe, en todos
muchos más que cometían delitos los tiempos, se enjaula a los más
y quedaban impunes les eran des- torpes y con menos poder.
93
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Para vincular la criminalidad europeo) se fue armando en todo


(los presos) con los salvajes coloni- el hemisferio norte y se extendió al
zados elaboraron un discurso en sur del planeta, como parte de una
cuyo análisis entramos, advirtien- ideología racista generalizada en la
do que estamos abriendo las puer- segunda mitad del siglo XIX y que
tas de una historia macabra, que concluyó catastróficamente en la
terminó muy mal en todos los sen- Segunda Guerra Mundial. No tiene
tidos. Si bien los disparates que se un autor: tiene muchos y de todas
han dicho en su curso causan gra- las nacionalidades y, por cierto, los
cia, no la producen para nada sus criminólogos positivistas no fueron
funestas y letales consecuencias. más que una de las múltiples mani-
Esta historia se suaviza en la festaciones de todos los pensamien-
manualística criminológica rela- tos encuadrados en ese paradigma.
tándola como un simple momento Dicho más descarnadamente
del pasado teórico, centrado en un y en máxima síntesis, podemos
médico de Torino –Cesare Lom- afirmar que empezó décadas an-
broso–, al que se describe como un tes de Lombroso, con los médicos
exagerado y nada más. Si todo se re- que lanzaron las primeras teo-
sumiera a eso, no pasaría de ser casi rías que pretendían exponer una
una anécdota curiosa. etiología orgánica del delito –y al
A decir verdad, el pobre Lom- mismo tiempo la inferioridad de
broso era un investigador serio los colonizados– y terminó en los
que, en definitiva, tuvo muy poco campos de exterminio nazis.
que ver con el origen y las conse- Benedict Augustin Morel expu-
cuencias de este capítulo trágico. so en 1857 su teoría de la degenera-
De familia judía e hijo de un rabi- ción, según la cual, en razón de que
no, Lombroso nunca imaginó las la mezcla de razas humanas com-
consecuencias de la corriente en la binaba filos genéticos muy lejanos,
que se movía, aunque en realidad daba por resultado seres inteligen-
no inventó el reduccionismo bio- tes pero moralmente degenerados,
logista sino que se limitó a encua- desequilibrados, molestos.
drar sus observaciones en el marco Algo de razón tenía Hegel, pues
spenceriano, o sea, en el paradigma estos degenerados eran nuestros
de su tiempo. gauchos, mestizos y mulatos. Sin
El llamado positivismo crimi- ellos no habría habido ejércitos li-
nológico (que como hemos dicho bertadores en nuestra América, los
no es más que el resultado de la colonizadores podrían haber ani-
alianza del discurso biologista mé- quilado a todos nuestros pueblos
dico con el poder policial urbano originarios y América habría podi-
94
Comienza el apartheid criminológico

do ser totalmente repoblada por la lógicamente justa, pues provocaba


raza superior colonizadora. Quizá una sedimentación social de los de-
este genocidio completo haya sido generados, que caían naturalmente
el sueño irrealizado de muchos ra- hasta las clases más subalternas,
cistas de la época (y de algunos ac- y que la falta de protección a los
tuales que no se animan a decirlo). no degenerados representaba una
Los mestizos siempre fueron más omisión de defensa social, es decir,
molestos para el poder que los in- que la defensa social debía ser con-
dios o africanos puros, pues eran tra los pobres.
mucho más difíciles de domesticar. El mayor crítico de la teoría lom-
La degeneración de Morel fue brosiana en los congresos de antro-
un mito que siguió vigente incluso pología criminal de su tiempo fue
en la escuela psiquiátrica francesa el francés Alexandre Lacassagne,
de Argelia hasta la guerra de libe- que atribuía el delito a modificacio-
ración. Antes de Morel, el inglés nes cerebrales del occipital, del pa-
James Pritchard había expuesto su rietal o del frontal: las del occipital
teoría de la locura moral en la línea eran las responsables de los críme-
que señalaba la inferioridad de los nes primitivos de las clases bajas,
criminales y de los colonizados, las del parietal de los ocasionales
afirmando que Adán había sido ne- e impulsivos de las clases medias y
gro y luego sus descendientes se ha- las del frontal de los delincuentes
bían ido blanqueando. Suponemos alienados de las clases altas. Pare-
que el pecado original debía impu- ce que los pobres solían caer de es-
tarse a una raza inferior. paldas y golpearse la parte trasera
Contemporáneo de Hegel había de la cabeza. Como puede verse, la
sido el alemán Franz Joseph Gall, llamada escuela francesa tampoco
que consideraba que su cráneo era se ahorraba disparates. A estos les
normal y todos los otros anorma- agregaba el trabajo de un médico
les. Por ende, creía diagnosticar la colonialista –el doctor Corre–, que
criminalidad y la genialidad pal- ejemplificaba las consecuencias de
pando la cabeza, con su famosa fre- independizar a los salvajes con el
nología. Lo persiguieron por impío, caso de Haití.
pese a que sólo palpaba la cabeza Como el racismo era un para-
de las personas. digma, poco importaba la ideología
Otros contemporáneos de Lom- política de los protagonistas, porque
broso rechazaron sus teorías, pero todos se movían dentro de ese mar-
sin dejar de sostener despropósitos, co. José Ingenieros –que era socialis-
como el francés Feré, que en 1888 ta y es considerado el fundador de
afirmaba que la sociedad era bio- la criminología argentina– no com-
95
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

partía la teoría lombrosiana, pero guidor Enrico Ferri, quien la plagió


profesaba una cerrada convicción de Cubí y Soler, que había sido un
racista, que puso de manifiesto en discípulo español de Gall, obvia-
un horripilante artículo publicado mente sin citarlo.
en 1906 con el título Las razas in-
feriores, donde habla de harapos de
carne humana, justifica la esclavi- La síntesis lombrosiana:
tud, etc. Realmente, parece escrito un bicho diferente
en pleno brote psicótico de racis-
mo agudo. La tendencia a deducir carac-
Raimundo Nina Rodrigues, fun- teres psicológicos a partir de datos
dador de la criminología brasileña, físicos u orgánicos se remonta a un
era tributario de la escuela francesa viejo tratado de fisiognomía atribui-
y, en la línea de Morel, combatía el do falsamente a Aristóteles y que
mestizaje (a misigenaçao) en base a recobró fuerza en el Renacimiento.
la tesis de la degeneración, conside- El origen de este supuesto saber
raba a los mulatos semi-imputables se halla en un prejuicio bastante
y dedicaba su libro al mencionado absurdo, que comienza con la cla-
doctor Corre y a Lacassagne. Nina sificación y jerarquización de los
Rodrigues fue caricaturizado por animales. El ser humano le atribu-
Jorge Amado –con la licencia lite- yó a los animales virtudes y defec-
raria que lo hace vivir algunas dé- tos humanos y conforme a estos los
cadas más–, en el personaje de Nilo clasificó y jerarquizó: el perro fiel,
Argolo de Araújo de su famosa no- el gato diabólico, el burro torpe, el
vela Tenda dos milagres, también cerdo asqueroso, etc. Realmente,
llevada al cine. los animales son como son y nunca
Lombroso sólo se limitó a for- se enteraron de estas valoraciones;
mular observaciones más meticu- al parecer se limitan a tener un con-
losas y a articularlas en el marco del cepto un tanto pobre de los huma-
mismo paradigma dominante. Si nos, pero eso es otro problema.
bien la síntesis que formuló provo- Así fue como los humanos co-
có su celebridad mundial, dándole ronaron rey al oso, que aparece en
mayor difusión y éxito académico numerosos escudos (incluso en el
(con las consiguientes envidias), lo de Madrid), hasta que fue destrona-
cierto es que su teoría del criminal do por obra de los eclesiásticos que
nato no inventó ni agotó el reduc- descubrieron (quién sabe cómo)
cionismo ni el positivismo racista. su inconducta sexual, que no sé en
Incluso la misma expresión crimi- qué consiste porque por prudencia
nal nato le fue sugerida por su se- nunca se lo pregunté a ningún oso,
96
Comienza el apartheid criminológico

puesto que no parece gustarles que criminal nato como una especie
uno se meta en su vida privada (en particular del género humano (spe-
especial después de visitar Canadá, cie generis humani). La criminolo-
donde por todos lados hay carte- gía –que en su tiempo se llamaba
litos que dicen Take care with the antropología criminal– se ocupaba,
bears). Lo cierto es que lo reempla- por ende, de un objeto biológico
zó el león, a quien presumo con sa- diferenciado, lo que llevó a algún
nas costumbres sexuales, pero que extremista a sostener que era una
tampoco me atreví a indagar. rama de la zoología.
Una vez establecidas estas clasi- ¿Cómo explicaba al criminal
ficaciones humanas de los anima- nato? Por su semejanza con el sal-
les, hubo quienes pensaron que, por vaje colonizado, aduciendo que las
la semejanza de algunos humanos razas salvajes eran menos evolucio-
con ciertos animales, se los podía nadas que la raza blanca europea.
caracterizar psicológicamente. El En su tiempo se afirmaba que en
juego no podía ser más infantil: el seno materno se sintetiza toda la
primero clasificaron a los anima- evolución, desde el ente unicelular
les con rasgos humanos y luego hasta el ser humano completo (se
atribuyeron a los humanos los ras- decía que la ontogenia resume la
gos que antes habían puesto en los filogenia). El criminal nato era pro-
animales. Eso mismo se hace en la ducto accidental de una interrup-
esquina, donde los muchachos, sin ción de este proceso, que hacía que
pretender fundar ninguna ciencia, en medio de la raza superior euro-
clasifican a los que tienen pinta de pea naciese un sujeto diferente y
caballo, de burro, de zorro, etc. semejante al colonizado. Era, pues,
No obstante la simpleza, Giam- un blanco que nacía mal termina-
battista Della Porta en el siglo XVII do, sin el último golpe de horno y,
y Johann Caspar Lavater en el por tanto, era un colonizado.
XVIII escribieron hermosos trata- Los caracteres atávicos que lo
dos llenos de bonitos grabados con asemejaban al colonizado le daban
los que sostuvieron esta nueva cien- rasgos africanoides o mongoloides
cia de la fisiognómica, provocando (parecidos a los africanos o a los
una largo debate en el que incluso indios). Al igual que los salvajes, no
participó nada menos que Goethe. tenían moral, ni pudor y, además,
En el siglo siguiente –en 1876– eran hiposensibles al dolor (para
Lombroso dio a luz la primera que lo sintieran había que darles
edición de L’uomo delincuente, en más fuerte), lo que se verificaba
la que afirmaba que por los carac- porque se tatuaban. Me imagino el
teres físicos se podía reconocer al terror de Lombroso en una playa
97
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

actual, rodeado de criminales natos. En ediciones posteriores, la obra


Es bastante claro que Lombro- de Lombroso se acompaña con un
so estaba infiltrado de claros ele- volumen o Atlas con fotografías y
mentos estetizantes. En su tiempo, dibujos de delincuentes, todos pre-
los colonizados eran feos y malos, sos o muertos, por supuesto. Basta
porque habíamos hecho algunas mirar esa enorme colección de ca-
diabluras, como fusilar a Maximi- ras feas para convencerse de que
liano en México, parar la flota en esos sujetos no podían andar mu-
el Paraná, echar a los franceses en cho tiempo sueltos por una ciudad
Haití, etc. Nuestros tipos humanos europea sin que la policía los pren-
contrastaban con la blanca belleza diese, pues parecían todos salidos
europea protegida del sol mediante de los dibujos de malvados de los
sombrillas y encorsetada. folletines de costumbres.
La fealdad y la maldad siempre El error de Lombroso consistió
van asociadas; en los raros casos en en creer que esa fealdad era causa
que lo bello es malo, por lo general del delito, cuando en realidad lo era
se trata de una belleza diabólica, del de la prisionización, pues de haber
tipo de la de Dorian Gray. sido lindos no habrían estado en
Hoy sabemos que la policía se- el Atlas, como Jack de Londres, al
lecciona por estereotipos y que es- que cabe presumir que por lindo no
tos se forman a través de la comu- daba con el estereotipo y nunca lo
nicación en base a prejuicios en los pudieron meter preso.
que juegan un rol fundamental los En definitiva, Lombroso –que
valores estéticos, siguiendo la regla era un observador meticuloso– nos
de asociar lo feo a lo malo. En de- legó la mejor descripción de los es-
finitiva se reproduce el mecanismo tereotipos criminales de su tiempo.
de la fisiognómica: se define lo feo, se Pero no sólo se ocupó de los
le asocia lo malo y se acaba seleccio- criminales, o sea, de los mal ter-
nando lo malo mediante lo feo. minados, sino también de los que
La ingenuidad de los positivistas avanzaban más allá de lo esperado,
los llevó a asombrarse con la intui- o sea, de los genios, al punto que se
ción de los artistas al describir o pin- empeñó en conocer a algunos, como
tar el crimen, cuando en realidad es- Tolstoi. Tanto él como Max Nordeau
tos habían definido los estereotipos escribieron libros sobre el hombre de
conforme a los cuales se selecciona- genio; este último advertía en dos
ba a los criminalizados por feos, o gruesos volúmenes acerca del peli-
sea, por parecidos a los colonizados. gro del genio loco o degenerado, en
Abundan tediosos libros positivistas cuya categoría incluía a Oscar Wil-
sobre criminales en el arte. de, haciendo leña del árbol caído.
98
Comienza el apartheid criminológico

No conforme con esto, Lombro- territorios colonizados eran gran-


so se ocupó también de los disiden- des prisiones, o sea, campos de
tes y escribió sobre los delincuentes concentración inmensos.
políticos y sobre los anarquistas. Si lo pensamos tiene su lógica:
La verdad es que la criminología Arbeit macht frei (el trabajo libera),
lombrosiana parecía un gran elogio escrita sobre el portón de Aus-
de la mediocridad: no había que chwitz, es una consigna que podría
parecerse a los colonizados, pero provenir de todo el colonialismo en
tampoco sobresalir mucho en in- la forma de trabajen, que así apren-
teligencia y creatividad ni disentir derán y llegarán a ser libres como
demasiado. nosotros (suponemos que con la
Para completar el cuadro, tam- cabeza más grande, obviamente en
poco dejó en paz a la mujer. Al igual perjuicio de otros atributos).
que los inquisidores, la consideraba Por otra parte, el positivis-
de menor inteligencia que el hom- mo criminológico con su atavío
bre, pese a que afirmaba que eso se de ciencia chocaba frontalmente
compensaba con su mayor sensibi- con el neotomismo fosilizado de
lidad. La menor representación en los discursos confesionales y así
el delito la atribuía a la existencia obtenía patente de pensamiento
de un equivalente del delito en la progresista, pero sus consecuen-
mujer, que era la prostitución. Todo cias prácticas eran mínimas: un
esto lo desarrolló en un libro escri- historiador uruguayo –José Pedro
to junto a su yerno –el historiador Barrán– afirma que no había pro-
de Roma, Guglielmo Ferrero– y blema en el matrimonio entre una
que titularon La mujer delincuente, niña católica de comunión diaria y
prostituta y normal. un médico agnóstico o ateo, porque
lo que para ella era pecado para él
era antihigiénico. Por eso se ade-
La estela del cuaba perfectamente a los intereses
positivismo biologista de nuestras oligarquías regionales,
que no podían menos que dispen-

P odemos deducir las conse-


cuencias de la criminología
positivista sintetizada por Lom-
sarle una calurosa acogida.
En la Argentina fue Luis María
Drago quien divulgó temprana-
broso en relación con nosotros: si mente las tesis lombrosianas en una
la prisión estaba destinada a los conferencia titulada Los hombres
atávicos blancos en los países colo- de presa, publicada luego en ver-
nialistas, porque estos se parecían sión italiana con prólogo del propio
a los salvajes, cabe pensar que los Lombroso.
99
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Tan impactante fue el positivis- diálogo en el que el procesado ale-


mo en la Argentina que no sólo lo ga ante el juez que no tiene la culpa
acogieron las cátedras de todo el porque está determinado al delito, a
país –incluyendo la de Córdoba– lo que el juez le responde que él está
sino que además pidió a Lombroso determinado a condenarlo.
que nos visitara. No vino por razo- Aunque el propio Ferri preten-
nes de salud, pero en el centenario día compatibilizar esto con Marx,
vino Enrico Ferri, que era su discí- nunca lo logró y –quizá cansado de
pulo jurista. intentarlo– hacia el fin de su vida
Por ese entonces, Ferri era un terminó aceptando una senaduría
prominente socialista italiano y sus de Mussolini.
correligionarios argentinos fueron La prédica positivista en nuestro
a recibirlo con entusiasmo. Apenas país hizo escuela y José María Ra-
desembarcado, Ferri afirmó que no mos Mejía patologizó a buena parte
se justificaba el socialismo en un de nuestros próceres en su famoso
país no industrializado, provocan- libro La neurosis de los hombres
do una polémica con Juan B. Justo, célebres, en el que incluía al doctor
mientras disfrutaba de la compañía Francia, lo que motivó que Lom-
de lo más granado de nuestra oli- broso, que no reparaba mucho en
garquía y pronunciaba sus confe- esos detalles, considerase argentino
rencias con singular éxito. al famoso paraguayo.
Ferri, como penalista, sostenía Cabe acotar que Lombroso in-
que la pena debía tener la medida currió en otros errores respecto
de la peligrosidad que, lógicamente, de nosotros, como afirmar que los
a falta de un peligrosímetro, se me- incendios de la Boca amenazaban
día a ojímetro. El juez se convertía extenderse a Montevideo, o recoger
en un policía más. La dogmática ju- de las memorias de Garibaldi que
rídica era una abstrucidad tudesca nuestros hábitos carnívoros eran
y las garantías procesales un pre- causa de la frecuencia homicida.
juicio metafísico. El determinismo También dijo que en Mendoza la
monista de Ferri era radical: todo población se bañaba desnuda en el
estaba mecánicamente determina- río, lo que motivó la rectificación de
do, no había libertad alguna. Drago en defensa del pudor de las
El delincuente era para Ferri un damas mendocinas.
agente infeccioso del cuerpo social La tesis de la degeneración tuvo
al que era menester separar, con lo amplia repercusión entre nosotros.
que convertía a los jueces en leuco- Carlos Octavio Bunge publicó en
citos sociales. El filósofo Martin Bu- 1903 Nuestra América, un libro que
ber ridiculiza esto imaginando un no tiene desperdicio por su racismo
100
101
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

en la línea de Morel. Mucho más los últimos, Gómez afirmaba que


tarde, en 1938, Francisco De Veyga extrañaba la edad media.
publicó un libro titulado Degenera- Como resultado de estas an-
ción y degenerados. Miseria, vicio y danzas nada santas, los positivistas
delito, en el que parecía advertir que proponían leyes de estado peligroso
si no se hacía nada por contener la predelictual, o sea, que si se sabía
degeneración, los degenerados nos que quien andaba en la mala vida
iban a superar. A juzgar por el tono habría de desembocar en el delito,
del libro, creo que siete años des- lo más natural era detectarlo antes
pués habría considerado verificada y meterlo preso. ¿Para qué esperar
su teoría en la Plaza de Mayo, como a que hiciera algo? Para obviar al-
años antes lo habían manifestado gunas formalidades, le cambiaban
quienes se escandalizaron porque el nombre a la pena y la llamaban
el pueblo desató los caballos del medida, de modo que nadie pudiera
coche del presidente Yrigoyen para objetar porque se imponían penas
llevarlo hasta la casa de gobierno. sin delito. Unos años después Pepe
Un senador nacional en esos años Stalin diría que la pena de muerte
publicaba un opúsculo con el títu- no era pena, sino la máxima medida
lo Chusmocracia. Cabe aclarar que de defensa social. Famosos profeso-
años antes De Veyga había estado res extranjeros vinieron a apoyar
obsesionado con la homosexuali- esta luminosa idea que, por suerte,
dad masculina y escribió conside- chocó contra el decidido rechazo
rables disparates al respecto. de Yrigoyen; no así de Alvear, quien
Los criminólogos positivistas remitió algunos proyectos que por
se dedicaron a recorrer prostíbu- fortuna no tuvieron sanción.
los y otros antros de la época y Si extremamos el planteo, el
concibieron el concepto de mala mismo delito no era más que un
vida. Se escribieron libros sobre la síntoma de la peligrosidad y, por lo
mala vida en Roma, en Madrid, en tanto, tampoco tendría mucho sen-
Barcelona y, como no podía faltar, tido tener una parte especial del có-
también en Buenos Aires. Este lo digo penal como catálogo cerrado,
publicó en 1908 Eusebio Gómez porque siempre podían aparecer
(destacado profesor de derecho nuevos síntomas, e incluso podía
penal de la UBA), con un prólo- pensarse en suprimir la mentada
go de José Ingenieros que no tiene parte especial.
desperdicio por su ampulosidad Si bien nadie sostuvo eso en la
biologicista. Allí desfilaban pros- Argentina, no faltó quien lo propu-
titutas, fulleros, rateros, religiosos, siese en otro lado, lo que demuestra
curanderos, gays, etc. Respecto de que no hay disparate que no pueda
102
Comienza el apartheid criminológico

prender en esta materia. En efecto: dicio. Sería una lectura recomen-


Nikolai Krylenko –destacado juris- dable para solaz del Tea Party, los
ta soviético, revolucionario y ma- europeos anti-extracomunitarios y
gistrado– hizo un proyecto de có- los argentinos anti-bolivianos, en-
digo penal sin parte especial que no tre otros muchos.
se sancionó, pero en las purgas de ¿Cómo construía Garofalo su
1938 fue fusilado por traidor trots- delito natural? Mezclando al ferro-
kista después de un juicio expediti- viario Spencer nada menos que con
vo de quince minutos. Platón (aclaro que hubo mezclas
De cualquier manera, el positi- peores). Afirmaba que con la civili-
vismo criminológico se enfrentaba zación avanzaban en refinamiento
con un gravísimo problema, que los sentimientos de piedad y justi-
era la naturalidad misma del delito. cia, alcanzando su más alto grado
No podía negar que se criminali- en Europa, por supuesto, que se
zaba por decisión política y que lo expresaban en la protección a los
prohibido cambiaba de tiempo en animales. Escribía esto mientras
tiempo y de sociedad en sociedad. los sicarios de Leopoldo II mutila-
A salvar ese escollo se dedicó otro ban negros porque no les traían su-
jurista italiano seguidor de Lom- ficiente caucho.
broso y Ferri, que fue el barón Ra- Pues bien: para Garofalo el de-
ffaele Garofalo, inventor del delito lito natural sería la lesión al senti-
natural. A ese efecto publicó una miento medio de piedad o de jus-
Criminología en 1885, que merece ticia imperante en cada tiempo y
ser leída con atención, porque es un sociedad. Así construía un cuadro
manual que expone con increíble de valores y subvalores lesionados
ingenuidad las racionalizaciones a en el que colocaba los distintos de-
las peores violaciones de derechos litos. El resultado era algo así como
humanos imaginables. un Platón en bruto.
Entre otras cosas, dice que el No todos los positivistas acepta-
delincuente es el enemigo interno ron de buen grado este platonismo a
en la paz, como el soldado enemigo la spenceriana. Pedro Dorado Mon-
lo es en la guerra; prefiere la pena tero, por ejemplo, fue un personaje
de muerte a la perpetua, porque es singular, profesor de Salamanca,
más piadosa y elimina el riesgo de positivista pero al mismo tiempo
fuga; afirma que hay pueblos de- un anarquista moderado, que me-
generados que cumplen en lo in- ditaba aislado en su refugio caste-
ternacional el mismo papel que los llano. Rechazó la tesis de Garofalo,
criminales natos en lo nacional; y afirmando que no había ningún de-
otras muchas que no tienen desper- lito natural, sino que el estado defi-
103
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

nía arbitrariamente los delitos, pero periores del cerebro y dominaba


como había hombres determinados la paleopsiquis. En otras palabras
a realizar esas conductas, lo que el –y aunque no lo expresaba de ese
estado debía hacer era protegerlos en modo–, la multitud hacía surgir en
instituciones a las que estos pudie- cada uno al criminal nato, atávico,
ran acudir pidiendo ayuda. regresivo, salvaje. Como era dema-
Por supuesto que nadie siguió a siado increíble sostener que todo el
Dorado y ni por asomo se le ocurrió pueblo sumergido estaba compues-
a alguien materializar las curiosas to de criminales natos o salvajes, Le
instituciones que proponía y con Bon encontró la forma de explicar
las que pensaba cambiar el derecho que cuando actuaban en multitud,
penal por un derecho protector de se convertían en eso por efecto de
los criminales. la misma masa humana.
Es bastante obvio que el positi- Hubo otros positivistas preocu-
vismo criminológico desembocaba pados por las multitudes y entre
en un autoritarismo policial que ellos resalta Scipio Sighele, que pu-
se correspondía con un elitismo blicó un libro titulado Los delitos de
biologicista. No sólo legitimaba el la multitud. El resultado práctico
neocolonialismo, sino también la fue que varios códigos penales in-
represión de las clases subordina- cluyeron disposiciones acerca de
das en el interior de las metrópolis delitos cometidos por las multitu-
colonialistas. Las elites de esas so- des, responsabilizando a los líderes.
ciedades temían a su insubordina- El hecho de que Le Bon, Sighele, el
ción y perseguían a los disidentes propio Lombroso y otros, invaria-
agitadores. El propio Garofalo es- blemente ejemplificaban con los lí-
cribió un libro titulado La supersti- deres de la Comuna de París y que
ción socialista. los códigos penales centrasen su
Más temor aún inspiraban las atención punitiva en los líderes de
reuniones públicas: las multitudes. multitudes, muestra a las claras el
El recuerdo de la Comuna de París miedo de las clases hegemónicas a
era imborrable. Fue precisamente la chusma reunida.
un autor francés quien sobresalió Como puede verse, el positivis-
en el tema y cuyos escritos en ge- mo restauró claramente la estruc-
neral son también un buen reservo- tura del discurso inquisitorial: la
rio de disparates antidemocráticos: criminología reemplazó a la demo-
Gustave Le Bon, autor del famoso nología y explicaba la etiología del
Psicología de las multitudes. crimen; el derecho penal mostraba
Para Le Bon, en la multitud se sus síntomas o manifestaciones al
neutralizaban las funciones su- igual que las antiguas brujerías; el
104
Comienza el apartheid criminológico

derecho procesal explicaba la forma reconocer las marcas del mal (los
de perseguirlo sin muchas trabas a caracteres del criminal nato). Todo
la actuación policial (incluso sin esto volvía a ser un discurso con
delito); la pena neutralizaba la peli- estructura compacta alimentado
grosidad (sin mención de la culpa- con los disparates del nuevo tiempo
bilidad) y la criminalística permitía histórico.

105
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

106
Los crímenes de la criminología
racista: campos de exterminio
y eugenesia

N adie crea que estamos hablan-


do de una historia lejana y me-
nos de un divertimento consistente
de los genocidios cometidos en su
avance y, por ende, nos estamos
adentrando en el meollo central de
en recordar disparates. Estamos los derechos humanos que desem-
hablando del poder planetario y boca en nuestros días.
107
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Siempre el dominio mundial so y reflejando una lucha entre el po-


jerarquizó a los seres humanos y der eclesiástico y el monárquico.
consideró inferiores a los coloniza- Bibliotecas enteras se escribieron
dos. Esto pasó con el colonialismo sobre esto y los más increíbles datos
del siglo XV en adelante y luego se tomaban como prueba en torno
con el neocolonialismo a partir del de la leyenda de Tomás de América,
siglo XVIII. Lo que hemos expues- registrados por nuestros antropólo-
to fue la ideología racista domi- gos pioneros: cruces prehispánicas,
nante en el neocolonialismo, de la pisadas petrificadas, etc.
cual formaba parte la criminología El racismo del neocolonialismo
positivista biologista, pero el mar- con su reduccionismo biologista
co en el que ésta se inserta venía de no podía menos que terminar muy
mucho más lejos. mal. Mientras se lo usó para legiti-
En tiempos del viejo colonialis- mar el poder del dominio colonia-
mo también hubo racismo, aunque lista y controlar a las clases molestas
no con discurso científico. Más aún: de los países centrales, fue funcio-
también hubo un racismo pesimista nal, pero estalló cuando se lo usó
al estilo de Gobineau y otro opti- para legitimar un poder punitivo
mista al de Spencer, aunque parez- sin limitaciones dentro de la misma
ca increíble. Europa y por una potencia a la que
Pese a que durante la colonia na- se consideraba en la punta de la ci-
die discutía que éramos inferiores, vilización. Era inevitable que suce-
el punto central era si el Apóstol diese, y sucedió.
Tomás había llegado o no a Améri- El formidable instrumento de
ca. Si había venido caminando so- poder policial vertical que legiti-
bre las aguas –o por las piedras– y maba ese racismo no era ejercido
había traído el mensaje y nuestros en toda su amplitud en la Europa
originarios lo habían despreciado, controlada por las clases domi-
éramos herejes y, en consecuencia, nantes tradicionales. Pero cuando
materia de los tribunales eclesiás- Europa quedó arrasada después de
ticos. Si no había llegado, éramos la Primera Guerra Mundial (1914-
simples infieles y, por tanto, some- 1918) y los aliados no vieron nada
tidos al príncipe cristiano cuya mi- mejor que cobrarle a Alemania
sión era adoctrinarnos. deudas que no podía pagar, la hu-
En el primer caso habíamos caí- millaron y desestabilizaron la frá-
do, en el segundo no habíamos lle- gil República de Weimar abriendo
gado. Exactamente el mismo tipo de el espacio político para un cabo
ideas que luego pondría en práctica extra-sistema; un grupo de desafo-
el racismo, sólo que con otro discur- rados nacionalistas radicalizados
108
Los crímenes de la criminología racista...

tomó el vértice de un estado desde sos o pertenecen a series con menor


mucho antes conformado por cor- sofisticación, no es nada difícil con-
poraciones fuertemente verticali- cluir que estos últimos pueden ser
zadas, que no hizo más que pasar destruidos si obstaculizan a los más
a ejercer el poder punitivo fuera de perfeccionados en su tarea de cons-
toda la prudencia y legitimado por truir a otros aún mejores.
idéntico discurso. El aniquilamiento de todas las
Los nuevos conductores nazistas razas inferiores y molestas es casi
que tomaron en su mano el poder un corolario necesario de ese pun-
punitivo lo usaron para homoge- to de partida. También lo es que no
neizar el frente interno inventando vale la pena mantener presos a los
un nuevo Satán (enemigo) y elevar fallados internos que causan proble-
al máximo el verticalismo social, mas a los aparatos más perfecciona-
con el objeto de preparar a la socie- dos. No menos coherente resulta la
dad para la colonización de todo el eliminación de los que cuestan mu-
planeta, siguiendo la lógica de que chísimo dinero en los manicomios
la verticalización siempre anuncia y asilos. Más aún se explican estas
una colonización. consecuencias cuando esos recur-
Por loco o irrealizable que haya sos se consideran necesarios para
sido el proyecto final, ese objetivo sostener a los perfectos que ofrecen
rompió con la relativa prudencia su vida en las trincheras en pos de
de las clases tradicionales y, como la conquista del planeta.
el discurso positivista no se había Por ende, resulta claro que los
preocupado por fijarle límites, si- campos de concentración, de tra-
guió sirviendo de legitimación a un bajo forzado y de exterminio, han
poder punitivo desenfrenado. sido legitimados con racionaliza-
El nacionalsocialismo alemán ciones provenientes del racismo
no inventó ideológicamente casi positivista. Justamente, cuando al
nada sobre la cuestión criminal, final de la Segunda Guerra ya nadie
sino que usó lo que habían inventa- pudo desentenderse con la mano en
do otros; tampoco tuvo un discurso la cintura de lo que sufrían pueblos
criminológico original, pues para lejanos o los subalternos muy dis-
encubrir sus masacres se valió del tantes de sus barrios, porque acaba-
que dominaba desde hacía mucho. ba de pasar en la casa del vecino o
Cuando se parte de que el ser incluso en la propia, el paradigma
humano es un ente puramente bio- cambió rápidamente.
lógico que, al estar mejor construi- A eso se debió la Declaración
do que otros, está destinado a usar Universal de 1948, que anunció
a esos humanos que salen defectuo- el cambio de paradigma en el pla-
109
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

no mundial. La guerra y la Shoah la contaminación de la sangre con


fueron el prolegómeno de la De- razas inferiores, la prohibición de
claración, pues sin las atrocidades matrimonios interraciales o mixtos
nazistas el discurso racista habría y otras aberraciones semejantes, in-
seguido deslizándose por el pla- mediatamente se evoca el nazismo.
neta y jamás se hubiese formu- Es verdad que el nazismo se
lado semejante declaración ante valió de todo esto con singular
el concierto mundial. Su mismo empeño, pero no debemos olvidar
texto parece elemental e ingenuo que no lo inventó, sino que lo co-
si no se lo contextualiza como un pió del mundo anglosajón, perge-
cambio de paradigma que procu- ñado en los papeles en Gran Breta-
raba enterrar al del racismo hasta ña, pero llevado a la práctica hasta
entonces dominante. extremos inadmisibles en Estados
Hay una historia que correspon- Unidos muchos años antes que en
de a la criminología del apartheid, Alemania.
pero que pocas veces se recuerda, Nos estamos refiriendo a una
ampliamente demostrativa de que palabra que hoy causa miedo y na-
el nazismo no inventó nada en el die usa, pero que estuvo en boga
plano ideológico, que fue inmen- en buena parte del siglo pasado: la
samente perverso pero al mismo eugenesia.
tiempo ínfimamente creativo; sólo Los médicos norteamericanos
quizá un poco ingenioso. habían rechazado la tesis lom-
Hubo un capítulo anglosajón brosiana del criminal nato, pero
de la criminología positivista que al estudiar su población penal,
fue el prolegómeno del uso nazista encontraron lo que era obvio que
del reduccionismo biologista apli- hallarían: personas más débiles
cado al control social represivo, que la media y con menor cociente
que casi se ha borrado de los ma- intelectual.
nuales corrientes de criminología Desde comienzos del siglo XX
y que suena a un mal recuerdo, Alfredo Niceforo en Italia había ve-
pero que es menester rememorar, rificado que las pretendidas causas
en particular en nuestro tiempo biológicas no eran más que defec-
que, como veremos más adelante, tos de alimentación en la primera
no está falto de peligrosos rebrotes edad. Una generación mejor ali-
de biologismo criminal. mentada es más fuerte y, además,
Por regla general, cuando se más linda; la fortaleza y la belleza
menciona la esterilización forza- nunca son producto de la miseria.
da de delincuentes y de deficientes Además, no es raro que en la pobla-
real o supuestamente hereditarios, ción penal haya algunas personas
110
Los crímenes de la criminología racista...

con menor nivel de inteligencia; griegos e inventó una ciencia para


no se debe a que eso condicione el el mejoramiento de la raza que bau-
delito, sino a que son más torpes y, tizó con el nombre de eugenesia.
por ende, están presos por tontos. Pero Galton era con todo un
Pero los iluminados médicos tipo prudente. Su ciencia era una
norteamericanos dedujeron otra especie de religión que aconseja-
cosa y no faltó un investigador de ba o desaconsejaba matrimonios,
dudosa seriedad –Henry Goddard– pero no pretendía hacer nada por
que aplicó unos tests cuestiona- la fuerza, sino convencer acerca de
bles y en 1913 incluso publicó un las bondades de seguir sus conse-
libro sobre una supuesta familia jos. Por eso su eugenesia se consi-
Kallikak, de delincuentes por ge- dera positiva.
neraciones, con lo que pretendía Cuando los libros de Galton
verificar la herencia de las taras cruzaron el Atlántico se encontra-
condicionantes de la criminalidad. ron en un terreno diferente. Por un
Por cierto, se duda de la existencia lado con la pretendida verificación
misma de esa familia. de los médicos acerca de taras he-
Con estos antecedentes no era reditarias causantes del delito; por
difícil llegar a la conclusión de que otro con una sociedad muy com-
no había criminales natos, pero pleja en la que los habitantes origi-
que la criminalidad era resultado narios se hallaban rodeados de ex-
de taras físicas y mentales en su traños con los que no se mezclaban.
mayoría hereditarias. Estos extraños eran en primer
Unos treinta años antes, Fran- lugar los afroamericanos liberados
cis Galton, que fue un inglés poco hacía pocas décadas y que no ha-
equilibrado, primo de Darwin y bían logrado mandar a Liberia ni
que consideraba que la genialidad establecer en México, para sacárse-
de éste y de él mismo provenía de los de encima, pero que ni el propio
un ascendiente común, largó sus es- Lincoln consideraba norteamerica-
tudios de medicina y se dedicó a las nos. A ellos se sumaban los grupos
matemáticas, comenzando a contar de inmigrantes europeos que pre-
todo lo que en el mundo se podía tendían obtener mejoras sociales y
contar, hasta afirmar que las socie- predicaban el socialismo y el anar-
dades creaban a los genios en razón quismo y, para colmo, por el sur es-
directa con la reproducción de sus taban los mexicanos.
seres más perfectos o superiores. El ambiente intelectual estaba
Entre sus disparates, Galton dijo dominado por libros de escanda-
haber calculado el número exacto loso racismo nórdico casi idéntico
de genios que habían producido los a la novela nazi de Rosenberg. Un
111
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

pretendido científico llamado Ma- convenció a la Fundación Carne-


dison Grant sostenía que era nece- gie, a la viuda del magnate Harri-
sario evitar la reproducción de los son y a la Asociación de Criadores
criminales, enfermos y locos y es- (de animales, claro). Incorporó a su
perar a que murieran, pero también campaña a personas famosas, como
de los individuos de razas inferio- el premio Nobel Alexis Carrel, suje-
res. Su discípulo Stoddard advertía to poco equilibrado, que pretendía
sobre el peligro del avance de la que el gobierno estuviese a cargo de
gente de color en el mundo. la Corte Suprema (toda similitud
La popularidad de estos racistas con la Argentina de 1943 es coin-
y sus vínculos políticos con algu- cidencia) y terminó al servicio del
nos presidentes decidieron la po- vergonzoso régimen de Vichy.
lítica migratoria de esos años, que Davenport tuvo como asisten-
rechazaba a los de razas inferiores y te a un personaje llamado Harry
privilegiaba a los nórdicos, califica- Laughlin; ambos fueron piadosa-
da por Adolf Hitler como la única mente ignorados durante la guerra
racional en Mein Kampf. Cabe re- por sus oscuros contactos con los
cordar que las obras de estos bue- médicos del nazismo y murieron
nos muchachos fueron usadas en antes del fin de ésta. Al parecer, el
Nuremberg por los defensores de intercambio de información cien-
los genocidas nazis para pretender tífica con los médicos malditos
probar que sus conductas respon- fue intenso y hasta se supone que
dían a teorías científicas que no les proporcionaron apoyo financiero
eran propias. para los primeros laboratorios de
Era claro que el terreno estaba eugenesia alemanes, incluso el del
preparado para dejar de lado los maestro del tristemente famoso Jo-
pruritos del inglés Galton y pasar de sef Mengele. Davenport le disputó
su eugenesia positiva a una negativa, la presidencia de la asociación ame-
impuesta y radical. ¿Para qué espe- ricana de antropología nada menos
rar a que la gente se convenciese, si que a Franz Boas, cuya mano se ne-
era posible hacerlo antes? Además, gaba a estrechar porque era judío.
¿cómo convencer a los inferiores? El daño que causaron fue enor-
Conforme al proyecto de Grant, en me, pese a que Galton primero, y su
un siglo la humanidad podía librar- discípulo Pearson después, denun-
se de todos los inferiores. ciaron su campaña como anticien-
La batuta de este movimiento tífica y desconocieron cualquier
la tomó un veterinario que demos- vínculo con estos delirantes (lo
tró ser un muy buen recolector de que demuestra que sólo estaban un
financiadores, y que rápidamente poco locos).
112
Los crímenes de la criminología racista...

No podría afirmar hoy si lo de Lo cierto es que lograron que en


Davenport fue una gran estafa, una 1907 se sancionara en Indiana la
maniobra de trepadores alucina- primera ley de esterilización forza-
dos, de místicos racistas o una mez- da, que fue copiada en la mayor par-
cla de todo eso. te de los estados norteamericanos
113
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

en los años siguientes. En función para asustar a párrocos de pueblo,


de esas leyes se esterilizó a muchos pero que no era más que una pen-
miles de oligofrénicos, epilépticos, samiento reaccionario y potencial-
sordomudos, indios, ciegos, delin- mente genocida.
cuentes, enfermos mentales, etc.
La Suprema Corte validó la
constitucionalidad de esas leyes de La criminología
esterilización forzada, con el voto del rincón de
del juez Oliver Holmes Jr., que ya la facultad de derecho
no era ningún junior y que se dice
fue uno de los ministros más pen-
santes de la historia de esa corte; es
posible, pero cabría preguntarse si
E n Europa los penalistas co-
menzaron a ponerse nervio-
sos. Eso de que al estilo inquisito-
lo hacía bien. rial la criminología les dijese cómo
No se conformaron con las leyes debían decidir les gustaba cada vez
de esterilización, sino que, siguien- menos y decidieron recuperar su
do al viejo Morel, prohibieron los territorio por razones puramente
matrimonios entre afroameri- académicas, sin que eso implicara
canos y blancos con numerosas necesariamente consecuencias po-
leyes estaduales. Nuevamente la líticas. No se quejaban del potencial
brillante Suprema Corte legitimó genocida del positivismo biologista,
estas leyes con el argumento de sino que no soportaban estar su-
que no eran discriminatorias por- bordinados a los médicos.
que no prohibían el matrimonio, Por consiguiente, fueron arrin-
dado que lo autorizaban entre los conando a los criminólogos. De-
afroamericanos, respondiendo al cidieron que lo que era delito lo
lema antes sentado en su jurispru- definían los penalistas y los crimi-
dencia de iguales pero separados, o nólogos debían limitarse a explicar-
sea, el apartheid. Sin mucho apuro les las causas de las conductas que
declararon la inconstitucionalidad previamente los penalistas identi-
de esas leyes recién en 1957. ficaban como delitos. Es decir, que
Creo que con esto queda sufi- no los echaron de las facultades de
cientemente fundada la razón de derecho, sino que los dejaron con
estas explicaciones, que muestran sus cráneos y frascos de restos en
dónde fue a dar y qué horripilan- formol, pero en un rincón.
tes consecuencias tuvo el preten- No viene al caso explicar qué
dido progresismo positivista, que argumentos usaron, aunque al más
extraía su matrícula de pensa- elaborado ya hicimos alguna re-
miento avanzado de su capacidad ferencia: era el neokantismo que
114
Los crímenes de la criminología racista...

distinguía entre ciencias naturales al estilo del viejo Ferri (que había
y ciencias culturales. Como el dere- muerto unos años antes) y, por
cho era una ciencia cultural no po- cierto que le ganó al de Munich,
día contaminarse con otra natural. que de pronto tartamudeaba algu-
Había algunas dificultades, como nas cosas incomprensibles. Por su-
que la criminalización –que era una puesto que ninguno de ambos vol-
decisión política– fijaba los límites vió al tema después de la guerra y
de una ciencia natural, pero los pe- siguieron escribiendo y publicando
nalistas lo resolvieron rápidamente, –y siendo citados entre nosotros–
afirmando que no existía ninguna con la mayor naturalidad, pero ese
ciencia natural llamada crimino- es otro tema.
logía, sino un conjunto de cono- Los criminólogos del rincón
cimientos auxiliares del derecho continuaron postulando la esterili-
penal que eran convocados cuando zación, investigando a los mellizos
éste lo consideraba conveniente y univitelinos y proponiendo medi-
nada más. La criminología posi- das de segregación radicales, como
tivista biologista pasaba a ser un Franz Exner, quien junto con el pe-
orden de conocimientos serviles al nalista más citado entre nosotros
derecho penal. del neokantismo –Edmund Mez-
Con la inquisición y el positivis- ger– hizo un proyecto para mandar
mo la criminología mandaba sobre a toda la mala vida (extraños a la
el derecho penal; con el neokantis- comunidad, los llamaba) a los cam-
mo, el derecho penal subordinaba pos de concentración en 1944.
a la criminología. Pero la crimino- Exner había estado en Estados
logía que quedaba en el rincón se- Unidos en la década anterior y vol-
guía siendo exactamente la misma vió a Alemania muy contento con
del reduccionismo biologista y tan sus colegas racistas norteamerica-
racista como antes. Se trataba de nos. En su libro –que fue lectura
una cuestión de prioridad académi- recomendada en nuestras cátedras
ca, en la que todo quedaba igual en durante años– decía que la abun-
cuanto al contenido. dancia de afroamericanos en las
Prueba de eso es que se registró prisiones era resultado de que la
un vergonzoso debate en 1941 –en sociedad norteamericana les exigía
plena guerra mundial– entre los un esfuerzo que no estaban en con-
profesores de Munich y de Milán, diciones biológicas de afrontar.
disputando quién tenía el mejor Esa criminología del rincón de
discurso para legitimar las leyes la facultad de derecho enriqueció
penales del nazismo. El de Milán su biologismo con las novedades
defendía la prioridad del discurso médicas, fundamentalmente con
115
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

el descubrimiento de las glándu- tafadores; los otros dos no se sabe


las de secreción interna, o sea, con bien. Creo que nadie imagina a un
la endocrinología, lo que motivó obeso arrebatador ni escurriéndo-
nuevos entretenimientos, en parti- se por una estrecha ventana.
cular en el área de la conducta se- La endocrinología –además–
xual, donde quisieron curar todas daba nueva base al propio racismo,
las desviaciones con inyecciones, verificando que los nórdicos son fla-
al tiempo que explicaban el avance cos y por tanto pensadores, en tanto
de la civilización por una supuesta que los alpinos son gorditos ciclotí-
contención de la hiperfunción de la micos y por tanto artistas.
hipófisis. En este período de preguerra
Lo que más impactó a la cri- hubo una variante dentro de la tesis
minología del rincón fueron las biologista que es necesario destacar
clasificaciones según los biotipos, por sus diferentes consecuencias.
o sea que volvieron a correlacio- Por un lado, se hallaba la posición
narse caracteres físicos y psicoló- genética, asumida por el nazismo,
gicos, al estilo de los fisiognomis- que como no daba otra solución
tas. Algún autor más moderno más que impedir la reproducción
dice que era una nueva frenolo- deducía la necesidad de matar a to-
gía, sólo que Gall deducía los ca- dos los inferiores, incluyendo a los
racteres psicológicos de los bultos niños. Por otro lado, estaba la tesis
en el cráneo y estos pretendieron de la transmisión de los caracte-
hacerlo de los glúteos, aunque no res adquiridos del viejo Lamarck,
necesitaban recurrir a la palpación. cuya consecuencia era que los ni-
Hubo varias clasificaciones bio- ños debían ponerse al cuidado de
tipológicas, pero la más difundida las familias sanas. Esta última fue
fue la alemana de Ernst Kretsch- la que predominó en la dictadura
mer, que en su libro (bajo el impre- franquista, comandada por Anto-
sionante título de Körperbau und nio Vallejo Nágera, dueño de la psi-
Charakter) establecía cinco bioti- quiatría oficial española y jefe de los
pos: leptosomático, atlético, pícni- campos de concentración naciona-
co, displásico y mixto. En cualquier les. Esta última variable fue la que
esquina de Buenos Aires se cono- se aplicó a los niños de las presas re-
cen con otro nombre: flaco, marca- publicanas e inspiró también a los
do, gordo, urso y Yeti. criminales contra la humanidad en
Las profundas consecuencias nuestro país.
criminológicas indican que los No deja de ser curioso que el la-
flacos suelen ser ladrones, los at- marckismo haya sido la ideología
léticos homicidas y los gordos es- oficial de la biología estalinista con
116
Los crímenes de la criminología racista...

la escuela de Lyssenko. A su ampa- Esta criminología etiológica del


ro, Franco quiso crear soldados de rincón se fue destiñendo y terminó
Cristo y Stalin al nuevo hombre so- por derretirse en las contradiccio-
viético. La escasa maleabilidad del nes de su plurifactorialidad. Su ob-
material hizo que muchas fosas se jeto se desdibujaba progresivamen-
rellenasen con cadáveres. te anunciando su ocaso, irremisible
porque se hacía evidente que sus
cultores carecían de los elementos
La agonía de la para el análisis del ejercicio del po-
criminología del rincón der punitivo y del dato obvio de la
selectividad. Pero no es justo consi-

E sta criminología del rincón en-


tró en crisis después de la gue-
rra. El primer congreso mundial de
derar que todos ellos eran racistas
o biologistas furiosos y, menos aún,
que compartían todos los dispara-
criminología en la posguerra se ce- tes a los que hicimos referencia.
lebró en París en 1950 y fue presidi- Así como en relación con la
do por Donnedieu de Vabres, juez inquisición advertimos que en el
francés en Nuremberg. siglo XVI no todos estaban tan lo-
En ese congreso, por arte de cos, aquí cabe más o menos decir lo
magia, despareció el racismo, por- mismo. En todos los tiempos hubo
que salvo algún despistado –que algunas personas bastante lúcidas,
nunca falta– nadie quería cargar cuyo discurso no fue hegemónico
con sus letales consecuencias des- ni mucho menos en su momento, y
pués de la guerra. a las que, además, les resultaba muy
Aunque desde mucho antes na- difícil escapar al paradigma domi-
die sostenía la tesis lombrosiana del nante, aunque algunos afrontaron
criminal nato, hasta el final de la la marginación académica.
guerra la criminología del rincón Desde fines del siglo XIX se es-
conservaba un objeto señalado por cucharon algunas voces prudentes,
la biología, sea por sus debilidades, como la de la criminóloga españo-
por sus taras, por su conformación, la y feminista Concepción Arenal.
etc. Pero desde la posguerra, al re- Contemporáneos de Lombroso fue-
chazar el racismo y el reduccionis- ron autores como Turatti y Vaccaro,
mo biologista, si bien la criminolo- que rechazaban el biologismo. Al-
gía seguía siendo etiológica, el de- fredo Niceforo, no obstante ser un
lincuente dejaba de ser una variable etiologista, se dio cuenta perfecta-
del ser humano y, por ende, la cri- mente de que los pretendidos signos
minología perdía su objeto diferen- biológicos eran los de la miseria. El
ciado y natural, su bicho diferente. holandés Willen Bonger escribió
117
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

el primer ensayo de criminología de los criminólogos más avanzados


marxista a principios del siglo XX y en la línea de Bonger. El mexicano
siguió en esta línea hasta que se sui- Alfonso Quiróz Cuarón fue un pa-
cidó el día que los nazis ocuparon triarca de la criminología regional
Holanda. que intervino en cuestiones tan so-
Si bien la tradición criminoló- nadas como el estudio del asesino
gica latinoamericana fue tributaria de Trotsky y de los restos del em-
de esta criminología del rincón, perador Cuauhtémoc; sus artículos
entre nuestros criminólogos de periodísticos eran marcadamente
posguerra hubo personas que nada críticos del sistema penal de su país.
tuvieron que ver con las ideas racis- En la Argentina, Oscar Blarduni
tas y algunos incluso fueron segui- –abogado y médico– fue el artífi-
dores lejanos de Bonger. ce del Instituto de Investigación y
Era obvio que al prescindir del Docencia Criminológica de La Pla-
análisis del poder punitivo y de las ta y un crítico del reduccionismo
características del sistema penal, biologista.
manteniéndose en el marco de una Todos estos autores nuestros de
etiología criminal que alimentaban la posguerra cultivaban una crimi-
en la plurifactorialidad, nuestros nología que se hallaba en un corre-
criminólogos de mediados del si- dor sin salida y tampoco tenían el
glo pasado caían en contradiccio- entrenamiento sociológico previo
nes en el marco de una disciplina para vislumbrar metodológicamen-
que se iba derritiendo, pero esas te otros horizontes, pero desde su
limitaciones no pueden confun- impronta política no pueden ser
dirse con el abierto racismo de la considerados al mismo nivel que los
preguerra europea. reduccionistas a los que me he refe-
Por eso, desde lo político es me- rido antes.
nester distinguir cuidadosamente A ellos –como a todos– les tocó
entre los cultores de una crimino- vivir una época con sus condicio-
logía de posguerra que agonizaba namientos limitadores de nuestra
y los reduccionistas biológicos que visión científica y, sin duda que, en-
los precedieron y no meter a todos tre sus actitudes políticas y el ago-
en la misma bolsa. nizante marco etiológico se produ-
El colombiano Luis Carlos Pe- cían contradicciones irreductibles.
rez dedicó todo un capítulo de su Pero sin esas contradicciones, hu-
obra general de criminología de biese sido imposible pasar a otra
los años 50 del siglo pasado a una etapa superadora, como siempre
fuerte crítica del racismo. El bra- sucede. Supongo que hoy también
sileño Roberto Lyra Filho fue uno incurrimos en contradicciones.
118
Los crímenes de la criminología racista...

La agonía de la criminología antes venían trabajando la cues-


del rincón de la facultad de dere- tión criminal. Empezaba la era de
cho estaba señalando que la hege- los sociólogos, que en Estados Uni-
monía del discurso criminológico dos y desde unas décadas antes ha-
pronto dejaría de estar en manos bían comenzado a discutir e inves-
de médicos y de abogados forma- tigar las cosas desde una perspec-
dos por estos, para pasar a otra tiva diferente. Ellos anunciaron la
corporación de especialistas que, recta que habría de conducir a los
en otras latitudes, desde mucho planteos actuales.

119
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

120
El parto sociológico

L a vieja criminología etiológica


de médicos y abogados lan-
guidecía en los rincones de nues-
tores, que no lograban acercarse al
fenómeno desde la perspectiva del
grupo humano y menos del poder.
tras facultades de derecho pese a la De vez en cuando espolvoreaban su
buena fe de muchos de sus exposi- olla con un poco de sal social, con
121
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

afirmaciones un tanto socialistas de seguros, pero inventaba toda


(cuando se abre una escuela se cie- clase de cosas y, entre ellas, fue el
rra una cárcel, y otras semejantes), fundador del observatorio astronó-
pero ignoraban a criminales que mico de Bruselas, lo que no deja de
nunca pasarían por una cárcel y ser original, porque la capital belga
que habían frecuentado muy bue- tiene el cielo nublado la mayor par-
nas escuelas. La delincuencia seguía te del año.
siendo para ellos la que veían en la Guerry era un abogado que se
prisión o en la crónica policial, aun- enamoró de las estadísticas y lla-
que de vez en cuando se les escapa- mó a estas regularidades estadís-
ba la contradicción en que caían. tica moral, en tanto que Quetelet
Si bien la cuestión criminal buscaba un nombre para su ciencia.
siempre fue un tema central para Cuando se quiere obtener jerarquía
quienes ejercieron o disputaron de ciencia para algún saber existe
el poder, esto no lo podía explicar la tendencia a acercarlo a la física
una criminología de médicos y abo- (esto hoy se llama fisicalismo), y
gados. Pero por suerte hay saberes como Quetelet no era ajeno a esa
que se ocupan del comportamiento tendencia, no tuvo mejor idea que
humano y exceden bastante el limi- llamar a lo suyo física social.
tado campo de esos especialistas, Pero no era el único que que-
de modo que otros avanzaban por ría fundar una física social, pues en
un camino diferente, observando Francia Augusto Comte andaba en
los fenómenos desde el plano so- lo mismo y se enfadó mucho con
cial. Nunca faltaron los que lo hi- Quetelet, afirmando que le robó el
cieron desde esta atalaya diferente, nombre a su ciencia, por lo que él de-
pero fue precisamente a partir del cidió rebautizarla como sociología.
análisis de la cuestión criminal que Gracias al plagio nos salvamos de
fue tomando forma y terminó obte- estar rodeados de físicos sociales.
niendo patente académica una nue- En verdad, Comte fue sorpren-
va ciencia: la sociología. dido por la irrupción del belga, por-
Todo comenzó cuando entre que sus ideas son producto de otra
1830 y 1850 dos personajes –el belga historia. La empresa de Comte fue
Adolph Quetelet y el francés André- precedida e impulsada por los reac-
Michel Guerry– llamaron la aten- cionarios (Louis de Bonald, Joseph
ción acerca de las regularidades en de Maistre, Edmund Burke), que
la frecuencia de los homicidios y los consideraban que la Revolución
suicidios. Francesa era un episodio criminal y
Quetelet vivía haciendo cálcu- antinatural en contra de la historia
los actuariales para las compañías y que después de la derrota del dís-
122
El parto sociológico

colo Napoleón y con la Santa Alian- suponía un dogma gratuito. Aun-


za (alianza de cabezas coronadas que parezca mentira, se fundó una
para mantenerse pegadas al cuer- ciencia sobre una premisa anticien-
po) volvían a la carga reafirmando tífica o no verificable.
que la sociedad es un organismo y Conforme a ese dogma, el or-
jamás puede admitirse el disparate ganismo social tenía sus leyes,
del contrato. Si la sociedad es un or- por ende, debía ser gobernado por
ganismo, se supone que debe haber quien las conociera, o sea, por los
una ciencia que estudie sus leyes sociólogos. Por eso le enmendaba
naturales. la plana a Platón postulando algo
Pero los reaccionarios eran nos- parecido a un sociólogo-rey (un tec-
tálgicos del medioevo y apelaban nócrata social). Esto lo explicaba
a argumentos de derecho divino, por la ley de los tres estados por los
lo que estaba pasado de moda en que habría pasado la humanidad: el
tiempos en que despuntaba la cien- teológico (primitivo), el metafísico
cia como única garantía del saber. (los iluministas) y –finalmente– el
Además, los críticos del orden so- científico (adivinen con quién: con
cial –los llamados socialistas utópi- Comte). Otro más tenía ganas de
cos– con los que confrontaban los sentarse en la punta de la flecha del
reaccionarios, eran tan o más or- tiempo.
ganicistas que ellos. En esas condi- Además, por humanidad se
ciones, era obvio que a alguien se le entendía a la raza blanca (a la que
habría de ocurrir la idea de respon- pertenecía Comte), pero no a todas
derles desde la misma perspectiva las personas de esa raza, sino sólo
conservadora y organicista, pero a los hombres (Comte también lo
conforme al signo de los tiempos, era), porque a las mujeres había que
es decir, con una ciencia de la socie- mantenerlas en estado de perpetua
dad: eso fue lo que hizo Comte. infancia, para sostener la célula bá-
El gran mérito de Comte fue el sica de la sociedad: la familia.
de haber dado impulso a una ciencia Dada la importancia de las jerar-
de la sociedad libre del lastre religio- quías para sostener el orden social,
so, pero desde el punto de vista ideo- miraba con simpatía a la sociedad
lógico y en el plano práctico, hubiese de castas de la India. Como si esto
podido tomar unos vinos con los fuese poco, tampoco renunciaba a
reaccionarios sin mucho problema. un componente místico e inventó
Como nadie puede verificar que una nueva religión con toda su li-
la sociedad sea un organismo, la turgia centrada en que el Gran Ser
voluminosa obra de Comte –publi- era la humanidad e integraba una
cada a medidos del siglo XIX– pre- trinidad con el Gran Medio (espa-
123
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

124
125
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

cio del mundo) y el Gran Fetiche minología quedó atada a Spencer,


(la tierra). la sociología posterior a Comte se
Es curioso, pero las ideas de desprendió del contenido reaccio-
Comte prendieron en Brasil a la caí- nario de sus ideas y adquirió vuelo
da del Imperio y los militares fun- propio en Europa continental hasta
dadores de la República velha las la Primera Guerra Mundial o Gran
tomaron tan en serio que incorpo- Guerra (1914-1918).
raron a la enseña nacional el lema En rigor, la criminología y la
Ordem e progresso. No paró allí sociología habían nacido mellizas,
la cosa, sino que incluso hubo un sólo que la criminología permane-
templo comtiano en Río de Janeiro, ció presa del racismo y reduccionis-
lo que prueba que no es nueva la ge- mo biologista del spencerianismo,
nerosidad de nuestro continente en desintegrándose paulatinamente a
la importación de disparates. partir de la crisis de esas lamenta-
Es bastante sabido que Comte no bles bases ideológicas, en tanto que
gozaba de muy buena salud mental en la sociología, las ideas de Comte,
y que, al compás de sus desilusio- quizá por reaccionarias e insólitas,
nes amorosas, intentaba suicidarse abrieron un amplio espacio de dis-
arrojándose al Sena. Es obvio que si cusión y análisis.
hubiese vivido cerca del Riachuelo Lo cierto es que en la segunda
no habría inventado la sociología. mitad del siglo XIX y primeras déca-
Por regla general, las historias de das del XX aparecieron los sociólo-
la sociología señalan como funda- gos que dejaron de lado las elucubra-
dores a Comte y a Spencer, de quien ciones de sobremesa y comenzaron
ya nos ocupamos y vimos que del a pensar más en serio, poniendo una
otro lado del canal de la Mancha cuota de orden y cordura. Estos so-
compartía la concepción organi- ciólogos más analíticos pueden con-
cista y también se acomodaba en la siderarse en realidad los verdaderos
punta de la flecha civilizatoria. padres fundadores de la sociología.
Mucho se ha escrito sobre estos
primeros autores y, si bien su pen-
Los verdaderos samiento es un tema propio de la
padres fundadores sociología, es necesario señalar al
menos por qué caminos marcha-

E sta prehistoria de la sociología


moderna muestra cómo ésta
y la criminología nacieron del en-
ron, porque de lo contrario pare-
cerá que de alguna galera de mago
salió una criminología diferente,
trevero entre el poder y la cuestión cuando en realidad venía preparán-
criminal, pero en tanto que la cri- dose desde la sociología, aunque sin
126
El parto sociológico

que los criminólogos del rincón de delito, lo consideraba normal en la


la facultad de derecho le prestasen sociedad.
mucha atención. Max Weber en Alemania tam-
Estos padres fundadores fueron bién pensaba en lo macro y acen-
los principales sociólogos france- tuaba la importancia de las ideas
ses como Émile Durkheim y Ga- para avanzar a través de los siste-
briel Tarde y alemanes como Max mas de autoridad, que pasaban del
Weber y Georg Simmel. Su impor- ancestral al carismático y de éste
tancia no se debe tanto a lo que al legal-racional, que sería el de las
sostuvieron sino a cómo se proyec- grandes burocracias que regían en
taron hacia el futuro de esta cien- los países centrales y que se exten-
cia, pues Durkheim y Max Weber derían a todo el mundo. En tal sen-
fueron los pioneros de lo que lue- tido sostenía que el protestantismo
go se desarrollará como sociología había facilitado el desarrollo del
funcionalista y sistémica, en tanto capitalismo.
que Tarde y Simmel abrieron el En tanto, Gabriel Tarde se fijaba
camino de lo que habría de ser el más específicamente en la imita-
interaccionismo. ción como clave de las conductas,
Traducido a lenguaje compren- impresionado por el poder que ad-
sible, esto significa simplemente quiría la prensa, especialmente con
que la sociología europea anterior el escándalo del caso Dreyfus, que
a 1914 tendía a atender dos dife- provocó un brote antisemita reac-
rentes aspectos de lo social: uno cionario y monárquico que dividió
privilegiaba la búsqueda de un sis- a Francia quizá hasta el propio go-
tema dentro del que todo cumpliría bierno de Vichy en la Segunda Gue-
alguna función, y otro no pensaba rra. Se daba cuenta –a diferencia de
tan en grande y se detenía en las Durkheim– de que había una enor-
relaciones más micro, tratando de me cantidad de delitos impunes,
establecer sus reglas. con lo que adelantaba la cuestión
Desde lo macro Durkheim pen- de la selectividad.
saba que el delito cumplía la fun- Simmel, por su parte, puso el
ción social positiva de provocar un acento en la observación de que la
rechazo y con eso reforzar la cohe- esencia de lo social es la interacción
sión de la sociedad. Entendámonos: de las personas y en que cada día
para Durkheim no era positivo que tenían menos valor las capacidades
alguien descuartizase a la abuela, individuales en la sociedad indus-
sino que lo era la reacción social de trial, lo que también parecía contra-
cohesión que ese crimen provocaba. decir algunas ideas de Durkheim.
De esta forma, despatologizaba el Es evidente que en Alemania no
127
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

podía obviarse a Karl Marx, pese a institucionalizado, dando lugar a


que no fue sociólogo, pero las ideas los conceptos de parásito social y
de Weber responden a un debate análogos y permitiendo legitimar
con Marx (algunos historiadores la represión peligrosista de la delin-
afirman que toda la sociología ale- cuencia en esos sistemas.
mana de la época lo fue). En realidad, la criminología
Cabe aclarar que Marx se refirió marxista no se apoya en las escasí-
a temas penales y criminológicos simas referencias de Marx al tema,
sólo muy tangencialmente. Hay un sino en la aplicación que de las ca-
artículo publicado en la Gaceta Re- tegorías de análisis de éste hicieron
nana en 1842 en que critica la pena- los criminólogos marxistas, como
lización del hurto de leña y un pá- lo veremos más adelante.
rrafo en la Teoría de la plusvalía en Pero todo este riquísimo debate
que ironiza acerca de la necesidad sociológico de las últimas décadas
de los delincuentes. En este último del siglo XIX se agotó en Europa
parece un funcionalista, pero plan- con los padres fundadores que –por
tea algo real: si los delincuentes no coincidencia– murieron cerca del
existieran habría que inventarlos. final de la Primera Guerra; hacia
En efecto: aunque Marx no lo dice, 1920 la sociología europea se opacó.
si dejamos volar la imaginación y Esto se explica porque la Gran
pensamos en una fantasmagóri- Guerra arrasó Europa. En 1914 las
ca huelga general de delincuentes, potencias europeas habían creído
veremos que se derrumbaría todo que ésta sería una guerra de ejér-
el sistema: se volverían inútiles los citos –como la franco-prusiana de
seguros, los bancos, las policías, las 1870– y que duraría algunos meses.
aduanas, las oficinas de impuestos, Pero fue la primera guerra total; se
etc. Sin duda sería una verdadera jugó el potencial económico de los
catástrofe. beligerantes durante cuatro san-
En el pensamiento de Marx y grientos años, en que los jóvenes
de Engels llama la atención el to- morían despanzurrados a bayone-
tal desprecio por el subproletaria- tazos, de tétanos en el barro o enve-
do (Lumpenproletariat), que es el nenados o enceguecidos por gases
nombre marxista de la mala vida tóxicos. Se consideró enemiga a la
positivista. Lo consideraban una población civil y los centros indus-
clase peligrosa, inútil, incapaz de triales y económicos fueron objeti-
cualquier potencial dinamizante y vos bélicos.
siempre dispuesta a aliarse con la Al final de la guerra estaban to-
burguesía. Estas afirmaciones pe- dos los contendientes agotados y sus
saron más tarde en el marxismo economías destruidas. La interven-
128
El parto sociológico

ción de Estados Unidos inclinó la Los pensadores europeos trata-


balanza, pero los imperios centrales ban de explicar el desastre con ta-
cayeron cuando los otros no esta- lante depresivo. Oswald Spengler
ban para nada bien parados. Europa con La decadencia de occidente y
se suicidó con esa guerra que, por Vilfredo Pareto con la de las elites
cierto, está bastante olvidada por los eran los dark de la época. Además,
historiadores. Para colmo, inmedia- los totalitarismos que se iban ins-
tamente después de la guerra sobre- talando despreciaban a quienes
vino una terrible epidemia de gripe pretendían explicarles qué pasa-
que mató a unos cuantos millones. ba, porque los dictadores siempre
lo saben y cuando alguien les dice
que se equivocan suelen matarlo.
La sociología nunca tuvo buena
La criminología acogida en las dictaduras: nuestra
sociológica seguridad nacional quiso incorpo-
de Estados Unidos rar la carrera a la Facultad de De-
recho y reducirla a una escuela de

E l gran beneficiario de la Prime-


ra Guerra fue Estados Unidos,
que no la sufrió en su territorio. El
mercadotecnia.
Mientras Europa no lograba ex-
plicar su eclipse y dominaban las
presidente Wilson pensaba ratificar respuestas de los iluminados como
el tratado de paz de Versalles, pero Hitler, Mussolini, Dollfuss, Stalin,
los republicanos ganaron las elec- Oliveira Salazar, Petain o Franco,
ciones, asumieron pésimos presi- Estados Unidos estaba en la cresta
dentes, no ratificaron el tratado de de la ola: le llovían capitales, mi-
paz y Europa quedó sola y devas- llones de emigrados europeos, sus
tada, con una masiva corriente de ciudades crecían de modo incon-
emigrantes que se dirigían hacia tenible, el melting pot era más pot
Norteamérica. Los vencedores in- que melting, la especulación finan-
sistieron en el suicidio porque para ciera alcanzaba el nivel de un ver-
recuperarse tuvieron la brillante dadero orgasmo económico. Todo
idea de imponerle a Alemania una esto creaba problemas, pero se los
reparación de guerra de pago impo- encaraba con el optimismo propio
sible, humillaron y desestabilizaron de quien ganó la lotería.
a la República de Weimar, fomen- Eran los locos años 20 con su
tando los extremismos y abriéndole fondo de Charleston y fonógrafo.
el camino a un cabo austríaco que Los norteamericanos que se consi-
tomó la batuta de la mayor locura deraban auténticos descendientes
criminal del siglo. del Mayflower se sentían invadi-
129
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

dos por los inmigrantes. Habían del territorio del principal deman-
prohibido la marihuana para rea- dante, provocando las masacres
firmar su puritanismo frente a los en curso en México (cuarenta mil
mexicanos, pero ahora les llegaba muertos, decapitados y castrados,
la cultura de la taberna de la mano en cuatro años) y América Central,
de los católicos y los luteranos. en tanto que dentro del territorio
Para reafirmar su supremacía cul- del gran consumidor sólo se distri-
tural puritana emprendieron una buye, lo que es a la vez la actividad
cruzada contra el alcohol, impul- menos violenta y más rentable del
sada por viejas locas que rompían tráfico. Algunos sospechan que
tabernas a los alaridos y que logra- proporcionó parte de los recursos
ron imponer una reforma consti- necesarios para los salvatajes ban-
tucional que prohibía la venta de carios en la reciente crisis.
bebidas alcohólicas. Pero volvamos a los roaring
Toda prohibición que reduce la twenties y a la jazz age. Era obvio
oferta y deja en pie una demanda que estos problemas debían llamar
rígida, hace que la porquería pro- la atención de los sociólogos nor-
hibida adquiera una plusvalía que teamericanos. Como es sabido, una
la convierte en oro y desata com- de las grandes virtudes de Estados
petencia por su producción y dis- Unidos es su considerable espacio
tribución en el mercado ilícito. En de libertad académica, sólo opaca-
el caso del alcohol, tanto su produc- do en la posguerra con la campaña
ción relativamente barata como su del senador McCarthy. En uso de
distribución se realizaban dentro este espacio, el pensamiento acadé-
del propio territorio. mico se separó y denunció la ideo-
La contención de la oferta era ne- logía que dominaba en los cuadros
cesaria para mantener el efecto alquí- de la administración.
mico de la prohibición, pero desató Por efecto de la autonomía aca-
una violencia competitiva con altísi- démica, una cosa fue la adminis-
mo grado de corrupción del aparato tración y el gobierno (y la Suprema
punitivo y político, provocando una Corte), que seguían en la línea del
letal simbiosis de criminalidad astuta spencerianismo racista admira-
y violenta nunca antes vista. do por Hitler en Mein Kampf, y
Este fenómeno de los años 20 fue otra lo que ocurría en las univer-
aleccionador, porque con la cocaína sidades, donde se respiraban otros
se apeló a una distribución interna- aires: Franz Boas renovaba la an-
cional del trabajo: la producción y tropología y sentaba las bases del
el control de la oferta –con su con- culturalismo, que dejaba de lado
siguiente violencia– quedan fuera los pretendidos naturalismos bio-
130
El parto sociológico

logistas y creaba la escuela en que minología etiológico-social.


descollarían Margaret Mead, Ruth Además de sepultar la carga de
Benedict y Clyde Kluckhohn. Este racismo manifiesto de su preceden-
último llegó a escribir que incluso te, encaró el problema por la vía
nuestras creencias más profundas y adecuada y fue el paso necesario
nuestras convicciones más queridas para llegar a lo que hoy parece casi
pueden ser la expresión de un pro- evidente: no se puede explicar el de-
vincianismo inconsciente. lito sin analizar el aparato de poder
En este clima la cuestión crimi- que decide qué define y qué reprime
nal empezó a ser estudiada socioló- como delito.
gicamente, a ser trabajada con in- Debido a esta omisión, los plan-
vestigación de campo, a preguntar teos de la primera etapa de la crimi-
qué condiciona el delito en la socie- nología sociológica –que se extien-
dad. De este modo, con el paso del de hasta las décadas de los años 60
primado de la sociología de Europa y 70 del siglo pasado– son un tanto
a Estados Unidos dio comienzo una ingenuos y hasta simplistas, pero
nueva etapa de la criminología. crearon todo un arsenal conceptual
De aquí en adelante puede decir- sin el cual no hubiese sido posible la
se que comenzamos a hablar en se- etapa posterior.
rio, aunque al principio no del todo, Estos sociólogos norteamerica-
porque la criminología arrastrará nos desde 1920 hasta fines de los
durante décadas una falla funda- años 60 se seguían preguntando
mental: seguirá preguntándose por por la etiología del crimen, dicho
el delito y dejará de lado el funciona- más simplemente, por las causas
miento del poder punitivo. El apara- del delito. Aclaro que lo de causas
to penal del estado no entraba en el no debe entenderse en sentido li-
campo de investigación de esta cri- teral, porque la sociología no es la
minología. Si bien no lo legitimaba física –pese a Quetelet–, pero valga
activamente, lo hacía por omisión: la expresión sólo por gráfica.
si no me pregunto por algo es por- En esta búsqueda de causas,
que creo que funciona bien. factores, correlaciones o como se lo
Aunque es inevitable que quien quiera llamar, fijaron su atención
pregunte sobre la etiología social en cinco diferentes fuentes: 1) en la
del delito en algún momento se desorganización social, 2) en la aso-
tope con el propio aparato punitivo ciación diferencial, 3) en el control,
como reproductor de buena parte 4) en la tensión, y 5) en el conflicto.
del fenómeno, éste era un camino De este modo, se abrieron cinco
que aún debía ser transitado. Esta grandes corrientes en esta etapa de
fue la función que cumplió la cri- la criminología sociológica.
131
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Todo esto parece muy complica- les, éxitos súbitos, ídolos surgidos
do, pero no lo es en absoluto. En de- de la noche a la mañana y sin ma-
finitiva, esta criminología socioló- yor esfuerzo adorados por mujeres
gica elaboró conceptos que rondan hermosas, ofertas de autos lustro-
en cualquier mesa de café donde sos, cuando estos objetos no están
alguien pregunte por las causas del al alcance de la generalidad de las
delito y se opine con cierto sentido personas. Esta es la esencia de las
común desde la ingenuidad de des- teorías de la tensión.
conocer el papel del propio aparato Por último, habrá alguno que
represivo. observe que reina un individualis-
Confieso que debo contener la mo en el que cada uno tira para su
sonrisa cuando escucho en algu- lado, que todos son grupos de inte-
nas sobremesas lanzar estas teorías reses que chocan y se matan entre
por quienes ni sospechan que hubo ellos. No es muy diferente la base
quienes las envolvieron para regalo sobre la que se elaboraron las teo-
con todo el arsenal del vocabulario rías del conflicto.
sociológico. Era niño cuando escu- Pero todas estas opiniones de
chaba a los gorilas afirmar que la in- sentido común –que la criminolo-
vasión de cabecitas negras a la ciu- gía sociológica sofisticó entre 1920
dad había desorganizado todo. Con y 1970– no son incompatibles. Los
un sentido político más democráti- contertulios de la sobremesa o del
co, por cierto, pero esta es la esencia café discuten, pero en definitiva –si
de la teoría ecológica de la Escuela saben escuchar al otro– no termi-
de Chicago de los años 20 y 30. narán en una gresca, y hasta no
¿Quién no ha oído a alguien faltará quien pretenda compatibili-
afirmando que el delito juvenil zar las opiniones con cierto asenti-
obedece a la falla de la familia, de miento general.
la escuela, etc., a la consabida falta ¿Qué es lo que permite hacer
de educación? Estas son las teorías compatibles estas opiniones? Si lo
del control. pensamos un poco, veremos que
Otros hay que en la sobremesa es el fondo común de confianza en
sostienen que se crían en la villa, que la sociedad puede mejorar y
donde hay narcos y delincuentes. superar esos factores o causas. Es
Un poco más sofisticadamente, es la opinión de que tenemos que ir
cierto, pero en el fondo eso se res- para adelante, que Pepe, Pancho o
pira en la teoría de la asociación Quique son unos corruptos que hay
diferencial. que echar o con los que hay que aca-
No falta el que denuncia que la bar, pero que al final podemos tener
televisión muestra riquezas fáci- una sociedad mejor.
132
El parto sociológico

Si bien la mayoría de los taxis- moviendo obstáculos puede supe-


tas porteños son razonables, por lo rar las causas del delito. En el fon-
que les pido perdón por lo que si- do, todos admitirían que se puede
gue, pues está lejos de mi intención mejorar a quienes sufren esos fac-
fabricar un estereotipo, lo cierto es tores y traerlos junto al resto. Qui-
que con cierta frecuencia nos vemos zá sin saberlo están postulando un
obligados a soportar que alguno concepto borroso o no técnico del
de sus compañeros que escuchan modelo de estado social.
radio nos atormenten con que la El taxista fascista (insisto, que
única salida es la mano dura, que se no se enoje el resto de los mucha-
necesita una mano fuerte, que hay chos taxistas, pero reconozcan que
que poner orden dando garrotazos, tienen algunos compañeritos así;
meter bala, que en la dictadura no no son los únicos, todos los tene-
pasaban estas cosas, que no se puede mos), llega y rompe el esquema.
llenar el país de bolivianos y otros ¿Por qué? ¿Qué propone? También
conceptos politológicos semejantes. intuitiva y borrosamente está pro-
Bien: supongamos que el taxista poniendo un modelo de estado
con ese discurso se suma a la ter- diferente, en el que una autoridad
tulia y lanza estas ideas al ruedo. vertical no discuta sino que haga
Los que hasta entonces discutieron, que cada cual se quede en su lugar
si bien con diferente grado de con- y no moleste, mediante un ejercicio
vicción, le responderán: Estás loco, ilimitado del poder represivo. Eso
después nos matan a todos, no pa- no es más ni menos que el modelo
saban porque no sabías, no, yo no del estado gendarme.
quiero volver a eso, les dejás la mano ¿En qué terminan discutiendo
libre y agujerean a cualquiera, no, los que le contestan? En la crítica al
eso tampoco es vida, y de inmediato aparato del poder represivo. Hicie-
irán más allá y se pondrán a discu- ron todo el recorrido y acicateados
tir sobre la corrupción policial. por el taxista llegaron por intuición
¡Asombroso! ¡Los contertulios a la criminología de los años 70.
del café o de la sobremesa habrán A esto quería llegar: no lo du-
recorrido el camino de la crimino- den, la discusión –aunque no
logía sociológica del siglo XX! ¡La nos demos cuenta– es política.
intuición los habrá llevado hasta lo Los sociólogos de este período se
que la sociología tardó más de cua- identificaban, preparaban o an-
renta años en descubrir! daban alrededor del populismo
Los de la primera discusión se norteamericano, del New Deal de
movieron dentro del esquema de Franklin Delano Roosevelt, de un
que la sociedad puede avanzar y re- modelo de welfare State, de estado
133
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

social. Estaban enfrentados con el que el debate de fondo –con epicen-


modelo de estado gendarme, con tro en Estados Unidos y más evi-
los afroamericanos iguales pero se- dente en la actualidad– sigue siendo
parados (como había dicho la Su- entre dos modelos de estado: el so-
prema Corte), supremacía blanca, cial o incorporativo y el gendarme o
Ku Klux Klan, patriarcalismo, si- excluyente. That´s the question.
lla eléctrica, y todo el pro-nazismo Pero volvamos a este período
de esos años, Henry Ford, Charles para ver más de cerca lo que cada
Lindbergh, etc. una de las cinco corrientes mencio-
Pasó el tiempo y la criminología nadas dejó al descubierto y extraer
siguió el curso que iremos viendo, los elementos que nos permitan
pero es bueno advertir desde ahora comprender el curso posterior.

134
Desorganización,
asociación diferencial
y control

C omo los mayores conflictos pro-


ducidos por la súbita explosión
económica acontecían en las ciuda-
en la sociología urbana, que fue lo
que hizo el Instituto de Sociología de
la Universidad de Chicago en las pri-
des y en ellas se tenía una general meras décadas del siglo pasado. La
sensación de desorganización, era ciudad era ideal, pues Chicago había
natural que los investigadores socia- pasado de cuatro mil a tres millones
les racionales centraran su atención de habitantes en un siglo.
135
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Quienes vivimos en ciudades en el plano institucional el elemen-


grandes alguna vez escuchamos eso tal principio de igualdad impide en
de me quiero ir a vivir tranquilo al buena medida estas distinciones.
campo. Algo parecido sucede con la Otro concepto aportado por
tónica que los de Chicago tomaron Cooley fue el de roles maestros. En
de Charles Cooley, que era profesor la sociedad hay ciertos roles que
de Michigan. condicionan todos los demás, como
Para atribuir los problemas –en- el del médico, el del sacerdote, etc.
tre ellos la criminalidad– a que algo El albañil o el carpintero son bas-
se desorganiza, debe presuponerse tante libres para ir de copas o tra-
que antes algo estaba organizado. vestirse si les gusta, pero no sucede
Pues bien: para Cooley lo organiza- lo mismo con el cura o el intenden-
do era la vida provinciana. Así, se te. Algo parecido pasa con los roles
ha dicho que el sello de la escuela asociados al poder represivo, como
era nostálgico de la sociedad de pe- el policía, el juez y también el pro-
queño contorno. pio criminalizado. A este último la
Sin embargo, Cooley aportó estigmatización consiguiente a la
algunos conceptos que tienen vi- criminalización lo obliga en buena
gencia hasta el presente, como la medida a asumir su rol desviado.
distinción entre grupos primarios y Se trata de algo parecido a un gran
secundarios. Los grupos primarios teatro en el que algunos personajes
eran para este autor los de crianza tienen su papel muy marcado, en
y formación, la familia, los viejos tanto que otros pueden apartarse
del pueblo, etc., en tanto que los se- más creativamente del libreto.
cundarios eran las instituciones. La La figura más destacada de la
diferencia entre ellos se centra en el primera escuela de Chicago fue Wi-
trato, que en los grupos primarios lliam I. Thomas, que revolucionó la
es personalizado y en los secunda- metodología sociológica en una in-
rios despersonalizado. vestigación sobre El campesino po-
Esta diferencia fundamental se laco en Europa y en América, lleva-
deja de lado al pretender que un da a cabo junto al polaco Znaniec-
grupo secundario reemplace a uno ki, porque incorporó cartas, auto-
primario (que el internado o el asilo biografías y otros materiales hasta
reemplacen a la familia o que el juez entonces considerados científica-
de menores sea el padre). El padre y mente heterodoxos. Thomas diri-
la madre, si no están locos, deben gió la escuela hasta 1920, cuando
dar a cada hijo un trato conforme expulsado de la universidad por-
a sus características, necesidades, que lo encontraron en un hotel con
virtudes y carencias, en tanto que una mujer casada. Por lo visto, las
136
Desorganización, asociación diferencial y control

autoridades académicas considera- Burgess dividió la ciudad en


ban que a los sociólogos les estaban cinco zonas concéntricas: I) la
prohibidas las relaciones sexuales central, con actividad comercial
extra-código. intensa, II) el círculo siguiente
Para nosotros el aporte más im- tiende a ser invadido por el ante-
portante de este sociólogo es el lla- rior, por lo que las viviendas son
mado teorema de Thomas, según el precarias y ocupadas por los recién
cual si los hombres definen las situa- llegados, III) la zona ocupada por
ciones como reales, sus consecuen- los obreros que huyen de la ante-
cias son reales. Esto tiene una in- rior, IV) la residencial, y V) la de
mensa validez en todos los órdenes los suburbios o conmutación.
sociales: es conocida la experiencia Señalaba que la zona de des-
de Orson Welles en Nueva York en organización permanente era la
1938 cuando anunció por radio una II, por la continua invasión de los
invasión de marcianos. Lo mismo inmigrantes que luego pasaban a
pasa con las tasas de criminalidad: la III. No encontraba diferencias
poco importa su frecuencia o gra- étnicas, pues el traslado a la III no
vedad, pero si se da por cierto que arrastraba la criminalidad.
son altas, se reclamará más repre- En general, la escuela de Chicago
sión, los políticos accederán a eso y representó un notorio progreso, en
la realidad represiva será como si la particular por su antirracismo y por
gravedad fuese auténtica. inaugurar una sociología criminal
Después de la aventura sexual urbana mucho más razonable. Por
de Thomas, sus colegas se enoja- supuesto que tuvo limitaciones im-
ron con la universidad y lo eligie- portantes, pues la criminalidad que
ron presidente de la Asociación observaba era sólo la de los pobres,
Americana de Sociología, pero en y la zonificación de Burgess es pro-
la escuela de Chicago continuaron pia de una sociedad muy dinámica,
Robert Park y Ernest Burgess. en crecimiento permanente, pero
Park –que había estudiado con no podría explicar los fenómenos
Simmel en Alemania– fue quien de zonas precarias de las grandes
aplicó a la ciudad los conceptos concentraciones urbanas actuales.
tomados de la ecología (simbiosis, Por otra parte, la mayor cri-
invasión, dominio, sucesión) para minalización de los jóvenes de su
explicar los conflictos y la coexis- zona II no toma en cuenta que ésta
tencia de diferentes grupos huma- se hallaba bajo mayor control poli-
nos en un limitado territorio, por lo cial (los recién llegados siempre son
que también se conoce a este grupo sospechosos) y la precariedad habi-
como escuela ecológica de Chicago. tacional expone más a la crimina-
137
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

lización (los jóvenes de clase media nes favorables a la violación de la ley,


no tienen necesidad de fumar ma- que predominan sobre las definicio-
rihuana fuera de la casa). nes desfavorables a esa violación.
Erwin Sutherland, profesor de Con esto pretendía explicar la
la universidad de Indiana, se opuso criminalidad de forma más amplia
a la tesis chicaguiana de la desorga- que la escuela de Chicago, porque
nización, afirmando que no era tal los de Chicago no explicaban más
sino que se trataba de una organi- que los delitos de los pobres, en tan-
zación diferente. La idea central de to que Sutherland dejó en claro que
Sutherland era que el delito es una la criminalidad atraviesa toda la es-
conducta aprendida y que se repro- cala social y que hay tanto delitos
duce –como cualquier enseñanza– de pobres como de ricos y podero-
por efecto de contactos con defini- sos. Dejan de ser los prisionizados
ciones favorables y del aprendizaje la única cara visible de los delin-
de los métodos. cuentes y, como era de esperarse,
Aunque Sutherland no se refiere poco después, en 1949, Sutherland
a los crímenes de estado, lo cierto es publica un estudio sobre el crimen
que cuando nos preguntamos cómo de cuello blanco (White Collar Cri-
es posible que cometan atrocidades me) que ha devenido un clásico en
las personas entrenadas precisa- criminología y cuya dinámica antes
mente para evitarlas, caemos en no era comprensible.
la cuenta de que eso responde a Si bien Sutherland no llegó a
un proceso de aprendizaje en una incorporar el poder punitivo a la
agencia que, por autonomizarse del criminología, dio un paso funda-
control político, abunda en defini- mental y dejó la cuestión en el lí-
ciones favorables al delito. Es claro mite, pues el delito de cuello blanco
que ha sucedido esto cuando nues- (grandes estafas, quiebras fraudu-
tros oficiales comenzaron a recibir lentas, etc.) dejaba al descubierto
definiciones favorables a conductas la selectividad de la punición. Era
criminales con la introducción de demasiado claro que los poderosos
los discursos importados del co- rara vez iban a la cárcel.
lonialismo francés a partir de los Como planteo general puede
años 50 del siglo pasado. observarse que el ser humano que-
Sutherland introdujo esta tesis en daba demasiado preso del medio:
la edición de su Criminology de 1939 la lectura de Sutherland –aunque
y la modificó en la de 1947, con su lo matizase bastante– no dejaba de
principio de la asociación diferencial: provocar la impresión de que el ba-
una persona se vuelve delincuente rrio causaba la delincuencia de los
por efecto de un exceso de definicio- pobres y el club la de los ricos.
138
Desorganización, asociación diferencial y control

La asociación diferencial llevó de Estas teorías subculturales re-


inmediato a otros sociólogos a pen- cibieron una respuesta crítica por
sar que no eran el barrio y el club, parte de dos sociólogos –Gresham
sino que había otros agrupamientos Sykes y David Matza– que en 1957
que entrenaban y, estudiando los publicaron un artículo en la revista
gangs o bandas, Cloward y Ohlin americana de sociología que marca
sostuvieron en los años siguientes un hito muy importante en la cri-
que se debían a la formación de sub- minología contemporánea: Técni-
culturas. Según ellos los que tienen cas de neutralización: una teoría de
menos chances sociales se agrupan la delincuencia.
y se someten a un aprendizaje dife- Si bien Sykes y Matza en los
rencial. Dicho más claramente: las años 50 tenían en vista a los jóve-
condiciones sociales desfavorables nes rebeldes sin causa (con filme
llevarían a la marginación y ésta póstumo de James Dean y la direc-
favorecería los agrupamientos de ción de Nicholas Ray y con música
semejantes con definiciones favo- de fondo y movimiento de caderas
rables al delito, o sea, una variable de Elvis Presley), lo cierto es que su
cultural o subcultura. tesis volvió a ocupar el primer pla-
Esta teoría subcultural presu- no en cuanto comenzamos a fijar-
pone la existencia de una cultura nos en los crímenes de masa de los
dominante, lo que no es sencillo en estados, porque la teoría de las téc-
sociedades plurales y menos aún nicas de neutralización parece estar
cuando las condiciones sociales hecha pensando en los genocidas.
desfavorables son las de la mayoría, Volveremos sobre esto más adelan-
como ocurre en muchísimos países te, pero pueden ustedes meditarlo
periféricos. desde ahora. De momento, veamos
En 1955 Albert K. Cohen expu- en qué consiste.
so una nueva teoría de la subcultura La tesis central de Sykes y Matza
criminal sosteniendo que como los es que los jóvenes delincuentes no
niños y jóvenes de los estratos des- niegan ni invierten los valores do-
favorecidos no podían ajustar su minantes, sino que aprenden a neu-
conducta a la cultura de clase media tralizarlos. Sería el efecto de recibir
que se les enseñaba en las escuelas, un exceso de definiciones que am-
reaccionaban rechazándola e invir- plían de modo inadmisible las cau-
tiendo esos valores. Cabe observar sas de justificación y exculpación.
que esta tesis negaba toda creativi- No se trata de que racionalizan
dad valorativa a las clases más des- actos perversos, porque la raciona-
favorecidas, pues se limitaban a in- lización es posterior al hecho, tiene
vertir los valores de la clase media. lugar cuando me mando una maca-
139
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

na y después trato de justificarme. una conducta aprendida, quepa


No, las técnicas de neutralización preguntarse por qué es más fácil-
son anteriores al acto, es algo que se mente aprendida por unos que por
aprende antes y permite realizarlo otros. Esto es lo que trataron de
en la convicción de que está justifi- responder las llamadas teorías del
cado o no es culpable. control, centradas en la familia y
Sykes y Matza descubren los si- en la escuela.
guientes cinco tipos de técnicas de No cabe duda de que estas ins-
neutralización: tituciones y las primeras vivencias
tienen muchísima importancia en
1) Negación de la propia respon- el curso posterior, pero esto perte-
sabilidad (Son las circunstancias nece más al campo de la psicología
que me hacen así, yo no lo elegí, es que al de la sociología, que más
mi madre castradora, es mi viejo rí- bien tendría que ocuparse de las
gido, la sociedad me hace así). condiciones sociales desfavorables
2) Negación del daño (No lasti- a su buen funcionamiento.
mo a nadie, tienen mucha más gui- Por eso no nos ocuparemos en
ta, no es tan grave, había ofendido a detalle de estas teorías, que son
mi vieja). muchas y, aunque no sea verdad
3) Negación de la víctima (Es él respecto de todas, lo cierto es que
que me agrede, yo sólo me defiendo, suelen dejar un sabor conserva-
son unos negros, unos maricones, dor y no siempre liberal. Al pres-
unos villeros, etc.). cindir de otros factores sociales
4) Condenación de los conde- provocan una sensación extraña,
nadores (La cana es corrupta, en la pues parecen sugerir pistas técni-
escuela me tratan mal, mi viejo es cas para provocar conformismo,
intolerante, los jueces son unos hi- consenso, homogeneización, lo que
pócritas). no siempre es saludable, porque al
5) Apelación a lealtades superio- no ocuparse de la mayor parte de
res (No puedo dejar solos a los com- los problemas sociales, darían por
pañeros, no puedo abrirme ahora de supuesto que la sociedad funciona
ellos, no le puedo fallar a los amigos, muy bien y que lo único que hay
tengo que hacerles la gamba). que hacer es domesticar prematu-
Vayamos pensando si estas téc- ramente a las personas.
nicas no son más propias de los Si el conformismo fuese el ideal
genocidas que de los rebeldes sin y hubiera un modo infalible de
causa. Pero, siguiendo en los años obtenerlo, la humanidad quedaría
50 y 60 del siglo pasado, es natu- huérfana de innovadores en todas
ral que si se piensa que el delito es las áreas y, con seguridad, el delito
140
141
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

no desaparecería, pues el confor- aparente estabilidad pero que nunca


mismo con el poder que maneja la configuran un sistema.
punición dejaría impunes los crí- Como no hay ninguna forma
menes del poder. que permita verificar que la socie-
dad es un sistema o que se agote en
las reglas comunes para decidir los
Sistémicos conflictos entre grupos, creemos
y conflictivistas que tanto la concepción sistémica
como la conflictivista son algo así

D e las cinco corrientes en que como armarios de cocina en los que


se dividió la criminología so- se ponen las tazas, los platos, las co-
ciológica norteamericana antes de pas y los cubiertos (que en sociolo-
atender el propio poder punitivo gía serían los hechos empíricamente
conforme a los condicionamientos observados) y como los utensilios de
en que cada una reparaba, hemos la cocina no se pueden dejar despa-
sobrevolado las tres primeras (des- rramados por el dormitorio y en
organización, organización dife- algún lugar deben guardarse, el so-
rente y control) y nos restan las dos ciólogo debe elegir el tipo de arma-
últimas: tensión social y conflicto. rio que prefiere.
Éstas no sólo se disputan entre La elección no es indiferente,
ellas la etiología social del delito, pues los sistémicos tienen proble-
sino el concepto mismo de socie- mas para explicar por qué la socie-
dad. En tanto que las tesis sistémi- dad cambia, en tanto que los con-
cas conciben la delincuencia como flictivistas los tienen para explicar
resultado de tensiones provocadas por qué hay componentes que son
dentro de un sistema, las conflicti- más estables, por lo que en ninguno
vistas la explican como resultado de ambos armarios caben con co-
del permanente conflicto entre gru- modidad todos los utensilios.
pos sociales. Dentro de los sistémicos los hay
Aquí yace el enfrentamiento en- más o menos radicales y, por cier-
tre dos diferentes ideas de la socie- to, los más extremistas se acercan
dad: para unos la sociedad es un sis- hasta casi identificarse con el viejo
tema que abarca todas sus partes, las organicismo. No obstante, de aquí
relaciones entre éstas y las relaciones no puede deducirse que todos los
del conjunto con el medio externo, sistémicos sean reaccionarios y los
en tanto que para otros es un con- conflictivistas progresistas, pues
junto de grupos en conflicto que es- los ha habido para todos los gustos.
tablecen en ocasiones reglas de juego El sociólogo sistémico más in-
para resolverlos, que le otorgan una teresante para la criminología fue
142
Desorganización, asociación diferencial y control

Robert K. Merton, que hizo época conformista es el socialmente adap-


en la sociología norteamericana a tado, el ritualista se identifica con
partir de su obra más difundida, el burócrata, el retraído es el vago,
Social Theory and Social Structure, mendigo, alcohólico, etc. y el rebel-
publicada en 1949. de es el renovador social que quiere
Merton explica el delito como cambiar la estructura.
resultado de una desproporción en- El innovador es la categoría
tre las metas sociales y los medios mertoniana que abarca varios per-
para alcanzarlas. sonajes, como el inventor, pero a la
Si la meta social es la riqueza, los que también corresponden los lla-
medios para alcanzarla son pocos y, mados delincuentes, o sea, los que
por ende, se genera una tensión por- eligen caminos que no son los ins-
que no todos pueden llegar a ella. titucionales para acceder a la meta.
Es como un concurso: a medida Según Merton esto explica que el
que avanzan las pruebas van que- delito no sea producto de la simple
dando excluidos más concurrentes limitación de medios para alcanzar
hasta que llegan unos pocos. A esta riqueza ni de la aislada exaltación
desproporción la llama anomia (la de las metas pecuniarias, sino que
palabra la toma de Durkheim, aun- es necesario combinar ambas para
que para éste era otra cosa). que se produzca la desviación.
Por supuesto, no todos los que La tesis de Merton merece crí-
quedan fuera de concurso delin- ticas, como que no logra explicar
quen, por lo cual Merton afirma la el delito de cuello blanco, no pare-
existencia de cinco tipos distintos ce tomar en cuenta la delincuencia
de adaptación individual, según la grupal y, sobre todo, por la dificul-
aceptación o el rechazo de las metas tad que tiene para definir las metas
o de los medios institucionales: comunes en sociedades plurales.
(1) Se aceptan las metas y los Pero de cualquier manera no puede
medios (conformismo). ignorarse que aportó una serie de
(2) Se aceptan las metas y se re- conceptos que iluminan hasta hoy
chazan los medios (innovación). la criminología.
(3) Se rechazan las metas y se Así, partiendo del teorema de
aceptan los medios (ritualismo). Thomas enunció la idea de la pro-
(4) Se rechazan las metas y los fecía que se autorealiza (si corre el
medios (retraimiento). rumor de que el banco está en la
(5) Se rechazan las metas y los quiebra y todos los clientes retiran
medios, pero se proponen nuevas sus ahorros, el banco termina en la
metas y medios (rebelión). quiebra). Otro aporte es la idea de
Conforme a este esquema, el alquimia moral, que hace que lo
143
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

positivo y virtuoso para el in-group policía adopta el modelo militar y


resulte negativo y vicioso en el out- termina en que alguno asume el rol
group (es bueno que los jóvenes es- de Rambo, o cuando la clase media
tudien para progresar, pero es malo adopta como modelo a la clase alta
que lo hagan los presos, porque lo (es la ridiculización de Jauretche en
hacen para delinquir mejor). El medio pelo).
Una contribución interesantísi- Si bien Merton fue un sociólo-
ma de Merton, en especial cuando go sistémico, lo fue en una medida
se incorpore el sistema penal, son muy prudente. El modelo de arma-
las ideas de incapacidad adiestrada rio que eligió para poner los utensi-
y de psicosis profesional, sintetiza- lios de la cocina era un tanto modu-
das en el adiestramiento burocrá- lar, es decir, que a medida que tenía
tico –y profesional en general– que nuevas cacerolas lo ampliaba para
proporciona un modo de ver que es guardarlas. Pero no todos los sis-
también un modo de no ver, o sea témicos fueron iguales, porque no
que enfocar un objeto es algo que al faltaron los que, cuando no les ca-
mismo tiempo presupone el desen- bían las cacerolas, las tiraban o las
foque de otro objeto: el gorila invi- abollaban para meterlas a la fuerza.
sible de los modernos psicólogos de En efecto: hay toda una socio-
Harvard. logía que sostiene una dictadura
Esto explicará luego algunas del sistema. Parten de describir
características kafkianas en los seg- un sistema, para ellos esa es la so-
mentos del sistema penal. Muestra ciedad y, a partir de allí deducen
cómo la adhesión a las reglas ter- todo lo necesario para mantenerlo
mina convirtiendo un medio en un en equilibrio. Por lo general, esta
fin y desplaza las metas, con lo cual sociología no se ocupa mucho de
deja de importar el resultado con la criminología en forma expresa,
tal de que se observen las formas podemos decir que casi nada, por-
(no tiene importancia la presencia que se limita a dar por sentado que
del cadáver si no hay certificado de el poder represivo forma parte del
defunción). sistema como necesario para man-
Hay otros aportes no menos in- tener su equilibrio. Sus mayores
teresantes por su utilidad en el aná- exponentes fueron Talcott Parsons
lisis del sistema penal, como el trato en Estados Unidos y su discípulo
despersonalizado de la clientela del alemán Niklas Luhmann. No nos
burócrata, que alcanza límites insó- ocuparemos aquí de los detalles de
litos en el sistema penal, o la idea de estas corrientes sociológicas, por-
grupo de referencia que es adopta- que son muy complejos y no tienen
do como modelo, como cuando la consecuencias criminológicas ex-
144
Desorganización, asociación diferencial y control

presas, pero las tienen tácitas y son ponde al paradigma etiológico legi-
importantes. timante ni al de la reacción social,
Estas posiciones sistémicas ex- sino al de la pura represión como
tremas reconducen al organicismo, necesidad del sistema, en la medida
porque en definitiva lo único im- en que sea necesario para producir
portante para ellas es el sistema y su consenso, lo que para Wilson sería
equilibrio. Pero a diferencia del vie- equivalente a satisfacer las exigen-
jo organicismo criminológico po- cias de la publicidad vindicativa
sitivista racista, ya no les preocupa de la demagogia mediática: si la
la etiología del crimen, sino única- opinión pública pide encerrar a to-
mente lo que el sistema debe hacer dos los negros, debemos invertir
para no desequilibrarse o para ree- doscientos mil millones de dólares
quilibrarse. anuales para hacerlo.
De este modo, podría concluir- Cabe aclarar que a Parsons y
se que si la criminología mediática a Luhmann podemos criticarlos,
crea una realidad que genera tal pero son sociólogos, en tanto que
pánico en la sociedad que ésta re- James Q. Wilson no es un sistémi-
clama una represión enorme, habrá co, sino un reaccionario con espa-
que darla porque es necesaria para cio mediático que no creo que haya
normalizar la situación y reequili- estudiado mucho a nadie.
brar el sistema. No es puro azar que Los conflictivistas son los que
las consecuencias prácticas de las parten de la idea opuesta de socie-
versiones más radicales de esta teo- dad, concibiéndola como resultado
ría coincidan con lo postulado por de los conflictos entre diferentes
el politólogo norteamericano de grupos que en ocasiones encuen-
extrema derecha James Q. Wilson, tran algún equilibrio precario, pero
que afirma que es inútil pregun- que nunca es un sistema. Sus ante-
tarse por las causas del delito, pues cedentes se remontan a Marx y a
lo único eficaz que puede hacer el Simmel, pero la primera expresión
estado no es neutralizar esas causas moderna del conflictivismo crimi-
sino reprimir el delito. Es claro que nológico fue la del holandés Willen
para quienes pretenden reducir el Bonger, quien a comienzos del siglo
estado a casi nada para dejar todo pasado rechazaba todas las tesis que
en manos del mercado (al estilo subestimaban los factores sociales
Reagan-Bush), lo único bueno que del delito, enfrentando al positivis-
debe hacer ese cadáver insepulto mo y en particular a Garofalo.
del estado es castigar a los pobres. Desde una perspectiva marxis-
La teorización sistémica acaba ta afirmaba que el sistema capita-
en una criminología que no res- lista generaba miseria por imponer
145
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

egoísmo en todas las relaciones y sostuvo la teoría del conflicto gru-


por ello era el único creador del pal, concibiendo la sociedad como
delito, tanto en las clases despro- configurada por grupos de inte-
vistas como en la burguesía. Ne- reses que compiten entre sí y en la
gaba de este modo el pretendido medida en que esa competencia se
carácter socialista de las tesis de acentúa se refuerza la solidaridad
Ferri. Rechazó de plano el biolo- del grupo, pero también esas pug-
gismo criminológico y combatió nas determinan la dinámica social.
frontalmente la esterilización y el El proceso de legislar, violar la ley
racismo, lo que constituye un mé- e imponerla policialmente, en el
rito que hoy nadie puede negarle. fondo respondería a la dinámica
Afirmaba que el delito resulta de los conflictos entre grupos, en
de las condiciones de superviven- la que pierden quienes no tienen
cia de los trabajadores obligados a suficiente poder para imponer sus
competir entre sí, resaltando algo intereses.
que suele ser pasado por alto inclu- Desde esta perspectiva afirmaba
so por criminólogos progresistas: la Vold que buena parte del delito es
pobreza no genera mecánicamente producto de los conflictos intergru-
el delito callejero, sino cuando se pales. En esos mismos años estas
combina con el individualismo, el tesis recibieron desde la sociología
racismo, las necesidades artificiales general el impacto de la obra de
y el machismo. Ralf Dahrendorf sobre el conflicto
Si bien Bonger fue considerado de clases en la sociedad industrial.
durante muchos años el exponen- Las teorías del conflicto no po-
te de la criminología marxista, lo dían menos que irse aproximando
cierto es que seguía haciendo cri- a la crítica al poder punitivo, de
minología etiológica y no llegaba a modo que muchas de ellas quedan
la crítica del propio poder crimina- a caballo entre esta criminología
lizante, por lo que los criminólogos etiológica y la que veremos segui-
marxistas más modernos lo consi- damente. Por otra parte, cuando se
deran un marxista formal. mantienen dentro de la crimino-
Más adelante, en los años 30, logía etiológica, a medida que en-
fue Thorsten Sellin quien volvió al cuentran la etiología en planos de
planteo conflictivista, pero desde el análisis social más macro, es más
punto de vista del pluralismo cul- difícil deducir medidas concretas
tural que, como vimos, había sido de política criminológica, pues de-
una determinante de la prohibición penderían de muy profundas refor-
alcohólica. mas estructurales. Aunque parez-
En los años 50, George B. Vold ca mentira, la regla parece ser que
146
Desorganización, asociación diferencial y control

cuanto más radical es una crítica al A continuación veremos el mo-


poder social, tiene en lo inmediato mento en que se produce lo que
menos posibilidades de modificarlo como resultado de este recorrido se
y, por consiguiente, de molestarlo. hacía inevitable: la incorporación
De allí que los que lo ejercen las del aparato de poder punitivo al
consideren más inofensivas. análisis criminológico.

147
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

148
¡Se cayó la estantería!

D esde los años 30 la sociología


norteamericana venía demo-
liendo la visión convencional de la
ción social. Samuel Stouffer y Paul
Lazarsfeld desnudaron la manipu-
lación de la opinión y el efecto de
sociedad. Los surveys, como Midd- la radiotelefonía, que de juego de
letown (Robert S. Lynd y Helen niños pasó a decidir la elección de
Lynd) y Yankee City (William Lloyd Roosevelt. El premio Nobel sueco
Warner) mostraron la estratifica- Gunnar Myrdal, con su American
149
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Dilemma, ponía de relieve los efec- The Power Elite, donde trata de
tos de los prejuicios de los blancos establecer quién tiene el poder en
sobre el comportamiento de los la sociedad norteamericana y ob-
negros. Los informes de Alfred C. serva visionariamente que a una
Kinsey sobre las prácticas sexuales verticalización y burocratización
despertaron un griterío histérico iba correspondiendo una sociedad
sin precedentes. de masas y no de públicos. Hacía
Algunos aportes de la microso- notar que desaparecían las aso-
ciología iban por igual camino. Wi- ciaciones voluntarias y los medios
lliam Foote White en La sociedad masivos manipulaban la opinión.
de la esquina, metido en medio de En una tercera obra –La imagina-
un grupo de inmigrantes italianos ción sociológica (1959)– le tomaba
(método del observador participan- el pelo a la sociología sistémica de
te) puso de manifiesto en 1947 que Parsons, la llamaba la gran teoría
el líder no era el más hábil, sino que y la acusaba de escamotear el pro-
era el más hábil porque era el líder, blema del poder con lenguaje os-
lo que es importante para com- curo (decía que aún era necesario
prender la resistencia a cualquier traducirlo al inglés).
cambio en las agencias del sistema Como vemos, es incuestionable
penal (y de la política en general: que las cosas no surgen de la nada,
no me cambien las reglas del juego, sino que las palabras de la acade-
porque con estas estoy ganando y mia tienen una continuidad y nunca
con las nuevas puedo perder). son obra de alguien que las inventó
En la teoría sociológica general mientras se afeitaba o se maquillaba.
la tónica la daba Charles Wright En este clima creado por la so-
Mills, un sociólogo difícil de clasi- ciología general a lo largo de más
ficar, pero buen demoledor de pre- de veinte años, la criminología so-
juicios. Hay tres obras de este autor ciológica no podía seguir pregun-
que son señeras. tándose por las causas del delito sin
En White Collar (1951) describe reparar en el poder punitivo.
e ironiza la formación de la clase Hasta ese momento nadie había
media, cercana a la clase obrera analizado el ejercicio del poder repre-
pero diferenciándose en estatus sivo. El delito podía atribuirse a mu-
y prestigio. Observa que no es un chos factores, incluso al poder mismo,
grupo homogéneo, sino una pirá- pero del sistema penal en particular
mide superpuesta a otra pirámide. nadie se ocupaba. No obstante, no se
Sus ironías son válidas para buena podía seguir avanzando sin tomarlo
parte de nuestras clases medias la- en cuenta y, al hacerlo, podemos decir
tinoamericanas. Otra es sin duda que se cayó la estantería.
150
¡Se cayó la estantería!

La caída de la estantería es algo qué responde esta diversificación.


que en términos científicos fue bau- Toda la criminología de la reac-
tizado hace algunos años por Kuhn ción social, por el mero hecho de
de un modo más elegante: cambio introducir en su campo el sistema
de paradigma. Significa que se ca- penal y el poder punitivo, no puede
yeron todas las tazas y se mezcla- menos que criticarlo (por eso tam-
ron con otras y, por ende, se deben bién la llamamos crítica).
reponer en un nuevo orden y con Pues bien: la crítica al sistema
unas cuantas tazas nuevas en un penal es una crítica al poder y, por
nuevo armario. Eso es lo que suce- ende, puede quedarse en el nivel del
de en la ciencia cuando se rompe el sistema penal (o sea, del aparato
marco dentro del cual todos pen- represivo) o elevarse hasta diferen-
saban y se propone otro diferente, tes niveles del poder social. Puedo
como pasó con Copérnico, Einstein analizar y criticar lo que hacen la
y otros. policía, los jueces, los penitencia-
Fue así que la discusión acerca rios, los medios, etc., o ir más arri-
de la policía, los jueces, etc., o sea, a ba y analizar su funcionalidad para
donde habían llegado nuestros vie- todo el poder social, económico,
jos amigos del café discutiendo con político, etc. y llegar a una crítica
el que quería mano dura y bala, fue del poder en general.
tomada por la criminología en los Se ha dicho que hay una crimi-
años 60 del siglo pasado. Dado que nología crítica que se queda en el
los habituales del café no habían nivel de los perros de abajo (under
patentado el cambio de paradigma, dogs), como máximo llega a los pe-
se perdieron los derechos de autor. rros del medio (middle dogs), pero
De este modo se abrió una nue- que no alcanza a los perros de arri-
va etapa en la criminología aca- ba (top dogs). Pues bien: a la que no
démica a la que, por incorporar el llega a los de arriba se la llamó –por
poder punitivo, se la llama crimino- cierto que con algún tono peyora-
logía de la reacción social, aunque tivo– criminología liberal y a la que
también puede llamarse criminolo- los alcanza criminología radical.
gía crítica. Aclaro que las denomi- En los años 70 la discusión entre
naciones son discutibles y prefiero ambas corrientes de la criminología
no perder tiempo en eso. crítica era fuerte, pero en las últimas
Dentro de esta nueva crimino- décadas, el giro brutalmente regre-
logía (de la reacción social o crítica) sivo de la represión penal, en espe-
pueden distinguirse dos corrientes, cial en Estados Unidos, ha llamado
que se han dado en llamar liberal y a cerrar filas y el enfrentamiento
radical respectivamente. Veamos a perdió fuerza. Los radicales, por lo
151
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

general basados en el marxismo no la liberal bastaban para demoler to-


institucionalizado (como la escuela dos los discursos corrientes con los
de Frankfurt), sostenían que los libe- que el derecho penal legitimaba el
rales eran reformistas, se quedaban poder punitivo en forma racional.
a medio camino y que debía llegarse Me asustó mucho ese artículo,
a una transformación más profunda porque pensé que podía demoler
de toda la sociedad. todo el derecho penal con conse-
Lo cierto es que la criminología cuencias imprevisibles para las ga-
radical, al elevar su crítica hasta rantías individuales, acerca del que,
esas alturas, no dejaba espacio para por otra parte, acababa de escribir
una política criminológica de me- cinco volúmenes insufribles. Por
nor alcance y, en sus expresiones eso intenté responderlo, natural-
más extremas, llevaba casi a una mente sin éxito, de lo que me con-
impotencia, porque había que es- vencí poco después.
perar el gran cambio, la revolución, En efecto, la criminología libe-
para tirar todo por la ventana (y de ral –reformista, de medio camino y
paso también la ventana). todo– bastaba para deslegitimar el
En tiempos en que muchos poder punitivo en forma irreversi-
creían que la revolución estaba a la ble. Esa criminología mostró que el
vuelta de la esquina, podía soste- poder punitivo es altamente selecti-
nerse una posición semejante, pero vo, que no respeta la igualdad, que
cuando los hechos demostraron se funda en el prejuicio de unidad
que lo que estaba encima era una valorativa social, que no persigue
reconstrucción brutal del estado actos sino personas, que selecciona
gendarme, estas posiciones debie- conforme a estereotipos, etc.
ron ceder a la prudencia. Por cierto que esto no es nada
Por otra parte, la llamada cri- inofensivo para el poder, porque
minología liberal tampoco era tan aunque no llegue a la crítica de ni-
ineficaz como pensaban algunos veles más altos, le deslegitima un
radicales (y confieso mi propia ex- instrumento necesario para su ejer-
periencia al respecto). cicio; no arroja la ventana, pero la
En 1979, un extraordinario pen- deja bastante destartalada.
sador italiano que era catedrático La criminología de la reacción
en Alemania, Alessandro Baratta, social llegó a América Latina en los
cuya desaparición dejó en el pen- años 70 y la difundieron dos dis-
samiento criminológico un vacío tinguidas criminólogas venezola-
muy difícil de llenar, publicó un nas: Lola Aniyar de Castro desde
artículo en el que demostraba que la Universidad del Zulia y Rosa del
la sociología anterior a la crítica y Olmo desde la Central de Caracas.
152
¡Se cayó la estantería!

En nuestro país, sus seguidores se En la actualidad, pasados los


vieron forzados a tomar el camino años, vemos que la estantería se
del exilio durante la dictadura: en- cayó para siempre, que la crimino-
tre otros, Roberto Bergalli en Bar- logía actual no puede eludir el aná-
celona, Luis Marcó del Pont y Juan lisis del sistema penal y del poder
Pegoraro en México. Durante los punitivo en general y –como diji-
años sangrientos esta criminología mos– el enfrentamiento entre las
sólo se comentaba en nuestro medio dos corrientes criminológicas se ha
en pequeños cenáculos, mientras las atenuado mucho, aunque más por
cátedras seguían languideciendo en efecto del pánico que del amor. El
el rincón de la facultad de derecho modelo Reagan-Tatcher-Bush y su
(en la de Buenos Aires con el más nefasto festival del mercado tuvie-
puro positivismo peligrosista). ron este efecto paradojal.

153
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

La criminología El interaccionismo simbólico


crítica liberal se fundaba en las ideas de George
y la psicología social Mead, según el cual todos tenemos
un mi que se va formando por las

L a llamada criminología liberal


se anunció desde los años 50, en
particular con un trabajo de Edwin
exigencias de roles de los demás, y
un yo que es lo que aportamos no-
sotros.
Lemert, en el que destacaba que la El sociólogo más importante
desviación primaria por la que se dentro de esta corriente fue Erving
impone una pena, es por lo general Goffman, que lo explicó como una
seguida por una desviación secun- dramaturgia social. Hablemos un
daria, peor que la anterior, causada poco más claro. Para Goffman la
por la misma intervención punitiva sociedad funciona como un teatro,
y que condiciona las llamadas ca- en el que hay actores, público y or-
rreras criminales. ganizadores. Pongamos por caso
Textualmemente escribió Lemert: que me invitan a dar una confe-
La desviación secundaria constituye rencia, hay un público y los orga-
conducta desviada o roles sociales ba- nizadores han preparado todo. Yo
sados sobre ella que llegan a ser me- espero del público que se comporte
dios de defensa, ataque o adaptación como tal, que escuchen con cierta
a los problemas manifiestos u ocultos atención, etc. El público espera de
creados por la reacción de la sociedad mí que dé una conferencia más o
a la desviación primaria. En efecto, menos interesante y no muy abu-
las causas originales de la desviación rrida. Tanto el público como yo
desaparecen y ceden el lugar a la im- esperamos de los organizadores
portancia central de las reacciones de que todo esté en orden, que no se
desaprobación, degradación y aisla- corte la luz, que el micrófono fun-
miento de parte de la sociedad. cione, etc. Todas estas esperanzas
Esta criminología liberal no es- (o reclamos recíprocos) son lo que
taba aislada de la sociología gene- llamamos demandas de rol.
ral, sino que procedía directamen- Pues bien: si las demandas de rol
te de ella y, en particular, de dos se satisfacen, todos nos vamos con-
grandes influencias que ésta había tentos y felices. Pero si me pongo a
recibido: por un lado de la psico- ladrar, el público se enoja y me grita
logía social, con el interaccionismo de todo; si en el público un grupo
simbólico; por otro, de la filosofía, de borrachos grita barbaridades, el
con la fenomenología de Husserl. que me enojo soy yo. En el primer
Comencemos por acercarnos al caso, los organizadores le explica-
primero. rán al público que cuando me invi-
154
¡Se cayó la estantería!

taron no suponían que estaba loco; formulan las demandas de rol co-
en el segundo caso me explicarán a rrespondientes al asignado porque
mí que fue imprevisible la presencia se espera que se comporte como tal,
de los borrachos. también nos enojamos cuando no
Esos episodios que generan agresi- las responde en la forma adecuada
vidad cuando no se responde a las de- al rol. Al igual que con el vecino del
mandas de rol se llaman disrupciones y mameluco, nos preguntaremos por
nos enojamos porque cuando adviene qué ese aparato asume las caracte-
una disrupción no sabemos cómo se- rísticas de un ladrón y nos confunde.
guir, nos quedamos sin libreto. Goffman analizó con este es-
Esto sucede en todos los actos quema las instituciones totales, que
de la vida. Si nuestro vecino sale son aquellas en las que la persona
siempre con un mameluco y una desarrolla toda su actividad vital,
caja de herramientas y un día le desde que se levanta hasta que se
pedimos que nos ayude a hacer acuesta, trátese de manicomios,
arrancar el automóvil y nos dice prisiones, internados, asilos, etc.
que lo lamenta, pero que no sabe, Los círculos separados de trabajo,
porque en realidad es el catedrá- diversión y descanso se unifican y
tico de biología molecular de la reglamentan, no hay esferas inde-
universidad, aunque disimulemos pendientes de la vida, la persona se
nos quedaremos desconcertados y desculturaliza, la división entre el
en nuestro fuero interno seremos personal y el internado es tajante.
agresivos preguntándonos por qué El internado debe acostumbrar-
este aparato (o algo peor) se viste se a pedir por favor antes de hacer
de esa manera y sale con una caja lo que en la vida libre es obvio, se
de herramientas. sufre el efecto de ceremonias de de-
Los roles pueden ser socialmente gradación, la persona queda librada
positivos o negativos, lo que no im- a profanaciones verbales por parte
porta en cuanto a su funcionamien- del personal y además pierde toda
to, pues operan de la misma mane- reserva, incluso en los actos más ín-
ra. Por lo general solemos responder timos es invadida y controlada.
a las demandas de rol para que los La persona sufre ataques al yo,
otros no se enojen y evitarnos así o sea, que pierde autonomía, queda
las disrupciones. Esto es lo que va a merced del personal y de sus hu-
configurando nuestro mi, o sea que, mores, incluso los jerarcas pueden
en buena medida, somos como los darse el lujo de ser más bondadosos
otros nos demandan que seamos. que los subalternos, asumiendo la
Cuando al que se asigna un rol función del rey bueno y gracioso de
negativo (ladrón, por ejemplo) se le los cuentos infantiles.
155
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Imaginemos por un momento Becker trabajó su investigación


algo muy loco: que usted vive en con músicos de jazz usuarios de
una casa de departamentos y un marihuana y lo hizo con tal interés
buen día es ocupada por invasores que se convirtió en un virtuoso del
que demuelen todas las paredes di- piano. Descubrió que la desviación
visorias, incluso las de los baños, y es provocada, que hay una empresa
lo obligan a convivir con todos los moral que hace las reglas, que no se
otros ocupantes del edificio con los estudia a los fabricantes de las re-
que mantenía relaciones no siem- glas (empresarios morales) sino a
pre cordiales, bajo el control de los las personas a quienes se les aplica
invasores, que los vigilan constan- la etiqueta que las deja afuera (out-
temente y los igualan en lo posible siders). Esta rotulación coloca a la
porque necesitan mantener el or- persona en otro estatus que le impi-
den. Esta es una imagen alucinan- de continuar su vida normal: desde
te, una pesadilla. Pues bien, más o el no te juntes hasta la descalifica-
menos eso es una institución total, ción en cualquier actividad com-
con mayor o menor intensidad con- petitiva de la vida corriente. Se lo
troladora. condiciona a una carrera conforme
Es obvio que en el caso de la a la etiqueta que se le adosó.
pesadilla usted no aprendería a so- Es obvio que esta crítica impor-
cializarse, que sus hábitos de vida ta un golpe muy fuerte al poder pu-
cambiarían totalmente, que sufriría nitivo ya que pone de manifiesto el
una pérdida de autoestima brutal arbitrario reparto de las etiquetas y
y su objetivo dominante sería ver arroja dudas no ya sobre los subor-
cómo hace para salir de allí, para dinados (los perros de abajo) sino
irse lo más lejos posible, huir de la sobre los altos responsables del po-
pesadilla. der que deciden la legislación penal
Todo el discurso de resociali- y orientan la selección de las perso-
zación se desbarata con esta in- nas a criminalizar.
vestigación, que si bien Goffman Ni lerdos ni perezosos, los de-
la llevó a cabo principalmente en fensores del orden le objetaron que,
los manicomios, es transferible en por ocuparse de los llamados deli-
gran medida a la cárcel. Dentro de tos sin víctima (consumidores de
la misma corriente del intraccionis- marihuana, hippies, homosexua-
mo simbólico fue determinante un les), trata de igual modo a estos que
libro de Howard Becker de 1963, a los asesinos seriales de ancianitas,
Outsiders, que consolidó la teoría porque todas serían puras etique-
del etiquetamiento (en inglés labe- tas. Nada menos exacto ni más fal-
ling approach). so que esta objeción.
156
¡Se cayó la estantería!

Si bien sin etiqueta no hay de- venden a los dos bandos en guerra
lito, no es cierto que ésta crea el o a los narcotraficantes en lucha.
delito, ni Becker ni nadie sostuvo Los envases pueden contener
esto. Sin contrayentes tampoco mucho, poco o nada de material
hay matrimonio, pero el matri- etiquetable, pero eso es indiferente
monio no crea a los contrayentes para la arbitraria distribución de
como novios anteriores al acto; el las etiquetas, que las fija en envases
testamento no crea al causante ni vacíos o llenos, pero no se ocupa de
tampoco lo mata, aunque sin tes- otros realmente llenos.
tador muerto no hay sucesión tes- Esta es la cuestión que no debe
tamentaria. confundirnos nunca: lo que Becker
Hay etiquetas que se colocan en prueba es la arbitrariedad del eti-
material más etiquetable que otro; quetamiento y esto pone en crisis
sin duda que en el caso de los ase- todos los argumentos con que el
sinos seriales hay mucho material derecho penal trata de darle racio-
bien etiquetable, así como entre nalidad al poder punitivo. No en
los fumadores de marihuana hay vano el artículo de Baratta me cau-
poco y entre los homosexuales só tanta impresión y alarma. Se me
no hay nada, pero lo cierto es que caía la estantería, por cierto.
eso no interesa al etiquetamiento, El panorama del interaccionis-
que lo hace en unos pocos casos y mo simbólico lo completó desde
de modo arbitrario, pues no siem- Gran Bretaña Denis Chapman con
pre se etiqueta como homicidas a un libro llamado Sociología y el es-
los que matan. Sin detenerme en tereotipo del criminal (1968), en el
las ejecuciones sin proceso, en los que esclarece cómo se selecciona
escuadrones de la muerte, en los para criminalizar conforme a este-
asesinatos masivos genocidas y en reotipos que son creados como sín-
otros horribles crímenes impunes, tesis de los peores prejuicios de una
lo cierto es que tampoco se etique- sociedad y que no responden sólo a
tan como homicidio la guerra, las cuestiones de clase ni de capacidad
muertes por polución ambiental, económica.
las penas de muerte por error, el El concepto de estereotipo es hoy
cierre de hospitales, de puestos sa- indispensable para explicar cómo
nitarios, la desidia en el cuidado de funciona la selección criminalizan-
las rutas, ni los fabricantes y ven- te policial o judicial. En el barrio lo
dedores de armas son etiquetados suelen llamar pinta de chorro y es
como cómplices de homicidios, una suerte de uniforme del outsi-
aunque sean sus cooperadores ne- der, pero por efecto de las deman-
cesarios, ni siquiera cuando las das de rol no es algo sólo externo,
157
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

sino que el portador lo va incorpo- qué consiste.


rando, se lo va obligando a tragar- La investigación parte de que
se el personaje, lo asume a medida hay conocimientos de sentido co-
que responde a las demandas de mún sin los cuales no podríamos
los otros, su mi va siendo como los actuar en sociedad, pues la realidad
otros lo ven, es como el estereotipo con la que nos manejamos es en
respectivo y, por ende, carga con un definitiva una interpretación acep-
estigma que condiciona la prohibi- tada por todos de los significados
ción de coalición (en el barrio es el subjetivos, vale decir, que vivimos
no te juntes, la mala junta). en un mundo de interpretaciones
compartidas, intersubjetivo.
Esto no significa que no existan
La crítica liberal los entes físicos; es obvio que si me
y la fenomenología paro delante de un ómnibus me va a
atropellar, pero si extiendo la mano

C omo es sabido, Husserl planteó


desde la filosofía el problema
de la intersubjetividad, lo que no
desde un lado, este se va a detener
y va a abrir su puerta delantera. El
mundo es el conjunto de significa-
podía dejar indiferente a la socio- dos que comparto con los otros y
logía. El sociólogo austríaco Alfred que hace que el chofer no me atro-
Schütz atrapó la idea en el aire afir- pelle ni los pasajeros protesten por-
mando que la intersubjetividad no que el ómnibus se detuvo para que
es un problema sino una realidad, yo pudiera subir. El material del
con lo que dio un nuevo enfoque a mundo es sólo su base física, pero el
la sociología del conocimiento. mundo mismo resulta del conjunto
En cuanto a la cuestión crimi- de significados (los para qué) que
nal, nos interesa en particular la forman el sentido común del cono-
contribución que procede de un cimiento objetivado.
pequeño libro publicado en 1966 Ese conocimiento común de la
por un austríaco (Peter Berger) y vida cotidiana se sedimenta con
un alemán (Thomas Luckmann), el tiempo y se tipifica volviéndose
que se ha convertido en un clásico anónimo, es decir, se objetiva, el ser
en las carreras de comunicación: La humano se habitúa.
construcción social de la realidad. Un acto que se repite con fre-
Aunque este trabajo no se ocupa cuencia crea un hábito que lo re-
de criminología, veremos su enor- produce con economía de esfuer-
me proyección cuando nos ocupe- zos, pues limita las opciones y evita
mos de la criminología mediática. que ante cada situación haya que
Pero antes digamos brevemente en replantear todo desde el principio.
158
¡Se cayó la estantería!

Al levantarnos cada mañana no nos mos en base a un sistema de signifi-


preguntamos si Dios existe y de allí cantes común se nos altera cuando
deducimos significados en cadena estamos en otro país y no sabemos
hasta llegar al valor de la acción de cómo se compra el boleto del ómni-
ducharnos. Hay replanteos que se bus, y mucho más cuando, por des-
hacen algunas veces en la vida, pero conocer el idioma y el alfabeto, nos
siempre seguimos tomando el café volvemos analfabetos.
con leche con medialunas. La sociedad –escriben Berger y
Estos hábitos sedimentados ad- Luckmann– es la suma total de las ti-
quieren carácter estable, anónimo, pificaciones y de los modelos recurren-
preceden a nuestra vida y están tes de interacción establecidos me-
sometidos al control social. El más diante ellos. En cuanto tal, la estruc-
importante instrumento de legiti- tura social es un elemento esencial de
mación es el lenguaje, con una lógi- la realidad de la vida cotidiana.
ca que se da por establecida. De este El pensamiento de sentido co-
modo, los conocimientos de senti- mún trasciende la conversación
do común (que son subjetividades del encuentro directo y da lugar al
compartidas) se objetivan y devie- pensamiento abstracto, filosófico y
nen cosas, se produce la reificación científico. En este sentido, el pen-
(de res, cosa). samiento científico depende de un
Si me aparto del mundo reifi- previo conocimiento de sentido co-
cado me sancionan. Nadie haga la mún (que se resiste a desaparecer).
prueba, pero si usted se mete la me- Los filósofos también mojan las
dialuna en la oreja, se lustra los za- medialunas en el café y se duchan a
patos con el café con leche y le ha- la mañana, si son limpios.
bla en ruso o en guaraní al mozo, se Para Berger y Luckmann los se-
para delante del ómnibus o le pide res humanos son producto y artífi-
que le venda cigarrillos al chofer, lo ces del mundo social. Todo lo que
llevarán al manicomio, lo que tam- en lo institucional parece objetivo,
bién es una sanción de internación es meramente objetivado, es lo que
en una institución total. se alcanza a través del proceso de
Berger y Luckmann explican reificación.
que, de ese modo, el otro en la rela- Es interesante señalar que Ber-
ción interpersonal siempre es visto ger y Luckmann observan que a la
como un ser-como, es decir, en un sociedad le molesta el intelectual.
rol. El chofer del ómnibus nos ve Eso obedece a que en ella prima el
como pasajeros y nosotros lo vemos conocimiento objetivado como cosa
a él como chofer. Esas relaciones y (reificado) y el intelectual lo cues-
roles que conservamos y practica- tiona, pues cuando todos afirman
159
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

que está la cosa, él salta mostrando de otro modo. No en vano una pri-
que la tal cosa no existe. Es el que sión impacta como una suerte de
dice que el rey está desnudo. Si bien internado para adultos infantiliza-
cumple un papel dinamizante fun- dos y lo importante sería propor-
damental, pues propone una visión cionar un trato que neutralice hasta
alternativa, asume una posición donde sea posible ese proceso de re-
marginal y tiene necesidad de un socialización. En esta terminología,
grupo que lo defienda. el tratamiento penitenciario debe-
¿Cómo se explica esta opción ría evitar la re-socialización.
por la marginalidad propia del inte- Es bastante clara la influencia de
lectual? Los autores creen que surge Heidegger en Berger y Luckmann:
de una disparidad entre la socia- el ser humano, en vez de percibir-
lización primaria (que tiene lugar se como productor del mundo, lo
en la infancia) y la secundaria (del hace como producto de éste. Los
adulto). Se trata de una insatisfac- significados humanos ya no son vis-
ción personal del agente adulto con tos como algo que se produce por el
su socialización primaria. Parecie- mundo, sino como productos de la
ra que cuando niño, el intelectual naturaleza de las cosas. Así se vio la
no ha estado muy satisfecho con las esclavitud, el colonialismo, la gue-
respuestas –y órdenes– de los adul- rra y tantas otras aberraciones en el
tos o después se dio cuenta de que curso de la historia.
eran bastante tontos. Cabe señalar que con lo expuesto
En ocasiones se producen im- no agotamos el cuadro de la crimi-
portantes transformaciones en las nología crítica que hemos llamado
personas, que ellos llaman alterna- liberal, pero tampoco nos propo-
ciones y que provocan redefinicio- nemos hacerlo. Simplemente, reco-
nes o procesos de re-socialización gemos los elementos que luego nos
semejantes a la socialización infan- serán útiles para esclarecer el fenó-
til. Según lo hemos visto, el etique- meno de la criminología mediática y
tamiento desata un proceso de re- en especial para escuchar la palabra
socialización forzado. La persona es de los muertos y fundar nuestro pro-
forzada a cambiar, a autopercibirse yecto de criminología cautelar.

160
La vertiente radical
de la criminología crítica

C omo era de esperar, las críticas


al poder punitivo llamaron la
atención de quienes formulaban
Por nuestra parte, llamamos cri-
minología radical a la que proviene
de este encuentro con los marcos
planteos críticos más amplios de la ideológicos que reclaman cambios
sociedad, que comenzaron a vin- sociales y civilizatorios profundos o
cularlos con los resultados de la generales, aunque esto no es pacífi-
criminología liberal. co, pues se discute qué es y qué no es
161
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

radical. Sin entrar en esa discusión, La investigación de la cuestión


la definimos de ese modo por puras penal fue encargada a Georg Rus-
razones de orden expositivo. che, quien permaneció en Europa
En ese entendimiento, para no- mientras el instituto, perseguido
sotros la criminología radical (o por el nazismo, se trasladaba a
crítica radical) responde a tantas Nueva York. Rusche enviaba sus
versiones como marcos ideológi- escritos a esa ciudad, donde no
cos la inspiran y, por supuesto, la era suficiente lo investigado y en-
más extendida crítica social del comendaron a Kirchheimer que
siglo pasado ha sido el marxismo, lo completase. Esto mereció la to-
que no podía dejar de impactarla. tal desaprobación de Rusche y por
Desde el campo marxista se pu- tal razón la versión final tiene dos
blicó en 1939 un trabajo anterior a partes diferentes.
toda la criminología sociológica De todas formas, la idea cen-
de los años 60, que fue la obra de tral del libro es que existe una re-
Georg Rusche y Otto Kirchheimer, lación entre el mercado de trabajo
titulada Pena y estructura social. y la pena, o sea, que con la pena se
Por vez primera se profundizó quita a una cantidad de personas
desde el marxismo el análisis del del mercado laboral, al tiempo que
poder punitivo, a diferencia de los demanda trabajo para el propio
anteriores ensayos –como el del sistema y, por eso, reduce la ofer-
holandés Willen Bonger– que pro- ta e impide que bajen mucho los
cedían del marxismo pero anali- salarios; inversamente, aumenta
zando las causas del delito. la oferta cuando hay una deman-
Esta investigación se realizó en da de mano de obra, evitando una
el Instituto de Investigación Social suba grande del salario.
de Frankfurt, fundado para reno- Esto lo verificarían con la his-
var el marxismo frente a la versión toria: en la edad media la oferta
institucionalizada de la Unión So- era enorme y el poder punitivo
viética. Si bien se habla de la escuela podía matar sin problemas; la
de Frankfurt, no fue propiamen- fuerza del trabajo habría comen-
te una escuela, porque convocó a zado a cuidarse cuando con el ca-
prestigiosos pensadores bajo la úni- pitalismo aumentó la demanda de
ca consigna de la crítica social. For- mano de obra.
maron parte de ese equipo figuras Por otra parte, sostenían que el
tan notorias y dispares como Max mercado determina las penas con-
Horkheimer, Theodor Adorno, forme a la ley de menor exigibili-
Herbert Marcuse y Erich Fromm, dad, según la cual, para tener efec-
entre muchos otros. to disuasivo, las condiciones de la
162
La vertiente radical de la criminología crítica

vida carcelaria deben ser inferiores al descubrimiento de castigos que


a las peores de la sociedad libre. corresponden a sus relaciones pro-
Este libro cayó prácticamente en ductivas, indicando que la catego-
el olvido y –como a veces sucede– ría de mercado de trabajo parece
fue revalorado treinta años más demasiado estrecha, al tiempo que
tarde, en plena vigencia de la crimi- la de relaciones de producción se
nología crítica, entonces fue reedi- muestra como muy amplia.
tado y traducido a varios idiomas. Cabe aclarar que la idea del dis-
En torno a Pena y estructura ciplinamiento fue desarrollada al
social se abrió un debate en 1979, máximo dentro de la criminología
cuando sus autores habían muerto radical, pero fuera de las corrien-
(Kirchheimer en 1965 y Rusche en tes marxistas, por Michel Foucault
fecha incierta), y su tesis fue con- en Vigilar y castigar (1975), en lo
frontada en la obra Carcere e fab- que podría señalarse como un ca-
brica de Dario Melossi y Massimo mino hacia el abolicionismo, tema
Pavarini, que sostuvieron que pe- sobre el que volveremos.
caba de excesivo economicismo. Para Foucault el poder punitivo
Estos autores de la escuela de no es tanto el negativo de la pri-
Bologna no niegan la importan- sionización, como el positivo, en
cia del mercado de trabajo, pero el que el modelo panóptico se ex-
no creen que opere en forma tan tiende a toda la sociedad en forma
mecánica, sino a través del disci- de vigilancia. En esto lleva toda
plinamiento en el momento del la razón, porque el mero poder
surgimiento del capitalismo y la de encerrar a un número siempre
acumulación originaria de capital. muy reducido –en relación con la
La similitud entre la cárcel y la fá- población total– de personas de los
brica en esta época (recordemos a estratos más subordinados de la
Bentham y su panóptico) respon- sociedad no importa el ejercicio de
día a un programa de disciplina- un poder políticamente muy signi-
miento que procuraba la oferta de ficativo: lo importante es que con
mano de obra capacitada. ese pretexto se nos vigila a todos los
García Méndez, en el epílogo que estamos sueltos.
a su traducción castellana de esta La escuela de Bologna le objetó
obra, señala que la función de dis- a Foucault que en su planteo la dis-
ciplinamiento no pasó del todo ciplina aparece descolgada, por-
por alto para Rusche y Kirchhei- que no la relaciona con el cambio
mer y que lo vigente de su tesis es operado en el sistema productivo,
el punto de partida según el cual al que los de Bologna atribuyen las
cada sistema de producción tiende reformas penales del iluminismo.
163
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Al margen de esto, en los años matices–, este marxismo crimino-


70 hubo manifestaciones del mar- lógico norteamericano sostiene
xismo criminológico en Estados una racionalidad del delito como
Unidos y en Gran Bretaña. Sus respuesta a las contradicciones del
expositores más notorios en Esta- capitalismo. Quien nos asalta en la
dos Unidos son Richard Quinney calle o nos arrebata la cartera, sin
y William Chambliss. saberlo estaría obrando racional-
Quinney sostuvo que los delin- mente frente a las contradicciones
cuentes son rebeldes inconscientes del sistema.
contra el capitalismo y el poder Como en las ideas de la New
punitivo es el instrumento de re- Left se hallaba la creencia de que
presión al servicio de las clases he- los intelectuales podían concien-
gemónicas. Si el criminal acciona tizar a los delincuentes y margi-
brutalmente contra la víctima, es nales respecto de la racionalidad
resultado de la forma en que se lo de su función, algo de eso hay en
brutaliza. Con esto inaugura una estas construcciones. Con eso le
suerte de visión romántica de los enmendaban la plana a Marx,
delincuentes. quien –como vimos– despreciaba
Por cierto, este autor estaba muy olímpicamente al Lumpenproleta-
cerca de la nueva izquierda (New riat, en tanto que la New Left creía
Left) de las protestas estudiantiles en su potencial revolucionario. A
de Berkeley y se deprimió con su pesar de su ingenuidad y de que
fracaso. Las autoridades universi- Marx les hubiese dicho de todo
tarias no vieron con buenos ojos menos bonitos, no podemos negar
su movimiento y optaron por di- la generosidad de su pensamiento,
solver su grupo. De cualquier ma- teniendo en cuenta el contexto en
nera, fue un fenómeno que llamó que se expresó.
la atención en su momento y –de- La criminología marxista bri-
jando de lado exageraciones– sem- tánica tuvo mucho más éxito y
bró bastantes dudas acerca de las se expandió desde la publicación
racionalizaciones corrientes. en 1973 de La nueva criminología
Chambliss sostuvo una tesis de Ian Taylor, Paul Walton y Jock
menos lineal, pues si bien consi- Young. Esta obra alcanzó singular
dera que el poder punitivo es un éxito porque la primera parte es
instrumento del capitalismo, éste una cuidada síntesis de la crimino-
lo usaría para postergar hasta don- logía teórica desde el iluminismo,
de fuese posible el colapso final del rescatando a partir de Durkheim
sistema, que considera inevitable. los elementos críticos de cada co-
En líneas generales –y pese a los rriente, con conocimiento y aguda
164
La vertiente radical de la criminología crítica

penetración sociológica. secuencia vincular las tesis de la


Luego analizan a Marx y Engels criminología liberal con las teorías
y señalan que –como vimos– Marx de la estructura social que están im-
se ocupó sólo tangencialmente de plícitas en el marxismo ortodoxo.
la cuestión criminal, por lo que Este pensamiento también se
concluyen que la teoría crimino- aparta del desprecio de Marx por
lógica marxista debe construirse a el Lumpen, otorgándole carácter
partir de los principios y no de las dinamizante, lo que permite en-
incidentales manifestaciones del tender que, en general, los crimi-
propio Marx. nólogos marxistas del primer mun-
Si el marxismo nos ofrece algo do que escribían en plena sociedad
útil para apreciar las formas en de consumo habían perdido la
que se genera y mantiene el con- confianza en la fuerza dinamizan-
flicto social –escriben– y en que te y revolucionaria del proletaria-
éste coadyuva a determinar el tipo do (según ellos adormecida por el
y la cantidad de actividad delicti- welfare State) y la depositaban en
va y desviada en general, es más la marginación social.
probable que lo encontremos en la La criminología radical impulsó
teoría general de Marx que en las en Europa y en América la creación
afirmaciones más concretas hechas de grupos de estudios, que agluti-
como respuesta a cuestionamientos naron a los criminólogos de esta
empíricos aislados. tendencia y en algunos países a los
Una cabal teoría marxista de la críticos en general. Hubo un im-
desviación –afirman– tendría por portante grupo europeo, otro ita-
fin explicar cómo determinados liano, varios británicos, un círculo
períodos históricos, caracterizados alemán de jóvenes criminólogos,
por conjuntos especiales de rela- etc. En 1981, por iniciativa de la
ciones sociales y medios de produc- criminóloga venezolana Lola Ani-
ción, producen intentos de los eco- yar de Castro, se emitió en México
nómica y políticamente poderosos el Manifiesto del Grupo Latinoa-
por ordenar la sociedad de deter- mericano de Criminología Crítica,
minada manera. Pondría el mayor suscripto por ésta (profesora de la
énfasis en la pregunta que Howard Universidad del Zulia), Julio Ma-
Becker formula (pero no examina), yaudon (de la de Carabobo), Ro-
a saber ¿quién impone la norma y berto Bergalli (exiliado y profesor
para qué? en Barcelona) y Emiro Sandoval
Sostienen que esto no lo logró Huertas (de Bogotá, asesinado en
ninguna teoría de la desviación y la masacre de la Corte Suprema el
consideran que tendría como con- 6 de noviembre de 1985).
165
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Hacia el abolicionismo sabe lo que hace, hay que tutelarlo,


y el minimalismo protegerlo de sí mismo.
No en vano un connotado psi-

E ra natural que la obra de Goff-


man causara cierta impresión
en la psiquiatría, puesto que se ba-
quiatra húngaro radicado en Esta-
dos Unidos, Thomas Szasz, escribió
un interesantísimo libro compa-
saba en la experiencia manicomial rando el sistema psiquiátrico con
de las instituciones totales. De la la inquisición y afirmando que la
crítica al manicomio se pasó rá- medicina reemplazó a la teología, el
pidamente a la de la psiquiatría y alienista al inquisidor y el paciente
de allí a la crítica radical de todo el a la bruja. Todo lo que el paciente
sistema psiquiátrico, lo que se dio alegue en contra de su condición de
en llamar antipsiquiatría. enfermo no será más que prueba de
Todo el movimiento antipsi- su enfermedad, al igual que sucedía
quiátrico fue una crítica radical al con el hereje: pobre, no tiene con-
control social represivo ejercido al ciencia de enfermedad.
margen del sistema penal formal. En la corriente antipsiquiátrica
El poder punitivo se reviste de mu- se enrolaron autores famosos en
chas formas, y ya vimos el efecto del las décadas de 1980 y 1990, como el
acuerdo entre médicos y policías italiano Franco Basaglia, el escocés
que acabó en los campos de concen- Ronald Laing, el inglés David Coo-
tración nazistas y otros no tan noto- per, el mencionado Szasz y muchos
rios, pero no por eso menos letales. más, que fundaron en 1975 en Bru-
Si nos colocasen ante la disyun- selas una Red Internacional de Al-
tiva de tener que cargar con una ternativa a la Psiquiatría.
etiqueta negativa, y nos dieran a La idea de varios de estos anti-
elegir entre la de criminalizado o la psiquiatras era que la enfermedad
de psiquiatrizado, si bien el último mental es una respuesta política,
evoca un sentimiento de pretendi- o sea, que el ser humano, ante las
da piedad (y el primero oculta el contradicciones del poder, se en-
de venganza), lo cierto es que sería camina hacia la locura o hacia la
preferible la de criminalizado, por- revolución y que, por lo tanto, no
que por lo menos no se nos podría debe matarse el potencial subver-
negar el derecho a defendernos y a sivo de la locura, sino politizarla
denunciar los abusos que se come- para convertir al loco en un agente
tan contra nosotros, dado que al de cambio social.
psiquiatrizado hasta esos derechos La extrema radicalización de
se le niegan, argumentando sim- estas posiciones –al igual que las
plemente que el pobre está loco, no referidas al propio sistema penal
166
167
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

formal– pueden llevar a la impo- El resultado práctico más im-


tencia, puesto que es obvio que portante de la antipsiquiatría ha
algo hay que hacer frente a un es- sido la desmanicomialización, o
quizofrénico que queda inmóvil sea, la reducción de la institucio-
como un mueble en el extremo nalización al mínimo, para evitar
de su autismo psicótico (hoy hay el deterioro de la persona.
pocos, es cierto) y otros muchos Como nunca faltan los vivos o
padecimientos en los que no se perversos que todo lo desvirtúan,
puede menos que reconocer que el este generoso movimiento de des-
paciente sufre. manicomialización ha pretendido
No bastará con explicarle que ser usado por políticos inmorales
su sufrimiento es una reacción a para reducir el gasto en atención
las contradicciones del poder, por- psiquiátrica y por delincuentes co-
que el catatónico no se va a enterar. rruptos para intentar hacer un ne-
No obstante, dejando de lado el gociado inmobiliario con los edifi-
extremismo que puede llevar a la cios y terrenos de los manicomios.
inmovilidad, lo cierto es que este Pero esto no puede imputarse a la
movimiento ha contribuido am- antipsiquiatría, sino a la necesidad
pliamente a la consideración de de cuidarnos de las contradicciones
los derechos de los pacientes psi- del poder, que no son sólo las que
quiátricos, abriendo un campo de los antipsiquiatras imaginaron.
debate que en modo alguno se ha En paralelo a la abolición del
cerrado. manicomio y la antipsiquiatría,
Si bien los psicofármacos han y con referencia al sistema penal
eliminado los chalecos de fuerza y formal, se fue abriendo camino un
las celdas acolchadas y casi no se complejo movimiento de abolicio-
usa el shock eléctrico (que era lo nismo penal, que podemos deno-
más parecido a la picana), el ac- minar nuevo abolicionismo, para
tual chaleco químico se reparte con distinguirlo del viejo, que era el de
increíble generosidad en la pobla- los teóricos anarquistas.
ción. El efecto de este abuso es que Este movimiento tuvo como
tiende a suprimir toda resistencia antecedente el libro del profesor
y tolerancia al dolor, cuando sabe- de criminología de Ginebra, Paul
mos que los hay inevitables y no Reiwald, titulado La sociedad y sus
es para nada saludable su simple criminales, publicado en 1948, una
supresión psicofarmacológica ni la obra que no fue comprendida en
generalización de la anestesia ante su momento, quizá incluso debi-
los sufrimientos socialmente con- do a la temprana muerte del autor.
dicionados. Por lo que el nuevo abolicionismo
168
La vertiente radical de la criminología crítica

eclosionó recién en los años 70 y Los primeros fueron los movi-


80, recibiendo un notorio impulso mientos escandinavos: el KRUM
con los trabajos de Michel Fou- sueco (1965), el KRIM danés
cault, aunque éste no se procla- (1967) y el KROM noruego (1968).
mase abolicionista, pues su pensa- Le siguieron en 1970 el RAP bri-
miento resiste las clasificaciones y tánico (Radical Alternatives to
él mismo se ocupó toda su vida de Prison), en 1971 la COORNHERT
evitar los encasillamientos. Liga holandesa, el grupo de Biele-
No tiene mucho sentido selec- feld alemán, el Liberarsi del carcere
cionar aspectos particulares de la italiano y el Group d’information
crítica de Foucault, porque im- sur les prisons (GIP) francés. En
pactó a las ciencias sociales y a la Canadá, el impulso más impor-
criminología de modo tal que a tante provino del campo religioso,
lo largo de estas páginas estamos de los cuáqueros. Cabe anotar que
viendo su clara marca transversal. después de la dictadura argentina
Los filósofos discutirán duran- se organizó algo similar en Buenos
te mucho tiempo las ideas de Fou- Aires como ONG: SASID (Servi-
cault, en especial su concepción cio de Asistencia Social Integral al
antropológica, pero en las ciencias Detenido), que sobrevivió algunos
sociales sus aportes son invalora- años. No podemos aquí seguirlos
bles y no necesariamente están sol- en detalle, pero fue un conjunto
dados con ésta, que es el principal importante y demostrativo de una
punto de discusión en el campo de tónica humanista muy interesante.
la filosofía pura. Si alguno de ustedes quiere pro-
El nuevo abolicionismo surgió fundizar en su historia e ideología,
casi enteramente de movimientos y hay en castellano un libro de Iñaki
organizaciones que se ocupaban de Rivera Beiras (¿Abolir o transfor-
los derechos de los presos y por los mar?, Buenos Aires, 2010) que se
que se interesaron criminólogos y ocupa del tema.
otros académicos, que conforme a De estas organizaciones parti-
esta experiencia pasaron a teorizar ciparon académicos prestigiosos:
y postular la abolición de la prisión Michel Foucault en el GIP, Louk
y finalmente del sistema penal. Hulsman y Herman Bianchi en la
Estos movimientos se crearon Liga holandesa, Ruth Morris en el
en Europa en los años 70 del siglo movimiento cuáquero canadiense
pasado, algunos de ellos se convir- y Thomas Mathiesen y Nils Christie
tieron en verdaderas organizacio- en el KROM noruego. Ellos fueron
nes y fueron imitados más tímida- los principales promotores teóricos
mente en otras latitudes. del nuevo abolicionismo penal, que
169
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

se institucionalizó internacional- timas décadas; de allí el sugestivo


mente en ICOPA (International subtítulo de una de sus obras: Ha-
Conference on Penal Abolition), que cia el gulag estilo occidental.
lleva a cabo congresos bianuales en Quizá el primer libro de la
muy diferentes países del mundo. nueva ola abolicionista sea el del
El pensamiento de Louk Huls- noruego Thomas Mathiesen: The
man se sintetiza en un libro escri- Politics of Abolition (1974), donde
to en colaboración con Jacqueline vuelca su experiencia en el KRUM
Bernat de Celis (Peines perdues, a lo largo de varios años. Si bien la
Le sisteme pénal en question, Pa- obra participa del marco ideológi-
rís, 1982), donde pone de mani- co del marxismo no instituciona-
fiesto la irracionalidad del poder lizado, no se somete a él forzan-
punitivo y en cierta forma su deri- do los hechos verificados con su
vación teológica, lo que lo vincula experiencia. De allí que haya va-
con el planteamiento de Szasz en rios aportes interesantes que han
psiquiatría. abierto el camino a posteriores
Cabe precisar que era profesor elaboraciones.
emérito de la Universidad de Rot- Consideramos que el mayor
terdam y cabeza visible del docu- aporte de Mathiesen es la caracte-
mento sobre decriminalización del rización del poder punitivo como
Consejo de Europa de 1980. En el fagocitario respecto de todos los
año de su fallecimiento –2009– movimientos que lo enfrentan, a
había sido nominado como can- los que procura comprometer e in-
didato al Premio Nobel de la Paz, cluir en su discurso y acción. De
en razón de haber promovido las allí que advierta que estos deben
primeras iniciativas de política de mantener una estricta posición de
drogas en Holanda. confrontación no contaminante.
En cuanto a Nils Christie, su En este sentido, construye un con-
obra más conocida en castella- cepto que tiene plena vigencia: el
no es Los límites del dolor (1981), de unfinished, lo nunca finalizado.
cuya tesis central es que, hasta el Veremos más adelante, cuando ha-
presente, el poder punitivo inflige gamos referencia a la cautela, que
intencionalmente dolor, por lo que ésta debe operar como un unfinis-
postula alternativas y no meras hed, o sea, un camino hacia la con-
limitaciones. El marco ideológico tención del poder punitivo nunca
de Christie es más bien de antro- del todo acabado.
pología cultural. En su bibliogra- Entre todos los personajes hu-
fía posterior señala los peligros del manamente increíbles del nuevo
modelo norteamericano de las úl- abolicionismo se destacó Ruth
170
La vertiente radical de la criminología crítica

Morris, socióloga canadiense de lleva a un tema que por su com-


muy interesante personalidad, tan- plejidad trataremos extensamen-
to teórica como activista. Su obra te más adelante y que no es nada
más difundida fue Penal Abolition: sencillo de resolver.
The Practical Choice (1995), donde El abolicionismo tuvo una vir-
entre otras cosas plantea que la fe tud, que comparte con otras co-
en el poder punitivo es una religión. rrientes a las que nos referiremos
Creemos que es una interesante a continuación, pero que llega a su
idea, teniendo en cuenta que hoy se máximo extremo con estos autores
le atribuye una omnipotencia que y que consiste en que desnaturali-
no es de este mundo, por lo cual se za el poder punitivo.
ha convertido en un verdadero ído- En efecto: tal como lo explican
lo y su culto en una idolatría. Quie- Berger y Luckmann, hay muchas
nes desde las distintas religiones lo cosas que se nos vuelven natura-
adoran sería bueno que reflexionen les porque subjetivamente todos
acerca de la posibilidad de que este coincidimos o convenimos en
culto no los haga incurrir en un ellas: nos parece que siempre han
gravísimo error dogmático. Morris existido o debido existir. Desde el
fue miembro activo de la Religious bife de chorizo hasta la pizza con
Society of Friends (cuáqueros) y fainá, todo nos parece natural y
embarcó a todo su grupo en el abo- no nos preguntamos por qué exis-
licionismo penal. te: está allí porque tenía que estar
La pregunta inevitable cuan- allí y punto.
do se plantea el abolicionismo es: Con el poder punitivo pasa lo
¿Qué se propone en lugar del siste- mismo: se dice que siempre exis-
ma penal? Los nuevos abolicionis- tió, aunque no sea cierto, como
tas proponen soluciones conforme vimos. Está porque tiene que estar.
a todos los otros modelos de solu- Eso determinó que todo aquel que
ción de conflictos a los que hemos lo critica debe explicar por qué lo
hecho referencia: reparador, tera- hace, en tanto que el poder puniti-
péutico, conciliador, etc. Por mi vo no debe explicar nada acerca de
parte, no creo que sus propuestas su existencia.
sean de política criminal, sino de Me imagino que lo mismo ha-
política en general, pero en el sen- brá pasado con la esclavitud, con
tido de un profundo cambio cul- la tortura, con la monarquía y con
tural y civilizatorio. En el fondo, tantas otras cosas tan poco natu-
la discusión podría sintetizarse rales como la pena de muerte, la
en la cuestión de la posibilidad de cárcel o el propio poder puniti-
eliminar la venganza, lo que nos vo. Esto es lo que cambia con la
171
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

crítica abolicionista: es el poder la criminalización primaria ni mu-


punitivo el que debe justificar su cho menos.
existencia y no a la inversa. No obstante, cabe señalar que
Y la verdad es que cuando ha- estas propuestas de derechos pena-
cemos esto, cuando tratamos de les mínimos exigen también una
justificar la existencia del poder profunda transformación del poder
punitivo, aunque no seamos abo- que hoy camina en sentido dia-
licionistas y tengamos diferencias metralmente opuesto, aunque –al
con las soluciones y las veamos igual que el abolicionismo– tienen
como planteos no criminológicos la virtud de invertir la cuestión:
sino directamente civilizatorios, una vez más es el poder punitivo,
nos hallamos en dificultades, y el como artificio humano, el que debe
abolicionismo es una de las prin- justificar su existencia y extensión.
cipales fuentes de esas dificultades. Estas posiciones, que exigen
Por otros caminos hay pro- profundos cambios sociales y civi-
puestas menos radicales e incluso lizatorios, tienen el inconveniente
críticas del abolicionismo, puesto de que resulta muy difícil recondu-
que no postulan la abolición del cirlas a respuestas concretas para
sistema penal, sino su reducción. problemas urgentes, lo que no es
Se trata de lo que se conoce como funcional en una región donde
minimalismo penal, cuyos autores la violencia del poder punitivo es
más conocidos –aunque por dife- muy alta o que al menos constituye
rentes caminos– son el inolvida- una amenaza constante.
ble Alessandro Baratta, el querido Esto no significa que debamos
Luigi Ferrajoli y en general la es- subestimarlas ni mucho menos,
cuela de Bologna con Massimo Pa- porque contribuyen con aportes
varini y muchos otros. que nos ayudan a reflexionar sobre
Con diferencias, estos autores nuestra realidad. En lo personal,
señalan que el poder punitivo de- entiendo que la posición de Baratta
bería limitarse a conflictos muy y de toda su escuela minimalista
graves y que comprometan masiva- –al igual que el abolicionismo–
mente bienes básicos (como la vida hacen ineludible la cuestión de la
o el medio ambiente) y resolver los legitimación del poder punitivo y
conflictos de menor entidad por nos lleva a preguntarnos a qué se
otras vías. Es incuestionable que si debía la incapacidad del derecho
bien nuestra cultura no admitiría penal para asignarle una función
la decisión no punitiva de algunos a la pena. Hulsman demuestra que
conflictos, esto no sucede con todo el modelo punitivo no resuelve los
el inmenso campo abarcado por la conflictos y, por ende, nos impone
172
La vertiente radical de la criminología crítica

la tarea de buscar en el campo de de proporcionar un fundamento


las ciencias sociales una explica- fuerte para una criminología cau-
ción a su permanencia en el tiem- telar y para refundar el derecho
po. El unfinished de Mathiesen, penal liberal desde una perspecti-
por su parte, es una idea que pue- va más sólida.

173
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

174
¿De la criminología crítica
se pasó al desbande?

H ay algunos criminólogos reac- sólo fue un momento de euforia o


cionarios que sostienen que la una moda superada. Por supuesto
crítica criminológica fracasó y que que para eso toman en cuenta las
175
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

versiones más radicales e ingenuas, ciudadanía real, habían sido desba-


a veces fáciles de ridiculizar. ratados brutalmente o estaban en
En reemplazo, proponen una vías de serlo.
criminología administrativa que, La crítica criminológica central
en términos claros, pretende que la no correspondía a nuestros siste-
palabra de la academia se limite a mas penales, pues en nuestro mar-
discutir una técnica eficaz de con- gen se montaba un poder punitivo
tención de los pobres. que sólo buscaba contener a los
No deben engañarnos al res- excluidos. Se nos imponían estados
pecto los libros bien encuaderna- gendarmes con dictaduras o con po-
dos y los cursitos de fin de semana, líticos corruptos posmodernos. No
propios de una criminología sin tenía sentido poner en crisis aquí
historia ni pasado y que, además, la idea de resocialización, porque
pretenden mostrarse independien- nuestras cárceles tendían a ser –o
tes de la política. eran ya– campos de concentración,
Lo cierto es que entre los crimi- nuestras policías eran fuerzas de
nólogos más serios el talante críti- ocupación territorial con frecuen-
co no desapareció, sino que, por el cia reemplazadas por militares, el
contrario, se ha profundizado, ha número de presos a disposición del
ganado en realismo y se archivaron Poder Ejecutivo competía con el de
las ingenuidades. ¿Qué es lo que presos por orden judicial y, además,
ha llamado al realismo? ¿De dón- el 70% u 80% de los últimos estaban
de proviene el impulso a superar la presos por las dudas, porque eran
crítica con más crítica? procesados y no condenados.
Es muy sencillo: lo que ha cam- Desde los años 70 las cosas
biado es el cuadro de poder plane- cambiaron: el estado gendarme
tario. Los criminólogos críticos de avanzó sobre los países centrales.
los 70 en los países centrales se las Friedman y Hayek fueron los nue-
veían con un poder punitivo propio vos gurúes del festival de marcado;
de los estados de bienestar y sus so- Reagan, Tatcher y Bush señalaron
ciedades de consumo, con la socio- el camino hacia el estado que tie-
logía sistémica de Parsons y la eco- ne por única función mantener
nomía de Keynes. a raya a los pobres, Roosevelt era
Para los latinoamericanos eso poco menos que un comunista
nos resultaba un tanto extraño, despreciable, Keynes era un mar-
porque nuestros estados providen- xista irresponsable, toda gestión e
tes incipientes y nunca completa- intervención estatal era ineficiente
dos, creados por los populismos y corrupta, el mercado era lo úni-
que ampliaron nuestras bases de co racional en el mundo, el estado
176
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?

debía dar la máxima libertad para mos y al negro que molesta le cor-
permitir eliminar a los más débiles. tamos la cabeza. (A esto se debería
Herbert Spencer estaría feliz con agregar: Los indios del sur deben
ese mundo y afirmaría que no es producir cocaína y matarse para no
más que la confirmación de sus teo- mandarnos más de lo necesario para
rías; podría pedirle a Satanás una mantener alto el precio; nosotros nos
revisión extraordinaria de su juicio. ocupamos de que sólo nos llegue la
Hay razas inferiores, que somos los que podamos distribuir a precio alto
habitantes de los países periféricos y quedarnos con la mayor ganancia
y los inmigrantes y excluidos de y el beneficio del reciclaje).
los países centrales. Las razas supe- Tienen ustedes razón si acaso
riores, que son los incluidos de los les llama la atención la claridad de
países centrales y sus procónsules estas expresiones, dado que hoy
designados en los periféricos, de- no se manifiestan de esa manera,
ben defenderse de los inferiores. El pues quienes lo plantean no tienen
estado debe limitarse a mantener la la sinceridad del viejo Spencer, de
supremacía de las razas superiores Garofalo, de los positivistas racis-
sin privar a los inferiores de un de- tas. Sinceramente extraño a los vie-
recho a la lucha que los haga fuertes jos racistas, porque por lo menos
y que permita que de vez en cuando eran sinceros, auténticos oligarcas,
alguno salte el cerco, participando hablaban claro, sin tapujos, no se
de Gran Hermano o haciéndole un disfrazaban de democráticos ni de
espacio en algún negociado. generosos, eran abiertamente elitis-
El brutal salto del sistema pe- tas y lo confesaban. ¿En qué mundo
nal de Estados Unidos, la exclusión vivimos, que nos permite encontrar
definitiva del criminalizado y su por lo menos algún motivo para
familia, la pena desproporcionada añorar a los viejos racistas?
por la menor infracción conforme Hoy las cosas son más compli-
a la tolerancia cero del demagogo cadas y es más fácil confundirse.
municipal de Nueva York (que le Ahora, cuando el estado gendar-
cobró una cifra increíble a los inge- me llegó como búmeran al propio
nuos empresarios mexicanos para centro, tanto en el centro como
darles una conferencia absurda), no en la periferia hay clases medias
es más que un terrorismo de estado desclasadas, desconcertadas, anó-
contra los pobres, un modelo neo- micas (en el sentido originario de
estalinista en marcha. Durkheim), amenazadas por los
El estado gendarme es eso, su de arriba –que les reclaman fideli-
pensamiento descarnado dice los dad– y por los de abajo, a quienes
negros en su lugar, nosotros manda- consideran sus únicos y mortales
177
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

enemigos. Son pasto fácil para in- da del racismo de nuestros días. Y
ternalizar la publicidad mediática es eficaz, porque eso permite que
de un ellos enemigo compuesto de incluso entre los propios excluidos
pobres, inmigrantes y adolescentes tenga éxito la publicidad televisiva
de barrios precarios. que los erige en un ellos enemigos de
Pero no es sólo la clase media la sociedad.
empobrecida por la demolición Volveremos sobre todo esto con
del estado de bienestar. Insistimos mayor detalle, pero no puedo dejar
en que lo más artero de este spen- de señalarlo ahora, porque de lo
cerianismo actual es hacer que se contrario parece que la criminolo-
maten entre los pobres, que la vic- gía crítica ha desaparecido, cuan-
timización cunda entre los propios do en realidad ha sucedido todo lo
excluidos, a lo que se agrega que contrario: se ha vuelto más realista
entre ellos también se selecciona a y profunda estallando en varios
la policía. sentidos.
La técnica de control de los ex- Los criminólogos se hallan aho-
cluidos responde a la idea que se ra frente a una realidad del poder
maten entre los negros, así no mo- punitivo por completo diferente a la
lestan. Esta es la lógica no confesa- de los años 70. No podrían seguir

178
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?

criticando un poder punitivo que algunos países centrales estén lejos.


ya no se ejerce de la misma forma. Como cabía esperar, los crimi-
La brutal regresión de los derechos nólogos centrales se desconcerta-
humanos por obra del avance del ron, porque todo pasa muy rápido,
estado gendarme –no ya en el mar- no hay ni siquiera un cambio ge-
gen, sino en el centro mismo del neracional marcado, muchas veces
poder planetario– los coloca en la son los mismos que ayer sostenían
necesidad de ser más realistas. posiciones radicales los que hoy de-
Los criminólogos centrales ya ben variar de criterio. El brutal giro
no tienen tiempo para sentarse en represivo de los estados gendarme
la acera de un café elegante de París instalados o en vías de instalación
a discutir la posible revolución que fue para ellos un fuerte puñetazo de
los haga despertar en una sociedad realismo que, como todo puñetazo,
igualitaria; hoy también ellos tienen a algunos los dejó knock-out, pero
las urgencias que tuvimos nosotros en otros provocó una considerable
siempre, los amenazan los mismos descarga de adrenalina crítica.
peligros y su poder punitivo corre A nosotros nos viene bien, pero
el riesgo de irse asemejando cada no por alegrarnos de la desgracia
día más al nuestro, aunque aún en ajena, por cierto. Si bien no tene-

179
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

mos en América Latina el mismo Por eso, cuando echamos una mi-
desarrollo teórico de la criminolo- rada sobre la crítica criminológica
gía central, siempre lidiamos con el de nuestros días, muy lejos de creer
poder punitivo descarnado al que que no existe, lo que ocurre es que
ahora ellos se enfrentan y, por ende, se desbandó en diferentes sentidos.
los elementos críticos que nos lle- Si bien esto desconcierta al prin-
gan nos resultan mucho más ade- cipio, es muy saludable, porque el
cuados a los fenómenos de poder poder punitivo es un fenómeno
que debemos controlar que los que muy complejo, que no puede en-
nos proveían con la crítica al poder cararse con simplificaciones que
punitivo del estado de bienestar. satisfacen al académico porque
En décadas pasadas, cuando quedan redonditas y cierran, pero
exponíamos nuestra realidad en que no muerden bien la realidad
el centro, no dejaba de haber un del poder.
cierto dejo de bueno, son países en Tampoco se trata de una diso-
vías de desarrollo. Hoy tenemos lución, sino de abrir la cabeza para
problemas comunes y, además, incorporar otras visiones críticas.
la famosa globalización facilita la Por último, este desbande de la mi-
comunicación. radas críticas no es un caos, como
Recordemos que cuando las al principio parece, sino que bien
brutalidades colonialistas pasaban mirado es perfectamente lógico
en África o en Sudamérica, en el frente a la necesidad de encarar la
centro las atribuían a la inferiori- agresión violenta de un poder puni-
dad de estas sociedades, pero cuan- tivo desenfrenado y brutal.
do el mismo poder neocolonialis- Cuando ante esta necesidad los
ta se enroscó y pasó a Europa, ese criminólogos se preguntaron qué se
discurso no pudo seguir vigente y estaba dejando de lado y por qué no
la comunidad internacional tuvo habían advertido el peligro antes,
la necesidad de declarar solemne- sus miradas se orientaron en cua-
mente una obviedad: todo ser hu- tro direcciones básicas y que en el
mano es persona. No es lo mismo fondo no son excluyentes.
lo que pasa en la actualidad, claro, (a) Por un lado, al tratar de ex-
pero corre el riesgo de serlo. plicar el poder punitivo y centrar
La necesidad de profundizar la la atención en su ejercicio, se sub-
realidad del poder punitivo hizo estimó el daño real que provoca el
que las miradas se dirigieran en di- delito. El delito tiene víctimas y el
ferentes direcciones y se encontra- reparto de la victimización es tan
ran con otras que ya habían repa- selectivo como el de la criminali-
rado en esos fenómenos del poder. zación. No en vano las clases subal-
180
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?

ternas son víctimas de la publicidad iba poniendo de relieve algo que la


mediática vindicativa, pues son las criminología había dejado de lado
más victimizadas. Por este camino de modo poco menos que inexpli-
del daño real la crítica se fija en la cable: el genocidio. El fenómeno de
victimología y en Gran Bretaña al- las masacres fue estudiado al mar-
gunos de los propios críticos mar- gen de la criminología y no puede
xistas de otrora proponen un realis- menos que impactarla.
mo de izquierda. (c) Como es obvio, el renaci-
(b) Por otro lado, es claro que miento violento del spencerianis-
la criminología mediática vindica- mo y su estado gendarme no podía
tiva, al construir el ellos enemigo dejar de ser objeto de análisis y crí-
mostrando como único peligro el tica en forma directa por los crimi-
del delito común, provoca lo que se nólogos centrales que asistían a este
llama pánico moral (concepto que nuevo parto letal. En consecuencia,
debemos a Stanley Cohen y a Jock surgió toda una corriente que se
Young), miedo al delito y a nada ocupa de analizar y criticar la ma-
más, y, por ende, está ocultando nifestación represiva de este estado
otros peligros y daños en acción, gendarme y que la bautizó como
mucho más graves y en curso. neopunitivismo.
Se inventa una sociedad de ries- (d) Por último, todo el panora-
go en la que el único riesgo es la ma mundial contemporáneo confi-
agresión del adolescente del barrio gura un paisaje de enorme agresivi-
precario, como si no hubiese otros dad que provoca interrogantes que
daños sociales en curso. Es algo están más allá de la sociología y de
así como la campaña para no usar la ciencia política y cuyas respues-
desodorante en aerosol porque con tas llevan a bucear en otras palabras
eso vamos a evitar el agujero en la de la academia, como son las de las
capa de ozono, mientras se queman disciplinas psi, las de la antropolo-
irresponsablemente billones de to- gía y las de la etnología.
neladas de petróleo. Como podemos ver, el desbande
Esto llevó las miradas más allá no es anárquico, sino que responde
de la criminología, es decir, a tratar a actitudes que debían esperarse,
de hacer un saber del daño social porque son bastante razonables,
–es el paradigma del daño social dadas las nuevas circunstancias del
propuesto por algunos criminó- poder planetario.
logos ingleses (el social harm ap- Este mero enunciado prueba que
proach)–, pero también a los apor- nada es más falso que afirmar que
tes que venía haciendo la crítica so- ha desaparecido la crítica, cuando
cial feminista y, por último, lo que es claro que ésta sólo se diversificó
181
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

para profundizarse, lo que es mu- para escuchar mejor la palabra de


cho más adecuado a la urgencia por los muertos, por lo que volveremos
llegar a una mejor aproximación al en el curso de estas entregas a insis-
fenómeno del poder represivo. tir muchas veces en los aspectos de
Simple y sencillamente, los cri- su contenido ya que nos permiten
minólogos se preguntan: acercarnos a la realidad de la cues-
¿Por qué prende la criminología tión criminal.
mediática entre los pobres? Porque No crean que lo que voy a expo-
hay un daño real del delito, del que ner en las siguientes entregas y que
nos hemos ocupado poco. Pues bien, –después de escuchar atentamente
vamos a estudiar a las víctimas. la palabra de los muertos– concluye
¿Qué es lo que la criminología en una propuesta de criminología
mediática se empeña en ocultarle cautelar es por entero una ocu-
al público cuando instala el pánico rrencia personal, sino que en buena
moral a la agresión del adolescente parte es el producto de la aplicación
de barrio precario? Pues vamos a de los instrumentos conceptuales
estudiar los daños sociales que no que nos proporciona este aparente
se muestran. desbande de las preguntas contem-
¿Qué es este neopunitivismo bru- poráneas.
tal? Es claro que se trata de una En alguna medida lo que expon-
cuestión exclusivamente política; go resulta del uso sintético de esos
pues bien, es menester analizarla y elementos y de una atenta observa-
estudiarla. ción de la realidad cotidiana.
¿A qué se debe esta agresividad
intraespecífica que se pone de ma-
nifiesto en este momento del poder? El daño real del delito:
Vamos a preguntarle eso a otros realismo de izquierda
sabios. y victimología
Como puede verse, la academia
no se ha vuelto loca ni ha renuncia-
do a la crítica, sino que va por más.
Pasemos a echar un vistazo so-
J ock Young fue en 1973 uno de
los autores de La nueva crimi-
nología, que ensayaba un replanteo
bre el panorama que ofrecen cada radical desde la perspectiva mar-
una de estas cuatro perspectivas, xista. Junto con John Lea, Richard
aunque lo haremos brevemente, Kinsey y Roger Matthews sorpren-
pues en realidad estos aportes de la dió a comienzos de los años 90 con
criminología académica actual nos un replanteo que llamaron realis-
preparan para comprender el sen- mo de izquierda y cuya consigna es
tido de la criminología mediática y tomar en serio el delito a partir de
182
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?

verificar que causa graves daños a puesta criminología administrativa,


víctimas de las clases populares ur- que es la propia del estado gendar-
banas, en especial a las mujeres, que me, con la aprobación –cuando no el
son las más vulnerables. decidido apoyo– de los propios sec-
Si bien este giro se atribuye po- tores contra los que políticamente se
líticamente a un acercamiento al dirige ese modelo de estado.
laborismo británico, por nuestra Creo decididamente que esta ve-
parte creemos que más bien es re- rificación –de sentido común– ha
sultado de una aproximación a la sido la determinante del llamado
realidad de la victimización. realismo de izquierda británico que
Las teorías macro tienen el obvio viene proponiendo reformas al sis-
inconveniente de satisfacer explica- tema penal y asistencial de su país,
ciones académicas encuadradas en algunas interesantes, aunque no
marcos ideológicos previos, pero todas transferibles a la realidad de
para las víctimas concretas y sus nuestro margen.
deudos y para los reclamos que es- Entre las propuestas concretas
tos y los vecinos formulan a los polí- de estos criminólogos, las más in-
ticos, no ofrecen ninguna respuesta. teresantes son las referidas a la po-
Creo que el más elemental con- licía, ya que plantean la disyuntiva
tacto de un criminólogo académico entre un modelo de policía militar
con esta realidad no puede menos (que nosotros llamamos aquí de
que ponerle de manifiesto la nece- ocupación territorial) y otro de po-
sidad urgente de hacer algo y de dar licía de consenso (que nosotros lla-
una respuesta, salvo que prefiera mamos comunitaria).
que los impulsos de venganza, la Volveremos sobre esto al ocu-
criminología mediática y los polí- parnos de los segmentos del sistema
ticos arrinconados marchen cada penal, con la advertencia –que for-
día más hacia el modelo del estado mulamos desde ahora– de que no
gendarme y de la represivización puede confundirse una policía co-
neo-estalinista dirigida en definiti- munitaria con una dictadura ética
va contra los excluidos. con la intervención de personas que
Es bastante claro que los puros no tengan nada que hacer sino mo-
planteos de la criminología crítica lestar a los jóvenes.
radical elaborados desde la acade- Al centrar la atención en el daño
mia, sin contacto con las vivencias real del delito no puede menos que
cotidianas y sin investigación de repararse en la victimología, que no
campo, son útiles como marco de es una ciencia ni un saber autóno-
crítica, pero que al quedarse en ese mo, sino una línea de investigación
nivel allanan el camino para una su- que tuvo como antecedente la obra
183
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

de Hans von Hentig (que fue un cri- la gama de posibles matices en tor-
minólogo alemán antinazi y muy no del innegable fenómeno civiliza-
creativo) y de la que se considera torio de subordinación de la mujer.
fundador a Benjamin Mendelsohn, En el fondo del debate feminis-
criminólogo rumano radicado en ta creemos hallar el fundado temor
Israel. de que su potencial transformador
En un principio, la victimología –que es enorme– pueda ser neutra-
se dedicaba a las víctimas de delitos lizado por un pensamiento falocén-
comunes y en especial a su com- trico o –como dicen en el barrio–
portamiento como determinante machista, susceptible de cooptarlo.
o facilitador de estos, pero hoy ha Más allá de los extremos a los
ampliado su campo de observación que pueda conducir este temor, lo
hasta llegar a abarcar casi todo lo cierto es que el feminismo conmue-
que toman en consideración los que ve las bases mismas del poder pla-
postulan ir más allá de la crimino- netario, teniendo en cuenta –como
logía y ocuparse de todo el daño vimos– que éste se preparó jerar-
social. quizando a las sociedades coloniza-
Uno de los más destacados teó- doras mediante la regulación de las
ricos de la victimología en nuestro relaciones sexuales para erigir a sus
tiempo fue el siempre recordado primeros sargentos en la pirámide
Antonio Beristain, que había elabo- del ejército colonialista.
rado el concepto macro-víctimas en El temor de las feministas no es
referencia a los conflictos armados o otro que un capítulo importantísi-
a lo que se denomina terrorismo. En mo de las trampas que nos tienden
la Argentina, esta perspectiva fue todas las racionalizaciones del po-
ampliamente desarrollada por Elías der y todas sus naturalizaciones.
Neuman, lamentablemente falleci- El feminismo ha aportado dos
do este año (2011). conceptos que hoy son de uso co-
rriente y sin los cuales nos faltarían
letras claves en el abecedario que
Los daños que oculta usamos para describir la jerarqui-
la criminología mediática zación naturalizada que nos vende
el poder planetario: son el de pa-

E l feminismo es un fuerte mo-


vimiento teórico y activista
con desarrollo autónomo y en cuyo
triarcado y el de género.
Por patriarcado se entiende, por
decirlo claro, el dominio machista
seno se mueven desde posiciones y todas sus implicancias. El género
radicales inspiradas en marcos destapa la principal trampa del pa-
ideológicos preexistentes hasta toda triarcado: la confusión de sexo con
184
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?

la de rol asignado. El sexo es algo cia directa de la discriminación de


anatómico, pero el género no tiene género, desde la violencia familiar
nada que ver con la anatomía. La homicida hasta la trata de perso-
mujer tejiendo, cocinando, espe- nas (antes se la llamaba de blancas,
rando al marido, cosiendo, no tiene curioso resabio racista de la escla-
nada de sexual sino que es un con- vitud).
junto de roles culturalmente asig- No ha habido una crítica crimi-
nados por el poder patriarcal. Y eso nológica gay tan desarrollada como
es el género. la feminista, pese a que hace mu-
Siempre ha llamado la atención chos años que el británico Gordon
que el sistema penal se ocupara casi Taylor observó que en toda socie-
exclusivamente de los hombres, dad media una relación inversa en-
pero no tiene nada de extraño: en el tre el patriarcalismo y la tolerancia
ejército de la sociedad jerarquizada a la homosexualidad.
a la mujer la controlan los sargentos De cualquier manera existen
y a estos los controla el poder puni- estudios importantes (como el de
tivo, que sólo se ocupa de las muje- John Boswell), muchas ridiculiza-
res que se rebelan a los sargentos. ciones de los disparates positivis-
Este es el programa originario que tas (Jorge Salessi entre nosotros),
proviene de la edad media y que con relatos de la persecución nazista
matices se mantiene vigente. (el rose Winkel o triángulo rosa en
Por ende, la criminología guar- los campos de concentración), del
dó bastante silencio acerca de la proceso a Oscar Wilde (el de Gide,
mujer, salvo algunos disparates por ejemplo), numerosas contribu-
positivistas como el del equivalente ciones literarias (Jean Genet a la
de Lombroso o el estereotipo de la cabeza) y es innegable el peso de la
mujer envenenadora. cuestión gay en la crítica de Michel
Pero dejando de lado los dispa- Foucault.
rates y también las discusiones nor- Si bien la victimología puso de
teamericanas tratando de explicar manifiesto daños que no se habían
el mayor protagonismo de la mujer, tomado suficientemente en cuenta,
el feminismo impuso correcciones el feminismo reclamó la atención
a la crítica criminológica al desta- sobre la mitad de la población olvi-
car que, si bien la mujer tenía menor dada por la criminología y los veci-
incidencia en la criminalización, no nos de Londres bajaron a la tierra a
sucedía lo mismo en la victimiza- los teóricos ingleses, el panorama de
ción, lo que no sólo tiene lugar en la las víctimas del poder mundial no
delincuencia callejera, sino en vic- estaba en modo alguno completo,
timizaciones que son consecuen- respecto de lo cual Stanley Cohen
185
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

llamó la atención sobre lo que llama Es claro que nos acostumbraron


sociología de la negación, que nos a considerar que el crimen de Nueva
condiciona una indiferencia moral. York era evitable y las otras muertes
En su libro de 2001, Estados de inevitables, pero no es cierto: según
negación, este autor no se refiere al los cálculos de la ONU, serían nece-
grosero negacionismo neonazista sarios trece mil millones de dólares
de la Shoah y similares, sino, por para resolver el hambre y cuarenta
ejemplificarlo claramente, al que mil para cubrir las necesidades bá-
protagonizamos mientras miramos sicas en el mundo (esta última cifra
por televisión el servicio de noticias implica el 50% del consumo de piz-
que nos muestra masacres mientras za en Estados Unidos). Aunque el
seguimos mojando las medialunas cálculo de la ONU fuera optimista
en el café con leche. y las cifras subiesen al doble, o al
Siguiendo este camino, un gru- triple, lo obvio es que esas carencias
po de ingleses (Paddy Hillyard, no son naturales o inevitables, ni se
Christina Pantazis, Steve Tomb y pueden respaldar con el argumento
David Gordon) en 2004 compilaron de que siempre hay miseria.
un libro en el que proponen ir más De cualquier manera, si la cri-
allá de la criminología (y así se llama minología afrontara todos estos da-
esa obra, con el subtítulo Tomando ños se perdería en un enorme cam-
en serio el daño) y abarcar todos los po todológico de conocimientos
daños sociales del poder: pobreza inabarcables. Todas estas muertes
masiva, hambre, violaciones masi- son resultado de violaciones a los
vas de derechos humanos, masacres derechos humanos y estos, como
estatales, muertes por condiciones campo de estudio jurídico, deben
de trabajo, por privilegio de la he- ser sostenidos por datos reales a
terosexualidad, por preferencias en los que contribuyen todos los co-
los nacimientos, por guerra a los nocimientos humanos, lo que por
migrantes, por maltrato infantil, definición no puede tener unidad.
por polución, por envenenamiento Se trata de conocimientos que los
de alimentos, etc. estudiosos de derechos humanos
Es indiscutible que el libro pasa deben requerir a todas las ciencias
revista a datos aterradores, como naturales y sociales, a todo el saber
que si bien el 11 de setiembre de humano. Un saber que pretenda
2001 murieron 3.045 personas en abarcar todo esto se perdería o re-
Nueva York, ese mismo día mu- sultaría directamente diletante.
rieron también 24.000 personas de Pero hay un campo que induda-
hambre en el mundo, 6.200 niños blemente pertenece a la criminolo-
de diarrea y 2.700 de sarampión. gía y sobre el que hubo un singular
186
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?

silencio, que es el del homicidio sociales, no podemos ignorar es-


doloso, intencional. La crimino- tos crímenes y, además, tampoco
logía académica se detuvo en los podemos negar que su estudio co-
homicidios seriales sensacionales rresponde a la criminología. Sobre
y en todos los cometidos por ini- esto está llamando la atención la
ciativa privada, pero nunca en los criminología de los últimos años,
públicos o estatales, es decir, en los aunque aún sin suficiente penetra-
genocidios y masacres, en los crí- ción y a regañadientes por parte de
menes de masa cometidos por la una buena parte de los criminólo-
acción de agencias estatales. gos académicos. Pero esto es tan
¡Extraña omisión, por cierto! Si importante, que merece un capítu-
queremos tomar en serio los daños lo especial.

187
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

188
Los homicidios estatales
o crímenes de masa

L a criminología académica guar-


dó un llamativo silencio acerca
de los asesinatos masivos estatales,
Alexander en 1948 o el libro que
Sheldon Glueck escribió en 1944
sobre crímenes de guerra. En el filo
apenas interrumpidos por algún de este siglo, los trabajos son más
artículo aislado, como el de Leo frecuentes: Alex Alvarez (1999),
189
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

William Laufer (1999), Georges S. Bush agitó el nacionalismo,


Yacoubian (2000), Andrew Wool- tomó de la tolerancia cero la idea
ford (2006) y en especial Wayne de prevención y la llevó a la gue-
Morrison, neozelandés profesor en rra y manipuló la tecnología de
Londres, que en 2006 publicó un la comunicación para declarar la
libro titulado Criminología, civili- guerra a Irak sobre la base de una
zación y el nuevo orden mundial. mentira. Pero se movió con reglas
Por ser este último el más extenso diferentes, pues las válidas para los
y analítico, lo tomamos como re- otros civilizados no fueron las que
ferencia. aplicó frente a los incivilizados,
Morrison recuerda que Hobbes o sea, en la lucha en la jungla, lo
separaba el espacio civilizado del no que no es más que otra faceta de la
civilizado (de guerra de todos con- doctrina de la seguridad nacional
tra todos), cuya presencia consti- y de la guerra sucia.
tuía una amenaza, y afirma que esta Morrison afirma que el presente
línea hobbesiana se quebró cuando se caracteriza por una vuelta de la
el mundo incivilizado irrumpió en emocionalidad, un nuevo popula-
el corazón del civilizado el 11 de rismo, politización, un sentido de
setiembre de 2001, destruyendo el crisis, un sentido de normalidad
símbolo de ese mundo funcional y de altas tasas de criminalidad, una
utilitarista de la globalización. nueva relación del crimen con los
El World Trade Center era el medios masivos, una pérdida de
máximo templo de la tecnología y confianza en la experticia del estado
la seguridad y su caída convirtió de de bienestar.
repente el espacio civilizado en ter- Morrison reconoce que la cri-
cermundial. De pronto, los residen- minología es el producto de un
tes del espacio civilizado tomaron sector del planeta, cuyos estados se
conciencia del mundo externo, lo construyeron sobre la violencia y
que fue muy impactante para Es- el genocidio, con cita de Bauman:
tados Unidos, que había sido muy el triunfo de unas pocas etnias so-
afortunado en su propio territorio. bre otras llevó a la destrucción de
A partir del 11 de septiembre la los vencidos y la historia la escri-
administración de Bush reforzó su bieron los vencedores, mostrando
discutible origen y escaso prestigio su civilización como un camino de
con un discurso que confundía la progreso hacia la pacificación de la
guerra con el crimen para volver vida cotidiana.
porosa la frontera entre el control Por otra parte, señala que las
interno y el externo, borrando los cifras de criminalidad registrada
límites hobbesianos. que se reportan en los países donde
190
Los homicidios estatales o crímenes de masa

ha habido genocidios no incluyen legitimados (Congo, Namibia, Be-


los cientos de miles y a veces mi- nin, etc.). Señala que la criminolo-
llones de muertos por ese crimen. gía no reparó en Nuremberg ni en
Para la estadística criminal sólo Tokio, por considerarlos crímenes
cuentan los homicidios normales. de guerra, violatorios de las reglas
Con toda razón señala Morrison que las mismas potencias colonia-
que existe una estadística criminal listas no respetaban en sus colonias.
que registra en forma de apartheid ¿Pero si Hitler los hubiese cometido
criminológico. sólo dentro de las fronteras alema-
La criminología sólo recoge da- nas, los campos de concentración
tos domésticos y condicionados por habrían quedado impunes? Sostie-
el poder de las naciones-estado, for- ne que ha habido ambigüedad en
madas por medio de la violencia y el juzgamiento, que la víctima era
dominando a otras de igual modo. la humanidad, pero que no dejó
Por ende, la criminología es un dis- de pesar que las víctimas concretas
curso muy parcial, construido en fuesen judíos, gitanos y gays.
torno de un mundo de hechos polí- Afirma que la criminología con-
ticamente delimitado. sideró que los grandes crímenes del
De inmediato presenta una ta- pasado siglo son excepciones de las
bla impresionante de crímenes ma- que la criminología –como ciencia
sivos cometidos desde 1885 hasta de operaciones normales de control
1994, reconocidos y no reconoci- llevadas a cabo por el estado– no ne-
dos, de la que nos ocuparemos más cesita ocuparse. En el caso del Holo-
adelante. Ante estos millones de causto, la imagen de los campos de
cadáveres que la criminología no concentración reafirma esta distan-
toma en cuenta en sus estadísticas, cia, asegurando que se trata de lu-
formula los siguientes interrogan- gares verdaderamente excepcionales
tes, que quedan abiertos: ¿Podemos que no volverán a existir nunca.
globalizar la estadística criminal? Niega rotundamente la ex-
Si parte del objeto del análisis esta- plicación del camino especial –el
dístico de Quetelet era medir la tasa Sonderweg– del nazismo y de la
normal de crimen en una sociedad patologización de la Shoá, dado
y así determinar el riesgo ¿cómo se que las personas que participaron
puede crear una imagen estadística activamente en esos crímenes eran
de una sociedad mundial de ries- normales y muchos de ellos vol-
go? Volveremos más adelante sobre vieron luego a la vida corriente sin
esta posibilidad. dificultades.
Pasa revista a toda la criminolo- Compara las ejecuciones ejempli-
gía neocolonialista y a los crímenes ficadoras –como la de Túpac Amaru,
191
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

descuartizado públicamente– que demos detectar con más facilidad


tenían por objeto la reafirmación de el papel central y protagónico del
la verticalidad del poder (Miren lo poder punitivo.
que les vamos a hacer si insisten), con
la secreta fabricación de cadáveres en
los campos de exterminio, como dos El neopunitivismo
objetivos por completo diferentes.
Al momento de escribir, afirma
que entre Bush y Bin Laden media
un juego de espejos, pues sin Bin
L as características del estado nor-
teamericano han cambiado to-
talmente desde el establecimiento de
Laden, Bush no habría obtenido lo que se denomina New Punitiveness
poderes extraordinarios ni hubiese (neopunitivismo).
podido ganar las elecciones. Insisto en los caracteres del
Observa que, al asignársele al nuevo rostro del sistema penal
terrorismo el estatus de acto de norteamericano: uno de cada tres
guerra, se lo excluye de las garan- hombres negros de entre veinte y
tías penales, al tiempo que, al ser veintinueve años se halla en la cár-
llevado a cabo por combatientes cel, un norteamericano de cada
que no son regulares, a estos se los cien está en prisión, tres más están
excluye de la Convención de Gine- sometidos a vigilancia con proba-
bra, quedando a disposición de las tion o con parole, se inhabilita a
órdenes del más poderoso, que es perpetuidad para votar a cualquier
quien resuelve en la excepción, se- condenado por cualquier delito, se
ñalando esto como el equivalente difunde el three strikes and you are
actual de la ley marcial en los regí- out (o sea, una pena de relegación
menes coloniales y del Führerprin- perpetua para los que son simple-
zip en el nazismo. mente molestos), se expulsa de las
Aunque no lo dice, es claro que viviendas sociales a toda la familia
esta es la tesis central de la defini- del condenado, se lo priva de to-
ción de lo político de Carl Schmitt y dos los beneficios sociales, se res-
la verificación de que se intenta una tablecieron los trabajos forzados,
trágica planetarización de la llama- se ejecutaron unas mil trescientas
da doctrina de la seguridad nacio- penas de muerte desde el final de la
nal de los años 70 sudamericanos. moratoria de los años 70 (incluso
Esta senda teórica es una de a enfermos mentales y menores),
las que desde la periferia debemos los gobernadores hacen campa-
reelaborar y profundizar, porque ñas para su reelección rodeados
nos incumbe muy directamente, de retratos de los ejecutados a los
pero además, es desde donde po- que no les conmutaron la pena, se
192
Los homicidios estatales o crímenes de masa

condena sin juicio mediante ex- pende de valores morales, sino de


torsión, los testigos de cargo son obstáculos físicos que privan de
comprados con impunidad, se oportunidad. En este sentido, con-
practican los métodos más inmo- trasta con la tradición conservado-
rales de investigación, se instiga a ra que entiende que la prevención
la denuncia dentro de la familia, depende de los valores morales y
lo posmoderno recupera todas las del respeto a la autoridad.
características de lo premoderno Pero por otro lado aparece la
inquisitorial. criminología del otro, basada en
De poco ha servido la caída del la venganza, que se expresa como
Muro, porque el estalinismo penal exclusión, defensa social, neutrali-
ha renacido en Estados Unidos y se zación del sujeto peligroso, o sea,
ofrece como modelo mundial. De que usa el discurso del viejo positi-
esto se ocupan muchos criminólo- vismo pero en un sentido bien vin-
gos, pero como no puedo mencio- dicativo.
narlos a todos, nos ocuparemos de La contradicción es clara: el de-
los tres más notorios: David Gar- lito no puede ser tan normal como
land, Loïc Wacquant y Jonathan la lluvia y al mismo tiempo drama-
Simon. tizarse al máximo, usando vocabu-
Garland, formado en Edim- lario militar o guerrero y presen-
burgo pero que también enseña en tando al infractor como a un sujeto
Nueva York, publicó varias obras; la irreductiblemente malo al que se
que más nos interesa es La cultura debe aniquilar.
del control, de 2001. Wacquant es francés, profesor
Afirma que en la sociedad pos- de la Universidad de California
moderna reina una suerte de esqui- (Berkeley) e investigador del Cen-
zofrenia, que por un lado da lugar a tro de Sociología de París. También
una criminología de la vida cotidia- ha publicado varias obras sobre es-
na, que apela a todos los recursos tos temas en los últimos diez años.
preventivos mecánicos, electrónicos, Para Wacquant, la tensión se-
etc., pero que por otro lado apela a ñalada por Garland responde a un
una criminología del otro, que resu- sistema posfordista que precariza
cita en definitiva las versiones más el trabajo, profundiza las discrimi-
tenebrosas del viejo positivismo. naciones y segregaciones de clase y
La criminología de la vida co- raciales, relega a los sectores más
tidiana incorpora el delito como golpeados por la política llamada
riesgo normal y nos llena de inge- neoliberal a los barrios más pobres,
nios humanos preventivos, o sea marginales y alejados y monta un
que la prevención del delito no de- aparato punitivo de contención
193
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

194
195
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

que configura lo que llama un es- el terreno para el giro autoritario, o


tado penal. sea, que no repara en la transforma-
Afirma también que este esta- ción institucional que se produjo en
do penal continúa el racismo del las últimas tres décadas y que, sin
apartheid que –según sostiene– duda, incidió en el giro represivo
nunca desapareció de las prácticas del poder punitivo estadounidense.
burocráticas norteamericanas, por Jonathan Simon es profesor en
lo que lo considera también un es- Berkeley y en 2007 publicó Gover-
tado racial. ning through Crime, How the War
En realidad es llamativo que on Crime Transformed American
desde 1989, por primera vez en la Democracy, en el que lleva a cabo
historia de Estados Unidos, la po- una interesante investigación que,
blación penal negra sea mayorita- a mi entender, no se opone a la te-
ria. Para Wacquant, esto lo pro- sis culturalista de Garland ni a la
voca la política de expulsión del estructural de Wacquant, sino que
mercado laboral, que hace econó- las completa, analizando en pro-
micamente innecesaria o subem- fundidad cómo se fue gestando la
pleada y mal paga a una parte de tremenda transformación institu-
la población que soporta el trabajo cional y social que desembocó en el
como una obligación ciudadana, autoritarismo penal actual.
siendo funcional para mantener Atribuye esta explosión repre-
esa posición subordinada la cri- siva a la lenta pero incesante desle-
minalización de la pobreza, clara- gitimación del estado de bienestar,
mente emprendida a partir de los fijando su comienzo en la agresiva
años 80 del siglo pasado. campaña del conservador Barry
Además, la precarización del Goldwater en 1964, basada casi por
trabajo hizo desaparecer la solidari- completo en la consigna ley y or-
dad del gueto, que fue reemplazado den. A ella le siguieron las guerras
por un supergueto sin sentimiento contra la droga de Nixon, Reagan y
comunitario, lo que provoca la vic- Bush padre, para culminar con la
timización de los pobres (los de la guerra contra el terrorismo del inol-
villa roban en la villa). vidable Bush hijo después del 11 de
Es claro que Wacquant sostie- setiembre de 2001.
ne una interpretación estructural Para Simon, todo esto configura
del fenómeno frente a la cultural de una governance, o sea, una técnica
Garland. Lo cierto es que Wacquant de gobierno, que caracteriza como
se detiene poco en los cambios po- un gobierno mediante el crimen y
líticos generales y en el propio sis- que es por completo opuesta a la
tema penal que fueron preparando tradición liberal.
196
Los homicidios estatales o crímenes de masa

La clave de su interpretación voto popular y adquirieron la prác-


se halla en que cuando se gobier- tica de fabricar víctimas-héroes
na mediante el crimen, el modelo como modo de dar el salto a las go-
punitivo –y vindicativo– se vuelve bernaciones, sobre la base de cam-
una técnica general de gobierno, pañas vindicativas.
o sea, que se extiende a todas las Estas campañas estigmatizaron
formas sociales: va desde el estado a los jueces como enemigos aliados
nacional hasta la escuela, invade el o encubridores de los criminales
ámbito privado y las relaciones fa- y responsables de la inseguridad
miliares, amenaza la democracia en frente al crimen, lo que motivó las
todas las instituciones. reformas legislativas que impusie-
Simon previene muy especial- ron penas fijas o redujeron la posi-
mente sobre la amenaza a la de- bilidad de valoración judicial (son
mocracia que puede implicar la reacciones políticas frente a los jue-
víctima-héroe: La democracia ame- ces garantistas).
ricana está amenazada por el surgi- Los políticos que al legitimar
miento de la víctima del delito como el desmantelamiento del estado de
modelo dominante del ciudadano, bienestar lesionan los derechos de
como representante de la gente co- toda la población tienen la oportu-
mún, cuyas necesidades y capacida- nidad de reivindicarse, mostrando
des definen la misión del gobierno su inexistente preocupación por la
representativo. seguridad mediante las leyes más
Según Simon, la Safe Streets Act autoritarias, atendiendo el reclamo
de 1968 de Lyndon Johnson mar- público del que las víctimas-héroes
có un cambio fundamental, pues son su vanguardia (caso Blumberg),
se pasó del modelo del trabajador al tiempo que el modelo punitivo
manual como el ciudadano común se va derivando a todas las institu-
del imaginario colectivo, al de la ciones y formas sociales, públicas y
víctima, señalando el comienzo del privadas.
gobierno mediante la criminalidad. En definitiva, se trata de una ma-
El proceso se aceleró porque nera de gobernar mediante la ad-
desde Reagan hasta Bush todos los ministración de los miedos. El pro-
presidentes fueron antes goberna- pio Simon recuerda que en tiempos
dores de estados (salvo Bush padre, de Nixon el miedo dominante era
que venía de la CIA, lo que no al- al cáncer, lo que fue evolucionando
teraba la tónica), que trasladaron al hasta llegar al terrorismo.
gobierno federal la modalidad vin- Por cierto que el análisis de Si-
dicativa de la política provinciana, mon es mucho más pormenorizado
donde los fiscales son elegidos por que los de Garland y Wacquant,
197
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

aunque no se opone necesariamen- lítico de todo inquisidor es el panal


te a estos, pues tanto la dimensión de abejas o el hormiguero.
cultural como la estructural bien Lo que hace Simon es describir
pueden encajar en su interpretación muy bien el proceso actual, en deta-
como complemento de ella. lle y en su genealogía, pero lo cierto
No obstante, creemos que Si- es que en cuanto a lo estructural,
mon no percibe la dimensión to- no hay diferencias de esta natura-
tal del giro autoritario, porque no leza con otros momentos inquisi-
enfoca la cuestión con una visión toriales. ¿Se trata del prolegómeno
histórica más amplia. Gobernar o de una tentativa en marcha para
mediante el miedo importa la fa- imponer un Leviatán planetario?
bricación de enemigos y la consi- ¿O más bien obedece a la necesi-
guiente neutralización de cualquier dad de reforzar un poder debilitado
obstáculo al poder punitivo ilimi- o declinante? Esta es la pregunta
tado, supuestamente usado para que no se formula, pero que debe
destruir al enemigo, aunque todos preocuparnos a nosotros en nues-
sabemos que es materialmente uti- tro margen.
lizado para lo que el poder quiera. De todas formas, Simon da en
Siempre el fenómeno es en el fondo la tecla: la clave es gobernar valién-
una inmensa estafa para distraer la dose de la centralización del mie-
atención de otros riesgos y obtener do en un objeto. En este sentido su
el consenso para ejercer un poder aporte, al describirnos cómo y por
policial sin control. qué se lo hace en la actualidad en
Este poder punitivo sin control Estados Unidos, es fundamental
siempre se usó para verticalizar y para nosotros, porque de allí se glo-
jerarquizar a las sociedades, como baliza o planetariza esta técnica de
lo hemos manifestado reiterada- gobierno. Nos hacen falta investi-
mente, o sea, para dotarlas de es- gaciones análogas a la de Simon en
tructura colonizante. Por ende, es nuestros países.
natural que esta técnica o gover-
nance se derive en forma de cata-
rata hacia todas las instituciones Otras palabras:
sociales. La inquisición necesitó re- las ciencias psi
forzar el patriarcado para asegurar
la base de la sociedad ejercitoforme
que luego se lanzó sobre América
y África. Toda inquisición tiende a
C uando la criminología crítica
proveniente del interaccionis-
mo y de la fenomenología puso de
jerarquizar y a producir homoge- manifiesto los caracteres estruc-
neidad y conformismo; el ideal po- turales del poder punitivo, la cri-
198
Los homicidios estatales o crímenes de masa

minología etiológica del rincón de En principio, los saberes psi de


la facultad de derecho terminó de hoy no son los del positivismo. En-
derretirse y con ella se desprestigió tre los cultores de estas ciencias hay
la llamada clínica criminológica, o tantos sujetos de alta peligrosidad
sea, el estudio de la persona crimi- como en todas las otras, pero por
nalizada por los especialistas psi. suerte no dominan.
Esta desconfianza no era gra- Es verdad que no faltan quie-
tuita, dados los antecedentes del nes pretender reconstruir al crimi-
primer encuentro de estas discipli- nal nato en base a neurociencias,
nas con la criminología en el mar- volviendo a extraer consecuencias
co de la criminología racista, pero apresuradas de nuevos conocimien-
también porque su etiología y su tos médicos y biológicos, como otro-
práctica institucional no tomaba ra sucedió con el evolucionismo,
en cuenta el efecto deteriorante y con las localizaciones cerebrales o
estigmatizante de la criminaliza- con la endocrinología. También es
ción misma. cierto que algunos pretenden resol-
Era un poco difícil exigirle al psi ver cualquier cosa repartiendo ale-
institucional que pusiese de mani- gremente chalecos químicos a toda
fiesto que la intervención de la pro- la población, al tiempo que se ras-
pia institución de la que formaba gan las vestiduras porque alguien
parte cumplía un rol determinante fuma marihuana. Pero en todos los
en la etiología. Suponemos que a un saberes asistimos a exabruptos que
operador psi que informase que la –sin desmedro de su peligrosidad–
policía, los jueces y los penitencia- son pasajeros.
rios estaban condicionando una La antipsiquiatría ha dejado una
carrera criminal, por lo menos en huella más allá de sus exageraciones
nuestro medio, lo habrían echado a puntuales, el psicoanálisis hizo lo
la calle por vía rápida. suyo, la antropología de Franz Boas
Debido a esto y a los tristes ante- no pasó de lado sin impactar en el
cedentes históricos fue que los cri- campo psi, la desnaturalización de
minólogos críticos en general reac- las preferencia sexuales minoritarias
cionaron alérgicamente frente a las es un hecho, etc. En síntesis: está
propuestas de intervenciones psi en muy claro que lo psi no se nutre hoy
su campo y se inclinaron por cor- de ideologías racistas ni totalitarias.
tar todo vínculo con estos saberes. En un comienzo, el psicoanálisis
Esto no pasa de ser una reacción impactó a la criminología etiológi-
emocional –nunca buena conseje- ca del rincón con una montaña de
ra en la ciencia–, producto de una trabajos, algunos de los cuales sólo
confusión de niveles. extraían su profundidad de que sus
199
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

autores habían leído a Freud en el Este desencuentro no es más


subterráneo. En los años 30 hizo que el resultado del desconoci-
furor El delincuente y sus jueces miento de los respectivos planos de
desde el punto de vista psicoanalíti- análisis y observación: el sociólogo
co de Franz Alexander (psicólogo) observa desde lo grupal y el psicó-
y Hugo Staub (jurista), del cual casi logo desde el sujeto concreto. Por
todos los otros escritos fueron deu- eso, los conocimientos del soció-
dores (y algunos plagiarios). logo son útiles en particular para
Pero no era tarea de los psicó- formular políticas, pero nada nos
logos poner de manifiesto los ca- dicen sobre qué hacer con el suje-
racteres estructurales del poder to concreto, del que la criminología
punitivo, sino de los sociólogos. no puede desentenderse.
Sería injusto cargarlos con una res- Cuando nos hallamos con un
ponsabilidad que no les incumbía. fenómeno que es necesario con-
Lo cierto es que tampoco es verdad trolar, como puede ser el uso de un
que intentaran reconstruir un cri- veneno como el llamado paco, el so-
minal nato por vía psicológica, por ciólogo nos puede informar acerca
lo menos respecto de sus exponen- de las medidas grupales (planes de
tes más destacados. asistencia para reducir el tráfico de
No niego que se generan a ve- subsistencia, programas de fomento
ces confusiones provenientes de de la escolaridad y de generación de
algunos apresurados lectores del proyectos de vida positivos, modos
propio campo psi, como cuando de instruir a los operadores, me-
alguien –que también vio las tapas didas que eliminen o reduzcan la
del código penal en el subterrá- estigmatización del usuario, etc.),
neo– confunde la ley del padre de pero no nos puede decir qué hacer
Freud o el nombre del padre de La- con el sujeto concreto (con el chico
can con el código penal, sin darse usuario al que es necesario tratar
cuenta de que esos conceptos no se para evitar que muera o se lesione
fijan por mayoría parlamentaria. en forma irreversible). Y esto es vá-
Pero por suerte ni Freud ni Lacan lido para cualquier otro problema.
pensaron eso (ni Melanie Klein se La criminología crítica bien en-
miraba al espejo para ver si tenía tendida, en lugar de limitar el cam-
dos senos muy diferentes). Tam- po psi en su materia, lo amplía. El
poco Lacan pensó que las cárceles etiquetamiento no es algo que opera
debían llenarse de locos. Esta gen- en forma mecánica ni afecta a todos
te escribió textos inteligentes que por igual, pues el ser humano no es
no se pueden leer como si fueran una marioneta. Hay personas que
la revista Hola. asumen la etiqueta del estereotipo
200
Los homicidios estatales o crímenes de masa

y otras que no lo hacen. Es obvio, ta psi puede decirnos cómo tratar a


pues, que existe un grado de fragi- quien sobrevive a un atentado cri-
lidad que condiciona una vulnera- minal o a quien pasa por la tortura.
bilidad al etiquetamiento. Esta es la Por otra parte, dado que la cri-
cuestión que hace al sujeto concreto minología actual incorpora a su
y en ese terreno son las disciplinas campo el ejercicio del poder puniti-
psi las que deben informarnos. vo, amplía el universo de conductas
Si la intervención del poder pu- de los sujetos concretos. Ya no se tra-
nitivo tiene efecto deteriorante y ta sólo de observar al criminalizado
estigmatizante y si hay personas y a la víctima, sino de incorporar a
que sufren estos efectos mucho más los operadores del sistema penal.
que otras, es el campo psi el que nos Sin ánimo de psiquiatrizar nada,
puede informar a qué responde la es sabido que todo lo relacionado
mayor vulnerabilidad en cada uno con el ejercicio del poder punitivo
y, lo que es más importante, cómo opera como miel para moscas res-
abordarla en el sujeto concreto. pecto de muchas personas con pa-
En este último sentido, no de- tologías serias, lo que no es un dato
bemos omitir la inspiración que menor para la toma de decisiones a
puede proporcionar Viktor Frankl, la hora de seleccionar personal o de
que después de sobrevivir a un desentrañar la naturaleza de algu-
campo de concentración hizo de nas conductas desplegadas en otros
esa experiencia toda una teoriza- segmentos del sistema.
ción (que llamó logoterapia) con Ignorar desde la criminología
base existencial, que sintetiza en el campo psi es un gravísimo error
un libro titulado Un psicólogo so- prejuicioso que hace perder de vis-
brevive al campo de concentración ta al sujeto concreto, tan negativo
(en castellano, El hombre en busca como pretender traspasar las ob-
de sentido). servaciones sobre éste del campo
Por otro lado, es inocultable que psi a las políticas sociales: son dos
el delito y el poder punitivo produ- perspectivas que deben encontrarse
cen víctimas, o sea, que ejercen vio- sin pretender ignorarse ni neutra-
lencias que afectan a muchas per- lizarse, sino, simplemente, recono-
sonas y, si bien la criminología so- ciendo que aportan visiones dife-
ciológica aporta información para rentes sobre la conducta humana,
políticas reductoras de los daños, que es un objeto configurador de
no es menos cierto que, frente a los un extremo de complejidad.
sujetos concretos afectados, son las Sabemos que no faltan quienes
disciplinas psi las que pueden indi- desde la academia argumentan que
car cómo actuar. Sólo el especialis- esto es cuestión de la criminología
201
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

aplicada, pero no de la teórica. Por si alguien pretende hacer una cri-


un lado, a continuación mostrare- minología teórica pura, sin conse-
mos cómo los conocimientos psi cuencias prácticas –sin aplicación–,
son indispensables para la crimino- es mejor que cerremos la puerta y lo
logía teórica actual, pero, además, dejemos solo en su escritorio.

202
¿Somos todos neuróticos?

N o es nuestra intención caer en


una teoría macro y subirnos a
un jet para que, a fuerza de querer
cuando miremos hacia abajo no lo-
gremos ver nada. Sin embargo, no
podemos negar que algo debemos
abarcar un panorama más amplio, preguntar a los hombres sabios
203
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

frente a la incuestionable caracte- Por eso, es decir, para no caer


rística de nuestra especie, que es su en la insensatez –por lo menos no
tremenda agresividad intra-espe- del todo– y aunque debamos tomar
cífica (y extra-específica también, las debidas precauciones, husmear
por supuesto). un poco en la cuestión de las raíces
Sin duda que los daños sociales últimas de la agresión humana no
que señalan los ingleses que pos- viene nada mal y en modo alguno
tulan ir más allá de la criminolo- puede entendérselo como la legiti-
gía existen y están en curso, que mación de cualquier masacre.
millones de personas mueren ante Es posible que desde la crítica
la indiferencia del resto y que las macro se nos objete que con eso pa-
masacres se han cargado a mu- samos por alto –o minimizamos–
chos millones, sin contar con los el capitalismo, pero me parece que
otros millones de muertos por las allí se confunden dos cosas bien
guerras y, además, que nada de eso diferentes y, quizá, esto pasa por
pertenece al pasado remoto. temor a no tener respuesta frente a
No es fácil preguntarse por las quienes dicen que no hay nada que
razones profundas y últimas de esta hacer. Poner en marcha un auto y
agresividad de la especie, porque es girar la llave de arranque es una
frecuente que detrás de la búsque- cosa, otra bien distinta es, ya en la
da de esa respuesta se esconda un carretera, apretar el acelerador y
buen pretexto –y hasta una justifi- estrellarse.
cación– a los poderes que operan Admitiendo que las formas des-
masacrando o violentando, en es- piadadas de la explotación capita-
pecial si la respuesta va por el cami- lista y de la búsqueda de acumula-
no de la inevitabilidad o de la na- ción indefinida de lucro sean lo que
turalización de estas calamidades. aprieta el acelerador, parece haber
(En el café sería la tesis de un gordo algo antes, porque hubo masacres
que estuvo preso por pasar cheques antes del capitalismo, incluso antes
voladores y por vender un pasaje a de las formas modernas de estado,
Marte: Te vas a volver loco, siempre como el genocidio de los cartagine-
fue así, no hay nada que hacerle). ses por los romanos o las campañas
Sin embargo, es ineludible aso- de Gengis Kan.
marse a estas cuestiones, porque la Además, en esto mismo de ace-
tesis naturalista es una actitud in- lerar cabe preguntarse a qué res-
sensata –por no decir otra cosa– que, ponde el afán por acumular poder
traducida en mi respuesta al gordo en o lucro en forma indefinida, cuan-
el café, significa que es inevitable que do la existencia es finita (¿Para qué
nos hagamos pelota en poco tiempo. querés tanta guita, si no hay mor-
204
¿Somos todos neuróticos?

taja con bolsillo?, se preguntaría el portan poco y donde los que ejer-
flaco filósofo en la esquina). cen el poder nos enroscan la víbora
Son preguntas que no podemos para que nos cuidemos sólo de los
ignorar y quedarnos en lo que pasó ladrones mientras venden armas al
en los últimos siglos. Nadie preten- por mayor, no podemos eludir la
de legitimar con esto las masacres cuestión de la agresividad y dejar
neocolonialistas, la Shoá o Hiroshi- de preguntarnos por su posible raíz
ma y Nagasaki, sino sólo pregun- última en la civilización.
tarnos: ¿Qué es lo que antes de ellos En el siglo pasado muchos se
conectó el arranque? preguntaron por esto, en particu-
La pregunta se impone porque lar en la psicología y más a partir
se va haciendo urgente averiguar si de Sigmund Freud, que fue un per-
es posible desconectar el arranque y sonaje bastante molesto para sus
parar el motor. contemporáneos. No en vano se
Quizá se objete que estemos lo compara con Copérnico y con
yendo demasiado lejos, pero por Darwin: como si no fuera suficien-
desgracia no nos va quedando otro te que uno dijera que no éramos
recurso, porque si no paramos el tan centrales y el otro que tenía-
motor corremos el riesgo de acabar mos al mono como primo, vino
con las condiciones de vida huma- Freud a decir que ni siquiera so-
na en el planeta. Que el último sa- mos racionales.
que la basura y apague la luz ya no Pues bien: entre las molestias
es una cuestión que sólo plantea un causadas por Freud, una de las
aguafiestas. más interesantes es haberse re-
Esto no es broma y no lo arre- montado hasta la etnología, o sea
glamos dejando de usar el desodo- más allá –antes– de la historia,
rante en aerosol: en el último siglo para explicar la destructividad
hemos deteriorado estas condicio- humana. De este modo, fue quien
nes mucho más que en todos los ubicó el terreno en que se debía
milenios anteriores en que cami- buscar la respuesta.
namos sobre el planeta y con esta Además de su teoría del padre te-
proyección no falta mucho para rrible de la horda, del parricidio ori-
llegar al límite. Además, la des- ginario y de las limitaciones que los
tructividad actual no se ejerce con hermanos se impusieron para conso-
ballestas y flechas. lidar el nuevo sistema (tesis que sus
Por eso, al plantear la cuestión mismos seguidores miran con des-
criminal y darnos cuenta de que confianza), la consecuencia antropo-
se inserta en un mundo donde las lógica que sostuvo en 1930 en El ma-
muertes masivas y no masivas im- lestar en la cultura es muy penetrante.
205
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Afirma allí que la cultura re- su inconsciente lo mueven a pro-


prime las pulsiones agresivas gene- curarse la punición mediante la
rando un control interno mediante infracción.
el superyó que no las elimina, sino Freud advierte que cuando una
que las mantiene en el inconscien- persona se abstiene de agredir a otra
te, donde pugnan por aflorar, pro- sólo porque existe una fuerza exte-
duciendo culpa, lo que impulsa a rior que se lo impide (cuando en se-
procurar la punición como com- rio se dice no le rompo la cara sólo
pensación. porque voy en cana) no hay mala
Para decirlo más claramente: conciencia, sino que ésta aparece
las ganas de hacer bolsa a otro no cuando la autoridad está internali-
desaparecen al contenerse, sino zada, o sea, cuando es parte del yo.
que se meten para adentro en el su- En nuestros días, esto estaría
peryó, inconscientemente cargan la señalando la muy escasa confianza
conciencia (el superyó dice ¡Qué tal de la autoridad en su capacidad de
por cual fuiste por querer eso!) y se provocar la introyección, puesta de
traducen en una búsqueda incons- manifiesto en la parafernalia del
ciente de castigo (y a continuación aparataje mecánico y electrónico
agrega: Por ser un tal por cual te de impedimentos, aunque también
merecés un castigo). podría pensarse que la autoridad
El delito sería, pues, una de las proyecta su propia y escasa intro-
vías para satisfacer este reclamo yección de pautas, es decir, su poca
inconsciente de punición, aunque mala conciencia (en la esquina di-
puede ser otro autocastigo que cen que parece que tiene muerta la
nada tenga que ver con el sistema conciencia).
penal del estado, como cortarse el Conforme a esta tesis, Freud
dedo pelando papas, morderse la criticaba la pena de muerte, pues
lengua comiendo un bife o agarrar- según una encuesta respondida
se el dedo con una puerta. por Theodor Reik –al parecer por
La reacción social punitiva no encargo de Freud– lejos de cons-
cumpliría para Freud la función de tituir un elemento disuasorio, la
eliminar ni prevenir la criminali- pena de muerte sería una ocasión
dad, sino que proporcionaría satis- de máxima expiación, una suerte
facción a la demanda de punición de suicidio con complicidad de la
inconsciente del propio infractor. justicia estatal.
Este no sería quien introyectó mal Esta explicación es interesante
las pautas, sino justamente quien con respecto a los atentados suicidas
internalizó la autoridad de manera fundamentalistas de nuestro tiempo,
tal que las pulsiones reprimidas en que desconciertan a quienes preten-
206
¿Somos todos neuróticos?

den prevenirlos. Pero no necesitamos De cualquier manera, para


acudir a ejemplos tan extremos, pues Freud las masacres serían en su
en la violencia urbana es verificable raíz última una suerte de precio
que a diario se producen muchos de- civilizatorio, al parecer no muy
litos suicidas y muchísimos más en evitable. Esta idea la expresó en
que la imprevisión del infractor es la respuesta –bastante pesimista–
tan notoria que parece confirmar la a la propuesta pacifista de Albert
tesis freudiana. Son muchos los deli- Einstein en 1932.
tos que dan la impresión de cometer- En efecto: para Freud el precio
se para ser descubiertos. pagado por el progreso de la cultura
Si bien por esta vía se deslegi- reside en la pérdida de felicidad por
tima la racionalidad del poder pu- aumento del sentimiento de culpa,
nitivo, por otro lado explicaría su expresada en una creciente necesi-
resistencia y permanencia. dad de castigo.
La idea que Freud tenía del ser Saltando a lo social, sostenía la
humano no era muy positiva, por- existencia de un superyó cultural,
que estaría filogenéticamente con- para eliminar el mayor obstáculo
denado a una agresividad que, al con que choca la cultura: la tenden-
reprimirse, lo carga de culpa y ésta cia constitucional de los humanos a
a su vez lo impulsa inconsciente- agredirse mutuamente.
mente a la infracción en busca de En este sentido afirmaba que era
castigo, aunque no necesariamente irrealizable el mandato de amar al
en sentido penal. prójimo como a uno mismo y lanzó
Cabe precisar que en una etapa la hipótesis de que en la imposible
posterior Freud dejó de hablar de realización del superyó cultural qui-
sentimiento inconsciente de culpa, zá se halle el origen de una neurosis
para referirse a necesidad de casti- colectiva, concepto que abrió un es-
go o masoquismo primordial. Esta pacio de discusión formidable.
sería la explicación para los errores Concluía que el destino de la es-
de conducta muy groseros, que aca- pecie humana dependerá del grado
rrean notorios perjuicios a los pro- en que la cultura logre hacer fren-
tagonistas, por completo ajenos al te a las perturbaciones de la vida
poder punitivo, pero que no pode- colectiva emanadas del instinto de
mos comprender. En este sentido, la agresión y autodestrucción. En sín-
torpeza no pasaría muchas veces de tesis, todo dependerá de la forma
ser una manifestación inconscien- en que nos arreglemos con nuestras
te de este masoquismo primordial, pulsiones de vida (Eros) y de muerte
incluso la torpeza del delincuente (Tánatos). En otras palabras, desde
frente al aparato represivo. su lindo pisito de Viena nos decía
207
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

que nuestro futuro dependerá de No obstante, no lo hago sólo


cómo nos arreglemos para contener porque la tesis de Brown sea tan
nuestras broncas futuras y todo in- radical y su desarrollo ingenioso y
dicaría que hasta ahora lo venimos divertido, sino porque entiendo que
haciendo bastante mal. constituye la antípoda más desen-
Lo cierto es que la idea de neu- fadada y a la vez necesaria en este
rosis colectiva de Freud abrió un debate.
abanico de reflexiones y respuestas, Además, por el camino que va
como no podía ser de otra manera, el mundo, nada puede considerar-
dado que implicaba algo así como se del todo inverosímil ni ningún
que todos somos neuróticos, con- pensamiento que proponga una sa-
dición que no todos asumen con lida debe despreciarse, aunque se lo
naturalidad (y algunos rechazan considere descomedido o demodé.
ofendidos mientras toman psico- ¿Por qué lo entiendo de esta ma-
fármacos). nera? En una síntesis más bien gro-
sera, diría que Marcuse aceptaba la
hipótesis freudiana, pero sostenía
¿Podemos dejar que podíamos ser menos neuróti-
de ser neuróticos? cos y de ese modo ir para adelante.
Brown –por su parte– también la

L a gama de reacciones a la tesis


de la neurosis colectiva plantea-
da por Freud es enorme y no pue-
aceptaba, pero como la civilización
era la causa de la neurosis, propo-
nía suprimir esta civilización y así
do ni siquiera mencionar a todos dejar de ser neuróticos. Por desme-
los que opinaron inteligentemente dida que parezca la respuesta, no
al respecto, por lo que elijo señalar puede negarse que incursiona por
sólo a dos autores: Herbert Marcuse un camino atrevido y, ante la mag-
y Norman O. Brown. nitud de la cuestión, no hay camino
Soy perfectamente consciente que no deba explorarse.
de la heterodoxia de esta elección ¿Qué proponía Marcuse? Seguía
y quizá hasta de su arbitrariedad. a Freud y admitía que el ello regi-
Marcuse es muy conocido y alcan- do por el principio del placer y sin
zó su máxima fama en el 68 Fran- contención destruiría todo (cuando
cés, por lo que llamará la atención lo explico en la esquina lo traducen:
que junto a él cite a Brown, que hoy claro, si cada uno hace lo que quiere
está por completo olvidado (aun- hacemos bolsa todo).
que era el autor de cabecera de Jim No obstante, sostiene que Freud
Morrison, lo que en nada afecta la confundió la necesidad de repre-
vigencia de The Doors). sión que impone el orden biológico
208
¿Somos todos neuróticos?

con la condicionada social o his- imposibilitaba cualquier resistencia


tóricamente, que en la actualidad o contra-sistema, pues éste era tan
demanda una sobre-represión inne- perfecto y cerrado que la incorpora-
cesaria para el sostenimiento de la ría fagocitándola (el Che se convierte
civilización, es decir, que para sos- en una camiseta). Me parece que hoy
tener la civilización no se necesita no podría explicar la exclusión en las
tanta represión. sociedades centrales, la inmigración
Esta sobre-represión innecesaria periférica no asimilada, los brotes
(o exceso de represión) no respon- de xenofobia, la selectividad racista
dería al principio de realidad (a lo del giro represivo del sistema penal
necesario para no hacernos bolsa), norteamericano, la reducción del ni-
sino a lo que llama principio del vel de vida impuesta por el FMI en
rendimiento, que en la civilización Europa, etc.
actual privilegia la competencia, Por suerte, no existe un sistema
el crecimiento, la expansión, que tan perfecto como el que descri-
hace que todo lo que no se conside- be Marcuse: todo sigue fluyendo
re útil se proclame como perverso (¡viva Heráclito!).
o nocivo. Como vemos, Marcuse acepta
Marcuse escribía en los años 50 la tesis freudiana de la necesidad
y 60. Consideraba que en los países civilizatoria, que convierte al niño
centrales se había desarrollado una (que para Freud era un perverso
aparente racionalidad envolvente que polimorfo análogo al salvaje) en un

209
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

ser civilizado. Se limitaba a obser- ductible. Según Brown al no poder


var una sobrerepresión de nuestra incorporar la muerte a la vida hace
civilización, cuya eliminación en lo contrario, o sea que incorpora la
un modelo de sociedad que no lle- vida a la muerte. Más allá de las
gaba a delinear muy claramente, exageraciones, me parece que esto
pero que pasaba por lo que él lla- es para pensarlo.
maba la dictadura de la idea y lle- El signo neurótico no sólo se tra-
gaba a la sociedad ideal (lo de la duce para Brown en una búsqueda
dictadura siempre me suena mal, indefinida de bienes, sino de poder,
pero no importa, no es eso lo que lo que es válido también para la
nos preocupa ahora). acumulación del saber como poder,
Brown escribía en los mismos pues la búsqueda de poder indefini-
años y no sólo constituye la con- do mediante la ciencia redunda en
tracara antropológica de Marcuse, definitiva también en acumulación
sino del mismo Freud, de cuyas de bienes. A este respecto las carac-
posiciones parte. Su tesis central terísticas morbosas de la sociedad
no es que existe un exceso represi- moderna no lo son en cuanto al co-
vo –como veía Marcuse–, sino que nocimiento en sí, sino con respecto
la fuente de la neurosis civilizato- a los esquemas que rigen la búsque-
ria radica directamente en hacerle da del conocimiento, que tienen por
perder al niño su polimorfismo: lo meta la dominación de los objetos.
que Freud consideraba necesario, Pese a que esta crítica tiene más
Brown lo considera neurótico. de medio siglo y es anterior al des-
Brown dio el salto de lo indivi- pertar de la conciencia ecológica,
dual a lo social y concluye en que la cobra mucha actualidad la conclu-
sociedad misma es neurótica, que la sión de que una ciencia no morbo-
historia humana es la de una neu- sa no debería tener por objeto el
rosis masiva, y que el psicoanálisis dominio de la naturaleza, sino la
jamás podrá curar a los individuos, unión con ésta.
salvo que haga cambiar radicalmen- El capitalismo, estimulador de
te la sociedad cuya estructura neu- la acumulación indefinida, sería la
rótica refleja el propio individuo. expresión de esta neurosis civiliza-
La historia humana sería la his- toria, que al señalar como meta la
toria de una neurosis que, en de- acumulación de riqueza lleva a la
finitiva, atribuye a la incapacidad negación del Eros mediante la su-
de la civilización occidental para blimación del cuerpo: la riqueza no
incorporar la muerte, pues al se- es un medio sino un fin en sí mis-
pararla radicalmente de la vida mo, con lo que avanza el triunfo de
provoca una ambivalencia irre- la pulsión de muerte sobre Eros.
210
¿Somos todos neuróticos?

Brown sigue a Freud pero le en- preguntarían: Che, ¿no se le fue un


mienda la plana, a veces en coin- poco la mano?).
cidencia con Jacques Lacan –en Creo que en buena parte con-
especial al criticar la psicología del tribuyen al olvido de este autor
yo–, aunque no conocía los traba- sus muy detalladas y divertidas
jos de éste. reflexiones sobre el concepto de
Considera que si bien Freud des- analidad freudiano y el conocido
cubrió el nuevo mundo del incons- vínculo psicoanalítico entre el di-
ciente, las consecuencias que los nero y los excrementos (el dinero
freudianos extraen son demasiado sucio).
estrechas. Cree que la civilización En sus pintorescas reflexiones,
occidental se asienta sobre la ne- considera que Jonathan Swift en su
gación del cuerpo, el imperio de la Los viajes de Gulliver fue un pre-
represión y las deformaciones del cursor del psicoanálisis, afirman-
deseo, cuyo origen encuentra en la do que los yahoos –que eran unos
formación genital del psiquismo en cerdos, por cierto– son una metá-
la infancia, desplazando el princi- fora del ser humano. Avanza más,
pio del placer y reemplazándolo por y teniendo en cuenta que Martín
el principio de realidad. Lutero confesaba su frecuente ins-
Para escapar a esa represión piración en el baño, lo señala como
genitalista en la que ve el origen el máximo exponente de la ética
de la neurosis civilizatoria, Brown protestante que se corresponde con
sostiene la necesidad de volver a la el capitalismo y la vincula con este
perversidad polimorfa infantil, en lugar de inspiración (no sabemos
que todo el cuerpo es erotizado (en qué hubiese opinado Max Weber).
este sentido no considera ningún
liberador al pobre Wilhelm Reich).
En tanto que para Freud la re- Algo de etnología
presión del polimorfismo era una
necesidad de todo proceso civiliza-
torio, para Brown es la causa de la
neurosis civilizatoria. Para llegar a
F reud ubicó correctamente la
pregunta sobre la destructi-
vidad humana en el campo de la
esto critica el concepto de sublima- etnología; por ende, vale la pena
ción freudiano como una forma de entrar un poco en esa materia para
represión. El ascenso para Brown ver si se puede hallar alguna alter-
es de la mente al cuerpo en forma nativa diferente.
de liberación de las potencialidades En este orden creo necesario
corporales, hasta alcanzar el esta- mencionar a René Girard, que es un
do del polimorfismo. (En el café me filósofo francés dedicado a la inves-
211
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

tigación de la violencia en las socie- tengo hambre, sino porque el otro


dades primitivas, donde construye come caviar y toma champagne y
su teoría de la mímesis, que aplica yo también quiero comer y tomar
luego a la civilización actual. Es un eso porque quiero parecerme al
pensador sobre el que volveremos, modelo de quien come y toma eso.
porque es fundamental para enten- Girard explica que los grupos
der la cuestión de las masacres. comienzan mirándose y terminan
Girard coincide en seguir a imitándose y deseando lo mismo,
Freud hasta el paraje de la etnolo- pero a medida que la violencia au-
gía, pero considera que lo del padre menta los objetos deseados pueden
terrible no es antropológicamente pasar a segundo plano e incluso ol-
verificable y, además, es una tesis vidarse, momento en que se pasa de
estática, que deja fundada la socie- la mímesis de apropiación a la pura
dad para siempre y no se explica mímesis de antagonismo (en una
bien cómo puede mantenerse hasta de esas, nunca me gustó el caviar y
el presente (la memoria filogenética prefiero el semillón al champagne).
freudiana no es muy convincente). De esta manera se llega a la vio-
Girard aporta una tesis dinámi- lencia colectiva: se vierte sangre
ca, afirmando que en la sociedad que reclama más sangre –vengan-
se va generando una tensión que za– en una escalada de violencia
en cierto momento se traduce en esencial que sólo cesa cuando se
una violencia difusa, porque todos canaliza en una víctima expiatoria,
van queriendo las mismas cosas, en cuyo sacrificio resulta milagroso,
función de una rivalidad mimética. pues hace cesar de inmediato la
¿Qué significa esto? Sería lo que violencia destructora.
se produce cuando se toma a otro Girard observa que se señalan
como modelo. Si Fulano tiene un muy diferentes víctimas sacrificia-
auto nuevo, yo también quiero te- les, que son tales por su idoneidad
nerlo, de la misma marca o mejor. canalizadora en cada sociedad,
¿Por qué? Porque tomo a Fulano sin que eso lo determine ninguna
como modelo y, por lo tanto, quiero previa identificación óntica. Se re-
parecerme o superarlo y, por lógi- quiere en general que la víctima
ca, tener lo que él tiene o tener algo sea extraña, pero no del todo dife-
incluso mejor. Esto es la mímesis de rente, por lo que puede desplazarse
Girard. incluso a animales, pero que antes
Entendamos que no es una ten- debieron ser domesticados para
sión que se genera por lo necesario acercarse al humano.
para sobrevivir: no se produce por- Justamente porque la víctima
que el otro come y yo no como y no es del todo diferente puede en-
212
¿Somos todos neuróticos?

carnar el mal de toda la sociedad, subdividirla y limitarla como mejor


canalizar la venganza de todos sus le parece; hace con ello una técnica
integrantes, sin importar si es cul- limitadamente eficaz de curación y,
pable o inocente. secundariamente, de prevención de
El nazi Carl Schmitt aconsejaba la violencia.
precisamente eso: buscar a quien Lo religioso procura evitar o
sea más adecuado para hacerlo desviar la venganza sobre un objeto
blanco de toda la bronca social, sin secundario, en tanto que el sistema
importar si es bueno o malo, feo o penal la quiere racionalizar: Detrás
lindo; lo único que debe importar de la diferencia práctica y al mismo
es que sea útil para hacerlo res- tiempo mítica –agrega Girard–, es
ponsable de todos los males. (En el necesario afirmar la no diferencia,
café opinarían que quien hace eso la identidad positiva de la vengan-
merece ser recordado por su proge- za, del sacrificio y de la penalidad
nitora, por más que haya sido una judicial, justamente porque estos
santa; tienen toda la razón). tres fenómenos invariablemente son
De cualquier manera, todos los mismos que siempre tienden en
creerán que la víctima es culpable caso de crisis, a recaer todos en la
cuando después de matarla vuelva la misma violencia indiferenciada.
paz y el orden, aunque para Girard Estas reflexiones son un golpe
este es el momento en que la víctima de gracia a casi todo el derecho pe-
comienza a volverse sagrada. nal, porque explican su dificultad
Girard es terminante al con- para darle racionalidad a la pena.
siderar que el poder punitivo for- Como la venganza no es racional,
malizado en la civilización actual no puede incorporarse a un discur-
tiene por función intentar canalizar so racional; sólo consigue raciona-
racionalmente la venganza. Si nues- lizarla, o sea, darle apariencia de
tro sistema nos parece más racional racionalidad ante el hecho consu-
–escribe–, en realidad es porque está mado de su ejercicio.
más estrechamente conformado con Permítanme ahora tomar un
el principio de la venganza. La insis- viejo libro y leer unas líneas escritas
tencia sobre la punición del culpable en 1886 en Brasil por Tobias Barre-
no tiene otro significado. En lugar de to, que era un mulato nordestino,
esforzarse por impedir la venganza, abolicionista de la esclavitud, que
por moderarla, por eludirla, o por mandaba comprar libros a Alema-
desviarla hacia un objeto secunda- nia y los masticaba en solitario en el
rio, como todos los procedimientos interior del estado de Pernambuco.
propiamente religiosos, el sistema ju- Este divertido y genial guita-
dicial racionaliza la venganza, logra rrista y fundador de la escuela ju-
213
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

rídica de Recife escribía: Envuelta a la pena como una consecuencia


con el sacrificio, que constituye el de derecho lógicamente fundada.
primer momento histórico de la Y unos párrafos más adelante con-
pena, más allá de la expiación, que cluía: Quien procure el fundamento
le da un carácter religioso, ya se ha- jurídico de la pena debe también
lla el sentimiento de venganza, que procurar, si es que ya no lo encontró,
los dioses de entonces tienen en co- el fundamento jurídico de la guerra.
mún con los hombres y los hombres Como verán, pensando solo y
con los dioses. Sin embargo, a me- sin las coacciones del medio acadé-
dida que va decreciendo el lado re- mico europeo, el hombre nacido en
ligioso de la expiación aumenta el Sergipe no decía nada muy diferen-
lado social y político de la vindicta, te a lo que más de un siglo después
que permanece aún hoy como pre- descubriría Girard.
dicado indispensable para una de- Volveremos sobre Girard. Su
finición de pena. pensamiento abre horizontes muy
Más adelante agregaba estas amplios, como lo prueban las impli-
palabras inolvidables: El concepto cancias que le encuentra un filósofo
de pena no es un concepto jurídico, como Gianni Vattimo, pero creemos
sino un concepto político. Este punto que no es necesario seguir a Girard
es capital. El defecto de las teorías en sus consideraciones más o menos
corrientes en tal materia consiste teológicas, donde suele llegar a con-
justamente en el error de considerar clusiones dogmáticas.

214
La criminología
mediática

D esde el comienzo hemos di-


vidido estas entregas en tres
palabras: la de la academia, la de la
muertos. Me han seguido ustedes
en el largo curso de la criminología
de los criminólogos, o sea, la acadé-
criminología mediática y la de los mica. Pero el común de las perso-
215
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

nas no conoce esa palabra, sino que la convierte en miedo a una única
vive en el mundo de la criminología fuente humana.
mediática. Por eso siempre ha existido la
No puede ser de otra manera, criminología mediática y siempre
porque las personas por lo general apela a una creación de la realidad a
no frecuentan los institutos de cri- través de información, subinforma-
minología ni leen los trabajos espe- ción y desinformación en conver-
cializados, porque tienen otras cosas gencia con prejuicios y creencias,
que hacer. En algunos momentos basada en una etiología criminal
tampoco fue muy deseable que lo hi- simplista asentada en causalidad
cieran, porque vimos que hay libros mágica. Aclaramos que lo mágico
peligrosos y encubridores. no es la venganza, sino la especial
Lo cierto es que las personas que idea de la causalidad que se usa
todos los días caminan por las ca- para canalizarla contra determi-
lles y toman el ómnibus y el subte nados grupos humanos, lo que en
junto a nosotros, tienen la visión de términos de la tesis de Girard los
la cuestión criminal que constru- convierte en chivos expiatorios.
yen los medios de comunicación, o Esta característica no cambia,
sea, que se nutren –o padecen– una lo que varía mucho es la tecnología
criminología mediática. comunicacional (desde el púlpito y
Esto ha sucedido siempre y lo la plaza hasta la televisión y la co-
que hemos visto de René Girard lo municación electrónica) y los chi-
explica claramente: si el sistema pe- vos expiatorios.
nal tiene por función real canalizar El poder de la criminología
la venganza y la violencia difusa mediática fue detectada por los
de la sociedad, es menester que las sociólogos desde fines del siglo
personas crean que el poder punitivo XIX. Con motivo del poder de los
está neutralizando al causante de to- diarios en el caso Dreyfus, Gabriel
dos sus males. Tarde afirmaba que en el presente
¿Pero por qué las personas lo [en el año 1900], el arte de gober-
aceptan o están indefensas frente nar se ha convertido en gran me-
a esa construcción de la realidad? dida en la habilidad de servirse de
La disposición a aceptarlo obedece los diarios. Denunció claramente
a que de ese modo se baja el nivel la fuerza extorsiva de los medios
de angustia que genera la violencia masivos (en su tiempo los diarios),
difusa. Volveremos sobre esto más la gran dificultad para neutrali-
adelante, pero la regla es que, cuan- zar los efectos de una difamación
do la angustia es muy pesada, me- periodística y la explotación de la
diante la criminología mediática se credulidad pública.
216
La criminología mediática

Pero Tarde fue más lejos, desta- hecho referencia y sobre el que no
cando el poder inverso al de la ex- insistiremos.
torsión, o sea, el del silencio cómpli- La característica central de la
ce, como el que tenía lugar ante el versión actual de esta criminología
genocidio armenio o el negociado proviene del medio empleado: la te-
de Panamá. Sin duda que fue el so- levisión. Por eso, cuando decimos
ciólogo quien descubrió el inmenso discurso es mejor entender mensaje,
continente de la construcción so- pues se impone mediante imágenes,
cial de la realidad que anunciaba su lo que lo dota de un singular poder.
creciente poder. Los críticos más radicales de la
El socialista Jean Jaures había televisión son Giovanni Sartori y
denunciado en la Cámara de Dipu- Pierre Bourdieu. Para Bourdieu la
tados francesa en 1896 el silencio televisión es lo opuesto a la capaci-
cómplice de la gran prensa ante las dad de pensar, en tanto que Sartori
masacres de armenios, porque sus desarrolla la tesis de que el homo
principales directivos eran benefi- sapiens se está degradando a un
ciarios de empresas otomanas y los homo videns por efecto de una cul-
diarios llevaban adelante su cam- tura de puras imágenes.
paña antisemita –preludio europeo La tesis de Sartori es un tanto
de la Shoah– difundiendo el inven- apocalíptica, aunque no es necesa-
to de los Los Protocolos, encabeza- rio compartirla en su totalidad para
dos por el delirante Édouard Dru- reconocer que le asiste un alto grado
mont y por Charles Maurras, quien de razón. En efecto: una comunica-
terminaría sus días imputado como ción por imágenes necesariamente
ideólogo del régimen vergonzoso se refiere siempre a cosas concretas,
de Vichy. Recientemente Umberto pues eso es lo único que pueden
Eco reconstruyó esos años en su mostrar las imágenes y, en conse-
novela El cementerio de Praga. cuencia, el receptor de esa comuni-
Por ende, no hablamos de nada cación es instado en forma perma-
nuevo, aunque, como es natural, nente al pensamiento concreto, lo
la criminología mediática actual que debilita su entrenamiento para
tenga características propias. El el pensamiento abstracto.
discurso de la criminología me- El pensamiento abstracto es la
diática actual no es otro que el base del lenguaje simbólico que ca-
llamado neopunitivismo de Esta- racteriza lo humano. Me explico más
dos Unidos, que se expande por claramente: cuando un psiquiatra
el mundo globalizado. Se trata del interroga a un paciente y sospecha
fenómeno que analizan Garland, que puede tener un defecto de inteli-
Wacquant y Simon, al que hemos gencia –cierto grado de oligofrenia,
217
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

para ser preciso– le pregunta por un sona disfrazada de gorila entraba al


concepto abstracto para ver si pue- campo de juego y saludaba.
de responder en el mismo nivel. Por Además, la voz del intérprete se
ejemplo: ¿Cree usted en Dios? ¿Qué vale de un lenguaje empobrecido.
es Dios para usted? Si el paciente res- Se dice que la televisión no usa más
ponde algo así como los santos o el que unas mil palabras, cuando en
que hace milagros, está indicando la una lengua podemos llegar a usar
necesidad de investigar con métodos unas treinta mil. Quizá el cálculo
más depurados la posibilidad de un sea exagerado, pero no mucho.
déficit intelectual. Esta interpretación a veces tie-
El gancho de la comunicación ne contenidos implícitos, porque la
por imágenes está en que impacta corrección política impide que sean
en la esfera emocional. Por eso no explícitos, como en el caso del ra-
puede extrañar que los servicios de cismo, por ejemplo. En esos casos
noticias más bien parezcan sínte- mucho se insinúa, dando la impre-
sis de catástrofes, que impresionan sión estudiada de que se deja ver, lo
pero que no dan lugar a la reflexión. que halaga la inteligencia del desti-
A veces la imagen ni siquiera natario, que cree que deduce el con-
necesita sonido (la del 11 de se- tenido implícito (¡Qué vivo soy!),
tiembre era muda), sólo hablaba el cuando en realidad es víctima de
intérprete. una alevosía comunicacional.
Por otra parte, tampoco informa La criminología mediática crea
mucho, porque pasa imágenes sin la realidad de un mundo de personas
contextualizarlas, es como si nos decentes frente a una masa de crimi-
cortaran pedazos de películas y nos nales identificada a través de este-
los mostraran prescindiendo del reotipos, que configuran un ellos
resto del filme. Vemos, pero no en- separado del resto de la sociedad,
tendemos nada, porque eso reque- por ser un conjunto de diferentes y
riría mayor tiempo y explicación. malos.
Además, no siempre se percibe Los ellos de la criminología me-
lo que se mira. En un reciente libro diática molestan, impiden dormir
llamado El gorila invisible –sin nin- con puertas y ventanas abiertas,
guna alusión política, por cierto– perturban las vacaciones, amena-
dos psicólogos norteamericanos zan a los niños, ensucian en todos
demostraron que, puestos a ver la lados y por eso deben ser separados
filmación de un partido para con- de la sociedad, para dejarnos vivir
tar el número de pases, el 50% de tranquilos, sin miedos, para resol-
los que participaron en el experi- ver todos nuestros problemas. Para
mento no registraron que una per- eso es necesario que la policía nos
218
La criminología mediática

proteja de sus acechanzas perversas dos, el chivo expiatorio debe infun-


sin ningún obstáculo ni límite, por- dir mucho miedo y debe ser creíble
que nosotros somos limpios, puros, que es el único causante de todas
inmaculados. nuestras zozobras. Por eso para la
Este ellos se construye por seme- televisión el único peligro que ace-
janzas, para lo cual la televisión es cha nuestras vidas y nuestra tran-
el medio ideal, pues juega con imá- quilidad son los adolescentes del
genes, mostrando a algunos de los barrio marginal, ellos. Para eso se
pocos estereotipados que delinquen construye un concepto de seguridad
y de inmediato a los que no delin- que se limita a la violencia del robo.
quieron o que sólo incurren en in- Cuando un homicidio fue por
fracciones menores, pero que son celos, pasión, enemistad, pelea en-
parecidos. No necesita verbalizar tre socios o lo que fuere, para los
para comunicar que en cualquier medios no se trata de una cuestión
momento los parecidos harán lo de seguridad, lo que también suelen
mismo que el criminal. Es la vieja afirmar las propias autoridades en
afirmación del genocida turco Ta- declaraciones públicas y con tono
lât: Se nos reprocha no distinguir de alivio. El homicidio de la mu-
entre armenios culpables e inocen- jer a golpes dentro del santo hogar
tes, pero esto es imposible, dado que familiar no produce pánico moral,
los inocentes de hoy pueden ser los se lo ignora. Y si alguno de estos
culpables de mañana. homicidios tiene amplia cobertura
Para formar este ellos se selec- periodística es por sus ribetes de
cionan cuidadosamente los delitos morbosidad sexual.
más cargados de perversidad o vio- Este ellos se construye sobre ba-
lencia gratuita; los otros se minimi- ses bien simplistas, que se interna-
zan o se presentan de modo dife- lizan a fuerza de reiteración y bom-
rente, porque no sirven para armar bardeo de mensajes emocionales
el ellos de enemigos. mediante imágenes: indignación
El mensaje es que el adolescen- frente a algunos hechos aberrantes,
te de un barrio precario que fuma pero no todos, sino sólo ante aque-
marihuana o toma cerveza en una llos cometidos por los estereotipa-
esquina mañana hará lo mismo que dos; impulso vindicativo por iden-
el parecido que mató a una anciana tificación con la víctima de esos
a la salida de un banco y, por ende, hechos, pero no con todas las víc-
hay que separar de la sociedad a to- timas, sino sólo con las de los es-
dos ellos y si es posible eliminarlos. tereotipados y si es posible cuando
Como para concluir que ellos no pertenecen ellas mismas a ese
deben ser criminalizados o elimina- grupo, pues en tal caso se conside-
219
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

ra una violencia intragrupal propia emocional que lo acompaña.


de su condición inferior (se matan Esto se debe a que la introyec-
porque son brutos). ción de la criminología mediática
Es posible que ustedes no pien- es muy temprana y potente, sin
sen así, que racionalmente se per- contar con que se la confirma todos
caten de que esta creencia es falsa, los días en la interacción social: su
pero nadie me negará que todos los construcción se ha vuelto una ob-
días se ven obligados a hacer un es- viedad, o sea, lo que en términos
fuerzo de pensamiento frente a cada de Berger y Luckmann es algo que
mensaje para no caer en la trampa se da por sabido, por efecto de lar-

220
La criminología mediática

ga y paulatina sedimentación del memoria y confeccionase una lista


conocimiento, como era una ob- de las personas conocidas perso-
viedad el poder de las brujas hace nalmente y que fueron víctimas
seiscientos años, o que la sandía fatales del tránsito y de homicidio
se endurece con el vino. Es lo que por robo, verificaría que nada tie-
muestra la televisión, lo comentan ne que ver la jerarquía mediática
todos entre sí, y que se verifica por de riesgos para la vida con la real.
lo que me cuenta el otro en la fila Súmenles los suicidios y los homi-
del ómnibus o en la panadería. cidios fuera de las hipótesis de robo
Si cada uno de nosotros hiciera y se asombrarán aún más.

221
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Los chivos expiatorios varían el mundo, sino contra un ellos po-


mucho conforme al tiempo y lu- roso de parecidos que abarca a todo
gar. Basta recordar el estereotipo un grupo social joven y adolescente
del subversivo de los años 70, que y, en el caso de Nueva York, negros.
abarcaba a todos los adolescentes Ellos nunca merecen piedad.
pelilargos y barbados que fumaban Ellos son los que matan, no los
marihuana alguna vez y que hoy homicidas entre ellos, sino todos
son pacíficos abuelos. Hubo inclu- ellos, son todos asesinos, sólo que
so sentencias en las que se expresó la inmensa mayoría aún no mató
que afectaban la seguridad nacio- a nadie.
nal. Todo signo de inconformismo Identificados ellos, todo lo que
o desviación de cualquier naturale- se les haga es poco, pero, además,
za era estereotipado en esos tiem- según la criminología mediática,
pos oscuros. no se les hace casi ningún daño,
Este ellos dibuja un mundo de todo es generosidad, buen trato e
nosotros los buenos y ellos los malos, inútil gasto para el estado, que se
que no deja espacio para la neutra- paga con nuestros impuestos, lo
lidad, como no lo hay en la guerra. que implícitamente está reclaman-
La prudencia no tiene espacio en la do muerte, exigencia que de vez
criminología mediática, toda tibie- en cuando hace explícita algún
za es mostrada como complicidad desubicado que viola los límites
con el crimen, con el enemigo, por- de la corrección política y cuyos di-
que construye un mundo bipolar chos son rápidamente disculpados
y macizo, como el agustiniano en como un exabrupto emocional,
tiempos de la inquisición. porque el desubicado pone al des-
Al tres veces y afuera con que los cubierto a Tánatos, la necrofilia del
norteamericanos llenan sus cárce- mensaje, el grito del siniestro Mi-
les no le interesa la gravedad de llán Astray (General, eso se piensa
las infracciones cometidas, pues le pero hoy no se puede decir).
basta con tres muy pequeñas para Pero la criminología expresa su
tener por acreditada la pertenencia necrofilia en su vocabulario béli-
de quien las protagoniza al ellos y co, instigando a la aniquilación de
eliminarlo. ellos, lo que en ocasiones se lleva a
Debe quedar muy claro que no la práctica en forma de fusilamien-
es contra los asesinos, violadores y tos policiales. Cuando se pretende
psicópatas que la emprende la cri- encubrir estos fusilamientos se
minología mediática, pues estos acompaña con los supuestos datos
siempre fueron y seguirán siendo del estereotipo –frondoso prontua-
condenados a penas largas en todo rio, cuantiosos antecedentes, dro-
222
La criminología mediática

gado– en forma automática, con- porque se consideran enemigos aba-


fiando en que nadie razone que un tidos, es posible seguir el fenómeno
par de robos a mano armada sacan por las noticias. Cuando la frecuen-
de circulación a una persona hasta cia es muy irregular (desaparece
casi los cuarenta años, cuando casi cuando se cuestiona a un ministro
todos los ejecutados escasamen- o se aproximan elecciones), la bue-
te pasan los veinte, que el tóxico na puntería es excesiva (aumentan
criminógeno por excelencia es el los muertos y bajan mucho los heri-
alcohol y que nadie puede cometer dos), la concentración es inexplica-
un delito violento bajo los efectos ble (se producen en cierto circuito
de la marihuana. y no en los vecinos) y la suerte es
La efebofobia se manifiesta en notoria (los únicos muertos y he-
todo su esplendor. Escuadrones de ridos son ellos), podemos concluir
la muerte y vengadores justicieros que indudablemente nos hallamos
completan el panorama de las pe- ante una práctica habitual de ejecu-
nas de muerte sin proceso en nues- ciones sin proceso. Muy a su pesar,
tra región, centrada en jóvenes y la criminología mediática puede
adolescentes. Basta mirar las esta- prestar este servicio.
dísticas para verificar que son mu- La criminología mediática asu-
chos los países donde hay más ado- me el discurso de la higiene social:
lescentes muertos por la policía que ellos son para la criminología me-
víctimas de homicidios cometidos diática las heces del cuerpo social.
por adolescentes. Continuando el razonamiento –que
La criminología mediática na- aquí suele interrumpirse– resul-
turaliza estas muertes, pues todos taría que este producto normal de
los efectos letales del sistema penal descarte debe canalizarse median-
son para ella un producto natural te una cloaca, que sería el sistema
(inevitable) de la violencia propia penal. Ningún operador de éste
de ellos, llegando al máximo en- debería omitir esta reflexión: para
cubrimiento en los casos de fusila- esa criminología, nuestra función
mientos disfrazados de muertes en sería la de limpiadores de heces y el
enfrentamientos, presentadas como código penal un reglamento para
episodios de la guerra contra el cri- desaguadores cloacales. Policías,
men, en que se muestra el cadáver jueces, magistrados, fiscales, cate-
del fusilado como signo de eficacia dráticos, penalistas, criminólogos,
preventiva, como el soldado enemi- podríamos todos despojarnos de
go muerto en la guerra. uniformes y togas e imaginar el
Como todos los muertos en esa atuendo que pretende ponernos esta
guerra se contabilizan y publican criminología que nos amedrenta.
223
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

La criminología mediática entra que se destaca y dejar de lado todos


en conflicto cuando el poder pu- los demás cadáveres; la falta de una
nitivo comete un error y victimiza respuesta inmediata es prueba de
a alguien que no puede identificar inseguridad.
con ellos y al que como víctima no Por supuesto que reclama una
puede negarle espacio mediático. respuesta imposible, porque nadie
Es el collateral damage de la guerra puede hacer que lo que sucedió no
contra el crimen. haya sucedido. Frente al pasado, la
En esos casos, las agencias en- urgencia de una respuesta impo-
tregan al ejecutor material para sible sólo puede ser la venganza.
calmar la ola mediática y aprove- Como la urgencia es intolerante, no
chan para demostrar que se depu- admite la reflexión, ejerce una cen-
ran de elementos indeseables. En sura inquisitorial, pues cualquier
realidad entregan a un policizado tentativa de responder invitando
seleccionado de un sector social a pensar es rechazada y estigma-
humilde al que entrenaron con tizada como abstracta, idealista,
singular negligencia para hacer teórica, especulativa, alejada de la
eso y que le tocó perder. realidad, ideológica, etc. Esto se
La construcción de la realidad compadece a la perfección con la
no necesariamente se hace min- televisión, donde cualquier comen-
tiendo y ni siquiera callando. De- tario más elaborado en torno de la
trás de cada cadáver hay un drama, imagen se considera una intelectua-
una pérdida, un duelo. Basta con lización que quita rating.
destacar lo cometido por el estereo- Cabe aclarar que esto no sig-
tipado en toda su dimensión real o nifica que la televisión carezca
dramatizarlo un poco más y comu- totalmente de programas y pre-
nicar asépticamente otro en mucho sentaciones que hagan pensar. Por
menor espacio, para que el primero supuesto que hay comunicadores
provoque indignación y miedo y el responsables, pero estos deben re-
segundo no. signarse desde el comienzo a un
En cualquier cultura la causa- menor rating y a una creciente re-
lidad mágica es producto de una ducción de espacio por obvios in-
urgencia de respuesta. Esto no obe- tereses empresariales.
dece al desinterés por la causali- En esta técnica comunicacional
dad, sino justamente a la urgencia hemos tenido verdaderos virtuosos
por hallarla. En la criminología en la Argentina. Quizá el mayor
mediática sucede lo mismo. Debe nivel lo alcanzó un comunicador,
responderse ya y al caso concreto, famoso en los años 90, que deri-
a la urgencia coyuntural, al drama vaba la exigencia de respuesta ur-
224
La criminología mediática

gente en una imaginaria matrona Hay fantásticos estudios futu-


de barrio, en batón y con ruleros e ristas, como los datos bancarios
incapaz de cualquier pensamien- ocultos en el ciberespacio, los che-
to abstracto –doña Rosa–, con lo ques electrónicos, las casas inteli-
cual subestimaba tanto el criterio gentes, etc., que implican amenazas
de los vecinos del barrio como el de a la privacidad muy intrusivas, pero
los destinatarios, a los que llevaba que no alarman a la criminología
a la trampa de forzarlos a razonar mediática, que las muestra como
sin pensamiento abstracto, o sea, proveedoras de seguridad. Como
en el nivel del oligofrénico. (Como minimiza la selectividad de la victi-
dije ya, siempre me sentí ofendido, mización, nos convierte a todos en
porque mi abuela se llamaba Rosa, consumidores de la industria de la
murió a los noventa y cinco años y seguridad y en pacíficas ovejas que
discurría mucho más y mejor que no sólo nos sometemos a las veja-
ese personaje). ciones del control sino que incluso
La urgencia de respuesta con- las reclamamos y nos llenamos de
creta y coyuntural lleva a dos gran- aparatos controladores.
des contradicciones etiológicas, El interés mediático en ocasio-
pues por un lado atribuye la crimi- nes se centra en algunos delitos
nalidad a una decisión individual, y sexuales, porque son hechos cuyas
por otro estigmatiza a un conjunto imágenes provocan mucha indig-
con caracteres sociales parecidos; nación y también despiertan gran
además, proclama una confianza interés morboso (aunque no en to-
absoluta en la función preventiva dos los delitos sexuales, sino en los
disuasoria de la pena, pero al mis- que les sirven).
mo tiempo promueve la compra de Por supuesto, no se dice que los
todos los medios físicos de impedi- violadores seriales son pocos, en
mento y defensa. tanto que la gran masa de delitos
Como la emotividad impide que sexuales contra niños se produce
el destinatario perciba las contradic- dentro de los grupos familiares,
ciones, los controles electrónicos y que estos grupos no siempre son
mecánicos han aumentado en for- irregulares ni viven en barrios pre-
ma impresionante. Stanley Cohen carios, ni que se cometen contra
(autor de Visions of Social Control) adolescentes, sino contra niños,
lo señalaba hace años y hoy el sín- que son un objeto sexual diferen-
drome de Disneylandia es una rea- te. Esas víctimas no aparecen en
lidad. Casi no hay momento en que la televisión, supuestamente para
una cámara no nos esté registrando ser protegidas, aunque en realidad
en cuanto salimos de nuestras casas. es porque ponen de manifiesto la
225
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

inutilidad del poder punitivo para su espacio gratuito de publicidad


resolver el conflicto. reforzando la causalidad mágica.
Pero en definitiva, insistimos en El juez unipersonal trata de no
que la gran paradoja de la crimi- ofrecer flancos débiles a la crimino-
nología mediática es que no busca logía mediática porque actúa en so-
nada contra los criminales violen- ledad y se vuelve remiso a conceder
tos, porque en ningún país se deja excarcelaciones, con lo cual se lle-
sueltos a los homicidas y violado- nan las cárceles y sobrevienen mo-
res, sino que son sometidos a penas tines y muertes, que son mostradas
largas, salvo coberturas oficiales. como prueba de que ellos son salva-
No se necesita conocimiento técni- jes y los jueces poco diligentes.
co para darse cuenta de que si un La causalidad mágica impulsa
homicida es penado con veinticin- las reformas legales más desopilan-
co años en lugar de veinte, eso es tes, porque la imagen transformada
algo que no tiene nada que ver con en ley también es una cuestión má-
el riesgo de que me hurten la bille- gica. Nuestro antepasado dibujaba
tera en el subterráneo. los animales de presa en las paredes
Para el pensamiento mágico de de las cavernas pues, por pensa-
la criminología mediática, la guerra miento mágico, al poseer la imagen
contra ellos choca con el obstáculo creía poseer el objeto representado.
de los jueces, que son su blanco pre- Ahora la imagen es la descripción de
ferido, y se da un banquete cuando lo representado en el boletín oficial.
un excarcelado o liberado transito- Es el Mito de la caverna, pero no el
rio comete un delito grave, lo que de Platón, que tanto dio que hablar,
provoca una maligna alegría en los sino el del cavernícola que salía a ca-
comunicadores. zar con un palo.
Los jueces son el obstáculo para Los políticos atemorizados u
una eficaz lucha contra ellos. Las oportunistas que se suman o so-
garantías penales y procesales son meten a la criminología mediática
para nosotros, pero no para ellos, aprueban esas leyes disparatadas
pues ellos no respetan los derechos y afirman que de ese modo envían
de nadie. Ellos –los estereotipa- mensajes a la sociedad, confundien-
dos– no tienen derechos, porque do la ley penal con Internet. Es tan
matan, no son personas, son dife- obvio que estas leyes no tienen nin-
rentes, a los pibes hay que dejarlos guna incidencia sobre la frecuencia
adentro. criminal en la sociedad que no estoy
Los politicastros sin muchos mé- para nada seguro de que entre quie-
ritos ni ideas impulsan juicios polí- nes las promueven haya alguien que
ticos contra los jueces para obtener lo crea en serio.
226
La criminología mediática

Pero la criminología mediáti- y pasión en la mujer (siempre en el


ca no sólo se alimenta de noticias, papel de alguien tonta que tropieza
sino también –y principalmente– y cae en los momentos de mayor pe-
de la comunicación de entreteni- ligro), impone su solución violenta
mientos que banaliza los homi- a expensas del burócrata que obs-
cidios y la imaginación de la idea taculiza con formalidades (detrás
de un mundo en guerra. En un día del que se adivina la figura del juez,
de televisión vemos más asesinatos fiscal o policía prudente). Por suerte
ficcionales que los que tienen lugar los policías reales no son como ellos,
en la realidad durante un año en pues de lo contrario sería aconseja-
todo el país, y cometidos con una ble tomar el pasaporte y huir.
crueldad y violencia que casi nunca Estas series trasmiten la certe-
se da en la realidad. za de que el mundo se divide entre
Además, siempre hay un héroe buenos y malos y de que la única
que termina haciendo justicia, por solución a los conflictos es la puni-
lo general dando muerte al crimi- tiva y violenta. No hay espacio para
nal, y que cualquier psiquiatra ca- reparación, tratamiento, concilia-
lificaría como psicópata. No tiene ción; sólo el modelo punitivo vio-
miedo, es hiperactivo, ultrarresis- lento es el que limpia a la sociedad.
tente, hiposensible al dolor, aniqui- Esto se introyecta temprana-
la al enemigo sin trauma por haber mente en el equipo psicológico, en
dado muerte a un ser humano, es particular cuando el televisor es la
hipersexual, despierta admiración babysitter.

227
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

228
La criminología mediática
y la víctima-héroe

L a criminología mediática actual


se importa de Estados Unidos,
pero como en nuestra región no
mediante los servicios necesarios
para vigilarlos, los efectos políticos
son totalmente diferentes.
existen las condiciones para mante- En el norte se traduce en una
ner a dos millones de personas pre- política de prisionización de negros
sas y bajar el índice de desempleo y latinos y en Europa en la expul-
229
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

sión de inmigrantes extracomuni- desde México (con casi cuarenta mil


tarios, pero en América Latina no muertos en cinco años, decapitados,
hay presupuesto para prisionizar a castrados, quince mil en 2010 y una
todas las minorías molestas –que masacre en curso) hasta Uruguay
tampoco son tan minorías–, con lo (con un índice casi despreciable de
cual la venganza estimulada hasta homicidios dolosos); desde Centro-
el máximo por la criminología me- américa con las maras y los sicarios
diática se traduce en mayor violen- (como los que mataron a Facundo
cia del sistema penal, peores leyes Cabral), hasta una esquina subur-
penales, mayor autonomía policial bana de Buenos Aires con los pibes
con la consiguiente corrupción y tomando cerveza y fumando algún
riesgo político, vulgaridad de poli- porro. Como siempre y en todos la-
ticastros oportunistas o asustados dos se comete algún delito violento,
y reducción a la impotencia de los jamás le faltará material para cons-
jueces, todo lo cual –como veremos truir un ellos maligno causante de
luego– provoca muertes reales en toda nuestra angustia y al que haga
un proceso de fabricación de cadá- creer que es menester aniquilar.
veres que la criminología mediática Lo que la criminología me-
ignora o muestra en imágenes con diática oculta cuidadosamente al
interpretaciones deformantes. público es el efecto potenciador
La criminología mediática del del control y reductor de nuestra
sur reproduce el discurso del des- libertad. Al crear la necesidad de
baratamiento del estado de bienes- protegernos de ellos justifica todos
tar del norte, pero en países que lo los controles estatales –primitivos
tuvieron sólo parcialmente o que y sofisticados– para proveer seguri-
pugnan por restablecerlo. dad. En otras palabras: el nosotros
Los ellos del sur no son tan mi- le pide al estado que vigile más al
norías, sino amplios sectores de la ellos pero también al nosotros, ya
población y a veces son mayorías, que necesitamos ser monitoreados
de las que provienen todos los im- para ser protegidos.
plicados en la violencia del poder Esta es la clave última de la po-
punitivo, o sea, infractores, vícti- lítica criminal mediática, inmejo-
mas y policizados. rablemente expuesta por Foucault
Como a la criminología mediáti- hace más de tres décadas. No lo
ca no le interesa la frecuencia crimi- olviden: lo que al poder punitivo le
nal ni el grado de violencia que haya interesa no es controlarlos a ellos,
en una sociedad, porque en realidad sino a nosotros.
no le importan los criminales ni sus Para infundir el miedo necesario
víctimas, envía el mismo mensaje para que las personas dejen de valo-
230
La criminología mediática y la víctima-héroe

rar la intimidad y la libertad, cada la magnitud de este riesgo, que sin


homicidio cometido por alguno de duda es algo temible y real.
ellos es recibido, celebrado y ex- Pero cuando se cree que un ob-
puesto con verdadero entusiasmo. jeto es la única fuente de todos los
El observador puede darse cuenta riesgos y no hay otros, el miedo con-
de que el intérprete de la imagen siguiente deja de ser normal. Así,
televisada, que se muestra sonrien- cuando no se toma en cuenta la fre-
te y dicharachero en el servicio de cuencia y la magnitud de la victimi-
comunicación de noticias, cambia zación, los otros riesgos pasan a ser
de pronto, asume una actitud com- el gorila invisible de la experiencia
pungida, adopta voz de bajo y co- de los psicólogos norteamericanos.
mienza a mostrar el homicidio bru- Al ignorar u ocultar los objetos
tal, la sangre en el piso, la puerta del temibles, este miedo anormal deja
hospital, la morgue, la ambulancia, de cumplir su función de servir a
el entierro, los deudos, pero su for- la supervivencia, pues cuando no le
zada compunción no llega a enmas- asigno importancia a los otros ries-
carar la íntima satisfacción de quien gos me comporto temerariamen-
dispone de un juguete nuevo, que te frente a ellos. Así, me cuido del
prepara su embate final vindicativo robo y no me percato de que en mi
contra los jueces y el código penal, propio hogar aumenta la violencia;
con gesto de resignada indignación. con el pretexto del temor al robo
Cuando no tiene ningún homi- nadie se detiene en el semáforo
cidio mostrable en el día, repite las de la esquina y todos pasan con la
noticias de los días previos; cuan- luz roja; y, lo que es más grave, por
do no lo tiene en el lugar, muestra temor al robo pido más vigilancia
el de otra ciudad reduciendo al al estado y cuando quiero darme
mínimo la referencia geográfica, a cuenta los que me vigilan me se-
veces extranjera. Inmediatamente cuestran. ¿Exageraciones?, dirán los
terminada la noticia roja, el comu- publicitarios del autoritarismo vin-
nicador recupera la sonrisa y la al- dicativo. Les recomiendo preguntar
garabía para mostrar una fiesta con a las víctimas que no muestran si es
glamour o la riña más vulgar entre que tienen la suerte de poder decir
personajes del jet set. algo más que testimoniar su condi-
El miedo a un objeto temible es ción de cadáveres.
normal y positivo, sirve para la su- Hay víctimas y deudos a los que
pervivencia y para ello está filoge- no preguntan o preguntan poco,
néticamente condicionado. En este pues no son funcionales. No apare-
sentido, el miedo a la victimización cen en las pantallas los deudos de
es normal cuando es proporcional a los fusilados policiales y tampoco
231
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

interesa el que muere en una riña aunque se lo haya liberado por li-
entre borrachos, porque no produ- brar un cheque sin fondos y resulte
ce el mismo entusiasmo comunica- después involucrado en la violación
cional que el homicidio por robo o de una vecina.
morboso, pero sería un festín si el En esto el pensamiento mágico
tóxico no fuese el alcohol, lo que apela a la pura causalidad física y
casi nunca sucede. en el fondo queda la sensación de
La criminología mediática lati- que la criminología mediática pre-
noamericana tiene una particular tende que no se libere nunca más
preferencia por los shows en los que a un preso, lo que sólo por desopi-
se enfrenta a algunas víctimas con lante no se hace manifiesto en su
los responsables de la seguridad publicidad.
(policías, políticos y si puede al- Por supuesto que para estos
gún juez). Es obvio que el daño o la shows se seleccionan las víctimas,
pérdida sufrida por una víctima no pero si el seleccionado tiene pudor,
tienen solución y que lo único que reclama en sede judicial correcta-
puede hacerse respecto de ella es mente, es sobrio en sus expresiones,
respetar su dolor y asistirla psico- no le interesa mucho a la crimino-
lógicamente. Pero el show se monta logía mediática, porque no es idó-
presuponiendo un estado que, si no neo para trasmitir su mensaje de
evitó la desgracia, fue por negligen- venganza.
cia o por ineficacia, lo que fija en el Pero en ocasiones, la crimino-
imaginario colectivo la peligrosa logía mediática da con la víctima
idea de que el estado debe ser om- ideal, capaz de provocar identifi-
nipotente, pretendiendo que se pre- cación en un amplio sector social
vengan hasta los delitos y acciden- y en tal caso la convierte en vocera
tes más patológicos e imprevisibles, de su política criminológica, con-
y que en ningún país del mundo sagrándola como víctima héroe.
pueden evitarse. El procedimiento revela una par-
Quien no ratifica lo que las víc- ticular crueldad, porque lo que la
timas o sus deudos expresan es es- criminología académica llama víc-
tigmatizado como tibio, peligroso y tima-héroe es un conejillo de Indias
encubridor, además de insensible al al que se infiere un grave daño psí-
dolor de la pobre víctima. quico; lo que se hace con él es poco
Si el delincuente pasó por la cár- menos que una vivisección psíquica.
cel y fue liberado, poco importa si Toda víctima de un hecho vio-
debía o no ser liberado, pues el ho- lento grave sufre una pérdida con
micidio se atribuye a quien dispuso daño psíquico considerable que
su libertad o a la justicia en general, muchas veces demanda una asis-
232
La criminología mediática y la víctima-héroe

tencia especializada para recuperar y nada simple, hasta que la pérdida


su salud. En un primer momento, queda razonablemente convertida
la víctima presenta un estado de es- en una de las nostalgias y recuerdos
tupefacción o de desconcierto ante que todos cargamos.
la pérdida, le cuesta creer lo que le Cuando la criminología me-
pasó. En una etapa posterior, es in- diática instala una víctima-héroe,
evitable –y cualquiera de nosotros explota algunas características par-
conoce la experiencia frente a una ticulares de ésta, como el histrio-
pérdida súbita– que la víctima co- nismo y quizá rasgos histéricos, las
mience a jugar irracionalmente con refuerza brindándole un escenario
la causalidad: si hubiese actuado de gigantesco para su desarrollo, pero,
otra manera, si no hubiese dicho, si por sobre todo, la fija en el mo-
hubiese advertido, si hubiese prohi- mento de extroversión de la culpa,
bido, si hubiese… Se produce –por le refuerza al máximo esa etapa,
lo general sin ningún asidero real– inmoviliza a la persona en ese mo-
una carga de culpa que se hace mento e interrumpe brutalmente el
insoportable. El peso de esa culpa camino de elaboración del duelo, o
irracional provoca una extrover- sea, de restablecimiento de su equi-
sión que proyecta la responsabili- librio emocional. La persona redefi-
dad en alguien o algo, es decir, en ne su autopercepción como víctima
un objeto externo. y queda fijada en ese rol.
Obsérvese que no se trata de la A la víctima-héroe se le hace re-
culpa por el homicidio o por lo que clamar represión por vía mágica y
sea, que sin duda tiene un respon- se prohíbe responderle, pues cual-
sable a veces ya bien identificado, quier objeción se proyecta como
sino de una culpa por la situación. irreverente frente a su dolor. Ante el
Así como esa culpa no es racional, peso de la presión mediática son po-
tampoco lo es la responsabilidad cos los que se animan a desafiarla y
del otro por la situación o bien no lo a objetar sus reclamos. Los que más
es en la medida en que se pretende. se amedrentan son los políticos que,
El tiempo y la asistencia especia- desconcertados, tratan de ponerla
lizada ayudan a superar esta etapa, de su lado redoblando apuestas re-
es decir, a elaborar el duelo. Poco a presivas conforme a la criminología
poco van desapareciendo las irrup- mediática, que son ampliamente di-
ciones o interferencias en el curso fundidas por ésta, junto a la descali-
del pensamiento que perturbaban ficación de los jueces.
la actividad normal de la víctima y A causa de la interrupción del
ésta va recuperando su salud men- duelo, a la víctima-héroe se le si-
tal. Se trata de un proceso doloroso gue acumulando culpa que la pre-
233
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

siona psicológicamente y la lleva a casi siempre en contra de cualquier


incrementar su extroversión hasta tentativa de construcción del esta-
que cae en exigencias que son cla- do social y, por regla general, con
ramente inadmisibles e incurre en intereses yuxtapuestos con otras
exabruptos. corporaciones o grupos financie-
Cuando este proceso se agudi- ros, dado el considerable volumen
za, la víctima-héroe se vuelve in- de capital que manejan.
mostrable por disfuncional. En ese Por otra parte, la criminolo-
momento la criminología mediá- gía mediática se atrinchera en su
tica se desprende de ella, la ignora causalidad mágica y ni siquiera
hasta silenciarla por completo, sin admite que nadie sospeche su pro-
importarle el daño psíquico que pio efecto reproductor del delito
le ha provocado al interrumpirle funcional del estereotipado, que le
la elaboración del duelo. La trata resulta imprescindible para soste-
como a una cosa que usa y cuando ner su mensaje e infundir el pánico
deja de serle útil la arroja lejos y la moral. De hecho, no cabe duda de
olvida. que lo reproduce.
El mensaje contra la pretendida
impunidad, cuando las cárceles es-
La criminología mediática tán superpobladas, y aunque el ciu-
como reproductora dadano común lo perciba como un
mensaje de miedo, para las perso-

E l poder punitivo no selecciona


sin sentido, sino que lo hace
conforme se lo marcan los recla-
nalidades frágiles de los grupos de
riesgo es como una incitación pú-
blica al delito contra la propiedad:
mos de la criminología mediática. delincan que hay impunidad.
El empresario moral de nuestros También la publicidad de los
días no es por cierto ningún Savo- delitos difunde métodos crimina-
narola, sino la política mediática, les e instiga a una criminalidad
los comunicadores, los formadores amateur muy peligrosa. Un buen
de opinión, los intérpretes de las ejemplo de reproducción criminal
noticias que acaban de comentar la fue la enorme publicidad que se
disputa entre muchachas en bikini hizo sobre los secuestros extorsi-
para pasar a reclamar la reforma del vos hace pocos años en la Argen-
código penal. tina, donde estos delitos no son
Por supuesto que detrás de ellos comunes. La insistencia mediáti-
están los intereses coyunturales de ca hizo cundir la falsa creencia de
las empresas mediáticas, que ope- que se trata de un delito rentable y
ran según el marco político general, de fácil comisión, lo que provoca-
234
La criminología mediática y la víctima-héroe

ba miedo en la población, cuando do, ante la inminencia de ser des-


en realidad es uno de los delitos cubierto o sabiéndose reconocido
más difíciles, salvo que cuente con por la víctima, le da muerte como
cobertura oficial. último recurso ante su torpeza).
No obstante, hubo otros recep- Además, la creación de realidad
tores del mensaje que lo entendie- de un contexto violento ofrece una
ron de muy diversa manera y eso perfecta coartada para cualquier
provocó una ola de secuestros bo- delito. Uno mata a la mujer y pre-
bos con alto riesgo para la vida de tende hacer creer que fue un robo;
las víctimas, pues estos secuestros otro mata al marido de la amante y
son los que más peligro implican quiere hacerlo pasar por un acto de
(el secuestrador tonto y desespera- terrorismo; otro entierra al socio en

235
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

el fondo y dice que lo secuestraron; La criminología mediática


otro le roba al vecino y grita que no y la política
hay seguridad.
Hace pocos años un horrible ho-
micidio múltiple de un matrimonio
y su hijo menor en Italia dio lugar
E n términos generales, la crimi-
nología mediática impulsa la
tendencia a un estado autoritario,
a un reforzamiento del estereotipo aunque no en el sentido más tradi-
del albanés asesino, del cual la hija cional; hemos visto que Jonathan
sobreviviente llegó incluso a hacer Simon verifica el avance de este fe-
un identikit. La sorpresa fue grande nómeno y enuncia su tesis de la go-
cuando se descubrió que la autora vernance por el crimen y el miedo.
había sido la hija ayudada por su Lo que nos describe no son las tra-
novio; en estos casos la criminolo- dicionales y esporádicas campañas
gía mediática enmudece. de ley y orden, sino algo muy dife-
Además, es sabido que el crimi- rente y mucho más grave.
nal que desafía al poder causa fasci- Se trata de la tendencia a un es-
nación. Siempre los grandes crimi- tado autoritario cuyo modelo no es
nales han desatado pasiones, sobre el conservador inmovilista –aunque
todo si son jóvenes y más o menos como tal lo compren los espíritus
hermosos. Timothy McVeigh, autor conservadores–, sino algo que no
del atentado de Oklahoma de 1995, puede menos que desembocar en
que mató a ciento ochenta personas un resultado caótico y violento.
y dejó a más de quinientos heridos, En el sur, esta tendencia al caos
recibía miles de cartas de amor; Ted se observa con mayor claridad. El
Bundy, que dio lugar a la expresión fortalecimiento policial refuerza la
serial killer matando a unas cien autonomización de las corporaciones
personas, recibía unas doscientas policiales, lo que se traduce en arbi-
cartas de amor por día. trariedad, participación de la propia
Todo adolescente es narcisis- autoridad preventiva en la comisión
ta y sueña con ser adorado de esa de delitos, aumento de la llamada
forma. Socialmente no es nada sa- criminalidad organizada, pérdida
ludable fomentar esa fascinación, de control gubernamental, ineficacia
pero la criminología mediática lo creciente en la prevención de delitos
hace y hasta último momento los graves, eliminación física de compe-
muestra duros, masculinos, impá- tidores, corrupción de autoridades
vidos ante la muerte, parecidos a políticas, tolerancia burocrática ju-
los héroes de la series. Si de preve- dicial o directa corrupción, debilita-
nir el delito se trata, no parece ser miento o supresión de todos los con-
el mejor método. troles democráticos, etc. Todo esto es
236
La criminología mediática y la víctima-héroe

un autoritarismo caótico que nada e inseguras frente a cualquier cam-


tiene de conservador. bio. Por eso los dictadores no pue-
La criminología mediática esta- den tolerar la menor imputación
lla en algunos momentos, hay otros mediática de desorden, pues nega-
en los que se reduce a límites más rían su falsa imagen de proveedores
modestos y en otros desaparece. de seguridad. Debido a eso, en las
Está claro que esto no obedece a la dictaduras el espacio de la crimi-
mayor o menor frecuencia delicti- nología mediática y de las mismas
va, pues los índices de delitos vio- campañas de ley y orden se reduce
lentos no sufren alteraciones tan hasta casi desaparecer. Los únicos
abruptas. El sentido común no hace delitos que se proyectan son los pa-
creíble que un día emerjan asesinos tológicos y los –reales o supuestos–
por todos lados y después desapa- de los disidentes.
rezcan por encanto. Parece claro Pero en las sociedades demo-
que con esto se dosifica el pánico cráticas, en algunos momentos la
moral, que no oscila porque sí ni criminología mediática coloca la
conforme a la frecuencia criminal. seguridad en el centro del debate
El pánico moral se produce político e incide en la decisión elec-
cuando los medios que suminis- toral. En otros se limita a mostrar
tran la información supuestamente un ellos contenido; la guerra sigue,
seria dedican muchos más minutos pero no hay peligro inminente. Por
de televisión al homicidio del día, fin, no falta tampoco la ocasión en
cuando los diarios de igual natu- que lleva a un ataque generalizado
raleza dedican muchos más cen- contra la política misma, mostrán-
tímetros cuadrados a lo mismo y dola como mezquina y enfrascada
pasan la noticia roja a la primera en discutir cosas inútiles o bala-
plana, cuando más expertos son díes y descuidando la vida de los
entrevistados y más gestos de re- ciudadanos.
signada impotencia o reclamos de Esto último es la antipolítica,
reforma a la ley con voz ahuecada que fue el eje central de los totali-
de escuela de teatro muestran los tarismos de entreguerras, que sos-
comunicadores. Nada de esto tiene tenían sus regímenes de partido
que ver con la frecuencia real de la único afirmando que el pluralismo
violencia criminal. político era un fraccionamiento de-
Las dictaduras juegan al máxi- bilitante de la nación. Hoy la anti-
mo con la falsa idea de que sacrifi- política es una de las banderas que
cando libertad se obtiene seguridad la criminología mediática guarda
y orden, con lo que seducen a las en su arsenal para usarla en el mo-
personalidades más estructuradas mento oportuno.
237
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

En alguna medida, la crimino- listas, a veces autoritarios, sin una


logía mediática parece aspirar a que ideología dogmatizada, pues esta-
la interacción humana sea siempre ban obligados a mantener una con-
mediada por la televisión. De allí el siderable flexibilidad adaptativa. Se
desconcierto y el desagrado frente a los llama populismos, en ocasiones
cualquier manifestación o celebra- con marcado tinte peyorativo.
ción masiva no convocada por ella Es muy difícil compararlos, pues
misma. Cuanto menos se reúnan son bastante diferentes, aunque to-
las personas, menos se comunica- dos coincidieron en la empresa de
rán, menos oportunidades tendrán incorporar capas sociales más am-
de reflexionar y por tanto de tomar plias: el cardenismo mexicano, el
conciencia de otra realidad. aprismo peruano, el varguismo bra-
Pero sería ingenuo hablar de la sileño, el peronismo y antes el yrigo-
criminología mediática como de yenismo argentinos, el velasquismo
un fenómeno aislado, sin interro- ecuatoriano, etc.
garnos sobre su inserción en la po- Esta incorporación no fue pací-
lítica general, que es lo que Simon fica, pues hubo muchísimas fuerzas
analiza en Estados Unidos. Esta es regresivas que con apoyo extranje-
la tarea que debemos realizar en ro ofrecieron brutales resistencias e
nuestros países y, para eso, no po- impusieron retrocesos genocidas.
demos comprender el presente si Cualquier abuso de autoridad de los
no tenemos en cuenta cómo nos populismos latinoamericanos –que
fuimos configurando. los hubo– empalidece hasta la in-
Los estados de bienestar lati- significancia frente a los crímenes
noamericanos se fueron intentando cometidos por estas regresiones.
desde que terminaron las repúbli- El tono peyorativo que sue-
cas oligárquicas a partir del grito le asociarse al término populismo
de tierra y libertad de Emiliano obedece a dos razones. En princi-
Zapata. Los pueblos comenzaron pio se pretende identificarlo con los
a reclamar una ampliación de la fascismos europeos, lo que es falso,
ciudadanía real, lo que se fue pro- pues estos requieren un sueño im-
duciendo mediante la instalación perial, que nunca puede darse en
de estados de bienestar que, aunque nuestros populismos.
defectuosos, obtuvieron resultados En segundo lugar, la peyoración
considerables. Sus impulsores no se nutre de una inadecuada iden-
fueron partidos políticos en el sen- tificación con völkisch, que no sig-
tido europeo, sino movimientos nifica propiamente populista –par-
policlasistas con rasgos propios en tidario del pueblo–, sino que es el
cada país, casi siempre persona- vocablo alemán que se usa para de-
238
La criminología mediática y la víctima-héroe

nostar la demagogia que se vale de del arsenal destinado a derrotar-


la profundización de los prejuicios los. Es parte de la creación de una
discriminadores populares. realidad caótica en la que todo es
Lo völkisch es una táctica políti- desorden y confusión, la criminali-
ca sucia que puede usar cualquiera, dad está descontrolada, nadie pone
bajo la bandera política que quiera. límites. Se siembra el pánico ante
Su más acabado explotador fue sin un pretendido caos generalizado. Se
duda Hitler, pero no fue el único ni tiende a crear nostálgicos de las hoy
tampoco fue su inventor moderno, políticamente inviables dictaduras
pues se inspiró en el demagogo anti- militares, donde todo era orden
semita vienés Karl Lueger. Si bien a porque no había espacio para la cri-
veces los populistas usaron técnicas minología mediática.
völkisch, no lo hicieron más que las Es interesante verificar que el
derechas, las izquierdas y las dicta- campeonato mundial de fútbol o
duras militares. la aparición de un virus hace ba-
La más clara y elaborada táctica jar la incidencia de la criminología
völkisch de nuestros días es la propia mediática, cuando es obvio que no
criminología mediática, pues sinte- pueden aumentar o disminuir el
tiza en sus estereotipos los peores riesgo de victimización. Nos en-
prejuicios discriminantes de cada frentamos al colmo del absurdo.
sociedad y los manipula y profun- Al igual que como lo señala Si-
diza para crear un ellos de enemigos mon para Estados Unidos, la cri-
que son la escoria de los homicidas minología mediática actual forma
que aún no mataron. parte del desbaratamiento del pro-
Hoy la política asume en la re- grama de Roosevelt, o sea, del estado
gión formas que muchas veces difie- de bienestar. En la Argentina estalló
ren de los populismos del siglo pa- con el retorno a la constitucionali-
sado, pero lo cierto es que cada vez dad, cuando el estado de bienestar
que en alguno de nuestros países ya no podía seguir siendo demolido
surgen movimientos o partidos que en base a dictaduras militares.
postulan seriamente la ampliación Los primeros años de democra-
de la ciudadanía real mediante la cia argentina estuvieron teñidos
incorporación de nuevas capas so- por una criminología mediática
ciales, sea que amenacen con llegar que presentaba las ejecuciones sin
al gobierno y más si ejercen el poder proceso –que fueron más de mil–
político, la criminología mediática como episodios de guerra contra el
aumenta su espacio y estridencia. crimen. La masacre tuvo lugar en el
La táctica völkisch y el consi- Gran Buenos Aires con la compli-
guiente pánico moral forman parte cidad de la criminología mediática.
239
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

El servicio de noticias de Canal 9 estado de bienestar y con el claro


fue el medio más encubridor de la objetivo de desacreditar ese inten-
masacre, a la que puso fin un cam- to, disfuncional a los mismos inte-
bio de gobierno en la provincia de reses que se habían beneficiado con
Buenos Aires. Si bien no desapa- el espacio de corrupción financiera
recieron del todo las ejecuciones abierto por la demolición.
sin proceso, por lo menos cesó su La criminología mediática no es
masividad, lo que indica el riesgo producto espontáneo de las estre-
de un rebrote en caso de descontrol llas de la comunicación televisiva
mediatizado. que muestran sus rostros de serios
En los años 90 del siglo pasado formadores de opinión y de custo-
se desbarató el estado de bienestar dios de la seguridad urbana, sino
en casi toda la región. Los gobier- que éstos son el subproducto de
nos obedecieron la consigna del intereses financieros mediatizados
irresponsable festival del mercado, por las empresas comunicacionales.
que provocó serias crisis y abrió el El fenómeno es mundial y la
espacio para macrodefraudaciones preocupación también; es obvio
sin precedentes. que no nos estamos refiriendo a
La criminología mediática le- ningún país aislado ni es bueno
gitimó todas las medidas repre- creer que sufrimos algo por com-
sivas de las capas crecientemente pleto original, porque entonces
excluidas, pero no hacía cundir el perderíamos la dimensión plane-
pánico moral como caos, sino como taria del problema.
medidas que evitaban el caos. Ellos Simon dice que en Estados Uni-
seguían siendo enemigos, pero con- dos el mayor peligro consiste en
tenidos, por el momento las heces reemplazar la imagen del ciudada-
sociales estaban en la cloaca. no medio, que en el esquema del es-
La mayor autonomización po- tado de Roosevelt era el trabajador
licial fue el arma preferida, lo que manual, por el de la víctima, que es
precipitó el deterioro de los ser- central en la construcción del esta-
vicios policiales, mientras la cri- do penal de Reagan-Bush. En la Ar-
minología mediática lo celebraba. gentina hemos asistido a esta tenta-
Recién reapareció con estrépito tiva, que tuvo éxito durante algún
cuando se vislumbró la posibilidad tiempo y que dejó como secuela el
de restaurar los restos del demolido caos en nuestra ley penal.

240
La criminología mediática
y los políticos

L os movimientos políticos de
restauración del estado de bien-
estar actuales no son inmunes a la
ce en una permanente ambivalencia
frente al fenómeno, o sea, que no pa-
recen saber cómo manejarse frente
criminología mediática y suelen a la agresión que llevan adelante los
caer en sus juegos, lo que se tradu- partidarios del estado spenceriano.
241
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Los políticos latinoamericanos policiales que se descontrolan y des-


están urgidos de soluciones inme- organizan y de la propia televisión.
diatas y los tiempos de cambio social Si bien hay políticos que hacen
no son los de la política, marcados esto por oportunismo o por ideolo-
por la proximidad de las elecciones. gía autoritaria, por fortuna estos no
El escrutinio y asedio constantes les son la mayoría. Sostener lo contra-
condiciona conductas desconfiadas rio es caer en la antipolítica y esto
y hasta paranoides. es lo mismo que anhelar una dic-
La criminología mediática se tadura. La verdad es que la mayor
vale del mismo medio que el político parte de los políticos no tiene idea
actual necesita: la televisión. El po- del problema y actúa conforme a la
lítico actual suele ser algo así como criminología mediática porque no
el actor o actriz de telenovela, pasa a conoce otra y no sabe cómo defen-
ser un telepolítico. Además, no pue- derse de su embate.
de cambiar el personaje a diferencia Los políticos desconcertados sue-
del actor o actriz profesional, queda len creer que con concesiones a la
preso de su papel. criminología mediática contienen
La política actual es política- su embate y cuando se percatan de
espectáculo y el propio estado es que eso no lo detiene sino que lo
en alguna medida un estado-es- potencia, aumenta su desconcierto.
pectáculo, como desde los años 70 Ignoran que la criminología mediá-
lo viene señalado Roger-Gérard tica no tiene límites, va en un cres-
Schwartzenberg. cendo infinito y acaba reclamando
Como los políticos no conocen lo inadmisible: pena de muerte, ex-
otra criminología que la mediática, pulsión de todos los inmigrantes,
frente a los embates de ésta respon- demolición de los barrios precarios,
den conforme a su discurso de cau- desplazamientos de población, cas-
salidad mágica y, para demostrar tración de los violadores, legaliza-
que están preocupados por la segu- ción de la tortura, reducción de la
ridad, caen en la trampa de plegar- obra pública a la construcción de
se a sus exigencias. cárceles, supresión de todas las ga-
Por eso adoptan medidas parado- rantías penales y procesales, desti-
jales, autonomizan a las policías, las tución de los jueces, etc.
dotan del poder de practicar golpes Como esto llega a un punto en
de estado más o menos encubiertos que los políticos tampoco pueden
cuando se las priva de fuentes de re- admitir lo inadmisible, el embate
caudación, sancionan leyes descabe- sigue contra ellos, montado en la
lladas, piden castigos para los jueces, misma causalidad mágica que ellos
etc. Van quedando presos de agencias reforzaron con sus concesiones.
242
La criminología mediática y los políticos

Los políticos desconcertados no diferencia poco de los otros per-


advierten que la criminología me- sonajes, o sea, cuando se desdibuja
diática es extorsiva y que frente a su identidad. El político obsesio-
una extorsión nunca se debe ceder, nado por la búsqueda del triunfo
porque cada vez el extorsionador electoral cercano no percibe que el
exigirá más y las concesiones no mayor riesgo que corre no es el de
harán otra cosa que fortalecer su perder una elección, sino el de per-
método. der su identidad.
El mayor riesgo político en Cuando en la política-espectácu-
nuestra región es que los propios lo los personajes terminan parecién-
políticos comprometidos con la res- dose demasiado, se abre el espacio
tauración de los demolidos estados para que la criminología mediática
de bienestar, haciendo concesiones saque de su arsenal y enarbole la
acaben serruchando la rama en que bandera de la antipolítica.
están sentados, pues la criminolo- Como vemos, no es poco el
gía mediática es parte de la tarea peso político que la criminología
de neutralización de cualquier ten- mediática tiene en nuestra región.
tativa de incorporación de nuevas Pero no es sólo en ella, pues en el
capas sociales. norte parece que tampoco calcula-
Muchos políticos han advertido ron el efecto caótico provocado por
demasiado tarde que se trata de un el crecimiento del aparato puniti-
problema central en la política, que vo hasta los actuales extremos y no
la criminología mediática no es un saben cómo contenerlo y menos
detalle más de algo de lo que siem- aún cómo revertirlo. La dimensión
pre consideraron que debía resolver económica del aparato penal no
la policía. En la actualidad, es la es compatible con la necesidad de
mayor arma con que cuentan los controlar el gasto público, pues in-
demoledores del modelo de estado sume la sideral cifra de doscientos
de bienestar en el mundo, que no mil millones de dólares anuales, o
son otros que los beneficiarios del sea que supera por año el total de
caos que produjo su destrucción. la deuda externa argentina. Pero el
Más aún: las concesiones que público reclama cada vez mayor re-
los políticos desconcertados suelen presión por efecto de una crimino-
hacer a la criminología mediática logía mediática que no es fácil dete-
pueden desdibujar su propia iden- ner, porque responde a demasiados
tidad ideológica. intereses generados por ella misma,
El público de la política-es- como son todas las industrias de se-
pectáculo se cansa fácilmente del guridad, sin contar con que es muy
personaje, y más cuando éste se difícil desviar hacia otras activida-
243
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

des la inmensa mano de obra ocu- las víctimas-héroes se produce un


pada en estos servicios, que son casi fenómeno que equivale a imaginar
tres millones de personas. que la organización hospitalaria y
No es nuestro problema, por las intervenciones quirúrgicas que-
cierto, pero es bien demostrativo de dasen en manos de los enfermos.
la magnitud del fenómeno y, ade- No me cabe duda y apoyaría sin lí-
más, nos afecta porque la publici- mites la protesta de sufrientes a los
dad está globalizada. que no se les proveyeran los medi-
Cabe observar que, si bien la camentos oncológicos necesarios,
criminología mediática actual se pero me limitaría a considerar con
globaliza desde Estados Unidos, lo piedad al paciente que pretendiera
cierto es que la creación mediática saber cómo se cura su dolencia sin
de una realidad caótica para des- atender a la ciencia médica e inclu-
prestigiar a los gobiernos popula- so en forma totalmente contraria a
res es muy vieja en Latinoamérica lo que ésta indica.
y desde siempre fue preparatoria Ya hemos señalado –y reitera-
de los golpes de estado; su discurso do– que es obvio que nadie postula
fue el prólogo infaltable de todas las la impunidad de homicidas y viola-
dictaduras militares. dores y la discusión sobre si deben
No ha habido proclama revolu- ser penados con cinco o diez años
cionaria en ningún golpe de estado más es secundaria y, en definitiva,
latinoamericano que no haya in- no impedirá que el número de ho-
vocado la necesidad de detener la micidas y violadores suba ni deter-
criminalidad. En este aspecto, no minará que baje.
es ningún invento norteamericano, Respecto del crimen en serio
sino un viejo y remanido recurso esta criminología mediática no
vernáculo. agrega nada. Sin embargo, ha lo-
grado que Estados Unidos tenga
más de dos millones de presos. ¿Al-
¿Cómo puede triunfar el guien podrá creer seriamente que
pensamiento mágico? en un país puede haber más de dos
millones de personas dispuestas a

L a criminología mediática es a la
académica más o menos lo mis-
mo que el curanderismo a la me-
pasar al acto de homicidio?
Es indudable que esas cifras
abarcan una cantidad de personas
dicina. Cabe preguntarse por qué que no son los criminales que la cri-
tiene éxito, cuando nos movemos minología mediática muestra ale-
en un tiempo en que la ciencia tie- gremente todas las veces que puede
ne enorme prestigio. Más aún: con y en algunos países ha llegado al
244
La criminología mediática y los políticos

colmo de inventarlos, incluso en que, fijado este objetivo estratégico,


la Argentina y en complicidad con es necesaria una táctica que debe
agencias policiales que crean hechos basarse en las técnicas de motiva-
para hacer estadística, que fabrican ción de comportamientos.
delitos para endilgar garrones, que Lo curioso es que en todas las
deforman otros para la televisión. otras áreas en que se plantea esta
Nadie con cierta experiencia tarea nadie pretende hacerlo con
judicial puede leer muchos expe- pensamiento mágico, sino usando
dientes sin reprimir la sensación las mejores y más depuradas técni-
de que, fuera del círculo de autores cas. Cuando un empresario quiere
violentos –y aun entre estos– cada imponer un producto motivando
condenado parece ser más tonto y al público a comprarlo y desmoti-
torpe que otro. Más que el criminal vándolo a comprar los del compe-
sádico de la serie televisiva, es un tidor, encarga una investigación de
infeliz que pierde quizá los mejores mercado, que se lleva a cabo sobre
años de su vida por una conducta sólidas bases de ciencia social, de
absolutamente insensata y que ja- economía, de psicología social, etc.
más podría haber tenido éxito, sin Toda una disciplina –la mercado-
contar con que ningún éxito patri- tecnia– se nutre de conocimientos y
monial valdría la pena para poner métodos científicos. Los propios po-
en juego la libertad, la autoestima, líticos apelan a esos conocimientos
la salud y la vida. en tiempos de política-espectáculo.
En definitiva –y, por supuesto, Sin embargo, todo esto se deja
sin subestimar el daño que causan– de lado y se apela a una causalidad
creo que, en la enorme mayoría de mágica cuando la sociedad quiere
los casos, estamos prisionizando a motivar conductas menos violentas
torpes desconcertados y no a quie- y desmotivar las más violentas. En
nes eligieron en plenitud. Pero por ese caso, la ciencia social no tiene
el peso de la criminología mediá- espacio y cada uno opina según el
tica se llenan las cárceles con per- pensamiento mágico. Los simplis-
sonas que casi en un tercio de los mos más groseros y las hipótesis
casos no condenamos, o sea, con más descabelladas se retroalimen-
quienes ni siquiera son torpes que tan entre la televisión, la mesa del
han cometido delitos. café y las decisiones políticas.
Es una verdad de Perogrullo que Pero lo cierto es que el pensa-
para bajar los niveles de violencia miento mágico reemplaza estos sa-
en una sociedad es necesario mo- beres. La criminología mediática no
tivar conductas menos violentas y puede eludir la necesidad de vestirse
desmotivar las más violentas, o sea de científica y, para eso, convoca a
245
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

sus expertos. En esto hay considera- se vuelva tan inteligente que se


ble diferencia entre el norte y el sur, retroalimente y nos impida desen-
por lo que comenzamos por descri- chufarlo, con lo cual sería imposi-
bir lo que pasa entre nosotros. ble detenerlo.
Entre los expertos de nuestra Y con la criminología mediática
criminología mediática hay una sucede eso; el experto habla de lo
minoría que sólo es experta en el que sabe: organización policial, di-
arte de la simulación, pero son ficultades de investigación, mejora
muy pocos y, además, por fortuna del proceso, diagnóstico de algún
no suelen ser buenos actores. Lo caso particular, etc. En un momen-
curioso es que la gran mayoría de to el conductor lo interroga sobre el
los expertos de nuestra criminolo- aumento del delito, de la criminali-
gía mediática lo son de verdad, son dad, las causas del delito, los facto-
personas que saben lo que dicen, en res sociales, si la droga tiene mucho
ocasiones con un altísimo nivel de que ver, si la liberación sexual tiene
conocimientos. incidencia, si la desintegración de la
Cualquier mesa redonda televi- familia pesa, si esto se arregla con
siva sobre la seguridad –en el par- planes sociales, con mayores penas,
ticular concepto mediático–, si es con el valor simbólico de la pena,
más o menos seria convoca a per- con la restauración de los valores,
sonas vinculadas al sistema penal: etc. Es decir, que le formula pre-
policías, fiscales, jueces, peritos guntas que sólo podría responder
médicos, etc. Son especialistas que un criminólogo después de haber
en general manejan bien sus cono- realizado investigaciones de campo
cimientos y que los explican a veces que, por supuesto, en el país no se
con claridad, según sus dotes para realizan, porque no se destina un
la comunicación. mísero peso a esto.
Aquí la paradoja alcanza su Un policía, un fiscal, un juez o
máxima expresión: se crea una un médico pueden ser muy bue-
realidad en base al pensamiento nos en su profesión y sin embargo
mágico y se la disfraza de científica no saber quién fue Robert Merton,
mediante la opinión de expertos se- porque ninguna falta le hace saberlo
rios. Si no fuese trágico y poco me- para desempeñarse en lo suyo. Pue-
nos que diabólico, sería divertido. de no haber abierto en su vida un
La clave está en que la crimino- libro de sociología y desconocer por
logía mediática opera con un rizo completo la teoría sociológica y los
de retroalimentación. Se denomina métodos de investigación empírica,
así al temido fenómeno de que un no saber qué es una encuesta de vic-
aparato creado por los humanos timización o de autoinculpación ni
246
247
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

un flujo de casos, menos aún saber práctico de la mercadotecnia para


cómo se realizan, no tener idea de convencerse de lo contrario: nadie
qué es un observador participante se empeña en fabricar algo cuando
ni la importancia de las entrevistas, no sabe si luego podrá determinar
ignorar todo lo concerniente a la es- al público para que lo compre y sin
tadística social, nunca haber toma- un plan acerca de cómo imponerlo.
do contacto con una investigación En el norte las cosas son un poco
de campo y, no obstante, ser un ex- diferentes, pues el enorme desarro-
celente funcionario y profesional en llo alcanzado por el sistema penal
su materia. en Estados Unidos produjo sus pro-
Lo que sucede es que cuando pios expertos que integran el think
el conductor le pregunta, el exper- tank de la derecha norteamerica-
to no puede dejar de responderle, na y que se venden bastante bien,
porque cree que responde en base generando a su vez la industria de
a conocimientos que son comunes conferencias pagas, los suculentos
y hasta obvios, porque pertenecen a derechos de autor, las entrevistas
la realidad construida que se da por televisivas, etc.
descontada. Y allí es donde se pro- En revistas de amplia circula-
duce el rizo de retroalimentación: ción como Newsweek se sostienen
el experto reproduce el discurso de las tesis más peregrinas, como por
la criminología mediática; habla de ejemplo la de Morgan O. Reynolds,
lo que sabe y luego sigue hablando que afirma que el crimen es una
de lo que cree obvio, pero que es la cuestión de costo-beneficio, por lo
realidad construida mediáticamen- cual son necesarias penas más fuer-
te y que asimiló en la panadería y tes para forzar la elección racional
en el supermercado. del posible infractor. Esto no es
Esto dota de autoridad científi- ninguna novedad, sino que provie-
ca a la criminología mediática. La ne del siglo XVIII, como lo vimos
poca difusión de la ciencia social en su momento. Sería bueno pre-
entre el público hace que, cuando guntarle a Mr. Reynolds qué pena
alguien observa que todo lo que propone para los terroristas que se
se dice carece de base empírica y inmolan. Lo más lamentable es que,
que no hay datos disponibles por- más allá de Newsweek, un jurado de
que nadie se interesa en investigar economistas distinguió con el Pre-
la violencia, sea mirado como un mio Nobel a un colega que afirma
extraplanetario que propone algo algo parecido y acerca de lo que ob-
esotérico y sin sentido práctico, viamente no sabe nada.
aunque bastaría preguntar a cual- Otro inventor del agua tibia es
quier empresario sobre el valor Charles Murray, el coautor del li-
248
La criminología mediática y los políticos

bro racista The Bell Curve junto fusión que no hace más que ocultar
a Richard Herrnstein, al que me un renacimiento del peor reduccio-
referiré en un segundo. Murray nismo biológico.
participa de la tesis del escritor de En líneas generales me atrevo
Newsweek y, según su disparatada a decir que concurren cuatro acti-
teoría, los jóvenes de clase pobre tudes diferentes: (a) la estafa cien-
delinquen porque se los trata bené- tífica de algunos escribidores; (b) la
volamente mediante programas de ingenuidad de algunos científicos
desempleo y otros semejantes. Se- serios, que no son capaces de re-
gún este pensador, los jóvenes an- conocer los límites de sus propios
dan con una computadora hacien- conocimientos, o sea, que saltan de
do un cálculo de costo-beneficio, al la biología a la filosofía sin escalas;
igual que las adolescentes, que se (c) la ideología burdamente racista
embarazan prematuramente para de algunos científicos; y (d) el ho-
cobrar un subsidio. Su propuesta rrible guiso que cocinan los comu-
consiste en suprimir esos progra- nicadores o formadores de opinión
mas y ghetizar a los beneficiarios mezclando todo lo anterior para
para que se maten o mueran de reforzar la imagen puramente indi-
hambre en sus encierros. vidual del crimen, al que proyectan
Este es uno de los mayores repre- como el único riesgo social.
sentantes del think tank de Wash- En esta suerte de puchero o san-
ington, aunque más bien parece cocho mediático –u olla de bruja– re-
sólo del tank, obviando respetuosa- surgen cosas tales como la tesis de la
mente la naturaleza del contenido. meritocracia biológica según tests de
Los best seller criminológicos habilidad disfrazados de tests de in-
norteamericanos se comentan en teligencia, la investigación de melli-
generosos espacios en diarios que zos univitelinos, los estudios de he-
se suponen serios, dando lugar a rencia falsificados de los años 20, etc.
una verdadera industria de fabrica- Estos estudios fueron renovados por
ción de embustes criminológicos que el profesor de Columbia Henry E.
se venden en los aeropuertos, junto Garrett, que después de su jubilación
a las novelas policiales y a las revis- pasó a la Universidad de Virginia,
tas pornográficas en sobre sellado. donde sus ideas fueron sostenidas
Todos ellos proyectan la imagen por el senador Harry Byrd, notorio
del crimen como un fenómeno in- promotor de la resistencia masiva
dividual. Para eso publicitan mu- a la integración racial. Garrett fue
chísimo las novedades descubiertas apoyado financieramente por la Pio-
por los biólogos y genetistas, pero neer Foundation, creada en 1937 por
terminan incurriendo en una con- el millonario textil Wickliffe Draper,
249
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

viejo eugenista y racista segregacio- indulgencias, para que los tontos lo


nista, que se encargó de pagar las entiendan. En otras palabras: para
peores y más adulteradas investiga- que los tontos entiendan, es bueno
ciones. tratarnos a todos como tontos, lo
Los embustes de la Pioneer Foun- que en la esquina se llama tomar-
dation y de sus seguidores se reno- nos por giles. Mirando la televisión
varon en 1994, cuando Richard J. tengo muchas veces la sensación de
Herrnstein y el disparatado Charles que han tenido éxito.
Murray publicaron The Bell Cur- El reduccionismo biológico nun-
ve: Intelligence and Class Structu- ca desapareció del todo y el riesgo
re in American Life, exhumando de su renacimiento –con amplia co-
los viejos tests que probaban el bertura mediática– no puede sub-
menor cociente intelectual de los estimarse. Hasta no hace muchos
afroamericanos. años la ciencia apresurada tuvo
Cabe aclarar que Herrnstein gravísimas consecuencias letales,
y James Q. Wilson publicaron en aunque también en su tiempo muy
1986 un volumen con el poco cien- publicitadas.
tífico título Crimen y naturaleza El portugués Egas Moniz, que
humana, que es el más completo no se llamaba así sino que adop-
revival de la biología criminal, es- tó el nombre de un antepasado de
casamente disimulado con contra- ochocientos años antes, fue famo-
dicciones. sísimo y recibió el Premio Nobel
El embuste científico de estos por agujerear la cabeza de los pa-
autores se descubre con un cuida- cientes y destruirles las células
doso escrutinio de su bibliografía, frontales. De este modo el paciente
pues no rebaten las toneladas de tra- perdía voluntad y era más mani-
bajos demoledores, sino que direc- pulable, con lo cual facilitaba la ta-
tamente los ocultan y presentan un rea manicomial y un 25% de ellos
impresionante arsenal bibliográfico fueron enviados a sus casas, pues
sin mencionarlos, con lo que logran estaban mansos.
impresionar al lector lego. Puede Entre 1942 y 1954 en Gran Bre-
decirse que con esto la deslealtad taña se practicaron unas doce mil
científica raya en el escándalo. lobotomías y en Estados Unidos
Además, proponen algo insólito: unas veinte mil. Se estima que esta
pasando por alto que hay más ton- brutalidad se practicó en cerca de
tos en la cárcel precisamente por- cien mil víctimas, muchas de las
que son tontos, Herrnstein y Mu- cuales hoy reclaman indemniza-
rray proponen que el sistema penal ciones y pidieron que a Moniz se le
sea claro y terminante, sin dudas ni retire el premio Nobel.
250
La criminología mediática y los políticos

La lobotomía tuvo singular éxi- reapareció en 1989, cuando el psi-


to en Estados Unidos, donde el mé- quiatra inglés Hans Eysenck en co-
dico Walter Freeman la practicaba laboración con Gisli H. Gudjonsson
a martillazos por detrás de la órbita resucitaron las teorías biotipológicas
ocular (lobotomía transorbital). en un libro que, por cierto, lleva el
Un paciente –al que no había sugestivo título Las causas y la cura
lobotomizado– la emprendió a ba- de la criminalidad.
lazos contra Moniz, dejándolo pa- Por cierto que hubo brotes muy
ralítico por el resto de su vida, lo tempranos de criminogenética. En
que tenía poca importancia, pues los años 60 del siglo pasado hizo fu-
en realidad se valía de un asisten- ror un renacimiento del lombrosia-
te para esas brutalidades, dado que nismo con la tesis del cromosoma
sus manos estaban artríticas. La le- atípico o adicional, que tuvo gran
yenda dice que otro paciente lo eli- cobertura mediática.
minó, pero no es verdad. La fórmula cromosomática del
Recuerdo esto porque el riesgo hombre es XY y la de la mujer XX.
de un neolombrosianismo no se Pues bien, algunos individuos apa-
halla neutralizado, dado que hoy recieron con XYY, o sea, un cromo-
se lanza la teoría de que la violencia soma adicional. Inmediatamente,
se asocia a disfunciones frontales y los científicos apresurados se lan-
la agresión sexual a las temporales. zaron a medir y hallaron que había
Es un renacimiento de la frenolo- una pequeña frecuencia mayor de
gía por vía de meras hipótesis, pues sujetos con cromosoma adicional
Moniz ya se había ocupado del en la población penal. A poco an-
frontal. Las neurociencias preten- dar, las cifras se acortaron cuando
den predecir futuras desviaciones se midió a la misma clase social.
criminales de conducta en los Kin- Además, la pequeña diferencia res-
dergarten a los tres años de edad y tante se explica por el estereotipo:
este disparate subyuga a algunos los portadores son más altos, más
funcionarios del actual gobierno asimétricos –más feos– y un poco
francés. Comenzaría a creer en esas débiles mentales. Hoy nadie rescata
predicciones si las pruebas fuesen el pretendido valor criminógeno del
aplicadas a los exportadores y ven- cromosoma atípico.
dedores de armas a África. Todo este conjunto de descubri-
Se pretende que la genética ocu- mientos tiene una amplia cobertura
pe el lugar que en los años 30 tuvo la mediática, cuando en realidad se
endocrinología criminal, pero ésta trata de verdaderas banalidades.
tampoco murió del todo, porque Las tesis más elaboradas y serias
la tesis de la constitución criminal sobre la biología criminal no pa-
251
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

san de probar lo obvio. Nadie ig- Nunca puede confundirse una


nora que todos los humanos somos correlación con una causa. Un bajo
diferentes y, por lo tanto, tenemos nivel de serotonina se correlaciona
distintas habilidades biológica- con una conducta agresiva, pero ¿es
mente limitadas o condicionadas: el bajo nivel de serotonina que con-
yo no puedo ser bailarín clásico a diciona el comportamiento agresi-
esta altura de mi vida ni integrar la vo o es el comportamiento agresivo
selección nacional de fútbol. Tam- a lo largo de la vida del sujeto que
bién tengo condicionamientos so- lo condiciona el bajo nivel de sero-
ciales y vivenciales que en buena tonina?
medida determinan mi catálogo de Hay neurocientíficos que dicen
posibles reacciones frente a ciertas que ven el pensamiento. Lo único
situaciones. Estos condicionamien- que establecen es que cuando el su-
tos han incidido sobre mi biología: jeto piensa el cerebro opera de cier-
si hice vida sedentaria tendré más ta manera cuyos detalles se conocen
colesterol, si bebí mucho alcohol mucho mejor y es muy bueno que
posiblemente tenga el hígado un así sea. ¿Pero son esos contactos los
poco maltratado, si comí demasia- que causan el pensamiento o es el
do tendré sobrepeso, etc. Es impo- pensamiento el que hace funcionar
sible explicar mi conducta sólo en esos contactos? No pretendo asumir
base a la biología que he heredado, ninguna posición metafísica ni ha-
ni siquiera en características indu- blar del alma, pero en el mero plano
dablemente heredadas y reconoci- terrenal y verificable puedo afirmar
bles biológicamente. por lo menos que pienso con todo el
Así, la pretendida correlación cuerpo, lo que verifico con el hecho
entre el cociente intelectual bajo y de que no podría pensar sin función
el delito no indica una causa, por- hepática o cardíaca y con que pien-
que no se toma en cuenta la frus- so mucho peor cuando siento mo-
tración escolar de la persona, su lestias en cualquier órgano. No creo
estigmatización familiar, la lesión que Einstein haya redondeado la
sufrida en su autoestima y el efec- teoría de relatividad bajo los efectos
to interactuante de otras frustra- de un cólico.
ciones y, lo que es más significati- Lo planteo más claramente: su-
vo, tampoco se considera la mayor pongamos que todos nosotros so-
vulnerabilidad al poder punitivo: si mos unos energúmenos y que en vez
tenemos más tontos en las cárceles, de cambiar ideas acabamos cam-
no es porque los menos inteligentes biando trompadas y sillazos. Viene
cometen más delitos, sino porque la policía y acaba con el tumulto.
es más fácil apresarlos. Nos detienen. En ese momento nos
252
La criminología mediática y los políticos

toman una muestra de sangre y ve- población para evitar las peleas?
rifican que todos tenemos un altísi- En síntesis y, lamentablemente,
mo nivel de adrenalina. si bien pocas cosas son más irra-
¿Será la adrenalina la que nos cionales que la criminología me-
hace energúmenos o será que la diática, lo cierto es que las decisio-
adrenalina subió por causa de nes de poder se adoptan siguien-
nuestra conducta de energúme- do sus incoherencias y su base de
nos? A todos los que se pelean les causalidad mágica, al más perfecto
sube la adrenalina. ¿Sería una so- estilo völkisch. Spee volvería a es-
lución bajar la adrenalina a toda la cribir su libro.

253
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

254
El fin de la criminología
negacionista: qué,
cómo y dónde

V imos que la criminología aca-


démica no siempre anduvo
por caminos recomendables; el re-
en la criminología mediática. Cabe
preguntarse si no será posible acer-
carse a la realidad o incluso si ésta
sultado es aún más desalentador existe. ¿Hay algo a lo que aferrarse
255
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

en la cuestión criminal? ¿Existe al- y 300.000; en Bangladesh (1971)


gún dato fuerte que nos saque de la 2.000.000; en Camboya (1975-1979)
confusión? Mi abuela me miraría 2.000.000; en Timor (1975-2000)
sorprendida y me haría notar que 200.000; en Ruanda (tutsis) (1994)
el único dato cierto en la cuestión 800.000. A estos debemos sumar
criminal son los muertos. Y tendría cifras no estimadas de budistas en
toda la razón: si la única verdad es el Tíbet (1950-1959), indios en Gua-
la realidad, en criminología la única temala (1965-1992), el pueblo Iho
realidad son los cadáveres. en Nigeria (1966), religiosos Baha’i
Sabemos que los cadáveres nos en Irán (1980-1994), los kurdos en
dicen que están muertos. Pero la Irak (1991-1994) y los islámicos en
criminología no los escuchó. Em- Bosnia (1992-1998). Las cifras con-
pecemos, pues, a escuchar a los tabilizadas por Morrison suman al-
muertos donde los hay en masa: rededor de sesenta y cinco millones
en los asesinatos cometidos por los de cadáveres.
estados. Hay otros cálculos más maca-
Lo cierto es que ni siquiera tene- bros, como el de Rudolph J. Rummel,
mos precisiones acerca del número que eleva esta cifra a ciento sesenta y
de cadáveres producidos por los es- cinco millones, pues incluye otros ca-
tados en el curso del siglo pasado, sos, dado que las muertes por ham-
porque hay muchas tablas maca- bre distorsionan los cálculos.
bras y todas son aproximativas. Admitiendo que la lista de
La de Wayne Morrison indica: en Rummel sea exagerada y la de Mo-
el Congo (1885-1908) 8.000.000; en rrison estrecha, podemos calcular
Sudáfrica (Hereros) (1904) 80.000; que en el siglo pasado los estados
en Armenia (1915-1922) 1.500.000; produjeron unos cien millones de
en Ucrania (judíos) (1918-1922) en- cadáveres fuera de las guerras. El
tre 100.000 y 250.000; en Ucrania número de muertos en las guerras
por hambre (1932-1933), su núme- tampoco es unánimemente acepta-
ro causa las mayores dificultades do, pues varía según la inclusión de
de cálculo (para algunos autores más o menos víctimas no europeas
supera los treinta millones); en la y de daños colaterales causados por
Unión Soviética (disidencia políti- el hambre y las pestes, pero lo cierto
ca) (1936-1939) 500.000; en Europa es que su número nunca alcanza al
(judíos) (1933-1945) 6.000.000 (más de muertos por masacres.
5.000.000 de gitanos, gays, discapa- Esto significa que más de uno de
citados y otros); en Indonesia (disi- cada cincuenta habitantes del pla-
dentes) (1965) 600.000; en Burundi neta fue muerto por los estados en
(hutus) (1965-1972) entre 100.000 el curso del siglo pasado, sin contar
256
El fin de la criminología negacionista: qué, cómo y dónde

los de guerra. Este cálculo del 2% de Comencemos por las tres pri-
la población mundial asesinada fue meras (¿Qué? ¿Cómo? y ¿Dónde?).
recientemente ratificado por el pro- Para empezar a recorrer este ca-
fesor de Harvard Daniel Jonah Gol- mino no nos sirve la definición legal,
dhagen, quien tampoco descarta las que en este caso sería la de genocidio
estimaciones más altas, que llegan del derecho internacional, acuñada
al 4% de la población mundial. Este a partir de la propuesta de Raphael
cálculo pesimista indicaría que casi Lemkin y establecida en la fórmula
un habitante por cada veinticinco de la Convención para la prevención
fue eliminado por los estados fuera y sanción del delito de genocidio de
de las situaciones de guerra real. las Naciones Unidas de 1948.
Manteniéndonos con el más No nos sirve porque fue ela-
prudente 2%, no podemos dejar borada a la medida de las grandes
de alarmarnos, por escasa que sea potencias al comienzo de la Guerra
nuestra sensibilidad frente a las Fría y, por ende, no abarca el ani-
matanzas, y no menos alarmante es quilamiento de los grupos políticos
que la criminología lo haya ignora- porque no le convenía a Stalin, exi-
do casi por completo y no los regis- ge aniquilamiento para dejar fuera
tren las estadísticas de homicidios. las matanzas neocolonialistas de los
Siempre los genocidas temie- europeos y –también– para evitar
ron a los cadáveres, por lo que los que entren en la definición las bom-
redujeron a cenizas, los ocultaron bas de Hiroshima y Nagasaki.
en fosas comunes o los arrojaron Si bien la consagración inter-
desde aviones en vuelo, pero que la nacional del crimen de genocidio
criminología comparta ese temor logró sacar a la luz unos cuantos
es demasiado fuerte. No podemos millones de cadáveres (lo que fue
seguir haciendo una criminología muy positivo), lo cierto es que hubo
que mire de frente sin hacernos otros muchos millones más cuyos
cargo de los cadáveres: mi abuela se gritos se intentaron acallar en el
enojaría muchísimo. La criminolo- curso de las negociaciones.
gía negacionista llega a su fin. Una Como consecuencia de este re-
criminología en serio debe empe- corte microquirúrgico del concep-
zar por escuchar que estos muertos to, en todas las masacres posterio-
están muertos. res se plantearon dudas jurídicas.
Para adentrarnos en el tema, re- Aunque parezca mentira, se dudó si
currimos al camino de las siete pre- eran genocidios las masacres de los
guntas de oro de la criminalística: japoneses en China, Corea y otras
¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? regiones; de los chinos desde que
¿Con qué? ¿Por qué? ¿Quién? en 1950 ocuparon el Tíbet (se cal-
257
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

culan quinientas mil víctimas); la por medio de la Radio Televisión


destrucción de la ciudad de Hama Libre de las Mil Colinas (RTLM),
en Siria en 1982; las de nuestro que consideraba que los tutsis eran
Cono Sur americano; los desplaza- subhumanos, y loa llamaba cucara-
mientos convertidos en marchas de chas y serpientes.
la muerte (la de los armenios, la de Cuando los franceses lograron
la URSS estalinista, las de Etiopía un acuerdo en el que se compro-
en el régimen de Mengistu Hailé metían hutus y tutsis a resolver sus
Mariam, la reciente de Darfur ha- conflictos mediante un sistema con
cia Chad); la masacre de los tutsi en pluralidad de partidos, la banda
Ruanda (de 1.250.000 quedaron re- hutu del presidente Habyarimana
ducidos a 300.000); la eliminación temió por sus privilegios y comen-
de 2.200.000 personas por el régi- zó a preparar fuerzas paramilitares,
men de Pol-Pot en Camboya; la de hasta que un misterioso misil derri-
los pakistaníes en Bangladesh (ma- bó el avión presidencial y a partir
taron por lo menos a 1.000.000); y de ese momento se desencadenó la
un muy largo etcétera. matanza de tutsis, instigada por la
Lo curioso es que en casi todos mencionada Radio de las Mil Coli-
estos casos la indiferencia del resto nas y a cargo de cada jefe munici-
del mundo fue la que permitió la pal, ejecutada por lo general a ma-
masacre. Veamos el caso de Ruan- chetazos. No intervino el ejército ni
da, que tiene una población tutsi la policía, pero tampoco hicieron
minoritaria y Burundi (el país ve- nada por impedirlo.
cino) mayoritaria. La mayoría de Los homicidios de masa siempre
los ruandeses son hutus. Los tutsis se cometieron y se siguen come-
ruandeses fueron privilegiados por tiendo porque la política de un esta-
los colonialistas belgas, de modo do así lo decide, su poder punitivo
que cuando Ruanda se independi- lo ejecuta y el resto de los estados
zó los hutus mataron a unos cator- miran con indiferencia o compla-
ce mil tutsis y expulsaron a medio cencia. Sus condiciones indispen-
millón. En Burundi, por su parte, sables son, pues, la decisión política
mataron a unos cien mil hutus y interna y el espacio político inter-
desplazaron a otros doscientos mil. nacional. Sin ellas no hay masacre.
Los tutsis expulsados de Ruanda or- En cada masacre no son sólo
ganizaron en Burundi una guerrilla responsables los estados que la
que entró en territorio ruandés. El cometen, sino también los que no
gobierno ruandés generó pánico en actúan, los que omiten y que do-
la población hutu, manipulada por minan la política internacional
la mujer del presidente, en especial planetaria.
258
El fin de la criminología negacionista: qué, cómo y dónde

Por cierto que fue vergonzoso e quedaron solos.


ideológicamente un disparate el apo- Hubo muchísimos testigos ca-
yo de Carter y Reagan al régimen lificados entre ciudadanos, funcio-
genocida de Pol-Pot, con tal de no narios y diplomáticos de las gran-
reconocer la importancia de la inter- des potencias del momento y al-
vención vietnamita. Es también inne- gunos de ellos tuvieron reacciones
gable su apoyo incondicional al régi- muy valientes, pero sus gobiernos
men de Suharto y a la masacre per- se llamaron al silencio: James Bry-
petrada por éste entre 1965 y 1966. A ce con la colaboración de Arnold
partir de 1975, Indonesia se apoderó Toynbee publicó un libro en Gran
de Timor Oriental iniciando una ma- Bretaña; el pastor Johannes Lep-
sacre que sigue hasta el presente, ante sius hizo lo mismo en Alemania;
el silencio cómplice de todos. el embajador estadounidense en
Más atrás en el siglo, lo mismo el Imperio otomano, Henry Mor-
vale respecto del genocidio armenio genthau, tuvo una actuación des-
perpetrado por los turcos en 1915 tacada en la publicidad del caso.
y 1923. Lo decidió Turquía, pero lo Pero nadie los escuchó.
posibilitó la indiferencia interna- En 1939, pocos días antes de la
cional: a las potencias centrales les invasión a Polonia y en un discur-
convenía el silencio, pues aunque so dirigido a sus generales, Hit-
el Imperio austrohúngaro se había ler preguntó: Wer redet noch von
disuelto y el Imperio alemán había der Vernichtung der Armenier?
sido reemplazado por la República (¿Quién habla aún del aniquila-
de Weimar, los sucesores de estos miento de los armenios?).
sistemas sabían que sus predecesores Conforme a la filigrana que
habían sido aliados complacientes recorta el concepto legal de ge-
del Imperio otomano; Rusia había nocidio, tal como lo acabamos de
acordado la paz por separado y tenía expresar, tampoco hablarían los
interés sobrado en no tener conflic- cadáveres producto de todos los
tos con Turquía, con la que celebró desplazamientos forzados de po-
en 1920 un tratado de amistad y blación, incluyendo los de la ex Yu-
cooperación. En Estados Unidos los goslavia en la guerra de 1991-1995,
republicanos se desentendieron de que comenzó con la independencia
Europa y no ratificaron el Tratado de Croacia y Eslovenia y terminó
de Versalles. Francia y Gran Bretaña con el establecimiento de las fron-
se dedicaron a asegurar el resultado teras internas y externas de Bosnia.
que hasta entonces habían obteni- El argumento se toma de las jus-
do del desmembramiento del viejo tificaciones de los desplazamientos
Imperio otomano. Los armenios se estalinistas: Stalin no se proponía
259
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

aniquilar a los kulaks y las purgas en forma conjunta o continuada,


de los años 30 tampoco querían fuera de situaciones reales de gue-
aniquilar a ningún grupo étnico ni rra que importen fuerzas más o
religioso. En el caso de la ex Yugo- menos simétricas.
slavia, los juristas se esfuerzan por Cabe advertir un riesgo graví-
distinguir entre la limpieza étnica simo al conceptuar las masacres:
y el genocidio. aunque parezca absurdo, se las tra-
En cuanto a prevención del ge- ta de jerarquizar (mi masacre fue
nocidio, la convención de 1948 fue peor que la tuya) y esto confunde
casi una manifestación de buena muchísimo y hace perder de vista a
voluntad, porque las masacres del los cadáveres.
siglo pasado han cesado sólo por- Si se afirma que los crímenes del
que alcanzaron sus objetivos (por estalinismo son tan graves como
ejemplo en el caso armenio o in- los del nazismo, pareciera que hay
donesio), porque intervino algún cierto grado de condescendencia
estado extranjero (como en Cam- respecto de los últimos. Si se afirma
boya y Bangladesh), o porque los que hay crímenes del colonialismo
masacradores perdieron una gue- y del neocolonialismo que son más
rra (como los nazis). graves que los del nazismo y del es-
Como todo esto demuestra que talinismo juntos porque mataron a
la definición legal de genocidio es más millones de personas, puede
producto de un ejercicio de poder concluirse que Europa habría teni-
(de una decisión política de crimi- do su merecido.
nalización primaria) que no pierde Estos razonamientos son abe-
su carácter selectivo por provenir rrantes y peligrosísimos, porque en-
del campo internacional, se nos cierran gérmenes de mitos de alto
hace necesario reemplazarla por un riesgo que pueden habilitar nuevos
concepto criminológico. discursos masacradores, dado que
A ese efecto –y siguiendo con ofrecen elementos para nuevas téc-
correcciones a Semelin, que es un nicas de neutralización. Así, podría
estudioso del tema–, usaremos el decirse que se justifica la muerte
término más amplio de masacre, de seiscientas mil personas por Su-
entendiendo por tal toda práctica harto ante la amenaza comunista
de homicidio de un número con- proveniente de la Revolución Cul-
siderable de personas por parte de tural de la China de Mao; a su vez
agentes de un estado o de un grupo se podría justificar la muerte de los
organizado con control territorial, dos millones de camboyanos por
en forma directa o con clara com- Pol-Pot ante el temor provocado
placencia de estos, llevada a cabo por la masacre de Suharto y el so-
260
El fin de la criminología negacionista: qué, cómo y dónde

metimiento de la población cam- se acuerda. Esto debe alertarnos


pesina camboyana; el asesinato a sobre los riesgos de la trampa de la
machetazos de ochocientos mil tut- jerarquización.
sis en Ruanda se justificaría por el Por regla general, la cuestión de
temor producido por la muerte de la jerarquización se plantea frente a
cien mil hutus en Burundi. Esta es la Shoah, y a la pregunta acerca de
la inadmisible consecuencia de la si fue única o si no se diferencia de
jerarquización de las masacres. otras masacres.
Por un lado, las potencias se pe- En rigor, toda masacre tiene ca-
lean para hacer que sólo la otra sea racteres particulares. Además, toda
criminalizada, pero por otro, las masacre es única para las víctimas.
víctimas se pelean para ver quién El problema es que si la considera-
es más víctima. En medio quedan mos sustancialmente diferente, es-
unos cuantos millones de cadáve- tamos a un paso de estimar que es
res de los que ni la criminología irrepetible y producto de un camino

261
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

especial –el Sonderweg– alemán de Esta es la característica más di-


los años 30 del siglo pasado–. Cree- ferencial: la orgullosa civilización
mos que considerarla irrepetible es no puede negar la masacre inca-
muy peligroso y atribuirla al Son- lificable. Se encubrieron discursi-
derweg es en algún sentido una for- vamente los peores crímenes del
ma de negacionismo (no del hecho, colonialismo: la criminología, de
pero sí de la responsabilidad). la mano de la antropología colonia-
Es indudable que la Shoah perte- lista, los naturalizó, sostuvo que las
nece a los judíos –porque de ellos es masacres eran inevitables. Pero ésta
su justo dolor– sin perjuicio de que ya no pudo encubrirla.
se inserte en un programa de exter- La característica de la crimina-
minio organizado que también ma- lidad nazista –y la más dolorosa y
sacró a varios millones de no judíos, que se niega a asumir la civiliza-
respondiendo a motivaciones pro- ción– es que sintetiza como nadie lo
fanas abominables que no pueden había hecho todo lo que habían in-
pasarse por alto, so pena de confiar ventado otros y lo llevó a la práctica
gratuita e ingenuamente en la im- de un modo tan inexorable, apli-
posibilidad de su reiteración. cando la máxima racionalidad fun-
Lo que otorga más particularidad cional moderna en la fabricación de
a la Shoah es que se cometió contra cadáveres (hasta el extremo de pro-
europeos y por europeos, liderado ducir con ellos jabón y cinturones y
por una potencia considerada una recoger sus piezas dentales de oro).
de las cúspides de la cultura univer- Presenta juntas todas las caracterís-
sal (o universalizada). La flecha de ticas que las otras masacres suelen
la historia hegeliana se clavó en ple- ofrecer por separado.
no corazón del estado sintético. Los El nazismo careció de la más
perpetradores no fueron asiáticos mínima creatividad, su origina-
teocráticos, africanos difícilmente lidad radicó sólo en su brutal ex-
reconocibles como humanos ni la- tremismo asesino: el racismo y el
tinoamericanos degenerados por el reduccionismo biologista eran el
mestizaje, sino quienes estaban en paradigma dominante en toda Eu-
la punta misma de la flecha hegelia- ropa y en Estados Unidos; la euge-
na. Y no vale exaltar nacionalismos nesia negativa estaba legalizada en
para imputar todo a los alemanes, Estados Unidos desde 1907; el odio
cuando no puede negarse la partici- nacionalista había sido alimentado
pación del régimen de Vichy de los por la Primera Guerra Mundial; la
otros aliados del eje y de los colabo- mezcla de todo eso había sido soste-
racionistas de los países ocupados, nida por Chamberlain en el libro de
que por cierto los hubo y muchos. cabecera del Kaiser; el culto natural
262
El fin de la criminología negacionista: qué, cómo y dónde

a la ley inexorable del más fuerte negar con el Sonderweg, que no es


era de Spencer; el antisemitismo más que otra forma de negacionis-
era europeo y los reyes católicos ha- mo de la responsabilidad.
bían expulsado a los judíos cuatro
siglos antes; los otros europeos los
estigmatizaban como deicidas y co- Las masacres
medores de niños, los condenaban a y las guerras
vivir en los ghetos y les prohibían el
acceso a la propiedad inmueble; los
gitanos eran perseguidos por toda
Europa; la estigmatización y pu-
N umerosas masacres quisieron
confundirse con guerras. Si
bien la guerra también es un cri-
nición de los gays se pierde en los men (me remito a Juan Bautista
tiempos medievales; los franceses Alberdi), la guerra exige que haya
antidreyfusianos avivaron el anti- dos fuerzas armadas regulares o
semitismo hasta el extremo; el tra- irregulares pero más o menos si-
bajo esclavo hasta el agotamiento y métricas. Aunque a veces hay ma-
la muerte se practicaba en todo el sacres coetáneas, decididas y ejecu-
colonialismo; el exterminio se ha- tadas aprovechando la guerra, nada
bía practicado con los hereros; las tienen que ver con ella misma. Los
técnicas de exterminio provenían turcos aprovecharon la Primera
de la industria. Guerra para masacrar a los arme-
Nada, el nazismo no inventó ab- nios, los nazis hicieron lo mismo
solutamente nada, su creatividad con los judíos, gitanos, gays, disi-
fue nula, todo lo recibió de la civi- dentes y enfermos. Ni unos ni otros
lización, lo único que puso fue una eran vencidos, combatientes o pri-
brutalidad tan incalificable que el sioneros de guerra, como tampoco
lenguaje no alcanza para señalarla, lo era la población civil japonesa de
incluso apelando a los vocablos más Hiroshima y de Nagasaki.
inadecuados para el ámbito acadé- Estas masacres para-bélicas se
mico y que me excuso de reprodu- vieron favorecidas porque desde la
cir aquí (en el café lo expresarían Primera Guerra (1914-1918), ésta
con mayor claridad). dejó de ser protagonizada sólo con-
Esa brutalidad se explica porque tra ejércitos para pasar a involucrar
creyó que se ponía a la vanguardia a la población, apelando a su sustan-
de la civilización, y la vanguardia ciación como enemigo y como infe-
de la criminalidad no puede ser rior, por lo que los muertos no sólo
sino una mayor criminalidad. Esto eran efectos colaterales sino que tam-
es lo que la civilización planetari- bién comenzaron a ser producto de
zada no puede disimular y trata de represalias sobre la población civil.
263
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Con la guerra total de Luden- ta y cinco millones de kilómetros


dorf se sustancializó a los enemigos, cuadrados y a unos seiscientos
que pasaron a ser los franceses, los millones de personas. Desde 1895,
alemanes, etc., o sea que dejaron de cuando aparecieron las ametralla-
ser individuos para convertirse en doras, se hizo aún más claro que
una manifestación de esa sustancia no hubo guerras, pues en la batalla
a la que usualmente se agrega algún de Omdurman, en Sudán, los bri-
genitivo excrementicio. tánicos masacraron con ellas a los
La radicalización sustancialis- derviches causándoles once mil
ta de la guerra es lo que se trata de bajas contra sólo cuarenta y nueve
provocar artificialmente fuera de propias. Es obvio que esto no puede
la hipótesis bélica, por lo cual toda llamarse guerra.
masacre se disfraza de guerra, como Las consecuencias de estas ocu-
ya había sucedido con la invención paciones policiales de territorio
de las pretendidas guerras colonia- fueron desastrosas. Entre 1825 y
les, disfrazando como tales las ocu- 1830, los holandeses mataron a unos
paciones territoriales policiales, de doscientos mil habitantes en Java,
las que las guerras sucias del siglo los portugueses a unos cien mil en
pasado no serían más que una sub- Mozambique y los alemanes a cien-
categoría relativamente tardía. to cuarenta y cinco mil en África
Nuestros territorios latinoame- oriental. Argelia redujo un 15% su
ricanos fueron enormes campos de población entre 1830 y 1870; en toda
concentración y de trabajos forza- el África francesa la población des-
dos bajo control territorial policial cendió entre un tercio y la mitad,
de los colonizadores: no hubo gue- en el Congo belga en un 50% (diez
rras, no hubo fuerzas enfrentadas millones), en el Sudán inglés pasó de
simétricamente armadas. Las úni- nueve a tres millones, algo análogo
cas guerras fueron las de indepen- pasó en Oceanía. La carestía cerea-
dencia, pero no la conquista. Algo lera provocada por el mercado libre
análogo se puede decir del neocolo- sumada a la sequía provocó más de
nialismo, cuando Europa se arrojó treinta millones de muertes en el
sobre África después del congreso Sudeste Asiático, India y África en-
de Berlín de 1885, como antes lo ha- tre 1870 y 1890. El 2 de octubre de
bía hecho sobre el norte de África, 1904, el Imperio alemán declaró que
India y Oceanía, entonces tampoco los hereros del África sudoccidental
hubo guerras, sino ocupaciones po- dejaban de ser ciudadanos alemanes
liciales. –igual que treinta años más tarde
En 1918 el dominio imperial hizo con los judíos– y entre esa fecha
europeo se extendía a unos seten- y 1906 fueron exterminados.
264
El fin de la criminología negacionista: qué, cómo y dónde

Hanna Arendt dijo con razón en el nordeste del Brasil, quizá in-
que los europeos practicaron sus cluso nuestras insensatas guerras
brutales métodos colonialistas y civiles y contra vecinos, etc.
acabaron trasladándolos al propio Esta herencia europea se con-
corazón europeo, pero –quizá por cretó más cercanamente en forma
quedarse tomando el té con Hei- de autocolonialismo. Tal vez por su
degger– llegó tarde al cine: antes proximidad no hemos percibido su
los romanos lo habían practicado verdadera naturaleza, pues en al-
sobre casi toda Europa, los caste- guna medida hemos asimilado al
llanos habían colonizado a los is- colonizador, demasiado parecido y
lámicos del sur (aunque hablan de cercano a nosotros.
reconquista) y habían expulsado a La expresión autocolonialismo
los judíos, etc. no debe descartarse por el hecho
Si nos instalamos en el cine an- de que haya habido una clara in-
tes que Hanna y miramos la pelícu- jerencia de intereses foráneos en
la completa, veremos que existe una su establecimiento, porque si bien
suerte de pulsión masacradora que esto es incuestionable, no lo es me-
se extendió por Europa, que luego nos que sin condicionamientos en-
ésta expulsó hacia otras socieda- dógenos favorables el fenómeno no
des indefensas a las que sometió a hubiese sido posible.
su control y explotación policial Cuando Francia luchaba por
y que a la larga rebotó y volvió a mantener su poder colonial sobre
su territorio. Esto indicaría que la Indochina primero y sobre Arge-
tendencia a expandirse, someter y lia más tarde, se encontró con que
hegemonizar a costa de masacres debía luchar contra pueblos, pues
estatales forma parte de la civiliza- la mayor parte de la población les
ción que Europa planetarizó. prestaba un considerable apoyo y,
Tan cierto es esto que la pla- en particular, los ocultaba al per-
netarización masacradora siguió mitir que se mimetizasen con ella.
funcionando entre nosotros des- En esas circunstancias los mili-
pués de nuestras independencias: tares franceses inventaron la tesis
las masacres de pueblos origina- de que no se trataba de una guerra
rios también fueron practicadas clásica, sino de combatientes irre-
por gobiernos patrios, como la gulares que no respetaban las leyes
llamada Campaña del Desierto ar- de la guerra y, por ende, se conside-
gentina, la contención de las mo- raban liberados de la obligación de
vilizaciones del Altiplano contra respetarlos y habilitados para sem-
la tentativa de reposición de un brar el terror en la población y de-
Wilka alrededor de 1900, Canudos tectar a los combatientes valiéndose
265
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

de cualquier medio, en particular Esta versión del colonialismo fue


de la tortura, la toma y ejecución de difundida desde la Escuela de las
rehenes, las ejecuciones sin proce- Américas en Panamá y en la Argenti-
so, la desaparición forzada de per- na por los mismos franceses instala-
sonas, etc., lo que mereció la durísi- dos en nuestro ministerio desde 1957.
ma crítica de Jean-Paul Sartre en el Desde allí envenenaron la mente de
famoso prólogo a Franz Fanon. nuestra oficialidad militar divulgan-
A tal efecto calentaron la Guerra do estas atrocidades con el nombre
Fría alucinando una guerra entre de doctrina de la seguridad nacional.
Oriente y Occidente de la cual su ge- En el Cono Sur, tomando como
nocidio colonialista no era más que pretexto la violencia política en la
una batalla. Dejando de lado que Argentina y los gobiernos antipá-
Marx era bien occidental –lo que ticos a los adalides del Occidente
para los teóricos de la Guerra Fría cristiano y liberal en Chile y Brasil,
no pasaba de ser un detalle menor–, las Fuerzas Armadas se rodearon de
en esa guerra sucia, como era gue- ideólogos de los movimientos de re-
rra, no cabía apelar al derecho pe- gresión de la ciudadanía real, verda-
nal, pero como era sucia tampoco deros defensores de los privilegios
correspondía respetar las leyes de lesionados por los movimientos
guerra, reservadas para las guerras populistas de ampliación de ciuda-
limpias, por lo cual las dejaban en danía real, que los ayudaron a alu-
un limbo de no derecho. cinar una guerra y se degradaron a
La más completa síntesis de esta fuerzas policiales de ocupación del
llamada doctrina fue expuesta por propio territorio, aplicando todas
Carl Schmitt, el viejo teórico nazis- las técnicas del colonialismo francés
ta del estado absoluto, que la enun- contra sus propias poblaciones.
ció en la España franquista mientras El resultado fueron las masacres
Francia juzgaba al general Raoul Sa- de los años 70 del siglo pasado, con
lan, jefe de la OAS, organización te- miles de muertos, torturados, pre-
rrorista de extrema derecha colonia- sos, exiliados y desaparecidos, y una
lista que había intentado varias veces notoria regresión de la ciudadanía
dar muerte a Charles de Gaulle, por real, destructora de los proyectos de
considerarlo un traidor a su causa. estados de bienestar.

266
¿Cuándo se cometen
las masacres?

L as masacres siempre pretendie-


ron un control territorial para
limpiar y homogeneizar, higienizar,
la propia Europa y que ésta expelió
hacia el resto del mundo mediante
el colonialismo y el neocolonia-
desinfectar, que comenzó dentro de lismo, hasta que rebotó y volvió
267
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

brutalmente a Europa, dejando partido que llegaba al poder, con


múltiples estelas poscolonialistas disidencias internas y que se pro-
en su camino. Pero en este proceso ponía montar un estado totalitario,
milenario hubo sociedades que no para lo cual necesitaba concentrar
incurrieron en masacres. Veamos, muchísimo poder. El Imperio oto-
pues, cuándo se cometen. mano se hallaba en una crisis de
Cuando se practican en el pro- disolución cuando Talât y su banda
pio territorio requieren estados de de jóvenes turcos comenzaron a ma-
policía, salvo que se trate de masa- sacrar a los armenios. Pol-Pot tomó
cres que –como continuación del el poder en Camboya con un parti-
colonialismo– se practiquen sobre do que contaba con pocos cuadros.
pueblos originarios: la Campaña Serbia asistía a la disolución yugos-
del Desierto argentina, el robo de lava y perdía su hegemonía. Stalin
niños a los originarios australianos, montó un poder enorme partiendo
etc. Cuando se cometen fuera del de una situación catastrófica, here-
propio territorio del estado genoci- dera de un imperio que amenazaba
da, pueden ser practicadas por es- disolverse, asolado por una guerra
tados más o menos liberales, como internacional, una revolución y una
sucedió en el neocolonialismo o en guerra civil. Las minorías privile-
el caso de Servia. giadas que apoyaron las dictaduras
Girard lanza la hipótesis de que de seguridad nacional sudamerica-
las masacres se llevan a cabo por nas estaban sitiadas por mayorías
estados débiles, que procuran salir que habían cobrado conciencia de
de sus crisis reafirmando su poder ciudadanía.
mediante la construcción del chivo Todo parece indicar que el chi-
expiatorio, mostrándolo como res- vo expiatorio aparece cuando un
ponsable de todos los males. grupo hegemónico débil opta por
Si dejamos de lado la abstrac- crearlo como forma de acumular
ción estado y nos referimos al grupo poder. Esto no significa que sea un
hegemónico masacrador, esto suele medio eficaz para conseguir ese ob-
ser verdad. Las masacres dentro del jetivo, pues en la mayoría de los ca-
territorio casi siempre fueron un sos, en el mediano y no muy largo
instrumento de consolidación del plazo no dio el resultado esperado.
poder de un grupo hegemónico que El Imperio otomano se disolvió y
se sentía débil. Turquía hasta hoy no consigue en-
La inquisición consolidaba el trar en la Unión Europea; la Ale-
poder papal, debilitado por los mania nazi acabó en el desastre
grupos disidentes y por el poder te- que todos conocemos; el régimen
rrenal. Los nazis eran un pequeño de Pol-Pot se derrumbó y Camboya
268
¿Cuándo se cometen las masacres?

se quedó sin profesionales ni ser- su momento. Cuando estas dejan


vicios. Como máximo puede afir- de ser difusas para difundirse y rei-
marse que los beneficiarios fueron terarse en el público y en particular
algunos corruptos. cuando devienen discurso del po-
La regla del grupo hegemóni- der, el riesgo se hace inminente.
co débil no parece cumplirse en el La masacre no puede llevarse a
caso del neocolonialismo, sin em- cabo si no cuenta con el apoyo o la
bargo, la diferencia radica en que se indiferencia de la población y con la
produce un desplazamiento terri- convicción de las agencias ejecuto-
torial de la masacre y del estado de ras. Este presupuesto depende de la
policía que presupone. creación previa de una realidad me-
Los grupos hegemónicos eu- diática que instale el pánico moral
ropeos eran débiles en la segunda (mundo paranoide), neutralizando
mitad del siglo XIX: las revolucio- los valores dominantes.
nes de 1848, la Comuna de París en Hubo polacos y lituanos lin-
1871, el socialismo y el anarquismo, chando judíos, la población hutu
la miseria, las masas urbanas, las matando tutsis, etc. Además, no es
amenazas de los vecinos y del equi- verdad que los ejecutores integra-
librio de opereta del continente, ha- dos a un cuerpo jerarquizado ac-
blan más bien de debilidad y de la túan por obediencia o temor; no se
violencia difusa de Girard. tiene conocimiento de que los nazis
La identificación de los crimina- hayan dado muerte a nadie porque
les con los salvajes no fue un inven- se excusara de matar judíos.
to de Lombroso, sino un estereoti- La observación de que la tesis de
po que tendía a unificar a dos chivos Sykes y Matza de 1957 parece estar
expiatorios, es decir, al marginado hecha a la medida de las masacres
interno y al colonizado externo, lo estatales no es nueva, aunque los cri-
que justificaba la importación a la minólogos que la mencionan por lo
metrópoli de la policía de ocupa- general lo limitan al caso de la Shoah
ción territorial de las colonias. (Frank Neubacher, Alexander Alva-
Lo curioso es que en todos los rez). Por mi parte, creo que pueden
casos en que un grupo hegemónico extenderse a todas las masacres.
decide masacrar, emite antes se- Recordemos los tipos de técnicas
ñales claras que por lo general son enunciados por Sykes y Matza que
ignoradas, incluso por las propias hemos visto en su momento: (1) ne-
víctimas. gación de la propia responsabilidad;
El signo más inequívoco son las (2) del daño; (3) de la víctima; (4)
técnicas de neutralización en el sen- condenación de los condenadores; y
tido de Sykes y Matza que vimos en (5) apelación a lealtades superiores.
269
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Veamos cómo operan estas categorías cipar de una supuesta prueba cien-
en el discurso de los masacradores. tífica en la que un actor simulaba
La negación de la propia respon- sufrir descargas eléctricas progresi-
sabilidad en las masacres se carac- vas que el invitado produciría con
teriza por definir situaciones como un aparato, verificando que entre el
de extrema necesidad y creadas por 60% y el 80% de los invitados no se
el grupo al que se pretende aniqui- detenía ante la simulación de dolor
lar. Por ende, el chivo expiatorio en del actor. La autoridad de la ciencia
toda masacre debe ser alguien que generó un verticalismo obediente
haga creíble la atribución de un en personas normales, que no para-
enorme poder capaz de generar el ron ante el sufrimiento.
pánico moral. Cabe aclarar que el pánico mo-
Para eso se acude a una causali- ral es casi siempre ilusorio pero no
dad mágica, basada siempre en una alucinado, es decir, que deforma la
urgencia de respuesta. El reclamo realidad, pero rara vez la inventa
autoritario siempre es de urgencia: del todo. Esto obedece a que es más
Deme una respuesta. Si esto no le sencillo alterar la percepción de un
gusta ¿qué propone? Baje a la reali- objeto real que promover la de uno
dad. ¿Qué me dice frente a esto? Son inexistente. La existencia de un ob-
expresiones que escuchamos todos jeto portador de algo de peligro o
los días por parte de los formado- capacidad de hacer daño facilita la
res de opinión de la criminología tarea de manipularlo hasta hacer
mediática. creer que es necesario aniquilarlo
Cuando el contenido mágico para sobrevivir.
es muy evidente, se lo disfraza de En ocasiones se alimenta el pá-
científico: cuando quedó demodé nico moral con un hecho desen-
atribuir a la relación con Satanás la cadenante, cuya autoría queda en
capacidad de los judíos para causar el misterio, como el incendio del
las pestes, se les imputó la posesión Reichstag o el misil que mató al
de un veneno tan potente que podía presidente de Ruanda. En menor
matar a toda la población; se pasó medida, las agencias policiales au-
del diablo a la química. tonomizadas se valen de iguales
El nazismo se rodeaba de cien- tácticas: dejan que se causen homi-
tíficos para legitimar sus disparata- cidios, provocan o incitan saqueos
das tesis y los renacimientos cícli- o desórdenes, liberan zonas, para
cos de la frenología lo confirman. precipitar el pánico moral.
Recordemos el experimento de Si bien la fuente de la pretendida
Stanley Milgram en la Universidad emergencia es un hecho deforma-
de Yale: invitó a estudiantes a parti- do, sería demasiado ingenuo creer
270
¿Cuándo se cometen las masacres?

que este hecho desata las masacres, quiere espantar a su población


pues implicaría que de no haber mostrando sus atrocidades, sino
existido las masacres no se produci- asustarla mostrando las que se-
rían, lo que terminaría por atribuir gún él comete el chivo expiatorio.
la responsabilidad a las víctimas, Con eso busca la participación
que es justamente lo que pretenden activa de la población, aunque su
los masacradores. forma más frecuente son las dela-
A nuestro juicio, más bien pare- ciones, que abren el espacio para
ce que cada uno de esos hechos fue múltiples crímenes triangulares
sólo una condición, porque de no originados en cualquier odio o
haber existido habría costado un frustración. Mientras el poder pu-
poco más de esfuerzo, pero se lo hu- nitivo está contenido, la delación
biese inventado o creado. Es obvio o la denuncia falsa traen pocos
que si de cada peligro, conflicto o inconvenientes, pero ante el poder
riesgo real deriva una masacre, nin- masacrador se vuelven asesinas,
guno de nosotros estaría vivo. Hay porque cualquiera tiene a mano
hechos muy graves que desencade- un aparato homicida.
nan incluso guerras civiles, pero no Es más fácil negar el daño
masacres. cuando los hechos tienen lugar
Estos hechos dan lugar a la te- fuera del territorio; por eso, cuan-
sis de la provocación suficiente, do ocurren en el propio territorio
mediante la cual el masacrador se se fomenta una resistencia a creer.
presenta como alguien al que las Los habitantes de los barrios resi-
circunstancias históricas colocaron denciales de las grandes ciudades
en la triste función masacradora, y se resisten a creer en las ejecucio-
que para salvar a la comunidad, a nes sin proceso que tienen lugar en
la civilización, a la raza, a la repú- las áreas marginales de la misma
blica o al proletariado (o a su santa urbe, y que son mostradas como
madre, suelen agregar en el café) no enfrentamientos.
tiene más remedio que sacrificar al- La revolución comunicacional
gunas vidas como único medio de no eliminó la negación del daño,
preservar al resto. Esta es la nada como lo prueban los casos de Bos-
novedosa fórmula de Caifaz. En la nia y Ruanda; por el contrario, la
Argentina se la ha llamado la teoría Radio de las Mil Colinas de Ruan-
de los dos demonios. da incitaba públicamente a la ma-
La negación del daño (segunda sacre, valida de un tono juvenil,
técnica de Sykes y Matza) es una desinhibido, con música popular
técnica de comunicación, resul- del Zaire, que contrastaba con la
tante de que ningún masacrador aburrida radio oficial y que re-
271
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

cuerda a algunos medios especia- iban descubriendo sobre la mar-


lizados de nuestros países. cha y los amigos de hoy eran los
La negación de la víctima es otra enemigos de mañana; el concepto
técnica de neutralización indispen- estalinista de enemigo del pueblo
sable en la preparación de la masa- era tremendamente poroso, como
cre. El chivo expiatorio se construye lo puso de manifiesto Kruschev al
siempre sobre un prejuicio previo, relatar los crímenes de Beria en su
que es una discriminación que je- famoso discurso secreto.
rarquiza seres humanos: negros, El chivo expiatorio deja de ser
indios, judíos, albaneses, islámicos, persona porque pasa a formar
croatas, armenios, tutsis, hutus, parte de un ellos, a través del fenó-
gays, burgueses, comunistas, de- meno de la sustancialización, a la
generados, asociales, inmigrantes, que hicimos referencia: se instala
discapacitados, pobres, ricos, ha- una categoría de pensamiento, el
bitantes urbanos, todo lo que sus- otro diferente es parte de un todo
tancializado permite considerarlos maligno. No se puede pensar en el
subhumanos o menos humanos otro como individuo, sino como
y atribuirles los peores crímenes perteneciente a una totalidad que
construyendo un ellos de malvados tiene un para qué maligno, con lo
y dañinos que deben ser eliminados que pasa a ser una cosa y deja de
para poder sobrevivir. ser una persona. El soviético Ilja
Dado que la negación de la víc- Ehrenburg lo definió muy clara-
tima nace de una discriminación, mente: Ninguno de ellos era cul-
el correspondiente chivo expiato- pable de nada, pero pertenecían a
rio no siempre está bien delimi- una clase culpable de todo.
tado, ni siquiera cuando se apela A medida que se extiende la
a racismos. Así, la contaminación ideología masacradora en la llamada
de la sangre propia de la eugenesia opinión pública el que disiente tiene
norteamericana es un buen ejem- miedo a la soledad, a quedarse solo
plo: no sólo eran los negros, sino en medio de la multitud, se siente
los que tenían algún gen negro; como el personaje de Enrico IV de
lo mismo pasó con los gitanos en Luigi Pirandello, preguntándose si
Alemania; entre hutus y tutsis no el loco es él o son todos los demás.
hay diferencias notorias (hablan la La cosa se va poniendo peligro-
misma lengua y hasta practican la sa a medida que se les imputan a
misma religión); etc. En las masa- ellos crímenes más graves, con lo
cres políticas, como en Camboya cual cada vez se les niega más la
y en la URSS, la identificación fue condición de víctimas y se atribu-
progresiva, pues los enemigos se ye la crisis a causas morales (así en
272
273
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

todas las proclamas dictatoriales den colocar en la pista de cuándo


latinoamericanas). En primer lugar se producen o avecinan las masa-
se le imputan crímenes violentos; cres, otro de los comúnmente usa-
en segundo lugar, crímenes sexua- dos es la condenación de los con-
les. En tercer lugar, crímenes contra denadores, pues los masacradores
lo simbólico y sagrado (histórica- pretenden identificar a todos los
mente la profanación de hostias, en que condenan sus crímenes como
muchos casos el ultraje a símbolos traidores, idiotas útiles que no ven
nacionales). el peligro del enemigo, obstáculos, o
Cabría pensar que cuanto ma- encubridores de los crímenes que se
yor es la inmediatez respecto de los les imputan a ellos.
masacradores y la opinión públi- No obstante, la condenación de
ca, el chivo expiatorio debería ser los condenadores no es un simple
más diferente para hacer creíble su recurso defensivo de los criminales
condición de todo maligno. No es de masa, pues estos neutralizan sus
así: las víctimas locales son dema- valores hasta el extremo en que no
siado parecidas a los masacradores pueden retroceder, no sólo porque
o conviven con estos desde mucho perderían su liderazgo, sino porque
tiempo antes. cuando se hunden en la ejecución de
La masacre del vecino requiere la masacre, el más mínimo recono-
que este no sea totalmente diferente, cimiento de sus atrocidades impor-
sino que por efecto del narcisismo taría su desmoronamiento psíquico:
–según Freud– o del mimetismo – no hay aparato psíquico que resista
según Girard– la diferencia se esta- el formidable grado de culpa que ge-
blezca potenciando caracteres muy neraría ese reconocimiento. Girard
secundarios. Con detalles mínimos dice que odian sin causa pero no lo
se lo convierte en un extranjero, a saben. Agregaríamos que no pueden
partir de que no entiende las jerar- permitirse saberlo, ni siquiera dudar
quías de la sociedad y, por eso, es un en lo más mínimo: la duda los lleva-
anormal. Si el que no se aviene al ría a la catástrofe psíquica.
respeto a las jerarquías es diferente, De allí que no haya masacrado-
se lo erige en enemigo de la sociedad res arrepentidos, salvo entre los ni-
más fácilmente, pero si es muy pa- veles participativos más bajos o en-
recido es necesario elaborar la dife- tre los corruptos que se les suman
rencia, crear al extraño que siempre para cometer latrocinios o nego-
genera sospecha y desconfianza y ciados, pero los auténticos respon-
que abre el espacio de la paranoia. sables sólo pueden admitir algunos
Siguiendo con los tipos de técni- excesos inevitables como efectos co-
cas de neutralización que nos pue- laterales de la guerra que ilusionan.
274
¿Cuándo se cometen las masacres?

El último tipo de técnica de ción bélica, sino asumiendo funcio-


neutralización es un componente nes policiales, como en las dictadu-
ideológico presente en todas las ras de seguridad nacional.
masacres, que es la invocación de La fragmentación del gobier-
lealtades superiores, donde en- no disimula esta realidad, en par-
contramos todas las construccio- ticular en el caso de las empresas
nes megalómanas que hacen que colonizadoras, porque no fueron
el nosotros adquiera dimensiones llevadas a cabo por las policías ur-
míticas: el homo sovieticus, la Vo- banas de las metrópolis, así como
lksgemeinschaft, la Gran Serbia, tampoco las dictaduras de seguri-
el poder hutu, la Camboya demo- dad nacional estuvieron comanda-
crática, la Indonesia occidental, el das por policías uniformados como
Occidente cristiano, etc. Por regla tales, aunque las agencias policiales
general, estos criminales no se en sentido estricto tuvieron una
quedan cortos en materia de pro- participación importante: la inves-
yectos delirantes. tigación histórica prueba la coope-
ración del aparato penal con las SS,
en las dictaduras de seguridad na-
¿Con qué? y ¿Quiénes? cional la cooperación policial fue
indispensable.

A l responder la quinta pregunta


de oro –¿Con qué se cometen
las masacres?– nos enfrentamos al
De cualquier manera, lo impor-
tante es que, sea el cuerpo armado
que fuese (policías, militares, orga-
punto crucial para la criminología, nizaciones políticas uniformadas,
pues la respuesta, a la luz de la ex- parapoliciales, paramilitares, capa-
periencia histórica, es rotunda: con taces, bandas), siempre actuaron en
el poder punitivo. función punitiva.
La Gestapo, las SS y la KGB fue- No es esta la visión tradicional
ron agencias policiales; la masacre respecto del neocolonialismo, por-
camboyana fue netamente policial; que pareciera que estas empresas
en el genocidio armenio participa- nada tienen que ver con los contro-
ron presos liberados al efecto; en les policiales metropolitanos. Pero
el de los tutsis se liberó a los pre- insistimos en algo que cambia la
sos con HIV y se les encargó que perspectiva: no fue la función poli-
violaran a las mujeres hutus. Las cial metropolitana la que se extendió
agencias ejecutivas del sistema pe- al colonialismo, sino la ocupación
nal han estado presentes en todos colonialista la que inspiró la exten-
los genocidios. En ocasiones fueron sión de la función policial a las me-
fuerzas armadas, pero no en fun- trópolis, quitándoselas al más bien
275
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

laxo control militar para dotarla de autorizados, cuando en realidad no


especificidad controladora. Por eso son más que consecuencias inevita-
–como vimos– no hubo guerras co- bles de sus directivas.
loniales sino ocupaciones policiales En cualquier caso es menester
de territorio. distinguir diferentes niveles de eje-
Controlar el territorio, masacrar cutores. Los ejecutores materiales
a los rebeldes y a los ocupantes inde- por regla general son muy jóvenes y
seables, forzar al trabajo, castigar a a veces hasta adolescentes, en tanto
los remisos, son actividades propias que es posible que los masacradores
de una función policial de control de escritorio no hayan ejercido per-
territorial. Las represiones a los in- sonalmente ninguna violencia.
dios revoltosos y a los esclavos pró- En particular sobre los prime-
fugos en los quilombos son tareas ros ejerce una atracción fascinan-
propias de ocupación policial del te el sentimiento de omnipotencia
territorio y poco importa cómo se que provoca disponer de la vida
hayan denominado sus ejecutores de un semejante, tenerlo a disposi-
ni el uniforme que hayan llevado, ción, sentir su miedo. De allí que
pues lo que interesa es la naturaleza el reclutamiento de los ejecutores
de la función que cumplieron. materiales seleccione a jóvenes y
En el siglo pasado, cuando la adolescentes o a adultos con tras-
masacre se produjo en estados con tornos de personalidad, pues es sa-
agencias policiales y militares de bido que la omnipotencia es signo
alto nivel técnico especializado, las de inmadurez emocional y el ma-
cúpulas debieron proceder a una sacrador explota esta falencia, así
depuración, separando a los resis- como el psicólogo industrial mal-
tentes o relegándolos a actividades vado aconseja al empresario acerca
secundarias y privilegiando a los de cómo explotar la patología del
guerreros ideológicos, que se ponen empleado, pues no cualquiera está
al frente de la ejecución. Por lo ge- dispuesto a masacrar.
neral, estos son oportunistas que El caso camboyano es muy su-
están ávidos de escalar posiciones gerente, pues llegaron a reclutar a
en la agencia saltando grados y je- marginales, vagos, alcohólicos, tra-
rarquías mediante sobreactuacio- ficantes, malvivientes y analfabe-
nes, como suele suceder en toda tos, y les dieron autoridad policial.
corporación. Los historiadores de esa ma-
Esto cumple una doble función: sacre se asombran del cambio de
por un lado facilita la ejecución y, personalidad experimentado por
por otro, ofrece cobertura a las cú- estas personas. En rigor, se trata
pulas, que pueden alegar excesos no de un proceso inverso al de estig-
276
¿Cuándo se cometen las masacres?

matización: si un segregado pasa a Lo sorprendente es que en casi


ser respetado y temido y a tener un todos los casos nos hallamos con
lugar en el mundo, su autopercep- intelectuales que elaboraron sus
ción cambia totalmente. Se da por técnicas de neutralización y que con
descontado que el soporte de esta frecuencia las llevaron a la práctica,
transformación fue la obediencia como en el caso de Alfred Rosen-
ciega. El reclutamiento de margi- berg, que no sólo hizo su aporte
nales no fue extraño tampoco a la intelectual, sino que también fue
táctica del partido nazi. quien comandó las masacres en la
Si bien impresiona muchísimo Europa ocupada.
al criminólogo verificar que las ma- Ziya Gökalp fue un sociólogo
sacres han sido cometidas por las que mezclaba a Durkheim con Her-
agencias del poder punitivo o por der y Fichte y de esa mezcla obtenía
las que asumieron esa función, lo el nacionalismo que postulaba el
cierto es que las agencias ejecutivas genocida Mehmet Talât, ejecutado
nunca masacran sin previa decisión por los armenios en una calle de
de las cúpulas gubernamentales Berlín. Otro intelectual del nacio-
que las toleran o desean, cuando no nalismo fue Yusuf Akçura, quien
las impulsan. teorizaba que los armenios eran un
En el caso más caótico de las úl- cuerpo extraño en una Turquía de-
timas décadas –que fue el de Ruan- finida étnicamente.
da– la aparente espontaneidad no Está fuera de toda duda que la
era tal, pues estaban involucrados elite dirigente del nazismo que pla-
los jefes comunales, eran estimu- nificó las más atroces masacres es-
lados por una banda en el poder e taba integrada en su casi totalidad
instigados por una radio, todo ante por universitarios con título máxi-
la aparente indiferencia de las fuer- mo. También Hendrik Frensch
zas armadas y policiales. Verwoerd, el creador del régimen
Esto nos lleva a la sexta pre- del apartheid en Sudáfrica y que
gunta de oro de la criminalística: además dispuso los desplazamien-
¿Quién? Esta pregunta no puede tos masivos de población negra, fue
responderse con referencia a los un académico.
ejecutores materiales y ni siquiera a El ideólogo serbio que mezclaba
los masacradores de escritorio, que argumentos psicoanalíticos, religio-
bien pueden ser burócratas. Cuan- sos y nacionalistas para alimentar
do preguntamos quién o quiénes la limpieza étnica fue un psiquiatra,
nos estamos refiriendo a las cúpu- miembro de la Academia y visiting
las del poder masacrador y a sus professor en varias universidades eu-
ideólogos. ropeas: Jovan Raskovic. Sus afirma-
277
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

ciones eran tales como: La realidad Dreyfus y al régimen vergonzan-


humana se enriquece con la destruc- te de Vichy; Giovanni Gentile fue
ción de mundos interiores. Es en los sin duda un filósofo consistente y
cataclismos que se revela la realidad acompañó al fascismo hasta el final.
étnica del pueblo serbio… Pueblo del Quizá el caso más interesante
destino trágico, divino, pueblo de la sea el de Camboya, pues Pol-Pot y
vida y de la muerte. La conjunción su grupo se formaron en las univer-
del cielo y de nuestro destino nacio- sidades francesas, casi todos como
nal se halla en el origen de nuestra pedagogos, entre los que se hallaba
identidad étnica. Consideraba que Duck, el encargado de las purgas y
los croatas estaban feminizados por ejecuciones, que forzaba confesio-
la religión católica, padeciendo un nes con tortura, que después leía y
complejo de castración que los so- marcaba con el temible lápiz rojo de
metía a una total incapacidad para nuestra infancia escolar.
ejercer cualquier autoridad, que los Las ideas de los maoístas fran-
musulmanes y las poblaciones veci- ceses tuvieron eco en estos intelec-
nas eran víctimas de frustraciones tuales durante su formación, pero
rectales que los llevan a acumular estamos seguros de que los estu-
riquezas. Por último, los serbios diantes franceses no imaginaron el
ortodoxos son el pueblo edipiano efecto que esas ideas tendrían en la
destinado a liberarse del padre. Se- mente de quienes volvieron a una
mejante guiso de Freud con Adler, realidad en que Nixon y Kissinger
Darwin y mística, no obstante, no habían lanzado sobre Camboya más
dejaba de ser una elaborada técnica bombas que sobre Japón en la Se-
de neutralización. gunda Guerra, con vuelos rasantes
A su muerte, le sucedió otro que aniquilaron pequeños poblados
psiquiatra, Rodovan Karadzic, que campesinos y dejaron un resenti-
está siendo juzgado en La Haya. miento enorme.
Con esto no agotamos la lista Cabe preguntarnos si las masa-
de ideólogos de regímenes masa- cres cometidas en nuestra región
cradores, algunos mucho más finos tuvieron ideólogos. Sin duda que
y sofisticados que el cambalachero si nos referimos a las del siglo XIX,
psiquiatra serbio: hemos menciona- y en particular a las que sufrieron
do en forma reiterada a Carl Sch- nuestros pueblos originarios, in-
mitt, como profundo teórico y gran cluso después de la emancipación,
trepador nazista; Charles Maurras sí los tuvieron: toda la criminolo-
fue un hábil periodista que lograba gía positivista y racista en alguna
mezclar todo para proporcionarle medida lo fue. Pero no me refiero
cierta ideología a los enemigos de a masacres tan antiguas, sino a las
278
¿Cuándo se cometen las masacres?

más recientes, las de la segunda mi- bieron libros, pero con elaboración
tad del siglo XX y en especial las de simplista e importada, reiterando
seguridad nacional. los elementos emponzoñados del
Creo que no podemos confun- autocolonialismo. Por cierto que
dir a un ideólogo que por lo menos hubo intelectuales al servicio de
presenta algunos ribetes originales nuestras dictaduras masacradoras,
–por disparatados que sean– con pero estos escribas ocasionales no
repetidores de tesis francesas o merecen ese nivel de consideración.
norteamericanas. Gobery do Couto La ideología de nuestras masacres
e Silva y Augusto Pinochet escri- era por completo colonizada.

279
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

280
¿Por qué?

N os reservamos para el final la


pregunta acerca del por qué de
las masacres. ¿Por qué un grupo de
mana que señala y sustancializa
como enemiga?
Es cierto que señalar a un ene-
poder monta un estado de policía, migo es un modo de canalizar ma-
elimina las limitaciones a su poder lestar y venganza, pues poner todo
punitivo y aniquila a una masa hu- el mal en cabeza de un grupo es un
281
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

fortísimo recurso político, todo lo provocaría una ambivalencia irre-


amoral que se quiera, pero siempre ductible.
muy eficaz, hasta el punto de que En definitiva, los bienes dan po-
un teórico psicópata como Carl der y, por lo tanto, lo que se persi-
Schmitt lo consideró la esencia de gue es una búsqueda indefinida de
la política. poder, que comprende también la
Pero más allá de esta verifica- acumulación del saber como poder
ción, cabe preguntarse qué es lo que en la forma de saber señorial, de
mueve a un grupo humano a buscar Dominus.
semejante acumulación de poder Por consiguiente, resulta que la
en pos de un poder absoluto, al que sociedad moderna presenta carac-
nunca se llega y que termina en su terísticas morbosas con respecto a
propia ruina. Llama la atención que los esquemas que rigen la búsqueda
este recurso se reitere sin desgas- del conocimiento, que tienen por
tarse a lo largo de milenios, pese a meta la dominación de los entes.
que se sabe que si nadie lo detiene El capitalismo salvaje –estimulador
siempre acaba en una masacre, cuya de la acumulación indefinida– sería
proximidad ni siquiera detectan la expresión de esta neurosis civili-
muchas de las propias víctimas. zatoria, que al señalar como meta
Se trata de preguntas que son dominante la acumulación de ri-
clave para cualquier tentativa seria queza llevaría a la negación de Eros,
de prevención de masacres. a la sublimación del cuerpo: la ri-
Hemos visto que para acercar- queza se vuelve un fin en sí mismo,
nos un poco a las respuestas de- el cuerpo se neutraliza y triunfa Ta-
bemos salir de la criminología y natos, la pulsión de muerte.
mirar hacia otros campos del cono- Vimos antes que una acumula-
cimiento. Así fue como recordamos ción infinita de poder presupone la
que, desde la psicología, Norman idea del tiempo lineal, en forma de
Brown corregía las tesis de los úl- flecha, que supera la existencia in-
timos años de Freud, atribuyendo dividual y no retorna, y que sobre
a una patología civilizatoria el im- esa misma idea del tiempo se asien-
pulso a la acumulación indefinida ta la venganza, a cuyo respecto re-
de riquezas que miles de vidas muy cordamos a Nietzsche: la venganza
longevas no podrían consumir, es siempre venganza contra el tiem-
lanzando la idea de que la historia po, porque no se puede hacer que lo
humana sería la historia de una que fue no haya sido.
neurosis que obedecería a la incapa- Por ende, la idea lineal del tiempo
cidad de incorporar la muerte, pues es presupuesto tanto de la acumula-
al separarla radicalmente de la vida ción indefinida de poder como de la
282
¿Por qué?

venganza. También vimos cómo el gamos por ese camino que vamos
saber señorial, o sea, la ciencia del bien, al estilo de Carl Schmitt.
Dominus, lleva a la cosificación de Esta lógica masacradora podía
la persona e impide cualquier diá- sostenerse en el siglo pasado con
logo, acabando en un fenómeno de cierto gesto de indiferencia y hasta
retroalimentación peligroso. de soberbia, porque las masacres
La neurosis civilizatoria tanto mataron a un habitante del planeta
como la acumulación señorial de por cada cincuenta, pero quedaron
saber, apoyadas ambas al igual que cuarenta y nueve.
la venganza sobre la idea lineal del Michel Serres sostuvo en su
tiempo, si bien explican mucho en Atlas (1994) que desde Hiroshima
forma convincente, parecen que- aparece el temor a una nueva muer-
darse en hechos del último milenio. te: la de la especie. Pero desde hace
Pero las masacres no se limitan a tiempo se viene observando que
nuestra civilización dominante, mo- el avance tecnológico habilita hoy
derna y premoderna. Las masacres la posibilidad de una masacre que
suelen encubrirse con visiones reli- afecte a toda la especie, y no ya me-
giosas y son tan antiguas como la re- diante un conflicto bélico, sino por
ligión y, al igual que ella, son pre-es- el propio sistema de producción que
tatales, pues aparecen en sociedades en su búsqueda de acumulación de
con organizaciones muy diferentes a bienes no se detiene ni siquiera ante
las modernas y también muy distin- el riesgo de aniquilamiento total de
tas entre sí. la vida humana.
Esta verificación abre el espacio Cuando nos referimos a la caute-
para una tesis que subyace en Hob- la de Spee, lo cierto es que –con este
bes y que se deforma hasta la abe- u otro nombre– su recomendación
rración en todo el inmoralismo que sobrevuela el pensamiento contem-
pretende legitimar el estado de po- poráneo. Es claro que responde a
licía como única forma posible de este principio la ética de la respon-
organización social, que es la natu- sabilidad de Hans Jonas, cuyo im-
ralización de las masacres. perativo podría sintetizarse en la
Según esta tesis, la persistencia fórmula obra de tal manera que los
y antigüedad del fenómeno respon- efectos de tu acción no destruyan la
dería a razones biológicas, o sea, posibilidad futura de la vida.
a algo no mutable de la biología El naturalista francés del Sahara,
humana. La lógica naturalizante Theodor Monod, candidateó a los
es impecable: si venimos fallados cefalópodos del fondo de los mares
genéticamente y el gen perverso para que después de algunos millo-
nos lleva a la violencia, adelante, si- nes de años reemplacen a los hu-
283
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

manos extinguidos por su violencia consecuencia, no podemos dejar


intraespecífica. Parece que cada vez de sospechar que la pretendida fa-
que comemos un pulpo a la gallega talidad de las masacres sea también
estamos masacrando a los candida- un producto cultural políticamente
tos a sucedernos. Imaginemos a un naturalizado.
pulpo cabezón e inteligente dentro Por ende, hay unas cuantas cosas
de algunos millones de años, dedi- que podemos hacer para que la cale-
cado a la arqueología, describiendo sita no nos arrastre y para seguir co-
cómo una especie de gigantes ton- miendo pulpo a la gallega con cierta
tos se extinguió por tener los brazos tranquilidad de conciencia.
lejos de la cabeza.
La amoral e irresponsable tesis
de la naturalización de las masa-
cres significa hoy –por decirlo cla- ¿Qué puede hacer
ramente– impulsar masacres mu- la criminología?
cho mayores que las pasadas. Poco
tiempo nos quedaría en el planeta
de ser cierta esta tesis. (En el café
me dicen algo así como pará el
L as masacres son un crimen (el
más grave de todos) y cuando
de prevenir delito se trata, desde
mundo, loco, que quiero bajarme. siempre se sabe que hay dos nive-
Otro reflexiona: por agarrar la sor- les de prevención: la prevención
tija no nos damos cuenta de que la primaria, que va a la raíz social del
calesita no para más). conflicto (por ejemplo, en delitos
Pero no es necesario apelar callejeros contra la propiedad, en
a antidepresivos, pues no existe general, la renta per capita y la es-
prueba alguna de esta fatalidad tratificación social muy marcada),
biológica de la especie. Recordemos y la prevención secundaria, que es
que si miramos nuestro planeta en la que opera contra el hecho mismo
tiempos geológicos, o sea, desde (la seguridad pública, la policía y el
su aparición, y eso lo imaginamos aparato penal).
como una semana, nosotros hemos Respecto de las masacres, sería
llegado a su superficie unos pocos prevención primaria corregir nues-
segundos antes de la medianoche tra neurosis civilizatoria y detener
del domingo. A lo largo de nues- el efecto acelerador del capitalismo
tra breve historia sobre el pequeño salvaje. Obviamente estas no son
planeta que ocupamos se conside- tareas que corresponden a la crimi-
raron naturales demasiados pro- nología, sino a la humanidad toda,
ductos culturales –como la esclavi- pero sí es algo sobre lo que ésta
tud o las jerarquías racistas– y, en debe alertar.
284
¿Por qué?

Cuando los criminólogos ba- segmento jurídico –o cuando estos


jamos de la cátedra y tomamos el faltan a su tarea–, el poder punitivo
colectivo en la esquina somos seres estalla en masacres, cuyos autores
humanos que votamos por alguien, son precisamente los que según
nos afiliamos a un partido o a un el discurso tienen la función de
sindicato, participamos en una pro- prevenirlas. (Si no lo controlás nos
testa, nos asociamos a la protección hace bolsa, observaría el sociólogo
de animales, discutimos el par- de la esquina.)
tido del domingo, etc., o sea, nos Por eso creemos firmemente que
integramos a la dinámica social y el jurista –el penalista, no el crimi-
–aunque sea por un acto de fe– su- nólogo– debe dejar de lado las ra-
ponemos que ésta nos llevará a una cionalizaciones con las que preten-
sociedad un poco mejor, capaz de de explicar la pena, para aceptar que
neutralizar un día nuestra neurosis esta responde a un contenido irra-
civilizatoria asentada sobre el tiem- cional –la venganza– y, por lo tanto,
po lineal y la venganza. su primordial y casi única función
Pero mientras tanto –y como cri- sería la de contenerla, con lo cual
minólogos– tenemos algunas tareas llegaríamos a una política crimino-
para el hogar: en principio, llamar lógica que responda a la invitación a
la atención sobre la necesidad de la cautela del viejo Spee.
preservar los espacios de libertad El saber de los juristas recupe-
social indispensable para la diná- raría de este modo una jerarquía y
mica social, es decir, para el cambio dignidad que va perdiendo a me-
que permita esa sociedad mejor. Y, dida que busca desesperadamente
además, trabajar sobre la prevención ceñirse a una técnica políticamente
especial de las masacres. desteñida. (El sociólogo de la esqui-
Para estas tareas para el hogar na se enojaría: ¿Nos vieron la cara
contamos con unas cuantas pistas esos chabones? Si eso no es política,
que nos proporcionan las últimas ¿qué es? –aquí intercalaría una pa-
palabras de la academia y otras pa- labra que omito– . Dale, que no na-
labras provenientes de la psicología cimos ayer.)
y de la etnología, que hemos men- El derecho penal concebido
cionado antes. como contención jurídica de las
En principio, hemos verificado pulsiones vindicativas del poder
que los sistemas penales canalizan punitivo y, por tanto, como garan-
la violencia vindicativa, pero tam- tía del estado de derecho, asumiría
bién que cuando ese mismo poder en el momento político un papel
rompe los diques de contención equivalente al del derecho humani-
que le oponen los operadores del tario en el momento bélico; ambos
285
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

286
¿Por qué?

287
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

servirían para contener un factum: lindo, pero si no se pone un poco de


a la guerra el derecho internacional orden se corre el riesgo de que cada
humanitario y al poder punitivo el uno quiera juzgar al vecino.
derecho penal. (Obviamente, todo Pero hay algo más importante.
en la medida de su limitado poder Cuando el criminal contra la hu-
de contención.) manidad no es sometido a un juicio,
Debido a esta característica del queda en los hechos sometido a una
poder punitivo es que no podemos condición de no persona. Si alguien
creer que este mismo poder sea ca- le da muerte, un tribunal imparcial
paz de prevenir las masacres, pues no podría condenar al homicida o
sería como poner al zorro al cuida- ejecutor. Esto se ha visto en los po-
do del gallinero. cos casos en que ha sucedido: así, en
El poder punitivo, por el hecho la muerte de Mussolini y sus acom-
de internacionalizarse, no pierde su pañantes, en que la justicia cerró el
carácter selectivo, sino que, por el caso fantaseando que fue un acto de
contrario, hasta parece que se acen- guerra, o en el caso del joven arme-
túa aún más. Ante los tribunales nio ejecutor de Talât, en que el tri-
internacionales comparecen sólo bunal alemán inventó que era inim-
algunos que perdieron el poder en putable. (El internacionalista sigue
estados periféricos y las grandes reflexionando: Claro, cualquiera lo
potencias ya no los necesitan. (El barre y los jueces no pueden decir
internacionalista del café, que lee nada, se quedan pintados.)
todo el diario, observa: Sí, algún El derecho que no juzga al cri-
negro del África va allí. Y mirá lo minal contra la humanidad pier-
que hicieron con el Sadam ese. ¿Y el de fuerza ética y, aunque ninguna
otro? ¿Cómo se llama? El Bin Laden sentencia lo diga y las pocas que
ese. ¿Qué pasó? Se metieron en la hubo lo disimulen con inventos,
casa de al lado, lo hicieron pelota y debe reconocer que la impunidad
nadie dijo nada.) lo dejó en condición de no persona.
De cualquier manera, el poder Al juzgarlo con las debidas garan-
punitivo internacionalizado cum- tías, el derecho se reivindica y lo
ple funciones útiles, tanto prácticas restaura en la condición de la que
como teóricas. En lo práctico sirve el propio genocida salió por efecto
para evitar un posible caos por des- de su crimen.
control del principio universal, se- Pero con esto no se previenen
gún el cual cualquier estado puede las masacres y, por lo tanto, la cri-
juzgar un crimen contra la humani- minología debe enfrentarse al tema
dad, aunque no se haya producido olvidado, al detalle que dejó en el
en su territorio. El principio es muy tintero, que son los más de cien mi-
288
¿Por qué?

llones de muertos del siglo pasado. una patología institucional, pero


En principio, dado que las ma- lo cierto es que desde los siglos XI
sacres se anuncian con técnicas de y XII hasta el presente, siempre
neutralización de valores, la crimi- puso de manifiesto su tendencia a
nología debe abandonar su increíble descontrolarse con el pretexto de
pretensión aséptica para entrar al combatir enemigos que generan
campo de la crítica de las ideologías, emergencias de inminente riesgo
con el objeto de analizar las palabras para la humanidad y frente a las
y establecer cuándo estas constitu- que nunca hizo nada eficaz. Lle-
yen una técnica de preparación de vamos ochocientos años creando
masacres mediante discursos vindi- enemigos, erigiendo chivos expia-
cativos, incluso penales y crimino- torios y cometiendo masacres.
lógicos. Todos los días, con las dis- Desde la segunda mitad del siglo
criminaciones, se lanzan semillas de pasado queda claro para la crimi-
masacres que, por suerte, no brotan. nología que el poder punitivo –con
No es sencillo para un saber que su estructural selectividad– crimi-
ha querido presentarse como neu- naliza a unas pocas personas y las
tro, por creer que eso es condición usa para proyectarse como neutra-
de lo científico, cuando en realidad lizador de la maldad social.
es la renuncia al conocimiento de la Se presenta como el poder ra-
dimensión de poder del saber. cional que encierra la irraciona-
Si bien el primer signo lo dan las lidad en prisiones y manicomios.
técnicas de neutralización, dado que Ataviado de este modo, canaliza
se sabe que el agente de las masa- las pulsiones de venganza, lo que
cres es el poder punitivo, es claro le proporciona una formidable efi-
que además la criminología debe cacia política, que no se explica por
ocuparse de observar muy de cerca circunstancias coyunturales, pues
el ejercicio de este poder y en par- se mantiene inalterada a lo largo de
ticular las prácticas de sus agencias la historia del poder punitivo esta-
ejecutivas. tal e incluso pre-estatal.
Es duro aceptar que nunca se Al enemigo que en ocasiones de-
había reconocido que el agente de viene chivo expiatorio, lo construye
las masacres es el mismo al que su- una agencia empresaria moral que
puestamente se le encarga la pre- hegemoniza el discurso punitivo y
vención de los homicidios, pese a el poder masacrador, hasta que otra
que siempre estuvo muy a la vista. agencia se lo disputa, comenzando
La participación de las agen- por negar el riesgo y la peligrosidad
cias ejecutivas del poder punitivo del enemigo construido por la ante-
en las masacres se consideró como rior, pero para construir otro, como
289
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

el verdadero o nuevo peligro gene- Como se pretende que un mal


rador de otra emergencia y de otro gravísimo está a punto de hacernos
posible chivo expiatorio. desaparecer, todo lo que se haga es
Si la inquisición romana contra policial, nada debe obstaculizar la
las brujas decayó reemplazada por supuesta tarea salvadora; contra el
su nueva orientación contra los re- enemigo vale todo, si se comete al-
formados, fue porque la corporación gún error o algún exceso es discul-
jesuita reemplazó a la dominica. pable porque pasa en todas las gue-
Entre la hegemonía decadente rras; aunque se haga el mayor es-
de una agencia y el ascenso de la si- fuerzo, los errores son inevitables y
guiente (en el momento de la crítica en el fragor de la lucha, no se puede
discursiva practicada para debilitar contener del todo a los muchachos.
a la anterior), se abre una brecha Se quiebra la diferencia entre
por la que avanza secularmente el el poder punitivo y la coerción di-
discurso crítico del poder punitivo, recta administrativa, toda violen-
o sea, el derecho penal de conten- cia para desbaratar al enemigo se
ción o reducción, que va instalando vuelve legítima por vía de la pre-
el consiguiente estado de derecho tendida necesidad o de la legítima
en lo político. defensa. Este es el discurso legiti-
Suele llamarse al primero dere- mante de la tortura propio de la
cho penal autoritario y al segundo ideología de la seguridad nacional
derecho penal liberal, aunque estas en el sur de América hace treinta
denominaciones corresponden a años y en el norte hoy: anulada la
siglos muy posteriores al inicio de diferencia entre poder punitivo y
este movimiento pendular. coerción directa, resulta lo mismo
Pese a que el poder punitivo torcerle el brazo a un sujeto o pro-
descontrolado renueva siempre la pinarle una bofetada o una trom-
misma estructura discursiva –que pada para que suelte a la víctima
es la originaria del Malleus malefi- que está estrangulando que orga-
carum–, su contenido varía por en- nizar y planificar el sometimiento
tero según el enemigo elegido, aun- a tortura de un miembro de una
que invariablemente reduce todo el banda o de un grupo político vio-
poder jurídico a coerción directa lento para desbaratarlo.
(derecho administrativo), pues se El derecho penal de contención,
supone que se bate contra un pro- por su parte, también tiene desde
ceso lesivo en curso y sus penas son sus orígenes la misma estructura
todas formas de coerción directa o discursiva, que es la de la Cautio
ejercicio de poder de policía admi- criminalis de Spee, sólo que –a di-
nistrativo. ferencia del inquisitorial– sus con-
290
¿Por qué?

tenidos no cambian, sino que au- cindible por no ser culturalmente


mentan y se perfeccionan con las admisibles los otros modelos.
sucesivas experiencias de crítica a Esto significa que la política
las pulsiones policiales y de capi- criminal que impera en el mundo
talización de la experiencia de las necesita un urgente giro en sentido
masacres pasadas. inverso para convertirse en factor
Las garantías no son inventos que quiebre el alto nivel de conflic-
para encubrir criminales –como tividad o, por lo menos, que desde
pretende la criminología mediáti- la periferia no podemos plegarnos y
ca–, sino resultado de las anteriores copiarla en la forma suicida en que
experiencias masacradoras de los lo hace la criminología mediática.
estados policiales. La desintegración provocada
Cuando el poder punitivo se por la conflictividad puede neutra-
descontrola, el fenómeno pasa di- lizarse de dos modos: potenciando
rectamente a la teoría política, por- los modelos eficaces de solución
que surge el estado de policía con de los conflictos, lo que reforzaría
tendencia al absolutismo. la cohesión social, o bien con el sa-
La política criminal que cunde crificio de la víctima expiatoria, es
por el mundo, inspirada en el llama- decir, con la masacre. Si se quiere
do neopunitivismo de las adminis- evitar esta última, es obvio que se
traciones republicanas de Estados impone fortalecer su alternativa y
Unidos y promovida por la crimi- lo más contraindicado es potenciar
nología mediática, oculta el hecho el poder punitivo, o sea, acelerar el
conocido de que el poder punitivo camino hacia la masacre.
sin contención pasa de canalizador Los juristas suelen disculparse
a ejecutor de la propia venganza y, argumentando que nada pueden
por ende, al aniquilamiento de la hacer frente al poder y que es mejor
víctima expiatoria. buscar refugio en lo pragmático.
En consecuencia, la primera Esta objeción subestima el poder
medida para una adecuada preven- del discurso, que es precisamente
ción secundaria de la conflictividad el que los juristas no deben ceder.
que deriva en violencia difusa con- Con el discurso se ejerce poder,
sistiría en agotar las posibilidades como siempre lo supieron todos
de los modelos de solución efectiva los dictadores, pues de lo contrario
de conflictos (como los reparado- no habrían existido las censuras. Si
res, restitutivos, terapéuticos y con- bien no es el mismo poder del que
ciliadores, entre otros), limitando disponen las agencias ejecutivas del
la aplicación del modelo punitivo a sistema penal, lo cierto es que éstas,
los pocos casos en que sea impres- sin el discurso, quedan deslegiti-
291
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

madas y, en definitiva, el poder sin motivar los comportamientos violen-


discurso, aunque puede causar gra- tos y motivar los menos violentos.
ve daño antes de derrumbarse, no Sin duda esta es una tarea teó-
se sostiene mucho tiempo. rica, pero también práctica y mi-
No me canso de repetir las pa- litante, pues debe hacer llegar sus
labras de André Glucksman: ¿Qué conocimientos a todos los estamen-
necesitan hoy los que suben al poder tos comprometidos en el funciona-
aparte de una buena tropa, aguar- miento del sistema penal.
diente y salchichón? Necesitan el Si no logra convencerlos, por
texto. Si el penalismo en masa les lo menos les provocará mala con-
quitase el texto, la incitación públi- ciencia y ya nunca serán perpe-
ca a la venganza quedaría reducida tradores ingenuos de masacres.
a lo que es: pura publicidad mediá- La plena conciencia de ilicitud y
tica empeñada en destruir hasta sus atrocidad siempre es un gran fac-
raíces todo intento de resurgimiento tor preventivo, teniendo en cuenta
del estado social, pero con las limita- que los cadáveres vuelven y que, en
ciones que reconoce la publicidad de muchísimas ocasiones –diría que
cualquier producto comercial. en la mayoría–, la masacre nunca
Sintetizando, creemos que la fue buen negocio para el grupo de
contribución de la criminología a poder que la decidió y menos aún
la prevención de las masacres debe para los instrumentos humanos de
consistir en: (a) el análisis crítico de los que se valió.
los textos sospechados de ocultar Frente a las masacres, la cri-
técnicas de neutralización; (b) es- minología pasó por dos etapas: la
tudiar los efectos de la habilitación primera fue de legitimación de las
irresponsable del poder punitivo y masacres, con el reduccionismo
advertir sobre sus riesgos a los juris- biológico y los disimulos posterio-
tas y a los políticos; (c) investigar la res, en la que vio los cadáveres y
realidad violenta aplicando las técni- los consideró normales. Luego pasó
cas propias de la investigación social por la negacionista por omisión, en
de campo para (d) neutralizar con la que no se ocupó del tema; en ésta
los datos reales la criminología me- los cadáveres fueron enmudecidos.
diática, y (e) adquirir práctica comu- Esa etapa llega a su fin, pues ya es
nicacional mediática para desnudar insostenible en el mundo contem-
públicamente su causalidad mágica. poráneo. Está comenzando una ter-
Por último (f), debe analizar las con- cera etapa, que es la que llamo de la
flictividades violentas en todas sus criminología cautelar.
particularidades locales, con el fin de Designamos así a la criminolo-
señalar la vía más adecuada para des- gía que proporcione la información
292
¿Por qué?

necesaria y alerte acerca del riesgo Creemos que de este modo se


de desborde del poder punitivo sus- desarticula la oración fúnebre –con
ceptible de derivar en una masacre. mucha frecuencia reiterada por los
No se trata de una criminología defensores de la paz burocrática– a
abolicionista, pues como hemos la criminología crítica del siglo pa-
dicho, eso implica un proyecto de sado. No es verdad que haya muer-
nueva sociedad que los criminólo- to, está más viva que nunca y goza
gos no estamos en condiciones de de muy buena salud, sólo que con
formular, al menos en el rol de tales. ella se cerró la criminología nega-
Se trata sólo de una criminolo- cionista, como paso previo indis-
gía de la prudencia, de la cautela, pensable para abrir la cautelar.
como lo indicaba el jesuita Spee. En La crítica criminológica no se
definitiva, tampoco hoy sabemos a cayó con el Muro de Berlín, sino
ciencia cierta si las brujas existen, que esa caída dejó al descubierto
pero por lo menos podemos asegu- otros muros, las tentativas de erigir
rar –al igual que Spee– que no co- nuevos y las dificultades que provo-
nocemos a ninguna. Esto nos lleva can quienes los saltan.
necesariamente a la contención y Estamos marchando más allá de
cautela en el uso de un poder que la crítica, pero a través de ésta. Los
siempre tiende a expandirse y aca- pacíficos burócratas negacionistas
bar en una masacre. tendrían más motivos de inquietud,
La criminología cautelar de- porque la crítica que planteamos es
mandará un nuevo marco teórico, mucho más realista y desnuda ries-
pues para superar el negacionismo gos muchísimo mayores.
y llegar a la cautela es necesario que La criminología cautelar pro-
reconozca que el poder masacrador porcionará al derecho penal la in-
y el punitivo tienen la misma esen- formación necesaria para su fun-
cia –la venganza– y, más aún, que la ción de contención del poder puni-
masacre es el resultado del funcio- tivo y arruinaría la frecuente cele-
namiento del mismo poder puniti- bración de la racionalidad jurídica
vo cuando logra hacer saltar por los por el derecho penal legitimante del
aires la contención jurídica. poder punitivo, pues no puede me-
Su tarea será la de desarrollar nos que pedir que bajen las copas
los instrumentos para investigar de esos brindis.
y determinar lo más precozmente La misión del criminólogo cau-
posible los signos de esta ruptura telar no será nada simpática: es
de límites de contención y las con- siempre tétrico andar por la morgue
diciones ambientales de esta tene- levantando sábanas y mostrando
brosa posibilidad. cadáveres producidos por el poder
293
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

punitivo, pero mucho peor es negar lar, debemos comenzar por analizar
su existencia y, además, es suicida el funcionamiento del aparato de
hacerlo cuando en cualquier mo- poder punitivo, o sea del sistema pe-
mento puede ser uno mismo el que nal, y desde sus características des-
quede debajo de la sábana. tacar los puntos de mayor riesgo de
Para adentrarnos mínimamente desborde y las modalidades que éste
en un esbozo de criminología caute- puede asumir.

294
El aparato canalizador
de venganza

E l sistema penal es el aparato que


regula el poder punitivo ope-
rando el sistema de canalización de
depende que ésta se contenga con
cautela, condicionando la preven-
ción de masacres y, eventualmente,
la venganza. De su funcionamiento el propio destino de nuestra especie.
295
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Pese a la experiencia milenaria las internacionales (especializadas en


del poder punitivo y de las reitera- los niveles mundial o regional) y las
das masacres como una sucesión de trasnacionales (que influyen especí-
pulsiones entre la venganza y el po- ficamente sobre los gobiernos desde
der de contención jurídica, cuesta otros gobiernos). (b) Las inespecíficas
esfuerzo tomar conciencia de que la son los poderes legislativos y ejecu-
sustancia del poder masacrador es tivos, los partidos políticos y, sobre
la misma que contenemos jurídica- todo, los medios masivos de comu-
mente en el sistema penal, porque nicación social (o aparato de publici-
nos han colonizado mentalmente dad del sistema penal).
–en especial en las facultades de Es obvio que los sistemas pena-
derecho– mostrándonos el sistema les de los distintos países presentan
penal como un instrumento de la notorias diferencias, lo que también
justicia, cuando en verdad a la po- sucede dentro de los países con or-
bre justicia el sistema penal le rom- ganización federal.
pe la balanza y, aprovechando que Aquí nos referiremos funda-
es ciega, le hace dar sablazos hacia mentalmente a la experiencia re-
donde quiere. gional latinoamericana, que si bien
Subrayado esto, veamos ahora no difiere en cuanto a sus carac-
cómo opera el conjunto de agencias teres estructurales de los sistemas
que deciden el ejercicio del poder penales de otras latitudes, sus aris-
punitivo, o sea, el sistema penal. tas suelen ser más violentas que
Las agencias del sistema penal las centrales, pues corresponden a
son específicas o inespecíficas según sociedades más estratificadas. Eso
se ocupen sólo o predominantemen- hace que el estudio de nuestros sis-
te del ejercicio de este poder, o bien temas penales arroje luz sobre los
incidan en él en el marco de una in- centrales, pues en ellos es por lo ge-
cumbencia más amplia. (a) Las espe- neral más difícil detectar las semi-
cíficas son las ejecutoras o policiales llas de masacres.
(incluyendo todas las policías y, por Todos los sistemas penales pre-
supuesto, los servicios de inteligencia sentan dos características estruc-
de los estados), las judiciales penales turales: sus agencias son compar-
(incluyendo a jueces, fiscales, defen- timentalizadas y cada una de ellas
sores, abogados y funcionarios admi- tiene un doble discurso.
nistrativos), las penitenciarias, las de La compartimentación hace que
reproducción ideológica (universida- carezcan de una dirección común,
des, institutos de investigación espe- incluso cada una depende de una au-
cializados), las organizaciones no gu- toridad diferente. El conjunto es algo
bernamentales (dedicadas al tema), así como una orquesta sin director
296
El aparato canalizador de venganza

(o con muchos directores) o una fá- plio sentido de la expresión (servi-


brica en la que cada sección tiene su cios de inteligencia, aduanera, ban-
propia gerencia general y su propio caria, de fronteras, tributaria, etc.).
control de calidad del producto. Na- Las otras agencias influyen so-
die es responsable del producto final; bre éstas, las limitan o las impul-
por el contrario, suelen imputárselo san, pero no ejercen directamente
recíprocamente. el poder punitivo. Los jueces y fis-
Tomando de Merton la idea de cales no salen a la calle a buscar
fines manifiestos y latentes, diría- delincuentes, sino que las policías
mos que los fines manifiestos se ar- seleccionan para ellos a los candi-
ticulan en un discurso público (mo- datos a condenados.
ralizante para la policía, de justicia Pero hay otra razón más fuerte
para los jueces, resocializador para para señalar a las agencias policia-
lo penitenciario, de información les como las que ejercen ese poder:
para los medios masivos, de bien en el aspecto del poder punitivo que
común para los poderes legislativos tiene verdadera importancia, los
y ejecutivos, etc.). Los fines latentes jueces no tienen injerencia alguna.
se esconden en discursos hacia el Contra lo que se piensa, el po-
interior de las propias agencias, que der punitivo de criminalización
procuran mayor autonomía en el secundaria no tiene mucha im-
caso de la policía, mejor infraestruc- portancia, porque recae sobre un
tura y estabilidad burocrática en lo número de personas muy reducido
judicial, orden interno y seguridad (en la media mundial poco más de
preventiva de fugas y motines para un uno por mil) y que está com-
lo penitenciario, de rating y sintonía puesto por algunos psicópatas y
con intereses corporativos más am- muchos ladrones bobos.
plio para los medios masivos, elec- Puede objetarse que hay algún
torales para los políticos, etc. preso VIP, pero si analizamos cada
uno de esos rarísimos casos, des-
cubriremos que cayó bajo el poder
El poder punitivo punitivo porque peleó con otro
lo ejercen poderoso, perdió y le fue retirada
las agencias ejecutivas la cobertura. Además, para preser-
varle la vida debe dársele un trato

T odas las agencias del sistema


penal inciden sobre el poder
punitivo, pero no todas lo ejercen.
carcelario especial, lo que revela
que la prisión no está destinada a
él. Por último, la criminología me-
Las que realmente ejercen el poder diática lo exhibe como la contraca-
punitivo son las policiales, en el am- ra del self made man, para proyec-
297
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

tar una imagen social igualitaria y que van camino de la inseguridad


con movilidad vertical: así como más absoluta al caer en manos de
el lustrabotas pudo llegar a gerente un estado gendarme neoestalinista,
de banco, el poderoso pudo acabar al que le son indispensables los la-
en la cárcel. Son casos publicitarios drones bobos y algunos psicópatas
plurifuncionales. asesinos; si no los hubiese, tendría
También puede observarse que que inventarlos y sin duda lo haría,
hay masacradores presos, pero cuan- pues su máquina burocrática no se
do perdieron el poder y los que se dejaría morir de inanición.
sirvieron de ellos les retiraron la co- Para el poder es mucho más
bertura porque ya no les fueron úti- importante que criminalizar a un
les –o les resultaban contaminantes– ladronzuelo saber dónde vamos,
y los libraron al poder punitivo. con quién hablamos, qué libros
Lo políticamente importante leemos, qué filmes y obras de tea-
del poder punitivo es la vigilancia tro vemos, con qué bancos opera-
que las agencias ejecutivas ejercen mos, qué amantes tenemos, etc.,
sobre todos los que andamos sueltos. porque todo eso es tanto material
Hoy el estado sabe más de cada uno de control como de eventual ex-
de nosotros que nosotros mismos. torsión. Y este poder se le escapa
La capacidad de almacenamiento de las manos al propio estado, se
y cruce de datos es inmensa y, por privatiza. Se expanden las bases
tanto, yo no sé cuántos metros cú- de datos personales manejadas por
bicos de gas consumo, pero el esta- corporaciones que pasan a ser ver-
do puede tocar un botón y saberlo. daderos servicios de inteligencia
No nos ocuparemos aquí del privados.
poder de vigilancia en toda su di- La información no queda en
mensión –lo resaltó Foucault hace manos estatales, sino de corpora-
cuarenta años–, pero lo cierto es ciones. Cada paso que damos es
que esos pocos ladrones tontos y registrado por alguien. Las cáma-
los aislados psicópatas son los que ras nos filman constantemente y se
legitiman nuestro sometimiento a venden los registros, las llamadas
crecientes medidas de control. telefónicas son anotadas, las com-
En comparación con los con- pras también, la moneda plástica
troles a los que estaban sometidos nos controla, el enorme aparataje
nuestros abuelos, nos van quedan- de registros aumenta en sofistica-
do cada vez menos espacios sin vi- ción y en descontrol de su empleo,
gilancia. Compartimos la vida con la privacidad desaparece.
personas que se sienten seguras con Espías eran los de antes. Hoy,
más controles, y no se dan cuenta de esa profesión está desprestigiada
298
El aparato canalizador de venganza

porque todos nos espían. Nos delei- A medida que avanzaba el siglo
tamos con programas de televisión XX, este modelo de policía asumió
que muestran hasta las conductas formas más complejas como resul-
más íntimas, pero no sabemos si nos tado de los movimientos de amplia-
contemplan cuando vamos al baño, ción de ciudadanía. No obstante, se
y si lo supiésemos no descarto que mantuvo con variables más o me-
alguien se alegraría por considerar- nos técnicas y acomodándose a las
se a salvo de los homicidas seriales nuevas condiciones sociales.
que muestra la ficción televisiva. Lo cierto es que en la región
Ignoro hacia dónde conduce hasta el momento no existe un
esta creciente invasión de la pri- modelo propio de policía, demo-
vacidad. ¿Vamos hacia una nueva crático y adecuado a nuestras so-
ética? ¿Veremos con naturalidad lo ciedades y necesidades. Sobrevi-
que hace cualquiera en su dormito- ven prácticas del siglo XIX junto a
rio o en su baño? ¿No quedará acto segmentos tecnificados y algunas
privado alguno? ¿Nos dejará de im- iniciativas ordenadoras, pero sin
portar eso? Excede mi imaginación dejar el esquema jerarquizado mi-
esta perspectiva. Pero sigamos. litarizado, todo complicado con
En América Latina hemos co- los innumerables tráficos globali-
piado la Constitución de Estados zados y manifestaciones de crimi-
Unidos, pero no el modelo de po- nalidad económica.
licía comunitaria norteamericano, El descuido de las policías indica
sino el borbónico de ocupación te- un bajo nivel de inteligencia políti-
rritorial con orden militarizado, es ca de la dirigencia, que se confor-
decir que no hemos salido mucho mó con emparchar su organización
del modelo colonialista. a medida que fueron chocando con
En el siglo XIX, cuando nues- inconvenientes insoslayables.
tros países se organizaron más o Por lo general, los políticos no
menos precariamente, las autori- tienen una idea clara de la cuestión
dades políticas pactaron con las policial, lo que es grave, pues no
agencias policiales la concesión de hay país sin policía, puesto que es
áreas de recaudación autónoma a una institución imprescindible en
cambio del control de las mayorías la vida social moderna y su descui-
como garantía de gobernabilidad, do señala una falla de imprevisibles
sin ocuparse de los medios de los consecuencias políticas generales.
que éstas se valían, habilitando Recordemos que Spee responsabili-
toda forma de violencia, siempre zaba a los príncipes, porque no con-
que recayese sobre las clases subal- trolaban lo que hacían sus funcio-
ternas y los disidentes. narios. En realidad no los contro-
299
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

300
301
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

laban porque les eran funcionales, mentos políticos.


pero el modelo del siglo XIX hace Además, el modelo vigente per-
tiempo que dejó de ser funcional mite una violencia que por mo-
para nuestras democracias, porque mentos alcanza límites de masacre:
es incapaz de hacer frente a las nue- las ejecuciones sin proceso disfra-
vas formas de tráficos e incluso al zadas de enfrentamientos son una
delito convencional y porque posi- realidad policial, las detenciones
bilita golpes de estado. sin otro objetivo que hacer estadís-
La desconfianza de la población tica sólo reafirman la imagen ne-
repercute en el esclarecimiento de gativa, el afán por mostrar eficacia
los delitos, pues da lugar a la re- lleva a la tortura y a la fabricación
sistencia a denunciar, a proporcio- de hechos, que pueden ir desde la
nar información y a testimoniar. imputación a un inocente vulnera-
Es un modelo suicida, que sirvió ble hasta celadas en que ejecutan a
para una sociedad estratificada y varias personas. Todo depende del
oligárquica, pero que hoy destruye grado de deterioro institucional
una institución necesaria, porque que se haya alcanzado.
va anulando su función manifies- Pero este modelo no sólo lleva a
ta, pierde eficacia preventiva, se le una clarísima violación de los dere-
descontrolan los mandos medios, chos humanos de los más vulnera-
no es posible el control interno bles de la sociedad, sino que tam-
cuando excede cierta dimensión, el bién lesiona los derechos humanos
reclutamiento indiscriminado no del propio personal policial, que su-
hace más que aumentar los males, fre pésimas condiciones de trabajo.
la imagen del estado se deteriora y Además de la precariedad sala-
cunde el desengaño. rial y el escaso entrenamiento, se lo
Cuando las situaciones de vio- somete a un régimen disciplinario
lencia se vuelven insostenibles por militarizado que en la práctica no
la repercusión pública y no basta es más que un verticalismo autori-
con entregar a algún ejecutor, el tario y arbitrario. Cuando un hecho
político releva las cúpulas, pero el violento repercute sobre la imagen
modelo continúa vigente y se re- pública policial se lo entrega a la
produce. justicia penal. Se lo dota de un ar-
La criminología mediática os- mamento precario que sin escala
cila: en ocasiones se hace eco del intermedia pasa de las manos a un
discurso policial que atribuye el arma de fuego letal. En esas condi-
fracaso a las garantías penales y en ciones se lo coloca en situaciones
otras lo atribuye a la corrupción o de riesgo, siendo amenazado por la
ineficacia policial, según los mo- violencia social y por la arbitrarie-
302
El aparato canalizador de venganza

dad de sus superiores. empíricas y bravas, hoy los políticos


Dejando de lado la moralina van quedando presos de un poder
y desdramatizando la realidad, lo policial que amenaza su estabilidad:
cierto es que la recaudación autó- las policías autonomizadas protago-
noma del modelo no se reparte con nizan y precipitan nuevas formas de
equidad, pues se difunde en forma golpes de estado.
de pirámide invertida, o sea, que la Basta con que ejecuten a varias
mayor parte se destina a las cúpulas. personas, simulen hechos o arro-
Por tanto, esa recaudación cumple jen algunos cadáveres a la calle,
muy poca función social interna. todo debidamente presentado por
Esta particularidad hace que las los empresarios de la comunica-
cúpulas se resistan a cualquier for- ción masiva y aprovechado por
ma de sindicalización del personal algún sector político como signo
policial, que desnudaría su injusta de caos, para que se produzca una
distribución. En consecuencia, el zozobra social capaz de arrastrar a
personal policial no tiene las mí- un gobernante.
nimas garantías laborales de cual- Para colmo de males, se ha pro-
quier otro trabajador, sus peticiones fundizado la llamada privatización
colectivas debe formularlas anóni- de la seguridad, con empresas que
mamente, a veces encapuchados, superan la capacidad de la policía
respondiendo a un medio masivo estatal. Cuando los controles no
pero de espaldas a la cámara. Esto son rígidos, éstas pueden derivar
conspira seriamente contra el creci- en actividades cercanas al pago de
miento de la conciencia profesional. protección. No es raro que las epi-
Imaginemos qué sucedería si a los demias de ciertos delitos o de su
docentes se les impidiera la sindica- frecuencia en ciertas zonas, con-
lización y sólo pudiesen hablar en venientemente publicitados por la
su nombre los ministros de educa- criminología mediática, obedezcan
ción. Es natural que no se otorgue a la creación de una demanda de
al personal policial el derecho de servicios privados de seguridad.
huelga, como en todos los servicios Existe otra funcionalidad preocu-
de primera necesidad, pero no por pante de este modelo policial suicida,
eso se niega al personal de esos ser- que es la que se le asigna en el control
vicios el derecho a sindicalizarse. de la exclusión social.
A diferencia de los tiempos de El excluido urbano es un pro-
las repúblicas oligárquicas, cu- ducto potenciado por el irresponsa-
yas clases dirigentes disponían de ble festival de mercado de las últi-
reaseguros militares y no corrían mas décadas del siglo pasado. Se di-
ningún riesgo frente a sus policías ferencia del explotado porque éste
303
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

es parte de un sistema, en tanto que dos que es en parte bastante aná-


el excluido es un humano descarta- logo al deterioro por criminaliza-
ble, que se agolpa en las periferias ción. La persona es sumergida en
urbanas y que de alguna manera es un medio con discursos contradic-
necesario controlar. torios y en una función a la que se
Algunos creen que los excluidos asocia de inmediato un estereotipo
serán controlados por los cosacos negativo, resultado de la deforma-
del zar que rodearán las zonas de ción provocada por el propio mo-
viviendas precarias de nuestra re- delo en la población.
gión, sin caer en la cuenta de que El estereotipo dominante del
ya no hay más cosacos ni zares. Por policía no es nada positivo, en par-
otra parte, los pueblos jóvenes pe- ticular en las clases medias. Éstas
ruanos, las favelas brasileñas y las lo perciben como alguien no con-
villas miseria argentinas, no son fiable, vivo, astuto, que personifica
más que versiones folklóricas de un poder no limpio, con caracteres
un fenómeno mundial producido machistas, violentos y en nuestra
por la nueva concentración urba- región, por añadidura, corrupto.
na: la ONU indicaba en 2003 que Si el modelo ha deteriorado
mil millones de personas viven en mucho la institución policial, bas-
slums y se calcula que al actual rit- ta mencionar la función para que
mo de crecimiento en 2030 serán por asociación salte la idea de co-
dos mil millones, o sea que, en todo rrupción. Nada tiene que ver que la
el mundo, los partidarios del estado persona sea correcta o no, pues el
gendarme tienen territorialmente estereotipo la ensucia. Hay un ellos
ubicado al enemigo para empren- de los policías como lo hay de los
der sus guerras. jóvenes y adolescentes de los ba-
El modelo de policía de ocupa- rrios marginales: no importa que
ción territorial se refuerza a veces en cometa o no actos de corrupción,
función de defraudaciones, como porque en todo caso pertenece a un
los millones de dólares que le paga ellos sustancializado que provoca
México a Giuliani para que le ense- una prohibición de coalición.
ñe a desarticular sus barrios preca- No es necesario apelar al ejem-
rios ancestrales, como Tepito. plo del policía negro en los subur-
Cuando observamos atenta- bios neoyorquinos, sino que en
mente la composición del personal América Latina padecen muchí-
policial, vemos que en particular el simos policías una suerte de aisla-
de menor nivel es seleccionado de miento social, cuando no de recha-
las capas sociales más humildes y zo, sin que esto dependa para nada
entrenado en un proceso de mie- de su comportamiento personal,
304
El aparato canalizador de venganza

sino del estereotipo alimentado por del simbólico sepelio militar funcio-
el modelo institucional suicida tole- nal a la imagen bélica y a la pasajera
rado por una política insensata. manipulación mediática.
Este fenómeno, que puede neu- Como el estereotipo se intro-
tralizarse en buena medida respec- yecta, no es difícil que en muchos
to de la oficialidad, lo sufre más casos –y como por lo general se
fuertemente el llamado personal de trata de jóvenes– esta internaliza-
tropa, que es el que está en contacto ción la faciliten algunas caracterís-
con la misma población de la que ticas de omnipotencia que de este
se selecciona a los criminalizados modo se extreman.
y victimizados con los que debe Sinceramente, me resulta muy
convivir como resultado de su per- difícil determinar si este modelo
tenencia al mismo segmento social conduce a una violación de dere-
y al mismo vecindario. chos humanos más grave en los cri-
No es el mejor estado psicoló- minalizados que en los policizados;
gico el de un funcionario con con- no sé de qué lado opera con mayor
diciones precarias de trabajo, que crueldad el modelo. Cuanto más
desarrolla actividades riesgosas, y deteriorada esté la institución poli-
que está sometido a la arbitrarie- cial en un país como resultado de la
dad sancionadora y al aislamiento vigencia de este modelo, mayor será
provocado por una estigmatización el grado de deterioro que provoque
negativa estereotipada. en su personal y, por supuesto, me-
Si a eso sumamos las condicio- nor el grado de eficacia específica.
nes de estrés de la actividad laboral, Pero lo cierto es que así como
su salud física y mental no parece se selecciona a los criminalizados
estar a salvo de riesgos, pero la ins- y policizados, la victimización se
titución sólo suele ocuparse en se- reparte de igual modo selectivo
rio de su personal cuando sufre un sobre los segmentos más carencia-
accidente fatal de trabajo. Entonces dos de los barrios más peligrosos.
inmediatamente se organiza un se- Como no pueden pagar seguridad
pelio militar, mostrando al soldado privada, a veces quedan en manos
caído en la batalla. Cuando cual- de justicieros locales o de trafican-
quiera de los integrantes de otra tes que controlan el territorio, y en
agencia del sistema penal es víctima cualquier caso padecen las conse-
fatal de un hecho violento vincula- cuencias de un servicio de seguri-
do a su función, pasa a ser un héroe dad deteriorado y con personal en
y la publicidad es enorme; cuando el que no confían.
lo sufre un policía, es una noticia La vulnerabilidad victimizante
sin mayor trascendencia, más allá se reparte de modo tan desparejo
305
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

como la criminalizante y también ciencia de su situación, neutrali-


recae sobre personas de los mismos zando toda posibilidad de partici-
sectores sociales carenciados. pación política coherente.
Es frecuente que en las encues- Se trata de la forma más sutil y
tas acerca de la pena de muerte, al mismo tiempo brutal de control
los prejuicios racistas, el rechazo a social de la exclusión. Por cierto, la
inmigrantes y otros hagan que las criminología mediática no registra
posiciones más vindicativas se en- esos cadáveres, salvo cuando los
cuentren en los sectores sociales hechos son singularmente brutales,
más desfavorecidos. Es falso que entonces los muestra para reafir-
esto se deba –como algunos pre- mar la naturalización de los res-
tenden– al menor nivel de instruc- tantes cadáveres, atribuyéndolos al
ción; en realidad se debe a que son salvajismo propio del segmento so-
los que más sufren la victimización cial al que pertenecen y del que es
y la disputa con los recién llegados natural que emerjan los enemigos.
por los espacios públicos sanitarios, En definitiva las muertes entre
educativos, etc. personas de ese sector son la forma
El resultado es que criminaliza- de controlarlo, lo que es más fácil y
dos, victimizados y policizados se barato que someterlo a vigilancia y
seleccionan de los mismos sectores reprimirlo continuamente.
sociales. Los escuadrones de la muerte,
No nos cansaremos de insistir los justicieros barriales, las muertes
en que en los desajustes peligrosos por tóxicos o para eliminar com-
del sistema penal no suele haber petidores en su distribución o en el
conspiraciones, no se trata de má- mercado y la ejecución policial sin
quinas armadas por ningún genio proceso, como también la victimi-
maligno que las maneja con com- zación de los habitantes del propio
putadora desde un centro del mal, barrio y la de policías, son todos as-
sino de tendencias que se van dan- pectos funcionales a esta táctica de
do y que nadie detiene en la me- control de la exclusión social.
dida en que resultan funcionales a Esta serie de muertes configura
los diferentes intereses sectoriales. una masacre por goteo que, a dife-
Es algo así como: Mira lo que está rencia de las que hemos visto y que
sucediendo. Parece que nos convie- ocupan a los internacionalitas, no
ne, dejalo andar. En este caso es produce todas las muertes juntas,
muy funcional que los pobres se pero las van produciendo día a día.
maten entre ellos, pues mientras se Los números no se registran en la
entretienen en matarse no pueden contabilidad macabra que vimos,
coaligarse, dialogar ni tomar con- pero no por ello dejan de ser ma-
306
El aparato canalizador de venganza

sacres, aunque no preocupen a los legisladores habilitan ámbitos de


internacionalistas. arbitrio selectivo al poder punitivo
De cualquier manera, hay ca- sin saber sobre quién ni cuándo ha-
sos regionales de violencia extre- brá de recaer, en tanto que los jueces
ma que se fueron de las manos de no pueden hacer más que limitarse
quienes aceptaron como funcional a decidir en los procesos de crimi-
la producción de esos cadáveres, nalización secundaria que ponen
volviéndose muy disfuncionales. El en funcionamiento las policías.
ejemplo más claro de esto lo tene- En palabras más sencillas: en
mos en la violencia que padece hoy cada proceso de criminalización
México, donde la masacre por goteo secundaria los jueces disponen del
está derivando en una masacre or- semáforo que señala luz verde ha-
dinaria, con un número de cadá- bilitando la continuación del poder
veres muy alto. Esto reafirma que punitivo, luz roja que lo interrumpe
no hay nadie controlando todo con o luz amarilla, que lo detiene para
una computadora, sino que quienes pensar un rato. En cuanto al poder
permiten las masacres por goteo no punitivo con importancia política
calculan que pueden dejar de ser –poder de control–, los jueces no
útiles y que puede resultar muy di- tienen ninguna injerencia.
fícil controlarlas. En este sentido, la justicia penal,
Creemos que no es necesario ex- o sea, el aparato conformado por los
plicar más para darnos cuenta de lo jueces de todas las instancias pena-
urgente que es definir nuevos mo- les, los fiscales y los abogados defen-
delos policiales, si es que se quieren sores, con el consiguiente equipo
prevenir nuevas masacres y detener administrativo, tienen un impor-
las masacres por goteo en curso. tante papel de control y contención
Reiteramos que debe quedar sobre el ejercicio del poder punitivo
claro que el poder punitivo real y negativo, aunque no así sobre el de
políticamente significativo lo tie- configuración o positivo.
nen las agencias ejecutivas, al con- De su eficacia contentora de-
trario de lo que afirma el discurso penderá la magnitud del poder pu-
jurídico. Para éste, el poder puniti- nitivo negativo y su extensión. Los
vo lo manejan los legisladores (en desajustes entre el modelo eficaz de
razón del principio de legalidad poder judicial y el policial son ge-
penal), los jueces aplican la ley pe- neradores de frecuentes conflictos
nal y los policías hacen lo que los entre las agencias, que son aprove-
jueces les ordenan. chados por la criminología mediá-
La dinámica real del poder pu- tica para señalar a los jueces como
nitivo es exactamente inversa: los responsables de la violencia social.
307
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Prueba de la importancia de la en Camboya, lo primero que hizo


función de contención judicial es Pol-Pot fue matar a todos los jueces.
que siempre que se produce una ma- No son nada auspiciosas en
sacre masiva el control judicial se cuanto a la prevención de masa-
cancela totalmente, pues ésta requie- cres la criminología mediática
re el completo descontrol del poder asentada en el neopunitivismo
punitivo. Es obvio que en el estado antijudicialista norteamericano y
nazista, estalinista, turco, ruandés, las actitudes de algunos políticos
etc., la agencia judicial no tenía nin- latinoamericanos que ceden a las
gún poder de contención. Más aún, presiones mediáticas.

308
El resultado: la prisionización
reproductora

E l resultado más espectacular el mundo la columna vertebral del


del sistema penal es la prisio- sistema de penas.
nización, pues desde el siglo XIX Su gran ventaja es que permite
la privación de libertad es en todo una unidad de medida que facilita
309
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

el cálculo talional, pero el límite del nes de tortura blanca (sin predomi-
talión impide sacar del medio a los nio de violencia física) y en los po-
molestos para la policía, que come- bres en campos de concentración,
ten infracciones menores. Para esos con muertes frecuentes (masacre
se inventaron penas desproporcio- por goteo) y brotes de muertes ma-
nadas respecto de la gravedad de sivas (motines).
la infracción. La más drástica, his- La intervención penal por des-
toricamante, fue la deportación en viaciones primarias genera otras
Australia, la Isla del Diablo, Siberia secundarias más graves y la reclu-
o Ushuaia. sión de adolescentes prepara carre-
La patología política de Estados ras criminales. La prisionización
Unidos y su criminología mediática innecesaria fabrica delincuentes, al
revivieron la deportación, aplicando igual que la estigmatización de las
a los molestos penas de veinticinco minorías es una clara profecía auto-
años por delitos ínfimos: apodera- rrealizada (jóvenes con dificultades
miento de un guante, posesión de de identidad asumen los roles des-
un grabador robado, tratar de co- viados imputados mediáticamente,
brar un cheque de cien dólares, usar reafirmando los prejuicios propios
una licencia de conducir falsa, etc. del estereotipo).
Se trata de la vieja mala vida po- Las cifras no mienten: Estados
sitivista, pero como no pueden de- Unidos es el único país con alto
portarlos ni tampoco matarlos, se ingreso per capita que no logra re-
los encarcela. Dado que la mayoría ducir el número de homicidios. Su
de su población penal es afroame- tasa es casi análoga a la argentina
ricana, se le añade el factor racista, (5,5 por 100.000) y superior a ésta
como sustituto de la tentativa de –pese a las mentiras del demago-
deportación de los afroamericanos go Giuliani– en Nueva York (8,65)
a México en el siglo XIX. De ha- y San Francisco (8,10). Estas tasas
berlos aceptado el presidente Be- son mucho mayores que la de Ca-
nito Juárez, hoy no habría tantos nadá (1,77 por 100.000), pese a que
afroamericanos presos en Estados Estados Unidos tiene un índice de
Unidos y México habría ganado prisionización de casi el 800 por
muchos campeones deportivos y 100.000 y Canadá sólo 116. Uru-
la mejor música norteamericana. guay registra una tasa de homici-
Algo me recuerda la pena de muer- dios dolosos de 4,7 por 100.000 y
te estalinista, por usar un boleto de Bolivia de 3,7 sin ninguna inver-
ferrocarril falso. sión astronómica.
En los países ricos, las cárceles El modelo norteamericano ha
tienden a convertirse en institucio- cobrado autonomía y es difícil de-
310
El resultado: la prisionización reproductora

tenerlo, pues generó una poderosa lo que revela que no tienen mucha
industria de la seguridad, que in- eficacia preventiva.
cluso inventó la privatización carce- Inversamente, entre los países
laria como panacea. que hacen un uso muy inferior de la
Se trata de empresas que cons- prisión se hallan Finlandia con 71
truyen cárceles premoldeadas que por 100.000 (menos de una décima
alquilan a los gobiernos hasta que, parte de la tasa norteamericana) y
pasados algunos años y una vez una tasa de homicidio de 2,90; Aus-
que los presos las han destruido, tralia con 117 por 100.000 habitan-
las dejan en propiedad de los países tes y una tasa de homicidio de 1,87;
que las compran. Algunos gobier- Canadá –como vimos– con 116 por
nos otorgan créditos a ese efecto, 100.000 y una tasa de homicidio de
con la condición de que las cárceles 1,77; Nueva Zelanda con 118 presos
se encarguen a sus empresas; para por 100.000 habitantes y una tasa
eso, envían corredores que van de homicidio de 2,50.
por el mundo haciendo gala de sus La explicación convencional
bondades y economía, pese a que según la cual hay más prisioniza-
el costo de la cárcel privada es muy ción porque hay más homicidios
superior al de las públicas, por lo es falsa, porque si fuese cierta, con
que en Estados Unidos no se ha ge- los largos años que llevan, las altas
neralizado esta privatización, que tasas debían haber hecho descen-
se usa para exportación. der los homicidios y las bajas tasas
Este juego maléfico lo explica deberían haberlos subido, nada de
muy claramente la baronesa Vivien lo cual ha sucedido. La conclusión
Stern en un magnífico libro de 2006 es clara: el mayor uso de la prisión
titulado precisamente Creando cri- no tiene efecto preventivo de los ho-
minales. Las tasas de uso de la pri- micidios, y cabe sospechar que tiene
sión en el mundo varían al infinito: un efecto contrario.
en la cúspide se halla Estados Uni- Igualmente llama la atención la
dos con los casi 800 por 100.000 enorme diferencia en las tasas de
mencionados, seguida por la Fede- prisionización de países vecinos:
ración Rusa con cerca de 600 por los 800 por 100.000 de Estados Uni-
100.000 habitantes. Cabe observar dos y los 117 de Canadá, los 600 de
que estos campeones de la prisio- Rusia y los 71 de Finlandia. ¿Será
nización registran en Nueva York porque los canadienses y los finlan-
la mencionada tasa de homicidios deses sueltan a todos los asesinos y
de 8,65 por 100.000 y Moscú la de violadores seriales? No parece razo-
18,38 por 100.000 (la tasa total de nable: en cualquier país del mundo
Rusia es nada menos que de 22,10), los autores de crímenes graves son
311
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

prisionizados por largo tiempo y a pues lleva a un círculo vicioso:


veces por toda la vida. En todo el más prisionización, más homici-
mundo civilizado –salvo en Esta- dios y así hasta el estado neoes-
dos Unidos– la prisión prolongada talinista o, en nuestro contexto,
reemplazó a la pena de muerte. hasta que la cárcel se convierte
En el otro extremo, en ningún en un campo de concentración y
país con gobiernos racionales se así hasta los cuarenta mil muertos
penan infracciones muy menores mexicanos.
con prisión. Desde hace más de un La prisión en nuestros países es
siglo y medio se conocen los efec- una institución muy deteriorada: el
tos deteriorantes de la prisión y por Sistema Penitenciario Federal ar-
eso se inventaron la probation y la gentino es el que destina más recur-
condenación condicional. En esto sos mensuales por preso (699 dóla-
nadie ha inventado recientemente res) (no así el de algunas provincias
la pólvora ni el agua tibia. problemáticas), le siguen Costa Rica
En síntesis: en todo país razo- (393), Brasil (296) y Uruguay (293),
nable los patibularios se enjaulan en tanto que Bolivia destina 24 dó-
en prisiones y los infractores muy lares, República Dominicana 31, Ni-
menores no. Pero en el medio que- caragua 60, Panamá 73, Paraguay 76
dan los molestos y los autores de in- y Guatemala 99.
fracciones de mediana gravedad, a En consecuencia, las cárceles
cuyo respecto no hay reglas fijas, o están sobrepobladas: en el período
sea, que cada país decide qué hacer 2005-2007 por cada cien plazas de
con ellos. Esa enorme masa da lu- capacidad en Bolivia había 207 pre-
gar a la decisión política arbitraria sos, en Brasil 173, en Ecuador 161,
de cada nación. ¿Es necesario penar en Panamá 161, en Uruguay 145,
con prisión el hurto, el robo sin vio- etc. Estos datos de 2005 pueden
lencia en las personas, la mechera verse en el texto de Elías Carranza,
de tienda reiterada, los vendedores Cárcel y Justicia Penal en América
callejeros de productos falsifica- Latina: Cómo implementar el mo-
dos? ¿Pueden penarse con penas no delo de derechos y obligaciones de
privativas de libertad o darles solu- las Naciones Unidas (México, 2010).
ciones coercitivas reparadoras? Las Estas condiciones no sólo au-
respuestas son opinables, por lo que mentan el efecto reproductor del
cada país tiene el número de presos crimen de la prisión, sino que las
que políticamente decide tener. frecuentes masacres por goteo ha-
La criminología mediática im- cen que la pena de prisión se con-
pulsa una solución tan absurda vierta en una pena de muerte alea-
como la del FMI en economía, toria, por cualquier delito e incluso
312
El resultado: la prisionización reproductora

por ningún delito. El riesgo de vic- Nosotros escondemos la pena sin


timización homicida suele superar condena como medida cautelar.
veinte veces el de la vida libre. Poco importa que al fin la per-
Hemos dicho que hay una pena sona resulte sobreseída o absuelta,
de muerte aleatoria también por porque socialmente cargará con
ningún delito, porque alrededor del un estigma, dado que la crimino-
70% de los presos de la región no logía mediática publica su deten-
están condenados, sino sometidos ción pero no su liberación, cuando
a medidas cautelares (prisión pre- no la critica: por algo habrá sido,
ventiva). De esa cifra, entre el 20% zafó de casualidad, tuvo un buen
y el 25% será absuelto o sobreseído, abogado, tuvo suerte, arreglaron
o sea, que se halla en prisión por con los jueces, etc.
nada y para nada. Estas prisionizaciones inútiles
Las tasas de prisionización la- no son errores judiciales sino prác-
tinoamericanas no varían por las ticas corrientes. Los errores judi-
penas previstas en los códigos pe- ciales son a veces dramáticos (sobre
nales, sino por las disposiciones todo cuando ya se ejecutó la pena
procesales que amplían o limitan de muerte, como ocurre en Estados
la prisión preventiva. La persona Unidos), pero la prisionización sin
que permanece en prisión dos o causa en forma de prisión preven-
tres años tomará como una broma tiva no es ninguna excepción, sino
de mal gusto que se le diga que no una práctica corriente, con la que
se preocupe, porque se trató sólo de los jueces se protegen de la crimi-
una medida cautelar. nología mediática, de los políticos y
La expresión medida cautelar de sus propias cúpulas, pues se de-
–tomada del proceso civil– es un cide conforme al grado de peligro-
claro eufemismo, que siempre es sidad política que experimenta el
una forma de lenguaje encubridor, juez, o sea, de peligrosidad judicial,
propio de todo poder punitivo de entendida como el grado de peligro
modelo inquisitorial; Spee lo ha- que una liberación, absolución o ex-
cía notar cuando los inquisidores carcelación puede depararle al juez.
llamaban confesión voluntaria a la La prisionización sin causa en
que prestaba la mujer después de función de la peligrosidad judicial
haber sido colgada y descoyunta- no ha sido medida, pero en algunas
da, y no voluntaria sólo cuando se jurisdicciones se estima que entre
aplicaban otras torturas. Los nazis el 20% y 25% de los casos la prisión
usaban términos como tratamien- preventiva termina en una absolu-
to especial, alejamiento, interna- ción. Son casos de verdadero secues-
ción especial, limpieza, solución. tro estatal con alto riesgo de vida.
313
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Estos secuestros estatales o pre- mada entre nosotros juicio o proce-


sos para nada se seleccionan con- dimiento abreviado.
forme a estereotipos y la prisión El preso debe optar entre admi-
opera en este caso conforme a la tir una pena o ser juzgado por un
vieja peligrosidad sin delito que tribunal que lo condenará a una
proponía la inquisición policial del pena mayor. Si el preso es culpable,
positivismo hace un siglo. Al cabo esto lo favorece, porque los fisca-
del tiempo, podemos observar que les, en vez de cargar con el trabajo
la propuesta del positivismo racista de ir al juicio oral, ofrecen penas
ha sido acogida y la peligrosidad sin bajas; pero si el preso es inocente,
delito funciona, sólo que disfrazada lo obliga a recibir una condena por
de prisión preventiva. algo que no hizo. Además, muchas
No podemos olvidar que la pe- veces la demora que implica es-
ligrosidad es un elemento de todo perar la audiencia oral en prisión
discurso genocida: en base a los de- hace que el preso opte por una
litos que algunos cometen –o que se pena igual o un poco inferior al
le imputan– se considera que todos tiempo que le resta.
los integrantes del grupo son peli- En Estados Unidos menos de un
grosos y conforme a eso se constru- 5% de los casos se juzgan por jura-
ye el ellos. do, pues en el 95% se aplica este ex-
Dado que el positivismo racista peditivo procedimiento extorsivo.
extendió el peligro del salvajismo El jurado que nos venden por tele-
de los neocolonizados al de los ex- visión funciona sólo para las perso-
cluidos en la concentración urba- nas que pueden pagar defensas muy
na, la peligrosidad es el mismo ele- caras y otros pocos excepcionales.
mento discursivo genocidario que En síntesis, nos proponen cam-
cambió de objeto, pasó de la colo- biar presos sin condena por conde-
nia a la gran ciudad, cuyo objeto nados sin juicio, para que la subca-
son hoy los jóvenes y adolescentes tegoría de presos por nada pase a ser
de los barrios precarios. la de condenados por nada.
Para resolver el problema de la Dado que no tenemos doscien-
prisión por nada se nos propone tos mil millones de dólares anuales,
una condena por nada, también el modelo importado no es viable
inspirada en el modelo norteame- en nuestra región. Podemos im-
ricano: se trata de extorsionar al portar la criminología mediática,
preso para que negocie con el fiscal pero no el modelo. El resultado será
y acepte una pena, como forma de superpoblar más las cárceles, acer-
condenar a todos sin juicio. Es la carlas al campo de concentración,
plea bargaining o negociación, lla- producir más masacres por goteo y
314
315
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

fabricar más criminales y carreras compañera que lo asista con co-


criminales, en espiral ascendente. mida, porque percibe su situación
Cabe señalar que este efecto como resultante de un accidente de
reproductor o criminógeno de la trabajo. Nada de esto estimula la
prisión, si bien se intensifica en maduración de la persona. Parece
nuestra región, responde a ca- algo tan absurdo como vaciar una
racterísticas que de todas formas piscina para enseñar a nadar.
son estructurales de ésta y que no En la vida carcelaria las condi-
pueden ser eliminadas del todo, ciones infantilizantes hacen que
por mucho que un sistema peni- pequeñeces de la vida libre asu-
tenciario sea bien provisto, pues la man una trascendencia increíble:
cárcel siempre es una institución la comida, insignificantes espacios
total con los caracteres y efectos de privacidad y el consumo de al-
deteriorantes señalados por el in- gún tóxico y de alcohol, el envío
teraccionismo simbólico. de mensajes, la comunicación con
En efecto: el preso sufre un pro- personas del exterior del penal, los
ceso de regresión a una etapa supe- objetos de tocador. Como lo señaló
rada de la vida, lo que hace que la Goffman, el espacio se contamina,
prisión parezca una escuela de ni- la privacidad desaparece, lo que se
ños bastante complicada. llevaba a cabo en privado se vuelve
El personal debe controlar a público (aunque en alguna medida
un gran número de presos, lo que esto también está sucediendo en la
sólo es posible mediante una regi- sociedad extra-muros).
mentación interna. Como resulta- El preso no puede disponer de
do, todo lo que la persona hacía en un espacio propio, todo es interve-
la vida conforme a su libertad de nido a veces brutalmente por las
adulto, pasa a hacerlo bajo control requisas que, en busca de armas
y en la forma en que se le prescri- o tóxicos, arrojan todas sus perte-
be: se levanta, come, se higieniza, nencias al piso y obligan a conduc-
cena y duerme cuándo y cómo se tas degradantes, como mostrar el
lo ordenan, es decir que se produ- ano. La intervención de seguridad
ce una regresión a la vida infantil trasciende a las visitas, que son so-
sometida a las limitaciones que le metidas a revisiones que llegan en
imponía su grupo de crianza o la algunos casos a tactos vaginales o
escuela. rectales.
Al mismo tiempo, se exime al La angustia por sus seres que-
preso de las obligaciones del adul- ridos es un considerable factor de
to. Más aún: el infractor contra la inquietud, la sospecha de que es
propiedad a veces le pedirá a su traicionado, de que los afectos van
316
El resultado: la prisionización reproductora

desapareciendo, de que lo van de- Parte del negocio del preso son
jando solo. La vida cotidiana redu- los privilegios vendidos a quienes
cida a ámbitos pequeños o limitados pueden pagarlos, que van desde
condiciona una sensación fóbica alojamientos especiales hasta pro-
a los espacios abiertos a la hora de visión de presos jóvenes para uso
recuperar la libertad (agarofobia), sexual. Esta es la pequeña indus-
aunque luego se disipa. tria del preso, porque la gran in-
Si la prisión es prolongada, el dustria está representada por los
preso pierde la dinámica cultural fabricantes de prisiones y dispositi-
y tecnológica externa, sale a un vos de seguridad.
mundo que no es el que conocía, Todos estos elementos demues-
es un Robinson que vuelve a la ci- tran que la tan mentada ideología
vilización. re es muy difícil de concebir en los
Los motines estallan a veces por términos tradicionales y que la cár-
nimiedades: se apaga un televisor o cel más bien opera en sentido con-
la luz, se prohíbe la visita ese día trario, pero la razón principal por
o se acorta el horario o, simple- la que le reconocemos el papel de
mente, por nada, salvo por el estrés máquina fijadora de roles desviados
y la tensión creciente. El acoso que es una característica estructural.
sufren algunos niños en las escuelas La sociedad carcelaria –como
y que en Estados Unidos provoca la llama Elías Neuman– tiene su
homicidios múltiples, tiene lugar propia jerarquía interna y los pre-
entre los presos. Con frecuencia los sos asocian al recién llegado a un
buchones o los que son estigmatiza- estereotipo conforme al delito co-
dos como tales, son eliminados en metido (pesado, estafador, chorro,
los motines o fuera de ellos. violeta, estafeta, escruchante, etc.) y
Una administración carcelaria en razón de éste y de características
corrupta hace del preso un peque- personales se lo vincula a un esta-
ño negocio mediante el tráfico de mento de esa jerarquía.
elementos prohibidos, en particular El preso debe comportarse res-
tóxicos, práctica que se conoce des- pondiendo al rol que demanda el
de el siglo XIX. Con mayores nive- estereotipo, pues de lo contrario
les de corrupción puede llegarse al provoca las disrupciones (reaccio-
extremo peligro de que introduzcan nes agresivas) que pueden costar-
armas de fuego. Las armas blancas le la vida. Asumiendo ese rol se
no se introducen, sino que las fabri- adapta a la vida carcelaria. Los es-
can los propios presos: son las fa- tereotipos se internalizan y se rea-
mosas púas, afiladas durante horas firman con las nuevas y constantes
contra los muros. demandas de rol, con lo que cabe
317
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

imaginar el poderoso efecto de fi- reotipo, pues en particular en delitos


jación del rol desviado asumido a contra la propiedad –que son la ma-
lo largo de una prisionización de yoría de la población carcelaria–, la
varios o muchos años. vida profesional activa conforme a
Por otra parte, el rol del preso estereotipo es análoga a la del juga-
en la prisión a veces es destacado dor de futbol o del bailarín, sin con-
conforme a los valores tumberos tar con que algunas actividades son
(carcelarios), pero a su egreso des- directamente incompatibles con la
aparece. El personaje temido, de la avanzada edad: un arrebatador debe
pesada, o el loco Fulano, en la calle ser muy joven, un asaltante arma-
es una persona más de las miles en do (de caño) menos, pero nunca un
quienes nadie repara. La prisioni- adulto mayor.
zación puede acabar con todo pro- Es natural que el aparato fijador
yecto de vida extra-muros como de roles tenga mayor éxito cuando
límite del deterioro, y condicionar actúa sobre los jóvenes y adolescen-
incluso hechos violentos como for- tes, puesto que si bien todos vamos
ma de suicidio inconsciente o de siendo un poco como nos ven los
regreso al mundo en que tenía un demás (como decía Mead), lo cierto
rol destacado. es que a algunos hace tiempo que
Realmente, es un milagro que nos vienen viendo, lo que no sucede
cuando el preso egresa no reincida, con los adolescentes.
porque está sometido a un mecanis- Cuando se logra crear una es-
mo de matricería humana capaz de tereotipo de ellos los malos, el así
marcarle el rol en forma indeleble. identificado, urgido por asumir una
Varias razones hacen que este identidad que le otorgue prestigio
aparato no siempre tenga éxito y –o respeto por miedo– se asume
que la autopercepción de la per- y actúa como tal, según el grado
sona cambie. En principio, el que de labilidad personal: cuanto más
mató a un conocido o a un fami- necesitado esté de definir su iden-
liar no tiende a reincidir, porque tidad, mayor será la disposición a
su conducta no forma parte de una aferrarse al rol desviado, incluso a
profesión; por lo general es un buen costa de su propia vida, pues care-
preso. En otros casos, la adquisi- ce de otra identidad: es él, el malo
ción de un nivel de instrucción y respetado, o no es nada. Se trata de
de alguna habilidad profesional o profecías autorealizadas.
grado determina un cambio de au- La máxima expresión de esta re-
topercepción. producción la configuran en nues-
También se opera una suerte de tra región los adolescentes latinos
jubilación por caída etaria del este- expulsados de Estados Unidos y
318
El resultado: la prisionización reproductora

que son núcleo originario de las El fuerte movimiento a favor de


maras centroamericanas. La prisio- la prisionización masiva de ado-
nización masiva de los mareros en lescentes que cunde por la región
Centroamérica, que los agrupa en expresa como objetivo manifiesto
diferentes cárceles según la mara la prevención de la violencia, pero
a la que pertenecen, les refuerza su su función latente es la de fabricar
pertenencia y su identidad desviada criminales desde etapas más pre-
y los impulsa a cometer más actos maturas.
violentos y suicidas. Acabo de ver la publicidad polí-
La criminología mediática pre- tica de un candidato a diputado en
tende que resulta de una elección Brasil con una pancarta que decía:
individual, cuando lo cierto es que Vote a Fulano, bajar la minoridad
una personalidad lábil lo vivencia penal. Con la mayor sinceridad
como la única posibilidad de su- debo confesar que a veces estoy ten-
pervivencia identitaria que la so- tado de pensar que la criminología
ciedad le deja. psiquiátrica o la frenología de Gall
Por supuesto que esto no signi- llevaban buena parte de razón, sólo
fica que sean inofensivos, sino todo que aplicada a otros roles sociales,
lo contrario; no es menester caer en como al de estos politicastros televi-
ninguna idealización de la crimi- sivos a los que en lugar del pequeño
nalidad ni creer que ellos se limitan hueco de la fosita occipital lombro-
en todos los casos a fumar mari- siana, bastaría con suaves martilleos
huana ni que son críticos sociales, para diagnosticarles oquedad cra-
para reconocer que la reducción del neana o locura moral.
espacio social y la acción del poder La reincidencia no es ningu-
punitivo prepara verdaderas bom- na prueba de inclinación al delito,
bas de tiempo humanas. sino de una personalidad lábil que
Si la gran mayoría de los jóve- responde positivamente al condi-
nes y adolescentes de los sectores cionamiento reproductor del pro-
marginales y excluidos en nuestra pio sistema. No es de extrañar que
región vislumbra otros caminos, es las ideologías re hayan fracasado,
sólo porque la cultura de nuestros lo que fue aprovechado en Estados
pueblos aún mantiene ciertas ba- Unidos para reemplazar la cárcel de
rreras y, además, porque por suer- tratamiento por la de seguridad.
te no hay ningún sistema perfecto A esto se suma que el personal
de matricería humana, puesto que penitenciario queda anómico, pues
nada se hace para prevenir los fac- se le instruye conforme a un discur-
tores de riesgo que determinan la so re que en la práctica es una misión
labilidad de su personalidad. imposible, sin contar con que las
319
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

cárceles deterioradas los someten a a ceder ante los reclamos de ésta


constantes riesgos y condiciones de con la esperanza de proyectar la
trabajo muy negativas y estresantes. imagen de que están controlan-
Sus cúpulas se sienten en todo do a ellos, sin darse cuenta de que
momento amenazadas por los mo- ésta jamás lo hará, pues esa ima-
tines y las fugas, pues todo hecho gen la reserva para cuando haya
de esta naturaleza acaba en su re- un gobierno acorde con los deseos
moción, lo que las lleva a extremar del stablishment de los empresa-
la seguridad como máximo y a ve- rios mediáticos en sintonía con los
ces único valor, no entendida en el beneficiarios del desbaratamiento
sentido de seguridad para la vida criminal del estado de bienestar y
de los presos y del personal, sino de la consiguiente contención vio-
como seguridad de que no habrá lenta de los excluidos.
motines ni fugas. La respuesta política se limi-
Pero es justo señalar que todo ta a conceder mayor autonomía a
esto depende del grado de deterioro las policías, con lo que se coloca
del sistema prisional: los hay menos en posición de altísima debilidad
afectados por el inexorable curso frente a éstas y a las empresas me-
hacia el campo de concentración, diáticas. También sancionan leyes
determinado por la superpoblación penales, como respuesta mediante
y la carencia de recursos. papeles, que proliferan en todo el
Aunque ya nos hemos referido a mundo pero que tampoco tienen
las agencias políticas, debemos insis- ningún efecto sobre la criminali-
tir en que, si bien la respuesta varía, dad violenta.
en general su reacción es patética. Como hemos dicho y no nos
Es dable constatar –con profun- cansamos de reiterar, los crimina-
da alarma– que se está produciendo les violentos, en ningún país del
un notorio deterioro de los niveles mundo ni en ninguna época, han
de la política en todo el mundo, con sido tratados de otro modo que con
una agenda marcada por la televi- las penas más severas, salvo cuando
sión, que se traduce en su absoluta operaron con cobertura oficial.
incapacidad para confrontar con la Esto no cambia con las novedo-
criminología mediática y, al mismo sas leyes que inventan los políticos
tiempo, para prevenir la violencia impulsados por la criminología
real desde sus raíces e incluso en mediática. Unos años más de pri-
sus manifestaciones. sión a quien cometió asesinatos
En general, los políticos no se puede afectar el principio de pro-
sienten capaces de enfrentar la cri- porcionalidad y producir un de-
minología mediática y se limitan terioro irreversible en la persona,
320
El resultado: la prisionización reproductora

pero en absoluto impide que otro En otro orden de cosas, la ma-


haga lo mismo. raña legislativa creada por las
Los criminales violentos no son constantes reformas penales le-
el problema que afrontan estas le- siona la seguridad de todos, pues
yes y tampoco el que crean las ma- la ley penal pierde certeza, nadie
yores penas, sino que llenan las cár- sabe lo que está prohibido penal-
celes con los que no han cometido mente, toda ilicitud tiende a vol-
ningún asesinato e incluso con los verse ilicitud penal, la vieja as-
que no han hecho nada, con una al- piración a las leyes claras queda
tísima probabilidad de convertirlos olvidada. El permanente recurso a
en criminales violentos por efecto la criminalización la banaliza en
reproductor. lugar de jerarquizarla.

321
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

322
La criminología cautelar
preventiva de masacres

D espués de mostrar la construc-


ción de realidad de la crimi-
nología mediática y de describir las
los elementos de una posible ma-
sacre y con frecuencia una masacre
por goteo en curso.
agencias del sistema penal, vemos En todo sistema penal se halla
que en todo sistema penal anidan la venganza como material de una
323
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

potencial masacre, sólo que éste las abstracciones con que el poder
contiene también elementos que punitivo legitima sus desbordes e ir
impiden su desarrollo. a lo más concreto. Su única verdad
No obstante, como la natura- era la realidad, y la realidad eran
leza de cualquier sistema penal es las cenizas de los cadáveres de mu-
inestable, un desequilibrio de ori- jeres inocentes.
gen interno (entre sus agencias) o En nuestro tiempo, la máxima
externo (del ambiente) puede des- abstracción es la idea mediática de
controlar sus agencias ejecutivas o seguridad.
permitir que otras más agresivas En todo gobierno existe un
asuman su función, provocando área de seguridad, porque de algún
el efecto letal. Por eso, el sistema modo es menester denominar a las
penal es siempre un aparato peli- policías y sus aledaños. A partir de
groso, cuyo funcionamiento debe esa denominación, la criminología
ser atentamente vigilado. mediática construye una realidad
Dejemos a otros mejor dotados de seguridad bastante difusa, pero
intelectualmente la noble tarea de de ella deduce de inmediato –y los
pensar en sociedades futuras libe- juristas degluten– un derecho a la
radas de la venganza, pero hasta seguridad.
que semejante mutación tenga lu- En esa invención se halla el nú-
gar –si es que alguna vez lo tiene–, cleo del discurso autoritario, plan-
muchos aparatos podrían descon- teado como la falsa opción entre li-
trolarse y producir cientos de miles bertad y seguridad, en un plano de
o millones de nuevos cadáveres si- máxima abstracción.
lenciosos e incluso poner en riesgo La trampa consiste en pretender
la vida humana en el planeta. la existencia de un volátil derecho a
Por ello, ahora y aquí, es indis- la seguridad. Se trata de un recurso
pensable que el criminólogo inda- retórico de clonación de derechos y
gue cómo controlar en el corto y realidades. Ninguna víctima tiene
mediano plazo el aparato para pro- afectado un abstracto derecho a la
curar evitar que se desequilibre de seguridad, sino un real y concreto
mala manera. derecho a la vida, a la integridad
El camino táctico lo señaló en física, a la libertad sexual, a la pro-
1631 Friedrich Spee. El jesuita poe- piedad, etc. Si alguien lo duda bas-
ta no discutió si los aquelarres eran taría preguntarle a cualquier vícti-
reales, todo es posible –dijo–, pero ma de violencia qué es lo que le han
lo único cierto era que todas esas lesionado.
mujeres inocentes estaban muer- Siguiendo la táctica de Spee, lo
tas. Su método consistió en eludir más concreto que hallamos son los
324
La criminología cautelar preventiva de masacres

cadáveres. Al incorporar las ma- nuestra región todos los datos que
sacres a la criminología, abrimos hacen a la seguridad –si es que al-
nuestros ojos a una realidad ca- guien los recoge– son secretos por
davérica tan concreta que no deja razones de seguridad.
lugar para ninguna abstracción En Latinoamérica estamos inti-
manipulable. midados por el descrédito que nos
Cautela proviene de la raíz in- puede acarrear la publicidad nega-
doeuropea keud, que indica prestar tiva, por las difamaciones de las que
atención, percibir, que en sánscrito podemos ser víctimas, por las repre-
da kaví que significa inteligente y en salias que en algunos países pueden
latín caveo, estar en guardia. Es la pa- tomar las agencias ejecutivas si nos
labra exacta, y no en vano es la esco- involucramos con la realidad.
gida por Spee. Nuestra academia no se anima
Ante las montañas de cadáveres, a decir lo mismo que muchos cri-
la civilización pareció inclinarse minólogos norteamericanos dicen
por la vía de la cautela después de la de su propio sistema (y cuando no
Segunda Guerra Mundial. Pero eso se lo dicen ellos los ingleses lo ha-
no evitó nuevas masacres y parece cen y nadie les impide circular por
que hoy perdió toda prudencia, en Estados Unidos y enseñar en sus
especial en Estados Unidos. universidades).
Quizá pueda alguien pensar que A ellos les proporcionan fondos
me ha dado un brote antinorteame- para que investiguen; a nosotros no
ricano. Nada más equivocado, pues nos dan nada, y menos si nos saben
casi todo lo que hemos observado críticos del poder punitivo, pues a
no tiene otras fuentes que los pro- nuestros ministros de turno no les
pios colegas criminólogos esta- hace gracia que nos metamos a ver
dounidenses, quienes nos informan lo que hacen las policías autonomi-
y advierten el riesgo, manejando zadas con las que pactan sus cuotas
datos ciertos acerca de su sistema de recaudación autónoma. Nues-
penal, pues tienen acceso a la infor- tros gobiernos nunca sentarían en
mación y espacio para investigar la nuestras cámaras a una criminólo-
realidad. ga como la baronesa Vivien Stern
Nosotros no disponemos de ese para que denuncie que su sistema
espacio: tememos a la criminolo- penal está fabricando criminales.
gía mediática, no la denunciamos Mucho es criticable de Estados
con todas las palabras que merece Unidos y de la cultura anglosajona,
y, si lo hacemos, no disponemos pero también mucho tenemos que
de los elementos que nos permiten aprender e imitar. No podemos ig-
evidenciar su falsedad, porque en norar que en el juego de luces y som-
325
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

bras de la historia perdieron muchas pio poder punitivo, suele caerse en


vidas frente a la brutalidad masacra- una depresión y algunos proponen
dora que amenazó con dominar el sentarse en el cordón de la vereda y
planeta en la primera mitad del si- abrirse las venas con una galletita.
glo pasado. Podemos reprocharle su Pero no se debe confundir la caída
actual irresponsabilidad planetaria de muchos mitos e ilusiones con la
al desecharlos globalizando la cri- falta de soluciones. Maria Lúcia Ka-
minología mediática, pero los pará- ram, la excelente criminóloga bra-
metros desde los que formulamos el sileña, dice con razón que el mejor
reproche son los que en buena me- ejemplo del delito de propaganda
dida han defendido ellos mismos desleal es el propio sistema penal,
y que defienden hasta hoy los más que nos vende un producto falso.
inteligentes entre nuestros colegas Lo que sucede es que siempre
académicos anglosajones que, con nos deprime saber que fuimos víc-
agudo sentido crítico y sin temores, timas de una estafa, pero la depre-
nos muestran los efectos que en su sión propia de la desilusión victi-
país tiene el modelo cuyo discurso mológica posdefraudatoria no tie-
se globaliza. ne nada que ver con la pretendida
Nos corresponde a nosotros falta de soluciones. Éstas existen y
mostrar los que tiene en nuestra la tarea de una criminología caute-
región y que, por cierto, no son lar es mostrarlas y recorrerlas. Por
los mismos, pues nuestra realidad cierto que esta tarea no tiene límite
corre el riesgo de volverse mucho temporal, es permanente, porque la
más letal. peligrosa inestabilidad del sistema
penal también lo es.
Una criminología cautelar debe
Los tres frentes de la ser una criminología militante, por-
criminología cautelar que se enfrenta a verdaderos guerre-
ros mediáticos que siempre están fa-

E l descontrol punitivo que lleva


a la masacre responde desde
tiempos inmemoriales a la misma
bricando nuevos ellos para impulsar
la venganza hacia la masacre. Los
fabrican en serie: no hace mucho el
dinámica. Lleva razón Girard al gobierno francés dejó de lado a los
reinterpretar la pasión de Cristo y africanos y argelinos de sus subur-
revelar que esa dinámica se mani- bios y buscó a los gitanos.
fiesta en el propio Evangelio. Por eso la criminología debe
Cuando se pone de manifiesto ser militante si quiere ser cautelar,
esta constante, y además se muestra o sea, debe estar siempre atenta y
que la venganza es el motor del pro- vigilante para evitar la trampa que
326
La criminología cautelar preventiva de masacres

nos tiende el discurso que dice: con la tarea de imponer cautela.


bien, esos ellos no, pero estos ellos Esta criminología cautelar –y
sí, son los malos en serio. Dejemos militante– tiene tres frentes que
por un rato a los adolescentes del atender:
barrio precario, pero vayamos con- (a) Debe estar atenta para ana-
tra todos los colectiveros, los taxis- lizar las condiciones sociales favo-
tas, los ebrios, los fumadores, y así rables a la creación mediática del
al infinito. mundo paranoico y desbaratar sus
No es sencillo hacer una crimi- tentativas de instalación desde las
nología militante, pues debe dejar- primeras manifestaciones orgánicas.
se el sosegado espacio académico (b) Debe tomar muy en serio los
para estar en la calle, en los medios, daños reales del delito, es decir, la
en la formación de profesionales, victimización y sus consecuencias,
de operadores del sistema penal, promoviendo en forma permanen-
del personal policial y penitencia- te la investigación de campo y del
rio, escribir para el gran público, efecto que a este respecto tienen el
participar en el sistema, compren- propio poder punitivo y la crimino-
der las vivencias de sus operado- logía mediática.
res, calmar sus angustias, hablar (c) Por último, debe investigar y
con las víctimas, con los criminali- proponer públicamente los medios
zados, con sus parientes, estimular más eficaces para la reducción de
a quienes tienen la responsabilidad los anteriores.
de equilibrar o prevenir el desequi- En definitiva, se trataría de los
librio, investigar los discursos me- tres capítulos principales de la cri-
diáticos, no desanimarse por los minología cautelar, pero sin olvidar
fracasos y no amedrentarse, no que esto sólo proporcionaría los ele-
dejarse llevar por la ira, compren- mentos para llevarla a la práctica.
der las motivaciones para prevenir Para eso debe establecer tácti-
errores de conducta, interferir en cas, en especial en el espacio me-
la política, acostumbrarse a ser mal diático, pero también en la comuni-
visto, asumir el rol de portador de cación personal directa: asambleas,
malas noticias (advertir que somos conferencias, ONGs, ámbitos de
víctimas de una estafa es siempre reflexión, redes alternativas, entre-
una mala noticia) y, sobre todo, re- vistas, etc.
producir la militancia, porque no Toda investigación debe tender a
es una tarea individual sino que ser investigación–acción y no a que-
requiere de muchas voluntades, de darse en el puro nivel del conoci-
muchas personas con conciencia miento resignado. Ninguna acción
del problema y con compromiso es nimia cuando se trata de salvar
327
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

vidas humanas y la criminología sino proveedoras de conocimiento.


cautelar debe responder a ese impe- Por cierto que para eso debe ven-
rativo ético. cer obstáculos, entre otros el de
Las etapas de instalación del ra- la procedencia de clase del propio
cismo que señala Michel Wieviorka criminólogo, que debe aprender a
son las de cualquier mundo para- comunicarse con todos los secto-
noide: un momento difuso, otro res sociales y detectar su propios
orgánico y otro de estado. prejuicios.
La etapa difusa no debe descui- El diálogo rompe la comparti-
darse, son gritos aislados sobre los mentación del sistema penal, que
que se debe advertir, pero la luz roja retroalimenta prejuicios, en la me-
debe encenderse cuando se empie- dida en que cada uno ve poco del
za a instalar la etapa orgánica, en la todo. El prejuicio más común es el
que aparecen organizaciones, insti- de los académicos respecto del per-
tuciones, publicaciones. sonal policial y penitenciario que,
En esta segunda etapa le incum- sin embargo, sufre gravísimas vio-
be un papel importante al mundo laciones a sus derechos y en muchos
académico latinoamericano si, en casos está ávido de ser escuchado.
lugar de quedarse en sus cubículos En esta etapa es fundamental el
universitarios mirándose el ombli- diálogo con los políticos, para lo que
go, opta por una actitud militante, se debe evitar el prejuicio de que to-
de comunicación con las personas; dos son malignos y que impulsan el
si es capaz de ir a los medios y a los camino de las masacres, lo que sólo
barrios, de comunicar lo que sabe y conduce a la antipolítica, que no es
de organizar la neutralización de la más que la antesala de las dictaduras.
pulsión vindicativa. Los políticos están sometidos a
Los académicos deben ir apren- una permanente competencia impia-
diendo en el diálogo con las otras dosa, marcada por la contienda elec-
personas, con las víctimas, con los toral siempre cercana. Es fácil desde
que tienen miedo a amenazas rea- la academia reclamarle a un político
les, con los operadores del sistema que enfrente sin más la criminología
penal y con los mismos infractores, mediática, pero personalmente no
con la intención de llegar a un mo- asumiría la responsabilidad de acon-
mento en el que la criminología sea sejarlo sin advertirle que, sin previa
un conocimiento de todos y a la vez preparación, lleva todas las de per-
una empresa común. der, no sólo frente a sus opositores
La actitud militante no puede sino en el seno de su propio partido
ser otra que el diálogo; las perso- (lo digo por experiencia: por eso me
nas no son objetos de conocimiento bajaron de una lista de candidatos).
328
329
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Sin embargo, al mismo tiempo minología cautelar en criminología


tenemos el deber de advertirles que de estado también es una empresa
su actitud suicida de ampliación de infraestructura social y, si en
constante de la autonomía de las otras materias se han llevado a cabo
agencias ejecutoras y sus concesio- obras de esa naturaleza, no hay ra-
nes a la criminología mediática los zón para dudar de la posibilidad de
llevan a su perdición y al naufragio ésta. Por eso hay que destacar que
de la propia democracia. la criminología cautelar debe cui-
Por cierto que los académicos darse y no aconsejar suicidios polí-
somos desconcertantes: por un lado ticos, pero debe tener como objetivo
advertimos a los políticos que si ha- impulsar y demandar fuertemente
cen lo correcto van al fracaso y, por de los políticos su instalación como
otro, les decimos que si siguen ha- criminología de estado.
ciendo lo incorrecto también se hun- Así como se continuó con la
den y nos hundimos todos. Cuando iluminación a gas mientras se iba
la criminología mediática los ataca expandiendo la red eléctrica, o con
fieramente y la agenda electoral los la tracción a sangre mientras avan-
urge, nos piden la fórmula mágica zaba la motorizada, igualmente los
para desbaratarla, y les respondemos políticos pueden seguir haciendo
que no existe. Por cierto que los po- algunas prudentes concesiones dis-
líticos no pueden menos que mirar- cursivas a la criminología mediáti-
nos con desprecio o –en el mejor de ca mientras se va montando la cau-
los casos– con conmiseración y se- telar y se va poniendo en marcha la
guir su camino suicida. confrontación a medida que el esta-
No es verdad que todos los polí- do va disponiendo de los elementos
ticos estén sólo preocupados por la capaces de llevarla adelante.
próxima elección o montados por La criminología cautelar sólo
puro oportunismo sobre la cri- puede llegar a erigirse como crimi-
minología mediática. Por mucho nología de estado a través de una
que la mezquindad anide en buena adecuada institucionalización de
parte de la política, no cancela su un órgano de monitoreo técnico de
aspiración a un mundo mejor y sin la violencia social.
masacres. Así como hay bancos centrales
Lo que sucede es que, así como que en alguna medida son autár-
hay empresas de infraestructura quicos –lo que no significa que no
vial, energética, etc., que requieren respondan a la política económica
un trabajo que excede uno o dos general–, del mismo modo debe
mandatos, debemos ser conscientes haber un órgano técnico encargado
de que la tarea de convertir la cri- de controlar la violencia, con capa-
330
La criminología cautelar preventiva de masacres

cidad para monitorear el conjunto existen excelentes estudios univer-


de agencias del sistema penal y de sitarios de sociología, de ciencia
investigar y orientar a ese conjun- política, de psicología, de comu-
to, como también de enfrentar la nicación social, etc., con personal
criminología mediática con datos técnico al que sólo sería menester
ciertos y con tácticas técnicamente convocar y entrenar mínimamen-
planificadas conforme al saber co- te para poder hacer diagnósticos,
municacional. pronósticos, detectar las situacio-
Es dable observar que no hay nes y fuentes de riesgo y llevar a
ningún responsable oficial del con- cabo una labor coordinada de pre-
trol de la violencia y de las causas de vención en serio.
muerte violenta. Nadie está en con- En ningún país pobre se invier-
diciones de confrontar seriamente te dinero en investigación crimi-
los datos de la criminología mediá- nológica de campo, por lo que no
tica, que construye la realidad se- se dispone de datos serios sobre
gún su conveniencia coyuntural y la violencia criminal. Además, en
mutable. El estado y la sociedad es- nuestros países las agencias ejecu-
tán por completo indefensos frente tivas retacean la información por-
a la criminología mediática. que temen que revele datos de su
Brotes de modalidades delictivas recaudación autónoma. En estas
saltan a la publicidad y se muestran condiciones es imposible confron-
como amenazas, sin que sepamos tar la realidad con los distorsiona-
si en realidad se producen espon- dos datos de la criminología me-
táneamente o son el resultado de diática: estamos indefensos.
una suerte de producción mafiosa Esta carencia de información
de hechos violentos en beneficio de científica también es funcional a las
cualquier agencia o incluso de los cúpulas de las agencias, porque les
interesados en la venta de seguridad permite manipular la inversión del
privada. Al poco tiempo desapare- presupuesto. Se confirma la tesis
cen sin dejar huella y se olvidan. foucaultiana de que el poder puniti-
Nadie mide el efecto reproduc- vo no interesa tanto por su objetivo
tor de la criminología mediática, no manifiesto (prevención del delito),
sabemos hasta qué punto reprodu- pues de lo contrario se extremaría
ce el delito o incrementa la conflic- el cuidado en el primer paso de la
tividad social. prevención, que es su cuadro de si-
Disponemos de los conoci- tuación. Es obvio que nadie puede
mientos técnicos para llevar esto a prevenir lo que desconoce y si no
cabo y, además, no requiere mucho quiere conocerlo es porque no se pro-
gasto. En la mayoría de los países pone como meta la prevención.
331
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

La prevención del social se retroalimentan hasta que


mundo paranoide la última se vuelve insoportable,
pero en cuanto se consigue im-

T odo criminólogo debe estar


atento a las condiciones que
favorecen la instalación del mundo
putar a un chivo expiatorio como
fuente de la inseguridad existencial
(se instala el mundo paranoide con
paranoide por parte de la crimino- un enemigo identificado), el nivel
logía mediática. Ésta requiere un de angustia desciende porque ésta
campo de inseguridad existencial, se convierte en temor (miedo) a la
que tanto en América como en Eu- amenaza de la emergencia desatada
ropa proviene hoy del desbarata- por el enemigo.
miento de los estados de bienestar La angustia no tiene objeto co-
(desempleo, inseguridad laboral, nocido (tiene objetos erráticos y en
previsional, deterioro de los servi- última instancia la muerte), pero el
cios estatales, carestía, dificultades miedo siempre reconoce un objeto,
de vivienda, salud, educación). pudiendo ser normal o patológico,
La violencia difusa se expresa en según sea proporcional o no a la te-
actitudes xenófobas, clasistas, ra- mibilidad del objeto. En la medida
cistas, sexistas y en todas las formas en que es patológico, la crimino-
posibles de discriminación, con- logía lo ha llamado pánico moral.
tra inmigrantes (Europa), grupos Cuanto mayor es la angustia social,
étnicos instalados desde antiguo de mayor espacio dispone la crimi-
(afroamericanos) o en crecimiento nología mediática para instalar ob-
(latinos en Estados Unidos), sec- jetos no temibles.
tores excluidos dentro de la propia Cuando la angustia se convierte
sociedad (América Latina) o etnias en miedo, todos los proyectos exis-
minoritarias (África). tenciales bajan sus objetivos y apa-
La excesiva angustia social im- rece, como primer paso de todos
pulsa la búsqueda anárquica de res- –por dispares que sean–, la elimi-
ponsables de la inseguridad, que se nación del obstáculo para su reali-
traduce en violencia contra los más zación, que es la presencia del chivo
dispares grupos y personas (vio- expiatorio. Cuando las encuestas
lencia difusa, sin canalización do- muestran que el principal reclamo
minante). La criminología cautelar es la seguridad, es porque la crimi-
debe ponderar este marco, pues de nología mediática ha logrado insta-
su dimensión dependerá la mayor lar el mundo paranoide.
o menor facilidad para la creación Esta base común perversa del
mediática del mundo paranoide. consenso da por resultado una de-
La violencia difusa y la angustia formación incalificable del verdade-
332
La criminología cautelar preventiva de masacres

ro consenso democrático: la publi- municación las que ejercen el poder


cidad favorable al estado gendarme de instalación del mundo paranoide
logra cancelar todos los reclamos de y lo deciden conforme a sus intere-
derechos que debiera satisfacer un ses (rating y consiguiente renta pu-
estado razonablemente operativo y blicitaria) y a los del sector político
los unifica en un único reclamo de o económico que está en sintonía
represión, alienando a la población con sus propietarios. La elección del
que, de ese modo, no cae en la cuen- enemigo –que el nazista Carl Sch-
ta de que renuncia a exigirle al es- mitt había señalado como esencia
tado lo que cada uno necesita para de lo político– ahora está en buena
la realización de su propio proyecto medida en manos de las empresas
existencial y sólo le reclama lo que de comunicación social. De allí la
servirá para que la controlen más y importancia del pluralismo mediá-
la repriman mejor cuando se le ocu- tico: tan negativa es la censura es-
rra pedirle otra cosa. tatal autoritaria como el oligopolio
Los estados de bienestar se des- comunicacional, que en definitiva
mantelaron en medio de un festival es una censura privada.
de corrupción mientras el mundo Pero para instalar el mundo pa-
paranoide –centrado en el delin- ranoide también es indispensable
cuente o en el terrorista– funcionó un chivo expiatorio adecuado al que
como una perfecta maniobra de imputarle los crímenes que se pro-
distracción. Es deber de la crimino- yectan como fuente de inseguridad
logía cautelar alertar a los sectores existencial.
políticos acerca de estas tácticas. La historia muestra la enorme
Hoy es técnicamente difícil ce- heterogeneidad de los enemigos
rrar un país a la información –pues posibles en los diferentes mundos
no es posible bloquear las noticias paranoides: brujas, herejes, judíos,
del exterior–, lo que permite desba- drogadictos, traficantes de drogas,
ratar montajes mediáticos muy gro- comunistas, subversivos, sifilíticos,
seros, como fue la tentativa de des- discapacitados, prostitutas, afri-
viar la responsabilidad del crimen canos, indios, inmigrantes, anar-
de Atocha en Madrid en víspera quistas, gays, minorías sexuales,
electoral. No obstante, hubo críme- terroristas, alcohólicos, pedófilos,
nes y mentiras que sólo tardíamente ácratas, socialistas, delincuentes
salieron a la luz (torturas, secuestros comunes, gitanos, burgueses, ateos,
antiterroristas, armas de destruc- religiosos, etc.
ción masiva de Irak). Es difícil hallar algún rasgo co-
Cuando reina la libertad de in- mún entre todos ellos, pese a que
formación son las empresas de co- algunos han sido reiteradamente
333
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

victimizados. A veces el chivo ex- En este caso, los males que se


piatorio es idóneo por el simple les puede atribuir son limitados. Si
hecho de que pertenece a un grupo bien siempre tendrá delitos cometi-
(judíos, gitanos, minorías sexuales dos y servirá para ejercer un poder
y étnicas), en tanto que en otras de control muy amplio, lo cierto es
algunos miembros del grupo pro- que a los jóvenes y adolescentes no
mueven conflictos que los hacen se les puede imputar un elemento
más vulnerables como candidatos en extremo útil para erigir un chivo
para el mundo paranoide. expiatorio, que es la conspiración.
Las conductas de algunos miem- Debido a eso siempre se lo elige
bros del grupo no deciden la con- como enemigo en forma residual,
dición de chivo expiatorio, pero son o sea, sólo se lo selecciona a falta de
las que mediáticamente facilitan un candidato mejor o como acompa-
la instalación paranoide y de este ñante de otros candidatos mejores.
modo aumentan el riesgo para el Tampoco debe identificarse la
grupo. En ciertos casos, basta con criminología mediática con la tota-
la violencia de uno solo de sus inte- lidad de los medios que la impulsan,
grantes para que contamine mediá- porque si bien no puede negarse su
ticamente a todos. condición manipuladora, tampoco
La violencia política facilita mu- se puede pasar por alto que algunos
chísimo la pulsión de venganza, medios sólo tienen funcionalidad
pero a falta de ésta, la señalización por puro rating y otros por mera
residual de delincuentes comunes ignorancia o imprudencia. De allí
se usa para imputar indiferencia a que también sea importante enta-
los gobiernos que no son de orden. blar el diálogo con los propietarios
Es necesario alertar a los grupos y trabajadores de medios.
vulnerables acerca de las conductas Siempre debe tenerse muy pre-
paradojales que pueden agudizar sente que la criminología mediáti-
su vulnerabilidad. ca prepara el mundo paranoide en
Al enemigo siempre se le asigna base a técnicas de neutralización,
el rol de criminal que incurre en los que pueden consistir incluso en
delitos de máxima gravedad, sin discursos más o menos sofistica-
importar si en verdad los comete. dos. En este aspecto también es
Cuando se selecciona como ene- necesario planear las tácticas de
migos a los delincuentes comunes, desbaratamiento, que no siempre
la estigmatización se orienta a todo consisten en confrontarlas pública-
su grupo de pertenencia, que en mente, lo que puede otorgarles una
nuestra región son los jóvenes de resonancia no querida, como en el
barrios precarios. caso de los movimientos de extre-
334
La criminología cautelar preventiva de masacres

ma derecha o de difamaciones gro- de bienestar, que con el pánico mo-


seras, en los que escándalo mediá- ral hace que las personas se sientan
tico es igual a publicidad. Cuando en constante peligro de vida y, por
el chivo expiatorio son los jóvenes ende, privilegien este bien sobre
de barrios precarios, las técnicas de cualquier otro, con lo cual dejan
neutralización distan mucho de ser de lado los reclamos que corres-
sofisticadas, pues en general consis- ponden al estado de bienestar para
ten en groserías mediáticas. reducirse sólo al que interesa al es-
Nunca debemos perder de vista tado gendarme de los años 90 del
que la criminología mediática es siglo pasado, cuyas consecuencias
un arma de lucha contra el estado estamos pagando aún.

335
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

336
No se puede prevenir
lo que no se conoce

L a criminología cautelar nece-


sariamente debe ocuparse de
señalar los medios que permitirán
que la criminología mediática no
sólo oculta otros riesgos, sino que
tampoco se ocupa de reducir los
reducir los delitos violentos, ya generados por la propia violencia
337
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

criminal a la que magnifica, pues que haya un muerto, y esto debe ir


a su respecto impulsa medidas que por otros cauces, sin perjuicio de
con frecuencia la potencian y fa- mejorar todo lo que se pueda el sis-
brican criminales, quienes a su vez tema penal para que tenga la mayor
le resultan funcionales. eficacia dentro de sus limitadas po-
Por consiguiente, la crimino- sibilidades y, sobre todo, para que
logía cautelar debe confrontar con no se descontrole y acabe siendo un
el pánico moral por un lado, pero agente masacrador.
apoyar el temor racional –y por Recordemos, una vez más, que
ende la cautela– frente a los ries- hay, en principio, dos clases de pre-
gos reales causantes de cadáveres vención: la primaria y la secunda-
anticipados, ya sea que provengan ria. La prevención primaria es la
del delito violento, de otros riesgos que opera sobre la fuente misma de
minimizados mediáticamente o del la conflictividad; la secundaria –di-
propio poder punitivo. cho brevemente– sería la policial o
Para eso es necesario investigar de vigilancia. Esto es verdad, pero a
los riesgos que constituyen las di- condición de considerar que se trata
ferentes fuentes de muerte violen- de dos extremos en un espectro que
ta en cada sociedad y proponer las puede abarcar múltiples modelos in-
medidas preventivas adecuadas. En termedios.
última instancia debe propugnar Todas las cifras del mundo se-
la instalación de una criminología gún los datos de la ONU indican
preventiva de estado. que hay una relación inversa entre
Esta tarea no se agota mejoran- el nivel de vida –medido por el in-
do el sistema penal, pues éste tiene greso per capita– y la muerte vio-
una reducida eficacia preventiva lenta. La distorsión la produce Es-
y, además, es un mecanismo len- tados Unidos, debido justamente
to, que casi nunca se mueve, sin al efecto reproductor de su propio
contar con que a veces es él mismo sistema penal; es el único país del
quien lo produce, en ocasiones en mundo con alto índice de homici-
forma de masacre y, además, siem- dios y a la vez con alto ingreso per
pre llega tarde, cuando el daño ya capita.
se ha consumado. Esto indica que la regla de que
En todo el mundo, el sistema las curvas del homicidio y del in-
penal se mueve muy poco. Incluso greso per capita se cruzan se veri-
hay casos en los que la regla es no fica siempre que no haya una extre-
moverse, como en el de la discusión ma polarización del ingreso y que el
sobre el tema del aborto. Por ende, propio poder punitivo no obstacu-
es claro que hay que llegar antes lice de alguna manera la tendencia
338
No se puede prevenir lo que no se conoce

general. Esta última es una razón socio-ambiental (en todos los expe-
más para reafirmar la cautela en el dientes se hace); 9) motivo presun-
ejercicio del poder punitivo. to; 10) presencia de tóxico (alcohol,
Todo lo que los estados destinan otros; en caso afirmativo, grado de
a la represión, por precario que sea, alcoholemia, etc.); 11) circunstan-
es muy caro, lo que no es un dato cias en que se conoció el hecho; 12)
menor, teniendo en cuenta las nece- hallazgo del cadáver.
sidades de nuestros países, que de- Si pudiéramos responder a estas
ben invertir en desarrollo e infraes- preguntas en todos los homicidios y
tructura. Todo lo que se destine a luego trabajáramos sobre los datos
evitar la violencia es economía en el obtenidos, podríamos responder
mediano plazo, pues, por lo menos, además muchas otras preguntas in-
importa un ahorro en represión. teresantes: ¿Cuáles son los homici-
Cuando se pregunta por las me- dios más frecuentes? ¿Por violencia
didas preventivas concretas, las res- familiar, celos, disputas entre bo-
puestas son vagas: se aconsejan me- rrachos, grescas entre bandas, robo,
didas en salud, educación, asistencia secuestro, etc.? ¿Qué perfiles tene-
social, deporte, etc. Siempre se supo mos de víctima? ¿Quiénes están
que subiendo el nivel de vida, baja el en mayor riesgo? ¿En qué circuns-
delito violento y sube el astuto; así tancias aumentan los riesgos de
lo señalaba Niceforo hace un siglo victimización? ¿En qué segmentos
(baja el homicidio y sube la estafa). sociales predominan unos y otros
Pero el criminólogo no se pue- riesgos? ¿Qué perfil de victimario
de quedar sentado esperando que tenemos? ¿A qué faja etaria corres-
suba el producto y aconsejando ponden según los diferentes tipos
medidas de sentido común. ¿Qué de homicidios? ¿Qué signos de ries-
debe hacer? go previos existen? Y muchas más.
Tomemos como ejemplo indi- Además, si hiciéramos esto du-
cador el homicidio. El universo de rante cuatro o cinco años, veríamos
homicidios dolosos de un país del cómo varía la dinámica del homi-
Cono Sur no es muy grande. Escri- cidio en el país, cuáles aumentan,
bamos en una planilla una docena cuáles bajan y cuáles se mantienen.
de preguntas elementales: 1) lugar; Es bastante sencillo y elemental.
2) hora; 3) circunstancia; 4) rela- Pero nadie lo ha hecho.
ción entre víctima y victimario; 5) Si queremos ocuparnos de los
medio usado; 6) datos personales adolescentes de barrios precarios
de la víctima (edad, estado civil, en conflicto con la ley (no digo ho-
profesión, instrucción, domicilio, micidas, porque el número es muy
etc.); 7) del victimario; 8) informe reducido y por lo tanto no es signi-
339
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

ficativo para extraer consecuencias dar una idea de metodología. Esta


generales), lo primero que observa- se podría seguir en violencia intra-
remos es que –como es obvio– no familiar, en muertes de tránsito, en
todos los del barrio se encuentran robo de automotores, en lesiones en
en esta situación, sino un grupo mi- riña, en disposición para denun-
noritario de ellos. Si formulásemos ciar, en zonificaciones por delitos,
también una docena de preguntas y en estafas, en piratería del asfalto, en
las aplicáramos a ese universo, nos abigeato, etc.
resultarán las variables indicadoras Nadie puede prevenir si antes no
de riesgo más frecuentes. agota los recursos técnicos para sa-
Así, supongo que la deserción ber qué es lo que debe prevenir. No
escolar puede ser un factor de ries- hay táctica posible sin un cuadro de
go, pero en verdad no lo sabemos ni situación. Esto parece tan elemental
tampoco sabemos en qué medida que no encontramos más argumen-
incide. Puede ser más importante tos para reforzarlo: muchas veces la
la procedencia de un hogar violento evidencia obstaculiza la argumen-
o el uso de tóxicos por parte de los tación, porque nadie se ocupa de lo
padres, no lo descarto, pero estas evidente; nadie hace una tesis para
son hipótesis y no verificaciones, demostrar que los objetos pesados
cuando de estas últimas es de lo caen hacia abajo.
único que pueden resultar los in- El cuadro de situación se con-
dicadores de los aspectos de mayor figura en base a muy pequeños
relevancia preventiva y sobre los cuadros locales, que en ocasiones
cuales se debe actuar. detectarán marcos conflictivos so-
Sabemos que si mejorásemos bre los que se puede actuar, como
todo tendríamos menor número la inmediatez de viviendas de clase
de homicidios y de chicos en con- media o alta en relación con barrios
flicto con la ley, pero no podemos precarios. Hay líderes, personas res-
mejorar todo, de modo que, de petadas, modos de establecer puen-
momento, debemos saber dónde tes de comunicación: si tenemos
poner la mayor atención y destinar que vivir juntos, no nos matemos,
los mayores esfuerzos. ¿Será muy veamos cómo hacemos para convi-
difícil hacerlo? ¿Costará millones y vir, qué podemos intercambiar.
millones? No, no costaría ni un 1% La prevención de la violencia no
de lo que se invierte en seguridad, dista mucho de requerir un mode-
pero nos serviría para invertir de la lo análogo al sanitario. Sería ini-
manera más eficaz el 99% restante. maginable un sistema de salud en
Por supuesto que se trata de da- el que cada funcionario decidiese
tos groseros y ejemplifico sólo para cómo invertir según su evaluación
340
No se puede prevenir lo que no se conoce

personal. En zonas con enfermos ro, que será menester diagnosticar


de Chagas-Mazza tendríamos hos- para emprender un proceso de re-
pitales llenos de quirófanos vacíos, construcción institucional.
porque el proyectista es cirujano. El investigador deberá desdra-
Vacunaríamos o no según lo que matizar muchas situaciones, porque
reclaman los medios, formaríamos el oncólogo que se desmaya cuando
especialistas que no tendrían tra- mira la radiografía no sirve. Lo he-
bajo, enviaríamos tomógrafos don- cho está hecho, las policías están
de no hay electricidad. Cualquier en buena medida autonomizadas,
medio masivo de comunicación los ámbitos de recaudación se han
denunciaría brotes y epidemias, las permitido. Con escándalo y reac-
personas tendrían pánico al viajar, ciones espasmódicas y contradicto-
desinfectarían los zapatos al entrar rias nada se puede resolver, sin un
a sus casas. Esto, que sólo es un dis- previo análisis de la realidad y una
parate imaginario, no dista mucho táctica de rectificación adecuada.
de lo que hacemos en materia de Salvo los casos intolerables, no
prevención de la violencia. se trata de imputar a personas, pues
No hay estadísticas ingenuas éstas se formaron en instituciones
ni investigaciones objetivas en el que la política descuidó durante
sentido de ciencia pura. Todas tie- muchas décadas; los deterioros tie-
nen una intencionalidad, de modo nen causas estructurales que son a
que, para evitar confusiones, es me- las que se debe apuntar.
nester precisar qué se busca y qué En principio, no todas las poli-
se quiere obtener, lo que si bien es cías de la región padecen el mismo
elemental en toda metodología de grado de deterioro, lo que ni siquie-
investigación, en la criminología ra sucede con todas las de un mis-
cautelar debe subrayarse, para que mo país, en particular si se trata de
quede bien manifiesta: la preven- un país extenso y federal. Por ende,
ción de la violencia con el objetivo de se debe analizar cada caso y reali-
abatir sus índices de producción de zar detallados diagnósticos parti-
cadáveres. culares antes de tomar cualquier
medida, especialmente porque la
función policial no puede detener-
La dignificación policial se; es una nave que debe repararse
mientras navega, con todos los pro-

L a criminología cautelar debe


prestar especial atención a las
policías, que en nuestra región pa-
blemas que eso implica.
Dos deben ser los objetivos para
eliminar la recaudación autónoma:
decen diferentes grados de deterio- las formas de compensación legal
341
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

antes de obturar los canales de re- representación del estado que tiene
caudación ilegales y procurar la el habitante –y a veces la única–,
distribución equitativa de los nue- por lo cual debe tener un mínimo
vos beneficios legales. En este senti- de entrenamiento para manejar la
do, no cabe duda de que la sindica- conflictividad cotidiana, aconsejar,
lización del personal policial puede orientar a la población, derivar los
aportar soluciones más igualitarias. planteos a las diferentes agencias
Debe tenerse en cuenta que los del estado que tengan capacidad
nuevos beneficios no pueden limi- para resolverlos.
tarse a mayores emolumentos, sino La comisaría, la escuela, el hos-
a un general cuidado de las condi- pital y el municipio deben coordi-
ciones laborales, sanitarias, asis- narse, porque de eso depende que se
tenciales, previsionales, etc., lo que resuelvan muchos conflictos que de
requiere un interlocutor que sea ex- otro modo pueden volverse violen-
presión de todo el personal. tos e incluso costar vidas humanas.
En la actualidad, la policía todo Los cuerpos policiales no deben
terreno tiende a desaparecer, reem- ser demasiado numerosos, pues
plazada por policías especializados números tan excesivos que incluso
conforme a las diferentes funciones superan en algunos países los de las
y, sobre todo, a la distinción entre la Fuerzas Armadas, dificultan en ex-
función de seguridad pública y de tremo toda posibilidad de control.
investigación criminal. Debe suprimirse la pura meri-
La tecnificación policial no obe- tocracia estadística, que deriva en
dece sólo a mayores conocimientos, prácticas viciadas. La calidad del
sino también a la formación cívica servicio debe ser valorada confor-
e ideológica del personal. Si bien me a criterios de eficacia preventi-
en toda institución debe primar va y no de puro número. En defi-
un criterio pluralista, el límite son nitiva, si en un circuito policial no
las ideologías incompatibles con la sucede nada grave, es natural que
convivencia democrática y las ga- tampoco haya un número elevado
rantías constitucionales. de procedimientos. La regla de oro
El personal debe formarse de debe ser la menor molestia posible
preferencia en las universidades y a la población.
no ser por completo entrenado en Con lentitud pero sin pausa se
ghetos profesionales; esto permitirá debe pensar en una aproximación
abatir prejuicios absurdos y des- al modelo comunitario, a una po-
truir estereotipos. licía con inserción barrial, muni-
Por otra parte, el personal poli- cipal, local, porque para la pre-
cial es muchas veces la más próxima vención es fundamental la imagen
342
No se puede prevenir lo que no se conoce

pública de la policía y esta se cons- siones alarmistas o rumores apo-


truye localmente, genera confianza calípticos con el objeto de generar
con su actuar y su buena inserción malestar y resistencia.
en el medio. La operatividad del sistema pe-
Si bien en nuestros países no nal cambiará fundamentalmente
sería muy imaginable la elección con la modificación de las estruc-
popular de los jefes policiales, no turas de estas agencias, porque su
estaría de más pensar en consultas extracción social y la proximidad
locales acerca de la evaluación pú- respecto del conflicto real la colo-
blica de las policías y en consejos de can en una mejor situación para
vecinos, puntos de encuentro con comprender su naturaleza; no olvi-
instituciones públicas y privadas, demos que el movimiento de des-
ONGs locales. manicomialización fue impulsado
Es altamente recomendable que por los enfermeros.
la criminología cautelar reúna los Las opiniones concretas del per-
datos sobre cada organización poli- sonal policial, contra todo lo que
cial en forma de survey, valiéndose el prejuicio corriente puede hacer
de todos los medios técnicamente creer, son con frecuencia mucho
conocidos: documentos e informa- más cautelares que las que provie-
ción oficial, entrevistas anónimas nen de los integrantes de los otros
con personal subalterno, con las segmentos del sistema, que guar-
cúpulas, con las víctimas de delitos, dan una considerable distancia de
con las personas que hayan sufrido la realidad conflictiva.
detención, con la población, el aná-
lisis de los sueldos para establecer si
ha habido deterioros en cuanto a la La prisión como
capacidad real de compra, el análi- factor de riesgo
sis de las sanciones y de las bajas,
entrevistas con personal retirado,
etc. Sólo después de obtener este
survey sería prudente ensayar una
D ado su efecto reproductor, la
prisión es otro factor específico
de riesgo. Varios son los interrogan-
táctica de transformación con me- tes al respecto: ¿No hay en realidad
nores riesgos. otra opción que la contención de se-
Toda modificación de las con- guridad en jaulas de oro psicotizan-
diciones laborales debe explicarse tes o en campos de concentración?
muy claramente a todo el perso- ¿Era totalmente falsa la ideología re?
nal, pues de lo contrario se corre el ¿No tiene remedio la crisis del dis-
riesgo de que las cúpulas o algunos curso del personal penitenciario?
grupos internos hagan correr ver- No lo creemos así. Pero veamos.
343
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Si por ideología re se entiende el único modo de reducir la prisio-


que el preso debe tratarse como si nización es el establecimiento de
fuera un aparato peligroso que tie- cupos, o sea, determinar cuál es la
ne que ser introducido en un taller capacidad de cada establecimiento
de reparaciones para devolverlo en y limitar el número de presos a esa
condiciones de circular, esto no capacidad, sometiendo al resto, en
sólo es falso sino también inhuma- orden de menor gravedad o mayor
no y, además, resulta de imposible proximidad al egreso, a penas no
funcionamiento. En este sentido no privativas de libertad. Como hay
hay ningún fracaso, sino que nunca una general resistencia a esta solu-
funcionó ni podía hacerlo. ción, las cárceles se siguen degra-
Los republicanos norteamerica- dando con el consiguiente efecto
nos no descubrieron nada nuevo, reproductor.
sino que tomaron como pretexto lo En los foros mundiales de gobier-
que todos sabíamos y, precisamente nos, como los congresos de la ONU,
por eso postulamos siempre que la los representantes de los países cen-
prisión se usara en la medida exac- trales se niegan a proyectar cual-
tamente inversa a la que ellos prac- quier tratado que los obligue a un
tican, o sea, mínima e indispensa- mayor control de las prisiones, pese
ble, como último recurso. a que los organismos de derechos
Con ese objeto se ampliaron en humanos dependientes de la propia
abanico las instituciones que pri- ONU formulan frecuentes condena-
mero se inventaron para reducir la ciones a los estados en este sentido.
prisionización, o sea, la condena- En algunos países la situación
ción y la libertad condicionales. Eso ha alcanzado límites insólitos, por-
dio lugar a las llamadas penas alter- que funciona un sistema de cupos
nativas, que es preferible llamar pe- de facto, ya que sus prisiones están
nas no privativas de la libertad. tan superpobladas que no caben
Se introdujeron en muchos có- más presos ni siquiera en las con-
digos, pero al poco tiempo causa- diciones más deplorables, por lo
ron una general desilusión, porque cual las órdenes de detención se
los tribunales fueron remisos a cumplen a medida que se producen
usarlas y en lugar de despoblar las nuevas vacantes en las prisiones,
prisiones funcionaron como una que se llenan mediante la selección
ampliación de la red punitiva, o sea que llevan a cabo las policías, lo que
que siguió subiendo el número de les abrió una nueva fuente de recau-
presos y además se aplicaron estas dación autónoma.
penas no privativas de libertad. De todas formas, el futuro de las
Desde entonces pensamos que prisiones es incierto. Con una nueva
344
No se puede prevenir lo que no se conoce

generación de chips se podrá moni- pesimista y no quiero deprimirlos


torear a una persona sin necesidad más. Volvamos a nuestro tiempo.
de institucionalizarla, demarcán- Dijimos que el personal peniten-
dole circuitos de circulación y pro- ciario se halla anómico ante la crisis
vocándole sensaciones paralizantes de los discursos re y afirmamos que
o dolorosas si se aparta de ellos, lo no es la pura prisión de seguridad la
que no es un buen panorama futuro única alternativa.
por cierto, dado que el número de Lo cierto es que nos hallamos
presos tiene límites presupuestarios ante un número de personas institu-
–aun en Estados Unidos–, en tanto cionalizadas y debemos pensar qué
que el control electrónico puede ser hacer con ellas, cómo tratarlas, pues
mucho más barato y generalizado. es menester dispensarles un trato.
Sin duda habrá empresas in- La población de nuestras prisio-
teresadas en vender por lo menos nes se compone en su mayoría de
un chip por habitante. Tampoco se infractores contra la propiedad y
sabe qué sucederá cuando se cai- de pequeños pasadores de tóxicos
ga el sistema. Pero todo esto per- prohibidos. Dejo de lado otros ca-
tenece al ámbito de la futurología sos, que representan una minoría,

345
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

algunos más problemáticos por ideología re lo que ha funcionado o


su sintomatología, otros menos, es otra cosa? ¿No será algo diferente
porque son agresores u homicidas que han hecho sin darse cuenta del
ocasionales, que seguramente no todo? ¿No estarán haciendo prosa
volverán a la prisión. sin saberlo?
El carne de cárcel, que vuelve Creo que sí. Cuando reparamos
una y otra vez hasta que –como vi- más cercanamente en estos casos,
mos– se cae del estereotipo por su vemos que se trata de supuestos
edad, es en nuestra región el delin- en que la persona ha cambiado su
cuente contra la propiedad y el pe- autopercepción; en lugar de refor-
queño comerciante de tóxicos o las zar la introyección del estereotipo
mulas usadas por otros. conforme a las demandas del rol
Son infractores que han hecho desviado, se percibe a sí mismo de
de sus ilícitos una forma de sobre- otro modo y elabora un proyecto
vivir, por cierto que nada fácil y existencial diferente. Si se quiere
bastante deteriorante y dañosa. llamar a esto re-algo no me opongo,
Estas personas no llegan a la pero lo importante es que nos de-
cárcel por lo que hacen, sino por- mos cuenta de qué se trata.
que eligieron mal una forma de En estos casos el preso ha apren-
supervivencia. Los white collar rea- dido que, asumiendo el rol confor-
lizan conductas más dañosas, pero me al estereotipo, lejos de desem-
sólo excepcionalmente llegan a la peñar el papel de macho, fuerte,
prisión, pero los presos no saben valiente, desafiante, vivo, que se las
usar medios muy sofisticados y, sabe todas, en realidad ha cumpli-
como vimos, son primitivos, cham- do el papel de tonto útil al poder
bones de la superviviencia ilícita, punitivo. Se ha dado cuenta de su
poco menos que se entregan al po- desvío y de que lo engañaron y le hi-
der punitivo, llegan enmarcados en cieron tomar el camino errado por
un estereotipo inconfundible, casi el que sólo puede construir su pro-
ataviados con un uniforme de su pia ruina y jugar a favor del poder
actividad. En la prisión se les debe punitivo. Fue víctima de una mala
deparar un trato. ¿Cuál? pasada, de una elección existencial
La anomia del personal peniten- tremendamente catastrófica en lo
ciario responde a que el discurso re personal. No porque ha sido malo,
lo coloca frente a una misión impo- sino porque ha sido tonto.
sible. No obstante, a veces sucede En principio, cabe presuponer
que el preso no vuelve más y estos que el trato humano y no degra-
casos son considerados éxitos reso- dante impone velar ante todo por la
cializadores. ¿Pero en verdad es la vida y la salud del preso. Pero esto
346
No se puede prevenir lo que no se conoce

es sólo un presupuesto bastante ele- o sea, su propia autopercepción, que


mental, aunque no siempre obser- le otorga un alto nivel de vulnerabi-
vado, a juzgar por el alto número de lidad ante el poder punitivo.
muertes violentas que se registran Si el preso está preso por su
en las prisiones, incluso en sistemas vulnerabilidad, de lo que se trata
más o menos cuidados. (llámeselo re-algo o como se quie-
Pues bien, contando con ese ra) es de ofrecerle –no imponerle–
presupuesto elemental no siempre la oportunidad de elevar su nivel
observado, lo cierto es que nadie de invulnerabilidad, no conforme
puede obviar los efectos estructu- al precepto sé bueno, sino no seas
rales de la prisión que responden a tonto. Algo así como: sos un ser
su esencia de institución total, pero humano, tenés que darte cuenta de
pueden hacerse grandes esfuerzos que esa imagen que te construiste
por no acentuarlos y, básicamente, de vos mismo es falsa, te degradás
eliminar del trato todo lo que con- a vos mismo y sos funcional al po-
tribuya a degradar la autopercep- der, te hacen creer piola y te usan
ción, a lesionar la dignidad en una como gil, te están usando, explo-
medida mayor que la impuesta por tan tu ingenuidad. Te ofrecemos la
el hecho de estar preso. oportunidad de que te avives. ¿Te
Nunca he sabido, por ejemplo, hacen creer que la próxima va a ser
por qué se somete a revisiones ve- la buena? No, no hay buena, es una
jatorias a las visitas, cuando es más trampa más. Los que la hacen bien
sencillo revisar al preso antes de no vienen aquí.
devolverlo al pabellón. Tampoco Esto es lo que a veces se hace sin
entiendo por qué forma parte del saberlo y son los casos de resociali-
folklore penitenciario que las requi- zación que muestra el personal, que
sas se hagan con un ruido infernal en verdad son resultado de un au-
y arrojando todas las pertenencias mento del nivel de invulnerabilidad.
de los presos al piso. Si un preso ingresa casi analfa-
Si el preso por infracciones de beto y egresa como ingeniero elec-
supervivencia está preso no tanto trónico, se ha logrado cambiar su
por lo que hace, sino porque lo hace autopercepción, expulsar de su in-
mal, porque ha elegido un camino terior el estereotipo introyectado y,
para sobrevivir que lo lleva a su consecuentemente, elevar su nivel
destrucción y que es funcional a la de invulnerabilidad ante el poder
legitimación del poder punitivo, lo punitivo; quien expulsa el estereo-
cierto es que está preso por su vulne- tipo de su interior también lo hace
rabilidad, de la que forma parte cen- de su exterior, pues comienza a sen-
tral la introyección del estereotipo, tirse portador de un disfraz.
347
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

No es nada sencillo llevar a cabo técnica, una suerte de clínica de la


esta tarea. El impacto de la revela- vulnerabilidad, en la que, por su-
ción del engaño manipulador del puesto, los psicólogos tienen un am-
poder punitivo puede ser fuerte, el plio campo de acción especializada.
estereotipo se resiste a esta suerte Conozco la tradicional descon-
de exorcismo. Cuando alguien se fianza crítica respecto de la clínica
siente defraudado, estafado, vícti- criminológica, pero hay una dife-
ma de un engaño, de una traición, rencia sustancial entre esta vieja
sea en la amistad, en el amor o en clínica, que buscaba la crimino-
el dinero, se deprime. Mucho ma- génesis individual para tratarla,
yor debe ser la depresión cuando se y lo que proponemos, que es una
trata nada menos que de la elección clínica que busque y trate la pri-
existencial misma. siogénesis.
Todo dependerá de que la intro- Personalmente –y pese a que co-
yección haya sido muy prematura, nozco los prejuicios de las escuelas
preparada desde la niñez o sufrida psicológicas– creo que no saldría
posteriormente y en forma más o sobrando que quienes encaren esta
menos súbita, de la fragilidad de la tarea le echen una buena leída a los
personalidad, del grado de inma- escritos de Viktor Frankl, aunque
durez afectiva. no se comparta su marco teórico,
De no llevarse a cabo con el cui- porque la experiencia vivencial que
dado necesario y por manos técni- reflejan es muy importante para co-
cas, la duda respecto de la elección locarse en la situación del otro.
puede llevarlo a reafirmarla me- De cualquier manera, un trato
diante un hecho violento y absur- y una clínica de la vulnerabilidad
damente suicida. No es fácil acep- son posibles y su teorización ten-
tar que la perversidad del poder dría enorme valor para dotar de
punitivo lo ha engañado y usado un nuevo discurso no contradicto-
como una cosa sin valor hasta el ex- rio al personal penitenciario. Si se
tremo de llevarlo al fondo social de quiere sostener que sería una nueva
marginado entre los marginados, versión de re-algo es una cuestión
de excluido de los excluidos. opinable y terminológica, pero lo
Este trato que ofrece –insistimos cierto es que no se trata de ninguna
en que no se trata de imponer– la empresa imposible, sino altamente
posibilidad de superar el alto nivel digna para revalorar la difícil tarea
de vulnerabilidad requiere de una del personal penitenciario.

348
Criminología cautelar
y contención jurídica

C uando el sistema penal está


mínimamente equilibrado y se
encuentra en el marco de un discre-
los chivos expiatorios, a lo que suele
sumarse el poder político cuando,
en su camino a la autodestrucción,
to estado de derecho, en su interior procura desviar hacia los jueces la
existe un poder de contención a publicidad extorsiva.
cargo de las agencias jurídicas (jue- Tanto la publicidad como los
ces, fiscales, abogados, auxiliares), políticos asustados se aprovechan
de cuyo entrenamiento se ocupan de la indefensión de los operadores
las agencias de reproducción ideo- jurídicos, y esto se debe a su falta de
lógica (las facultades de derecho, medios y de entrenamiento comu-
las universidades). nicacional.
La criminología mediática tien- La agresión mediática y política
de a debilitar el estado de derecho, muchas veces condiciona acciones
extorsionando a las agencias jurídi- lesivas de la autonomía de los jue-
cas con la publicidad calumniosa ces y pronuncia sentencias por su
que les imputa encubrimiento de cuenta.
349
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

Ante estas agresiones, algunos rocratización, donde lo único que


operadores judiciales caen en racio- cuidan es su estabilidad laboral y,
nalizaciones que los llevan a deci- en tal caso, el abierto apoyo a estas
dir evitando la confrontación con actitudes masacradoras las amena-
la publicidad vindicativa y con los za más que el propio enfrentamien-
políticos. Por suerte es excepcional to con la publicidad oficialista de
que la magistratura se monte en la regímenes autoritarios, que en su
publicidad mediática en pos del es- momento también las alarma (en la
trellato televisivo. esquina me lo traducirían así: Que-
Sólo en ejemplos históricos ex- remos tranquilidad, no nos metan
tremos los operadores del poder en líos con los de ahora ni con los
jurídico de contención optan por que vengan después).
abdicar de su función y en forma ex- Toda burocracia conoce la vo-
presa adherir al poder masacrador, latilidad del poder político y en
llegando al punto en que material- función de la conservación de sus
mente dejan de ser jueces y fiscales. puestos trata de evitar cualquier
Andrei Vyshinsky, en las pur- manifestación riesgosa para el pre-
gas estalinistas, no era un verda- sente y el futuro. Sin embargo, los
dero fiscal, sino que tomaba parte pocos que asumen abiertamente la
en una mera escenificación ritual actitud cómplice resultan funcio-
preparatoria de la intervención del nales al grueso no comprometido,
verdugo. En el Volksgericht tampo- porque en el futuro sirven para que
co había jueces. No puede conside- los estigmaticen y demuestren su
rarse juez al payaso togado Roland aparente independencia u oposi-
Freisler, que escupía e insultaba a ción al régimen masacrador.
los procesados sobreactuando su La propia academia puede favo-
adhesión al régimen, de la que éste recer la burocratización indiferen-
desconfiaba por su origen bolche- tista inventando teorías normativas
vique. Cuando acababa de insultar puras que permitan racionalizar la
y advertir que haría ejecutar a un negación de la masacre súbita o por
procesado, un oportuno bombar- goteo, porque elaboran una teoría
deo demolió el edificio y Freisler del conocimiento jurídico que deja
murió aplastado por una piadosa fuera lo que no está en la norma y
columna, sosteniendo en su mano cualquier referencia a la realidad le-
el expediente del procesado, que tal la consideran lesiva de la pureza
luego fue absuelto. metodológica jurídica (o bien una
Más común que estos históricos consideración meramente política).
casos extremos es que las agencias Esto sucedió en Alemania, donde
jurídicas caigan en el vicio de la bu- hubo teóricos de la academia abier-
350
Criminología cautelar y contención jurídica

tamente nazis (llamados los de Kiel) bio de humor social y estimularlo,


y otros que discutían con ellos sos- quitar de su mira al juez que quiere
teniendo que con el derecho penal controlar el poder punitivo (hasta
normativo tradicional podían servir entonces estigmatizado como ga-
mejor a la legislación nazista (Mez- rantista) y disparar sin piedad al
ger), pero en la posguerra, los de Kiel condescendiente hasta convertirlo
fueron considerados los únicos hit- en chivo expiatorio de la atrocidad
lerianos y los otros siguieron en sus que ella misma impulsó.
cátedras (tiempo después, los de Kiel Estas consideraciones –y mu-
también volvieron a la universidad y chas otras– indican la necesidad
recibieron honores). de incorporar al horizonte de pro-
Refugiarse en un discurso que yección de la criminología cautelar
sirve para decidir en casos concre- tanto el perfeccionamiento insti-
tos, pero que se elabora en un mun- tucional del poder jurídico (gra-
do de normas, de deber ser, donde do de burocratización, selección y
no penetran más datos que los se- entrenamiento de los juristas, plu-
ñalados por el poder –legislador–, ralismo ideológico en las agencias,
donde todo tiende a ser lógica y geo- independencia externa e interna),
metría, es un recurso para ejercer como también el análisis crítico
actos de gobierno (toda sentencia de los discursos jurídicos para de-
lo es), guardándose en la manga la tectar los elementos inhibidores de
carta que, llegado el caso, sirva para la función contentora o que sean
alegar que no hubo compromiso. parte de una técnica de neutraliza-
En el caso de la criminología ción de valores.
mediática, la complacencia de los En situaciones límite, cuando
operadores jurídicos no les ofrece el poder punitivo se ha descontro-
ninguna garantía, pues los instala lado, no hay espacio para contener
como buenos candidatos a chivos nada; todos sabemos que no es po-
expiatorios en cuanto se produce un sible exigir la heroicidad, porque si
simple cambio de humor público. lo fuese los héroes no tendrían mo-
La condescendencia de los ope- numentos.
radores jurídicos con las agencias Esto no significa que no haya ac-
ejecutivas se les vuelve en contra titudes heroicas, como la del colega
cuando éstas cometen alguna atro- salvadoreño Atilio Ramírez Ama-
cidad inocultable o, simplemente, si ya, que investigó el asesinato de
en el curso de una masacre por go- Monseñor Romero y a quien conocí
teo ejecutan a alguien equivocado. manejando un taxi en San José de
La criminología mediática tiene Costa Rica, donde debió exiliarse
reflejos ágiles para percibir el cam- para salvar su vida. Otros magis-
351
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

trados de nuestra región no tuvie- pretexto de contravenciones, deten-


ron esa suerte y fueron muertos en ciones por averiguación de antece-
razón del honesto cumplimiento de dentes o estados de peligrosidad.
su deber, como muchos jueces co- Por regla se defiende esta compe-
lombianos, incluso la propia Corte tencia como seguridad preventiva,
Suprema, cuyos jueces –y su pro- pero en realidad se trata de ámbitos
pio presidente, el colega penalista de recaudación autónoma que con-
y amigo Alfonso Reyes Echandía– figuran limitados sistemas penales
fueron asesinados por las Fuerzas paralelos de difícil control.
Armadas en la llamada toma del Además, por la extrema selec-
Palacio de Justicia. tividad con que actúan estos siste-
Cabe insistir en la observación mas paralelos limitados, no afectan
de la profesora Lola Aniyar de Cas- mayormente a la clase media y por
tro –pionera de la criminología de ende no tienen repercusión mediá-
la reacción social latinoamericana–, tica, se los minimiza e ignora en las
cuando hace años señaló que en los academias. No obstante, son mucho
regímenes autoritarios se triplica el más importantes como configura-
sistema penal. Al margen del sis- dores (en el sentido de Foucault)
tema penal formal, se monta otro que el propio sistema penal formal,
paralelo, mediante poderes excep- debido a su inmediatez respecto de
cionales, como detenciones a dispo- lo cotidiano.
sición del poder ejecutivo, y también ¿Qué importa más desde el pun-
un sistema penal subterráneo, que se to de vista de la vida cotidiana co-
ocupa de los secuestros, asesinatos, mún y corriente, que le apliquen la
torturas y desapariciones forzadas, pena de muerte a un asesino sádico
o sea, de las masacres. En estos ca- o que me detengan porque tomo
sos es obvio que no opera ningún cerveza en una esquina, beso a otra
poder de contención o que el poco persona, estoy cantando en un bar
que queda es muy débil. o bailando en una calle?
Pero si analizamos las cosas con Las personas comunes no son
mayor detenimiento, veremos que asesinos sádicos, pero cualquiera
en estas situaciones extremas se de ellas –y más las de los secto-
libera una tendencia a la multipli- res subalternos– realiza conductas
cación de poderes punitivos que se como las señaladas o puede cometer
halla siempre presente en todo sis- pequeñas infracciones sin víctima.
tema penal. El sistema penal subterráneo del
En los estados de derecho no que habla la profesora Aniyar de Cas-
faltan agencias ejecutivas que im- tro tampoco es extraño a la norma-
ponen y ejecutan penas, sea con el lidad del poder punitivo en nuestra
352
Criminología cautelar y contención jurídica

región, pues se traduce en masacres diática, las limitaciones al conoci-


por goteo, en ejecuciones policia- miento por su pertenencia social,
les, en desapariciones forzadas –que su disposición a correr riesgos bu-
también ocurren en tiempos que no rocráticos y políticos al confrontar
son de dictadura y que han motivado con alguna agencia ejecutiva o con
decisiones de la propia Corte Intera- la criminología mediática, etc.
mericana–, y en prácticas de tortura Así como las condiciones perso-
que, si bien no son sistemáticas, no nales lábiles facilitan la introyección
han desaparecido. del esteretipo desviado en muchos
La contención de estos fenó- candidatos a la criminalización, tam-
menos letales depende del espacio bién en otros estratos sociales la labi-
institucional condicionado por la lidad personal facilita la introyección
independencia interna y externa de otros estereotipos, como el del
del judicial. No hay independen- juez aséptico, por ejemplo.
cia interna cuando los jueces están Una criminología cautelar debe
sometidos a una dictadura de sus investigar profundamente y con
propios tribunales superiores co- todas las técnicas de las ciencias
legiados, o sea, cuando configuran sociales a los poderes judiciales. Es
una corporación verticalizada. curioso señalar que ni siquiera hay
No hay independencia externa historias de nuestros poderes judi-
cuando están sometidos al poder ciales, lo que responde claramente
ejecutivo de turno o sus recursos a la imagen de aislamiento aséptico
son tan limitados que el control es del marco político general en el que
materialmente difícil o imposible, en cada etapa ha operado.
como cuando la extensión terri-
torial es exagerada, el volumen de
procesos es inmanejable, se le im- Neutralización
pone la delegación de la investiga- del efecto reproductor
ción criminal en la policía depen- de la comunicación
diente de la autoridad política, etc.
También hay un espacio per-
sonal de contención que depende
de la actitud individual del opera-
E l mundo paranoico genera una
banalización social de la vio-
lencia e incita a armarse a personas
dor jurídico, condicionada por su que jamás han manejado un arma.
formación (obra de la agencia de Dejando de lado el teratológico
reproducción ideológica), su ideo- ejemplo de Estados Unidos, lo cier-
logía, su capacidad personal para to es que el número de muertes vio-
reconocer el grado de creación de lentas guarda una relación directa
realidad de la criminología me- con el de armas existentes en una
353
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

sociedad y en conflictos no vincu- Se trata de un terreno no inves-


lados a la vindicación paranoide, tigado. Es obvio que no podemos
como la violencia intrafamiliar, la caer en la misma trampa inquisi-
celotipia, las muertes por disparos torial con la tentación de imponer
accidentales, los homicidios encu- censuras o controles equiparables,
biertos como disparos accidenta- no sólo por las elementales razones
les, las muertes por error, cualquier constitucionales sobre las que no es
conflicto entre personas que de es- necesario abundar, sino también
tar desarmadas no hubiese tenido porque se verifica empíricamente
ese resultado, mortales represalias que la censura es el recurso de to-
escolares de los adolescentes aco- dos los masacradores, de modo que
sados, uso de armas por enfermos cualquier censura sería contraria al
mentales, por niños, etc. objetivo de la prevención cautelar.
La extrema publicidad de los de- No hay censura democrática,
litos y la afirmación machacona de pues ésta, incluso fuera de cualquier
una supuesta impunidad impacta hipótesis de masacre, es siempre un
también sobre personas con fra- elemento a la mano del primer ma-
gilidades, que procuran suicidios sacrador que aparezca. Una cosa
triangulares, buscan protagonismo es la censura y otra, por completo
mediático, se inclinan a pensar en diferente, la invitación científica y
una opción existencial violenta, empíricamente fundada a la res-
sin contar con los débiles menta- ponsabilidad, mediante el autocon-
les, psicóticos, borderlines, etc. Es trol ético de las propias agencias de
inevitable que en la población haya comunicación y de sus operadores.
personas con diferentes grados de No es por azar que cuando la
patologías y otras en coyunturas criminología mediática insiste con
afectivas o emocionales que pueden toda su fuerza en destacar una mo-
ser transitorias, pero que en el mo- dalidad criminal violenta, ésta se
mento les dificultan el juicio crítico. reproduce: el envenenamiento de
Nunca olvidaré un caso, senten- un personaje político desató una se-
ciado hace muchos años, en que un rie de hechos parecidos; la de varios
psicótico había dado muerte a su tía suicidios, desencadenó una epide-
y a su primo y se entregó en la di- mia de suicidios; la de un secuestro,
rección de una revista de gran cir- una ola de secuestros; la de un robo
culación en su tiempo. Cuando en bancario (salidera), una cadena de
la audiencia le pregunté por qué lo robos iguales; la de homicidios de
había hecho, me respondió: Nunca gays, una reiteración que hizo pen-
había hecho nada importante en mi sar en un asesino serial; la de un
vida, nadie me conocía. homicidio quemando a la mujer
354
Criminología cautelar y contención jurídica

con alcohol, la de tres o cuatro he- que nadie entiende. Los policías ha-
chos análogos; el uso de inhalables blan elevando partes, los jueces en
con explicación del procedimiento, audiencia, los fiscales dictaminan-
su divulgación imitativa; etc. do, los abogados defendiendo.
Negar esta evidencia es ridículo; Desarmar una construcción de
lo correcto es reconocerla e investi- la realidad no es tarea fácil, pues
garla técnicamente: ¿Cuáles son los quienes la construyen usan técnicas
hechos que desatan efectos repro- mediáticas que, aunque a veces no
ductores de esta naturaleza? ¿Cuá- sean muy refinadas, no dejan de ser
les son los datos concretos de cada técnicas. En medio de la revolución
hecho que promueven la reproduc- comunicacional es urgente entrenar
ción? ¿Cómo se podría informar a los operadores del sistema penal y
sin efectos reproductores? criminólogos para la comunicación
Si alguna vez nuestros gobier- social, pues es el terreno en el que
nos se deciden a impulsar la inves- deben actuar cada día más y cuyo
tigación de campo y disponemos de desconocimiento condena al fraca-
resultados verificables, podremos so toda empresa deconstructora del
pensar la forma de entablar un diá- mundo paranoide.
logo responsable con las agencias Todos los mundos paranoides
mediáticas para evitar estos cadá- se instalan sobre prejuicios dis-
veres, pero jamás por la vía de la criminatorios previos. Estos pre-
censura, sino por la del autocontrol juicios generan violencia abierta
ético con base científica. con los crímenes de odio, cometi-
Los censuristas –que los hay– dos contra una persona por su sola
objetarán que, en la práctica, si las pertenencia al grupo, sin importar
agencias mediáticas no se avienen su individualidad: no importa si es
al llamado ético, no se podría hacer Juan o Pedro, sino que es un judío,
nada. No es verdad: la propia co- un negro, un gay, un inmigrante,
municación las puede exhibir como etc. Aunque siempre recaen sobre
responsables de las consecuencias. una persona, son crímenes contra
Las faltas éticas en la comunicación el grupo, al que de ese modo se en-
no se resuelven con censura, sino vía un mensaje sangriento de ame-
con mayor comunicación. naza colectiva.
Es absurdo pretender bajar los Cuando la criminología mediá-
niveles de violencia de la sociedad tica pone demasiado en descubierto
sin conocimientos de comunicación su objetivo político contrario al es-
social, pero vemos a diario muy tado de bienestar, la venganza que
buenos profesionales que no saben promueve ya no es sólo contra los
comunicar y hablan en su dialecto, sectores subalternos como chivo ex-
355
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

piatorio, sino también, y por eleva- de materia prima es necesario mo-


ción, contra los actores sociales que dificar actitudes, o sea, que se trata
militan en el campo contrario. de una cuestión que debe resolver-
La incitación al odio hacia el chi- se en el campo cultural, lo que no
vo expiatorio, sumada a la amplia puede llevarse a cabo sino median-
tenencia de armas y a la intensidad te comunicación.
machacona de la publicidad vindi- La lucha contra la discrimina-
cativa, hace inevitable que prenda ción lleva a una paradoja. A medi-
en desequilibrados que cometerán da que los grupos de discrimina-
los peores crímenes de odio (o en dos se organizan defensivamente,
quienes los usan). Desde la muerte debilitan los prejuicios contra ellos
de Kennedy hasta las masacres de y reducen sus riesgos de victimi-
Tucson y la de Oslo en julio, pa- zación, pero al mismo tiempo van
sando por el asesinato de Martin impulsando la candidatura a chivos
Luther King, dan cuenta de este expiatorios de los jóvenes y adoles-
fenómeno. centes de barrios precarios, porque
La neutralización de los prejui- son los grupos residuales más ines-
cios discriminatorios no es sencilla, tables y con casi nula capacidad de
porque como el mundo paranoide es organización defensiva.
autoritario, por regla general unifica Hoy no pueden señalarse como
ideológicamente todos los discur- chivos expiatorios a mujeres, ju-
sos discriminatorios (el nazismo no díos, negros, pueblos originarios
sólo era antisemita, sino que propo- ni a otros más (aunque muchos
nía una igualación que consideraba tengan ganas de hacerlo, deben
cualquier conducta diferente como cuidarse). Es difícil imaginar el
signo de inferioridad moral y bio- curso que seguiría la búsqueda de
lógica; eso se observa en cualquier enemigos si se llegase a cancelar la
discurso vindicativo de orden). posibilidad de seleccionar como
El problema radica en que los chivos expiatorios a estos adoles-
discriminados no presentan un centes y jóvenes, pues la venganza
frente único, pues se dividen y paranoide perdería su red de segu-
compiten (mi discriminación es la ridad residual. No olvidemos que
peor, mi genocidio tiene más muer- se los eleva a chivos expiatorios a
tos) y, además, para ser aceptados, falta de mejores candidatos.
asumen el propio discurso prejui- Por esta razón es inevitable que
cioso y tratan de diferenciarse (soy el criminólogo cautelar siempre sea
gordo pero no obeso, soy negro pero un sujeto molesto, porque deberá
no azul, soy gay pero no afeminado). estar activo y militante contra toda
Para privar a la discriminación discriminación o jerarquización
356
Criminología cautelar y contención jurídica

357
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

humana, que es la base propulsora pseudoconcepto, es decir, una suerte


de las pulsiones de descontrol del de bolsa que nadie sabe qué contie-
poder punitivo. ne y, lo que es peor, en la que cada
Debido a esto, la criminología uno coloca dentro todo lo que le
cautelar, como criminología mili- parece o conviene. Es absurdo pen-
tante, en cierto sentido implica una sar que su antónimo sería el crimen
elección existencial. De cualquier desorganizado. Creo que es una ca-
modo, a quien la lleve a cabo lo pro- tegoría frustrada desde el punto de
tegerá su ciencia y su técnica en re- vista criminológico.
lación directa con su seriedad como El origen de la expresión es pe-
investigador. Si bien el escudo de la riodístico y de allí pasó a la crimi-
realidad no es omnipotente, siem- nología. No obstante, los políticos,
pre es fuerte, porque el ser humano legisladores y burócratas interna-
no pierde por completo su pulsión cionales echaron mano de esta nube
a la supervivencia, aunque a veces conceptual para sancionar leyes in-
se vuelva bastante suicida, porque quisitorias y firmar tratados inter-
Tánatos no deja de acechar. nacionales dirigidos a un ámbito
no bien determinado de la realidad.
Terminada la Segunda Guerra
La incógnita Mundial, comenzó la Guerra Fría,
del crimen organizado cuando aún estaba vivo el recuer-
do de las bandas criminales pro-

U n tema central en el mundo


criminológico y penal es lo
que se ha dado en llamar crimen
ducto de la prohibición alcohólica.
El nazismo y el estalinismo fueron
organizaciones políticas muy verti-
organizado, que ocupa a organi- calizadas. La imaginación corría y
zaciones internacionales, burocra- el modelo mafia, camorra, etc., res-
cias, policías, diplomáticos y casi pondía también a una fuerte ver-
todos los foros, que producen una ticalización que fascinaba por sus
montaña de documentos, tratados componentes de conspiración y se-
internacionales y leyes nacionales. creto exaltados por la cinematogra-
Debo advertir que tengo el más fía. Realidad, ficción e imaginación
vivo deseo de que todo lo que diga se combinaban y lo que comenzó a
de ahora en adelante no sea más que llamarse organized crime logró un
un error de percepción de mi parte, enorme rating en Estados Unidos.
aunque hasta este momento nadie Se formaron comisiones de in-
me ha convencido de lo contrario. vestigación en el Senado Federal,
Ante todo creo que el organized que sólo sirvieron para que uno de
crime no es un concepto, sino un sus presidentes lograra llegar a can-
358
Criminología cautelar y contención jurídica

didato a vicepresidente. mayores. Puede ser exagerado, pero


La mayor aproximación a este se ha sostenido que ha contribuido
concepto es el de criminalidad de a paliar la recesión reciente.
mercado, o sea, la organización de Para que esta enorme masa de
la oferta de servicios ilícitos en el dinero circule es necesario que
mercado, pero, para terminar de aparente un origen lícito, lo que de-
confundir todo, no faltan los que manda un servicio de lavado o reci-
pretenden también introducir el claje de dinero. Todos conocen los
terrorismo. refugios fiscales donde se practican
Además, se verifica que hay em- estas actividades, pero nadie los eli-
presas que nunca prestan servicios mina, lo que prueba que esa masa
ilícitos, otras que lo hace de forma cumple una función macroeconó-
esporádica y también bandas to- mica. Este servicio se presta en-
talmente criminales. De allí que teramente en el hemisferio norte,
se haya sostenido lo que se conoce porque una curiosa organización
como teoría del espectro, con una internacional (el GAFI) se ocupa de
gama que va desde las empresas garantizar el monopolio central.
completamente limpias hasta la Los economistas discuten la
banda organizada sólo con el obje- función de esta enorme masa de
tivo criminal y, en medio, todas las medios de pago: mientras para los
tonalidades imaginables de grises. neokeynesianos evitaría una rece-
Lo cierto es que hoy suelen in- sión de consecuencias muy graves,
cluirse en este concepto todos los los chicaguianos sostienen que pa-
tráficos y servicios ilícitos interna- saría a ahorro sin ningún efecto ne-
cionales y nacionales: drogas, armas, gativo. Hasta ahora, los poderosos
personas, trata, productos falsifica- le hacen caso a los primeros, aun-
dos, dinero de evasión fiscal, reci- que basen sus políticas económicas
claje de dinero sucio, abortos, jue- generales en los discursos de los
go prohibido, obras de arte, piezas segundos, porque nadie eliminó los
arqueológicas, pornografía infantil, refugios fiscales y el reciclaje conti-
turismo sexual, protección mafiosa, núa, con algunos secuestros insig-
contrabando, etc. nificantes.
Estos servicios producen una Paralelamente, la economía mun-
renta altísima, cuyo conjunto es dial ha cobrado un marcado giro fi-
astronómico. Aunque es imposi- nanciero. La curva de operaciones
ble toda precisión, se afirma que se de la Bolsa desde 1950 hasta hoy,
trata de una renta anual cercana al estimada en dólares constantes de
billón (un millón de millones) de ese tiempo, se disparó hacia arriba
dólares y otros la estiman en cifras alejándose por completo de la curva
359
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

de producción, que creció en mucha tabilidad y hace más tentador el


menor medida. servicio. Es verdad que eliminamos
Por ende, los capitales no son a algunos prestadores, pero el po-
operados por productores, sino por der punitivo lo hace selectivamen-
gestores tecnócratas encargados de te –conforme a su característica
obtener la mayor renta en el menor estructural–, criminalizando a los
tiempo y, cuando no son eficaces, más vulnerables, que son las peque-
son reemplazados por otros tec- ñas y medianas empresas –PyMEs–
nócratas. De esta manera se confi- del respectivo servicio ilícito, sim-
guran conglomerados de capitales, plemente porque es mucho más fá-
cuyos titulares no son conocidos e cil desbaratar la empresa pequeña.
incluso proceden de fondos de pen- De este modo, se produce una
siones u otras fuentes colectivas. concentración de capital y tecno-
Como es natural, los tecnó- logía en las empresas más grandes
cratas en procura de renta saltan y sofisticadas del servicio ilícito.
cada vez más obstáculos éticos Como nunca se llega a hacer no
y legales. Por ende, se genera un rentable el servicio, lo único que se
desorden –algunos dicen que muy consigue es reducir la oferta y au-
grande– en el que la economía líci- mentar el precio.
ta se aproxima a veces a la ilícita de Cabe tener en cuenta que las
modo muy peligroso. La respuesta organizaciones criminales de mer-
implica crecientes controles que sólo cado disponen de gran oferta de
afectan a los pequeños ahorristas e mano de obra barata y, con su alta
inversores menores, que se topan con rentabilidad, pueden permitirse el
todo tipo de dificultades para realizar lujo de la generosidad. El fenómeno
cualquier operación lícita, generando alquímico con el que la prohibición
un verdadero estalinismo financiero convierte en oro cualquier porque-
que favorece la concentración. ría con demanda rígida, provoca
El precio de los servicios ilícitos fiebre del oro en toda sociedad muy
es alto y su prestación muy renta- estratificada a la que se le arroje.
ble, porque la prohibición los hace En algunos casos es innegable
riesgosos: a mayor riesgo, mayor que se opera una división interna-
precio. Como es natural en una cional del trabajo ilícito, como con
economía de mercado, la prohi- la cocaína. A diferencia de la pro-
bición con demanda rígida pasa a hibición alcohólica, la de la cocaína
ser alquimia: convierte cualquier mantiene las etapas más generado-
basura en oro. ras de violencia (como la de produc-
Lo cierto es que la intervención ción y en especial la de competencia
del poder punitivo aumenta la ren- por el acceso al gran mercado de-
360
Criminología cautelar y contención jurídica

mandante), fuera del territorio de todos los matrimonios, y aunque


Estados Unidos, en tanto este se re- simulen divorcios. Pretender que el
serva la menos problemática, que es sistema penal las controle es como
la aceitada red de distribución in- querer enfrentar a un tiranosaurio
terna que, además, se queda con la con un alfiler.
mayor parte de la renta del servicio Pero la interferencia del poder
y –GAFI mediante– se garantiza punitivo en el mercado no es in-
también la total renta del reciclaje. ofensiva, pues a la larga no puede
Con algunos matices y grosera- resistir la tentación de jugar a favor
mente dicho, los muertos le quedan de alguna de las empresas que se lo
a México y la renta a Estados Uni- disputan, lo que provoca un protec-
dos. No creo que en cinco años Mé- cionismo, al que se agrega que la in-
xico hubiese tenido cuarenta mil tensidad del ejercicio del poder pu-
muertos por sobredosis de cocaína, nitivo resulta reguladora del precio
pero en los últimos cinco años ha del servicio. El pobre Lord Keynes
superado esa cifra por efecto de la se volvería loco, porque parece una
prohibición. caricatura de sus propuestas dina-
Por otra parte, es claro que la mizantes de la economía.
criminalidad de mercado no pue- Es natural que los tecnócratas
de operar sin la complicidad de de las finanzas lícitas, en su afán
algún nivel de las propias agencias por obtener renta rápida, entren en
del poder punitivo o, por decirlo contacto con las empresas ilícitas,
de otra manera, mediante el repar- al menos cuando la actividad ya es
to de las utilidades con los facilita- bastante grisácea, o sea, en los ne-
dores del servicio. gocios lícitos en que éstas invierten
Esto es inevitable, dado que el producto de su actividad ilícita.
todo aparato penal es muy vulne- Esto indica el serio riesgo de que la
rable a la corrupción y, además, criminalidad de mercado se enrede
porque las posibilidades de recau- muy profundamente en las estruc-
dación autónoma son muy altas en turas financieras.
comparación con las que ofrece el Al mismo tiempo, la legislación
delito común (o desorganizado). represiva, con el pretexto de este ne-
Estas empresas tienen poder para buloso concepto, va instalando una
eliminar los obstáculos con fuertes peligrosa inquisición, que es fuente
cañonazos de dólares o de plomo, de nuevas recaudaciones autónomas.
con lo cual la criminalidad de mer- Toda inquisición pasa de la ex-
cado y la corrupción configuran un cepción a la regla en virtud de des-
matrimonio indisoluble, aunque a plazamiento: es inevitable que la
veces discutan un poco, como en agencia ejecutiva manifieste que
361
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

allanó o detuvo sin orden judicial, dría clientes. Además, la trata nu-
por ejemplo, porque estaba investi- merosa, internacional y desplegada
gando el acto excepcional –acopio en el tiempo, no puede practicarse
de armas, terrorismo– y, casualmen- sin complicidades en el más alto ni-
te se topó con una planta de mari- vel. Los obstáculos para regularizar
huana. No hay forma de invalidar la situación de los inmigrantes se
radicalmente estos procedimientos ven reforzados cuando se coloca a
desplazados, pues la agencia ejecu- muchísimas personas en situación
tora prestamente hallaría en un ar- de alta vulnerabilidad social.
mario el cadáver de la abuela y ale- El tráfico de personas es un ser-
garía que el homicidio debió quedar vicio potenciado en las últimas dé-
impune por culpa de los jueces que cadas por efecto de las diferencias
invalidan los desplazamientos. entre el mundo central y el perifé-
Si bien el más publicitado de rico. Produce miles de cadáveres;
estos servicios ilícitos es el tráfico los hay en el estrecho de Gibraltar,
de tóxicos prohibidos, lo cierto es en Sicilia, en contenedores en la
que los otros no son precisamente frontera mexicana, bajo los trenes
detalles menores. El tráfico de ar- europeos, arrojados al mar por los
mas es directamente una fábrica de capitanes de buques, etc. Son mi-
muerte; basta pensar en su efecto les los cadáveres fabricados anual-
en los países africanos. El de pro- mente por las políticas migratorias
ductos falsificados tiene importan- y de asilo.
cia económica cuando se trata de En el colmo de la insensibilidad,
carteras de marca, pero no sucede la inmigración ilegal ha sido definida
lo mismo cuando son medicamen- como un crimen contra el nuevo or-
tos o repuestos de aviones. La trata den económico mundial. Cabe pensar
y el tráfico de personas son cosas que es el orden de los muros infran-
diferentes: la trata es una suerte de queables de la pobreza, alimentado
esclavitud con fines de explotación, en los países centrales con racismo,
principalmente de prostitución, en xenofobia, crímenes de odio y políti-
tanto que el tráfico es producto de cas de extrema derecha.
las regulaciones migratorias. No he hecho más que aplicar una
En cuanto a la trata de personas lógica de mercado a la cuestión del
es incuestionable que es la activi- llamado organized crime, sin apelar
dad en la que resulta más notoria la a ninguna teoría macro. Me limito
complicidad del sistema penal, pues a preguntar si estoy equivocado, y
no es concebible que haya mujeres deseo estarlo porque, de no ser así,
secuestradas en un prostíbulo en- creo que toda la política criminal
teramente secreto, dado que no ten- frente a la criminalidad de mercado
362
Criminología cautelar y contención jurídica

–además de masacradora– estaría Lo que me atormenta bastante


llevándonos a una catástrofe mun- es pensar que no creo que vayamos
dial de consecuencias poco imagi- para mejor, pero tampoco pretendo
nables desde la perspectiva actual. asegurar un futuro apocalíptico,
No me causa ninguna alegría porque lo que señalamos son vecto-
pensar en un colapso financiero ni res y, con toda sinceridad, ignoro la
en la corrupción de las democra- posibilidad de que la proyección no
cias; no soy ningún partidario de se produzca por efecto de agentes
cuanto peor, mejor, por el contrario, que la interfieran. Lo cierto es que,
creo que cuanto peor, peor. de momento, no los tengo a la vista.

H emos llegado al final. Les agradezco


que me hayan seguido y acompaña-
do. El camino ha sido largo, a veces tris-
te, pero nunca pesimista. Son muchos
los cadáveres anticipados que podemos
evitar. No es cuestión de deprimirse por
los que ya fueron, sino de esforzarse para
que un día no haya más.

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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni

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Índice

LA CUESTIÓN CRIMINAL
Prólogo de Gianni Vattimo............................................................. 7
Advertencia preliminar a la segunda edición.............................. 13
La academia, los medios y los muertos...................................... 15
El poder punitivo y la verticalización social............................... 29
La estructura inquisitorial.......................................................... 41
Siempre hubo rebeldes y transgresores...................................... 53
Los contractualismos.................................................................. 67
No todos son gente como la gente.............................................. 79
Comienza el apartheid criminológico......................................... 93
Los crímenes de la criminología racionista:
campos de exterminio y eugenesia........................................... 107
El parto sociológico................................................................... 121
Desorganización, asociación diferencial y control................... 135
¡Se cayó la estantería!................................................................ 149
La vertiente radical de la criminología crítica.......................... 161
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?..................... 175
Los homicidios estatales o crímenes de masa......................... 189
¿Somos todos neuróticos?........................................................ 203
La criminología mediática......................................................... 215
La criminología mediática y la víctima-héroe........................... 229
La criminología mediática y los políticos................................. 241
El fin de la criminología negacionista: qué, cómo y dónde...... 255
¿Cuándo se cometen las masacres?......................................... 267
¿Por qué?................................................................................... 281
El aparato canalizador de venganza.......................................... 295
El resultado: la prisionización reproductora............................ 309
La criminología cautelar preventiva de masacres..................... 323
No se puede prevenir lo que no se conoce................................ 337
Criminología cautelar y contención jurídica............................ 349
FIN.............................................................................................. 365
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