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a.
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b.
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PERELMAN, Ch. y L. OLBRECHTS-TYTECA ; Tratado de la argumentación. La nueva retórica;
Madrid, Gredos, 1989.
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imperativo (¡Síganme, que no los voy a defraudar!) o el recurso a interrogaciones
retóricas (¿Acaso no resulta evidente que es hora de cambiar de rumbo?).
Este diálogo también se manifiesta a través de la introducción de enunciados
venidos de otros discursos, que pueden adoptar formas diversas tales como:
c) discurso indirecto ("Me extraña que el presidente Aznar, que hace apenas
unos meses dijo que era amigo de los pueblos árabes, acompañe ahora la
invasión estadounidense de Irak.")
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2. El texto que se reproduce aquí es un ejemplo de discurso argumentativo.
Identificar y señalar en él las características señaladas más arriba.
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El autor es el presidente de Bertelsmann, editorial alemana que se ha convertido
en el tercer grupo multimedia más importante del mundo.
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La estructura del texto argumentativo
El enunciador de (P) sostiene que sí, el enunciador de (P1) sostiene que no.
Para defender su punto de vista, el primero deberá apoyarse en pruebas que
puedan darle la razón. Encadenará entonces un cierto número de datos que
justifican la proposición inicial, por ejemplo:
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En este contexto, el término “proposición” se emplea con el sentido que la retórica clasica
asignaba a la “propositio”, es decir, al juicio o enunciado que constituía el objetivo persuasivo
del discurso y que, en términos de Roland Barthes representaba “una definición concentrada
de la causa, del problema a discutir” (ver más adelante, el apartado 3.2.).
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a) Los libros electrónicos son más económicos.
b) La tecnología informática avanza a pasos agigantados.
c) Me parece que va a ser así.
d) Me lo dijo mi tío, que sabe mucho de informática.
e) Lo leí en el diario.
f) Los libros electrónicos son más atractivos.
g) Los libros electrónicos ofrecen posibilidades de interacción que el libro
tradicional no permite.
“Los libros electrónicos son más económicos, por eso el libro del futuro será
exclusivamente electrónico.”
la relación entre las dos afirmaciones que integran esta serie puede esquematizarse
conectando con una flecha el dato y la conclusión autorizada por él:
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D ATO: CONCLUSIÓN:
Los libros electrónicos El libro del futuro será
son más económicos. exclusivamente electrónico
D ATO: CONCLUSIÓN:
Los libros electrónicos El libro del futuro será
son más económicos. exclusivamente electrónico
LEY DE PASAJE:
Un objeto es
preferible a otro
a causa de su valor
económico.
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Un último elemento completa el esquema de la secuencia argumentativa
mínima: se trata de un refuerzo de la ley de pasaje, un dato que funciona a la
manera de una garantía o apoyo adicional para sostener el principio de inferencia:
GARANTÍA
Dado que la gente tiende a economizar
dinero siempre que esto es posible
“Los libros electrónicos son más económicos, por eso el libro del futuro será
exclusivamente electrónico.” (ARGUMENTO CONCLUSION/ TESIS)
como
“El libro del futuro será exclusivamente electrónico porque los libros electrónicos
son más económicos.” (CONCLUSION /TESIS ARGUMENTO)
Nótese que la inversión del orden exige el reemplazo del conector consecutivo (por
eso, por lo tanto, consecuentemente, en consecuencia) por un conector causal
(porque, puesto que, ya que)
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Finalmente, es interesante hacer algunas observaciones acerca de la naturaleza
de los componentes de este esquema: un dato sólo se convierte en argumento si es
posible percibir su relación con la tesis que se propone fundar. Esa relación, por su
parte, debe estar garantizada por una ley de pasaje cuya función es transferir a la
conclusión el acuerdo atribuido al argumento. Esta ley suele expresar una verdad
general, a veces de tipo proverbial, atribuida a un enunciador colectivo: “Es sabido
que los objetos más económicos son preferibles a los más caros”. Esta ley de
pasaje, que a menudo se mantiene implícita, permite a quien argumenta asociar sus
dichos a un principio, una convención generalmente admitida en la comunidad a la
que pertenece. Y es precisamente de este acuerdo general de donde el argumento
extrae su fuerza.
2. Oponer una nueva tesis a cada una de las tesis identificadas en la consigna
anterior y elaborar un argumento que la sostenga.
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La producción del discurso argumentativo
En las páginas anteriores analizamos las características discursivas de la
argumentación y vimos de qué manera se organiza la estructura del texto
argumentativo. En esta sección nos ocuparemos del proceso de elaboración del
discurso argumentativo y para ello recurriremos a las enseñanzas de la retórica
clásica.
La retórica, concebida como arte o técnica de la palabra, comprende cinco
operaciones principales involucradas en la producción de un discurso argumentativo: la
Invención (fase de descubrimiento, guía la búsqueda de los argumentos), la
Disposición (corresponde a la tarea de composición u organización de las partes del
discurso), la Elocución (o expresión, enseña cómo "poner en palabras" la materia
argumentativa), la Acción (instruye sobre las maneras de representar oralmente el
discurso) y la Memoria (facilita la memorización del discurso). Dado que nos
ocuparemos exclusivamente de la argumentación escrita, en las páginas que siguen
nos detendremos sobre las tres primeras fases del proceso de elaboración de un
texto argumentativo, que comprende las operaciones de generación, organización y
puesta en palabras.
La invención
El momento de la invención (en latín: inventio) corresponde a la operación de
búsqueda y recolección de argumentos. Estamos acostumbrados a identificar
“invención” con “creación de la nada”, sin embargo, etimológicamente “inventar”
significa “ir al encuentro de algo” es decir, buscar. La tarea que se desarrolla en esta
etapa está orientada por dos objetivos: uno psicológico (emocionar al auditorio) y
otro lógico (convencer por medio de pruebas). Para emocionar, el escritor debe tener
en cuenta las características de su auditorio, sus sentimientos, su estado de ánimo.
Quien argumenta debe hacer un diagnóstico lo más ajustado posible de sus
destinatarios para decidir qué modalidad adoptará y qué sentimientos intentará
movilizar: la ira, el temor, la piedad, la admiración. Para convencer, el orador deberá
recurrir a las pruebas o argumentos.
Tradicionalmente se distinguen dos tipos de pruebas: las extratécnicas, que
dependen de la naturaleza del objeto (es decir, del caso tratado o del tema del
discurso), y las intratécnicas, que dependen del poder de razonamiento del orador. Las
primeras se componen de testimonios, fragmentos de lenguaje no elaborados por la
técnica del orador. Esta clase de pruebas “extrínsecas” son específicas del discurso
judicial: la versión de un testigo del hecho que da origen a la causa, un objeto
hallado en la escena del crimen son pruebas extratécnicas. En cambio, las
intratécnicas son el resultado de la práctica retórica que transforma los materiales
lingüísticos en fuerza persuasiva.
Los argumentos intratécnicos resultan de dos tipos básicos de operaciones
lógicas: inducción (generalización a partir de ejemplos) y deducción (entimema).
Estas dos vías son ineludibles: según Aristóteles todos los oradores, para lograr
persuadir, demuestran mediante ejemplos o entimemas; no hay otros medios fuera de
éstos. Sin embargo, entre el ejemplo y el entimema existe una diferencia de estilo: el
ejemplo produce una persuasión más suave, más débil; el entimema, en cambio,
produce una persuasión más vigorosa, apoyada en la fuerza demostrativa del
silogismo.
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Los argumentos inductivos: ejemplo, ilustración, modelo y analogía
"A este infinito número de gentes (se refiere a los aborígenes de la La Española)
Dios los creó simples, sin maldades ni dobleces, muy obedientes y fieles a sus
señores naturales y a los cristianos a los que sirven. Son humildes, pacientes,
pacíficas y quietas. [...]
Entre estas ovejas mansas y dotadas de las cualidades antes dichas por su
Hacedor y Creador, llegaron los españoles como lobos y tigres y leones muy
crueles, hambrientos de muchos días. Y desde hace cuarenta años no han
hecho otra cosa hasta hoy más que despedazarlos, matarlos, angustiarlos,
afligirlos, atormentarlos y destruirlos con extrañas, nuevas, variadas y nunca
vistas ni leídas ni oídas formas de crueldad."
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La argumentación deductiva: el entimema
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Otra técnica argumentativa frecuente es la que recurre al prestigio de una
autoridad para hacer valer las propias opiniones, como sucede en este enunciado:
“Debemos respetar a nuestro planeta si queremos que nuestros hijos tengan un
futuro, porque como dijo Francis Bacon: “A la Naturaleza se la domina
obedeciéndola” .
Argumentos
Torrado, Susana;
"Mitos y verdades sobre la universidad argentina",
Clarín, 12 de abril de 1999
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c. La clonación es antinatural, por lo tanto es indebida. Jugar en contra de la
naturaleza es letal. La naturaleza es quien nos creó, por lo tanto es quien
nos puede destruir, y nada podemos hacer para evitarlo. ¿Acaso hay algo,
algún invento de científicos que pueden evitar un tornado, un huracán o un
terremoto?
Savater, Fernando;
“Cada cuatro años llega mi calvario: el Mundial de fútbol”
en Clarín, 28 de mayo de 2006
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La organización del discurso
DISPOSICIÓN
convencer
emocionar
seducción
del auditorio
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favorables para la aceptación de la tesis. En todos los casos, la organización de un
discurso argumentativo debe tener en cuenta la situación en que se desarrolla: el
destinatario al que se dirige, el objeto del discurso, la posición del enunciador, deben
ser considerados en el momento de la elección y presentación de los argumentos.
La “puesta en palabras”
Una vez encontrados los argumentos y organizados en las distintas partes del discurso,
queda la tarea de "ponerles palabras", función que correspondía, en la retórica clásica,
a la elocutio. Este es, quizás, el terreno de mayor controversia en los estudios del
discurso argumentativo. Su evolución a lo largo de los siglos ha sido bastante azarosa
y su expansión alcanzó un grado tal que condujo finalmente a su identificación lisa y
llana con el conjunto de los estudios retóricos, reducidos a la mera catalogación de
"figuras". Aquí nos limitaremos a presentar una serie -incompleta y arbitraria- de
procedimientos de gran productividad en el discurso argumentativo:
Figuras de la aserción
Preterición
Es la figura por la cual se atrae la atención sobre un objeto, simulando que no se le
otorga mayor importancia:
"Vamos a pasar por alto dos o tres contradicciones en las que incurre M.
cuando afirma que..."
Amplificación, acumulación
Se puede reforzar la aserción de una tesis por el simple hecho de repetir los datos por
amplificación o acumulación:
Pregunta retórica
El carácter dialógico de la interrogación retórica, que obliga al destinatario a asumir la
respuesta implícita en la pregunta formulada por el orador, opera como un notable
enfatizador de la aserción:
"¿Existe acaso algo más irritante que esta manía de los nacionalistas de
atribuirse el monopolio del patriotismo?
Hipérbole
La hipérbole funciona sobre la exageración, ya sea por exceso "más astuto que Ulises"
o por defecto "más lento que una tortuga".
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Contraste y paradoja
Oxymoron
El oxymoron es un procedimiento que se funda en la conjunción de opuestos:
"proletario mundano", "audaz conformismo", "pasión deliberada" .
Paradoja
La paradoja no es, en rigor, una figura: es una proposición que contradice una opinión
general. A nivel superficial, el pensamiento paradójico se manifiesta a través de un
contraste cuya finalidad es producir un escándalo lógico:
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1. Leer el texto que sigue para resolver las consignas que se proponen a
continuación:
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a. Describir la situación argumentativa que diseña este texto. Indicar cuál es
el problema argumentativo, cuál es la finalidad que persigue y qué
posiciones sostienen el enunciador y su adversario.
Escritura
Escribir un texto que sostenga la tesis: “Wells no era fascista”. Emplear
como argumentos las mismas citas de Wells que aparecen en el artículo
de Gelman.
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