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Vels Augusto - Grafologia de La A Hasta La Z
Vels Augusto - Grafologia de La A Hasta La Z
NOTA IMPORTANTE:
Augusto Vels
PRÓLOGO:
ESPAÑA: (Colaboradores) :
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-Prof. Berta Andress, Ex-presidente de la “Asociación Grafopsicológica” (Madrid.).
-Dra. Esperanza Fonta, Presidente de la A.G.C. (1993 - 1997) y Profesora de
Psicomotricidad en la Universidad Ramón Llull de Barcelona.
-Prof. Jaime Tutusaus, Presidente de la A.G.C.(1998).-
-Prof. Francisco Viñals, Doctor en Derecho y Criminología, Presidente de la
“Asociación de Peritos Calígrafos de Cataluña”, profesor de esta materia en la
Universidad Autónoma de Barcelona y Vicepresidente.1º de la A.G.C.
Prof. Mª Dolores Mora, Vicepresidente 2º de la A.G.C., Psicoterapeuta y prof. de
Grafología y Peritaje Caligráfico en la Universidad Autónoma de Barcelona..
-Prof. Palmiro Viñas, prof. de Grafoanálisis y Secretario de la A.G.C.
-Don José Sadurní Villalonga, Ingeniero en Informática, autor del primer programa
informático del “Método Vels de Grafoanálisis.”.
-Don José M. Escolá, Tesorero de la A.G.C. especialista en “ritmo de base”.
..
Los licenciados en Filosofía, Peritos Calígrafos y Grafoanalistas Rafaél Sevilla, Rosa
Saavedra y Fernando Fanlo, que han corregido los errores de teclado y
compaginación del texto aportando su versión informática del “Método Vels de
Grafoanálisis”..
Lps Profesores Tutusaus, Viñals, Dolores Mora y Viñas, han colaborado con la Dra.
Fonta en los “Cursos de Master en Grafología” de la Universidad Ramón Llull de
Barcelona y en los cursos de Peritaje Caligráfico de la Universidad Autónoma de
Barcelona. y, a su vez, son profesores en la “Agrupación de Grafoanalistas
Consultivos de España” (A.G.C.) que funciona como Escuela Superior de
Grafología, con estatutos registrados en el Ministerio de Trabajo.
COLABORADORES EXTRANJEROS:
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A todos los colaboradores expreso mi agradecimiento por haber contribuido al
proyecto de hacer esta obra una herramienta útil para los profesionales de la
Grafología..
Es de agradecer también el apoyo moral y beneplácito de muchos de los colegas
que conocen el borrador de esta obra y aunque, por su limitación de tiempo, no han
podido colaborar con sus aportaciones, no quiero dejar de mencionar a algunos,
entre ellos los profesores y profesoras que durante los más de cinco años que ha
durado la realización de esta obra me han animado en su proyecto. Entre los
colegas a los que envié el borrador de la obra, se encuentran Mauricio Xandró,
Amparo Botella. Consuelo Galindo, Julia Moya, Eduardo Pérez de Mora, María del
Mar García Martín, Isabel Sánchez-Bernuy, Chantal Melin, Carlos Ramos Gascón,
Alicia Martínez y muchos otros grafólogos actuales de España y extranjero que
figuran en el currículum de autores.
Para el autor de esta obra será muy grato comprobar la acogida de sus colegas en
este intento de haber querido hacer algo que sea útil a los profesionales a los cuales
queda abierta toda crítica y sugerencia que pueda mejorar este trabajo.
El autor.-
(Este “Diccionario” es una ampliación a la obra anterior del mismo autor denominada
“Diccionario de Grafología y de términos psicológicos afines).
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función del ordenador. Se conservan estas claves para aquellos lectores que
adquieran la obra y deseen, si disponen de ordenador, tener también el texto, sin
grabados, de esta obra en forma de disquete para PC.
CLAVE:
A01 ABIERTA:
(Se refiere a los óvalos u ojos de las letras “a”, “o”, “g”, “d”, etc. y a las zonas
iniciales y finales de las letras mayúsculas y minúsculas). La escritura en guirnalda
no buclada es abierta.
El coligamento en arco debe interpretarse como escritura cerrada y lo mismo la
escritura invertida y sinistrógira.
Los signos de “abreacción” (Escritura Abierta), en general, asociados a un nivel
positivo alto (Escritura Armónica: A23), deben interpretarse como abertura de ánimo,
sinceridad, espontaneidad, ausencia de fingimiento o de hipocresía. Buena
adaptación al entorno. Equilibrio entre las pulsiones instintivas y las exigencias del
medio ambiente. Fidelidad en los sentimientos de aprecio, de amor o de amistad.
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vida en sujetos normalmente expansivos, en quienes se inicia la retracción, la
defensa del Yo frente a los vapuleos de la vida.
A02 - ABREACCIÓN:
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A03 - ACARICIADORA:
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(N) Con desorden, agitación y pérdida del dominio de las reacciones motoras
supone hiperemotividad que frena o perturba la adaptación del sujeto a un ritmo
superior al suyo habitual. Incapacidad para adaptarse a un incremento de la
actividad. Viscosidad mental. En este caso, en lugar de aumentar, puede disminuir,
en general, la cantidad y calidad del rendimiento, principalmente si el sujeto se
siente observado.
A05 - ACENTOS:
Tanto los acentos como los puntos, son partes integrantes de las letras que precisan
su estructura. Sin ellos, las letras quedan incompletas y afectan a la claridad y
eficacia del trabajo realizado. Colocar adecuadamente un punto o un acento es
precisar el significado de una palabra y presentar un trabajo completo y eficaz.
Omitir un punto o un acento, o colocar estos signos complementarios fuera de su
sitio correspondiente, no es sólo una falta de atención y precisión en lo que se
piensa, se dice o se hace, es también un abandono de la ética y de todo
compromiso en presencia de una obligación.
(P) Acentos de dimensión normal, colocados con precisión: Equilibrio mental,
precisión, deseo de claridad. Pensamiento atento y responsable en presencia de
cualquier deber u obligación. El sujeto se caracteriza por la exactitud y la
puntualidad, si el ambiente gráfico confirma el predominio del orden en los aspectos
espacio, forma y movimiento.
(N) Acentos grandes, impulsados, acerados, en un grafismo de bajo nivel positivo
(fig. 61, 126a y 162). Reflejan disturbios emocionales, reacciones agresivas,
irritables y violentas; pérdida frecuente del equilibrio y la compostura en presencia
de contrariedades, oposiciones u obstáculos (egocentrismo agresivo). Reacciones
propias de sujetos con elevado grado V en la escala de Pophal.
Si los acentos son recurvados y acerados, la pérdida del autocontrol es aún más
frecuente e irritable y se puede mezclar con fantasmas de la mente, con falsas
interpretaciones sobre las intenciones de los demás o sobre la hostilidad del medio
ambiente.
A06 - ACERADA:
Se caracteriza por un impulso vivo y lanzado que otorga a los trazos finales de letra,
de palabra o barras de las “t”, una terminación más o menos aguda o puntiaguda
(fig. 85a, 117b, y 208 en la barra de la tercera “t”).
1 (N) Déficit en el dominio de sí mismo. Deficiencia en el freno o inhibición de las
reacciones. Es un derivado con distintos matices, de la emoción primaria cólera
(reacción agresiva a las frustraciones, a las contrariedades, a los obstáculos, a los
deseos impedidos, etc.).
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Supone una actitud emotiva pasional fijada a un deseo u objetivo. Cualquier
obstáculo, impedimento o frustración provoca una descarga agresiva contra la
persona, objeto o situación que frustra el deseo o impide el cumplimiento del
objetivo. Esta descarga agresiva puede dirigirse hacia el propio sujeto (automartirio,
autocrítica, autodestrucción, etc.), o dirigirse en palabra u obra hacia los demás.
De aquí se derivan las interpretaciones de crueldad, sadismo, irritabilidad,
agresividad, combatividad, enojo, ironía, espíritu crítico, etc., que se da a este signo,
según la fuerza de los trazos y la agudeza de las puntas terminales. La causa de
estas reacciones es siempre la frustración (Ver éste término en el Diccionario
psicológico).
(N) El gesto acerado es lo contrario del gesto en maza. La maza es un impulso
frenado, contenido, es una fuerza que se almacena en el interior. El trazo acerado
supone una tensión o fuerza que se descarga.
Según el dinamismo gráfico, la fuerza y frecuencia del impulso, es decir, según el
grosor, la agudeza de las puntas, la dimensión de los trazos y el ambiente gráfico, la
descarga agresiva puede ser manifestada directamente a través de palabras
ofensivas o de actos más o menos impulsivos y reprochables. La agresividad, en
determinados casos, con un ambiente gráfico positivo o armonioso, puede ser
sublimada o fantaseada.
(P) Cuando la agresividad es latente y se sublima en el individuo, puede
descargarse a través del espíritu crítico, del humorismo irónico, de la observación
aguda de matices y detalles no correctos en las cosas. El sujeto de este tipo,
cuando está dotado de vivacidad de espíritu, de agudeza de sensibilidad, y de una
inteligencia penetrante, es hábil para investigar sobre las personas y las cosas y
para desenredar la trama del pensamiento ajeno y descubrir los lados vulnerables o
los aspectos inéditos que tienen las cosas, sin que la agresividad de fondo se
manifieste abiertamente, si está sublimada o humanizada.
La agresividad latente, puede ser también fantaseada a través de obras literarias,
cuyo insigne ejemplo, puede ser el personaje de Don Quijote de Miguel de
Cervantes y, cambiando de categoría, el personaje de Superman. La descarga
agresiva indirecta y fantaseada se puede ver también en ciertas obras artísticas o
científicas. Tenemos abundantes ejemplos en el cine, en la pintura y en ciertas
actividades científicas, como la cirugía y algunas investigaciones con finalidad bélica
y destructiva.
2 (N) Cuando la agresividad se manifiesta directamente, generalmente está
presente la tendencia a las reacciones pasionales, a la indignación, a la irritabilidad
o al enojo, como consecuencia de la frustración. El individuo pasional y reactivo, no
aguanta bien la frustración, la contrariedad a sus ideas y deseos. Su impaciencia
egocéntrica se inviste de inmediatez: “quiero eso aquí y ahora” Vive la exigencia
neurótica de ser atendido de inmediato y cualquier oposición, retardo o contrariedad,
le sume en una dramática inadaptación que se resuelve en agresividad verbal o
motora.
Con escritura rápida, movida, lanzada y con desigualdades de la presión de la
dimensión y del coligamento, los arrebatos de impulsividad son violentos y
frecuentes. El sujeto no aguanta bien los contratiempos, se enfurece cuando algo no
resulta a medida de sus deseos, reacciona sin reflexión ni cautela a las causas
motivantes de la frustración (ver grado V de la escala de Pophal).
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Es importante observar la dirección de los trazos acerados. Si los trazos finales,
barras de las “t”, etc. tienen una dirección ascendente, en diagonal con la línea (figs.
28, 126a y 210), este signo refleja lo mismo que las respuestas DZW del Rorschach:
oposición, inconformidad, contradicción y agresividad hacia los superiores. Si el
trazo es horizontal, la agresividad se centra sobre aquellos que el sujeto estima
como iguales. Si el trazo es descendente, hacia abajo y a la izquierda (fig. 208 k), la
agresividad puede dirigirse hacia sí mismo (autocrítica, autodestrucción más o
menos desarrolladas).
3 (N) Si el signo es muy marcado (fuerte presión, grosor anormal y extrema agudeza
en la punta): La agresividad de las reacciones puede registrar el aspecto sádico:
crueldad, encarnizamiento implacable, ferocidad y espíritu sanguinario.
4 (N) La escritura muy acerada en grafismos femeninos indica instinto felino.
Tendencia a las insinuaciones maliciosas, al ataque solapado en situaciones
comprometidas. Afán de criticar que sobrepasa toda medida de buena fe y
prudencia. Complejo de castración. Tendencia a la reivindicación , a la venganza y
al ataque al varón por sentimiento de castración o de minusvalía.
5 (N) Con presión gráfica débil o ligera y terminaciones en punta muy afilada:
Sensibilidad susceptible y quisquillosa, nerviosidad irritable, impaciente, ansiosa y
angustiable. Tendencia a crear dificultades, a criticar, murmurar y ofender, sea por
sentimiento de contrariedad, por envidia, celos o resentimiento. Compensación
ficticia de la propia minusvalía atacando las ideas, las alegrías e ilusiones de los
demás.
Cuando la dirección de los trazos acerados es hacia la izquierda, en grafismos con
fuertes signos de introversión y líneas descendentes, la agresividad se centra en el
propio sujeto (automartirio).
NOTA IMPORTANTE: Hay que tener en cuenta, al interpretar la escritura acerada, el
historial del autor del grafismo. Muchos adultos, huérfanos de infancia, tienen un
inconsciente agresivo y sádico.
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desconfianza (actitud defensiva o miedo) ante las fuertes necesidades expansivas
que puede tener el sujeto y que serán tanto más fuertes, cuanta mayor anchura o
volumen tengan las letras. Según Cristofanelli, las letras adosadas son propias de la
adolescencia.
En mi artículo sobre las letras adosadas y reseguidas (Boletín nº 4 de la A.G.C.,
1988), he estudiado este tema, que se vuelve a repetir en Escritura Reseguida: R15.
Carlos Ramos, en carta del 16 de Julio de 1996, confirma las conclusiones a las que
el autor de esta obra había llegado en el artículo citado. Transcribo a continuación
las observaciones que este autor e investigador me ofrece sobre la “escritura
adosada”: ”No recuerdo haber encontrado un solo ejemplo de escritura “adosada”,
redonda y ancha en el sexo masculino. Siempre lo he encontrado en mujeres
adultas o en personas con fuerte tendencia simbiótica, con todo lo que esto implica:
tendencia a la oralidad, a la dependencia afectiva, incluso al parasitismo económico.
Esta interpretación se refuerza si la escritura es redonda, blanda y ancha”.
La palabra “agria”, dice el Dr. Guille, viene del latín “acer”, que significa “puntiagudo”
y está emparentada con “acerada”, del latín “acies” (punta), (ver “Psicología de la
escritura”, página 45). El Dr. Gille define esta escritura-tipo del siguiente modo:”La
escritura agria, sobre la cual Crepieux-Jamin dejó una documentación que no tuvo
tiempo de elaborar, presenta un aspecto general agudo, brusco, punzante,
anguloso, seco, con finales lanzados, acerados y en diagonal. Es el equivalente, en
la escritura, a una voz ácida, chillona y desagradable” (ver figs. 79, 145 y 201). La
escritura agria, tiene una morfología contraria a la escritura “plena” (fig. 114) en la
que predomina la curva y la amplitud graciosa de las hampas.
(N) La interpretación, dice el Dr. Gille, se orientará hacia un carácter desagradable,
razonador y “criticón”, amigo de llevar la contraria y fácilmente agresivo. La fuerza o
debilidad del trazado indicará el grado de vulnerabilidad y susceptibilidad del
escritor.
Cuando la forma se agudiza con ángulos puntiagudos y los trazos se adelgazan
como si fuesen a romperse (fig. 79), escasa energía vital, es señal de fragilidad
interna, de tendencia al desmayo, a la angustia vital permanente, al sobresalto, al
sobrecogimiento ante lo inesperado. Esta conciencia de la propia debilidad e
impotencia, no sólo produce inseguridad y recelo defensivos, una actitud de
desconfianza enfermiza y la susceptibilidad crítica y ácida hacia su entorno, sino que
incrementa la hipersensibilidad, los sentimientos de frustración y el presentimiento
de un Yo en peligro frente a los demás y al medio ambiente.
La desadaptación, por exceso de vulnerabilidad interna, enfrenta al sujeto con un
temor constante a la hostilidad o enemistad de los demás y, como consecuencia, al
presentimiento de las malas pasadas que pueden traerle los acontecimientos. Sus
razonamientos y críticas, no son otra cosa que el descontento de sí mismo
proyectado sobre la vida y sobre el comportamiento de los demás. Este temor
insano y neurótico, obliga al sujeto a vivir en un estado de alerta ansioso y continuo.
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A09 - AGRUPADA, Escritura:
La escritura agrupada es aquella donde las palabras están ligadas por grupos de
letras. Si los grupos coinciden con las sílabas, esta modalidad de cohesión se llama
isotómica. Si los cortes aumentan progresivamente se llama politómica y, finalmente,
si el número de cortes es cada vez menor, recibe el nombre de cohesión
oligotómica. La politomía puede ser compensada o no compensada. Cuando los
cortes de cohesión se producen por la necesidad de poner un punto, una barra de “t”
o por una ligadura anormal, esta politomía es compensada (fig. 29).
No es compensada, cuando los cortes obedecen a inhibiciones (fig. 56).
(P) En un grafismo armónico o con buen nivel positivo, señala cierto equilibrio entre
los impulsos y tendencias inconscientes y la actitud de la conciencia frente a la
realidad, es decir, indica un juego armónico, una relación estable y equilibrada entre
las apetencias biológicas y las funciones psíquicas y mentales. Los deseos
normales, los sentimientos y la reflexión no sufren la censura crítica o inhibitoria de
un Super-Yo dominante. Existe un buen acuerdo entre las necesidades internas y
una ecléctica objetividad en las relaciones con el exterior, juicio ponderado, empatía
sin pasión. Equilibrio entre las exigencias biológicas y las exigencias del entorno,
entre el impulso a actuar y la reflexión.
La capacidad de razonar no excluye la visión intuitiva, ni ésta intercepta a aquella,
sino que se apoyan mutuamente. Esta buena integración y adaptación produce una
mezcla de iniciativa y cautela de intuición y discernimiento, de impulso creativo y
sentido práctico, así como una buena armonía de carácter.
(N) Con predominio del sentido negativo, puede indicar dificultades de adaptación,
vida sentimental frustrada o fracasada, desequilibrio entre las tendencias internas y
las exigencias del mundo circundante, sobre todo, cuando abundan las
desigualdades en el coligamento, en la dimensión, en la presión y en la inclinación,
en cuyo caso estará presente la ambivalencia, las luchas y conflictos internos, las
insatisfacciones, las frustraciones, la inseguridad y la irritabilidad.
Es aireada una escritura cuando el aire puede circular libremente y sin obstáculos
entre palabras y líneas, cuando las mayúsculas, las hampas y las jambas no
invaden las líneas adyacentes y subyacentes, cuando los márgenes están bien
delineados y se respetan las distancias en los puntos y aparte. En otras palabras,
cuando la relación espacio y movimiento es armónica (Fig. 16, 26, 45, 46, 95 y 96).
(P) Una buena repartición de la masa gráfica, si va seguida de un trazado firme y
dinámico (Fig. 178) es señal de una buena vitalidad y de un buen equilibrio psíquico,
en el que la actividad supera a la emotividad. En la persona sana, la actividad
supera siempre a la emotividad.
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La escritura aireada en un grafismo de trazado ligero (fig. 65) y bien organizado
(equilibrio armónico de la forma, del espacio y del movimiento), señala una actividad
mental precisa, organizada y eficaz. En el caso de Sebastián Arbó, (escritura
pequeña, clara, simplificada, sobria, aireada, organizada, agrupada, ligera, vertical,
etc.), la armonía de espacio-movimiento y forma, testimonia un espíritu muy claro,
reflexivo, organizado y analítico hasta en los más mínimos detalles, sin excluir la
intuición y una profunda sensibilidad estética.
Se refiere a la altura excesiva de las letras en la zona media del grafismo (figs. 106c
y 154). No hay que confundir este tipo de grafía con las escrituras-tipo grande y
sobrealzada, aunque suele tener con ellas un cierto parentesco.
(N) Ambición de rango. Necesidad imperiosa e irresistible de supercompensar
complejos o sentimientos de inferioridad, en actitudes de superioridad. Estos
excesos en el sentimiento autoestimativo, engendran el deseo egocéntrico,
narcisista y egoísta, que los demás reconozcan al sujeto una superioridad que, a
veces, no es real.
La pretensión del sujeto que se le valore por encima de otros en lo social y en lo
profesional, el deseo inmoderado de gloria, de honores, de fama, de respeto a su
persona, el afán patológico de sobresalir en “importancia” sobre otros, tiene como
fondo inconsciente, el bloqueo de un miedo excesivo y angustioso a la marginación,
a la inferioridad, al desprecio de los demás, a sentirse “minimizado” y ridículo ante la
gente, tragedia dramática que no podría soportar. El culto a la fachada externa, lo
utiliza el sujeto como medio para imponerse a su entorno.
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Este tipo de sujetos son muy sensibles al trato que reciben, al valor y atenciones
que los demás les dispensan. Cualquier frustración, contrariedad, oposición o simple
olvido de su persona, puede desencadenar el drama de un resentimiento profundo y
duradero (especialmente si la escritura es muy angulosa).
Esta tendencia puede aliarse al sadismo, bien buscando formas de placer en
cualquier tipo de dominio, bien buscando otras gratificaciones substitutivas. En todos
los casos, el sujeto intenta hacerse dueño de las situaciones, esclavizar, someter,
poner a su servicio a los demás en exclusiva.
La escritura es, en proporción, más ancha que alta (figs. 10, 42, 58, y 117a, en
diversos matices y proporciones). Es, gráficamente, lo contrario que escritura alta.
(P) Con un ambiente gráfico positivo, refleja una actitud ofertante y de aceptación,
sin conflictos, del pensamiento y de la acción de los demás, mientras este
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pensamiento y acción no constituyan un ataque, en cualquier sentido, para el propio
Yo.
Si la escritura es pequeña y ordenada, refleja el modo de pensar extravertido de
Jung. Si el grafismo es grande, redondeado e inclinado, indica el predominio del
sentimiento extravertido (ver “funciones psíquicas” en el Diccionario de psicología de
esta misma obra).
(N) Con escritura desordenada, movida, inflada y abierta, refleja un modo de
expansión carente de control, de discreción, de formalidad y de atención hacia los
demás, por exceso de protagonismo e invasión del terreno de los otros mediante la
charla o la iniciativa audaz.
Con escritura en guirnalda anillada y con óvalos rellenados, el escritor, o escritora,
reviste de amabilidad seductora, de adulación y de intriga, sus contactos con los
demás al objeto de obtener las máximas ventajas y beneficios egoístas de su
relación con la gente.
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distintos grados). Todo movimiento anguloso supone un cambio brusco de dirección,
un freno, una detención, una resistencia, oposición o bloqueo, al propio impulso
natural. Así como la curva es expresiva de una expansión natural de los impulsos
(principio psicoanalítico del placer), el ángulo y el triángulo, son representativos del
principio freudiano del “displacer”. Si recurrimos al Análisis Transacional de Berne, el
movimiento en curva, representa de alguna manera al “Padre nutricional (PN)”, y el
movimiento anguloso, al “Padre crítico (PC)” (ver esta tipología en mi obra “Manual
de Grafoanálisis”, páginas 129 y siguientes).
(P) Todo movimiento anguloso, cuando se encuentra en un medio ambiente positivo,
refleja el predominio de la voluntad reguladora del carácter y de la actividad. El
sujeto puede no ser espontáneo, puede no ser excesivamente amable o tierno, pero
se conduce en la vida y en el trabajo con fuerte y profundo sentido de su deber y de
sus obligaciones, es serio, organizado, responsable y eficaz. Es firme y concreto, no
cede fácilmente a las presiones externas y mantiene sus puntos de vista éticos. Es
frecuente este grafismo en sujetos con capacidad de mando, con buenas facultades
críticas y razonadoras muy prácticas pero, a veces, más o menos individualistas o
independientes. El sujeto no busca apoyos externos, para creer en sí mismo y en
sus ideas, le basta su examen riguroso de las cuestiones y su experiencia.
(N) El ángulo, en sentido negativo, supone una actitud de rechazo, una dificultad de
adaptación, un estado de tensión continua por efecto del displacer, del desagrado,
insatisfacción o frustración que invade la vida emocional y afectiva del sujeto. Esta
situación ha generando la ansiedad o la angustia y, como consecuencia, la
agresividad, las reacciones coléricas típicas, sobre todo, si la escritura angulosa va
acompañada de la escritura acerada y lanzada.
Según L. Bousquet, la escritura angulosa y acerada “indica el estado neurótico por
incapacidad de adaptación. La escritura angulosa en la mujer puede ir acompañada
de frigidez, en tanto que esta aspire a hacer de la independencia una profesión de fe
y tienda a jugar un papel masculino igualando o intentando sobrepasar a los
hombres en un afán voluntario de competición y, por tanto, adoptando una actitud
agresiva”.
En todos los casos, “la fuerza de la presión, el grado de aceramiento, la rigidez y
tensión de las formas y del movimiento, nos indicarán -dice L. Bousquet-, si la
agresividad es expresada, contenida o rechazada”. Sin duda, hemos matizado
mucho sobre ciertas escrituras-tipo, pero sobre la escritura angulosa, se siguen
manteniendo hoy los mismos significados, en sentido negativo, indicados por
Michon: rigidez, dureza, rudeza, intransigencia, inflexibilidad, terquedad,
agresividad, y acentuación del PC (“Padre Crítico”), del Análisis Transacional.
Con escritura estrechada, muy inclinada, ligera sobrealzada y acerada, puede
señalar celos, envidia, ingratitud, egoísmo, “retención” de objetos que no son de
propiedad, avaricia, etc.
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se pueden instalar también en la escritura en arcos. La fig. 83 presenta las dos
modalidades: guirnaldas bucladas y arcos buclados. En “Escritura y Personalidad”
se interpretan también los dobles círculos o dobles anillos en los óvalos de las letras
“a”, “o”, “d”, etc. como escritura anillada o rellenada, llamada también, erróneamente,
escritura “jointoyée”.
(P) Con un ambiente gráfico armónico, refleja el deseo de agradar, la amabilidad de
trato, la seducción de modales, la habilidad en las relaciones sociales, la destreza
manual y de expresión verbal, la habilidad en los negocios y en saber silenciar todo
aquello que puede molestar al prójimo y enturbiar el encanto personal.
(N) En sentido negativo, refleja la capacidad para adular y poner a los demás a favor
de las intenciones egoístas personales. El sujeto sabe callar a tiempo e insinuarse
sin demostrar abiertamente sus intenciones. Gusto por rodear las cosas de cierto
misterio (capacidad para intrigar).Esta habilidad para engañar, para hacer las cosas
atrayentes, para sacar partido del efecto psicológico que las palabras producen, es
un reflejo del instinto posesivo y de la falsedad. Indica también narcisismo, es decir,
el sujeto se erige a sí mismo como único objeto de interés.
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violenta de las actitudes, de una resistencia brutal a admitir otra postura o criterio del
ya tomado o manifestado.
Los apoyos violentos en sentido horizontal (fig. 154) expresan el deseo de regir y
dirigir por decreto, la tiranía hacia las personas más íntimas, la dictadura en el hogar
y el desplazamiento de la sexualidad hacia el instinto de poder y de dominio.
Las letras “m” y “n” y otros elementos de la escritura en la zona media toman la
forma de arcos (las figs. 87, 103, 111b y 161 presentan distintos tipos de
coligamento en arco). El arco es exactamente la inversión del movimiento en
guirnalda. La guirnalda es un gesto abierto hacia arriba, el arco es un movimiento
abierto por abajo. La guirnalda “abre”, el arco “tapa”, “recubre” “cierra”.
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(P) En razón de su sentido simbólico de “esconder”, de “encubrir”, la arcada, en
sentido positivo, puede indicar la necesidad de cubrir las apariencias con una cierta
distinción y corrección de modales, preservándose de cualquier comentario
despectivo o crítico del medio ambiente. En cierto modo, supone una actitud
prudente de reserva, de desconfianza defensiva, que se encubre con la amabilidad.
El sujeto no renuncia a su deseo interno de destacar, de ser admirado, de sentirse
homenajeado.
El arco, en sentido positivo, con buen dinamismo, relieve y buen nivel estético (figs.
103 y 104), testimonia las facultades creativas, la necesidad de construir obras
estéticas y la elegancia de espíritu, cualidades que contribuyen al secreto deseo de
ser respetado, considerado y admirado.
El arco se produce frecuente en los grafismos femeninos de moda, en las llamadas
“letras aristocráticas” procedentes de colegios religiosos de “alto prestigio”, aunque
cada vez se ven menos. Las “poses”, los modales cultivados, el lenguaje y porte de
muchas mujeres del gran mundo, como ocurre con las eternas protagonistas de la
revista “¡Hola!” y de otras revistas del corazón, es considerado, por estas damas,
como un medio eficaz para ser admiradas, del mismo modo que el vestido. Hoy el
destape, exigido por la moda, tiene como misión llamar la atención, hacer reclamo,
darse al placer que causa, a estas mujeres, sentirse contempladas como “féminas
elegantes y bellas”. Para satisfacer el deseo narcisista de sentirse admiradas no
dudan en gastar importantes cantidades de dinero en vestidos y joyas, mientras en
otras partes del mundo 800 millones de personas pasan hambre o mueren en la
miseria.
(N) En sentido negativo, el arco es un movimiento retrógrado, egoísta, egocéntrico,
tras del cual está la habilidad de fingir y disimular, la adulación servil e interesada, la
mentira, las intenciones secretas e interesadas de las personas falsas y desleales,
sobre todo, si los arcos son buclados y se mezclan en el coligamento con los
ángulos, los trazos filiformes, la verticalidad de la inclinación y los óvalos en doble
anillo o abiertos por abajo (figs. 148 y 161), en cuyo caso ha de pensarse en un
carácter astuto, solapado, insincero e hipócrita que puede llevar su egoísmo a
cualquier extremo de falsedad y engaño.
Observación: El coligamento en arco, es frecuente en la edad crítica. En esa edad,
el joven pasa de niño a adulto y se ve obligado a vigilarse y disimular la atracción
sexual hacia el otro sexo y, en casos de desviación de la líbido, hacia sujetos del
propio sexo. Al no haber logrado aún la independencia de los padres y tampoco, del
todo, la vinculación edípica del varón con la madre y de la fémina con el padre, el
futuro adulto tiene que ocultar sus problemas y conflictos en relación con la líbido,
por lo que no es extraño que, en su escritura, abunde el coligamento en arcos.
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afectan a la autoimagen del sujeto, a la idea que tiene de sí mismo y de lo que
querría ser.
En la mitología antigua, incluso en épocas relativamente recientes, el arco era, y es,
un monumento destinado a homenajear a los héroes. En todas las grandes ciudades
hay erigidos los famosos “arcos del triunfo”. La misma Iglesia utiliza los palios o
doseles montados sobre cuatro o más varas para resaltar, en las procesiones, la
importancia del Santísimo Sacramento, de los santos, del Papa y de sus
representantes los cardenales y obispos, aunque algunos, no eclesiásticos, han sido
glorificados con ese tipo de arcos, como Franco, caudillo de España. Los arcos en
las mayúsculas, tienden a expresar el deseo de triunfo, de gloria, de magnificación,
de exaltación del propio Yo.
(P) En sentido positivo, en un ambiente gráfico rítmico y armónico (figs. 96, 103, 114
y 215 ), indica imaginación y fantasía constructiva y creadora (talento inventivo).
Este gesto-tipo se observa con frecuencia en grafismos de escritores, de artistas y
científicos de fama, acostumbrados al éxito, a que les sonría la fama. Es el símbolo
del triunfo que se tiene, o del triunfo que se desearía tener.
En otras palabras, el arco en las mayúsculas (representativas de la auto-imagen, del
sí mismo de la persona que las escribe), es la expresión de un orgullo vanidoso, hijo
del placer que el sujeto siente, o desearía sentir, ocupando el pensamiento de otros
a base de exhibir los rasgos externos con los que inviste su personalidad, sus actos
o creaciones personales, sus palabras o sus “posesiones”.
Observación: Los arcos en las zonas iniciales de las mayúsculas, pueden
representar un anhelo, una apetencia pasiva, es decir, pueden ser sólo un deseo, un
sueño con los ojos abiertos, si el ritmo y dinamismo (nivel de actividad), la presión
del trazado, la dimensión, la inclinación y la continuidad son aspectos deficitarios.
Sólo tenemos, en las muestras gráficas del Diccionario, un ejemplo para ofrecer,
aquel de la fig. 218 que se señala con flechas. No tenemos ningún otro caso capaz
de ilustrar este signo. Los finales en arco suelen presentarse preferentemente en las
mayúsculas. Las figs. 37, 38, 96, 105 y 123 de “Escritura y Personalidad” ofrecen
muestras en donde el arco queda instalado en la zona final de las mayúsculas.
(N) Los arcos en las letras finales, instalados en las minúsculas, tienen distintos
significados, según que sean movimientos en arco a la derecha (fig. 218 del
Diccionario) o en arco sinistrógiro (fig. 97 de Escritura y Personalidad.). En el primer
caso (fig. 218).Este tipo de arcos puede reflejar la intención oculta de apropiarse de
objetos.
En la figura 97 de “Escritura y Personalidad”, los arcos regresivos en forma de
guadaña, señalan el deseo de acaparar, de apropiarse egoístamente y de manera
dura, de objetos, ventajas, oportunidades, etc. (ver los ángulos y enroscamientos de
las “p”), aprovechándose de la ingenuidad de la gente. La presión desplazada es
otro signo que agrava el equilibrio moral de esta persona, ya que corresponde a
desviaciones o anomalías del instinto sexual.
19
La estructura final de las mayúsculas en arco de las figs.37, 38 y 96, corresponden a
personajes que alcanzaron fama en su época. El primero es un político y los dos
siguientes escritores muy conocidos. En cambio, la autora de la fig. 105 fue una
popular dama que logró triunfar socialmente gracias a su belleza física, a su
habilidad seductora y a su y sex-appeal. Finalmente, la damita de la fig. 123, gracias
al encanto protector de esas “v” minúsculas, elevadas a mayúsculas por la
dimensión, logró alcanzar sus ansias de gloria, de dinero y de alta situación social,
tomando el papel de “hada protectora” de un joven de alta situación económica y
social. Es significativo en este grafismo, la filiformidad, la inversión, las jambas en
ocho de guarismo y los grandes bucles imaginativos de las hampas. Los arcos, en
los finales de las letras “V” mayúsculas, desde Michon, se han considerado como un
signo de “protección”, cuando cubren, por encima, las minúsculas que siguen. En la
fig. 123, aquí comentada, no son las mayúsculas las que cubren a las letras
siguientes, sino minúsculas elevadas a la categoría de mayúsculas, de donde la
falsedad del papel protector.
A23 - ARMONICA:
20
parte, el riesgo de las apreciaciones subjetivas, aunque, nuestros conceptos del
sentido positivo y negativo no miden exactamente la superioridad e inferioridad, ni la
armonía, sino más bien el grado de adaptación y madurez psicológica de cada
individuo.
A24 - ARPONES:
(N) Si los arpones se presentan en los trazos finales de las letras en la zona media
(figs. 37, 70, y 93), el egoísmo posesivo suele ir seguido de imposición, de
exclusivismo, de la tendencia a “retener” los “objetos” (personas o cosas) mediante
presiones o chantajes afectivos más o menos suaves o exigentes. Este canibalismo
psíquico (tendencia a absorber, a incorporar al Yo, tanto al ser amado como a las
demás personas y objetos externos) es un afán patológico de seguridad, que entra
dentro del factor k+ de Szondi (ver el significado de este factor en mi obra “La
Selección de personal”, página 401).
Los arpones, como final de los movimientos verticales, puede ser un signo de
reacciones explosivas y violentas de tipo epileptoide.
(N) En cualquier caso, la presencia de arpones en el grafismo es un claro síntoma
de neurosis. Esta neurosis puede estar compensada, si el ambiente gráfico es
positivo. Si, como ocurre en las figuras 37, 90, 93 y 201, el ambiente gráfico no es
positivo, la desadaptación neurótica, la terquedad el egoísmo, el afán de
posesividad, la agresividad y el latrocinio pueden darse con un nivel inferior. Con
otros signos, como jambas complicadas, óvalos protuberantes, aplastados o
rellenados, escritura blanda, descendente y desordenada, el afán de poseer, la
avidez, la rapacidad, etc., puede ir emparejada con una inclinación vengativa, con
un carácter maligno, intrigante y rencoroso.
A25 - ARQUEADA:
El movimiento configurativo de las letras “m” y “n” y de sus enlaces con las demás
letras, en el coligamento, adopta la forma de arcos (figs. 110, 111b y 161). El arco
afecta también al sentido de giro de los movimientos formativos de las letras de
óvalo: “a”, “o”, “g”, “d”, etc. Los óvalos toman la forma de guirnalda cuando, sin
21
ningún bucle inicial, están abiertos por arriba (figs. 17 y 18). Su estructura es
arqueada cuando las letras de óvalo, o con óvalo, presentan bucles, en doble anillo
o se cierran o abren en la base (figs. 24, 25, 26, 32, 83, 148 y 174). Debemos ésta
última observación al Prof. L. Bousquet.
Tanto la arcada, como los óvalos trazados en sentido contrario a las agujas del reloj
(óvalos en doble anillo o rellenados, óvalos buclados, óvalos abiertos o cerrados por
abajo, etc.) “son movimientos, -dice el Prof. L. Bousquet-, que tienden a recubrir, a
envolver”. Por tanto, la arcada en sentido positivo, se puede interpretar como una
reacción instintiva de defensa (angustia frente al mundo exterior) cuya necesidad de
auto-protección invita al sujeto a “revestir” su personalidad de modales corteses o de
elegancia y distinción para presentarse a los demás, no según se ve el sujeto a sí
mismo (orgullo), sino según quiere que los demás le vean, es decir, intenta ocultar
sus lados desfavorables para llevar a cabo una adaptación positiva.
(N) Lo más frecuente es que la arcada aparezca en grafismo de nivel positivo bajo.
Según el nivel de positividad, la arcada puede ser, simplemente, un signo de
introversión, de reserva, discreción acentuada que mueven al sujeto a contactar con
los demás adoptando una actitud de cautela, de cortesía, más o menos superficial o
de distinción aparente. Con bajo nivel positivo, suele ser un signo de falsedad, de
engaño, de egocentrismo marcado y de falta de confianza en sí mismo.
La tendencia a la secretividad, a tener siempre escondidos los sentimientos, los
deseos, las intenciones, frecuentemente malas o perversas, hace a éstos sujetos
desleales, embusteros, calculadores, intrigantes fabuladores y simuladores, con una
vocación inveterada al fingimiento, al disfraz, a la duplicidad, al engaño o a la estafa.
Al estudiar la escritura “Arqueada”, debe tenerse en cuenta las desigualdades en la
zona media, especialmente en la forma, en la dimensión y en la rapidez.
(P) Las desigualdades citadas, con buen nivel positivo, suelen ser expresión de
vivacidad y calor del sentimiento, de pasión, de intensidad de las emociones y de los
estados anímicos, pero también pueden ser expresivas de frustraciones
sentimentales y, a veces, de cierta impulsividad en las reacciones afectivas. He
comprobado, con alguna frecuencia, las desigualdades de altura y de coligamento
en personas divorciadas, separadas o con desavenencias matrimoniales. Estas
personas intentan disimular sus complejos de fracaso y de culpabilidad a través de
las arcadas, o del coligamento filiforme. La presencia de guirnaldas junto a las
arcadas y movimientos filiformes, pueden indicar la necesidad insatisfecha de
afectos tiernos.
(N) Las desigualdades en el coligamento, con déficit en la presión y desorden de
espacio y de movimiento, señala debilidad en la voluntad, mala regulación en los
mecanismos del control emotivo. Esta hiperemotividad neurótica, da lugar a la
inconstancia, a la versatilidad, a la inestabilidad y a un comportamiento desigual y
contradictorio.
La impresionabilidad y el descontrol emotivo, producen una voluntad variable,
influenciable, polifacética, que origina la inconstancia, los contrastes, los cambios
repentinos en las ideas, la falta de unidad y de disciplina en el comportamiento y,
como consecuencia, la falsedad y el engaño en las justificaciones de la conducta.
El sujeto puede mostrar su neurosis y su volubilidad en los diferentes entornos
donde se mueve. Cambia fácilmente de amigos, de opinión y de planes. Si coincide
con un coligamento mixto o variable, puede sospecharse algún fracaso en la esfera
22
sentimental. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos neuróticos
supercompensan sus lagunas a través de su actividad laboral, mostrando toda clase
de habilidades en el ejercicio de sus tareas. De éste modo, sus minusvalías en las
relaciones del Yo con el otro sexo, o del Yo con el Tú, en la vida social, son
supercompensadas con éxitos en la vida profesional. (Ver otras interpretaciones en
Desigualdades de Dimensión).
23
A27 - ARTIFICIAL, Escritura:
Una escritura es artificial o “bizarra”, cuando por expreso deseo voluntario, las letras
no guardan más que un lejano parecido con la caligrafía normal (figs. 38a y b en las
mayúsculas, 111a, 111b, 161, 162 y 186). Cuando las formas son extremadamente
raras, el grafismo es extravagante.
Cuando el grafismo conserva una cierta armonía estética y con un nivel positivo alto,
cosa nada frecuente, hay que sospechar en el autor un cierto narcisismo estético y
creativo, un deseo de originalidad, no exento de una tendencia, más o menos
absurda, a figurar y mostrase como un innovador, con ideas de reforma estética,
política, económica, o de otro tipo.
(N) En general, refleja el snobismo, el deseo y necesidad de singularizarse y llamar
la atención ocupando el pensamiento de la gente. Aspiración neurótica a que los
demás vean al sujeto como dotado de cualidades y méritos extraordinarios que
compensen su complejo de inferioridad. Cuando la conciencia toma una actitud
excesiva en algún aspecto, en el inconsciente vive, con la misma fuerza, la cualidad
contraria. En el axioma popular se conoce esta tendencia con la frase : “Dime de
qué presumes y te diré de qué careces”.
Según la rareza y la complicación de las formas, la escritura artificial puede indicar
desde la simple sobreestimación narcisista e inadaptación por orgullo o
megalomanía, hasta la inclinación patológica a no querer hacer nada como los
demás (excentricidad).
Con bajo nivel positivo, la defensividad del sujeto con estas tendencias, puede
llevarle a la falsedad, al engaño, a la simulación y fingimiento más audaz, al
comportamiento más amoral. La artificialidad no puede producir una conducta sana,
equilibrada y sincera.
A28 - ASCENDENTE:
24
optimistas, que ven las cosas por el lado más favorable, estos sujetos suelen tener
buenas facultades de superación, ambición de “ser” y de “tener éxito” y
combatividad agresiva, sin perder la empatía, la cordialidad, y el espíritu
comprensivo y generoso, cuando predomina la curva sobre el ángulo.
Cuando en una escritura ascendente predomina el ángulo sobre la curva, y la
dimensión vertical (escritura sobrealzada, estrechada, rígida y acerada), puede
denunciar la agresividad sádica y fría y los estados de insatisfacción del sujeto
paranoide. Con velocidad lenta, fuertes mazas y terminaciones verticales en gancho
o arpón, puede expresar la violencia epileptoide. Los sujetos de escritura
ascendente, rápida y movida, tan pronto logran sus metas, sus objetivos deseados,
no son, generalmente conservadores de sus logros, tienden a buscar otras metas u
objetivos para satisfacer su impulso emprendedor y su dinamismo.
Ardor, iniciativa innovadora, actividad laboral positiva. Espíritu alegre, entusiasta,
esperanzado, generoso y participativo. Tendencia a ver los hechos y las cosas bajo
su prisma más favorable. Fe en el éxito personal y confianza en las personas.
Imaginación creativa. Facilidad de intercambio y buena expresión verbal.
Con predominio de la zona superior: ambiciones en la esfera del ideal del Yo, es
decir, ambición de “ser” y de “representar”, de tener una categoría superior, de
ejercer poder y dominio espiritual o moral sobre los demás (Ver el factor P+ en mi
obra “La Selección de Personal”, página 402). Deseo de convertirse en líder y
decidir por todos. El sujeto está convencido de su capacidad para dirigir y triunfar.
Tiene fe en su propio éxito. Para creer en sí mismo no necesita apoyarse en lo que
sobre él piensan los demás.
El riesgo de ésta euforia es que el sujeto puede sobrepasar, sin darse cuenta, el
límite de sus posibilidades, llevando a todos al fracaso. (Ver en mi obra “La
selección de personal” el factor “P” de Szondi).
Con zona media alta o predominante: ambiciones de tipo emocional; necesidad y
deseo de “imponer” las propias emociones, de dominar el sentimiento de los demás.
(N) Con predominio de la presión y la dimensión en la zona inferior: apetencias
biológicas y materiales; necesidad y deseo de imponer las propias necesidades
materiales, o los placeres del sexo, con poca o ninguna consideración.
Con escritura extensa, y con predominio del movimiento sobre la forma y el espacio:
extroversión; tendencia a adelantar con fuerte impulso imponiéndose a las
dificultades; confianza en el éxito y en resolver los obstáculos y problemas
exteriores; sensación íntima de fuerza y de poder creador y realizador; buena salud.
Con escritura desordenada y desigual: excitación, nerviosismo, eretismo; tendencia
a sobrepasar los límites permitidos y a llevar una conducta embrollosa y
desordenada; presuntuosidad pedante y exhibicionista, descaro en las relaciones
sociales.
Con escritura grande, alta, inflada y desigual: comportamiento histriónico (exagerada
tendencia a la megalomanía, a la necesidad de halago, al exhibicionismo histérico-
narcisista, a la necesidad compulsiva de sentirse admirado, de figurar en sociedad,
de tener fama y ser el eco de toda clase de comentarios). Las tendencias
esquizóides (paranoia) se dan frecuentemente unidas al histerismo.
(N) Con escritura muy ascendente, sobrealzada, inflada y desigual: pérdida de
relación con la realidad; paranoia; histerismo.
25
A29 - ASIMÉTRICA:
26
El sujeto frustrado socialmente puede entrar en una conducta disocial o
desadaptada, si el entorno, la sociedad le etiqueta y le maltrata descargando sobre
él una agresividad destructiva.
Muchos sujetos marginados por la sociedad, buscan una compensación gratificante
en el alcohol, las drogas, la delincuencia e incluso en la criminalidad, cuando no hay
factores de herencia determinantes. Para mayor ampliación sobre este tema, ver mi
artículo “Las asimetrías en el grafismo”, boletín nº 9 de la A.G.C.
27
sobre todo de sexo femenino, de un hilo o tejido aterciopelado. Aunque es difícil dar
ejemplos en escrituras ya impresas, sugerimos un ejemplo de este tipo de grafía en
las figs. 26 y 183a, en oposición a la fig. 28 que es angulosa-dura, seca y con
presión desigual y acerada.
La interpretación de la escritura aterciopelada se refiere siempre a un
comportamiento suave, meloso, acariciante y sin “lados bruscos o espinosos”.
Detrás de ese comportamiento captativo de los sentimientos de agrado, de
comprensión e identificación, que el sujeto despierta en su entorno, detrás de ese
clima cómodo, sibarita y complaciente de empatía, puede esconderse una intención
egoísta, interesada, que se filtra a través del placer de la suavidad del terciopelo.
Ver, por ejemplo, en la fig. 26, los óvalos en regresión (girando en sentido contrario
a las agujas del reloj) y cerrados por abajo. Recordamos aquí el viejo axioma
popular: “No es oro todo lo que reluce”.
Algunos hombres y mujeres se invisten, por fuera de seda o de terciopelo y son:
suaves al tacto, halagadores, aduladores, impresionantes por su simpatía y, por
dentro -como dice Jardiel Poncela-, sólo hay “un gusano que se retuerce”.
28
conflictiva o perturbadora del equilibrio normal de la personalidad. Suele ser
producida por causas que han provocado o están provocando angustia, como puede
ser cualquier temor profundo con respecto a la propia vida o de seres queridos
(amenaza de muerte, enfermedad grave o cualquier otra causa que impacte el
ánimo en forma de angustia concreta).
Otras causas pueden ser, por ejemplo, pérdidas importantes, fuertes contrariedades,
disgustos o enfados violentos. fracasos sentimentales o en los estudios, pérdida de
empleo, etc.
El estado interno del sujeto puede oscilar entre la inquietud y la fatiga, entre la
impulsividad y la sensación de impotencia, entre la inseguridad y la rabia, entre el
abatimiento y el intento de lucha, pero, en la mayor parte de casos, el sujeto está
agarrotado por la angustia, el miedo, la culpabilidad, o la sensación de impotencia.
La actividad normal del sujeto de escritura atormentada, según la intensidad de la
misma, puede sentirse perturbada o disminuida e incluso anulada por la disminución
de la energía vital. Son frecuentes, en estos casos, los problemas en la sexualidad.
Hemos encontrado este signo en sujetos con enfermedades graves, principalmente
en cancerosos, en drogadictos o en estados graves de alcoholemia, en fracasados
sentimentales o en adolescentes con fracasos en los estudios, en personas que se
han quedado sin empleo, en cónyuges recien separados. Estos acontecimientos,
gravemente preocupantes, producen la escritura atormentada.
La escritura atormentada puede producirse también por el efecto perturbador de
fuertes vientos o tempestades, en alturas superiores a los tres mil metros. en cuevas
de gran profundidad, o simplemente cuando se escribe en el tren, en el automóvil o
en una mesa que se mueve y que impide el apoyo adecuado del brazo, etc.
Se encuentra frecuentemente este signo en sujetos que han visto cosas que no
deberían ver, en los casos de masturbación excesiva o que realizan prácticas
sexuales anormales (desviaciones de la líbido) y en los casos de impotencia, o de
culpabilidad freudianos, etc.
Puede significar también una reacción de defensa contra la angustia, contra el
complejo de la castración, contra los excesos de inhibición, contra las tensiones
emocionales o una defensa contra desviaciones de fuerzas instintuales agresivas
hacia otros o hacia el propio sujeto (impulso a agredir al “objeto”, principalmente en
los casos de fracasos matrimoniales : desavenencias, separaciones, divorcios, etc.)
o como necesidad de ser castigado (masoquismo).
Bajo presiones internas de este tipo, el sujeto puede refugiarse en el alcohol u otras
drogas, pues, como sabemos, el alcohol y las drogas disminuyen las inhibiciones y
hacen desaparecer, momentáneamente, la angustia y las tensiones.
El alcoholismo intenso y la drogadicción, como recurso de defensa contra el fracaso,
el sufrimiento o los estados de frustración, son peligrosamente engañosos. Cuando
desaparece su efecto, renacen con mas brío los estados de angustia, irritabilidad,
depresión, etc. que se han querido eliminar, con el agravante de producir trastornos
de memoria, de atención y concentración, trastornos en la percepción del tiempo,
baja tolerancia a la frustración, alucinaciones y otras perturbaciones de la
conciencia. Aparte de estos trastornos psíquicos, que pueden ser identificados a
través de la escritura atormentada, pueden observarse, a veces, otros trastornos
orgánicos, por ejemplo, los sufrimientos gastrointestinales, las cardiopatías, los
trastornos neurovegetativos, etc.
29
El consumo cada vez más creciente del alcohol, de la cocaína y de otras drogas,
aumenta en el grafismo las perturbaciones de espacio-movimiento, la congestión, la
excitación-depresión, los delirios de imaginación y otras anomalías. Ver el
atormentado grafismo de una mujer drogadicta en la fig. 106f.
Llamamos escritura baja a aquella que en proporción tanto las letras interiores como
las mayúsculas, las hampas, las barras de las “t”, incluso los puntos y acentos, son
más bajos de lo normal (figs. 26, 42 y 219). En cambio, las jambas pueden tener una
longitud normal o excesiva. Si la altura disminuye únicamente en las mayúsculas y
hampas, recibe el nombre de escritura rebajada.
(N) Pobreza de recursos para mantener a la altura necesaria la propia autoimagen.
Esta disminución de la autoestima, del deseo de hacerse valer y del impulso a “ser”
y a “tener”, puede deberse a un Yo aplastado o muy castigado por la actitud
castrante de un padre muy autoritario o de una madre que ha rechazado o no
deseado al hijo.
En general, la escritura baja, es un signo de resignación, de modestia, de
acatamiento sin protesta o rebeldía de las imposiciones o exigencias del medio
ambiente. La escritura baja y apretada refleja la pusilanimidad, la cobardía e
30
impotencia de las personas débiles o en estado de fatiga o agotamiento más o
menos pasajero. Puede ser también el efecto de un estado de ansiedad moral,
propio de una libido débil o en regresión. En cualquier caso, hay que tener en cuenta
la manera como juega la presión y el dinamismo del impulso gráfico. Una escritura
baja con buena presión y dinamismo, puede ser la expresión de una fuerte ambición
(deseo de “ser”, de “tener” y de hacerse valer) que se camuflan tras de una actitud
de falsa modestia (fig. 14)
31
airadas, mordacidad e inclusive crueldad. Es importante observar la dirección de las
barras: hacia arriba o en diagonal con la línea (figs. 205 y 210), la agresividad, más
o menos suave o violenta, se dirige hacia las personas que ocupan una posición
superior a la del sujeto. Si las barras son horizontales, la agresividad se centra en
las personas de rango social, profesional parecido al del sujeto y en general, a todo
el mundo en la órbita que se mueve el escritor. Cuando la dirección de las barras
puntiagudas es hacia abajo, el ataque se dirige hacia los inferiores o de manera
autodestructiva hacia sí mismo.
Cuanto más altas las barras, mayor es el deseo de independencia y la tendencia del
sujeto a regirse por sus propias ideas (orgullo, poca aceptación de las ideas de los
demás). Esta tendencia puede hacer que el sujeto, llevado de su individualidad y
subjetivismo, se pueda alejar de la realidad y piense y actúe sin otra orientación que
la manera como él concibe los hechos y las cosas. Tendencia a imponer las propias
ideas, con escritura firme y barras en maza.
En un ambiente gráfico positivo, las barras de las “t” colocadas delante y tocando el
hampa (fig. 52), pueden ser un indicador de iniciativa y decisión, de espíritu activo y
emprendedor.
Con un ambiente negativo (figs. 28, 37 y 146) refleja diversos modos de actuación
en los que la acción puede tener una repercusión negativa sobre el entorno a causa
de la neurosis y desadaptación del sujeto.
32
Las barras de las “t” en cruz pueden ser un indicador simbólico de sufrimiento:
“llevar una cruz”, sentirse mártir, sufrir algún acontecimiento penoso, estar haciendo
algún sacrificio personal por otros o haber sido mutilado por la guerra o por cualquier
accidente (ver en “Escritura y Personalidad” el caso del autor de la fig. 177).
Actitud discreta, reflexiva. Necesidad de reflexión ponderada del sujeto en la toma
de posición, en los criterios y en la acción. El sujeto tiene en cuenta el pasado, la
experiencia o la precaución, para no cometer errores lamentables. En el
pensamiento del escritor hay un equilibrio entre la fase crítica y explícita, es decir,
intenta ser claro y justo en sus juicios, ecléctico en sus criterios y acción.
(N) Las barras de las “t” en cruz, cuando son largas, lanzadas y en desproporción
con el hampa en un ambiente gráfico de preponderancia negativa, indica falta de
ponderación en los juicios, vehemencia impulsiva en las ideas y en los deseos,
arrebato en las decisiones a causa de “reacciones reflejas condicionadas” por
experiencias fustrantes o desagradables en la vida del sujeto. El efecto en el
carácter de estos “reflejos condicionados negativos” es la excitación y descontrol
tanto en el ataque como en la defensa.
Otras interpretaciones pueden ser, en sentido negativo, la impaciencia, la
imaginación desbordante (más imaginación que juicio), la impulsividad, la
intolerancia, las manifestaciones mímicas y verbales exaltadas y, en fin, las
características indicadas en los grados I y V de Pophal. Como en todos los casos,
debe ser el ambiente gráfico el que determine la interpretación.
Las barras de las “t”, por encima del hampa, sobrevolándola, sin tocar ésta (fig. 116,
tercera línea), son propias del pensamiento que se desplaza hacia la utopía, que no
toca la realidad y vive procesando en la imaginación ideas quiméricas que no
pueden llevarse a la práctica. Es un tipo de pensamiento independiente y mágico,
con muchas aspiraciones de deseo y grandeza, pero sin conexión con las
posibilidades de realización.
A esta irrealidad, con un nivel positivo, la podemos llamar fantasía, ensueño de
superioridad fantaseada, capacidad para crear ilusiones o para vivirlas en forma
sublimada, como Aldos Huxley en su novela “Un mundo feliz” o como Verne en su
“Viaje a la luna”.
(N) Con un nivel de predominancia negativa, puede ser un indicador de altanería, de
orgullo despreciativo del valor de los demás. Esta altivez y endiosamiento se debe a
un exagerado concepto de sí mismo que puede tener relación con tendencias
homosexuales y con la paranoia.
B09 - BARRAS “t” FLOJAS (Barras de las “t” con poca presión):
33
(N) Finas y con poca presión: Debilidad en la voluntad. permeabilidad a las
presiones e influencias externas.
Si son largas: vivacidad impaciente, deseo vivo engendrado por la ansiedad y la
inquietud de alcanzar algo o de entrar en posesión de algo sin espera (neurosis
ansiosa). Mala organización del tiempo y de la actividad. Tendencia a querer
abarcar más de lo que se puede controlar o dirigir.
Si las barras son cortas y sin presión: Inhibición, cortedad, indecisión y pasividad de
carácter. Super-Yo exigente y tiránico que coarta la voluntad y la capacidad de
decisión. Incapacidad para dirigir a otros. Nulas cualidades de mando.
34
En ambos casos, lazo y triángulo en la base, sin barra arriba, la voluntad no tiene
suficiente energía y envergadura para mantener las propias posiciones frente a los
demás y tomar decisiones con independencia del criterio, a favor o en contra, que
puedan tener los otros. Para tomar las propias decisiones, y actuar con plena
independencia, tiene que haber una buena y firme barra de “t” apoyada por una
buena presión y dinamismo en el trazado. La “t” sin barra, y en un grafismo sin
fuerza vital y dinamismo supone una actitud pasiva de obediencia sumisión, es una
renuncia a hacer valer la propia individualidad.
Cuando este tipo de “t” aparece desligada de las letras que le anteceden y siguen,
puede sospecharse un deseo de independencia no logrado, una actitud pasiva en la
que se introvierte el sentimiento de impotencia para rebelarse y el sujeto adopta una
actitud claudicante frente a su entorno, no se siente capaz de salir de su inaceptable
situación.
Esta interpretación debe ir acompañada de otros signos confirmantes.
Las barras de las “t” en forma de penachos (fig. 188), son propias de sujetos con
una gran imaginación acostumbradas a fantasear sobre la realidad y a soñar con los
ojos abiertos. Los penachos son “deformaciones”, cambios absurdos del sentido y
precisión que tiene la barra de “t” como complemento de su letra correspondiente.
Esta deformación es una desviación parecida a los puntos en forma de circulito.
Ambos signos reflejan un modo de evasión de la realidad, tal vez como huida o
protesta de una realidad que no es grata y soportable como tal. El sujeto compensa
en la fantasía, en la irrealidad, sus frustraciones afectivas, profesionales o de otro
tipo.
35
Las variaciones en la zona superior están en relación con la inestabilidad en las
ideas, con los cambios frecuentes de energía en la acción y en la decisión. El sujeto
no sostiene el mismo grado de empuje, de esfuerzo, de atención y de ilusión cuando
está llevando a cabo la acción de los objetivos que le son impuestos o la realización
de aquello que él desea. Generalmente se da este signo en el temperamento
nervioso.
Con una escritura armoniosa y bien organizada, como por ejemplo la figura 53
(Sebastián Juan Arbó), refleja una voluntad firme, organizada, perseverante que
mantiene una cierta igualdad y control en su manera de pensar, sentir y actuar. En
este caso, dados los signos de introversión (escritura pequeña, concentrada,
organizada, clara y estable), la voluntad va acompañada de unas facultades críticas
(juicio, razonamiento) muy sensatas y de un autocontrol formidable.
Como “pensador introvertido”, según la clasificación de Jung, la actividad se
concentra en el mundo de las ideas, en la organización rigurosa, reglada y
disciplinada por la abstracción subjetiva del pensamiento. Por tanto, las barras de “t”
firmes y con presión normal, son un indicador de firmeza y constancia de voluntad,
de buena organización mental y de eficacia en las ideas, si el ambiente gráfico es
positivo.
Si el ambiente gráfico no es positivo, y las barras de las “t” presentan desigualdades,
el sujeto es inestable en sus ideas y pierde con frecuencia el autocontrol en las
decisiones y en la acción (fig.28).
Las torsiones en las hampas afectan al grado de afirmación y resistencia del sujeto
frente a las presiones exteriores. En el grafismo de la fig. 145, por ejemplo, la fuerza
de las barras es más destacada que la de las hampas, en su mayoría torcidas,
curvadas hacia la izquierda y bastante delgadas. Esto supone un modo de querer
imponer las propias ideas (barras de las “t” altas), pero sin fuerza para mantener las
posiciones tomadas y para resistir las presiones del exterior. Las consecuencias ya
las vemos, si analizamos el coligamento, la inversión de la escritura y los
adelgazamientos en los movimientos de flexión(fuerte vulnerabilidad interna,
estados de angustia y ansiedad, etc.).
36
Se refiere este “gesto-tipo” a la existencias de triángulos cuyo trazo final no llega a
tocar o atravesar el hampa, quedando interrumpido o bloqueado el movimiento final
detrás del hampa, sin terminar su forma (fig. 91 de “Escritura y Personalidad”).
Representa una descarga sublimada de tendencias dominantes agresivas. En el
caso de la fig. 91 de “Escritura y Personalidad”, la tendencia a imponer por decreto
el propio pensamiento y decisión se transforma en una agresión socializada. Este
gesto-tipo es frecuente en tenistas.
Caracterológicamente, la intención de regir y dominar que ha quedado inhibida o
bloqueada, sea por la inseguridad en sí mismo (falta de vigor y dinamismo del
trazado) o por temor a las consecuencias, logra su expansión a través de la raqueta,
medio deportivo de dominio que no tiene riesgos o consecuencias para el Yo.
Las barras de las “t” cortas y débiles, en un grafismo mal afirmado sobre la línea, de
presión y dinamismo deficientes, es un indicador de una decisión y acción que se
coarta frente a las dificultades o las presiones llegadas del exterior. El sujeto carece
de empuje emprendedor.
En el caso de la fig. 130 el sujeto no llega a realizar ni a compensar sus
necesidades instintivas, su sexualidad desviada (jambas en ocho de guarismo,
líneas serpentinas, mayúscula con zona inicial narcísica, cierre de óvalos por abajo,
etc.). La lentitud de reacción y la falta de empuje reducen al sujeto a la pasividad, al
disimulo y ocultación de sus tendencias.
Las barras de “t” cortas y débiles se dan raras veces en grafismo de buena presión y
ritmo. Cuando hay fuerza vital y dinamismo no cabe una actitud tímida, coartada,
inhibida o excesivamente cauta. El sujeto que posee una buena vitalidad y buen
ritmo, tiene poder de decisión, es decir, tiene una voluntad activa y emprendedora.
Por el contrario, cuando falta una buena vitalidad y el fuego animador de la acción,
cuando no hay fuerza ni ritmo en el ambiente gráfico, el sujeto se siente desprovisto
de confianza en sí mismo y teme la agresividad del ambiente. Por tanto, o adopta
una actitud pasiva, coartada de disimulo e insinceridad (fig. 130), o se resigna a la
obediencia-sumisión.
Las “t” en arco (fig. 84), expresan la tendencia a complacer por necesidad de
sentirse apreciado y amado (necesidad de ternura, de caricias, de halagos, quizá
como consecuencia de una sexualidad pasiva que requiere la iniciativa del otro
miembro de la pareja). Puede deberse también a un complejo de Edipo no liquidado
o a un complejo de destete.
37
El grafólogo vienés Felix Klein, recientemente fallecido, estudió el arco en la zona
superior durante su estancia en un campo de concentración nazi. Según Klein, los
arcos en las barras de las “t”, traducen influencias o presiones procedentes del
cuerpo o zona sexual, pero reflejan también la tendencia a dejarse influenciar por
personas de menor cultura y por problemas y opresiones de la vida cotidiana.
Muller y Enskat ven en los arcos en la zona superior una inclinación narcísica al
“culto al propio Yo bajo la apariencia de intereses estéticos e intelectuales” y gusto
por la actuación representativa.
Todo movimiento en diagonal ascendente, sea un trazo inicial o final, una barra de
“t”, etc. (figs. 28, 59, 66 y 126a) tiene un sentido oposicionista, rebelde y de
desacuerdo frente al entorno. Por ejemplo, en la fig. 28, los trazos iniciales están
formados por un movimiento rígido que forma parte de la angulosidad del trazado
(tendencia a tomar posiciones previas de oposición o desacuerdo) y las barras de
las “t” son igualmente ascendentes y rígidas (rebeldía, negación a aceptar las ideas
o propuestas de otros, no quiere dejarse “invadir” por los demás y defiende
agresivamente su Yo contra todo aquello que cree amenaza su independencia, su
individualidad).
Esta actitud recuerda el carácter contestatario y la falta de disponibilidad, la
hostilidad sin causa aparente del “niño rebelde” de Eric Berne en el A.T. (Análisis
Transacional). La protesta y la crítica en los movimientos de las barras de las “t” en
diagonal ascendente, parece que se dirigen preferentemente hacia personas con un
rango superior al del sujeto, sea en la esfera familiar, social o profesional.
La fuerza y agudeza de la tendencia contestataria u oposicionista, dependerá de la
rigidez y dureza de los trazos (puntiagudos o en maza) y del ambiente gráfico,
anguloso o curvilíneo, de la fuerza y dinamismo del trazado y de la rigidez general.
Por ejemplo, en la fig. 126a, la rigidez del trazado, la inversión de la escritura y
sobre todo las anomalías de forma de las jambas y su significado como gesto-tipo
fuerte en ese grafismo, señalan un tipo de oposición, de desacuerdo, de agresividad
que se sale de la órbita de la normalidad. Aquí está muy clara la neurosis de
oposición y el desequilibrio del sujeto.
38
Como en todos los casos que queremos interpretar un determinado signo, es
necesario, para dar una interpretación justa, tener en cuenta el medio ambiente
gráfico donde cada signo se presenta. Por ejemplo, en la fig. 208k, la fuerza de la
barra en descenso se apoya sobre un hampa firme y sobre un trazado anguloso y
duro por lo que la agresión masoquista hacia el propio yo y hacia personas de rango
inferior al sujeto, puede ser muy dura.
En cambio, la barra de “t” en descenso y en cruz, en la segunda línea de la fig. 206,
se produce en un ambiente gráfico inestable, de cohesión desigual, vacilante,
predominantemente curvilíneo, indeciso y blando, con óvalos abiertos hacia arriba,
etc. La agresividad, el masoquismo, toma aquí la forma de sufrimiento interior, de
indecisión, de no saber a qué atenerse y que decisión tomar ante circunstancias
adversas o problemas en la vida sentimental. La ambivalencia, los balbuceos entre
“ser” y “no ser”, entre “orgullo” y “sumisión”, entre “resistir” las presiones o “ceder” a
ellas, (escritura atormentada), refleja el estado interno del escritor.
Las barras de las “t” que toman la forma de guirnalda (fig. 209d), como las que
toman la forma de arco, son gestos impropios en esta letra. Estadísticamente, lo
normal es que las barras de las “t” sean horizontales o muy ligeramente
ascendentes.
Se interpreta este signo como “rechazo a la complacencia, como tendencia a la
seriedad o a evitar contactos corporales o roces epidérmicos” (Marchesan). En este
caso, el sujeto inhibe tanto sus instintos agresivos como sus impulsos sexuales o de
entrega. Según Felix Klein, las guirnaldas en las “t” reflejan fuerte influencia de las
creencias religiosas o de la cultura. Sin embargo, dice Klein, el sujeto evita a las
personas que admira por su superior cultura.
Cuando estas barras de la “t” coinciden en escritura cuyas hampas tienen
concavidad hacia la derecha, se puede sospechar cierto temor o ansiedad por el
futuro, dificultades en relación con el padre y temor a los demás compañeros del
sujeto en su lugar de trabajo. Si coinciden con hampas de concavidad a la izquierda,
el sujeto puede tener cierto temor al pasado a causa de sucesos no resueltos que
influyen en sus decisiones, incluso puede existir una presión maternal en el sujeto.
Gesto-tipo consistente en una barra de “t” que forma un lazo detrás del hampa y
termina con un final lanzado (figs. 90 y 209a).
El golpe de látigo es un gesto propio de la rapidez y dinamismo de la actividad
mental, aunque más que la actividad mental, denuncia el impulso imaginativo, la
vehemencia del pensamiento, de la acción y de la decisión, la actividad audaz y
39
combativa, la independencia de ideas y de carácter, la prontitud de réplica y, en
general, la primariedad.
El sujeto primario no se detiene a reflexionar, no retiene la excitación que le
producen los estímulos externos, sino que da la respuesta inminente a cualquier
estímulo, hecho o situación que tenga delante. Por esta razón, debido al efecto
superficial y efímero de las “resonancias internas”, una vez que descarga la
reacción, el sujeto primario olvida las incidencias y no suele guardar rencores.
(N) Con un nivel positivo bajo, refleja el desahogo violento de las contrariedades, la
tendencia a dominar e imponer los deseos, el autoritarismo, la desconsideración y la
escasa disponibilidad. (Ver Escritura Lanzada).
Las barras de las “t” enlazadas desde la zona media a la letra siguiente (fig. 209)
reflejan distintas actitudes, según sea el grafismo anguloso o curvilíneo, muy
dinámico o pasivo. Para interpretar con justeza este signo hay que tener en cuenta
siempre el ambiente gráfico en que se encuentra.
Con un nivel positivo, refleja cierta consideración a las obligaciones normales, al
cumplimiento del deber, centrando la atención en la responsabilidad del trabajo o en
40
el que hacer cotidiano. Según como se mire, es un signo de resignación, de
obediencia-sumisión, de conformidad reflexiva, de acatamiento al rol que le toca
realizar al sujeto en su ambiente familiar, social o profesional. Indica también
voluntad de unión, de participación afectiva.
Con una escritura angulosa y convencional (fig. 160), más bien apretada y alta,
caligráfica, con finales largos y masivos, a veces en diagonal, refleja un tipo de
conducta tenaz, fijada al presente y a la vida cotidiana, pero de un modo exigente e
impositivo. Quiere que los demás respeten “sus dogmas”, mientras ella es una mujer
despótica, que aparta a los demás para ponerse ella imponiendo sus deseos y
caprichos, tal como reflejan los finales de palabra. Por tanto, indica una falsa
resignación y modestia, falsa obediencia a los convencionalismos religiosos y
morales: “Haz lo que yo digo, pero no te fijes en lo que yo hago”.
Las barras de las “t” en maza (fig. 208m) presentan un engrosamiento masivo y
progresivo. Este movimiento corresponde a una actitud interna de freno brusco, más
o menos violento, según el grosor y longitud del trazo.
Con buen nivel positivo, refleja la capacidad de frenar, contener o inhibir fuertes
cargas de energía que pasan a disposición de la voluntad para incrementar la acción
sobre los obstáculos, dificultades u oposiciones y llegar a los objetivos deseados. La
maza, en sentido positivo, refuerza el carácter dándole mayor firmeza y empuje de
cara a la decisión y a las dotes de mando.
(N) Con nivel positivo bajo, la energía contenida se descarga a veces en forma
explosiva y violenta, a la menor contrariedad. El sujeto puede aguantar presiones,
contratiempos y contrariedades con aparente tranquilidad, pero cuando la
contrariedad rebasa los límites de contención, el sujeto explota de modo violento e
iracundo y muchas veces en desproporción con la causa motivante, va
almacenando rabia y tensión silenciosamente, pero la última contrariedad, por nimia
que sea, produce la descarga y, como la gota de agua que desborda el vaso, lo que
se desborda no es una gota, sino toda el agua que hay en la superficie.
Con un ambiente negativo, el sujeto tiende a acumular afectos de rabia, odio, ira,
intolerancia a las exigencia sociales, deseos de venganza, etc.. Si bien en sentido
positivo el sujeto puede ser un Abel, en sentido negativo el sujeto puede convertirse
en un Caín.
Las barras de las “t” en “V” se caracterizan por un trazo que, partiendo de la base
del hampa, toman una dirección en diagonal ascendente y dextrógira. La fig. 210
presenta el mismo recorrido de la barra de “t” en “v”, pero en este ejemplo el trazo
41
ascendente se inicia detrás del hampa, mientras que, en las “t” en “v”, el movimiento
de ascenso se inicia en la base del hampa y delante.
Suele presentarse en grafismos de nivel positivo más bien bajo. El sentido de ese
gesto es siempre el de divergencia y oposición, el de negativismo agresivo, refleja
ese signo lo mismo que las respuestas ZW de Rorschach. En sentido no muy
negativo, el sujeto desea cambiarse a sí mismo o cambiar lo que le rodea para
ajustarlo a su manera de pensar o a sus necesidades, quizá porque se encuentra en
alguna situación poco favorable, incluso insoportable.
En grafismos de nivel muy negativo, el inconformismo, las discrepancias con los
demás, el negativismo y la oposición tienen bastante carga agresiva. Ahora bien,
esta agresividad, con signos de extroversión, se dirige principalmente hacia los
demás, hacia el entorno del sujeto. Con signos predominantes de introversión, la
agresividad se dirige hacia el propio sujeto en forma de autocrítica, desconfianza,
dudas, escepticismo, pesimismo, fatalismo, etc. Este signo caracteriza al típico
“aguafiestas”, destructor de ilusiones, de acuerdos, de planes de diversión, etc., si el
grafismo es anguloso, seco y muy acerado.
Estas “barras de las “t” no hay que confundirlas con las que se enlazan a la letra
siguiente desde la zona media. El enlace que nos referimos aquí es un enlace
anormal que forma parte de la escritura combinada (ver un ejemplo en la fig. 29,
tercera línea).
Las barras de las “t” ligadas a la letra siguiente (fig. 29), expresan la vivacidad y
agilidad del pensamiento para entender, comprender y asimilar nuevos
conocimientos y acelerar los medios para lograr los objetivos deseados. El sujeto
simplifica el camino hacia el logro de la realización de sus ideas, interpreta y analiza
rápidamente los hechos atendiendo lo esencial, prescindiendo de detalles nimios.
Su fluidez en las ideas le permite un razonamiento rápido y unas intuiciones
originales, de donde la capacidad para crear ideas y soluciones nuevas.
(N) En sentido negativo, con escritura floja o blanda y sin dinamismo, refleja pereza
o fatiga intelectual, lo que no impide la prosecución de la acción en pos de los
objetivos deseados. Con escritura agitada y precipitada puede deberse a un exceso
de impaciencia y de vivacidad que impide la precisión y favorece la precipitación en
las decisiones. Para mayor abundancia de datos (ver escritura convinada, C25)
Las barras de las “t” tienen mayor longitud de la normal. La dimensión normal de
barra de “t” es equivalente a poco más de un tercio (el 40 %) de la altura de su
hampa.
42
La interpretación depende del grado de longitud, de la presión, de la vivacidad del
trazo, de la dirección, de la altura y, por supuesto, del ambiente gráfico en que se
encuentre el signo. Es un signo de invasión del terreno de los demás por la palabra
y la creencia en la propia importancia (imposición de ideas y deseos), en el caso de
las figs. 70, 90 y 93. Es una mezcla de impaciencia, imposición, oposición y dureza
en la fig. 140 (barras de las “t” en golpe de sable y de látigo). Es un caso de fuerte
egoísmo, intransigencia, apropiación absorbente de la voluntad de las personas, de
las ideas y de los actos de los demás, con despotismo, en el caso de la fig. 37
(escritura angulosa, grande, desproporcionada en los finales y barras de las “t” que,
además terminan en arpón).
En la fig. 126a, las barras de las “t” largas y en diagonal ascendente, en una
escritura muy invertida, rígida, con jambas de forma distorsionada en lazo y triángulo
(anomalías en la sexualidad), reflejan la existencia de un “blindaje” del Yo (escritura
rígida) que se caracteriza por una actitud de desavenencia oposicionista y
resistencia defensiva a dejarse llevar, a ceder a la sensibilidad de las pulsiones
instintivas por temor a las consecuencias (anomalías sexuales). Por tanto, su
comportamiento obstinado, hostil, discutidor, su agresividad negativista, no es otra
cosa que el resultado de sus represiones sexuales, las cuales se liberan a través de
su negativismo y agresividad hacia el exterior.
Tal como hemos visto, cada barra de “t” debe interpretarse en función de lo que
exprese el conjunto del grafismo. En general, las barras de las “t” largas reflejan
incapacidad de espera, impaciencia, impulsividad, precipitación en las decisiones y
neurosis, por desadaptación.
Las barras de las “t” más rápidas que el texto confirman la impaciencia en las ideas,
la vivacidad en los deseos, la incapacidad para esperar el turno y la llegada de las
cosas que se quieren conseguir. Esta forma de ansiedad, hace trabajar más a la
imaginación que al juicio. Así como el juicio y el razonamiento intentan verificar,
controlar, clasificar y ordenar, las ideas y las cosas, según una escala de valores
buscando objetivamente la verdad, la imaginación, por el contrario, crea, deforma,
agranda, transforma y se deja llevar por el deseo subjetivo de alcanzar una
satisfacción inmediata. La imaginación, sin el control del juicio, atiende más y más
pronto al “principio de placer” que al “principio de la realidad”, de donde, a veces, la
desadaptación y frustración cuando el sujeto se enfrenta con un mundo “organizado
por semáforos, normas y prohibiciones”.
Las barras de las “t” medianas o normales, son aquellas que tienen una presión,
dimensión, dirección y colocación normal (figs. 45, 103, 106, 114 y 173). En todas
estas figuras, hay ligeras variaciones dentro de las proporciones correspondientes a
43
cada grafismo. Lo importante en cada uno de estos casos, es que las barras de las
“t” no se desproporcionan en relación con el hampa, ni se convierten en un gesto-
tipo fuerte, ni débil, los trazos están en armonía con el conjunto.
Las barras de las “t” normales forman parte de la escritura ordenada, organizada,
regular y constante, traduciendo un comportamiento ponderado, reflexivo, con una
voluntad firme, pero sin ninguna imposición dictadora, ni tampoco una actitud de
obediencia-sumisión. Este tipo de barras de “t”, refleja una adaptación flexible,
controlada y dinámica, tanto en las ideas como en la acción.
Las barras de las “t” son sobrealzadas cuando ocupan la parte alta del hampa, pero
sin despegarse de ella (fig. 52). En la fig. citada la mayor parte de las “t” ocupan la
cima del hampa cruzándola en diagonal con la línea. Ocurre lo mismo en la fig. 69a.
En general, el sobrealzamiento de las barras de las “t” es un signo de deseo de
independencia. El sujeto no quiere mantenerse dependiente de otro o de otros,
quiere regir su vida y decidir por sí mismo, sin aceptar consejos o soluciones
procedentes de otras personas, principalmente cuando las barras tienen una
dirección ascendente y la presiones fuerte. Cuando esta actitud de independencia
es exagerada, el sujeto puede caer en el terreno patológico: orgullo paranoide y
reivindicador.
Si la barra se despega del hampa (fig. 37, primera “t”) el sujeto se sale de la órbita
de lo posible y razonable y, como en este caso, ataca a los molinos de viento
creyendo que son gigantes enemigos.
Un caso de paranoia importante es el de la autora de la fig. 204, cuyas barras de “t”
sobrealzadas y con penacho (imaginación muy desbordada sobre su realidad
circundante), producen en este caso el delirio de grandeza y de autoridad, como se
desprende del texto en el cual se puede leer que ella “prefiere enseñar que
castigar”.
Una modalidad de las barras de las “t” sobrealzadas es aquella en que la barra
sobrevuela sobre el hampa sin conexión con ésta. Esta modalidad de “t” se ha
descrito en el apartado, B08.
Las “t” sin barra, con sólo el hampa, es una modalidad de la escritura blanda (ver fig.
56 de “Escritura y Personalidad”).
La ausencia de barras de “t” va generalmente unida al déficit de presión y
dinamismo, es decir, a la disminución (grave estrés) o a la carencia de energía.
Supone el insuficiente estímulo interno para luchar o defenderse de cara a los
problemas vitales.
44
El sujeto cede sin ninguna clase de resistencia, a las presiones de las personas y
del ambiente que le rodea. No puede responder adecuadamente a ningún trabajo
que requiera un esfuerzo sostenido. Esta abstenía, puede hacer al sujeto muy
perezoso, blando, afeminado y pasivo sexualmente. La única capacidad de
resistencia, si es que el sujeto la tiene, es la testarudez y el negativismo, la
tendencia a poner siempre por delante el no. Esta tendencia negativista aumenta a
medida que el sujeto tiene menor cultura y más bajo nivel intelectual.
Las barras de las “t” complicadas, cuyo ejemplo a la vista es aquél de la fig. 57b, es
una modalidad de la escritura complicada, bizarra y confusa. Suele ser bastante
rara.
Las “t” extrañamente complicadas, cuyas formas no existen en la caligrafía, parecen
corresponder a sujetos de imaginación absurda y complicada, exhibicionistas y con
singular culto narcísico del Yo. Poseen una imaginación enredosa, comfabulatoria,
engañosa y fraudulenta. El carácter, si la barras de las “t” son sobrealzadas y los
ornamentos se realizan en la parte alta de las hampas, puede ser fanfarrón y
arrogante y revestir sus relatos de un protagonismo fantástico, irreal y patológico
(imaginación delirante).
Naturalmente, la interpretación dependerá del grado de complicación y del ambiente
gráfico en que el signos se encuentre.
Una escritura es bizarra cuando la artificialidad de las letras contrasta con las formas
caligráficas normales. Como ejemplos más sobresalientes podemos citar los de las
figs. 82, 117b y 126a. Según la rareza de las formas, la interpretación puede abarcar
desde un simple deseo o necesidad de snobismo (necesidad de sigularizarse, de
destacar, de llamar la atención, de ocupar el pensamiento de los demás : tendencias
histeroides), a una sobreestimación patológica, a no querer hacer nada como los
demás o a una excentricidad grotesca.
En cualquier caso, una escritura bizarra, no es reflejo de una adaptación normal, de
una aceptación libre y espontánea de las normas de convivencia. Es un desarreglo
de las funciones psíquicas y, como tal, es también un signo de desarreglos en la
sexualidad.
Con un grafismo de muy bajo nivel positivo, puede pensarse en las tendencias
amorales: falsedad, simulación, intriga, malas intenciones, etc. como consecuencia
de las tendencias histeroides.
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B36 - BLANDA, Escritura:
Una escritura es blanda, cuando la presión del trazado acusa un déficit de firmeza y
dinamismo unido al predominio de la curva (fig. 83). Las hampas y las jambas o bien
se debilitan en su dimensión y espesor o presentan curvas y bucles blandos. El
coligamento a veces es muy buclado con la presencia de arcos y guirnaldas en su
estructura. Las barras de las “t” suelen ser cortas y flojas o no han sido trazadas. Y
si las hay, pueden ser en forma de penachos o revoloteando por encima del hampa.
La escritura blanda se corresponde con un carácter blando, permeable a todas las
presiones e influencias, es decir, configura en el sujeto una adaptación pasiva, sin
resistencia por insuficiente fuerza y estímulo interno para hacer frente a los
obstáculos, dificultades y problemas. Limitación de los gastos de energía al
mínimum (líbido débil).
El sujeto tiene que vivir en simbiosis, buscando siempre el apoyo constante de los
otros, de donde su capacidad para hacerse apreciar y para fingir y simular su buena
disposición cuando le conviene justificarse o quedar bien con las personas que le
protegen.
Las personas blandas suelen cultivar el negativismo, la tendencia a poner el no por
delante cuando se les pide hacer algo que requiere esfuerzo, decisión o iniciativa o
enfrentarse con otras personas sin sentirse respaldadas por la autoridad de otro:
“No es cosa mía, es una orden del Jefe”. La falta de seguridad, de sostén y de
firmeza, hace del individuo blando un ser de tentativas insuficientes, de decisiones y
acciones incompletas, de proyectos abandonados. Por muchos conocimientos que
posea de un determinado trabajo, no se le puede confiar el mando de personal pues
le falta energía para dirigir.
46
La consecuencia psicológica de estos estados, es la propensión a la angustia y a la
ansiedad. Debe tenerse en cuenta que los brisados pueden aparecer en los estados
postoperatorios, sobre todo en los grafismos femeninos.
B38 - BUCLADA:
Las formas normales de las letras son adornadas con bucles. Estos bucles pueden
afectar a los óvalos de las letras “a”, “o”, “d”, etc. (figs. 24, 25 y 183b), a los trazos
iniciales y finales de las mayúsculas (fig. 38b), a la zona inferior (fig. 119d y e, 126a
y 130) y a la zona superior (figs. 75 y 82). Cuando los bucles se forman en las
guirnaldas y en los arcos de las “m” y “n” minúsculas, afectan al coligamento (ver, en
este caso, el coligamento en bucle).
El bucle es un movimiento regresivo destinado a manipular la propia actitud de cara
a la relación con los demás. Supone un deseo premeditado de agradar, de halagar,
de tipo egoísta y captativo. Es indicador de una forma de contacto amable y hábil,
mediante la cual, el sujeto espera conseguir sus deseos y objetivos, con el mínimo
esfuerzo y sacrificio personal posible.
El sujeto, a la vez que cautiva y capta, con sus modales agradables, con su “savoir-
faire”, con su diplomacia y halago, la voluntad y atención de los demás, da
satisfacción a su vanidad, a su deseo de ser apreciado y considerado.
Los bucles anormales en la zona inferior (figs. 126a, 130 y 162), según su
desviación en la forma y en la dimensión, pueden reflejar graves anomalías en la
esfera sexual y, por tanto, en el carácter. Los bucles en las mayúsculas, reflejan
vanidad y deseo de importancia en las zonas iniciales. Reflejan egoísmo y poca
disposición hacia los demás en las zonas finales.
Dinamismo gráfico que ocupa el lugar intermedio entre la escritura rítmica (figs.96 y
177) y la escritura monótona (figs, 15, 47 y 48).
La escritura cadenciada tiene un dinamismo pausado, constante y bien organizado
(figs. 16, 26, 152, 173 y 178). No hay que confundir la escritura regular y rígida (fig.
28), con la escritura cadenciada. La escritura cadenciada presenta una igualdad
armónica, sin rigidez y dentro de un predominio ponderado de las formas
curvilíneas.
Es indicador de una actividad poco influida por la emotividad, lo que favorece la
objetividad, la percepción de la realidad de una manera sensata y reflexiva, el orden
en las ideas, la memoria de las experiencias pasadas y la centralización de la
atención en el presente. El carácter es tranquilo, sociable y adaptativo (grado III de
Pophal) y la actividad mesurada y constante, organizada y con excelente sentido de
la exactitud y de la puntualidad. El sujeto cumple sus compromisos y obligaciones,
sus deberes sociales y profesionales de manera responsable, es prudente y
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previsor, leal en sus sentimientos, aunque selecciona bastante a las personas que
entrega su estima.
(N) Modo de vida, de trabajo y de comportamiento, en el que se repiten de manera
rutinaria los hábitos adquiridos, las experiencias pasadas, los conocimientos
asimilados o aprendidos, sin que haya inquietud de progreso y superación, deseo de
perfeccionar o mejorar los métodos de trabajo o dar más sentido de avance a la
vida. El sujeto duerme en su pasividad, se estanca y queda obsoleto, es decir, se
resigna sin lucha, prefiere la partida del bar con los amigos o su dedicación a algún
hobby sin sentido práctico, que esforzarse en adquirir nuevos conocimientos para
tener mejores perspectivas. Este tipo de sujetos, sin ambición de progreso, forman
el mayor porcentaje del INEM, de las oficinas de empleo Esta interpretación, en
sentido negativo, puede aplicarse también a las escrituras lenta y monótona.
Escritura que, en algunas palabras, frases o en las direcciones de los sobres, imita
cualquier tipo de modelo caligráfico o tipográfico. Se emplea, normalmente, para
destacar el sentido que se le quiere dar a una palabra o frase o para hacer más
legible la propia escritura, como ocurre a veces en los sobres.
Este signo obedece normalmente a la intención consciente y voluntaria de clarificar
y precisar algo que, para el sujeto que escribe, tiene particular importancia. Si el
signo se extiende a todo el escrito, debe catalogarse como escritura caligráfica o
tipográfica, según que el escritor utilice, respectivamente, cualquier modelo
caligráfico existente o se limite a imitar la escritura de imprenta.
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formales de identidad, de medida y de convención que las propias de toda regla. De
aquí, la “fuerza de voluntad” que ve Llagues en la escritura caligráfica.
Esta fijación a las normas, en lenguaje junguiano, se denomina “individuos persona”.
Estos individuos, según Jung, se identifican de tal manera con su oficio o profesión,
que no son en su vida más que la “dignidad” que en tal sentido la sociedad les
otorga.
Esta identificación tan cerrada en las reglas, costumbres, deberes y obligaciones
que exigen su rol o “dignidad” profesional (prestigio y prejuicios sociales), puede
llegar a producir un peligro interno por el exagerado compromiso que el sujeto
establece entre él y la sociedad. Cree que respetando “las formas”, los patrones
establecidos, queda libre de toda responsabilidad, inseguridad y culpa, de toda
angustia y ansiedad. Pero en un mundo que ya no acepta patrones formales de
relación, esta actitud “carroza”, al quedar desfasada y obsoleta, produce en el sujeto
resistencias desafortunadas y resentimientos con su entorno por no tener un
contacto adecuado con la realidad.
El resultado mas probable es que el sujeto se refugie cada vez más en sí mismo,
que cada vez se acartone y se vuelva más rígido, optando por mecanizarse y por
usar una “máscara” cada vez en menos consonancia con la realidad. Esta
desadaptación a las corrientes normales de la vida le puede llevar a quedar aislado,
incomprendido y, como consecuencia, lleno de sufrimiento y de resentimiento
interior.
Tras la escritura caligráfica se ocultan con frecuencia, no solo represiones sexuales,
sino también neurosis de todas clases. La caligrafía en los grafismos femeninos
puede tener otros significados además de los expuestos, por ejemplo, hacer patente
la “buena educación” por haber estudiado en colegios de prestigio social reconocido
(necesidad de conservar las apariencias y el deseo de agradar). Algunas mujeres
imitan, en éste sentido, el modelo caligráfico del Sagrado Corazón. Sin embargo, las
féminas con auténtica personalidad, se desvinculan del modelo caligráfica poco a
poco, de acuerdo con el talento y originalidad y a medida que van adquiriendo
madurez e independencia.
(N) Ineptitud para tareas de invención e iniciativa (incapacidad para crear cosas
nuevas y para dar nuevo sentido a las cosas). Automatismo en los hábitos y en la
conducta social. Egoísmo, impenetrabilidad, estrechez de conciencia, inteligencia
limitada a una asimilación memorística y de copia. Enmascaramiento de la conducta.
Para mayor ampliación, ver escritura caligráfica en “Escritura y Personalidad”.
Escritura monótona, lenta, igual, sin dinamismo, con fuerte predominio de la forma
sobre el movimiento (figs. 15, 47 y 48).
Es propia de los sujetos no emotivos y no activos, con una actitud vital tranquila,
carente de impulso, de entusiasmo y de ardor. El sujeto se aclimata pasivamente,
sin ningún esfuerzo especial, a lo que le toca hacer o a lo que le toca vivir.
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Representa a los sujetos repetitivos, vegetativos, con falta de vibración, de
imaginación y de vivacidad.
Estos sujetos, estancados en sus hábitos, en sus rutinas, viven como los vegetales,
tejiendo el dorado capullo de su pasividad, recibiendo la presión de su entorno, pero
sin contribuir voluntariamente o por impulso a nada importante del mundo que les
rodea. Son sujetos inactivos, indiferentes, sin capacidad de respuesta adecuada a
los estímulos.
El “ritmo”, en la escritura, representa la capacidad del sujeto para dar respuesta a
los diversos estímulos (excitaciones) y para movilizar la energía en pro de las
necesidades biológicas, de las necesidades afectivas y mentales. En la escritura
calmosa, no hay vibración, no hay “ritmo”. Por tanto, el sujeto vive como “apagado”,
como un vegetal que se alimenta y crece, pero que carece de fuerza vital para
actuar sobre lo externo y adaptarlo a sus necesidades y aspiraciones. Su único lado
positivo es la constancia, la estabilidad, el acoplamiento pasivo, inerte, al cometido o
que hacer que se le asigna.
50
C06 - CENTRíFUGA:
C07 - CENTRíPETA:
Es centrípeta una escritura cuando los trazos terminales (finales de las letras
mayúsculas y minúsculas, los finales de palabra y a veces algunas hampas y
jambas tienen un enrollamiento regresivo). Estos movimientos pueden tomar la
forma de un lazo (fig. 4, final de la “M”), pueden ubicarse en forma de nudo (ver los
óvalos de las “d” en la fig. 174) o tomar la forma de espiral o del interior de la concha
del caracol (fig. 220), o la forma de guadaña en los finales de letra o de palabra (fig.
218).
Así como los movimientos centrífugos, por muy narcisistas, egoístas y egocéntricos
que sean, se centran en el yo, pero se expanden hacia afuera, hacia el Tú, se
exteriorizan. Los movimientos centrípetos tienen un sentido concéntrico, es decir,
toman como único centro de interés: el propio yo y tratan de introyectar, de
apropiarse, de todo cuanto tiene interés para el sujeto procedente del mundo
exterior. Es una especie de “canibalismo psíquico” en el que lo único que cuenta es
satisfacer el propio egoísmo (instintos, necesidades, deseos, etc.) sin reparar en los
perjuicios que se pueden producir a los demás.
51
El culto inmoderado o excesivo a sí mismo (egoísmo) hace que el sujeto subordine
el interés de los demás a la satisfacción del propio interés. Este comportamiento,
genera los celos y exigencias, la ruin desconfianza, los recelos y la actitud de
expectativa, lo que quizá se debe al temor que el sujeto tiene que otros utilicen las
mismas insinuaciones, artimañas y engaños que él emplea para lograr sus deseos.
De este modo, se convierte en víctima de sus propios complejos de culpabilidad
inconscientes y siempre está con las antenas del miedo desplegadas.
Con escritura grande, extensa y dinámica, el movimiento centrípeto tiene un sentido
oral captativo. La tendencia es agarrar, poseer, acoger, abrazar, morder e ingerir.
Esta tendencia, en el plano del intelecto, desarrolla la capacidad de aprehender, de
saber, de asimilar y digerir toda clase de conocimientos.
Los movimientos centrípetos en una escritura pequeña, apretada y lenta, es un
indicador de la tendencia “anal-retentiva”. El sujeto tiende a tomar posesión de lo
adquirido, a reunirlo, clasificarlo y guardarlo. En el plano de los sentimientos, el
sujeto retiene, no sólo los objetos por los que siente atracción, aunque no sean
suyos, sino también retener a las personas por las que siente afecto, como si
quisiera gozar de su presencia y de sus sentimientos en exclusiva. Teme perder las
personas y los objetos por los que siente amor.
El Dr. Cristofanelli, en su interesante obra “Segni del vissuto”, al hablar de la
escritura “accartocciata”, cuya estructura morfológica es parecida a la escritura
centrípeta, examina profundamente el significado psicológico del movimiento
enrollado, interpretándolo, entre otras formas, como expresión de un “complejo
sado-anal, de desconfianza, egocentrismo, protección neurótica, producto de una
educación deficiente, y también como un mecanismo de defensa contra el ansia o la
angustia producida por un dualismo ambivalente entre el ideal de placer y el
principio de la realidad” (Ver Cristofanelli, obra indicada, páginas 20 y siguientes).
52
a las reacciones del sentimiento, sino que influye de modo directo sobre el
pensamiento haciéndolo reflexivo.
El cierre de los óvalos con buclecitos o doble anillo, refuerza la necesidad de
reserva, especialmente de las cosas desagradables. El sujeto prefiere callar o
silenciar lo desagradable o molesto, si no tiene ninguna necesidad de manifestarlo.
Tampoco muestra su “interés” por las personas o las cosas a las primeras de
cambio.
(N) Actitud de defensa, de ocultación, de disimulo. El sujeto no revela sus
intenciones, no dice todo lo que piensa, suele ocultar los lados desfavorables de
personas y cosas para sacar partido de sus contactos o de las oportunidades, sobre
todo si el cierre de los óvalos es con buclecitos o con doble anillo. Este tipo de cierre
en buclecito o en doble anillo, es bastante frecuente en comerciales y hombres de
negocio, donde no es precisamente la verdad lo que predomina.
Con bajo nivel positivo, la actitud captativa, el engaño, el fingimiento y el disimulo,
pueden dar lugar a comportamientos desleales y fraudulentos, especialmente si los
óvalos se cierran en la base.
Cuando los óvalos se cierran por buclecitos (reserva u ocultación de una parte de la
verdad) o se cierran en doble anillo (capacidad para desfigurar la verdad y apañarla
a las conveniencias) coincide con lazos o bucles regresivos en las mayúsculas, el
egoísmo puede estar presente en sus peores aspectos, sobre todo si algunos óvalos
son “protuberantes” (abollados) o se abren por abajo. En este caso podrían
producirse tendencias a apoderarse de lo ajeno. No se debe llegar a ésta conclusión
sin examinar el conjunto del grafismo.
53
Los números, -según su sentido simbólico-, pueden dividirse en tres columnas
verticales y tres columnas horizontales:
Pensamiento - Actividad - Poder
Actividad mental: 3 6 9
Afectividad: 2 5 8
Pulsiones biológicas: 1 4 7
Si esta clasificación Pitagórica y ocultista, tuviera algún principio científico en que
basarse, sería fácil en Grafología extraer consecuencias psicológicas aplicando a
los números el significado de los aspectos y subaspectos. Por ejemplo, una mayor
dimensión, presión y dinamismo, observada sobre los números 3, 6 y 9, sería un
indicador de predominio de la actividad mental. Predominaría la esfera afectiva en la
psicología del sujeto, si el acento dinámico y dimensional recayese sobre los
números 2, 5 y 8. Y predominarían las pulsiones instintivas, cuando destacaran por
su volumen y dinamismo, etc. los números 1, 4 y 7. Y así, respectivamente, en las
columnas verticales.
Personalmente, no he tenido la curiosidad de comprobar la posibilidad o no de la
certidumbre de la numerología, tal vez por ser reacio a las teorías ocultistas. No
tengo vocación de mago, lo que no quiere significar que, con “mis dudas”,
desapruebe lo que pudiera ser un fenómeno parapsicológico o “mágico” con alguna
razón de ser. Es por lo que dejo ésta comprobación, muy gustosamente, en manos
de quien la quiera investigar.
Bajo el punto de vista grafológico, ya que los números son la representación gráfica
predominante de los valores materiales, especialmente del dinero, lo que nos
interesa principalmente es la claridad y orden de los números.
Números claros, bien estructurados y sin aditamentos innecesarios (figs. 52a y 52b).
Columnas de cifras bien ordenadas y simétricas:son un indicador de orden y
precisión. El escritor sigue lo lineal, lo recto, lo medido, lo objetivo y sujeto a
comprobación. Repugnancia por lo confuso y dubitativo en el orden de las
valoraciones materiales, en los datos correspondientes al dinero, al precio de las
cosas. El sujeto basa su seguridad en lo que puede ser medido y comprobado.
(N) Números desordenados, difíciles de leer o confusos, columnas torcidas,
asimétricas, sin perpendicularidad (figs. 52c y 52d)
Suele corresponder a personas desordenadas y confusas en el modo de precisarlos
valores materiales, especialmente el dinero. Detrás de este desorden y confusión,
puede ocultarse la deslealtad, la tendencia a apropiarse de lo ajeno, lo que se tiene
que comprobar, en todos los casos, con la existencia de otros signos negativos en el
ambiente gráfico.
Para mayores detalles sobre el aspecto morfológico y psicológico de los números,
sugerimos la lectura del capítulo dedicado a este tema en la obra “Escritura y
Personalidad” (págs. 245 y siguientes).
54
Se dice que una escritura es cilíndrica cuando los movimientos en todas las
direcciones, en sus plenos y perfiles, mantienen un mismo tipo de grosor (fig. 26).
Este tipo de grafismo es frecuente cuando se emplean bolígrafos de punta gruesa y
de tinta muy fluida, o bolígrafos de fieltro. En cualquier caso debe comprobarse con
la lupa el grado de incisión en el papel, el cauce y la nitidez de los bordes, para
determinar el grado de presión y autenticidad del espesor.
(P) Con buena presión y relieve y bordes del trazado netos, indica una buena
vitalidad y una líbido sana y en progresión si el trazado tiene dinamismo. A ello se
puede añadir, si el sujeto emplea con frecuencia el mismo instrumento, la capacidad
de retentiva, la buena memoria visual y las facultades estéticas y creativas.
(N) Con un nivel positivo bajo y escritura sin dinamismo, con predominio de la forma
sobre el movimiento, el sujeto se envuelve en su pasividad contemplativa, es
tranquilo y perezoso y busca, como Epicuro, dar al cuerpo las mayores
satisfacciones posibles, eludiendo todo aquello que puede ser causa de dolor, de
molestias o incomodidades. La filosofía del sujeto es gozar de la vida y evitar al
máximo los esfuerzos y sacrificios innecesarios para su estilo de vida.
C12 - CISURAS:
55
inseguridad y vacilación entre lo que el sujeto piensa y quiere y las condiciones que
ofrece el entorno para la realización de los objetivos deseados.
Para mayor extensión sobre este tema, ver las diferentes modalidades que presenta
el subaspecto “Cohesión”.
Decimos que una escritura es clara cuando la distribución del texto y de los espacios
es armónica y los movimientos de las letras proporcionados. Ningún elemento
gráfico invade terreno que no le es propio y la separación de palabras y de líneas es
correcta (fig. 16).
La claridad es el patrimonio principal de las funciones cognitivas, es decir de la
percepción, de la representación mental, de la memoria, del aprendizaje, del juicio y
del razonamiento y también del lenguaje escrito y verbal. La claridad, se refiere,
pues, a todas aquellas capacidades que permiten al sujeto conocer los objetos
abstractos o concretos, definirlos con precisión y ser consciente de sí mismo y de su
medio ambiente.
La claridad, supone tener un pensamiento ordenado, claro, ponderado, luminoso y
evidente, tener un criterio diáfano sobre lo que es una cosa y lo que es otra, sobre lo
que es “tuyo” y lo que es “mío”. El sentido de la orientación en el espacio y en el
tiempo es correcto (como se sabe, los sujetos desequilibrados, sufren
perturbaciones en la noción del tiempo y el espacio).
La escritura clara, con predominio de la forma, corresponde a sujetos que fijan
preferentemente la atención en los aspectos “formales” de la vida y de las cosas.
Son adictos a las leyes, a las normas, a los “semáforos sociales” y profesionales, al
deber y a las obligaciones de todo tipo, se adaptan bien a las disciplinas y métodos
de trabajo, pero carecen de libertad para elegir otro estilo de vivir (fogs.47 y 48).
Cuando la escritura clara tiene un buen ritmo y dinamismo (fig. 88, 95 y 96), es decir,
cuando predomina el movimiento sobre la forma, el pensamiento no queda fijado a
las reglas que se deben observar y guardar, a los cánones de conducta que las
leyes y la sociedad establecen, el pensamiento es más libre y creativo y, aunque el
sujeto respete los semáforos sociales, las normas y disciplinas profesionales, etc. no
se deja esclavizar por ellos, es más libre y creador de su propio estilo de vida, vive la
libertad personal dentro de un orden.
Los procesos emocionales y motivacionales pueden enturbiar y perturbar la claridad
del pensamiento.
56
cohesión desigual y la escritura combinada (ver todos estos términos en su lugar
correspondiente).
No hay que confundir la cohesión con el “coligamento”. La cohesión afecta al
aspecto continuidad, mientras que el coligamento se refiere a la forma que toman
los enlaces de unión entre letras.
En la escritura ligada, las letras se enlazan las unas a las otras con muy pocas
interrupciones. En todo caso, la cohesión se puede interrumpir para colocar un
punto, un acento o una barra de “t”. (figs.28, 37 y 96). La escritura ligada expresa un
tipo de actividad mental fluida en la que se pasa del pensamiento a la acción de
modo casi automático e inmediato, sin que medien factores inhibitorios (reflexión
detenida sobre la manera de decir o hacer las cosas, sea por prudencia,
desconfianza, temor, timidez, inseguridad etc.).
El sujeto, extravertido y oral, con escritura más bien grande y ligada, consciente de
lo que quiere, se expresa o actúa sin dilación y con plena confianza en sí mismo,
marcha directo de la idea a la palabra, del pensamiento a la acción.
La escritura ligada, es también un indicador de espontaneidad en la comunicación,
en los contactos con los demás. El sujeto participa, colabora y presta su apoyo a
cualquier actuación social y también en las ideas y proyectos de otros, se hace
solidario. Es un tipo “oral”.
Si la escritura es rápida, con buen ritmo y buena presión (fig. 96) el sujeto se
muestra lógico, dialéctico, razonador, deduce con rapidez los cambios a efectuar
para llegar a sus metas y, en caso que los haya, sabe la forma de corregir los
errores sobre la marcha. Por tanto, con buen nivel positivo, refleja el predominio del
sentido práctico y la capacidad del sujeto para realizar, en el menor tiempo posible,
toda serie de proyectos, planes de acción, etc. En su manera de actuar, es más
“táctico” que “estratega” (el táctico se enfrenta valientemente con la realidad; el
estratega, estudia y planifica cuidadosamente la manera de enfrentarse con ella).
Ver, para más detalles, la escritura ligada, L08.
La escritura agrupada es aquella en la que las letras se ligan por grupos (figs.92,
114f y 173). Si el grafismo es armónico, como ocurre en las figs. señaladas, indica
un equilibrio entre la reflexión y la acción, entre la conciencia vigilante y las
tendencias inconscientes, entre la lógica y la intuición, entre la táctica y la estrategia
en la manera de pensar, de querer y de actuar.
El sujeto se comunica bien con los demás, pero controla sus contactos, su
participación y colaboración social y profesional. Su adaptación puede ser normal,
pero sin ceder más que una parte de sí mismo, es decir, es sociable, pero sin perder
su necesidad de reserva y de individualidad, su necesidad de tiempo libre para sí
mismo, para sus hobbies o aficiones personales, una vez que cumple con sus
deberes sociales y de trabajo (ver Escritura Agrupada: A09).
En la escritura desligada, las letras no se enlazan las unas a las otras, están sueltas,
desunidas, sin cohesión (fig. 202), (la muestra que indicamos, no es precisamente
muy afortunada, ya que se trata de un simple “escrit”, de una pseudo-imitación
tipográfica, donde las letras siempre están desunidas).
Así como la escritura ligada obedece a un impulso, sin detención, hacia un contacto
directo y sin dilación con el exterior (personas, cosas), la escritura desligada, indica,
por su falta de enlace, el predominio de la inhibición (detención o disminución de la
57
espontaneidad de los impulsos, represión o desviación de los mismos no
aceptables). Es una forma de defensa contra las pulsiones instintivas,
especialmente de aquellas que pueden representar un exceso.
Esta actitud de control, favorece el individualismo, la actitud egoísta y poco
participativa, la desconfianza, la prudencia defensiva y la cautela o prevención
reflexiva del sujeto en los momentos de contactar con un objeto externo (persona o
cosa), pues necesita estar de acuerdo consigo mismo. De esta preocupación por sí
mismo y por los propios intereses, se deriva la actitud introvertida, la falta de
confianza en el entorno y la inseguridad en cuanto a los propios valores (autoimagen
pobre o empobrecida), así como los celos, la avaricia y otras características del tipo
anal de Freud. La escritura ligada es propia del carácter “oral”. (Ver estos términos
en el Diccionario Psicológico).
Los cortes o soluciones de continuidad en el enlace de las letras corresponden a la
oclusión, detención, o freno de los impulsos expansivos de unión, de amor, de
amistad o confraternización. El sujeto de escritura desligada, vive para sí mismo, no
participa libre y espontáneamente en los diálogos, en los proyectos o planes
colectivos y, si lo hace, siempre hay detrás de su postura un temor a quedar
marginado, o a la hostilidad de los demás que le fuerza a cooperar para no quedar
aislado.
En la escritura desligada, al centrarse preferentemente la líbido en el Yo (amor a sí
mismo), el sujeto, al estar mas interiorizado de lo normal, vive casi en pleno contacto
con su inconsciente. De aquí su mayor facilidad para el desarrollo de la intuición
(sus juicios obedecen principalmente a los efectos de los impactos emocionales que
recibe, de donde sus reacciones rápidas unas veces y otras, la mayor parte de
veces, muy rumiadas). Desde Michon, se ha atribuido la intuición a la escritura
desligada, del mismo modo que el profesor Alegret y su escuela, la escuela de
Marchesan, atribuyen a esta grafía, de modo discutible, el pensamiento ilógico (ver
Boletín nº 11 de la A.G.C.).
Sumando todas estas interpretaciones y aplicándolas a grafismos de buen nivel
positivo, podemos deducir la intuición estético-filosófica, cuyo representante más
conocido fue Bergson. la tendencia al descubrimiento, a la invención, al hallazgo
espontáneo de hechos o leyes desconocidas, lo que quizá se deba, no sólo a la
introversión y a la capacidad imaginativa, sino también a la vivacidad de
comprensión, a la gran receptividad de impresiones y al instinto de curiosidad
defensiva y de indagación que tiene el individuo intuitivo. Muchos inventores,
artistas, científicos y filósofos, han tenido o tienen la escritura desligada. A pesar de
tener los intuitivos, “más aptitud para analizar los pormenores y profundizar en los
detalles, que para ver el conjunto” (Beauchataud), algunos de ellos, han contribuido
con su intuición y sus hipótesis, a crear grandes leyes y a imaginar teorías que han
facilitado la evolución actual de la humanidad, dejándonos obras importantes e
imperecederas.
La cohesión desigual se caracteriza por desigualdades en la continuidad de los
enlaces, tan pronto hay grupos de letras ligadas, como palabras con letras
desligadas (figs. 111, 145 y 206).
Estos cambios irrazonados en la cohesión, reflejan cierto caos interior, un
desacuerdo o lucha entre las tendencias conscientes e inconscientes, entre las
necesidades de contacto externo e interno, entre intuición y lógica, con los
consiguientes disturbios en la afectividad y en la sexualidad. Supone también
58
cambios en la autoimagen, en el concepto que el sujeto tiene de sí mismo. Unas
veces se siente capaz de superar obstáculos y alcanzar metas y otras pierde la
confianza en sí mismo y se llena de inhibiciones, de renuncias o de desengaños.
Con un buen nivel positivo, el sujeto puede mostrar una gran sensibilidad de espíritu
unida a buenas facultades creadoras, aunque puede haber cierta discontinuidad en
la acción y en el desarrollo de las facultades. Si la escritura es combinada (ligaduras
anormales), la emotividad puede sublimarse y compensar, mediante la actividad
mental, las deficiencias, disturbios internos, o lagunas personales.
Finalmente, la escritura combinada, es aquella en la que se producen ligaduras
anormales. Por ejemplo, se ligan los puntos o las barras de las “t” a la letra
siguiente, mediante un movimiento simplificador que favorece la rapidez y la más
pronta realización del avance gráfico. (Ver fig. 29).
La escritura combinada es un signo evidente de agilidad de espíritu, de capacidad
para sintetizar y simplificar las cuestiones, en favor de una mayor rapidez y eficacia
en la comprensión, aplicación o realización de las ideas: lucidez de espíritu,
imaginación combinada y creadora, vivacidad de pensamiento, de acción y decisión.
El sujeto presenta, en síntesis lo esencial de cada idea, proyecto o realización,
interpreta y analiza rápidamente los hechos y el pensamiento suele estar iluminado
por intuiciones originales.
La escritura combinada rara vez se da en personas de poco nivel, pero si se
presenta en grafismos flojos, con líneas descendentes y coligamento filiforme o
serpentino, puede reflejar pereza e indolencia o un estado físico cargado de fatiga o
estrés.
Andrée Lecerf fue el creador de este gesto-tipo, que podríamos definirlo como un
encogimiento opresivo de las letras, con descenso o caída muy pronunciada en las
palabras cuando finalizan las líneas en el margen derecho. Es como si el escritor
forzara las palabras para darles cabida en la misma línea, como si sintiera miedo o
repugnancia a abandonar el renglón (ver varias colas de zorro en la fig. 320 de
“Escritura y Personalidad”).
Este estrechamiento opresivo y descenso en caída de las palabras al final de las
líneas para darles cabida ha sido interpretado de muy diversas maneras. Remitimos
al lector a la obra “Psicología de la Escritura” del Dr. Gille-Maisani (págs. 172 y ss.)
donde este autor comenta la interpretación de este signo por diversos grafólogos y
presenta unas buenas muestras gráficas sobre este gesto-tipo.
Para nosotros es un signo propio del tipo “anal” de Freud, cuyas características
principales son: la retención, el ahorro, el instinto de conservación, la avaricia, la
tenacidad, etc. (ver “estadio anal” en el “Diccionario de Psicología”, en esta misma
obra).
59
C16 - COLIGAMENTO, El:
60
En guirnalda: abertura a los estímulos externos, al modo de pensar, sentir y actuar
de otros, blandura de carácter, voluntad influenciable por falta de resistencia a las
presiones de los demás. Necesidad de entrega, de calor ajeno, de intercambio de
afectos placenteros. Función sentir pasiva. Pereza, aversión a todo trabajo
incómodo, negligencia, abandono, etc.
En bucle: habilidad para usar ardides o artilugios en la consecución de fines
camuflando las intenciones egoístas con palabras y comportamientos expresivos del
deseo de agradar. Según Dettweiler, citado por Gille en su “Psicología de la
escritura”, indica “agresividad oral que se oculta tras de una amabilidad calculada”.
El sujeto presenta las cosas por su lado más favorable: engaño.
En movimiento filiforme: tendencia a buscar excusas o pretextos para eludir todo
aquello que compromete o puede generar riesgos u obligaciones, actitud evasiva,
flotante, inconcreta. Tendencia a rehusar las responsabilidades.
En serpentina: la misma interpretación que el movimiento filiforme, pero empleando
la informalidad a través del sentido del humor, del chiste, de la broma.
A estas modalidades del coligamento, para la interpretación justa del coligamento
mixto o desigual, hay que tener en cuenta los anchos de letra (extensa-apretada), la
presión del trazado (fuerte-débil), el nivel de angulosidad, el dinamismo (lanzada-
contenida), la inclinación (vertical, inclinada, invertida, oscilante), la elasticidad de las
líneas (firmes o rígidas, sinuosas, ascendentes, descendentes, imbricadas, etc.) y,
sobre todo, el nivel positivo o negativo del conjunto del grafismo.
Con todo lo indicado en las interpretaciones generales, y teniendo en cuenta las
posibles variantes, también indicadas, será relativamente fácil deducir el tipo de
comportamiento en los casos donde se descubra un coligamento mixto, desigual o
discordante.
Los cambios de forma en el coligamento, suelen reflejar también cambios
irrazonados del carácter, frustraciones más o menos neuróticas en la esfera afectiva
de las personas. que pueden ser, a veces, el motivo de separaciones, divorcios o
desavenencias conyugales y también el origen de conflictos en las relaciones entre
familiares o entre socios que llevan un mismo negocio.
Mi colega de la A.G.C., el profesor Palmiro Viñas, ha comprobado la “baja tolerancia
a la frustración que se produce cuando se observa en el grafismo el coligamento
mixto o discordante. Esto es así, especialmente cuando se mezclan arcadas con
guirnaldas, siendo más acusada la poca tolerancia a la frustración cuando más
mezcla de esos signos presenta el grafismo”.
“La poca o baja tolerancia a la frustración -añade el Prof. Viñas- tiene lugar cuando
un deseo es frustrado por circunstancias inesperadas. Por ejemplo, una mujer
puede estar calentando la leche para el desayuno y se le desparrama porque en
aquel momento la han llamado por teléfono; este pequeño contratiempo, ya es
suficiente para frustrare el día, es un rasgo de neuroticismo, tanto más acusado
cuanta más inestabilidad emocional haya vivido en su infancia, lo que queda
detectado por este pequeño signo. Psicológicamente esta reacción se traduce en un
derrumbe del ánimo y, como consecuencia de ello, en un cambio en su estado de
humor”.
El coligamento desigual, rara vez puede ser positivo. Por ejemplo, en la fig. 130
vemos un coligamento donde se alternan el arco y la guirnalda en un grafismo
61
vertical, lento, con jambas en ocho de guarismo y líneas serpentinas. Si
combinamos los significados de b y c, deduciremos que se trata de una
personalidad inauténtica, blanda y con tendencias homosexuales que ocultar
(jambas en ocho).
La discordancia ángulo-girnalda en la fig. 140, señala la clara desadaptación de la
autora de ese grafismo por exceso de autoritarismo, de impulsividad e
intransigencia.
Si combinamos los significados del arco, de los movimiento serpentinos y filiformes
de la fig. 145, encontraremos, igualmente, los signos de inautenticidad en el sujeto.
Y así sucesivamente, siempre teniendo en cuenta el conjunto del grafismo para
hallar la interpretación justa.
Predominio del ángulo en el coligamento (figs. 28, 37 y 96). De estos tres ejemplos,
el único a interpretar en sentido positivo es el de la figura 96 por el alto nivel de
ritmo, claridad, firmeza, relieve y relativa flexibilidad del movimiento. El sujeto se
adapta y cede por convicción, no por presión.
(P) Entereza y firmeza de carácter, fuerza de resistencia a las presiones externas. El
sujeto solo cede o se adapta por convicción, por identificación. Cuando no está
convencido o identificado con algo o con alguien, mantiene su individualidad, su
modo particular de pensar, sentir o querer, es fiel a sí mismo, a sus principios, a las
obligaciones que él mismo se impone y tenaz en las metas que se propone
conseguir. La fuerza de las ideas, de los principios y convicciones, la manera de
razonar, es siempre superior a la presión del sentimiento, lo que puede dar la
impresión de frialdad, aún siendo una persona sensible, como ocurre en el caso de
la fig. 96.
(N) Actitud cerrada, intransigente, autoritaria y rígida, si la escritura es muy regular y
con fuerte presión, barras de “t” fuertes y trazos iniciales rígidos y en diagonal (fig.
28). Las puntas aceradas en barras de las “t” y finales confirmarán la agresividad
hacia el entorno, la oposición, la inconformidad persistente y la tendencia a imponer
las propias ideas y deseos, descartando de la mente los deseos de los demás
aunque sean justos o de derecho (egoísmo individualista, deshumanización
esquizóide). El sujeto, con tendencias esquizóides, no puede concebir el mundo, las
personas y las cosas de otra manera que como él las ve en su interior, no tal como
se presentan en la realidad. Esta discordancia entre las representaciones mentales
y la realidad externa, es lo que produce el oposicionismo, la negatividad, la
desadaptación a la realidad y el atropello frecuente a los sentimientos y a las ideas
de los demás. Por ésta razón, tanto en la esfera familiar, social on profesional, el
sujeto es un “hueso difícil de roer”, difícil de aguantar por la incompatibilidad de su
carácter, estrechez de conciencia y sequedad de sentimientos.
Las interpretaciones clásicas de egoísmo, celos, desconfianza, tendencia a pensar
mal, escrúpulo exagerado, incapacidad para sentir el dolor de la persona ajena, etc.
son características psicológicas propias de las personalidades esquizóides (ver éste
término en el Diccionario Vels).
62
El ángulo y el arco son a la esquizoidia, lo que la guirnalda y el trazado filiforme son
a la ciclotimia. El ángulo representa mitológicamente las características psicológicas
de los tipos marcianos, es decir, la agresividad, la masculinidad más ruda. Mientras
que la curva representa las cualidades de afabilidad, ternura, buena disposición, etc.
de los tipos mitológicos venusianos.
La forma de enlace en las letras “m” y “n”, en las mayúsculas y, a veces en las
hampas, se realiza mediante arcos (fgs. 111b, 161, 174 y 202). Son arqueados en
extremo los movimientos de las figs. 111b y 161.
El arco, cuando afecta a la zona superior (mayúsculas y hampas de las “d”, por
ejemplo), puede ser un indicador de deseo de gloria y homenaje, de deseo de
veneración, de consideración y superioridad. Los arcos, desde muy antiguo, se
construían para homenajear a los héroes, para premiar el valor y el éxito, la victoria
sobre el enemigo, etc., de donde la denominación de “arcos del triunfo” a los
monumentos que, con ese fin, existen en varias ciudades del mundo. El arco en la
zona media es un movimiento que recuerda el acto de “tapar”, de “cubrir algo, es
como “ocultar”, como “no dejar ver” aquello que puede impresionar
desagradablemente. Partiendo de este simbolismo, en sentido negativo, es fácil
deducir que los grafismos 111b y 161 correspondan a personas con capacidad para
fingir y disimular, con habilidad para elaborar actitudes y comportamientos
inautenticos.
(P) Reserva y discreción acentuadas, capacidad discriminativa entre lo bueno y lo
malo para el Yo y la autoestima, lo que supone una evasión o huida de lo perjudicial
y un seguimiento reflexivo de aquello que favorece la autoimagen y el prestigio del
Yo en el exterior. El cultivo elegante de las apariencias, dota al sujeto de distinción
en su lenguaje y maneras. Esta actitud evidencia un deseo, íntimamente sentido, de
ser respetado y admirado, de conservar un cierto prestigio en lo social y profesional,
procurando a veces rodear de misterio ciertos aspectos de la vida privada, como
podría ser el caso del autor del grafismo de la fig. 111b, que corresponde a un
famoso cirujano catalán.
63
(predominio del “ánimus” junguiano en el alma de la mujer). El rechazo a la ternura y
la supercompensación en actitud tiránica de dominio e imposición agresivas, se
puede apreciar aún más en la fig. 126b, por la aspereza y agudeza escalofriante de
los triángulos en la zona inferior. ¡Y luego, que las mujeres hablen del machismo
masculino!.
64
extravertida que se adaptan a los placeres de la vida sensual y sexual, sin regatear
al cuerpo ningún goce físico.
Suelen ser sujetos comodones y sibaritas, poco dados a esfuerzos sostenidos para
alcanzar objetivos distantes de su epicureísmo.
La guirnalda en una escritura blanda o floja, sin firmeza en la presión. Refleja una
adaptación pasiva que cede a toda clase de estímulos y presiones procedentes del
entorno y, cuando la presión externa no actúa, el sujeto se entrega a la pereza, a la
indolencia, a la laxitud, como necesidad de dar descanso a su abstenia, a su falta de
fuerza y vigor físico y mental. El comportamiento moral del sujeto depende de la
clase de presiones e influencias que recibe del exterior. La única resistencia que el
individuo ofrece es la de todo ser débil: la obstinación, la terquedad, la cabezonería
pasivas, rasgos que son visibles en algunos ángulos o triángulos esporádicos que
aparecen en el grafismo, generalmente en las barras de las “t” (fig. 73 de “Escritura y
Personalidad”).
65
trastornos morales. Posee un Yo acosado por problemas de diferente índole. Según
el nivel positivo, puede tratarse de un individuo culto con ingenio y talento para
diversas cosas supercompensando sus lagunas afectivas en diversos campos, como
puede ser la actividad política y la diplomacia, la profesión de escritor o de psiquiatra
o psicólogo. El coligamento filiforme es muy frecuente en los políticos.
En resumen: el trazado filiforme, cuando es habitual, es una de las características
del vector “N” (nervioso) y participa de las cualidades más destacadas en éste
temperamento: vitalidad más bien débil y fatigable, inestabilidad, curiosidad hija de
una sensibilidad que vibra al menor estímulo, actitudes contradictorias, astucia,
ansiedad, impresionabilidad viva y susceptible, etc. (Ver en “Manual de
Grafoanálisis” la descripción del vector “N”).
Llamamos coligamento serpentino cuando las letras, especialmente las “m” y “n”
minúsculas, adoptan la forma de un trazo ondulado (figs. 58, 84 y la firma del actor
cómico Jimmy Durante, fig. 114d). Tiene cierto parecido con la escritura filiforme,
aunque en ésta última las letras pierden con frecuencia su legibilidad y en el
coligamento serpentinos pueden distinguir aún la forma de las letras y leer las
palabras sin dificultad. Aparte de su instalación en la zona media, los movimientos
serpentinos, pueden coincidir también en las barras de las “t”, y en las mayúsculas,
en la zona superior, por ejemplo, el penacho de la “H” de “Hernández” en la fig. 171.
(P) Flexibilidad de adaptación. Habilidad para saber estar, saber decir y saber actuar
ante los demás, sin comprometer la postura o actitud a tomar. El sujeto posee una
gran habilidad en el comportamiento, tiene capacidad para adaptar el sentimiento o
el pensamiento a los momentos presentes, sin prescindir de las propias
conveniencias o criterios personales. No plantea oposiciones, ni inconformidad y
deja las cosas “flotando” hasta que los resultados de las decisiones se hacen
patentes y puede manifestar, sin miedo o sin prejuicios su actitud o rechazo. Este
comportamiento va seguido de cordialidad, simpatía o buen humor, es decir, el
sujeto usa la diplomacia, la agradabilidad o el humor, para evitar tomar “una
posición” o concretar de qué parte está.
(N) Astucia para evadirse de las responsabilidades. Insinceridad, falsedad,
hipocresía. Estos movimientos forman parte de los comportamientos desleales,
generalmente propios de las personas débiles, incapaces de tomar un partido claro,
concreto y contundente, de cara a decisiones, acciones o proyectos cuyos
resultados pueden ser dudosos. Para la interpretación en sentido negativo, debe
revisarse la presión del trazado cuidadosamente, así como la continuidad, el orden y
otros aspectos estructurales del movimiento. En muchos humoristas y actores
cómicos, se observan los movimientos ondulantes.
En resumen: El coligamento serpentino, en una escritura rápida, extensa y fluida,
refleja la evasión hábil o humorística de todo compromiso o posición formal, la
escapatoria frente a realidades comprometedoras, la diplomacia en el hacer y en el
decir y la mentira histeróide, si el nivel positivo es bajo. Con escritura floja, lenta y
66
con formas vulgares y signos discordantes, la tendencia a la evasión y a la mentira
puede alcanzar niveles de conducta poco conformes con la honestidad.
67
dimensión correcta o excesiva; la fuerza de la presión y la terminación roma o
puntiaguda; la forma recta o curvada, etc.
Cuando las comas están colocadas con orden y precisión (ni muy cercanas a la letra
que les precede, ni muy distanciadas) a nivel de la línea y con dimensiones
correctas (sin desproporción), etc., este signo reflejará ponderación y equilibrio en
las manifestaciones afectivas y en el carácter. (Fig. 111). El desorden, las
desproporciones de dimensión, presión y forma, las variaciones de altura en relación
con la línea base, etc. reflejarán el descontrol emotivo, con toda las consecuencias
que esto supone.
68
Lamentablemente, no podemos presentar ningún ejemplo.
La escritura comercial se caracteriza por una caligrafía rápida y de mayor altura y
extensión que las escrituras caligráficas normales.
En general, la escritura comercial indica el apego a las normas y convencionalismos
existentes en la vida comercial, a los que debe añadirse la capacidad para socializar
los hábitos de “revestimiento” propios del comercio, es decir, la presentación hábil
de argumentos, la afabilidad de trato, el cuidado de las apariencias y, en fin todo
cuanto se relaciona con la “práctica comercial”, independientemente de que el sujeto
sea o no un profesional de la venta.
Para más detalles, ver escritura caligráfica en su aspecto extravertido, es decir,
agregándole mayor rapidez, dinamismo y dimensión (altura y extensión
predominantes).
La escritura compacta es aquella que, en poco espacio, hay mucha masa gráfica
(figs. 59 y 60 b). Se debe a la condensación de letras, palabras y líneas en un
mismo escrito. Hay que tener en cuenta que la escritura compacta puede ser
accidental o esporádica cuando la muestra a analizar es una tarjeta postal o un
papel de pequeñas dimensiones, que obligan al escritor a condensar su mensaje o
comunicación.
Cuando sólo se condensan las letras en las palabras y el espaciamiento entre
palabras y líneas es amplio o normal, la escritura es apretada (figs. 44, 103 y 106).
Si la escritura es habitualmente compacta, refleja las características del tipo anal:
placer de poseer y de retener, avaricia, tacañería, desconfianza, tenacidad,
resistencia en las posiciones tomadas, etc.
La actitud huraña, la secretividad, la “introyección”, las alternativas entre una
conducta sumisa, agradable y benévola unas veces, y otras, una actitud crítica
destructiva que maltrata y hiere, pueden ser los rasgos psicológicos dominantes del
sujeto (sadomasoquismo). El sadomasoquismo es la existencia de una bipolaridad
activo-pasiva de las tendencias agresivas. El sujeto actúa unas veces a impulsos de
un Super-Yo sádico y otras bajo las pulsiones de un Yo masoquista.
En mi obra “La selección de personal” y también en “Grafología estructural y
dinámica” -puede verse un ejemplo muy singular de la escritura compacta en el
grafismo de Mirabeau (fig. 108). Mirabeau, fue un histórico caso de
sadomasoquismo. Su biografía es un proceso continuo de escándalos,
encarcelamientos, agresiones, traiciones y contrastes de carácter.
Otro grafismo que se aproxima, excepto en la separación de las líneas, a la escritura
compacta, es el de Bismarck, el canciller de hierro, famoso por su dureza, por su
ultraconservadurismo, por su tendencia polemista y agresiva, por su orgullo e
intransigencia y por su preocupación por la economía. El famoso canciller, fue otro
caso de sadomasoquismo histórico, de tenacidad, de resistencia y de pasión por
conservar las tradiciones prusianas. (Ver en la fig. 98 de “La selección de personal”
en “Grafología estructural y dinámica”, el grafismo de Bismarck).
C28 - COMPENSADA:
69
La deficiencia en el desarrollo del gesto gráfico (menor dimensión, menor presión,
atrofia o amputación, etc.) en una determinada zona del grafismo, se compensa,
generalmente, por un mayor volumen, mayor energía y dinamismo en otra zona
gráfica, frecuentemente la opuesta. Así, por ejemplo, el acortamiento, menor
dinamismo, menor desarrollo expansivo, etc. de la fig. 54 en la zona inferior, se
compensa por una mayor presión, mayor volumen y mayor dinamismo y continuidad
de la onda gráfica en la zona superior.
(P) Desplazamiento o canalización de la energía psíquica hacia la esfera de
expansión donde el sujeto se siente fuerte. Este desplazamiento puede realizarse en
forma de proyección, sublimación, realización imaginaria de los deseos, o cualquier
otro mecanismo de defensa.
Para entender mejor el sentido psicológico de éste desplazamiento de energía, ver
mi artículo “Los mecanismos de defensa”, boletín nº 6 de la A.G.C. y mi otro artículo
“Algunas observaciones sobre las asimetrías en el grafismo”, boletín nº 9 de la
A.G.C.. El Dr. Carlos Ramos Gascón, de Madrid, ha aportado también una
interesante investigación sobre los mecanismos de defensa en el grafismo.
Generalmente, los desplazamientos de energía de pulsiones instintivas débiles o
pulsiones rechazadas, suelen ser impulsos que buscan su compensación, su
expansión (principio de placer de Freud), en forma disfrazada, para no entrar en
conflicto con la conciencia, con el Yo o con el Super-Yo. De esta forma, las
tensiones intrapsíquicas se descargan de modo indirecto y cumplen su fin sin
lesionar la conciencia moral o las exigencias o tabúes del Yo y del Super-Yo.
(N) El sujeto tiende o se ha creado ya el hábito de compensar su impotencia o sus
deficiencias somáticas, de carácter o de inferioridad, en forma fantasmagórica, es
decir, cultivando la ficción, la fantasía, la autoilusión. Por ejemplo, en el caso de la
persona de la fig. 204, esta supercompensada en delirio paranoide, en ilusión de
grandiosa superioridad, su lamentable deterioro psíquico, se autodiviniza.
Las neurosis, las psicosis, las toxicomanías, las perversiones sexuales, la
delincuencia y criminalidad e inclusive el suicidio, son formas anómalas (socialmente
inútiles) de compensar dolorosos traumas internos que desajustan al sujeto en
relación con su entorno.
Una escritura es complicada cuando las letras contienen trazos innecesarios que no
existen en el modelo caligráfico del cual procede. Los añadidos o complicaciones
afectan principalmente a las mayúsculas, las jambas, las hampas, los trazos
iniciales y finales, las barras de las “t” y la firma y rúbrica. Como ejemplos de
escritura complicada, véanse las figs. 38a y b, 40, 68, 82, 83 y 111a,
correspondiendo esta última fig. al escritor Erle Stanley Gardner, autor de los
guiones de la famosa serie televisiva de intrigas policíacas “Perry Masson”.
En general, las complicaciones en el grafismo, suelen señalar aspectos negativos,
en razón de la tendencia a embrollar, a enmascarar, a intrigar, sea para hacer las
cosas más atrayentes, espectaculares o sensacionalistas (necesidad de llamar la
atención), sea por la intención de ocultar, de disfrazar las cosas, de enredar o
intrigar.
Por tanto, la escritura complicada, señala la falta de franqueza y de sencillez y con
70
signos muy negativos, la falta de lealtad, de veracidad, el engaño y la mentira. Es un
signo bastante frecuente en personalidades histriónicas o histéricas, en sujetos
fanfarrones, pedantes y exhibicionistas (escritura grande, sobrealzada e inflada).
Cuando menos, indica la tendencia a transformar y deformar las cosas, sea por
vanidad narcísica (afán de sensacionalismo), por un perverso instinto de intriga o
deseo de hacer mal a otros en beneficio propio, incluso sin compensación
beneficiosa, sólo por celos, envidia u odio, o quizá también por el desarreglo
psíquico que puede padecer el sujeto.
Las complicaciones en las mayúsculas afectan a la autoimagen, al deseo de
supercompensar con apariencias o revestimientos ficticios, la pobre imagen que el
sujeto tiene de sí mismo. Lo mismo ocurre cuando las complicaciones aparecen en
la firma o en la rúbrica, señalan la inseguridad, el recurso del embrollo o del disfraz
para ocultar las insuficiencias personales (actitud de defensividad recelosa frente al
medio ambiente, que puede interpretarse también como un intento de ocultar
sentimientos de culpabilidad, frecuentes en quien hace daño a otros o a lo que es de
otros). Tendencia a crear confusión, quizá porque la imaginación del sujeto ya es,
por si sola, confusa, complicada y desordenada y, por tanto, poco fiel a la realidad.
71
%.
Para que un sujeto se mueva con libertad, naturalidad y sin problemas conflictos con
su entorno (buena adaptación) es necesario que la relación espacio-texto y la
relación espacio-forma-movimiento, no presente anomalías o discordancias. Un
texto muy comprimido, o con abundantes palabras y letras comprimidas o adosadas,
no puede darnos una imagen de buena adaptación ya que los mecanismos de
defensa y las actitudes de temor, timidez, desconfianza, estrechez de espíritu, etc.
impedirán probablemente que el sujeto se adapte con facilidad y espontaneidad a un
entorno social, profesional y familiar normal.
Descenso inicial de las líneas para remontar luego formando una especie de comba
o arco abierto hacia arriba (fig. 39f).
En general, refleja una actitud inicial de pesimismo o desaliento que va
desapareciendo a medida que el sujeto se da cuenta que alcanzar los objetivos
deseados no es tan difícil como se imaginó al comienzo. En realidad, supone un
estado de angustia inicial que cambia en agresividad a medida que el sujeto va
viendo que puede vencer obstáculos y dominar las situaciones externas e incluso
superarlas. En este caso, el grafismo presenta buena tensión y dinamismo.
Puede tratarse también de una lucha contra la fatiga, la depresión o contra el
desánimo. Lucha dolorosa, a veces, para no perder el prestigio profesional o para
mantener unas relaciones matrimoniales en las que ya hay motivos de desencanto
en el otro miembro de la pareja.
72
anal de Freud.
(P) Con alto nivel positivo (escritura pequeña, sobria o simplificada, ordenada, clara,
con buena tensión y con dinamismo estable), refleja las cualidades propias del
vector “B” y del nE.A.S. de Heymans-Le Senne (ver las figs. 45, 103, 106 y 114e y la
descripción las características del vector “B” y del “flemático” en “Manual de
Grafoanálisis”). Debo hacer constar que el nivel positivo (formación cultural, calidad
humana y forma de adaptación) de las figuras indicadas como ejemplo, es bastante
variable, desigual, en cada una de las muestras señaladas. El primer ejemplo
corresponde al grafismo del escritor Sebastián Juan Arbó y la fig. 114e al Papa Juan
Pablo I.
(N) La escritura concentrada, con bajo nivel positivo, entraña todas las
características negativas del tipo anal de Freud: resistencia tenaz (intransigencia) en
las actitudes tomadas, avaricia, tacañería, retención de objetos prestados, estrechez
de espíritu, desconfianza susceptible y maligna, recelos injustificados, celos, envidia
y una defensividad neurótica derivada de complejos de culpabilidad inconscientes
(ver en “Diccionario de términos afines” el término “analidad”.
73
C34 - CONFUSA, Escritura:
Llamamos escritura constante a aquella que, a lo largo del tiempo, mantiene una
74
cierta constancia en todos los aspectos, especialmente en la forma, en la rapidez,
en la presión, en las dimensiones y en el espaciamiento. Se puede aplicar también,
a un mismo escrito, cuando se observa que entre las primeras líneas, las líneas
centrales y las finales no existen variaciones notables en la forma, el espacio y el
movimiento.
(P) La escritura constante corresponde a sujetos poco emotivos, activos y
secundarios, es decir a los llamados “flemáticos” por Heymans-Le Senne (ver la
descripción del flemático en el “Diccionario de términos afines” y más
extensivamente en el “Manual de Grafoanálisis”).
En sentido general, la escritura constante, refleja unidad de carácter, estabilidad,
continuidad o regularidad en los hábitos y en la conducta y por supuesto, en el
trabajo y en los hobbies personales. En el orden moral, la estabilidad suele
engendrar la lealtad, la sinceridad, la perseverancia y la fidelidad a los compromisos
adquiridos.
(N) La constancia en las personas poco activas, con poca tensión dinámica
(escritura blanda, estereotipada o monótona) produce caracteres rutinarios, pasivos,
que funcionan más por automatismo que por voluntad. Entre éstos, pueden hallarse
ciertos oligofrénicos, los dilatados átonos de Corman y los no emotivos y no activos
de Heymans-Le Senne.
75
presenciados.
Marco Marchesan -que no es, como pretende, el descubridor de este signo-, ve en
la escritura constreñida “la coacción, la dificultad dolorosa para el estudio y la
formación de ideas, la desfiguración de las cosas, la fantasía no práctica y
escasamente productiva, los fáciles agotamientos nerviosos, la coartación de
sentimientos, los sentimientos de inferioridad y el débil disfrute de la vida”.
El Dr. Gille-Maisani, señala como causas frecuentes de este signo, el infortunio, las
tendencias pseudomasoquistas de ciertos homosexuales masturbadores. A causa
del desorden interior, añade el Dr. Gille, estos sujetos carecen de eficacia social y
viven amargados por la inquietud, la inseguridad y la desdicha.
Control inhibitorio del impulso gráfico que impide todo desbordamiento o expansión
libre y espontánea desmedida, tanto en los movimientos como en la utilización de
espacios y en la estructura de las letras. Por tanto, la escritura contenida se
hermana, frecuentemente, con las escritura sobria, ordenada y controlada (figs. 16,
27, 46, 48 y 56).
La inhibición o contención del impulso gráfico, afecta principalmente a los finales de
palabra, a la longitud de las jambas, al enlace de las mayúsculas con las minúsculas
(mayúsculas separadas, fig. 56) y en general a la altura y extensión de la onda
gráfica. La escritura contenida es rara vez una escritura grande y extensa.
La escritura contenida expresa la existencia en el sujeto de un mecanismo interno
de regulación de los impulsos, de regulación de la conducta. La conciencia, el Yo, o
el Super-Yo, vigilan la “excitación” producida por las pulsiones instintivas impidiendo
facilitar la expansión libre y sin control de los impulsos inconscientes. El sujeto
desea respetar los semáforos sociales y ajusta su conducta a las normas, principios
éticos y razones que rigen en la sociedad y que le han sido impuestas por las reglas
de la educación. De aquí derivan las interpretaciones clásicas siguientes: Prudencia,
reflexión, timidez, sentido elevado de la responsabilidad personal que, a veces,
cohibe profesionalmente o socialmente al sujeto. Necesidad de estar seguro, lo que
motiva la búsqueda de la esencia, de la razón de ser de las cosas para no
exponerse ante la vida o ante los demás (miedo al error, al fracaso, a la pérdida de
credibilidad o de prestigio, etc.). Sentido del ahorro y de la economía.
La escritura contenida es propia de la actitud vital introvertida y de la secundariedad
en la caracterología de Jung y de Heymans-Le Senne.
Al desarrollar el sujeto la reflexión, el examen minucioso de las cuestiones y de los
problemas, adquiere cierta madurez mental, aunque esta madurez esté limitada al
conocimiento objetivo y lógico del campo de actividad y de observación en que se
mueve el sujeto.
(N) Con un nivel positivo bajo, el freno regulador de las pulsiones instintivas puede
ser excesivo (actitud muy coartada ante los problemas vitales, excesiva timidez,
opresión, angustia, ansiedad, etc.) y puede ser desigual, contradictorio, discordante
(figs. 83, 84 y 145).
A veces, los complejos de culpabilidad pueden producir, en los casos de
irregularidad en la inhibición y en el ajuste en la conducta, la tendencia a alarmarse
con facilidad, el escrúpulo moral unas veces exagerado y otras dar la impresión de
“manga ancha” o de indiferencia.
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C39 - CONTORSIONADA (“Contorta” en lengua italiana), Escritura:
Se refiere este signo, descubierto por Moretti, y descrito por Torbidoni y Zanin (ver
“Grafología. Texto teórico práctico”) a los contrastes de inclinación de los ejes de las
letras, especialmente en el área central, en la zona media del grafismo. Por ejemplo,
si examinamos con minuciosidad la fig. 27, veremos que el eje vertical de unas
letras es regresivo se inclina hacia la izquierda, otras letras tienen un eje cercano al
ángulo recto con la línea y, finalmente, otras letras se inclinan hacia la derecha. Lo
mismo ocurre en las figs. 29, 42, 49, 205 y 206 en grado de positividad diferente).
Torbidoni y Zanin, interpretan este signo como una expresión substancial del
intelecto e, indirectamente, de la voluntad. Indica la tendencia al control, a la
verificación, al contraste. Cuando el signo es muy intenso, estos autores ven en ello
“la búsqueda de seguridad y de objetividad. El escritor no se fía de la percepción
inmediata, ni de la intuición, controla rigurosamente cada idea, cada situación en la
que se siente inmerso, verifica su credibilidad, sus antecedentes y posibles
consecuencias, poniéndolo en contraste con su opuesto”.
Nosotros estimamos que la escritura contorsionada supone un estado interno de
ambivalencia, es decir, una disposición mental contradictoria en la que se presentan,
a la vez, en la conciencia, la certidumbre y la duda, lo innegable y engañoso, el sí y
el no, el temor y el deseo, la culpabilidad y la justificación, etc.. La ambivalencia
puede afectar a los procesos mentales, a los sentimientos o afectos y a las
pulsiones instintivas, según la zona en que la contorsión sea más intensa.
La escritura contorsionada, es en su aspecto menos positivo, el signo predominante
en los sujetos indecisos, pues el hombre de acción sabe escoger entre dos
tendencias que le asedian. Puede ser también el indicador de tendencias
esquizóides, ya que el esquizóide no siempre es capaz de conciliar sus contrastes,
lo que explica su comportamiento inarmónico y desajustado.
En casos graves, la escisión o separación de impulsos contrarios en dos o más
partes de un mismo “objeto”, supone la coexistencia de dos personalidades o dos
modos de comportamiento en el mismo individuo debido a la disociación o
desdoblamiento, es decir, a la existencia de dos actividades psíquicas contrarias y
simultáneas que suelen ignorarse.
Es un tipo de escritura que recuerda el modelo caligráfico del cual procede, sin que
necesariamente se pueda calificar de caligráfica o vulgar, pero tampoco aporta
formas originales, ni refleja un estilo personal propio que se distinga notablemente
de las ideas y gustos estéticos comunes (figs. 55, 56 y 126).
La escritura convencional es propia de los sujetos que viven en su entorno sin
experimentar grandes variaciones o contrastes entre la manera de pensar propia y
las ideas reinantes en su ambiente. Suelen respetar, aunque sin la rigidez de los
que poseen escritura caligráfica, los semáforos sociales, se disciplinan bien y
siguen, en su “modus vivendi”, las costumbres y normas establecidas, tanto en la
77
vida social como en la esfera profesional o familiar.
La constancia y la perseverancia silenciosa suele ser una de las características
dominantes. De aquí la posibilidad de un buen rendimiento tanto técnico como
práctico en la profesión y una cultura memorística en la que el sujeto puede
destacar, aunque sin mostrar nada nuevo, ni original, pues basan su seguridad en lo
ya conocido y comprobado.
C42 - COQUILLES:
Escritura-tipo descrita por el Dr. Gille-Maisani y empleada por H. Saint Morand para
caracterizar la agresividad propia del tipo Marte.
Consiste en la existencia de trazos duros y violentos que dan al grafismo un aspecto
cortante o tajante (figs. 33, 61, 90, 96 del Dic., y sobre todo el grafismo de la fig. 58
de “Escritura y Personalidad”).
La escritura cortante suele ser rápida y los rasgos que determinan esta
denominación, frecuentemente desproporcionados, no sólo por su dureza y mayor
espesor, sino también por sus dimensiones y fuerte relieve.
78
(P) Con buen nivel de positividad corresponde a sujetos de carácter enérgico, con
fuerte vitalidad y dinamismo, con gran iniciativa y poder de decisión, capaces de
luchar con valor frente a toda clase de obstáculos, audacia para acometer cualquier
empresa, lo que puede llevarles a carreras o profesiones arriesgadas en que se
necesite coraje y pronta adaptación a los cambios o imprevistos.
(N) Con bajo nivel positivo, refleja las reacciones impulsivas, tajantes y cortantes, la
cólera inútil, la impaciencia en las exigencias, la imprevisión, los actos temerarios e
irreflexivos, la rudeza brutal, el absolutismo en las ideas y en las decisiones, sin
tener en consideración a las personas de su entorno (representa al factor “E” de
Szondi, que se caracteriza por la tendencia al almacenamiento y descarga violenta
de afectos toscos: rabia, odio, celos, espíritu de venganza etc.).
Para más abultamiento de detalles sobre el significado de la escritura cortante, ver
“Psicología de la Escritura” del Dr. Gille, páginas 222 y sigientes.
C44 - CRECIENTE:
Las letras finales de las palabras tienen mayor volumen, mayor altura y extensión
que las letras iniciales (fig. 122). Puede incluirse dentro de las mismas
características de escritura “creciente”, los casos en que la ocupación de espacio de
los finales es abusiva o desproporcionada en relación a las letras que preceden,
como es el caso de la fig. 37).
En general, señala el descontrol del pensamiento, de la imaginación, de las palabras
y de la acción, ante los impactos emotivos agradables desagradables
experimentados por el sujeto. Este aplicará valoraciones desmesuradas a las cosas,
sin otra vara de medida que el efecto emocional de agrado o desagrado que cada
estímulo le haya producido.
Por ejemplo, una persona o cosa, puede ser “¡magnífica!”, “¡estúpida!”,
“¡maravillosa!”, “¡sensacional!” o “¡no valer nada!”, según esté la escala psicoestética
del sujeto, generalmente egocéntrico, en el momento de producirse el estímulo
desencadenante de la reacción afectiva y según sea la relación del sujeto con el
“objeto”.
De aquí las interpretaciones clásicas de falta de tacto y de finura, credibilidad,
optimismo infundado, tendencia a exagerar las cosas, falta de sentido crítico,
pasión, choques con los demás, tendencia a las discusiones estériles, etc. y
predominio del pensamiento mágico sobre el pensamiento lógico. El pensamiento
del sujeto se alimenta más de imágenes que de conceptos, es infantil e inmaduro y
choca frecuentemente con las opiniones de las gentes ponderadas, de aquellos que
miden y cotejan la realidad y aplican juicios de valor normales. La ingenuidad propia
de estos sujetos no es más, según Freud, que una actitud de rechazo de la
sexualidad.
El sujeto de escritura Creciente, proyecta sobre las personas y las cosas sus
estados momentáneos de ánimo, sus ilusiones y fantasías, unas veces, y otras, sus
frustraciones, amarguras o desengaños, sin otro criterio de medida que el nivel de
su egocentrismo. La mayor o menor desadaptación de la conducta será indicada por
el nivel de positividad y por los porcentajes, más o menos altos en los grados I, IVa,
IVb y V de la escala del Dr. Pophal.
79
C45 - CUADRADA (Coligamento en Cuadros o Cuadrangular):
80
vive en armonía consigo mismo y con los demás, sin que necesariamente tenga que
renunciar a aspectos importantes en el camino de su autorealización.
De aquí se derivan las interpretaciones clásicas de: cortesía y deferencia con los
demás, buen gusto y ponderación, imaginación reglada por una buena dosis de
juicio y de respeto a los demás, adaptación reflexiva y correcta, actitud controlada,
pero flexible y dinámica, etc.
(N) Con escritura lenta, monótona, estereotipada, etc. (fig. 40), refleja la rutina, el
inmovilismo o estancamiento en actitudes regidas por el Super-Yo, el automatismo
psíquico, la opresión o ahogo de las tendencias inconscientes por excesivo respeto
a los semáforos, a las normas, a las tradiciones, a las reglas impuesta en el exterior.
El sujeto acepta pasivamente las condiciones y exigencias de su entorno y de su
Super-Yo sin ninguna clase de protesta, liberalización o cambio, le falta vibración.
Muchos oligofrénicos presentan este tipo de grafismo. La escritura cuidada,
esmerada o muy controlada, es la expresión no sólo del encarcelamiento del alma,
sino también de la insinceridad. El sujeto que vigila tanto sus manifestaciones
gráficas, o es un oligofrénico que se comporta como un autómata, o tiene la mentira,
la insinceridad, la hipocresía y el conformismo simulado de un fariseo que aspira a
un perfeccionismo inútil como ideal del Yo y fuera de la realidad.
81
sujeto se coloca durante tiempo excesivamente largo ante el espejo para
contemplarse y recrearse en sí mismo (fig. 217). Alcanza un nivel exhibicionista de
tipo histeróide, cuando dominan los signos de extroversión (fig. 174). En este caso,
el sujeto utiliza como espejo a los demás y se contempla y recrea observando la
sorpresa, el asombro o la admiración que despierta en su entorno.
Bajo el punto de vista motor o de movimiento, la curva es un movimiento fácil y
deslizante, que sigue, en unos casos, la dirección espontánea hacia el entorno,
hacia el contacto con el “objeto”, con los demás (necesidad de ternura, de
comunicación, de identificación afectiva, de busca de afinidades, etc.). Pero también
esta inclinación puede ser egoísta, es decir, puede deberse, solamente, a una
necesidad del sujeto de sentirse centro universal de todo interés y atención, dando
significado a los términos psicológicos de: egoísmo, egocentrismo, narcisismo, etc.
El ángulo, su contrario, es un gesto de freno, de inhibición o rechazo de los impulsos
espontáneos, es un gesto de resistencia o de defensa, de oposición combativa o de
intransigencia individualista frente al entorno. Este cambio brusco de sentido en la
dirección de los impulsos espontáneos, se transforma fácilmente en afirmación
personal, en individualismo, en independencia y en deseo de autoridad.
La curva engendra calor, unión, amor, placer, afabilidad, empatía, etc., aunque la
intención sea acaparadora y egoísta.
El ángulo engendra frialdad, dureza, intransigencia, combatividad, dominio,
autoridad, individualidad, separación, independencia, etc., aunque la intención se
revista de altruismo, de hermandad o de asociación universal en defensa de algo.
En la curva, podemos ver la confraternidad, la indulgencia y la dulzura, la gracia y la
afabilidad indicadas por Michon, que se hermanan con la armonía y sentido estético
que le atribuye Crepieux, con el esfuerzo sonriente, fácil y distendido de Saint
Morand, con la adaptabilidad de Teillard, con las aptitudes para las relaciones
humanas que indica Klages y con la disponibilidad a la comprensión de Moretti.
Según nuestras conclusiones, la nota clave del carácter, en los sujetos en quienes
predomina la curva, es la “vanidad”. La nota clave del carácter, en los sujetos en
quienes predomina la escritura angulosa, es el “orgullo”. Ahora bien, tanto la
“vanidad”, como el “orgullo”, tienen infinidad de matices y derivados psicológicos,
como lo demuestra la gran cantidad de variaciones que presentan las escrituras
curvilíneas y angulosas. (Ver los términos “orgullo” y “vanidad” en mi “Diccionario”).
Hay dos tipos de curva, la curva redonda y lenta (figs. 14, 69c, 109, 117a y 174) y la
curva oval (figs. 55, 111, 114f y 115). Si reproducimos con la mano los gestos
circulares de la escritura redonda y luego los gestos en óvalo de la escritura
redondeada, intentando dar la máxima velocidad a uno y otro movimiento, veremos
que la mano, la muñeca y el brazo, trabajan con mayor elasticidad y facilidad y con
mucho menos esfuerzo y mayor rapidez, cuando reproducimos, en el papel o en el
aire, las formas ovales.
En la escritura “redonda”, el movimiento es de “rotación” y en similitud con la Tierra,
el sujeto gira sobre su eje, en torno al “sí mismo”. En la escritura “redondeada” u
oval, el movimiento es de “traslación”, y el sujeto gira en torno al “objeto”, del mismo
modo que la Tierra gira en torno al Sol a través de un movimiento elíptico.
De esta conclusión simbólica, se pueden extraer multitud de significados en torno a
la vinculación afectiva y a la dirección de los deseos, dirección “egocéntrica” en
torno al propio cuerpo y a sus necesidades y deseos, en el caso de la escritura
redonda, Y dirección hacia el “objeto”, si las escritura es redondeada u oval.
Tanto la escritura redonda como la redondeada, tienen sus aspectos positivos y
negativos. La escritura redonda es un fiel testimonio del predominio de la forma
82
sobre el movimiento, signo propio de una emotividad tranquila, centrada en torno a
sí mismo y a la conservación de la materia. El sujeto de escritura redonda, se
alimenta bien y no gasta mas energía de la necesaria, es sibarita y comodón, tiene
un carácter estable en el que se repiten los hábitos de conducta tanto en la vida
familiar como social y profesional.
La escritura redondeada, al ser más dinámica, es también más expresiva de las
vibraciones de la vida afectiva, de donde un abanico más amplio de matices en las
formas de reacción de la sensibilidad. La escritura redondeada, aporta una escala
psicoestésica mucho más rica en variaciones que la escritura redonda.
Tanto en los movimientos circulares (escritura redonda), como en los movimientos
ovales (escritura redondeada), debemos observar con mucha atención el rol de la
presión y la magnitud dimensional de la zona inferior. Hay personas muy sensuales
que hacen lo posible por ocultar o disimularlas apetencias del cuerpo (fig. 137a)
tratando de compensar estas apetencias en otros campos, convirtiéndose a veces
en una especie de “verdugo de corazón de tórtola” para su partenaire, sobre todo si
el acortamiento dimensional de la zona inferior va seguido de una presión
desplazada. En otros casos las jambas se alargan y robustecen en la zona inferior y
al sujeto le es difícil prescindir de las excitaciones sensuales y sexuales que les
provoca el contacto con el entorno, esté no presente el “objeto”. Un caso
monstruoso es el del personaje de la fig. 162. Este individuo ofrecía ocuparse de los
maridos encarcelados durante la guerra, a cambio que las mujeres de estos presos
accedieran a sus morbosos deseos sexuales.
Para mayor amplitud sobre el significado de la escritura en curva, ver las escrituras-
tipo Redonda R06 y Redondeada R07.
83
Los mismos deberes cotidianos se vivencian como una carga que llega a ser
insoportable.
En determinados casos, según Bousquet, expresa el “refugio en tendencias
homosexuales que surgen como efecto del abandono o pérdida de la virilidad que
generalmente va seguida de descorazonamiento, de depresión e inhibición”. El Dr.
Cristofanelli, entre otras indicaciones, ve en la escritura descendente un complejo de
inferioridad no compensado.
“Toda persona -dice el Doctor Battegay- posee un talante negativo que le es familiar,
por ejemplo, sentimientos de inferioridad, sentimientos de culpa, distímias
depresivas o agresivas a las que sucumbe en situaciones críticas, no sin
experimentar un cierto placer masoquista, lo cual le impide afrontar los problemas de
modo constructivo.
La escritura sin tensión dinámica y descendente puede producir la creencia mágica
de que las situaciones adversas pueden cambiar por, sí mismas perseverando largo
tiempo en una actitud distímica”. Es frecuente que el sujeto persevere en su estado
de frustración o sufrimiento cuando la situación en que se encuentra provoca en él
sentimientos que aprendió a rechazar en su infancia.
Como consecuencia de su estado disfórico, el sujeto puede buscar refugio en el
alcohol o en otras drogas (fig., 106f, cuya dirección ascendente en la primera línea,
expresa un intento esporádico de remontar el estado de postración y de abatimiento
en que se encuentra).
(N) Debilidad de voluntad, dejadez personal, falta de resistencia a las presiones e
influencias externas con peligro de adicción al alcohol o drogas, o a caer en la
corrupción moral, en la bajeza, en la hipocresía, en la deslealtad o en cualquier otro
tipo de depravación.
La escritura descendente, según la disminución de las fuerzas vitales, puede ser un
reflejo de enfermedad o de estados postoperatorios.
La interpretación justa de la escritura descendente, es difícil si no se tienen en
cuenta otros signos dominantes en el ambiente gráfico.
Para interpretar la dirección de las líneas, de acuerdo con el postulado indicado al
comienzo: “dirección seguida hacia un objetivo”, damos a continuación algunas
orientaciones prácticas.
Cuando los objetivos han sido razonablemente elegidos y calculados con sentido de
la realidad, teniendo en cuenta las propias posibilidades y los medios disponibles, la
línea sigue la horizontalidad.
Cuando el objetivo a lograr no ha sido suficientemente programado o elaborado y no
se ha contado con los obstáculos, con las dificultades, con las posibles oposiciones,
con los medios y con el esfuerzo personal y capacidad realizadora necesaria, la
línea sufre los efectos de la inseguridad y acusa los impactos desfavorables a la
intención del sujeto, es oscilante, sinuosa, insegura y reveladora de la falta de
confianza en sí mismo, aunque el sujeto pueda llegar a sus fines después de
muchas vacilaciones, angustias e incertidumbres.
La fig. 177 es un buen ejemplo de superación de la inestabilidad de ánimo y de la
inseguridad, gracias a la intervención de los recursos de la imaginación y de la
inteligencia.
Por el contrario, las líneas pueden ser inflexibles y rígidas, favoreciendo los estados
obsesivos, la persistencia en la mente de ideas y de objetivos con independencia de
las exigencias del medio ambiente y de la conveniencia o no para el sujeto (Ver
“obsesión” en el Diccionario). El individuo obsesivo suele utilizar, como estrategia,
ciertos mecanismos defensivos, como pueden ser, por ejemplo, la racionalización ,la
84
intelectualización y algunos estilos de formación reactiva, que permiten al obsesivo
evitar lo desagradable y todo lo que provoca ansiedad. Ver un caso de líneas rígidas
en la fig. 126a, que se complica por la rareza excéntrica de las jambas (anomalías
en la esfera sexual).
En los sujetos normalmente adaptados a la realidad y sin grandes problemas entre
los deseos y el logro de objetivos, las líneas suelen ser horizontales y con ligeras
oscilaciones, es decir, sin rigidez, sin sinuosidades, sin ondulaciones notables y sin
imbricados importantes en el ascenso y descenso de las palabras (figs. 16, 44, 46,
55, 142, 152 y 178).
En cuanto a las líneas ascendentes y descendentes, podemos ver en ellas la
dirección de la agresividad (en su sentido psicoanalítico). En la escritura ascendente
la agresividad se dirige hacia afuera, hacia el entorno. En la escritura descendente,
la agresividad es masoquista, se dirige hacia el propio sujeto.
La agresividad es una pulsión instintiva relacionada con la sexualidad. Se puede
presentar en forma real (ataque a otros, impulso a dañar, a destruir, a contrariar, a
humillar). Puede expresarse en forma simbólica (ironía. espíritu crítico disfrazado de
ayuda, sonrisa ante los errores o fracasos de otros) y en forma fantasmática en las
creaciones literarias, artísticas, humorísticas y en los sueños de agresión con los
ojos abiertos.
La agresión es real, tanto en la escritura ascendente como descendente, cuando el
grafismo es tenso, anguloso, dinámico, impulsado y acerado (fig. 28). La agresión es
simbólica (ironía, humorismo, broma, chanza), cuando el grafismo es
predominantemente curvilíneo, sin gran tensión y dinamismo, contenido, vertical y
sobrio. La agresión puede ser fantasmática o fantaseada cuando el grafismo acusa
un fuerte nivel de emotividad, con nivel de actividad por debajo de la media y con
signos de inhibición y de represión muy manifiestos. En general, la agresividad es
más aguda, persistente y temible en la escritura descendente, que en la escritura
ascendente.
85
En las escuelas e institutos de hoy, ya no se estudia solamente memorizando los
temas expuestos en los libros, se trabaja con ellos, se hacen fichas, se estudia en
equipo y se entienden las matemáticas de otro modo. Esto quiere decir que el
hombre de hoy se ha liberado de muchas restricciones que, como es lógico, se
traducen en el grafismo por una falta a veces de disciplina, de organización, de
precisión, etc. que, sin embargo, profesionalmente no se traduce del mismo modo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que muchas neurosis se compensan
positivamente en la actividad profesional.
Con esta aclaración, pretendemos sugerir que, del mismo modo que una escritura
regular y metódica puede dar fallos de adaptación, una escritura desigual, más o
menos desordenada e imprecisa puede, en determinados casos, pertenecer a
sujetos eficaces en su trabajo, sobre todo, cuando hay un buen dinamismo y un
ritmo vital fuerte. (Ver en el boletín nº 5 de la A.G.C. nuestro artículo sobre este
tema).
En el artículo sobre las desigualdades de orden, D13, se intenta dar una explicación
complementaria.
86
irregularidades en los márgenes, en los puntos y aparte, en la separación de letras,
palabras y líneas y las desigualdades de dimensión, de proporción, de presión, de
cohesión, etc., denotando la falta de armonía y de homogeneidad. (Ver figs. 37, 38,
49, 82, y 90).
Toda desigualdad supone un desajuste, una discordancia entre el mundo interior del
sujeto y el entorno, una desproporción entre el estímulo y la respuesta, un
predominio de la emotividad sobre el control del juicio y del razonamiento. El sujeto
vive dominado por sus emociones y por sus impulsos inmediatos, las más de las
veces en lucha consigo mismo, de donde una falta de equilibrio interior, de
serenidad, de calma y reflexión para afrontar los problemas de la vida juiciosamente
y para seguir un comportamiento adaptado, sin pasar fácilmente a los extremos. Es
la “inconstancia agitada” que decía Pulver. Nuestro aparato psíquico es a la vez
emisor y receptor de estímulos. Todo estímulo despierta una emoción. Toda
emoción es una fuerza. Tenemos un sistema regulador de energía (ver en “Manual
de Grafoanálisis” el artículo “La polivalencia de los signos”) que a veces permite
explayar, mediante los mecanismos de defensa psíquicos, las acumulaciones de
fuerza, las emociones no descargadas. La descarga de emociones para la
regulación del equilibrio psíquico puede tomar dos caminos : a) el del sistema
nervioso central que permite la abreacción (gritar, protestar, encolerizarse, irritarse,
tener impulsos agresivos, etc., y b) el camino de descarga del sistema nervioso
vegetativo produciendo alteraciones o perturbaciones sobre los órganos viscerales:
corazón, pulmones, estómago, hígado, aparato sexual, etc. generando las llamadas
enfermedades psicosomáticas. Por ejemplo, los falsos cardíacos o con úlceras de
estómago, los trastornos sexuales más o menos esporádicos, etc.
Es importante, pues, estudiar bien las desigualdades en el grafismo. No descarga
igual los excesos de excitación el autor de la fig. 29 que el autor de la fig. 33. Ambos
son emotivos, pero mientras uno canaliza la energía hacia actividades intelectuales
(fig. 29), el otro, intenta forzar violentamente la realidad para afirmar su Yo de un
modo desequilibrado y con reacciones violentas.
(P) Según el dinamismo y fuerza realizadora que denote el grafismo, el sujeto puede
tener un carácter activo y emprendedor, un gran empuje realizador y, aunque
frecuentemente carezca del sentido de la medida y de la previsión, puede tener en
su actividad grandes éxitos por su fuerza viva y fecunda, por su intuición táctica, por
su facilidad de ir corrigiendo los errores sobre la marcha y sin necesidad de
detenerse a reflexionar. En este caso, la descarga emocional, la abreacción, es
positiva. Las emociones eligen el sistema nervioso central como vía de expansión
reguladora.
Las desigualdades con bajo nivel positivo, y poco nivel de actividad, puede ser
patrimonio de personas fantaseadoras, capaces de conectar con su inconsciente y
de dar salida, en forma de fantasía, a la realización de deseos imaginarios. Cuando
no se trata de un artista, de un músico o de un pintor, por ejemplo, el sujeto busca
en este mecanismo psíquico una huida de la realidad y, en su sustitución
fantasmagórica, trata de alcanzar una tranquilidad y rehabilitación a sus propios
ojos, lo que puede ayudarle a soportar su neurosis y sus desajustes con la realidad.
(Ver en el “Diccionario de Psicología” el término “Adaptación”).
Del mismo modo, en sentido positivo, sin que necesariamente hablemos de la
“desigualdad metódica” de Moretti, que suele ser siempre positiva, la escritura
desigual puede ser un indicador de fuerza creadora, de riqueza imaginativa y
87
espiritual y de vivacidad de sentimiento y de inteligencia. La escritura desigual,
según Pulver, puede traducir una vida interior genial y grandes dotes de iniciativa y
realización en cualquier campo, mientras que, en sentido negativo, la escritura
desigual es indicadora de desequilibrio y neurosis, de agitación y de insuficiente
autocontrol en las reacciones. Entre éstos dos extremos, hay que tener en cuenta
que las desigualdades pueden ser parciales, pueden afectar a determinadas zonas y
aspectos. Por ejemplo, en la fig. 126a, las desigualdades afectan a la zona inferior,
mientras en las zonas media. inicial y final, la escritura es regular y rígida. El
desajuste, el desequilibrio tiene lugar en las pulsiones instintivas, las cuales son
rechazadas en forma rígida por la actividad consciente y, tal vez,
supercompensadas a través de realizaciones imaginarias del deseo (perversiones
sexuales fantaseadas).
En la fig. 83, las desigualdades afectan principalmente al coligamento (variaciones
de forma) y a la inclinación, señalando cambios frecuentes y discordantes en las
relaciones del Yo con el Tú.
En la fig. 33, las desigualdades afectan primordialmente a la presión (apoyos
bruscos y violentos en los movimientos verticales), lo que testimonia las reacciones
violentas del escritor en todo cuanto repercute sobre sus propias ideas y posiciones.
Desequilibrio autoestimativo.
Otro caso muy frecuente son las desigualdades en la dimensión de las mayúsculas,
como ocurre en la fig. 106a, de la actriz italiana Pier Angeli. Es fácil deducir que se
vanagloria (inflación) en su propio nombre “P” de “Pier”, identificando en él tanto su
famosa belleza como sus triunfos cinematográficos. Las otras mayúsculas, mucho
más modestas, no representan para ella una gran identificación con el rol que
representan y son introyectadas en el Yo.
Las inflaciones en las mayúsculas suponen una sobrecarga en el concepto
autoestimativo en el amor propio, una supercompensación de los sentimientos de
inferioridad. Por tanto, cuanto mayor es el volumen y desproporción de las
mayúsculas en relación con las otras letras, mayor es la susceptibilidad del sujeto
ante todo aquello que pueda minimizarle.
Unas mayúsculas grandes y otras pequeñas o rebajadas, expresa frecuentemente la
inseguridad en el concepto autoestimativo, en la idea que el sujeto tiene de su
propio valer. Estas oscilaciones en la autoestimativa son reflejo de un factor
neurótico.
Mezcla de letras abiertas y cerradas. No sólo se revisarán los óvalos de las letras
“a”, “o”, “g” “d”, “b”, etc., sino también las letras “m” y “n” minúsculas, los trazos
iniciales y finales de las mayúsculas y los bucles de las jambas, que normalmente
deben estar ligados a la letra siguiente sin alteraciones.
Por ejemplo, las letras “m” y “n” son cerradas, cuando el coligamento es en arco,
sobre todo, si es buclado. Las letras mayúsculas son cerradas cuando sus trazos
iniciales y finales son encaracolados o regresivos (fig. 4). Las jambas son cerradas
cuando el movimiento de ascenso recubre la jamba (figs. 161, 179 y 216), cuando
toman la forma de un ocho de guarismo (fig. 130) o presentan trazos de adorno
88
sinistrógiros (fig. 119). Se puede considerar también cerrada una escritura, cuando
es pequeña, apretada y con palabras espaciadas (fig. 46).
Por tanto, a la hora de contabilizar la cantidad de letras abiertas y cerradas para
determinar el porcentaje de abreacción, de expansión libre y espontánea de los
impulsos instintivos, afectivos y mentales, hay que tener en cuenta las modalidades
de cierre y de abertura de todo ese conjunto de signos.
Predomina la abreacción sobre la inhibición del impulso expansivo en las figs. 88 y
89a. En la fig. 88, la expansión es fluida y predominantemente mental y afectiva. La
inhibición se produce en las pulsiones instintivas (jambas cortas, desligadas y
alguna de ellas reseguida). La plenitud de la “g” en la zona superior y la
simplificación y ascenso por la derecha del bucle de la jamba en la palabra
“larga”(final de la primera línea), señalan claramente la sublimación de las
necesidades sexuales en actividad mental. Se trata de un guionista de cine muy
considerado en su profesión. Los reinflados en la zona superior, confirman la esfera
en la que se descarga la libido.
En la fig. 89a, la escritura es extensa, con coligamento en guirnalda (gesto abierto),
pero apreciamos inhibiciones en la cohesión (mayúscula aislada, cortes en el enlace
de las palabras, mayor espacio del normal entre palabras y tendencia gladiolada).
Esto quiere decir que la abreacción es predominante, pero con prudentes frenos
impuestos por la experiencia, por el correr de la vida.
Desigualdad en el modo de enlazar las letras en las palabras. En unas palabras las
letras aparecen ligadas o unidas por grupos, en otras las letras se desligan o
presentan cortes caprichosos o inhibiciones de cohesión importantes. Como
muestras más o menos ilustrativas, ver las figs. 44, 106a, 122 y 145.
La palabra es la representación en la mente de un “objeto” (abstracto o concreto). A
toda representación le corresponde una vivencia afectiva, un recuerdo, más o
menos subconsciente, de lo que cada palabra u objeto significa para nuestro Yo.
Unos objetos están más cargados que otros de matices afectivos. Por ejemplo,
cuando escribimos nuestro propio nombre, las características de la escritura indican
cómo nos sentimos con nuestra propia auto-imagen. Por ejemplo, glorificados, como
es el caso de “Pier Angeli” (fig. 106a); orgullosos, pero minimizados en la esfera
afectiva (fig. 111); evasivos, como en el caso de Henry Kisinger, (página 488);
intrigantes, como en el caso de Erle Stanley Gadner (el novelista creador de la serie
“Perry Masson”, fig. 111a), etc.
La cohesión, el grado de enlace de unas letras con otras, supone la existencia de un
vínculo afectivo unificador e identificador, una sintonía entre el sujeto y el “objeto”.
Enlazar las letras es mostrar una disposición abierta y espontánea, una confianza y
deseo de sintonizar nuestro Yo con los “objetos”, con las personas o con todo
aquello que mencionamos al escribir.
Dividir el objeto en partes (escritura desligada) supone, teóricamente, una actitud
inconsciente de desvinculación, de separación una falta de identificación con el
“objeto”. La sintonía entre el Yo y el “objeto” no existe, hay resistencias interiores,
recuerdos desafortunados, pequeños conflictos internos que impiden la actitud
89
espontánea del sentimiento hacia el “objeto”. Podemos hablar aquí de introversión,
de desconfianza, de temor, de despegue afectivo y de otros reflejos condicionados
negativos en relación al “objeto”. (Como sabemos, el “objeto”, lo mismo puede ser
un objeto abstracto que concreto, lo mismo las personas del ambiente familiar, que
otras personas u objetos del entorno social o profesional). El “objeto” , en la firma, es
el propio Yo.
Cuando las desigualdades de cohesión afectan a la firma, por ejemplo, escritura
ligada en el texto y desligada en la firma (ver el apellido en la fig. 104), o el nombre
con letras ligadas y el apellido con letras yuxtapuestas, o viceversa, el sujeto tiene
problemas con su auto-imagen. El complejo de Edipo u otros complejos freudianos,
adlerianos o junguianos pueden estar presentes.
(N) Las desigualdades en la cohesión pueden deberse a múltiples causas, entre
otras al desajuste o lucha entre el deseo y el temor, entre una vida interior
perturbada por fallos en la relación con el “objeto”, por frustraciones en la expansión
de las pulsiones instintivas, por fracasos de todo tipo (sentimentales, sociales,
profesionales, etc.) que impiden al sujeto encontrar un equilibrio armónico entre su
vida interior y su entorno.
Por tanto, toda irregularidad en la cohesión de los movimientos es un indicador de
sufrimiento, de falta de armonía y equilibrio interior. Esto supone un bloqueo o
dificultad en la expansión de los impulsos de contacto, en la integración, en la
participación del sujeto en los gustos e ideas de los demás. Si buscamos una
similitud, podemos equiparar este signo gráfico con la elección del gris y del negro,
junto con el rojo y el amarillo, en las primeras posiciones en el test de Lüscher.
Naturalmente, en este caso, como en todos, hay que tener en cuenta el ambiente
gráfico, el nivel positivo-negativo y las circunstancias emocionales en que se
encontraba el sujeto en el momento de escribir. Es conveniente, pues, examinar
muestras de escritura de la misma persona en momentos diferentes. Si no
disponemos de varios escritos para cotejar estas distorsiones de la cohesión, en el
caso que se pueda, conviene recoger información del propio sujeto o recurrir a otras
pruebas, como puede ser el test de Rorschach u otras pruebas proyectivas para
buscar las causas de éste signo gráfico. Cuando no hay trabas emocionales,
conflictos internos, ansiedades, temores o inhibiciones subconscientes, la cohesión
es normal, la escritura es agrupada o ligada, y no presenta distorsiones, ni
discordancias en la cohesión.
90
de ciertas letras, especialmente las mayúsculas (fig. 57a), a los trazos iniciales (fig.
187) o finales (fig. 37), a las hampas (fig. 11), a las jambas (fig.12), a las barras de
las “t” (fig. 90) a la puntuación (fig. 162).
Las desigualdades de dimensión alcanzan su máxima importancia cuando van
seguidas de un recargo aislado en la presión de los trazos a base de apoyos
bruscos, de tipo fusiforme o masivo, como ocurre en la fig. 162, donde la excesiva
prolongación y volumen de las jambas, así como la violencia de los puntos acerados
está en fuerte contraste con la insignificancia dimensional de las letras de la zona
media cuyo trazado es filiforme.
En general, las desigualdades de las letras, en la altura y volumen, en sentido
vertical, corresponden a problemas relacionados con el sentimiento autoestimativo
(inflación, fantasía, irrealidad en el sentimiento de sí mismo, seguido de cortedad,
inseguridad, temor al fracaso, etc.).
Las desigualdades en la extensión horizontal de las letras, afectan a las relaciones
del Yo con el Tú, a los modos de expansión afectiva, a la comunicación con los
demás. En este sentido, cobran gran interés ciertas modalidades de trazos (rizos)
estudiados por Moretti y sus seguidores, especialmente por Torbidoni, Zanin,
Cristofanelli, etc. (ver “Grafología. Manual teórico-práctico”).
Las desigualdades de dimensión en las jambas afectan a las necesidades de
expansión de las pulsiones instintivas, señalando disturbios en esa esfera. Por
ejemplo, en la fig. 86, la jamba de la “y” de la primera línea está en desproporción de
longitud y anchura con el resto de jambas de ese grafismo. Los momentos de
euforia instintiva, de énfasis, se alternan con el rechazo o inhibición de otras jambas
desligadas o fragmentadas, siendo más frecuente la represión que la expansión, en
razón de la inversión de la escritura y de las desigualdades en la cohesión.
Las desigualdades de altura y de extensión en las mayúsculas (fig. 106a) es claro
testimonio de las alternativas de inflación y deflación del sentimiento autoestimativo,
de los cambios que se operan en la autoimagen, como lo demuestra el autógrafo de
la bella actriz italiana Pier Angeli.
Las desigualdades en la zona media, principalmente en los finales (fig. 154) nos
indican el modo como cada sujeto “impone sus afectos y deseos sobre los demás”
en ciertos casos (finales largos y con fuerte presión) y, en otros, se deja influir
afectivamente por la fuerza de las personalidad de sus interlocutores.
91
En cambio, en las figs. 155 y 178, la presión, la dirección, la inclinación y todos los
signos dinámicos se mantienen firmes y estables, lo que quiere decir que estos
sujetos se sostienen sin oscilaciones en un mismo estado de ánimo y perseveran en
los objetivos deseados sin dejarse influenciar por obstáculos, dificultades,
oposiciones o circunstancias desfavorables y sin ceder a ninguna caída de ánimo.
Así pues, las desigualdades en la dirección de las líneas testimonian la
influenciabilidad de ánimo, la pérdida más o menos frecuente de la seguridad en sí
mismo y de la confianza en alcanzar, sin obstáculos o dificultades, las metas u
objetivos deseados. Las líneas tan pronto ascendentes como descendentes en un
mismo escrito señalan las variaciones de ánimo de los sujetos maniaco-depresivos
que, en casos extremos se trataría de una psicosis maniaco-depresiva.
En general, las desigualdades de dirección son un síntoma de angustia vital, de
angustia frente al futuro. Con escritura floja o blanda, inarmónica, regresiva,
arqueada y con fuerte porcentaje negativo, puede ser un indicador de deslealtad, de
amoralidad, de insinceridad y de hipocresía.
La pérdida extrema de la horizontalidad en la dirección de las líneas (fig. 203a), se
puede considerar como una pérdida del sentido de la orientación en el espacio y en
el tiempo.
92
D11 - DESIGUALDADES DE FORMA:
93
obra : “Grafología. Texto teórico práctico”, Ed. Tantin, Santander, 1992.
Los ejes de las letras, en sentido vertical, varían su orientación en el espacio gráfico,
oscilando entre inclinada, vertical o invertida, según los casos. Por ejemplo, una
escritura de predominancia inclinada presenta enderezamientos verticales (fig. 29), o
viceversa, una escritura de tendencia vertical presenta oscilaciones hacia la derecha
(fig. 27).
La inclinación es un movimiento expresivo del deseo de proximidad, de
acercamiento, de vinculación del Yo al Tú, que podría traducirse también por deseo
de contacto físico, de ternura, de participación. Las desigualdades en la inclinación
son indicadoras de una conducta cambiante en las relaciones humanas. Señala
necesidades de ternura contrariadas, si la escritura es predominantemente
dextrógira en sus ejes de inclinación y presenta enderezamientos (letras verticales)
incluso letras de inclinación invertida a lo largo del texto (fig. 114a).
(P) En sentido positivo, las oscilaciones de inclinación, en un grafismo
predominantemente armónico, se ha dicho que reflejan flexibilidad de, carácter,
comprensión de espíritu, talento psicológico, penetración intelectual, etc. (Torbidoni
y Zanin). Estamos de acuerdo. Yo opino que éstas cualidades de carácter provienen
de una actitud cauta y reflexiva del sujeto frente a su ambiente o ante la persona
que tiene delante. El sujeto frena sus impulsos espontáneos de acercamiento,
proximidad y participación frena sus necesidades de ternura y tiende a tomar la
actitud más conveniente de acuerdo con las personas y las circunstancias que están
presentes en cada caso.
Con predominio de signos negativos, las desigualdades de inclinación ofrecen una
gran flora de contrastes ya que el sujeto no frena organizadamente sus impulsos
instintivos y afectivos, sino que sufre una tirantez entre el deseo y el temor, entre la
necesidad de darse y los recuerdos frustrantes que almacena su alma. Al no regular
bien su esfera instintiva y afectiva, el eco del fracaso y el temor a sufrirlo de nuevo
martiriza su mente y acaba por no saber a qué atenerse, si ceder a sus impulsos, o
rechazar de lleno la posible satisfacción de sus deseos. Vive en una especie de
zozobra psíquica. Esta actitud termina frecuentemente en la angustia, cuando no es
el producto de ella.
94
de regularización del tiempo, del espacio y del comportamiento. Implica una falta,
más o menos importante, de atención ,de precisión, de eficacia y de autocontrol
consciente. La organización de la actividad, de las ideas (juicio y razonamiento),
depende más de los hábitos de repetición adquiridos (automatismo psíquico, reflejos
condicionados), que a una planificación consciente y razonada del comportamiento.
Nos encontramos frecuentemente con sujetos que, a pesar de su escritura
desorganizada, son excelentes profesionales en su área de trabajo. Esto se debe,
no a una actitud mental conscientemente organizada, sino a una respuesta
automática, a una adaptación flexible, a una orientación emanada del inconsciente,
que responde a cada situación externa como guiada por reflejos condicionados
positivos. En estos casos, la eficacia se debe a los estímulos-guía que el sujeto
recibe desde su subsconsciente. Debemos suponer aquí, la existencia de un
cerebro lógico que no ha necesitado la concienciación reflexiva. (Ver escritura
Desconcertante).
95
factura si no se las atiende en su forma natural y primaria : trastornos sexuales y de
conducta posibles. La presión desplazada (ver los regruesamientos en la base de la
zona media), las barras de las “t”, alternativamente masivas y aceradas y en
diagonal con la línea, la falta de aireación (jambas que se entremezclan con las
líneas subyacentes: escritura confusa), nos dan una imagen muy negativa de las
cualidades de carácter del autor de este grafismo.
La inclinación a las perversiones o anomalías en la sexualidad las podemos ver en
la escritura de presión desplazada, en la retorcida forma de las jambas y en el
entremezclado de las jambas con las letras de la zona media de la línea subyacente
(el sujeto escribe ensuciando y mezclando de modo confuso elementos gráficos
significativos de la línea anterior, mezcla desordenadamente los impulsos instintivos
con las manifestaciones afectivas y los dones del espíritu). Las reacciones violentas
y agresivas, más o menos groseras, combaten (barras de “t” en diagonal, masivas y
aceradas) los sentimientos éticos, las ideas elevadas y el comportamiento honesto
de las personas normalmente evolucionadas. El sujeto es incapaz de concebir una
sociedad que rechace la suciedad moral.
En la fig. 79, los regruesamientos en los trazos de flexión (alargamientos),
contrastan con los perfiles de las letras, con los movimientos de extensión.
La escritura es angulosa, seca, apretada, descendente. Los estados de
insatisfacción e inconformismo (predominio de los alargamientos norte-sur, sobre la
estrechez y debilidad de los movimientos de expansión), producen un tipo de
carácter poco adaptativo, que nos recuerda al “apático” de Heymans-Le Senne:
intensa sensibilidad interiorizada, bloqueada por estados de ansiedad y por un
pesimismo casi constante que dificulta las relaciones armónicas con los demás.
Estas desigualdades de la presión son aquí un indicador de una emotividad muy
alterada por el desajuste existente entre la fuerte ambición (deseo de “ser”, de
“tener” ternura y comprensión, dominio sobre el entorno y otras aspiraciones
desmedidas) y la gran frustración y amargura que produce en el sujeto la hostilidad
que él mismo provoca con sus protestas de inadaptado, con su neurosis de
insatisfacción. Finalmente comentamos los regruesamientos de la figura 117a y b.
En la fig. 117a, los apoyos fusiformes, los espesamientos, son movimientos de la
pluma recreados sobre un trazado muy curvilíneo (escritura redonda), donde la
sensualidad se desborda en una búsqueda sibarita del placer deseado. Como dicen
Torbidoni y Zanin, “las emociones eróticas pueden transformarse en pasión
mórbida”. Aquí se deja de lado toda consideración ética y estética en los momentos
de excitación. Este transporte en éxtasis sensual y sexual es muy peligroso cuando
son muy evidentes los signos de sadismo como ocurre en la fig. 117b, cuyas jambas
recuerdan, en su zona final, la forma de los cuchillos de carnicero. Este fuerte
sadismo va acompañado de una actitud encubridora (escritura convencional) y de
un fuerte egocentrismo y egoísmo narcisista (ver los trazos sinistrógiros y en espiral
invertida de los penachos de las “p” en la zona media).
96
no profundos, son aquellos en que el recorrido del trazo queda poroso, empastado,
muy debilitado en su espesor (hilillos) o dejando en el recorrido unos bordes que
recuerdan los dientes de sierra. Estas apreciaciones requieren examen de los trazos
con lupas de 10 o más aumentos.
Un estudio profundo de estas particularidades de los trazos fue hecha por W. Hegar
en 1938 en su obra “Grapholologie par le trait”. Otros autores han tratado este tema
posteriormente, entre ellos merece especial mención F. Lefebure y C. Van den
Broek (“Le trait en Graphologie. Indice constitucional” (Ed. Masson París, 1986).
Indico estas obras, para orientar al lector sobre este tema.
Examinar la presión ejercida sobre el trazado gráfico, es investigar, en cierto modo,
las particularidades constitucionales de cada escritor. La fuerza y dinamismo del
trazado refleja el índice vital, la energía que el sujeto posee para mantener sus
necesidades vitales.
El trazo profundo y neto es equivalente a fortaleza física, psíquica mental. El trazo
débil, superficial, pastoso o inseguro refleja la vulnerabilidad, la pasividad, la
inseguridad, la claudicación o defensividad del sujeto frente a sus necesidades
vitales o frente a su medio ambiente.
(N) Un grafismo en que se alternen los trazos fuertes y débiles (como por ejemplo el
de la fig. 79), es siempre sintomático de mala adaptación. El comportamiento del
sujeto oscilará entre la claudicación resentida y rencorosa por impotencia y la
irritabilidad brusca y desmesurada en proporción a las causas motivantes de
contrariedad. El sujeto tendrá un carácter huraño y desadaptado a causa de su
constante inconformidad e insatisfacción.
Las variaciones de la presión del trazado, en una escritura pastosa y redondeada,
(como en la fig. 101) refleja una adaptación pasiva con bloqueo o debilidad en las
tomas de posición (poca fuerza de afirmación : hampas débiles).
Finalmente, en otros casos como el de la fig. 117a, la autora de éste grafismo puede
pasar de las caricias más suaves al aplastamiento del partenaire.
Es muy difícil, con grabados normales, mostrar las particularidades de las
desigualdades de la presión, por lo que remitimos al lector a las obras citadas de W.
Hegar y F. Lefebure
La rapidez del grafismo, sólo visible en sus matices al ojo experimentado, a no ser
que se empleen pruebas como el “Palográfico”, el “Graphe”, el “Test de las tres
vueltas de pista”, etc. (ver mi obra “La selección de personal”), es difícil de apreciar
en el grafismo, donde lo que captamos, a veces, se refiere más a la velocidad
aparente que a la velocidad real. Sin embargo, los cambios de velocidad son más
directamente observables debido, unas veces a la aceleración del movimiento
gráfico y otras a su ralentización. Podemos ver cambios de velocidad en las figs. :
80, 83, 95, 106a, 106e, 111, . Todos éstos grafismos tiene variaciones de velocidad
más o menos importantes.
La ralentización es indicador de freno, precaución, deseo de dar una imagen positiva
o de resaltar algo en una comunicación. Toda aceleración sobre el ritmo normal del
grafismo, es como una huida hacia adelante, o como el deseo de acabar con una
97
situación no confortable, no apetecible o molesta, o también el deseo de acabar
pronto una tarea que ya no tiene el mismo interés que cuando se inició. Esta
aceleración es muy significativa cuando se trata de cartas que intentan reflejar amor
o las buenas relaciones amistosas con la persona a quien se dirige el mensaje
escrito. Es distinto cuando se trata de apuntes tomados en una clase, en una
conferencia o en una conversación telefónica.
Los cambios en la velocidad del grafismo son propios de los sujetos muy nerviosos y
emotivos, de las personas agitadas y de los sujetos inseguros, flexibles y flotantes
de carácter.
98
La tensión producida por los efectos inhibitorios, paralizantes y defensivos de las
cargas de emotividad que tiende a alojarse en el individuo, sin que éste las libere y
regule mediante los sistemas normales de la motricidad (acción, palabras, gestos,
etc.).
Las desigualdades de la tensión se refieren, naturalmente, a la existencia en el
grafismo de signos fuertes y débiles. Son fuertes todos los signos que se refieren a
la fuerza, profundidad, dinamismo, rectitud, nitidez, etc. del trazado. Son débiles, los
trazos inseguros, flexuosos, torcidos, raquíticos, delgados o mal alimentados de
tinta, empastados, brisados (rotos), porosos o con dientes de sierra, etc. (ver figs.
206 y 213).
Una escritura en la que se alternen los trazos fuertes y débiles (figs. 43a y b, 44, 56,
79, 113 y 115) es siempre sintomática de alguna irregularidad en la salud o en la
esfera moral del sujeto. Las desigualdades de tensión en los trazos de flexión (norte-
sur, hampas-jambas), son indicadores de la inseguridad del sujeto en las posiciones
o actitudes que debe tomar con respecto a sus problemas de toda índole. Unas
veces será fuerte y resistente y otras claudicante, dependerá de las cargas emotivas
almacenadas o de los cambios de onda, baja alta, que tenga en cada momento. Si
el sujeto está en su onda baja, la posición del Yo en su medio social, laboral o en su
vida privada, será precaria. El sujeto sabe, a veces, qué posición o actitud debe
tomar, pero se siente incapaz de poderla mantener y opta por el consentimiento o la
claudicación.
Cuando las alternativas de trazos fuertes y débiles se producen en los movimientos
de extensión (polos izqda.-dcha.), los cambios de empuje-claudicación, los impulsos
de expansión-inhibición, se producen en las relaciones del sujeto con su entorno.
Puede imponer a veces sus criterios y mostrar un cierto dinamismo realizador,
mientras en otros momentos deja la acción en manos de los demás y se deja influir
por la presión de otros o por el criterio de los que le rodean encerrado en su
desgana depresiva.
99
Por el contrario, cuando las palabras presentan letras yuxtapuestas, desligadas, sin
que existan indicios de conexiones aéreas (ligaduras en el aire), el sujeto marcha
por la vida como dando trompicones, inseguro, inhibido, necesita apoyos o
justificaciones razonadas para conectarse a los demás o para resolver los
problemas vitales. Su actitud vital es introvertida. Necesita rumiar los estímulos,
detenerse para reflexionar, tomar precauciones.
Cada detalle de los objetos, de las personas o de las situaciones es tomado como
un todo. Del mismo modo que separa las letras en las palabras, separa las cosas
por los detalles, toma una actitud analítica parcial, enjuicia de modo incompleto las
cuestiones y su parcialidad de juicio, su subjetivismo y su dificultad para ver las
cosas en su conjunto y en relación con cada circunstancia, dificulta las relaciones
con los demás. Se hace enojoso, inadaptado y raro. Al sujeto le resulta difícil
mantener la continuidad, tanto de pensamiento como de acción y esta dificultad será
tanto mayor, cuanta más desigualdad de espacio, forma y movimiento presente el
grafismo, es decir, cuanto más alto sea el nivel negativo.
Cuando la escritura desligada o yuxtapuesta presenta signos de ligazón aérea y un
buen ritmo en el avance de los movimientos, es decir, con predominio de signos
positivos, el inconsciente interviene a cada momento aportando una influencia
benéfica, una comprensión intuitiva y eficaz de las cosas y de las situaciones incluso
una creatividad armónica, pues el inconsciente y la consciencia se compenetran
armoniosamente (recordamos, en este momento los grafismos de Bergson, de
Streletski, Severo Ochoa y Emilio Zola, entre otros).
De un modo general, la escritura ligada corresponde a un pensamiento
acostumbrado a la síntesis, a agrupar el mayor número de cosas en un solo orden.
La escritura ligada refleja un tipo de pensamiento en que el sujeto se fusiona con el
objeto, se identifica con él, lo ama como parte práctica y utilitaria que le reporta
beneficios y lo integra en una especie de canibalismo psíquico (introyección)
haciendo que forme parte de su vida. Ligar es unir una parte con otra, o un objeto
con otro, mediante una identificación y asociación, es participar, responder de
inmediato y sin reservas a los estímulos internos y externos que emanan del “sí
mismo” o de la percepción o contacto con cada persona, con cada objeto o
situación. El sujeto toma una actitud de fusión o acercamiento al “objeto”, por
afinidad o identificación, por empatía. Su posición ante la vida es extravertida,
obedece a sus impulsos primarios, pues ni encuentra temores, ni obstáculos, ni
detalles que le detengan o inhiban de cara a sus contactos con lo externo o a su
necesidad de poner en marcha sus ideas, sus deseos, sus necesidades vitales.
Por el contrario, la escritura desligada o yuxtapuesta, representa la existencia de un
todo en cada letra, en cada detalle de un objeto. Esto supone un pensamiento crítico
y analítico que obliga al sujeto a detenerse, a separar el objeto en partes para poder
comprenderlo. Desune o divide para experimentar, para estudiar en profundidad,
para asegurarse que no hay nada oculto o perjudicial que pueda poner al Yo en
peligro. Se detiene en los detalles antes de valorar el “conjunto”, lo que refleja una
actitud defensiva hacia su entorno. Esta actitud es la introversión de que nos habla
Jung y la secundariedad de Heymans-Le Senne.
No debemos confundir la escritura desligada con la escritura.”cortada”, donde las
letras aparecen seccionadas o divididas en trozos, como por ejemplo, las “m”
cortadas en tres trozos, las hampas cortadas en la cima, etc.. Según F. Lefebure,
estos cortes en el interior de las letras, son debidos a un inconsciente perturbador y
100
causa de angustia, de procesos inhibitorios, de hipersensibilidad y ansiedad. Los
cortes en las letras, son generalmente patológicos. Según el Dr. Streletski, se deben
a perturbaciones circulatorias (especialmente esclerosis cardiovascular). En otros
casos son producto de dudas, de fobias y temores neuróticos.
La escritura desligada está descrita más ampliamente en mi obra “Escritura y
Personalidad” (pág. 189 de la 8ª edición). Ver allí este término.
Se refiere este signo al débil espesor de los trazos de flexión o de norte-sur del
grafismo (fig. 213). El espesor normal del trazado oscila en torno al medio milímetro.
En ciertos casos, el espesor de los trazos puede ser irregular o alternativamente
nutrido y desnutrido (ver el artículo Desigualdades de Presión D14).
La delgadez y fragilidad del trazado, suele corresponder a sujetos con una vitalidad
débil, muy vulnerables a los cambios atmosféricos y a toda serie de cambios o
pequeñas anomalías en el entorno en que viven. No soportan fácilmente ruidos,
corrientes de aire, humo de cigarrillos y otros estímulos o fenómenos molestos para
su delicada hipersensibilidad. Son seres que, como flores muy delicadas, necesitan
un tratamiento y un acondicionamiento especial para no sucumbir, para no caer en
desmayos, para no sucumbir por efecto de conflictos, roces o circunstancias
adversas.
(N) La delicadeza extrema de estos sujetos, les lleva con frecuencia a la angustia, al
sobresalto, a las palpitaciones del corazón, al sobrecogimiento, al temor excesivo a
los acontecimientos adversos de la realidad. La debilidad e impotencia sexual es
frecuente en sujetos de escritura desnutrida. Se defienden con angustia histérica de
todo aquello que imaginan un riesgo o peligro para su seguridad o una amenaza
física o moral. El simple roce de una prenda de vestir sobre su delicada epidermis,
es suficiente para sentirse muy molestos y alterados y para quejarse amargamente
de los “cernícalos” que fabrican tales prendas.
“El individuo que se siente chasqueado, trabado o limitado por la serie de
reglamentos rígidos y molestos, que le obligan a soportar el triunfo de una moral
frustrante para su débil energía y resistencia, se desenvuelve en la vida como
aprisionado por su impotencia y en lucha contra la ansiedad, la incomprensión y el
rechazo, estado en que las limitaciones pueden producir y producen una actividad
más o menos compulsiva” (F. Lefebure, ver obra citada). (Para más detalles
interpretativos, ver escritura Tenue, en mi obra “Escritura y Personalidad”, 8ª
edición, página 99).
101
especialmente las mayúsculas y las letras de hampa y jamba. Unas letras son
pequeñas y otras altas en la zona media. La cohesión es irregular. Son frecuentes
los cambios de forma en el coligamento y las irregularidades en la presión (figs. 33,
49, 61 y 82).
(N) Embrollo y desorden en las ideas y en los sentimientos, confusión y nebulosidad
de pensamiento, juicios de valor falsos y muy subjetivos. Mala organización del
tiempo y de la actividad. Falta de formalidad y de ética en la conducta. Tendencia a
mentir, a exagerar, a dramatizar las cosas en exceso y sin ningún sentido de la
prudencia y de la medida de la realidad.
El sujeto, dice Torbidoni y Zanin, está “lleno de ideas y de iniciativas pero las
expresa de una manera desorganizada, sin orden y sin cohesión. Le falta el sentido
de la distinción y de la proporción. Pasa de un concepto a otro sin preocuparse del
lazo que puede existir entre ellos. No presta ninguna atención a la forma, al estilo, a
la precisión del lenguaje, a la organización ni al método. Aveces, sus ideas y sus
improvisaciones le impulsan a pronunciarse y actuar de forma desconcertante”. (Ver
la continuidad de la interpretación de la escritura desordenada en la obra de estos
autores).
Para que una escritura sea desorganizada, ha tenido que haber sido anteriormente
organizada. Para determinar las causas de la desorganización gráfica, pues, deben
tenerse muestras comparativas.
Cuando la desorganización gráfica se debe a causas esporádicas (tomar notas
rápidas de algo, escribir sobre una mesa que se mueve o bajo la presión de alguna
amenaza, escribir durante una tempestad, en montañas muy altas o en cuevas de
gran profundidad, etc.), los cambios del grafismo no se corresponden con
variaciones de la personalidad. Solamente señalan causas accidentales que influyen
sobre la motricidad, sobre el acto de escribir.
La desorganización del grafismo puede ser debida a múltiples causas, como pueden
ser: una mayor edad, los efectos de alguna enfermedad, de algún accidente que ha
repercutido sobre el cerebro o el aparato motor, las intoxicaciones por el abuso del
alcohol, de las drogas, del café, por los excesos de trabajo o excesos sexuales, las
pasiones mal controladas, las distonías nerviosas (contracciones, sacudidas,
temblores, retoques, etc.), la precipitación, el desorden moral, el periodo de la edad
crítica, el periodo menopausico, la decrepitud o vejez prematura, los grandes
traumas morales dolorosos, etc.
102
finales, a las barras de las “t” y a la puntuación y acentuación.
Podemos señalar como desproporciones las mayúsculas y hampas de la fig. 11; las
jambas, rasgos iniciales y finales de la fig. 12; los apoyos de la presión en la fig. 23;
los finales de palabra de la fig. 37; los inflamientos de los penachos de las “d” en la
fig. 75; la desproporción en la altura de la “M” y sobre todo la inflación de la “a” en la
firma de Manuel Fraga; los excesos dimensionales de las jambas en la fig. 162 y la
descomunal longitud vertical de la mayúscula inicial, de las “t” y resto de hampas y
jambas de la fig. 204, y la dimensión de los puntos y acentos en las figs. 96, 100 y
162.
(N) Toda desproporción es la imagen representativa de una hipertrofia distrofia del
juicio en la valoración del sí mismo o de las cosas. Supone un desarreglo o falso
concepto de la idea que tiene el sujeto de sí mismo o de algunas de las cosas que le
rodean, es la imagen de una mente apasionada, de un desequilibrio, de una
distorsión entre el pensamiento y la realidad.
El sentido psicológico de los movimientos desproporcionados, depende mucho de la
zona o zonas del grafismo donde se localizan las hipertrofias. Si se dan en las zonas
iniciales (fig. 187) reflejan, positivamente, el interés por todo lo histórico, por el
pasado individual o colectivo. La fig. 187, por ejemplo, corresponde a un excelente
historiador y periodista, al que se deben brillantes crónicas sobre la primera guerra
mundial y después, una “Historia Militar de la Guerra de España”, etc. Fue director
de la agencia EFE, director de La Vanguardia y embajador de España en
Whashington, en Santo Domingo, en la Argentina y en las Naciones Unidas, 1964.
Es el padre de José Mª. Aznar, Pte. del P.P.
En sentido más negativo, es la indicación de una autoilusión sobre la importancia del
Yo (falsa auto-imagen o imagen de sí mismo fantaseada), como es el caso de la fig.
188 : inicial del nombre sobrealzada e inflada, seguida de un pedestal sobre el que
coloca el resto del nombre.
La desproporción, cuando corresponde a los trazos finales, (figs. 90 y 93), el sujeto
fuerza la realidad, la deforma, la cambia, para poder llevar a cabo sus deseos, sus
caprichos, incluso atrapando o “reteniendo” las cosas o a las personas en un afán
de posesión exclusiva (ganchos o arpones en los finales).
En la zona inferior se fantasean las necesidades instintivas, supliendo con la
imaginación la insatisfacción, la impotencia o las tendencias inconscientes
reprimidas de los instintos.
Las desproporciones en la zona media afectan a la conducta en la esfera cotidiana.
Suelen presentarse, en forma de inflación, en las letras de óvalo (“a”, “o”, “g”, “d”,
etc.) y reflejan un aumento ilusorio o fantaseado de los contenidos emocionales, de
las reacciones de agrado-desagrado, referidas a las personas u objetos, situaciones
o circunstancias con las cuales el sujeto tiene contacto. Ver la inflación de la “a” de
“Manuel” en la firma de Fraga Iribarne, fig.111bis)
103
sin lazos, sin arcos, sin bucles, ni desproporciones o complicaciones que retarden,
traben o perturben su avance (figs. 29 y 96). La escritura dextrógira señala la
dirección del interés, predominantemente, extravertida. El sujeto encuentra su
satisfacción física, afectiva o espiritual en el contacto directo con el “objeto”. El
objeto puede ser lo mismo una persona, cualquier objeto físico, cualquier objeto
afectivo o espiritual, es decir, cualquier idea abstracta o concreta, cualquier proyecto
o creación al que se vincule.
Ana Teillard ve en este signo una libido en progresión. La vida es un continuo
movimiento hacia adelante, hacia el devenir. Aquél que vuelve hacia atrás o se
detiene, va en contra del mismo sentido de la vida o teme por ella.
De aquí que se interprete la escritura dextrógira como una facilidad para socializar
las tendencias, instintos y necesidades, los deseos y hasta los caprichos.
Esta sociabilidad fácil y espontánea genera hábitos de conducta abiertos y sinceros,
una franqueza y naturalidad feliz, una adaptación carente de ostentación y de
pedantería, es decir una gran sencillez de carácter, que no impide el cuidado de sí
mismo e incluso la elegancia moral.
La escritura dextrógira, tiene rara vez un sentido negativo, si nos referimos a la
marcha total de los movimientos hacia la derecha dentro de un ambiente armónico,
es decir, cuando no vemos discordancias, desproporciones chocantes,
desequilibrios de ritmo y otras anomalías (figs. 29, 96, 155 y 178). La escritura
dextrógira, se une generalmente a los signos de sencillez y simplificación. (Ver, para
más detalles, escritura progresiva, P17).
104
Tipo de escritura acerada en forma de dientes de jabalí, es decir, con trazos.
Pueden ser también acentos, que recuerdan los dientes de jabalí.
Esta forma de escritura acerada requiere, para su interpretación, tener en cuenta el
grosor, longitud, violencia y agudeza de los trazos. Puede significar un impulso
inconsciente a morder, desgarrar y destrozar (canibalismo primitivo), con la boca o la
palabra, no sólo los alimentos, sino también a las personas (agresividad oral sádica).
Para más detalles, ver Escritura Acerada A06.
105
mismo, sobre las cosas o sobre acontecimientos reales o imaginados. Esta
tendencia a fantasear, creativamente, será muy negativa, si el ambiente gráfico es
distorsionado o con gran nivel de signos negativos.
El lugar del espacio donde se abren o cierran las letras, especialmente las letras de
óvalo como la ”a”, “o”, “g” “d”, etc. tiene importancia, ya que expresa la actitud del
sujeto con respecto a la expansión de los sentimientos.
La abertura hacia la derecha y arriba (fig. 17) es un signo de expansión franca y
espontánea de los sentimientos. La abertura atrás y arriba (fig. 19), expresa una
franqueza prudente, reflexiva, cautelosa. La abertura excesiva en la parte alta de los
106
óvalos (óvalos en almena) refleja una expansión sin ninguna clase de reservas y
una receptividad total (tendencia a dejarse influir por los sentimientos y las actitudes
y las presiones de los demás). Los óvalos abiertos por abajo, en la base de las
letras (fig. 20) se ha interpretado siempre como fingimiento, insinceridad,
ocultamiento e hipocresía.
Así como la abertura corresponde a la expansión, el cierre de los óvalos coincide
con la reserva, la desconfianza, la ocultación o el disimulo. Equivale, según los
casos, a una boca cerrada, a un silencio que puede ser intrigante, malicioso o
intencionado. Los óvalos cerrados arriba y a la derecha, (fig. 22) son un indicador de
reserva, de prudencia. No se dice todo lo que se piensa o se siente. Se piensa lo
que se dice por alguna especie de temor, pero la actitud interna del sujeto no es
desleal o deshonesta, usa la sinceridad, la verdad reflexiva. El cierre por arriba y
atrás, casi siempre acompañado de un buclecito (figs. 23, 24 y 26), es indicador de
una reserva seguida de habilidad para decir y ocultar. En éste caso, la parte de
verdad ocultada, puede referirse a la tendencia a silenciar todo aquello no favorable
al sujeto o silenciar las intenciones que se desean ocultar.
Finalmente, la interpretación del cierre de las letras por abajo, en la base del óvalo,
depende de donde se inicie el movimiento y la dirección del giro que complementa
las letras. Si se inicia por abajo y el giro es hacia la derecha es una clara señal de
ocultamiento y de independencia. Si se inicia abajo y el giro es hacia la izquierda,
reflejará igualmente reserva, ocultación, insinceridad, pero con una actitud más
egoísta.
El egoísmo, el narcisismo y el egocentrismo se unen a la insinceridad, a la intriga, a
los silencios u ocultaciones maliciosas, a las insidias verbales, a la deformación de
la realidad para encubrir las intenciones ocultas, si los óvalos son en doble anillo, o
en nudo, en grafismos de nivel positivo bajo (ver las “d” de la fig. 174).
107
a las exigencias del entorno en forma conformista, si en el grafismo predomina la
forma sobre el movimiento; es controlada, reflexiva y dinámica, capaz de modificar lo
externo para adaptarlo a las propias necesidades y a las de la colectividad, si
predomina el movimiento sobre la forma.
Cuando las líneas son sinuosas, el exceso de vibración emocional, produce la
inestabilidad del ánimo, del humor y de la voluntad. El sujeto es permeable, se deja
influir por inhibiciones internas (temores, desconfianza, inseguridad, etc.) y por las
personas y acontecimientos externos. El avance del sujeto hacia el logro de los
objetivos deseados o hacia la realización de sí mismo, sufre los efectos de la
vacilación, de la indecisión, de la falta de confianza en las propias fuerzas para
enfrentarse con serenidad estable a las presiones de su medio ambiente. El sujeto
no ataca de frente las dificultades, los obstáculos u oposiciones, las evade o las
rodea.
En el caso de la escritura ascendente, hay que tener en cuenta la fuerza del
dinamismo, la tensión del trazado, su dimensión, su ritmo, la cohesión de los
movimientos, etc. Una escritura ascendente, con fuerte ritmo, presión y cohesión, sin
signos inhibitorios, señala un avance eufórico, emprendedor y triunfador del sujeto
que se siente con sobradas fuerzas y facultades para llegar a los objetivos deseados
e incluso para sobrepasarlos.
Ahora bien, un grafismo ascendente, lleno de inhibiciones, de irregularidades de la
presión, de la dimensión, de la cohesión, etc., no refleja otra cosa que un estado de
excitación, ya sea esporádico o temperamental, tras del cual puede haber un ánimo,
y una voluntad insegura.
La escritura descendente indica, en general, una situación desfavorable a las
necesidades (físicas, afectivas o espirituales) del sujeto. Puede deberse a una
disminución de las fuerzas vitales (estrés o fatiga física, enfermedad, traumas
afectivos o morales, pérdida de personas o de objetos amados, pérdida de empleo,
fracasos sentimentales, escolares o profesionales, etc.).
Todas estas situaciones son determinantes de un descenso en el tono del ánimo,
del humor y de la voluntad.
Los imbricados o escalonados en ascenso (palabras cuyas letras finales ascienden
por encima de la base de la línea) reflejan los intentos de freno o de control de la
excitación. Esta excitación puede ser de predominio físico, afectivo o espiritual,
según lo indique el conjunto del grafismo.
El signo contrario, los imbricados o escalonados en descenso, son un indicador de
lucha contra una situación desfavorable a las necesidades del sujeto que se niega a
aceptar o no quiere reflejar al exterior.
Las líneas en arco convexo (primero suben y hacia la mitad bajan), parecen ser un
indicador de sujetos que inician objetivos llenos de entusiasmo de fervor y de
confianza en sí mismos, pero a medida que van surgiendo dificultades, problemas u
obstáculos en la realización de los objetivos, van perdiendo empuje, ilusión y
renovación del esfuerzo, sin que, a veces, lleguen a alcanzar de manera completa el
objetivo en su totalidad (ver fig. 39e).
En el caso de las líneas en arco cóncavo (primero bajan, luego suben, (fig. 39f), el
sujeto inicia con cierto temor, desconfianza o falta de entusiasmo, los objetivos
deseados y, a medida que se va dando cuenta que las dificultados son menores de
lo que imaginó en principio, se va animando y termina por lograr las metas
108
deseadas.
109
trompicones por la vida. Supone una falta de orientación, una vacilación constante,
un “no saber qué hacer” o “no saber a qué atenerse” o dicho de otra manera, el
sujeto, ante los problemas, se siente como obnubilado, como andando entre nubes,
sin ver claro, no sólo el camino a tomar, sino también la posibilidad de alcanzar los
objetivos deseados. Este desconcierto interior, puede ser patológico.
110
La discordancia en la inclinación (zona media de la fig. 182 y el contraste de
inclinación firma-texto en la fig. 113, también en la firma de Gamal Abdel Nasser, fig.
114a), suelen presentarse con alguna constancia, es decir, suelen ser frecuentes,
sobre todo en la edad crítica, en la adolescencia, en la edad menopáusica, en las
post-operaciones quirúrgicas, en los estados de fatiga, en los divorciados y en la
vejez.
Este signo es un indicador de ambivalencia, de dificultades de vinculación afectiva,
sea por el despegue del complejo de Edipo (etapa de transición en donde el niño,
vinculado amorosamente a la madre, cambia de objeto de amor al empezar a
convertirse en adulto e interesarse por las chicas en la llamada “edad crítica”); sea
por sentimientos de fracaso sentimental (personas divorciadas); por sentimientos de
duda en cuanto a la aceptación por otro, o por otros; sea por tener padres o
hermanos brillantes o famosos que crean al sujeto complejos de inferioridad y duda
sobre sí mismo; por sentimientos de pérdida de atractivo o de interés (como a veces
ocurre a las mujeres embarazadas entradas en el periodo menopausia).
Esta ambivalencia puede producirse también al salir de operaciones quirúrgicas, por
vejez prematura, por cansancio físico, que produce retracción, etc. Sea por la causa
que fuere, la inclinación discordante afecta a las relaciones afectivas entre el Yo y el
Tú. Si es un signo muy marcado, puede ser patológico. En cualquier caso, afecta
también al normal desarrollo de la actividad sexual.
Para una mayor complementación del signo, ver escritura encabritada, E02.
Intento de ocultación o disfraz, con fines no siempre honestos, de los rasgos propios
o habituales de la propia escritura. En casi todo disfraz o camuflaje se emplean
escrituras-tipo contrarias a las habituales, por ejemplo, si el sujeto tiene una
escritura inclinada, procura invertirla; si es pequeña, la hace grande; si es cursiva, la
hace tipográfica, etc.
Este camuflaje o disfraz de la propia escritura, puede obedecer a diversas causas,
desde una simple comunicación humorística o inocente de cualquier sujeto alegre y
mistificado, hasta la falsificación hábil con fines criminales, pasando por el envío de
mensajes anónimos.
En la mayor parte de casos, el disfraz de la propia escritura, es un acto de
ocultación innoble, parecido al del sujeto que tira una piedra para herir a otro y
oculta la mano para no descubrirse. El objetivo más frecuente, en los anónimos, es
un deseo de venganza por celos, envidia, por desquite de algún mal recibido o por
cualquier otra causa que ha lesionado o lesiona el amor propio. El anónimo, supone
siempre una actitud cobarde en la que, a veces, se ocultan también deseos
sexuales incontestados e inconfesables.
El análisis de este tipo de grafismo, afecta por igual al grafólogo y al perito calígrafo
y, muchas veces, a la policía y a los jueces.
D38 - DISGRAFÍA:
111
Las distrofias son trastornos o alteraciones patológicas que se producen en el
grafismo a causa de lesiones orgánicas, como en la afasia o a causa del
embotamiento de la inteligencia, como ocurre en la demencia, en los estados de
estupor o en los olvidos del lenguaje escrito por efecto de la psicastenia, etc.
Las disgrafías son producidas, a veces, por sujetos portadores de alguna tara
genética patológica que ha afectado en el cerebro al centro productor del lenguaje
escrito (descendientes de sifilíticos, de alcohólicos, de dementes o de algún otro
estigma degenerativo).
Las disgrafías, pueden producirse por efecto de la vejez prematura de
enfermedades que han afectado a la memoria del lenguaje escrito y a la
psicomotricidad.
No podemos ofrecer, desgraciadamente, ningún ejemplo gráfico.
Los movimientos de flexión (sobre todo las hampas) acusan una fuerza tensional
inflexible (trazos muy rectos y bien apoyados) terminando con base angulosa (figs.
28, 70, 146 y 208k, m y n).
La escritura dura coincide muy frecuentemente con la escritura angulosa y de líneas
rígidas, con una dimensión e inclinación muy regular y una presión fuerte e inflexible
en los movimientos de flexión.
En sentido general, la escritura firme-dura suele ser la expresión gráfica de un
“blindaje” acompañado de actitudes inflexibles y de una resistencia defensiva dura
que no cede a la sensibilidad de las pulsiones instintivas, a los consejos o
sugerencias de otros e incluso a las demostraciones palpables de un error personal
comentado por otro.
El comportamiento del sujeto, en aquello que no coincide con su postura rígida, con
sus dogmas o principios inflexibles (Super-Yo tiránico) es el de un rechazo
obstinado, el de una tozudez y terquedad obsesiva que no cede a razones o a
criterios basados en el sentimiento.
Detrás de esta rigidez obsesiva hay una potente sexualidad bloqueada. Las
pulsiones sexuales, se liberan a través de la agresividad. La excitación o energía
que no puede descargar el sujeto mediante un orgasmo pleno, se convierte, según
el Dr. Lowen, “en una fuerza perturbadora dentro del organismo. Como
consecuencia, se genera esa ansiedad flotante que puede excitar al corazón
produciendo palpitaciones, o sensación de hormigueo en el vientre y otros síntomas
corporales”.
En el terreno psíquico, la rigidez propia de un Super-Yo tiránico, puede generar
sentimientos de culpabilidad, ya que la falta de una satisfacción sexual adecuada,
hace que el sujeto se sienta mal, pecador o culpable y, a veces, proyecte sobre los
demás estos mismos sentimientos.
(P) En un grafismo con buen nivel positivo, la firmeza no alcanza la rigidez y
rigorismo estrecho de un Super-Yo tiránico, sino que mantiene las posturas y no
cede fácilmente a aquellas presiones o exigencias que son contrarias a sus
convicciones y a sus principios morales. El sujeto mantiene sus posturas con
dignidad, pero aceptan que existan otros criterios diferentes a los que él mantiene,
aunque no los siga. No obstruye la libertad y voluntad de los demás, mientras el
112
comportamiento de otros no lesione sus intereses o intenten imponer injusticias. El
sujeto es respetuoso con los derechos de los demás y con lo que es de los demás.
(N) Predominio de las propias ideas, sin preocuparse de las necesidades deseos o
apuros de otros (fallos de adaptación por egoísmo, por canibalismo, por
egocentrismo). Poca sensibilidad para captar los sentimientos del prójimo. Dureza
en el comportamiento. El sujeto niega la necesidad natural de dar y recibir, sobre
todo la de “dar”. Como consecuencia de la rigidez y el egoísmo, la defensa del
sujeto toma la vía del orgullo, de la altivez, del desprecio y de la crítica agresiva,
reduce su respiración, su captación de sensaciones y, sobre todo, la capacidad de
expresión emocional, es frío e insensible, es un mal compañero amoroso, exige
mucho y da muy poco.
113
Gobineau, denominado movimiento “cabré” (que traducimos por “encabritado”). Se
trata de un movimiento vivo, pero frenado y echado hacia atrás, orientando los
trazos “hacia arriba” y en inclinación recta o invertida. Es como si el autor viera de
repente un peligro o la dificultad para avanzar, dando la impresión de un caballo
frenado por una brida. La fisonomía de ésta escritura es la de letras más o menos
invertidas (regresiones bruscas) en un contexto más bien vertical; finales unos
lanzados y en diagonal y otros contenidos; la letra “r” con final ascendente, en forma
de ala; barras de las “t” y otros gestos en diagonal; letra “d” al revés”. En la fig. 106a,
podemos ver varios gestos encabritados, especialmente en las “a” y en la “t” de
“simpatía”.
La escritura encabritada es un indicador de “actitud de desconfianza defensiva;
actitud de desafío (el sujeto siempre va contra algo); sensación que sus
motivaciones están siendo frenadas y que tiene que ir derribando muros”.
“Esfuerzo para controlar la insatisfacción afectiva. Dificultad de adaptación a causa
de producirse, a la vez, los rechazos y la avidez afectiva. Indica también esfuerzo
para triunfar. Polemismo más o menos exteriorizado (tendencia a la protesta).
Reacciones preocupantes y de oposición”.
“Dentro de este tipo de grafismo, pueden darse casos de abnegación (movimiento
inverso), pues, como decía Jung, cuando la conciencia toma una actitud exagerada,
en el inconsciente existe la tendencia contraria con igual o más fuerza. Por eso, no
será raro observar en los sujetos con éste tipo de grafismo, las actitudes
benevolentes en contraste con descargas agresivas motivadas por mecanismos de
defensa de tipo reactivo”. (Jaime Tutusaus).
Escritura tipo introducida por el Dr. Gille-Maisani referida a los enrrollamientos de los
óvalos de las “a”, “o”, “g”, “d”, etc. que se dibujan en doble anillo (figs. 24 y 25). Se la
denomina también escritura anillada, rellenada o “jointoyée”.
Es un signo que, positivamente, refleja la habilidad para presentar las cosas por el
lado que van a gustar (habilidad para negociar), pero que con un nivel negativo, más
o menos alto, debe considerarse como falsedad, capacidad para ocultar, deformar,
intrigar, maquinar y rodear las cosas de misterio para obtener alguna ventaja,
beneficio o placer, de impresionar o sorprender a los demás, a veces con insidias o
falsedades que perjudican a otros. En cierto modo, el sujeto que rodea los óvalos en
doble anillo, desea dominar por la astucia o falseándolas cosas, tanto más si éstos
movimientos regresivos son cubrientes, es decir, si recubren el trazado anterior
montando uno sobre otro.
114
movimientos circulares o centrípetos en torno a los trazos iniciales o finales de las
mayúsculas o de otras letras o partes de letras, en la firma y rúbrica (figs. 57a y b,
111a, 186 y 220).
La interpretación depende de la zona o zonas donde se presenta el signo y de su
grado de complicación. Generalmente se trata de una fijación narcisista al propio Yo
del sujeto, con las derivaciones psicológicas correspondientes: amor exclusivo a sí
mismo. El sujeto puede proyectar su propia imagen sobre un amigo, sobre un
personaje famoso que, de acuerdo con su cultura y preferencias, lo mismo puede
ser un deportista, un astro de la pantalla o un héroe de novela, como es el caso de
Erle Stanley Gardner (fig. 111a), creador del famoso Perry Masson, descubridor de
todo tipo de intrigas, crímenes y de delincuentes con la eficacia de un superhombre.
La fantasía y la irrealidad, pues, participan en este tipo de escritura. Para más
detalles, ver escritura complicada, C29.
115
E05 - EQUILIBRADA, Escritura:
Entendemos por escritura equilibrada, aquella que presenta una buena armonía
equilibrio en los tres grandes aspectos del grafismo: movimiento, forma y espacio.
Por ejemplo, en la fig. 92, aunque la dimensión sea reducida (escritura pequeña)
hay un buen equilibrio entre la forma y el movimiento y entre éstos dos aspectos y el
espacio ocupado por letras, palabras y líneas. Este equilibrio y armonía no lo
impone una voluntad rectora y directora (escritura regular o regularizada), sino que
es ya un hábito que no requiere una especial atención o esfuerzo de la voluntad,
surge de manera semiautomática y por efecto de un hábito estético.
(P) La escritura equilibrada es el producto de un equilibrio, en el sujeto. de las
funciones físicas, psíquicas y mentales, es lo que Freud designaba como “principio
de constancia”, el “nivel de forma y de ritmo” de Klages y el concepto de “armonía”
de Crepieux-Jamin.
Cuando hay un equilibrio entre las tendencias, instintos y necesidades del sujeto y
las exigencias del mundo exterior, sin que exista pasividad aceptación sin
condiciones; cuando la adaptación no rompe con las convicciones morales y
estéticas y el sujeto no sufre represiones violentas o excitaciones emotivas altas;
cuando el nivel de actividad es más alto o parejo al nivel de emotividad, puede
decirse que existe equilibrio y que éste se transmite a la propia escritura
Para una mayor comprensión de la escritura “equilibrada”, ver en la obra “Escritura y
Personalidad”, páginas 136 y 137, lo expresado en el subaspecto “Estética”.
Si tenemos en cuenta que la vida se desenvuelve entre dos fuerzas independientes
y a menudo contrarias: las pulsiones individuales y las exigencias o condiciones
impuestas por el entorno, el equilibrio supone una buena entente (adaptación) entre
una y otra, fuerza. Si predomina una fuerza sobre otra, generalmente se rompe el
equilibrio. Cuando predominan las pulsiones individuales, el sujeto intenta imponer
su ley sobre el entorno para adaptarlo a sus necesidades, lucha para poner el
entorno a su servicio. Aunque ellos digan lo contrario, es el caso de los políticos.
Cuando la presión del entorno puede más que las pulsiones individuales, el sujeto
se defiende, se introvierte, se retrae. Cuanto más fuerte es el predominio de una
fuerza sobre otra, el desequilibrio puede ser tanto mayor. Para medir el grado de
equilibrio o de desequilibrio reflejado en el grafismo, disponemos del “Método Vels
de Grafoanálisis”. A través de los porcentajes positivo-negativos, del nivel de
emotividad y de actividad y, sobre todo, de los porcentajes de tensión-dureza de la
escala de Pophal, el “Método Vels de Grafoanálisis” evidencia el grado de equilibrio.
La escuela morettiana considera la escritura equilibrada como una buena proporción
en la anchura y altura de las letras en las palabras, entre palabras y entre líneas (ver
“Grafología”. Tratado teórico práctico”, páginas 113 y 114, Ed. Tantin, Santander,
1992).
Las líneas tienen una dirección en escalera a causa que las letras en los finales de
palabra suben (figs. 117b y 213).
(P) Freno consciente de los estados de tensión o excitación. El sujeto desea
116
moderar sus reacciones de cara al exterior, no quiere cometer imprudencias o actos
contrarios a su imagen-guía, a su deseo de hablar u obrar con corrección. Este
constante freno, puede perjudicar la iniciativa emprendedora, el espíritu de lucha
contra las dificultades y la capacidad realizadora del sujeto, si el escalonado en
ascenso de las palabras va seguido de importantes signos de inhibición, como
pueden ser los cortes en la cohesión, los movimientos en suspenso, el acortamiento
o supresión de los trazos finales, los encabritamientos, etc.
No olvidemos, como aclaración a esto ultimo, que para frenar o retener los estados
de tensión o excitación, el sujeto debe emplear un buen caudal de energía, hecho
que restringe la fuerza expansiva y realizadora del sujeto, disminuyendo más o
menos su eficacia de cara al exterior en su constante retorno sobre sí mismo.
Los finales de palabra bajan, sin que necesariamente baje la línea (figs. 29, 42 y 52).
Lucha de la voluntad contra el desánimo, contra la fatiga o cansancio, contra los
aspectos desfavorables de la vida, contra los contratiempos, los fracasos sufridos o
contra alguna enfermedad.
Esta lucha puede pasar de la tenacidad a la obstinación sombría y sin esperanza,
según se presente el ambiente gráfico.
(Ver también en desigualdades de dirección el artículo, D09).
En la distribución del texto (entre palabras y entre líneas), predominan los espacios
en blanco en comparación con la masa gráfica (figs. 95 104, 105 y 107). El signo
contrario sería la escritura concentrada (figs. 18, 27, 31 y 61). No se debe confundir
la escritura espaciada con la escritura extensa o amplia. El espaciamiento de las
letras en las palabras (fig. 144a) es un signo de expansión, de extroversión,
mientras que el espaciamiento de las palabras y de las líneas (figs. 41, 95 y 104),
corresponde a actitudes predominantes de silencio, de introversión, de
distanciamiento del “objeto” (desamor, represión de la ternura).
Aclarado este punto, el predominio de los espacios en blanco sobre el texto
corresponde, generalmente, a los silencios que separan las frases habladas (Gille-
Maisani - “Psicología de la Escritura”), Ahora bien, éstos silencios pueden ser
reflexivos, defensivos o de tipo autista y pueden también reflejar la tendencia a
compensar las vivencias de frustración amorosa de la infancia, en forma de un “si
mismo” narcisista y megalómano. Todo depende de las dimensiones y del
dinamismo del gesto gráfico en su conjunto.
Teóricamente, cada persona establece un espacio de aproximación o separación
entre ella y sus interlocutores. Esa distancia se acorta se alarga, de acuerdo con el
deseo o rechazo de contacto físico que se tiene cada sujeto con la persona con la
cual se habla.
Esta actitud conductual de proximidad o distancia en las relaciones ha sido
estudiada ampliamente por los norteamericanos, especialmente por el Dr. Hall en su
117
obra “The Silent Language”. Entre los americanos, la distancia de separación
adecuada para reñir, hacer el amor o conversar es aproximadamente de 45 cm.
(para los europeos mediterráneos esa distancia es menor). Según Hall, citado por
Flora Davis en su obra “La comunicación no verbal” (Alianza Editorial, Madrid, 1983),
a la distancia indicada, las personas se comunican, no sólo por medio de las
palabras, sino también por el tacto, el olor, la temperatura del cuerpo, el ritmo
respiratorio, etc.
De acuerdo con ésta teoría, la persona que espacia las palabras y las líneas más de
lo normal, establece una distancia de “no contacto”, de “no aproximación” por
diversas causas, entre las que puede estar la actitud de defensa de la propia
intimidad, la repulsión, el rechazo, la inseguridad, el miedo al fracaso, una
sexualidad reprimida, etc.
El espaciamiento se debe a silencios reflexivos cautos o prudentes en el caso del
autor de la fig. 95, cuyo grafismo refleja una inteligencia brillante y despejada, con
función pensar introvertida.
El espaciamiento se acerca más a la soledad, a la poca comunicación, cuando
dominan los signos de lentitud, de inhibición, de inversión y de dificultad en la
cohesión de las letras en las palabras (fig. 86).
En ciertos casos de escrituras lentas y con signos epileptóides, los espaciamientos
excesivos entre palabras y los lapsus de cohesión suelen indicar ausencias o
suspensiones bruscas de la actividad mental durante unos segundos en que la
conciencia queda en blanco.
El predominio del espacio entre palabras y líneas en una escritura alta, grande,
sobrealzada, estilizada y dinámica, puede reflejar la tendencia a distanciarse de
personas triviales, vulgares o de un rango inferior al que se cree estar, lo que no
deja de ser una actitud de orgullo más o menos narcisista y paranoide.
(P) Con buen nivel positivo, señala la corrección de modales, la discreción en el
modo de hablar y actuar, así como la capacidad para elaborar y planificar proyectos
a mediano y largo plazo.
Con una escritura muy pequeña, inhibida y apretada, la tendencia al silencio y a la
soledad puede coincidir con una actitud autista. El sujeto, en este caso, rechaza
más o menos el mundo que le rodea y se refugia en el castillo de su propia alma,
abstrayéndose en sus propios pensamientos. Vive integrado en su mundo interno
lleno de deseos, angustias, sensibilización y fantasía. Dentro de su castillo
imaginario y fantasmagórico, construye sueños, fantasías, utopías, que son para él
sus únicas realidades. La actitud del sujeto autista es siempre incomprensible para
las personas normales. Cuando el autismo no es muy intenso, suele ser la
consecuencia, en las mujeres, de un embarazo no deseado.
El tema del espacio entre letras, palabras y líneas es uno de los aspectos mas
interesantes de la grafología morettiana. Ver en éste sentido el tratado de Torbidoni
y Zanin “Grafología. Teoría y práctica”, Ed. Tantin, Santander, 1991 y “Segni del
vissuto”, del Dr. Cristofanelli, así como otras obras de Silvio Lena, Palaferri, etc.
La grafóloga alemana Avé-Lallemant, ha estudiado profundamente los disturbios del
espacio gráfico, como “signos de alarma”, en la versión francesa de su obra
“Comment interpreter l’écriture de vos élèves”, Ed. Bordas, París, 1987.
118
La ocupación de espacio en cualquier zona está en relación con la auto-imagen
(mayúsculas), con el pasado personal (zona inicial), con la capacidad de expansión
del impulso realizador (zona final) con la fuerza, vigor o fantasía de las pulsiones
instintivas (zona inferior) y con la magnitud de los deseos espirituales y de la
ambición de “ser”, de “poder” y “dominación” (zona superior).
La auto-imagen se sobrealza sobre la realidad (orgullo) cuando las mayúsculas
superan la longitud vertical normal (fig. 11); expresan modestia, humildad, sencillez
o sentimientos de inferioridad, cuando su altura está por debajo de lo normal (figs.
105 y 114f); se fantasea sobre la propia importancia y se sueña con ser un héroe o
personaje fabuloso, cuando las mayúsculas se hinchan y sobrepasan
desorbitadamente las dimensiones normales (fig. 57a).
El sujeto vive vinculado al pasado y se interesa por todo lo histórico cuando las
zonas iniciales se alargan más de lo normal (fig. 187); invade su entorno, e intenta
imponer sus deseos o exigencias inmediatas, cuando los trazos finales y las barras
de las “t” se desproporcionan en su longitud horizontal (figs. 70, 90, 93 y 154); es
cauto, prudente y respetuoso con la personalidad ajena, incluso se inhibe en
presencia de otros, cuando los trazos finales se acortan o se suprimen (fig. 153 y
213).
Las pulsiones instintivas son fuertes y dinámicas, cuando las jambas tienen buena
longitud, dinamismo y presión y se ligan a la letra siguiente (ver “y” de “suyo” en la
fig. 108). La líbido se explaya mediante la fantasía en ensueños representativos,
cuando la inflación de los bucles es exagerada (figs. 110, 123 y 127); refleja
problemas de debilidad sexual, cuando las jambas se acortan, se debilitan y el bucle
de ascenso se pega, sin continuidad, al movimiento de bajada.
Finalmente, cuando las jambas se complican con movimientos, a la vez curvos y
angulosos, desproporcionados y discordantes (figs. 82 y 126a), las perversiones
sexuales pueden estar presentes.
La inflación de los óvalos de las letras “a” y “o”, en las “d”, “g”, etc. en desproporción
con el resto de letras de la zona media, son un indicador de fantasías, de
embolados, de engaños al sentimiento de otros, de exageraciones y
dramatizaciones verbales sobre hechos que no tienen más importancia que la
normal (ver la “a” de “Manuel” en la firma de Fraga, fig. 111 bis). Este signo y la
escritura filiforme suele ser muy frecuente en la escritura de los que se dedican a la
política. (Para más detalles, ver mi obra “Grafología estructural y dinámica. La
interpretación psicológica de los signos gráficos por zonas”).
119
llamar la atención adoptando formas exhibicionistas histeróides (ver el término
“histérico” en el Diccionario).
El sujeto tiene tendencia a sorprender a su entorno adoptando posturas
contradictorias, amaneramientos, haciendo parodias, escenas chocantes,
insinuaciones o provocaciones atrevidas a menudo con falta de pudor y de recato. Si
se trata de una mujer, intenta lanzar mensajes físicos destinados a despertar la
sexualidad, destacando con audacia el peinado, los pechos o las piernas. Es como
si quisiera ir diciendo : “soy una mujer apetitosa, poséeme”, aunque a la hora de la
verdad, el mensaje resulte falso, frustrante o degradante. Y es que, éste tipo de
personas, son más voluptuosas que realmente sensuales o sexuales, sólo se
complacen en excitar para dominar la atención de los demás, para ejercer “dominio”
de algún modo.
Cuando estos apoyos espasmódicos o fusiformes se presentan solo en la zona
superior, pueden reflejar la tendencia a los éxtasis místicos como sublimación de las
apetencias instintivas, como ocurre en algunos religiosos. En mi obra “Escritura y
Personalidad” hay algunos ejemplos de este tipo, (ver las escrituras de religiosos).
La escritura espasmódica puede ser, a veces, un indicador de perturbaciones
funcionales como pueden ser los trastornos glandulares en la edad crítica, los
espasmos viscerales (corazón, hígado, intestinos, etc.), así como efectos del
alcoholismo, de las drogas, de la vejez prematura e incluso de la menopausia mal
aceptada.
120
Finalmente, la fig. 45, que corresponde al escritor Sebastián Juan Arbós, la
estabilidad se debe a un proceso de orden y raciocinio propio de un introvertido muy
evolucionado.
Las letras se estrechan de modo que predomina la altura sobre la anchura (figs.
121
97a, 103, 106, 120 y 187). No se debe confundir la escritura estrechada con la
escritura apretada. En la escritura estrechada la estructura de las letras mayúsculas,
de las hampas y de las jambas es alargada y estrecha, pero puede haber un
espacio normal entre una letra y otra (fig. 103). En la escritura apretada lo que se
estrecha es el espacio entre letras (figs. 44, 48, 52 y 79), aunque ambas escritura
tipo suelen darse juntas.
La escritura estrechada responde, en general, a un mecanismo de defensa contra
las vivencias de sufrimiento, culpabilidad o peligro. Es un reflejo condicionado de
encogimiento frente al dolor físico o psíquico, frente a un complejo de culpabilidad o
frente a la representación objetiva o subjetiva de algo que puede frustrar o
amenazar al Yo y despierta vivencias emociónales relacionadas, inconscientemente,
con el pánico o el displacer. Es una expresión de “retraimiento”, de inhibición o
temor. También puede señalar la vertiente antagónica de una vivencia impulsiva
reprimida. Ver también óvalos estrechados, O14.
A esta actitud de “encogimiento” se le pueden asignar los siguientes significados:
Falta de confianza en sí mismo frente al entorno o frente a las circunstancias
actuales y, como consecuencia, los signos de temor, timidez, retracción,
desconfianza, culpabilidad e inseguridad, y toda clase de complejos psico-afectivos
derivados de mecanismos de defensa del Yo, del Super-Yo y del ideal del Yo.
Este mecanismo psíquico de defensa, supone la debilidad del Yo en determinadas
circunstancias en que el individuo no se siente seguro. Tanto la escritura estrechada
como la apretada, tienen parecido significado psicológico ya que obedecen a una
actitud de opresión de sentimientos y tendencias, a un temor, a una falta de libertad
expansiva de las emociones y de los deseos: timidez, cortedad, inhibición. El origen
de muchas de éstas actitudes, puede estar en la dureza o en la excesiva indulgencia
de los padres (complejo de desamparo) de la primera infancia del sujeto. La dureza,
según Schultz-Hencke, provoca angustia, temor al castigo directo o pérdida del
amor. La excesiva indulgencia, conlleva también angustia e inseguridad ante la
dureza del mundo.
El sujeto busca, en todo momento, permanecer al abrigo de todas las contingencias.
Tiene un exagerado temor al fracaso y al ridículo, a dejar su Yo maltrecho en
cualquier lucha o competición con los demás. Se introvierte y rumia en su interior
cada una de las experiencias que ha tenido, incluso en su propio ambiente íntimo.
En ocasiones le sobran méritos y conocimientos para optar a cualquier cambio en su
vida, pero si carece de apoyos en qué basarse, suele renunciar a una mejora antes
de exponerse a un fracaso o quedar en ridículo. Su Yo padece una timidez revestida
de orgullo que sólo le sirve para quedar coartado, bloqueado o indeciso frente a
determinadas eventualidades. La escrupulosidad, el orden, la puntualidad, la
economía, la tenacidad y el ahorro son las notas clave del carácter.
En ciertos casos de personas muy hipersensibles (fig.147), se desvía la fuerte
necesidad expansiva hacia una defensa y una represión intensas. (Ver, para más
detalles, el “tipo anal” en mi Diccionario y los mecanismos de defensa en mi artículo
del boletín nº 6 de la A.G.C.).
122
Es un tipo de escritura donde la fuerza, dinamismo y expansión de los movimientos
acusan una brusquedad y violencia exageradas. Para sacar un símil, diríamos que
se parece a una corriente de agua torrencial cuyo cauce está lleno de recodos y de
obstáculos que tiende a saltar y arrollar (figs. 33, 37, 114d y 140). En un sentido más
positivo la escritura de Fontenay es también explosiva (fig. 96).
La escritura explosiva es un indicador de mala regulación de las pulsiones instintivas
que producen un estado de excitación y descarga violenta de fuertes caudales de
energía sin controlar. Esta fuerza torrencial tiende a arrasar toda oposición,
resistencia, negación u obstáculo sin ningún grado de consideración, de freno o de
paciencia. Frente a la contrariedad, el sujeto explota y saca su carga molesta de
excitación, aunque a posteriori pida disculpas o intente justificarse. Suele ser un
síntoma claro de tendencias epileptoides. Una vez que Caín se descarga, puede
convertirse en Abel, hablando en la jerga szondiana.
La personalidad del sujeto con escritura explosiva, suele coincidir con un
temperamento super vital, con gran fuerza creativa y realizadora, generalmente
bilioso-sanguíneo-nervioso. La crisis nerviosa suele actuar en forma de espoleta que
provoca la explosión. Han tenido escritura explosiva grandes personajes de la
Historia: Napoleón, Beethoven, Bismark, Kennedy, Stalin, Toscanini, entre otros.
Decimos que una escritura es extensa cuando la anchura de las letras, en la zona
media, sobrepasa la altura (figs. 10, 58, 65, 70, 90 y 98). La amplitud corresponde
más bien a la anchura de las mayúsculas, de las letras de hampa y jamba y de los
finales.
Así como las escrituras apretada y estrechada corresponden a las características
psicológicas de los tipos anales e introvertidos y tienen como expresión física el
encogimiento, la retracción, las escrituras extensas y amplias son un indicador de la
extraversión, de la actitud oral y tienen como expresión física la expansión libre y
abierta de los gestos, la comunicación, la sintonía fácil con el entorno. De aquí la
capacidad para entablar relaciones y participar en tareas sociales o de comunidad.
123
Como la extroversión es un campo psicológico muy amplio, conviene ver otros
aspectos del grafismo para matizar el significado de cada grafismo extenso. Por
ejemplo, la actitud vital extravertida del autor de la fig. 54, no es la misma que el
autor de la fig. 58. El primero se extravierte por el pensamiento y la intuición y
desarrolla una actividad creativa como guionista de películas. El segundo es un
relumbrón que arrastra su vanidad por las reuniones sociales y no crea nada, pero
habla superficialmente de todo. Es un extravertido por la sensación y su tendencia
es la de gozar físicamente todas las sensaciones.
El ancho de letra en la grafología morettiana está en relación con el grado de
capacidad para afrontar la visión panorámica de los hechos y de las cosas, El sujeto
no se limita a apreciar unos cuantos aspectos, sino que intenta profundizar y sacar
conclusiones generales y universales de sus observaciones. Sin embargo, como
hemos visto más atrás, éstas interpretaciones pueden tener bastantes matices,
según el grado de posibilidad del grafismo. Ver para más detalles la obra de
Torbidoni y Zanin “Grafología. (Texto teórico práctico”, páginas 96 y siguientes, Ed.
Tantin, Santander, 1991).
Las letras, en la zona media, pierden su estructura natural y son sustituidas por una
especie de hilo que se desenrolla, Ver como ejemplo las siguientes figs. 81d, 106e,
139 y 179. La filiformidad afecta, principalmente, a las letras “m” y “n”, pero puede
extenderse al resto de las letras de la zona media (fig. 179).
La “forma”, como dice Aristóteles, expresa lo que hay de más constante en la
naturaleza de los seres y de las cosas. Desfigurar o deformar las letras hasta
hacerlas irreconocibles, sustituyéndolas por una especie de hilo desenrollado,
señala una actitud poco concreta, una imprecisión, una simplificación dubitativa, no
siempre noble en el lenguaje escrito. Todo cuanto hace dudar es una lesión a la
evidencia.
El empleo del trazado filiforme, puede tener dos sentidos muy diferentes: a) el de
abreviar y simplificar la escritura para avanzar más rápidamente, y b) la intención
premeditada de oscurecer la comunicación o mensaje escrito, es decir, la intención
consciente de no dejarla comunicación o mensaje suficientemente claro, para poder
transformar a posteriori su sentido, según la propia conveniencia.
Por tanto, el movimiento filiforme responde a las siguientes notas clave en la
conducta: a) simplificar para avanzar; b) flexibilizar para eludir o evadir
responsabilidades directas o tomar posiciones firmes; c) negación o reinterpretación
de los hechos como mecanismo de defensa de sentimientos de inferioridad,
sentimientos de culpabilidad, distímias depresivas o agresivas, etc. propias de una
actitud interna de inseguridad.
La escritura filiforme, puede ser también un medio al que se recurre para anotar algo
rápidamente, sin otras consecuencias éticas o morales. como son, por ejemplo,
los apontes de clase o notas tomadas por teléfono.
Cuando hay una actitud flotante: el sujeto trata de evitar posibles responsabilidades
cargándolas a otros o al destino (actitud simbiótica), que adoptan también los
sujetos que asumen responsabilidades sin encargo previo. Esta actitud flotante que
124
elude o evade la aclaración o solución de problemas, sean éstos objetivos o
interhumanos, significa que el sujeto tiende a sobrestimar las propias capacidades y
tiene miedo a la confrontación, o que se descubra su inoperancia..
En la actitud del “Yo valgo - Tú no vales” del Análisis Transaccional,. el sujeto puede
asumir, de forma aparente, ciertas responsabilidades en un afán de significarse, aún
sabiendo que hay otros que pueden asumirlas con mayor eficacia que él. Este es el
caso de los sujetos que recurren a la negación o reinterpretación de la realidad
porque desean mantener la imagen de sí mismos que se crearon en la infancia de
ser niños listos que todo lo saben...
Este tema de los trazos iniciales y finales ha sido tratado con bastante profusión en
mi obra “Grafología estructural y dinámica”, por lo que solamente haremos mención
aquí, brevemente, a algunas modalidades: Los finales en las palabras son un
indicador del modo de contacto del sujeto con el “objeto” (persona o cosa que tiene
125
delante, es decir, lo más próximo a él físicamente). Los finales de palabra expresan
el modo como se comporta el sujeto cuando se enfrenta con el entorno para
alcanzar los objetivos deseados.
Partiendo de este postulado, es fácil deducir que los finales cortos, inhibidos o
suspendidos (figs. 95 y 122), reflejan una actitud interna, de algún modo insegura,
generadora de un contacto prudente, reflexivo o inhibido frente al “objeto”.
Los finales largos son, por el contrario, la expresión gráfica de una expansión sin
frenos inhibitorios, es decir, las tendencias pulsionales (instintos, deseos, afectos,
caprichos, necesidades, etc.), tienden a avasallar, a invadir, a arrollar al objeto (figs.
37, 70, 90 y 93).
Los finales ascendentes y en diagonal con la línea, tienen el mismo significado que
las barras de las “t” (figs. 210 y 211), son signo de oposición, de litigio, de lucha, de
agresividad neurótica y desadaptada.
Lo finales en descenso oblicuo o en diagonal bajo la línea, lo mismo que las barras
de las “t”, (figs. 151 y 208j y k) son expresivos de obstinación, de ideas fijas, de
obsesiones, etc.
Los finales en arpón (fig. 37), añaden a la agresividad arrolladora la apropiación
ilegítima o retención indebida del “objeto”. De ésta predisposición, pueden derivarse
otras complicaciones, como pueden ser el rencor, la venganza, la agresividad por
celos o envidia, etc. Generalmente es un signo patológico o de desadaptación
neurótica.
Los finales, no siempre son acerados, terminados en arpón, masivos, inhibidos. Hay
escrituras cuyos finales son medianos y tienen la punta roma, es decir, ni son
masivos ni acerados. Estos finales suelen entrar dentro de las escrituras armónicas
y equilibradas.
Son muy interesantes las variaciones de los finales (los rizos) que de acuerdo con la
escuela morettiana, describen L. Torbidoni y Zanin en su obra “Tratado teórico
práctico de Grafología”.
126
social y profesional, independientemente de la actitud vital introvertida o extravertida
(fig. 92, 114e y 114f), o puede estar en discordancia, cuando los aspectos gráficos
difieren en texto y firma (figs. 113).
Simbólicamente, si en la firma lo que destaca son las dimensiones de los
movimientos en el nombre, la fuerza de la auto-imagen se centra en lo que el sujeto
es o representa en su ambiente familiar. El sujeto ha sido, es, o está siendo
importante en su esfera íntima y tiene vivencias, recuerdos agradables ligados
esencialmente a la madre. El sujeto se siente cómodo y feliz en aquellos ambientes
que se le trata como en familia y en los que goza la sensación de sentirse
importante.
Si las dimensiones destacan preferentemente en el apellido, la fuerza de la auto-
imagen está en su identificación con su rango o rol social, con lo que representa
profesionalmente o con el nivel que ha alcanzado el sujeto dentro de su entorno y
fuera de él.
En el caso de la fig. 106a, es fácil deducir que la fuerza de la identificación se centra
en la autoimagen del nombre, en “Pier” y disminuye bastante en el apellido.
Estos mismos inflamientos dimensionales de la auto-imagen aplicados tanto al
nombre propio (relacionado con la madre) como al primer apellido (relacionado con
el padre), puede darnos testimonio también del tipo de relación del Yo con la madre
y con el padre, aunque, a veces, puede reflejar tan sólo una importancia fantaseada
e irreal.
Finalmente, el modo como trata el sujeto su segundo apellidos es indicador de
posibles fijaciones a la madre, o de un complejo de Edipo mal liquidado. Ver, por
ejemplo, en la fig. 106e, la mayor dimensión y estructuración del segundo apellido
en la firma del escritor Hernández Catá (leer pié de la fig. en “Escritura y
Personalidad”).
Otro rasgo importante en cuanto a la identificación y al concepto que tiene el sujeto
de sí mismo (autoimagen) es cuando la firma aparece tachada por la rúbrica (fig.
194). Tacharse a sí mismo es tener una idea despreciable del propio Yo. En éstos
casos hay que buscar las causas. Las causas pueden ser físicas, como por ejemplo,
ser manco, cojo, tuerto, jorobado, impotente, etc.; pueden ser morales, como ser hijo
de padre desconocido, ser delincuente, drogadicto, haberse prostituido, etc.; pueden
deberse, también. a complejos de inteligencia, tales como sentirse torpe,
desmañado, incapaz de comprender y asimilar cuestiones más o menos complejas,
compararse con hermanos brillantes en los estudios, etc.
En las mujeres casadas, el volumen e importancia del propio nombre, comparado
con el apellido tomado del marido, nos reflejará, simbólicamente, si la auto-imagen
se identifica más con su nombre familiar (nombre propio reforzado)) o si la
identificación recae preferentemente sobre el apellido tomado de su consorte, ya
sea debido a su admiración por el marido o al rango o categoría social o profesional
que éste posee y que le beneficia.
Allí donde la dimensión, la presión y la forma de las letras tiene mayor fuerza, relieve
y volumen reside el núcleo principal de la auto-imagen, de la identificación a través
de la firma.
Otro aspecto importante en la firma, aparte de lo ya expresado, es la claridad, la
legibilidad de la firma y su punto de ubicación con relación al texto (a la derecha, en
el centro, desplazada a la izquierda, cercana al texto o distanciada del texto, etc.
La claridad y legibilidad, suele expresar la confianza del sujeto en su propia auto-
imagen, en el concepto que tiene de sí mismo. Este concepto será tanto más
equilibrado y realista, cuanto más se parezca la firma al texto y cuantas menos
127
desproporciones presenten las mayúsculas en relación a las minúsculas.
La ilegibilidad en la firma, salvo en los casos de personas que tienen que firmar
numerosos documentos al día supone, de cara a los demás, una falta de voluntad
de identificación. El sujeto muestra de éste modo un Yo evasivo, cuando no
engañoso o falso.
La ubicación de la firma está en relación con la toma de posición frente al mundo.
Esta posición o actitud, puede ser de acercamiento, si la firma se ubica a la derecha
y próxima al texto. Puede expresar retirada, desconfianza, reserva o introversión, si
la firma se distancia del texto y se ubica a la izquierda.
Finalmente, una postura intermedia entre la confianza y la desconfianza, entre la
comunicación y el silencio, entre el deseo de acercamiento y la reflexión prudente,
se puede deducir de la firma medianamente separada del texto y colocada en el
centro de la página.
La firma puede tener una dirección horizontal (serenidad, estabilidad, equilibrio entre
ambición y realización). Puede ser ascendente, reflejando una ambición no
satisfecha, el sujeto no ha llegado a situar su auto-imagen en el rango que él desea.
Puede ser descendente, en cuyo caso, puede tratarse de una situación frustrante o
depresiva o de una enfermedad que mine las fuerzas, las esperanzas e ilusiones del
sujeto.
La dirección puede ser sinuosa, como en los casos de Krutchov, de MacMillan y de
Manuel Fraga (figs. 111 bis). La sinuosidad está descrita en el coligamento, artículo
C23 bis, y en escritura sinuosa S13.
Con estos postulados y con las escritura tipo y gestos-tipo dominantes en cada
firma, se pueden interpretar todos los casos.
128
acusan buena presión horizontal (fig. 55).
En cambio, la firmeza con signos predominantes de introversión, tiende a
manifestarse como fuerza de resistencia defensiva (fig. 46). En este caso, el sujeto
se apoya en la reflexión, en los principios, en las normas, no invade el terreno de
otros, pero tampoco deja que invadan el propio.
La firmeza del trazado, con un buen nivel positivo, es señal de buena salud, de
buena capacidad de rendimiento realizador y creativo, de entereza y firmeza moral y
de seguridad en la forma de pensar y ejecutar las creaciones del propio
pensamiento, ya sean prácticas y utilitarias, artísticas, científicas, comerciales o
industriales. Toda realización o creación supone romper con un mundo de rutinas y
de convencionalismos, por tanto, se necesita “energía”, fuerza renovadora, pasión
en los objetivos deseados y continuidad combativa frente a las resistencias
exteriores. En otras palabras: se necesita una voluntad “firme”.
(N) La tensión sin control, es una fuerza anárquica que tiende a invadir un terreno
que no le es propio, atropella o somete sin consideraciones la voluntad ajena, los
derechos de los demás, incluso la propiedad de otros en forma abusiva y sin
reciprocidad (figs. 37, 70 y 93).
La acumulación de la presión sobre ciertos trazos (finales, barras de las “t” (fig. 61),
o sobre los movimientos de flexión (fig. 33) señalan desequilibrios emocionales,
brusquedad, explosividad, brutalidad, etc.
A la firmeza del trazado (ver escritura firme), se añade la terminación de los trazos
de flexión en ángulo agudo, sobre todo en la base de las hampas en zona media
(fig. 28) y en el cambio de dirección en la base de las jambas (figs. 83 y 120). Se
incluyen en ésta definición, las barras de “t” y las jambas triangulares. A veces la
cúpula de las hampas es también angulosa (figs. 93 y 216). Es cierto que algunas
de éstas escrituras proceden de modelos caligráficos angulosos, pero si la edad de
las autoras, pues suelen ser grafismos femeninos, supera en varios años la época
escolar, éstas personas permanecen identificadas con la dureza que tal modelo de
escritura representa.
El modelo caligráfico anguloso fue creado para reafirmar, en épocas pasadas en las
educadas, la entonces necesaria represión sexual, exigida por los criterios de
moralidad religiosos para evitar los pecados y la vergüenza social por hacer el amor
antes del matrimonio. No sabemos en qué medida esto era logrado, pero no hay
duda que la escritura angulosa era un blindaje bastante duro contra la sexualidad,
ejerciendo efectos represores, incluso después del matrimonio. Hoy, la educación es
mucho más libre, mucho menos represiva, incluso se pretende instruir sobre las
cualidades de la sexualidad a la juventud actual. Con las pastillas anticonceptivas y
con otros medios y técnicas para hacer el amor, hemos pasado de las escrituras
angulosas, expresivas de dura renuncia, de sacrificio y de abnegación disciplinada,
a las escritura predominantemente curvilíneas y naturales.
Hacer el amor ya no es un pecado grave antes de llegar al matrimonio. Tener un
hijo, siendo soltera es una deshonra para la mujer y para la familia de ésta, se tolera
en la actual sociedad de otra manera, como también se tolera, incluso se aprueba,
convivir en pareja sin pasar por el matrimonio, entre otras cosas, aparte de lo que
129
cuesta en dinero crear un hogar, porque si no hay avenencia y comprensión en la
pareja, es muy fácil la separación, con el consiguiente ahorro económico (boda,
piso, muebles, etc.).
La escritura dura, en los grafismos masculinos, suele ir acompañada de la escritura
rectilínea y rígida, de la regularidad dimensional y de inclinación. En los grafismos
femeninos coincide con la escritura caligráfica angulosa (figs. 28 y 70).
En general, la escritura dura es, como se ha dicho, un blindaje, una armadura
protectora contra las tendencias naturales, especialmente contra el contacto
epidérmico y sexual. Esta represión puede ser educacional, puede ser el efecto de
una frustración infantil (madre despegada del neonato o madre cuyo embarazo no
fue deseado, etc.). Sea cual fuere el origen, la escritura dura, ésta supone una
desadaptación por rigidez, por atrincheramiento en sí mismo, por efecto de un
Super-Yo tiránico que se niega a reconocer las necesidades de amor y ternura.
De aquí que quepan como significado de la escritura dura, todas las actitudes de
egoísmo, independencia, escrúpulo exagerado, desadaptación, cumplimiento de las
obligaciones y de los deberes a rajatabla, sin afecto por los demás y sin flexibilidad,
con dureza en las propias exigencias y, por proyección, dureza en las exigencias a
los demás. La intransigencia, propia de la escritura tensa y dura es también una
dificultad para reconocer los propios errores aún con las demostraciones más evi-
dentes (negativismo). La dureza represiva, produce en los sujetos con ésta
escritura, la falta de sensibilidad para entender y comprender los sentimientos
naturales de otros y el dolor ajeno, etc.
El sujeto con un Super-Yo tiránico y rígido, no sólo es inflexible, sino que se niega a
la actitud natural de dar y recibir, pues en él se reduce la respiración, las
sensaciones, los sentimientos y la capacidad de expresión emocional como
consecuencia de su frustración amorosa y genital.
El orgullo, la altivez, la actitud “espigada” (posición del cuerpo como echada hacia
atrás), son expresiones defensivas conducentes al rechazo de las manifestaciones
sentimentales y de las ideas y sugerencias ajenas, sin reparar en el beneficio o
conveniencia de las mismas. Los sujetos con escritura dura suelen dar importantes
porcentajes en los grados IV y V de la escala del Dr. Pophal (ver en el “Manual de
Grafoanálisis”).
Marchesan había observado “amores violentos”, en la escritura dura con las hampas
muy apoyadas (fig. 33), incluso se ha observado la escritura dura, seca, acerada,
apoyada e inarmónica, en ciertos delincuentes sádicos. Es inútil tratar de encontrar
matices afectivos en sujetos con éste elevado índice de blindaje y de represión. Allí
donde falta la armonía y la buena regulación y equilibrio de la emotividad, podemos
encontrar un carácter violento, agresivo y brutal.
Es firme-suave una escritura cuando los movimientos en flexión, las hampas y las
jambas, en su base, cambian el sentido direcciones en curva (ver las bases de las
hampas en las figs. 137a, 138 y 215) y las jambas terminan en punta redondeada en
130
la base (figs. 118 y 133b).
La fuerza o energía representada por una presión y un dinamismo fuertes, no tiene
un modo de expresión o descarga brusca, sino que se suaviza al entrar en contacto
con la realidad, al tomar contacto físico, afectivo o mental con los demás. La fuerza
del sujeto no es de choque frontal o de ataque a la personalidad de otros, sino una
fuerza sugerente, adaptativa, que no renuncia a las propias ideas, a las convic-
ciones personales, a las posiciones tomadas o a los objetivos deseados, pero
intenta conciliar las propias necesidades y las propias ideas con las exigencias de
su entorno, sin arrollar a las personas, respetando los derechos humanos y las
pertenencias de los demás. Estamos hablando de un buen porcentaje en los grados
II y III del Dr. Pophal (Ver “Manual de Grafoanálisis”). En razón de que la expansión
o descarga natural de las pulsiones instintivas, no siempre encuentra su momento
propicio y su oportunidad (no siempre está disponible el “objeto” hacia donde se
pueden canalizar los impulsos), es frecuente que las terminaciones de las jambas
sean unas veces redondeadas o redondas y otras angulosas.
Si la escritura tiene un buen grado de presión y dinamismo y las jambas son unas
veces curvilíneas y otras angulosas en la base, esto quiere decir que las pulsiones
se retienen, se frenan o inhiben cuando hay ángulos y las necesidades están
satisfechas, o quieren satisfacción, cuando las bases de las jambas están en curva
(ver éstas alternativas en las figs. .46, 100 y 181).
131
La escritura acusa un déficit de tensión en los movimientos, los cuales son más o
menos flojos, no rectos o torcidos en las hampas y jambas y poco afirmados,
inseguros, vacilantes, etc., en las letras de la zona media y generalmente con un
coligamento proteiforme. El trazado puede ser anguloso y sin tensión (fig. 105) o
curvilíneo y flojo (figs. 30, 67 y 84).
Para otros autores, el trazado flojo es lo que nosotros hemos descrito como trazado
de “peso aparente”, como peso sin tensión, sin dinamismo y sin profundidad (figs.
48, 67, 83 y 91). En ambos casos, la consecuencia es el déficit de energía nerviosa
y psíquica. Así como el peso real indica fuerza, potencia y dinamismo realizador y
creador, el peso sin fuerza, sin dinamismo y sin profundidad (trazado pastoso, sucio,
congestionado y sin vibración) refleja la pasividad, las tendencias estáticas del
sujeto, la lentitud, el estancamiento, la inercia, el surmenaje.
El déficit de tensión en los trazos, es también un déficit en el tono vital del sujeto, es
una atonía en la energía nerviosa y psíquica, lo que determina un grado más o
menos elevado de influenciabilidad, de permeabilidad a las presiones del ambiente
y, por supuesto, la incapacidad para actuar venciendo obstáculos o superando
dificultades. Esta incapacidad, siempre relativa, para la acción fuera de los
ambientes donde el sujeto se siente apoyado o protegido, es también extensiva a su
lucha por la vida y a su defensa personal.
El sentimiento de impotencia, la inseguridad, la falta de firmeza moral, la
inestabilidad y la fácil claudicación a las presiones externas, puede llevar, por
debilidad, no sólo a la insinceridad, a la mentira por defensa, sino también a la
deshonestidad y a la delincuencia.
Es frecuente observar algunas letras en ángulo o en triángulo, así como barras de
las “t” en diagonal hacia abajo en las escrituras blandas y flojas.
Estos ángulos, triángulos y trazos en diagonal, expresan el único recurso defensivo
que cabe en las personas débiles: la resistencia pasiva, la cabezonería, la
obstinación y la proyección de los sentimientos de culpabilidad sobre otros o sobre
circunstancias negativas atribuidas al entorno.
Esta escritura. es propia de los sujetos neurasténicos. (Para mayor ampliación, ver
este mismo término en “Psicología de la Escritura” del Dr. Gille, Ed. Herder,
Barcelona, 1992).
La forma, uno de los tres grandes aspectos del grafismo, ha sido estudiada en
profundidad en mi obra “Grafología estructural y dinámica”, página 7 y siguientes.
La forma, en grafología, hay que entenderla como la expresión indicadora de las
distintas modalidades de carácter y como reflejo de conservación, variación y
evolución de los hábitos adquiridos.
132
Por ejemplo, las “m” minúsculas en tres trozos, las “d” cuyo óvalo está separado de
su hampa; las “g” cuya jamba ha sido trazada sin enlazar con el óvalo, las letras “p”
con penacho añadido a la jamba a posteriori; la “a” cuyo apéndice final ha sido
posteriormente añadido, etc. (figs. 76, 117b, 122 y 154).
Predisposición a los estados de angustia y ansiedad, sentimiento de carencia, de
falta de cohesión entre consciente e inconsciente. Signo frecuente de frustraciones
en la infancia, de incomprensión por discusiones violentas y frecuentes de los
padres delante del niño. Llegada de un hermanito que le ha marginado, etc. En
cualquier caso, la escritura fragmentada supone una falta de coincidencia armónica
entre consciente e inconsciente o entre los afectos y la mente. La cabeza piensa lo
que no siente el corazón o viceversa; las pulsiones instintivas se independizan del
sentimiento. Esta disociación, en la que pueden intervenir reflejos condicionados
negativos y, generalmente intervienen, se debe muchas veces a estados patológicos
de tipo esquizóide.
En general, la escritura fragmentada es un signo de emotividad entrecortada, un
indicador de dudas, inquietudes, vacilaciones y dificultad para adaptarse de modo
espontáneo y natural al común pensar, sentir y actuar de las personas de su
entorno. El sujeto se disciplina mal, es irregular y caprichoso en su conducta,
inestable, desordenado e inoportuno. Le gusta cambiar de horizonte e ir a la busca
de lo imprevisto. Perdido en el camino de las dificultades, marcha aturdido, gasta
tiempo y dinero sin fruto apreciable, es imprevisor, no llega nunca a la hora y se
ahoga en pormenores sin importancia. Es un sujeto mal integrado.
La disociación entre óvalos y hampas y entre óvalos y jambas, según algunos
autores, señala la disociación entre la psique masculina y femenina, entre anima y
ánimus y, según Trillat, es un indicador de oposición entre los ascendientes
familiares. En éste caso, el sujeto se defiende de todo desengaño, contingencia u
hostilidad del entorno, prescindiendo de toda vinculación afectiva, expresa sus
ideas, sus deseos o toma decisiones y actúa prescindiendo de todo contenido
emocional o afectivo. El sujeto, en virtud e su capacidad de despegue afectivo,
puede vivir a expensas de otros.
133
destinados a despertar la sexualidad a base de mover el peinado, de destacar los
pechos, de mostrar las piernas y cimbrear el cuerpo al andar o moverse. Estos
mensajes físicos, es como si quisieran decir: “¡soy una mujer apetitosa, mírame,
poséeme!”, aunque a la hora de la verdad, el mensaje resulta falso, frustrante y
degradante para quien se deja impresionar. Y es que este tipo de personas, son
más vanidosas y voluptuosas que realmente sensuales y sexuales. Sólo les
complace “excitar”, para dominar la atención de los demás o ejercer dominio sobre
el otro sexo con medios engañosos y, a veces, perversos.
Con los útiles actuales (bolígrafos, rotuladores, etc.) no resulta fácil apreciar los
trazos que contienen espesores bruscos de tipo espasmódico que antes, con las
antiguas plumas, incluso con las estilográficas, los regruesamientos, eran fáciles de
ver. Sin embargo, aplicando una lupa con suficiente aumento, se puede deducir por
la profundidad del marcado del cauce y pasando la yema del dedo por el reverso del
papel.
Cuando éstos apoyos fusiformes se presentan sólo en la zona superior y en los
tramos más altos de las letras, pueden reflejar la tendencia a los éxtasis místicos
como sublimación de las pulsiones instintivas, tal como ocurre en algunos grafismos
de santos (ver “Escritura y Personalidad”)
134
avidez, puede agregarse, en este caso, la rapacidad, el latrocinio, el rencor y las
ideas de venganza.
El arpón, en las terminaciones de trazos verticales, pueden ser un indicador, entre
otros, de tendencias epileptóides, de trastornos psíquicos (disturbios
psicosensoriales), de estados depresivos o de gran excitación nerviosa. Los hemos
observados en personas diabéticas que han tomado reforzantes, como, por ejemplo,
los preparados de jalea real.
135
G04 - GOLPE DE LÁTIGO:
Movimiento producido por un impulso vivo y tajante que corta toda posibilidad de
adaptación en razón al triángulo que antecede al disparo final del movimiento sobre
la interlínea (fig. 149, segunda “t”). La reacción es aquí más dura e intransigente que
en el golpe de látigo. El sujeto impone de manera autoritaria y tiránica, sin dar
opción a réplica o sugerencia, aquellas ideas, deseos o iniciativas que surgen de
inmediato en su mente impulsiva. Son sujetos en quienes dominan las pasiones
unidas a las ideas fijas, muy agresivos y vehementes, les corroe la impaciencia, no
aguantan las esperas normales, las colas. No toleran la resistencia de otros a sus
deseos. Si pueden, arrollan a las personas, eliminan brutalmente los obstáculos y, si
no pueden, se dan a los diablos de manera muy irritable y colérica.
Se observa este grafismo en militares y en sujetos que intentan resolver todos los
asuntos a rajatabla, aquí y ahora y sin dilación alguna. El temperamento dominante
136
en éstos sujetos es el nervioso-sanguíneo-bilioso, sin que el bilioso pueda poner
orden a las crisis que le anteceden. Con un ambiente gráfico, predominantemente
positivo, proporciona las cualidades de mando táctico, la imposición de la propia
autoridad sin menoscabo para la personalidad de los demás. Como jefe, los
empleados lo temen y admiran al propio tiempo. Premia la lealtad, la eficacia, la
disciplina y la honradez. Es muy duro con las negligencias, la insinceridad y la
deslealtad. Apoya y defiende con ardor a los empleados y a las personas que
estima. Sabe ser justo con quien se lo merece.
137
La escritura grande con predominio de la forma es un indicador de las tendencias
estáticas y representativas. El sujeto exalta y venera lo grande y heroico, lo
majestuoso y decorativo, las grandes figuras de la moda, del arte, de la política o de
la literatura (lee la revista ¡Hola!). Vive pendiente de lo que brilla y alcanza fama y
esplendor es espectador de la belleza y vive procesos de identificación con lo que
admira. El sujeto tiende sólo a magnificar lo grande e importante y en todo caso
copia.
En cambio, la escritura grande con predominio del movimiento, es un indicador de
fuerza y entusiasmo realizador, de pasión por los objetivos a lograr, de necesidad de
cambiar, innovar y dar nuevo impulso y sentido a las cosas, ya sea en el terreno
social, profesional o familiar. Intento de unir lo útil a lo agradable y el mayor número
de cosas en un sólo orden. Siente la necesidad de mandar y dirigir, de tener
autoridad, de decidir por todos. En virtud de la audacia, del entusiasmo y del
dominio de las situaciones externas, si el sujeto es inteligente, esta ambición se
cumple.
Bajo el punto de vista moral: nobleza y generosidad de sentimientos, conciencia
amplia, altruismo, fácil socialización de las ideas y de los actos, interés por las cosas
de los demás y por una seguridad colectiva (sentimientos comunitarios). Demanda
de justicia igual para todos, aunque puede haber más interés personal en
salvaguardar lo propio, o en representar un rol social, que una verdadera grandeza y
nobleza de alma.
(N) Exaltación de la propia estima, de la propia importancia, del rango social o
profesional (orgullo y vanidad inmoderados u ostentosos). Suele ocurrir en artistas
encumbrados por la fama, o en sujetos que ejercen su poder apoyados por su
dinero. De alguna manera, la escritura grande, con bajo nivel positivo, refleja la
supercompensación en orgullo o vanidad, de antiguos complejos infantiles de
inferioridad, ahora transformados en actitudes de superioridad mediante apoyos
externos (dinero, poder, fama, etc.) es decir, sin ningún mérito personal noble y
digno que acredite un valor real a la personalidad.
En algunos casos es como una especie de venganza hacia los demás (sadismo) por
las humillaciones que el sujeto cree haber recibido en la infancia y que ahora
proyecta sobre su entorno. Ese puede ser el caso de la persona de la fig. 106c y el
de las intrigas perversas e insidiosas de la fig. 174.
Desprecio por los detalles y déficit de atención y de concentración. Carácter
independiente y no siempre dispuesto a reconocer aquellas normas y deberes
sociales y profesionales que debe cumplir (tendencia a sentirse por encima de los
criterios e ideas de los demás). La excesiva autoimagen, el orgullo y la vanidad,
inclinan al sujeto a interpretar las costumbres y normas del entorno, no según lo que
representan en la realidad, sino según conviene a la idea que el sujeto tiene de sí
mismo, a sus deseos, a su comodidad y a sus exigencias del momento. Falta de
consideración, de tacto y de respeto a la personalidad de los demás y a sus
derechos sociales y pertenencias.
138
Se trata de un tipo de escritura que destaca sobre el papel por el falso relieve,
grosor y pastosidad del trazado producido, únicamente, por el rastro de tinta, pero
sin signos de profundidad, tensión y dinamismo (figs. 62, 97b y 175).
Predominio de las facultades senso-perceptivas. Memoria del aspecto físico de las
personas y de las cosas. Actitud pasiva y de observación, sin que el sujeto haga
nada por modificar la realidad, cuando ésta deja de ser favorable a sus necesidades
y aspiraciones (pasividad). Sensualidad, inclinación a los goces físicos,
especialmente a la gastronomía. Para más detalles, ver escritura pastosa, P03.
El trazado supera los ¾ de m/m. o más en el grosor o espesor (fig. 175). Hay que
distinguir entre trazo grueso-profundo y dinámico (fig. 181) y trazo grueso-superficial
y estático (fig. 175).
(P) En el primer caso (fig. 181) el grosor con tensión y dinamismo es el patrimonio
de las personas activas. En este caso se trata de una mujer con predominio del
“ánimus” junguiano. Es periodista y muy introducida en el campo de las relaciones
sociales, con preferencia escritores, artistas, políticos y militares de su época.
En el segundo caso (fig. 175) se trata de una persona muy sensual, con grandes
dotes de observación y de memoria visual, con gusto por la pintura, muy aficionada
a visitar las salas de exposiciones de Barcelona, pero fuera de algunos intentos por
realizar algún paisaje o bodegón, prefiere deleitarse contemplando el colorido y las
formas de los pintores que admira.
La escritura gruesa con profundidad y dinamismo, es difícil que sea cilíndrica (trazos
de flexión y extensión con igual espesor; fig. 175), generalmente es apoyada y
robusta en los movimientos de flexión, como ocurre en la fig. 181. Este signo es
propio de una energía vital fuerte, de una gran capacidad productiva y realizadora
que inclina a poner en marcha el propio pensamiento y convertirlo en realidad
palpable. Esta cualidad personal, implica también, prontitud de decisión, seguridad y
confianza en sí mismo y en los objetivos deseados.
La Escritura Gruesa, profunda y dinámica, puede ser dura, cuando las bases de las
hampas son angulosas (fig. 85a), lo que agrega a la actividad un apasionamiento
irreductible, una actitud dura e intransigente o una resistencia en las actitudes
tomadas difícil de vencer. La pasión en los deseos o en las ideas fijadas en la
mente, hacen inútil cualquier oposición o explicación basada en los sentimientos o
en la comprensión. La sensibilidad de estas personas es un recinto cerrado en el
cual no penetra otra idea o sentimiento que el que generan los propios deseos.
Cuando los movimientos en flexión se curvan al entrar en contacto las hampas con
la zona media (bases de las hampas en curva, fig. 181), las ideas y los deseos,
pueden ser igualmente apasionados, pero se suavizan al tomar el sujeto contacto
con las personas y con la realidad cotidiana.
139
La guirnalda es un gesto abierto y receptivo que se caracteriza por el enlace en
forma de copa de los elementos de las letras, esencialmente las “m” y “n”
minúsculas y las bases de las hampas en zona media. Las figs. 14, 122 y 175,
tienen un coligamento en guirnalda.
La escritura en guirnalda tiene muchos matices. La guirnalda puede ser en forma
oval, cuando la escritura es redondeada (fig. 55). Puede ser en segmentos de
círculo, cuando la escritura es redonda (figs. 117a y 137a). Puede ser buclada,
estrechada, ensanchada, con fuerte presión en la base, etc.
La guirnalda oval se interpreta como la escritura redondeada (ver escritura curvilinea
y coligamento en guirnalda, claves: C47 y C21, respectivamente). Y la guirnalda en
segmentos de círculo, como escritura redonda. Ver las claves anteriormente
mencionadas.
Para interpretar adecuadamente la escritura en guirnalda, hay que tener en cuenta
varias cosas, entre ellas la inclinación de la escritura y su grado de tensión y
dinamismo, la dimensión pequeña o grande, la amplitud o estrechez de la onda
gráfica, el espaciamiento (palabras y líneas), etc.
Como gesto abierto, receptivo y blando, la escritura en guirnalda refleja, en general,
una actitud de adaptación suave, amable y complaciente, capaz por flexibilidad y
ductilidad de acomodarse a cualquier persona y circunstancia sin entrar en choque,
oposición o contradicción con los demás. Esta actitud o disposición benigna y
amable, puede haber sido estudiada para obtener, mediante el encanto personal y la
suavidad, toda clase de ventajas, privilegios, atenciones y mimos.
La presencia de bucles en las guirnaldas, cuando coincide con los óvalos en doble
anillo y cerrados o abiertos por abajo, refleja una amabilidad muy estudiada e
insincera, demostraciones de aprecio simuladas, egoísmo adquisitivo o posesivo y
todo cuanto pueda derivarse de la intención de sacar provecho fingiendo un trato
amable y seductor personalizado. Si este tipo de guirnalda se regruesa en la base
(presión desplazada), (Ver fig. 101), el sujeto acentúa sus atenciones y
amabilidades para satisfacer su sibaritismo sexual hasta debilitar su energía, como
es el caso del autor del grafismo citado (ver el debilitamiento de los trazos verticales
y la pastosidad del trazado).
La adaptación al medio puede ser parcial si la escritura es pequeña y espaciada
entre palabras y líneas, en cuyo caso, el sujeto sólo se adapta bien en aquellos
ambientes y ante aquellas personas que se siente seguro.
Con escritura grande y extensa, la adaptación es espontánea, extravertida, el sujeto
se comunica con los demás con facilidad, habla de todo y con todos y a veces con
un enfoque infantil de las cuestiones, si el nivel de positividad es bajo.
Para más ampliación sobre la escritura en guirnalda, ver coligamento en guirnalda,
C21.
140
Este término, en sustitución de “palote”, está tomado del francés “hampe” (asta o
astil) de las letras “l”, “b”, “t”, etc. Es el movimiento en flexión que baja de la cima de
estas letras hasta su base en la zona media. Los movimientos en flexión que parten
de la zona media hacia abajo, los llamamos “jambas”, del francés “jambe” (pierna).
Para interpretar las hampas hay que tener en cuenta la presión y firmeza de estos
trazos, el grado de espesor y profundidad, su longitud, y la forma que toma la base
en la zona media, entre otros aspectos.
La observación de las hampas es fundamental para descubrir el grado de energía
afirmativa (firmeza, resistencia) de cada sujeto de cara al enfrentamiento con la
realidad, con los problemas que plantea la vida. No tienen la misma energía y
capacidad de afirmación y resistencia los autores de las figs. 84, 85, 85b, 86, 87 y
88.
En la fig. 84, el sujeto tiene mucha ambición y deseo de autoridad y de dominio
(barras de las “t” altas, sobrealzadas y en arco, algunas despegadas del hampa
sobrevolándola), pero las hampas son flojas, vacilantes, inseguras, como el resto del
trazado en todas las zonas del grafismo. Deducimos de ello, que el sujeto vive fuera
de la realidad, no tiene energía suficiente para poner en marcha sus utópicas ideas
y ambiciones y su ánimo se consume en la frustración, en la impotencia, en el deseo
contrariado, en la neurosis de angustia y de ansiedad. Las barras de las “t” en arco
expresan las presiones y problemas procedentes del cuerpo, de anomalías en la
sexualidad y la influencia opresiva de la vida cotidiana.
En la fig. 85a, la firmeza y rigidez de las hampas expresan una afirmación y
resistencia duras, una intransigencia cerrada a toda clase de sugerencia, de
explicación o de oposición. Esta persona mantiene a rajatabla sus posiciones, sus
ideas y deseos, sin dejarse influir por ningún tipo de presión o por los sentimientos
ajenos. El pensamiento está anclado en las ideas fijas, en las obsesiones
dominantes.
En la fig. 85b, las hampas tienen brutales apoyos en la presión y, como
consecuencia, las reacciones ante las presiones u oposiciones del entorno, son
también brutales, explosivas y fuera de tono, es decir, muy desproporcionadas en
relación con los motivos contrariantes.
En la fig. 86, la poca envergadura de las hampas y el trazado general, más bien
inseguro, entrecortado e inhibido, deja ver un pensamiento acostumbrado a
claudicar, a someterse humildemente a la autoridad y dominio o a las presiones de
la gente de su entorno, lo que no impide una cierta compensación en la esfera
sexual, donde la presión y la dimensión es dominante en algunas jambas. En la fig.
87, la presión en las hampas es bastante débil (fragilidad y delicadeza en la manera
de sostener las actitudes y posiciones). Esta persona es muy vulnerable e
impresionable frente a las presiones del ambiente, pero evita en lo posible los
contactos con las personas de carácter violento y dominante, se introvierte e intenta
autorrealizarse a través de actividades de su elección que no requieran lucha activa.
Finalmente, el predominio dimensional y de la presión sobre las hampas de la fig.
88, nos refleja, dado el ambiente gráfico positivo, una imaginación muy activa y
creadora que compensa, a través de la actividad intelectual, las posibles deficiencias
o problemas que puede tener en las pulsiones instintivas (jambas cortas,
simplificadas y dextrógiras). Se trata de un guionista de cine. Como hemos visto por
estos ejemplos, la interpretación de cualquier signo aislado, debe hacerse en razón
141
del ambiente gráfico en que se encuentre. La teoría del signo fijo, para nosotros, es
rechazable.
La base de las letras de hampa, en la zona media, unas veces acaban en curva y
otras en ángulo (ver figs. 208i y 208m).
Cambios en las actitudes de afirmación y de resistencia del carácter. El sujeto se
muestra unas veces tolerante y otras se cierra a toda comprensión, sugerencia o
petición.
Cuando los ángulos afectan a la cúpula de las hampas y éstas aparecen algo
deformadas y congestionadas, puede deberse a cefaleas o dolores de cabeza más
o menos esporádicos o a otras posibles dolencias cerebrales. (La fig. 67 es un
ejemplo).
Las hampas se curvan hacia la derecha tomando la forma de una “C”, (fig. 29). Es
un gesto de abertura “hacia afuera” dando la espalda al pasado, a los recuerdos de
la vida familiar o de la vida infantil. En razón de vivencias o experiencias poco
estimulantes o dolorosas y tal vez una relación poco afortunada con el padre, el
sujeto siente cierto temor sobre la forma como puede desarrollarse su futuro.
Este signo fue estudiado por el grafólogo Félix Klein, durante su estancia en un
campo de concentración en la Alemania nazi. Según este autor, las hampas
curvadas en sentido dextrógiro, podían expresar tres cosas: a) temor o ansiedad por
el futuro; b) dificultades en relación con el padre y c) temor de los demás
compañeros. En el caso de la fig. 29, nosotros vemos una necesidad de superación,
de superioridad (hampas de dimensión predominante sobre las jambas), ambición
posiblemente nacida del antagonismo con el padre, una imaginación activa y
creadora y un ferviente deseo de libertad, ennegrecido a veces por desánimos
repentinos contra los que intenta luchar (imbricados en descenso).
En cierto modo, este gesto-tipo se puede interpretar como un derivado de la
guirnalda, aunque en posición vertical. Y, en efecto, nosotros hemos visto las
hampas en curva cóncava en personas amables y complacientes, muy adaptables y
con una cierta actitud de obediencia y sumisión, es decir, poco resistentes a las
presiones externas, con buena disposición para todo y con fácil olvido de las
ofensas recibidas.
142
Las hampas se curvan hacia la izquierda tomando la forma de una “C” invertida, es
decir, se curvan en sentido contrario a la marcha natural de la escritura (ver las dos
“l” de la fig. 117a).
Las hampas curvadas hacia la izquierda, parecen expresar una actitud de defensa,
de rechazo, de desconfianza frente al entorno social. Esta prevención, no exenta a
veces de reserva y de orgullo, puede ser la consecuencia de experiencias dolorosas
o de sucesos no resueltos en la infancia que han motivado ya sea un rechazo o un
refugio en la imago materna.
Según Félix Klein indica: “Temor al pasado a causa de sucesos que han creado
ciertos reflejos condicionados negativos”. Estos sujetos andan por la vida con un
humor huraño, llenos de recelos y desconfianza, de oposicionismo, de incredulidad
y, a menudo, repletos de odio, de resentimientos o de rencores agresivos ante, la
fantasmagórica idea de un ambiente o entorno hostil.
Cuando no se trata de un signo de retracción o rechazo, la torsión en forma convexa
de las hampas, se puede pensar en alguna anomalía orgánica como puede ser
trastornos circulatorios o respiratorios (fig. 43b), dolores de espalda, y en la
pubertad, los efectos de los cambios endocrinos propios de la edad crítica, entre los
13 y 16 años, dependiendo del comienzo, mas o menos temprano o tardío, de los
cambios de niño a adulto. (Para mas detalles, ver escritura torcida, T11).
143
H06 - HAMPAS CON ÁNGULOS ANORMALES EN LA CIMA:
144
Las hampas normalmente deben ser rectas y firmes en los grafismos de las
personas sanas y con buena vitalidad (figs. 178, 181 y 187). Si las hampas se
adelgazan o se curvan excesivamente, se tuercen o presentan inflexiones en doble
curva, este será un detalle de deficiencia o debilidad en la afirmación de sí mismo y
de las posturas tomadas. Semejante deficiencia, la podemos ver en las figs. 101,
141 y 145.
Cuando las hampas presentan un recorrido torcido, con abertura hacia la derecha,
en forma de “C” invertida, el sujeto muestra en este gesto una especie de escudo
representativo de su necesidad de defensa frente a un ambiente exterior que le
resulta hostil o nocivo y busca protección en personas cuyo carácter le recordarán,
inconscientemente, la imago materna. Este gesto es equivalente al arco en la zona
media y como tal, puede reflejar una actitud introvertida, seguida de una fuerte
desconfianza y de la necesidad de elaborar actitudes inauténticas, comportamientos
falsamente amables, para cubrir o tapar las frustraciones o humillaciones sufridos en
la infancia o en la vida adulta, ahora convertidos en proyecciones inconscientes de
odio o resentimiento sobre otros.
Estos afectos contrariados, pueden tener como origen el odio infantil al padre y a
veces a la madre. Es un signo difícil de interpretar por sí mismo. Conviene aclararlo
en entrevista con el propio sujeto.
Los movimientos sinuosos o con doble torcedura en las hampas, suelen ser un
detalle de la escritura floja y señala, como en ésta, un déficit de la energía nerviosa
y psíquica, una falta de afirmación de las ideas y de las actitudes tomadas y, por
tanto, la permeabilidad e influenciabilidad del carácter, la imprecisión y la falta de
firmeza moral. Es propio este signo de los sujetos asténicos que, a veces,
desarrollan un carácter negligente, tortuoso, falso y desleal.
Las torsiones en las hampas pueden tener un origen cardíaco, circulatorio o
endocrino. También pueden deberse, a sacudidas nerviosas propias de ciertos
desequilibrios del sistema nervioso (fig. 201), ya sea por el efecto destructor del
alcohol, de las drogas o por cualquier tipo de enfermedad que ataque al sistema
nervioso.
Hampas temblorosas. El temblor (fig. 212), se caracteriza por la deformación del
trazado a causa de una serie de angulitos, localizados en los trazos, dando la
impresión que la mano no ha podido realizar los movimientos con un sólo impulso o
de un tirón, sino que se ha visto impedida por una serie de pequeñas sacudidas o
convulsiones que han hecho oscilar el pulso. El temblor puede ser tanto vertical
como horizontal.
Las causas más frecuentes del temblor son la vejez, la senilidad, el exceso de
fatiga, las infecciones, la ataxia, la encefalitis, la esclerosis en placas, el bocio
exoftálmico, el alcohol, las drogas y las situaciones bajo amenaza de muerte o los
sobresaltos repentinos. Pueden producir temblor el frío y las grandes tormentas.
Grandes oscilaciones en la altura y anchura de las hampas (fig. 82). Esta variante
forma parte de la escritura desigual. Debe interpretarse como una repercusión de la
145
emotividad en la actividad psíquica y mental. Supone una tendencia del sujeto a
improvisar o a crear dejando de lado los esquemas, los planteamientos, el método o
las disciplinas que impone el razonamiento lógico. El sujeto prefiere dejarse llevar
por la imaginación, por el sentimiento y la intuición del momento, prefiere saltar las
barreras, las limitaciones y los cánones, los principios y exigencias de la lógica
formal, que frenarían su pensamiento, sus deseos, su calor y entusiasmo
imaginativo y se evade, más o menos, de la rutina, de lo convencional, para pensar,
crear o moverse libremente en la esfera de las ideas. En cualquier caso, hay que
tener en cuenta el ambiente gráfico para saber el resultado positivo o negativo de
esa libertad de pensamiento.
Para más detalles, ver escritura desigual, D04.
La letra “d” minúscula es una de las letras que puede presentar más variedades en
su forma y en su dimensión. Consta normalmente y según la caligrafía, de un óvalo
inicial seguido de un movimiento de extensión “hacia arriba”(perfil) y otro movimiento
de flexión “hacia abajo”. Ver esta estructura caligráfica en las figs. 15, 44, 46 y 48.
La “d” minúscula, por el hecho de representar simbólicamente como pasa el sujeto
de las experiencias materializadas de la vida afectiva y cotidiana a las altas esferas
de la “idealización”, sufre, a lo largo de la vida bastantes mutaciones. Sólo los
individuos acartonados en lo rutinario conservan la misma “d” del modelo caligráfico.
En general, como puede verse, por los ejemplos que siguen, los sujetos que
evolucionan, después de la etapa escolar y se hacen a sí mismos, a pesar de los
convencionalismos existentes en su ambiente circundante, suelen ir transformando y
ajustando a su “ideal del Yo”, todo cuanto se refiere al orden afectivo, social,
profesional y cultural, y cambian la estructura de esta letra, dándole otras formas
distintas a la del modelo caligráfico. (Ver figs. 16, 29, 96, 145 y 173).
Una “d” original o distinta al modelo caligráfico, no quiere decir que el sujeto no
respete los semáforos y normas sociales, es decir, que marche por la vida
saltándose todas las reglas, lo que quiere decir es que no se siente esclavo de las
mismas y que tiene capacidad para pensar con independencia de todo criterio rígido
o dogmático.
En general, el óvalo de la “d” recoge las experiencias materializadas vividas por el
sujeto en su vida cotidiana y el hampa de las “d” nos indica como se representa el
sujeto mentalmente éstas experiencias. La “d” de la fig. 72 señala una idealización
sin retorno, una rumia de las experiencias, una actitud introvertida e idealista.
La “d” de la fig. 73, llamada en el argot grafológico, “d” de la lógica, por su breve
retorno “hacia atrás”, hacia la memorización de experiencias, y por su forma de
enlazarse, por la parte alta a la letra siguiente, es un tipo de “d” muy frecuente en
escritores e intelectuales.
En ciertos grafismos, la letra “d” termina en forma de barra de “t”, es decir, toma la
dirección “Hacia otros” en forma de actitud dominante como puede verse en la fig.
74. Este gesto equivale a una barra de “t” sobrealzada (ver barras de las “t”) y si el
146
trazo es ascendente, la actitud de autoridad, de dominio y de imposición puede
señalar una combatividad atacante, es decir, oposicionista, inconformista, litigante.
Cuando la “d” presenta grandes penachos (“d” inflada en su parte superior) como
ocurre en la fig. 75, el autor del grafismo deforma la realidad por exceso de
imaginación y de fantasía. Con sentido positivo bajo, puede señalar la tendencia a la
mentira y a la fabulación.
Finalmente, la “d” puede presentarse fragmentada, es decir, con el óvalo desligado
del hampa (fig. 76). Esta escisión puede ser un signo de esquizoidia, de separación
entre la actitud mental y la actitud afectiva. El sujeto no enlaza lo que siente con lo
que piensa y a la inversa. Se da este caso en adultos cuya madre tuvo un embarazo
no deseado y posteriormente no ofreció las atenciones de mimo, calor y afecto
necesitadas por el bebé. Ver en Diccionario de Psicología el “complejo de
abandono”.
Puede señalar también la experiencia infantil negativa de unos padres mal avenidos.
En cualquier caso, es una disociación entre la actitud lógica y el sentimiento, un
modo de reaccionar por reflejos condicionados negativos, hijos de una primitiva
frustración de afectos. En un ambiente gráfico muy inarmónico, discordante y con
alto nivel negativo, puede señalar la inadaptación histérico-esquizóide, la tendencia
a mentir por egoísmo la mentira interesada, la falsedad, el disimulo de los intereses
o intenciones egoístas ocultos, no confesados.
Para más detalles sobre las hampas, ver mi obra “Grafología estructural y dinámica.
La interpretación psicológica de los signos gráficos por zonas”, Editada por la
“A.G.C.”.
El movimiento triangular en las hampas, es como en las demás zonas del grafismo,
un signo de resistencia, de oposición, de estrangulamiento de la espontaneidad y de
la adaptación. Supone una actitud negativa y apasionada, más o menos ligada a
147
una estrechez de conciencia y a una defensividad contra el fracaso, o contra la
angustia de la incapacidad temida.
El movimiento triangular, sea cualquiera la zona en que se encuentra, tiene el
sentido de un reforzamiento de la actitud represiva o defensiva del sujeto, sea en
sus pulsiones instintivas (zona inferior), sea en los sentimientos (zona media), o en
las ideas y la voluntad (zona superior).
En la fig. 161, los triángulos de las hampas, unidos a una escritura de coligamento
en arcos y atormentada, expresa la resistencia defensiva y neurótica, el
oposicionismo e inadaptación de una persona conflictiva que arrastra frustraciones
importantes sufridas durante la infancia. Los estados de insatisfacción afectiva y
sexual, la inseguridad frente a la competitividad con otros e incluso los complejos de
culpabilidad, pueden ser el fondo de estas actitudes de resistencia, intransigencia y
oposición.
148
La línea es horizontal o rectilínea, cuando el escritor mantiene los renglones de la
escritura en ángulo recto con los bordes del papel en su dirección de izquierda a
derecha. Esta alineación permite ligeras oscilaciones, pero no la rigidez en los
renglones (figs. 16 y 46).
(P) Mantener sin rigidez la horizontalidad de las líneas, es un buen signo de salud y
de equilibrio estable entre las tendencias y necesidades personales y las exigencias
del ambiente. Es un signo de adaptación serena, de ponderación, de examen
consecuente de los problemas y situaciones sin dejar protagonismo a ninguna
excitación emotiva perturbadora.
Como hemos dicho en escritura ascendente la línea es, simbólicamente, la imagen
del modo como camina cada sujeto hacia el logro de un objetivo. Indica el tono del
humor, del ánimo y de la voluntad. En el caso de la escritura con renglones
horizontales o rectilíneos, el autocontrol es constante y no permite que las
reacciones emotivas perturben el curso normal de las ideas y de la voluntad. No
quiere decir esto que el sujeto carezca de vibración o de sensibilidad, sino que la
lógica realista y la voluntad de ser estable y de proseguir hacia un objetivo a lograr,
está por encima de posibles pequeños desbordamientos del sentimiento y de la
imaginación. La actitud del sujeto se acerca más a la frialdad que al entusiasmo o
que al optimismo prematuro. El sujeto “no acepta las ideas disconformes con la
realidad, si no examina previamente la posibilidad de imponerlas a la realidad
mejorándola” (Marchesan).
(N) Refleja, en sentido negativo, los estados de estancamiento evolutivo, el apego
rutinario o convencional a los métodos, criterios o principios establecidos, sin
intentar nada para mejorarlos y adaptarlos a los cambios sociales o profesionales. El
sujeto es como el último vagón de un tren de marcha lenta que, además, va frenado.
Ausencia de calor y de colorido en las imágenes, por falta de vibración ante los
estímulos indiferencia o desinterés, despreocupación, apatía. Se asocia
frecuentemente con la escritura monótona (fig. 15).
149
respeto inteligente y práctico de las normas establecidas, pero con la necesidad de
aplicar las propias ideas a esas mismas normas para mejorarlas, tanto en el sentido
social como profesional.
Así pues, la escritura igual, en sentido positivo, es un claro indicador de una
conducta estable, pero sin monotonía ni rigidez, de una actitud ponderada,
perseverante, correctora de los aspectos inadecuados que perjudican la evolución
normal de la vida, pero siempre bajo la existencia de una organización metódica y
reguladora.
(N) Cuando la escritura igual obedece a un exceso de cuidado y de atención en que
la voluntad se aplica más al medio (a la forma y al orden), que a la verdadera
finalidad de la escritura : transmitir un mensaje o comunicación El sujeto vive más
pendiente de “la forma”, que del “contenido” y equivoca en su actitud la misión a
realizar. Vive más apegado al método que a la finalidad, carece del sentido esencial
de las cosas, ha quedado encerrado, acartonado, en los moldes artificiales de
conducta distanciados de la evolución natural de la vida.
La conducta del sujeto que se anquilosa en normas, preceptos y pautas de
comportamiento, oculta frecuentemente la inseguridad, las represiones sexuales de
todo tipo y muchas psicosis o neurosis. El grado de rigidez del grafismo es siempre
proporcional al grado de represión de sentimientos inadaptados o negativos. El
grado de monotonía es proporcional a la indiferencia afectiva y a la incapacidad
mental para comprender, asimilar y utilizar nuevos conocimientos (deficiencia de
imaginación y fantasía).
150
En el caso que la deformación de las letras produzca la ilegibilidad, el sujeto no
escribe con la intención de comunicar algo, lo que hace es complicar su grafismo de
modo que los demás no puedan entenderle, con lo cual se inviste a sí mismo de una
personalidad especial que le separa de los demás, bien sea con intención de
mostrar una cierta superioridad y un halo de misterio en torno a sí mismo, bien
porque su narcisismo, su neurosis o psicosis le impida tener en cuenta a otro que no
sea él mismo.
Cuando la falta de letras en las palabras, es lo que produce la ilegibilidad hay que
tener en cuenta los posibles motivos que pueden producir ésta ilegibilidad,
recurriendo al conjunto del grafismo. Los sujetos muy tímidos (J. J. Simón) en razón
a no ser expansivos con sus cosas íntimas, suelen, inconscientemente, dejar las
palabras incompletas. Los perezosos y negligentes, los que juegan con la reserva
de sus lados desfavorables, suelen dejar también las palabras inacabadas. La
defensa contra la angustia de la inferioridad produce también olvido de letras.
La claridad y la buena legibilidad, es un indicador de una mente sana, de un
comportamiento honesto, de una buena adaptación y de confianza en sí mismo. La
ilegibilidad, puede indicar todo lo contrario cuando se produce a la vez en el texto y
en la firma.
Dícese de la escritura que presenta dibujos en los márgenes o en el interior del texto
y que son una especie de “fantasmas visuales fijados sobre el papel, reveladores
según el Dr. Gille-Maisani del pensamiento subconsciente y de la dinámica del
inconsciente”.
Para la interpretación de la escritura ilustrada, remitimos al lector a la obra del Dr.
Gille-Maisani “Psicología de la Escritura” (ver Bibliografía.) y a nuestra obra “Dibujo y
Personalidad” sobre los tests proyectivos gráficos, de próxima a publicación.
Para interpretar éste lenguaje “no verbal” del dibujo., hay que considerar varios
aspectos, entre ellos la ubicación del dibujo, su tamaño, su claridad en la definición
de las figuras, la soltura del dibujo, el gusto estético demostrado, el mensaje o
intención posible, etc.
Cuando el sujeto que escribe realiza un dibujo bien hecho, bien definido y sin
desproporciones entre sus partes, es decir, cuando la figura o figuras dibujadas dan
la sensación de equilibrio, de cohesión y unidad, generalmente indica un buen ajuste
a la realidad. Lo contrario también es cierto. Un dibujo mal hecho y con alguna de
sus partes desproporcionada, dando la sensación de falta de equilibrio, de cohesión
y de unidad, puede reflejar un dinamismo inconsciente perturbador.
Toda ilustración, como indica el Dr. Gille-Maisani, es una manera de proyectar al
exterior vivencias o experiencias que tienen una singular fuerza en el subconsciente.
Puede tratarse de deseos, temores, experiencias agradables o desagradables,
anhelos, frustraciones, ansiedades, tensiones emocionales o instintivas no
descargadas, etc., ligados a estados de ánimo alegres o depresivos. En estos
dibujos puede hallarse camuflada la imagen que el sujeto tiene de su propio cuerpo,
151
la imagen que tiene de sí mismo. (No tenemos ningún ejemplo que ofrecer en las
muestras del Diccionario).
152
I07 - IMPULSADA o LANZADA:
Ciertos elementos del grafismo, como pueden ser los finales, las barras de las “t”,
los puntos y acentos, etc. son lanzados hacia la derecha y arriba o hacia la derecha
y abajo (figs. 49, 66b, 74, 90, 96 y la “y” final de la firma de Kennedy, fig. 111 bis).
En principio, todo elemento gráfico lanzado, expresa un ánimus agresivo,
apasionado, combativo, un vivo impulso de lucha, de iniciativa y de acción. El sujeto
no tiene paciencia frente al obstáculo, no lo evade o rodea con habilidad, lo ataca de
frente, con o sin razón. Este ardor combativo es de esencia masculina.
La punta aguda o la maza en la terminación de los trazos lanzados, matiza la
agresividad. Si la terminación es en punta, la agresividad tiene un sentido sádico, es
decir, el sujeto siente satisfacción en hacer sufrir a los demás física o moralmente. Si
la terminación es en maza, la descarga agresiva es violenta y brutal e indica una
necesidad de liberar las tensiones emotivas contrariantes, la acumulación de afectos
negativos y perturbadores. La dirección de los trazos impulsados, matiza también su
significado.
Si la dirección es ascendente, expresa la rebelión, la oposición, la discusión por
inconformidad y el ataque a todo cuanto, procedente del exterior, resulta
contrariante para el sujeto. En cambio, los trazos impulsados, en dirección
descendente orientan la agresividad hacia el propio Yo o a los inferiores en la esfera
familiar o profesional. En la fig. 49, los trazos impulsados se producen en las
jambas, previa distorsión de forma y dimensión. El ambiente gráfico es negativo y la
inclinación ambivalente, es decir, oscilante o discordante, esencialmente en las
mayúsculas y las jambas con relación a la tendencia vertical de las letras de la zona
media. Podemos interpretar este grafismo como propio de personas que sufren
deterioro en las ideas y en la conducta por falta de unidad y coherencia entre lo que
piensan, sienten y quieren, unido a anomalías sexuales.
En la fig. 66b, los trazos impulsados corresponden a las barras de las “t” en una
escritura apretada y con finales de palabra desviados hacia abajo, hacia la zona de
los intereses materiales. Por la altura de las barras, podemos deducir la necesidad
de independencia y el uso de exigencias autoritarias, pero a la vez, por la dirección
ascendente de esas barras, deducimos la combatividad, el ataque a toda persona,
situación u objeto que pueda perjudicar a esta persona su bolsillo.
En la fig. 74, las “d” con trazo final en forma de barra de “t”, indica también la
necesidad de independencia y el uso de la autoridad como medio de imponer las
propias ideas.
En la fig. 90, los disparos desproporcionados de las barras de la “t” en “golpe de
látigo” y de los finales en distintas formas y direcciones reflejan el carácter impulsivo,
apasionado, falto de compostura, de respeto y consideración hacia el entorno de la
persona autora de este grafismo.
El fuerte ritmo, vigor y dinamismo, la simplificación en las formas, la armonía de
espacio y movimiento visibles en la fig. 96, reducen el sentido psicológico de
violencia e impulsividad que tiene la barra de “t” del texto y muy especialmente la “t”
de la firma y el fuerte subrayado del nombre.
153
Finalmente, en la firma de Kennedy, el sobrealzamiento de las mayúsculas del
nombre (orgullo de clan), y el violento final de la “y” precedido de una jamba plena y
profunda, señalan la tendencia a las reacciones desmedidas en los casos de
contrariedad a su orgullo. Pese a su habilidad política (escritura filiforme) y a la
simplificación de las formas (cultura), Kennedy habría sido capaz de desencadenar
un conflicto bélico con Rusia, en un rapto de orgullo.
Decimos que una escritura es inarmónica cuando el conjunto del grafismo, o ciertos
elementos del mismo, carecen de belleza y equilibrio estético a causa de
desproporciones, distorsiones y desequilibrios chocantes en la forma de las letras,
en la presión, en la distribución de letras, palabras y líneas, en la ornamentación,
etc. (figs. 37, 38 y 49).
La escritura inarmónica es un indicador de vulgaridad, de falta de sentido equilibrado
entre la imaginación y la realidad. Enturbiada la mente por la emotividad, por el
exceso de subjetivismo o por la desproporción de la autoimagen con relación a los
valores reales, el sujeto ofrece una visión desordenada y desproporcionada de sí
mismo, del mundo y de las cosas, carece del sentido de la medida y de la
ponderación en los juicios.
La escritura inarmónica, es un signo evidente de incapacidad para poder apreciar y
comprender las manifestaciones elevadas del espíritu, para conducirse socialmente
de acuerdo con los más elementales principios de honesto respeto a las reglas de la
154
educación y a la personalidad de otros. Es, como dice Crepieux-Jamin, un signo de
inferioridad.
155
I11 - INCLINADA, MUY (Tumbada a la Derecha), Escritura:
156
Toda incoherencia es una ruptura del equilibrio en los juicios, una discordancia en
las ideas, en la afectividad, en las pulsiones instintivas y , por tanto, en las
reacciones y en la conducta, en el caso de la figura 49 y sobre las variaciones de
animo (excitación-depresión) en el caso de la figura 203a.
157
La escritura inestable es un modo acentuado de la escritura inconstante.
Se caracteriza, esencialmente, por las variaciones de dirección de las líneas
(escritura sinuosa, serpentina, imbricada etc.), por las variaciones de inclinación y
dimensión (zona media), por las variaciones de coligamento, en la colocación y
forma de los signos complementarios de las letras (barras de las “t”, puntos,
acentos, etc.).
La escritura inestable indica cierta discontinuidad en la conducta, es decir,
incapacidad para mantener una conducta sosegada, tranquila y estable, sometida a
un buen control y a una capacidad de inhibición de los estímulos no adecuados a
una trayectoria fija de objetivos a lograr.
Por tanto la escritura inestable es más propia de la agitación, del descontrol emotivo,
de la dispersión de la atención y de la actividad desigual y caprichosa, que de una
actitud perseverante y un ritmo regular en el trabajo, en los estudios y en el
comportamiento.
La inestabilidad puede estar producida por factores de herencia (sujetos
excesivamente nerviosos) o puede haber sido adquirida a causa de una educación
demasiado autoritaria o por celos frente al trato especial de los padres con otro
hermano menor o mayor.
El sujeto inestable puede caer en la delincuencia, si los amigos, en los cuales busca
apoyo y ternura, son ya delincuentes o intentan serlo.
La nota clave, como en el caso de la escritura inconstante, y con mayor motivo,
puede ser la ansiedad.
Es la escritura del niño o del analfabeto cuando aún la atención está puesta en la
pluma y no en el mensaje a escribir. Esta escritura puede ser mas o menos torpe,
desgarbada y titubeante (figs. 80 y 83) o puede haber alcanzado cierto grado de
evolución como, por ejemplo, el caso de los grafismos de las figuras 47 y 48, que ya
son plenamente caligráficas.
Para determinar el grado de evolución de la personalidad del sujeto que presenta
una escritura infantil, es recomendable cotejar la escritura con las 37 componentes
establecidas por Gobineau y Perron.
Para interpretar este tipo de escritura, es necesario tener en cuenta si se trata de un
niño que aprende a escribir, o de un adulto más o menos analfabeto. En el caso del
niño se observa una incertidumbre o inestabilidad, una falta de dominio en las
formas, las vacilaciones en la dirección de las líneas y en la inclinación y , a
menudo, las letras trazadas al revés. Existen varios tratados dedicados al estudio de
los grafismos infantiles, el más recomendable es “Génétique de l´écriture et étudie
de la personnalité”, de Gobineau y Perron.
La interpretación se complica mucho cuando se trata de un adulto más o menos
analfabeto (fgrs. 49, 80, 83 y 123a). Según el ambiente gráfico, la escritura infantil
158
en el adulto, puede tener diversidad de interpretaciones. Tomamos algunas de ellas
de la acreditada obra de Dr. Gille-Maisani “Escritura y Personalidad”: “Infantilismo de
los instintos; predominio de la actividad física sobre la intelectual, gusto inmoderado
por los deportes; sado-masoquismo; exhibicionismo; incertidumbre de elección de
“objeto”, dificultad para permanecer vinculado a una relación amorosa estable;
posible homosexualidad masculina etc.”.
“El infantilismo -seguimos con el Dr. Gille- puede ser afectivo (fijación a los padres,
egoísmo parasitario, avidez, falta de sentido de las responsabilidades). Y puede ser
también intelectual. Tendencia a las fabulaciones, subjetivismo, pobreza de sentido
critico y falta de previsión en cuanto a las consecuencias de los propios actos. En
cuanto a la voluntad, agrega el Dr. Gille, la escritura infantil puede ser un indicador
de falta de perseverancia, de terquedad de sugestibilidad”. La suciedad, con formas
vulgares y frecuentemente angulosas, (fig. 88), puede señalar el carácter sádico-
anal agresivo e inadaptado.
Es frecuente que los grafismos infantiles, vulgares y toscos, pertenezcan a
individuos maleducados y con un lenguaje grosero y soez del cual hacen alarde ante
los demás, como si su zafia descortesía fuese un distintivo de machismo o de
virilidad agresiva que creen poseer.
Este tipo de grafismo, fue siempre descartado en nuestros trabajos de selección de
personal, por lo que hemos podido estudiar a fondo las características psicológicas
de esta escritura y hemos recurrido al importante estudio que hizo nuestro
malogrado amigo el Dr. Gille.
Llamamos escritura inflada aquella en que las dimensiones de ciertas letras o partes
de las letras adquieren un volumen dimensional en desproporción con los módulos,
o en la zona media del grafismo (ver inflaciones en las mayúsculas de la fig. 51a; en
las hampas de las “d” en la fig. 75: en la fig. 82; en la ”P” de “Pier de la fig. 106a; en
las jambas de la fig. 162 y en la “o” y la “l” de la fig. 183b). Las inflaciones, en la
zona media, suelen producirse en las letras que tienen estructura oval o redonda:
las “o”, las “a”, las ”g”, las ”s”, las “r”, la parte central de las mayúsculas etc.
El gesto -tipo inflado, corresponde, en principio, a un intento de expansión o
liberación de ciertas tensiones internas debidas la rechazo, represión o negación de
pulsiones, apetitos o deseos con fuerte dinamismo en el inconsciente. La presencia
de inflaciones en el grafismo, es una señal de la actividad perturbadora de estas
tensiones bloqueadas en el inconsciente, las cuales, pueden ser un indicador de
ciertas neurosis, entre ellas, la neurosis de angustia.
Mediante los denominados “mecanismos de defensa” (ver estos en el diccionario),
se descargan muchas tensiones psíquicas internas capaces de perturbar la
conciencia y producir angustia.
A través de la función general de defensa del aparato mental (sublimación,
regresión, desplazamiento, proyección, identificación, etc.)el sujeto expansiona sus
tensiones internas conflictivas sin que conscientemente se dé cuenta de ello.
159
“todo acto, aparentemente fortuito o anodino -dice Freud-, obedece al mecanismo
regulador de las tensiones psíquicas almacenadas en el inconsciente: lapsus,
olvidos, sueños, chistes, etc.”. Cuando estos mecanismos de defensa se hacen
conscientes, la defensa toma el nombre de “ocultación”.
Mediante la sublimación, la proyección la identificación etc. De las pulsiones
rechazadas, negadas o retenidas para no entrar en conflicto con la conciencia, cada
sujeto encuentra una vía indirecta de descarga de sus tensiones y evita la angustia.
El artista, el escritor, el fantaseador, el deportista, el humorista, etc., a través de
sublimaciones, de situaciones o de cualquier otro mecanismo de defensa, alcanza
alivio a sus conflictos internos, descargando sus acumulaciones emotivas
reprimidas.
A través de estos “mecanismos de defensa”, no solo se reestablece frecuentemente
el equilibrio interno, sino que se compensan o supercompensan también muchos
fallos, minusvalías o insuficiencias personales.
Cuando la inflación se instala en la zona inferior, en el fondo pulsional de la
personalidad (jambas muy infladas, fig. 25 de Escritura y Personalidad), este gesto-
tipo es la expresión grafica de la existencia de fuertes pulsiones inconscientes
rechazadas, reprimidas o negadas que, de alguna manera, buscan una expansión
compensadora o supercompensadora sea a través de una sublimación, de un
camuflaje, o de una transformación que no tenga la oposición de la conciencia, del
Yo o del Super-Yo.
Según los caos, el sujeto puede recurrir a la creación artística, a la fantasía
expansiva fantasmagórica en la que tratará de investirse a sí mismo de las
grandezas más espectaculares, sintiéndose el héroe de su novela, dotado de
poderes sobrenaturales y de cualidades mágicas con las cuales asombrar a los
demás mortales. Puede descargar también sus tensiones internas, a través de la
motricidad (bailes, deportes o exhibición del cuerpo mediante el desnudo, total o
parcial, o con trajes o vestidos de colores, adornos extravagantes o peculiaridades
agresivas destinadas a llamar la atención o producir asombro.
La inflación de la zona del Ello corresponde, pues, a un dinamismo subterráneo de
pulsiones, deseos o apetencias en conflicto con la conciencia, el yo y el Super-Yo.
Si estas tensiones inconscientes rechazadas, no tienen una salida indirecta a través
de los mecanismos de defensa, su fuerza expansiva puede desplazarse a través del
sistema neurovegetativo produciendo la neurosis, la falsa ulcera de estómago, la
falsa cardiopatía, la hipocondría y un sin fin de enfermedades psicosomáticas
descritas por Freud y sus seguidores.
Las inflaciones en la zona media, principalmente las mayúsculas, en los óvalos de
las “o”, en las “s”, en las “r”, y en otras letras interiores, suele corresponder a
compensaciones de fallos, deficiencias o insuficiencias en el sentimiento del “si
mismo”. Este signo conduce, a veces, a la desfiguración o deformación de la
realidad, sea en forma de falsa apreciación subjetiva de si mismo. “¡soy el mejor¡,
los demás no importan” (Viñas), sea en la falsa apreciación de las cosas, que se
traduce exteriormente por el empleo de superlativos en el lenguaje con expresiones
tales como: ¡extraordinario!, ¡fenomenal!, etc., criterios aplicados a personas, hechos
o cosas sin importancia ni transcendencia. Como ejemplo de inflación, podemos
citar el caso del general Douglas Mac Artur (fig.250 de Escritura y Personalidad) en
la que puede observarse un fuerte inflamiento en la “o” de “Douglas”. El general Mac
160
Artur, se hizo famoso, no solo por su intervención en la guerra contra Japón, sino
también por su arrogancia y por la singularidad de sus gorras y uniformes, que se
hacia hacer con un diseño especial.
Nuestro colega, gran erudito y observador J. Tutusaus, ha observado los óvalos
inflados en grafismos de bajo nivel positivo que correspondían a sujetos muy dados
a mentir, a embaucar, a engañar.
La inflación en la zona superior (figs. 38, 82, 89b, 106a y 204), corresponde a una
hipertrofia o ensanchamiento ilusorio del ideal del Yo. El sujeto intenta
supercompensar sus sentimientos de inferioridad, sus fallos, insuficiencias o
minusvalías vividas en el inconsciente, a través de una autoimágen falsa o
sublimada que le induce a creer que es superior a los demás en algún aspecto, o en
todos. Quiere algo distinto a la masa. Su ideal del Yo, como en el tipo “estrella” de
Kunkel, es sentirse revestido de una personalidad mágica, brillante, espectacular,
que le designa de los demás congéneres y, en ese sentido, trata de cultivar su
personalidad, de cara a la celebridad, a la popularidad o al aplauso.
Este gesto-tipo, es un signo muy frecuente entre los artistas y las personas que
gozan de popularidad. Ver, por ejemplo, la gran “p” de “Pier” de la famosa artista
italiana Pier Angeli (fig. 106a).
El gesto inflado, puede instalarse también en las zonas iniciales y finales, cuyo
estudio ya lo he realizado en mi obra “Grafología Estructural y Dinámica”, editada
por la A.G.C. (ver esta obra y el articulo sobre “Los mecanismos de defensa” en el
boletín nº6 de la A.G.C.).
Como final, debemos añadir que los signos de inflación deben ser interpretados de
acuerdo con el conjunto del grafismo y con el nivel positivo o negativo. Debe tenerse
en cuenta también el predominio del movimiento o de la forma y el grado de
desviación del gesto inflado en relación con los módulos.
161
La lentitud de espíritu, la depresión, la melancolía, la falta de confianza en sí mismo,
la inseguridad, el rechazo o crítica a ciertas personas, o a la autoridad de otro, las
quejas de los que se sienten explotados por otro, el odio feminista al varón, los
complejos de impotencia y de culpabilidad sexual etc. pueden ser signos
determinantes de la inhibición o de la represión.
Recordaremos, en este momento el estudio realizado por el médico psicoanalista
Hitschmann al filósofo Schopenhauer, cuyo ascetismo y pretensión de virtud, sólo
eran un reacción de rechazo de su sensualidad y su ética de compasión una
represión de naturaleza maliciosa y cruel. Hitschamann, sostiene que en su estudio
sobre Schopenhauer, que “la hostilidad de este filósofo frente a las mujeres y su
desvaloración del sexo, nacían del odio hacia su madre, sentimiento originado en un
anhelo inconsciente de ella”. Esto confirma la ley de Jung, según la cual, toda
actitud excesiva de la conciencia en un sentido, tiene, en el inconsciente, su
presencia como fuerza dinámica contraria.
162
Se trata de pequeños trazos independientes, generalmente horizontales, que cortan
o mutilan las jambas, especialmente las “q”, y a veces las hampas o los trazos
iniciales de las “c” mayúsculas o minúsculas.
No disponemos de ejemplos en el “Diccionario”.
Este corte o mutilación , cuando se encuentra en las letras “ q “ ha sido identificado
por Matilde Ras, como posible signo de deshonestidad. El autor no ha podido
comprobar el signo, pero si es “vero”, habrá que tener en cuenta el conjunto del
grafismo y el nivel negativo que pueda tener el mismo antes de diagnosticar.
Hay un caso muy significativo en el grafismo nº 117b. El autor de este grafismo, con
una sexualidad sádica (ver los regruesamientos de los finales de las jambas en
forma de cuchillo de matarife). Estas jambas aparecen cortadas por el movimiento
concéntrico del óvalo de las “p“. Es como “dar un corte“ a sus tendencias sádicas
englobándolas en el narcisismo reflejado en esas espirales. En la primera “ q “ (letra
inicial de la primera línea), podemos apreciar el barrado inútil en el corte agresivo,
dado a la jamba de ésta letra, con un trazo rígido y en diagonal, expresión de la
agresividad.
El escritor invade con la masa gráfica toda la superficie del papel que utiliza (fig. 61).
Ocupa igualmente los márgenes y no deja espacio ni respiro, aún para las propias
letras. Es un signo contrario a escritura aireada, ordenada y clara. Puede darse el
caso que el escritor cruce con un nuevo texto las líneas ya escritas.
No debe tenerse en cuenta el texto sobre tarjetas postales o sobre papeles con poca
dimensión.
Con fuerte presión, dinamismo y lanzamientos, puede ser un indicador del
desbordamiento vital, del exceso de actividad y dinamismo del escritor, pero sin
orden ni concierto, es decir sin seguir un orden o una programación racional de la
actividad.
Si la escritura es grande, extensa, inclinada y centrífuga y la invasión es más
acusada la final del escrito, el sujeto sufre un estado más o menos patológico de
excitación, de agitación desbordante, el cual se traduce por un comportamiento
eufórico, más o menos extravagante, verborréico (habla por los codos), se toma
familiaridades excesivas con los demás, sean o no conocidos, se entromete en los
asuntos de los otros, sin ninguna clase de respeto a la intimidad o a la personalidad
ajena, queriendo ser demostrativo se hace fatigante. Estos rasgos de carácter son
propios de los tipos obsesivo-maniácos.
“Con escritura grande, inclinada, ligada, en girnaldas, ascendente y con finales
largos en la zona media, la escritura invasora corresponde a los sujetos de
sentimiento extravertido de Jung. Pero también puede ser un indicador del
predominio del tipo sensación-extrovertida, si la escritura es redonda, regular, de
ritmo pesado y estable“ (Dr. Gille).
163
I22 - INVERTIDA, Escritura:
164
angulosidad, el sobrealzamiento y la rigidez del grafismo, serán las dominantes en el
caso b).
(Ver otras interpretaciones en “Escritura y Personalidad”.
J01 - JAMBAS:
Las jambas son las partes inferiores de las letras “g”, “j”, “y”, “f”, etc. Para
comprender el sentido psicológico de estos movimientos en la zona inferior, es
aconsejable leer, en mi obra “Grafología estructural y dinámica”, la “Teoría Vels
sobre las jambas”, página 131, En este artículo y en las páginas siguientes se
mencionan los varios tipos de jambas y su interpretación psicológica.
Sugerimos a los lectores que tienen ordenador, que añadan a continuación no sólo
la teoría del autor sobre la zona inferior, sino también todos los tipos de jambas que
figuran en la obra citada.
Las letras minúsculas que, en su totalidad (“a” y “o”) o en parte central de la zona
media (“g”, “d”, etc.), tienen una estructura redonda u oval, aparecen sobrecargadas
por un doble anillo (figs. 25 y 68), o por movimientos en forma de nudos (figs. 174 y
183b).
Para su interpretación es necesario tener en cuenta que el círculo del óvalo, en la
zona media, representa el núcleo o parte central y principal de la afectividad, donde
permanece latente el pasado, el presente y la visión de futuro del Yo. En el
movimiento circular u oval se desarrollan, tanto las ideas, como los sentimientos y
apetencias de todo tipo, es decir, se engendran aquí las reacciones que llevan a
cada sujeto a estimar y “querer”, en el doble sentido de “deseo, “apetencia”,
“comprensión”, “toma de actitud” y “acción”.
Por lo tanto, el desarrollo del “núcleo afectivo”, puede representar lo mismo una
apetencia “egoísta”, que una disposición “altruista”. Los movimientos en círculo, en
forma redonda (fig. 137a) y los movimientos en forma oval o redondeada (fig. 66),
como ya hemos dicho al hablar de la escritura en curvilinea, C47, representan los
dos movimientos de la Tierra, uno de rotación alrededor del “sí mismo”, del ego (las
formas redondas), y otro de traslación o de comunicación y contacto con el “objeto”.
El doble anillo en las escrituras redondas representa una doble vuelta en torno al “sí
mismo” y a los propios intereses, deseos y necesidades más biológicas y materiales
(tendencias “linfáticas” o infantiles). El “egoísmo”, el “egocentrismo” y el narcisismo”,
pueden tener un aire ingenuo o infantil en el caso de la escritura redonda, pero
también puede ser esta conducta elaborada racionalmente, inspirándose el sujeto
en las necesidades del cuerpo, tanto sensuales como sexuales. (Ver el vector “L” en
nuestro “Manual de Grafoanálisis” y los otros tres términos entrecomillados en
nuestro “Diccionario psicológico”).
165
El doble anillo en las escrituras redondeadas, más ágiles y vibrátiles que las
escrituras redondas, expresa también una doble vuelta en torno al Yo y al propio
modo de “querer”, sea antes de entrar en contacto con los demás, o mientras se
está sosteniendo un intercambio o relación.
El término “querer” debe contemplarse en el doble sentido de “afecto” (ambición o
necesidad de aprecio, de cariño, de ternura, de amor, de amistad, de estimación,
etc.) y también como disposición de “voluntad”, es decir, como acción de “querer
lograr algo”, sea una superioridad sobre otros; sea algo que tienen otros y que se
desea; o lograr una mayor ventaja o beneficio para sí mismo en algún sentido.
Esta explicación, justifica las interpretaciones, que ya dio Michon a la escritura.
“jointoyée” o anillada, de reserva y falsedad y otras posteriores de autores más
modernos disimulo, simulación, silencio insidioso o malintencionado de intenciones
personales o de algunos defectos o particularidades negativas en las personas o en
las cosa, habilidad para maniobrar de manera astuta con el propio lenguaje o con
los propios actos, como ocurre con algunas personas con síndromes histeroides
(mentira, fabulación, deformación de los hechos reales, etc.). Esta escritura la
hemos visto en algunas mujeres con complejos viriles, poco favorecidas físicamente,
que defienden sus “derechos feministas” buscando una compensación o
supercompensación de sus problemas íntimos reivindicadores a base de ataques
virulentos al “machismo”.
Sucede también con algunos políticos, cuya escritura anillada (encubrir), filiforme
(evadir), indica claramente lo que hacen no aportar ningún esfuerzo al arreglo de los
problemas de su país, en beneficio de todos y de ellos mismos, sino perder su
tiempo combatiendo y denunciando públicamente a la oposición, con lo que
contribuyen, olímpicamente, a no arreglar nada, y a dejar a los ciudadanos más
maduros sumergidos en una amarga incredulidad.
Y en fin, tenemos también la escritura “jointoyée” o anillada, en el grafismo de
ciertos vendedores, comerciantes y charlatanes de feria, desleales a la verdad y al
sentido ético de la sinceridad, claro que, en los negocios a veces si no se miente, se
pierde.
“El reiterado temor a ser descubierto de estos sujetos (dice Paolo Bruni, en su
“Simbología della Scittura”, Ed. Xenia, Milan, 1994) hace que sientan la necesidad
de vigilar cuanto dicen y hacen. El temor de llevar una doble vida, puede llegar a
generar un rasgo paranoide de persecución” (Traducción de J. Tutusaus).
En cualquier caso, es necesario interpretar este tipo de escritura de acuerdo con el
ambiente gráfico y el nivel de positividad del grafismo.
166
En cuanto a los signos de laciedad por congestión o pastosidad, ver las figuras 34,
48 y 62.
En el caso de la fig. 116, la escritura aparenta un dinamismo que no tiene. Vemos
que falta vigor en los trazos y en la marcha de la escritura. El avance del grafismo es
similar al de una persona beoda, cuyos pies no tocan bien a tierra, lo que hace que
ande dando tumbos y tropezones de un lado a otro, dando codazos, con raptus
irritables y despóticos (barras de las “t” altas, lanzadas y algunas sobrevolando el
hampa y con formas en arco: influencias o presiones procedentes del cuerpo,
esencialmente de la zona sexual). Da la impresión que esta persona tiene serios
problemas en su vida afectiva y en su trabajo (coligamento muy inseguro y poco
estructurado, posiblemente a consecuencia del alcohol o de las drogas). La escritura
está bastante desorganizada.
En la fig. 122, esta persona parece anclada en un Super-Yo que no le deja ninguna
clase de expansión libre (escritura muy inhibida, caligráfica, convencional, regular,
monótona, etc.). Las barras de las “t” altas y firmes, reflejan que defiende con cierto
rigor su independencia, sus hábitos rutinarios de conducta, su apego convencional a
las normas y disciplinas exigidas por su Super-Yo.
La fig. 145, presenta una laxitud progresiva en la zona media sin que las formas del
coligamento queden bien definidas (mezcla de arcos, ángulos y trazos filiformes).
Como gesto-tipo dominante puede verse las “d” con hampa en arco, la torsión o
concavidad hacia la izquierda de las hampas y la inversión de la inclinación.
Las desigualdades en el coligamento, unido a las hampas curvadas a la izquierda y
a la escritura invertida, señalan los conflictos, dificultades o frustraciones que esta
persona tiene en su vida sentimental.
Los arcos en la zona superior, los sobrealzamientos y las jambas con bucle
ascendente dextrógiro reflejan claramente el refugio de esta persona en los placeres
compensatorios que le proporciona la vida del espíritu, la fantasía, la creatividad
estético-intelectual, actividad que no requiere lucha o enfrentamiento práctico con
los problemas, ante los cuales su única actitud es la huida, la evasión a través del
aislamiento, de la sublimación o del fingimiento.
En la fig. 34, vemos una escritura pequeña, apretada, pastosa o congestionada,
contenida, concentrada, estable e inclinada, pero con poco dinamismo. La
pastosidad ralentiza la marcha de la escritura haciendo más difícil la toma de actitud,
las decisiones y el empuje del sujeto de cara a los problemas vitales (opresión de
sentimientos y pobreza de voluntad, lo que relega al sujeto a la pasividad).
El mismo panorama tenemos en el grafismo de la fig. 48 donde la monotonía
caligráfica, la pastosidad y la poca envergadura de los movimientos hacia la zona
activa y de enfrentamiento con el exterior, genera una estabilidad pasiva en los
hábitos de conducta y de trabajo.
La fig. 62, con apariencia más dinámica, se ve entorpecida por la pastosidad, la
inseguridad en la cohesión, los empequeñecimientos repentinos y las inhibiciones
de la marcha.
En general, la escritura lacia, refleja una carencia de dinamismo, es decir, un
predominio de la pasividad, lo que determina falta de iniciativa, de invención activa,
de originalidad, de sentido crítico y de calor expansivo.
167
L02 - LANZADA, Escritura:
Los elementos de ciertas letras, como pueden ser los finales de las mayúsculas, las
barras de las “t”, o los trazos finales de cualquier letra, son lanzados, mediante un
movimiento vivo y a veces tajante, hacia lo alto o lo bajo de la interlínea, como
ocurre en las barras de las “t” de la fig. 28 y en los finales de palabra y barras de las
“t” de la figs. 37, 90 y 93.
En general, aunque sea un signo de dinamismo, de arrojo, de empuje activo, no deja
de ser una tendencia del escritor a reaccionar impulsivamente y de inmediato a los
estímulos internos o externos. El sujeto es primario (ver este término en mi
“Diccionario de psicología”), se lanza sobre el “objeto” sobre la meta a alcanzar,
poseído interiormente, sea por la impaciencia, la ira, o por un impulso incontenible
que genera en él la pasión de alcanzar algo sin ningún tipo de espera. Los errores,
en el camino, para alcanzar ese “algo”, son corregidos sobre la marcha, sea
destruyendo los obstáculos, o dejándolos de lado si, de momento, no le estorban.
Al predominar mucho las pulsiones instintivas que como se sabe, no están regidas
por ningún código ético o moral, sobre la reflexión, el sujeto se dispara en lo que
quiere y hace, siguiendo sus “corazonadas” instantáneas, a riesgo de ser injusto, y
no tener ninguna clase de contemplaciones con los demás, o con lo que es de los
demás. El sujeto se inviste, interiormente, de una confianza ciega en sí mismo y en
sus deseos y esto le lleva a actos audaces y temerarios en la consecución de sus
fines.
La intuición y el sentimiento, el instinto y la imaginación, actúan sobre los nervios y
los músculos manteniéndolos constantemente en tensión. De aquí que, cualquier
pequeña contrariedad, cualquier pequeño obstáculo u oposición despierte en el
ánimo la agresividad, la irritabilidad o la misma violencia física o verbal.
En sentido positivo, la escritura lanzada o impulsada, proporciona una buena
disposición de la voluntad luchadora y emprendedora, aunque el sujeto, debido a su
estructura de apasionado, puede sobrepasar fácilmente los objetivos que le sean
marcados, o modificar los medios para obtenerlos.
Los lapsus en la cohesión son cortes, silencios, espacios en blanco excesivos, que
quedan en medio de las palabras (En la fig. 89a, se producen pequeños lapsus de
cohesión prácticamente en todas las palabras. En la palabra “persona” el corte de la
cohesión se produce dos veces y tres en “grandemente”).
El “lapsus de cohesión”, del cual me creo descubridor, lo detecté hace muchos años
al comparar estos cortes con los prolongados silencios (inhibiciones) de algunos
sujetos antes de dar sus respuestas a las láminas del test de Rorschach en mis
trabajos de selección de personal.
168
En general, los lapsus de cohesión son propios de los sujetos que se coartan con
cierta frecuencia en presencia de personas, problemas, situaciones o
acontecimientos inesperados. Reflejan inseguridad en sí mismo y temor al error o al
fracaso. Generalmente suele darse estos lapsus en personas de ideación pobre y
lenta ante otros (cohibición), en sujetos con ambiciones importantes refrenadas por
el miedo al fracaso (complejos de impotencia o minusvalía) en depresivos, en
sujetos muy sensibles a la coartación, al bloqueo emotivo en circunstancias que
deberían tener la mente despejada y libre de temores y de inhibiciones neuróticas,
como ocurre en sujetos con tendencias epileptóides y esquizóides.
Si los cortes se dan en una escritura con buen nivel positivo, puede estar indicando
alguna preocupación, suceso pasado, no digerido afectivamente, o temor a que se
produzca algún hecho o situación de fracaso o frustración. El bloqueo emotivo que
se produce en el individuo y la inseguridad paralizante que padece, actúan como
una función obstructora de la mente, de forma parecida a la próstata, cuando ésta
obstruye el conducto de desagüe de la vejiga.
La necesidad de prudencia, de cautela, de retención, frente a personas nuevas
situaciones que pueden comprometer el propio prestigio, hace que el sujeto se
inhiba o renuncie a la asistencia a reuniones, que no tome iniciativas donde teme
riesgo de fracaso o deje pasar oportunidades beneficiosas, siempre con el miedo al
fracaso como representación mental inhibitoria.
Si el signo tiene poca intensidad, puede señalar la necesidad de variar los planes o
programas de actuación, a la vista de los cambios que se van observando en el
ambiente, en cuyo caso, aunque sea el miedo al fracaso y la inseguridad el
denominador común, el signo es ya más normal, menos patológico, menos
angustioso y neurótico.
Con bajo nivel positivo, suele ser indicador de apatía, de retardo mental, de falta de
iniciativa. El sujeto puede ser muy constante y aplicado en sus tareas, pero sin
originalidad innovadora, sigue los métodos , rutinas y disciplinas tradicionales y lo
que teme, precisamente, es no estar a la altura de las innovaciones cuando éstas se
presentan.
169
autenticidad de “ser” (Bruni). La perfección radica más en lo que se aparenta que en
lo que se es.
Según el prof. Bruni (investigador italiano de Milán, poco conocido aún en el campo
grafológico), los sujetos que hacen los óvalos de las letras “a” y “o” con pequeños o
grandes lazos, “muestran cierta inmadurez afectiva, luchan entre las tendencias
apolíneas y dionisíacas, entre el bien y el mal, tienen el ánimo ambivalente y no
llegan nunca al fondo de lo que dicen. Usan subterfugios y secretismos y muestran
de sí mismos y de las personas y las cosas, sólo lo que tiene una apariencia no
criticable ni juzgable. Moralidad de conveniencia, por lo que el sujeto tiene
necesidad de permisividad y libertad para hacer lo que le viene en gana sin tener
que dar explicaciones” (traducción libre de J. Tutusaus).
Llamamos escritura lenta a aquella cuya velocidad de ejecución es inferior a las 130
letras por minuto. Puede distinguirse por la redondez, igualdad de altura en la zona
media, monotonía de movimiento y estabilidad dimensional (fig. 26). Las letras
minúsculas “a”, “o”, y las partes asentadas sobre la zona media de las letras “g”, “d”,
“b”, etc., así como el coligamento corresponden al criterio de escritura redonda, en
donde la forma predomina netamente sobre el movimiento (fig. 69c). Para más
detalles sobre el predominio de la forma sobre el movimiento (ver escritura
curvilinea, C47).
Las escrituras muy caligráficas (fig. 15), floja (fig. 110), pastosa (fig.62), pequeña y
apretada, contorsionada, temblorosa, muy retocada o con frecuentes añadidos, los
adornos innecesarios, etc., pueden ser considerados como signos de la escritura
lenta, ralentizando el movimiento los lapsus de cohesión, los reinfados o
regruesamientos en la presión (figs. 117a y b), los barrados inútiles, las sacudidas,
toda clase de inhibiciones como pueden ser los trazos suspendidos, las regresiones
excesivas (fig. 119), los óvalos en doble anillo, las letras empotradas o adosadas en
las palabras y un largo etc.
En sentido positivo, la escritura lenta es un indicador de estabilidad emocional, de
tranquilidad de carácter, de sentido realista, utilitario y práctico de la vida, de juicio
objetivo, reposado, realista y ecuánime.
El sujeto de escritura lenta, tiende a opinar sobre los hechos y las cuestiones más
vitales, según vive y experimenta las cosas a través de sus sentidos físicos. Tiene
marcadas dotes de observación, mide, compara, clasifica, relaciona y ordena los
hechos y las cosas buscando semejanzas en experiencias anteriores. Por tanto, sus
juicios y razonamientos, llevan siempre el sello de lo que ha memorizado y de lo que
es más convienen a su seguridad, a su estabilidad, a su sentido práctico y utilitario
de la vida y a su deseo de “estar bien con todo el mundo”. En pocas palabras,
definimos aquí a los sujetos del vector “L” (Ver “Manual de Grafoanálisis”).
Al estar refiriéndome a sujetos con función “sensación extravertida”, no es raro que
a mayor parte de autores, atribuyan a la escritura redonda, y lenta, en sentido
positivo, unas buenas dotes de observación y de memoria perceptiva. El juicio de
estos sujetos, suele ser una copia exacta de lo que viven en sus sentidos y sus
170
razonamientos se fundan en una especie de instinto vivencial de lo relativo y lo
posible. Se les puede censurar su lentitud de comprensión en los temas abstractos y
en todo aquello que, de inmediato, no tienen experiencia ni pueden apreciar a través
de los sentidos (actividad intelectual e imaginación un poco limitadas); pero en
cuanto pueden memorizar conocimientos, se les podrá censurar su empirismo, su
convencionalismo, su rutina, su apego metodológico y escolástico en aquello que
conocen y experimentan, y quizá también, su oposición a innovaciones que aún no
tienen claras o asimiladas, etc., pero, fuera de su resistencia a lo no experimentado,
no se apasionan en nada ciegamente, ni les falta lo que llamamos corrientemente
sentido común.
Dada la baja emotividad de los sujetos de escritura lenta y con predominio de la
forma sobre el movimiento, la actitud es tranquila y serena. Estos sujetos no
reaccionan de modo agitado, exaltado o angustiable ante las situaciones difíciles,
ante lo inesperado o contradictorio. No se sobresaltan o inquietan ante lo imprevisto.
Contemplan la marcha de la vida y de los acontecimientos sin acusar grandes
señales de alarma o pérdida del autocontrol, por lo que suelen ser buenos
“mediadores” o “coordinadores”, muy aconsejables en las reuniones que se han de
discutir temas difíciles y con opiniones contradictorias.
En sentido negativo, la escritura lenta puede ser un indicador de retardo mental
(oligofrenia), de torpeza, pesadez, repetición de las mismas ideas o de las mismas
historias. El sujeto vive apegado a los hábitos y rutinas de cada día, sin deseo de
modificación o innovación, sea por pasividad, por inseguridad ante cualquier cambio,
por inercia, por falta de empuje y de coraje, por pereza, negligencia o abandono
físico y moral.
En los casos de escritura floja, blanda, pastosa, descendente, etc., se puede inducir
debilidad de voluntad y todas sus consecuencias. El sujeto queda sin defensa y bajo
la influencia y presión del ambiente circundante. Lo mismo puede caer en la
delincuencia, en la drogadicción, en el alcoholismo o en el suicidio, al sentirse solo o
“marginado”.
La escritura lenta, con fallos de vitalidad, floja, blanda, pastosa, descendente,
descuidada, de formas poco estructuradas o inseguras, cuyo significado general
sería la ausencia de capacidad de resistencia y la debilidad de voluntad, presenta, a
veces, algunos ángulos o triángulos esporádicos en algunas letras. Este signo
contradictorio, refleja las frecuentes actitudes de terquedad, de resistencia pasiva,
rasgo dominante en las personas débiles, las cuales sacrifican la adaptación con tal
de seguir en aquellos hábitos de vida que se sienten más o menos “cómodos” o que
requieren un menor esfuerzo. Como decía Crepieux-Jamin: ”la testarudez es el
único recurso de defensa que tienen las personas débiles”.
La lentitud gráfica, puede producirla la inhabilidad del niño o del adulto analfabeto,
cuando empiezan a escribir (ver Escritura Inorganizada).
También puede producirse en la vejez debido a la disminución de la coordinación
entre cerebro, conducción del impulso nervioso y retardo en la respuesta muscular
(ver escritura desorganizada, D22).
171
Llamamos “letras reflejo” a aquellas que se prestan por su estructura por su
situación en el espacio gráfico (zonas) a evocar ciertos signos psicológicos o ciertos
símbolos indicadores de estados físicos. De tendencias del espíritu o de
determinados comportamientos.
Este es el caso de las “hampas” y “barras de las “t”, ya estudiadas, de las letras de
“óvalo” o “círculo”, de las mayúsculas, y de muchas otras letras, que por su
estructura, se les atribuye un “reflejo condicionado” de ciertas cualidades de carácter
o de ciertos estados físicos y de espíritu.
Centrar las interpretaciones en signos aislados, siempre lo he considerado moverse
en un terreno muy frágil y resbaladizo, si no se tiene en cuenta el conjunto del
grafismo. El todo, para nosotros, es siempre más importante que las partes. Con
esto no negamos el mérito especial de muchos grafólogos que, como por ejemplo,
Rosaline Crepy, basándose en el psicoanálisis, haya sido capaz de dar
interpretación independiente a cada una de las letras mayúsculas y minúsculas del
alfabeto.
En mi obra “Grafología estructural y dinámica. La interpretación psicológica de los
signos gráficos por zonas” (Ed. A.G.C.) he intentado referirme a los “gestos-tipo” y a
las “letras reflejo”, buscando el “por qué” de cada interpretación, por lo que no repito
aquí lo ya tratado con profusión en la obra que se cita, a la cual remito a los lectores
interesados.
172
Paolo Bruni ve en las letras adosadas, no sólo el apego y dependencia de la madre,
sino también la “insolidaridad y la tendencia a no distinguir lo que es puramente
imaginativo de la realidad. El sujeto no quiere ver la realidad como es, se cierra ante
personas extrañas porque no se quiere convertir en algo distinto a la madre” Para
mayor extensión sobre el significado de las letras “adosadas”, ver mi artículo “Sobre
los grafismos de letras adosadas y reseguidas” en el boletín nº 4 de la A.G.C.
(1988).
173
todo, si el grafismo es pequeño, ligero e inhibido (fig. 202), será un signo
característico de la intuición introvertida, que es una intuición frenada.
En sentido positivo, la escritura ligada es reflejo de una líbido en progresión. El
sujeto entra en contacto con facilidad con el “objeto” y se sirve de él en busca de
una unión afectiva o física. Es un buen signo de madurez sexual y social y, por
extensión, de eficacia profesional.
Cuando la forma predomina sobre el movimiento (fig. 63, aunque no es totalmente
ligada), el sujeto es aplicado y activo, se concentra bien en su trabajo y su
capacidad de acción, aunque no sea muy creador o innovador, va perfeccionando
sus programas y métodos de trabajo para que puedan ajustarse lo más posible a la
evolución que el sujeto vive en su esfera laboral.
La escritura ligada, con predominio de la forma sobre el movimiento, en sentido
negativo, es puro estancamiento en la rutina, pura adicción a las “formalidades” y
convencionalismos, incapacidad de renovación y, por tanto, es un acartonamiento
de la mente en la repetición cotidiana de lo conocido.
Con escritura movida, impulsada, desproporcionada, confusa, desordenada y con
fuerte presión (fig. 61) la actividad se convierte en un caos, es utópica, se hace
impulsiva, embrollosa, oposicionista y desajustada.
El sujeto tiene grandes dificultades para diferenciar lo solidario y útil, de lo insolidario
e inútil (dificultad de convivencia y de participación, le cuesta distinguir el mal del
bien) y se lanza a la acción según su interpretación subjetiva de los hechos y las
cosas.
Como decíamos al principio, para interpretar con justeza la escritura ligada, hay que
asociarla con otros signos dominantes.
El calibre o espesor de los trazos de flexión (de arriba a abajo) es inferior al medio
milímetro (figs. 16, 31, 40 y 52). En todos los casos hay que examinar la profundidad
y nitidez del trazado.
La onda gráfica puede ser ligera y profunda, es decir, la pluma, el bolígrafo o
cualquier otro instrumento utilizado, deja un cauce profundo, neto, sin babosidades
ni dientes de sierra. La presión del trazado, hay que observarla con lupa de ocho o
diez aumentos.
La onda gráfica ligera puede ser también superficial. La pluma o cualquier otro
instrumento, al trazar el dibujo de la escritura, ha pasado sobre el papel sin dejar
apenas marca de su paso, se ha deslizado suavemente y sin fuerza penetrante. Los
bordes del trazo, en este caso, pueden presentar zonas más entintadas que otras,
porosidades, dientes de sierra o melladuras, etc.
Hay que tener en cuenta la rapidez del trazado, en unión con otras dominantes, para
dar las interpretaciones justas a la escritura ligera.
La presión, en sus diversas modalidades, es una impregnación de materia física
(tinta) que distribuimos sobre una superficie: el papel, dejando una huella visible de
174
nuestra energía vital, de nuestro dinamismo, de nuestra fuerza expresiva y de
nuestra capacidad de dominio de los objetos externos.
La escritura ligera, en general, es un indicador de delicadeza, de predominio de la
sensibilidad nerviosa y psíquica, sobre las pulsiones puramente corporales,
biológicas o materiales. El sujeto no utiliza como distintivo de su personalidad el
dominio impositivo, arrasante y destructivo de su fuerza física, sino que aspira a una
entente de paz, de buen entendimiento y de espiritualidad. Detesta la violencia, la
ley del más fuerte y los choques con los demás.
a escritura ligera se produce con frecuencia en personas que han sublimado la
sexualidad y la expansionan a través de los intereses del espíritu. Aquí se
encuentran muchos escritores, personas místicas y religiosas y en fin todos los que
rechazan la parte grosera y material de la vida o aquellos cuya fuerza vital no reside
en los músculos, sino en la fuerza expansiva contemplativa del espíritu. Capacidad
para apreciar matices sutiles.
El hecho de elegir un instrumento de punta fina para escribir, es ya significativo,
pues no indica un revestimento material para distinguirse, (lujo externo, joyas,
coches, casas señoriales, trajes llamativos, etc.) sino que dedican su tiempo al
cultivo del espíritu y no del cuerpo.
La escritura ligera y sin presión, aquella que produce una onda gráfica deslizante,
superficial, sin apenas rozar el papel y cuyos bordes, vistos a la lupa, pueden ser en
dientes de sierra y con tramos más entintados que otros, traducen, en el aspecto
biológico, una escasa energía vital, lo que determina la vulnerabilidad a todo tipo de
presiones e impresiones, la influenciabilidad, la fragilidad física (propensión a las
gripes y resfriados, a los esporádicos dolores de cabeza, a las depresiones, a la
angustia, a la supersticiones, a las visiones extrañas, tanto del “más acá” como del
“más allá”, etc.
El miedo a la realidad, la timidez, la pusilanimidad, la impotencia moral o física, la
facilidad para dejarse sugestionar (médiums), la ligereza de carácter, la inestabilidad
de voluntad (volubilidad) y las fáciles crispaciones nerviosas, son otras derivaciones
de la escritura ligera y sin profundidad.
175
entorno y de buen sentido ético y estético. En la escala de Pophal equivaldría a un
porcentaje correcto de los grados II y III.
En una escritura convencional, con cierto grado de monotonía, con poco ritmo pero
con buena claridad (fig. 46) refleja el comportamiento adicto y fiel de las personas
sencillas y convencionales, sin gran espíritu innovador o creador, pero con una
constancia, perseverancia y disciplina modélica en el cumplimiento de los deberes y
obligaciones y en el respeto a los demás y a lo que es de los demás.
Ahora bien, hay que tener en cuenta otros signos, sobre todo en escrituras muy
cuidadas o muy elaboradas, tras las cuales puede ocultarse la falsedad. Muchos
individuos se invisten con la capa de la virtud para cometer sus fechorías, sus timos
o engaños.
El escritor, una vez terminada la página, en vez de utilizar otro papel, opta por
escribir sobre el mismo folio, cruzando las líneas ya escritas. La página está escrita
en sentido vertical y horizontal. Se trata, en la mayor parte de casos, de sujetos
marrulleros con poco o nulo respeto a la atención y cortesía que deben a los demás.
Es un signo de mala educación, de charlatanismo, de imaginación embrollosa y
complicada. El sujeto tiende a ocupar, por él y para él, todo el tiempo disponible,
habla por los codos, es inoportuno y fatigoso, interrumpe constantemente, no deja
hablar a los demás y pasa, en su verborrea, de una cosa a otra sin transición, sin
ilación, sin orden lógico.
Esta modalidad de escritura, no tiene sentido positivo. Este signo es un superlativo
del aprovechamiento total de los márgenes.
176
(Ver escritura. Cóncava, C31).
177
En sentido negativo (figs. 15, 47 y 48), el sujeto es una “copia de sí mismo”, que se
repite a cada momento y en todas las circunstancias de la vida, del trabajo y de la
relación social. Anclado en aquellas rutinas que le dan seguridad, el sujeto ha
quedado fijado a una insuficiente madurez e incapacidad que le impiden renovarse y
progresar (libido en regresión). La “energía psíquica del deseo”, que decía Lacan,
refiriéndose a la líbido, es en estos individuos un acartonamiento psíquico que les
deja obsoletos e indefensos frente a la vida y al progreso. (Ver, para más detalles,
las escrituras lenta, igual, monótona y estereotipada).
178
M01 - “m” MINÚSCULA:
Escritura-tipo descrita por el Dr. Gille-Maisani, de acuerdo con un dossier que dejó
Crepieux-Jamin y que este autor define así: “Es una escritura en la que las formas
están voluntariamente complicadas, rellenadas o en doble óvalo, y donde los
179
movimientos aparecen sistemáticamente inhibidos, regresivos y atormentados. Esta
asociación de signos en un ambiente gráfico inarmónico (figs. 82, 161 y 174),
expresa ante todo el espíritu de intriga, la mentira y el engaño. En un grafismo de
nivel muy inferior (fig. 49), señala la actitud moral del sujeto de baja estofa; si el nivel
gráfico es superior expresa la agridez combinada con maquinaciones hábiles
peligrosas”. Para más detalles, ver escritura maquinada en “Psicología de la
escritura”, (Ed. Herder, Barcelona) y Escritura Anillada o “jointoyée” en esta misma
obra.
Visible apoyo, espesor y profundidad de la presión en los trazos (fig. 85b y 96). La
pluma o el bolígrafo ejercen una fuerte presión sobre el papel, destacándose el
trazado o ciertos trazos aislados en su espesor y profundidad. Se denomina también
escritura apoyada.
El marcado de los trazos, por la violencia de la presión, puede ser en forma de
mazas (barras de las “t” y finales, por ejemplo), o en forma de reinflados o
regruesamientos en los movimientos de flexión y excepcionalmente en los trazos
iniciales y en la base de las letras en la zona media (presión desplazada).
En general, la presión ejercida sobre el papel al escribir, señala el vigor e intensidad
de la energía vital y de las pulsiones vitales. Cuando la presión se ejerce de modo
irregular, violenta en unos trazos y normal o débil en otros, hay que estudiar
cuidadosamente cuales son las áreas o zonas donde se incrementa el marcado de
los trazos.
Si la presión se marca sobre los movimiento de la zona inferior, en forma violenta y
significativamente agresiva (trazos en forma de cuchillo de carnicero), posiblemente
nos hallaremos ante un individuo con pulsiones sádicas.
Los apoyos en la base de la zona media (ver presión desplazada) señalan disturbios
en la sexualidad. Los apoyos muy marcados en los finales de letra, en la zona media
(fig. 154, 160 y trazo final de la firma de Kennedy), es similar a: “quítate de ahí, que
voy a ponerme yo”, es decir, es apartar a los demás de la primera línea y acaparar
todo el protagonismo.
Los apoyos masivos o violentos en la zona superior, principalmente en las barras de
las “t”, señalan el desplazamiento de la energía hacia actitudes violentas de la
voluntad de dominio con carga de exigencia neurótica de inmediatez despótica:
“quiero eso, aquí y ahora”.
Los trazos muy marcados, cuando son regruesamientos fusiformes o espasmódicos,
señalan desplazamientos irregulares y espasmódicos de la energía indicadores de
posibles anomalías sexuales (ver escritura espasmódica, E10).
180
Sobre los márgenes he realizado un estudio bastante amplio en mi obra “Grafología
estructural y dinámica”. Hacemos aquí un breve resumen de algunas
particularidades:
181
Los espacios marginales, corresponden, según Paolo Bruni, a “una vida no vivida,
es decir, a una infancia en la cual se obliga al niño, que está bajo la dependencia de
un padre o padres déspotas, a ser adulto antes de tiempo. Como consecuencia de
esta dureza educativa, el niño madura demasiado deprisa a través de la cultura
impuesta y del secretismo paterno/materno”. (Traducción libre de J. Tutusaus).
Escaso contraste entre el color de la tinta y el blanco del papel. La onda gráfica, el
texto, destaca insuficientemente sobre el color del papel empleado, quedando la
escritura mate o sin relieve. El relieve de los trazos, siguiendo la teoría de Pulver, es
un indicador de las facultades realizadoras y creadoras. El sujeto tiene relieve,
destaca en el medio ambiente en que se mueve, sea por su eficacia profesional, por
el calor y carisma de su personalidad, por su especial modo de ver las cosas, por su
tendencia al liderazgo y, en fin, porque no pasa desapercibida en los diferentes
medios en que el sujeto se desenvuelve.
Por el contrario, la escritura mate, sin relieve, indica eso mismo: falta de lucidez, de
brillo y relieve en las ideas y en los sentimientos, falta de irradiación, pobreza de
espíritu emprendedor y creador, pasividad, inercia, tendencia a lo obsoleto, etc.
De la misma manera que los colores calientes (rojo y amarillo, por ejemplo) irradian
luz, los colores opacos la atraen, son absorbentes. Esta es también la diferencia
entre la escritura en relieve, que es irradiante, y la escritura mate, que es como un
recipiente que absorbe y recibe de los demás.
El “efecto relieve” en el grafismo, no depende del instrumento que se utiliza para
escribir, incluso utilizando un rotulador. Hace más de medio siglo, cuando aún se
utilizaba la pluma estilográfica, dejé mi pluma fuente a varias personas para
comprobar el relieve con un mismo instrumento. Este grupo de personas, diez en
total, escribieron sobre un mismo papel una mima frase corta sin contenido
emocional. Pude comprobar que el relieve variaba de unas personas a otras.
182
despótico, autoritarismo sin conciencia, etc., en sentido negativo. Con escritura más
bien lenta y con finales en gancho o arpón (fig. 37), puede ser un indicador de
tendencias epileptóides (ver epileptóide en “Diccionario”).
En sentido positivo el sujeto tiene facilidad para canalizar las sobrecargas de
excitación energética hacia los dominios del control consciente y de la voluntad y
transforma estas acumulaciones de energía en actitudes de firmeza, resistencia,
decisión, arrojo combativo, dotes de mando, iniciativa que rompe obstáculos,
capacidad animadora y emprendedora, etc. El grafismo, en este caso, presenta un
ambiente gráfico positivo. Para mayor amplitud sobre la “maza” en las diversas
zonas, ver mi obra “Grafología estructural y dinámica”.
Se caracteriza por la unificación de las formas, del movimiento y del espacio, dentro
de un orden sistemático o modélico.
En distinto grado de automatismo, pueden considerarse grafismos metódicos
aquellos de las figs. 15, 45, 46, 47 y 48. En sentido positivo, la unificación de las
formas no es total, ni convencional, como ocurre en el grafismo del escritor Juan
Sebastián Arbó.
En el caso de este escritor, el texto se unifica y metodiza dentro de un orden que
persigue el perfeccionismo en un sentido ético y estético.
183
En efecto, el ritmo cadenciado y la originalidad de las formas, nada convencionales,
nos indica aquí la superioridad intelectual del hombre que busca lo apolíneo y huye
de lo dionisíaco.
El caso de la fig. 46, de formas bastante caligráficas, nos presenta a un contable,
hombre muy preciso y cuidadoso de su trabajo, un poco rutinario, pero muy tenaz y
trabajador y con un concepto perfeccionista que se hace patente en todos los
asientos contables de los libros.
Finalmente, en sentido negativo, tenemos los ejemplos de las figs. 15, 47 y 48. La
sistematización metódica, podríamos decir mejor, el automatismo de estas
escrituras, nos presenta a tres personas culturalmente inmaduras, cuyo cerebro
trabaja, esencialmente, en la identificación y repetición de experiencias. A estas
personas, se las puede comparar con robots que han sido programados para
realizar determinadas tareas, pero que no pueden ir más allá de los hábitos y
enseñanzas que han adquirido. Sólo comprenden lo que captan sus sentidos físicos,
pero sin ninguna clase de matices diferenciales, pues su sensibilidad y su
imaginación son muy limitadas, es decir, son personas sumamente cortas de
cerebro y de comprensión.
184
rotura o bloqueo del ritmo por efecto de la inhibición. La fig.56 es una escritura
ralentizada por los cortes de cohesión, la inversión, la casi rigidez de las líneas y
otros signos que “bloquean” la libertad y espontaneidad de los movimientos.
Como indico en mi artículo “Sobre el ritmo natural e inversión en el grafismo”
(Boletín nº 5 de la A.G.C., 1989), “Todo trastorno emocional supone un bloqueo, una
interrupción o inhibición de los movimientos del cuerpo y de la psique, pues toda
perturbación emocional genera una dificultad para salir del “sí mismo” e ir hacia los
otros o hacia el “objeto” ante la necesidad de expansión sexual, afectiva o
espiritual”. (Para más detalles sobre el “ritmo”, ver este artículo del Boletín nº 5).
El ritmo en la escritura es el más importante signo de buena salud, de buena
vitalidad y de buena adaptación, en general, ya que todas las funciones orgánicas,
psíquicas y mentales se expansionan, más o menos libremente, sin dificultades,
bloqueos o inhibiciones importantes.
185
Los afectos, los sentimientos de amor, de amistad, del deber, etc. Son bastante
constantes y buscan la cohesión y equilibrio entre los intereses familiares, sociales y
económicos.
En sentido negativo, la escritura “moderada” puede llevar a todos los extremos
posibles, desde la mentira y la falsedad, la capacidad de disimulo y simulación, las
insidias y engaños más peligrosos y las deslealtades más decepcionantes, al
comportamiento más ruin. El sujeto puede poner su pensamiento y su voluntad al
servicio de los fines más ilícitos invistiéndose con la capa de la virtud.
En cuanto a la escritura “pausada”, podemos dar las mismas interpretaciones pero
más como tendencias pulsionales temperamentales, que como disposiciones de la
conciencia o de la voluntad.
186
letras, con o sin signos de confusión o desorden. Predominio del movimiento sobre
la forma (figs. 30, 37, 54 y 90).
En sentido positivo (figs. 54 y 187), es decir, cuando el movimiento es acentuado
pero sin destruir el orden ni las formas y sin invadir abusivamente el espacio, indica
un dinamismo radiante y expansivo, una buena capacidad creativa rompiendo
moldes convencionales y una gran viveza de imaginación y de carácter. En otras
palabras, la escritura movida, en sentido positivo, con un buen ambiente gráfico, es
un signo vital de actividad, de repulsa a todo inmovilismo y a todos los
convencionalismos inútiles o innecesarios.
En sentido negativo, cuando la onda gráfica se desproporciona produciendo
desorden y confusión (figs. 30, 37, 82, 111a y 186), el sujeto se desenvuelve como
un instintivo primario, se deja llevar por sus reacciones inmediatas con una falta de
medida y de ponderación que hace pensar en una inmadurez psicológica
sorprendente. Los juicios son embrollosos, desordenados y faltos de objetividad y de
veracidad.
Imaginación fantástica, turbulenta e impetuosa, lo que genera unas ideas tan
audaces como inoportunas; tan desmedidas como desordenadas, unidas a veces, a
deseos de protagonismo y de exhibición, que pueden llegar a ser molestos o
fatigantes. Propensión histeróide, con posibles signos paralelos de esquizofrenia y
paranoia.
Es uno de los tres grandes aspectos del grafismo defendidos por la grafología
alemana, principalmente por Gross, su creador y por Rudolf Heiss, su seguidor. En
mi obra “Grafología estructural y dinámica” he descrito ampliamente el aspecto
“movimiento” y sus colaterales, la forma y el espacio.
187
La escritura mutilada puede deberse a varias causas: a una actitud pedante en el
caso de la escritura abreviada; a una actitud coartada, inhibida, reprimida, si las
letras son suspendidas; a negligencia, olvidos, distracciones o “actos fallidos”, en
sentido psicoanalítico, si se trata de omisiones. Ver para más detalles las escritura-
tipo inhibida, suspendida, reseguida, las omisiones en las barras de las “t”, puntos,
acentos, las letras adosadas, las jambas amputadas y la escritura abreviada.
Se refiere a la nitidez de los trazos, generalmente profundos, pero con bordes netos,
sin toposidades, sin congestiones de tinta, ni dientes de sierra (figs. 104, 178, 187 y
215).
Bajo el punto de vista cualitativo, el trazo puede presentar, independientemente de
su calibre o grosor, dos aspectos principales :
El de trazo tenso, profundo, dinámico y con bordes netos.
El de trazo blando o flojo, superficial, poroso, sucio, (congestionado o sobrecargado
de tinta), con dientes de sierra en los bordes, etc.. Puede acusar otras anomalías,
producidas por la vejez o las enfermedades, como es el caso de las torsiones, del
temblor, de los brisados o de las roturas en pequeños trocitos, como ocurre en el
grafismo de los sujetos afectados de cáncer.
En raros casos puede haber la alternancia de ambos. Estas cualidades del trazo
requieren para su observación precisa el empleo de lupas de ocho o diez aumentos
y, en el caso de los cancerosos, se necesita el empleo del microscopio para
observar en el grafismo las microscópicas divisiones del trazo en pequeños trocitos
aislados.
En a), como ya hemos dicho, el trazo es profundo y tenso y marca un cauce en el
papel que es observable pasando la yema del dedo por la parte posterior del escrito.
La nitidez se observa en los bordes de ambos lados del trazado. El cauce es limpio,
sin melladuras, sin, dientes de sierra, ni torceduras o accidentes de la pluma.
En general, la escritura neta es reflejo de buena vitalidad y de buena salud y
moralmente de una gran firmeza de carácter. Pulver atribuye al trazado profundo y
neto “una buena capacidad creativa y realizadora”.
El sujeto, consciente de su fuerza interna y de su razón y vigor de pensamiento,
tiene poder de decisión y de réplica y es firme en sus actitudes. Ania Teillard
interpreta ese signo como indicador de “una libido sana y en progresión” (sexualidad
fuerte y normal, propia de la plenitud vital). El trazado neto corresponde a individuos
con fuerte confianza en sí mismos, que se traduce tanto en la acción como en la
defensa o en la toma de posición frente a personas o asuntos vitales. La conducta
del sujeto no es permeable a ninguna influencia moralmente negativa o corrupta. El
sujeto no es apto para la política.
Con nivel positivo alto, refleja la rectitud de conciencia ante el deber y las
obligaciones, la defensa de lo justo, la nobleza de sentimiento y el respeto a lo “tuyo”
y “mío”.
En sentido negativo, con escritura angulosa y dura, inclinada y con líneas rígidas,
señala dificultades de adaptación, inflexibilidad y falta de comprensión para todo
188
aquello que se aparta de sus ideas, deseos, objetivos personales y convencimientos
(fig. 28).
189
Si la onda gráfica no tiene un cauce profundo, indica igualmente buena salud, pero
el empuje, profundidad y dinamismo del escritor son más aparentes que reales (fig.
14). El sujeto puede tener actuaciones más o menos brillantes y ostentosas, pero no
hay una solidez y dinamismo capaces de imponerse frente a todo obstáculo,
problema o situación. El sujeto suele ceder a las presiones por comodidad, pues no
es realmente activo y emprendedor, toma más de los demás en sus ideas y en sus
actos que de sí mismo y su originalidad no es auténtica, es más receptiva que
creadora y obedece a una buena memoria, más que a una imaginación intuitiva y
creativa (predominio de la sensación en su sentido extravertido, tal como vemos en
la fig. 14).
Las omisiones pueden referirse a los puntos, acentos, barras de las “t”, etc. que
brillan por su ausencia o descuido (ver escritura mutilada, M16).
Las omisiones de signos pueden deberse a varias causas, desde la negligencia, el
descuido, la pasividad, la falta parcial de interés por algunas cosas, las inactividad,
etc., hasta ser un signo de debilidad cerebral, de atonía mental por una situación
postoperatoria o por alguna enfermedad crónica. En cualquier caso, si el conjunto
del grafismo no aclara la causa de las omisiones, conviene informarse de las
causas.
En general, si las omisiones son constantes, indica una atonía en las actitudes, es
decir: flojedad en las actitudes de decisión (el sujeto no tiene vigor de voluntad para
tomar decisiones, ni para indicar a otros lo que deben hacer); flojedad en las
actitudes de apoyo a sí mismo o a otros (silencio, indiferencia o incapacidad para
superar situaciones adversas o para alentar, tranquilizar o sugerir a otros soluciones
a sus problemas vitales): flojedad de evaluación (incapacidad para formular juicios
de valor para ayudarse a sí mismo o ayudar a otros a pensar positivamente).
190
comprometidas y también la interpretación de un carácter alegre, dicharachero y con
donaire en las expresiones. El “savoir-faire”, la habilidad para contemporizar y
adaptarse a personas y situaciones cambiantes y contrapuestas, la flexibilidad de
carácter y la fluidez de ideas de estos sujetos se acerca más al predominio de la
imaginación y de la fantasía, que a la búsqueda objetiva de la verdad.
En sentido negativo, la escritura de líneas onduladas o serpentinas, puede expresar
la tendencia a rehuir las responsabilidades (habilidad para escurrir el bulto), la
actitud flotante y camaleónica, que se acomoda, de momento, a lo que más
conviene, la astucia, la insinceridad, la ocultación, el disimulo o la hipocresía y, en
fin, todos los derivados de la flaqueza de voluntad y de la rectitud moral (recordemos
que las líneas ondulantes o en serpentina, evocan la manera de moverse las
serpientes y otros reptiles)
191
O04 - ORGANIZADA, Escritura:
192
O06 - OSCILANTE, Inclinación:
Los óvalos de las “a”, las “o”, las “d”, etc., presentan la forma de una elipse acostada
o aplastada (ver las “d” de la fig. 174).
Según varios autores (Gille-Maisani, S. Bresard y R. Crepy, entre otros) expresa la
tendencia a manifestar lo contrario de lo que se sabe, se cree o se piensa. El Dr.
Gille, en su obra “Psicología de la escritura”, dedica a los óvalos aplastados un
interesante estudio.
Paolo Bruni, en su “Simbologia della scrittura” (Xenia Edizioni, Milan 1994), ve en los
óvalos aplastados una “proyección del sujeto hacia el pasado y el futuro,
ocupándose insuficientemente del presente” (el presente, para este autor, estaría
representado por el diámetro central del óvalo).
En sentido positivo, con un buen nivel armónico, el Dr. Gille interpreta este signo
como “tendencia a la reserva, a la timidez y al escrúpulo. En algunos casos, el
sujeto puede conducirse como un enfermo de la voluntad y su timidez o su
escrúpulo le inclinan a un deseo excesivo de obrar bien y también al deseo de una
perfección nunca alcanzada.
Esta actitud mental obsesivo-compulsiva, impulsa al sujeto a verificar
constantemente sus menores acciones, a volver atrás sobre lo ya hecho ya que “su
escrúpulo de conciencia y sus secretos temores, le llevan a una insatisfacción casi
permanente” (Sillamy).
En sentido negativo, los óvalos aplastados o en elipse, son reveladores de la
tendencia a la mentira y al fingimiento, es decir, reflejan una forma de actuar en la
que se deforma la verdad o se simulan sentimientos y deseos que no se tienen
(hipocresía). Esta actitud de la conducta puede estar condicionada por
convenciones mundanas, por actitudes de cortesía y amabilidad social de obligatorio
cumplimiento. La diplomacia mal entendida o mal cultivada, el deseo y la vanidad de
aparentar, el amor propio, el falso pudor, o el culto exagerado a la dignidad
personal, pueden ser las causas principales de la doblez, de la falsedad y de la
hipocresía en estos sujetos.
193
O08 - ÓVALOS ABIERTOS:
194
interpretación del “taigitu” (ver “Escritura y Personalidad”) del sentimiento de sí
mismo y de las cuatro funciones psíquicas, así como de la actitud de la conciencia
con respecto al mundo exterior.
Señala plenitud de sentimiento y de conciencia en el caso de los movimientos
circulares (Escritura Redonda, fig. 14). Esta actitud del sentimiento puede estar
materializada, si la escritura es de trazado grueso y poco profundo (predominio de
las funciones de percibir y sentir, como ocurre en la fig. 14).
La profundidad del trazado en cada caso expresará la profundidad de la actitud del
sentimiento y de la conciencia.
El óvalo “aplastado”, puede señalar lo mismo una necesidad de extenencia del
sentimiento hacia los demás, o la tendencia a acaparar en beneficio del Yo el
sentimiento y la atención de los otros.
Finalmente, los óvalos estrechados, empequeñecidos o brevemente indicados (fig.
96, 102 y 162), corresponden a situaciones internas de bloqueo, frustración,
opresión y otros problemas afectivos como los desencantos del sentimiento y la
insuficiente o precaria satisfacción de los sentimientos en la esfera de convivencia
sentimental.
En cada caso hay que tener en cuenta el grado de emotividad y de actividad para
adecuar la interpretación de este signo.
Los óvalos terminan en un trazo regresivo que penetra en punta aguda sobre el
núcleo de la letra.
Si tenemos en cuenta que los óvalos representan, simbólicamente, la parte del Yo
más nuclear (el alma, la psIque, en toda su extensión y profundidad), el hecho de
“pinchar”, con un trazo regresivo, las letras de óvalo o círculo supone, cuando
menos, una especie de autorreproche, de autocensura o rechazo de pensamientos,
intenciones actos que no aprueba la conciencia o el Ideal del Yo. El sujeto se
autoculpa en su subconsciente (descontento de sí mismo), y sus complejos de
culpabilidad inconscientes pueden producir una especie de masoquismo psíquico.
(Para más detalles, ver mi estudio sobre éste mismo tema en el Boletín nº 5 de la
A.G.C., año 1989).
195
Signo descubierto por Moretti y estudiado por Marchesan consistente en una
protuberancia o ensanchamiento anormal de los óvalos que van precedida de una
torsión. (Ver los ejemplos y las interpretaciones en el interesante estudio realizado
por J. Tutusaus y F. Viñals sobre los óvalos protuberantes en los casos de
delincuencia : Boletín número 4 de la A.G.C., año 1988).
Es un indicador, en general, de tendencia a la apropiación ilegítima por debilidad o
vaguedad en la mente del sujeto de lo que “es tuyo” y de lo que “es mío”. Esta
tendencia a la apropiación indebida, dice J. Tutusaus, “puede estar latente y tardar
años en manifestarse, ya que la inclinación a apropiarse de lo ajeno depende de las
necesidades del sujeto y de las circunstancias externas, más o menos favorables
para el acto deshonesto”.
Sin embargo, cuando en un ambiente gráfico de fuerte nivel negativo aparecen los
óvalos abollados o protuberantes, estos signos deben ser como una señal de alarma
importante, principalmente en los casos de cajeros, contables, directores de
sucursales bancarias o personas que tienen a su cargo dinero, objetos de valor o
realizan cobros por cuenta de otros. Para más detalles, ver el artículo citado.
196
de fé en sí mismo, lo que determina una actividad eficaz y positiva y unas buenas
relaciones sociales. El sujeto dispone de voluntad y decisión y tiene buenos
recursos para afrontar los problemas y adaptarse a las diversas situaciones de la
vida.
197
presente en nuestra mente, es capaz de actuar de modo estimulante sobre nuestra
afectividad, la línea, es el camino direccional que siguen nuestros impulsos en su
acción o comunicación con el exterior, con el no Yo.
La línea, expresa el modo como pasamos de la intención, del deseo, de la idea a la
realización y el modo como en esa realización o expansión nos influye el medio
ambiente, pues, no hay duda que nuestro entorno (personas, situaciones,
obstáculos, dificultades, etc.) influyen en mayor o menor grado sobre el ánimo, el
humor y la voluntad.
Teniendo en cuenta estos postulados, debemos considerar el acercamiento o
proximidad de unas palabras a otras en dos posibles sentidos, como una búsqueda
del “objeto” (personas, cosas) para actuar de alguna manera sobre el entorno. Por
ejemplo, para combatir las ideas de los demás e imponer los propios pensamientos
y deseos. (Ver en la fig. 61 las barras de las “t” masivas y en diagonal, los
sobrealzamientos de ciertas letras y la firmeza del grafismo, con algunos ángulos y
triángulos esparcidos por el texto. No hay duda que el acercamiento al “objeto” no es
nada agradable en este caso, tanto más cuanto que la claridad, orden y jerarquía de
juicio en las ideas deja mucho que desear en esta escritura confusa y
desproporcionada).
La proximidad de unas palabras a otras, en una escritura con poco vigor y de
inclinación y dirección oscilante, como ocurre en el caso de la fig. 27, donde hay
tramos de palabras que se aproximan y otros que se separan más o menos
normalmente, puede interpretarse como necesidad, mas o menos frecuente, de la
presencia de otros. El sujeto necesita el contacto con el “objeto” para sentirse
arropado, apoyado o seguro.
Para mayor precisión en el estudio de este signo, remito al lector a mis artículos
sobre “La relación espacio-texto en Grafoanálisis” en los boletines nº 1, 2 y 4 de la
A.G.C.
198
tipo de grafismo). Con escritura inclinada indica sentimientos ardientes y, por la
prolongación de las impresiones (escritura lenta), este grafismo indica buena
memoria retentiva.
Pero si se acentúa la pastosidad y la lentitud, domina la pasividad, la tendencia al
apoltronamiento por comodidad, etc. Algunos sujetos con escritura pastosa, dicen
sentirse movidos por fuerzas extrañas, tanto en el terreno artístico, como en algunos
actos o comportamientos.
Pensemos que estos sujetos están más cerca del vicio que de la virtud, y el uso del
alcohol o de las drogas puede crearles alucinaciones.
Para más detalles, ver lo indicado sobre los tipos de sensación extravertida en mi
obra “Manual de Grafoanálisis”.
199
P05 - PEQUEÑA, Escritura:
200
profundizar el “por qué” y el “para qué”, importándole mucho menos el “como”, el
“donde” y “con quién”. El sujeto tiende a la abstracción y a considerar las cosas a
mediano y largo plazo. Prevé las consecuencias partiendo de algunos datos o
experiencias del presente, pero no participa demasiado en actividades comunes o
de grupo. Prefiere vivir desarrollando sus ideas. En la clasificación de Jung, estamos
refiriéndonos a la función pensar introvertida. En el caso de la fig. 10, nos
referiríamos más a la función sentir introvertida.
En sentido negativo y, en general, la escritura pequeña señala la incapacidad para
comprender, asimilar y producir cosas de gran amplitud y envergadura o de cierta
complejidad en relación con los aspectos sociales (campo de conciencia estrecho).
El temor al fracaso, la timidez, las dudas, la inseguridad y falta de confianza en sí
mismo; los frecuentes sentimientos de impotencia o de culpabilidad frente a
personas, obstáculos y dificultades inhiben al sujeto frente a la vida.
Cuando la escritura es muy pequeña, se acentúa la analidad, la introyección
(tendencia a rumiar lo “vivido”), la tendencia a retener, a guardar, a conservar y
“desear” aquello que para el sujeto tiene un interés personal (avaricia).
Para interpretar adecuadamente la escritura pequeña, debemos tener en cuenta,
además de lo ya indicado sobre el predominio del movimiento, de la forma o del
espacio en la onda gráfica, la relación que existe entre la actividad y la emotividad.
Si el “nivel de emotividad” es mucho más alto que el “nivel de actividad”, la energía
acumulada por la inhibición o las represiones, se vuelca hacia adentro, hacia la vida
interior y de modo perturbador. Las tensiones emotivas, en este caso, pueden no
estar suficientemente reguladas por los mecanismos de defensa, descargándose
entonces estas tensiones sobre el sistema nervioso vegetativo y sobre los órganos
que controla. Esta vía de descarga puede producir las llamadas “somatizaciones” o
alteraciones en los órganos viscerales: corazón, estómago, hígado, páncreas,
próstata, órganos de la reproducción, etc. De aquí los falsos ulcerosos de estómago,
muchos cardíacos y otros pacientes neuróticos con enfermedades psicosomáticas,
difíciles de curar por medio de fármacos.
Por el contrario, cuando el “nivel de actividad” es igual o superior al “nivel de
emotividad”, la energía de las tensiones se vuelca, mediante la motricidad, hacia
afuera, hacia el exterior (necesidad de charla, de actividad, de realizaciones de todo
tipo). Los espectáculos que promueven la risa a carcajadas, la abreacción mediante
el canto, el chillido y el deporte, suelen ser antídotos eficaces y preventivos contra
muchas neurosis.
201
exteriores de la personalidad. En algunos casos, el sujeto intenta sugestionarse a sí
mismo sobre su importancia y posibilidades, pero como le falta fuerza expansiva y
dinamismo, todo se queda en “fuego de paja”, engaña momentáneamente mediante
“poses” ostentatorias (afición al “bluff”).
La antinomia entre el trazado neto y profundo y el trazado gordo, pesado y
superficial, pone de relieve la diferencia entre la personalidad auténtica y la
personalidad aparente o falsa. Muchas personas con este tipo de grafismo, quieren
hacerse la ilusión de una capacidad creativa y realizadora, pero esta ilusión se
desvanece pronto cuando surgen los primeros obstáculos o dificultades, aunque a
veces, puede dar algún resultado servirse de la apariencia para obtener algún éxito
o beneficio.
La publicidad, sobre todo la televisiva, ayuda al éxito de lo mediocre.
202
propias obligaciones, insinceridad, inautenticidad, ensueño con los ojos abiertos,
etc.
203
El estudio de la presión en la onda gráfica es importante, por cuanto este estudio
nos puede indicar el potencial energético de cada individuo y las modalidades,
desigualdades o anomalías de la líbido, entendiendo con este término el grado de
tensión o excitación de las pulsiones instintivas, o lo que es lo mismo, el grado de
“energía de las tendencias y deseos”, en frase de Lacan.
Una onda gráfica neta y profunda, sin irregularidades o desigualdades importantes,
tal como decimos en “escritura neta: N01”, es un indicador de buena salud y de una
líbido en progresión, es decir, una buena evolución del instinto de vida, tanto en el
aspecto biológico y sexual, como en la esfera psíquica : buena relación con los
demás, satisfacción amorosa o sentimental, satisfacción por las amistades, por el
trabajo, por la ética personal, etc.
Las irregularidades en la presión : escritura fusiforme o reinflada, escritura pastosa,
la presión desplazada, los brisados, las congestiones, el temblor, las sacudidas, el
adelgazamiento súbito de los trazos, etc., son indicadores de fallos en la líbido, en la
energía vital.
204
destinados a facilitar los secretos impulsos de estos individuos. El “froterismo”, el
narcisismo físico, la homosexualidad, las inclinaciones orales y otras inclinaciones
sexuales perversas, que se amparan tras del ocultamiento, pueden entrar también
en éste signo gráfico.
Bajo el punto de vista caracterológico, la presión desplazada es un indicador de
inestabilidad emocional, frecuentemente acompañada de irritabilidad, de pesimismo
y de reacciones bruscas. Puede indicar también un estado interior de frustración, de
insatisfacción o de amargura que a veces termina por desplazamientos de la
energía en direcciones más o menos forzadas, como puede ser la centralización de
la ternura en un animal o en cualquier obra social compensadora.
Una persona que, por ejemplo, pierde en un accidente de automóvil al esposa y a un
hijo, puede desplazar la energía de sus pulsiones instintivas en una dirección que
nada tenga que ver con el sexo: amor a Dios, amor a una idea social y humana,
amor a un perro, etc.
Por tanto, este signo requiere un estudio profundo para poder darle la interpretación
adecuada. No etiquetemos caprichosamente.
(Ver escritura floja: F08, blanda”, B36, ligera, L09 y Tenue, T04).
La presión normal se caracteriza por una profundidad nítida de los trazos y espesor
aproximado al medio mm. La interpretación, por supuesto, es la de una energía sin
deficiencias y una salud sin problemas.
205
P16 - PROGRESIÓN CONTENIDA:
(Ver escritura contenida, C38).
206
Una escritura puede ser pequeña o grande y proporcionada. Se entiende dentro del
término proporcionada, la precisión en la colocación de los puntos y acentos, las
barras de las “t” bien colocadas y con dimensión moderada, el buen espaciamiento
entre letras, palabras y líneas y, en fin, la buena coordinación del conjunto.
El signo contrario, la desproporción (figs. 51a y b), afecta más a las partes
secundarias de las letras (mayúsculas, zonas iniciales y finales, barras de las “t”,
hampas y jambas, etc.) que a las partes esenciales (ver en las figs. 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8,
11 y 12 letras desproporcionadas).
La escritura proporcionada, con buen dinamismo, unida a las escrituras neta,
progresiva, profunda y plena, es uno de los signos más claros de buena salud y de
líbido en progresión. Es junto con otras escrituras un indicador de equilibrio entre las
pulsiones instintivas, los afectos y las funciones superiores del intelecto (juicio y
razonamiento). Representa al “Yo Adulto” del Análisis Transacional de Berne (ver
“Análisis Transacional” en mi obra “Manual de Grafoanálisis”, pág. 129).
Cuando algo se desproporciona, la repercusión inmediata es un desequilibrio, una
hipertrofia o aumento considerable de la intensidad y volumen de la pulsión
instintiva, de los deseos, de la imagen que el sujeto tiene o se forma sobre las cosas
en desproporción con la realidad. Por tanto, un grafismo de movimientos
proporcionados, con la desigualdad metódica de Moretti, el ritmo de Klages o con el
sentido de la armonía de Crepieux-Jamin, no sólo es un signo de “superioridad
moral”, que yo entiendo como comportamiento equilibrado, sino también como
equilibrio general del individuo.
De aquí derivan todas las interpretaciones dadas por los grafólogos clásicos:
tendencias reflexivas, prudencia en los juicios, sentido justo de la realidad,
observaciones precisas y correctas de los hechos y de las cosas, tendencia a
considerar los pros y los contras antes de decidir o de actuar, juicios justos,
objetividad de pensamiento, etc.
En sentido negativo, con una escritura sin ritmo, lenta, monótona y demasiado
homogénea o caligráfica, refleja la actitud pasiva, el apego al método, la inercia
estable, la repetición diaria de los mismos hábitos, y, en algún caso, síntomas de
oligofrenia o, al menos, falta de imaginación para salir de las rutinas y emprender u
organizar algo nuevo.
Hay algunas letras que, como las “i”, las “j”, las letras acentuadas y las barras de las
“t”, precisan completarse para esclarecer su estructura. En este sentido, conviene
observar el modo como cada sujeto cumple con la finalidad de precisar la estructura
de esas letras. Decía Trillat, uno de los grafólogos franceses más respetados, que la
precisión de un punto o de un acento en la escritura, es equivalente a la precisión
moral en las obligaciones. Una “i” que no se puntúa, o se puntúa mal, se presta a
errores, es un signo de negligencia, de falta de atención, de desorden y de tarea mal
acabada.
207
Por el contrario, la precisión en la colocación de los puntos, de los acentos, de las
barras de las “t”, etc. es un signo positivo de orden, de atención precisa, de
concentración en el trabajo y de puntualidad moral en las obligaciones. (Ver para
más detalles interpretativos el término acentos, A05).
Tendencia a formar los puntos sobre las “i” y sobre las “j” en forma de pequeños
circulitos.
Puede tener varios significados en razón del medio ambiente gráfico. En una
escritura con un orden un poco rígido, puede señalar la tendencia de la imaginación
a dar vueltas y más vueltas a los problemas que obsesionan la mente del escritor.
Con escritura más bien desordenada, espaciada y con variaciones de inclinación,
puede indicar, según R. Crepy, que el sujeto intenta liberarse de conflictos interiores.
El Dr. Pérez Slocker ha encontrado el punto en circulito en homosexuales, pero hay
que cotejar esta interpretación con otros signos.
Personalmente he visto los puntos en circulito en muchachas y muchachos jóvenes
con mucha fantasía e imaginación y con cierta vanidad o deseo de sentirse
admirados y apreciados.
Rosalin Crepy, ya mencionada, ha visto los puntos en circulito en muchachos o
muchachas con un sentimiento secreto de opresión, de reclusión, como si estos
jóvenes se sintieran atrapados o ahogados por la tiranía familiar o por un Super-Yo
excesivamente exigente que les produce un estado de sofocación y de angustia
profunda que, en muchos casos, les lleva a la droga, a la fatiga, a la desgana o al
desaliento. En otros casos -dice la Sra. Crepy- expresa un deseo ávido de
originalidad, pero dentro de un marco colectivo de oposición y protesta juvenil.
A veces se encuentra en aquellos individuos que pasan del impulso afectivo-
instintivo explosivo de las jambas masivas y en triángulo a un comportamiento dulce,
silencioso y tranquilo de la racionalización intelectual.
Cuando el punto es en doble anillo o “jointoyée”, el sujeto puede pasar del instinto
corrompido y vicioso a una actividad intelectual que no es completamente
satisfactoria.
En resumen: el punto en circulito es, de alguna manera, la expresión en la juventud
actual de la angustia vital y, dentro de esta interpretación y de acuerdo con el resto
de signos del ambiente gráfico, pueden darse infinidad de interpretaciones pasando
por el narcisismo, por el deseo de vanidad (necesidad de sentirse apreciado) y por
la misma homosexualidad.
Una escritura es rápida cuando supera las 150 letras por minuto. Se reconoce la
escritura rápida por el predominio de los movimientos ovoides (escritura
redondeada), por la cohesión ligada, por la inclinación del eje longitudinal de las
letras hacia la derecha; por la simplificación de las formas; por los movimientos
combinados (barras de las “t”, puntos y mayúsculas ligados a la letra siguiente), por
la escritura de movimiento ascendente y progresivo, por las terminaciones de las
letras, especialmente de las barras de las “t” en punta (lanzadas), cuando la
escritura es rítmica, movida, espontánea y sin cortes o inhibiciones (letras
208
suspendidas, añadidas, retocadas, adosadas etc.); cuando se abrevia la estructura
de las letras o se dejan palabras con letras incompletas (escritura filiforme,
abreviada o inacabada, etc.).
Cuando el ojo está habituado a observar en el grafismo la fuerza y dinamismo de la
onda gráfica, es fácil descubrir la escritura rápida.
La rapidez con buena presión (escrituras rápidas, profunda, neta, progresiva,
inclinada, proporcionada y rítmica), es un excelente indicador de buena salud y de
una líbido en progresión, es decir, condiciona una energía vital sana, un gran deseo
de vivir y una adaptación sin grandes problemas en las relaciones con el “objeto”, en
el amor, en la amistad, en los contactos sociales y en el trabajo. El sujeto se
desenvuelve en todas las esferas con buena confianza en sí mismo y en sus
posibilidades, tiene un ánimo bastante eufórico y una voluntad activa que no se
arruga fácilmente ante las dificultades o circunstancias adversas.
Dotado de fuerza imaginativa y creadora y de espíritu emprendedor, el sujeto de
escritura rápida con buen nivel positivo, sabe resolver con prontitud y eficacia la
mayor parte de los problemas u obstáculos que encuentra en el camino hacia sus
metas u objetivos, refuerza su energía y su disposición de voluntad cuando tiene
que luchar con las dificultades o las situaciones adversas.
La rapidez gráfica es también un buen indicador de vivacidad en la inteligencia, de
rápida comprensión, asimilación y puesta en marcha de las ideas o de las cosas a
realizar. El juicio opera por inducción y deducción buscando la identificación con la
realidad, es decir, la máxima objetividad y sentido práctico, sobre todo si la escritura
es proporcionada y rítmica o se observa una desigualdad metódica en la relación
forma-espacio-movimiento.
Bajo el punto de vista moral o de comportamiento, el sujeto es leal en la amistad y
en sus sentimientos, compromisos y obligaciones.
En sentido negativo, con escritura desigual, lanzada, desproporcionada y
discordante, las pulsiones instintivas, los deseos, las tendencias y el
comportamiento del sujeto, carecen del autocontrol, del sentido de la sensatez, de la
ponderación y de la medida en las reacciones.
No hay equilibrio regulador entre la excitación de los impulsos y la voluntad
reguladora y correctora de las reacciones. Entre los instintos (el Ello), el Yo y el
Super-Yo hay un desbarajuste del control y el sujeto se dispara en sus ideas, en sus
deseos, proyectos y objetivos, como si desconociera el sentido del orden y de la
medida, de la corrección en los modales y los semáforos establecidos socialmente.
El sujeto sufre un estado de inmadurez (defecto de educación o de aprendizaje) o es
víctima de ciertos disturbios de personalidad que pueden haber sido motivados por
diversas causas. Lo cierto es que su deficiencia en el control de los impulsos, en el
control de su excitación y agitación, condiciona un carácter de reacciones vivas e
inmoderadas, es impaciente, irritable, influenciable y brusco. No soporta esperas o
dilación en el acceso a sus deseos, quiere las cosas de inmediato, y le falta el sano
sentido de la realidad, y la capacidad de adaptación necesaria para convivir
armónicamente con los demás.
El sujeto puede ser muy hábil y hasta genial en algún aspecto, pero fuera de aquello
que le atrae, le frena y le hace persona, es un individuo desadaptado y de difícil
convivencia con él. Si el grafismo ocupa toda la página, incluso los márgenes (más
texto que espacios libres entre palabras y líneas: escritura invasora,
209
desproporcionada y confusa), el sujeto no deja espacio a los demás, interrumpe
constantemente a sus interlocutores, sólo quiere hacer patente lo que él piensa y
charla por los codos sin ninguna clase de respeto a la personalidad y al tiempo que
debe conceder a los demás.
210
de Schultz-Hencke, según la cual en toda neurosis conviven tres estadios: la
inhibición, la comodidad y las pretensiones desmesuradas. El sujeto neurótico
puede adoptar como en el caso de la escritura rebajada, una actitud pasiva y
cómoda, de modestia, de renuncia y obediencia-sumisión, pero en su inconsciente,
pueden estar latentes pretensiones desmesuradas.
José Mª Castellet, pretendía ver -de esto hace muchos años-, el proceso de
individuación del que habla Jung, la armonía entre los contrarios: el bien y el mal, el
egoísmo y el altruismo, las apetencias corporales y materiales y los dones
espirituales o del intelecto se compenetran y se equilibran.
Estas tendencias contrarias de la psique, según J. Mª. Castellet, se agrupan en la
conciencia buscando mediante los mecanismos de defensa reguladores, una
renuncia compensatoria.
En todos estos casos, la escritura es redonda o muy curvilínea y aunque aparezcan
algunos pequeños ángulos esporádicos, indicadores de pequeñas resistencias a las
presiones externas, el sujeto permanece fijado a la comodidad de existir sin luchar,
armonizando su actitud con la de los demás. Puede tratarse de una pasividad
inteligente, o de una superación de sí mismo a través del “proceso de individuación”
de Jung.
El sentido positivo o negativo y la armonía del conjunto, aclararán el tipo de
interpretación a elegir.
Cabe en esta escritura todos los calificativos dados por los grafólogos clásicos:
humildad, sencillez, modestia, sobriedad, moderación, espíritu complaciente y
comprensivo, actitud de penitencia y humildad religiosa, etc.
211
hablar. Recordemos el caso de Dalí, de Alaska, de Martirio y de muchos otros
artistas e individuos que confunden el verdadero genio, la originalidad y la elegancia
con la extravagancia y la artificiosidad). Por ejemplo, el porte distinguido, la
elegancia y los modales de un Jaime de Mora y Aragón, pese a sus extravagancias
personales, nunca fueron de mal gusto. El intento de hacer de un calcetín roto una
obra de arte, es algo que roza el mal gusto y la ausencia de sentido estético y de
elegancia personal.
212
El movimiento circular empieza en la parte alta de la zona media, arriba, y va dando
la vuelta curvándose hacia atrás, hacia el pasado, entra después en la esfera del
subconsciente corporal y material (base de las letras), sigue hacia la esfera de
contacto con el exterior (parte derecha de las letras), terminando su vuelta en la
parte superior de la zona media, esfera de contacto con el Ideal del Yo. (Este mismo
simbolismo que ya expuse, en mi obra “Tratado de Grafología” (1945) y más
detalladamente en mis obras “El lenguaje de la escritura” (1949) y en “Escritura y
Personalidad” (1961 y en la 8ª edición, 1993), lo he visto confirmado y explicado,
con relación a los óvalos, en la interesante obra de Paolo Bruni : “Simbologia della
Scrittura”, Milán 1994.
Del mismo modo que en la Tierra, todo movimiento circular en la escritura, es un giro
de “rotación” sobre el propio eje, sobre el “sí mismo”, del sujeto, pues, el movimiento
giratorio, cuando es redondo, recorre por igual las diferentes tendencias del “ser
existencial”. Quizá esto parezca muy sutil y teórico, incluso lleno de fantasía, pero si
amplificamos el movimiento y lo referimos a los gestos del cuerpo, a la expresión
corporal, el significado es el mismo.
Cuando Jesucristo lleno de ternura indica a sus seguidores: “Dejad que los niños se
acerquen a mí”, no nos podemos imaginar sus gestos en forma angulosa y brusca.
Y, efectivamente, los gestos redondos aunque puedan ser egoístas, son suaves,
nunca pueden ser bruscos o angulosos, aunque el egoísmo, el sadismo y las malas
intenciones se invistan, a veces, de corazón de tórtola.
La escritura redonda, puede ir asociada a la escritura monótona, caligráfica, lenta,
igual, infantil, etc. De su ritmo, de su agilidad estructural, de su sentido progresivo o
regresivo, de su convencionalismo u originalidad en las formas y de su grado de
variedad o monotonía repetitiva, dependen, generalmente, las interpretaciones,
dentro siempre de dos notas clave: la suavidad y la tranquilidad.
La lentitud propia de la escritura redonda puede estar compensada, incluso
supercompensada, por el automatismo en el manejo de los objetos de trabajo.
Cuando el sujeto adquiere automatismo motriz, por ejemplo, en el teclado de los
ordenadores y de las máquinas de escribir, puede alcanzar velocidades de
ejecución sorprendentes y bastante precisas.
En sentido general, la escritura redonda expresa: estabilidad de humor, desarrollo
de las facultades perceptivas que favorecen la memoria de los aspectos físicos de
las cosas (sentido de las formas); bajo nivel de emotividad; buena presencia de
ánimo ante los acontecimientos adversos o inesperados, atención especial a las
apariencias y a la imagen de sí mismo que el sujeto desea dar en el exterior.
Habilidad para mezclar y armonizar lo útil con lo agradable y para socializar los
intereses propios armonizándolos con los intereses ajenos evitando litigios, choques
o enemistades (búsqueda de la seguridad, añadiéndola a la comodidad y a la
previsión de contingencias). Disposición a encontrar el beneficio común en las
asociaciones, en la cooperación, en la conformidad de la mayoría, etc. El sujeto
quiere evitar los riesgos y contingencias que le harían perder su “status”, Desea una
vida cómoda, libre de eventualidades que puedan hacer peligrar su estilo de vida, su
seguridad y la de los suyos. (Para más detalles ver los tipos: linfático, los de
“sensación extravertida” de Jung y los “no emotivos” de Heymans-Le Senne.
213
(N) Pasividad, nivel de actividad bajo, pereza, flojedad de carácter (el sujeto cede a
la presión de las personas y del medio ambiente que le rodea. Con escritura anillada
o “jointoyée”: egoísmo, tendencia al engaño, al disimulo, al fingimiento a las insidias
verbales y a la falta de honestidad en la conducta, etc. En todos los casos, es
necesario tener en cuenta el nivel de negatividad y el ambiente gráfico general en
que se encuentra la escritura redonda.
Las letras, especialmente las “o”, “a”, “g”, etc. y todas aquellas de movimiento
curvilíneo que tienen su sitio en la zona media, incluyendo las “m” y “n” y las bases
de las hampas, presentan una forma oval o derivada del movimiento en óvalo (figs.
13, 55, 104 y 178).
Como ya he indicado al hablar de la escritura en curvilinea (C47), la escritura
redondeada es más ágil y vibrátil que la escritura redonda. Como en el caso de la
Tierra, el movimiento de “traslación”, propio de la escritura redondeada u oval,
supone un desplazamiento del Ello, del Yo y del Super-Yo hacia el “objeto” al cual
está vinculado por el hecho de existir (tendencia a moverse hacia el “objeto
amoroso”, que será, en la infancia, la madre o el padre y en la edad adulta, una
persona del otro sexo, cuando el sujeto ha liquidado el complejo de Edipo).
El movimiento de traslación supone también la dirección hacia objetivos sociales
(relación del Yo con el Tú) y hacia objetivos profesionales (relación del Yo con el
Trabajo).
En este último sentido, la escritura redondeada es, en general, y como he dicho
antes, más espontánea, más vibrátil, más ágil, más activa y más vinculada al mundo
exterior, al deseo de comunicación, de recepción y de participación. La escritura
redonda es más introyectiva que extrayectiva. La escritura redondeada es más
extrayectiva que introyectiva.
Para comprender mejor el “por qué” de este sentido simbólico de la “rotación”
(escritura redonda) y de la “traslación” (escritura redondeada),sugiero reproducir con
la mano, y rápidamente, amplios movimientos en círculo, es decir lo más redondos
posibles y hacer lo mismo después con movimientos en óvalo.
En sentido positivo, la escritura redondeada es un indicador de buena salud, de una
adaptación equilibrada y de una libido en progresión, es decir, el sujeto se
desenvuelve sin trabas, sin tropiezos, sin inhibiciones importantes en el desarrollo
de sus impulsos de vida. Satisface sus deseos y necesidades de todo tipo sin
dificultades, sin choques con el Yo o el Super-Yo, ni con el ambiente externo. La
onda gráfica, en éste caso, tiene un ritmo y un dinamismo profundo y los tres
grandes aspectos de la escritura la forma, el espacio y el movimiento se mantienen
dentro de la “desigualdad metódica” descrita por Moretti.
De aquí derivan las interpretaciones de simpatía, agradabilidad de carácter,
comprensión, benevolencia, empatía personal, espíritu dotado de recursos
sugestivos, expresivos y persuasivos, buena imaginación, gustos estéticos y, con
frecuencia, buena disposición para el arte, etc.
214
La escritura redondeada, dentro de un buen dinamismo y de una buena
“desigualdad metódica”, se asocia con el optimismo, con la alegría de vivir, con la
gracia y donaire, con la seducción y el encanto atractivo de las personas
“venusianas”, en el sentido que tiene éste término de facilidad para el amor, para la
amistad, para la amabilidad, etc.
En sentido negativo, con excesiva fuerza y dispersión (fig. 85b y 90), el sujeto puede
actuar de modo impulsivo y brusco o con falta de autocontrol emotivo, de manera
confusa o audaz y en el “fuego del deseo”, puede arrollar todos los semáforos de la
buena corrección, del orden establecido y del respeto a la personalidad de los
demás, imponiendo exigencias desmedidas y acaparando derechos que al sujeto no
le corresponden (perturbación o distorsión en cuanto al sentido de la medida de los
conceptos de libertad, dependencia y propiedad de derechos).
Ofuscado por la pasión de los deseos y por la inmediatez de lograrlos, el sujeto
arrolla la personalidad de otros y la maltrata injustamente. El instinto de vida, en
estos casos, está fuera de toda adaptación bien regulada y de todo comportamiento
armónico.
Cuando la onda gráfica presenta deficiencias en algún sentido, en la presión
(escritura. floja, blanda, tenue etc.), en la dimensión (escritura muy pequeña,
apretada, gladiolada), en la continuidad (escrituras suspendida, vacilante,
atormentada, muy inhibida, regresiva, etc.), figs. 206, 13 y 218, el instinto de vida del
sujeto, está deteriorado por complejos de impotencia, por miedo al fracaso, por
sentimientos de inseguridad, de insuficiencia, de culpabilidad y de angustia, que son
la expresión de una libido débil, es decir, de una energía vital deficiente.
En este caso, con una líbido débil, el sujeto puede ser víctima de las presiones
externas, de los abusos de autoridad o de las influencias nocivas que, en sentido
moral, pueda recoger del medio ambiente. El sujeto, al no tener fuerza de voluntad,
se adapta pasivamente y sin resistencia (tal vez refugiándose en el masoquismo)
dentro del entorno donde se siente aceptado y contra el cual no es capaz de luchar,
aunque sea consciente de su morbosidad.
215
comportamiento psicológico de los sujetos en quienes predominan los movimientos
regresivos.
La “regresión” es una reacción defensiva contra las frustraciones, o contra la
inseguridad, contra la debilidad o impotencia, contra el miedo al fracaso o a la
pérdida de algo.
Puede ser también un retorno o fijación de la afectividad hacia el pasado, incluso
hacia el pasado embrionario, hacia la madre, hacia la rememoriación de sucesos
históricos personales o de la colectividad, visible sobre todo en los trazos iniciales
largos, en las mayúsculas. La fig. 187 corresponde al periodista e historiador D.
Manuel Aznar, pariente del presidente del P.P.
A consecuencia de excesiva fatiga, de alguna enfermedad, de algún hecho
frustrante que se asocie a experiencias negativas de infancia, por causa de algún
deterioro mental, el sujeto puede retroceder, regresar, cronológicamente a estadios
mentales o de madurez afectiva que ya habían sido rebasados, en cuyo caso, la
conducta del sujeto puede caer en una actitud de inmadurez y tomar la forma de un
egoísmo absorbente, de un acaparamiento o retención del “objeto” (personas,
cosas), incluso llegar al hurto o apropiación ilegítima, con independencia de otros
trastornos neuróticos o disociales.
216
Las regresiones en la zona media (figs. 32, 35, 68 y 174), afectan al comportamiento
del sujeto en la vida cotidiana y a su posición afectiva con relación a los demás. El
egoísmo será tanto más suave o duro cuanta mayor tensión tengan los trazos. Y la
inmadurez en la conducta estará también en concordancia con el nivel general del
grafismo.
En todos los casos, para interpretar justamente la escritura regresiva, hay que
valorar bien el conjunto de signos entre los que se encuentra y el nivel positivo o
negativo de ese conjunto. Para más detalles ver en mi obra “Grafología estructural y
dinámica”, los movimientos regresivos en cada una de las zonas del grafismo.
En sentido general la escritura regresiva es indicadora de una atención centrada en
los propios problemas, intereses y necesidades, con despreocupación o falta de
interés por todo aquello que afecta a los demás (egoísmo, egocentrismo,
narcisismo, etc.). El miedo a la privación o a un tratamiento injusto por parte de los
demás, exacerba la avidez, la necesidad de guardar, de retener, de acaparar con
ansiedad, diversas ventajas o cosas útiles, incluso inútiles, para la vida del sujeto.
La dureza de este significado estará en proporción con el grado de angulosidad, de
fuerza en el trazado y de inversión de las letras, así como con el nivel positivo-
negativo del conjunto.
Este mismo miedo a la privación y la desconfianza mantienen vigilante la atención
del sujeto sobre todo aquello que cree que le corresponde, adelantándose a
reclamar derechos, a reivindicar lo que cree que le pertenece, sobre todo en las
cuestiones de dinero. El individuo resulta molesto a causa de sus constantes
inconformismos, reclamaciones y exigencias, muchas veces erróneas.
En sentido positivo: Concentración en sí mismo, reserva, retraimiento, capacidad
abstractiva. Desarrollo profundo de técnicas y de conocimientos relacionados con su
profesión, que guarda sigilosamente, pero que le hacen “imprescindible” en la
parcela de trabajo de la cual se ocupa. Selección cuidadosa de personas, objetos,
ambientes, etc. con los que tiene relación. Tendencia introvertida e introyectiva.
217
la capacidad de goce y satisfacción, tanto con referencia a la esfera sexual, como a
las relaciones con los demás.
Estas anomalías en los mecanismos de defensa reguladores de la conducta,
conduce a las crispaciones nerviosas, al paroxismo, a la acumulación de
sentimientos de odio, de rabia, de ira, etc., de aquí las reacciones sumamente
irritables y violentas cuando el sujeto se siente afectado por pequeñas frustraciones
o contrariedades. Estas reacciones están siempre en desproporción con la causa
motivante.
La conducta del sujeto, si no está suficientemente frenada por el aprendizaje
cultural, por la madurez psicológica, o por una educación adecuada, puede dar lugar
a reacciones explosivas y descontroladas, de tipo peligroso, por cuanto el sujeto
tiende a acumular sentimientos de venganza contra aquellas personas que cree que
le han humillado, perjudicado o engañado (factor “e” de Szondi).
Los regruesamientos, cuando son fusiformes (figs., 117a y b), pueden ser
expresivos de cierta frivolidad sensual y corresponden, según Albert de Rochetal, a
personas que son mas voluptuosas y sibaritas que realmente sensuales. A estas
personas las gusta llamar la atención, sorprender con regalos rebuscados, con
pequeñas frivolidades. Suelen ser coquetas, amantes de los cumplidos, de las
ceremonias, Les gusta que los demás tengan con ellas atenciones especiales. En el
caso de la fig. 117b, las jambas terminadas en forma de cuchillo de carnicero,
expresan un inconsciente sádico.
Para más detalles sobre la interpretación de los apoyos o regruesamientos bruscos,
ver las escrituras masivas, M07, reinflada, R11, fusiforme, F11 y desigualdades de
presión, D14.
Actualmente, debido al empleo de los bolígrafos y de los rotuladores,los
regruesamientos en los trazos sólo se pueden percibir con una lupa de ocho o diez
aumentos y, con todo, requiere experiencia descubrirlos.
218
obligaciones, la puntualidad, el orden, la sistematización, el método, la
programación, etc. son el efecto directo de esa voluntad reguladora.
Decía Mira López en su obra “Los cuatro gigantes del alma” (el miedo, la ira, el amor
y el deber), que “la tendencia a organizar los datos sensoriales, los afectos y las
ideas en configuraciones sencillas y armónicas, es una misión de la conciencia
intelectual para introducir claridad y distinción en la borrosa penumbra del
psiquismo”. Efectivamente la escritura regular, al implantar un orden armónico que
se ajuste, a la vez, a las necesidades y exigencias del “Yo”, del “Tú” y del “Trabajo”,
es un indicador de una conducta que cumple con un deber, a la vez que genera
tranquilidad, sentimiento de la justicia, equidad y complacencia en cuanto a cubrir el
“qué dirán”, de modo no fariséico.
En sentido negativo, la escritura regular, es simple apariencia fariséica que se inviste
de convencionalismo y donde se cumplen las normas sin sentirlas y el trabajo se
realiza por pura obligación y como una maldición bíblica que el sujeto tiene que
aceptar, si quiere seguir viviendo y manteniendo su “status vital” (moral de
conveniencia).
Cuanto más se aproxima la escritura regular a la rigidez, tanto mayor será el
fariseismo, la coraza que el sujeto interpone entre él y su entorno (ver escritura
rígida: R21). Si la escritura tiene una presión blanda, la debilidad de las tendencias
crea estados de angustia, de ansiedad y de culpabilidad. La desconfianza anida en
el ánimo del sujeto y tiende a ver fantasmas en el comportamiento de los demás y a
descargar sus insatisfacciones hablando mal de los demás (las censuras que no
puede autodirigirse, las proyecta sobre los otros).
219
las ideas, en los afectos y en los actos. Pulver y otros grafólogos posteriores, han
atribuido a la escritura en relieve, las facultades creadoras, innovadoras y
realizadoras, el carisma personal, la imaginación sugestiva y el comportamiento de
líder en las reuniones de trabajo. El sujeto, no sólo tiene capacidad sugestiva y
creadora en sus ideas, sino que intenta llegar al meollo de los temas y a la
profundización de las cosas en todos los asuntos que se ocupa.
La escritura en relieve es frecuente en personas que destacan o han destacado en
alguna rama del “hacer” y del “saber”, en ciencia, en arte, en la industria, en la
política, etc., junto con la escritura rítmica (Klages), con la escritura de metódica
desigualdad (Moretti) o con los signos de armonía (Crepieux-Jamin), es un indicador
de superioridad, entendiendo ésta como alta capacidad para pensar y actuar.
Se ha atribuido también a la escritura en relieve una buena capacidad de memoria.
La retención de en gramas, sin embargo, es un proceso activo que depende de la
motivación. Cuando lo percibido interesa al sujeto percibiente las imágenes o en
gramas quedan fijadas en la memoria a largo plazo. Si lo percibido no está motivado
por la atención y el interés, los contenidos mnémicos apenas duran unos 60
segundos y después se olvidan. Por tanto, la memoria reflejada por la escritura en
relieve, puede ser parcial.
En sentido negativo, con escritura muy curvilínea, pesada, gorda y con poco
dinamismo, la escritura en relieve, indica pasión, sentimentalismo ardiente,
sensorialidad, epicureísmo, hedonismo, etc. La atención se centra en los placeres
del cuerpo y en el aspecto lúdico de la vida, en detrimento del espíritu.(Ver para más
detalles la escritura profunda: P15).
La onda gráfica no destaca sobre el papel, queda como apagada, pálida deslucida,
sin brillo, o mate. El color de la tinta queda como absorbido por el papel.
Lamentablemente, ni el relieve del trazado, ni la ausencia de relieve puede
apreciarse con muestras impresas.
En física, como sabemos, los colores calientes irradian luz; los colores opacos la
atraen, la absorben. Esta es la diferencia entre la escritura en relieve y la escritura
sin relieve. En la escritura sin relieve se descubre la falta de savia vital, la ausencia
de brillo, de poder sugestivo y creador de la personalidad, es decir, la pobreza de
recursos imaginativos, la introyección y la escasez de relieve personal.
La tendencia absorbente de los individuos con escritura sin relieve, condiciona una
sensibilidad aguda para las cosas que se refieren al propio Yo y falta de
sensibilidad, indiferencia o rechazo, para aquello que se comprensión, atenciones
delicadas, miramientos y estimación procedentes de los demás, pero como árbol sin
savia y sin verdor, poco puede ofrecer a las personas de su entorno.
Esta “esterilidad mental y afectiva”, puede suponer una deficiencia de rendimiento
en el terreno laboral, si la tarea que tiene que realizar el sujeto no es pasiva, sino
activa, renovadora y cambiante. El sujeto no es apto para tareas que requieran
recursos imaginativos, facilidad de improvisación de soluciones y adaptación rápida
a personas y circunstancias variables.
220
El significado de la escritura sin relieve, se agrava, si la presión es floja o blanda,
indicando entonces, la facilidad para el desaliento, la abulia, la indolencia, la falta de
interés por las cosas y el rechazo de toda actividad que requiera un pequeño
esfuerzo. Sujetos así, al ser permeables a toda clase de influencias, pueden ser
desleales y caer en la delincuencia, en la tentación de hurtar o de comunicar datos
que deben permanecer secretos.
221
Todo signo de “reseguimiento”, es un intento de “cerrar” o de “ocultar” algún aspecto
de la personalidad que el sujeto tiene “vulnerable”, despreciable ante su conciencia,
o que no quiere dar a conocer ante el miedo que le pueda crear conflictos,
sufrimiento o inseguridad.
Dentro del reseguimiento, se pueden incluir también las llamadas “letras adosadas”.
Las letras adosadas, empotradas o que montan sobre las letras que anteceden, es
un signo que ha sido muy bien estudiado por Moretti y sus seguidores,
principalmente por Pacífico Cristofanelli en su obra “Segni del vissuto”. Cristofanelli
interpreta éste signo como una especie de “oclusión, de desconfianza, de
restringimiento, frente a la gente, debido a una excesiva necesidad expansiva del
propio sentimiento de la cual debe defenderse. Es el temor expansivo propio del
adolescente”. Para más detalles ver (escritura adosada, A07 y escritura en
retroceso, R18).
El retardo en el grafismo puede estar motivado por las siguientes causas: por
excesivo esmero en la ejecución de las letras, en el cuidado de las formas, del orden
y de los espacios; por la frecuencia de retoques, añadidos o correcciones; por la
excesiva ornamentación de mayúsculas y de otras letras; por el empleo frecuente de
regruesamientos en los trazos; por la frecuencia de los “lapsus de cohesión” o por el
emborronamiento de los puntos (mano pesada); por la pastosidad y descenso del
grafismo; por las regresiones o movimientos sinistrógiros anormales; etc.
Producen también retardo las letras adosadas y suspendidas; los temblores, las
sacudidas, las vacilaciones, las contorsiones, los truncados, los puntos innecesarios,
los barramientos inútiles; el empleo de un instrumento defectuoso; una posición
incómoda o inadecuada cuando se escribe, etc.
Cuando el retardo se debe a un especial interés de la voluntad por conservar un
orden estético y dar al texto una buena presentación, es un indicador de cuidado de
las apariencias externas y atención especial a la persona a la cual se envía la
comunicación: esmero, pulcritud, sentido estético y escrúpulo en hacer las cosas
bien y dar buena imagen.
Este cuidado de las apariencias puede señalar una excesiva prudencia y una falta
de naturalidad, propio de una inteligencia no siempre libre y bien adaptada a
cualquier ambiente, persona o situación. El sujeto puede vivir oprimido por el “qué
dirán” y por un Super-Yo tiránico.
Si el retardo se debe a anomalías tales como “retoques”, añadidos, tachaduras,
lapsus de cohesión y otras anomalías perturbadoras del ritmo natural, las causas
pueden ser variadas : trastornos afectivos o mentales, perturbaciones neuróticas,
graves preocupaciones, fuertes estados de ansiedad, debilidad de la mente por
agotamiento, por enfermedad o estados postoperatorios, etc.
Si el retardo se debe a excesos de ornamentación (figs. 38 y 111a), las tendencias
narcisistas están presentes. El sujeto centra su afectividad y orienta su dinamismo
vital, sus intereses de admiración y de aprecio en el propio Yo. con miras a hacerse
222
digno, también, de la estimación de los demás, de donde las actitudes de
presunción, de pedantería, arrogancia, etc.
El sujeto narcisista, puede proyectar sobre otra persona (del mismo sexo o del sexo
contrario), la propia imagen y amarse a sí mismo a través de ella. Es el caso de
muchos homosexuales y de personas que eligen féminas eróticamente llamativas, o
el de féminas que eligen varones más jóvenes y destacadamente viriles o
feminóides, depende del tipo de compensación buscado.
223
estar invadido por un control rígido de la razón o del Super-Yo (obsesiones), que
pueden mostrarse a través de un estilo de vida muy intelectualizado, racionalizado y
distanciado de la normalidad. Por ejemplo, el sujeto quiere mostrar su
escrupulosidad en una honestidad y sentido moral tan rígidos y puritanos, tan
meticulosos, que se hace insoportable. La preocupación por una higiene rigurosa, el
autoritarismo, la ambivalencia afectiva, etc., pueden estar indicadas en éste signo.
Nota aclaratoria. Tanto los retoques como las palabras y frases tachadas, no tienen
gran significado cuando se trata de apuntes, de borradores o de notas en sucio. Los
retoques y tachaduras, tienen un alto significado en la firma. Una firma tachada por
la rúbrica o por un trazo final que la atraviesa de derecha a izquierda, es una
agresión a la autoimagen, al concepto de sí mismo, es una expresión de
autodestrucción inconsciente debido al descontento de sí mismo. Puede reflejar
también las tendencias masoquistas.
224
La dirección de los trazos y la forma de las letras se realiza en sentido contrario al
enseñado por la caligrafía. Por ejemplo, las “a” y las “o”, el óvalo de las “b”, de las
“g” y de otras letras, siguen el mismo sentido direccional de las agujas del reloj. Ver
la inclinación invertida y el giro de los movimientos de las jambas en la fig. 126a.
El Dr. Gille interpreta éste signo como tendencia a un “estilo de conducta, en que el
sujeto, en sus relaciones del Yo con el Otro sexo, en las relaciones del Yo con el Tú,
o del Yo con el Trabajo, no quiere pensar o hacer las cosas como todo el mundo”.
Esta anomalía, puede ser más o menos importante y neurótica. El sujeto oscila entre
el anticonformismo, frecuente en los adolescentes, y la actitud radical, obsesiva y
rígida del paranoico (126a).
En sentido positivo, con un buen ambiente gráfico, puede ser la expresión de una
personalidad con un tipo de pensamiento que se aparta de los convencionalismos e
intenta mantener unos criterios propios y un estilo personal y creativo que le distinga
de los demás por la originalidad.
Con alto nivel negativo, por ejemplo, en el caso de la fig. 161, el deseo de
originalidad, de no hacer las cosas como todo el mundo, se convierte en una
desadaptación neurótica, tras de la cual puede haber una tendencia esquizóide un
exhibicionismo de tipo histeróide (el sujeto busca en los contrastes y en la
artificiosidad o en las extravagancias, un medio de sorprender y de llamar la
atención).
Las letras al revés, se observan actualmente en los grafismos de la juventud actual,
como expresión de rebeldía, de no aceptación de los convencionalismos y
exigencias paternales y de las instituciones sociales.
225
puede excitar el corazón produciendo palpitaciones; puede producir sensación de
hormigueo en el vientre y otros síntomas corporales.
En el terreno psíquico, la rigidez puede producir sentimientos de culpabilidad, ya que
la falta de una satisfacción sexual adecuada, hace que estos individuos se sientan
mal, pecadores o culpables y proyecten estos mismos estados psíquicos sobre los
demás, caso muy frecuente en los sujetos paranóides, en los falsos moralistas y en
algunas mujeres con agresividad feminista.
Con bajo nivel positivo, la escritura rígida, es un indicador de actitudes y posiciones
fanáticas. inflexibles e intransigentes, carentes de toda consideración a los demás.
La imperturbabilidad agresiva de éstos individuos puede ser fatal, sobre todo en la
vida privada y en la actividad laboral. El formalismo, inexorable y cruel, ante las
cuestiones del deber, la puntualidad, la disciplina y las normas y principios, conduce
a frecuentes injusticias y a crear un clima de convivencia inaguantable.
En el mejor de los casos, la escritura rígida señala una adaptación recargada de
principios, normas, reglamentos y otras consideraciones que el sujeto crea para sí
mismo, pretendiendo controlar todas las situaciones y no aceptar otro modo de ver
las cosas que aquello que es compatible con la imagen que tiene de sí mismo. Por
tanto, su adaptación no es más que la parcial y concertada. Combate o se opone a
todo aquello que no concuerda con su modo de ver las cosas.
El sujeto, por su general opacidad a la empatía, no capta las motivaciones, deseos,
ideas o simpatías de los demás. Es incapaz de comprender y de identificarse con la
manera de pensar, sentir y actuar de los demás (sensibilidad bloqueada), por lo que
carece de aptitud para el matrimonio y, en el terreno laboral, no debe ocupar
puestos de relación con los clientes.
226
El “ritmo” es un movimiento suficientemente fuerte, dinámico y profundo a través del
cual se manifiestan, libremente, sin trabas, sin inhibiciones, sin saltos bruscos y
dentro de una cierta armonía y orden las tendencias vitales del individuo (líbido en
progresión). Las figs. 29, 162, 178, 187 y 215, presentan diversos grados de ritmo,
en unos casos más vivo y en otros más pausado.
Ritmo, quiere decir ímpetu natural, íntima sensación de fuerza, de optimismo, de
confianza en la vida y en la propia capacidad de superación de los problemas y
dificultades, cualidades propias del individuo sano y equilibrado.
En la escala de Pophal, el ritmo estaría situado en la predominancia de los grados II
y III.
227
vertical fuerte y descendente (fig. 192), indicando la posición firme y tajante,
autoritaria y de imposición del escritor.
En España, dos grafólogos han dedicado mucho tiempo y espacio al estudio de la
firma y de la rúbrica: el Profesor Mauricio Xandró, con frecuentes seminarios sobre
el tema y su discípulo José Javier Simón, quien en su obra “El gran libro de la
Grafología”, publicado por Circulo de Lectores, dedica varias páginas a la firma y a
la rúbrica, revisando ésta última a la luz de los aspectos gráficos.
La letra “s” minúscula, tal vez por su estructura, que puede ser abierta o cerrada, por
sus cambios de forma y por sus posibles alargamientos “hacia arriba” (sobrealzados)
o “hacia abajo” (trazo final invadiendo la zona inferior), y por otras particularidades,
los grafólogos clásicos, no gestaltistas, le atribuyeron el simbolismo de “letra
expresiva de la conciencia”.
La conciencia, según los criterios de los grafólogos amantes del signo fijo, puede ser
abierta (fig. 195), cerrada (fig. 196), egoísta (por el buclecito final, fig. 197),
dominada por escrúpulos (primera “s” de la fig. 198), orgullosa (sobrealzado de la
fig. 199) y muy materialista (trazos finales de las “s” de la fig. 200 invadiendo
indebidamente la zona inferior).
Estas interpretaciones son sólo detalles aislados de una letra. Nosotros creemos
que una letra, por sí sola, no es representativa de todo el conjunto, más que en
casos muy excepcionales. Como he dicho en otras muchas ocasiones, los signos
aislados deben interpretarse de acuerdo con el ambiente gráfico en que se
encuentran.
S02 - SACUDIDA:
228
Este signo, según el Dr. Resten, se presenta con frecuencia en la neurosis obsesiva
y en la astenia por agotamiento nervioso (neurastenia).
Modelo caligráfico de origen inglés, caracterizado por la tendencia a imitar los tipos o
letras de imprenta. Este modelo de caligrafía presenta las letras desligadas y
yuxtapuestas (figs. 87 y 202).
Para su interpretación, ver escritura tipográfica, T10 y escritura dibujada, D25. El
“script”, como todo modelo de escritura dibujada o artificial, suele ser un camuflaje
para ocultar lagunas o aspectos desfavorables, deficiencias o desventajas
personales, sobre todo en cartas contestando anuncios y cuando se utiliza éste tipo
de escritura para comunicarse con personas con las que existe relación afectiva. El
sujeto desea dar de sí mismo la mejor imagen, aunque la intención no responda a
una leal y sincera realidad.
229
La escritura seca, siempre tiene un aspecto desagradable a la vista, es la
representación de un carácter áspero, agrio, frío, quisquilloso, egoísta y rencoroso.
Esta actitud desapacible, condiciona una atención excesivamente selectiva hacia
determinados y limitados campos de interés (objetos, personas, cosas o actividad),
con olvido o desinterés por otras personas o cuestiones de su entorno.
La dificultad para integrarse, fuera de lo que él selecciona, puede estar motivada por
una defectuosa evolución o madurez del Yo o de las reacciones afectivas. Su
excesiva hipersensibilidad le obliga a mantener una atención siempre alerta unida a
una defensividad plena de insatisfacciones, de descontento, de quisquillosidad e
inconformismo. El medio ambiente, como es lógico, le devuelve la proyección de su
desconfianza, de su agridez de carácter y desagradabilidad, marginándolo o
atacándolo por su actitud espinosa y desapacible. En casi todos los casos, se trata
de personas esquizóides que están dentro del grado V de Pophal y que Corman
clasifica como retraídos extremos, mal integrados a un mundo que se les aparece
como hostil. Kretschmer engloba a éstos tipos dentro de los anestésicos y
calculadores fríos. En la tipología de Heymans-Le Senne serían los “apáticos”.
En sentido positivo, Klages atribuye a la escritura seca “el predominio de la razón
sobre el sentimiento”. El rechazo de las necesidades de ternura y de las
demostraciones de afecto se evidencia en éstos sujetos, aunque en el fondo se
sientan halagados si se les tiene alguna atención, a lo que generalmente suelen
responder con cierto gesto de desprecio. Rara vez demuestran agradecimiento, ni
siquiera en forma de sonrisa, pero tienen en cuenta a aquellos que, de algún modo
le atienden o le favorecen. Dentro de su silencio revive el reconocimiento y espera,
en secreto, que los demás les tengan atenciones y miramientos, aunque por su
conducta adusta, no se hagan acreedores a ellos.
230
“mío” (integridad moral). La escritura sencilla, repercute sobre la actividad mental
creando un juicio objetivo y claro en el que se separa lo esencial de lo secundario.
En sentido negativo, la sencillez puede señalar un retardo en la madurez psicológica
(fig. 143a) e indicar una actividad mental parcial, poco perspicaz en algunos
aspectos y normal en otros. Si la escritura es lenta y monótona, el sujeto carecerá
de capacidad imaginativa para animar, colorear y hacer sugestivo el propio
pensamiento. Simplicidad, indiferencia afectiva.
231
regulador en las distintas funciones instintivas, afectivas y mentales y lo que se debe
entender por una libido en progresión.
Entre los signos de normalidad, están las siguientes escrituras-tipo : firme, profunda,
neta y en relieve (en la presión); largo y ancho de letras cercanos a los módulos en
la dimensión; espaciamiento ordenado en la distribución e espacios entre palabras y
líneas sin que se pierda el ritmo natural; buena organización del texto en la página,
sin rigidez; precisión en la colocación de los elementos complementarios de las
letras (puntos, barras de las “t”, acentos, etc.); dirección de las líneas horizontal o
ligeramente ascendente; escritura inclinada con muy ligeras oscilaciones; escritura
sencilla o simplificada, etc.
Los signos de normalidad los descubre el “Método Vels de Grafoanálisis” en la
predominancia del sentido positivo y de los grados II, III y IVa de Pophal.
232
En sentido negativo, la escritura simplificada puede señalar la desatención a lo
externo, la introversión excesiva, la dedicación exclusiva a la parte teórica de las
cosas, con olvido de las posibilidades de aplicación a la vida utilitaria y práctica. Este
es el caso de algunos escritores y artistas y de algunos científicos que, fuera de sus
especulaciones matemáticas, se comportan como niños o personas ingenuas en sus
contactos sociales.
El trazado gráfico resalta muy débilmente sobre el papel, la escritura queda como
desteñida, desprovista de brillo, como si el color de la tinta quedara desvanecido
sobre el papel. Lamentablemente, este tipo de escritura no es perceptible a través
de los ejemplos impresos.
Así como el relieve refleja un tipo de personalidad brillante, creativa y sugestiva, el
trazado sin relieve es expresivo de una personalidad apagada, sin brillo, sin nada
que destaque las cualidades existenciales, el carisma magnetismo de la persona.
(Ver, para más detalles, la escritura en relieve, R12).
Escritura en la que predominan los giros de los movimientos hacia la izquierda (figs.
8, 9, 25 y 126a). Es sinistrógira la escritura Invertida (fig. 126a); los movimientos en
retroceso en los finales de las mayúsculas, en los finales de palabra (figs. 218, 219 y
220), en las jambas (figs. 49, 131 y 132). Son también sinistrógiros los
alargamientos excesivos de los trazos iniciales (figs. 82 y 187), las barras de las “t” y
las “d” con penacho a la izquierda del hampa (figs. 144c y 204), etc.
La escritura sinistrógira representa una especie de anclaje, total o parcial, en las
vivencias del pasado que dificultan la integración libre y espontánea a las nuevas
situaciones, a los nuevos ambientes, como si hubiera un cierto miedo o prevención
inconsciente a salir de sí mismo y a franquearse.
La adaptación de las personas con signos muy regresivos en su escritura, no es
siempre total y espontánea. Generalmente, la conducta está elaborada, vigilada y
controlada por un Yo desconfiado, egoísta y, a menudo, narcisista y egocéntrico. La
escritura sinistrógira, con un nivel negativo alto, puede ser un indicador de la
tendencia al hurto en forma latente o manifiesta, si va acompañada de otros signos,
como pueden ser los óvalos protuberantes, las “q” barradas, los enlaces de la
cohesión en forma de empalmes, etc.
La tendencia al hurto o a la apropiación ilegítima parece estar arraigada en sujetos
que tienen el hábito de chuparse el pulgar, hábito frecuente en algunos niños
neuróticos, pero que se evidencia también en algunos adultos. (Para más detalles,
ver escritura regresiva, R08).
233
Llamamos escritura sinuosa a aquella en que las letras, en las palabras, no
descansan sobre una misma base horizontal, sino que oscilan sobre la línea en
forma saltarina o desigual (figs. 27, 29, 64, 105 y 203a). el Dr. Cristofanelli, ha
descrito con fina observación el origen neurofisiológico de la escritura sinuosa en su
obra “Segni del vissuto”, Librería G. Moretti, Urbino, 1994.
La escritura sinuosa, es indicadora de oscilaciones muy frecuentes del ánimo, del
humor y de la voluntad. Es expresiva de la intensa vibración e impresionabilidad de
la esfera afectiva ante los acontecimientos vitales y los cambios que se producen en
el entorno del sujeto, el cual se deja influir variando sus ideas, sus intereses y
objetivos (fina receptividad a los estímulos que suelen generar inestabilidad de
ánimo y de voluntad, volubilidad afectiva y cambios en la dirección de las ideas).
Esta hipersensibilidad o exceso de vibración, es generalmente sutil y se presenta
unida a la inquietud, a la ansiedad, a las dudas, temores e inseguridad, lo que
determina cambios en la dirección del interés o de los deseos, según la manera
como el sujeto se impresiona y se deja influir, tanto por su acontecer psíquico, como
por las impresiones que recibe de fuera. De aquí la dificultad del sujeto para
identificarse con ideas estables, tareas muy metódicas y fieles a unas mismas
normas y para permanecer fiel y dar continuidad a un mismo sentimiento de amor o
amistad, a causa de los cambios psicoestésicos de la personalidad.
La interpretación frecuente de inestabilidad, de prontitud de respuesta y de
adaptación o rechazo, de agudeza de observación, de oportunismo, de propensión a
los cambios repentinos e irrazonados de humor, tanto por las variaciones de los
acontecimientos, como por la inspiración dominante en cada momento es un claro
síntoma de la crasis nerviosa y muy a menudo de la neurosis.
La inestabilidad, en la escritura sinuosa y desigual (fig. 27), se evidencia en el plano
motor (nerviosismo, reacciones vivas, incapacidad de permanecer quieto, etc.), se
manifiesta también en el plano mental (atención voluble, dispersa, contradictoria), en
frecuentes variaciones de ánimo, cambios de actitud con respecto a las mismas
personas, contradicciones en los afectos,, fugacidad de intereses, cambios de
rumbo frecuentes en los proyectos, facilidad a la frustración, descargas de
irritabilidad ante las contrariedades, etc.
Siempre he sugerido a las empresas que los sujetos con escritura sinuosa, desigual
e inestable, aunque por su inteligencia y flexibilidad de adaptación puedan realizar
cualquier tarea, no deben ocupar puestos de trabajo monótonos, demasiado
metódicos y que requieran una fijación muy concentrada y constante de la atención
unida a una alta “regularidad” en el trabajo, pues esto es contrario a su naturaleza
nerviosa y cambiante. Son sujetos que no aguantan bien la regularidad, la
repetición. Necesitan la variedad de estímulos para encontrar su identificación y su
autorealización.
Y en cuanto a la complementación de caracteres, en el matrimonio, los sujetos con
escritura sinuosa e inestable, no suelen encajar bien con personas de iguales
características. Deben buscar su complementación con una pareja que tenga un
carácter templado, dulce y reflexión, capaz de soportar con serenidad los cambios
repentinos, los contrastes, las variaciones de humor y las contradicciones para influir
beneficiosamente en la estabilidad y en la tolerancia y “seguridad” que en éste tipo
de nervioso falta.
234
S14 - SISTEMATIZADA, Escritura:
Escritura en donde las letras mayúsculas, los trazos iniciales o finales, las barras de
las “t”, las hampas de las “p” y, en general, todos los trazos que sobrepasan la zona
media tienen una altura elevada. Ver como ejemplo las figs. 11, 38b, 106c, 187 y
204.
La escritura sobrealzada es un indicador de una autoimagen desbordada por el
deseo de supercompensar el miedo inconsciente a la inferioridad mediante la
fantasía, a veces delirante, de una superioridad manifiesta, sea o no reconocida por
los demás (orgullo, soberbia, sobreestimación del concepto de sí mismo).
En sentido positivo, los sobrealzamientos pueden indicar una canalización de la
energía hacia metas ideales impulsando la ambición de “ser”, de destacar, de estar
por encima de los demás en cualquier aspecto de la vida: intelectual, económico,
social, profesional, etc. En virtud de esta disposición a sentirse “líder” el sujeto se
manifiesta en sus ideas como poseído por una certeza subjetiva absoluta en sus
pensamientos y tenderá a imponer sus ideas y decidir por todos sin recoger la
conformidad de los demás. Da por sentado que sus criterios, opiniones y decisiones
son acertadas e indiscutibles.
El sujeto de escritura sobrealzada, con buen nivel de energía y dinamismo, cuando
es inteligente y tiene plena claridad y orden en el modo de pensar, de querer y de
235
actuar, se convierte pronto, sea en un creador con estilo propio en cualquier
actividad humana, sea en Jefe de equipo o de grupo, si trabaja en cualquier
empresa, debido a sus dotes de mando y de control y a su disposición a ejercer
autoridad sobre los demás.
En sentido negativo, con jambas débiles o amputadas, refleja la incapacidad para
vivir las realidades y para aplicar las ideas a objetivos prácticos y utilitarios. El amor
propio y el orgullo, en sujetos que tienen poco apoyo en el dominio de la realidad,
les convierte en seres muy desconfiados y susceptibles, fuertemente ansiosos y
temerosos de mostrar su lado débil y vulnerable, pues los sentimientos de
inferioridad que padecen no están suficientemente bien compensados para que el
sujeto se mueva en la vida con “seguridad”.
Es frecuente este signo en las personalidades de características “paranoides “,
pues, como es sabido, los sujetos paranoides tienen tendencia a la sobreestimación
de sí mismos (orgullo), a la desconfianza, a la falsedad del juicio (son fantaseadores
y deformadores de la realidad) y a la desadaptación social. Estos sujetos consiguen
frecuentemente impresionar a los demás con razonamientos aparentemente
veraces, pero cuyas premisas son falsas. El sujeto paranoide tiende a deformar los
recuerdos y expone sus criterios apoyándolos en certezas absolutas, sin admitir que
puede partir de algún error.(Ver una definición muy acertada de las cualidades
psicológicas de la personalidad “paranoide” en el boletín nº 13 de la A.G.C. por N.
Romeu y P. Viñas, pág. 97).
El sujeto de escritura sobrealzada tiende a la insatisfacción casi permanente. Todo
lo que no está en la dirección que él piensa, le aburre, lo discute lo rechaza. Puede
ser muy persuasivo, gracias a su excelente imaginación y a sus grandes recursos
verbales. Es gran reivindicador de sus derechos, de sus intereses, de sus
pertenencias. En este sentido es agresivo y descubre siempre indicios y pruebas
para justificar sus reclamaciones.
La escritura sobrealzada es muy frecuente en la firma y se caracteriza no sólo por la
altura más o menos desmedida de las letras de la firma, esencialmente de las
mayúsculas, sino también, aunque la firma no presente letras sobrealzadas, por
subrayar ésta (figs. 96 y 108) por un fuerte trazo horizontal que sirve de “pedestal”.
Como dato curioso, obsérvese, en la fig. 108, la rúbrica en “pedestal” para destacar
al firmante y, a la vez, véase como el apellido aparece “tachado” por la letra inicial
del nombre. Inconscientemente se tacha a sí mismo, quizá porque no quiere ser
“Menor”, pero también puede haber aquí, en ese tachado, algún complejo de
culpabilidad por algo mal hecho (la “M” tiene el trazo final en repliegue egoísta y las
letras del apellido son muy angulosas lo que quiere decir que el egoísmo es
bastante “duro”.
Una escritura es sobria cuando las formas están estructuradas con sencillez, sin
adornos o trazos superfluos e innecesarios, cuando las dimensiones (altura y
anchura de las letras), son moderadas (buenas proporciones) y los espaciamientos
entre letras, palabras y líneas permiten una legibilidad correcta (fig. 65).
236
Así como en la escritura movida (fig. 82), el pensamiento trabaja bajo el influjo de la
imaginación (pensamiento mágico), en la escritura sobria el pensamiento está
influido por la razón, por la esencia, no por la existencia subjetiva de las cosas. El
juicio es equilibrado y justo y el pensamiento es reflexivo, ponderado, claro y
objetivo, se decide siempre por la idea mejor, después de pensar el “pro” y el
“contra”, el “por qué”, el “para qué” y “con quién”.
El sujeto está dotado de una buena memoria y de una lógica selectiva en todas sus
actuaciones. Su nota clave es la prudencia y su actitud vital introvertida.
La necesidad de seguridad, de confianza interna, de despejar las posibles dudas y
temores, es fundamental en el sujeto de escritura sobria. La razón desempeña en el
sujeto un rol moderador en el control de las pulsiones. La sexualidad está
canalizada, no es libre más que con la pareja elegida y dentro de unos límites de
comportamiento correctos. Klages asigna a la escritura sobria la sagacidad crítica, la
capacidad teórica y la fuerza de entendimiento.
En sentido negativo indica falta de imaginación y de intuición (Klages), timidez,
cortedad, apocamiento (dificultad de expansión). Con escritura seca, angulosa, muy
regular y rígida, indica fanatismo, austeridad severa y fría, intransigencia moralista y
rigidez mental. En casos extremos, el sujeto puede ser incapaz de conmoverse ante
el dolor ajeno y ante las injusticias que comete (sequedad de sentimientos).
237
Fenómeno de inhibición del impulso gráfico en el que los movimientos de flexión, de
arriba a abajo, las hampas de algunas letras, quedan interrumpidas antes de llegar a
tomar base en la zona media (fig. 206. Ver flechas). Esta misma interrupción puede
darse en las jambas (jambas amputadas, o más cortas de lo normal, fig. 15, aunque
ésta no es una muestra muy adecuada).
Toda inhibición es una suspensión, freno, o corte, de un impulso que tiende a
manifestarse, a buscar una expansión, más o menos gratificante y necesaria. Por
tanto, es un indicador de abstinencia, por parte de la actividad consciente, la cual
reprime el impulso por no encontrarlo adecuado a la situación presente o por
inseguridad frente al medio ambiente.
De aquí las interpretaciones corrientes de timidez, pudor, escrúpulo moral, cortedad,
apocamiento, etc. Y también de tendencia a alarmarse fácilmente, disimulo,
ocultación del pensamiento (el sujeto no dice lo que piensa, ni lo que sabe, sea por
miedo e inseguridad, sea por no encontrar acertado el momento, o por sacar alguna
ventaja de su silencio).
238
se puede modificar y, a veces tiene éxito, si la personalidad de sus oponentes es
débil. Pero cualquier razonamiento sereno y firme, aplaca su agresividad ante la
evidencia de quedar en ridículo, o se enfurece más y se marcha amenazando: “Esto
no va a quedar así...!”.
En cualquier caso, la escritura tajante es un indicador de descontrol emotivo y de
insuficiente madurez psicológica en la esfera de relación. El lenguaje de estos
individuos suele ser soez, descortés, tosco y blasfemo.
No necesariamente todas las escrituras tajantes pertenecen a sujetos con
inferioridad moral o inmadurez psicológica. Entre personalidades destacadas se
produce también este tipo de descontrol emotivo y de agresividad (fig. 96).
El grosor o espesor del trazado es mínimo (escritura de trazos muy delgados (fig.
213). En ciertos casos, pueden alternarse los trazos en flexión con un grosor o
espesor normal y los trazos tenues en los movimientos de extensión (ver en la fig.
216 la delgadez en los movimientos de enlace de unas letras con otras).
La delgadez del trazado está en relación con una sensibilidad o hipersensibilidad
vulnerable a los impactos externos (tendencia al sobresalto, a la angustia, a la
ansiedad, a la inseguridad (el sujeto, únicamente se siente seguro en la medida en
que puede tener confianza en las personas de su entorno).
El trazo tenue señala, pues, la sensación de debilidad y de impotencia, la
susceptibilidad y la acentuada sensibilidad a la frustración, el miedo al fracaso. Bajo
la amenaza de su Super-Yo, el sujeto se siente, a la vez, contantemente
239
atemorizado y en rebeldía. El “Ello” reivindica, por una parte, su derecho a la vida y
protesta contra las frustraciones impuestas por el entorno y las circunstancias
desfavorables y, por otro, mantiene una sórdida guerra interna contra un Super-Yo
represor, prohibitivo y exigente.
Pero si el sujeto tiene una inteligencia bien dotada, aprende a forjarse las armas
contra la angustia y contra los complejo de culpabilidad tan frecuentes en los seres
débiles o hipovitales a causa de su rebeldía contra los “tabúes” o prohibiciones,
siempre ligados a sentimientos de culpabilidad y de falta. Por tanto, la escritura
tenue, suele ser un indicador de ciertos fallos, más o menos intensos y frecuentes,
en la adaptación emocional, casi siempre producto de una viva y dolorosa
impresionabilidad y vulnerabilidad.
El debilitamiento del espesor de los trazos puede estar en relación con anomalías
cardíacas y respiratorias (fragilidad vital). Un corazón frágil está sin cesar
amenazado por emociones fuertes que no siempre puede soportar.
Una escritura es firme-dura cuando los movimientos en flexión son rectos, firmes y al
tomar base sobre la zona media lo hacen en forma angulosa (fig. 28).
Dureza de carácter, intransigencia, autoritarismo, inflexibilidad, rigidez en la
conducta. Esta tendencia será tanto más tensa y constante, cuanta más rigidez,
angulosidad y dureza tengan las formas, cuanta mayor regularidad se observe en la
dirección de las líneas, en la inclinación y en la dimensión.
En grafismos femeninos de personas adultas, reflejará la reivindicación viril de las
mujeres con exigencias de derechos difíciles de solucionar en una sociedad que aún
mantiene las normas y costumbres impuestas por el varón. Algunas féminas, al
intensificar sus reivindicaciones en modo agresivo, demuestran sus viejos complejos
de castración. Estas mujeres de modo consciente o inconsciente buscan como
pareja a hombres a quienes puedan dominar fácilmente, generalmente varones
masoquistas dispuestos a someterse. Parejas de este estilo, al no ofrecer a sus
hijos un modelo normal de convivencia matrimonial, generan en la descendencia
una gran dificultad de identificación sexual.
(Para más detalles ver firme-dura, F05).
240
a otros, sabe comprender y valora la veracidad y las posibilidades de otras
opiniones, admite diálogo y está dispuesto siempre a considerar la parte positiva de
los demás en relación con los objetivos que pretende lograr. Habrá que considerar
otros signos para su adecuada interpretación (Para más detalles interpretativos, ver
la escritura firme-suave, F06).
241
Es la escritura que imita los caracteres de imprenta (fig. 87, aunque esta escritura no
es totalmente tipográfica. La auténtica escritura tipográfica es aquella en que todo el
texto está realizado con mayúsculas de imprenta).
Para comprender bien el sentido psicológico de la escritura tipográfica, hay que
tener en cuenta que en todo grafismo normal o de letra cursiva, se manifiestan,
claramente, dos movimientos esenciales: el movimiento “gestual” y el movimiento
“postural”.
El movimiento “gestual”, corresponde a los gestos de los órganos de la cabeza, de
las manos, de los brazos, de las piernas y pies. El movimiento “postural” recoge la
postura del cuerpo en su totalidad. Los órganos, propiamente “gestuales”, son los
vestíbulos sensoriales de la cara, principalmente los ojos y la boca y también las
manos. Los gestos de estos órganos expresivos, pueden reconocerse, por
separado, en las zonas del grafismo. En cambio, para ver con claridad el movimiento
“postural”, se precisa la visión de todas las zonas de la escritura en su conjunto
global.
Aquellos sujetos que utilizan en sus mensajes a otros la escritura tipográfica, no
dejan ver con claridad las posturas del cuerpo al utilizar solamente una “zona única”.
Y, en esta zona única, pueden camuflar, al menos en algunos casos lo intentan, sus
lados desfavorables, sus lagunas personales, sus minusvalías, sus desventajas o
deficiencias con respecto a otros. A través del dibujo de las letras tipográficas
algunos individuos intentan dar de sí mismos, de manera consciente, no la
autoimagen real, sino la imagen de como quieren ser vistos.
Imitando las mayúsculas de los caracteres de imprenta, muchos sujetos creen
investirse de “importancia personal” y quieren expresar en letra mayúscula su gusto
estético, su cultura, su distinción, su familiaridad con los libros, con el arte, o con la
ciencia. Han escrito imitando los caracteres de imprenta, hombres famosos entre los
cuales podemos recordar a Leonardo da Vinci, a Leibniz, a Bergson, a Ruben Darío
y también a Felipe González.
Los cartógrafos, los delineantes, los dibujantes publicitarios, los pintores y algún que
otro arquitecto y aparejador, conservan la escritura tipográfica por deformación
profesional. Pero la mayor parte de veces encontramos la escritura tipográfica en las
ofertas de empleo, y no siempre se trata de individuos cultos que tienen mucho trato
con los libros, con el arte o con el dibujo, sino que utilizan este tipo de letra como
disfraz de su escritura. Quieren con ella dar una mejor imagen de sí mismos
ocultando sus fallos o deficiencias personales.
Muchos de estos aspirantes a empleo hacen este tipo de escritura por consejo de
las academias para intentar burlar o evadir el estudio grafológico. Ignoran que ante
un buen profesional, y más si utiliza una técnica de examen adecuada para medir la
onda gráfica, el camuflaje no resulta eficaz.
Con el “Método Vels de Grafoanálisis” que mide cada grafismo cotejándolo sobre
más de 240 módulos y donde cada signo es valorado matemáticamente de acuerdo
con sus grados de desviación, quedan al descubierto tanto las cualidades positivas
como los aspectos desfavorables ocultos tras la escritura tipográfica.
(P) En sentido positivo, J. J. Simón ve en la escritura tipográfica “un claro predominio
de la lógica, una búsqueda de modo consciente, de la claridad en las ideas, una
buena capacidad de concentración y una actitud general de tipo práctico. Al
242
predominar la razón sobre las facetas sentimentales resulta considerable el
autocontrol y es posible la artificiosidad. Es notoria -agrega J. J. Simón- la capacidad
crítica de estas personas basada en su fuerte lógica, lo que les lleva a defender con
denuedo sus propios puntos de vista ante los demás”.
(P) En una escritura simplificada la existencia de mayúsculas tipográficas es un
buen signo de cultura, de sencillez, de búsqueda de lo esencial, de sentimiento
estético y de elegancia de espíritu. Cuando las letras tipográficas se aplican
solamente a determinadas palabras, el sujeto expresa su deseo de destacar y dar
claridad e importancia a las palabras tipografiadas.
Algunas letras minúsculas, como la “a” en alfa, la “e” en épsilon, etc. son
manierismos que algunos autores clásicos han interpretado, respectivamente, como
signo de erudición y como signo de preciosismo, gusto por las joyas y por el juego,
en el caso de la “e” en épsilon.
Una tendencia curiosa es la de intercalar letras mayúsculas tipográficas en medio de
las palabras. Sobre este tema he realizado un ensayo de interpretación en un
artículo publicado en el Boletín nº 6 de la A. G. C.
Cuando las mayúsculas aparecen intercaladas indebidamente en el centro de las
palabras, este signo puede tener dos significados:
a) El sujeto quiere sentirse líder de grupo y estar rodeado de personas que
reconozcan su deseo de superioridad y le aclamen y admiren.
b) El sujeto presionado por un entorno familiar que no acepta (rebeldía), busca ser
acogido dentro de un grupo de personas que le acojan bien y se sienta cómodo,
protegido y aparentemente feliz. Este grupo puede estar integrado por los amigos
de discoteca, dados al alcohol, o a las drogas, o bien se integra en una secta
religiosa, que le ha “comido el coco”. Ambas interpretaciones están comprobadas.
T012 - TORSIONES:
243
T13 - TRAZADO SUPERFICIAL (Poca Presión en el Trazado):
Un trazado puede ser superficial, con poca presión, aún con un espesor o grosor del
trazo superior al medio milímetro (fig. 175), en cuyo caso la pluma deja mucha tinta,
pero la fuerza ejercida sobre los movimientos es superficial, sin profundidad (ver
P14: presión). El trazado puede ser también superficial en los casos de una escritura
de trazado delgado o muy delgado, es decir, con un espesor o grosor ligero o tenue
(ver escritura ligera, L09 y escritura tenue, T04).
En todos los casos, la escritura de trazado superficial pero con espesor normal o
superior al 1/2 mm. indica un déficit en la energía vital, una falta de energía en el
carácter, lo que se traducirá en la vida cotidiana del sujeto por la pasividad, la
inercia, por la falta de autenticidad y profundidad en las ideas.
En los casos de la escritura superficial acompañada de delgadez en los trazos
(escrituras ligera y tenue), la fuerte impresionabilidad y vulnerabilidad a los impactos
emocionales está presente. Para más detalles ver la escritura ligera, L09 y tenue,
T04.
Los trazos en cruz se presentan generalmente en las barras de las “t” (fig. 208c), en
la firma (fig. 96, cruce del trazo horizontal de la rúbrica con el trazo descendente de
la última letra del nombre) y en las jambas, letra “q” cortada por un pequeño trazo
horizontal, o jambas cortadas por mazas, triángulos y otros movimientos más o
menos anormales.
Cada uno de estos trazos en cruz o cruzados, tiene diferentes significados de
acuerdo con el ambiente gráfico y la zona en que se encuentran.
Para más detalles, ver “Grafología estructural y dinámica. La interpretación
psicológica de los signos gráficos por zonas” (Ed. A.G.C.- Barcelona).
Bajo el punto de vista del simbolismo, los trazos cruzados expresan la lucha entre
ánima y ánimus, entre elementos psicológicos masculinos y femeninos de la
personalidad. Esta lucha se acentúa, si los trazos cruzados se presentan el la firma
(fig. 96). Si el grafismo tiene una presión débil, la lucha entre las tendencias
contrarias, es significativamente ambivalente, angustiosa y dolorosa y puede ser
punitiva, torturante y autodestructiva.
Cuando las jambas están cortadas o seccionadas por un pequeño trazo horizontal,
el sujeto corta, inconscientemente, algún impulso, sexual o de otro tipo en
disconformidad con el Yo o el Super-Yo. Las “q” minúsculas de jamba cortada, se
han encontrado en sujetos con sentimientos de culpabilidad.
Las barras de las “t” en cruz, cuando tanto el hampa como la barra son fuertes (fig.
208c), la afirmación viril del sujeto se equilibra con la toma de decisiones firmes
inspiradas en el pasado, presente y futuro de las cosas. Si la barra de la “t” es más
fuerte que el hampa (fig. 114d), la actitud de decisión está más influida por el
244
“ánima” que por el “ánimus”, (el “ánimus” cede ante el impulso de las tensiones del
“ánima”).
245
la zona superior, afecta al plano de las ideas y de las decisiones. El sujeto no quiere
admitir otro criterio que el propio u otro con el cual pueda identificarse. En el plano
amoroso, cuando los triángulos se presentan en las jambas, la mala disposición
hacia la pareja se asocia generalmente a una actitud autoritaria, despótica y
exigente. Si se trata de una fémina (el triángulo en la zona inferior es más frecuente
en la mujer que en el hombre), la agresividad toma un talante especial de frialdad y
de falta de disponibilidad para las relaciones amorosas que son, a menudo
caprichosas y exigentes, incluso con la elección de momento y de pareja.
En algunos grafismos, las barras de las “t” son sustituidas por pequeños triangulitos
en la base del hampa, en la zona media (fig. 160). Según sea el ambiente gráfico,
este signo puede indicar la tenacidad y subordinación a las obligaciones de la vida
cotidiana. Las barras de las “t”, cuanto más altas, mayor es la independencia del
sujeto en su manera de pensar, sentir y actuar y lo contrario también es cierto:
cuanto más bajas, mayor es la subordinación y dependencia del sujeto con respecto
a los demás.
Falsa conexión, o empalme camuflado, en la unión de unas letras con otras en las
palabras (figs. 84, 218 y 219, difíciles de apreciar).
Según el ambiente gráfico, el truncaje o empalme camuflado, sea tratando de
completar una letra o simulando una unión de unas letras con otras en las palabras,
es fruto del nerviosismo o del engaño. Tanto en un caso como en otro, el sujeto
intenta disimular un “defecto”, algo “mal hecho” y con buena mala intención quiere
ocultarlo a los demás. Por tanto, es un signo de insinceridad y de temor al fracaso
afectivo. El sujeto intenta unas veces completar su imperfección, sus fallos y otras
finge una unión o unos lazos afectivos que en su interior no siente o están truncados
por la duda o por la inseguridad en sí mismo. Puede señalar, pues, nerviosismo,
falsedad o hipocresía.
Para dar la interpretación justa a los truncajes o empalmes de cohesión, se debe
relacionar este signo con otros similares o distintos. El ambiente gráfico será, en
último extremo, el que aclarará su significado.
246
En sentido positivo y, en general, la escritura uniforme indica una conducta estable,
metódica, organizada de acuerdo con las normas y convencionalismos existentes en
los medios sociales y de trabajo. El sujeto tiene una adaptación tranquila, no plantea
problemas o conflictos en su entorno, pero tampoco se deja presionar por
influencias contrarias a su metodología de conducta y a sus convencimientos
(resistencia pasiva). Las notas clave del carácter en los sujetos de escritura uniforme
son : la pasividad, el orden, la reflexión, la constancia, el respeto a lo establecido, el
desapasionamiento y la igualdad de ánimo. El sentimiento es fiel en la amistad, en el
deber, en el amor y en las obligaciones.
Si la escritura es lenta y monótona, indica una pasividad más acusada y bastantes
limitaciones en cuanto a la agilidad en la comprensión, asimilación y puesta en
marcha de ideas y proyectos (poca capacidad de innovación).
El sujeto se repite a sí mismo de manera automática en todas las manifestaciones
de la vida y de la palabra. (Para más detalles, ver escritura monótona, M13).
247
Se refiere este signo a las variaciones que sufre la escritura a lo largo de los años a
medida que se van sucediendo los cambios en la vida del sujeto desde la juventud a
la vejez.
La escritura suele sufrir variaciones por el matrimonio, por sucesivos cambios en la
profesión, y en el “status social y profesional”, por accidentes de todo tipo sufridos
por el individuo (muerte de familiares, divorcio o separación, accidentes físicos, etc.),
por enfermedad, por cambio de clima, de alimentación, y un largo etc.
Para interpretar adecuadamente estos cambios en el grafismo, en la escritura, a lo
largo de la vida de cualquier individuo, será necesario, no sólo disponer de las
variadas muestras de escritura de cada época, sino también disponer del curriculum
vitae del sujeto.
Un ojo experto puede diferenciar bastante bien la velocidad real de la aparente. Una
escritura muy inhibida, como por ejemplo, la fig. 41, no puede ser nunca rápida. Una
escritura rápida como la fig. 29, puede, como ésta, tener pequeñas variaciones de
rapidez. Una escritura aparentemente rápida, como la fig. 28, es más lenta de lo que
parece a causa de la angulosidad, puesto que cada ángulo supone una detención
del movimiento para girar en otra dirección.
La velocidad real de la escritura se puede medir con eficacia recurriendo al test
“Graphe” del Dr. Malespine, descrito en mi obra “Escritura y Personalidad” (páginas
153 y siguientes). Este método consiste en hacer escribir, en letras, las diez
primeras cifras (uno, dos, tres, cuatro, cinco, etc.) a la velocidad normal del sujeto
durante cinco minutos, controlando cada medio minuto con la orden: “guión,
empiece de nuevo”. A continuación, dejando dos minutos de descanso, hacer lo
mismo pidiendo al sujeto que acelere al máximo que pueda la velocidad de su
escritura.
De este modo, podemos conocer el ritmo habitual de cada sujeto, su velocidad
motora, incluso su destreza manual y lo que ocurre cuando el sujeto se ve forzado a
acelerar su rendimiento para atender, por ejemplo, un incremento de trabajo. Se
observará que, en algunos individuos, la petición de acelerar su ritmo habitual,
retarda en vez de aumentar el número de “graphes”.
En la obra citada hay un resumen de los resultados y de las medias estadísticas
obtenidas en el año 1960 y siguientes. Este test debe ser revisado para obtener las
medias estadísticas actuales. Sin embargo, los datos aportados en “Escritura y
Personalidad” pueden considerarse como orientativos.
La inclinación de las letras forma con la línea un ángulo recto (ver figs. 16, 53, 100 y
215). La verticalidad de las letras rara vez es absoluta rígida. Normalmente hay
ligeras oscilaciones que permiten detectar el grado de sensibilidad del escritor. La
rigidez, caso de producirse, sería patológica.
248
La escritura vertical tiene como particularidad psicológica dominante el autocontrol
emocional y motor de las reacciones, sin que necesariamente haya una hipoestesia
(hypo = baja y aisthesis =sensibilidad). Por tanto, indica el control de la sensibilidad.
Este control se mantiene tanto más cuanto mayor es la regularidad en los diversos
aspectos gráficos.
Salvo que el sujeto sea constitucionalmente poco emotivo, el autocontrol depende
mucho del tipo de educación recibida por el sujeto. Una educación rígida puede dar
lugar a un autocontrol excesivo ejercido por un Super-Yo tiránico que ha engullido
muchos “tabúes”, muchas prohibiciones y actúa de manera muy vigilante sobre el
pensamiento, los afectos y las pulsiones del sujeto.
A partir de este postulado, caven aquí todas las interpretaciones de: Firmeza,
estabilidad, serenidad de juicio, frialdad de razonamiento, constancia de carácter,
madurez de criterio, actitud de reserva, poca necesidad de la presencia de otros,
ecuanimidad, etc.
En sentido negativo, indicará frialdad, incapacidad para captar y comprender los
sentimientos de entusiasmo, de alegría y admiración. Falta de empatía, de vibración,
de participación en las emociones de contento ajenas.
Receptividad retardada. Orgullo, distanciamiento, desconfianza, etc.
Si la escritura es angulosa: sequedad, dureza, intransigencia, carácter altivo,
obstinado e inflexible. Si además la escritura es sobrealzada, puede señalar
tendencias esquizoides.
Se entiende como escritura vulgar aquella que presenta pocos signos de madurez
gráfica, de armonía, de originalidad y de sentido estético. Por ejemplo, la fig. 15, a
causa de su automatismo, de su fidelidad al modelo caligráfico, de su repetición
mecánica del trazado, de su lentitud, de su uniformidad y monotonía indica poca
madurez, poca evolución y la consideramos escritura vulgar.
Las figs. 37, 38 y 49, a causa de su ramplonería en las formas, de la falta de
proporción, de orden, desarmonía y de sentido estético, las consideramos también
vulgares. Finalmente, las figs. 143a y b, son vulgares por su inmadurez, por la falta
de soltura en el manejo de la pluma, señal de un espíritu poco cultivado.
La vulgaridad, en general, debe entenderse como inmadurez cultural en unos casos
(figs. 49 y 143a y b); como retardo mental en el caso de escrituras lentas, muy
estereotipadas, automáticas, uniformes y monótonas, como las figs. 15, 47 y 48, que
repiten mecánicamente los modelos caligráficos.
La ausencia de selectividad, de originalidad creadora, de gustos refinados y de
delicadeza, suele ser común en todos los sujetos de escritura vulgar.
Cuanta más inarmonia, desproporción, desorden y confusión presente la escritura
vulgar, tanto mayor será la tosquedad, la falta de delicadeza en el lenguaje y en los
modales, la osadía, la ramplonería y la incapacidad para establecer matices y
diferencias en el trato del sujeto con las personas y con los objetos.
Cuanto más uniforme, estereotipada, caligráfica, lenta y monótona sea una
escritura, tanto más puede influir el retardo mental en la capacidad general de
249
comprensión, de asimilación y puesta en marcha de las ideas que se apartan de las
rutinas habituales del sujeto.
I01 - YUSTAPUESTA:
250
Z02 - ZURDOS, La Escritura de los:
(Esta tercera parte del Diccionario ofrece un breve currículum de más de 200
autores importantes en el campo de la Grafología, así como la mención de sus
obras y trabajos más sobresalientes).
Han prestado su colaboración en esta parte del Diccionario, los siguientes colegas:
251
Dr. Jean Charles Gille-Maisani (Universidad de Québec, Canadá).
Prof. Maresi de Monchy (Pres. de la S.H.G., Holanda).
Prof. Pedro J. Foglia, (Universidad Católica de Buenos Aires, Argentina).
Y otros colegas alemanes, suizos e ingleses.
A todos ellos, mi más profundo reconocimiento.
252
con los colores mencionados, a mí me parece que recuerdan en algo el significado
de estos colores en el Tests de Lüscher. Para más detalles y para conocer una
breve síntesis de estos tipos, ver el boletín nº 14 de la A.G.C., páginas 27 y
siguientes.
253
ANDRESS METGE, Berta. Prof. (España):
Con su mujer, también grafóloga, sucedió a la Brillante Klara Roman en New School
for Social Research à New York donde ellos han enseñado durante varios años un
curso de grafología universitaria.
Antiguo grafólogo italiano, director del Instituto Italiano di Grafología, con sede en
Milán (1917). Fue uno de los iniciadores de la Grafología en Italia. Se formó con las
obras de Crepieux-Jamín y otros grafólogos franceses. Es autor de la obra
“Grafología scientifica”, Ed. Hoepli, Milán, 1926.
254
AVÈ-LALLEMANT, Úrsula. Prof. (Alemania):
255
BAQUERO GOYANES, Arcadio. Prof. (Madrid):
Grafólogo francés que, en unión con Denise Castilla, es autora de una interesante
obra sobre grafo-patología. La obra en cuestión ha sido publicada por Edition
Laffont, Col. Réponses, París. En esta obra son abordadas las principales neurosis y
psicosis, como por ejemplo las neurosis fóbicas, las neurosis obsesivas, la histeria,
la paranoia, los delirios, los desarreglos de humor, la esquizofrenia, las psicopatías,
los estados límite, el narcisismo, los complejos de abandono. las perversiones, la
criminalidad, etc. Esta obra, cuyos temas han sido tratados con suma seriedad
científica, sirve, entre otras, como tema para el ingreso en el GGCF.
256
“Grafostudium” en cuyo centro ejerce labor docente y atiende consultas privadas y
de peritaje.
257
BIDOLI, Sante A. Prof. (Italia):
258
revista de Grafología en lengua alemana y ha traducido numerosas obras y temas
de grafología del alemán al francés. Ha colaborado también con el Prof. Faideau en
la redacción de varias obras. Su obra más importante es “La graphologie
allemande”, ed. Masson, París, 1992.
Merece figurar entre los grafólogos que han aportado algo original al estudio del
grafismo. Nos referimos en este caso al interesante ensayo realizado por este autor
sobre la “evaluación cuantitativa de la inteligencia”, investigando la cohesión de los
movimientos.
El Prof. BOSOM ha hallado “una correlación altamente significativa, entre el ritmo de
ligado y la inteligencia general, medida a través del test de factor “g” de Catell,
escala 3”. (Ver Boletin nº 11 de la A.G.C.).
259
Prestigioso grafólogo psicoanalista francés, creador del Centre D'etude “L'evolution
Graphologique”. Este centro contaba con la colaboración de eminentes grafólogos
alemanes, suizos, franceses e italianos. Publicaba unos cuadernos que empezaron
a ver la luz en 1952 y terminaron con el fallecimiento del Prof. Bousquet en l966.
En estos cuadernos a ciclostil se empezó haciendo estudios de los principales
signos gráficos, como por ejemplo la guirnalda, el ángulo y la curva, la cohesión, la
presión, la inclinación, la extensión y estrechez de la onda gráfica, etc. El prof.
Bousquet comentaba las principales interpretación dadas a los signos gráficos por
los grafólogos clásicos, Michón, Crepieux, Klages, Pulver, etc. y por otros grafólogos
modernos de distintos países. Estos comentarios finalizaban con una síntesis en la
que él exponía su criterio psicoanalítico sobre los mismos.
En estos cuadernos expuso su método de grafología basado en la fusión de las
técnicas de análisis alemana, suiza y francesa. Los cuadernos recogían también las
reseñas de los libros más importantes y de actualidad del momento, así como
estudios caracterológicos de personajes célebres: Freud, De Gaulle, Carlos Marx,
Gide, Javelle, Calvino, Erasmo, etc. En estos cuadernos colaboraron, Robert
Olivaux, Hans Knobloch, Marcel Meyer, G.E.Magnat, Oscar del Torre, Edouard de
Rougemont, la Dra. Dubouchet, Madame Fischer-Thevenaz y muchos otros.
260
BROSSON, Paul Prof.. (Francia):
261
CAILLE, Emile. (Francia):
262
apuntes de los cursos de Grafología y de varios artículos publicados en el Boletín de
la S.G. de España.
Célebre médico y grafólogo francés al que debemos un estudio muy completo de los
temperamentos hipocráticos descritos en su obra “Dignostic et Conduite des
Tempéraments”. Es autor de más de 50 obras sobre temas médicos de tipo
naturista. Entre sus obras sobre temas grafológicos podemos destacar: “Le
diagnostic de la mentalité par l'écriture”; “L'art Medical” (interesante estudio del
poder de los alimentos, de la mano y de las cualidades morales a través del
grafismo).
263
Presidente del Consejo Directivo del Colegio Universitario “EMERSON”. Docente
Uiversitario, especializado en Psicología Educacional, . Es autor de las siguientes
obras : “La Grafología en la Argentina” y “La Grafología en la
World Wide Web”. El Colegio Universitario “EMERSON” pertenece a la Universidad
Católica de Buenos Aires. Los títulos de éste Colegio tienen rango universitario..
Grafóloga muy conocida por sus obras de divulgación en los países de habla
francesa. Recientemente fallecida. Es la autora belga más conocida dentro de la
comunidad europea debido a la traducción de sus obras a varios idiomas. Fue
representante en Bélgica de la SFDG durante muchos años.
Sus obras más importantes son: “La Graphologíe” y “L'écriture des jeunes”, (Ed.
Marabout flash); “Propos sur la Graphologie” (Ed. Sand Bruxelas), “La Graphologie”
(Ed. Keller, Ginebra), “Cours de Graphologie” y “Les secrets de la Graphologie” (Ed.
Elsevier, Bruxelas).
264
CONFICONI ZIOSI, Irise. Prof. (Italia):
Colaboradora muy asidua del boletín “La Graphologie” de París sobre temas
relacionados con la grafología alemana, de la cual es profundamente conocedora y
editora de revistas grafológicas en lengua alemana.
265
CRÉPY, Roseline. (Francia):
266
Psicólogo y grafoanalista, exprofesor de la Facultad de Psicología de la Universidad
Católica de B. Aires. Es famoso por su versión ampliada, juntamente con el Profesor
Biedma, del “Test de Wartegg” y por su versión del “Test de los colores” de Max
Lüscher. Sus obras más conocidas son: “El lenguaje del dibujo”, en colaboración
con Carlos J. Biedma y “Símbolos e inconsciente personal” (Ed. Ateneo, B. Aires).
267
Grafóloga especializada en grafología infantil. Ha escrito, entre otras obras de su
especialidad y en colaboración con Lucien Bousquet “L'écriture et l'adaptation au
travail”.
268
Psicóloga diplomada por la SFDG y miembro del GGCF. Es profesora particular
especializada en el factor humano, principalmente en el reclutamiento de personal.
Tiene publicadas varias obras relacionadas con su especialidad entre las que cabe
mencionar: “Graphologie et recrutement” (Ed. Masson, París 1991). Hay una reseña
extensa de ésta obra en el nº 8 del Boletín de la AGC. Madame Desurvire, tiene
también cuatro pequeños tomos, con un total de 366 páginas, que ella denomina
“Feuillets de graphologie”. En los dos primeros tomos, describe las bases jaminianas
de la grafología. En los dos últimos, explica la técnica de la observación y de la
interpretación de la escritura. Madame Desurvire, forma parte del elenco más
sobresaliente del GGCF y se la considera una excelente profesora de Grafología.
Se debe a esta psicóloga y física francesa, una importante obra donde se comparan
los fenómenos psíquicos y físicos: “L'analogie des phéomènes physiques et
psychiques et l'écriture”, Bruselas, 1960. Esta es una de las obras más originales de
la literatura grafológica. Otra obra de Madame Dubouchet es “L'écriture des
adolescentes”, 1967.
269
DUPARCHY, JEAZNNEZ M. (Francia):
Grafóloga francesa de principios del siglo XX, conocida por su obra “Les maladies
d'aprés l'écriture” y por su investigación sobre el simbolismo del espacio gráfico:
“Essai de graphologie cientifique”, aparecido en 1919, anticipándose a Pulver.
(Referencia tomada de J. Tutusaus, boletín nº 15 de la A.G.C.)
270
ESCOLÀ BALCELLS, José Mª. (España):
271
FAIDEAU, Pierre. Prof. (Francia):
Diplomado por la SFDG y miembro del Groupement (GGCF), del cual fue presidente
durante varios años. Tiene vocación marcada por la investigación y, buscando la
colaboración de otros miembros del GGCF, ha publicado varias obras de gran
interés grafológico actual, entre ellas:”La Graphologie. Histoire. Pratique.
Perspectives” (M.A. editores, París 1983), en la que repasa la evolución de la
grafología desde Michon a Pulver y Pophal y el encuentro de la grafología con el
psicoanálisis. En ésta obra se tocan los temas caracterológicos y de orientación
profesional, la criminología, la evolución del individuo, la escritura del niño y del viejo
y otras aplicaciones prácticas con más de 500 ejemplos inteligentemente
interpretados.
Es autor también de la obra “Les bases de la Graphologie”, en colaboración con
Charlotte Dugueyt, Jacqueline Aymard, Dominique Prot y otros destacados
miembros del GGCF con los que publicará también su “Dictionaire pratique de
Graphologie”. Todas estas obras han sido publicadas por M.A editions, París 1989.
Son obras muy cuidadas y todas ellas desarrollan temas avanzados de grafología.
272
estudio de la personalidad y la obra de J.H. Michon, cuyas obras editó. Es autor de
numerosos artículos y monografías de gran interés psicológico y grafológico. Tiene,
entre sus trabajos, un libro encantador titulado “La grahologie dans la vie moderne”
en el que pasa revista a las diversas escuelas y países y habla de Michon y de su
profesor Crepieux-Jamin, con singular respeto y afecto.
273
GALVEZ. Roger. Prof. (Francia):
274
GARCIA MARTÍN, María del Mar. (España):
275
GENTY, Monique. (Francia):
276
compositeurs:compléments”. En colaboración con Madame Lefebure ha publicado :
“Test de Szondi et Graphologie, I”: “Test de Szondi et Graphologie, II : les Pulsions”.
Estaba preparando una obra sobre “La grafología en el año 2000”, como
continuación a “Psicología de la Escritura”, cuando le sorprendió la muerte a causa
de un cáncer de páncreas, después de ser operado.
Las obras del Dr. Gille-Maisani, han sido traducidas al español, al italiano, al inglés,
al portugués, al alemán, al polaco, al ruso, al rumano y a otros idiomas, siendo
notable su dominio de todas estas lenguas, incluso del catalán.
El Dr. Jean Charle Gille-Maisani, nació en Tréves (Alemania) el 22 de mayo de 1924
y durante su infancia y juventud residió en Romagne-sous-le-Côtes (Alsacia
francesa). Murió en Québec (Canadá) el 29 de Enero de 1995. Con su desaparición
perdió la Grafología no sólo uno de sus valores más preclaros, sino también uno de
los eruditos más eminentes del mundo en este y en otros temas que cultivó.
Autora con el psicólogo Roger Perron de una de las obras más clásicas e
importantes de la literatura grafológica: “Génétique de l'écriture et étudi de la
personnalité”, editada por Delachaux & Nieslé en 1954.
277
Este grafólogo alemán ha pasado a la historia de la grafología como iniciador de los
tres grandes aspectos sobre los que se puede estudiar la onda gráfica: la forma, el
espacio y el movimiento, en sustitución de los siete aspectos creados por Crepieux-
Jamin. La teoría de los tres aspectos de GROS, ha sido desarrollada posteriormente
por Rudolf Heiss y por Hans Knobloch.
Uno de los grafólogos que más han profundizado en el estudio del trazo gráfico
especialmente en el espesor y fuerza, en la modalidad del cauce y en otros
aspectos del movimiento. Su obra “La graphologie par le trait. Introduction à
l'analyse de l'écriture”, es una de las obras maestras de la literatura grafológica,
desgraciadamente no se ha vuelto a reeditar desde au aparición en 1938,(Vigot,
París). Madame Lefebure y Van den Broek, han hecho un estudio completo de las
teorías del trazo establecidas por Hegar, añadiendo otros aspectos originales sobre
el trazo estudiados por ellos y recogidos en su obra “Le trait en Graphologie, índice
constitutionel”, Ed. Masson, París, 1989.
278
Profesora mexicana de Grafología, creadora de un método de grafología
informatizado, el “TUES”, mediante el cual se obtienen las principales cualidades del
carácter mediante las respuestas afirmativas o negativas a determinados signos
gráficos. Es un test interesante.
Conocido, generalmente como Huarte de San Juan, por haber nacido en San Juan
de Pie de Puerto (Navarra). Médico y filósofo español (1530-1592). En su obra
“Examen de ingenios para las ciencias” habla de grafología mas de 60 años antes
que Camilo Baldo. Debemos este descubrimiento al comentario que hace el Dr.
Gille-Maisani en su obra “Psicología de la escritura”, Editorial Herder,
Barcelona,1991.
279
Grafólogo alemán que ha publicado algunas de sus obras en inglés, entre ellas su
famoso libro sobre la sexualidad en la escritura “Handschrift und sexualitat” y
“Analysis of handwriting. An introduction into scientific graphology”, obra reeditada
por la British Academy of Grafology de Londres en 1991. Una interpretación singular
de Hans Jacoby sobre la cohesión de los movimientos, especialmente sobre la
escritura “desligada”, ha sido traducida por Jaime Tutusaus y publicada en el Boletín
nº 9 de la A.G.C.
280
KNOBLOCH, Hans. Dr. (Alemania):
Junto con el Dr. Heiss es uno de los grafólogos más prestigiosos de la Alemania
actual. Es seguidor de la clasificación de Gross de los tres grandes aspectos del
grafismo: forma, espacio y movimiento. Una de sus obras más conocidas es “Die
Lebensgestalt der Hanschrift. Abriss des graphologischen Deutungstechnik”. Hans
Knobloch afirma que “una colección de escrituras y de biografías bien clasificadas,
es más valiosa que toda una biblioteca de obras grafológicas”. (Ver, para más
detalles, el artículo “La tipología de Hans Knobloch” publicado en el Boletín nº 14 de
la A.G.C., páginas 21 y siguientes).
281
LAUBIÉ, Marthe. Prof. (Francia):
282
Eminente grafóloga y psicóloga francesa, perteneciente al prestigioso GGCF y al
Laboratoire de Anthropobiométrie del Hospital de la Salpêtrière de París. Es autora
de importantes obras tales como “Le trait en Graphologie”, en colaboración con C.
Van den Broek, “Dynamique des pulsions. Introduction aux pulsions de Szondi. Leur
expression dan l'écriture”, en colaboración con el Dr. Gille-Maisani, “Graphologie et
test de Szondi”, también en colaboración con el Dr. Gille-Maisani y su última obra:
“Le dessin de l'enfant. Le langage sans parole”, de gran utilidad para el estudio de la
psicología infantil. Otra obra de Madame Lefebure interesante es: “Expression
graphique et test des cuatre éléments”, Masson, 1992. Por su gran conocimiento de
la grafología y de la psicología, la Profesora Lefebure, era constantemente
consultada sobre casos difíciles por la mayor parte de grafólogos de París. Murió en
1994 atropellada por un coche al atravesar una calle cercana a su domicilio de
París.
283
pressione nella scrittura durante l'età evolutiva” (1985); “Creatività e scrittura” (1985),
“Sicurezza e scrittura durante l'età evolutiva” (1986);.”La dislessia e la scrittura del
dislessici” (1987); “Grafologia dell'età evolutiva e della consulenza scolastica” (1987);
“Inhibizione e scrittura” y “Mancanza di autocontrollo durante l'età evolutiva” (1990-
1991). Todas estas publicaciones han sido editadas por el Istituto Grafologico
“Moretti”, de Urbino.
El profesor Silvio Lena es un importante colaborador en la relación de autores
italianos que figuran en esta obra.
284
LOCKOBANDT, Oskar. Dr. (Alemania):
285
Director de la Biblioteca Antoniana de Padua. Ha sido colaborador del Padre Moretti
durante muchos años y cuidador de gran parte de sus obras grafológicas. Es, sin
duda, el mejor intérprete del pensamiento de Moretti. Entre sus obras destacan:
“Padre Girolamo Moretti e la sua Grafología” (Ed. Istituto Grafológico, Urbino, 1982),
“Teoria e Pratica nelle applicazioni della grafologia morettiana” (Sezione Regionale
Veneto A.G.I., Padua, 1995).
286
relacionados con la Grafología como por ejemplo el estudio de las aptitudes
intelectuales, los temperamentos y grupos sanguíneos, la sexualidad, los
mecanismos de defensa, la psicología evolutiva, la estructura de la conducta, etc.
Trabaja actualmente, junto con algunos de sus alumnos psicólogos, en la
investigación de los drogadictos y pacientes afectados por el SIDA.
Es Vicepresidente del Colegio Oficial de Graduados en Grafología de Buenos Aires.
Sus alumnos son esencialmente psicólogos y personas relacionadas con el área
laboral.
287
Grafópsicólogo de Milán, hijo del anterior y continuador de la escuela creada por su
padre. No conocemos ningún trabajo importante de este grafopsicólogo, a excepción
de algún artículo aislado en el que encomia la figura de Marco Marchesan y las
excelencias de su escuela, que él explota comercialmente.
Doctora en psicología y grafóloga por la SFDG y miembro del GGCF. Son muy
instructivos sus artículos en el boletín “La Graphologie” y sobre todo su “Réplica al
proceso a la Grafología”, artículo publicado en el Boletín nº 11 de la A.G.C. en
defensa de la Grafología, a causa de un ataque realizado por la revista francesa
“Science et vie” (marzo de 1993). La Grafología es defendida en este artículo con
una sagacidad crítica y una gran erudición y valentía encomiables. También es
recomendable su artículo “La Graphologie et les mythes”, publicado en el boletín nº
177 de La Graphologie”. La Doctora. Matthieu es autora de “Le graphologue, son art
et son client”, Ed. Masson, París, 1993.
288
MATON, Elisabeth. Prof. (Francia):
Psicoanalista y grafólogo francés, autor de una de las primeras obras en las que se
relaciona la grafología con el psicoanálisis a través de su obra “L'écriture et le
subconscient. Psychanalyse et Graphologie”, Ed. Aubanel, Aviñón, 1952.
289
Marie José Menase Cremers es la fundadora del “International Institute Scientific
Research in Chinese Graphology” de Bruselas, patrocinado por dos universidades
de China y dos de Europa. Premio a la mejor labor de investigación grafológica del
año 1992 en Europa. Ha dado seminarios de Grafología en la Beijüng Normal
University, en la Suzhou University y en la Hangzhou University de China, siendo
nombrada últimamente profesora de grafología en dos de estas universidades. Es
autora de varias obras sobre el estudio grafológico de la escritura china, entre las
que cabe destacar “Ecriture chinoise et Graphologie”. En algunas de sus obras, se
comparan muestras de escritura china con otras muestras de escritura europea
realizadas por un mismo sujeto. En colaboración con el Dr. Pacífico Cristofanelli
publicó, en 1991, una interesante obra de “Introducción al Método Moretti, con
perspectivas de aplicación a las escrituras ideográficas chinas”.
El Instituto que dirige en Bruselas, está constituido por profesores de caligrafía
china, como por ejemplo, el Profesor Qi Gong, Profesor de Universidad y Presidente
de la Sociedad China de Caligrafía; Prof. Chang Ning-ho, del Consejo de Dirección
del Instituto Belga de Altos Estudios Chinos; Prof. Lin Chuan-ding, Dr. en Psicología
por la Universidad de Lovaina y un largo etc.. Por parte europea, son miembros
activos del Institute, grafólogos de la talla de Jacques de Backére, Jeanne
Dubouchet, Thea Stein Lewinson, Jean Marie Simonet, Pacífico Cristofanelli,
Georges van den Eede, entre otros.
Grafólogo de habla inglesa al que se debe una de las obras más serias de la
literatura grafológica:”Personality in Handwriting. A Handbook of American
Graphology”, Ed. Stephen Day Press., Nueva York, 1971.
290
Sacerdote francés, hombre de extensa cultura y de gran dinamismo intelectual, fue
el creador del término “Grafología” en 1871. Tomó lecciones de grafología del abate
Flandrin y animado por George Sand, Dumas hijo, el Dr. Piorry, por el príncipe
Gortchakoff y otros destacados hombres de su época, se decidió a publicar su
primer libro: “Les mystères de l'écriture”, en colaboración con el ocultista
Desbarrolles. Habiendo surgido entre Desbarrolles y Michon una discusión sobre
cual de los dos había descubierto la interpretación del carácter por la escritura,
Michon se separó del ocultista y publicó su “Système” y su “Méthode pratique”,
fundó la “Société de Graphologie en 1871 y el periódico “La Graphologie”.
Reunió una gran cantidad de autógrafos con los que después publicaría una obra
sobre los más importantes personajes de su época vistos a través de la escritura.
Dio conferencias por toda Francia para extender la nueva ciencia que
posteriormente perfeccionaría Crepieux-Jamin.
La mayor parte de signos gráficos que hoy conocemos, fueron descritos e
interpretados por Michon, aunque con el lenguaje moral propio de su época. Cuando
leemos las interpretaciones de Michon a ciertos signos, aunque con lenguaje que
hoy ha cambiado, nos acordamos de la famosa locución latina: “nihil novum sub
solem” (nada hay nuevo bajo el sol).
291
Antiguo presidente de “A.H.A.F.” y redactor actual de su revista. Autor de dos
monografías:”The energy flow”y “The Jungian typology”.
292
El Profesor Morera realiza constantes cursos y seminarios en Alicante y en otras
poblaciones sobre temas de grafología, de caracterología, de oratoria y otros.
293
1942): “Grafologia differenziale - Passione predo-minante” (Instituto Moretti, Ancona
1962).
Grafólogo alemán que en unión con su esposa, Alice Enskat, ha publicado artículos
y obras importantes en la literatura grafológica alemana. Su obra más conocida es
“Graphologische diagnostik, Ed. Huber, Berna 1961.
294
Nacida en Atenas (Grecia) en 1931. Estudia grafología y peritaje caligráfico en París
(1961 hasta 1969), con las profesoras Gabrielle Beauchataud, Colette Coblence, y
con Gregorio Garavito de la SFDG y del GGCF. Sus calificaciones incluyen el
Diploma del Institut Internationale de Recherches Graphologiques. Ejerce la
profesión de grafólogo en París durante 20 años y con grandes éxitos personales.
Después se traslada a Londres y funda e 1985 “The British Academy of
Graphology”, recibiendo la aprobación oficial del gobierno británico en 1991. Es la
Presidenta, Directora y regidora de la entidad fundada por ella y también de la
revista “Graphology”, publicación de reconocido prestigio científico internacional.
Mrs. Nezos es también fundadora de “The London College of Graphology”,
ocupándose de los programas de estudios y de la redacción de apuntes para los
alumnos en los diversos cursos.
Es representante en Londres de la “Société Française de Graphologie” y del
“Groupement des Graphologues Conseils de France” (GGCF). Por su talento
grafológico y su gran actividad dentro del campo de la grafología, recibió en 1991 el
título de Miembro de Honor de la “Agrupación de Grafoanalistas Consultivos de
España”. Es también Miembro Honorario del “Centro Internazionale de Grafologia
Médica” de Roma y representante de la “Associazione Italiana “Grafoanalisi per l'Éta
Evolutiva”, de Torino.
Mrs. Nezos fue propulsora y fundadora, conjuntamente con Madame Peugeot,
Presidente de la SFDG y Madame Thibonnier, Presidente del GGCF, del código
internacional de grafología, conocido con las siglas A.D.E.G. y que tiene su
residencia en Bruxelas. La ADEG, agrupa a las entidades grafológicas más serias y
representativas de Francia, Inglaterra, Alemania, Suiza, Italia, España, etc.
Mrs. Nezos fue nombrada Presidente de la ADEG para 1994.
Obras publicadas por Mrs. Nezos: “Graphology The Interpretation of Handwriting”
(Ed. Century Hutchinson, 1986). Esta importante obra ha sido traducida y publicada
en Italia y en Grecia. “Advanced Graphology”(Ed. Scriptor Books, London 1992) y
“Judicial Graphology”(Ed. Scriptor Books, 1994). Ha publicado también numerosos
artículos relacionados con el estudio de la escritura y las teorías de Maslow, de E.
From, de Karen Horney y en relación con otros temas, como la sublimación
freudiana y el sentido del amor en los ingleses a través de su escritura.
295
Doctor en Psicología, grafólogo por la SFDG y miembro del GGCF. Es uno de los
más prestigiosos y conocidos grafólogos de Francia, cultivador y defensor de la
grafoterapia. Es autor de numerosos artículos en el boletín “La Graphologie” y en
otras publicaciones de tipo internacional. Sus obras más conocidas son: “Désordres
et rééducation de l'écriture”. “De l'observation de l'écriture à la compréhension de la
personnalité”, “L'éducation et la rééducation graphiques”.
296
PANADES, María Rosa. Prof. (España):
Grafólogo autor de importantes obras, entre ellas: “Las lois de l'écriture”; L'éducation
aidée par la Graphologie” y la introducción del concepto de “escritura acariciante”
que inspiró al Dr. Gille su amplio artículo sobre este signo.
297
anomalías gráficas de la infancia. Atiende un consultorio psicopedagógico de esta
especialidad en el Claude Bernard y su gran actividad y dinamismo, así como su
especial sentido crítico, se han notado muy sensiblemente en el gran aumento del
número de miembros y adheridos a la internacional “Societé Française de
Graphologie” (SFG) y en la calidad de los trabajos que publica el boletín de la
sociedad grafológica que ella rige y dirige. Es, con Madame Thibonnier (Presidente
del GGCF) y la Prof. Renna Nezos de Londres, la propulsora de un código
deontológico internacional y de la fundación de un centro europeo, la “ADEG”,
radicado en Bruselas, que acoge de manera muy selectiva a las escuelas y
organizaciones de grafología más importantes de la Comunidad Europea. Madame
Peugeot, organiza todos los congresos nacionales de grafología que se celebran en
París y asiste e interviene en todos los congresos de ámbito internacional que se
celebran en Europa y en otros países.
Entre sus obras más importantes están: “La connaisance de l'enfant par l'écriture”,
“Les troubles de caractère de l'enfant et de l'adolescent”, Editeur Privat, y “Manuel
de Graphologie”, obra de gran interés científico, en colaboración con Madame
Lombard y M. de Noblens, editado por Masson, París. Esta obra pone al día los
grandes avances experimentados por la grafología. Madame Peugeot, ha
colaborado también con el Prof. Faideau en algunas de sus importantes obras,
desarrollando los temas referentes a su especialidad: el estudio del grafismo infantil.
Madame Peugeot se caracteriza en todas sus actividades por un riguroso espíritu
crítico, que aunque molesta y hiere la sensibilidad de muchos, es una actitud de
vigilancia que caracteriza su personalidad y hace de ella una terrible defensora de la
ética profesional, quizá un poco individualista o poco flexible, pero con resultados
eficaces y sin perder la elegancia y cortesía de su alto nivel social y educacional.
298
POPHAL, Rudolf. Dr. (Alemania):
299
PREYER, W. Dr. (Alemania):
Eminente fisiólogo y grafólogo el cual, junto con Meyer y Klages, es uno de los
precursores más importantes de la grafología alemana. Pese a su antigüedad,
finales del siglo XIX y principios del XX, aún se le cita con respeto y admiración por
la mayor parte de los grafólogos actuales. Su obra más conocida “Zur Psychologie
des Schreibens mit besonderer RÜcksicht auf individuelle Verschiedenheiten der
Handschriften”, sigue vigente para muchos grafólogos.
300
mecanismos de defensa en la grafia”; “Algunas consideraciones sobre la escritura
de Tayllerand”; “Escritura y sexualidad”; “Esquizofrenia y escritura”; “La sexualidad
reflejada en el conjunto firma-rúbrica”; “Las afinidades electivas” (compaginación de
caracteres y orientación de pareja); “Aportación grafológica a una nueva tipología” y
“Las fobias y su psicodiagnóstico mediante la grafología”.
301
el año 1985 en Jerusalén al cual asistieron numerosos grafólogos de toda Europa,
de EE.UU. Canadá y otros países. Hava Ratzon, es asímismo autora de
innumerables artículos publicados en el boletín de la S.I.G.
Doctor en medicina y grafólogo, al que debemos las siguientes obras: “Le monde de
l'écriture”, (Ed. Gonon 1969); “Graphologie du caractère”, con prefacio de Andrée Le
Gall, (Ed. Mont-Blanc, Ginebra, 1972) y algunos estudios médicos sobre músicos y
pintores publicados en la “Revue Musical”, 1962 y en el boletín “La Graphologie, nº
100 de 1965. Su tesis doctoral tuvo como base el estudio grafológico de las
psiconeurosis en los músicos.
302
Especialista en trastornos del lenguaje. Fue la primera que inició un curso de
grafología universitaria en “New School for Social Reseach” con anterioridad a D.
Anthony. Es una de las más conocidas y acreditadas grafólogas del mundo de habla
inglesa.
Sus obras principales son: “Handwriting A key to personality”, Ed. Routhledge and
Kegan Paul, Londres,1994, “Encyclopedie on the Written World. A lexicon for
Graphology and Other Aspects of Writing”, Ed. Rose Wolfson y Maurice Edwards,
Nueva York, 1969. Klara Roman es creadora de un vectograma original que utilizan
muchos grafólogos de lengua inglesa. A juicio del Dr. Gille Maisani, Klara Roman es
una de las autoras de mayor prestigio científico en el campo grafológico.
303
organizativa dentro de esta entidad en las dos reelecciones que obtuvo por mayoría
absoluta de la asamblea. Durante varios años, antes de quebrantarse su salud, que
dio lugar a su renuncia activa en la Agrupación, se destacó como profesor de
grafoanálisis, tema que domina plenamente. Ha publicado varios artículos,
generalmente editoriales y viñetas, en el Boletín de la A.G.C., destacando el artículo
que lleva como título: “Los tests psicotécnicos de atención y su correlación con la
Grafología” (Boletín nº 5). En Mayo de l994, la Junta de la A.G.C. y varios de sus
miembros y alumnos le rindieron un homenaje de gratitud a su excelente labor como
Presidente y como Profesor de la A.G.C.
Hijo del anterior y alumno. Está diplomado en grafopsicología por la A.G.C. y posee
la licenciatura en informática por la Universidad Politécnica de Barcelona.
Josep Sadurní Villaronga, inspirado por su padre, buen grafoanalista, logró en 1984,
pasar a programa informático el “Método Vels de Grafoanálisis”. En colaboración
con Augusto Vels y después de varias revisiones y cotejos, este programa quedó
listo para su uso en ordenador el año 1987, sustituyendo definitivamente al “Cuadro
sinóptico de Signos Gráficos” y sus correspondencias vectoriales y factoriales que
Augusto Vels y sus alumnos y seguidores venían utilizando desde 1949. Se añadió
al programa, ese mismo año de 1987 y con algunas sugerencias del Dr. Gille-
Maisani, los grados de tensión-dureza de Pophal. Josep Sadurní Villaronga se
dedica con gran éxito a la selección de personal utilizando el “Método Vels de
Grafoanálisis”, de gran impacto en las empresas al recibir éstas los informes
psicológicos acompañados de los porcentajes de cada uno de los vectores y
factores de la personalidad y una información aparte donde se valoran
numéricamente las intensidades de los signos gráficos dominantes y subdominantes
a partir de los cuales se realiza el psicodiagnóstico.
304
Test de intro-extraversión y neurosis de Eysenck, la Escala de rigidez de
Niguiewisky, el M.P.I. y otros. El método grafométrico de J. Salce abarca cinco
vectores de la personalidad: Vector 1: madurez libidica; Vector 2: autonomía en
todos los sectores; Vector 3: sociabilidad, madurez social; Vector 4: motivaciones
que impulsan al logro o conveniencia de la estrategia social; y Vector 5: la
adaptación en todos los sectores, comprendida la adaptación a los cambios.
La profesora Aline Verbist, Vicepresidente de la “Socété Belge de Graphologie”,
(gran conocedora de este método grafométrico), hizo una exposición del mismo en
su ponencia al Congreso Internacional de Grafología de Ancona en 1993. (Ver
“Orientamenti della Grafologia contemporanea” de P. Cristofanelli y Silvio Lena,
publicado por A.G.I. Ancona, 1994.
305
Emigrado a Inglaterra y a Estados unidos en donde publicó algunas de sus obras,
como por ejemplo: “Secrets of Handwriting”, que es su obra más conocida. Fue un
grafólogo eminentemente intuitivo.
Es uno de los grafólogos que, junto con el Dr. Gille- Maisani, mejor ha estudiado la
escritura de los compositores de música clásicos.
Grafólogo suizo que se esforzó por dar a conocer la grafología alemana a los
franceses. Hizo varias aportaciones interesantes en “la Graphologie” en la década
de los 60. Tiene un libro reciente sobre la prehistoria de la Grafología.
306
difusión en el país. Con esta misma psiquiatra, ha colaborado en un el estudio
grafológico de varios casos de esquizofrenia, algunos de ellos publicados en la
revista de Psiquiatría Clínica de la Facultad de Medicina de Sao Paulo.
Por encargo del Museo Imperial “Petrópolis”, ha realizado estudios psicológicos de
personajes importantes del Brasil, entre ellos el de D. Pedro II, publicados después
en el Anuario del Museo. Uno de sus trabajos más interesantes fue su ponencia en
el “Seminario sobre Delincuencia”, celebrado en Madrid (noviembre de 1984), cuyo
título fue “Insatisfacción, narcisismo, mentira y disimulo en las escrituras de los
delincuentes”.
307
el matrimonio. En este sentido merece mencionarse su obra “Écriture et Mariage. Un
guide de compatibilité”, Ed. Vigot, París, 1956 y “Handsfchrift un Gattenwahl”,
Donau-Verlag, Viena 1955, “Graphology for Everiman”, Londres 1949, “The
Graphologist´s Alphabet” y “Manual of Graphology”.
Autor de una obra clásica sobre el estudio del delincuente, traducida al español y
publicada por Ed. Labor con el título de “Grafología”, frecuentemente confundida con
la obra de Matilde Ras que lleva el mismo título. No se ha vuelto a reeditar.
Grafóloga y sofróloga catalana, alumna de Augusto Vels. Autora de una obra sobre
sus experimentos con la sofrología en la infancia y la adolescencia. Esta interesante
obra está pendiente de publicar.
308
componentes recoge diversos aspectos del trazado, sumando un total de veintiún
signos.
Las valoraciones oscilan entre + 3 0 y - 3. El resumen se recoge en unos gráficos de
cada uno de los componentes. Cuanto más divergentes son estos gráficos, mayor
es la perturbación en la salud del sujeto analizado. Una reseña extensa sobre el
método de S.Lewinson-Zubin, se puede leer en francés en el boletín nº 120 de “La
Graphologie” (1970) y en una comunicación mucho más reciente, presentada por la
propia Señora Thea Stein Lewinson y editada por la “Associazione Grafológica
Italiana”, en la que P. Cristofanelli y Silvio Lena hacen un resumen de las ponencias
presentadas en el Congreso Internacional de Grafología celebrado por la A.G.I.,
Ancona, septiembre de 1993.
La Profesora Stein Lewinson es conocida mundialmente por sus investigaciones en
el campo de la patología. Es la fundadora de una asociación grafológica que agrupa,
de modo muy selectivo, a los grafólogos más acreditados en EE.UU.. Colabora con
interesantes artículos en boletines y revistas de todo el mundo. Entre sus obras,
más conocidas, cabe destacar: “Handwriting in chronic arthritis and rheunatism”, Ed.
Johon Bale, Londres 1938; “Handwriting Analysis. A Series of Scales for Evaluating
the Dynamic Aspects of Handwriting”, Nueva York, 1941 (ésta obra está traducida al
francés y publicada en 1977 por Bourdeaux Caudéran. Es una de las primeras obras
dedicadas a la grafometría), Para más información, ver el boletín nº 144 de “La
Graphologie”.
Médico y grafólogo francés que ejerció la presidencia de la SFDG antes que Maurice
Delamain. Le debemos una obra importante “Précis de Graphologie pratique”, Ed.
Vigot, 1950; “L'homme est dans son écriture”; “Graphologie du praticien”. En su
“Précis de Graphologie pratique” estableció los postulados de la Grafoterapia y fue
uno de los primeros que detectó la influencia de las glándulas endocrinas en el
grafismo.
309
Médico, grafólogo y profesor en la Universidad “La Sapienza” de Roma. Ha creado
una escuela de grafología médica en la que varios de los más acreditados
grafólogos de Italia y de otros países. El CIGME (Centro Internacional de Grafología
Médica”) creado por el Dr. Tarantini, publica una revista sobre temas grafo-
patológicos. El Dr. Tarantine es uno de los firmantes del Código Deontológico
Europeo, organización en la que sólo tienen cabida las escuelas, asociaciones y
grafólogos de la “C.E.” (Comunidad Europea), cuya solvencia profesional ha sido
internacionalmente reconocida.
Discípulo directo del P. Moretti con el cual fundó l'Institut Grafologico “G. Moretti” de
Ancona y de Urbino. Después de la muerte del Maestro, ha sido Presidente de
ambos centros hasta 1981. Es fundador de la revista “Scrittura”, que dirigirá hasta
1981. Es el promotor de todas las actividades del Institut “G. Moretti”, entre ellas el
nacimiento de la Escuela de altos estudios grafológicos de la Universidad de Urbino.
En ésta Universidad, el P. Torbidoni enseña la especialidad de Orientación
profesional. Ha asistido a numerosos congresos internacionales interviniendo en los
mismos para dar a conocer la singularidad del método morettiano. Colabora, en el
mismo sentido, en varias revistas y boletines del extranjero. Al Profesor Torbidoni y
a su colaborador, el Profesor Zanín, se debe la importante obra “Grafologia. Testo
teorico-prático” (La Scuola, Brescia 1974, 6ª edición). En esta obra, traducida a
varios idiomas, entre ellos al francés y al español, se expone lo principal de la obra
morettiana y aportaciones originales de ambos autores. Según la opinión del Dr.
Gille-Maisani y del autor de este Diccionario, la referida obra es una de las
310
aportaciones más importantes de la grafología mundial. “Grafologia. Testo teorico-
prático” ha merecido varias ediciones en Italia. La edición francesa, muy cuidada en
su traducción y edición, ha sido publicada por Frison-Roche, París 1993. Y la edición
española por Ed. Tantin - Santander 1991. El P. Torbidoni, es también autor de la
obra “L'equilibrio psichico dalla scrittura” (Bulzoni, Roma 1977) y es colaborador
importante de éste diccionario.
311
VAUZANGES. Louis-Marie. (Francia):
Obras publicadas: “Tratado de Grafología”, Ed. Vives, Barcelona, 1945; “El lenguaje
de la escritura”, Ed. Miracle, Barcelona, 1949; “Escritura y Personalidad”, (8
ediciones, 1961-1991), Ed. Herder, Barcelona; “La selección de personal y el
problema humano en las empresas” (5 ediciones, 1969-1985); “Diccionario de
Grafología y de términos psicológicos afines” (6 ediciones), Ed. Herder, Barcelona;
“Manual de Grafoanálisis”, Ed. A.G.C., Barcelona, 1992; “Grafología estructural y
dinámica”, Ed. A.G.C., Barcelona, 1994.
A partir de “Escritura y Personalidad”, todas las obras posteriores son
complementarias y giran en torno al “Método Vels de Grafoanálisis”, convertido en
programa informático desde el año 1984, gracias a la colaboración de Josep
Sadurní Villaronga, grafólogo y Licenciado en Informática por la Universidad
Politécnica de Cataluña. A. Vels ha colaborado en varias de las principales revistas
y boletines de Grafología de Francia, Italia, Alemania, Londres, etc.
Obras terminadas, pero no publicadas: “Rostro y Personalidad” (obra dedicada a la
morfopsicología humana (con un puzle capaz de producir más de 1.700 variaciones
de rostros); “Dibujo y Personalidad” (obra que recoge más de 40 años de
experiencia en los tests proyectivos gráficos); “Recopilación de los más importantes
artículos publicados, con comentarios adicionales”.
Las principales obras de Augusto Vels han sido traducidas y publicadas en Suiza,
Francia y Brasil.
312
otras revistas y boletines internacionales. Es organizadora de seminarios y
reuniones grafológicas. En representación de la “Société Belge de Graphologie”, fue
una de las personalidades firmantes del “Código Deontológico Europeo”.
Profundo conocedor del método morettiano y, a la vez, abierto también con agudo
sentido crítico, a otras metodologías extranjeras. Ha profundizado, particularmente,
en la investigación del peritaje grafológico aplicado a los dictámenes judiciales. Es
profesor de esta materia en la Escuela de altos Estudios Grafológicos de la
Universidad de Urbino. Es autor de numerosos ensayos en la revista “Scrittura” y en
revistas extranjeras. En este sentido cabe mencionar su obra “Grafología giudiziaria
e Perizia gráfica” (Ed. Giuffrè, Milán, 1987).
313
de la grafología americana. La primera es el descrédito de la grafología por las
máquinas tragaperras instaladas en aeropuertos, jardines y otros lugares públicos.
La segunda crítica es la afición en los EE.UU. a las estadísticas. No es fiable, para
los psicólogos, psiquiatras y afines, ningún sistema de exploración de la
personalidad, que no se base en estadísticas. Por ejemplo, dice F. Víctor, para
seleccionar un agente de seguros, es necesario haber examinado 1.000 candidatos
y partir de una media estadística que sobrepase el 65 % de respuestas positivas a
los tests empleados en la selección. No es fiable, como en Europa, el talento y
habilidad psicológica de un buen grafólogo. F. Víctor, en su obra “L'écriture
projection de la personnalité, ed. Payot, París 1955, pasa revisión profunda a
diversos aspectos de la grafología actual. En ésta obra, Frank Víctor muestra los
modelos de caligrafía, antiguos y modernos, de diversos países europeos y
americanos, de los que siempre es útil su conocimiento.
314
VIÑAS CIRUELOS, Palmiro. Prof (España):
315
autores germanos que mejor ha sistematizado y diferenciado la estructura formal,
dinámica y dimensional de las jambas.
316
grafología propio y Sulzer, grafólogo alumno de Pulver, especializado en el estudio
de la angustia. Casi todos los grafólogos mencionados han publicado artículos en la
revista Zfm.
317
grafología, tests proyectivos y otros temas psicológicos, como son, los complejos de
inferioridad.
Su obra más destacada es “Grafología Superior”. Son también muy apreciados sus
artículos en el Boletín “Escritura y Grafología”, órgano de la Sociedad Española de
Grafología, fundada por él. Ha organizado diversas Jornadas de Grafología, casi
cada año, muchas de ellas con carácter internacional. Sus alumnos se cuentan por
centenares y entre ellos destacan varios psicólogos importantes, como por ejemplo:
Carlos Ramos Gascón, Isabel Sánchez Bermuy, Arcadio Baquero, el Dr. Castiñeira,
el Dr. Thomas Mendaza, José Javier Simón y muchos otros. Ha dado conferencias y
seminarios de Grafología y Tests proyectivos en diversas poblaciones españolas.
Es el más conocido de los grafólogos españoles y su fama ha trascendido a otros
países, sobre todo a los países de habla hispana: Argentina, México, Colombia, etc.
318
ZUCCHI, Isabela. Prof. (Italia):
--------------------------------------------
319
ÍNDICE ALFABÉTICO DE LAS ESCRITURAS-TIPO Y GESTOS-TIPO
CLAVE DE LOCALIZACIÓN
ABIERTA.........................................................................................................A01
ABREACCIÓN................................................................................................ A02
ACARICIADORA.............................................................................................A03
ACELERADA.................................................................................................. A04
ACENTOS.......................................................................................................A05
ACERADA.......................................................................................................A06
ADOSADA...................................................................................................... A07
AGRUPADA....................................................................................................A09
AIREADA........................................................................................................ A10
ALINEADA...................................................................................................... A11
ALTA............................................................................................................... A12
AMPLIA...........................................................................................................A13
ANCHA........................................................................................................... A14
ÁNGULOS “A”,”B” y “C” MORETIANOS.........................................................A15
ANGULOSA....................................................................................................A16
ANILLADA (RELLENADA)..............................................................................A17
APOYADA.......................................................................................................A18
320
APRETADA.....................................................................................................A19
ARMÓNICA.....................................................................................................A23
ARPONES...................................................................................................... A24
ARQUEADA....................................................................................................A25
ARRÍTMICA.................................................................................................... A26
ARTIFICIAL.....................................................................................................A27
ASCENDENTE................................................................................................A28
ASIMÉTRICA..................................................................................................A29
ATORMENTADA.............................................................................................A32
AUTOMÁTICA.................................................................................................A33
BAJA............................................................................................................... B01
321
BARRAS de las “t” flojas.................................................................................B09
322
BARRAS de las “t” sobrealzadas....................................................................B32
BIZARRA........................................................................................................ B35
BLANDA..........................................................................................................B36
BUCLADA....................................................................................................... B38
CADENCIADA................................................................................................ C01
CALIGRAFIADA.............................................................................................C02
CALIGRÁFICA................................................................................................C03
CALMOSA..................................................................................................... C04
CAMBIANTE (Inconstante).............................................................................C05
CENTRÍFUGA.................................................................................................C06
CENTRÍPETA.................................................................................................C07
CERRADA...................................................................................................... C08
CIFRAS...........................................................................................................C10
CILÍNDRICA....................................................................................................C11
CISURAS........................................................................................................C12
CLARA............................................................................................................C13
COHESIÓN, La...............................................................................................C14
COLAS DE ZORRO........................................................................................C15
COLIGAMENTO, EL.......................................................................................C16
323
COLIGAMENTO DESIGUAL O DISCORDANTE...........................................C17
COLIGAMENTO EN ÁNGULOS.....................................................................C18
COLIGAMENTO EN ARCOS..........................................................................C19
COLIGAMENTO EN CUADROS....................................................................C20
COLIGAMENTO EN GUIRNALDA.................................................................C21
COLIGAMENTO FILIFORME.........................................................................C22
COLIGAMENTO SERPENTINO.....................................................................C23
COLIGAMENTO SINUOSO.......................................................................C23bis
COMAS...........................................................................................................C24
COMBINADA..................................................................................................C25
COMERCIAL...................................................................................................C26
COMPACTA....................................................................................................C27
COMPENSADA.............................................................................................. C28
COMPLICADA................................................................................................C29
COMPRIMIDA.................................................................................................C30
CÓNCAVA (Líneas)........................................................................................C31
CONCENTRADA............................................................................................C32
CONDENSADA...............................................................................................C33
CONFUSA...................................................................................................... C34
CONGESTIONADA........................................................................................C35
CONSTANTE..................................................................................................C36
CONSTREÑIDA..............................................................................................C37
CONTENIDA...................................................................................................C38
324
CONTORSIONADA........................................................................................C39
CONVENCIONAL...........................................................................................C40
CONVEXA (Líneas)........................................................................................C41
COQUILLES (Espirales).................................................................................C42
CORTANTE (Tajante).....................................................................................B43
CRECIENTE................................................................................................... C44
CUIDADA........................................................................................................C46
CURVILINEA.................................................................................................. C47
DESCENDENTE.............................................................................................D01
DESCONCERTANTE.....................................................................................D02
DESCUIDADA................................................................................................ D03
DESIGUAL......................................................................................................D04
DESIGUALDADES de ABREACCION............................................................D05
DESIGUALDADES de COHESIÓN................................................................D06
DESIGUALDADES de COLIGAMENTO.........................................................D07
DESIGUALDADES de DIMENSIÓN...............................................................D08
DESIGUALDADES de DIRECCIÓN...............................................................D09
DESIGUALDADES de DISTRIBUCIÓN..........................................................D10
DESIGUALDADES de FORMA......................................................................D11
DESIGUALDADES de INCLINACIÓN............................................................D12
DESIGUALDADES de ORDEN......................................................................D13
DESIGUALDADES de PRESIÓN...................................................................D14
325
DESIGUALDADES de PROFUNDIDAD.........................................................D15
DESIGUALDADES de RAPIDEZ....................................................................D16
DESIGUALDADES de RELIEVE....................................................................D17
DESIGUALDADES de TENSIÓN...................................................................D18
DESLIGADA................................................................................................... D19
DESNUTRIDA.................................................................................................D20
DESORDENADA............................................................................................D21
DESORGANIZADA.........................................................................................D22
DESPROPORCIONADA.................................................................................D23
DEXTROGIRA................................................................................................D24
DIBUJADA......................................................................................................D25
DIENTES DE JABALÍ.....................................................................................D26
DILATADA...................................................................................................... D27
DINAMOGENIADA......................................................................................... D28
DISARMÓNICA...............................................................................................D31
DISCORDANTE..............................................................................................D32
DISFRAZADA.................................................................................................D37
326
DISGRAFIA.....................................................................................................D38
EMPASTADA O PASTOSA............................................................................E01
ENCABRITADA O ERGIDA............................................................................E02
ENROLLADA.................................................................................................. E03
ENROSCADA................................................................................................. E04
ENZARZADA O ENREDADA....................................................................E04BIS
EQUILIBRADA................................................................................................E05
ESCALONADA EN ASCENSO.......................................................................E06
ESCALONADA EN DESCENSO....................................................................E07
ESPACIADA................................................................................................... E08
ESPASMÓDICA..............................................................................................E10
ESTABLE........................................................................................................E11
ESTEREOTIPADA..........................................................................................E12
ESTILIZADA................................................................................................... E13
ESTRECHADA................................................................................................E14
EXPLOSIVA....................................................................................................E15
EVOLUCIONADA............................................................................................E16
EXTENSA (AMPLIA).......................................................................................E17
FILIFORME..................................................................................................... F01
FINALES......................................................................................................... F02
327
FIRMA............................................................................................................. F03
FIRME............................................................................................................. F04
FIRME-DURA..................................................................................................F05
FIRME-SUAVE................................................................................................F06
FLEXIBLE....................................................................................................... F07
FLOJA............................................................................................................. F08
FORMA, LA.....................................................................................................F09
FRAGMENTADA.............................................................................................F10
FUSIFORME................................................................................................... F11
GANCHOS (ARPONES).................................................................................G01
GLADIOLADA.................................................................................................G03
GOLPE DE LÁTIGO.......................................................................................G04
GOLPE DE SABLE.........................................................................................G05
GRANDE........................................................................................................ G07
GRASA...........................................................................................................G08
GUIRNALDA, EN............................................................................................G10
HAMPAS.........................................................................................................H01
HAMPAS CONVEXAS....................................................................................H04
328
HAMPAS CON BUCLE Y SIN ÉL...................................................................H05
HAMPAS RESEGIDAS...................................................................................H11
HAMPAS TRIANGULARES............................................................................H12
HOMOGENEA................................................................................................H13
HORIZONTAL (Líneas)...................................................................................H14
IGUAL...............................................................................................................I01
ILEGIBLE......................................................................................................... I02
ILUSTRADA..................................................................................................... I03
IMBRICADA EN ASCENSO.............................................................................I04
IMBRICADA EN DESCENSO..........................................................................I05
IMPRECISA......................................................................................................I06
IMPULSADA.....................................................................................................I07
INACABADA.....................................................................................................I08
INARMÓNICA...................................................................................................I09
INCLINADA..................................................................................................... I10
INCOHERENTE (Líneas).................................................................................I12
329
INCONSTANTE................................................................................................I13
INESTABLE......................................................................................................I14
INFANTIL O PUERIL........................................................................................I15
INFLADA.......................................................................................................... I16
INHIBIDA..........................................................................................................I17
INICIAL (ZONA)................................................................................................I18
INORGANIZADA..............................................................................................I19
INÚTILMENTE BARRADA...............................................................................I20
INVASORA.......................................................................................................I21
INVERTIDA...................................................................................................... I22
JAMBAS.......................................................................................................... J01
LANZADA........................................................................................................L02
LAPSOS DE COHESIÓN................................................................................L03
LAZOS.............................................................................................................L04
LENTA.............................................................................................................L05
LIGADA........................................................................................................... L08
LIGERA........................................................................................................... L09
LIMPIA.............................................................................................................L10
330
LÍINEAS ASCENDENTES...............................................................................L11
LÍNEAS CRUZADAS.......................................................................................L12
LÍNEAS DESCENDENTES.............................................................................L13
LÍNEAS CÓNCAVAS.......................................................................................L14
LÍNEAS CONVEXAS.......................................................................................L15
LÍNEAS RÍGIDAS............................................................................................L21
LÍNEAS SINUOSAS........................................................................................L22
“m” MINÚSCULA............................................................................................M01
MAL PROPORCIONADA...............................................................................M02
MAQUINADA..................................................................................................M03
MARCADA......................................................................................................M04
MÁRGENES, LOS..........................................................................................M05
MATE..............................................................................................................M06
MAYÚSCULAS, LAS......................................................................................M08
METÓDICA.....................................................................................................M10
METÓDICAMENTE DESIGUAL.....................................................................M11
331
MODERADA (Ver PAUSADA)........................................................................M12
MONÓTONA.................................................................................................. M13
MOVIDA......................................................................................................... M14
MOVIMIENTO................................................................................................ M15
MUTILADA..................................................................................................... M16
NETA.............................................................................................................. N01
NUDOS...........................................................................................................N02
NUTRIDA........................................................................................................N03
OMISIONES................................................................................................... O01
ONDULANTE..................................................................................................O02
ORDENADA................................................................................................... O03
ORGANIZADA................................................................................................O04
ORNADA........................................................................................................ O05
OSCILANTE, Inclinación................................................................................O06
ÓVALOS ABIERTOS.....................................................................................O08
ÓVALOS CERRADOS....................................................................................O12
ÓVALOS ESTRECHADOS.............................................................................O14
332
ÓVALOS INFLADOS......................................................................................O15
ÓVALOS PINCHADOS...................................................................................O16
OVOIDE..........................................................................................................O19
PASTOSA.......................................................................................................P03
PAUSADA.......................................................................................................P04
PEQUEÑA...................................................................................................... P05
PESADA O GORDA........................................................................................P06
PLENA............................................................................................................ P07
PRECIPITADA................................................................................................P08
PRESIÓN DESIGUAL.....................................................................................P10
PRESIÓN DESPLAZADA...............................................................................P11
PRESIÓN DEFICIENTE..................................................................................P12
PRESIÓN NORMAL........................................................................................P13
PRESIÓN SUPERFICIAL...............................................................................P14
PROFUNDA....................................................................................................P15
PROGRESION CONTENIDA..........................................................................P16
PROGRESIVA................................................................................................ P17
333
PROPORCIONADA........................................................................................P18
PUNTOS Y ACENTOS..................................................................................P20
PUNTOS EN CIRCULITO...............................................................................P21
RÁPIDA.......................................................................................................... R01
REBAJADA.....................................................................................................R03
REBUSCADA..................................................................................................R04
RECTÍLINEA...................................................................................................R05
REDONDA......................................................................................................R06
REDONDEADA...............................................................................................R07
REGRESIVA...................................................................................................R08
REGRUESADA...............................................................................................R09
REGULAR.......................................................................................................R10
REINFLADA....................................................................................................R11
RELIEVE, EN..................................................................................................R12
RELIEVE, SIN.................................................................................................R13
RESEGUIDA...................................................................................................R15
RETARDADA..................................................................................................R16
RETOCADA....................................................................................................R17
RETROCESO, EN..........................................................................................R18
334
RÍGIDA.......................................................................................................... R20
RÍTMICA......................................................................................................... R21
ROBUSTA.......................................................................................................R22
RÚBRICA........................................................................................................R23
SACUDIDA......................................................................................................S02
SALTARINA....................................................................................................S03
SECA.............................................................................................................. S05
SENCILLA.......................................................................................................S06
SERPENTINA.................................................................................................S07
SIGNOS DE NORMALIDAD...........................................................................S08
SIGNOS PATOLÓGICOS..............................................................................S09
SIMPLIFICADA...............................................................................................S10
SIN RELIEVE..................................................................................................S11
SINISTROGIRA.............................................................................................. S12
SINUOSA........................................................................................................S13
SISTEMATIZADA............................................................................................S14
SOBREALZADA............................................................................................. S15
SOBRIA......................................................................................................... S16
SUCIA............................................................................................................. S18
SUSPENDIDA.................................................................................................S19
TAJANTE........................................................................................................ T01
335
TEMBLOR.......................................................................................................T02
TEMBLOROSA............................................................................................... T03
TENUE............................................................................................................ T04
TENSIÓN BLANDA.........................................................................................T05
TENSIÓN FIRME-DURA.................................................................................T06
TENSIÓN FIRME-SUAVE...............................................................................T07
TENSIÓN FLOJA...........................................................................................T08
TENSIÓN VACILANTE...................................................................................T09
TIPOGRÁFICA................................................................................................T10
TORCIDA........................................................................................................ T11
TORSIONES..................................................................................................T12
TRAZOS EN CRUZ.........................................................................................T14
TRAZOS ROMOS...........................................................................................T17
TRUNCADA.................................................................................................... T19
UNIFORME.....................................................................................................U01
VACILANTE....................................................................................................V01
VARIADA........................................................................................................ V02
VERTICAL...................................................................................................... V04
336
VULGAR......................................................................................................... V05
ZONAS, LAS...................................................................................................Z01
ZURDOS......................................................................................................... Z02
NOTA:
Este ÍNDICE del “DICCIONARIO” no pretende ser completo. Queda abierto Este
trabajo a toda sugerencia o aportación que figurará con el nombre de los
colaboradores que contribuyan a completar y aclarar términos e interpretaciones. Un
trabajo amplio y bien acabado es siempre una labor de equipo.
El autor
337