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CONVIVIO

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LETRAS LIBRES
OCTUBRE 2021

Los conquistadores
tlaxcaltecas
ANDREA MARTÍNEZ BARACS

Tras la conquista, los tlaxcaltecas gozaron de privilegios porque supieron


presentarse como aliados imprescindibles de los españoles. De la época
prehispánica a su conformación como estado, la historia de Tlaxcala es la
de sus numerosas resistencias.

T
laxcala es, si excluimos la sostenida a lo largo del tiempo, con los mismos argu-
Ciudad de México, el estado mentos construidos durante y después de la conquista,
más pequeño de México. El defendidos y aplicados a las diversas circunstancias de
mucho más grande estado de su sobrevivencia política en los tres siglos virreinales.
Puebla lo enclaustra casi por Esta argumentación era como sigue: lejos de ser
completo (una pequeña parte conquistados, somos conquistadores, aliados impres-
colinda con el Estado de cindibles de los españoles en la conquista de la Nueva
México y con Hidalgo). En España y más allá. En los años de las guerras de con-
los reordenamientos territoriales que fueron parte de quista, los tlaxcaltecas creyeron que habían suplantado
las reformas borbónicas de la segunda mitad del siglo la hegemonía de la Triple Alianza en Mesoamérica;
xviii, la intención era integrar esa provincia dentro que serían, junto a esos poderosos advenedizos que
de la poderosa intendencia de Puebla. ¿Cómo supie- llegaron allende el mar, los nuevos amos de la tierra.
IImagen: INAH

ron defender su integridad territorial desde enton- Pero pronto tuvieron que reconocer la hegemonía
ces y hasta ahora? Fue gracias a una versión histórica ineluctable de los invasores españoles. Aun creyeron
asegurado un lugar privilegiado ante la corona. Para Seguía lógicamente fortalecer a la provincia y a
esta, los tlaxcaltecas comenzaron por ser, en pala- su ciudad capital. El gobernador indio don Diego
bras del emperador Carlos V (1537), “mis primos los Maxixcatzin, primero de la provincia, viajó a la corte
tlaxcaltecas”, una cercanía con el monarca que podía en 1534-1535 con otros altos señores tlaxcaltecas y con
anunciar un trato muy privilegiado. Para la corona, el apoyo de funcionarios virreinales. Tras una audien-
proteger a Tlaxcala no conllevaba el peligro de reco- cia con Carlos V obtuvieron sus primeros privilegios:
nocer a posibles herederos de los tronos de la Triple el título de “muy leal ciudad” (en 1537 ya era insigne
Alianza, como Tenochtitlan o Tacuba, así que pron- y siempre leal), un escudo de armas y el compromi-
to los tlaxcaltecas recibieron honores y privilegios. so de pertenecer para siempre a la corona (no como
Todavía en un informe de 1575, la Real Audiencia de encomienda).
México le escribía al rey: “importa a la seguridad Según un privilegio de 1537, los señores conserva- 43
de la tierra su amistad”. rían “sus terrazgos y señoríos”. Todos los tlaxcaltecas
Sin embargo, no era fácil interpretar y adaptarse fueron asimilados a los vizcaínos, vasallos libres, no
a la naciente realidad de la Nueva España y saber qué tributarios, que no pagarían “pecho, cohecho ni dere-
protegería mejor a la provincia y su gobierno indíge- cho”. En vez de tributo tendrían que dar un “reconoci-
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na. Para ello, los tlaxcaltecas contaron con apoyos en miento a la corona” bajo la forma de ocho mil fanegas OCTUBRE 2021
el mundo español, en primer lugar los franciscanos, de maíz anuales.
luego otros personajes como el historiador aliado del En 1540-1545 organizaron con sus apoyos espa-
ayuntamiento indígena, el mestizo hijo de conquista- ñoles un gobierno municipal indígena o “cabildo”,
dor, Diego Muñoz Camargo. que reunía gobernador, alcaldes y regidores al uso de
La secuencia de esos privilegios muestra una estra- los ayuntamientos españoles, pero integrando a esta
tegia realista de autopreservación: en primer lugar, estructura la organización antigua de varios altepetl
entendieron que la peor suerte recaía en las provincias (ciudades-Estado), distribuidos ahora en cuatro cabe-
o pueblos encomendados. Estos, la gran mayoría en ceras, cada una con su tlahtoani y numerosas casas
la antigua Mesoamérica, eran entregados a conquista- señoriales o teccalli, cada una a su vez regida por un
dores que dispusieron de las tierras y del trabajo de la señor (teuctli), organización claramente representada
gente a su conveniencia y por mucho tiempo sin lími- en el cuadro principal del Lienzo de Tlaxcala y que se
tes. Además, la distribución de las encomiendas des- plasmó en las Ordenanzas Municipales de Tlaxcala
conoció con frecuencia el ordenamiento territorial de (1545). Esta etapa incluyó la demarcación de la provin-
los señoríos indígenas, de tal modo que muchos fue- cia de Tlaxcala respecto de su nueva vecina, la espa-
ron divididos y/o reunidos con vecinos muy diferentes ñola Puebla de los Ángeles.
a ellos, situación caótica que la propia corona lamen- Sin embargo, todo ello no protegió a los tlaxcalte-
taría, pues el orden prehispánico garantizaba las cua- cas de la obligación constante de dar numerosos tra-
drillas de trabajadores tan necesarias para el naciente bajadores a las obras públicas de la propia ciudad de
y creciente ámbito español en la Nueva España. La Tlaxcala y, crecientemente, de la ciudad de Puebla; a
solución para evitar ese peligro era ser tierra realen- estancieros (después se llamarían hacendados) y aun
ga, directamente dependiente de la corona. Esto ya lo a las minas. Las ocho mil fanegas de maíz al año no
había dispuesto Hernán Cortés, según lo mencionó a eran un tributo per cápita, ya que no eran tributarios,
Carlos V en 1524, y fue refrendado por insistencia de pero eso resultó peor: aquella cantidad fija para toda la
los tlaxcaltecas una y otra vez: provincia se hizo cada vez más pesada conforme las
epidemias provocaron un descenso drástico en la
Y la provincia de Tascaltecal está debajo del nombre población. Aún más destructivas fueron las invasio-
de vuestra alteza, no por el provecho ni renta que de nes de sus sembradíos por parte de las estancias de
ella se ha de seguir, sino porque como vuestra majes- españoles y particularmente por sus ganados, crecien-
tad por las relaciones ha visto, aquellos han sido harta tes en las tierras periféricas y en espacios dentro de la
parte de haberse conquistado toda esta tierra, aunque propia provincia de Tlaxcala. Fue una lucha constante
primero ellos fueron conquistados con harto traba- por proteger sus tierras, comunales o privadas, y a
jo. Y por esto, porque parezca que tienen alguna más quienes debían trabajarlas, a fin de preservar la eco-
libertad, no los repartí como los otros.1 nomía básica y la sobrevivencia de los poblados.
Por todo ello el cabildo determinó partir de cero
y hacer una presentación importante de su causa ante
1�Carta de Hernán Cortés al emperador Carlos V, Tenuxtitán de
la corona, mediante un yaotlacuilolli o pintura de gue-
esta Nueva España, 15 de octubre de 1524, en Hernán Cortés, Cartas rra, “de cuando vino el marqués y de las guerras que
y documentos: 448. se hizo en todas partes”. Este proyecto recién se llevó
a cabo hasta 1585, cuando una importante embaja- representaciones del convento e iglesia franciscanos
da tlaxcalteca viajó a la corte acompañada de Diego de Tlaxcala y las principales edificaciones virreina-
Muñoz Camargo. les en la ciudad continúan la serie, así como pintu-
Tlaxcala era la única provincia del centro de ras generales sobre el nuevo mundo y la conquista
México que no estuvo sujeta a México-Tenochtitlan. y colonización de México. Finalmente, Cortés y la
Por su posición entre la costa y el altiplano se encon- Malinche aparecen siendo agasajados en Tlaxcala
traba en el camino de los españoles, y, desde su tem- por los señores de Ocotelulco y Tizatlan, Maxixcatzin
prano encuentro, su posición geopolítica la hizo y Xicoténcatl. Entramos a la esfera de la alianza
insertarse en primer plano en esa historia. Aclare- tlaxcalteca-española.
mos que, como dijo Hernán Cortés, la provincia de Tras el acuerdo de paz figura inmediatamen-
44 Tlaxcala combatió todo lo que pudo, hasta su derrota, a te Cholula. La imagen relacionada porta la inscrip-
los españoles, que por cierto ya venían acompañados de ción: “Orden y consulta que se dio para la conquista,
cempoaltecas, ellos mismos previamente derrotados. y de cómo fueron sobre la ciudad de Cholula...”: esto
Así había iniciado una cadena de conquistas de diver- para decir que, posterior a la alianza suscrita en la ciu-
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sos pueblos en el camino a México-Tenochtitlan, y tras dad de Tlaxcala, ya había una entidad que consulta-
OCTUBRE 2021 vencer a la metrópoli continuó a cada vez mayores dis- ba internamente los planes de la guerra, entidad que
tancias. Podemos pensar que esa cadena de conquis- aparece constituida por Maxixcatzin y Xicoténcatl,
tas continuaba para los mesoamericanos su vida en el Cortés y Malinche (y probablemente el otro intér-
posclásico tardío, donde la historia de los reinados se prete, Jerónimo de Aguilar, atrás de ella). El primer
registraba con frecuencia como una sucesión del ideo- acto guerrero después de la alianza es la masacre de
grama aquel de un templo ardiendo, con la techum- Cholula, que en las imágenes del Manuscrito de Glasgow
bre levantada por las llamas: la representación de la se atribuye orgullosamente a que los tlaxcaltecas
derrota de provincias nombradas por su glifo toponí- habían descubierto una supuesta traición de los cho-
mico o su nombre en español. Esas conquistas iban lultecas alentada por los mexicanos.
acompañadas de la toma sistemática de esclavos. Y en La serie de Glasgow representa a Tenochtitlan
esto también hubo continuidad, como escribió Bernal con un palacio donde Cortés y Malinche discurren... con
Díaz del Castillo en el caso de Tepeaca: “seguida la los tlaxcaltecas. Moctezuma figura en pequeño, extra-
victoria, allegáronse muchas indias e muchachos que ñamente separado de los demás, en su trono en la azo-
se tomaron por los campos y casas, que hombres no tea. Sigue la partida de Cortés al encuentro de Pánfilo
curábamos de ellos, que los tascaltecas los llevaban de Narváez en Cempoala: ahí se aclara que, rumbo
por esclavos”. a la costa, “pasó por Tlaxcala llevando número de
Los tlaxcaltecas ilustraron esa cadena de conquis- gente”, y especifica: “gente de guerra”. La estrategia
tas en ese yaotlacuilolli del que subsisten varias versio- tlaxcalteca pasaba claramente por no soltar nunca a
nes o fragmentos, principalmente el Lienzo de Tlaxcala Hernán Cortés.
y la sección gráfica del llamado Manuscrito de Glasgow, Luego de la Noche Triste, la marcha desde
una Relación geográfica atípica: este manuscrito, entre- México-Tenochtitlan hasta Quiahuiztlan, frontera
gado posiblemente a Felipe II por la embajada tlax- tlaxcalteca con el territorio de los mexicanos colhua-
calteca en 1585 y escrito por Diego Muñoz Camargo, ques, fue de conquista y de fuertes batallas. La glosa
incluye 156 pinturas a tinta que contienen glosas en de una pintura afirma, en mano probablemente de
náhuatl y español, apéndice pictórico que es una ver- Muñoz Camargo, que en la gran batalla contra los
sión ampliada (156 contra ochenta pinturas) del Lienzo acolhuaques teztcocanos en los llanos de Otumba los
de Tlaxcala. Nos cuenta paso a paso la conquista de “naturales” –entendemos que los tlaxcaltecas– afir-
México desde el punto de vista de los tlaxcaltecas, tal maron haber visto la aparición del señor Santiago en
como estos quisieron presentarla a la corona, ponien- un caballo blanco, en apoyo a las fuerzas hispano-tlax-
do en primer término su propia participación en ella. caltecas: ¡veloz aculturación! Al matar al capitán acol-
De las batallas entre tlaxcaltecas y españoles no hua Matlaxopile, Cortés “le quitó la divisa que traía y
aparece nada en la colección de pinturas. Cada se la puso él, por poner ánimo a su gente, la cual divi-
uno de los cuatro altepetl encabeza la colección, tras lo sa presentó Cortés a Maxixcatzín, su amigo, llegado
cual figura en múltiples imágenes la conversión de la a Tlaxcala”. En los “campos de guerra de Tetzcuco y
provincia, que aparece consentida por los pobladores Tlaxcala”, donde ocurrieron intensos enfrentamientos
y que incluye quema de templos, varias ejecuciones contra fuerzas mexicas, Cortés y Malintzin recibieron
de reincidentes, quema de “ropas y libros y atavíos”, de Citlalpopoca, señor de la cabecera tlaxcalteca de
cambio de atuendos y pelo de los conversos y, final- Quiahuiztlan, abundantes bastimentos. Los tres apa-
mente, el bautizo de los cuatro tlahtoque. Notables recen representados en plano de igualdad. Las batallas
continuaron hasta Hueyotlipan, ya en territorio de operaciones; unos cargadores en una canoa, y un
Quiahuiztlan, Tlaxcala, donde Maxixcatzin los encon- señor casi idéntico –otra vez Cortés, verosímilmen-
tró “con muy gran copia de gentes de socorro”. De ahí, te– hablando con un señor indígena en un templo.
victoriosos, entran a la ciudad de Tlaxcala, donde una Tras la derrota texcocana, importantes fuerzas de esa
embajada de “los mexicanos” ofrece, de acuerdo con entidad se sumaron al ejército invasor, junto con las
la glosa correspondiente, a los de Tlaxcala repartir- de otras localidades, pero estas casi no figuran en este
se el imperio y ser amigos, a cambio de que maten a relato visual tlaxcalteca, como tampoco en el texto de
Cortés (las líneas anteriores sirven para refutar a los la Descripción de Diego Muñoz Camargo.
distraídos que reclaman a los mexicas no haber pelea- Así termina, en esta serie de pinturas, el “macha-
do lo suficiente, antes o después de la Noche Triste). camiento” de las poblaciones aledañas a la gran
Comienzan entonces los preparativos para la toma de metrópoli. Muchas de esas localidades conformaban 45
México-Tenochtitlan. Los tlaxcaltecas van a Veracruz el cerco de los mexicanos o colhuas sobre Tlaxcala,
a recoger municiones y artillería, y comienza la pesa- de modo que, junto a la estrategia de reducir a los
da construcción de los bergantines con los que pla- aliados de los mexicas, actuaba la de destruir direc-
neaban derrotar a la ciudad lacustre. tamente el cerco de Tlaxcala: las fuerzas españolas al
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La alianza emprende la conquista de los pueblos servicio de la guerra de conquista tlaxcalteca. OCTUBRE 2021
y señoríos que rodean la metrópoli, particularmente Sigue la serie pictórica de la gran guerra sobre
de Tepeaca, conquista “que fue cruel y prolija”, según Tenochtitlan, en una de cuyas representaciones figu-
la glosa de una imagen. Una ilustración relativa escri- ra una mujer, posiblemente Malinche, dando instruc-
be: “principio de la guerra por los pueblos y provin- ciones junto a una cabeza cortada levantada sobre
cias de mexicanos, por consejo de los tlaxcaltecas”. una estructura. Algunas escenas no incluyen espa-
Exageración tal vez, pero es verosímil que hayan sido ñoles (se distinguen por portar espada y estar a caba-
los tlaxcaltecas quienes propusieran la estrategia béli- llo) o apenas en la retaguardia. En Copolco, barrio
ca de conquistar las poblaciones alrededor de México de la metrópoli, don Antonio Temaxahuitzin, capi-
para cercarlo, hacerle perder ese cinturón defensivo y tán tlaxcalteca, encabeza el rescate de Cortés, quien
así debilitarlo. Los tlaxcaltecas, recuérdese, conocían había caído cautivo de los culhúas. Finalmente llega
la conformación geopolítica del centro del imperio, y la dramática sentencia Ic poliuhque mexica, ‘Así se aca-
Cortés sin duda aprovechó el conocimiento tlaxcal- baron los mexicanos’.
teca de cuáles eran las poblaciones más importantes, En seguida figuran 81 láminas que registran la pre-
los mejores caminos para llegar a ellas y tantas otras sencia tlaxcalteca en las guerras de conquista encabe-
consideraciones prácticas. zadas por los españoles más allá del área central que
En Tepeaca, rebautizada como Segura de la controlaban los mexicas. Expedición a la Huasteca,
Frontera, los españoles fundieron “el hierro con que 1522-1523; la conquista de Guatemala, junto a Pedro
se habían de herrar los que se tomaban por esclavos, de Alvarado (1524), detalladamente ilustrada, y más
que era una g, que quiere decir guerra”. Es nota- allá, hasta Nicaragua y El Salvador. Las expedicio-
ble la coincidencia de las dos fuerzas, los españo- nes de Nuño de Guzmán al occidente y al noroes-
les y los tlaxcaltecas, en su campaña de conquista, te (1530-1531). La guerra del Mixtón contra los indios
esclavización y alianza posterior con los señoríos caxcanes de la Nueva Galicia (1541-1542), en la que los
para proseguir hasta la presa mayor. Desde ese bas- guerreros tlaxcaltecas acompañaron al propio virrey
tión, la alianza continuó sus conquistas. La imagen Antonio de Mendoza y en la que también murió
relativa a la batalla de Quechólac, similar a la de Pedro de Alvarado.
varias otras de esta sección, muestra a indios con- Como hemos dicho, la cadena de conquistas de
tra indios; tras los primeros se encuentra un espa- la alianza indígena-española fue acumulando cada
ñol a caballo, con su lanza matando a un indio vez más contingentes de las naciones derrotadas, que
derrotado (caído, ojos cerrados). Les está dando a se unían a los vencedores. Los tlaxcaltecas, mexicas,
los españoles la hazaña simbólica de la derrota de zapotecas, cholultecas, mixtecas y de otras naciones
Quechólac, dejando claro que son los tlaxcaltecas que llegaron a Guatemala establecieron lo que podría-
los que hicieron el trabajo. Siguió, según el orden mos llamar colonias militares, lo cual era igualmente
de las pinturas, el área de la tierra caliente, que una práctica prehispánica para sujetar esas conquis-
después sería el marquesado del Valle, el valle de tas y asegurar la integración de los nuevos territorios.
Matlaltzingo y finalmente la ciudad y provincia Estos pobladores, que buscaban conservar en sus nue-
de Texcoco, cuya importancia se destaca por la repre- vas tierras su identidad y los privilegios que debían
sentación de dos españoles a caballo, uno pelean- recibir en su tierra natal, contrastan cruelmente con
do, otro –posiblemente Cortés– dirigiendo las aquellos guerreros tlaxcaltecas que siguieron a Nuño
de Guzmán a Culuacán, Nueva Galicia (hoy Sinaloa): relativos a la gobernación de la provincia, fueron ele-
según un testimonio, esos “indios amigos” que acom- vados al rango de leyes reales al ser incorporados en
pañaban al conquistador fueron casi todos esclaviza- la Recopilación de leyes de los reinos de las Indias, de 1681.
dos por él, sujetos en una cadena, como era la práctica La prolongada lucha contra su integración en la
de Nuño de Guzmán. intendencia de Puebla, como se dijo al inicio, culmi-
Detrás de tan numerosas batallas, señalaron nó con un gran triunfo de los conquistadores tlaxcal-
los tlaxcaltecas en esta y varias otras ocasiones, se tecas. Mucha tinta corrió por varios años, pero el 2
ocultaba un esfuerzo económico y de copiosas pér- de mayo de 1793 la ciudad y provincia de Tlaxcala,
didas humanas. Y a fin de siglo el gobierno virrei- secundada en esa ocasión por el propio gobernador
nal les impuso otra colonización remota y masiva: español don Francisco de Lissa, obtuvo su separa-
46 la reunión de cuatrocientas familias para poblar el ción total respecto de la intendencia de Puebla. De
Septentrión o Chichimecatlalpan, la Tierra de los ahí a las Cortes de Cádiz de 1810-1812, donde el tlax-
Chichimecas (ocho poblaciones de cincuenta fami- calteca de Ixtacuixtla José Miguel Guridi y Alcocer
lias cada una). Esta migración de indios católicos fue diputado por su provincia y en 1812 presiden-
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respondía a un esquema nuevo para la pacificación te de las Cortes, en 1820 diputado provincial por
OCTUBRE 2021 de la frontera: una red de misiones y poblaciones Tlaxcala y miembro y presidente de la Suprema Junta
defensivas que darían vida sedentaria a los indios Provisional Gubernativa, y de ahí hasta el Congreso
alzados del norte. La migración tuvo efecto en 1591 de Anáhuac, donde Tlaxcala estuvo representada por
(contribuyeron a fundaciones tales como San Luis Cornelio Ortiz de Zárate, y finalmente el Congreso
Potosí y Saltillo) y suscitó una fuerte oposición en Constituyente de 1822, presidido por Guridi, Tlaxcala
Tlaxcala entre los elegidos para conformarla. Para garantizó su autonomía como provincia y luego como
estas proyectadas colonizaciones los tlaxcaltecas, en estado.
consonancia con los franciscanos fray Gerónimo de En estos días se habla mucho en los escasos círcu-
Mendieta y fray Gerónimo de Zárate, antepusieron los de historiadores dedicados a la conquista de
a la autoridad virreinal una serie de condiciones en México sobre la novedad de ver a los indígenas
un Memorial que, negociado, daría lugar a un acuer- mesoamericanos como conquistadores. Desde luego,
do, las Capitulaciones. Estos dos documentos mues- el ejemplo más claro de esto fueron los tlaxcaltecas.
tran claramente el modelo de organización política En 1993, hace veintiocho años, desarrollé las ideas y
que los tlaxcaltecas defendían para su provincia y la información aquí resumidas en un artículo de la
que querían reproducir, mejorado, en esas colonias: revista Historia Mexicana,2 y antes y después en varias
autonomía política, exenciones tributarias y de ser- otras obras,3 y finalmente en 2008 en un extenso libro
vicios personales compulsivos y otros privilegios. del Fondo de Cultura Económica, Un gobierno de indios:
Más adelante, el gobierno indio de Tlaxcala Tlaxcala, 1519-1750.4 Los tlaxcaltecas como conquis-
enfrentó numerosas veces al gobernador español tadores, para bien o para mal, era para mí una idea
de su provincia (un supuesto privilegio daba ese obvia y profusamente documentada desde entonces.
nombre a su alcalde mayor), principalmente por En estos últimos años la idea se presenta como nueva
no lograr enterar (entregar completas) las cuatro- y transformadora del conocimiento de nuestro pasa-
cientas fanegas u otra de las sucesivas cargas que el do, y aun de nuestro presente. Será que en estos tiem-
gobierno virreinal impuso a la despoblada y depau- pos precipitados y entusiastas, comenzar los estudios
perada provincia, lo que los mandó repetidamente con lo que antes se llamaba “el estado de la cuestión”
a la cárcel; a los pobladores españoles que quisieron ya no se considera necesario. ~
formar un ayuntamiento propio dentro de la pro-
vincia (nunca lo lograron), y, siempre, a los estan-
cieros y sus ganados. El gobierno indio se enfrentó ANDREA MARTÍNEZ BARACS es historiadora y autora, entre
otros libros, de Un gobierno de indios: Tlaxcala, 1519-1750
también a indígenas enriquecidos que querían par- (2008) y Don Guillén de Lampart, hijo de sus hazañas (2013),
ticipar en él, privilegio que era exclusivo de las casas ambos publicados por el fce. Dirige la Biblioteca Digital
señoriales, por muy pobres que fuesen, y a pobla- Mexicana.
ciones que quisieron separarse de su control. En
una Nueva España crecientemente dominada por la 2�Andrea Martínez Baracs, “Colonizaciones tlaxcaltecas”, Historia
economía y el gobierno españoles, la autoridad del Mexicana 170, octubre-diciembre de 1993, El Colegio de México.
gobierno indio de Tlaxcala parecía obsoleta, pero 3�Principalmente Tlaxcala, una historia compartida, tomos 9 y 10 de la
Historia general de Tlaxcala, coautoría de Carlos Sempat Assadourian y
resistió gracias a esa “narrativa” original y los privi- Andrea Martínez Baracs, México, cnca/Gobierno de Tlaxcala, 1991.
legios que obtuvo durante los reinados de Carlos V 4�Andrea Martínez Baracs, Un gobierno de indios: Tlaxcala, 1519-1750,
y Felipe II. De estos, algunos de los más importantes, Ciudad de México, fce/Colegio de Historia de Tlaxcala/ciesas, 2008.

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