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Al igual que había sucedido en Italia, la sociedad se había polarizado notablemente. Los comunistas
habían aumentado su poder y cerca quedaban los conatos revolucionarios de 1918 y 1919. Las huelgas
se sucedían y el Estado era incapaz de reprimirlas. La llegada de la crisis de 1929 agravó la situación
alemana y el paro se disparó a niveles casi nunca vistos antes. La tensión social era cada vez mayor y
el Estado estaba prácticamente desaparecido, por lo que los únicos que parecían capaces de poner
orden eran los “camisas pardas” de las SA que tenían numerosos enfrentamientos armados con el
Rotfront comunista, lo que les granjeó el aprecio de los grandes industriales alemanes como Krupp,
Siemens o Bayer. Buena parte de la clase media también pasó a apoyar a los nazis debido a que se les
seducía con una simple promesa, Pan, Trabajo
y Paz, que era lo más básico para esa clase
social.
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1.1.1. El gobierno nazi
Para entender el crecimiento de los nazis es imprescindible nombrar la tarea de propaganda llevada
a cabo por Joseph Goebbels, que demonizaba a los judíos y comunistas, ensalzaba a Hitler y usaba
medios de comunicación de masas con fines propagandísticos. Se generalizó la celebración de
imponentes concentraciones de masas, presididas por Hitler y los máximos dirigentes del partido
donde, en un ambiente de enardecido patriotismo donde se enarbolaban los símbolos nazis. Se
construyeron escenarios permanentes para este tipo de manifestaciones, como el diseñado por Albert
Speer en Nuremberg. Incluso los símbolos oficiales de Alemania pasaron a ser los mismos que los
del partido, que buscaba recuperar ese “pasado glorioso alemán” y las raíces de la raza aria como se
ve en el uso de la esvástica, la simbología nórdica o el saludo con el brazo en alto.
Comenzó una persecución sistemática de los judíos en todo el país a los primero se les fue privando
de algunos derechos como trabajar en lugares públicos y después comenzó una persecución violenta
como sucedió en la “noche de los cristales rotos”, en la que multitud de negocios regentados por
judíos fueron destruidos e incendiados. Más tarde se les negó la posibilidad de poder casarse con
alemanes y por último, una vez empezada la guerra comenzaría su eliminación sistemática en campos
de concentración y exterminio en la conocida como “Solución Final”.
Se creó la Gestapo para perseguir a los opositores políticos de una manera brutal y eficaz. Pero no
sólo se buscó eliminar a la oposición de otros partidos, sino también a la que pudiera haber dentro del
propio partido nazi y el riesgo más importante lo suponían las SA dirigidas por Röhm ya que era la
facción más anticapitalista del partido y estaban en desacuerdo con los tratos que se tenía con los
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grandes industriales. Para ello se llevó a cabo la “noche de los cuchillos largos” en la que murieron
los líderes de las SA, que, aunque seguían activas pasaban a ceder su puesto como ejército del partido
a las SS.
En 1934 moría el anciano Hindenburg y Hitler aprovechó para nombrarse Führer al unir el cargo de
canciller y presidente de Alemania, que pasaba a denominarse como el III Reich (Imperio). Hitler
quedaba como el gran líder casi todopoderoso, quedando cumplido otro de los lemas nazis (Un pueblo,
un Reich, un Führer).
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Sin embargo, la principal causa del desarrollo económico alemán en esta época fue la fortísima
inversión en el rearme para poder llevar a cabo una política exterior agresiva.
La educación se utilizó como instrumento de adoctrinamiento en los ideales del nazismo. Todos sus
niveles se vieron sometidos a un riguroso control y los profesionales de la enseñanza fueron
depurados y encuadrados en una estructura de carácter pseudomilitar. Los programas de estudios se
desarrollaron bajo las premisas de un profundo racismo.
La cultura y el arte fueron depurados, el arte de las vanguardias fue perseguido y destruido frente a un
arte más clásico y que ensalzase la superioridad de la cultura alemana y la Cámara de Cultura pasó a
controlar a todos los profesionales del arte. Los libros y la prensa fueron vigilados y censurados
llegando a organizarse grandes eventos de quema de libros. Se realizaron incluso películas ensalzando
los congresos del partido como fueron algunos documentales como “El triunfo de la voluntad”.
En el ámbito internacional, Hitler se dedicó a denunciar continuamente las condiciones del Tratado
de Versalles y a saltarse de manera continuada sus cláusulas. Así pues, comenzó a desarrollar un
potente ejército y ocupó algunas de las regiones alemanas que habían sido desmilitarizadas. Inició una
retórica expansionista con la idea del Lebensraum o “espacio vital”, puesto que decía que Alemania
era insuficiente para la raza aria y debía por tanto expulsar a los eslavos del este y llegar a ocupar
hasta parte de Rusia. Alemania abandonó la Sociedad de Naciones acompañada de Italia.
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A pesar de iniciar un gobierno sin apenas aliados internacionales, pronto encontró un fuerte apoyo en
Italia tras solucionar unas diferencias por los intentos de anexión de Austria y en Japón con el que
firmó el Pacto Antikomitern
(contra el comunismo). Con
estos dos países formará el
conocido como Eje Roma-
Berlín-Tokio. Más adelante
encontraría otros aliados en
las diferentes dictaduras que
se fueron estableciendo en
Europa como la España de
Franco al que ayudó en la
Guerra Civil, en Hungría y
Rumanía.
Conforme Alemania llevaba a cabo su rearme y su ejército crecía de manera exponencial también lo
hacía la retórica belicista del régimen. Se abandonó la Sociedad de Naciones y se volvieron a ocupar
algunas zonas que habían cedido en Versalles como Renania y el Sarre. Apoyó un golpe de Estado en
Austria para promover un referéndum en el que la población austriaca aprobase la unión con Alemania
(lo cual estaba expresamente prohibido en Versalles). Todo esto mientras Gran Bretaña y Francia
llevaban a cabo una política de “apaciguamiento” con la esperanza de alejar la posibilidad de una
guerra en Europa. Esto quedó aún más patente en el Pacto de Múnich por el cual se permitía Alemania
anexionarse los Sudetes (una región checoslovaca), mientras que otra parte del país pasaba a ser un
protectorado alemán, quedando sólo independiente la parte eslovaca.
Cabe destacar una importante maniobra diplomática de la Alemania nazi, la firma de un acuerdo de
no agresión con la Unión Soviética en el que además ambos países acordaban repartirse Polonia y las
repúblicas bálticas. A pesar de tratarse de dos Estados ideológicamente enemigos (como demostraba
el Pacto Antikomitern), Alemania se aseguraba así no tener que luchar en dos frentes a la vez en el
caso de una guerra en Europa y la Unión Soviética rompía el aislamiento al que había estado sometida
desde el final de la Guerra Civil Rusa, aunque ninguno de los dos firmantes tenía intención de hacerlo
valer durante mucho tiempo.
Finalmente, la exigencia sobre las ciudades polacas de Memel y Gdansk llevó a Hitler a provocar la
invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, pero en esta ocasión la invasión fue contestada por la
declaración de guerra a Alemania por parte de Francia y Gran Bretaña iniciando así la Segunda Guerra
Mundial.
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2. La Segunda Guerra Mundial
2.1. Inicio. La Blitzkrieg
Al inicio de la guerra Alemania está mucho
mejor preparada que cualquiera de sus rivales
e incluso sus aliados. Cuenta con un ejército
potente y motivado, con las últimas mejoras
técnicas, unos oficiales muy eficaces que han
desarrollado nuevas técnicas de guerra y se
han creado miles de tanques y aviones que han
sido probados en la Guerra Civil Española. Sus
rivales también se han preparado, pero no
alcanzan el nivel alemán. La expansión de los
alemanes en Polonia es rapidísima, en sólo dos
semanas han barrido toda resistencia y han
ocupado la parte del país que les corresponde
en el reparto, las tropas alemanas son
imparables, es la blitzkrieg o guerra relámpago
que combina el avance de artillería e infantería con el apoyo de la aviación.
En ese contexto Polonia cayó en apenas unas semanas (cabe destacar que este país fue atacado también
desde el este por la Unión Soviética), se conquistó también Dinamarca y Noruega como bases de
ataque a Gran Bretaña y protección frente a la Royal Navy británica. En el frente occidental, Francia
fue derrotada en apenas seis semanas al ser invadida de nuevo a través de Holanda y Bélgica. La mitad
del país quedaba integrada en Alemania y en la otra mitad se estableció un Estado-títere dirigido por
el mariscal Pétain. A pesar de todo se inició una fuerte “Resistencia” dirigida desde Gran Bretaña por
De Gaulle.
De momento en Europa sólo resistía Gran Bretaña gracias a su posición geográfica y a la superioridad
naval. Hitler tuvo que conformarse con una fuerte campaña de bombardeos, sin poder invadir las islas,
sobre las principales ciudades británicas que terminó fracasando, la “Batalla de Inglaterra”.
En el Mediterráneo prácticamente todo el norte de África cae en manos alemanas gracias a la habilidad
del general Rommel, pero los italianos fracasaron en su intento de conquistar Grecia, por lo que
Alemania se vio obligada a ocupar Yugoslavia para ayudarlos.
En el Pacífico Japón había iniciado la guerra antes de 1939 al invadir China y establecer un Estado-
Títere (Manchukuo) y comenzó a ocupar las colonias europeas en el Sudeste asiático con gran
facilidad debido a su superioridad naval, el apoyo de los independentistas y a que los países europeos
estaban centrados en su guerra con Alemania. De ahí que llegaran incluso a amenazar la India británica
y Australia.