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El Chaco argentino perdió más de 50 000 hectá-

reas de bosque en el primer semestre de 2023


por Rodolfo Chisleanschi en 15 agosto 2023

La porción argentina del Gran Chaco americano continúa


perdiendo superficie boscosa con cifras que no paran de
aumentar. La tendencia del primer semestre de 2023 es
alarmante.
El incumplimiento de leyes y sentencias judiciales, así como
la poca severidad de las sanciones que castigan a los
responsables de la pérdida de bosque facilita la
deforestación. Un nuevo plan de ganadería integrada intenta
remediar la situación.

Son 51 600 hectáreas, es decir, 500 kilómetros cuadrados, algo más


que la superficie total de Andorra, el principado ubicado sobre los Respuestas 3 comentarios
montes Pirineos entre España y Francia. Pero si en el suroeste de
Europa la cifra define la extensión de un paraíso del esquí, en el
Chaco argentino la cifra remite a una destrucción imparable. Según
las mediciones satelitales de la organización Greenpeace, esta es la
cifra de deforestación en la región durante los primeros seis meses
de 2023. “Con esta proyección, es probable que lleguemos a 120 000
hectáreas a final de año, una verdadera locura”, señala Paula
Soneira, asesora de la ONG Aves Argentinas.
Al analizar la situación por provincias, la de Chaco es la que ha
perdido más masa boscosa desde enero: 24 522 hectáreas. Mucho
más que el total de lo deforestado en todo 2021 y dos tercios de la
cifra de 2022. Los números oficiales dados a conocer por las
autoridades del distrito (https://acrobat.adobe.com/link/review?
uri=urn:aaid:scds:US:b18ad768-4913-38e7-b2d9-e21654aba80c) son
similares a los de Greenpeace y superan las 25 000 hectáreas de
pérdida de bosque, si se tienen en cuenta los emprendimientos
silvopastoriles y los desmontes parciales para la explotación
ganadera. Un detalle agrava la situación y es que desde noviembre
de 2020 una medida cautelar
(https://es.scribd.com/document/480435462/Medida-cautelar-freno-
la-actividad-forestal-en-Chaco) prohíbe la tala de árboles en esa
provincia.
“Las autoridades locales, en lugar de asumir que se trata de un
problema que deben frenar o mejorar, culpan al fallo judicial de la
deforestación ilegal”, señala Hernán Giardini, coordinador de la
Campaña de Bosques de Greenpeace. En efecto, Luciano Olivares,
subsecretario de Desarrollo Forestal de la provincia, responde ante
la consulta de Mongabay Latam que “se percibe un incremento de
los índices de pérdida de bosques a partir del segundo semestre de
2021, cuando las medidas judiciales interrumpieron la tramitación de
permisos de cambio de uso de suelo”. El argumento es contestado
por Ricardo Tiddi, físico, técnico en cartografía digital e integrante
de la organización Somos Monte: “El gobierno decía tener
controlados los desmontes ilegales que ya existían antes de la
sentencia cautelar, entonces no se entiende por qué no puede
controlar los actuales”, indica.

Cuadro de deforestación en la provincia del Chaco. Datos de Nación, Provincia,


Global Forest Watch y Greenpeace. Recopilación de Ricardo Tiddi.

Soneira, quien hasta hace pocos meses ocupó el cargo de


subsecretaria de Ambiente y Diversidad en el gobierno de la
provincia, apunta directamente a los encargados de evitar la
continuidad del trabajo de las grandes maquinarias que talan el
bosque. “Chaco cuenta con vehículos, técnicos, oficinas y un sistema
de alerta temprana. Si la fiscalización no funciona es porque el
ministerio de Producción no está haciendo bien su tarea”, opina.
Olivares, por su parte, justifica la labor institucional. “La
recaudación por la aplicación de sanciones en el período de enero a
mayo de 2023 registró 564 millones de pesos [alrededor de 1,5
millones de dólares]. Esto es un 268 % mayor al promedio de los
últimos diez años y alcanza, en solo cinco meses, a la recaudación
total de 2022”. Sin embargo, el informe 2022 del Sistema de Alerta
Temprana de Deforestación (https://acrobat.adobe.com/link/review?
uri=urn:aaid:scds:US:4ad28b02-be91-3d36-b0f4-6abf99c05102) (SAT)
del Ministerio de Ambiente destaca que, en ese lapso, “no se obtuvo
información sobre las sanciones o acciones que tuvieron las
provincias en aquellas situaciones no autorizadas” y que Chaco
lideró la cantidad de alertas en el país con 2 905 en el año.
Lee más | Energía hidroeléctrica: cambio controversial hacia
instalaciones de impacto ambiental reducido
(https://es.mongabay.com/2023/08/energia-hidroelectrica-cambio-
controversial-hacia-instalaciones-de-impacto-ambiental-reducido-
libro/)

Una campaña a favor de medidas penales


En las otras tres provincias donde se distribuye el ecosistema del
Chaco en Argentina, la pérdida de bosque sigue líneas semejantes.
En Santiago del Estero el desmonte en el primer semestre del 2023
fue de 19 040 hectáreas; en Formosa, de 5 804 y en Salta, de 2 234.
En total, desde enero de 2019 a la fecha, la deforestación ya ha
arrasado 567 553 hectáreas de biodiversidad nativa de este
ecosistema. El año pasado, el SAT registró 15 173 alertas de
desmontes que representaron 452 702 hectáreas.
“Hace algunas semanas, y con motivo de la nueva norma europea
que impedirá comprar productos agropecuarios provenientes de
zonas deforestadas, vino a Formosa gente de un canal de televisión
de Alemania”, cuenta Pablo Chianeta, integrante de la Asociación
para la Promoción para la Cultura y el Desarrollo, entidad que es
socia fundadora de la Red Agroforestal Chaco Argentina. “Fue
dramático ver cómo una alambrada se convierte en un límite: de un
lado hay bosque y del otro, absolutamente nada. Hay gente que vive
en el bosque, lo sigue usando y tiene allí su historia, sus saberes,
incluso sus espíritus”, se lamenta.

Más de la mitad de los desmontes son ilegales, pero no hay pena para los
responsables. El 95 % de los incendios forestales son por causas humanas. Imagen en
la provincia de Formosa. Foto: Greenpeace Argentina.

La problemática de la deforestación en la región chaqueña de


Argentina —que con 60 millones de hectáreas representa el 60 %
del Gran Chaco Americano, el segundo pulmón verde más
importante del continente después de la Amazonía— posee tantas
causas comunes como características particulares en cada una de las
provincias implicadas.
La inexistencia de medidas penales para sancionar a quienes
deforestan sin autorización o en zonas donde no está permitido es
una de las principales razones comunes. “El apartado sancionatorio
de la Ley de Bosques no funciona. El sistema actual no disuade a los
grandes productores agropecuarios o forestales, que incorporan las
multas a su costo de producción”, subraya Martín Mónaco, director
de Bosques del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de
la Nación.
Activistas de Greenpeace intervinieron la entrada de la estancia Monterrey, en límites
con el Parque Nacional Copo, para convertirla en el “Parque Nacional El Desmonte”
y denunciar que allí se deforestaron ilegalmente más de 1.800 hectáreas de bosques.
Foto: Greenpeace Argentina.

La norma, promulgada en 2008, regula el control y la conservación


de los bosques nativos. En 2020, desde el Ministerio de Ambiente se
intentó modificar la ley para castigar de manera más severa a
quienes la infringen, pero la propuesta no logró avanzar en el
Parlamento. En los últimos días de julio de este año, el gobierno de
Chaco decidió duplicar (https://www.diarionorte.com/234632-
lanzaron-medidas-para-frenar-desmontes-ilegales) el monto de esas
multas por desmonte (https://www.diarionorte.com/234632-lanzaron-
medidas-para-frenar-desmontes-ilegales), aunque el incremento no
alcanza a igualar el nivel de inflación que registró el país en el
último año, que fue del 115,6 %. La sanción más elevada quedó
establecida en un millón de pesos por hectárea (unos 3 300 dólares).
En un intento por dar a conocer lo que ocurre, Greenpeace Argentina lanzó a mediados de julio una campaña
población (https://votaporlosbosques.org/?
utm_source=web&utm_medium=link&utm_content=NOTABOSQUES&utm_term=todos&utm_campaign=C
que incluye una única pregunta: “¿Estás a favor de que se establezcan penas de prisión para los responsables
e incendios forestales?”. Hasta la fecha han participado unas 110 000 personas, con amplísima mayoría a favo
intención es que sea un disparador para introducir el tema en la agenda de las redes sociales, los medios y f
política”, explica Giardini.
Greenpeace detectó que en lo que va del 2023, en el norte del país se deforestaron
51.600 hectáreas, un 25 % más que en el mismo período de 2022 (41 332 hectáreas).
La situación más grave se da en Chaco y Santiago del Estero, donde la mayoría de
los desmontes son ilegales. Mapa: Greenpeace Argentina.

Lee más | Huiña: el desafío de revelar los secretos de uno de los


félidos más diminutos y australes de América
(https://es.mongabay.com/2023/08/huina-secretos-de-uno-de-los-
felidos-mas-diminutos-australes-de-america/)

Convivir con las vacas en los bosques


El Chaco argentino es la última frontera a superar por agricultores y
ganaderos que en las últimas tres décadas, y merced a la
manipulación transgénica de semillas para que resistan calores,
sequías y plagas, han ido estirando hacia el norte del país las áreas
cultivables y los terrenos aptos para la cría de ganado,
fundamentalmente vacuno.
Soneira ubica, en una zona entre el norte de Santiago del Estero y el
sur de Chaco, el límite actual de los suelos cultivables, aunque
Chianeta considera que llega hasta Formosa: “La soja está llegando
a las cercanías de la ciudad de Las Lomitas y ya se encuentra a 200
kilómetros de la capital provincial. Cuando descubran el gen
adecuado nuestro campos y montes serán para la soja”.

Activistas de Greenpeace intervinieron la entrada de la estancia Monterrey, lindera al


Parque Nacional Copo, para convertirla en el “Parque Nacional El Desmonte” y
denunciar que allí se deforestaron ilegalmente más de 1 800 hectáreas de bosques.
La organización ecologista invita a la ciudadanía a votar una Consulta Popular sobre
si es necesario penalizar a los responsables de desmontes ilegales e incendios
forestales.

Con la actividad pecuaria la situación es aún más grave. “La realidad


indica que desde el año 2000 hay un corrimiento de la ganadería
hacia zonas más alejadas de la tradicional frontera agropecuaria, en
detrimento del bosque. Es una actividad que tiene aspectos
positivos en lo social y económico, y negativos en lo ambiental, pero
que está presente en todos los bosques del país y seguirá
avanzando”, analiza Martín Mónaco, quien además de Director de
Bosques del Ministerio de Ambiente es ingeniero forestal. “No es
que a mí me gusta que haya vacas en los bosques, pero es imposible
pensar en sacarlas”, añade.
El Ministerio de Ambiente anunció recientemente la puesta en
marcha del Plan Nacional de Manejo de Bosques con Ganadería
Integrada (https://acrobat.adobe.com/link/review?
uri=urn:aaid:scds:US:34e8b4e1-d10d-303e-95d7-b7242e5abf40)
(MBGI), para sustituir lo que hasta ahora era el sistema silvopastoril
—combinar dentro de un mismo campo áreas de pastoreo, forraje y
bosque— que, como acepta el mismo Mónaco, “en la región
chaqueña claramente no han funcionado y acaba siendo un
desmonte diferido”. Se espera que la nueva herramienta sea aplicada
a unas 300 000 hectáreas hasta 2027 y parte de su financiación —11
millones de dólares— derivan de los 82 millones de dólares que
Argentina recibió en 2020 del Fondo Verde del Clima.

Argentina pierde una hectárea de bosques cada 2 minutos, el equivalente a la


superficie de 30 canchas de fútbol por hora. Imagen en la provincia de Salta. Foto:
Greenpeace Argentina.

En general, el MBGI ha sido bien recibido por los sectores


ambientalistas. “Desde el punto de vista de las intenciones está
bien”, dice Giardini. “Hay que definirlo muy bien para no repetir la
catástrofe que produjo el insostenible manejo de los silvopastoriles
en el Chaco seco”, enfatiza Soneira. “La ganadería puede ser una
herramienta para abandonar la anticuada técnica de destrozar por
completo un bosque primario para sembrar soja, maíz o lo que sea.
Sobre todo si se ejecuta con criterio”, sostiene Ricardo Tiddi.
“Chaco apuesta al MBGI para que vaya sustituyendo en forma
gradual la práctica silvopastoril”, asegura Luciano Olivares, y Martín
Mónaco comenta que “la mirada está puesta en sostener los
servicios ecosistémicos del bosque”.
Lee más | México: consecuencias ambientales del derrame de
petróleo que Pemex minimizó
(https://es.mongabay.com/2023/08/mexico-consecuencias-
ambientales-del-derrame-de-petroleo-que-pemex-minimizo/)

El poder de las provincias limita las leyes


La iniciativa del MBGI, sin embargo, no está exenta de sospechas.
“¿Cómo va a ser la letra chica de este tipo de acuerdos?”, se
pregunta Tiddi, y denuncia que “en [la provincia de] Chaco no se
cumple ningún tipo de ley desde hace dos años”.
La situación no es mejor en Formosa. “Aquí el Estado es
complicado, pero siempre juega a favor de aquellos que vienen
desde fuera de la provincia con proyectos económicos. No entrega
la titularidad de las tierras a los pequeños productores ni a los
pobladores indígenas, que sería una manera de poner freno a la
deforestación”, afirma Pablo Chianeta.
Las dudas con relación al MBGI se sustentan en la facilidad que
tienen las provincias para incumplir con lo establecido en las leyes
nacionales como la de Bosques. Un ejemplo claro al respecto es lo
que ocurre con el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos
(OTBN), que obliga a categorizar las áreas boscosas en función de
su valor ecosistémico y estado de conservación. Así, los mapas se
pueden pintar de rojo, lo que indica prohibición absoluta de tareas
productivas; amarillo, donde es posible algún tipo de producción
que afecte solo una porción del bosque, previa autorización de los
proyectos; y verde, donde hay más flexibilidad para solicitar y recibir
permisos para cambiar el uso del suelo. Dichos OTBN tendrían que
ser actualizados cada cinco años a través de procesos participativos
en los que intervengan todos los actores de la comunidad, pero en
la práctica casi nada de esto ocurre en las provincias chaqueñas.

Greenpeace detectó que en lo que va del 2023, en el norte del país se deforestaron
51.600 hectáreas, un 25 % más que en el mismo período de 2022 (41 332 hectáreas).
La situación más grave se da en Chaco y Santiago del Estero, donde la mayoría de
los desmontes son ilegales. Foto: Greenpeace Argentina.

“La ley no prevé sanciones si las actualizaciones no se hacen en la


fecha estipulada”, confiesa Martín Mónaco”. Así, Chaco y Salta
llevan demoradas su puesta al día del ordenamiento de bosques
desde 2013, y Santiago del Estero, donde se deforestaron 107 474
hectáreas en los últimos dos años y medio, desde 2018. Formosa,
entretanto, es un caso aparte: “En 2020 hizo su actualización del
OTBN y a nosotros nos llegó aprobada por su legislatura. Así,
aunque haya algo que no se ajuste a la Ley de Bosques, nos resulta
muy difícil pedir que lo cambien”, dice Mónaco desde la dirección
de Bosques del Ministerio de Ambiente.
Lee más | Chile: ¿Por qué la autoridad no caducó 400 concesiones
salmoneras que no estaban en regla?
(https://es.mongabay.com/2023/08/chile-por-que-autoridad-no-
caduco-concesiones-salmoneras-que-no-estaban-en-regla-
entrevista/)

Las normas que no se cumplen


Las demoras en la actualización de los OTBN no son el único
incumplimiento. La falta de consenso motivó que en noviembre
pasado el gobierno de Chaco decidiera promulgar un mapa de
actualización por decreto
(https://comunicacion.chaco.gov.ar/noticia/69947/ordenamiento-
territorial-de-bosques-nativos-un-mapa-construido-para-lograr-
consensos-y-con-espiritu-democratico) (lo que va en contra de lo
que establece la norma). En él aparecen tres campos que pasaron de
zona amarilla a verde —“Sin justificación técnica alguna”, según
Mónaco—, lo cual está prohibido. Además, incorpora un color
naranja no previsto en la ley y también quedan pintados de blanco
los puntos donde se realizaron desmontes ilegales en el pasado (de
ellos, 170 000 hectáreas estaban situados en áreas amarillas). “El
texto del decreto dice que esos sitios deben ser restaurados, pero
en el mapa los blanquean. El mensaje a quien quiera deforestar en el
futuro es que puede hacerlo porque al final no le pasará nada”,
subraya Tiddi.
En 2018, Santiago del Estero optó por un procedimiento semejante
en relación al blanqueo de predios desmontados. Formosa, a su vez,
es la provincia con más áreas verdes del país (un 75 %, contra 31 %
en Chaco, 19 % en Salta y 12 % en Santiago del Estero), con la
salvedad que pinta algunas zonas verdes con un tono más oscuro
que otras. “Ahí el verde es más restrictivo, pero si se aplicara
correctamente la Ley de Bosques deberían ser amarillas o rojas”,
señala Mónaco, y explica que no lo hacen de ese modo “para no
autolimitarse en el caso que decidan permitir la producción más
adelante”.

Desmontes en el Impenetrable chaqueño, cerca del Parque Provincial Fuerte


Esperanza. Foto: Greenpeace Argentina.

Otro problema es que la obligación de restaurar terrenos


deforestados tampoco tiene cumplimiento efectivo. “Eso al menos
impediría el negocio que justifica el desmonte”, argumenta Mónaco,
quien además rechaza la recuperación de esas zonas con una
plantación de árboles para su posterior explotación. “Es un engaño”,
dice Mónaco. Hernán Giardini añade que “si en un modelo que
incluye la ganadería se dejan árboles en pie pero abajo se siembran
pasturas australianas o africanas, no es un bosque sino una plaza”.
La industria forestal tampoco es ajena a los incumplimientos. En la
provincia del Chaco existen dos empresas especializadas en la
extracción del tanino, sustancia orgánica presente en los quebrachos
colorados que se utiliza para curtir pieles, y también en cosmética,
enología o las industrias farmacéutica y alimentaria. Paula Soneira
relata que “en la mesa técnica para el OTBN sus representantes
dijeron con claridad que necesitan deforestar 30 000 hectáreas
anuales para ser rentables. Es una cadena de valor insostenible.
Están desconociendo el rol de control del Estado y diciendo que
producirán hasta que se acaben los quebrachos”.
Desmontes en el Departamento Almirante Brown, Chaco. Imagen elaborada por
Greenpeace Argentina.

Así como los sectores ambientalistas denunciaron el decreto que


pretende imponer un nuevo OTBN en Chaco, la Federación de
Asociaciones de Productores e Industriales Forestales (FAPIF) lo
rechazó porque entiende, entre otros motivos, que “el Ministerio de
Ambiente pretende terminar con la actividad forestal y foresto-
industrial”. Ambos actores tienen lecturas muy diferentes sobre lo
que se busca con los OTBN.
Mientras los acuerdos son imposibles entre ambientalistas, sectores
productivos y autoridades provinciales, la deforestación continúa
avanzando fuera de control en el Chaco argentino. Una superficie
boscosa equivalente a Andorra desapareció en los últimos seis
meses. La promesa de desarrollo económico es su móvil, pero los
datos la ponen en duda. En el principado pirenaico el producto
interno bruto per cápita es de 42 000 dólares anuales. Según el
Índice de Desarrollo Humano en Argentina elaborado por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Chaco,
Formosa y Santiago del Estero ocupan tres de los últimos cuatro
puestos en el país.
*Imagen principal: Activistas de Greenpeace desplegaron un cartel
gigante en una finca de casi 12 000 hectáreas, el tamaño de media
ciudad de Buenos Aires, que fue ilegalmente deforestada. La
organización ecologista denuncia que su dueño lleva, impunemente,
10 años sin restaurar el bosque y con producción agropecuaria. Foto:
Greenpeace Argentina.

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Artículo publicado por Antonio

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A Anónimo
17 agosto, 2023
Un caso muy preocupante
Responder · 1 · Compartir

EV El violaano
4 septiembre, 2023
Gracias lo necesito para mañana ignora mi nombre
Responder · · Compartir

W Walter
17 agosto, 2023
Porque sigue pasando es porque les permite alguien del poder que les dan permisos
para eso ya se sabe y es de público conocimiento el problema climático mundial ya
debería ser muy estricta la tala indiscriminada hasta cuando seguirá siendo así hasta
que no haya que talar?
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