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El 76 % de los parques nacionales en Colombia

tiene ecosistemas con algún grado de amenaza |


INFORME
por Antonio José Paz Cardona en 1 septiembre 2021

 La iniciativa de la sociedad civil Parques Nacionales Cómo Vamos, hizo un


diagnóstico integral de los 59 parques colombianos. En 32 de ellos se
registró deforestación y los parques de la Orinoquía son los más afectados
ya que concentran el 78 % de la pérdida de bosque. El 40 % de los cultivos
de coca del país se ubican muy cerca de 11 parques.
 El 18 % de la ganadería colombiana se desarrolla muy cerca de los
parques nacionales y en el caso de los cultivos agroindustriales la cifra
asciende a 55 %. Sin embargo, no hay investigaciones de cuánto
contribuyen los servicios ecosistémicos de estas áreas protegidas a la
economía nacional.

Hoy Colombia cuenta con 59 parques nacionales naturales (PNN) que


conservan la biodiversidad de más de 17 millones de hectáreas y donde
están representados el 64,5 % de los ecosistemas del país.

Sin embargo, en el informe 2021 de la organización Parques Nacionales Cómo


Vamos —una iniciativa que reúne a nueve organizaciones de la sociedad civil
— se reveló que 45 de los 59 parques tienen ecosistemas con algún grado
de amenaza, siendo los 14 parques de la región Caribe los más afectados y
“en los que hay que implementar con urgencia acciones para garantizar su
conservación y la permanencia de sus contribuciones”, dice el informe.

El reporte también menciona que hay indicios de los efectos negativos que
puede estar causando la transformación de los territorios donde se ubican los
parques, así como el cambio climático, que se refleja en pérdida de glaciares,
páramos, corales, sabanas naturales y bosques, “lo que aumenta la necesidad
de que el país se prepare para gestionar daños irreversibles”. La preocupación
por el futuro de los parques es aún mayor debido a fenómenos como la
deforestación y los cultivos de uso ilícito como la coca, que se presentan tanto
en su interior como en los municipios que los rodean. “En 15 de los 59 PNN
hay cultivos de coca y deforestación”, resalta la investigación.

Sandra Vilardy, directora de Parques Nacionales Cómo Vamos, destaca el


valor y la credibilidad de este informe pues fue producto del análisis de 32
indicadores de procesos biofísicos, sociales, productivos e
institucionales, que provienen de información oficial de entidades como
Parques Nacionales Naturales de Colombia, el Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas (Sinchi), el Instituto de Hidrología, Meteorología y
Estudios Ambientales (Ideam), el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA),el
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), entre otros.

Los parques y sus ecosistemas amenazados. Gráfico de Parques Nacionales Cómo


Vamos.

Lotes deforestados en el parque Sierra de La Macarena, contiguo al parque Tinigua.


Foto: FCDS.
Deforestación, coca y criminalidad

El Parque Sierra Nevada de Santa Marta, en el Caribe, es el que más


ecosistemas amenazados tiene en el país: cinco vulnerables, uno en peligro y
dos en peligro crítico. Le siguen Farallones de Cali, Chingaza, Cocuy y
Yariguíes. “Los parques del Caribe tienen el mayor número de ecosistemas en
peligro crítico y destaca Sierra Nevada de Santa Marta. Es muy importante
hacerle seguimiento a la salud de estos ecosistemas. Se necesitan mejorar los
monitoreos y la información sobre estos fenómenos”, comenta Vilardy.

Desde hace ya varios años hay preocupación por el aumento de la


deforestación y cultivos de coca al interior de algunos parques nacionales, y
ese fue otro de los hallazgos del Informe 2021 de Parques Nacionales Cómo
Vamos. Se resaltan los casos de los parques Catatumbo Bari, ubicado en los
Andes nororientales, Paramillo y Sierra Nevada de Santa Marta, localizados en
el Caribe, y Tinigua y Macarena en la Orinoquía, en los que confluyen, en su
interior y a su alrededor, fenómenos asociados a deforestación, cultivos de
coca y hechos de violencia.

En 32 de los 59 parques existe pérdida de bosque que, para 2018, sumaba un


total de 20 977 hectáreas, siendo la Orinoquía la región más afectada con el 78
% de la deforestación, sobre todo en áreas protegidas donde confluyen
ecosistemas andinos, orinoquenses y amazónicos. Solo el parque Tinigua
perdió el 50 % de sus bosques, seguido por Sierra de la Macarena con el
17 %, dice el informe.

Los cultivos de coca han dejado su huella en más de una decena de parques
nacionales. Sierra de la Macarena es el más crítico con 1840 hectáreas. Le
siguen Paramillo con 1786 y Nukak con 1375. El panorama se complica pues
hay cultivos ilícitos en zona de influencia de 30 parques nacionales. De
acuerdo con el informe de Parques Nacionales Cómo Vamos, las mayores
concentraciones de cultivos de coca se encuentran alrededor del parque
Catatumbo Bari —15,5 % de toda la coca sembrada a nivel nacional—. “El 40
% de los cultivos nacionales están en las zonas de contexto municipal de 11
parques nacionales”, resalta el informe.
De acuerdo con las cifras oficiales del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos
Ilícitos (SIMCI), en el 2019 se reportaron 1448 hectáreas deforestadas para
sembríos de coca dentro del parque Catatumbo. Foto: Fuerza de Tarea Vulcano del
Ejército de Colombia.

“Esto que ocurre afuera de las áreas nos preocupa mucho porque les generan
una presión adicional. Esos son los casos de Catatumbo Bari, Sanquianga y
Munchique”, agrega Sandra Vilardy.

El escenario de delito se complejiza cuando se analizan los fenómenos de


violencia dentro de los parques nacionales. El informe destaca que Catatumbo
Bari, en el departamento de Norte de Santander, y Farallones de Cali, en el
departamento de Valle del Cauca , son las áreas protegidas donde más
ocurrieron hechos violentos entre 2012 y 2018. En el primero de ellos hubo 26
víctimas de atentados terroristas, 11 víctimas de minas antipersonal y 20 147
desplazados. En el segundo caso hubo 10 víctimas de atentados terroristas
y 12 388 personas desplazadas.

Carolina Jarro, subdirectora de Gestión y Manejo de Áreas Protegidas de


Parques Nacionales Naturales de Colombia, asegura que si se hace un
balance de lo que hoy está afectado en el sistema nacional de parques, se
trata de un porcentaje muy bajo y es un sistema bien conservado, “no obstante
tenemos ciertas presiones que es necesario atacar y para eso necesitamos el
apoyo de la sociedad civil y de instituciones comprometidas”.
Extensión de carreteras dentro de los parques nacionales de Colombia. Gráfico de
Parques Nacionales Cómo Vamos.

Por su parte, Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN y ex directora


del Instituto Humboldt, comenta que “los parques subsisten por tres milagros
que convergen. El primero es el heroísmo de sus funcionarios. El segundo es
que todavía los parques se cuidan solos debido al aislamiento importante que
presentan muchos de ellos. Y, en tercer lugar, cada vez más hay una gestión
compartida y una conciencia creciente entre empresarios, gobiernos y otras
instituciones de que los parques sí son importantes”.

Cristián Samper, director ejecutivo de WCS, cree que los retos no están solo
en analizar cómo van y qué está pasando en los parques con los que ya
cuenta Colombia, sino en cuáles parques faltan porque “todavía hay unas
carencias de representatividad de ecosistemas que debemos completar,
sobre todo en la Orinoquía”.
La ganadería ilegal es usada como una forma de adueñarse de grandes extensiones
del parque Tinigua. Foto: María Jimena Neira Niño.

El aporte de los parques a la economía colombiana

“Tenemos pendiente reconocer nuestra ecodependencia de la biodiversidad


que albergan los parques nacionales”. Esa es una de las conclusiones que más
resalta Sandra Vilardy.

Según el Censo Nacional Agropecuario hay más de 17 000 unidades


productivas —empresa, negocio, asociación, productor o grupo de personas
que realizan actividades con ánimo de lucro— dentro de 56 parques
nacionales, sobre todo en los ubicados en los Andes occidentales y
nororientales. “Hay que avanzar en los acuerdos de uso, ocupación y tenencia
con las comunidades que habitan en los parques. Sabemos que Parques
Nacionales Naturales de Colombia lo viene haciendo pero necesitamos ampliar
el esfuerzo institucional porque los esfuerzos están concentrados en la región
central”, asegura Vilardy.

Otra de las conclusiones del informe resalta que en 49 parques habitan más
de 23 000 personas, aunque no hay información sobre las comunidades
indígenas y afrodescendientes. Según Vilardy, esos son datos en los que
Colombia está en mora pero lo que sí se sabe es que 24 parques se traslapan
con resguardos indígenas, 6 de ellos con comunidades afro y otros 2 con
territorios indígenas y territorios afro.
Si solucionar los conflictos con las personas que habitan dentro de las áreas
protegidas es una necesidad, también lo es conocer el valor de
las contribuciones de los parques a la economía nacional. “Resolver
preguntas como cuánto contribuye a la producción ganadera la regulación del
agua en los parques nacionales o cuánto contribuyen los parques a la
polinización de los cultivos agroindustriales aledaños, puede ser una
oportunidad para identificar otros ingresos y promover dinámicas económicas
que reconozcan la ecodependencia y la conservación como base para generar
valor”, se lee en el informe.

Quemas y vías en medio de la Amazonía. Foto: Fundación para la Conservación y el


Desarrollo Sostenible (FCDS).

Por ejemplo, poco más de 5 millones de animales —ganado vacuno, caprino y


ovino— se crían cerca de los parques nacionales y esto corresponde al 18 %
del inventario nacional ganadero y la mayoría se desarrolla alrededor de los
parques Sierra Nevada de Santa Marta, Cocuy y Sierra de la Macarena.

En cuanto a los cultivos agroindustriales, casi un millón de hectáreas, es decir,


el 55 % de lo sembrado a nivel nacional, se encuentra en los alrededores de
parques nacionales. La mayoría de estos cultivos están en los alrededores de
los parques Las Hermosas, Nevado del Huila, Yariguíes, Sumapaz y
Munchique.
Sin embargo, la pregunta: ¿cuál es el valor de las contribuciones de los
parques a la economía nacional?, sigue sin tener respuesta concreta. “Creo
que es muy valioso ver no solo los parques sino lo que pasa con los territorios
alrededor de ellos, cómo cerca de 250 municipios dependen de los parques
para muchas de sus gestiones”, dice Cristián Samper.

Brigitte Baptiste enfatiza en que los colombianos no conocen cómo, por


ejemplo, están incidiendo los parques en la seguridad hidrológica, climática y
alimentaria. “Eso requiere investigación y dentro de Parques Nacionales ese
programa de investigación sigue sin existir, además, la consistencia de las
relaciones de la entidad con el resto del Sistema Nacional Ambiental [institutos
como el Invemar, Ideam, Humboldt, Sinchi y el Instituto de Investigaciones
Ambientales del Pacífico] también deja mucho que desear”.

Picos escarpados acompañan los paisajes en el parque nacional Cordillera de los


Picachos. Foto: ©Pablo Mejía – WWF Colombia.

Otra conclusión que se destaca en el informe es que la pobreza


multidimensional en los municipios que albergan parques nacionales fue
en promedio de 51,4 %. Y el asunto es más grave, ubicándose por encima del
60 %, en muchos de los parques de las regiones Amazonía y Pacífico. Los que
presentan mejores condiciones suelen estar ubicados en la cordillera de los
Andes o cerca de ciudades importantes.
“¿Cómo gestionamos de una mejor manera la biodiversidad para que sea un
motor de bienestar social en los municipios donde tenemos mayor
biodiversidad? Esa es otra pregunta que el país sigue sin resolver. Ha habido
muchas iniciativas pero todavía no logramos escalar los pilotos”, dice Vilardy.

Planes de manejo y estrategias de conservación

Uno de los datos más preocupantes entregados por Parques Cómo Vamos es
que 12 parques nacionales no cuentan con planes de manejo
actualizados: Orito, Tamá, Uramba, Yaigojé Apaporis, Sierra de la Macarena,
Yariguíes, Nukak, Churumbelos, Puinawai, Bahía Portete, Cahuinarí y Acandí.

El plan de manejo es la hoja de ruta de la conservación de cada una de las


áreas protegidas y es de vital importancia. Es por eso que a expertos como
Sandra Vilardy les preocupa que parques como Sierra de la Macarena y
Nukak, dos de los más amenazados por los cultivos de coca y deforestación,
no tengan sus planes de manejo actualizados.

Pla
nes de manejo dentro de los parques nacionales naturales de Colombia. Gráfico de
Parques Nacionales Cómo Vamos.

Picos nevados en el parque nacional Sierra Nevada de Santa Marta. Foto: Amado
Villafaña Chaparro.

“Uno de los llamados que le hacemos al gobierno es que de cara a la crisis


climática y con el papel que cumplen los parques nacionales en la adaptación,
necesitamos que estén gestionados de la mejor manera y que la
institucionalidad esté fortalecida”, dice Vilardy.

El informe también destaca que la función de los parques nacionales para la


conservación de la biodiversidad es fundamental pero insuficiente para
garantizar la conectividad ecosistémica por lo que se requieren estrategias
complementarias de conservación que pueden ser desarrolladas por actores
gubernamentales o de la sociedad civil.

De las 1175 estrategias vigentes, el 81 % se centran en los Andes


occidentales. Aunque Vilardy dice que esto es algo positivo, cree que es
importante que estas estrategias abarquen parques nacionales en otras
regiones del país pues hasta el momento muchas no se concentran “en las
áreas más transformadas o que más lo están necesitando”.

Carolina Jarro, subdirectora de Gestión y Manejo de Áreas Protegidas de


Parques Nacionales Naturales de Colombia, también enfatiza en la importancia
de las estrategias de conservación complementarias en los parques nacionales
ya que, según dice, las áreas protegidas no pueden quedar como islas en el
territorio y eso implica una gestión permanente para garantizar la conectividad
con otras áreas y estrategias complementarias de conservación.

El Tuparro cuenta con sabanas secas e inundables, bosques de galería, bosques de


tierra firme y afloramientos rocosos. Foto: WCS Colombia.

A lo largo del informe se evidencia que los retos en torno a los parques
nacionales de Colombia son cada vez mayores. Por ejemplo, una de las cosas
que más le preocupa a Cristián Samper, director de WCS, es la vulnerabilidad
al cambio climático de varios parques pues en los escenarios que se están
dando hoy en día, muchos de los parques no serán viables dentro de 50 años
porque no podrán cumplir con su rol de conservación.

Finalmente, el informe hace un llamado a “fortalecer, en particular, la


información y su acceso sobre los parques marinos y costeros, los inventarios
de biodiversidad, aspectos sobre la salud de los ecosistemas y el estado de los
valores objeto de conservación, así como a consolidar los diálogos de
conocimientos en los Parques Nacionales cuyos territorios son compartidos
con comunidades étnicas”.

*Imagen principal: Con la ampliación el Parque Nacional Serranía de llegará


a 4,3 millones de hectáreas protegidas. Foto: Amazon Conservation Team.

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