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El reporte también menciona que hay indicios de los efectos negativos que
puede estar causando la transformación de los territorios donde se ubican los
parques, así como el cambio climático, que se refleja en pérdida de glaciares,
páramos, corales, sabanas naturales y bosques, “lo que aumenta la necesidad
de que el país se prepare para gestionar daños irreversibles”. La preocupación
por el futuro de los parques es aún mayor debido a fenómenos como la
deforestación y los cultivos de uso ilícito como la coca, que se presentan tanto
en su interior como en los municipios que los rodean. “En 15 de los 59 PNN
hay cultivos de coca y deforestación”, resalta la investigación.
Los cultivos de coca han dejado su huella en más de una decena de parques
nacionales. Sierra de la Macarena es el más crítico con 1840 hectáreas. Le
siguen Paramillo con 1786 y Nukak con 1375. El panorama se complica pues
hay cultivos ilícitos en zona de influencia de 30 parques nacionales. De
acuerdo con el informe de Parques Nacionales Cómo Vamos, las mayores
concentraciones de cultivos de coca se encuentran alrededor del parque
Catatumbo Bari —15,5 % de toda la coca sembrada a nivel nacional—. “El 40
% de los cultivos nacionales están en las zonas de contexto municipal de 11
parques nacionales”, resalta el informe.
De acuerdo con las cifras oficiales del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos
Ilícitos (SIMCI), en el 2019 se reportaron 1448 hectáreas deforestadas para
sembríos de coca dentro del parque Catatumbo. Foto: Fuerza de Tarea Vulcano del
Ejército de Colombia.
“Esto que ocurre afuera de las áreas nos preocupa mucho porque les generan
una presión adicional. Esos son los casos de Catatumbo Bari, Sanquianga y
Munchique”, agrega Sandra Vilardy.
Cristián Samper, director ejecutivo de WCS, cree que los retos no están solo
en analizar cómo van y qué está pasando en los parques con los que ya
cuenta Colombia, sino en cuáles parques faltan porque “todavía hay unas
carencias de representatividad de ecosistemas que debemos completar,
sobre todo en la Orinoquía”.
La ganadería ilegal es usada como una forma de adueñarse de grandes extensiones
del parque Tinigua. Foto: María Jimena Neira Niño.
Otra de las conclusiones del informe resalta que en 49 parques habitan más
de 23 000 personas, aunque no hay información sobre las comunidades
indígenas y afrodescendientes. Según Vilardy, esos son datos en los que
Colombia está en mora pero lo que sí se sabe es que 24 parques se traslapan
con resguardos indígenas, 6 de ellos con comunidades afro y otros 2 con
territorios indígenas y territorios afro.
Si solucionar los conflictos con las personas que habitan dentro de las áreas
protegidas es una necesidad, también lo es conocer el valor de
las contribuciones de los parques a la economía nacional. “Resolver
preguntas como cuánto contribuye a la producción ganadera la regulación del
agua en los parques nacionales o cuánto contribuyen los parques a la
polinización de los cultivos agroindustriales aledaños, puede ser una
oportunidad para identificar otros ingresos y promover dinámicas económicas
que reconozcan la ecodependencia y la conservación como base para generar
valor”, se lee en el informe.
Uno de los datos más preocupantes entregados por Parques Cómo Vamos es
que 12 parques nacionales no cuentan con planes de manejo
actualizados: Orito, Tamá, Uramba, Yaigojé Apaporis, Sierra de la Macarena,
Yariguíes, Nukak, Churumbelos, Puinawai, Bahía Portete, Cahuinarí y Acandí.
Pla
nes de manejo dentro de los parques nacionales naturales de Colombia. Gráfico de
Parques Nacionales Cómo Vamos.
Picos nevados en el parque nacional Sierra Nevada de Santa Marta. Foto: Amado
Villafaña Chaparro.
A lo largo del informe se evidencia que los retos en torno a los parques
nacionales de Colombia son cada vez mayores. Por ejemplo, una de las cosas
que más le preocupa a Cristián Samper, director de WCS, es la vulnerabilidad
al cambio climático de varios parques pues en los escenarios que se están
dando hoy en día, muchos de los parques no serán viables dentro de 50 años
porque no podrán cumplir con su rol de conservación.