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LA FUERZA DEL PACTO

"Si la felicidad prevista no llega a materializarse, siempre está la posibilidad de echarle la culpa a una
elección equivocada antes que a nuestra incapacidad para vivir a la altura de las oportunidades que
nos ofrecen."
Det. 7:9
Amor de pacto
Vivir de acuerdo al pacto con Dios, es más que sujetarnos a una ley, es entrar a una relación de amor
incondicional.
Así como los mandamientos o condiciones del pacto son la expresión de un Dios que nos ama,
nuestra obediencia también debe ser una respuesta de amor, y no simplemente "obediencia
debida". "Dios muestra su fiel amor a quienes lo aman y guardan sus mandamientos…" el fiel amor
de Dios se refleja en su lealtad al pacto. Veamos tres principios importantes respecto a esto:
1. EL PRINCIPIO DE LA LEALTAD
La palabra hebrea que al español se traduce como "misericordia" y a veces "fiel amor", es en hebreo
hesed.
Hesed significa: un amor que permanece leal al pacto. Revela el firme deseo de Dios de amarnos a
pesar de nuestras faltas. Es la perseverancia de Dios en sostener su amor, a pesar de que nosotros
quebramos el acuerdo con nuestros pecados.
¡Es Dios persistiendo en amarnos a pesar de nosotros mismos!
¿Sabes por qué Dios nos ama? Él no nos ama porque nos portamos bien, no lo hace por lástima, ni
siquiera nos ama por conveniencia.
Antes bien, la Biblia afirma que Dios nos ama: "Por el puro afecto de su voluntad" (Efesios 1:5), es
decir, porque sencillamente eligió hacerlo. Dios es leal a su propia decisión de amarnos, no a nuestra
conducta. Así lo eligió y no puedes hacer nada para que eso cambie. Dios no dejará de amarte.
Nuestra reflexión debería ser: ¿Podemos nosotros amar a Dios con una lealtad semejante?
¿Podemos sostener nuestra decisión de amarle siempre y en toda circunstancia?
2. EL PRINCIPIO DEL QUEBRANTAMIENTO
El problema cuando quebramos el pacto, es que nosotros mismos somos quebrantados. Dios sufre
por nuestra lejanía y dolor, pero no deja de amarnos.
Entonces necesitamos volver a Dios, quebrantados en nuestro corazón y arrepentidos, sabiendo que
Él es bueno y que es fiel y justo para perdonarnos. (1 Jn.1:9)
Esta inquebrantable decisión de amarnos revela un Dios confiable y accesible. (Is. 57:15)
Siempre debemos volver quebrantados al Dios santo porque también es el Dios de amor fiel.
3. EL PRINCIPIO DE LA RELACIÓN
La vida cristiana es más que religión. La religión es el intento del hombre por alcanzar a dios y
reconciliarse con él, de limpiar su conciencia y aferrarse a algo trascendente. Sin embargo la vida
cristiana es mucho más que eso, se trata de una vida de relación íntima con dios.
En la religión la iniciativa es nuestra, es un intento de agradar a Dios por méritos o rituales. En una
relación de pacto reconocemos que la iniciativa es de Dios, podemos amarlo porque Él nos amó
primero. (1 Jn 4:10-19)
La religión nos impone un código legal que hay que cumplir, leyes muertas que rigen nuestra
conducta, la cual es motivada por la culpa y el miedo al castigo. En la relación de pacto, es diferente,
pues es el amor a Dios el que motiva a nuestros actos. (Salmo 18: 1/25:14)
La religión es estática, sin vida, produce agotamiento. Pero vivir en una relación de pacto es algo
dinámico, nos movemos con los impulsos del espíritu Santo en nosotros cada día. Produce una
renovación constante.
Conclusión
Aprendamos a vivir una relación de amor leal, no solo de preceptos religiosos y leyes moralistas.
Dios no padece de Alzheimer. Aún puede reconocerte. No olvidará su pacto.
Cristo es la más elevada expresión del amor leal de Dios, quien murió por nosotros cuando aún
éramos pecadores (Romanos 5:8) y persiste en no abandonarnos a pesar de nuestros errores.
¿Qué nos separará del amor de Cristo? (Rom. 8:38-39)

Preguntas para trabajar en grupo


 ¿Qué es una relación de pacto? ¿Cuál es la diferencia entre relación y religión?
 ¿Cómo demuestro en la práctica mi deseo de ser fiel a la relación con Dios?
 ¿Cómo es mi relación con el espíritu Santo? ¿Cómo escucho su voz?

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