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Tema para matrimonios +15

El amor opuesto a la lujuria


Serie: Atrévete a amar

Tesis
El matrimonio, cuando no es lujurioso, demuestra honestidad para Dios y nuestro cónyuge.

Objetivo
Desechar la lujuria en la relación matrimonial, llenando nuestros corazones con el amor
perfecto de Dios, y vivir así una vida de plenitud.

Versículo para memorizar 1 Juan 2:17 NVI


El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre.

Introducción
Punto para dialogar: Que los asistentes compartan una experiencia de una pareja que deseó
con pasión algo prohibido y que afectó sus vidas.

Adán y Eva tenían todo lo que necesitaban en el jardín del Edén. Tenían comunión con Dios e
intimidad entre ellos. A pesar de esto, cuando a Eva la engañó la serpiente, vio el fruto prohibido
y lo deseó con todo su corazón. Poco tiempo después, Adán participó de sus deseos y en contra
del mandamiento de Dios, los dos comieron.

Así es la evolución: Desde los ojos al corazón, y luego a la acción. Después, vienen la vergüenza y
el arrepentimiento. La lujuria siempre genera más lujuria.

La lujuria se opone al amor. Significa desear con pasión algo prohibido, y en el caso de un
creyente, es el primer paso para salir de la comunión con el Señor y con los demás. La persona o
la cosa que parece prometer una satisfacción absoluta, se asemeja más a un pozo sin fondo de
anhelos insatisfechos.

A continuación, estudiaremos tres puntos fundamentales para que el amor se oponga a la


lujuria:

1. En el amor de Jesucristo tenemos todo lo que necesitamos. 1 Timoteo 6:7


Nosotros tenemos todo lo que necesitamos para una vida plena, productiva y enriquecedora:
Jesús prometió que nunca les faltarán a los hijos de Dios (Mateo 6:25-33), sin embargo, las
bendiciones de Dios sobrepasan estás necesidades básicas, que podemos decir que no nos
falta nada. Aún así, al igual que Adán y Eva, queremos más, por lo que ponemos los ojos y el
corazón en la búsqueda del placer mundano.
Intentamos satisfacer necesidades legitimas de manera ilegitima: Muchos buscan satisfacción
sexual en otras personas o en imágenes pornográficas. Una vez que la curiosidad capta nuestros
ojos, el corazón se enreda, y entonces actuamos en función de nuestra lujuria.

2. Desenmascarando a la lujuria. 2 Pedro 1:3-4


Es hora de desenmascarar a la lujuria y mostrar que es en verdad una sed equivocada de
satisfacción que sólo Dios puede saciar. La lujuria es como una luz de advertencia en el tablero de
mandos de su corazón, que le alerta si no está permitiendo que el amor de Dios lo llene. Cuando
tiene los ojos y el corazón puestos en Él, sus acciones le guiarán a un gozo duradero en lugar de
ciclos interminables de reproche y condenación.
Comience entonces a poner sus ojos en la Palabra de Dios, deje que Sus promesas de libertad se
abran paso en su corazón. Concéntrese en ser agradecido por todo lo que Dios ya le dio en lugar
de elegir el descontento.

3. Vuelva a poner los ojos y el corazón en su cónyuge. Proverbios 5:18-21


La lujuria es lo mejor que este mundo tiene para ofrecernos, pero el amor le ofrece la mejor vida
del mundo para usted y su cónyuge.

Conclusión
No se puede permitir que la lujuria viva en su hogar, trabajo y vida social, reemplácela con las
promesas de Dios y con un corazón lleno de Su perfecto amor.

Reto a la acción
Busque a Dios y a su cónyuge en lugar de ir detrás de deseos insensatos.

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