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La Acrópolis de Atenas se encuentra construida en la cima de un peñasco de dicha ciudad, con

unas dimensiones de trescientos metros de largo por ciento cincuenta de ancho.

En la época micénica (1400-1200 a.C) este lugar comenzó a albergar lo que sería el palacio de
los monarcas. La ubicación para este complejo fue elegida debido a su posición estratégica y
defensiva que le permitía tener una amplia visión del Ática y protegerse frente a los invasores.

Ya entrados en los siglos VII y VI a.C, en la edad arcaica, el palacio había desaparecido y se
comenzó a construir edificios de índole religiosa y civil en este lugar.

Debido a la importancia de la Acrópolis para los atenienses, se han vinculado multitud de mitos
con este emplazamiento en la cima de Atenas relacionados también con los templos y
santuarios que alberga.

El primero de estos mitos tiene que ver con el legendario primer rey del Ática, Cécrope, que
supuestamente viviría entre los años 1654 y 1604 a.C. Según cuenta el relato mítico, este
monarca era hijo de la diosa Gea, deidad vinculada a la Tierra, y presentaba rasgos serpentinos.
Cécrope se instalaría en la Acrópolis y le daría el nombre de Cecropia a lo que sería la futura
ciudad de Atenas. Este rey tendría un hijo, Ericteo, y tres hijas, Aglauro (la primera sacerdotisa
de Atenea), Herse y Pándroso (A la que se le dedica un templo del Pandrosio)

Durante el reinado del mítico rey Erecteo, nacido del esperma que cayó de Hefesto hacia Gea,
transcurre el mito sobre la fundación de Atenas. Poseidón y Atenea se disputan el patronazgo
de la ciudad; por lo que el dios del mar ofreció a los ciudadanos la fuente de agua Erectea y un
caballo, mientras que la diosa les obsequió con un árbol de olivo. Los habitantes de la ciudad
amparados por Zeus y con Cécrope como juez, votaron por Atenea, convirtiéndola a esta en la
protectora de la ciudad y bautizándola en su honor como Atenas. En el lugar donde surgió la
fuente Erectea se edificiaría según este mito el templo del Erecteion.

A esta diosa se la ha reverenciado con los templos de Atenea Niké, que fue edificado a modo
de conmemoración de la victoria de los atenienses sobre los persas en la batalla de Salamina
en 480 a.C; y el Partenón, construido también en el gobierno de Pericles, que albergaba la
estatua crisoelefantina de Atenea y el tesoro de la ciudad. En dicho templo podemos apreciar
en los frisos interiores una procesión, en la que unas doncellas van a hacerle entrega a la diosa
un peplo sagrado a modo de ofrenda. Se trata de la procesión de las Panateneas, que según
cuenta la leyenda fue el rey Erecteo quien tras convertirse en rey de Atenas instauró esta
celebración, aunque otros autores hablan de que fue Teseo el responsable.

Teseo es un héroe considerado como uno de los primeros reyes de Atenas, envuelto al igual
que los anteriores en un halo de mito y de leyenda. Era considerado hijo del rey Egeo y de la
hija del rey de Trecén, pero fue concebido según el mito por Poseidón. Pasó su infancia en
Trecén hasta que llegó a adulto, recuperando así la espada y las sandalias que le confirió su
padre cuando este pudiese portarlas. Partió hacia Atenas para reclamar su lugar en el trono a
pie, enfrentando y superando a multitud de peligros por el camino. Ya en Atenas tuvo que lidiar
con las conspiraciones de Medea, la esposa del rey Egeo, que buscaba deshacerse de Teseo,
pero finalmente el rey acabó reconociendo a su hijo y repudiando a Medea.
Quizás la hazaña más celebre por el que se conoce a Teseo es quizás el relacionado con el
Laberinto de Creta y el Minotauro. Según este mito, Atenas tenía que mandar como tributo
cada año a catorce jóvenes a Creta para que fuesen sacrificados al Minotauro que habitaba el
laberinto ideado por Dédalo. Teseo decidió partir junto esos jóvenes para acabar con la vida
del monstruo y así librar a su ciudad de esa imposición cretense.

Gracias a la ayuda que le confirió la princesa Ariadna, Teseo derrotó al Minotauro y volvió
triunfante a Atenas en su barco. Mas a Teseo se le olvidó cambiar las velas negras de su navío
por las velas blancas que le prometió a su padre si este regresaba vivo.

El rey Egeo al ver en la lejanía del mar las velas negras, pensó que su hijo no sobrevivió al
laberinto, y este saltó al mar con la pena de creer que Teseo había muerto. Este mito explica el
porqué el mar Egeo recibió este nombre.
Bibliografía:

• National Geographic: La Acrópolis de Atenas

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/acropol
is-atenas_19275

• Encyclopedia Mythica

https://pantheon.org/articles/c/cecrops.htmlv

• World History Encyclopedia (En español)

https://www.worldhistory.org/trans/es/1-
488/atenea/

• Wikipedia

• La definición de los espacios sacros en la formación


de la ciudad griega: el caso Atenas. Domingo Plácido.
Universidad Complutense de Madrid.

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