se deben a que ha penetrado aire en la pasta, ya sea cuando se Con pétalos de rosa, jamás construirás nocla.

V I E J O PROVERBIO CHINO.
la introdujo en el agua o durante la mezcla (debe ser lenta sin
producir ruido ni remolinos). También puede deberse a fermen-
taciones producidas por el humus que contienen las arcillas natu-
rales: ya hemos dicho cómo eliminarlas con formol. Si se obser-
van grumos en la barbotina, ello significa que la pasta no se ha
desleído perfectamente o que se la ha introducido en trozos de-
masiado gruesos en la mezcladora: se la tamizará a malla N<? 100. CAPÍTULO 5
Si ha perdido la fluidez o se ha sedimentado, se la mezclará otra
vez durante media hora y, si es necesario, se le añadirán nueva-
mente muy pequeñas adiciones del desfloculador. Contrólese siem-
pre la malla del cuarzo al preparar estas pastas, así se evitarán HERRAMIENTAS Y UTENSILIOS CERÁMICOS
fallas en el bizcocho o en el esmaltado, como cuarteaduras e, in-
( cluso, el agrietamiento de la pieza.
J

) Téngase mucho cuidado con los moldes viejos que despren-

, ^ den trocitos de yeso, los que hacen estallar trozos de pasta y La herramienta esencial e insustituible para el ceramista es
Oo
( _ arruinan el esmalte. la mano. Con ella se "siente" el barro, se acaricia una escultura
hasta darle vida, se modela la pasta. El alfarero primitivo no
disponía de otra herramienta que su mano. Todos los otros

o
o utensilios que el hombre ha inventado, no son sino una prolon-
gación de ella. Cuando el ceramista "siente" en la punta de su
esteca, en realidad, es la mano la que siente. Aconsejamos al
o ' ceramista usar la mano lo más posible, y valerse de las herra-
mientas cuando realmente sean necesarias. Así las piezas gana-
rán en calidez humana y rezumarán vida.
o En este Capítulo nos referiremos primeramente a las herra-
mientas o utensilios de uso exclusivamente manual; y luego a las
o máquinas que el artista y el artesano van incorporando a sus talle-
o res cuando reciben encargos de consideración. En el Capítulo 7
(de este Tomo) hablaremos de los tornos alfareros y en el 11 de
o los métodos que emplea la grande y pequeña industria. En el
0 Tomo 4 de esta Obra, Apéndice 10, describiremos los principales
) elementos mecánicos que se usa en el taller artesanal, artístico,
) NOTA: Otras fórmulas de pastas para escultura, gres, porcelana, colada,
industrial o semiindustrial.
- refractario», ladrillos porosos aislantes; pastas térmicas, cemento 4e horno, etc.,
<"'•) se hallarán en nuestra obra El Libro del Ceramista (3» edición). No seria HERRAMIENTAS MANUALES
honesto repetir acá lo que hemos dicho allí. Y en el Curso de Escultura
1J Cerámica Moderna aparecen muchas otras fórmulas de pastas especiales para
escultura y mural, de diferentes coloraciones. Ver Tomo 4 de este Curso Para el trabajo artesanal o artístico, puede servir también
Práctico, Apéndices 7 y 8: pastas para joyería cerámica; pastas coloreadas; cualquier tipo de utensilio casero o herramienta en desuso. Cu-
. .. gres marrón y negro.
O
(J no
chillos, cucharas, tazas, palos, mangos, alambres, hilos de nylon,
trapos de sábanas, palillos, punzones, sierras, frascos, recipientes
viejos, hilos, clavos, maderas, papeles de diario, plásticos, etcétera.
Muchas de las herramientas típicas del ceramista:, que mos-
tramos a continuación, pueden ser fabricadas por el mismo alum-
no con muy poco trabajo. También, por supuesto, pueden ser
adquiridas en casas especializadas.
Sobre la mesa de trabajo siempre debe existir un recipiente
para el agua, el que debe ser de material no oxidable. El agua
se cambiará con frecuencia mientras se trabaja, para que se halle
siempre lo más pura posible y eliminar las . sales solubles (muy
perjudiciales) que pueda contener la pasta. También se necesi-
tan tapas redondas o plantillas circulares, las que servirán para
cortar trozos circulares de pasta para confeccionar bases de vasi-
jas, utilizándolas como guías de corte.
Para alisar las superficies exteriores de las piezas, se puede
usar una madera dura bien pulida, o una barrita de vidrio o
de metal no oxidable. En Pomaire (Chile), los alfareros utilizan
una piedra de ágata para ^se alisado, que da brillo a la super-
ficie de las piezas. Un canto rodado o un trozo de cuero blando
también pueden servir.

Estecas
Casi siempre las estecas se fabrican de madera, aunque tam-
bién las hay de acero inoxidable, aluminio, plástico o hueso. Las
que mostramos en la ilustración son las más usuales y prácticas.
El mismo alumno las puede fabricar de madera. Constituyen la
herramienta universal del ceramista, pues sirven para todo: se
las emplea para alisar, hacer tajos, cortar trozos de arcilla, re-
tocar piezas, unif, rellenar, ahuecar, modelar detalles, texturar,
pulir> hacer rayas, etcétera.

Desbastadores
Son las herramientas indicadas para ahuecar esculturas, para
extraer barro, alisar contornos, "comer", emparejar superficies,
etc. En general, se los usa cuando se necesita quitar la arcilla o Palo de amasar y
efectuar huecos o excavaciones. Son especialmente indicados para listones de madera
pava preparar tiras
áhúecar esculturas o piezas macizas. Los hay de varios tipos. Los o planchas de arcilla.
de punta redonda son útilísimos para ahuecar; los de punta recta
sirven más bien para alisar superficies o fondos planos.
Palo de amasar y listones
Para la confección manual de piezas, se utiliza un palo de
amasar, el cual, al deslizarse sobre dos listones de madera del mis-
mo grosor, permite obtener tiras o planchas de arcilla de espesor
uniforme, las que servirán para levantar las paredes de los vasos.
Se trata de un simple palo de amasar, de cocina, aunque también
podría utilizarse un caño, un cilindro, o una botella llena de are-
na o de agua. Conviene conseguir varios pares de listones, de dife-
rente grosor: unos de 7 milímetros, otros de 9, 5, etc. El princi-
piante debe comenzar con los más gruesos. La anchura de los lis-
tones no debe sobrepasar los dos centímetros o un poco más.
Hule y tablas forradas con hule
Las piezas se trabajarán, sp pulirán y se dejarán secar sobre
una tabla de madera forrada con hule. Puede usarse también ma-
dera aglomerada. Sus medidas pueden ser de 20 x 20 cm, de 25 x
20, de 30 x 30, etc., según el tamaño de las piezas que se fabri-
carán. El hule que las forra debe ser del verdadero, es decir, que
no se usarán hules fabricados con material plástico. Además, el
hule se fijará de tal modo a la madera que la parte decorada que-
de oculta. O sea, que se trabaja sobre el revés del hule, el que,
al no ser liso, permite que la pieza se seque y encoja sin pegarse
al mismo.
Conviene conseguir también un trozo más grande de este
hule auténtico, el que se extenderá sobre la mesa mientras tra-
bajamos. Pero tengamos presente que se lo extenderá con su cara
decorada hacia abajo, es decir, que trabajaremos también sobre
el revés del hule. La diferencia entre los hules verdaderos y los
de material plástico consiste eri que estos últimos son iguales en
sus dos caras, mientras que los verdaderos tienen una cara plas-
tificada y otra fibrosa. Precisamente esas fibras que se entrecru-
zan impiden que la pieza se pegue al hule mientras se seca. Tam-
poco sirven ciertos hules que tienen una especie de felpa en el
lado del revés.
Tabla forrada con
hule, sobre la cual
se ven una esponja
de plástico y dos sie-
rritas puntiagudas.
Si no se dispone de hule, se puede trabajar sobre papeles de
diario, linóleo o ch^padur (del lado rugoso), o una lona gruesa
y bien lisa. No se debe trabajar sobre materiales lisos, como la
madera lustrada, vidrio o mármol, porque la base de las piezas
se pegará a esas superficies lisas y pulidas, o, al no poder encoger
por haberse adherido fuertemente a ellas, dicha base se agrietara
o rajará, con lo que se arruinaría la pieza confeccionada. Además,
la pasta se pegotea fastidiosamente sobre las superficies lisas, no
tramadas.
Sierritas
Se las p r e p a r a cortando por el medio una sierra de acero,
para hierro o madera, de manera que el corte se e f e c t ú e en chan-
fle. Etíego se pulirán las puntas. Así se dispondrá de dos herra-
mientas iguales y puntiagudas, las que servirán para cortar tiras
de pasta, para rayar, efectuar incisiones o texturas, alisar y co-
mer" barro sobrante de los bordes de la pieza, haciéndola girar
en la torneta, etcétera.
Esponjas
Desde los tiempos más remotos, los ceramistas siempre han
trabajado con una esponja al alcance de la mano. En efecto, esta
útilísima herramienta permite alisar el barro, emparejar fondos,
 (
quitar rebabas, dar el "terminado" a las piezas así como limpiar
el hule, la mesa y las herramientas. Hoy día se las fabrica de ma-
terial plástico. Antiguamente se usaban las verdaderas—esponjas
marinas. Los indígenas empleaban un trozo de lana natural, de
llama o guanaco. Son insustituibles para alisar y dar el "termi-
nado" a las piezas hechas en la torneta o en el torno.

Alambre con mangos

Un trozo de alambre de cobre, o una cuerda delgada de gui-

tarra, de nylon, servirán para cortar tajadas de arcilla, para sepa-
rar la pieza de la torneta cuando se la desea trasladar a otro lugar
para su secado, etc. En vez de palitos en sus extremos, se puede
utilizar unos trozos de tela arrollada o de corcho, etcétera.

Torneta

Esta importantísima herramienta del ceramista es insustitui-

ble para modelar vasijas circulares y simétricas, ya sean jarrones,
vasos, platos, etc. Pueden construirse de metal o de madera. La
que mostramos tiene la platina o disco superior de aluminio, el
que no se oxida y no mancha la arcilla. Las culturas más primi-
tivas, en los albores de la historia de la humanidad, descubrieron
que las formas cerámicas circulares y simétricas se ejecutaban con
facilidad y rapidez colocando la pieza sobre una base giratoria.
La que muestra la ilustración es una torneta de mano (o torno
de mesa) : el torno más primitivo que inventó la humanidad era
similar a éste; consistía en una piedra sujeta a un eje y se la hacía
girar con la mano, no con el pie. Se la hace girar mediante mo-
vimientos efectuados por la mano izquierda, mientras se trábaja
con la derecha. Existen otras de pie. El torno alfarero se basa 'en
el mismo principio. Serían útilísimas hoy estas tornetas de mesa
accionadas eléctricamente. '
La torneta es el verdadero torno de mesa, accionado a mano,
pues el torno de pie no es el único torno. . . H.ay quien trabaja
sobre una latita a manera de torno, y culturas que utilizan el pro-
pio cuerpo para hacer girar la vasija (con el pie). Un artesano
ejecuta sus tornetas de madera encastrándoles un engranaje viejo
de automóvil! Y hemos visto a una artesaná en Colombia ejecutar Vaso ejecutado por tiras en la torneta de mesa. Piezas perfectas pueden
hacerse según este método.
una enorme matera de 80 cm, p>or rollos, haciéndola girar veloz-
mente sobre un platito de terracota ubicado en el suelo, que ac-
tuaba a la manera de torno: "el platico para bailar la loza. . .",
se le llama. Siempre es mejor usar el cuerpo o algo sencillo como
torno, que emplear uno accionado a motor (rechacemos el cáncer
del maqumismo).
Hojas y bolsas de políetileno
1 Son muy utilizadas en todo taller. Se las usa para envolver
el barro y conservarlo húmedo. Sirven también para envolver pie-
zas que se habrán de terminar otro día, para impedir que se se-
quen y poder continuar con el trabajo en su adecuado estado de
humedad. Una pieza seca pierde su estado plástico y no puede
modelarse más. Cuando no se utilizaba el material plástico (im-
permeable), se cubrían las piezas con trapos húmedos que había
que humedecer no bien se secaban.
MAQUINARIA PARA USO ARTÍSTICO Y ARTESANAL
Si bien el artista y el artesano a veces prefieren métodos de
trabajo exclusivamente manuales (p. ej., palo de amasar y listones
para hacer planchas), muchas veces es preciso recurrir al uso de
máquinas pequeñas o medianas que harán posible una producción
a mayor escala, o que permitirá incluso ejecutar trabajos manua-
les pero con rapidez (p. ej., un mural de 30 metros de largo reque-
rirá cientos de planchas de pasta). En la actualidad no abundan
precisamente (como antes) los aprendices deseosos de trabajar, y
el maestro ceramista nó podrá valerse él solo para todo tipo de
trabajo. Por otra parte, corrientes artísticas de gran boga en la
actualidad, como las de carácter procesal, recurren a la maquina-
ria precisamente para dar a la producción ese carácter conceptual
acorde con la época que vivimos, signada por la máquina. Una

Papel de lija, lana de acero, piedra esmeril

«
Una vez bien secas las piezas, y antes de llevarlas al horno,
suelen pulirse cuidadosamente. En realidad, las piezas deberían
terminarse perfectamente con esponja de manera que no resulte Trefiladora manual. Introduciendo pasta húmeda y pre-
necesario el posterior pulido. Sin embargo, muchas veces quedan sionando, permite obtener trafilas de variadas formas.
rebabas o imperfecciones que se pueden pulimentar con papel
de lija seco, de grano fino, mediano o grueso, según el tipo o
textura de superficie que se desee obtener. Téngase cuidado con
este elemento, pues, si se adhieren a la pieza (por estar húmeda)
trozos de la lija o de su goma, podría dañarse el esmalte que
se aplique luego. La lana de acero tiene el inconveniente de que
si quedan restos de ella adheridos a la pieza, mancharán el esmalte.
Además, si -la pieza está algo húmeda, dichos restos se oxidarán
y aparecerán luego de la cocción como diminutas rayitas de color
marrón negruzco. No ofrece esos inconvenientes cierta clase de
estropajo de material plástico, pues es muy resistente'y duradero
y, además, no se oxida. Búsquese una calidad lo. más compacta
posible. La piedra esmeril puede servir para pulir pequeñas zo-
nas de piezas (o del esmalte) después de su cocción, cuando la
pasta está vitrificada y requiere de un poderoso abrasivo para po-
derse pulimentar.
 (

Diferentes formas y tamaños de trafilas, obte- Escultura en porcelana, de

nidas mediante una pequeña máquina de tra- N. Giroud. Obedece a con-
filar (a mano). cepciones procesales, pues
ha sido confeccionada ma-
nualmente pero accionan- — , JCSP*»» v\
do la máquina de trafilar
y la de hacer planchas. ytT- .'I
Consiste en nn montaje de
planchas y trafilas de diver-
\ so corte y sección.
rueda, un tornillo o una hélice probablemente son mucho más
hermosos que una machucha y desmerecida Venus, o una relami-
da Pietá. Vivir la época, ir al futuro y no hacia el pasado, son
imperativos para obtener positividad creativa. Mientras el sabio
acepta el presente y prevé el futuro, el ignorante permanece con - i T .^«,-r, - ~ » <r *'
tiesas ataduras ligado al pasado y a sus formas artísticas válidas
r

hace décadas o siglos, pero inútiles y estériles hoy.

La máquina de hacer planchas, p. ej., hará posible preparar
placas para mural de grosor uniforme, sobre las cuales trabajará el
artista, p. ej., caminando sobre ellas, o con maza de madera; u
otros modos procesales de vigencia actual que van desplazando
al modelado tradicionalista. La trafiladora permite obtener tiras
o rollos de pasta de uniforme y exacto grosor y forma, mediante
accionamiehto manual a presión. También puede dar a la pasta / ' ¿t i ^

forma de tubos, caños, fideos, etc., de sección cuadrada, rectangu-

lar, triangular o cilindrica, hueca o maciza. La máquina amasa-
dora (a veces amasadora-desaireadora), accionada a motor, a la
vez que permite amasar y homogeneizar grandes cantidades de pas-
ta húmeda con rapidez, también permite obtener hileras o trafi-
las de diferentes secciones y formas con sólo cambiar la boquilla
de salida. Con nuestros alumnos de escultura muchas veces recu-
rrimos a fábricas de ladrillos o tubos para obtener esos productos
ya elaborados, aunque crudos y húmedos. Y los utilizamos para
experiencias escultóricas con montajes de objetos prehechos. Dis-
poniendo de estas máquinas en el taller, se facilitaría muchísimo
la tarea del escultor y muralista que trabaje sobre la base de
conceptos avanzados.

Pequeña m á q u i n a de
Máquina amasadora. Permite amasar, trafilar Obsérvense las <
homogeneizar y desairear cantidades diferentes boquillas in- ,
de pasta húmeda (mezclada anterior- tercambiables, que per-
mente), y también obtener trafilas de mitirán obtener varia- ,
diversa sección cambiando la boquilla. das formas de trafilas.
(
(