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El documento analiza las similitudes entre la obra pictórica de Godofredo Ortega Muñoz después de 1957 y el espíritu del haiku, un breve poema japonés. Describe cómo sus paisajes depurados y vacíos presentan elementos que operan como contrastes visuales similares al "kireji" en el haiku. También compara su proceso creativo de contemplar la naturaleza y plasmar posteriormente sus impresiones en la pintura con la tradición del haiku de dejarse llevar por una impresión y expresarla en forma poé
El documento analiza las similitudes entre la obra pictórica de Godofredo Ortega Muñoz después de 1957 y el espíritu del haiku, un breve poema japonés. Describe cómo sus paisajes depurados y vacíos presentan elementos que operan como contrastes visuales similares al "kireji" en el haiku. También compara su proceso creativo de contemplar la naturaleza y plasmar posteriormente sus impresiones en la pintura con la tradición del haiku de dejarse llevar por una impresión y expresarla en forma poé
El documento analiza las similitudes entre la obra pictórica de Godofredo Ortega Muñoz después de 1957 y el espíritu del haiku, un breve poema japonés. Describe cómo sus paisajes depurados y vacíos presentan elementos que operan como contrastes visuales similares al "kireji" en el haiku. También compara su proceso creativo de contemplar la naturaleza y plasmar posteriormente sus impresiones en la pintura con la tradición del haiku de dejarse llevar por una impresión y expresarla en forma poé
ORTEGA MUÑOZ ( y el espíritu zen) ( y el haiku plástico)
Vicente Huici Urmeneta
Para quien ha dedicado una parte relevante de la vida profesional al estudio de la
cultura japonesa, como es el caso de quien suscribe estas palabras y ha practicado el haiku durante largos años, la obra pictórica de Godofredo Ortega Muñoz posterior a 1957, sin duda depuración de fases anteriores, presenta algunos aspectos singulares. En efecto, en los cuadros elaborados a partir de esa fecha se suceden una serie de paisajes ya propuestos en límite de la abstracción, en los que se plasma un vacío receptivo desde una perspectiva generalmente inclinada que induce a volcarse en su interior. Este vacío, puesto de manifiesto, por ejemplo, por José Corredor-Matheos como el gran logro de todo gran artista (p.13) está relacionado en nuestra cultura occidental y por su deriva metafísica con la emergencia del kairós, de la oportunidad que supone la irrupción de la eternidad (aión) en el tiempo histórico (chronos), pero también aparece como la clave experiencial y estética del budismo-zen en la cultura oriental, si bien despojado acaso de tanta trascendencia. Esta analogía es una buena pista para proponer una vinculación de las obras de este periodo con el espíritu del haiku, este breve poema de tradición japonesa (Huici Urmeneta, 2022), hasta el punto de que se podría decir que el pintor extremeño llevó a cabo verdaderos haikus plásticos. Dicha vinculación, que no tiene en modo alguno que tomarse como explícita, se manifiesta, como se ha dicho, en su obra, al presentar (Huici Urmeneta, 1995), en sentido estricto, un paisaje pensado, depurado, sin pretensiones realistas, pero siempre con una serie de elementos de contraste plástico, tal que viñas podadas, labrantías roturadas o castaños desnudos de hojas, como ocurre con el denominado kireji del haiku que opera como un chispazo, como una breve iluminación. Pero la analogía también se produce en el proceso creativo. Pues la tradición relativa a la escritura del haiku relata que el poeta debe dejarse llevar por alguna impresión exterior una vez que ha decidido abandonarse a la contemplación estática – el za-zen sobre el zafú - o dinámica – el kin-hin, paseo meditativo-, hasta que se manifiesta una expresión lingüística que se reconduce hacia la métrica mínima de tres versos de 5/7/5 sílabas, Por todo lo cual, el proceso creativo supone dos condiciones. Por un lado, la aceptación implícita de una cierta disciplina meditativa. Y por otro, el entrenamiento artesanal en la técnica poética. En este sentido, el vagar interminable de los grandes maestros del haiku – como Matsúo Bashô- encuentra su réplica en la costumbre de Ortega Muñoz de “pasear por el campo” fuera por Extremadura, La Rioja o Lanzarote en un a modo de flanêur rural. Y asimismo, la posterior plasmación pictórica, proyectada acaso originalmente como reflexión, pero realizada a posteriori aplicando las técnicas pictóricas desarrolladas en etapas anteriores: “Nunca pinto del natural, prefiero pintar los lienzos después de que hayan posado y reposado mis impresiones visuales (...) pinto el recuerdo de los sitios que me impresionan” (cit. en Trapiello: 2023). De “pintura esencial” hablaba un poeta como Gerardo Diego. Y si, en pura tradición zen, en el proceso mencionado se genera la desaparición del yo de quien practica el haiku hasta su fusión con lo contemplado, siendo el haiku algo así como un rastro .resulta curiosa la observación de José María Moreno Galván: “Este paisaje de ahí a la izquierda, esos campos cerrados por pequeñas cercas de piedra, esas rastrojeras…, esos castaños mochos sobre tierras recién aradas, eso es de Ortega Muñoz. ¿Es de Ortega Muñoz o es Ortega Muñoz?”(cit. en Trapiello: 2023), pues como también dice Corredor- Matheos, “no puede extrañarnos que parezcan desaparecer la pintura y el pintor” (p.15). Pero, asimismo, como praticante amateur del haiku , la contemplación de la pintura de Ortega Muñoz me ha dado la oportunidad permanente, a modo de un extraño kairós otorgado, tanto para la meditación como para la expresión, facilitándome largos periodos de aquella duración dialéctica que tan hábilmente describió Gaston Bachelard. -.- REFERENCIAS Corredor-Matheos, J. 2007. Godofredo Ortega Muñoz: una pintura pura, una realidad transparente. Badajoz: Fundación Ortega Muñoz. Diego, G. 1973, “La pintura esencial de Ortega Muñoz” en Obras Completas. Tomo V. Madrid: Ed. Alfaguara. Heyd, Th. 2007. “Bashō y la estética del caminar: Por la recuperación del espacio, el reconocimiento de los lugares y el seguimiento de los caminos del universo” en VV.AA. Encountering Nature: Towar an Enviromental Culture, pp, 1-16.Aldershot: Ashgate Publishing Ltd. Huici Urmeneta, V. 1995. “Una forma de la contemplación (dos notas sobre el haiku)”, Bitarte- Revista cuatrimestral de humanidades, Año 3, pp. 109- 116. Huici Urmeneta, V. 2022. «Haiku y génesis de la creación poética (Una aproximación interdisciplinar)» en Coca, J. R y Roche Cárcel, J. a. (ed) Bases biológicas, psicológicas y socioculturales de la creatividad, pp.111-122.Madrid. Ed. Catarata. Trapiello, A. 2023. “La santidad de Godofredo Ortega Muñoz”, en Entre viñas y castaños. Badajoz: Fundación Ortega Muñoz.